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FRAGMENTOS DE UN LOCO
(apuntes para una novela impracticable)
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Nouvelle
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JULIAN NEGROMANTI
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“ESTA INMINENCIA DE UNA
encima lo dijeron cuando yo pasaba, bien como para que me diera cuenta. Me pregunto:
¿qué le pasa a esos idiotas?; para lo único que sirven es para hablar mal de otra gente y
fumar marihuana en las esquinas, y hasta para desear a muchachas que todavía andan
encargue de bañar y alimentar a los perros que andan pulguientos y famélicos por el
barrio?
maliciar a la muchachada un rato más. Si no escribo lo que pienso sobre ellos es peor,
me lleno de fiebre neuronal de tanto andar embroncado y después quién sabe la que me
pesco. Por suerte tengo el botiquín siempre preparado, de buenas a primeras me tomo
un Clonazepam y se acabaron los nervios por un rato. ¿Sobre qué iba a escribir? Bah, no
asomarse a la ventana antes de tener que salir a la calle y mirar el cielo alcanza. No hay
que fiarse del pronóstico, ya que cuando dicen soleado, llueve y viceversa, no anticipan
el granizo, ni un fenómeno tan grandioso como una nevada en Buenos Aires y gran
parte del país: ¿para qué les pagan? No hay que estar pendientes de esos datos, pero
sobre todo a la gente mayor le encanta mirar todo el tiempo en el noticiero cuántos
grados hacen y qué se yo… espero no volverme tan hincha pelotas cuando entre en la
vejez.
Compré mandarinas y resulta que están secas. ¡Cuánto odio que me pase
esto!: me viven tomando por pelotudo: ¿me habrá visto cara de bacán el boliviano que
atiende la verdulería, que cree que perder la plata que me costaron no me afecta? Se
jode él y su compatriota jefe, no les compro más y encima hago correr la bola en el
barrio de que andan dando vueltas ratas grandotas por el local. Vamos a ver quién ríe
último: mirá que encajar fruta mala a un habitante oriundo del país. ¿Por qué no se va a
currar a su propia tierra y se deja de hinchar los huevos acá?; ni siquiera debe tener
Otto, pobre perro, tiene hambre pero es exquisito como cualquier ser humano. Cuando
las mandarinas están jugosas acerca el hocico para ver si liga algún gajo, pero cuando
están como éstas ahora, las escupe ni bien le llegan a la lengua. Y después hay que
bancarse que algunos les digan “bicho” a los perros, despectivamente, cuando en
realidad los canes son más inteligentes que más de uno que conozco.
¡Qué lentos pasan los minutos cuando se espera una cita! Pispeo la
manecilla cada tres segundos, más o menos, lo que hace que por hora lo haga unas… a
ver, sesenta dividido tres, ¿cuánto da?: veinte, sí, veinte, veinte veces por minuto, o sea
que por hora son, a ver, 20 por 6= 120, sí, 120 veinte veces, no, ¿qué digo?, soy un
bruto, mil doscientas veces por hora miro el reloj, lo que pasa es que ya estoy listo por
lo menos dos horas antes de tener que salir, entonces unas dos mil cuatrocientas veces
un momento le dije:
–Si me apurás, diré que los cuentos de Bioy son superiores a los de Borges
(no es que yo no entienda nada de literatura, lo hacía solamente para hacerlo engranar).
Alzó las cejas, sorprendido:
–Y… a decir verdad, Borges me parece un poco reiterativo: siempre con sus
laberintos y sus espejos, su erudición literaria y filosófica, sus autores inventados, sus
estilo, y a la de las ideas; ¿no te parece “el Aleph” una de las historias de amor más
maravillosas?
obscenas que una mujer le enviaba a su amigo, es realmente genial y, si vamos a ser
–De acuerdo– dije, sin saber qué más decir para rebajar a escritor tan
grande; pero a mi amigo estaba empecinado en hacerlo rabiar– aún así, me parece
reiterativo.
–¿Y qué? Los grandes autores se obsesionan con un puñado de temas y los
–¿Silvina Ocampo? Sí, claro, era muy original, pero la estructura de muchos
–Sí, pero en cuanto a fantasía se refiere, era muy superior –hizo una pausa, y
luego largó– y no vuelvas nunca más con tus argumentos sobre Borges, sabés que son
bien endebles…
–Bueno, peores son las críticas que le hizo Sábato a través de uno de los
–Eso ya es otra cosa, si querés que critiquemos a Sábato te apoyo con gusto.
–No, entonces dejá; lo único que quería era discutirte un rato, si nos
dejé un billete en la mesa y me dirigí a la salida, sin esperar ni saludar a mi amigo, que
cuando me ven pasar escupen el piso; en verdad desearían escupirme a mí, los muy
despectivos: ¿por qué también no cagan en el suelo para marcar territorio?, son unos
animales, qué joder. Un día voy a agarrar a uno del cuello y le voy a pegar tal zapatazo
en el culo que no le van a quedar ganas de embromar para toda la vida. Son unos
imbéciles, si se creen tan machitos por qué no me escupen a mí, en vez de agarrase con
Es linda la vida, por más que haya que salir a trabajar todos los días, y por
más que los bolivianos te vendan cítrico seco y que las banditas de pibes te miren con
definida, así que no me puede afectar, no soy ningún opa, y sé cuando me tengo que
alterar para defender mis derechos; a mí lo que me tiene que ocupar la mente es mi obra
literaria, tengo que elaborar y reelaborar mis poemas, pensar en qué editorial seguir
probando suerte, qué concursos están a mi alcance, en fin, ese tipo de cosas son las que
que tengo. Hay que empujar siempre para adelante, aún estando solo.
¿Por qué pienso que estoy solo, si tengo a mi china? Ella debería bastarme
en una isla desierta para sentirme en medio de la civilización (ando inspirado hoy).
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No estoy loco, no me crean si no quieren, pero no estoy loco, locos son los
demás, que no ven el mundo que los rodea, no entienden nada de la realidad, viven,
trabajan, comen, mean, cagan, tienen hijos, duermen, pero no reflexionan, no filosofan,
son animalitos de Dios, tienen un ciclo muy regular, todo lo que hacen ya está
saben, memorizar, yo quiero aprender sin expropiar, yo quiero que mis ideas se
boca arriba y observo las manchas que la humedad pinta sobre el techo. Yo no quiero
ser encasillado, no quiero ser puntuado de acuerdo a una norma universal. Mis mundos
son míos y de nadie más, nadie puede acceder a ellos, porque yo soy su creador y su
comprensión es exclusividad mía. Que cada uno viva en “El” mundo, yo me creo el
mío, aunque me duela, aunque tenga que aislarme. Que no se diga que estoy loco, que
odio a la gente, si los desprecio es porque los amo, si me alejo es porque temo
verso que no requiere explicación, pero llega directamente a los sentimientos más
humanos, pero ese verso está vedado a los otros, y es el premio que obtengo a cambio
de mi encierro, a cambio de tomar distancia de mis anhelos más caros; mi china jamás
podría ser la destinataria de todo eso que hay en mí de artístico. Si alguien eleva una
sonrisa de desprecio hacia mí, eso me alimenta, porque sé que esa descarga le hace bien
a los demás, sé que los hace creer superiores, la discriminación los hace sentir fuertes, la
burla los hace sentir ingeniosos, pero en verdad son muy simples, y yo me regocijo ante
la idea de que ellos crean que soy el débil. Soy así porque nací con un altruismo
demasiado personal para ser comprendido por el común de la gente. Es por eso que me
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después yo le cebé lo mío. Ella (sin advertirlo yo a veces) me remansa la vida. No estaré
loco si digo que la amo, aunque vergüenza me de proclamarlo, claro está, que para algo
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grandeza, hiel.
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Hace un rato cedí por un momento a mi idiotez y prendí la tele, para colmo
dejé en un canal de aire: ¡¡¡insoportables los boludos mediáticos que actúan como la
mierda, y largan lágrimas de cartón que ni sus madres se lo creen!!! ¿Por qué no le dan
habría que caerles con una bomba (no lo digo en serio, sería apología del terrorismo, y
está fuera de mis intenciones, pero creo que afectaría positivamente que esos imbéciles
desaparecieran).
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sea hollywodense está todo bien. El cine coreano anda bastante bueno. Kim-Ki Duk es
un verdadero poeta, todos sus films son obras de arte que conjugan una excelente
constituirse como leyendas o mitos. Eso es muy superior a una de terroristas en dónde
sabemos ni bien comienza que el héroe norteamericano va a terminar salvando las papas
tierno hijo y de su bella esposa. ¿Por qué no se dejan de joder las pelotas los yanquis
con esas boludeces?, no hay que mirar más cine del que viene de los Estados Unidos, lo
digo en serio, es una consigna que me impuse, es mejor mirar las series que dan por
cable, son muy superiores, por ejemplo, Doctor House, Lost, La ley y el orden que
cualquier película que estén produciendo en ese país. Es mejor ver cine argentino,
europeo o asiático, mil veces, antes que seguir doblegándose a esas basuras que se
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Es hora de dejar de divagar sobre cine o tele, no soy ningún experto en esas
materias, ni vale la pena perder la vida en ese tipo de cosas, estar con una china mirando
el techo es mucho mejor, y todos sabemos bien que dos en un cuarto no se quedan
mirando el techo, por lo tanto se hace obvio lo que quiero decir. No hay televisor en mi
habitación, ni computadora, solamente una cama siempre tendida, un armario, una mesa
de luz, algunos libros que releo con frecuencia, muchas historietas que conservo desde
la infancia y ya no leo. También un cajón con tinta y papel. Con esas solas cosas soy
feliz.
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Hoy, cuando desperté, salí afuera y encontré, en mi vereda, bolsas de basura
que no me pertenecían, rotas y desparramadas sobre las baldosas y el pasto. ¡Juro que
como me entere de quién fue lo voy a matar!: esos estúpidos no me conocen enojado.
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A veces me enredo con mis ideas y termino haciendo bollos de papel con lo
tentado a pensar que hay pensamientos que no se pueden explicar. Eso me alivia, pero
sólo por un rato, porque en el fondo no creo que haya pensamiento intraducible, sino
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Iba a hablar de amores que tuve o soñé en otros tiempos (ya no recuerdo con
certeza), pero no tengo ganas de escarbar en el pasado, quiero tomar unos mates
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Las grandes pasiones es más lindo callarlas, disfrutarlas en silencio, sin que
solitarios en el espacio.
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Mientras más escribo, mientras más buceo entre mis palabras, mayor es mi
Quisiera escribir una novela que siga vigente dentro de diez mil años, ¡una
novela que se extinga sólo junto a la humanidad, una novela que sea quemada cuando el
sol arda con una fuerza imposible de soportar! Obviamente para eso la novela tiene que
cumplir ciertos requisitos: tiene que ser una novela que hable de todos y de nadie;
quiero decir, tiene que hablar tanto de un niñito muy pequeño nacido en alguna
populosa ciudad de la India como de un anciano nacido en la isla más remota del Japón,
tiene que hablar de las tortugas gigantes de los Galápagos, de los dinosaurios y de sus
condena y de un orfanato, del universo de cuerdas y de revistas de moda; tiene que ser
una novela que trascurra en todos los tiempos; esa novela tiene que hacer reír a un
un calefón y una higuera. Tiene que ser una novela gramatical aquí, agramatical allá y
extravagante por donde quiera uno; tiene que cegar los astros, viajar a mundos lejanos
donde extraterrestres con dos panzas y cuatro orejas almuercen libros al champiñón.
Tiene que ser una novela plagada de géneros discursivos y de géneros literarios: tiene
inconmensurable. No importa que la novela no sea muy leída: alcanza con que la lea
una persona por generación: basta con que alguien tome el empolvado volumen de
alguna biblioteca y se ponga a leer, hoy o dentro de setenta mil años, para que el
objetivo esté cumplido; lo importante es que la novela siempre tenga algo nuevo para
decir, que no se estanque como obra de arte: tiene que ser a la vez libro de cabecera y
película, aforística, plagiaria, irreal e irreverente, tiene que contemplar todos los juegos
verbivocovisuales, los calambures, las onomatopeyas, todo, todo, nada puede quedar
No tengo energías para llevar adelante el libro que deseo. Mientras escribo,
me deprimo pensando en las dificultades que a futuro tendré para que me publiquen.
¡No conozco a ningún editor, ni escritor, ni nada que se le parezca! Lo más probable es
que nunca me publiquen. Creo que desisto para siempre de mi literatura, los mundos de
pasados los treinta, tendría que haber dado mi obra por terminada y dedicarme a esa
alegre paz que causa la lectura. Tengo que matizar el por qué creo que escribir no me
hace feliz: no me refiero al acto de empuñar la pluma y dejar volar la imaginación, que
es uno de los más maravillosos actos que nos fue destinado. Lo que quiero decir es que
Debido a este defecto de mi inteligencia escribo. (Mi china no tiene la culpa, yo la amo,
pero no puedo sacarme de la cabeza todas las mujeres que dejé pasar: un tren me espera
en algún lado, no con una de esas anheladas mujeres del pasado, sino con su potencia
¿Cómo pudo Dostoievski expresar tan bien esa sensación de soledad que se
siente en medio de la urbe; esa continua necesidad de encontrarnos con nuestro sueño,
dolor inexplicable?
¡Romántico visionario!
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pasan hablando de las virtudes del vino (hasta los médicos los apañan), pero piensan
ignorancia! Yo, sinceramente, creo que el alcohol es más dañino que la marihuana.
Pobre mi China, sí que nació floja de sesera, pero es más buena que el pan,
es hábil con la lengua, y no solamente para decir groserías. Lástima que de poesía nada.
Yo le muestro los poemas que escribo y ella se esfuerza pero nada, no hay caso, nunca
Imagino que cuando se pone una hoja escrita frente a los ojos las letras le bailan unas
zambas y chacareras. Pero yo la quiero, y no la rebajo por lo que no es; después de todo,
todos tenemos nuestras virtudes y nuestros defectos, y nuestros propios gustos; nadie
está obligado a saber de literatura, o de una cosa determinada… y si hay que buscar
sapiencia en algo, ella tiene conocimientos enciclopédicos sobre telenovelas, y ahí está:
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¿De qué me serviría escribir una novela para contar historias nada más? Ya
hay miles, y muy bien contadas: ¡al diablo con el lector! Quiero que la novela sea
ruptura y pasaje, brazo que se estira para llevarnos al más allá. Esta literatura tiene que
¡Ficción personal (no autobiográfica) hasta los huesos! Tiene que ser escritura no sólo
clásico ni a best-seller, asquear al lector, impedir que termine de leer: ¡que se vaya a un
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(sino todas) ya fueron aplicadas a la novela. No hay nada novedoso en mis palabras,
pero por lo menos me las guardo para mí, no las hago públicas, como otros que se la
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Odio el mundo de lo fayon, me da repulsión, ganas de vomitar: es irreal,
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Quizá la raza humana esté un poco más allá del bien y del mal, pero siempre
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A los creyentes: si están tan convencidos de que Dios existe, ¿para qué lo
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Nadie anda por las calles predicando su ateísmo.
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Prefiero a un religioso que contraría su moral, a un ateo estrictamente
moralista.
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Disculpe, improbable lector, que salte de un vago comentario a frases
pretenciosas, de meros chismes a pseudo-teoría literaria; ¿pero usted qué pensaba que
iba a hacer yo?; ¿no vio que el título de mi libro es “fragmentos de un ido”? En lo que
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Antes de seguir (si es que vamos hacia algún lugar): no estamos ante una
novela, estamos ante fragmentos. No hay aquí pretensiones literarias, no hay proyecto,
es sólo un cúmulo de bocetos. Creo que la novela propiamente dicha espera ser escrita
dentro de muchos años, seguramente en el año de mi muerte, sin saberlo (tanta suerte
tengo); mientras tanto, no me queda otra que (con sorna e indignación, o con
ser.
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El sentimiento de soledad nos acosa a todos, creo, en algún momento de la
vida. Es un mal que está muy extendido, un pensamiento está siempre dispuesto a
cercenar nuestra tranquilidad. Son tantos los parámetros de belleza. ¿Cómo ocultar
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Es absurdo escribir. No sé quién habrá inventado la escritura. Maldigo al
chino que hizo inscripciones en las caparazones de tortuga; por su culpa paso a veces
noches enteras encorvado frente a un cuaderno. ¡Deportes, deportes, cuánto los extraño!
Pero ya terminó hace rato la etapa escolar, ya terminaron las obligaciones ¿para qué me
quejo?
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Podrá seguir ganando millones con sus libros, pero nunca va a elucubrar un
argumento que sea novedoso, ni tejer una trama interesante, crear un personaje querible
o complejo, y mucho menos enhebrar dos palabras en forma bella y única; por mí, que
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Algo que atraviese las eras, un mensaje descolocado pero siempre útil, o
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¿Cuánto esfuerzo tendré que hacer para que la masturbación no se
transforme en un arte cuando mi China sea ausencia? No le temo a esa pasión más
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Es indignante hacer lo que hago, tomar apuntes sobre la nada, ¿por qué
mejor no meto todos mis aforismos en apretada hilera y dejo ir el resto al carajo? Ya ni
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Amar es la mejor forma de sufrir que conozco.
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Me gustaría amarlos a todos hasta el odio (a todos: a los que pasan por la
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A veces mi china me pregunta si soy feliz (lo que quiere decir es si soy feliz
afirmativamente y lo hago sonar sincero al monosílabo. Con eso ella tira para rato, se
conforma, el poder que ejerce la palabra sobre su ánimo es notable, tanto que me da
miedo. A menudo pienso que es muy propensa a ser convencida por cualquier otro, ya
que mis cualidades oratorias no son nada especiales; pero bueno, prefiero olvidarme de
eso.
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Hoy advertí que no veía a mi China desde hacía más de una semana. Al rato
de eso escuché el timbre del celular avisando la llegada de un mensaje. Decía: “Idiota,
encontrarnos?, ¿en dónde?, y lo más importante ¿para qué? O yo ando muy mal de la
memoria, o ella se está volviendo loca, pensé. Le iba a preguntar a través de un mensaje
a qué se refería exactamente, pero estaba sin crédito, así que me quedé mirando más de
media hora (no sé cuánto tiempo, no lo conté, pero tengo la certeza de que fueron más
de treinta minutos) a través de la ventana, unas pocas personas que pasaban cansinas,
una o dos niñas que corrían y chillaban, un perro vagabundo que se paraba a ladrarle a
otro que estaba encerrado, creando una cadena de ladridos en todo el barrio.
No tengo ganas de salir a comprar: afuera no está nublado, por lo que veo
desde acá parece que hay un sol bastante fuerte, pero yo me imagino una calle gris y
arrastro los pasos, me dejo caer en la cama. Cierro los ojos un instante; una imagen
persiste en mis retinas. Los abro: en el techo hay una mancha de humedad ¿qué se
dibuja?; recién lo veía clarito, pero ahora no puedo captar la imagen, ni el pensamiento
insignificantes sepultaran el pensamiento que me hizo abrir los ojos; ¿qué era?, ¿qué
imagen vi? Me desespero intentando ubicar en mi cerebro esa idea que se me escapó
cuando la quise racionalizar. De alguna manera creo que es importante lo que la imagen
cercenada, la lógica no podía analizar lo que la intuición captaba, cuando abrí los ojos
un ser de inteligencia incompleta. Cerré las pestañas, pero eran cientas, miles de
pestañas informáticas, cada una daba paso a marejadas de información, y cada pestaña
parecía conservar, en algún rincón ínfimo, un jirón, una sílaba, un color o un fragmento
de imagen que debía formar parte de aquella imagen originaria, esa que la mancha de
saber eso? ¡masoquista!, me dije. Con las escasas energías que fui capaz de acumular en
un instante, pegué un salto de la cama. La realidad volvió a mí. Miré la mancha. Era
solamente una mancha de humedad. Informe, producto del azar. No había nada
significativo ahí, ninguna clave. Me senté frente al cuaderno. Arrojé frases sin mucho
sentido, pero agradables al oído (hay que creerlo, porque las repetí tres o cuatro veces
en voz alta). Cerré el cuaderno, me calcé las zapatillas más presentables que tenía y fui
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“Qué pasa corazón, de qué me estás hablando?” escribí, y envié. La
respuesta se demoró unos cuántos mates que sorbí con rabia, la infusión me devolvió las
energías perdidas en el trance. ¿Qué era esa maldita imagen? Esta estúpida, cuánto tarda
en contestar. Recordé un cuento breve, un cuento breve hermoso: Ante la ley, se llama,
es bellísimo porque su sentido nunca cierra. Que estúpida, cómo puede ser que esté con
ella ¿y la mancha; es uno de los laberintos más magníficos que construyó Kafka. “ke
decis tonto? Como d ke te estoy ablando, no t hagas el idiota” qué tipa estúpida, no me
responde lo que le pregunto? Ahora qué le respondo ¿era una mancha de humedad nada
más? No, un mensaje hubo, una especie de señal, por algo pasan las cosas, me dice
siempre mi china. Puta madre, qué imbécil que soy, pierdo el tiempo en cosas en las que
mirando las formas de las nubes (no, eso de chico: ya no lo hago más) ¿y los faloperos
de la esquina?; ¿estarán allá en este mismo momento?, no, pero es temprano, no se van
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No quiero abismos en mi mente, los desterré hace años, puedo generar soles,
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“China, vos sabés lo que siento por vos, no destruyas esto por un simple
apagó, tenía la batería baja, se ve que me puse a escribir y me desenchufé del mundo, y
el aparato quedó en algún lugar de la casa, y yo no lo advertí durante horas, pero creéme
si te digo que no te cagué, sabés que soy despistado, inútil para relacionarme
socialmente, abúlico, vago, pero infiel jamás, eso me parece demasiado fácil, y lo fácil
me parece bajo, vulgar. No te rompas la cabeza, sabés lo que siento por vos, china, no te
abandones a tus primeros impulsos, razoná, vas a ver que tengo razón”
ENVIAR.
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“Qué te pasa que no respondés, china, no seas así, no me abandones. Sabés
que naufrago fácilmente, que la noche me devora, y que soy capaz de hacer cualquier
cosa si no estoy con vos, si no tengo la tranquilidad de saber que tu mirada inocente
todavía existe en el mundo. Vos sabés de qué te hablo, sabés lo que siento (porque con
esas cosas soy incapaz de jugar) sabés lo que siento por vos. No rifés nuestra relación
ENVIAR
51
“soy incapaz de hacer una canallada, y lo sabés, ¿por qué me lo sugeriste en
el último mensaje? Sería imposible que yo hiciera algo así, estando como estoy todo el
tiempo encerrado, en todo caso vos sí tenés oportunidades, trabajás, y yo sé que en ese
trabajo estás permanentemente rodeada de gente, vivo en mi cueva pero no soy tan
estúpido como creés, y si nunca te controlo es porque confío en vos, así que no
destruyas esto tan fuerte que siento, ¿querés? por algo que en definitiva es tan nimio,
un olvido, una salida, que para mí era importante pero me olvidé, mi memoria falló, lo
que no significa que no tuviera importancia, una cosa no tiene nada que ver con la otra,
mi memoria falló y listo, también podría llegar a fallar el día de mi cumpleaños, qué le
ENVIAR
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“¿no andarás con otro, y por eso no querés venir, no?”
ENVIAR
53
“Decís que tenés cosas que hacer después del trabajo, pero no me decís qué,
y no me vayas a salir con que tenés que ir a lo de alguna amiga porque no te voy a
creer”
ENVIAR
54
“ah sí, tenés que ir a lo de tu amiga, mirá vos, jajajaja, contate otro. No soy
tan idiota como pensás, ni lo parezco, así que no me tomés por gil. Hoy vos te venís
para acá, tu amiga puede esperar, ¿desde cuándo uno debe darle prioridad a un amigo?
ENVIAR
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Al final apareció. Yo sabía que si le ponía los puntos sobre las íes iba a
ceder. Tiene miedo a quedarse sola, tiene más miedo que yo, sabe que va a encontrar a
alguien, pero no está segura de que la amen, teme que la usen, como ya le debe haber
pasado muchas veces. Así que vino, le hice unos masajes, jugamos a las cartas mientras
levanté como nuevo, utilicé sus labios para mis caprichos y después la acompañé a la
parada del colectivo. Ahora está trabajando, y yo acá, hundido en mis escritos.
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No soy alegre, soy feliz pero no alegre, únicamente extraigo del hueso de
mis textos una pequeña oda a la felicidad. No es fácil para mí explicar en qué consiste
esa felicidad; de hecho nunca me fue fácil expresar mis sentimientos. Hay algo extraño
Soy puro, incapaz de mentir, y aún así no soy una persona fácil. Para tratar
conmigo hay que tener cierta base de inteligencia e ingenio, y demostrar un amor por el
ser humano en cada gesto, en cada mirada. Amar a los animales, tenerles piedad, crear
ligas en defensa de ellos, es fácil. Yo quiero ver a alguien que ponga las manos en el
fuego por la raza humana, y al decir raza me refiero a todos, sin distinción de credos,
decir “creo en el hombre?”. Bueno, yo soy de esos pocos, de esos elegidos que creen en
predecir el futuro en base a ciencia; el problema es que esa ciencia, admirable por su
está dominada por seres ambiciosos y egoístas. Eso, el tener tanto poder, la hace odiosa
y temible.
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en sí, sino porque si odiamos demasiado tiempo a una persona, corremos el riesgo de
persona odiada. Es mejor amar a nuestros enemigos, no es fácil, pero es una salida más
puedo ser egocéntrico, pero de ninguna manera imbécil. Imbécil es aquel que no sabe
profundamente, pero no le temo a esos sueños, a esas ofuscaciones, es más, creo que
son muy necesarias para seguir adelante con fuerzas renovadas. Yo no soy un cínico: de
hecho, nada me causa más piedad que una persona que se ríe de su propia desgracia.
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faltar a la verdad; no sé de dónde salió esta ética mía, pero la llevo marcada a fuego
sobre mi cuerpo frágil. No soy bufón de nadie, aun cuando algunos se empeñan en
reírse de mí: ya va a caer mi mano pesada sobre ellos, ignoran mi fuerza al ver mi
surgir sin aviso. Quiero ver cómo se ríen ante una situación de pánico, a quiénes le
día de mayor dicha”: eso creemos, ingenuos de la peor calaña, y nos agotamos en esa
fantasía. Pensamos “somos millones, mi soledad tiene que ser, por mera estadística,
pasajera”, pero no, el azar se empecina en mostrarnos que el error está en uno, la
excepción a la regla. Que esa regla no nos margine, que no nos lleve al vértigo de un
Cómo tensa la cuerda, China de porquería, no puede vivir en paz dos días
seguidos, tiene que forzar a una pelea, es parte de la naturaleza con que está forjada. La
largaría a la mierda si tuviera otra mujer (cualquiera) entre ojos, si fuera tan fácil. A
respiro mal mi prosa se traba, prosa disléxica que será mi perdición. ¿Dónde quedó el
estilo que mis jóvenes 20 años anunciaban? Únicamente destaca este cadáver como
Hoy no me aguanté más, fui y los insulté, sin pensarlo dos veces. Estaban,
como siempre, en la esquina, riendo grotescamente vaya a saber uno de qué. Me paré a
cierta distancia prudencial de ellos y les grité “porreros de mierda, váyanse a fumar a
minuto ya estaban a los gritos y risotadas nuevamente. Yo me metí en casa y tardé largo
rato en recuperarme del exabrupto. Agitado, observaba las pilas de papeles que guardo
en el armario, esperando hacer, alguna vez, una obra inesperada, algo que me guiñe el
ayudar, y que todo lo tengo que esperar de mi propia voluntad, cuando no del azar.
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Hay un chiste que dice “gracias a Dios soy ateo”, esa porquería de broma
me hizo reflexionar, y pienso que es así, hasta el más ateo desearía, en ciertos momentos
de su vida, que Dios exista para ser cobijado en su seno. Hablando del “Quía”, una vez
oscuridad inmensa y nada más, es decir, mi conciencia era aquel dolor que no sabía de
dónde provenía, mi ser era esa oscuridad. Creo que mis gritos hicieron que me
inyectaran morfina: esa droga únicamente puede describirse como “La caricia de Dios”
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un instinto y lo escuché. Una media hora antes del horario de salida de su trabajo, yo ya
estaba en la esquina del supermercado en el que es cajera. Me comí las uñas mientras
esperaba. Cuando por fin salió, vi como se le acercaba un tipo y la besaba en la boca. Lo
que más me llamó la atención era el parecido físico del chabón: llevaba el pelo cortado
como yo y tenía una estatura muy similar a la mía. Me dieron ganas de matarla, pero fue
Mientras tanto, febrilmente, comienzo a escribir los primeros capítulos de la novela que
Hoy vino y no la maltraté. Qué débil soy: como estaba mimosa la dejé hacer
imagen de la plaza que queda frente al edificio municipal. “Se van a ver ahí” pensé.
Dejé las hojas y el bolígrafo a un lado y me dirigí al lugar. Entré a la plaza y encontré a
miraba con desconfianza, amenazante; cuando la tuve a un paso iba a regañarla pero me
sorprendí al ver que pasaba a mi lado sin siquiera mirarme. Me di vuelta y vi como se
le susurraba algo (ella estaba más linda que nunca), después se fueron caminando
tomados de la mano. Los seguí de cerca, escondiéndome a cada momento detrás de otra
gente. Llegaron a una heladería y pidieron dos cucuruchos. Yo crucé la calle y los
observé desde la vereda de enfrente, cobijado por la sombra que daba la copa de un
árbol. El tipo se parecía a mí hasta en los exagerados gestos que hacía para sonsacarle
luego se alejaron agarrados de la mano. Los seguí nuevamente. A las pocas cuadras
comencé a darme cuenta de algo que me pareció terrible: estaban enfilando para el
barrio donde yo vivo. “No puede ser: se dirigen a mi casa”. Un temblor me recorrió el
cuerpo completo. “Esta es capaz de enrostrarme su engaño”. Pensé que lo mejor que
podía hacer era irme para otro lado y al otro día llamarla y decirle (inventarle) que yo
estaba saliendo con otra mujer y que ahí mismo se terminaba lo nuestro, pero estaba tan
alterado que sentí el imperioso impulsó de llevar la situación al límite. “Si me obligan a
hacerlo, voy a matarlos adentro de mi casa: algún pretexto voy a encontrar para
mi hogar. Abrí y me hice a un lado, dejándolos pasar. Luego entré yo y cerré con llave.
“¿Qué otro?”
carcajadas. Hablando seriamente, creí que iba a matarla. “¿Qué es lo que te resulta tan
fuimos juntos a tomar un helado; estábamos tan bien y ahora me salís con esto”
nariz. “Gracias al dolor que me causa haberte descubierto en la trampa, escribo al fin mi
cortinas. Llevaba un escote muy provocativo. “¿Loco?, ahora te voy a mostrar los
capítulos que llevo escritos, China desagradecida”. Fui hasta mi cuarto y de la mesa de
luz saqué la pila de hojas. “Tomá, acá tenés, incrédula”. La China agarró y se puso a
hojear. Un hilo de sangre se deslizó por su barbilla y cayó sobre una hoja. “Pero estas
hojas están en blanco” dijo. Se las quité de la mano y me puse a revisar: era verdad.
“¿Dónde se metió el otro? –pregunté furioso- Fue él el que me cambio las hojas, ¿no,
pulcra. Sentía calor en la frente y un ligero sopor. Me puse a gritar como loco hasta que
se me acercó una mujer joven. Era una enfermera. La miré con desprecio y le dije
“quiero tinta y papel”. Se marchó y a los pocos minutos regresó con lo que le había
de espanto ni de aburrimiento, más bien miro a las palabras con descaro, uso y abuso
de ellas, hasta que el lenguaje llega y se queja por mí. Yo no ahondo en la estética más
la noche como la más poderosa de las sinfonías: volvé, volvé al piano que canta sin
voz humana, volvé al piano de los armónicos espectrales, alfa y omega de los