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Paulina Juszko

Concierto
de
Masturbanda

1
¡Sombras, nada más,
entre tu vida y mi vida…
Sombras, nada más,
entre mi amor y tu amor!
¡Sombras…nada más!

(Tango de Contursi y Lomuto)

Imagina un antro subterráneo que tenga en toda su longitud


una abertura que dé libre paso a la luz y en esta caverna
hombres encadenados desde la infancia…¿Crees que puedan
ver otra cosa de sí mismos y de los que están a su lado, que
las sombras que van a producirse enfrente de ellos en el
fondo de la caverna?
Platón, La República (Libro VII)

Credule,quid simulacra fugacia captas?


Quod petis est nusquam; quod amas, avertere, perdes.
Ista repercussae quam cernis, imaginis umbra est.
Ovidio, Metamorphoseon (Liber tertius)

2
MODERATO (SEMPRE UGUALE)

- Lo nuestro ha ido demasiado lejos, Dulce María. Yo te quiero, vale, eres una mujer
maravillosa. Pero Antonieta y mis hijos están primero.¿Tú me comprendes, verdad?
- Luis Fernando…
- Mira, es mejor que cortemos esta relación. Yo te vo’ a recordá siempre. Te daré un
ascenso ¿okay? y buscaré otra secretaria.
- Oye, Luis Fernando, comprendo tus razones, mi amor, y no quiero destruir tu
matrimonio. Pero no me provoca ningún ascenso, chico. No puedo soportar la idea de
no verte más, déjame seguir a tu lado, vale. Yo te prometo que no te pediré nada, sólo
seremos amigos….¿Qué dices, Luis Fernando…?
- No te pongas así, Dulce María, no llores, chica, que puede entrar alguien…Espero
que podamos ser amigos, como tú dices.

(Cortina musical)…………El amooorr no se puede deteneeerr…………..

La comida de las perras…si no fuese por ellas, lo único que me queda al final y Guillermo
quiere que nos deshagamos de los pobres animales…en su obsesión todo le parece demasiado
gasto, dice que nos vamos a quedar en la miseria. Pero si no fuera por ellas, yo ¿qué hago? Él,
lo mismo que si no estuviera, todo el día tirado en esa cama, dan ganas de cantarle la de Tita
Merello: Che, Pepino, levantate ‘e la catrera…Sí, está enfermo, lo entiendo y trato de tenerle
paciencia como me dijo el médico, pero a veces me saca de las casillas, no es fácil, juro que
no es fácil. Yo lo quiero, soy una mujer decente, una buena esposa, una excelente madre,
nunca me interesó otro hombre después que me casé con él, porque no vamos a contar los
filitos que tuve antes de conocerlo…Qué bonita era yo entonces, ahora tampoco soy fea pero
de jovencita todos decían que era un bombón, ¿por qué no habrá salido a mí la Paty?, tuvo
que salir al padre, que en la familia de él son todos petisos y morochos, qué mala pata. Los
pibes andaban como locos atrás mío. Me acuerdo de Gabriel, mi primer romance, yo tenía
trece y él catorce, estábamos en sexto grado y nos juramos amor eterno el día de la primavera,
que habíamos ido de picnic al parque Pereyra – recién rebautizado Derechos de la Ancianidad

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– con todos los compañeros; nos quedamos solos en las hamacas y él va y me zampa un besito
en la boca, así, de sopetón y se me declara (Qué suerte que se fueron porque tenía que decirte
que te quiero, estoy enamorado de vos y te pienso todo el día, Moni), después arrancó una
florcita que crecía entre el pasto, amarilla y sin perfume – ¿por qué será que todavía me
acuerdo de ese detalle? – y me la dio (Vos sos más linda que cualquier flor, aunque sea de
florería. Y…¿qué me contestás?¿querés ser mi novia?), yo lo miré en serio por primera vez:
algo narigón era y arriba de la boca tenía una pelusa oscura, pero en general bastante pasable,
simpaticón, entrador, así que le di el sí sin pensarlo más y hasta fin de año estuvimos
mandándonos cartitas a espaldas de la maestra y él me hacía la pasada en bici y a veces nos
encontrábamos haciendo mandados y él me agarraba la mano y me daba un beso si nadie
miraba…todos nuestros compañeros sabían que éramos novios, creo que fue lo más
emocionante de mi vida, más todavía que el casamiento por iglesia, con el vestido blanco y
las viejas que lloran y la envidia de las amigas solteras y todo eso…a mí me parecía que
caminaba por la cuerda floja, si se enteraban mis viejos me mataban. Mi hermana Lita, que
era dos años mayor, lo sabía y me cargaba cuando estábamos solas (Andá, rompecorazones,
ahí está tu príncipe en la esquina esperando que te asomes al balcón, mariposona.¿Habrá
pintado la bici de blanco para que se parezca al caballo de los cuentos?). Después nos
mudamos de Quilmes a La Plata y ni siquiera pude despedirme de Gabriel, nunca más lo vi,
cómo es la vida…

A los quince – que no me hicieron fiesta porque no había plata para lujos, por eso yo a mi
hija le hice una bien linda, de lo mejor, en un salón alquilado y todo – me enamoré locamente
de ese estudiante de medicina del barrio, tan buen mozo y tan alto, Roberto, qué ojos verdes
tenía…y justo me vengo a casar con un petiso de ojos marrones…era salteño y paraba en lo
de los tíos, le había averiguado vida y milagros, pero él no me daba bolilla, apenas me
saludaba al pasar, a veces tomábamos el mismo micro y yo lo miraba todo el viaje –
disimuladamente por supuesto. ¿Y cómo se llamaba aquel otro que me esperaba en la esquina
a la salida de Corte y Confección, para ir a dar unas vueltas por la plaza España o sentarnos
un rato en un banco a conversar? ¡Esteban! No, nada que ver…Eduardo, sí, Eduardo, y le
decían Dadi. Rico chico, aunque un poco gordito; me acuerdo que iba a la Industrial, le
permití que me diera algunos besos, pero no lo quise ver más desde el día que trató de
meterme la lengua y levantarme la pollera para acariciarme las piernas (¡Ah no, m’hijito! ¿te
pensás que soy una loca?).

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Novio en serio no tuve antes de Guillermo. Y fue para casarme. Como corresponde si una
es decente, mi hermana igual, así nos lo inculcaron nuestros padres desde chiquitas: mamá
siempre nos recomendaba tener cuidado porque los hombres son unos vivos y si encuentran
una fácil, aprovechan y cuando queda con el bombo la dejan y la vergüenza es para la familia
(Para hacerte respetar vos tenés que decir que no, no te dejés engañar por las lindas
palabras de todos esos picaflores. Si no hay casamiento, nones. Que se saquen las ganas con
las putas, con las negritas, que para eso están, y no con las chicas buenas, de hogar), a
nosotras nos parecía que escorchaba demasiado con esa letanía, pero hoy que tengo una hija
me doy cuenta de cuánta razón tenía la vieja al insistir. Épocas en que una mujer nacía con
un tesoro entre las piernas, se ríe la de enfrente. Que se hagan las modernas y se rían todo lo
que quieran, claro, una mujer grande no tiene nada que perder, pero yo sigo pensando que
para una chica es importante la virginidad, a mí me gustaría que Paty llegara virgen al
matrimonio. Papá nos decía a cara de perro que si quedábamos embarazadas, no le pisábamos
más la casa y nosotros tratamos de educarla igual a Patricia, aunque estos tiempos son bien
diferentes, la mayoría de las pibas se casan con el regalito, una compañera de quinto de Paty
tuvo que casarse de apuro y ella tan campante, de vestido blanco y todo, qué vergüenza para
los pobres padres…y eso que uno los manda a colegio religioso, ya no hay moral como antes.
Si no, miren la de enfrente, Mariquita: desde que vino a vivir acá anduvo con cinco tipos por
lo menos, ella no me cuenta nada pero yo los veo salir de la casa a la mañana temprano
cuando se quedan a pasar la noche. Bueno, al menos es discreta y no se mete con los hombres
del barrio…lo que no quita que en mis tiempos la gente decente le hubiera dado vuelta la cara,
ni el saludo, mientras que ahora la moral de una mujer importa poco y aunque sea una loca
puede tratarse con la gente seria, de hogar; ella tiene muchos amigos así que la aprecian, o por
ahí vienen sólo porque cocina bien y le gusta organizar comidas, reuniones, andá a saber.
También, se codea con cada ejemplar, como esos trolos que suelen venir: el Ernesto, el
Lorenzo, o ese Alfonso que todo el barrio lo conoce por chiflado, que hasta la mujer lo largó
porque no lo aguantaba más, se fue con el hijo, parece que les pegaba a los dos. Y era amiga
del viejo Pacheco, el que vivía en la otra cuadra y se suicidó hace unos años, algunos dicen
que fue por ella…Es medio artista, escribe y anda siempre metida en cosas de teatro, dos por
tres sale en el diario, y ya se sabe que los artistas son todos raros; pero en el fondo no es mala
persona, al principio me resultaba antipática porque no le pasaba bola a nadie, daba la
impresión que se creía superior a nosotros y además al baboso de Guillermo se le salían los
ojos cuando ella cortaba el pasto de adelante en bikini (Está buena la vecina,¿no necesitará
ayuda?¿Por qué no hacés régimen, che, para estar como ella?), a mí me daba una rabia, un

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día le contesté que después de todo no era tan flaca, que se fijara en los rollitos y la panza que
tenía. La Paty también me hinchaba con las comparaciones (¿Por qué no te comprás alguna
ropa más moderna, mamá? Mirá la de enfrente cómo se viste), a mí no me gusta ponerme
ropa de joven, allá ella si quiere hacerse la piba, pero yo sé bien la edad que tiene por más que
la esconda, unos cuantos años me lleva, a mí no me va a engañar tan fácil.

Después, con el tiempo, se hizo bastante amiga de nosotros, a veces me descargo


contándole todo lo que me pasa porque sé que no es chusma y no va a ir repartiéndolo por ahí.

………………………………………..

- ¡Esto se acabó, Luis Fernando!


- Antonieta…
- Nada, chico,¿es que tú me crees gafa? Ya no soporto que me engañes con cualquier
chayota de pelo oxigenado que se te cruza en el camino.
- Pero yo te ‘amo, tú eres MI mujer y la madre de MIS hijos…
- Sí, yo aquí encerrada todo el día ocupándome de los oficios de la casa y tú puro
jolgorio con tu secretaria.
- Eso ya terminó, vale, te prometo que…
- Basta de promesas, chico, puedes recoger tus cosas, quiero que te vayas pa’ siempre.
- ¿Me estás botando de mi propia casa, chica?
- Como lo oyes, voy a poner una demanda de divorcio con mi abogado. Luego haré una
dieta, iré al salón de belleza, me compraré ropa nueva y volveré a la universidad.
Seré una nueva Antonieta, ya lo verás.
- Piensa en los niños, Antonieta. Diecisiete años juntos, chica…
- Ven a verlos cuando quieras, Luis Fernando, después de todo también son tus hijos.

(Cortina musical)………..El amooorr no se puede deteneeerr…………….

Casi no tengo amigas, a las que tenía de joven las fui dejando después que me casé porque a
Guillermo le fastidiaba que vinieran a casa, siempre quiso atención exclusiva al volver del
trabajo, me hubiera matado si yo le decía que me iba a visitar a Claudia o a Marisa, o que me
iba a reunir con las chicas en una confitería. Claro, podía salir mientras él trabajaba, pero la
verdad es que no tenía ganas, estaba demasiado entusiasmada con las tareas del hogar: la
cocina, la limpieza…a mí me gusta la casa impecable, los pisos relucientes, que no haya ni

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una mota de polvo en ninguna parte, y eso lleva tiempo. Por suerte Patricia heredó de mí esa
pasión por la limpieza.

Sin embargo ahora me gustaría tener algunas amigas, me ayudaría; con Guillermo enfermo,
la nena en la facultad o estudiando – que es también como si no estuviera, se encierra en su
pieza o se va al quincho – me siento bastante sola. Si no fuera por las perras…Mariquita no
sabe cómo lo aguanto a Guillermo en este estado, igual que una cosa, duerme o se pasa horas
sentado en la cocina al lado de la ventana. Y es tan larga esta enfermedad…para ella la
mayoría de los depresivos son unos egoístas de mierda que se tiran a muertos, así los otros
cargan con ellos, toman las riendas de su vida. Capaz que tiene razón, no sé, la cuestión que
ya estamos hartas, la nena y yo, de vivir encerradas, no vamos a ninguna parte porque él no
puede manejar, nos tuvimos que pasar el verano acá muriéndonos de calor, ni al club pudimos
ir. Mariquita dice que ella, en mi lugar, se hubiese largado unos días a Mar del Plata con Paty,
las dos solas. Sí, muy fácil decirlo, está bien que allá tenemos parientes, pero ¿quién lo
atendería a Guillermo acá?, él no se ceba ni un mate, no está acostumbrado, ni cuando yo me
siento indispuesta, igual tengo que cebarle o si no la Paty, ahora menos todavía se va a
arreglar solo. Según ella es una mala costumbre de muchos hombres que nos tienen de
sirvientas; ella es muy feminista pero yo prefiero las cosas a la antigua y en eso coincido con
Guillermo: el hombre para trabajar afuera, la mujer en el hogar, cada cual en lo suyo, para eso
los hizo Dios. Cierto que a veces Guillermo hincha, se pone pesado, pero tengo que
aguantarlo porque es mi marido, para bien o para mal. Por lo menos ahora con la depresión no
es tan violento, antes cuando discutíamos se ponía muy nervioso, enseguida le largaba una
cachetada a Patricia, a mí me zamarreaba o me empujaba, sin hablar de los insultos que nos
ligábamos…parece mentira lo polvorita que era y ahora todo le resbala, al menos en ese
sentido descansamos. Pero la nena se le enfrenta cada vez más, no lo puede ver así, discuten
todo el tiempo, claro, ella es joven, no aguanta esta vida, se aburre en las vacaciones, sus
amigas tampoco pueden venir a casa porque no queremos que nadie se entere de la
enfermedad de Guillermo, ni los vecinos; yo sólo se lo conté a Mariquita y a los de la familia,
no sé para qué, si son unos desgraciados, se borran olímpicamente aunque viven a pocos
kilómetros, si tuviera que contar con la ayuda de ellos…Mamá nunca lo tragó a Guillermo,
además su preferida siempre fue Lita, ni se molesta en disimularlo, por eso la Paty tampoco la
quiere a la abuela, de chica pocas veces le hizo regalos, para los cumpleaños unos juguetitos
de morondanga y gracias, es injusta la vieja, con los hijos de Lita se le cae la baba, todo es
para ellos, yo no los puedo ni ver a esos agrandados.

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………………………………

- ¡Ay Antonieta! Esto sí que no me lo esperaba, chica, a mí me va a dar un yeyo…


- ¿Qué sucede, Adela?¿por qué lloras así?
- Figúrate que ha venido a verme una mujer bien vulgar, una tal María Rosa,
presentándose como la ex de Enrique y me ha dicho que tienen un hijo. Enterarme de
esto a sólo tres meses de mi boda con Enrique, tú puedes imaginarte cómo me siento,
hermanita,¡es para botarse al río!
- Bueno, deja un poco la lloradera, vale, que no es tan grave. Él se casó contigo, no
con la otra.
- Sí, pero me engañó, Toña.¿Por qué no me lo dijo, chica, por qué?
- ¿Qué nos está pasando a las hermanas Mangano, chica? Tantas ilusiones, ¿te
acuerdas? El mundo iba a ser nuestro…y míranos ahora: yo con mi matrimonio roto,
tú llorando y la pobre Aurorita con su vida deshecha, la desgraciaron antes de
empezar a vivir, pobre niña…
- ¿Y cómo está ella?
- ¿Cómo quieres que esté, chica, después que esos tres desalmados abusaron de ella?
Se siente muy deprimida, nada le provoca, sólo quiere morirse, más nada. Ha vuelto a
su trabajo en la televisora porque todos le insistimos: tiene que distrerse, vale, pensar
en otra cosa.
- Sí, el mundo sigue dando vueltas y hay que echar p’adelante, chica.

(Cortina musical)….Llevo como una cruz clavada….en el corazóóón….

Yo tengo miedo de que Patricia llegue a odiarlo al padre, sería terrible, le repito que hay
que tenerle mucha paciencia, que estas enfermedades no se curan de un día para otro, ella me
contesta que es un ególatra – esas palabras difíciles seguro que las aprende en la facultad – y
un desconsiderado, que la tiene podrida; todo lo que él hace le parece mal y lo critica, le da
asco que coma tanto y se lo reprocha (Parecés un chancho), pero es por los remedios, el
médico me explicó que piden mucho dulce, la otra vez se comió más de media torta de un
saque, después anda mal del hígado y se queja. Para llevarle la contra la nena empezó esa
dieta tan severa, ya perdió como ocho kilos, creo que se le está yendo la mano (Piel y huesos
no queda bien tampoco, Paty, pará), le entra por un oído y le sale por el otro todo lo que le

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digo, y todavía pretende convencerme a mí (Hacela conmigo, mamá, así te sacás de encima
esos rollos tan horribles), pero yo no tengo voluntad, no puedo hacerla más de dos días,
bastantes problemas hay en la vida de una para que encima se prive de la comida. Ya me
tengo que privar del sexo porque Guillermo, desde que está con la depre, minga de joda en la
cama, no me da ni la hora, se queda dormido como un nene, hace meses que dura esta
situación, es más un hijo que un marido…y una mujer necesita eso, si no se vuelve histérica…
como dice la canción de la telenovela: todo el mundo necesita amor. Yo soy una mujer
decente, una señora de su casa, no voy a ir a buscarlo afuera, trato de mantenerme ocupada
para no pensar, por suerte en una casa hay tanto que hacer, nunca se termina. Pero es bravo, a
veces estoy lavando la ropa o repasando las persianas y me vienen de repente unas ganas…
siento palpitaciones entre las piernas (¿Y si voy al dormitorio…? Total Patricia no está.¿Si lo
acaricio como a él le gusta…?¿Si se la chupo como hacen las prostitutas…?), en una revista
que leí hace poco decían que en el amor vale todo, que el sexo oral – así lo llamaban – puede
dar variedad a las relaciones de la pareja, aunque sean marido y mujer, capaz que se le para…
no, pensaría que me volví loca, él es tan…no sé…¿moralista? ¿tradicionalista?, no aguanta
que la mujer tome la iniciativa, siempre cogemos igual: él arriba y yo abajo, es bastante
aburrido a la larga pero me acostumbré. Peor es nada. A veces le envidio la experiencia a
Mariquita que las conoció de todas las formas y tamaños, yo sólo conozco la de Guillermo,
así que no puedo comparar, me parece que es bastante chica, nada del otro mundo. Paciencia,
si una es decente debe acostarse con un solo hombre en la vida: el marido, con ninguno más.
Salvo si enviuda, claro…si Guillermo se muriera ¿no sería una solución para Patricia y para
mí?, total para lo que nos sirve ahora…ay, es un pecado muy grande pensar así, no es
cristiano, cuando una se casa es para estar juntos en la salud y en la enfermedad como nos
dice el cura, pero qué alivio si cuando estaba internado…(Señora, desgraciadamente tuvo un
paro cardiorespiratorio, no se pudo hacer nada) habríamos pasado un mal rato, lo habríamos
llorado como corresponde y después ¡cuánto más simple todo! Yo no me casaría de nuevo, le
sería fiel a su recuerdo por el resto de mi vida. Y si me llegara a morir antes, exijo que él haga
lo mismo, no le perdonaría que se case con otra, lo maldeciría desde el otro mundo, ya se lo
advertí (Si vos te casás de nuevo, te va a caer mi maldición y no vas a ser feliz), Guillermo se
ríe de mis celos (¿Vos te creés que después de la muerte vas a tener los mismos sentimientos?
No seas ridícula, Mónica, muerto el perro se acabó la rabia), no me importa, igual no quiero
que se vuelva a casar y la Paty tampoco querría otra madre, le haría la guerra, ya hablamos de
eso con ella y le di mis instrucciones, por las dudas.

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………………………………

- ¡Ay Wendy, qué desgraciada soy! Luis Fernando rompió conmigo, todo terminó entre
nosotros. Y yo lo quiero…
- Tú sabías que él es casado, chica. Es mejor así. Además es mucho mayor que tú,
Dulce María.
- A mí no me importa eso, vale, él es muy chévere igual. Yo quiero morirme, chamita…
- No llores, gafa, ponte las pilas y échale p’adelante, que el mundo sigue girando. Tú
eres joven, bonita. ¿Vamos a la disco esta noche?
- No, no me provoca, chica, no me provoca hacer nada. Yo quiero a mi Puchi, más
nada,
- Oye, Dulce, si no reaccionas vas a terminar mal. Ya tú sabes que el que se arrima a la
candela se achicharra. Aléjate de ese Luis Fernando,chica, él no te merece y te está
haciendo mucho daño.

(Cortina musical)……………El amooorr no se puede deteneeerr…………

¿Éste me habrá metido los cuernos alguna vez? No creo, pero con los hombres nunca se
sabe… mientras yo no me entere… porque si me llego a enterar de algo ¡lo mato! No sé cómo
hay mujeres que se aguantan que los maridos las engañen, Sara por ejemplo – la de al lado –,
la verdad que él siempre fue un picaflor, ella lo sabía antes de casarse y se arriesgó igual, me
lo contó aquel día llorando desesperada, pensó que una vez casados cambiaría y se haría un
hombre serio; pero ni por ésas, al tiempo volvió a las andadas, no en vano se dice que el zorro
pierde el pelo y le quedan las mañas, justito para él el refrán porque se le volaron las chapas;
encima el trabajo lo obliga a viajar, así que ¡papita pal loro!, tiene todas las facilidades. Yo lo
habría forzado a cambiar de trabajo para tenerlo cerca y poder vigilarlo al tipo. Divorciarme
jamás, soy católica y no acepto el divorcio, si Guillermo me lo pidiera – aunque tuviese otra
mujer – yo no se lo daría nunca, para mí la ley de divorcio es inmoral. La pobre Sara se hizo
mucha mala sangre, pero últimamente empezó a hacer yoga y se lo toma con más
tranquilidad, dice que el yoga te da otra manera de ver las cosas, como una filosofía de la
vida, queseyó…lo que es a mí, que no me vengan con esas cuestiones de la filosofía, no
quiero ser una cornuda alegre.

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Ahora se puso de moda hablar de las fantasías sexuales, los ratones que te andan por la
cabeza cuando pensás en eso, lo que te gustaría que te hicieran o hacerlo vos si te animaras, o
si no, cuando estás haciendo uso con tu marido te imaginás que es el de la novela, el Luis
Fernando Arizmendi, el que más me gusta, qué chévere está como dicen ellos…tan grandote,
la debe tener bien buena, y tan cariñoso…dale, mi amor, metémela toda pero despacito, así
así, hacelo durar, cogeme dulce dulce, soy tu Antonieta, tu mujercita adorada…esos dos cómo
se quieren y sin embargo siguen separados, claro, si se juntan termina la novela. ¿Guillermo
también tendrá ratones? Capaz que se imagina que soy la Aurora o la Adela Mangano las
pocas veces que se le despierta el indio últimamente, porque él también la mira a la novela
aunque se ría y diga que son puras pavadas, bien que la mira. Ahí ya no me gustó la cosa:
pensar en otra, sobre todo en esos momentos, es una forma de engañar…Dios, qué celosa soy,
no puedo con mi genio.

¿Habrá que confesarle al cura que una tuvo esos malos pensamientos? Hace tanto que no
me confieso, para las fiestas importantes voy a misa más que nada por Patricia que fue a un
colegio religioso y todavía le queda eso, a mí me parece que los pensamientos no pueden ser
pecado si se quedan en la cabeza de uno y de ahí no salen, son inofensivos; diferente sería si
se pudiera – como en algunas películas de ciencia-ficción – matar o hacer daño con el
pensamiento, ¡qué zafarrancho se armaría!, yo me pregunto si quedaría alguno para contar el
cuento. Como la de enfrente, cuando la veo ir y venir, viajar a todas partes – ya fue cuatro
veces a Europa y nosotros ninguna, no es justo – que se viste de lo mejor y la vida cómoda
que lleva, me da una rabia…y pienso ¿por qué nosotros tenemos que soportar esta desgracia y
ella nada?, al fin y al cabo ella no le es útil a nadie, vive sola, sin hijos que sufran si le pasa
algo. Hay muchos – y gente buena, de lo mejor – que se mueren a cada rato ¡y ésta tiene una
suerte!, la vida debería ser más justa: deberían morirse primero los que no tienen familia. Por
suerte nosotros podemos comprarnos cosas mejores que ella, tenemos auto, quincho con
parrilla y una casa más grande; cuando se compró la tele en colores yo insistí para que
también nos comprásemos una de la mejor marca y más grande, aunque Guillermo no quería
gastar, no íbamos a ser los únicos crotos del barrio que seguían con el blanco y negro…me
compré secarropas, que ella no tiene. Y mi jazmín da más de quinientas flores en el verano,
cada año las cuento, ¡y qué jazmines!, a veces le regalo algunos, total me sobran y antes que
se marchiten en la planta…Ah, y si ella hace pintar la casa, nosotros también, para que vea
que no somos menos. No es por envidia, yo no soy envidiosa, nunca lo fui ni lo seré, ese
defecto felizmente no lo tengo.

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…………………………………

- Antonieta, ahí está el hombre de las máquinas que viene a cobrar.


- ¡Ay Cartagena, chica, qué desgracia! No tengo real, el dinero que nos pasa Luis
Fernando no alcanza para nada, se acabó hace rato. Y si el señor Bermejo se lleva
las máquinas, no podremos seguir con la fábrica de pantaletas.
- Yo ya le dije que pase dentro de unos días, pero es muy pichirri, no quiso saber nada.
Está ahí, sentadito en la sala, esperando.
- Cónchale, chica,¿qué voy a hacer? Mira, dile que he salido por un ratico solamente,
que siga esperándome. Ofrécele un café o un jugo, yo voy corriendo al banco a ver si
consigo un préstamo.
(Cortina musical)………..Tooodo el mundo necesita amooorr…………….
- ¿Gusta otro cafecito, señor Bermejo?
- No, basta de cafecitos, basta de conversadera, señora. Lo que yo quiero es cobrar, o
me llevo las máquinas. Muy simple.
- Aguarde un momentito más, por favor, la señora Antonieta ya va a volver y le pagará.
- ¿Ah sí? Pues ya estoy harto de esperar, he perdido una hora aquí y el dinero no
aparece.
- No sea usted tan duro, tan despiadado, dele un chance a la señora Antonieta que
necesita esas máquinas para terminar las pantaletas que tiene encargadas, vale.
Cuando se las paguen ella cumplirá con usted, sin falta.
- Puras promesas. La señora Antonieta compró esas máquinas a plazos y hace tres
meses que no me paga. Así que me las llevo. Muchachos, carguen las máquinas…
- ¡Esperen un poco, por favor! Ella va a volver ahorita…
- No hay dinero, no hay máquinas, señora.

(Cortina musical)…………El amooorr no se puede deteneeerr…………..

¡Qué lástima lo del viaje a Europa!, pensar que teníamos esa plata ahorrada y viene ese hijo
de puta de Alfonsín y hace congelar por diez años las cuentas de ahorro de más de cuatro
millones de australes, ¡cómo nos jodió el desgraciado!, fue por ese disgusto que a Guillermo
le agarró la depresión, no pudo recuperarse el pobre y se le metió en la cabeza que
terminaremos en la miseria, sobre todo ahora que se jubiló y cobra menos y las cosas

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aumentan a cada rato, otra que estabilidad, no se sabe a dónde vamos a ir a parar con todo
esto. En cambio la de enfrente, como es sola gasta poquísimo y se va comprando dólares,
capaz que pronto se hace otro viaje; además allá tiene muchas amistades y para en las casas de
ellos, ¡qué suerte tiene la guacha! Ahora nosotros también plata que tenemos, plata que
compramos dólares, no queremos saber más nada de la plata argentina que después se
desvaloriza o se la agarra el Estado, como ya tuvimos la mala experiencia. Aprendimos la
lección, no nos va joder más el gobierno.

Las perras están rascando la puerta, deben tener hambre las pobres…¡ya voy, locas, ya voy!
Les llevo la comida y después ya es la hora de la novela…

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LARGO E MESTO

¿Pero qué hace esa chica en el baño? Una hora por reloj que está encerrada ahí y la tarada
de Mónica la apaña (Dejala, es el único gusto que se da la pobre, todo el día estudiando. No
te podés quejar, tu hija no es una vaga), como si estudiar fuese un gran sacrificio y no su
obligación, carajo. El sacrificio lo hago yo que tengo que poner la guita para que siga una
carrera, con lo caro que resulta y ahora encima va a haber que pagar un arancel universitario,
qué joda, éstos del gobierno se lo pasan cagándonos de todas las formas posibles: primero el
congelamiento de las cuentas de ahorro, después el congelamiento de los salarios, ahora toda
la enseñanza va a ser paga como en Chile…cada día otra vuelta de tuerca, ¡paren que me
quiero bajar!, como para no deprimirse…para no deprimirte en este país, tenés que ser un
filósofo estoico. Algo me quedó del bachillerato, en el Nacional teníamos una profesora de
Filosofía bastante buena, una grandota…¿cómo se llamaba la vieja…? ah sí, la gorda
Pesinetti, no sé cómo hacía pero lograba que la escucháramos, todavía me acuerdo de algunas
cosas…y eso que yo no era un alumno brillante, medianito nomás…la gorda nos enganchaba
primero con anécdotas de Sócrates o de Kant, nos hacía sentir que también habían sido
hombres como nosotros, no únicamente aburridas bolillas del programa, además hacía
muchos chistes relacionados con las distintas filosofías, era igual que el jugo de naranja que te
saca el gusto de la purga. ¿Por qué será que me quedó tan poco del secundario?¿a todos les
pasará lo mismo, o soy yo el burro? Apenas unas nociones generales de historia, geografía,
filosofía, literatura…matemáticas y castellano, lo de la primaria y gracias. Actualmente me
acuerdo menos todavía, tengo como una neblina en la cabeza, son los remedios que me hacen
tomar, por un lado es mejor así no me preocupo tanto por la cuestión económica, si esto sigue
voy a acabar pidiendo limosna, ¿dónde mierda está la estabilidad?, acá se gasta cada vez más,
sobre todo en comida; siempre que Mónica va a hacer los mandados vuelve protestando
porque algo aumentó y eso que compra en la feria o en el supermercado, si fuera a los
negocios del barrio estaríamos fundidos hace rato. Este Menem se pasa con la mano dura, yo
lo empalaría en la plaza de Mayo, y pensar que lo voté al turco de mierda porque los radicales

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ya estaban quemados después del gobierno de Alfonsín, tan flojo, tan inoperante, al final ya
eran puras huelgas, nadie le daba bola. Y en un país tiene que haber orden, che. Éste es al
revés, él no le da bola a nadie y sigue adelante, caiga quien caiga, se pasa.

………………………………

- Ay Ingrid, ¿por qué tuvo que pasarme esto a mí?¿por qué a mí?¿por qué…?
- Tienes que reaccionar, amiga, no puedes seguir así. Aquello ya pasó, fue horrible,
pero pasó. Ahorita tú debes recuperarte. Olvídalo, chama, debes dejarlo atrás y
seguir viviendo.
- Es que no puedo, chica, no puedo. Siento por dentro una cosa fea, un dolor, una
impotencia…
- Lo tienes a Fucho, él te quiere y te ayudará a superarlo, mi amor.
- Fucho quiere ayudarme, vale, pero yo estoy muy confundida. A veces siento como si
él también tuviese la culpa de lo que me pasó. Si hubiera estado conmigo aquella
noche…
- Tu desvarías, chica, no te dejes llevar por esos pensamientos, trata de borrarlos de tu
mente.
- No, Ingrid, y no descansaré hasta que esos depravados estén en la prisión, por más
que los protejan sus padres influyentes, ¡te lo juro!
- Oye, chamita, el jefe de la pandilla ¿no es el hermano de Alberto Javier, ese
candidato a diputado con quien tú saliste algunas veces?
- Sí, y bien desviado que es ese chaval, muy mala gente, hasta se inyecta. Alberto Javier
lo defiende, lógicamente, pero mi abogado – Octavio, un amigo de la familia – me ha
prometido que meterá a los tres culpables donde deben estar, en la cárcel.
- Dime, Aurora, el tal Octavio ¿no es por casualidad el ex marido de Federica, la
dueña de la agencia de publicidad donde trabaja tu novio Fucho?
- Me parece que sí…Oye, Ingrid, se me acaba de ocurrir una gran idea para mi
programa: entrevistaré a mujeres violadas y yo misma contaré mi experiencia.
- Ay, mi amor,¿no lo crees un poco fuerte? Eso te hará daño, Aurora.
- No importa, chica, el público debe enterarse de estos atropellos. Basta de ocultarnos
nosotras las víctimas, como si fuésemos las culpables. Pienso que un programa así
puede lograr mucho rating.
- Vé con calma, vale, piénsalo bien. No te vayas de boca.

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- Es seguro que Fucho no estará de acuerdo, él se avergüenza de mi desgracia. Pero yo
necesito hacerlo, ¿tú me entiendes, Ingrid? Esto no puede quedar así, chica.

(Cortina musical)….Llevo como una cruz clavada….en el corazóóón…..

A mí, cuando era pibe, me gustaba tanto leer…en el Nacional nos hacían leer un toco de
libros, a veces me reventaba, teníamos de profesor a un trolo, no me acuerdo del nombre pero
era bastante amanerado y muy irónico, en los parciales repartía aplazos a lo loco; a pesar de
todo lo respetábamos porque se veía que el tipo sabía un kilo. Cuántas veces lo habré puteado
(Ma andate a la concha ‘e tu hermana, puto de mierda, cómo se ve que te sobra el tiempo
para andar leyendo todo el día, nosotros somos jóvenes y no podemos pasarnos el día
encerrados con los libros.), pero gracias a él me desazné un poco en literatura; después no leí
más, qué cosa, siempre lleno de trabajo en el ministerio o en casa, yo no era de esos vagos que
aprovechan las horas de oficina para leer el diario u otras cosas y hasta preparar materias a
escondidas del jefe, ¿cuántos estudiantes les deben la carrera a los entes públicos?, una manga
de vivos. Cuando me nombraron jefe de departamento los tenía bien cortitos, cada vez que
agarraba uno in fraganti le daba un buen café (Las horas de oficina no son para
esparcimiento personal ni para cultivar el espíritu, te pagan para trabajar. Si te agarro de
nuevo, tendré que informar al director, ¿la captás?), por supuesto me odiaban. Uno al que
habían dejado cesante me siguió una vez por la calle Siete, dos cuadras puteándome a grito
pelado, ¡qué energúmeno!, no sabía dónde meterme, me crucé de vereda y salí corriendo por
la Cuarenta y nueve hacia Seis, por suerte me perdió de vista, ¿y qué culpa tenía yo de que a
él lo hubiesen dejado cesante?, el director me pidió un informe y me limité a decir la verdad:
que era un inoperante, que se rajaba cada vez que podía, ¿qué quería que hiciera? ¿que
mintiera par salvarlo?, la culpa era de él, haragán de mierda, avivado, se lo merecía.

Yo tengo la conciencia tranquila, siempre me esforcé por cumplir con mi deber, nadie
puede decir lo contrario, mis jefes tuvieron todos un concepto excelente de mí; no faltaba, no
llegaba tarde, no perdía el tiempo charlando de fútbol o de minas en los pasillos del
ministerio, estaba dispuesto a hacer cualquier cosa que me pidieran sin protestar, aunque
pensara que era una reverenda boludez. Así llegué a jefe y lógicamente pretendía que mis
subordinados se comportasen de la misma manera, ¿por qué me odiaban tanto si yo sólo
exigía lo normal, lo justo? Me acostumbré a ir al baño con un fibrón negro para tachar los
letreros que encontraba en las puertas: A Guillermo Merelli deberían encerrarlo aquí por

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cagador / Merelli, enano arrogante e hijo de puta / Che Merelli,¿qué gusto tiene el culo del
director? y otros por el estilo; eso de escribir en los baños es una degeneración, con razón
tardaban tanto en volver los guachos…lo más indignante fue la caricatura del director
cagando un sorete monstruoso y yo abajo con la boca abierta esperándolo. Y para colmo no
podía decir nada ni tomar medidas, me tenía que hacer el desenterado porque en realidad no
había ninguna razón para que usara el baño de empleados, a mí se me permitía ir al del
director. Al del dibujo sí que lo hacía dejar cesante si lo identificaba, o por lo menos un buen
sumario, aunque la verdad no sé para qué sirven los sumarios, si total después, cuando cambia
el gobierno, los sumariados vuelven y hasta ocupan cargos importantes; del ministro Benítez
se decía que le habían hecho varios sumarios cuando trabajaba en Obras Públicas. Otra vez
una mano anónima me dejó en el escritorio una sátira en verso sobre los jefes – bastante
ingeniosa, tuve que reconocerlo (Mirá en qué pierden el tiempo, seguro que la escribieron en
horas de oficina) – y llegaron a mandar mi nombre al concurso de Insufribles de la revista
Humor, me la mostró mi compadre Juancito que la compra.

La cuestión es que me amargaba tanto con esas cosas que terminé enfermándome: tenía
acidez y un constante dolor de estómago, la tarada de Mónica encima me protestaba (Vos te
hacés mala sangre en el trabajo y después te la desquitás con nosotras.¿Por qué no vas al
médico? Se te va a hacer una úlcera), al final le hice caso, el médico me dio unas pildoritas
para el sistema neurovegetativo. Antes me leía todos los prospectos de los medicamentos,
cualquier día me iban a enchufar algo que podía hacerme mal, los médicos recetan
indiscriminadamente, total ellos no se lo toman, te curan de una y te revientan de otra. Ahora
ya estoy entregado, desde que me vino esta depresión me lo paso abriendo la boca para tragar
remedios y sin chistar, no tengo voluntad para averiguar de qué se trata, ni siquiera soy capaz
de concentrarme para leer más de cinco minutos seguidos… me pongo a pensar en algo, lo
tengo claro y de pronto todo se deshace, igual que en esos dibujos animados con plastilina que
va tomando distintas formas. ¿En qué estaba…? como si hubiese delegado los comandos de
mi vida, ahora son estas dos las que agarraron la manija en casa, se ligaron la madre y la hija
y me manejan como un pelele, pero ya van a ver cuando me recupere, vamos a ver quién
manda aquí. El psiquiatra dice que estoy un poco mejor, que se necesita mucha paciencia, esto
no se cura de la noche a la mañana, no es un resfrío ni una descompostura de hígado, me
repite hasta el cansancio que lo principal es la voluntad del paciente de salir adelante… yo me
lo pregunto frecuentemente, ¿quiero curarme en realidad?, y no sé qué contestarme, mi cabeza
es un embrollo, no puedo razonar con claridad.

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Por un lado la vergüenza de que los vecinos sepan que estoy en tratamiento con un
psiquiatra; aunque la tarada de Mónica diga que se lo contó sólo a la de enfrente, esas cosas se
saben, corren como reguero de pólvora encendida por el barrio y más de uno dirá que siempre
me consideró medio loco (Tan maniático con el pastito, lo dejaba como una alfombra),
porque para esta manga de dejados la prolijidad es manía… tienen el auto todo sucio,
salpicado de barro, y no se les mueve ni un pelo, en cambio yo lo lavo todos los sábados por
dentro y por fuera y todavía lo lustro con una gamuza, lo dejo como recién salido de fábrica.
Mientras estuve internado lo limpió Mónica, aunque el coche no salía del garage el polvo
siempre se deposita, por lo menos lo sacudía bien por fuera; antes de internarme le hice
prometer que se ocuparía de eso, Mónica será tarada pero es muy limpia y ordenada, no lo
voy a negar. Qué se le va a hacer, cuando uno nace así… en el galpón tengo todo etiquetado,
los clavos y los tornillos separados por tamaño en frasquitos diferentes, Mariquita dice que se
podría dormir en mi galpón (Igualito que el mío, lleno de telarañas y bichos bolita, un
despelote) y se mata de risa, tiene cada cosa esa mujer…

Por otro lado es tan cómodo desenchufarse de todo, me di cuenta ahora porque antes andaba
constantemente superenchufado… pero también te sobra tiempo y no sabés qué hacer, doce
horas viéndoles la cara a estas dos y escuchando boludeces, hasta la telenovela de las cuatro
de la tarde me puse a mirar de puro aburrido… para colmo es la vida de tres hermanas, me
tienen las bolas llenas las minas, a éstas les pasa de todo, cómo se deben carcajear los que
escriben esos folletines especulando con la estupidez de las televidentes… y además hablan
raro – son mejicanos o venezolanos, queseyó – la cuestión que es una cómica, me divierto un
rato, Mónica y Patricia se enojan porque no me tomo en serio esas insensateces, ¡qué taradas
son las minas! Debería tener algún amigo como cuando era joven, para salir juntos entre
hombres, ir alguna noche al café… de todos me alejé al casarme, Mónica me hacía un
escándalo si llegaba a salir solo. Y, en ese entonces estábamos enamorados… un día la nena
me preguntó si alguna vez había estado enamorado de su mamá, no me acuerdo qué le
contesté porque no me gusta mucho admitirlo, pero bien que estuve metido con patas y todo
aunque actualmente me parezca increíble; uno es joven, es zonzo, romántico, y Mónica de
piba era bastante rica, tenía unas tetitas… ahora le llegan al ombligo. Por eso yo me cuido,
antes de enfermarme estaba haciendo esa dieta estricta para bajar la pancita: nada de alcohol,
nada de dulces, nada de pastas, nada de grasas – bifecito, ensalada, jugo de naranja dietético –
jugábamos apuestas con la Paty a ver quién había rebajado más al final de la semana. Según
Mariquita es malísimo privarse de la comida, dice que eso contribuyó a deprimirme, ella qué

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sabe si no es médica, para mí que habla de envidia porque engordó unos cuantos kilos
últimamente, ya no tiene el cuerpito de hace quince años, cuando se mudó a este barrio. La
cosa es que yo había vuelto al físico de los veinte, desgraciadamente tuve que interrumpir la
dieta por el tratamiento y los antidepresivos me dan hambre, sólo pienso en comer y dormir,
más que nada quiero postres, cosas dulces, si me dejan me como una torta entera, Mónica me
la tiene que sacar de las manos y la Paty me mira con cara de asco (No seas desaforado,
parecés un chancho de la manera que comés), y bueno, ¿qué puedo hacer…?, son los
remedios. Pero apenas salga de esto, vuelvo a la dieta.

¿Qué decía…? de nuevo perdí el hilo… los muchachos… ¿qué se habrá hecho de Perico?
qué pibe fenómeno, el mejor de los compañeros de Quinto del Nacional, con él me iba a
pinchar negritas por el lado de Los Hornos (Ésas se mueren de ganas, enseguida agarran
viaje, no tienen tantas vueltas como las del centro), cuando andábamos sin guita cogíamos de
madrugada donde podíamos: en los zaguanes, contra una pared o en el terraplén de las vías
del tren, ¡la puta, qué estado teníamos!, hoy en día, si tuviese que coger de parado, me parece
que no podría, es bastante trabajoso, requiere su técnica. O si no, levantábamos en el Bosque
los domingos que iban las sirvientitas de franco, era otro de nuestros cotos de caza, a veces las
llevábamos al telo de un tío de Perico – previa invitación a un pancho y un jugo o una coca – ,
en el alojamiento no pagábamos nada si había habitaciones disponibles. Después Perico siguió
ingeniería, alguien me dijo que se tuvo que rajar en la época de los militares, creo que vive en
Alemania. ¿Y yo por qué no habré estudiado?, cabeza no me faltaba pero me faltó la voluntad,
como tuve que empezar a trabajar enseguida…

………………………………

- Oye, Rafael, he visto la carpeta de la campaña publicitaria de Alberto Javier Ardiles


para la diputación y quería felicitarte. Está muy bien llevada, tú tienes unas ideas
excelentes.
- Te lo aprecio, Federica, pero justamente iba a pedirte que se la des a otro empleado.
Yo no seguiré con ella.
- ¿Y por qué…? Si tu trabajo es magnífico…
- Es que no me cae bien ese tipo, no puedo seguir trabajando para él,¿tú me entiendes,
Federica?

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- ¿Es porque anda rondándola a tu novia Aurora? Pero tú de sobra sabes que los
asuntos privados no deben mezclarse con los negocios. Alberto Javier es un negocio
de nuestra agencia.
- ¿Ni cuando el hermano de ese sujeto ha violado a mi novia?¡Cónchale, para ti es
fácil!
- No creas, chico.¿Tú piensas que yo no sufro al ver los zaperocos en que te metes por
culpa de Aurora? Sabes lo que siento por ti. Si tú quisieras, mi amor, podríamos ser
tan felices…Te haría mi socio en la agencia.
- Deja ya, Federica, que puede entrar alguien.
- Aurora es una muchacha neurótica, complicada, vale.¿Y hasta qué punto no provocó
esa situación? Su mismo trabajo en la televisora, la ropa que viste, todo eso excita a
los hombres.Tú, como hombre, no lo ignoras. Sé objetivo, Rafael, ella no te conviene,
te puede arruinar la vida, te puede hacer leña. En cambio yo, con mi experiencia…
- Dejemos ya esta conversadera, chica. Aurora está necesitando ahorita más que nunca
mi ayuda, y yo la quiero. Voy a seguir con mi trabajo si me lo permites, Federica.
Recuerda reemplazarme en la campaña de Albert Javier Ardiles, vale.

(Cortina musical)………….El amooorr no se puede deteneeerr……………

Cómo extraño las charlas de hombres del ministerio, en mi departamento había más varones
que minas por suerte, me parece que nosotros decimos menos pavadas, somos más serios, más
eficientes, más directo al grano. Las mujeres te dan mil vueltas para hacer algo, cuando no
están hablando de modas o pasándose recetas de cocina; hasta las más inteligentes como
Mariquita con algunas cosas se hacen un lío, no se dan maña, más de una vez viene a
buscarme para que la ayude y después se las da de independiente. Miren que me tuvo loco
esta mina cuando recién se había mudado, cada vez que salía a cortar el pasto en bikini a mí
se me paraba y si estaban a tiro Mónica o la nena tenía que salir rajando para que no se
avivaran, no sé cómo hice para aguantarme y no tirarme un lance con ella, era peligroso
viviendo tan cerca, yo pienso que donde se come no hay que cagar. Encima daba la impresión
de ser bastante ligera la vecinita – bombacha veloz dirían ahora –, con todos esos machos que
venían a visitarla o a darle una mano, ¡yo tenía unas ganas de darle una manito! Al principio
ni nos saludaba y la agria de Mónica comentaba que era muy nariz para arriba (Ahí está de
nuevo la odiosa ésa,¿qué se creerá, digo yo? Porque es profesora, como si fuese gran

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cosa…); con el tiempo la fuimos conociendo mejor y nos dimos cuenta de que no es mala
persona, actualmente es la vecina con la que más trato tenemos, hay una cierta amistad.
Aunque su moral no sea muy santa, le conocemos unos cuantos fatos y si fuésemos
chusmas…pero después de todo ella es mayor de edad, divorciada, no tiene por qué rendirle
cuentas a nadie mientras no perjudique a los demás, otra cosa sería si tuviese hijos. Me
acuerdo de una vez que le ayudé a destapar una cañería, en la cámara séptica flotaban varios
forros, ella se puso colorada, yo no sabía cómo hacer para aguantar la risa (Deciles que no los
tiren en el inodoro, que aquí no tenemos cloacas y pueden tapar los caños), la pavota creía
que se disolvían en el agua. Ya hace rato que se me pasó la calentura y la veo casi como una
hermana, pero cuántas veces serruchándola a Mónica había cerrado los ojos y me la había
imaginado a Mariquita ahí abajo, con las piernas bien abiertas, esas gambas formidables que
Dios le dio, me imaginaba su concha rubia – ¿la tendrá rubia igual que el pelo?, ella dice que
no se tiñe –, ¡cómo me hubiese gustado chupársela!, a Mónica no se lo hice nunca, no me
provoca como dicen en la telenovela, de novios sí lo hubiera hecho pero ella no se dejaba,
cuanto más me permitía que se la acariciara por arriba de la bombacha y ella me masajeaba
por encima del pantalón en el zaguán al despedirnos, que si tardábamos un poco más de la
cuenta la pesada de la vieja empezaba a hinchar desde adentro (Nena, entrá que ya son las
doce), vieja de mierda, yo me reacomodaba mi aparato dolorido y me tapaba con el diario la
bragueta mojada – siempre lo llevaba cuando iba a lo de Mónica, por las dudas –, las mujeres
en eso tienen más suerte, el enchastre no se les ve.

………………………..

- Perdona, Federica, estaba buscando a mi hermano, pensé que podría estar contigo.
Tengo que verlo con urgencia.
- Pasa, Leonardito, no te quedes ahí en la puerta. Y dime, ¿cómo anda la
investigación? ¿pudieron probarte algo?
- Los policías quieren atraparme, pero no lo lograrán, vale. Yo ni sé de qué habla esa
loca de la televisión. Por suerte mi hermano tiene muchas influencias, que si no…
- Ten cuidao, chico, que tú eres muy joven para acabar tu vida en presidio. ¿Y para qué
lo buscabas a Alberto Javier? Quizás yo pueda ayudarte.
- Es que necesito real ahorita mismo, es algo urgente.
- Yo puedo darte dinero, chico, siempre y cuando tú me hagas un favor.
- Dime, Federica, dime…

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- Es un asunto confidencial, será un secretico entre tú y yo. Y sin preguntas,¿okay?
Quiero que le telefonees a Aurora Mangano, dile cosas desagradables, tú sabes,
amenázala, asústala, síguela en la calle.
- Pero eso es muy riesgoso para mí, vale, si me descubren…
- Eso depende de ti, chaval, confío en tu habilidad. Por otra parte, Aurorita tiene los
nervios alterados. Si lo haces bien, lo achacarán a su imaginación, a sus temores.
Quiero que enferme de terror,¿tú me entiendes, Leonardito?
- ¿Y cuánto te parece que valdría el trabajo, Federica?
- Mil dólares, ¿te va?
- ¡Iupi! Okay, dalo por hecho.

(Cortina musical)…………..El amooorr no se puede deteneeerr…………..

Si Mónica sabe de mis ratones me mata, con lo celosa que es, ¡una turca!, menos mal que
nunca se enteró de la única vez que le metí los cuernos. También, la Tota se las traía, tenía
una fama tremenda en el ministerio, aparecía a comienzos del mes vendiendo ropa, sobre todo
a las minas, la verdad que estaba buena: joven y muy provocativa. Bueno, yo era más potro,
todavía no se me habían volado las chapas, un día me la encuentro en la calle y la piropeo,
ella muerta de risa (Perdone, señorita,¿me podría indicar dónde queda el club?/ Hola
Guillermo,¿qué hacés fuera de la cueva?¿de qué club me hablás? / Del club de tus
admiradores, para hacerme socio enseguida, por supuesto./ ¿Sabés que estuvo original? No
te conocía esa vena piropeadora, che, siempre tan seriote en el ministerio.), me parece que
me da calce, la invito a un café en el pub de la calle Cuarenta y seis que es muy discreto,
acepta, me desconozco,¿qué me pasa? Después de escuchar mis halagos durante media hora,
la Tota me invita a su vez a tomar mate en su casa, a los dos días: es separada y vive con su
hijo de siete años por la Loma; ahí me tengo que inventar un pretexto porque Mónica me
marca de cerca e invariablemente estoy de vuelta en casa a eso de las seis de la tarde, horas
extraordinarias no puede ser, Mónica no se pierde una y querría ver el resultado en el sueldo,
entonces saco a relucir un curso de capacitación para la función directiva, de cinco a siete, una
vez por semana; ya había hecho uno de veras, a la bruja le encantaba porque soñaba con que
un día me nombrarían director de mi área, pero no se dio, me jubilé antes, quizás si me
hubiese quedado unos añitos más…La Tota me esperaba sola, al pibe lo había dejado en lo de
la abuela, estaba divina, para comérsela: un pantalón rojo ajustadísimo que le marcaba los

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labios de la que te dije y se le metía en la raya, daban ganas de plantarle las dos manos en el
culo, yo había llevado bizcochitos de grasa, nos pusimos a matear y al rato – no sé cómo –
estábamos encamados, ella me dijo que prefería por atrás para no correr riesgos (Con un hijo
me basta y sobra), ¡papita pal loro!, siempre había fantaseado con eso sin poder llevarlo a la
práctica, Mónica ni soñando me lo daba, para ella es cosa de putas, antinatural… y la Tota me
lo ofrecía de entrada, absolutamente regalado, ¡qué ojete! el mío en sentido figurado y el de
ella propiamente hablando, porque si al principio tuve un poco de temor de no saber manejar
bien la cosa por falta de experiencia con la retaguardia femenina, enseguida me tranquilicé al
ver cómo me respondía ese agujerito, evidentemente más transitado que la calle Siete, ¡lo que
me hizo gozar esa primera vez!, de película, macho. Al final la Tota me resultó una tipa
fenómena aunque fuese una loquita, muy gaucha, generosa, simpática, lo adoraba al pibe –
Hernán se llama, me acuerdo, sólo lo conocí por fotos –, nuestro fato no duró mucho, unos
tres meses apenas, no podía estirar más el curso porque Mónica se hubiese avivado; además
estas cosas a la larga se descubren, siempre hay algún batilana que le va con el cuento a tu
mujer y ahí sí que se armaba una bien gorda. Lo sentí bastante porque me había encariñado
con la Tota, desde ya que era una de esas mujeres que no se pueden tomar en serio, pero a
veces no podía dejar de hacer comparaciones con la que tengo en casa, me sorprendía
imaginando una vida de los dos: yo y la Tota con su juventud, su alegría, su
despreocupación…qué locura, por algo se habrá separado del marido, nunca me habló del
tema, seguro que ella le metía los cuernos. Y a pesar de todo – yo mismo lo encontraba raro –
en el fondo fondo la respetaba más a la Tota que a la tarada de Mónica.

Sin embargo a mi mujer no le puedo reprochar nada, mi compadre Juancito me la envidia


(Vos sí que enganchaste a la mujer ideal: seria, trabajadora, prolija, ahorrativa y hasta
cocina de maravillas), claro, la de él igual que las hijas no piensa más que en empilcharse de
primera, maquillarse, arreglarse el pelo y andar de joda, la comida la compran hecha, nunca
sentí olor a comida en esa casa, ese olorcito rico que te despierta el apetito a la hora de comer,
gastan a lo loco, no hay ningún control, con razón Juancito le da al chupi, ¿quién aguanta con
esas tres? En casa nada que ver, siempre las tuve bien cortitas a las mías y si se me retobaban,
con unos gritos o unas cachetadas las ponía de nuevo en la buena senda, pero igual a la larga
Mónica se me hizo insoportable, es tan boluda la pobre, me pone los nervios de punta, me da
en las pelotas, y en la cama tengo unas ganas de ahogarla con la almohada…todo en ella se
me hizo odioso: su forma de reírse – las pocas veces que se ríe –, su forma de caminar, esa
manera de boquear como un pescado en la orilla cuando está acabando – de recién casados

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gritábamos a lo loco en ese momento, ella pegaba un alarido ronco que me excitaba
muchísimo, después tuvimos que bajar el volumen casi a cero por la nena –, esa costumbre de
destaparse cuando le vienen los calores, echándome todas las frazadas encima, además tiene
olor a transpiración. Ella se queja de que yo me tiro pedos ¿y qué quiere que le haga?, son los
problemas gastrointestinales que me traen las porquerías que me hacen tomar (¿Por qué no te
vas a dormir al sofá-cama del escritorio?/ ¿Y por qué no te vas vos? Es TU escritorio
después de todo), y así estamos, los dos alterados. Ahora es peor, cuando laburaba en el
ministerio me desentendía de ella y de los problemas domésticos de 8.30 a 18, cinco días por
semana, era otro ambiente, otras caras y hasta me divertía a veces con todo lo que pasaba ahí
adentro, chismes que siempre te cuenta alguien aunque no andes a la pesca y algunos
personajes como ese Díaz de mi departamento, que le decían Rulo, se sabía los últimos chistes
y los contaba con una gracia…cada vez que se oían carcajadas desde mi oficina, era la fija
que Rulo se estaba contando alguno, me hubiera gustado escucharlo pero mi cargo de jefe me
exigía seriedad, tenía que dar el ejemplo; después le pedía a mi secretaria que me repitiera el
chiste (¿Cómo es el último de Díaz?), pero claro, no era lo mismo,y si había sido verde
Norma se negaba (No me animo, es muy chancho, que se lo cuente uno de los muchachos).
Por supuesto que Mónica me hablaba por teléfono a la oficina casi todos los días por
cualquier cosita, como se ahoga en un vaso de agua la idiota…Norma me pasaba la
comunicación con cierto tonito de cachada, seguro que se carcajeaban a mis espaldas los
desgraciados, me los imaginaba a los hijos de puta (Acá se hace el machito y en la casa la
mujer lo debe tener zumbando. / Lo llama para controlar si no se rajó pal telo de aquí a la
vuelta con alguna rubia y despampanante empleadita. / Que no gaste teléfono al pedo, si este
salame es capaz de tenerla seis horas escribiendo memorandos a la mismísima Úrsula
Andress sin rozarle ni siquiera una teta. / Es tan solemne que debe coger sin sacarse el
piyama. / Mirá, si es cierto lo que leí el otro día, que el ansia de poder disminuye la potencia
sexual, la mujer de Merelli le debe ver muy poco la cara a Dios. / Etcétera); le decía a la
tarada de Mónica que no jodiera llamando por teléfono (Sí, y después te las agarrás conmigo
si tomo una decisión sin consultarte. / Lo que pasa es que no tenés inteligencia ni para
sonarte la nariz, che). Lo que son las cosas, con mi enfermedad se tuvo que avivar a la fuerza,
con tal que no se avive demasiado, que no se le suban los humos como a Patricia… la pendeja
aprovecha la situación para insolentarse y yo no tengo la energía suficiente para levantar el
brazo y voltearla de un bife, quién te ha visto y quién te ve, Guillermo Merelli…otra bruja
igualita a la madre me está saliendo esta Patricia, menos mal que más inteligente, una suerte
que no se le da por andar jodiendo con los pibes, si no sería otro problema. Yo hubiese

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querido un hijo varón, es más cómodo y también más compañero, aparte que los nietos
después llevan el mismo apellido; salió chancleta, qué se le va a hacer…y encima no hubo bis
por lo de la operación de Mónica, condenado a vivir entre polleras.

Con la vieja loca de mi suegra zafé a Dios gracias, porque viene poco, prefiere quedarse en
lo de la otra hija, dice que en casa somos una manga de aburridos, no sé qué diversión quiere,
desde que enviudó está más loca que nunca: sale con otras viejas, hacen excursiones a Buenos
Aires, se reúnen para festejar los cumpleaños, toman tragos largos en las confiterías…parece
mentira, a su edad debería tener un poco más de decencia y darse su lugar de señora viuda,
Mónica piensa igual que yo, le da calor que a la vieja la vean dos por tres en la París o en la
cervecería Modelo de parranda con las jovatas del grupo. Mamá en cambio fue correctísima, a
partir del día en que murió el viejo llevó una vida prácticamente de monja, vestida siempre
con colores discretos, apagados: gris, marrón, azul marino, negro, blanco…no salía más que
para hacer los mandados, para ir al médico o a cobrar la pensión de papá, cuando sonreía era
siempre con un dejo de tristeza, para ella dejaron de existir los hombres y eso que no era una
anciana. Nada que ver con esas viudas alegres que aprovechan para tirar la chancleta, como
mi suegra. Sin embargo y a pesar de sus muchas cualidades, Mónica le tenía bronca a mamá.
¿Por qué será que las suegras parecen hechas para odiarlas y los suegros no?, me acuerdo de
una canción del dúo Buono-Striano, ¿o era Pepe Iglesias que la cantaba?: Por querer mucho a
mi suegra / la encerré con un león / y el hambriento animalito / la olfateó y no la comió./
¡Qué desgraciado soy!

………………………………

- También tú, Luis Fernando, te metes en cada una, chico…¿Cómo es eso de que te vas
a divorciar?¿Tú estás loco?
- Es Antonieta, papá, es ella la que quiere el divorcio. Me botó de la casa, figúrate.
- Pero tú le has dado motivos, chico, no lo niegues. Tu relación con esa muchacha de la
oficina, Dulce María…y antes de ésta hubo otras aventuras. La cuerda revienta por lo
más delgado, chico, tu mujer se cansó de perdonarte, vale.
- Un hombre tiene sus debilidades, tú bien lo sabes, papá. Pero Antonieta debería
comprender que yo nunca dejé de quererla, que ella es MI mujer, vale, aunque
últimamente no podíamos hablar sin discutir, eran puras gritaderas.
- ¿Y qué vas a hacer de tu vida, Luis Fernando?

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- Volveré a vivir como soltero aquí, contigo y con Fucho, si ustedes me pueden hacer
un sitio.
- Mi casa estará siempre a disposición de mis hijos, chico. No hay muchas
comodidades, eso sí, pero si te arreglas en el diván de la sala…Sin embargo yo te
aconsejo que insistas con Antonieta, pídele perdón, tal vez te dé otro chance.
- No hay nada que hacer, papá, te lo aseguro. Ella está diferente, ha cambiado mucho.
Me ha echado prácticamente en los brazos de Dulce María.
- Ten cuidao, chico, que el que se arrima a la candela se achicharra. Mira que puedes
perder también a los muchachitos.
- ¡Cónchale, papá, eso no! MIS hijos serán siempre MIS hijos, pase lo que pase, y
Antonieta no podrá impedirme que los vea cuando yo quiera.
- Claro, Luis Fernando, cálmate. Ahorita tengo que irme a la radio, pero te prometo
que hablaré con Antonieta.

(Cortina musical)…………El amooorr no se puede deteneeerr………….

Con el viejo de Mónica me llevaba bien, era un tipo macanudo, medio bruto el pobre pero
siempre de buen humor y muy habilidoso, sabía hacer de todo, a veces nos poníamos a
conversar y me contaba de su juventud en Italia, había sido un muchacho muy pintón don
Oreste – se ve en la foto del casamiento – y de gran éxito con las mujeres: según él no
quedaba piba bonita en la aldea a la que no le hubiese puesto su sello, hasta me confesó que
tenía un hijo natural allá en su patria y que le gustaría verlo (Esto e un segreto entre nosotros,
Guillermo. Si mi muquer lo llega a sapere…A vo solo te lo digo, son cosa de hombre). Lo
sentí bastante cuando el tano se enfermó de cáncer de pulmón, lógico, fumaba como una
chimenea, al poco tiempo chau, espichó el pobre. Mónica y yo dejamos de fumar por un
tiempo, de la impresión, pero no aguantamos mucho, yo lo necesito al pucho, me calma los
nervios, será malo, será un vicio, todo lo que quieran, pero no hay nada que lo reemplace: uno
chupa caramelos, pastillas, mastica chicle, no es lo mismo y encima engorda; si estoy mucho
sin fumar, me da como un cosquilleo en la punta de los dedos, tengo que sacar el paquete y
encender uno, el cigarrillo te entretiene, hace que el tiempo pase más fácil, queseyó.

La venenosa de Mónica dice que mamá era tan seria porque se había casado dos veces y no
le quedaban ganas de lola (Se habrá cansado de enterrar maridos y un tercero podría
resultar sospechoso), ni se molestó en fingir sentimiento cuando falleció, seguro que se

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alegró, sobre todo porque con lo que me tocó de la venta de la casa y los ahorritos de la vieja
nos pudimos comprar el auto, que hacía mucho que le teníamos ganas y nunca nos daba el
cuero. Yo sufrí con la muerte de mamá, por supuesto, como cualquier hijo, pero tampoco
vamos a decir que derramé un mar de lágrimas, lo que pasa es que ella nunca fue muy
afectuosa, poco demostrativa la vieja…nos atendía diez puntos: las cuatro comidas, la ropa
perfectamente planchada, el matecito, cuando íbamos a la primaria nos mandaba con los
delantales almidonados, impecables, las medias tres-cuartos bien estiradas, los zapatos
brillantes y peinaditos a la gomina; no como los pibes de ahora que parecen todos villeros: de
zapatillas sucias, con los guardapolvos llenos de sietes y descosidos por todas partes, botones
que faltan, las medias en tirabuzón, los pelos largos, enmarañados y a menudo con piojos que
pululan hasta en las escuelas privadas. Antes se notaba el chico que venía de una familia
como la gente. Pero cuestión besos y caricias, en casa poco, será porque éramos varones, cada
vez que llorábamos ella nos decía que no fuéramos maricones, que los hombres tienen que ser
fuertes, yo me tragaba las lágrimas para no ver el desprecio en los ojos de mamá, ansiaba ser
valiente, un superhombre, así me quería más.

A mi viejo Mónica no lo conoció, murió en un accidente de la ruta cuando yo tenía trece y


mi hermano veinte, era chofer del Cóndor y chocaron con un camión, un desastre: pilas de
muertos y heridos, lo velaron con el cajón cerrado, eso me impresionó mucho, por primera y
única vez la vimos llorar a mamá… creo que era un hombre bueno, me hubiera gustado
conocerlo mejor; como le tocaba el viaje nocturno, de día casi siempre estaba durmiendo,
había que caminar en puntas de pie y hablar bajito porque tenía el sueño liviano, menos mal
que había un potrerito cerca, yo me iba a patear un rato y ahí me desquitaba gritando a más y
mejor.

¿Por qué será que Patricia tampoco la quería a mamá? qué chica rara, todos los pibes
quieren a los abuelos…¿qué estaba pensando? se me fue la idea…ah sí, la Paty, ya de nenita
si queríamos salir y dejarla con la abuela, chillaba tanto que al final teníamos que llevarla con
nosotros. Y no era que prefiriese a la otra, la madre de Mónica. Bueno, hay que reconocer que
ninguna de las dos era de esas abuelitas que a uno le gustaría tener, que te cuentan cuentos y
te malcrían con tortas y caramelos, Mónica lo atribuye a que nunca le hicieron lindos regalos
en los cumpleaños y si la nena no se daba cuenta, ella se encargaba de hacérselo notar (Mirá
qué porquería te regaló la abuela, la verdad que alguna vez podría gastarse en algo como la
gente). Otra que es una amarreta para los regalos: la de enfrente – dice que no tiene plata y
dos por tres está viajando -, regala unas cositas de morondanga que a veces no sirven para

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nada, por eso nosotros hacemos lo mismo cuando nos invita el día de su cumpleaños: la
arreglamos con cualquier cosita, demasiado que vivimos haciéndole favores, que la escalera,
que el teléfono, se hace llamar a casa y hay que cruzarse a buscarla, linda joda, yo la corté de
entrada y le prohibí a Mónica que se lo preste, salvo en caso de vida o muerte (Mirá, si la veo
a Mariquita usando el teléfono, te cago a palos, andá sabiéndolo. Lo único que falta, que le
paguemos el sevicio…¿por qué no se pone teléfono? Y si no, que se vaya al público, che).
Igual que con el auto, yo aunque vaya a La Plata no me ofrezco a llevar a nadie, cualquier día,
el que quiera viajar en auto que se compre, los que van de garrón no me pagan la nafta a mí.
El médico dice que trate de no pensar tanto en la guita, que hay cosas más importantes en la
vida y tiene razón, porque cada vez que pienso en las cuentas, en la plata que uno va largando
constantemente, me pongo mal, tengo la impresión de irme desangrando… y los peores
chupasangres son estos gobiernos de mierda que soportamos, al final con los milicos
estábamos mejor, por lo menos no había legisladores, esos charlatanes de feria que no hacen
un carajo y se llevan de arriba más de treinta millones – ahora con los pesos nuevos serían
unos tres mil, parece menos plata –, total con los militares, si marchás derecho y no te metés
en cosas raras, no tenés problemas. Ma sí, en la próxima lo voto a Rico y chau. La tarada de
Mónica sigue fiel a los radicales porque toda su familia es radicha, por tradición más que por
otra cosa; si la habré cargado en los últimos tiempos de Alfonsín (Miralo al que iba a
arreglar todo con la democracia, no sabe para dónde patear, da lástima), por supuesto que
ella se desquita de lo lindo con las huevadas que dice y hace éste de ahora, yo no quiero darle
la razón (Salí, andá a ocuparte de las perras que de política no sabés un pito) pero la verdad,
me equivoqué fiero al votarlo al turco.

Pobre Mónica, a pesar de todo tengo que admitir que con lo de mi enfermedad se está
portando bastante bien esta mujer… debe sufrir por la falta de relaciones, cuestión cama hace
meses que no pasa nada, no se me para ni por casualidad, es como si me hubiesen castrado; no
es que antes cogiéramos todas las noches, tampoco hay que exagerar, pero una o dos veces
por semana – cuando estábamos bien seguros de que la Paty se había dormido – cerrábamos la
puerta con llave y hacíamos lo nuestro, creo que mi mujer no se podía quejar: le cumplí hasta
en la época de la Tota. No sé…nunca hablamos de esos temas, pero últimamente ella parecía
tener ganas de pedirme algo en esos momentos, como que no se animaba, me acuerdo una vez
que trató de ponerse encima de mí y yo le saqué enseguida esas veleidades, no puedo gozar en
esa posición, tengo la impresión de que la mina me domina, nada que ver: el macho arriba y la

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hembra abajo es lo natural, no en balde es la posición clásica. ¿Tendrá fantasías eróticas
Mónica?, quién sabe, hasta para eso se precisa imaginación y lo que es ésta…

Ya no sé en qué estaba, se me escapó de nuevo…el sexo, sí…¿volveré a ser el de antes?, el


médico se ríe de mis temores, dice que esto es normal dentro de la anormalidad de mi estado.
Cosa rara, la única que me excita un poco actualmente, que me despierta algunos ratones, es
la gorda Graciela de la otra cuadra, increíble lo que me pasó con esta mina a quien siempre vi
como una solterona deforme y aburrida, muy buena persona, vive dedicada a su madre y todo
eso, pero de las que ni te acordás que porta concha entre las piernas, jamás se me cruzó por la
cabeza un pensamiento chancho al verla pasar, ni borracho, la cosideraba una especie de vaca
sagrada. Todo empezó con la cura de sueño cuando estuve en la clínica… con lo del globo
empezó, seguro que fue el efecto de lo que me inyectaron para dormir, soñaba que yo era un
globo enorme, a cada paso que daba me inflaba y me desinflaba: levantaba una pierna y
comenzaba a hincharme, me hinchaba más y más en cámara lenta, al apoyar el pie en el suelo
estaba a punto de reventar; después, al levantar la otra pierna era como si me hubiesen
pinchado…frrr…el aire empezaba a salir poco a poco hasta que mi cuerpo quedaba
derrumbado, vacío y todo arrugado igual que un forro usado, de ésos que uno suele ver con
asco tirados en la vereda; luego fue un culo gigante formado por dos globos rosados, flotaba
en el aire y parecía invitarme a penetrarlo, durante un tiempo se mantuvo anónimo y después,
de golpe, me vino la convicción de que era el culo de la gorda Graciela. Cuando salí de la cura
de sueño no terminó la historia, era dormirme y empezar a soñar con eso, las cosas que habré
hecho con ese culo…me da vergüenza hasta de acordarme, si alguien lo supiese diría que soy
un degenerado: llegué a meterme enterito por el agujero que se ensanchaba como si fuese un
caño de cloaca de goma blanda, qué bien se estaba ahí adentro…un calorcito…el olor era
terrible y sin embargo me gustaba…me sentía tan cómodo, tan feliz, que me hubiese quedado
toda la vida, pero de repente venía una ola irresistible de mierda que me mandaba afuera. Me
despertaba con el calzoncillo enchastrado, parece mentira que uno pueda soñar porquerías así
y gozarlo, ¿qué querrá decir?, tendría que contárselo al psiquiatra, si me animara…no, es
asqueroso, se ve que no estoy bien de la cabeza, ya se me va a pasar. Todavía sueño a veces
con el culo de Graciela, quién me iba a decir que a esta altura tendría poluciones nocturnas de
nuevo como a los catorce, Mónica me carga cuando lava el calzoncillo (¿Qué te anda
pasando a vos, che?¿Soñás con Moria Casán o te hacés la del mono? Con razón después no
te quedan ganas, mijito).

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Ahí viene justamente la gorda…ya pasó, el culo es verdaderamente impresionante, una
mole…ay, creo que se me está parando, sí, la tengo durita. Rápido al baño, ahora que Mónica
se fue al fondo a darle de comer a las perras, siempre tarda un buen rato…si pudiera, si no
fuese sólo en sueños …hace tanto que no me pajeaba, perdí la práctica, así, así, la puta qué
bueno…ahora el paragüitas con un poco de saliva…aaah, es el culo de Graciela, tibio, lleno
de mierda, me voy, me voy, voy a acabar, qué felicidad, aaah…

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ANDANTE CON MOTO (MA SENZA BRIO)

¿Habré vivido alguna vez…? pero vivir, vivir en serio digo. Cuando miro a los otros, me
parece que tienen la vida llena de cosas, cada uno formó su familia, dejó de ser hijo. Hasta
Mariquita, la de la otra cuadra, aunque esté sola se hizo su lugar en el mundo; ésa sí que se lo
pasa fenómeno: hace lo que se le canta, amistades, viajes, seguro que en el instituto donde
trabaja le pagan en dólares, capaz que en francos porque es francés. Cierto que los de enfrente
de Mariquita, los Merelli, se pelean todo el día como perros y gatos, dos por tres oigo los
gritos cuando paso por ahí, una familia así mejor perderla que encontrarla…y la hija cualquier
día se les muere, está anoréxica, pesa treinta y cinco kilos, una biafrana, me contó Mónica que
la atienden un médico y una psicóloga, pero ni por ésas, no hay forma de convencerla para
que coma normalmente, todo dietético y en cantidades mínimas, ¿era en la última Mujer que
salió un artículo sobre la anorexia?, decía que es una especie de suicidio; bien hecho, eso les
pasa por darle malos ejemplos a la chica: el que empezó fue Guillermo, se había vuelto
maniático con la dieta y la flacura, ni cuando los invitaban a una reunión aflojaba y le hacía
llevar a Mónica un jugo dietético y unas galletitas de salvado para él, la verdad una voluntad
de hierro – yo si veo bocaditos salados, sándwiches y masitas, no aguanto, ¡qué rico! –, él se
creía que le quedaba bien estar flaco como una saraca, que lo rejuvenecía, pero todo el mundo
pensaba que se había enfermado de algo malo, encima tenía un color medio amarillento. Lo
que es yo, no hay peligro de que me vuelva anoréxica, más bien lo contrario: boli…bulimia,
la desesperación por comer, una come sin parar por la ansiedad, según ese artículo también es
una enfermedad, algunos llegan a meterse los dedos en la garganta para vomitar y luego
seguir atiborrándose, igual que los antiguos romanos en los festines, un asco…¿son los
anoréxicos o los bulímicos los que vomitan?, no sé, me olvidé. Yo me tiento con todo y lo
disfruto, así estoy de gorda, la Beba me tiene cansada con sus reproches (Pará un poco, Gra,
te vas a enfermar de tanto que comés, es malo para la presión), y bueno, si no me doy ese
gusto ¿qué me queda?, para ella es fácil hablar, peor es que te guste el vino como a Mónica
que a veces tiene los ojos colorados y un aliento…cuando está alegre, simpática,

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dicharachera, ahí te das cuenta que anduvo tomando, lo hace a escondidas porque si la ve la
hija, la reta. ¿Cómo no les va a salir revirada la chica con semejantes padres? Nosotros por
suerte la tuvimos a mamita que supo educarnos bien, una santa, ¡cuánto tuvo que sacrificarse
para criarnos cuando falleció papá!, ella solita, no quiso darnos otro padre, una vida ejemplar;
siempre fuimos muy unidos mamá, la Beba, Agustín y yo, me parece que ésa fue la época mas
feliz de mi vida, cuando estábamos los cuatro juntos. A papá no lo extrañé mucho, ¿por qué
será?, nunca se lo dije a nadie – pensarían que soy una mala hija, una desnaturalizada, – pero
él se me aparecía en vida como un intruso, me sentía incómoda cuando estaba en casa, ese
hombrón que andaba por todas partes hablando fuerte y riéndose a carcajadas ocupaba todo el
espacio él solo, nos robaba nuestra intimidad, le tenía miedo aunque fuese un pan de Dios,
prefería saberlo en el trabajo, hablar de él como de un ausente, de un ser abstractoy trataba de
borrar de mi mente su corporización cotidiana al final del día; fue peor todavía cuando
comprendí que mamita y él tenían relaciones a la noche, cuánto sufría pensando que mamita
se dejaba hacer esa cosa asquerosa…seguro que él la obligaba, no lo podía mirar a la cara por
las mañanas…aún ahora, tantos años después, me desagrada un poco que ella lo recuerde, que
hable de él, siento algo así como celos, ¿será normal?, por las dudas no lo comento con nadie.

Aunque hoy en día prácticamente todo se considera normal, hasta la homosexualidad, antes
se les decía degenerados, invertidos, amorales, era una vergüenza tener uno en la familia,
había que ocultarlo, mantenerlo en secreto si a uno le tocaba tamaña desgracia, el mismo
marchatrás se cuidaba para que los demás no se enterasen de sus fatos, actualmente hablan en
la televisión con todo desparpajo confesando sus inclinaciones y defendiendo su derecho a ser
lo que son, les hacen entrevistas y hasta aparecen putos en las telenovelas. En El oro y el
barro Solá – que es tan buen actor – hace de bisexual, ¿cómo puede ser eso, que a un tipo le
gusten las mujeres y los hombres a la vez?, yo no lo entiendo, antes me parece que no era así,
las cosas estaban más definidas; la cuestión que ahora inventaron para llamarlos las palabras
gay y trolo, se los trata con mucha tolerancia, demasiada para mi gusto, porque si esto no para
nos vamos a quedar sin hombres. Mariquita dice que pueden ser buenas personas, no le
molesta que sean así (Lo que hacen con su polo sur es cosa de ellos, no me incumbe); a la
casa de ella suele venir ése que se llama Lorenzo, que vive en la capital y es artesano, hace
cosas de cuero bastante lindas y un día vino a vendernos, ése es pasable, discreto, muy
simpático y conversador, no se le nota tanto que es marica, todavía uso el bolso que le
compré; hace mucho que no lo vemos por aquí, le gustaba tomarse unos mates con mamita y
conmigo…dentro de todo mejor, porque con lo del Sida, si venía a tomar mate…aunque

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digan que así no se contagia, yo igual tengo miedo, si una persona llega a tener una llaga en la
boca…por las dudas mejor no tomar mate con nadie que no sea de la familia y menos con
homosexuales. ¿Y el otro, Ernesto? ése sí que es un aparato, a la legua se ve que es puto, para
colmo feo, no como Lorenzo que tiene su pinta y una piensa qué desperdicio. Me acuerdo del
día que yo estaba en la puerta charlando con Mariquita y llegó éste con su melena enrulada y
una ropa toda colorinche gritando ¡Ay, qué acalorada estoy! Vengo toda sudada, ese micro es
una porquería, repleto y ni siquiera me tocaron el culo, che, ella muerta de risa, a mí me
pareció asqueroso…no hay caso, yo no los puedo aguantar, seré antigua, no me adapto a estas
cosas y mamita tampoco, nosotras no tenemos amistades así y felizmente los hijos de la Beba
y el de Agustín les salieron bien normales, bien machos, como deben ser.

…………………………………

- ¡Cónchale, Antonieta!¡Qué agradable sorpresa! Si hubiese sabido que al salir a


correr me iba a encontrar con la más bella de las mujeres de Caracas…
- ¿Qué dices, Elvis? Cómo eres de halagador…estoy con el cabello desarreglado y
toda sudada. ¿Sabes que había perdido la costumbre de correr por las mañanas?
- ¿Piensas hacerlo todos los días?
- Claro, chico. Quiero recuperar la línea, ponerme bien bella como antes de casarme.
- Pero si así ya estás bellísima. Te invito a tomar un jugo, ¿sí?
- Okay, me viene bien descansar un ratico, estoy sin aliento.
- ¿Y qué cuentas, Antonieta?¿Cómo te trata la vida?
- Recuperando el tiempo perdido. No es fácil, chico, diecisiete años dedicados a Luis
Fernando y los muchachitos, puro oficio y más nada. He comenzado un curso de
Comunicación y Medios en la universidad y pienso trabajar, ser una mujer
independiente.
- Quiero que sepas que yo te apoyaré en todo lo que necesites, Antonieta, cuenta
conmigo. Soy el mejor amigo de Luis Fernando, vale, pero no apruebo su
comportamiento. Él no ha querido seguir mis buenos consejos y te ha perdido. ¿Sabes
que está viviendo con Dulce María, su secretaria? Se ha mudado a su apartamento.
- No hablemos de Luis Fernando, Elvis, no quiero saber nada de él ni de su chayota: es
un capítulo cerrado en mi vida.
- ¿Y el amor, Antonieta? Tú no puedes seguir sola, el mundo continúa dando vueltas.
- No sé, chico, estoy muy dolida, confundida.

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- Yo siempre estuve enamorado de ti, ahora te lo puedo decir, siempre me has gustado.
- Pero ¿qué haces, Elvis…?¿estás loco? Quita, tú eres amigo de mi marido…
- ¿Tengo yo la culpa de sentir lo que siento?¡Te ‘amo, Antonieta, te ‘amo! Podríamos
ser tan felices juntos…
- No, Elvis, no. Discúlpame, pero tú y yo sólo podemos ser amigos. Chau.

(Cortina musical)………..El amooorr no se puede deteneeerr……………

Ahí me llama mamita, está tan pesada la pobre desde que quedó así, habría que comprarle o
alquilarle una silla de ruedas, pero la casa es tan chica, uno tiene la impresión de que chocaría
con las paredes, ¡qué castigo!, ella que hasta hace poco fue tan activa, siempre en
movimiento, si no era el jardín, era la cocina, tan guapa mamita. Teníamos el jardín más
bonito del barrio, el pasto impecable sin un yuyito, ella los arrancaba uno por uno; ahora con
este jardinero, cualquier día te va a sacar los yuyos de raíz, él pasa la máquina, la bordeadora
y chau…y no es que no pueda agacharse el tipo porque físico y fuerzas no le faltan, tiene unos
músculos…ahí está, el ventiluz de la cocina viene al pelo para vicharlo, la verdad que es un
regalo para la vista, de cara no tanto por los dientes que le faltan – ¿por qué no se pondrá
unos postizos, digo yo? – y tiene el pelo casi blanco aunque no pasa de los cuarenta, pero el
cuerpo es de primera: cuando se saca la remera y se le ve ese pecho musculoso y brillante de
transpiración parece una estatua de bronce, está pa comérselo dirían las de la oficina. Algunas
noches me acuerdo de él y me empieza a dar un calor ahí abajo, es divino, la cabeza se me
llena con su nombre, Pedro…Pedro…me imagino que me pasa por el cuerpo esas manos
callosas, las piernas se me van abriendo sin querer…ese bulto que le marca el vaquero
ajustado…tan caliente, tan duro, una espada al rojo vivo…ya me mojé de solo pensarlo, con
los dedos no es lo mismo y después me siento culpable, siempre nos han dicho que es sucio y
enfermizo hacer eso, además debo tener cuidado de no moverme mucho porque mamita tiene
el sueño ligero, como dormimos en la misma pieza…me reprimo para no gritar cuando me
viene el orgasmo, tan tan divino…por ahí no aguanto y se me escapa un quejido y enseguida
mamá abre los ojos preocupada, pobre inocente (Nena, despertate que estás soñando con algo
feo). Por suerte la culpa me ataca a la mañana siguiente. Inmediatamente después me quedo
dormida con un sueño profundo, feliz, como si me hubiese dado un baño caliente, igual que
un bebé, y duermo de un tirón cuando otras noches me despierto tres y cuatro veces o me da
insomnio, tengo que ponerme a leer o a tejer.¿Será así el orgasmo si te la ponen de veras?, eso

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no lo sabré nunca, debe ser mejor todavía, en ese caso yo no sé cómo las que tienen relaciones
seguido no se infartan, algo tan intenso, parece que el corazón, el cerebro, el alma entera se te
fuese al vientre, todo se junta en ese delicioso espasmo del cuerpo que se cierra alrededor del
miembro, de ese palo de carne caliente,¡qué gloria!

¿Y el orgasmo de los hombres?, seguro que es diferente, no es igual ser penetrada que
penetrar, deben ser otras sensaciones las de ellos, capaz que se parece al placer de cagar,
como largan el semen…La vez que mis compañeras llevaron a la oficina unas revistas
pornográficas brasileras, repugnantes, ahí vi por primera vez – y no es cuento, ya tenía
cincuenta – los pitos en erección, unos chipotes enormes, de no creer, nunca me los había
imaginado de aquel tamaño; algunas decían que son trucos fotográficos: si los tomás de abajo
para arriba salen más grandes, como los artistas que una se piensa que son altos y después un
día los ve en la calle y se lleva flor de desilusión, unos pergeños que no valen ni cinco,
(Después de ver esto yo a mi marido lo tengo que dejar o si no, pedirle que se compre un
alargue en el pornoshop), la verdad que a todas se nos caía la baba mirando las porongas; y
las mujeres de la revista esa, la mayoría tenían la cachucha afeitada, algunas se estaban
masturbando y una cara de degeneradas…¿cómo se puede posar para semejantes fotos?, para
mí es peor que trabajar de prostituta. Si mamita supiera que estuve mirando revistas porno,
me mata, ella tan seria, tan correcta, nadie puede decir nada de su moral, nos educó con el
ejemplo; desde que murió papá – que en paz descanse – nunca la vi mirar a otro hombre,
jamás, como si todos hubiesen muerto con él, el único para ella.

……………………………

- Bendición, papi.
- Que Dios te bendiga, hijita.
- Dime, papi, ¿tú ya nunca volverás a vivir con nosotros? Quédate, vale.
- Cállate, gafa, ¿no ves que papá y mamá se están divorciando?
- No puedo, mi princesa, tu hermano tiene razón.
- Pero ¿por qué, papi? Yo no entiendo eso, ¿es que ustedes no se quieren más?
- Sí, Lupita, y los queremos muchísimo a ustedes. Cuando seas más grande
comprenderás, mi amor.
- Yo te extraño. Quédate, por favor, ¿sí?
- Imposible, mi bella, tu mamá se pondría brava conmigo. Y tú ya la conoces…

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- Claro, y además se pondría fúrica tu novia Dulce María, la chayota, ¿no es cierto,
papá?
- Jairo, háblame con más respeto que soy tu padre. ¿Qué es lo que tú te crees, chico?
Todavía eres muy niño para tomarte a guachafitas las cosas de los mayores.

(Cortina musical)…………El amooorr no se puede deteneeerr…………….

Nosotras salimos a mamá, igual de serias, la Beba se casó con el primer novio, ella nunca
sabrá lo que lloré a escondidas el día del casamiento, qué enamorada estaba de Luisito, fue
también mi primer amor…y el único…qué buen mozo el alemán con su traje oscuro, su
corbata moñito, el cuello y los puños de la camisa bien almidonados, los gemelos de oro…se
me quedó estampado en la memoria; felizmente para mí con el tiempo crió panza y se le
oscureció el pelo que lo tenía tan rubio de joven, que si no, es el día que sigo enamorada de él
hasta los tuétanos y todo el mundo se habría dado cuenta, a la larga: flor de tragedia,
enamorada de mi cuñado, sólo en las telenovelas…yo creo que mamá lo sabía, la única, por
eso que me dijo el día del casamiento por iglesia (Graciela, los sacrificios que hacemos por
nuestros seres queridos, si se los ofrecemos al Señor, nos serán recompensados con creces el
día del Juicio Final, no lo olvides). Durante un tiempo la odié a la Beba, pensar que él la
abrazaba, la besaba, se acostaban juntos todas las noches, era un tormento, lo menos que le
deseaba a la turra era la muerte, qué horror, sí, llegué a desearle la muerte a mi propia
hermana, ahora me parece inconcebible, ¿cómo se puede ser tan mala en algunos momentos?,
da miedo. Porque yo me considero una persona buena, no seré una santa, pero al lado de
otros…

No entiendo que le vio Luis a la Beba, en esa época éramos muy parecidas, yo sólo le llevo
un año, muchos nos tomaban por mellizas: las dos bien feúchas, ni de chiquitas fuimos
bonitas, o graciosas por lo menos, cuando me pongo a mirar fotos viejas me pregunto a quién
salimos físicamente porque mamá era muy buena moza, alta, delgada, unos hermosos ojos
castaños, un pelo divino, y nosotras unas gorditas sin gracia, con unas caras agalletadas, fea
nariz, boconas; Agustín en cambio se parece a ella, tuvo suerte. En la primaria, donde ya
empiezan las historias de noviecitos, ningún pibe nos daba bola, nosotras nos hacíamos las
serias diciendo que en casa nos mataban si se enteraban de que andábamos jodiendo con los
varones, pero en el fondo bien que nos hubiera gustado recibir alguna cartita de ésas que te
ponen en la mano dobladas muy chiquitas o que te encontrás en el pupitre al volver del recreo;

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nos decían las gordas Acosta, ¡qué rabia!, a mí la gorda Uno y a la Beba la gorda Dos.
Después nos mandaron al Comercial y aunque era mixto, tampoco logramos entrar en una de
esas barras que organizaban malones todos los sábados y se divertían a lo loco, las dejadas de
lado nos vengábamos haciendo circular rumores de que en esas fiestas se emborrachaban y
había toda clase de degeneraciones, por eso nuestros padres no nos dejaban ir; reventábamos
de envidia, cuanto más nos invitaban a algún cumpleaños de quince de familiares o amigos. El
drama de ser feas, cómo sufríamos, para colmo a mí se me llenó la cara de granitos, uno de
mis entretenimientos favoritos era apretármelos en el baño, un placer cuando saltaba el pus –
blanco o amarillo si estaban bien maduros –, a veces salpicaba el espejo, una ristra de gotitas
opalinas que me encantaba mirar, mamita siempre me lo arruinaba (Salí de ese baño,
Gracielita. A que ya estás de nuevo martirizándote la cara, te va a quedar como un colador /
Pero no, mamá, estoy haciendo caca, ya salgo), así me quedó: toda llena de pocitos como si
hubiese tenido viruela, por no hacerle caso a mamá, capaz que fue por eso que Luis se
enamoró de la Beba y no de mí, aunque éramos casi igualitas. Se conocieron en un baile de
Carnaval, nos había llevado mamá por supuesto – nunca salíamos solas de noche –; para mí
fue un amor a primera vista, lo vi y empecé a rezar para que me sacara a bailar (Virgencita de
Luján, haceme esa gracia, hacé que me saque, yo te prometo que el domingo no falto a misa
por más sueño que tenga y enciendo una vela en tu altar), se necesitaba un milagro porque él
era tan churro, hijo de extranjeros seguramente, rusos o alemanes; no sé si fueron mis ojos
implorantes y llenos de admiración o la intervención de la Virgen, la cuestión es que me sacó,
bailamos unas piezas – estaba tocando la jazz – y cuando me acompañó de vuelta a la mesa,
se lo presenté a mamá y a la Beba. Acostumbrada a mi mala suerte, pensé que no lo vería más
y que plancharía el resto de la noche, pero vino la típica y lo veo avanzar hacia nosotras, el
corazón me latía tan fuerte que no oía ni la música (¡Gracias, Virgencita, hiciste el milagro!),
entonces él con una sonrisa la saca a bailar a la Beba, fue como una puñalada a traición…
pero en medio de mi sufrimiento y mi despecho una pequeña esperanza hacía oír su voz
(Capaz que la invitó por buena educación, como vio que estaba planchando…capaz que
quiere disimular su interés por mí, no se va a pisar de entrada, por mamita…se nota que es
un muchacho respetuoso, de los de antes), pobre de mí, me la tuve que tragar, él no se
despegó de la Beba en toda la noche, ella se llegaba a la mesa de rato en rato, toda colorada,
acalorada, muerta de risa (¡Qué simpático es, mamá, y qué bien baila! No me larga por
nada. / Tené cuidado, Beba, no le des mucha soga, acordate que sos una chica seria, no una
loquita), yo estaba que estrilaba, hasta me negué a bailar con uno de mis tíos que se había
acercado a saludar a mamá y se compadeció de verme planchando sin remedio (¿Será posible

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que no me saque ni una pieza, aunque sea por cortesía?). Al poco tiempo formalizaron con
fiesta de compromiso y todo.

……………………………….

- Antonieta no está, don Wilfredo, salió y no sé a qué hora volverá.


- No importa, Cartagena, pasaré en otro momento.
- Es una pena que haya perdido su tiempo por nada. Si hubiese telefoneado antes…
- No fue pérdida de tiempo, al contrario, pues la he visto a usted que está cada vez más
bella.
- Ay, don Wilfredo, ¿qué mosca le picó que está tan halagador?
- Será la primavera…
- Pero si estamos en otoño.
- Eso era antes de que usted abriera la puerta, Cartagena, en ese momento llegó la
primavera para mí.
- Usted me está bacilando…
- No es bacilón, es la pura verdad.
- ¿Un juguito, don Wilfredo?
- Con gusto, viniendo de sus manos será un néctar divino.
- No siga, hombre, por favor, que me hace poner colorada.
- Y le va muy bien, Cartagena, parece usted una muchachita.
- A nuestra edad, don Wilfredo, ¿no le da vergüenza? Si entra Ana Margarita, mi
sobrina, ¿qué va a decir? Yo soy una persona seria, vale.
- Una persona seria, pero una mujer al fin…¡y qué mujer!
- Apártese, que nos puede ver alguien.
- ¿Y qué hay con eso, mujer?¿no tenemos derecho al amor acaso?
- Ay, parece una de esas frases tan románticas de la novela que usted hace en la radio,
yo la escucho todos los días, don Wilfredo. ¡Qué bien habla usted! Y cómo sufre la
pobre Yajaira raptada por el malvado Isamar y encerrada en esa cueva…
- Ahora que sé que usted me escucha, hablaré con más sentimiento aún porque usted
será mi musa inspiradora.
- ¡Qué bello, don Wilfredo!
- ¿Y qué le parece si salimos juntos uno de estos días?
- ¡Cónchale, qué locura! ¿Y a dónde iríamos, vale?

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- Pues a la retreta, al cine, a cenar…
- No, don Wilfredo, no puede ser. Yo soy sólo una empleada en esta casa. Me tratan
como si fuese de la familia, vale, porque las crié de pequeñitas a Antonieta, Adela y
Aurora; pero sé darme mi lugar. Además ya no estoy en edad para esos jueguitos
peligrosos: el que se arrima a la candela, se achicharra.
- Me agrada su prudencia, Cartagena, pero usted sigue siendo una mujer y tiene
derecho a vivir, no lo olvide. Los dos hemos pasado lo nuestro, vale, son divagaciones
de la carretera que debemos dejar atrás. ¿Por qué no le echamos pichón usted y yo
juntos?Ande, decídase.
- No sé…déjeme pensarlo, don Wilfredo.
- ¿Puedo marcharme con el corazón regocijado por la esperanza, Cartagena?
- La esperanza es lo último que debe perderse, don Wilfredo.

(Cortina musical)………….El amooorr no se puede deteneeerr…………..

Mamá de nuevo, cómo hincha últimamente…ultimadamente dice Luis Fernando en la


novela, ¿será que él habla mal o en Venezuela se dirá así? Luis, justo ese nombre, qué
recuerdos me trae… y también tiene su pinta aunque nada que ver ni con el Luis de ahora ni
con el de antes, el de la novela es morocho, con el pelo todo canoso y ojos oscuros, ay los
ojos, lo único lindo que le queda a mi cuñado, tengo que tratar de no mirarlo a los ojos porque
todavía me da una especie de flojera por dentro…Ya voy, ya voy, debe ser la hora de la
novela, por eso me llama, por lo general la miramos juntas, ella critica a todos los personajes
y se indigna frecuentemente porque la mayoría se descasan y se vuelven a casar como si tal
cosa – mamita no acepta el divorcio por más ley que salga -: Luis Fernando está divorciado de
Antonieta y vive con Dulce María aunque él la sigue queriendo a Antonieta, es ella la que no
se quiere arreglar; Enrique se divorcia de Adela y vuelve con la primera mujer, mientras ella
se mete con un pintor de paredes, creo que se llama Manuel Felipe el tipo, hay tantos
personajes que una se pierde al final; Federica, la que persigue a Fucho – que es el apodo de
Rafael, el que era novio de Aurora – y Octavio, el abogado, también están separados, y no
hablemos de Aurora, que después de todas las cosas horribles que le pasaron, va y se enamora
de un tipo casado, ese Rodrigo Encalada que yo no lo trago y mamita menos, porque la
engaña a la esposa, pobre, una excelente mujer, bonita, elegante y cariñosa, él no tiene nada
que reprocharle, es un cretino y encima tienen cuatro hijos, el más chiquito nunca aparece

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porque está en lo de la abuela, qué ridículo, para eso hubieran dicho que tienen tres chicos y
chau – ellos les dicen muchachitos.

No son tan exageradas las novelas después de todo, sin ir más lejos Agustín y la mujer, que
se llevan a las patadas…también él – aunque sea mi hermano no puedo defenderlo – siempre
fue muy picaflor, ve un par de piernas lindas y se enloquece. Cuando la ves a los ojos se te
mueven las orejotas, lo cargaba Ana Margarita a Fucho en la novela, igualito que Agustín:
incapaz de resistirse a una mujer que lo mira, y si eso fuera todo…lo peor es que hace años
que tiene una amante y hasta he oído por ahí que ella tuvo una nena el año pasado; si se llega
a enterar mamita, se muere del disgusto ahora que está tan delicada, la Beba y yo ya no
sabemos qué hacer para calmarla a la Coca, la mujer de Agustín, con la cuestión de la salud
de mamá logramos convencerla de que espere un poco antes de separarse, mi hermano se lo
pasa prometiendo que va a dejar a la otra, puras promesas. Y el hijo que ya es grande lo sabe,
qué horror, si una vez los vio juntos en el café Romeo de Nueve y Cincuenta y uno, los
tarados se habían sentado justo al lado de la ventana, ella lo debe hacer a propósito la muy
hija de puta, para que todo el mundo los vea y a él se le arme lío en la casa, digo yo, ¿a
Agustín no le da lástima la pobre Coca que se lo pasa llorando y con los nervios a la miseria?,
¡qué porquería son los hombres! – no todos por suerte, porque mi cuñado jamás la engañó a la
Beba, ésa sí que se sacó la lotería –, menos mal que mi cuñada no viene mucho por acá, nos
tomó medio rabia, ¿y nosotras qué culpa tenemos de las barrabasadas que hace Agustín?,
como si no le diéramos buenos consejos…a él tampoco le vemos mucho el pelo. Lo que es, si
cuento con la ayuda de la familia para la atención de mamá, voy muerta, ninguno se ofrece,
todo el mundo piensa que la hermana soltera está obligada a ocuparse de los padres viejos, se
olvidan de que la madre también los parió a ellos; cuando se trata del médico, de análisis o
remedios, si pueden escurrir el bulto…si yo no les pido directamente que pongan plata, se
hacen los osos.

……………………………..
- Hazme caso, Aurora, no te precipites. Hablar de lo que te sucedió te hará daño, vale.
- ¿Y tú qué sabes de eso? A ti no te ha pasado nada, Fucho. Es que tú no me
comprendes, a mí la vida me ha jugado sucio y me da mucho coraje.
- ¡Cónchale, chica! Sí que te comprendo y quiero ayudarte. Yo te ‘amo, Aurora, y es pa
toda la vida. Olvida eso y cásate conmigo.
- ¡No me toques, Fucho, me da asco! Eres un egoísta, ¿es que no puedes pensar un
poco en mis sentimientos, chico?

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- Okay, okay, tranquilízate. Tendré paciencia, esperaré que tus heridas cicatricen, mi
amor. Pero déjame decirte que darle publicidad a esos hechos no te llevará a nada.
Lo digo por ti, no quiero que sufras, vale.
- No me vas a convencer, Fucho. Yo sé muy bien lo que hago y nadie me va a impedir
que diga bien alto en mi programa que a mí me desgraciaron la vida y que esos
malandros aún andan libres. Y uno de ellos, el hermano de Alberto Javier, tiene la
audacia de perseguirme todavía, de telefonearme burlándose de mí. ¡No puede ser,
chico!
- Pues a ése déjamelo a mí, Aurora, les voy a romper los huesos al chaval y al diputado
del hermano. Estas cosas se arreglan entre hombres, no en la televisión.
- Fucho, si a ti te da pena ser mi novio, ya sabes lo que tienes que hacer.
- Mi amor, ¿por qué tú me hablas así? ¿es que ya no me ‘amas?
- No sé, estoy muy confundida, trata de comprenderme. Es mejor que no nos veamos
por un tiempo, vale.
- Pero, Aurora…
- ¡Cónchale! Se me hizo tarde, ya debo irme, tengo mucho trabajo en la televisora.
Chau, Fucho.

(Cortina musical)………….El amooorr no se puede deteneeerr……………

Mamita es inflexible en lo del divorcio (Si alguno de ustedes se llega a divorciar, a esta
casa no entra más. El casamiento es para toda la vida), en la novela pronuncian pa toda la
vida igual que la gente de campo de acá, lo dicen a cada rato y después se separan sin que se
les mueva un pelo; mamá piensa que si uno no reflexionó bien antes de casarse, luego tiene
que aguantárselas, una especie de castigo, no sé…hoy en día hay tanta gente separada y
divorciada…pero ella es de la vieja escuela, no afloja, ¿y para qué le vamos a dar un
disgusto?, cualquier día se nos muere y después vamos a tener el remordimiento. Ay, no
quiero ni pensarlo, toco madera, mejor me voy a hacer los trabajos atrasados, no logro
organizarme, es que yo sola no doy abasto ahora que ella está postrada; antes mamita se
ocupaba de todo lo de la casa, al volver de la oficina encontraba la comida esperándome, la
limpieza hecha, hasta mi ropa lavada y planchada, almorzábamos, mirábamos alguna novela y
luego me dormía cada siesta…en cambio, desde que ella se puso así, todas las mañanas siento
como un hormigueo en el cerebro cuando pienso en lo que hay que hacer, la cabeza me

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hierve, un día es peor que el otro y no se termina nunca. Una vez la Beba me preguntó qué
pensaba hacer de mi vida cuando se muriera mamá y yo le contesté que no fuera pájaro de
mal agüero, pero siento que por un lado será un alivio, estoy tan cansada de lavarla, de
cambiarle los pañales – a menudo no controla la pobre –, la chata, los remedios, la comida…
podría hacer lo que se me antojara sin oír a cada rato esos gritos llamándome y pidiéndome
cosas, la verdad que mamita ya es muy mayor, ya vivió su vida, sí, pero la muerte no se le
desea a nadie y menos a la madre, por vieja que sea.

¿Y qué quisiera hacer yo de mi vida? Ahí está la cuestión, tendría que pensarlo…capaz que
me mudo para escapar a los recuerdos tristes y también para cambiar un poco…aunque podría
seguir viviendo en esta casa, la Beba y Agustín no me harían problemas como otros hermanos
que enseguida exigen que se venda todo para cobrar lo que les toca de la sucesión – así pasaba
en Nosotras que nos queremos tanto, donde las cuatro hermanas se agarran de los pelos por
unos tristes pesos, es cómico pero también es retriste, con el cadáver de la madre todavía
caliente , la Betiana Blum y la Mirta Busnelli estaban impagables –, los míos felizmente no
tienen dificultades económicas y después de todo creo que me corresponde a mí quedarme
con la casa, ya que me ocupé toda la vida de mamita, me lo merezco…¡Otra vez! ¿qué carajo
querrá ahora? Dios mío, qué castigo, tener que dejar de lavar la ropa y correr a atenderla, por
ahí es alguna pavada que recordó de repente y me la quiere contar, cada vez habla más del
pasado, de cuando era chica, ¿y a mí qué me puede interesar de toda esa gente que ni siquiera
conocí? Voooy, mamá, voy…

Capaz que me mudo a Buenos Aires, sí, me jubilo y me mudo a la capital, me compro un
monoambiente, total para mí solita no preciso tanto espacio, menos que limpiar…por
Almagro o por Palermo – más lejos no, porque al final sería lo mismo que vivir acá –; aunque
pocas veces hemos ido a Buenos Aires con mamita, esos barrios los conozco, son lindos
...podría ir al cine, al teatro, hay muchas cosas gratis para los jubilados ¿y si me siento sola tan
lejos de la familia, si extraño…? bah, no es tan lejos, seguro que mis sobrinos me irían a ver
seguido, o si no viajaría yo todos los fines de semana, la Beba y Luis me esperarían con un
asadito…Sí, sí, voooy, no te pongas nerviosa, mamá, que te hace mal…¡Jesús, cuándo
terminará esta condena!

……………………………….

- Mejor díselo tú, Enrique, que eres el cuñado. Tú los conoces mejor y sabrás manejar
una situación tan terrible.

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- ¿Y cómo hago yo para decirles a Antonieta y Luis Fernando que su hija Lupita, mi
sobrina, se va a morir porque tiene leucemia, chico? Es que no es fácil, Alejandro.
- La profesión de médico tiene estas cosas, alguien debe decirles la verdad.
- ¿Pero por qué me toca a mí?¿por qué tengo que ser yo? Es injusto, vale.
- Los hago pasar, Enrique, están esperando en el pasillo.
(Cortina musical)….Llevo como una cruz clavada….en el corazóóón…..
- ¿Qué tiene mi hija, Enrique?
- Tranquilízate, Antonieta.
- ¡Nada de tranquilízate, Luis Fernando, tranquilízate un carrizo, chico! Mi Lupita
pierde el conocimiento en la calle y estando contigo – fíjate qué casualidad – y luego
me dicen que es necesario hacerle un estudio. ¿Cómo piensas tú que puedo estar
tranquila? Quién sabe qué porquerías le habrás permitido comer…
- Estás equivocada, chica. Siempre tengo que ser el culpable.
- Antonieta, el desmayo podría haber ocurrido en cualquier otro sitio y en cualquier
otro momento. Luis Fernando no es responsable, no es su culpa, te lo aseguro.
- Y entonces,¿qué pasa con mi niña pues? Habla, dime…¿por qué pones esa cara?
- Debes ser fuerte, Antonieta, los dos deben ser muy fuertes: Lupita…
- ¿Pero qué, Enrique?¡Dinos de una vez, chico!
- Tú siempre interrumpiendo, Luis Fernando. Déjalo terminar pues.
- En este momento deben estar más unidos que nunca, vale. Amigos míos…Lupita tiene
leucemia.
- ¡Nooo!¡Mi hija nooo! No lo creo, no puede ser…¡mi Lupita no!
- ¿Pero cómo es posible? Mi princesita… si sólo tiene diez años, no puede morirse.
Enrique, tú eres médico, debes hacer algo, ¡no lo permitas!
- ¡Lupita! ¿Por qué mi Lupita?¿por qué tenía que sucederle a mi hijita?
- ¿Qué hay que hacer, dime?¿llevarla al extranjero…? Yo me la llevo ahorita mismo
pa los Estados Unidos.
- No te precipites, Luis Fernando, agarra pausa. Su enfermedad no está avanzada, aún
puede esperar. Y existe una posibilidad de cura aquí, en el país.
- ¡Mi Lupita no se puede morir!¡Sálvala, Enrique, sálvala!
- Podría salvarse con un transplante de médula, si conseguimos una compatible con la
suya.
- La mía, yo le doy la mía. Soy su madre, mi médula tiene que ser compatible, seguro,
yo le di la vida.

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- Mejor toma la mía, yo soy más fuerte.
- Aguarden, no es tan fácil, primero debemos hacer los análisis para ver si hay
compatibilidad.

(Cortina musical)….Llevo como una cruz clavada….en el corazóóón……

¿Por qué la vida es tan injusta con algunos? ¿Por qué a mí nunca me quiso nadie? Un
hombre digo. Está bien, soy fea y gorda, pero hay tantas mujeres horribles casadas y felices…
la suerte de la fea la linda la desea, ¿qué suerte, por favor…?, yo debo ser una excepción,
mamá dice que hay que someterse a la voluntad de Dios, a veces me vienen dudas cuando veo
todo lo que pasa: si Dios no es responsable de la maldad de los seres humanos, ¿por qué los
creó así?, me parece que es demasiado cómodo lavarse las manos después que uno hizo la
cagada; según los curas la mente del hombre no puede comprender las intenciones divinas,
pero con ese cuento estaríamos autorizados a hacerles toda clase de perrerías a los tarados,
total no nos entienden. No, si Él es nuestro Padre celestial, tiene que desear lo mejor para sus
hijos, o sea que seamos felices…en fin, no se gana nada dándoles vuelta a esas cosas, en algo
hay que creer, debe haber un orden en el mundo porque si no se iría todo a los caños,
caeríamos en el ateísmo, no habría moral, sería espantoso. Mariquita es atea, por eso es tan
rara, dice cada cosa, que su vida se la va a vivir ella misma – como si te la pudieran vivir los
demás, qué comico –, que el primer deber del ser humano es para consigo mismo, eso es
egoísmo, se quiere justificar porque a ella la familia le importa un pito, viven cada uno por su
lado y se visitan a las cansadas, son fríos, indiferentes…claro, se criaron sin padres…la mejor
es la hermana, yo la conozco de la escuela, éramos compañeras: una piba callada, tímida, muy
tartamuda, siempre se llevaba tres o cuatro materias, no sé si no estudiaba o no le daba la
cabeza o era que los profesores no le entendían nada de las lecciones de tanto que
tartamudeaba, a nosotras al final nos daba risa, algunas creían que lo hacía a propósito para
joder, y cuando tenía que dar examen se descomponía de los nervios, iba al baño a vomitar,
pobre Susy…hizo hasta tercero y después dejó, no le gustaba el estudio, le consiguieron
trabajo en una oficina, como por lo menos sabía escribir a máquina…ella tampoco tuvo suerte
y eso que era bastante bonita, rubia de ojos verdes, pero la reventó lo de la tartamudez, casi no
abría la boca por el complejo que cargaba y con los hombres hay que ser desenvuelta,
simpática, no hay caso, a ellos no les gustan las que no tienen conversación. Actualmente ya
es el colmo, son las pibas las que encaran a los muchachos, no tienen ningún recato, a

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nosotras no se nos iba a ocurrir nunca hablarle las primeras a un varón, eso era de loquita,
había reglas de conducta. ¿Y las relaciones prematrimoniales entonces…?, se considera
normal que los novios se acuesten antes de casarse y hasta los curas tienen que tragársela por
más que no les guste, antes, si un hombre te quería de veras, si iba en serio, te respetaba
durante el noviazgo y cuando tenía sus necesidades – porque los varones son más chanchos
que las mujeres – se iba a buscar alguna negrita parrandera. Ya no hay diferencia entre las
locas y las chicas serias, no puede ser. Mariquita dice que la moral no reside entre las piernas
de la mujer, claro, qué va a decir si en la casa de ella es una procesión, los llama a todos
amigos, que se la cuente a Magoya, a todos los hace trabajar la muy viva: o le cortan el pasto,
o le arreglan los artefactos, como ese Daniel que tenía tanta habilidad manual y era mucho
más joven que ella, un pendejo, – en cambio yo tengo que pagar, bueno, es preferible, yo no
me abro de piernas para que me ayuden en los trabajos domésticos, soy una mujer honesta –
con razón la hermana no quiso venirse a vivir con ella, por ser mayor tendría que darle
consejos y Mariquita no escucha a nadie, hace lo que se le canta y lo proclama con toda
desfachatez (Por eso no me volví a casar, para hacer de mi culo un pito), a veces es medio
guaranga para hablar, con toda la cultura que tiene y que ha escrito libros de poemas…en más
de una ocasión la hermana se viene a desahogar con nosotras, discuten bastante, Susy anda
siempre con problemas de plata, su salud no es muy buena y la jubilación apenas le alcanza a
la pobre, la otra podría tirarle unos mangos, se da todos los gustos y no tiene vergüenza de
que la hermana vaya por ahí llorando miseria, va a terminar sola como un perro por egoísta, y
bien que se lo merece…eso si no termina peor, porque recibe a cada uno en la casa…un día la
van a encontrar asesinada igual que a esa chica de City Bell, que nunca se supo quién la mató;
para mí que fue el marido – dicen que es medio loco –, habrá querido vengarse de los cuernos
que le ponía con un vidriero, aunque ellos ya estaban separados, y eran gente bien, de plata.
Mamita piensa que la policía conoce a los asesinos de María Soledad Morales, la de
Catamarca, de esa otra piba que apareció muerta en la pileta del colegio y de ésta de City Bell,
y que no los agarran porque se trata de gente poderosa, les tienen miedo o compraron a los
jueces, por ahí son mafiosos o políticos importantes, que al final es lo mismo.

…………………………………

- ¿Y cómo te está tratando la vida, Adela?


- Ay Esteban, yo no sabía que el matrimonio es tan difícil. Antes de la boda me parecía
que nada más estar casada con Enrique me haría feliz pa toda la vida.

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- ¿Y no resultó así?¿no eres feliz?
- Cónchale, sí…pero Enrique se pasa el día entero en la clínica, llega cansado, nunca
vamos a ningún sitio.
- Ya tú sabías, Adela, que mi hermano es médico. Su profesión le exige mucha
dedicación.
- Sí, pero yo me quedo aquí muy sola, no sé qué hacer, chico; los oficios de la casa no
bastan para llenar el tiempo.
- Si tuvieras un niño, estarías más ocupada…
- Sería chévere, un muchachito…pero no viene, Esteban, por más que lo busquemos. A
veces pienso que Enrique no me comprende, vale. Siempre está ocupado cuando yo
quiero hablarle de mis problemas, de mis sentimientos.
- Tú ya sabes que yo siempre estaré ahí para escucharte y para lo que gustes mandar.
Ven a verme, vale.
- Gracias, Esteban, eres muy bello.
- También tú, Adela, desde que te conozco pienso que eres muy buena gente…Oye,
chica, ¿sabes que me encantaría hacerte un retrato? A ver, déjame estudiar tu
perfil…¡qué hermosa nariz tienes!
- ¿Te parece? Tú me estás bacilando.
- Nada de bacilón, mujer, es la purita verdad.
(Cortina musical)………Tooodo el mundo necesita amor………………

- ¿Qué significa esto,Adela?¿Qué haces tú aquí, Esteban?


- Nada, Enrique, sólo pasaba y se me ocurrió entrar a saludar a mi cuñada, vale.¿Qué
te sucede a ti, chico?¿Por qué te pones bravo pues?
- Vuelvo a MI casa y me encuentro a MI hermano acariciando a MI mujer y tú dices
que no debo ponerme bravo. ¡Estoy fúrico, chico!
- Deja ya la gritadera, Enrique, que no tienes ningún motivo. Esteban y yo no hacíamos
nada malo.
- ¿Ah no?¿Y por qué estaban juntitos y él te acariciaba el rostro, Adela? A ver si me lo
puedes explicar. Chica.
- Tú eres un mal pensado, hermano. Yo sólo la estaba estudiando para hacerle un
retrato, vale.
- ¿Un retrato…?¿Qué es lo que quieres decir, chico?¿Y para qué…?¿Desde cuándo tú
haces retratos si eres arquitecto?

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- Bueno, eso no quita, ahorita estoy pintando.
- Sí, tú pintas…¡hazme el favor! ¿O acaso tú crees que no sé que hace tiempo tienes tu
trompo enrollado con Adela?¿Me crees gafo, chico?
- Enrique, mi amor…
- Pero ella ahora es MI mujer y no voy a permitir que MI hermano…
- Calla, Enrique, tú nunca me comprendiste, siempre pensando lo peor de mí y
regañándome, vale. Me voy, pero ten mucho cuidao porque tampoco la comprendes a
Adela y si sigues así la perderás.

(Cortina musical)………….El amooorr no se puede deteneeerr……………

En el tiempo de los milicos la mayoría creía en el barrio que Mariquita era extremista, me
acuerdo del día que le vino la Federal, bueno, nosotras no lo vimos pero nos contó Mónica
Merelli que espiaba por la persiana esperando que la metieran en el famoso Falcon verde; y
sin embargo no, no pasó nada: los tipos salieron (Eran dos de civil con fusiles Fal o Itaka, no
sé, unas armas como revólveres grandotes), se subieron al auto y se fueron tranquilamente.
Después la misma Mariquita nos vino a contar del susto y que sólo le habían hecho unas
preguntas, la Federal había recibido una denuncia anónima; nosotras nos sentimos algo
incómodas, a ver si se creía que se la habíamos hecho nosotras a la denuncia, una puede tener
ideas diferentes pero de ahí a denunciar a la gente…salvo si es alguien que tira basura en la
calle o se niega a hacer su vereda, o como López, el rematador de aquí a la vuelta, que
almacena escombros y hasta pone caballos a pastar en terrenos baldíos que ni siquiera son de
él, después es un olor a bosta que mata, a los Merelli les comieron el cerco y les ensucian la
medianera, sin hablar de los relinchos que a veces te despiertan en medio de la noche, no hay
derecho…ese López es un desconsiderado y un vivo, ya van varias veces que lo denunciamos
a la municipalidad, pero él tan campante, le entra por una oreja y le sale por la otra, son todos
amigotes de él en la Delegación, mientras las cosas sigan así la Argentina será el mismo
desastre. Pensar que a éste lo votamos con tantas esperanzas, siempre fuimos peronistas en la
familia y resultaron peores que los conservadores, todos quieren salvar al pueblo argentino
reventándolo: los militares a balazos, como a la polaquita de la otra cuadra que la mataron
justo en la puerta de casa cuando corría tratando de escaparse, esa noche nos despertaron los
tiros y los gritos, miramos por la persiana sin prender la luz, vimos las corridas, era un
operativo del ejército, qué miedo, de repente un soldado salió de nuestro jardín – como es

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todo abierto, no tiene cerco ni pared, cualquiera se mete –, estoy cansada de decirle a mamá
que necesitamos una reja pero a ella no le gustan (Me parecería estar en una cárcel. / Qué
cárcel ni ocho cuartos, mamá, todas las casas del barrio tienen una verja, es una seguridad.),
una vez hasta encontramos una cagada y una bombacha sucia en el fondo, una inmundicia, y
ésa fue una mujer, parece mentira que tengan tan poca delicadeza.

Y Menem igual, lo quiere reventar de hambre al pueblo, le va a pasar como al gallego del
chiste, que cuando logra enseñarle al burro a vivir sin comer, no puede lucirse porque el
animal tiene la mala idea de morirse. Uno se quedó con la ilusión de los tiempos de Perón y
Evita, que los obreros, los pobres, los adoraban; nosotros pudimos hacernos esta casita con un
crédito del banco Hipotecario, ahora ni créditos hay, hasta se fundió el banco. Cuando murió
Eva Perón mamá y yo fuimos a Buenos Aires a ver el cuerpo que estaba en exposición, horas
de cola hicimos y lloviznaba, no me olvidaré nunca, nos despedimos de ella con un beso, en el
vidrio porque el cajón estaba cerrado por un vidrio, si no cómo hubiera quedado la pobre de
tantos besos, la carita gastada…estaba tan hermosa – la habían embalsamado –, una princesa
dormida…por más contrera que sea, nadie puede negar que era linda, no hubo ninguna esposa
de presidente como ella…y tan elegante, la vestían los mejores modistos de París…la gente
lloraba de una manera, era impresionante, se veía que el pueblo la quería. En vez a los que
vinieron después, si se mueren, no los va a llorar más que la familia. Como al viejo Illia. Y a
las esposas uno ni las conoció. A la de Menem, la Zulema, se la conoce por el quilombo que
armaron con el divorcio y las reclamaciones de alimentos y todo eso; es una negra teñida, una
turca conventillera –, en cambio Evita era tan fina y siempre enamorada de su marido, se
hubiera dejado matar por el General –; como está sin mujer oficial, don Carlos se inventó de
llevar de acompañante a la hija, Zulemita, que será simpática – no digo que no – pero un
poco joven para primera dama, ¿cuántos años tendrá la piba?¿diecisiete?¿dieciocho?, la cosa
que la Argentina se transformó en una gran tienda de turcos, nunca me imaginé que había
tantos.

…………………………………….

- Yo venía a ver por qué el banco no me ha concedido aún el crédito que solicité hace
una semana.
- Señora Mangano, estamos estudiando su solicitud, debe tener un poco de paciencia.

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- Mi solicitud está perfectamente en regla, vale. Y yo necesito ese dinero con urgencia
para poner nuevamente en marcha mi fábrica de pantaletas, ¿usted me entiende,
señor?
- Ya le he dicho que debe esperar, comprenda que el banco tiene que asegurarse, tomar
sus precauciones…
- Pero se trata de una cuestión muy importante para mí, importantísima, señor. Dése
prisa, por favor.
- Señora Mangano, usted me disculpará, pero no puedo hacer más nada por usted, de
momento.
(Cortina musical)…………….Tooodo el mundo necesita amor……………..
- ¡Todo el mundo al suelo! Esto es un asalto. Nadie se mueva y no saldrán heridos.
- Pero este señor es n inválido y está delicado del corazón. Déjennos salir, por favor.
- ¡Cierra esa bocota y al piso!
- Oigan…
- ¡No lo golpeen, pillos! Es mi sirviente Lucas.
- A ver si te callas, viejo, y al piso tú también.
- ¿Pero no ven que estoy paralítico, que no puedo caminar…?
- Botalo al piso, chamo, que puede huir en su silla de ruedas. Espósalo con la mujer
que está junto.
- ¡Ay, por favor, no me hagan daño!
(Cortina musical)……………..Tooodo el mundo necesita amor…………….
- Ya se han marchado. No tema, señor, ya no hay peligro.
- ¿Y ahora qué hacemos? ¡Maldición, todo el mundo huyó!¡Cobardes! Nos han dejado
solos aquí y a mí me urge salir de este banco, tengo muchos negocios pendientes.
- Cálmese, vale. Y no jale así que me hace daño. Yo también tengo prisa por volver a
mi casa. ¡Ay!
- Deje la gemidora, señora, que no es pa tanto. Y Lucas que sigue sin conocimiento…
espero que no se haya muerto cuando más lo necesito. Me siento mal…
- Ahorita sí que estamos en un buen lío. Si usted pudiera incorporarse un poco, vale, yo
le ayudaría a montar en su silla. Hagamos el intento, ¿okay?
- Trataré…¡Ay, me está sofocando, señora!¡No se eche así sobre mí! Tenga cuidao…mi
corazón…
- No sea tan flojo, hombre…Ya está,¡menudo trabajo me ha dado!

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- Pero muévase, mujer, no se quede ahí pasmada, haga algo para liberarnos, que no
nos vamos a pasar el resto de la vida esposados.¡Cónchale, qué inútiles son las
mujeres!
- Ya, tranquilo. Como sea tenemos que navegar en el mismo barco. Usted haga andar
la silla, vamos hasta ese teléfono y llamamos a la policía. Luego lo acompañaré a su
casa. No se altere, vale, todo saldrá bien.

(Cortina musical)…………..El amooorr no se puede deteneeerr…………

Hoy le toca venir a Pedro, por suerte mamita descansa un rato después de la novela –
últimamente duerme mucho, deben ser los calmantes que toma –, así que voy a poder charlar
un ratito con él en el jardín, es bastante conversador y nada tonto, me contó algunas cosas de
su vida y otras me las dijo Mariquita que lo conoce de años, él le hace muchas gauchadas, a
Mariquita se le rompe algo y ahí corre Pedro a arreglárselo, ¿estará enamorado de ella?, capaz
que andan juntos…aunque no, no creo, por más loca que sea a ella le gustan de otro nivel, una
vez le oí decir que las diferencias sociales se pueden superar, pero las intelectuales jamás –
eso porque se cree más inteligente que todos nosotros, ¿de qué se las da…?, si fuera tan viva
nadaría en plata y viviría en París que le gusta tanto; se habría hecho famosa con lo que
escribe, saldría en televisión, ¿y quién la conoce ahora?, a veces sale en el diario, bah, en El
Día sale cualquiera, gran cosa –, por ella supe que a Pedro la mujer lo largó hace una pila de
años, mirá que hay mujeres raras, Dios le da pan a la que no tiene dientes, dejar a semejante
tipazo…y de más joven seguro que estaba mejor todavía, con la dentadura completa y el pelo
negro…y de la que te dije tampoco se podría quejar, a juzgar por el paquete que porta la debe
tener como los de la revista que llevaron a la oficina; cuando converso con él no puedo evitar
que mis ojos se detengan unos segundos ahí, unas ganas de agarrársela, justo para mi mano y
parece que me está llamando…por suerte él no se aviva, yo aprovecho que mira para otro lado
o me explica algo del jardín, me muestra una planta por ejemplo, si no qué vergüenza,
pensaría esta vieja degenerada que ya tiene sobrinos nietos…él siempre habla de las dos hijas,
que las crió solo y le salieron buenas chicas, de su casa; hace poco conocí a la menor que vino
en moto con el novio, tenía que decirle algo a Pedro, linda piba, respetuosa, no como los de
ahora que ni te saludan por la calle ni te dan el asiento en el micro, aunque los conozcas de
bebés, y hasta se burlan de los mayores, no se dan cuenta los tarados de que ellos también
serán viejos un día. Cómo se las chanté a ese pendejo la semana pasada, iba sentado al lado,

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un escándalo: una viejita de más de ochenta años parada y el micro lleno de chicos
tranquilamente sentados lo más panchos (Decime, pibe,¿vos no tenés abuela?/ Sí…/
Entonces,¿no te da lástima que esa señora tan anciana viaje parada?¿por qué no le das el
asiento?), el mocoso no tuvo más remedio que levantarse, pero seguro pensó jovata de
mierda, ¿por qué no se lo da ella el asiento?, si todos les hiciéramos ver lo mal que están esas
actitudes, a la larga les entraría en el mate. Es la educación que les dan en el hogar, la gente es
cada vez más desconsiderada y egoísta, en las paradas las mujeres con chicos los hacen subir
primero para que agarren asientos y una que estaba esperando antes se queda sin nada, a
joderse.

El timbre, ése es Pedro…¿cómo hará para conservarse tan bien este tipo?, me comentó que
toma una cucharadita de propoleo todas las mañanas en ayunas, eso da energía, hace bien a la
garganta, al intestino, parece que es bueno para todo, voy a ver si me lo compro y empiezo a
tomarlo, es de venta libre y está en cualquier farmacia, a mamita también le vendría bien, la
encuentro muy caída últimamente. Ahí tengo un buen pretexto, voy a preguntarle a Pedro si a
él se lo recomendó el médico.

51
ALLEGRO CRUDELE

Espero que hoy la vieja de mierda me deje tranquilo, ya me tiene repodrido con la
conversadera la jovata esta…la puta, cómo se me pegan algunas palabras de los venezolanos
de la novela, tienen un montón que terminan con dera: conversadera, gemidera, gritadera,
perseguidera, tosedera…en casa las chicas joden con eso todo el día. A veces la miro, cuando
no trabajo, es más pava, yo me hago el plato pero las chicas se la toman en serio, no se
pierden un capítulo, se repite diez veces la misma historia para que dure más y tienen unas
caras de pajeros…las novelas argentinas son mejores, me parece, menos ridículas, aunque yo
no sigo ninguna, es una pérdida de tiempo, cosas de mujeres; el noticiero de canal 9 a la
noche, el programa del ruso Sofovich los domingos no me los pierdo, las pibas quieren ver el
de ese imbancable de Pergolini, unos ojos tiene el guacho, pero tan jovencito no es por más
que se las dé de pendejo, a mí no me la pega…¿y la mejicana que seguían las chicas el año
pasado…?, qué aparato. La Lucy se pasaba la tarde mirando esas huevadas, una atrás de otra,
así es como no hacía un carajo en la casa y después se le reviró el mate de tanta pavada que
veía: siempre hay un hijo que se le pierde a la madre y un cura hinchapelotas que da buenos
consejos, podrían inventar algo diferente, a mí que no me vengan a joder esos avivados de los
curas que se pasan la dolce vita sin laburar mientras uno se tiene que romper bien el lomo,
encima se hacen los santulones y andan cogiendo a escondidas, que se la vayan a contar a
Magoya la del voto de castidad, si no es con mujeres se agarran entre ellos, igual que las
monjas, y hacen bien qué joder, ¿a quién se le ocurre que un hombre o una mujer tiene que
estar toda la vida sin coger?, esa pobre gente no aguanta, por lo menos una manuela se tienen
que hacer de vez en cuando, es humano, de lo contrario revientan – dicen que la paja también
es pecado, qué va a ser, mamá me retaba de chico y a veces sólo me estaba rascando, que
Dios me iba a castigar si me tocaba el pilín (Te va a venir una enfermedad asquerosa, vas a
ver, te van a poner inyecciones) –, lo que no me banco de los curas y las monjas es que sean
falsos, que anden predicando lo que no hacen; igual que esta solterona, la Graciela, a mí me
parece que me la mira con cariño pero se hace la idiota…con el asco que yo les tengo a las
gordas…Desde que esa putarraca de la Lucy se las tomó, me busco pibas bien jóvenes, si son
de la edad de mis hijas mejor, y preferible prostitutas, uno paga y tiene derecho a todos los
chiches sin ninguna historia, a mí por ejemplo si no me meten un dedito en el culo no se me
para del todo, no me queda bien dura, también me gusta meterla por atrás y que me la chupen

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un rato largo, es difícil encontrar una mina que no sea prosti y que te haga todo eso de
entrada. La Lucy no quería y después se quejaba si a mí no se me paraba, andaba contándole a
las amigas que yo me había vuelto impotente, ¡impotente tu abuelo, hija de puta!, otro punto a
favor de las prostis: son discretas y no andan deschavando por ahí los gustos de los clientes, o
si lo hacen no dan nombres. Yo me las elijo bien flaquitas, con pocas tetas, un culito chico y
querendón y eso sí, muy limpias tienen que ser, por las dudas antes me baño con ellas, las
friego bien con una esponja, hasta en la concha y el culo se la meto; aunque con esto del Sida
uno se ponga forro, yo soy fanático de la limpieza, no me aguanto malos olores, siempre digo
que seré pobre pero limpio, eso no me lo pueden quitar.

Este fin de semana las chicas se van de los tíos a la capital, así que aprovecho que me quedo
solo para armarme una festichola, tengo que esperar a tener cancha libre en casa, en un telo
jamás, si todavía pago el alojamiento aparte de la mina me fundo, che. Mariquita me aconseja
que me busque una mujer estable, una novia…jajá, cualquier día me agarran de nuevo, las
minas te sacan la guita, te tienen de esclavo y encima te coronan o te largan cuando se les da
la gana, como la Lucy que se fue con otro tipo, tuvo tres hijos más con él y de las mayores ni
se acuerda, me las dejó de regalo a mí, el nabo que las crió, ¡perra arrastrada! Desde chiquitas
se lo metí bien en la cabeza (La madre de ustedes es una perra que las abandonó porque
estaba caliente con otro macho y anda por ahí pariendo guachos), quiero que lo sepan, que la
odien igual que yo a la turra, a la basura esa…y todavía tiene el coraje de venir de visita, la
última vez con el más chico en brazos, pero así la recibimos: las chicas se metieron en la
pieza, se negaron a hablar con ella y yo le canté las cuarenta (¿A qué venís? Tus hijas no te
quieren ver./ Tenía muchas ganas de saber cómo están./ Están perfectamente y no te
necesitan para nada, así que tomatelás y no vuelvas nunca más, que después en el barrio se
comenta y no nos gusta el chusmerío); Mariquita dice que hago muy mal fomentando ese
odio, que lo peor que puede haber para el desarrollo de un ser humano es el odio a la madre,
que lo anula completamente porque es lo mismo que odiar la vida, como un suicidio en
cámara lenta…¿qué sabrá ella?, se cree que lo sabe todo porque leyó muchos libros, jajá, a mí
el odio me ayuda a vivir, me mantiene en pie, hay veces que me parece ser una columna de
odio compacto de la punta del dedo gordo a la punta de los pelos y otras siento que me quema
el cerebro, que me salen llamas de la cabeza. Cuando estoy esperando el 273, esa inmunda
chinche verde que pasa si se le antoja, y veo a esos guachos en sus autos, muy señorones,
muy soberbios, que te podés morir haciendo dedo y no te levantan esos mierdas, las
maldiciones y las puteadas que les mando me ayudan a bancarme la espera (Ojalá que te des

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un buen tortazo, sorete de tres días… Cómo me gustaría verte reventado en el asfalto con los
chinchulines afuera y los sesos desparramados, a que no te quedaban ganas de correr); es
que en el mundo no hay ninguna justicia, che, los comunistas tenían razón al final, habría que
matar a todos los ricos, manga de explotadores chupasangres, o echarlos del país como
hicieron en Cuba, a mí me encantaría irme a vivir a Cuba…según la de Gómez – la del jardín
del tilo que me embola con las hojas caídas y que viajó el año pasado – allá hay que laburar
fuerte, bueno, pero por lo menos es la ley pareja para todos. Si no tuviera a las chicas aunque
sea un viajecito me podría hacer, dicen que no es muy caro, cuestión de conocer algo del
mundo como Mariquita, ésa sí que tiene suerte, vive llorando miseria pero ya se hizo varios
viajes a Europa, dos o tres a Brasil, fue a Perú y queseyó a cuántos lugares más; yo ni siquiera
Colonia conozco y eso que queda cruzando el charco, sacando la capital y Mar del Plata
nunca tuve ocasión de ir a otra parte. Los que viajaron a Cuba cuentan que hay unas playas
fenómenas y unos shows de negras cubanas…¿cómo será cogerse a una negra?, pienso que
no me gustaría porque se corre la bola de que tienen mucho olor, una baranda que no se les va
ni con el baño.

………………………………….

- Tengo una idea de lo más chévere, Puchi: ahora que estás divorciado, ¿por qué no
vivimos junticos, mi amor? Tú te vienes aquí, a mi casa.
- Dulce María, ya te he dicho que no me llames Puchi. No me agrada, chica.
- Está bien, Luis Fernando. Pero ¿qué me contestas?¿te mudas conmigo?
- No sé, chica…Tengo que pensarlo. Están mis hijos…
- ¡Cónchale, tus hijos, siempre tus hijos! Tú irás a visitarlos igual que ahora y también
podrán venir a nuestro apartamento, yo quiero conocerlos.
- Pero ellos no te quieren conocer a ti, Dulce María.
- ¿Por qué tú me hablas así, Puchi? Tú no me ‘amas.
- Deja ya la lloradera, chica. Debemos ir con calma, yo ahorita estoy confundido, vale.
- Prométeme que lo pensarás, Luis Fernando. Imagínate qué bello, tener nuestro
hogar…¡me provoca tanto atenderlo a mi Puchi! Vo’a guisarte, a cuidar tu ropa, vo’a
vivir para mi Puchi…
- Ya te he dicho mil veces que no me llames Puchi, Dulce María.

(Cortina musical)…………..El amooorr no se puede deteneeerr…………

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Que se consigan un laburo o se casen de una vez así las mantienen los maridos a esas
guachas de mis hijas, estoy harto de que vivan a costillas mías, las quiero mucho pero todo
tiene un límite, che, todos estos años pendiente de ellas, menos mal que no me salieron como
la madre, una educación dura tuve que darles y si había que fajarlas…la cosa que las saqué
buenas. No como pensaba la doctora Bauter – la siquiatra que atendía a la Lucy antes de que
se rajara –, según ella yo tenía la culpa de que la otra anduviera mal de los nervios y me la
tenía dopada con remedios carísimos, un día me citó en el consultorio y le hablé sin pelos en
la lengua (Mire, doctora, yo soy un laburante, no tengo mutual y no puedo estar comprándole
toda la vida a mi mujer esos remedios que usted le receta. Ella no mejora y ya hace tres
meses que se trata con usted.); la tipa llegó a pronosticarme que mis hijas tendrían
problemas, que irían por mal camino si no cambiaba mi actitud, en esa época la Lucy ya me
había dejado y yo estaba con toda la inquina, andaba como perro rabioso queriendo morder al
que se ponía a tiro. Me gustaría verla ahora a la doctora Bauter para chantarle que le falló el
horóscopo: las chicas ya son señoritas, estudian en la secundaria, tienen novio, ningún
problema con ellas (En cambio sus hijos, doctora, ésos sí que le salieron revirados: la mayor
una extremista que estuvo presa y no la mataron porque tuvo ojete, justo, ésa es la palabra,
se la deben haber garchado por atrás y por adelante todos los milicos del batallón…y su
hijito un drogadicto de lo peor, dos por tres lo veo con los ojos idos, quién sabe en qué
mundo anda volando)…y la mina me daba consejos, ¡ma andá a cagar!, pasa que los
siquiatras son más locos que los chiflados que atienden, unos vivancos que te sacan plata y no
curan a nadie, todos los que conozco quedaron peor después de ir al siquiatra o al sicólogo,
ellos hacen su negocio nada más y se inventan cada guiye…mirá los sexólogos, ésos que
aconsejan a la gente lo que hay que hacer en la cama, hasta en eso se meten, déjense de joder,
che. En la novela aparece uno que se llama Billy, una facha de degenerado el enano…una de
las minas va a consultarlo – ¿cómo se llamaba…? ma queseyó, son más de veinte mujeres,
creo que es una de las tres hermanas –, lo va a ver porque cuando coge con el dorima no pasa
naranja, ni fu ni fa, como si estuviese leyendo el diario, ni cosquillas; está cantado que es una
frígida de mierda igual que la Lucy, pero siempre nos echan la culpa a los hombres: que no
sabemos coger, que la tenemos demasiado chica o demasiado grande, si hablamos porque
hablamos, si no porque no, ¿tenemos que hacer todo nosotros, carajo? – por eso me gustan las
putas, che – la cosa que el Billy ese les presenta otra pareja, ahí no dice bien claro para qué
pero no hay que ser brujo para darse cuenta: la festichola de a cuatro que debe ser fantástica,

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esas orgías de las pornos…en la capital vi una fenomenal el otro día, había una escena de dos
parejas: uno de los tipos se la metía por adelante a una mina mientras el otro se lo serruchaba
a él y le chupaba las tetas a la otra mujer que se pajeaba con un consolador tamaño burro, ¿de
dónde sacarán tipos con semejantes porongas?, y unos físicos…después sueño cada cosa…
casi siempre con Ernesto, el amigo puto de Mariquita. Y bueno, mientras sea uno el que la da
no es degeneración pienso yo, uno es bien macho y el puto es el otro, carajo cómo me gusta
ese pibe…no es que sea lindo, al contrario, y reflaco, pero tiene unos ojos acariciadores y
unos modos tan temeninos, el culito es exactamente como me enloquece a mí: casi nada, puro
nervio, no esas nalgas gordas y grasientas de las mujeres, llenas de celulitis.

Y qué, después de todo medio mundo miraba El oro y el barro donde Solá pateaba a los dos
arcos, era flor de degenerado, y sin embargo a todos se les caía la baba de gusto, así que no se
hagan los inocentes…igual yo no le comento a nadie estas cosas, a ver si todavía me hacen
fama de trolex, tengo que pensar en mis hijas. Una vez que estaba muy tomado me parece que
algo le dije a Mariquita, no sé, por ahí lo soñé, ojalá…y aquella vez en la fiesta de Ernesto,
que también me agarré un pedo y me fui a recostar a la pieza de él, me quedé un rato dormido
y cuando abro los ojos me lo veo al Nestito parado al lado de la cama y mirándome, no sé qué
me dio, debe haber sido el vino, le agarré la mano y me bajé el cierre del pantalón (Vení, rico,
acaríciamela, chupamelá que la tengo dura, mirá, mirá qué buena, ¿te gusta?), él se soltó y
fue a la puerta (¿Estás loco? No hagas lío que mis viejos duermen en la pieza de al lado. Si
querés lo conversamos después, cuando se te haya pasado), todavía había gente porque del
living llegaban música y risas, salió y nunca más hablamos del asunto; fresco no me animo a
encararlo, es que soy muy tímido, es casi una enfermedad, ni con las minas me animo, si la
Lucy no me hubiese encarado en aquel asado del club de fomento del barrio, es el día que ni
nos conocemos. Hubiera sido mejor, carajo cómo es el destino de uno…yo estaba ayudando
en la parrilla – a mí me gusta dar una mano siempre que puedo, de paso te convidan unos
vinos, picás algo y te sale gratarola – y va y se acerca la Lucy, linda piba, rubia natural – de
eso me enteré después, por supuesto – bastante fina como yo las prefiero, nada que ver con las
otras del asado que todos los días las encontraba en chancletas barriendo la vereda, la única
contra era que usaba anteojos con mucho aumento tipo vidrio de sifón, ahora se puso los de
contacto, se los pagó el macho que tiene, pero como la turra le pasó la chicatez a las hijas yo
se los tuve que garpar a ellas, la puta que las parió, me salieron un huevo y la mitad del otro…
bueno, se acerca y con voz de bolero me pide un chinchulín (A mí me agradan bien
calentitos, de la parrilla al plato, ¿vio, joven?) – entonces no se usaba decir enseguida de vos,

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uno esperaba a tener más confianza, había más respeto, queseyó – y ahí empezó la
conversadera: que si yo era del barrio, que cómo me llamaba, que un tío de ella también se
llamaba Pedro, a ella la habían invitado unos amigos vecinos míos pero vivía bastante lejos,
por Florencio Varela, acababa de pelearse con el novio y necesitaba distraerse, así que aceptó
la invitación y se vino. Resultado: a los tres meses estábamos viviendo juntos, no quise saber
nada de casorio (Mejor probamos primero); la familia de ella se quedó en el molde, vivía con
unos tíos, los padres se habían quedado en Misiones – Apóstoles, en el medio del monte –,
ella les hacía creer cualquier cosa en las cartas, una vez vinieron a vernos, buena gente,
humildes, se quedaron encantados cuando vieron que yo tengo mi casita de material con baño
instalado, heladera y televisión, no esperaban tantos lujos, pensaban que eran macanas de la
Lucy, ella me había contado que allá cagaban en una letrina inmunda y si estaba ocupada, en
los yuyos nomás…y después tan pretensiosa que se puso la culo sucio, quién te ha visto y
quién te ve, así son.

………………………………….

- ¡Cónchale, Cartagena! ¿Será posible que ninguno de nosotros tenga una médula
compatible con la de Lupita, mi pana? Yo quería donarle la mía, hubiera querido
salvar a mi hermana pero no sirve, vale.
- Cálmate, Jairo, ten fe. Dios no nos puede abandonar, chico. Los doctores están
buscando un donante, ya verás que pronto encontrarán uno.
- ¿Tú crees eso, Cartagena?¿Tú crees que Lupita se v a curar, mi pana?
- ¿Qué haces tú aquí, Jairo?¿No tienes que estar en el colegio a esta hora?
- Yo ahorita me estoy yendo, mamá. Es que estoy muy preocupado por Lupita, vale.
- No busques pretextos, chico. Siempre el mismo irresponsable.
- Pero, vieja…
- Y no me llames vieja, un poco más de respeto que soy tu madre y tú sólo un
muchachito malcriao.
- Vale, mamá…
- Y deja de decir “vale”, tienes que hablar con corrección. Para eso vas al colegio.
- Cónchale, mamá, me tienes cabezón de tanto regañarme.
- Mira, Jairo, que yo aún puedo darte con un bate, que pa mí eres un niño aunque tú te
creas la gran cosota, chico, y andes arrastrándole el ala a la hija de Octavio
- ¿Ya te vinieron con el cuentito, mi pana?

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- ¿Qué es lo que tú te piensas, Jairo? Ten cuidao, “mi pana”. Octavio está fúrico, me
habló ayer de ese asuntico y dice que te quebrará los huesos si no te apartas de
Andreína.
- Es que su viejo es un tirano, mamá, la quiere tener encerrada, no le permite naitica
de na y ella ya no es una niña, vale.
- Es una niña, chico, y tú debes respetarla, ya tú me entiendes, Jairo. No quiero verte
metido en tremendo paquete. Demasiado nos castiga la vida ya, hijo.
- Okay, vieja, pero no llores que ahí viene Lupita. Yo me marcho. Chau, mi pana.
- Buen día. ¿Cómo amaneció hoy mi princesita?
- Bendición, mami. Dime,¿por qué no puedo ir al colegio?¿estoy enferma todavía?
- No, mi vida, ya stás bien, pero el doctor dijo que debes quedarte un tiempo en la casa
y tomar las medicinas, vale.
- ¡Son tan feas, mami! Yo me siento muy rara, ¿me voy a morir, mami? Dímelo, pues,
dímelo…
- Pero ¿la estás oyendo, Cartagena?¿De dónde has sacado tú esa idea, Lupita? Tú te
vas a poner bien y vas a volver pronto al colegio y …
- ¿Y papi me va a comprar esas tenis tan boniticas que vimos en el shoping el otro día?
- Lo que quieras, mi amor, pero ahorita tómate la medicina que te trae Cartagena, por
favor.

(Cortina musical)….Llevo como una cruz clavada ….en el corazóóón ….

Suerte que me quedó la casa cuando murió la vieja, en realidad es lo que corresponde ya
que mis hermanastros se repartieron lo de la capital – aunque sean hermanos de la misma
madre, yo les digo hermanastros porque esa palabra refleja mejor mis sentimientos hacia
ellos. Allá vivíamos en San Telmo, lindo barrio, familiar, parece que estuvimos muy bien
mientras mis viejos no se separaron, hasta un auto tenía papá, él laburaba en la aduana del
puerto y sacaba buenos mangos, me acuerdo que mamá lo registraba como flor de coimero
(Lo bien que hace tu viejo, che. Si tuviera que vivir del sueldito que le pagan…ahí el que no
coimea es un gil. Y pensar que todo eso lo está aprovechando ahora esa yegua de Berta, esa
judía de mierda, esa destructora de hogares, que si la agarro un día por la calle le arranco
hasta la última de esas mechas coloradas que tiene). Parece que papá se fue de casa cuando
yo tenía cuatro años porque se encamotó con una compañera de trabajo, esa Berta; lo único

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que recuerdo son las peleas: tremendas peloteras se armaban casi todas las noches, la vieja le
tiraba cosas por la cabeza y no paraba de gritar (¡Hijo de puta! Yo sé que te vas a ver a esa
arrastrada, pero de aquí no salís, ¡muerto vas a salir, con las patas para adelante, cerdo
asqueroso!), yo me iba corriendo a mi pieza pero seguía oyendo los gritos un rato largo y
temblaba de miedo, hasta que se oía un portazo: era papá que se había ido, ella lloraba un rato
repitiendo hijo de puta hijo de puta…después todo quedaba tranquilo, mamá venía a mi pieza
y yo me hacía el dormido porque me daba vergüenza mirarla a la cara, me arreglaba un poco
las frazadas y me daba un beso, tenía la cara mojada no sé si de las lágrimas o si se la había
lavado, una sensación de frescura en la mía acalorada, ¡me daba una pena!, aunque no
entendía nada de lo que pasaba, estaba de parte de ella por supuesto, cómo la quería en esos
tiempos (Vos sos el muñequito de mamá, nunca nos vamos a separar, sos lo más importante
del mundo para mí, hijito querido. Tu mami jamás te abandonará como el desgraciado de tu
padre)…que el viejo me había dejado cuando yo todavía estaba en la cuna me repetía –
mentira: ya tenía cuatro años, pero la vieja era boletera, le gustaba agrandar las cosas, hacer
teleteatro, y después nos retaba si nosotros decíamos alguna mentira, como si la estuviera
oyendo (Lo más feo que hay en el mundo es ser mentiroso) –, y yo le creía, boludo, hubiese
dado la vida por ella, me hubiese gustado…queseyó…matar un tigre y ponerlo a sus pies
como en los libros de aventuras. Puro jarabe de pico, poco duró el idilio, cuando yo tenía unos
ocho años la muy traidora se juntó con otro bastante menor que ella – un pibe me acuerdo que
parecía el Vito el día que se instaló en mi casa –, después llegaron los mellizos y a partir de
ahí todo fue para ellos, cómo los odiaba a todos, a mamá también…y encima tenía que
disimular, tragármelas, sabía que el Vito no me quería, que el muy basura aprovecharía la
menor oportunidad para deshacerse de mí mandándome a lo de unas tías viejas que
necesitaban un chico para ayudarlas y hacerles los mandados. ¿Y para qué quería quedarme
en una casa donde sobraba…?, no sé, sería de rabia, para joderlos , para reventarlos con mi
presencia, para estorbarles la felicidad, porque el Vito no me iba a sacar de esa casa que era
más mía que de él, o por ahí en el fondo fondo todavía la quería algo a mamá, de a ratos,
aunque me hubiese traicionado…al principio me daban pataletas, chillaba y protestaba contra
las injusticias (Vos tenés que portarte bien, Pete. Acá el que para la olla es Vito, tu padre
apenas me tira unos pesitos miserables que no me alcanzarían ni para tu ropa. Vos ya sos
grandecito y podés entender, tus hermanitos son chiquitos y me necesitan más, ¿sabés?), pero
al final me acostumbré a ser el último orejón del tarro, como un fantasma casi invisible para
ellos; ni mi pieza me había quedado, la tenía que compartir con los repelentes mellizos, lo
único que me consolaba: a la noche cuando los turritos esos se habían dormido, me agarraba

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la pija – más o menos como el chupete de los bebés –, era lindo, una cosa tibiecita en mi
mano, sentía una oleada de cariño por mí mismo y también unas ganas de llorar…después me
di cuenta que si movía la mano de arriba para abajo y de abajo para arriba, primero muy
despacito y cada vez más ligero, era mejor todavía, mis únicos momentos de felicidad y me
dormía así, abrazado a mi pilín como lo llamaba la vieja.

A mi padre lo habré visto dos veces después que se fue, me llevó al cine y me compró
chocolates de los más grandes. Se habían mudado con la judía a Bahía Blanca, yo más bien le
tenía bronca por lo que mamá me había contado, claro, me había llenado la cabeza contra él y
como casi no le hablaba, se habrá cansado de venir a verme, eso y la distancia…al tiempo de
morir mamá ellos se volvieron a la capital, la Berta me avisó y lo fui a visitar al viejo, es raro
pero le tomé simpatía, como si recién lo conociera, no es mal tipo. Voy a ver si en la semana
que viene me hago un rato para ir hasta allá, nos tomamos unos amargos y charlamos de
cualquier cosa, lindo carácter tienen – eso no se les puede quitar –, de todo se ríen, se toman
la vida en joda, ellos no tuvieron hijos, no quisieron complicarse, según el viejo ¿para qué?,
con uno basta. Y razón no le falta, uno se carga de hijos y después hay que criarlos, si por lo
menos te lo agradecieran, ni por las tapas, piensan que es la obligación de uno alimentarlos,
comprarles las pilchas y darles los gustos; mucho peor si son mujeres, siempre están pidiendo
algo, las mías ni los mandados saben hacer, yo tengo que ir a la feria, a la carnicería, al
supermercado cuando vuelvo del laburo, porque si van ellas compran de lo mejor y de lo más
caro – son capaces de venirse con un ananá o frutillas o, queseyó, un peceto –, total la guita la
pone papi, el gilún, no tienen cabeza (¿Ustedes se piensan que son hijas de Rockefeller o
qué? Paren un poco las máquinas, che). A mí me conviene ser económico, no puedo esperar
una jubilación el día de mañana como los otros, así que voy ahorrando unos dólares por si las
moscas, uno nunca sabe en qué momento le va a caer la excomúnica, no a todos nos da el
cuero para tomarnos la vida en solfa como mi viejo, ellos están bien, con dos regias
jubilaciones. De mí él se lavó bien las manos en su momento, aunque cuando se separaron le
dejó a mamá las dos casas – eso no se le puede quitar –, la de la capital y ésta de acá que me
tocó a mí en la repartija, que la tenían para los fines de semana. Como no se hizo la sucesión
de mamá, a ver si un día a mis hermanastros se les ocurre que hay que vender todo y nos
quedamos en pampa y la vía con las chicas…mejor no pensar en eso, estoy oyendo los
sermones de la vieja (Estudiá, Pete, seguí la secundaria por lo menos. Todas tus maestras
decían que sos inteligente, ¿por qué te desbarrancaste al final?), por qué…por qué…¿no se
daba cuenta que la culpa era de ella, que me cagó la vida cuando se juntó con ese basura de

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Vito? Que por suerte reventó antes que ella, de un cáncer murió el muy hijo de puta, cómo la
gocé viéndolo sufrir, bien hecho, el que las hace las paga, alguna justicia tenía que haber en el
mundo, me sacaste a mi vieja pero no te la ibas a llevar de arriba, yo no creo ni en la puta
madre que me parió, pero me encantaría que haya un infierno para que te estés asando adentro
y sigas sufriendo por lo que me hiciste, sorete podrido…y a tus preciosos hijitos, los mellis,
les deseo lo mismo: si se pudiera matar con el pensamiento, ésos estarían pudriéndose bajo
tierra hace rato.

A veces me siento tan resentido, tan malo…me pregunto si los demás también piensan
cosas así, si les desean el mal a otros…esta solterona por ejemplo, tan dedicada a la vieja
inválida, tan catolicona, ¿le deseará la muerte para que no la joda más? Por ahí mis propias
hijas están deseando que yo espiche de una buena vez y las deje tranquilas, ¡qué mundo de
mierda!, debe ser cierto lo que dice Mariquita, que si los humanos tuviésemos ese poder acá
no queda ni el loro.

………………………………….

- La señora Antonieta es muy buena gente, Lucas, y necesita trabajo. Tiene dificultades
de dinero, ¿sabes? Yo le propuse ser mi secretaria, encargarse de los trámites
bancarios y esas cosas de papeles. Así tú estarás aliviado, te ocuparás exclusivamente
de mi servicio personal y de guardarme las espaldas. Ya tú sabes cuántos enemigos
tengo, Lucas.
- Okay, don Carlos, pero tenga cuidao.¿No le parece un poco peligroso lo de la señora
Antonieta?Digo, por sus negocios, don Carlos…ella se va a enterar, vale.
- ¿Qué es lo que tú te crees, chico? No soy tan necio, ella no se dará cuenta de nada.
Las cosas tendrán una apariencia de lo más honesta, pensará que vivo de las rentas
de mi fortuna, de mis propiedades. Es una mujercita muy ingenua.
- Si usted lo dice, patrón…
- Ahora sólo me falta botarla a mi cuñada Magdalena, que se ha instalado en mi casa
después de la muerte de mi querido hermano y deshonra nuestro apellido
embriagándose y derrochando mis reales en las mesas de juego de Caracas.
- ¿Y si la hiciera…? Usted ya sabe, don Carlos.
- Cállate, Lucas, no seas gafo. Nada de llamar la atención de la policía, no me
conviene que se pongan a investigar.
- Cónchale, no había pensado en eso.

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- Es que tú no piensas, Lucas, no te esfuerces. Déjame eso a mí.
- Sí, patrón.
- Felizmente mi sobrina Dulce María se instaló con un tal Arizmendi. Fíjate que a
pesar de lo inmoral de esta unión no dije nada con tal que se fuera, vale. Y a la
Magdalena esa no me la vo’a seguir calando por mucho tiempo, ya verás.
- Ahí llega justamente doña Magdalena, patrón.
- ¿Y cómo estás, cuñada? Alcoholizada, como de costumbre.
- ¿Qué es lo que tú dices, Carlos? No te comprendo. Sólo he tomado unas copas en el
club, estoy perfectamente sobria y tengo que hablarte a solas, cuñado.
- Lucas conoce todos nuestros secretitos, así que puede quedarse. A que yo sé lo que
me vas a pedir, Magdalena: plata. Otra vez te endeudaste jugando.
- Bueno, lo cierto es que necesito real, poca cosa, para ti no es nada, Carlos, tienes
tanto dinero.
- Lo tengo, en efecto, pero no para que tú lo derroches a manos llenas, cuñadita. Tú
vives a costillas mías, pero no voy a pagar también tus vicios, Magdalena.
- Te lo ruego, Carlos. Mira que si no me das la plata me veré metida en tremendo
paquete.
- Es TU problema. Y ahora vete, que estamos jugando a la batalla naval Lucas y yo.
- Te estás comportando como un patán, Carlos.(Ya me las vas a pagar, Carlos Alfano,
juro que esta humillación te costará cara)

(Cortina musical)………….El amooorr no se puede deteneeerr……………

La cuestión que si hubiera estudiado, ahora no estaría yugándola de jardinero al rayo del
sol, podría estar bien cómodo en una oficina con un regio ventilador y hasta aire
acondicionado, escribiendo a máquina o revisando papeles, o rascándome el culo a cuatro
manos como hace la mayoría de los empleados públicos, que es una vergüenza, cuando uno
va por algún trámite lo hacen esperar horas mientras ellos se toman su café lo más panchos o
andan charlando por los pasillos. Pero yo perdí el interés por todo, fue como si adentro se me
hubiera roto algo, sentía que mamá me había fallado y ya no podía creer en nada, pensaba
todo el tiempo en matarme, me imaginaba la cara de ella al verme muy pálido en el cajón, con
las manos cruzadas sobre el pecho – ¿me pondrían en un cajón blanco? porque todavía era
chico –, cómo lloraría la desgraciada (¡Fue por mi culpa!)…¿y por qué no lo pensó antes, eh?

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Jajá, qué me iba a matar, si no tenía coraje para nada, siempre fui muy cobarde, me asustaba
de mi propia sombra cuando andaba solo de noche, un boludito, ella me hizo así con tantos
mimos y después me largó, solito en el mundo. Hasta que llegó la Lucy y me hizo repuntar,
me dio confianza, jajá, para lo que me duró, esa guacha también me jodió bien jodido, las
mujeres son así, no se puede confiar en ellas, todas unas yeguas calientes que se van atrás del
primero que les hace el verso…verso y cama, eso es lo que quieren y nada más, che, y como
yo facilidad de palabra no tengo, hasta tartamudeo si me pongo nervioso…

Que lo parió, ¿y esto es la vida? Un asco, ¿para qué me habrá hecho nacer la conchuda de
mi madre?¿por qué no te hiciste un aborto, eh vieja? Mariquita suele decirme que no debo ser
tan negativo, que piense en lo bueno que tengo, mis hijas por ejemplo; ya me tienen patilludo
con el argumento de mis hijas, ellas hacen su vida, pronto se van a casar, ¿y qué se piensan?
¿que me voy a dedicar a pasear a mis nietitos y ahí se acabó todo?, ¡un carajo!, eso tampoco
es vida. No hay caso, che, unos nacen con estrella y otros estrellados, mirá a los de la otra
cuadra, esos Merelli que se creen la gran cosota – se me pegó de la novela – y ni jardinero
tienen, él se jubiló bien y ahora se da flor de vidurria, minga de preocupaciones, un coche que
no será el último modelo pero tiene su pinta, la mujer trabajadora, limpia, no le mete los
cuernos – claro que es más agria esa mina, yo no la quisiera ni regalada – y una sola hija que
se sacó la grande la pendeja, no se da cuenta de la suerte que tiene, nació parada, basta que
abra la boca para que le den todo lo que se le antoja. Insoportable y antipática la piba, llena de
malcriadeces, cuando tenía cuatro o cinco años y que recién la Lucy se había ido de casa –
ellos lo supieron por Mariquita – quisieron hacerse cargo de la mayor de las mías, para darle
una compañerita de juegos a la Paty dijeron, porque la mujer de Merelli no podía tener más
chicos; en ese momento fue un alivio para mí, estaba bastante desesperado y como los
conocía de varios años que laburaba en ese barrio, tenían fama de buena gente, además a la
nena la podría ver seguido…pero la Lorena no aguantó ni dos meses, se venía corriendo
cuando me veía en algún jardín, se abrazaba a mis piernas llorando, se quejaba de que la Paty
le pegaba, la pellizcaba, la tenía de sirvienta (Alcanzame eso…Traeme el yogur…Dejá esa
muñeca que no es tuya…Callate que ésta no es tu casa), y eso que la brujita era más chica que
la mía. Al final me la tuve que llevar de vuelta a casa, como quien dice me devolvieron el
paquete, según ellos Lorena no se adaptaba, Merelli llegó a decir que la nena tenía algunas
malas costumbres que no le podían sacar, ¡ma andate a cagar en la concha de tu abuela si la de
tu madre no te alcanza!, ¿qué malas costumbres puede tener una pibita de siete años?, yo no le
veía ninguna…¿habrá querido decir que les afanó algo?, no sé, no les pedí explicaciones y me

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llevé a mi hija. Pero cada vez que hablo con él o con ella no me pierdo de refregarles bien por
la jeta lo linda que está Lorena – la de ellos es un pergeño que no vale ni cinco –, lo estudiosa
y lo buena que es, exagero a propósito para que se les reviente la hiel. No los trago, ojalá que
le llenen la canasta a esa engrupida de la Paty así aprenden, pero qué, si se pasa todo el día
metida en la casa estudiando sin parar, es un aparato, ni amigas tiene; las mías por lo menos
son normales, aunque a veces me reviente encontrarme con pibes en casa cuando vuelvo del
laburo…después de todo es preferible que sean así, que vayan a bailar los sábados, que
aprovechen la juventud, no como esa boluda de la Paty o como yo sin ir más lejos, que la
desperdicié amargándome de lo lindo, ellas tienen otro carácter por suerte. Yamila, la menor,
es más seriecita y callada, pero igual se hizo de un grupo, salen juntos, lo pasan repiola; la
Lorena está más con el novio, seguro que cogen y yo qué puedo hacer…¿cómo se hace hoy en
día para que los chicos no se den el gusto?, antes se ligaban una buena paliza cuando no me
obedecían, ahora nada que ver, encima estoy casi todo el día afuera, así que de entrada les
canté la precisa y sin pelos en la lengua (Si tienen relaciones con los novios, lo único que les
pido es que se cuiden, díganles que usen forro o si no vayan ustedes a la salita y que la
doctora les explique cómo tienen que hacer para no quedar preñadas, yo de esas cosas de
mujeres no sé nada. No me vengan acá con el bombo, por favor, que no me gusta que los
vecinos anden diciendo “salieron putas igual que la madre”. Y que tu novio vaya sabiendo,
Lore, que si te deja embarazada y no se casa con vos, le rompo la cara y el culo a patadas),
¡lo único que me faltaba!, jugarla de padre de madre soltera, ah no, eso sí que no, que al crio
lo mantenga el que lo hizo o que le pague el aborto, si uno no puede impedirles que cojan, que
tengan por lo menos un poco de responsabilidad, carajo. El hermano de Mariquita tuvo que
pagar el de la novia del chico mayor – una piba de quince años, una cara de boludita que no
mata ni una mosca, pero para el sucu-sucu parece que se da bastante maña – y le salió bien
salado: como tres millones de australes en esa época; lo que es yo, me lavo las manos, ni en
pedo me sacan un mango, que se arreglen si fueron bastante vivos para fabricarlo, achaquen
con las consecuencias.

A mí me cuesta ganarme el sope, la yugo dura, no como ese haragán de Alfonso de aquí a la
vuelta – el que conocí en lo de Mariquita y que también lo largó la mujer –, con la jubilación
mínima que se consiguió por incapacidad hay días que no tiene ni para comer y él tan pancho,
se va al campito a cazar y siempre agarra algo; pero vino, difícil que falte en lo de Alfonso,
cuántas veces nos habremos bajado la damajuana entre los dos…a mí me simpatiza, será
medio loco y dejado pero buen tipo, me cansé de darle buenos consejos (¿Por qué no tomás

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unos parques? Yo te los consigo, en verano laburo es lo que sobra, así te ganás unos mangos
y terminás tu casita), no hay caso, a él le gusta yirar todo el día en el campo o ponerse a tomar
mate en la tranquera o perder el tiempo con esas minas que le sacan lo poco que tiene. Me
acuerdo la noche que me llevó a lo de unas hermanas, según él todas putas – a mí me gustaba
la Peti, la más chica, una morochita que está bastante buena – y después resultaron más bien
unas vivas: hubo que comprar pizzas, vino, cocacola y hasta cigarrillos para ellas, la mar en
coche, y encima al final se hicieron las estrechas, que estaban los viejos, mil vueltas, y nos
tuvimos que ir con las bolas llenas como habíamos llegado (No me hagás más programas de
éstos, Alfonso, yo no tengo ganas de gastar pólvora en chimangos, che. Si querés jugarla de
noviecito con esas turras andá vos solo). Para eso le pido al Toto Vilano que me consiga una
prostituta, me la manda a mi casa sin tener que hacer ningún verso, che, y me da todos los
gustos sin chistar.

…………………………………

- ¿Y dices que se la han llevado presa, Enrique?


- Como lo oyes, chico, ni modo de arreglarlo. Es que el hombre atropellado murió,
¿sabes? Y eso es bien grave.
- Cónchale, Adela se metió en tremendo problema. No va a ser fácil sacarla de la
cárcel, vale.
- Ella asegura que no ha sido, Alejandro, y yo la conozco a detalle. Dice que el
culpable del homicidio conducía un carro azul y escapó.
- ¿Entonces, mi pana?
- Desgraciadamente hay testigos que afirman lo contrario y han reconocido nuestro
carro. La pobre Adela está fregada.
- ¿Y qué es lo que tú piensas hacer, Enrique?
- Pues buscar el mejor abogado para que le consiga una fianza, vale. Mi mujer no
puede seguir entre las lacras de esa prisión, mi pana. Momentáneamente se encuentra
en la enfermería con una crisis de nervios. Pero la tenemos que sacar de allí,
Alejandro.¡Yo la voy a sacar, lo juro!

(Cortina musical)….Llevo como una cruz clavada….en el corazóóón……

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La verdad que las minas ya me tienen repodrido, todas unas mentirosas, unas falsas, una
más macaneadora que la otra. Si tuviera que nacer de nuevo creo que me dedicaría a los
hombres de entrada, debe ser más fácil si uno empieza de chico como Ernesto, lo aceptás y
chau…jajá, hay que bancarse el desprecio de los demás, te dicen puto, trolo, marcha atrás,
marica…yo no sé si podría aguantarlo, uno zafaría de las minas que están hechas para
cagarnos la vida, pero los homosexuales también se enamoran y sufren como el Nestito, que
se muere por Alfonso, lo mira con unos ojos cuando por ahí se encuentran en lo de Mariquita,
le manda unas indirectas…el otro no se enoja, se ríe (Yo carne de chancho no como, me lo
prohibe mi religión), justo a él que tiene la obsesión de las mujeres, se encamaría con
cualquier bicho con tal que sea hembra. Lo que es la vida, todo al revés, a mí que me lo
comería crudo Ernesto no me da bola…cuando pienso en ese culito duro, debe tener el marrón
bien chiquito – no sé por qué me lo imagino así, si se lo deben romper seguido, no tendrá
nada de virgen el guacho –, metérsela despacito haciéndolo desear hasta que la sienta bien
toda adentro… nada que ver con la concha babosa de las minas, que la pija te nada ahí
adentro, y encima ahora con el forro no se siente nada…aunque en el culo hay que poner un
poco de saliva para que entre mejor, o chupárselo antes…la puta, se me está parando, si
aparece la solterona se va a dar cuenta y capaz que se cree que es por ella la infeliz, por las
dudas me voy al galponcito hasta que se me baje…agarrarle las bolas, acariciárselas con
ternura, así, asííííí…que lo parió, me mojé el pantalón, ¿y ahora qué hago…?, riego un poco,
así parece que me salpiqué con el agua.

Yo digo, ésta, la Graciela ¿se pajeará alguna vez? seguro, si lo hace todo el mundo, con una
regia zanahoria se debe dar, cuando veo las grandotas en la feria o la verdulería y alguna
mujer comprándolas, me viene enseguida esa idea a la cabeza, me la represento metiéndosela
en la barbuda y chillando de gusto, otra que para rallar, que se la cuente a Magoya. Y la
Mariquita también por más que diga, a mí no me hace creer que ya renunció al sexo, si a la
edad de ella las jovatas están más desesperadas que nunca, agarran cualquier cosa; sin ir más
lejos ésta de acá y otras patronas que tengo, uno no es gil, te la junan de un modo, están
pidiendo a gritos que las metas en el galpón y te las cojas de parados nomás entre las bolsas
de material y las herramientas, unas perras alzadas todas. Al principio creía que Mariquita era
igual, que estaba caliente conmigo, mis hijas me cargaban porque me llamaba por teléfono
cada vez que tenía un problema en la casa: una persiana trabada o una planta caída por el
viento (Agarrá viaje, papá,¿no ves que se te está tirando? Ella es sola, vos también…¿qué
esperás?¿la carroza? Nosotras ya somos grandes.¿O pensás hacerte monje?); claro que ellas

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no saben nada de las fiestitas que me organizo de cuando en cuando con las putas, no,
déjenme de joder con las minas, no quiero saber más nada de vivir con una de esas brujas, si
total yo sé hacer de todo, no las preciso como algunos para que me atiendan. Después me di
cuenta que Mariquita también prefiere estar sola, pero como no puede con los trabajos que
son de hombres nos tiene de amigos al Alfonso y a mí, flor de viva es y se piensa que me
engrupe, siempre se lo digo al paparulo de Alfonso (¿Vos te creés que ella nos aprecia de
veras? Jajá, no seas salame. Ella nos utiliza, es una interesada como todas, en el fondo nos
desprecia, nos tiene de menos porque somos laburantes, porque no tenemos estudio. Te juego
cualquier cosa que si no le damos más una mano cuando tiene un problema, no nos invita
nunca más a comer), pero él dice que yo siempre pienso mal de la gente, que no quiero a
nadie, y no se aviva de que la gente es muy hija de puta, la mayor parte del tiempo están
tratando de vivirte, de sacarte el jugo… sin ir más lejos, en las casas donde trabajo pretenden
que arranque los yuyos de raíz, uno por uno, en vez de cortarlos con la máquina, están en
pedo manga de explotadores, ma sí, yo saco unos cuantos para darles el gusto y quedar bien, y
después que se vayan a la puta que los parió, me encantaría que los yuyos fueran carnívoros
como algunas plantas para que se los morfaran a todos estos chupasangres. Y las minas son
las peores (Recórteme bien este borde, Pedro…Creció pasto entre las baldosas de la
vereda...), ¿por qué no se van un poco a cagar, pajeras de mierda?, cómprense un buen
consolador y a vivir bonito como dicen en la novela, en vez de entretenerse jodiéndome a mí;
una sana diversión, elijan uno de ésos con pinches que aparecen en las revistas porno, así les
rompe bien la concha. ¿Y gozarán sufriendo…? Ernesto me contó que algunos homosexales
se hacen meter un brazo entero hasta el codo y quieren que les arañen y les estrujen las tripas,
eso se llama fifaqui o algo así, ¡qué locos los tipos, ya no saben qué inventar!, fifá qui te van a
reventar…a mí me parece que si me doliera no podría. ¿Y las mujeres entonces cuando son
vírgenes, la primera vez…? y sin embargo les gusta, si no, no querrían coger nunca más.

Cómo somos todos…algo masones dice Mariquita, no, qué bruto, los masones son esa
sociedad secreta que dirige el mundo, ¿será cierto?, me suena a bolazo; por ahí se comenta
que Menem es masón, ma qué va a ser, es un agrandado igual que todos los petisos – sin ir
más lejos el Merelli de la otra cuadra –, yo no lo voté, no tengo nada que reprocharme ahora
que se está mandando las cagadas, la verdad que nunca voy a votar, es una pérdida de tiempo
¿y para qué?, si son todos iguales, a mí ninguno me dio nada. En la época que Perón repartía
sidra, pan dulce y juguetes para las fiestas, mamá se hubiera muerto de vergüenza de ponerse
en la cola (Eso es para los pobres), una vez me ofrecí a traerles unos chiches a los mellizos

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pero ella se enojó (Los chiches a mis hijos se los compro yo, por suerte todavía podemos,
che), un orgullo estúpido, yo agarro todo lo que viene de arriba, a las nenas las mandaba al
comedor escolar cuando iban a la primaria, hay que aprovechar y además para algo se paga la
cooperadora.

Bueno, ya me falta poco aquí, ya estoy terminando. A ver si la gorda me paga hoy, que
estamos a 5 del mes y ni señales, qué manera de hacerse los osos los patrones cuando hay que
garpar, si te descuidás te tienen esperando hasta mediados de mes los muy hijos de puta, uno
se ve obligado a largarles indirectas: que le llegó la luz o el gas y está sin un sope, o que tiene
que hacer arreglos en la casa…menos mal que Mariquita me consiguió ese laburito en el
instituto donde es profesora, pagan poco pero es repiola, atiendo la cafetería, un trabajo
liviano como a mí me gustan y sueldo seguro, con los parques redondeo. Y con esto de los
dos laburos, que vuelvo tarde a casa, con el pretexto que estoy reventado los fines de semana
zafo de ayudarle a Mariquita en sus dramas domésticos, que lo llame al Alfonso que está
desocupado, tampoco le voy a agradecer toda la vida que me hizo un favor, al fin y al cabo es
lo justo por los que ella me debe a mí, si se cree que me importa mucho su amistad…puras
macanas eso de la amistad y más todavía con las minas, la gente se acerca a uno por interés y
ellas se vienen siempre con el cuchillo abajo del poncho. Igual que la vieja, toda dulzura
cuando quería que le hiciera algo y después chau, yo dejaba de existir, si te parí no me
acuerdo, sólo estaban los podridos de los mellis. ¿Tendrá razón Mariquita…? en lo del
complejo de Edipo digo: un día me explicó que era un rey griego que mató al padre, se casó
con la madre – sin conocerla, claro, porque lo abandonaron apenas nacido – y tuvieron hijos y
todo, una verdadera telenovela, y de ahí arrancaron los sicólogos para decir que los varones
siempre se enamoran de la madre y le tienen celos al padre, mirá lo que se van a inventar, qué
retorcidos, se piensan que todos somos degenerados como ellos… ¡cogerse a la propia vieja,
un asco!, ni en sueños…aunque una vuelta, me acuerdo…bueno, uno no tiene la culpa de lo
que sueña, no depende de uno…soñé que me estaba garchando a una mina, la gozaba a lo
loco, como nunca, no le veía la cara porque la tenía hundida en la almohada y me excitaba
más que no me mirara, después en el momento de acabar – que acabamos juntos, una
maravilla – ella se destapó la cara y era mamá, fue horrible, y ni siquiera joven, llena de
arrugas como antes de morirse.

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ANDANTINO LÍRICO

Yo la novela no me la pierdo por nada…son las cuatro menos diez, tengo que apurarme si
quiero llegar a casa antes de que empiece…pensar que al principio me parecía reboluda, con
ese cantito y esos modismos venezolanos – ¿qué te pasa, chico?, igual que los cubanos
hablan – y cómo me enganché después, me reenganché, loco, de no creer; me fascina que
presenten problemas bien femeninos, me recopa que las mujeres parezcan en general más
vivas e inteligentes que los varones, los tipos son todos medio nabos y sobre todo ese Luis
Fernando…aunque está bueno el man, justo como a mí me enloquecen: de edad madura,
canoso, un poco entradito en carnes, con su pancita, el tipo paternal, Roberto es así sólo que
más bajo y mucho más culto por supuesto, el Luis Fernando dice transcendental y otros
barbarismos.

……………………

- Por cierto, Luis Fernando,¿qué es lo que tú haces aquí? Te lo pasas metido en mi


casa, hombre.¿Te has olvidado de que tú y yo estamos divorciados?
- ¿Por qué tú me agredes así, chica? He venido a ver a MIS hijos, okay? Y por cierto
¿cómo amaneció Lupita?
- Ella está bien ahorita, pero me pregunto qué va a suceder si no encontramos un
donante para su trasplante de médula…MI hija se va a morir, Luis Fernando, ¡se va a
morir! Es la perdición…
- Cálmate, Antonieta. Ya tú sabes lo que dijo Enrique: nos queda el recurso de tener
otro hijo para que le done su médula a Lupita, vale.
- ¡Pero tú estás loco! Nosotros estamos divorciados, chico.¿Cómo vamos a tener otro
muchachito?
- Sería por Lupita…Piénsalo, Antonieta, nosotros podemos salvarla.
- No vo’ a pensar nada, Luis Fernando. Y vete ya con tu chayota que aquí no te
necesitamos. Agarra carretera, chico.
- Ella se llama Dulce María.¿Por qué tú le dices así?
- Es desabrida igualito que esas calabazas llamadas chayotas, vale.

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- ¿Y a ti eso qué te importa? No estarás celosa, fuiste tú la que insistió en el divorcio.
El mundo sigue dando vueltas, mi pana, hay que seguir viviendo. Y Dulce María me
‘ama.
- Anda, vete, vete con tu jirafa que te está esperando.

(Cortina musical) …………. El amooorr no se puede deteneeerr …………

Souvenir, souvenir, que me veux-tu? Fuera, ouste, via! Ahora que había logrado sacármelo
de la cabeza…esas marchas sin querellas por las noches de Pompeya, igual que en el tango,
tantas noches y justo en ese barrio cantándoselo mientras caminábamos… (Sos uno de los
últimos románticos, siempre te lo digo, Ernestito. Bajá un poco de las nubes, pibe, que vas a
remontar vuelo. La vida no es literatura, che). Qué curioso porque Roberto es un artista
también, fue pianista de la orquesta municipal aunque ahora esté jubilado, pero de artista uno
no se jubila, y sin embargo qué realista, qué terre à terre, con él aprendí a saborear buenos
platos, buenos vinos, cocina igual o mejor que Mariquita. Porque si fuese por mamá conocería
únicamente las verduras más baratas de cada estación y los cortes de carne más económicos:
azotillo, hígado, rosbif y otras bazofias por el estilo, ella siempre ahorrando los centavos, le
parece que estamos como cuando vinieron de Italia con una mano atrás y otra adelante – ¿el
dicho vendrá de que los pobres andan desnudos y se tapan el culo con una mano y el sexo con
la otra? –, pero los viejos tienen quince propiedades entre terrenos, departamentos, cocheras y
locales de comercio, acá y en Italia, lo sé bien porque soy yo quien se encarga de cobrar los
alquileres y de pagar los impuestos, todos los trámites me los dejaron a mí. Igual, para no
perder la mano, los viejos siguen amarrocando. La verdad es que a mí tampoco me copa
derrochar la plata, lo debo haber heredado de ellos; darme un gusto de cuando en cuando sí,
pero tirar la guita me duele…y no porque piense que el viejo se la ganó duramente laburando
de albañil – me importa un carajo, si la yugó de albañil habrá sido que el mate no le daba para
más –, es porque siento que esa guita es mía, como me dice mamá (Un día nos vamos a morir
y te quedará a vos. Tenés que cuidarla, Nesto; si no,¿de qué vas a vivir? Vos no servís para
trabacar en nada serio, nunca vas a crecer), tiene razón, mamá siempre tiene razón, gracias a
Dios que la tengo a ella para protegerme, para cuidarme. Mamita, cómo te quiero, si fuera por
mí dormiría en la cama grande con ella, lo mismo que cuando era chiquito, me despertaba con
miedo a la noche y me iba a la pieza de ellos, mamá me apretaba fuerte en sus brazos – es tan
alta, tan sólida –, ahí me quedaba dormido, dentro de un suave capullo cerrado, dulcemente

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oscuro, lleno de tibio amor. Fue en esos brazos que descubrí la poesía, me dormía deseando
que la mañana no llegase nunca, ya podían venir las peores pesadillas – que me perseguía el
cuco para agarrarme y meterme en su bolsa, que perdía a mi gatito y no lo podía encontrar –:
yo estaba con mamá…dors, ne crains rien, dors…ce n’est rien que la vie…Chiara, Chiara,
ese nombre tan hermoso en mi boca, el gorgoteo de un agua de manantial y su limpidez, ella
es así, más linda que la Virgen María en el cuadrito a la cabecera de su cama, igualmente
poderosa, ella era María y yo su niñito Dios que nunca va a crecer, eternamente semejantes a
nosotros mismos en esa imagen santa.

El que siempre anda hinchando con que soy un pijotero es Lorenzo (Para tu cumpleaños
podrías gastarte en un vino mejor o comprar por lo menos dos damajuanas, che. Tenés que
curtir una onda más vital, más generosa), claro, porque pretende mamarse a mis costillas,
después pierde el control, pega chillidos ridículos y anda mordiéndole el culo a cualquier pibe
que se le ponga a tiro, un asco. Como la vez pasada, por suerte mamá ya se había ido a
dormir, si lo ve se arma, a ella no le gustan los escándalos (Lo único que te pido, hico, no me
hagas quedar mal con los vecinos) y tiene razón, a veces me rompe las pelotas, pero razón no
le falta, ya es bastante que todos digan que el hijo es puto. Que la gente ande chupando y
morfando de lo mío me revienta, lo confieso.( ¿Por qué tengo que alimentar a esa manga de
vivos de tus amigos? Vayan a comer a sus casas, muertos de hambre. Trabaquen,
atorrantes). Hay que trabacar es el leitmotiv de los viejos, a ellos nunca les salió bien la jota,
si se esfuerzan la pronuncian, pero apenas se descuidan se les escapa la tanada.

La única guita que no me importa gastar es la que pongo para mis recitales., gracias a Dios
no tengo que andar mendigando por ahí, buscando que me contraten una noche o dos como la
Carlota, que el pobre tiene los zapatos gastados de recorrer oficinas y clubes de barrio
proponiendo su mercancía, parece uno de esos mercachifles a los que generalmente se les
cierra la puerta en las narices; una vez por año más o menos consigue que le paguen unos
mangos por cantar y ya se hace la ilusión de que es famoso. Yo no, me puedo bancar lo mío, y
de lo mejor: iluminación, sonido, programas, afiches, todo a lo grande como a mí me gusta,
con buenas fotos mías para que la gente me vaya conociendo, a la larga se van a acostumbrar
a mi facha de tanto verla – por fulera que sea – y de paso se les pegará mi nombre, tengo que
aprovechar cualquier cosa que favorezca el reconocimiento público: lo de los llaveros con mi
efigie estuvo bueno, ahora voy a hacer fabricar unos prendedores; si los voy regalando, si los
desparramo por todas partes, el día menos pensado van a decir Mirá, ahí viene Ernesto Santi,
el famoso poeta platense…es mi meta: que todos sepan quién soy, se lo debo a mamá. Pero la

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vieja se pondría cabrera si supiese lo que gasto en esas cosas, por suerte no se mete mucho en
mis asuntos personales y además me pagan un sueldito por ocuparme del tramiterío que
exigen las propiedades, plazos fijos en los bancos y tutti quanti. Y mi guita me la administro
yo, los viejos tienen esa discreción natural de los italianos del norte, aunque sean muy brutos
respetan la intimidad del otro, piensan que cada cual es libre de hacer de su culo un pito…o
una concha. Chiste malo, bien de gay, cómo los odio, por qué este castigo, por qué Dios me
hizo nacer así, por qué esta maldición que debo arrastrar toda la vida, sin remisión, un
martirio y martirizando a los demás…

…………………………….

- Tu programa sobre la mujer violada ha sido un éxito, amiga, te felicito.


- Sí, chica,y finalmente he conseguido que los metan presos a esos lacras que me
agredieron.
- ¡Chévere! ¿Y qué vas a hacer ahora?
- Tengo una idea para un nuevo programa sobre las pésimas condiciones de vida en las
cárceles de nuestro país, vale. Ya tú sabes, Ingrid, que mi hermana Adela se
encuentra en prisión injustamente acusada de haber atropellado a un hombre con su
carro. La pobrecita está desesperada, me ha contado cosas terribles.
- Todo eso es muy triste, chamita, trabajaremos juntas en ello. Por cierto, yo a ti te veo
algo raro, chica, tú estás diferente…¿qué es lo que a ti te está pasando, Aurora?
- Nada, chica, son imaginaciones tuyas.
- ¡Ah no! Tú tienes un asuntico escondido, yo te conozco a detalle, te brillan los ojitos.
- Es que me contenta mucho lo del programa de televisión, Ingrid.
- Tú a mí no me engañas, Aurora Mangano. Deja ya la escondedera y dímelo pues,
dímelo, chama.
- Bueno, la verdad es que conocí a alguien que me removió, chica, después de todo este
tiempo en que creí que no podría amar más nunca. Fue un chispazo.
- Yo sabía que tenías tu trompo enrollado. Cuéntame, mi amor, ¿cómo fue?¿quién es
él?¿dónde lo conociste?
- Agarra pausa, chama…ya lo sabrás todo, vale, no te impacientes. Fue en el ascensor
del Palacio de Justicia, a donde yo había ido a ver a Octavio, mi abogado en la
querella por la violación…
- ¿Y entablaron conversación?

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- Nada de eso, chica, yo no hablo con desconocidos, ¿qué es lo que tú te crees? El
ascensor se detuvo por un desperfecto y quedamos atrapados en él, los dos solos.
- ¡Qué emocionante! Yo ví una cosa así en un film…
- Bueno, al ratico él perdió la calma y se puso a gritar como un desaforado pidiendo
auxilio. Me explicó que sufría de claustrofobia, temblaba como un niñito, te lo
aseguro, Ingrid. Tanto que me vi obligada a tranquilizarlo.
- ¡Cónchale! ¿Y qué hiciste pues?
- Le tomé las manos y se las acariciaba suavemente, hablándole como hace una madre
con un muchachito asustado.
- Sigue, chama, sigue. ¿Y luego?
- Nos rescataron, vale. Pero aquí viene lo mejor, porque el muy tunante me hizo quedar
A MÍ, como claustrofóbica, como histérica, y se fue muy orondo sin darme ni
siquiera las gracias.
- Pero…¡qué guachafo! ¿Y es ése el hombre que te nubló el cielo, Aurorita?
- La cosa no terminó ahí, ya tú vas a ver, chica. Cuando abro la puerta del despacho de
Octavio,¿a quién crees tú que veo de gran conversadera con él?
- ¿Al mismito del ascensor…?
- Exactamente. Era el abogado defensor de los violadores, Ingrid. ¿Qué me dices,
amiga…?
- Que no te comprendo, chica. ¿Cómo puede ser que ese tipo…?
- Esa noche, de regreso en mi casa, me esperaba un enorme ramo de rosas con una
tarjetita que decía “Gracias y perdón. Rodrigo Encalada, su eventual compañero de
ascensor y a partir de hoy su ferviente admirador”.
- Cónchale, era lo menos que podía hacer después de su pésimo comportamiento.
- Espera, al ratico llama el teléfono: era él disculpándose personalmente e invitándome
a desayunar al día siguiente. “un desayuno de negocios”, me dijo.
- ¿Fuiste?
- Claro que sí, yo pensaba que me hablaría de la querella pues.
- ¿Y…?
- Pues no, Ingrid, se lo pasó halagándome, sacándome cuadros, dijo que no había
podido olvidarme, que cerraba los ojos y me veía y sentía mis manos acariciando las
suyas, amén de otras cosas bellas que caían como bálsamo sobre mis heridas…

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- ¿Has visto? Ya yo te lo decía, mi amor, que era cuestión de tiempo, que la vida no se
había acabado para ti y que aparecería alguien que te movería el piso. ¿Y cómo es él,
vale?
- ¡Ah, es muy chévere, chica! Ya no es un pavito como Fucho. Por eso me gusta, me
hace sentir segura, protegida. Pero ya tú lo vas a conocer, Ingrid. Él vendrá a la
televisora porque le he prometido un reportaje sobre la Fundación para Minusválidos
que financia don Carlos Alfano, ¿te acuerdas?, ese millonario para quien trabaja mi
hermana Antonieta.
- ¿Y qué tiene que ver tu Rodrigo con él, Aurorita?
- Es precisamente su abogado y el administrador de su fortuna. ¿Tú ves la casualidad,
tú ves cómo se encadenan las cosas, chica?
- ¡Increíble, cónchale!
- ¿Y qué es lo que tú piensas de todo esto, amiga¿ ¿Qué me aconsejas?
- Ponte pilas y pégale p’ adelante, chica. Esta es tu oportunidad de olvidar, de ser feliz,
mi amor, y además parece que has encontrado a un hombre bien completito, bien
chévere, buen mozote, con una profesión que deja real, galante…La verdad que te
envidio, chica.
- Pero yo quisiera gustarle bonito, chama, pa’ toda la vida. Si fuera otro desengaño,
Ingrid…
- Mira, Aurora, es un poco temprano para pensar en campanas de boda. Tú eres una
mujer valiente, arriesgada, échale pichón. Y luego se verá, vale. Si la cosa se queda
en el tiquititiqui por lo menos podrás decir “por un gusto, un susto”, ¿no te parece,
chama?

(Cortina musical)………El amooorr no se puede deteneeerr ………….

A veces sueño que me gusta una mujer, alguien dulce, effacée, au charme discret, de
suave pelo castaño y mirada comprensiva – como Anne, como Marie –, la penetro
tiernamente, tout va de soi, todo es fácil, natural, puro, estético, con estos sueños no tengo
polución; en cambio si sueño con hombres me despierto todo mojado, una porquería…
sería tan hermoso tener un hogar, hijos, amar y ser amado, un bastión contra la soledad, la
muerte…entre los homosexuales el amor no existe, sólo es cuestión de epidermis, cojo y
me voy, chau, si te he visto no me acuerdo, y las parejas que conozco no duran, se meten

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los cuernos, se pelean constantemente por boludeces como Roberto y yo. Las calles y las
lunas suburbanas y tu amor en la ventana, todo ha muerto, ya lo sé… Dios, qué loco
estuve, creí que no podría sobrevivir a tanto dolor, imposible la vida sin él, no ver más las
calles de Pompeya, su piano, su gato, su mano acariciándome, su sexo en mí, esas noches
acurrucado en su calor…seguía yendo aunque él ya no me daba bola, estaba en otra, tengo
que reconocer que siempre fue sincero (Lo nuestro no va más, Ernesto, yo necesito una
relación más completa, te lo dije desde el principio. Si no, es lo mismo que acostarse con
una mujer), qué drama no poder ser activo, no hay caso, nunca pude cogerme a un tipo, no
se me para, además la sola idea de hacerlo me produce horror. Me acuerdo de aquella vez
que me levantó un tipo y me llevó al departamento diciéndome en el camino Vas a ver la
que te espera, pibe, me agarró la mano y me la puso en su bulto que parecía que le iba a
reventar la bragueta, y cuando llegamos se tiró en la cama culo para arriba suplicándome
¡Dale, métemela, rico!, yo salí disparando como rata por tirante. Haciendo fuerza para no
llorar, a él no le gustan las lágrimas, me recibía de lástima, hablando de pavadas, de
cualquier cosa, era como hacerse señas desde las orillas opuestas de un abismo
infranqueable, me regodeaba en esa humillación, me revolcaba con gozo – sí,
gozosamente, porque aprendí a gozar con mi dolor – en el barro de su desprecio, hubiera
querido ser hoja seca para que él me pisoteara cuando caminábamos por la plaza, para que
me llevara pegado a su zapato (No hay que ser tan flojo, querido, no te encierres en tu
masoquismo), j’écoute, mais quel mal y a-t-il à souffrir? Querida Marie. Y pensar que
ahora ya todo es historia…

Mariquita dice que en las parejas heterosexuales sucede lo mismo – no del todo, pienso,
porque pueden tener hijos y eso es lo que constituye una familia, es el aglutinante; si no,
los componentes de la pareja funcionarán siempre como el agua y el aceite –, para ella la
familia es la fuente de la mayoría de los males, un elemento enanizante, un reductor de
cabezas, el zapatito de las chinas la llama también…la única mujer que conozco a quien le
gusta estar sola, bueno, por lo menos es lo que afirma, por ahí trata de convencerse a sí
misma, queseyó, la gente es tan macaneadora. Lo que es yo, no sé qué haría sin mis viejos
aunque jamás haya habido entre nosotros una verdadera comunicación, por ejemplo nunca
hablamos de mi problema – ni siquiera con mamá –, se da por sobreentendido que soy así y
punto, supongo que entre ellos se lamentarán, hasta habrán llorado en su momento pero
conmigo nada…reproches sí, constantemente, por mis manías, mi inmadurez, mi
irresponsabilidad; pero sobre lo otro silencio total: Vos estás cada vez más loco, Nesto, es

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el único comentario que se permite mamá cuando me agarra dándome mi baño de espuma
o aclarándome el pelo. El viejo ya de por sí es de pocas palabras, no recuerdo ni una
ocasión en que hayamos mantenido una verdadera conversación, claro, somos
diametralmente opuestos: ni yo soy el hijo que él soñaba ni él es el padre que a mí me
hubiese gustado tener, nos despreciamos mutuamente – es inevitable –, pero soportamos
con dignidad la cadena que nos une y no podemos dejar de querernos un poco, lo mínimo.
Cuántas veces hubiera necesitado desahogarme con mamá, sobre todo de chico,
descargarme de esa confusión que sentía crecer dentro de mí: impulsos y sensaciones
extraños, vertiginosos atisbos, inexplicables diferencias que ya intuía fatales y reprimía
enterrándolos en los más profundos recovecos de mi ser, hasta que fueron más fuertes que
yo y surgieron irrefrenables avasallándome como un maremoto…cuántas veces estuve a
punto de gritar ¡Ayudame, mamá, por favor!, pero ella corría entonces una mampara
transparente y se quedaba del otro lado, en la parte limpia, resplandeciente de la casa, ésa
en que sólo se entra con patines (¡Los patines, Nesto, que acabo de lustrar el piso!), yo no
tenía derecho a llevarle mi suciedad, a invalidar su lucha contra la roña invasora. Y
aprendí a gozar escarbando mis costras en soledad, el mismo placer morboso que cuando
uno se aprieta un barrito y salta el chorrito de pus salpicando el espejo, se te viene el agua a
la boca…o cuando te sacás un punto negro, a veces tiene forma de clavito, otras es una
minúscula esfera, me pasaría horas haciéndola girar entre el pulgar y el índice, una
maravillosa sensación, es algo tan tuyo, da lástima tirarlo…cómo me dominan las
sensaciones, apenas me descuido se transforman en manías. Por ejemplo la época en que se
me había dado por acariciar la corteza de los árboles, no podía ver uno sin correr a tocarlo.
O cuando me guardaba las colillas en los bolsillos para poder sobarlas cada tanto y después
olerme los dedos, qué placer me daba ese olor, igual que una droga. Mamá chillaba, dos
por tres se olvidaba de vaciar mis bolsillos y metía los vaqueros en el lavarropas con
puchos y todo.

…………………………

- Quiero volver a trabajar en mi profesión, Rodrigo. Ya tú y yo hablamos de eso,¿te


acuerdas, mi amor?
- Pero ¿y los niños, Jimena? ¿recuerdas que tenemos cuatro hijos, chica?
- Mejorana, la criada, se ocupará de ellos. Y tú puedes ayudarme, ir a recogerlos al
colegio, por ejemplo. Dí que sí, Rodrigo, dí que sí…

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- No sé, chica…yo tengo demasiado trabajo en mi gabinete, no puedo dedicarles
tiempo a los muchachitos. Y tú no necesitas trabajar fuera de tu hogar como otras
esposas, Jimena.
- Sí, lo necesito, yo me siento anulada aquí dentro, encerrada entre estas paredes sin
otra distracción que los niños y los oficios domésticos. Y ahora que he sabido que
están buscando una coreógrafa para ese espectáculo de gimnasia-jazz, quiero
aprovechar la oportunidad, vale. Yo soy muy buena para eso. ¿Qué pasa…?¿no me
crees?¿tú no confías en mí, Rodrigo?
- Sí, por supuesto, te creo, te creo…
- Y entonces ¿qué dices, mi amor?
- Agarra pausa, mujer, no me presiones así. Déjame pensarlo un poco, se trata de una
decisión importante que puede afectar la felicidad de nuestro matrimonio, vale.

(Cortina musical)...............El amooorr no se pude deteneeerr ……………..

¿Estaré loco en serio?, la mayoría de la gente piensa que sí por todas esas cosas, la ropa, la
melena afro…actualmente es el look de moda, no pasa nada, pero antes era una historia, se
paraban pa’ mirarme y más de uno me insultó por la calle (Puto de mierda, ¿no te da
vergüenza andar así?/ ¡Mamarracho! / ¡Trolo de porquería, deberían matarlos a todos!).
Nunca olvidaré la época de la represión, cuando veía a lo lejos un falcon verde o un patrullero
doblaba rápido la esquina, no salía de noche, igual una tarde me levantaron y me llevaron a la
5ª; la saqué barata porque había un cana de mi barrio que los conocía a mis viejos y le dio
lástima (Larguenló, muchachos, que cualquiera puede tener la desgracia de un hijo así…
Vamos, tomatelás, pibe, y pensá un poco en tus pobres viejos. Que no te agarremos de nuevo
porque ahí sí que vas a saber lo que es bueno, te rompemos ese culito a patadas para que no
lo puedas usar más. Dale, cagón, andá a tu casa a lavarte que apestás), literalmente me
cagué de pavura, un olor mientras corría hacia casa, qué lejos, qué inalcanzable me parecía
ese puerto de salvación, havre, mon havre…me habían cortado el pelo a tijeretazo limpio y
zamarreado un poco, pero lo peor era el sentimiento de ser una basura, una lacra, un felpudo
en el que cualquiera podía refregar sus patas embarradas, esto no era un sufrimiento de
elección…Dios, por qué, por qué…seguro que la gente me miraba sorprendida, corría
llorando y con esa facha, un loquito (¿Qué te pasó, Nesto? Calmate, andá a daerte un baño
calentito).

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El psiquiatra que me hizo el certificado para salvarme de la colimba puso esquizofrenia,
¿será cierto al final?, yo creía que exageraba, como conocía mi problema y el terror que les
tengo a los de uniforme…bah, los artistas somos medio locos, estamos todos más o menos del
tomate, para ser artista en este mundo hay que estar loco. Me hizo mucho bien la terapia con
la psicóloga que me recomendó el Dr. Pérez, dos años fui, me ayudó a crecer, a resignarme –
¿y no es eso crecer? ¿aprender a resignarse? –, fue un cicatrizante para mis llagas, superficial,
pero peor es andar en carne viva; ahora por lo menos me acepto – lo que no significa que no
anhele ser otro –, me solazo levantando la cascarita de mis heridas, viendo correr la sangre, un
poquito nada más, sanie, immondice, soy capaz de cambiarme los vendajes del corazón yo
solo.

Un sueño repetido ése en que estoy en la parte sucia de la casa, la que aún no se limpió, los
viejos siempre en la otra. Aunque en el fondo no me disgusta la roña, sobre todo la de mi
cuerpo, la crasse, croupir dans ses propres odeurs decía alguien ¿Zola?, qué aburrido bañarse
todos los días, visiter, récurer ses trous périodiquement…no me simpatiza el agua, ya de
chico mamá me tenía que prometer un chupetín para poder bañarme, me escondía abajo de la
cama igual que los perros y no quería salir, había que rogarme un buen rato. Y principalmente
es agresiva el agua que viene de arriba, debería llamarse “duchón” o “lluvión” en vez de tener
nombres femeninos, a mí me da la impresión de que me tocan las patas de un ciempiés, odio
la ducha, prefiero el agua de abajo, la tibieza maternal de la bañera; mamá protesta porque
ocupo el baño, hubieran hecho dos, qué tanta historia, ahora mismo papá podría hacer otro si
quisiera, espacio es lo que sobra: un baño para mí solo, con una gran bañera circular en el
centro, como las estrellas de cine, como los cantantes de rock debería decir porque ellos
coparon la banca, ¿a quién le importa la vida privada de Thelma Biral o la de Merryl Streep?,
en cambio se babean de arriba y de abajo si leen que Sandra se separó de Celeste, o que
Madonna le tiró la bombacha al público, o que Charlie García hizo exhibicionismo de masas.

……………………………

- ¿Qué le sucede, Antonieta, que la veo tan triste?¿ha estado llorando?


- ¡Ay, don Carlos! Es que la vida se me voltió, se me volvió chiquita desde que mi Lupe
enfermó.
- ¿Todavía no han encontrado un donante para el transplante de médula?
- No, y mi muchachita está cada vez peor. Usted no sabe lo que es ver a un hijo que se
le va a morir y no poder hacer nada pa’ salvarlo…

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- Cálmese, Antonieta, no se ponga así. Séquese esos ojos, vale, aquí tiene mi pañuelo.
Yo la ayudaré.
- ¿Usted, don Carlos?¿y cómo pues?
- Yo le voy a donar la médula a Lupita.
- Pero…
- No hay peros, amiga mía, ya me han hecho los análisis y mi médula es compatible
con la de su niña. La operación se hará tan pronto lo decidan los médicos, todo está
arreglado.
- ¡Usted es un hombre maravilloso! Le estaré eternamente agradecida, le debo tanto,
usted ha sido tan chévere conmigo, un verdadero benefactor. Y Luis Fernando, mi ex
marido, que no quería que trabajase con usted, siempre desconfiando de todo el
mundo…
- Por cierto, Antonieta,¿no será el mismo Luis Fernando Arizmendi que vive con mi
sobrina Dulce María?
- La chayota…perdón,¿ella es su sobrina, don Carlos?
- Así es, la hija de mi difunto hermano – que Dios tenga en su santa gloria – y de
Magdalena. Las dos quedaron a mi cargo, desgraciadamente.
- ¿Y por qué usted dice eso, vale?
- Le voy a confiar un secreto, porque usted, Antonieta, durante el poco tiempo que ha
trabajado para mí se ha hecho acreedora a toda mi confianza. Ellas no son buena
gente, ni la madre ni la hija, únicamente piensan en heredar mi fortuna.
- Cónchale,¿cómo pueden ser tan interesadas? Y usted que es tan noble, tan generoso,
don Carlos…Usted no merece una familia así.
- A cada uno su cruz, amiga mía. Pero ya lo van a pagar, yo tengo mi estrategia y no
me apresuro, es como el juego de la batalla naval, usted sabe que soy un campeón en
ese juego…
- El mejor, don Carlos.
- Felizmente ahora cuento con dos asistentes: mi fiel Lucas y usted, Antonieta, la más
eficiente de las secretarias. Ustedes me ayudarán a ganar, ya lo verá.

(Cortina musical)…………El amooorr no se puede deteneeerr…………….

79
Según Mariquita tengo todas las características del hijo único: ególatra, desconsiderado con
los demás, tirano; dice eso porque, cuando vienen amigos a casa, yo pongo la música que me
gusta a mí, cantantes franceses o italianos, a veces tangos – nada de rock ni de folklore, los
odio –, algunos se fastidian, y bueno, que se jodan, en mi casa yo soy muy dueño de hacer lo
que se me canta en las pelotas. Como la Carlota que no la aguanta a Anne Sylvestre, a mí me
agarra una especie de sadismo y cada vez que él viene le pongo esos discos a propósito.
Mariquita me critica pero al final hace lo mismo, en la casa de ella hay que aguantarse a las
perras, más molestas son…hinchan pidiendo comida cuando estamos sentados a la mesa y hay
gente que no se lo banca, por ejemplo yo que odio a los perros; me quedo con los gatos que
son menos pululantes y dependientes del hombre, a los perros los encuentro medio nabos,
poco poéticos, queseyó…mi Babette…Viens, ma belle chatte, sur mon coeur amoureux, /
Retiens les griffes de ta patte / Et laisse-moi plonger dans tes beaux deux / Mêlés de métal et
d’ agate…a veces me olvido de que la tengo en brazos, me pongo a divagar mientras la
acaricio mecánicamente… Lorsque mes doigts caressent à loisir / Ta tête et ton dos
élastique / Et que ma main s’ énivre du plaisir / De palper ton corps électrique… al rato me
parece que es mi corazón el que ronronea, fuerte, enérgico, sensual, siguiendo el ritmo de mi
mano…vivir se hace fácil, placentero, basta con apelotonarse, concentrarse, ser cálido y
suave, sin asperezas, puro ojos irradiantes amantes de las tinieblas porque poseen su propia
luz…no me canso de contemplarlos, Babette me hipnotiza, la miro y la miro mientras duerme,
no aparto la vista hasta que me da una especie de mareo, como si el ser humano – el
“cerdumano” diría Mariquita – no pudiera soportar tanta belleza, tanta perfección, su pelaje
brillando al sol, un minúsculo cristal en cada pelo, vivo diamante de innumerables facetas.
Roberto lo tiene a Azrael – le puso ese nombre porque se copa con los Pitufos –, amarillo y
salvaje, le encanta arañar, nada que ver con vos, mi dulce Babette, no te gustaría un novio
como él. Y cómo me hace rabiar Alfonso cuando cuenta las cosas que les hace a los gatos,
qué bestia, ¿será cierto que los agarra de la cola y los revolea?, para mí que lo dice para
hacerme sufrir, es bastante sádico, no sé cómo pude engancharme con alguien tan primitivo…
y sin embargo me deliro por él, lo amo y estoy condenado a amarlo en secreto, él nunca sabrá
cuánto, piensa que son bromas cuando le largo alguna insinuación – no es bacilón, chico, yo
te ‘amo dirían los venezolanos –, además se vuelve loco por las mujeres, éste sí que es un
amor imposible…adoro su barba poivre et sel, tan viril, su calma olímpica – así me lo
imagino a Zeus, mujeriego anche lui, pero que no desdeñaba los encantos de Ganimedes, ¿por
qué Alfonso no será igual también en eso? –, un cuerpo vigoroso, sólido, no le tiene miedo a
nada, estoy seguro de que se podría defender solo en cualquier circunstancia – lo opuesto a mí

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–, no me molesta que sea pelado y bastante narigón, un bel cazzo debe portar, el Kamasutra
predice gros nez, gros membre. Si le creo a Mariquita, los que parecen más fuertes suelen ser
los más débiles (Tu ídolo tiene pies de barro), me revienta con sus frases célebres, que se las
meta en el culo, ¿por qué no me deja descubrirlo a mí?¿se cree el oráculo de Delfos? Cuando
la conocí sí que me lo parecía, yo tenía diecisiete años, recién empezaba a estudiar francés, su
personalidad me subyugó, ella hacía todo lo que yo quería hacer: había escrito un libro de
poemas, dirigía un grupo de teatro en el Instituto…después nos hicimos amigos y la encontré
demasiado dura y agresiva, en realidad siento rechazo por las mujeres de inteligencia
brillante. Finalmente me di cuenta de que no quiero actuar dirigido por nadie, yo tengo mis
propias ideas, no necesito a otros, monto mis espectáculos y recito mis textos: autosuficiencia,
es lo ideal, sólo me faltaría aprender un poco más de guitarra para poder acompañarme.

…………………………..

- ¡Ay no, mamá! ¿Cómo tú me pides eso…?


- Hazme caso, Dulce María, yo sé lo que hago.
- Tu idea no me gusta naitica de na’. Es muy peligroso, nos van a descubrir.
- Nada de eso, chica, ni tu tío ni Lucas desconfiarán de ti. Sólo tienes que estar en el
cuarto de Carlos cuando él pida su medicina y adelantártele a Lucas; entonces
cambias la botellita del armario por esta otra idéntica que llevarás en tu bolsillo.
- Cónchale, mamá, yo no me quiero mezclar en tus maramusias. Ten cuidao que puedes
terminar en prisión, vale.
- ¿Es que tú eres gafa, Dulce María?¿No estás viendo que ese pichirri de tu tío me
quiere botar de la casa?¿A dónde piensas que puedo ir sin real, chica?
- Podrías alojarte en nuestro apartamento, con Luis Fernando y conmigo.
- Gracias, hija, pero yo no sirvo para estar pelando, no nací para llevar una vida
miserable. Magdalena Alfano necesita riqueza, fortuna, lujo, sirvientes. Carlos se
encuentra muy delicado de salud, él se morirá pronto y nosotras seremos ricas. Pero
si queremos que eso suceda, Dulce María, hay que darle un empujoncito: él debe
tomar estas píldoras.
- ¡Ay, mamá, no me atrevo! Tengo mucho miedo, ese Lucas está siempre
vigilándonos…

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- No seas tan floja, chica, no pareces hija mía. Por un gusto, un susto. Si lo haces bien
nada va a pasar, nadie sospechará de nosotras. Piensa en tu futuro: podrás viajar a
Europa con Luis Fernando, te vestirán los mejores modistos…
- ¡Yupi, eso sí que sería chévere!
- Tú ya sabes cómo entretener a Lucas, a ese lacayo se le mueven las orejotas cuando
te mira,¡iguana babosa! Haces el cambio y luego vemos venir, okay?
- ¿Estás segura de que no nos descubrirán?
- Termina ya con la preguntadera, ponte las pilas, chica, ¡y a lo nuestro!

(Cortina musical)…………El amooorr no se puede deteneeerr…………

¿Me llevará a pasear al campo de noche, como se lo pedí...?, no creo (¿Y para qué querés ir
de noche si no hay nada? ¿O querés cazar vizcachas?), se rió… nada, nada, qué insensible,
¿y nosotros dos bajo las estrellas...? pero es pedirle peras al horno , como dice Felisa, la
casera del Instituto. Ay, las noches de verano con Julio en aquella hondonada junto a las vías
del tren, en City Bell... toda tapizada de pastito fresco, más linda que la mejor cama…a la
casa no me podía llevar porque es casado, un señor respetable, un profesional con patente de
macho, hijos y tutti quanti…¿pensará alguna vez en aquellas noches debajo del terraplén? él
llevaba una botella de champán bien frío, nunca más volví a tomar champán del pico, au
goulot, al principio cuesta por la efervescencia, es hasta que te acostumbrás; Julio gozaba
degradándome, se echaba champán en el glande (Chupalo de ahí, puto de mierda, te va a
gustar más, si sos un reventado. Dale, hacémela parar si querés que te rompa bien el culo),
yo estaba totalmente esclavizado como en Histoire d’O y lo peor es que gozaba con esa
esclavitud, ansiaba que Julio me marcase con un hierro al rojo cual ganado de su propiedad,
gozaba con el dolor, hasta cuando me metió la botella en el culo, que me chorreaba sangre y
tenía ganas de gritar, pero a la vez me acariciaba la pija y me susurraba cosas tiernas (Mi
putito... mi putito... decime que me querés, que nadie te hizo tan feliz nunca, jamás, ¿eh, mi
vida?), un orgasmo de apoteosis – claro, el culo me quedó dolorido por varios días y tuve que
ir a una proctóloga para que me curase la fisura, menos mal que la mina estuvo rediscreta, no
preguntó nada y me hizo en seguida la receta, era tan obvio –, lo curioso es que después de
esas agresiones y violencias Julio se transformaba, volvía a ser el doctor Jeckyll: bonachón,
ponderado, idealista y hasta romántico, nos quedábamos charlando de mil cosas durante
horas, ¿cuál será su verdadera personalidad?, de cuando en cuando pasaba un tren y venía de

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algún lado un fuerte perfume de madreselvas, Madreselvas en flor que me vieron nacer...
Cómo llegué a depender de él, cuando no me llamaba me sentaba a tomar mate en el escalón
de la puerta de entrada, la tarde entera era capaz de pasarme ahí, por si Julio llegaba a tomar la
calle de casa con el auto al salir del estudio, sólo para saludarlo, para que se acuerde que
existo, como yo no podía llamarlo... me lo tenía prohibido bajo amenaza de no verme más.
Fue con Julio que me empezó a gustar el tango, antes no me lo bancaba, yo quería ser cera en
sus manos, que él me moldease a su antojo, así me conservaba para siempre, aunque me
despreciara; comencé a comprar discos y cassettes de Angel Vargas, de Virginia Luque, de
Norma Gloria, de todos sus preferidos. Alfonso también es fanático del tango – tenemos un
punto de contacto – pero los prefiere a Nelly Omar y a Rivero. Una vez soñé que le cantaba
Soñando espero, yo era cantante en un boliche y él estaba en una mesa, todos se daban cuenta
de que el tango se lo dedicaba a Alfonso, lo divino era que él no se enojaba y me miraba con
ojos dulces, esos ojos celestes un poco saltones... seguro que me quedó en el subconsciente la
escena de la telenovela donde el negro Eliazar le canta Bésame mucho a Esteban y entonces
Enrique, el hermano, le hace un escándalo y reniega de él; después el pobre Esteban intenta
suicidarse. Yo no, ni loco, me tendrán que aguantar como soy, yo no elegí esto y no van a
lograr que me sienta culpable, voy a vivir, voy a triunfar, voy a hacer que me besen el culo, sí,
ese mismo culo que tanto denigraron por sus apetencias antinaturales (Aquí lo tienen, no se
atropellen, pónganse en fila, por favor). Porque si uno es famoso, es Dios, puede hacer lo que
se le canta en las pelotas y nadie lo critica, todo es admiración boquiabierta, y si no, miren a
Madonna, a Freddy Mercury…

Siempre me sentí débil, pero por ahí los débiles somos capaces de resistir más oponiéndole
a la vida – y en eso Mariquita tiene razón – la tremenda fuerza de la inercia, contra la que se
quiebran los más furiosos embates del destino. Una vez puso como ejemplo alegórico la
actitud de los vendedores en el tren de Machu Picchu: viene tan atestado que no entra ni un
alfiler más en los vagones y sin embargo esos coyas los recorren vendiendo sus mercancías,
sin empujones, sin violencias, simplemente parándose cual bloques de cemento y repitiendo
incansablemente Permisito, señora,¿me deja pasar?, la ganan por cansancio: los pasajeros-
sardinas – se podría inventar una nueva palabra: sardineros o pasadinas, para los medios de
transporte sudamericanos – primero gritan y protestan sin moverse una pulgada (Acá no se
puede entrar,¿no ve que es imposible? / ¿Por dónde quiere pasar?) y al final, vencidos por
esa inercia pétrea, terminan por empujarse, pisotearse y aplastarse mutuamente para dejarlos
pasar. Me recuerda mis tristes años de secundaria, mi táctica pasiva de no discutir nada, a todo

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contestaba bueno y después hacía la mía; los sermones del padre Cariggiani en el San Vicente
(Usted es un alumno inteligente, Santi, ¿por qué desperdicia así los dones de Dios? Otra vez
se va en todas las materias cuando podría tener notas excelentes en la mayoría de ellas), el
ridículo pronunciaba las elles como el presidente Frondizi y adoptaba un tono untuoso y
acariciador que hacía juego con su aire falsamente paternal (Prométame que va a estudiar
mucho para rendirlas, yo sé que usted es capaz, y que el año próximo tratará de ser más
aplicado./ Bueno, padre). ¿Podía contarle a ese cura más fruncido que el upite de una gallina
que mis compañeros me hacían encerronas en los recreos, cada vez que el preceptor no
miraba, para tocarme el culo, darme rodillazos en los testículos, empujones y otras variadas
muestras de su odio totalmente gratuito e inexplicable en lo que a mí respectaba, ya que nada
había hecho para merecerlo? Igual que en la primaria, a mis tentativas de acercamiento
correspondían caras de desconfianza y gestos de miedo o de desprecio, como si estuviese
sarnoso. Duro, durísimo aprendizaje de la soledad, el más importante que hice en los grados.
Lo desacreditaban como a un ser contagioso y le arrojaban la piedra para que se alejara
más pronto…Y así lo ayudaron a separarse de ellos para siempre, Rilke, otro écorché vivant.
En la primaria me juntaba con las chicas, Vayan a jugar con el puto Santi, se burlaban si ellas
querían participar en algún juego de los varones. En el San Vicente ni siquiera tenía esa
posibilidad, era un leproso con todas las letras, ¿podía decirle al padre Cariggiani que todos
los días encontraba en algún libro o carpeta una invitación a coger a la salida? Y en casa,
menos, lo único que podía hacer era repetir una y otra vez que no quería seguir estudiando y
actuar en consecuencia (Ay Nestito,¿por qué nos das tantos disgustos? El padre dice que
inteligencia no te falta,¿entonces…? / E vamo a hacerla sencilla, si vos estudiar no querés, te
venís a trabacar conmigo a la obra. de vago vos no vas a estar en esta casa); y cuando me
negué a dar las materias de tercer año, el viejo me llevó nomás a la obra, ¡qué espanto!, un
bajón…pasé las vacaciones haciendo mezcla, transportando baldes de cemento y ladrillos…
tenía las manos llenas de callosidades, las uñas rotas, un horror. Obvio, no aguanté y en marzo
empecé a ir a otra escuela, esta vez una del estado cerca de casa, ya no me acuerdo del
número, trato de borrar de mi memoria todo lo que pasó ahí, fue peor que en el San Vicente –
todavía no llegué a la edad del humor, todavía me invade una ola de resentimiento cuando
reflotan algunos episodios, como ahora –, éstos me seguían a la salida tirándome piedras e
insultándome (Eh Santi,¿quién te cogió anoche? / ¿Te la comiste doblada, trolito?), tanta
rabia, anudado sobre mi odio vivía, si eso se puede llamar vivir…a otros se les forman
cálculos en la vesícula o en los riñones, a mí se me había formado un enorme cálculo de odio
en el corazón, pesaba y dolía tanto…Para colmo la de Contabilidad, una yegua de lo peor, la

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de Godoy – ese nombre no lo olvidé, me quedó grabado a fuego – era la misma del San
Vicente y seguía persiguiéndome con sus sarcasmos, si le habré deseado la muerte a la hija de
puta…ahí germinó en mi mente la idea de hacerme echar del colegio; pero tenía que ser algo
definitivo, sin posibilidad de entrar en ningún otro. Y entonces empecé a contarles a las chicas
de mi división mis supuestas encamadas, con pelos y señales, siempre había un grupito a mi
alrededor en los recreos, escuchándome ávidamente, las turritas se babeaban de gusto y yo
daba mis primeros pasos en la literatura oral haciendo gala de una imaginación bastante
morbosa en la descripción demorada de cada detalle y la reproducción de diálogos de alto
contenido erótico, hasta había inventado que antes de tener relaciones conmigo uno de mis
partenaires – que eran casi siempre distintos porque yo me vendía al mejor postor – me
administraba una enema con la perita de goma para que evacuase el intestino y así él no se
ensuciaba la pija al penetrarme. Estas obras maestras de lubricidad dignas de Restif de la
Bretonne corrieron como reguero de pólvora por toda la escuela, hubo quejas de papis
horrorizados y al poco tiempo fui llamado por el director, justo lo que buscaba: filípica,
diecinueve amonestaciones y consiguiente bueno por mi parte; con qué placer volví a las
andadas después de una pequeña tregua, sabía que me pondrían la vigésima amonestación por
contumacia en el delito y eso significaba la expulsión: Expulsado por atentar a la moral de
sus compañeros con relatos pornográficos, así quedé asentado en los registros escolares, con
la copia pertinente para el Ministerio de Educación debidamente firmada por la pobre mamá
que fue a hablar con el director anegada en llanto. Después de los primeros gritos no me dijo
nada más: se resignó a tener un hijo inculto y puto, dentro de todo era más discreto tenerlo en
casa. Yo respiré por fin.

Para que el viejo no me llevara a la obra, me inscribí en un taller de teatro y en el Instituto


Francés, y comprobé que no era tan excepcional mi caso: mal de muchos, consuelo de
tontos…sí, será, pero algo alivia. Aunque nunca me pude integrar completamente a la
comunidad gay; yo no creo que la homosexualidad sea algo natural – si lo fuera no nos
despreciarían – ni algo digno de ser reivindicado, somos engendros mal que nos pese,
Mariquita me retruca con el amor griego cuando hablo así, hasta me prestó los Diálogos de
Platón, parece que en esa época era moneda corriente. Qué bien la diferencia que establece
entre el amante y el amado: el rol preponderante del amante poseído de la divinidad y que
debe buscar en su amado la belleza del alma más que la del cuerpo. Ser amado quiere decir
consumirse en la llama. Amar es irradiar una luz inagotable. Ser amado es pasar, amar es
durar. Rilke y sus enamoradas místicas: Teresa de Ávila, Rosa de Lima, que habían puesto su

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amor en Dios porque sabían que no era de temer ninguna respuesta por su parte y que esto les
permitiría alcanzar la plenitud del sentimiento. En El banquete, Aristófanes – uno de los
comensales – expone la teoría de que en el comienzo del mundo había tres géneros:
masculino, femenino y andrógino; los andróginos descendían de la Luna, ¿será por eso que
me atrae tanto la noche, las caminatas nocturnas…?

………………………….

- ¿Por qué no podemos intentarlo de nuevo, mi suavidad? Dame un chance, vale.


- Ya te he dicho que lo nuestro terminó, Fucho. No insistas, chico. Y ahorita me
disculpas, tengo mucho trabajo, mi programa está por salir al aire. Chau.
- Pero yo te ‘amo, Aurora, no puedo olvidar todo lo bello que hemos vivido juntos…
- FUE muy bello, tú lo has dicho, ya pasó,¿no entiendes? La vida sigue, convéncete.
- Tú a mí no me engañas, chica. Dime, ¿tú estás enamorada de otro hombre?
- Pero ¿qué dices, Fucho…? ¿y con qué derecho vienes aquí a interrogarme? No voy a
seguir calándome esta perseguidera, chico.
- ¿Y cómo está hoy la más bella de las periodistas? Flores para una flor.
- ¡Rodrigo!
- Perdón…¿estabas ocupada?
- No, no, entra, él es un amigo que ya se estaba yendo…Rafael Arizmendi…Rodrigo
Encalada.
- Así que este galán de pacotilla es el que te anda rondando? Pues óigame bien, señor
Recalada…
- Perdón, Encalada.
- Lo que sea. Aléjese de Aurora. Si la sigue molestando, éste que está aquí le va a
revolver el apellido.
- ¿Qué le sucede a este hombre, Aurora?¿Qué lo autoriza a hablarme de ese modo, tan
desconsideradamente?
- ¡Tú estás demente, Fucho! Sal de aquí inmediatamente, no quiero verte más nunca,
¿me oyes?¿Qué es lo que tú te crees, chico? Hacer semejante escándalo en la
televisora, respeta por lo menos mi lugar de trabajo. Siempre el mismo irresponsable
lleno de malcriadeces.
- Okay, okay, me voy. Pero ya nos veremos las caras, señor Escalada.
- Encalada, si no le molesta.

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- Como sea. Yo a Aurora la quiero pa’ toda la vida, espero que sea mi mujer y no
pienso renunciar a ella. Así que sálgase de mi camino, se lo advierto.
- Fucho, voy a llamar a la guardia.
- Cónchale, él no te conviene, mi amor. Tú estás muy confundida, Aurora. Habla
bonito, es elegante, se ve que tiene real, pero no es hombre para ti, chica, no te
precipites.
- ¿Y quién sería el hombre para mí?¿tú, Fucho? Un muchachito, un inmaduro, un
prepotente, un machista…Vete ya, por favor, y déjame en paz.
- Es que no quiero que sufras, vale. Pase lo que pase, recuerda que yo siempre estaré
ahí, esperándote. Tú eres MI jeva.

(Cortina musical)…Llevo como una cruz clavada ….en el corazóóón ….

Curioso que no sea capaz de integrarme a un grupo, el espíritu de grupo me resulta idiota,
no puedo aguantarlo, yo quiero ser yo, Ernesto Santi, y decidir por mí mismo. Deformaciones
de hijo único tal vez. Con la política es igual, ¿hay algo más boludo que un partido político?,
todos con las mismas ideas, votando a las mismas personas, qué me importa quién es
presidente, me ne frega, esté quien esté arriba yo no la voy a pasar mal…menos con los
milicos que nos persiguen, claro; gracias a los viejos que fueron bastante previsores para
amasar una pequeña fortuna, podemos estar tranquilos. Lo único que les interesa a ellos es el
tema financiero: dólar, intereses, oro, ese tipo de informaciones, en cuanto a mí, jamais de la
vie escuché ni escucharé el discurso de un presidente, qué aburrimiento. Y me resulta
totalmente indiferente si a Juan y a la Carlota les parezco asocial (Vos sos parte de una
sociedad, no podés ignorarla, hay gente que pasa hambre, che), la antigua de la Carlota
todavía canta canciones de protesta. En todo caso yo no les puedo solucionar el problema a
los jubilados que ganan la mínima ni a los chicos africanos con las barrigas hinchadas de
hambre, me dan lástima por supuesto y si viene alguien a pedirme comida, le voy a dar un
sándwich, seguro, pero no me pidan que escriba sobre la injusticia social o la solidaridad, por
ejemplo, son temas que no me dicen nada, no es mi onda, yo estoy en otra, después de todo yo
no hice el mundo y a mí también me tocó mi buena cruz para llevar, cada uno que se arregle
como pueda con la suya. (¿Vos creés que un dios creó este esperpento? Parece más bien una
creación de Valle Inclán), Mariquita no deja una ocasión de ejercitar su causticidad sobre el
tema religioso. Me acuerdo de la comida en que se armó flor de pelotera con la cuestión de la

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evolución, Alfonso se puso a predicar como un poseído que el hombre no desciende del
mono, que si así fuera nacerían chicos con cola, que la creación, que la Biblia, etc., nunca lo
había visto tan excitado; después Mariquita me contó que había sido testigo de Jehová y le
habían lavado el bocho con esas ridiculeces. Para ella lo que no es razonable, es absurdo,
como la inmaculada concepción de la Virgen – “Inmaculada Concheta” le dice cagándose de
risa –, es un ser de razón, inteligente y frío, yo le puse de sobrenombre Maricubito porque
además tiene una mente viril sin llegar a ser lesbi, el sexo no le importa gran cosa, jamás la vi
perder el control y eso que chupa bastante en las reuniones, baila, se divierte mucho
aparentemente…pero nunca un chape ni apretadas en los rincones, ni siquiera besándose con
un tipo la vi; a más de un amigo mío hetero le hubiera gustado encamarse con ella (¿Y esa
rubia? Parece que está en la joda, che), niente a fare, ah sí, con Ariel tuvo una historia y
ahora no puede ni verlo. Yo en cambio soy eminentemente un ser de sensación, de
sentimiento, a Jesús lo siento, no podría vivir con esta carga si no creyese que Él me va a
perdonar como a la Magdalena, porque mucho habré amado: rien n’est vrai que d’aimer, y la
pureza de la Virgen me recopa – ¿por qué no? es una idea tan poética –, me enternece su
dulce imagen con el Niño en brazos, me fascina el símbolo de la cruz…y si Dios me hizo
como soy, Él sabrá por qué, me pongo en sus manos: Père, porte mon âme en son
insouciance / Jusqu’où tu veux et qu’elle dorme dans ta main / Sans demander le sens et le
but du chemin. Por otra parte, igual que a Marie, me aterra la muerte. cuando me despierto en
medio de la noche, todavía tengo que luchar para que no me domine el pánico, convencerme
de que estoy vivo, de que no son las tinieblas de la muerte. Dios significa la posibilidad de
una vida eterna de bienaventuranza, necesito creer en Él, je m’en fous de la verosimilitud de
los dogmas católicos, eso es como el amor: una cuestión de piel, pensar en Él, sobre todo en
Jesús, me apacigua lo mismo que los brazos de mamá cuando lloraba de chico. El único amor
seguro. Por eso me aterroriza el traslado, alejarme de casa (¿Por qué no viajás, vos que
podés?No laburás, no tenés problemas económicos. Dios le da pan al que no tiene dientes), si
pudiese viajar llevándome mi casa a cuestas como el caracol, sería bárbaro, sólo así me siento
seguro, afuera estoy desprotegido, librado a las ondas malignas. La única vez que fui a Europa
casi me enfermo, estaba desesperado por volver, necesitaba mis objetos rodeándome
tranquilizadores, mis brazos reclamaban el peludo calor de Babette, quería oír la voz de papá
llamando ¡Chiara!, respirar ese aire bien nuestro encerrado entre nuestras paredes e
impregnado de nuestros olores y sobre todo, sobre todo la presencia indestructible de mamá,
sus rezongos, su economía doméstica…no, eso de flotar en el espacio de aquí para allá como
una brizna de paja, como un fétu, no me convence, ¿y si me llega a pasar algo estando tan

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lejos?¿quién me auxiliaría?, mis parientes son fenómenos, pero…lo ideal sería volar como
esos pájaros a los que les atan un hilo a la patita y el hilo que lo tuviese agarrado mamá, de
ese modo estaría siempre tranquilo, iría a cualquier parte sabiendo que ella está detrás.

Para Mariquita mi inseguridad explica mis manejos esquizoideantes o maniobras de


desestabilización ontológica, definiciones complicadas que encontró para mi costumbre de
llamar a los amigos por otros nombres, a ella le digo a veces Patricia o Mirta o Pocha – lo que
se me pasa en ese momento por la cabeza – y se ve que le revienta, no sé por qué lo hago,
simplemnte me divierte ver el desconcierto de algunos cuando todavía no me conocen esa
maña; pero ella, que a todo debe encontrarle una explicación lógica, carburó que por ser
homosexual padezco de trastornos de la personalidad tan profundos que ponen en peligro mi
identidad y entonces trato de arrastrar a los otros a las arenas movedizas de mi mundo
esquizoide agrediéndolos a través del nombre, lo que más nos representa en la mente de los
demás y, por consiguiente, lo que más fuertemente nos ancla en la realidad, aunque sea
paradójico porque lo recibimos de otros. A mí todo eso me parece más retorcido que un nudo,
¿no será ella la esquizoide?, yo soy directo, visceral, la interpretación de mis actos se la dejo a
mis exégetas el día que sea famoso. Además, si necesito psicología me voy a hacer terapia,
¿qué autoridad puede tener Mariquita para hablar del tema? Igual que ese sexólogo que
aparece en la telenovela, un chanta total, y para colmo se llama Billy el mamarracho…las
cosas que le hace hacer al culo fruncido de Enrique para que su mujer – que es una de las tres
hermanas Mangano – goce en la cama…me deliré la vez que fingía ser vendedor ambulante –
yo digo, ¿el tarado no desconfiaba después de los verdaderos vendedores?, máxime que la
dejaba todo el día sola, aburriéndose y con la cabeza llena de ratones a la Adelita, la prueba
que al final se mete con el pintor – ¿y cuando el Billy les manda a esa otra pareja para
intercambio…? estaba clarito, bastante audaces los venezolanos. Por un lado religión y
tradición: los hijos todavía les piden la bendición a los padres, presencia inveterada de un
árbitro moral en la persona del párroco amigo de la familia y métomentodo insoportable; por
otro lado los hijos del primer matrimonio y el ex o la ex asisten a la segunda boda, dos
mujeres tienen familia el mismo día en la misma clínica y del mismo tipo…un cóctel infernal.
Pero pensándolo bien, ¿no es un poco el caso de todo el mundo? Yo por ejemplo, puto y
creyente.

……………………………….

- ¿Y cómo te sientes, Adela, después de esa terrible experiencia de la prisión?

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- Destrozada, chico, ojalá pudiera olvidarlo…tú no sabes lo que es eso.
- Felizmente ya todo pasó, Enrique pudo sacarte gracias a ese abogado que ustedes
conocían, Octavio Méndez.
- No lo suficientemente rápido, Esteban. Algo irremediable sucedió allá, algo que me
volteó la vida, vale.
- Tú estás sufriendo, Adela. Confía en mí, chamita, dímelo y te aliviarás.¿Qué es…?
¿Acaso abusaron de ti en la prisión?¿esas infames…?
- No, chico, no es eso. Oye, Esteban, no quiero que se lo digas a nadie, sólo a mis
hermanas se lo he contado y ahorita a ti, vale. Perdí a mi hijo cuando estaba presa.
- ¿Mi hermano sabía de tu embarazo?
- Se lo oculté para no preocuparlo aún más, estaba tan desesperado…
- Debiste decírselo, chica, tú no puedes sobrellevar sola tanto dolor. Cuéntale todo,
Enrique te ayudará a recuperarte.
- Ya es demasiado tarde. Además Enrique no está nunca en la casa, se pasa el día en el
hospital. Es tan difícil hablar con él, Esteban…Cónchale, yo sé que me quiere pero
me siento muy sola,¿sabes? Por eso, como tú eres mi pana, vengo a veces a conversar
contigo aquí pues, a tu apartamento. Si lo supiera Enrique se pondría fúrico, ya tú
sabes cómo es de celoso.
- Tranquila,Adela, será un secretito entre nosotros dos,¿quieres? Y te haré el retrato
prometido, ¿okay, mi pana?
- ¡Qué chévere! ¿Pero qué harás luego con él? Si Enrique lo ve…
- Le diremos que lo pinté de memoria, chica. A ver, siéntate ahí, en la luz…qué bien se
te ve, Adela…eres tan bella…bájate un poco el tirante del vestido, sí, así, estás muy
sexy. Deja que yo te arregle un poco el cabello, vale…qué suave es y qué bien hueles,
chica…¿Sabes que tienes una piel muy chévere, Adela? No estés tensa, relájate, ponte
cómoda…si te recuestas en el diván, tendrás más luz en la cara.

(Cortina musical)………...El amooorr no se puede deteneeerr……………..

Si actuara en forma coherente reprimiría mi lujuria y le ofrecería el sacrificio a Dios como


hacían los anacoretas del desierto, resistiría a las tentaciones de la carne. Fácil decirlo… ¿y le
gustaría eso a Dios, después de todo?, ahí también hay contradicción entre la exigencia de
pureza y el mandato de amor. Yo me conservé puro bastante tiempo, hasta los diecinueve,

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buscaba el verdadero amor para entregarle mi virginidad, por suerte fue hermoso y lo puedo
recordar sin dolor. A Leo lo conocí en el taller de teatro, qué tiempos, mi primer metejón…
ahora él vive en París con un bailarín brasileño, cada tanto me hablan por teléfono, cuando
encuentran un público pinchado. El único amante buen mozo que tuve, en general no me
copan los tipos lindos, pero este flaco me impactó de entrada, fue un chispazo, le coup de
foudre, parecía un galán de cine y yo daba por descontado que con semejante físico haría una
carrera meteórica en las tablas o en la televisión, y sin embargo no, fijate qué cosa, abandonó
enseguida el teatro para dedicarse a taxi boy en Buenos Aires – también hizo algunas pornos,
creo – y al poco tiempo tuvo la suerte de engancharlo a Naldo, el brasilero, que estaba de gira
acá; para los dos fue el amor con mayúscula, todavía dura la pareja aunque se pelean todo el
tiempo, siguen juntos más bien por interés – el departamento compartido – que por amor.
Bueno, ahora es diferente…cuando fui a Europa estuve unos días con ellos, viven a media
cuadra de los Champs-Elysées, me resultó muy cómodo por la ubicación y muy incómodo por
las constantes peloteras; Leo intentó reanudar conmigo, pero nos dimos cuenta de que no se
puede volver atrás en esas cosas, fue penoso, decepcionante, como si se cayera al barro una
rosa guardada durante años entre las páginas de un libro… él estaba amargado, la pija se la vi
insignificante, nada que ver con la de mi recuerdo, en aquel entonces no usaba forro, claro, el
Sida no había aparecido aún (Este Naldo se lo pesca en cualquier momento, es más puta que
las gallinas, una de las razones por las que no quiero coger más con él,¿sabés? / ¿Y vos qué
harías si se lo agarrase? / Me quedaría con él hasta el final, por supuesto. No soy un
desagradecido, che, nunca olvidaré que él me pagó el viaje a Europa y me bancó durante
años. Además en el fondo nos tenemos siempre un gran afecto). Pensar que el Sida se lo
agarró Leo, ironías de la vida, en esa carta que recibí la semana pasada – me extrañó porque
casi nunca me escribe – me cuenta que le salió el análisis positivo y que todavía no se lo dijo
a Naldo, ¿cómo reaccionará el otro?, para mí fue un golpe tremendo, me une a él una cosa
muy especial, le debo mi iniciación en el sexo y tantos maravillosos momentos…¿y cómo
mierda pudo ocurrir si Leo no tenía relaciones sin forro? Dicen qe el contagio puede
remontarse a diez años, por suerte a mí me dio negativo, hay que hacerse análisis periódicos
como el Papanicolau de las mujeres, yo trato de no ser promiscuo, mucho no me cuesta por
mi naturaleza sentimental, me horripila eso de encamarse inmediatamente y después salir
corriendo cada uno por su lado, es inhumano. Se da por sentado cuando hacés un levante que
buscás sexo, ¿por qué…?, muchas veces no es eso y aunque lo sea, ¿por qué tiene que
encararse de una manera tan animalesca?, el sexo es importante, de acuerdo, pero a mí me
interesa conocer a la persona con quien voy a fornicar. Mariquita me carga (Ay Ernestina,

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dulce alma femenina… los hombres se cagan en el verso), si a ellos sólo les interesa disponer
de un agujero para enterrar su batata, entonces que se compren un cacho de carnaza, que le
hagan un buraco y se den el gusto, o un muñeco inflable, conmigo no cuenten.
Constantemente me veo involucrado en situaciones desagradables y grotescas de ese tipo, la
vez del cartonero por ejemplo: lo veía pasar todas las tardes mientras estaba sentado en el
escalón de entrada de mi casa con la pava y el mate por si pasaba Julio en el auto, igual que
Penélope pero sin el tejido; él empezó a saludarme y un día me pidió un mate (Cebame uno,
pibe, me estoy muriendo de la sed), nos pusimos a conversar y mientras tanto el carrito, el
caballo y el perro negro lo esperaban pacientemente y yo rogaba que no fueran a salir mis
viejos, cualquier cosa les decía que estaba por darle al tipo las cajas viejas amontonadas en el
garage: que qué hacía siempre sentado ahí a esa hora, que si esperaba a alguien, que si iba a
los bailes, si me gustaba la cumbia, el fútbol, Maradona y todo eso. Un morocho medio tape y
de ojos achinados, pero una hermosa voz tenía, de las llamadas voz de bolero, me preguntó si
alguna noche podía venir a escuchar mis casé y mis discos de tango, él también era un
aficionado y hasta cantaba no del todo mal, le parecía; no sé a qué impulso cedí porque en
realidad no era mi tipo y olía mal, como a mugre ahumada – yo soy medio enemigo del agua,
pero amiguísimo de los perfumes –, le dije que viniese esa misma noche, a las doce, ya los
viejos estarían durmiendo. Se presentó bañado, vaquero y camisa limpios, apenas un relente
de olor a humo, como cuando uno va a un asado y se para un rato al lado de la parrilla (A mí
me dicen Cholo), a la tarde no nos habíamos preguntado los nombres, no sé por qué yo me
identifiqué como Hernán; le convido una cerveza y nos ponemos a escuchar un disco de
Ángel Vargas, los dos sentaditos en el sofá del living; de repente el negro se levanta, va a
mirar un afiche y cuando se da vuelta tiene la bragueta abierta y una verga descomunal afuera
(Chupamelá, trolito, dale, que te morís de ganas. Papito te va a dar una fiesta inolvidable,
vas a ver… / No, mirá, vos te equivocás… / Dale, hijo de puta, qué te creés, ¿que me vas a
hacer esperar toda la noche?), me agarra del pelo y me inclina a la fuerza hacia su poronga
oscura y enhiesta (No te hagás el culo estrecho conmigo, que te calé de entrada. Vos te morís
de ganas que te garchen, estás caliente, putarraco. Y si no, ¿para qué me invitaste? Vamos,
¡mamá, te digo! Y después que te rompa el marrón, me vas a dar toda la guita que tenés,
¿entendés? No pensarás que te voy a hacer el favor por nada, Hernancito, la verdá que no
sos nada lindo.Y si te hacés el loco te achuro, ¿ves ésta?), sacó una sevillana que se abrió
haciendo un clic siniestro, la luz reverberó un segundo en la hoja – me acordé de Camus, de
L’étranger –, enseguida la cerró, otro clic, casi me hago en los calzones como la vez de la
comisaría, debe haber sido Dios que me dio fuerzas para desprenderme de esa mano de hierro,

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me alejé hacia la puerta del pasillo que lleva al dormitorio de mamá. No, acá no, – le dije –
mis viejos se van a despertar y se va a armar un lío. Nosotros tenemos un departamento
desocupado aquí al lado. Andá y esperame un minuto en la puerta que ya voy con la llave . El
tipo se guardó las dos armas: il a remballé coquette et le couteau, la primera con bastante
esfuerzo (Y no te olvidés de la guita, maricón), apenas salió a la vereda cerré de un portazo y
corrí el cerrojo de seguridad temblando convulsivamente, me fui corriendo a mi pieza y me
encerré llorando despacito para que no se despertaran los viejos y rezando (Dios mío querido,
librame de este peligro). Al ratito el Cholo empezó a tocar el timbre, a dar tremendos
puñetazos y patadas en la puerta de calle y a gritar como un desaforado (¡Salí, puto hijo ‘e
puta! Pagame los 200.000 australes que me prometiste si te cogía…¡Salí, te digo! Si no salís,
te juro que te hago boleta), yo no paraba de rezar (Dios te salve María, llena eres de
gracia…), en eso se entreabre la persiana de la pieza de mamá: Váyase inmediatamente, está
despertando a toda la cuadra, borracho de porquería / Llámelo al Hernán / Acá no vive
ningún Hernán. O se va ya mismo o llamo a la policía… silencio bendito después del
enérgico apóstrofe de mamá. Mamita querida, mamá salvadora, el Señor es contigo…Chau, el
negro desapareció del mapa, por las dudas no me senté más en el escalón de entrada y cada
vez que veo venir un carrito de cartonero, doblo la esquina o me meto en un negocio, tuve que
añadir a estos pirujas a mi lista de fobias. Durante el almuerzo mamá comentó que los había
despertado un escandaloso (Un mamado, seguro,¿vos lo oíste, Nesto? / Yo no estaba, me
había ido al cumpleaños de Carlos, mamá, ¿no te acordás?), en sus ojos un destello de
infinita comprensión, de valiente complicidad (No tengas miedo, hijo, yo te cubro. Pase lo
que pase, podés contar conmigo). Gracias, Chiara-chiarissima, bellíssima, turris eburnea, de
nuevo me sentí un niñito Jesús en tus brazos.

Veladas alusiones de vez en cuando, consejos indirectos inspirados por ciertos crímenes
crapulosos cuyas víctimas son homosexuales, Pasolini por ejemplo (No hay que hacerse
amigo de cualquiera, no hay que decar entrar a la quente que uno no conoce bien. Está lleno
de quente mala, puede ser un choro o uno de esos dequenerados), pobre mamá, para los
demás yo soy el degenerado. Y sí, muchos de nosotros terminan así, la calentura o la
desesperación por establecer vínculos hacen que seamos más arriesgados que las mujeres.

Igual que el levante del flaco ése en la farmacia: era una de turno en la calle Siete, papá me
pidió que le fuera a comprar el antibiótico que estaba tomando para la gripe y se le había
acabado, como sabe que nunca me acuesto antes de las dos tres de la mañana…el flaco se me
acerca mientras estoy esperando que me traigan el remedio: Yo a vos te conozco de verte por

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el centro casi todas las noches – una de nuestras contraseñas, los principales puntos de
enganche de la noche gay son la plaza Italia y la esquina de Ocho y Cincuenta y ocho, me
hace ver que él también los transita –, el tipo me simpatiza (¿Qué hacés? / ¿Y vos a qué te
dedicás? / Etc.), es un petiso cuarentón, periodista, caminamos un rato charlando sobre La
Plata y las escasas posibilidades que brinda, la cità morta de D’Annunzio y todo eso, se ve
que no es un bruto, vive cerca y me invita a tomar un café en su casa, acepto, total el viejo al
antibiótico no lo precisa hasta las seis de la matina que le toca el siguiente y con este flaco hay
buena onda, le gusta la música francesa, fue unos años al Instituto aunque ya no se acuerda
mucho; un departamento en bajos, al fondo de un pasillo largo y angosto como una tripa, él
abre y me dice que espere ahí, en la puerta, hasta que me avise…oscuridad total que me
parece eterna…¿qué estará haciendo?¿por qué no enciende la luz?¿será que el depto no es de
él y no la encuentra?, ya me estaba dando miedo cuando veo una luz de velador como del otro
lado de un patio, y el man me grita Ahora ya podés venir, mandate nomás, avanzo hacia la
voz, sí, es un patio con macetas de malvones y alegrías del hogar, las distingo en la penumbra
a la que mis ojos ya se acostumbraron y su presencia – no sé por qué – me tranquiliza,
después la puerta abierta de la habitación donde brilla la luz, entro, él está tirado en
calzoncillos en una cama de dos plazas. Dale, vení,¿qué esperás?¿te transformaste en
estatua? / No, escuchame, yo no vine para esto./ No me digas que te tomaste en serio lo del
café, pibe / Bueno, sí, creí que conversaríamos un rato, a mí me gusta conocer a la gente
antes de encamarme. No soy una prostituta. / Pero te dejás levantar en la calle,¿quién te
entiende? Andá, tomátelas antes de que me embronque en serio. No me lo hice repetir dos
veces, salí tropezando con las macetas, la luz del velador me había deslumbrado y no veía un
pepino, un drama para ubicar la puerta de salida y después no podía hacer girar la llave de
tanto que me temblaban las manos; recién en la calle respiré tranquilo, al final el tipo tenía
razón, el boludo soy yo, no voy a aprender nunca. Es que sigo buscando un amor como el
primero, tan perfecto, tan romántico, inolvidable…

……………………………

- Supe que estás hecho un galán, viejo, te felicito. A mí me contenta mucho tu relación
con Cartagena, el hombre no puede permanecer tanto tiempo solitario. Y por más que
la hayas querido a mi mamá, ella se nos fue hace más de diez años ya…
- Tu madre era una mujer maravillosa, Luis Fernando, toda una señora, tan de su
casa…Nunca podré olvidarla, pero…

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- El mundo sigue dando vueltas y hay que echarle pichón, papá. Tú haces bien.
- Y mira, chico,¿quién iba a decir que me enamoraría de nuevo, a mi edad? Lo cierto
es que Cartagena también es una mujer hecha y derecha, una bellísima persona.¿Y
cómo andan las cosas con Dulce María?
- Cónchale, no sé…Ella parece feliz, pero yo estoy más enredao que peluca ‘e payaso.
Ya tú sabes que no he podido olvidar a Antonieta, es la única mujer que me ha dado
en la torre.
- Pues más vale que la olvides, Luis Fernando. Ustedes están divorciados y ahora tú
estás navegando en el mismo barco con Dulce María, vale.
- Yo no pierdo las esperanzas de volver a empatarme algún día con Antonieta.
- La esperanza es lo último que se pierde, chico. Y por cierto, ahora que don Carlos
Alfano ha donado su médula para el trasplante de nuestra Lupita, podemos esperar
con fundamento que la niña se pondrá buena.
- Sí, papá, aunque a ese tipo no me lo puedo calar, tendré que estarle eternamente
agradecido por su gesto.
- Y bien a tiempo que lo tuvo, chico, pues poco después fue necesario hospitalizarlo con
un grave problema cardíaco. Parece que no le queda mucha vida, Antonieta no se
aparta de su lecho.
- ¿Y te parece que eso es correcto?¿No resulta rara tanta abnegación por parte de
Antonieta? Ese hombre tiene una familia: su sobrina Dulce María y su cuñada
Magdalena.
- No te hagas mala sangre, chico, no te alborotes por tan poca cosa. Es sólo
agradecimiento porque él le donó la médula a Lupita, más nada.
- Bueno, me voy, viejo. Me esperan en el negocio para firmar unos papeles.
- Ya tú ves que las cosas se van arreglando, Luis Fernando. Mira que has tenido suerte:
sacarte el premio mayor de la lotería justo cuando estabas sin trabajo y lleno de
deudas, hijo…
- Espero ganar millones con este negocio de ropa para mujeres, pues todito lo he
puesto en él, estoy pelado.
- A Dios rogando y con el mazo dando, chico. Si trabajas la suerte seguirá a tu lado.

(Cortina musical)……….El amooorr no se puede deteneeerr……………

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Leo hasta me traía flores, claro que se las tenía que dar a mamá para disimular. Yo digo,
¿por qué a los varones no nos pueden regalar flores?¿qué tiene de malo?¿hay algo en la flor
que determine su exclusiva atribución al sexo femenino?¿existe una relación directa flor-
concha?, es injusto, Leo y yo siempre decíamos eso.

Él me dio tiempo, me hizo la corte, no fue directo al grano como chancho a los melones,
adivinó mis escrúpulos, mis temores, mis vergüenzas y las respetó, se interesó por mi persona,
no sólo por mi culo. Yo entonces empezaba a escribir, fue el primero a quien le leí mis
poemas, algunos inspirados por él, Son tan hermosos que me dan ganas de llorar, único
comentario que hizo y tenía de veras los ojos llenos de lágrimas. Le conté que mi inquietud
literaria venía de la infancia, cuando imaginaba historias protagonizadas por objetos
domésticos: la escoba o la mesa del comedor o un gato blanco de porcelana que había arriba
del bahut, se las narraba a mamá o la doméstica – en esa época trabajaba en casa una chica
paraguaya, bien fea la pobre (Andate mejor a jugar, niño Nesto, que acá me estás molestando,
tengo que limpiar el piso) –; Leo quiso oír esos relatos, desgraciadamente sólo recuerdo
detalles sueltos, una lástima haberlos perdido. Obvio que yo me interesaba apasionadamente
por todo lo que hacía Leo, los celos me desgarraban cuando me hablaba de la novia aunque
me había explicado que era una simple fachada, con ella no pasaba nada, la conservaba para
que su familia se quedase en el molde y lo dejaran tranquilo con las preguntas insidiosas (¿Y
vos, Leo…? Qué raro que no tenés novia.) Cuando la beso no siento nada,¿entendés? Tengo
que fingir pasión, le acaricio las tetas y hago como que sufro por no poder acostarme con
ella. - Porque yo te respeto, Lorena, le digo. Pero no creo que pueda durar mucho esta
relación. La otra noche estábamos chapando en el zaguán de la casa de ella a la salida del
cine y me entró a acariciar la entrepierna. - ¿Qué te pasa, Leo?¿no me deseás?, me preguntó
decepcionada. Ahí nomás me quiso bajar el cierre del pantalón para sobarme mejor la que te
dije, me dio un asco…Zafé con el pretexto femenino más antiguo: un tremendo dolor de
cabeza que me había dado la película por habernos sentado demasiado cerca de la pantalla.

Yo me reía cuando me contaba cosas así y en el fondo sufría como un condenado, la odiaba a
esa estúpida de Lorena que me robaba sus caricias, le deseaba la muerte, ¿no se daba cuenta la
muy gila de que a él le repugnaban sus ubres de vaquillona, sus nalgas pulposas y ese agujero
peludo que parece una siniestra araña? – ¿lo tendrá mamá también?¿y la Virgen María?, no
quiero ni pensarlo, ¡qué horror!, me descompongo de sólo imaginármelo – la cuestión que la
Lorena esa podía acariciarle la cara, pasar suavemente un dedo por el puente de su nariz
perfecta, tocar las pestañas de esos ojos color miel, delinear esos labios de perdición…me

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sentía al borde de un abismo ¡y qué deliciosa me parecía la caída!, como dice ese personaje de
Balzac, la duquesa de Maufrigneuse: Il est si beau de se perdre! C’est la volupté de l’âme.
Igual que en la novela de la tarde, a Aurora la vence la pasión por más que se resista y hace
el amor con Rodrigo en los lugares más inverosímiles: en un depósito de muebles, en la
oficina…yo admiro a la gente así, apasionada y valiente, siempre y cuando haya un
sentimiento por supuesto, me recopan los que no temen desafiar a la opinión pública, al qué
dirán, me cago en los comentarios de los chusmas del barrio y del centro, les canto la de Tita
Merello. Pero me atan otros miedos, la consideración que les debo a mis viejos…

Una y mil veces me paso la video de esa primera vez con Leo. Dios, te agradezco tanto que
me lo hayas mandado a él, podían haberme violado como a muchos de nosotros, podía haber
sido una experiencia traumatizante. Esa noche estábamos solos en casa, qué tranquilidad, los
viejos se habían ido a las bodas de plata de unos tíos de la capital, un 6 de diciembre – fecha
imborrable –, hacía un calor bárbaro y nos habíamos sentado en la terraza a tomar cerveza…
Leo era el dios Apolo, con su melena rubia enrulada y los músculos de su pecho insinuándose
a través de la remera finita…me puse a traducirle unos versos de Marie Noël, aunque él no
sabía francés a veces me pedía que le recitara cosas porque le encantaba el sonido de esa
lengua: Sólo para él me permitía sonreír./ En él reposaba... de pronto Leo me agarra del
brazo – nos habíamos sentado juntos en el banco de plaza – y me clava los ojos: Ernesto,
estoy enamorado de vos, no aguanto más, te lo tenía que decir. Y creo que vos sentís lo
mismo. / Yo no sé, Leo, lo que te puedo decir es que nunca antes había experimentado algo
así, tan fuerte, tan... nuestros ojos como imantados, imposible despegarlos, los castaños
hundiéndose en los dorados, los dorados devorando a los castaños…de repente estaba en sus
brazos, mi cabeza descansando sobre su pecho – Juan, el discípulo predilecto en la Ültima
Cena –, el rugido de su corazón en mis oídos y el perfume de su desodorante: lavanda. Il m’a
pris dans ses mains et j’ai posé la tête / Sur le coeur du Berger ainsi qu’un agneau las./ Et j’y
suis bien, sa folle et plaintive conquête,/ J’y suis bien et, s’il veut, je ne bougerai pas. Y luego
el primer beso, labios húmedos e imperativos entreabriendo los míos, lengua con gustito a
cerveza aventurándose en mi boca, salivanéctar... cada vez que lo recuerdo tengo una erección
y no quisiera, son recuerdos sacrosantos, tendría que construir una capilla en un rincón de mi
memoria para guardar esas reliquias, ¿por qué seremos tan lujuriosos, tan chanchos, Dios
mío?, ensuciamos todo (Te quiero, te quiero, quiero que seas mío.), manos posesivas
acariciando mis nalgas descarnadas, una especie de hormigueo, ahí, en mi centro virgen que
se abre como una flor carnívora en busca de su presa. Y mi sexo por primera vez vivo,

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agresivo, personal, hinchando la tela del vaquero, no lo conocía así, yo ni siquiera me
masturbaba. Leo me llevó la mano hacia su bulto, la apretó encima (No tengas miedo, va a
ser hermoso, te lo prometo. No quiero forzarte, te voy a penetrar sólo si vos me lo pedís. /
¿Lo jurás? / Sonso... teneme confianza), terror y calentura a la vez, un poema: O mon Roi,/
Fais-moi vite souffrir,/ Mais viens dans la fournaise / Avec moi ... Leo me había desabrochado
la camisa y me estaba besando el pecho, luego se arrodilló frente a mí, me bajó despacito el
cierre del vaquero y me sacó la pija del calzoncillo, a mí me daba vergüenza verla en ese
estado, tan impúdica, tan delatora, él se la metió en la boca con los ojos clavados en los mios,
su lengua se puso a bailotear traviesamente sobre la punta, esa pequeña abertura del prepucio.
Y me fui. Cómo me vacié en su boca, vi millones de estrellitas en mi cabeza, aparte de las del
cielo estrellado. Y grité, fue un lamento interminable de felicidad, un estertor de dichosa
agonía. Y él, sin dejar de mirarme, sin dejar de acariciarme el culo, se tragó eso invisible y
desconocido surgido de mí. Fue igual que los pactos en que dos personas mezclan sus
sangres, una ceremonia iniciática, queseyó, algo sagrado entre nosotros. Después me propuso
entrar para estar más cómodos – en ese entonces yo dormía en la piecita de la terraza,
originariamente pieza de servicio – (Dejame desvestirte, me gusta tu cuerpo. / Me estás
cargando, mi cuerpo no es lindo, soy demasiado flaco. / Por eso me fascina justamente, odio
las redondeces, te lo dije una vez, ¿no te dabas cuenta de que me estaba tirando con vos?), en
pelotas como Chiara me echó al mundo, pero ya no soy el simpático bebé que sonríe con el
culito al aire en esas fotos que ella guarda en una caja de zapatos y miramos de cuando en
cuando, parezco Cristo crucificado, me avergüenza mi pecho esquelético, mis grandes pies,
no sé dónde meterlos para que Leo no los vea, son feos feos…pero él también se desviste, tan
rápido que ni me doy cuenta, primera vez – todo es estreno – que veo a un hombre desnudo en
vivo y en directo, y en mi pieza, ¡qué divino es!, divino, ésa es la palabra, de nuevo pienso en
Apolo y ansío ser su Jacinto, aunque después me muera, no importa, será nuestra gimnopedia,

la fiesta de nuestros cuerpos... con tal que no mire mis pies...¡por favor, Dios mío, hacé que
no mire mis pies!, la verga de Leo erecta, en ángulo agudo con su vientre bien liso, unos
pocos pendejos de reflejos dorados alrededor, la toison d’or; la de Ernesto morta,
escondiéndose en su nido oscuro (¿No querés besármela como hice yo con la tuya? Te gustó,
mi chiquito, ¿no es cierto que te gustó?), pegados otra vez, pero ahora una blanda dureza se
refriega contra mi vellón, manos sobre mis hombros empujando hacia abajo, de rodillas ante
mi dios, tengo los ojos cerrados, olor a sexo de hombre igual que en mis dedos cuando me los
paso por las ingles, huelo con fruición, ah el roce del glande contra mis labios, como darle

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un beso a una rosa roja de ésas aterciopeladas... me la quiero comer, quiero incorporármela, es
mía, le chupo la babita salada, Dios, nunca creí que fuese así, fiesta de todos los sentidos,
porque tengo los ojos abiertos y miro los de Leo que me mira y gime de placer, es una
música, y lo huelo y lo acaricio y lo saboreo. Mi sexo resucitado apunta hacia adelante.
Tumbados en mi angosta cama, dedos de Leo en el ano de Ernesto, mano de Nesto en torno
de la verga de Leo, soy tuyo, todo tuyo, haceme lo que quieras, aunque me destroce las
entrañas, no me importa, aunque me haga aullar de dolor, no me importa, lo necesito dentro
de mí, sensación de ser un enorme agujero a la espera de ser llenado, todo culo caliente y
palpitante (Ponete de costado, es mejor la primera vez), y cuando creo que va a venir el dolor
fulgurante, no, una frescura de molusco, una deliciosa caricia mojada, la lengua de Leo que
me lo lame, me lo succiona, viborea juguetona introduciendo su puntita en el orificio mientras
sus manos me separan las nalgas…ya no puedo pensar en nada, soy todo pasmo, todo placer
hasta la última de mis células, una ráfaga de lucidez sin embargo, ¿me habré limpiado bien
esta mañana? No aguanto más, voy a explotar. Leo, Leo, grito roncamente y ese verbo que
sólo para la ficción había salido de mi boca: Cogeme, por favor, haceme tuyo... Y ahí sí, como
una puñalada feroz, pero qué dulce puñal hurgando en la herida, qué sabiamente voluptuosa la
mano de Leo en mis testículos, muero en el suplicio, empalado sí, atravesado por la
despiadorada pija de mi amor, su lengua en mi oreja, mi ser entero invadido, sufriente,
aullante, aullando como lobos en la noche, nos remontamos a alturas por mí insospechadas,
caemos en vertiginosos abismos, estallamos juntos. Te dejé adentro todo mi amor, jadea. El
mío se había derramado sobre la sábana. Leo se retiró suavemente y se puso a lamer su mano
enchastrada mirándome fijo, eso me supercalentó, después nos lamimos recíprocamente las
pijas, hasta la última gota de semen que quedaba en ellas. Un líquido caliente empezó a
manar de mis entrañas. (Estoy sangrando, Leo. / No es nada, dejá que te cure); otra vez su
lengua, ahora calmante, higienizante como la de una madre gata (No tengas miedo, siempre es
así cuando perdés la virginidad, igual que las minas, ¿viste? Mañana te ponés un poco de
Hipoglós y listo. / ¿A vos también te pasó? / Claro, zonzo, por eso es mejor que te lo estrene
alguien con más experiencia... ¿No te vinieron ganas de nuevo, mi vida? A mí sí, la tengo
parada, tocá, me muero por metértela otra vez). Me acarició el ano con su glande caliente (A
ver, apuntalo para arriba, así... separá un poco las rodillas, apoyate en los codos... qué
chiquito lo tenés... ¿Me deseás, me deseás igual que yo? Te la voy a meter despacito, no
tengas miedo, poco a poco, me la mojé bien con saliva para que entre mejor,¿ves?Sólo la
puntita...). La segunda fue más larga, llena de sensaciones demoradas, algo de dolor, tanto de
increíble placer... ¿por qué no puedo tener siempre dentro de mí la verga de Leo?,

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moviéndose, dando suaves topetazos como el hijo que las mujeres llevan en su vientre. Y
bendito sea el fruto de tu vientre...Leo, Leo, esto es la felicidad. Te amo, te idolatro, no me
dejes nunca, dans ta splendeur et ta beauté, viens, triomphe et règne!, mientras estábamos
cogiendo me vino a la cabeza ese texto litúrgico que Georges le dedica a su amado Alexandre
en Les amitiés particulières. Juntos lavamos la sábana de abajo toda manchada de sangre en el
piletón de la terraza (Mejor con agua fría, para la mañana la tenés seca, tu vieja no se va a
avivar de nada).
Las reminiscencias literarias, los intereses en común embellecieron nuestra relación, nunca
más pude vivir algo semejante, dos mundos tan integrados; llegué a amarlo tanto que las
noches que él no venía me paseaba por las calles de su barrio para impregnarme del ambiente
que le era familiar, respirar el mismo aire, mirar las estrellas desde el mismo ángulo.
Necesitaba la proximidad física de Leo como las plantas necesitan el agua; cuando le hablaba
por teléfono, si me atendía la madre, solía demorarme un rato charlando de cualquier cosa con
ella, en mi foro interior la llamaba suegra, menos mal que era simpática. Él se recopó los
primeros meses, era nuestra luna de miel, claro, pero después empezó a aconsejarme que
tuviera una vida más independiente, no era bueno que anduviéramos pegados día y noche
(Uno más uno serán siempre dos, Ernesto). La primera vez que me lo dijo, qué dolor, una
puñalada más dolorosa que la de su verga desgarrándome el esfínter, yo me hacía justamente
la ilusión de que éramos uno desdoblado, un binomio sí, pero de siameses. ¿Y cuando me
comunicó así, sin anestesia, que se iba a trabajar a Buenos Aires…? (Nos podemos ver, no es
el culo del mundo, Nesto, pará de llorar, no seas chiquilín. Comprendé que acá sufro
muchas presiones familiares), si la vieja de él llegaba a saber el trabajo que se había
conseguido el nene, otra que representante de un laboratorio de cosmética…

Las horas que habré pasado imaginándome a Leo acostado con toda clase de tipos, pero
principalmente gordos panzones – señores elegantes con cara de depravados, esa boca
característica del gay cincuentón, repugnante –, una sarabanda infernal en mi cabeza, cogía y
se lo cogían en todas las posiciones, a veces eran más de dos…Basta, basta!¡ojalá te mueras,
Leo!¡ojalá que te metan preso, grandísimo puto, degenerado, hijo de puta! Me desangraba
sentado junto al teléfono, no iba a ninguna parte de miedo que él llamase durante mi ausencia.
(Salí un poco a tomar aire, Nesto, estás muy blanco…parecés enfermo. ¿Por qué no vas a
verlo a Leo a Buenos Aires, así te distraés?), pobre mamá, sabía que yo sabía que ella sabía,
sin necesidad de palabras. Las llamadas de él se fueron espaciando cada vez más, hasta que un
día me presentó a Naldo, se iban juntos a Europa. A esa altura no me quedaban lágrimas, les

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deseé buena suerte pensando en suicidarme al llegar a casa. Chiara sola en la cocina
preparando la cena, me preguntó cómo estaba Leo, ella lo apreciaba mucho por los gestos
delicados que tenía, SE VA A EUROPA, y me largué a llorar como un pavote, no pude
contenerme. Pena infinita en sus ojos, la Pietà (Bambino, no te pongas así, por favor. Andá a
acostarte que enseguida te llevo una sopita a la cama, como a vos te gusta), me repuse a
fuerza de sopitas y discretos mimos de Chiara; Virgen María, conservámela, no sé qué será de
mí el día que no la tenga: Mère, toi, mère à ma droite attablée, / Tu sortiras dehors par cette
porte un jour…me resigno a que mis amores mueran, acepto la voluntad de Dios, mi
infelicidad rescata mis pecados, mi culpa; pero las madres no, mamá no, ¡por favor, no me la
quites! ¡mi cordón umbilical no me lo corten, mal que les pese a todos los psicólogos del
mundo!

………………………………

- ¡Deja ya la gemidera, chamita!¡Cónchale, cambia esa cara de amargura! Debes


olvidar a ese hombre, a ese piquito de oro que te enredó con sus halagos.
- Es que no es fácil, Adela. Yo lo ‘amo a pesar de todo.
- Pero él está casado, chica, y tiene cuatro hijos. Él no tenía derecho a engañarte como
lo hizo.
- Rodrigo no me engañó, si él mismo me lo confesó, vale. Después de todo su actitud
fue noble y considerada hacia mí.
- No le busques atenuantes, Aurora. Olvídalo, hermanita, hay muchos hombres libres y
guapos
- No puedo, chica, la vida se me volteó nuevamente. Yo quisiera morirme, más nada.
- No seas truculenta, vale. En este momento debemos apoyar a la pobre Antonieta que
tiene problemas más graves: fíjate que después del casamiento con don Carlos Alfano
– que se lo suplicó en su lecho de muerte – se robaron de la clínica la médula que él
había donado para Lupita. Toña está desesperada.
- ¿Y don Carlos ya falleció?
- Aún no, mi amor. Pero pidió ser transportado a una clínica del extranjero, pues no
quiere que nadie lo vea morir.
- ¡Cónchale, chica, mira que es raro ese hombre!
- Nuestro cuñado ahora, Aurora. Y Antonieta heredará toda su fortuna.
- ¡Qué chévere! Se acabaron sus problemas económicos.

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- Ella juró no tocar un centavo de esos reales, para que nadie crea que se casó con él
por su plata, sobre todo Magdalena y Dulce María que se han quedado con la sangre
en el ojo, están fúricas, chica.
- El que también debe estar bravo con ese casamiento es Luis Fernando.
- Está como loco, no puede convencerse de lo que sucedió, él que nunca perdió las
esperanzas de violver a empatarse con Antonieta…¿Te tomas otra copita de este licor
tan bueno, Aurora?
- No, gracias, chica. Ya me siento mariadica, como que estoy en las nubes. Y dime, ese
sexólogo al que fueron a consultar Enrique y tú…
- Billy.
- Sí,¿le dio en la cabecita del clavo con el problema que tenías, ése que me contaste la
última vez que nos vimos?
- Ay, chica, tú no vas a creerlo, pero ese Billy es un mago. Imagínate que le aconsejó a
Enrique que siga mis fantasías.
- ¿Y él lo hace, Adela? No se me representa, tan seriote como es, vale.
- Pues si, chamita; no le agradaba demasiado al principio, pero creo que le está
cogiendo el gustico. Anoche se disfrazó de Tarzán, yo era Jane, llenamos el
apartamento de plantas tropicales y pusimos una grabación de sonidos de la selva. Tú
sabes que yo de muchachita soñaba con Tarzán…
- ¡Chévere! ¿Y lograste sentir algo, chica?
- ¡Ay, fue maravilloso, Aurorita! Igual que antes, cuando estábamos recién casados,
¡una sabrosura!
- Pues me contenta mucho por ti, hermana. En cambio yo nunca seré feliz…
- ¿Tú qué sabes? Ponte pilas, que el mundo sigue dando vueltas, vale.
- Pero Rodrigo me persigue, me llama por teléfono, ¿qué debo hacer?
- Exígele que cese la perseguidera. Ten mucho cuidao, chica, resiste a la tentación, no
olvides que es un hombre casado y tú no debes destruir la felicidad de su matrimonio.

(Cortina musical)....Llevo como una cruz clavada….en el corazóóón….

Por suerte tengo muchas amigas, las mujeres me quieren, no sé por qué pero la mayoría
adora a los gays, ¿será porque no somos machistas?, yo lo soy en el sentido de fanático de los
machos, pero refeminista en cuanto a las reivindicaciones femeninas. Los varones nos

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postergan, nos engañan, nos pisotean el corazón; son violentos, crueles, despiadados,
vanidosos, vacíos, egoístas, groseros, injustos, pretensiosos y tutti quanti, ¿y por qué los
seguimos entonces?, las mujeres deberían ser todas lesbianas, total ahora se logra la
fecundación in vitro, la especie se conservaría igual. Si las minas dirigieran el mundo seguro
que no habría guerras, yo las considero superiores en todo porque le doy primacía al
sentimiento; Mariquita dice que el cerebro femenino en su actual estado de desarrollo, salvo
excepciones – en las que ella se incluye, por supuesto –, es incapaz de volar alto, que si las
minas gobernaran el mundo se armaría otra clase de quilombos, un chusmerío bárbaro, celos y
envidias a granel, etc., Prefiero el crimen con altura a la mezquindad, es una de sus divisas.
En cambio a mí denme la vida pacífica del hogar, la famille et les confitures, justo lo que
odiaba Simone de Beauvoir, qué lleno de contradicciones estoy, eso se opone a mis ideas
feministas…y bueno, lo único que podemos hacer es alcanzar un cierto equilibrio entre
nuestras contradicciones, un ser totalmente coherente sería espantoso, me parece que sólo los
locos verdaderos lo son, no los seudolocos como yo y tantos otros. De mis amigas, la única
que habla siempre bien de los hombres es Cecilia, para ella son maravillosos, necesita tener
constantemente uno al lado – sea pato o gallareta, diría Mariquita – (Si no, es lo mismo que
estar muerta./ ¿Pero vos los amás, por ejemplo a ese forro de Claudio o al imbancable de
Tony?/ Me encanta tenerlos ahí, entre mis piernas. Hacen pasar el rato, y un buen rato
además. / ¿Alguna vez estuviste enamorada, Cecilia? / ¿Es una interviú, che? Por supuesto
que me enamoré, nene, como todo el mundo. Pero ahora sólo me engolosino con los tipos y si
puedo me doy el gusto. / Eso sí que es cogerle el gustico al sexo opuesto. Y decime, ¿no
sufrís cuando la cosa termina? / Un poquito, igual que cuando te hacés un tajo en un dedo.
Lo mejor es buscarse otro enseguida. / Porque un caballo te tiró, no vas a dejar de montar. /
Seguro, en la vida hay que positivear, che. Chiodo tira chiodo, es mi filosofía. / ¿Y cuando
seas viejita, que ya ninguno te dé bola? Porque a vos te gustan jóvenes y plata no tenés. / Te
confieso que esa perspectiva me produce horror. En fin, ya veremos, siempre habrá un roto
para una descosida), parece que después de los cuarenta – y Cecilia los tiene aunque no lo
confiese – uno ya no se enamora, qué suerte, se acaba el sufrimiento, una especie de limbo. Si
eso es cierto a mí me queda todavía mi buena cuota de dolor, recién voy a cumplir treinta y
uno.

………………………………

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- ¡Ay mamá, nos van a atrapar, te digo! Mira las cosas que se te ocurren, disfrazarnos
de enfermeras para robar la médula del tío Carlos…¿Y qué vamos a hacer con ella
ahorita?¿la botamos a la basura?
- Tú vives en las nubes, Dulce María. Vamos a conservarla y a negociar con ella,
chica. Vé a sacarla del refrigerador, que ya llegó el chaval con el hielo seco. Tú te
encargarás de eso mientras yo voy al hospital a ver si esa víbora de Antonieta está
madura para el trueque: la médula para su hija contra la fortuna de Carlos.
- Pero a mí me da mucha impresión, mamá, no quiero hacerlo. Me parece que el tío
Carlos me está viendo.
- No seas necia, chica, él está muerto y bien muerto, ya leíste el telegrama. Piensa que
se trata de un bote de paté, más nada. Ponle el hielo seco todo alrededor.¡Anda,
muévete! Yo no puedo ocuparme de todo.
(Cortina musical)……..Tooodo el mundo necesita amooorr……………..
- Perdóname que te manipule así, tío Carlos, parece una falta de respeto, pero es por
tu bien…Así te conservas en buen estado,¿sabes? Tío, yo no quería sacarte del
hospital, mamá me obligó,¿tú me perdonas, por favor?
- ¡Lo sabía, Dulce María, sabía que ustedes habían robado la médula para mi Lupita!
- ¿TÚÚÚ?¿cómo te metes de ese modo en mi casa, Antonieta?¡Qué atrevimiento,
chica!
- Deja ya las hipocresías y dame ese bote, ¡ladrona!¡delincuente!
- No…no es lo que tú piensas, te lo juro. Son unas ostras que mamá me trajo para la
cena, tú sabes que hay que conservarlas en mucho hielo para que no se pongan
malas.
- Qué ostras ni qué ocho cuartos,¡mientes, maldita chayota! Aquí está escrito “Médula
de don Carlos Alfano”, es la médula para mi Lupita y mi niña se está muriendo.¡Esto
lo pagarán caro, tú y Magdalena! Ahora me voy corriendo al hospital a llevar la
médula, para que vean si sirve todavía. Pero luego denunciaré el robo a la policía,
las encerrarán, ya lo verás, y no podrán seguir con sus maramusias.¡Brujas!
¡Serpientes de cascabel!

(Cortina musical)….Llevo como una cruz clavada….en el corazóóón….

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Alfonso, te amo, sufro por vos, estoy aquí, existo, mirame por lo menos una vez con algo
que no sea burla en tus ojos, para vos soy un payaso, un pobre degenerado, un trolo de mierda
como para los demás, tal vez pienses que hay que eliminarnos a todos. Con esas ideas de la
Biblia: Sodoma y Gomorra, el Armagedón y tutti quanti…no importa, yo lo quiero con sus
mambos y todo, sueño con que me invite a su casa a mí solo, conversaríamos, me dijera lo
que me dijera yo lo escucharía embelesado mirándolo a los ojos – un chat peut bien regarder
un évêque après tout – y por ahí, quién te dice…por lo menos lo que sucede en mi mente no
me lo puede quitar nadie y allí me paso todas las veces que se me antoja la video de Alfonso y
Ernesto besándose, abrazándose, yo le chuparía la pija tiernamente, sabiamente, mejor que
cualquier mujer, Roberto solía decir que yo soy el rey de la fellatio. Después él me sienta en
su regazo, es la posición que más me copa, me empala con su miembro ardiente que me llega
hasta la garganta, cómo quisiera poder mamártela mientras me cogés, Alfonso adorado, mi
macho, mon homme…matame, amor, ¡morir traspasado por vos!...y tu mano grandota
haciéndome la paja…aunque no, quizás prefiere imaginarse que se está cogiendo a una mina,
el muy hipócrita…mmm, qué divino, me tiene agarrado de la cintura, me levanta un poco,¡no,
no! no me la saques por favor mi vida, que me muero…me deja adentro la cabeza y me baja
de golpe, la siento bien profundo, su verga hurga dentro de mi ser buscando su placer…asííí,
sí sí sí, locura…ajjj, estoy acabando…sos mi dios, MI Alfonso, qué feliz me hacés…

Eh ben, eh ben, a lavar el pañuelo ahora, esto podría constituir un nuevo género literario: la
coitoficción. Las encamadas reales están llenas de frustraciones y de insatisfacción, sólo una
buena paja física o mental te hace gozar plenamente y además no transmite el Sida, en eso
tiene razón Mariquita, ella se debe pajear a lo loco, por algo lo dice. Más bien triste me
parece, cómo es la vida…por suerte existe la poesía, poder llorar cantando, es la felicidad de
nosotros los desposeídos de todo el mundo. Y Marie Noël lo expresó maravillosamente: O
mes vers que voilà si plaintifs et si doux, / Puisque le Créateur ne m’a pas fait de joie, /
Venez, vous que du moins à mon aide Il envoie, / Je me veux inventer un bonheur avec vous.

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ADAGIO CON MOLTA VIRILITÀ

Hoy no voy nada a laburar, que se embromen, que se arreglen sin mí, no voy porque no se
me da la gana, qué joder, pido médico y listo, digo que me duele la cabeza, total eso no te lo
pueden comprobar ni los dotore, no se van a meter adentro de tu cabeza pa ver si es cierto, te
miran con cara de desconfiado pero a la final te tienen que dar el día. Además yo ya me hice
media fama de loco…Primero me voy a tomar unos mate en la tranquera, está lindo el sol, y
mientra campaneo las mujere que pasan, las más madrugadora salen a hacer los mandado,
capaz que la de aquí a la vuelta se para a conversar un rato, no está mal la gorda…a mí la
verdá me gustan toda: las gorda, las flaca, hasta la mudita de la otra cuadra que es más fiera…
con tal que sean mujere…un sesópata dice la Mariquita. ¿Por qué seré así…? La Nelly se
volvía loca de los celo, me acuerdo la ecsena que me hizo una vuelta en la parada del micro,
qué calor que pasé, todo porque miré a una que pasaba en auto y dije en broma ¿No me llevás,
buena moza?, la Nelly se puso furiosa, me gritó de todo (Siempre el mismo calentón, no se
puede salir con vos.¡Andate, andate por tu lado! Yo me voy sola, no te aguanto más) y hasta
me encajó un carterazo, la parada estaba llena ‘e gente, yo quería que me trague la tierra. La
Nelly era una escandalosa, una quilombera, me hacía pasar vergüenza en cualquier parte, si
habremo tenido pelea por cuestión de celo y todo eran imaginaciones de ella, nada más. Como
cuando el nene era chiquito y trajimo a esa piba de doce año pa que lo cuide – la hija de la
Porota de allá al fondo, al lado ‘el arroyo – porque la Nelly se tenía que ir a laburar al hospital
y no lo podíamo dejar solo; duró bien poco en casa, enseguida se le metió en la cabeza que yo
la miraba con gana a la negrita y que mientra que ella no estaba nosotro hacíamo de todo. La
verdá que la piba – Rosa creo que se llamaba – me relojeaba con unos ojo, don Alfonso de
acá, don Alfonso de allá, me cebaba mate y me parece que la que se moría de gana era ella, la
cuestión que la Nelly la tomó entre ojo y le empezó a sacar los defeto: que no lo cuidaba bien
al nene, que lo dejaba pishado, que no paraba de comer… a la final se la devolvió a la madre.
Igual que con las enfermera del hospital, si alguna vez yo la iba a buscar era porque me
gustaba una y de ahí arrancaba con las historia (Vos estás caliente con la del segundo piso,
¿te pensás que no me di cuenta?, esa rubia osigenada es una puta que se acuesta con todo los
médico, una arrastrada, le voy a sacar hasta el último de esos pelo teñido) y no la paraba,

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seguía y seguía; yo primero no le contestaba, pero a la final me sacaba ‘e desquicio y ahí se
armaba…una sola vez le pegué porque ya no aguantaba más, pa que se calle, fue la única vez
pero le bajé un diente de la trompada que le di. Pa que aprenda.

Yo no soy violento, ella era pior que yo, un día me puso la escopeta en la cabeza, otro
agarró el hacha y empezó a darle a la puerta del baño, la pasó de lado a lado y todavía está así:
un recuerdo ‘e la Nelly, ¿y cuando rompió a martillazo todo los artefato: el inodoro, la pileta,
porque yo tardaba en colocarlo…? Nadie me saca de la cabeza que la vez que me descompuse
tanto y me tuvieron que llevar al hospital de Gonnet, que me había subido la presión y por
poco me muero, fue ella que me dio algo pa que estire la pata, como era enfermera sabía de
los remedio que te pueden reventar, despué lo hacen pasar por una equivocación y listo. No, si
era brava la tucumana, había que aguantarla, no cualquiera…el colmo fue cuando hizo una
fogarata con toda mi ropa buena – yo entonce tenía pilcha ‘e calidá: dos traje, corbata, lindas
camisa – todito me lo quemó (A Buenos Aire vos no vas más, andá si sos brujo, a vos que te
gusta salir empilchado como un duque. ¿Por qué no te buscás un laburo, haragán,
sivergüenza, envé de andar pasiando por el campo y gastando la poca plata que tenemo en
viaje a Buenos Aire?¿qué tenés allá, vago, degenerado? A mí la de tu hermana no me la
cuentes), y le daba y le daba. En esa época yo me había quedado sin trabajo en la Peuyó, me
acuerdo, ¿y qué culpa tenía si la fábrica se achicó y empezaron a echar gente? Cierto que no
me apuré mucho en buscar otro laburo, y bueno, me tomé un descanso, ¿es un crimen?, unos
mese sin laburar no son la muerte de nadie; me iba a la mañana bien tempranito al campo de
acá nomá, con la escopeta y a vece con la honda – cuando no tenía cartucho – y siempre
volvía con algo: que una liebre, que perdice, que paloma (No te podés quejar, vieja, de comer
no nos va a faltar aunque yo no labure), y limpito se los traía a los bicho, yo los cuereo o los
desplumo enseguida en el campo nomás, las tripa quedan pa los carancho.

De chico que me gusta la caza¸ si habré cazado allá en Bransen, siempre me envidiaron la
puntería y eso que del ojo izquierdo no veo nada. Caminar y caminar por el pasto mojado ‘el
rocío, yo no me canso, al contrario, me hace bien darle a la pata, me saca los nervio mejor que
las pastilla esa que me recetaron cuando estuve internado, y despué al mediodía hacerse un
churrasquito abajo de un árbol, chuparse una botellita de tinto, una siesta y de nuevo a patiar
hasta el atardecer. A mí me gustaría vivir siempre así, dormir en el pasto, pa qué queremo
cama y mesa y toda esas chuchería ‘e la civilización, yo me basto solo, no las necesito,
mientra haiga un arroyo con agua, mientra quede algún bicho en la pampa…o si no, pesco; y
si uno quiere verdura está lleno por todos lado de radicheta, diente ‘e león, acelga salvaje y

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queseyó cuántas cosa más…hasta flore saco del campo, en invierno le llevo a Mariquita unos
ramo ‘e violeta que otro que los comprado, a ella le encantan, dice que los aprecia más porque
yo me tomé el trabajo de juntarla pa ella, ¿será cierto…?, esa Mariquita es más rara, a vece
pienso que es mala, un verdadero demonio, y otras me parece buenísima, no la entiendo, dice
que no le interesa el seso, si es lo mejor que esiste, ella me carga con ese asunto (Vos sos un
obsesivo, llega una edad que hay que aflojar un poco), ma qué edá ni ocho cuarto, yo estoy
mejor que nunca y tengo más gana que ante, si podría me pasaría el día cogiendo: jóvene,
vieja, cualquiera me viene bien, no como el Pedro que sólo quiere piba…y bien contenta que
las dejo, si no, no vendrían, si es por la guita que a mí me pueden sacar, cuanto más pa
cigarrillo, siempre ando seco. La otra noche ¡qué fiesta con la Marta!, cinco vece le dimo a la
diversión de los pobre, es insaciable esa mina, pedía más y más, le gusta que le meta un dedo
en el culo mientra me la cojo, se pone como loca y grita cosa (¡Ay, negro, cómo me hacé
gozar!...Metémela más adentro…Despué te la chupo, vas a ver qué fenómeno), yo le digo que
se calle un poco, que va a despertar a toda la cuadra, pero la verdá me esita y me hace acabar
enseguida (Cinco orgasmo me hiciste tener, negro, ¿qué comé vos? Sos una máquina, le
ganá a los jóvenes). Con la Marta no hay problema, siempre está dispuesta y ningún peligro
porque se hizo poner algo pa no quedar preñada, un dique o algo así se llama el aparato; en
cambio con mi mujer había un montón de día que no se podía, a la final por el miedo no
disfrutábamos nada. A mí me habría gustado tener otro pibe, era la Nelly que no quería saber
nada (Dejame ‘e joder, che, ¿pa qué?¿pa hacerle pasar necesidá? Si ni la casa podemo
terminar, y vos que sos un haragán…), y ahí nos agarrábamo, discutíamo por cualquier cosa.

Ahora estoy tranquilo, pero parece mentira, cómo es el hombre, a vece la estraño a la Nelly
y a las discusione. Se pasó la tucumana cuando me quemó la ropa, aunque yo me tomé la
venganza: fui al ropero, saqué unos cuanto vestido de ella y encendí también una fogarata en
la otra punta ‘el terreno, parecíamo dos loco desaforado gritándono cosa de una fogarata a la
otra, los vecino se hicieron el plato ese día. Manga ‘e chusma, siempre espiándono estaban, a
mí me tienen por un degenerado de lo pior porque la Nelly andaba contando por el barrio que
yo le pegaba y al pibe también. Mentira, una sola vez le pegué y al Yónatan era ella que lo
castigaba por cualquier pavada, decía que el pibe le tenía que salir derecho (Yo te voy a sacar
de adentro los vicio ‘e tu padre, te lo voy a reventar a golpe al diablo que te entró en el
cuerpo) y le daba duro con el rebenque; yo no me metía, esa son cuestione de las madre:
enseñarle a los chico, mandarlo al colegio…cuanto más la frenaba si se ponía muy brava
(Pará un poco, che, ¿no ves que le sacaste sangre, bestia? Perdonalo por esta vez, seguro

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que no lo va a hacer más.¿No es cierto, Yónatan, que no lo vas a hacer más? Andá, pedile
perdón a tu mamá…¿Qué van a decir los vecino, che? El pibe siempre está llorando a los
grito). Despué, cuando la conocí a Mariquita, me contó que en una de sus visita de asistente
social fue a mi casa porque al nene la Nelly primero lo había anotado en el colegio del barrio,
pero cambió de idea y se lo llevaba con ella a una escuela de La Plata, cerca ‘el hospital; en
casa no había nadie y los vecino le dijeron que éramo medio loco, que le pegábamo mucho al
nene, que acá pasaban cosa rara y que debía ser porque éramo testigo ‘e Jehová; ella no les
dio bola, me esplicó que en la escuela lo que les importa más es sacar de los registro a los
chico que no van y si van a otro colegio, chau picho, se lavan las mano, que se ocupe la otra
asistente. Allá en la de La Plata por suerte no hubo ningún problema con el Yónatan, nunca
vino la social a casa, en eso estuvo piola la Nelly:¿quién iba a venir con lo lejo que les
quedaba? Mejor, porque esas tipa se meten en todo, quieren saber de tu vida con pelo y
señale, te hacen mil pregunta, ¿qué carajo les importa a ella?, son cosa privada de uno. Me
contaron alguno ‘e mis amigo de la villa al lado ‘el arroyo que hasta preguntan de la vida
sesual, del parto…¡qué gana de andar hurguetiando! y a la final te mandan que lo llevés al
chico al dotor, al sicólogo, a la foniátrica y la mar en coche, que es como decirte que tu hijo
está loco o tarado y entonce tiene que ir a una escuela especial, que así las llaman a esas
escuela ‘e mobólico. ¿Qué sabrán ella…?

…………………………………..

- ¿Es que tú estás viendo lo que yo veo, Adela?


- ¿Qué pasa, Enrique?¿por qué tú te pones así, vale?
- ¿No es mi hermano Esteban el que está ahí, en el bar?
- Ah sí, es él, ¿le hacemos señas para que venga a nuestra mesa?
- No, aguarda…observa cómo lo mira el cantante.
- Se llama Eliazar y es muy bueno, por eso quise que me trajeras a esta disco, chico.
Hace tiempo que me provocaba escucharlo. Él y Esteban son muy amigos.
- ¿Tan amigos que le canta boleros a mi hermano, chica?
- Vé con calma, Enrique, ¿cuál es el embarque? Está cantando pa todo el mundo. No
eches a perder esta salida, vale. Hace tanto que no veníamos a un sitio como éste, mi
amor.
- Pero ese negrazo lo ve a mi hermano a los ojos y le canta “Bésame mucho”…¡No,
chica, no me lo voy a calar!

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- Agarra pausa, Enrique, no montes un parapeto por tan poca cosa.
- ¡Cónchale, Adela! ¿Tú le llamas poca cosa a enterarse que el hermano de uno es un
degenerado, chica?
- Déjalo tranquilo, ya vámonos, mi vida.
- De ninguna manera, antes Esteban me va a oír, vale.
- ¿Qué es lo que tú haces aquí, Esteban?¡Y con un zarcillo en la oreja! Y esas ropas
ridículas de afeminado…nunca soñé que a mi hermano lo vería tan cuchi.
- Son cosas mías en todo caso, Enrique. Termina con la reclamadera, chico, que ya no
soy un muchachito pa que tú me andes regañando.
- Pero yo soy tu hermano mayor y no vo’a permitir que vayas por ahí arrastrando MI
apellido por el lodo, ¿entiendes?
- Es MI vida y tengo derecho a hacer con ella lo que quiera, hermano.¿Por qué mejor
no te ocupas de la tuya?¿por qué no tratas de hacer feliz a tu mujer antes de que sea
demasiado tarde?
- ¿Qué es lo que tú estás diciendo?¿qué sabes tú…? Adela, ¿le has contado nuestras
intimidades a este mamarracho, a este disfraz?
- No te pongas bravo, Enrique. Cálmate, por favor. La gente nos mira.
- Tú siempre me has despreciado, Enrique, te crees una gran cosota, el tapón del
frasco. Y yo siempre tratando de contentarte. Pues se acabó, chico, ahora viviré mi
propia vida y si no te agrada como soy, es TU problema, hermanito.
- Okay, Esteban, tú haz lo que te dé la perra gana, pero pa mí has muerto. En MI
familia no hay pervertidos que andan por las discos seduciendo a los cantantes de
boleros, chico.

(Cortina musical)……………El amooorr no se puede deteneeerr………….

Se creen que saben todo porque estudiaron, como la Mariquita.Yo no estudié y sé mil vece
más, la esperiencia es lo que vale, yo me animo a hacer cualquier cosa y mejor que
cualquiera, si quiero puedo dibujar más lindo que esos amigo pintore que tiene ella, que serán
muy fino pero todos puto los amigo ‘e Mariquita. A mí me dan asco los homosesuale, está ese
Ernesto que ella le dice Ernestín y siempre me está haciendo ojo y largándome indireta, un
repunante, aunque no es malo, más bien un pobre tipo, lástima me da, pa colmo es más feo
(Yo no sé cómo podés ser amiga de esos tipo,¿qué les ves?)…porque a mí ella me desprecia,

110
me tiene de meno, el último orejón del tarro, los prefiere a ello que son culto, pero yo soy
MACHO, mil vece mejor que esos sorete, así se lo dije. Ella me retruca que le interesa más lo
que tiene la gente en el polo norte – que vendría a ser la cabeza – que lo que hace con el polo
sur – un decir las parte de abajo, los órgano sesuale. Yo no estoy de acuerdo con eso, para
algo hay moral, la Biblia cuenta lo que pasó en Sodoma y Gomorra – Sogoma y Godorra,
como decía el pobre González cuando iba a predicar por las casa, es más bruto, se le cruza
una palabra con otra –, si no sería pecado ser homosesual Jehová no los habría quemado,
todos enfermo son, enfermo ‘e la cabeza. El Ernestín me regaló los librito ‘e poesía que
escribió, ma qué poesía ni ocho cuarto, eso no son verso ni nada, no se va a comparar con el
Martín Fierro o con Alfonsina Estorni, eso eran poeta…y encima les escribe a los tipo, un
relajo. Yo, si quería escribir, las cosa que tendría pa contar de mi vida, me hago famoso
enseguidita, lástima los errore de ortografía, en eso siempre fui flojo en la escuela y mirá que
las maestra de ante se lo pasaban haciendo ditado – no como ahora que es un viva la pepa – y
había que repetir por lo meno diez vece cada palabra mal escrita, ¿y por qué una tienen que
escribirse con la ve corta y otra con la b larga?, nunca lo pude enteder, qué costumbre que no
me puedo acostumbrar, igual que el ruso Espasiú cuando le pedían plata pa una coleta y como
era un amarrete…

A mí la vida no me trató muy bien, tuve feas esperiencia, empezando por el viejo que vivía
jugando a las carta en el boliche, después volvía en pedo y sin guita y la fajaba a la vieja en
cuanto ella protestaba, una santa mamá, lo que aguantó no tiene nombre, solita pa criarnos a
los cinco, los más grande tuvimo que salir a laburar cuando a papá lo mataron en ese
entrevero entre conservadore y peronista, nunca se supo de dónde salió el tiro. Él era muy
conservador, si no estaba en el boliche estaba en el comité, y a vece pasaba día sin aparecer
por casa, la vieja nos mandaba a buscarlo y vivía reprochándole que perdía el tiempo en
pavada (Si harías pa tu familia los trabajo que hacés pal comité…). A cualquiera ‘e los viejo
‘e Bransen que le preguntés, te va a decir seguro que el Tano Zachetti era una eselente
persona, buen caráter, siempre de joda, un hombre de ley, sí, pero pa pagar las deuda ‘e juego
nos hacía faltar la comida a nosotro más de una vez, si no fuera porque la vieja criaba gallina,
pato y ganso y cosía p’afuera, teníamo que ir a pedir limosna; poco le gustaba el laburo a papá
– en eso nos parecemo –, él siempre esperaba que lo acomoden los conservadore (Si ganamo
en estas elecione me voy p’arriba, me prometieron el puesto de secretario del intendente.
Preparensén que nos vamo a vivir todo a La Plata, en una regia casa de dos piso ).¡Cómo
soñaba yo con esa casa!, la veía en mi cabeza: los balcone lleno ‘e malvone, las teja colorada

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y los postigo ‘e madera, como la ‘e los vasco Urdampilleta en la calle principal del pueblo,
parecida a ésa de los cuento que leíamo en la escuela los día ‘e lluvia que iban pocos chico, y
con caño pal agua…la de nosotro se venía abajo de vieja, había que salir al patio a bombiar el
agua y en invierno nos cagábamo ‘e frío, estábamo lleno ‘e sabañone: en las mano, en los pié,
en las oreja, cómo picaban a la noche cuando uno entraba en calor abajo ‘e las cobija, despué
se hacían lastimadura de tanto rascarse y se infestaban fiero…qué cosa, ahora ya no se ven los
sabañone, será porque hay estufa…y parece que hace meno frío, nada que ver con aquellas
mañana ‘e Bransen, toda escarcha, los pasto duro de la helada…y si nos daban gana de orinar
a la noche había que correr al fondo, a la letrina – el escusado le decíamo –, estaba oscuro
como boca ‘e lobo, a mí me daba un miedo, y asco también porque íbamo descalzo y muchas
vece pisábamo la caca ‘e las gallina y los pato, teníamo que refregarno bien los pié en el pasto
ante de acostarno de nuevo. Por eso algunas noche me orinaba en la cama y a la mañana
mamá tiraba la bronca (¡Chancho!¿No te da vergüenza, tan grandote y pishándote como un
bebito? Esta noche vas a dormir con las sábana pishada, pa que aprendas), la vieja chillaba
pero al final me las lavaba a las sábana, el problema era que teníamo poca y si no se secaban
en el día tenía que dormir arriba el colchón que estaba húmedo también, y qué olor había
juntado ese pobre colchón, ninguno de mis hermano quería apolillar conmigo, en eso salí
ganando: cama pa mí solo, dormía más cómodo que un duque.

…………………………………

- ¿Me quedo para ayudarte, chamita?


- No, gracias Ingrid, tú eres muy chévere pero este trabajo debo terminarlo sola, vale.
Márchate ya, ve a ponerte hermosa para tu cita con el galán de turno.
- Sí, por fin se ha decidido el jefe a invitarme a cenar
- ¿Y si su esposa se entera, chica?
- Yo no soy como tú, Aurorita, en amor todo se vale. Además sé de buena fuente que
entre el jefecito y su mujer ya no hay nada.
- ¿Y por qué no se divorcian pues?
- Ah, ella es de ésas que ni lavo ni presto la batea, chica.
- Ten cuidao, amiga, que si te arrimas a la candela te puedes achicharrar.
- Bueno, ésta que está aquí se va.¿No tendrás miedo tan solita en el edificio?
- No, chica, hay mucha seguridad y le he encomendado al guardia de abajo que no deje
entrar a nadie.

112
- Nos vemos mañana, chau.
- Okay, chau Ingrid.
(Cortina musical)………….Tooodo el mundo necesita amor…………….
- ¿Puedo pasar? Le traigo su pizza, señorita Mangano.
- Adelante…¡¡¡Rodrigo!!! ¿Qué haces tú aquí?¿cómo entraste? La seguridad…
- ¡Shhh! Soborné al empleado de la pizzería. Necesitaba verte, Aurora, ya no resisto
más.
- ¡Vete inmediatamente, vete, Rodrigo! No me obligues a llamar al guardia, a mí no me
provoca verte ni hablar contigo.
- ¿Estás segura?¿completamente segura? Veme a los ojos y repítelo.
- Aléjate, no quiero verte a los ojos…¿por qué eres tan cruel, Rodrigo? Sabes que lo
nuestro es imposible, tú eres un hombre casado, tu sitio está con tu mujer y tus hijos.
- Es que te necesito, Aurora, necesito que tú me ‘ames, que estemos juntos tú y yo…
- ¡Calla, me niego a escucharte!¡Sal de aquí, ya!
- ¿Y por qué no quieres oírme? Porque tú sientes lo mismo que yo, mi vida, porque te
convencería de mi amor, de mi pasión…
- Sí, tú eres mandadito hacer para eso, un piquito de oro, pero a mí no me vengas con
tu tiquititiqui, Rodrigo Encalada. ¡Yo no destruiré jamás un matrimonio!
- Oye, hablaré con Jimena, ella deberá comprender que ya no la ‘amo, que te ‘amo a ti.
- ¡No, no, Rodrigo! Detente, chico…aquí no, puede venir el guardia…
- ¡Sí, sí, Aurora! Déjate llevar por tus sentimientos, piensa que nos ‘amamos, más
nada, mi suavidad. No temas, estamos solos, también soborné al guardia. Mi vida, mi
amor, quiero que seas mía pa siempre…
- Tú estás loco, Rodrigo, déjame…vamos a la oficina del jefe, en la antesala hay un
diván.

(Cortina musical)…………El amooorr no se puede deteneeerr……………

La cuestión que al viejo lo mataron y ni la policía ni los del comité – los correligionario,
como se llamaban entre ello – ninguno movió un dedo pa descubrir quién fue, lo enterraron
con mucho discurso, mucha corona, y chau picho. ¿De qué justicia me hablan? La vida no es
como en las novela ‘e la televisión, que a la final los malo, los cagadore reciben su castigo,
van preso o por lo meno son desgraciado, por ejemplo la Madalena esa de la novela

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venezolana que mira mi hermana y que por ahi la veo un rato de puro aburrido cuando falto a
la fábrica, qué mala esa mujer, un verdadero diablo con pollera y la hija igualita, les interesa
nada más que la guita, aunque la hija es más bien zonza, hace todo lo que le dice la vieja y
despué se la pasa llorando…yo no puedo aguantar que las mujere lloren, enseguida se me
vienen las lágrima a mí también, tengo el corazón demasiado blando, la Nelly me cargaba,
que era un flojo, que guarde el lloriqueo pa los velorio decía, ella era dura pa eso, pocas vece
la vi lagrimiar…pero ésta de la novela, dale y dale con la lloradera – asi dicen ello, hablan
distinto que nosotros, medio parecido a los provinciano con un cantito y algunas palabra que
ni se entienden, la Nelly tenía mucha de allá de Tucumán, un suponer yiyampuca que es una
florcita colorada ‘el campo al tipo del rayito ‘e sol, y los venezolano te zampan a cada rato
chévere y cónchale, hasta la gente fina, lo que son las costumbre de cada lugar ¿no?, acá es
guarango andar conchiando adelante de los otro y meno en la televisión, hagamo eseción de
los pibe de ahora que tienen una boquita… No está mal la llorona, una rubia grandota, me
hace acordar a una yegua ‘e pelo clarito que tenía el alemán, y la vieja tampoco es un bagayo,
estaría buena pa invitarla a comer torta frita alguna tarde ‘e lluvia. Lo que tiene de fenómeno
la tele, que podés ver a los artista, ante por la radio te metían el perro. De chico a mí me
gustaba escuchar el radioteatro de Hétor Bate, éramo fanático ‘e radio El Pueblo, toda la
familia seguía la novela meno papá siempre en el boliche o en el comité; uno a la chica buena
se la imaginaba linda porque tenía la voz dulce, pero por ahi era al revés y la mala estaba
mejor, no se podía saber…únicamente si uno iba a verlo cuando la compañía venía al pueblo,
una vez por año, y atuaban en el cine Gran Res que se llenaba, yo nunca quise ir: tenía miedo
de desilusionarme, ¿pa qué?

Pa Mariquita yo soy un romántico en el fondo…y eso que no sabe que cuando recién la
conocí estuve enamorado de ella, ¡Dios mío, qué metejón que me agarré!, si ella me lo pedía
habría caminado con el lomo como en el tango de Rivero – qué genio Rivero, esos dicho que
tiene –, a la noche me escondía entre las achira ‘el baldío de al lado ‘e la casa de ella pa
espiarla cuando volvía del trabajo – siempre vuelve tarde pasada las dié, pero por ahi llegaba
después de medianoche –, yo me quedaba recostado mirando el cielo cubierto de estrella –
¿por qué será que acá tiene meno que en el campo abierto? – o a vece la luna llena, hasta que
escuchaba paso en la vereda o un auto que paraba, entonce espiaba por entre las hoja; casi
toda las noche venía caminando sola de la parada ‘el micro, otras noche alguno la traía en
auto, qué celo que me agarraban, sentía como una mano de fierro que me estrujaba el corazón,
y no era porque la veía besuquiarse o entrar con un tipo a la casa, ahí pude comprobar que es

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cierto que no tiene ningún macho – yo al principio no lo podía creer: una mujer pintona y
todavía en carrera, con ese pelo rubio y los ojo tan azule, y que no ande con nadie, eso no es
normal, quién sabe qué le habrá pasado –, me daban celo sólo de verla con otra persona
aunque sea una mujer. ¡Qué feo los celo!, cómo habrá sufrido la Nelly y yo no me daba
cuenta, pa mí era una pesada y como yo no la celaba a ella: gorda y bastante fiera, ¿qué otro
hombre se iba a fijar en ella…?, y mirá un poco las cosa: a la final me largó y ahora se casó
con uno de la misma religión, de los testigo ‘e Jehová, le vino bien que nosotros vivíamo
juntado sin casarno, yo me hacía el sordo por más que la Nelly insistía (¿Tanto te cuesta,
che?¿No pensás en el nene? Y despué decís que nos querés, salí de ahi. Vos sabés que la
religión nuestra no permite vivir así, es un pecado. Mirá que nos dieron un plazo p’arreglar
la situación, si no, no podemo seguir con ello), a esa altura los testigo le habían llenado bien
la cabeza; yo que sí, que vamo a ver, pero no me decidía, le tengo resistencia a los papele, te
atan.

Lo de Mariquita se me fue pasando, me dí cuenta que ella los desprecia a los tipo humilde,
prefiere a los inteletuale, a los que estudiaron o a los artista, ma de qué artista me habla por
favor, si esos cuadro que tiene en la casa cualquier burro los hace aunque no haya ido a la
escuela. Dejenmén de joder con Picaso, no sé cómo puede haber tarado que pagan millone por
los cuadro de él, una porquería son, pero el tipo te pinta una mina con dos narice y es una
maravilla porque la hizo el Picaso. En la escuela se los pasaban entre las maestra a los dibujo
mío y hasta a la dirección los llevaban…me acuerdo uno ‘e dos galgo corriendo atrás de una
liebre, se abrían y todo p’atajarla, claro, yo sabía un kilo de eso, si casi toda las tardecita
despué de laburar en lo ‘el alemán me iba de caza con los perro, los mejore momento del día
pa mí, volvía ya entrada la noche y nunca con las mano vacía…linda época, aunque de chico
no fui feliz tampoco…(¡Qué feo esos cuadro que pusiste en las parede! ¿A vos te gustan?
Qué cosa que no puedo aguantar, la fealdá, yo te podría hacer unos mucho más lindo. / Si los
colgué será porque me gustan ¿no?) Ella se ríe de lo que digo, se piensa que no sé nada ‘e
pintura y hablo al pedo, que no soy un artista como los que ella conoce, que soy un pobre tipo,
¿qué se cree, que todo lo de ella es lo mejor?, pero despué cuando se rompe algo me llama a
mí p’arreglarlo (Ay Alfonso, por favor, vos que sos tan hábil, que te das tanta idea…), ¿por
qué no llama a los inteletuale o a los artista?, y yo voy como un idiota y se lo arreglo, no sé lo
que haría sin mí, ni pagando conseguiría quien le haga esas cosa. Se cree que me paga
invitándome algunas vece a comer, pero yo llevo el vino y del bueno por más que no tenga
plata, a mí no me gusta quedar como un degraciado muerto de hambre que le hacen favore,

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seré pobre pero tengo dinidá; me revienta que no me invite con los amigo fino, a alguno ni los
conozco, un día se lo dije y me contestó que seguro me iba a aburrir porque ello hablan de
cosa y de persona que a mí no me interesan. ¿Y ella qué sabe? Yo me sé comportar con toda
clase ‘e gente, ¿o se piensa que soy una bestia?, a mí y al Pedro nos considera inferiore,
nosotro nos damo cuenta, eso es discriminación. Bah, que se los meta en el culo, a la final ni
los quiero conocer a esos sorete, deben ser igual que ese asqueroso del Ernestín, una manga
de degenerado, repunancia debería darle que la toque ese tipo, pero a él lo adora, andan a los
abrazo, a los beso todo el tiempo, y yo que soy bien macho no le puedo agarrar ni la mano,
puta que es rara esta Mariquita. Hay vece que me vienen unas gana de acariciarle la cabeza,
pero sin mala intención, se la ve tan sola, sin nadie que le dé una mano, aunque es una mujer
grande parece una nena…y a mí con lo que me gusta acariciar, siento como una necesidá en
las mano, ni siquiera lo tengo al pibe y además ahora el Yónatan ya está grande, dieciséis año
tiene, tampoco le podría hacer mucha caricia, cómo se pasó el tiempo, están allá en Tucumán,
hace tanto que no lo veo…bueno, la verdá que sólo venía a verme cuando necesitaba plata, a
mí no me quiere, la Nelly le llenó la cabeza seguro seguro, como si la estaría oyendo (Tu
padre es un haragán, un dejado, un vicioso, un putañero), y el pibe es muy religioso, hasta
comenta la Biblia adelante ‘e toda la congregación me contaron, es muy inteligente, no sé a
quién salió ese chico, lástima que dejó el secundario, no se puede con tantos cambio ‘e
domicilio, la Nelly se lo lleva a la rastra de un lado pa otro: primero se fueron de unos
pariente a la Capital, despué de otros a Quilme, despué de una hermana que vive en Ensenada
y a la final se volvió a Tucumán. La familia de ella la ayudó, pero la Nelly tiene ese caráter
podrido y al poco tiempo se pelea con todo, meno mal que lo conoció a ese hombre de la
comunidá ‘e los testigo de allá y se casaron, ahora están tranquilo ella y el Yónatan, y yo
también porque sé que no les falta nada; parece que el hombre es bueno, muy reto, así me dijo
el pibe la última vez que vino, y se puso a predicarme el mocoso, si será atrevido (Pero vos
tendrías que haberte casado con mamá, pa, era tu deber, tu obligación reparar el pecado que
hiciste contra Jehová. Lo dice la Biblia, pa. Vos tenés que cambiar de vida, si no Jehová te va
a castigar). La Mariquita dice que los testigo son fanático que le lavaron el cerebro, ella no
cree en nada, es media diabólica. La verdá que últimamente yo tampoco, cuando se ve cómo
anda el mundo y las cosa que pasan, uno se pregunta dónde está Dios o el Jehová ‘e los
testigo, pa mí que se está durmiendo una siesta bastante larga. Sin ir más lejo, ese guacho ‘e
Menem – que por desgracia lo voté, creía que iba a ser diferente, pasa que ya no se sabe a
quién votar en este país –, lo que le está haciendo a los jubilado y a todo los más pobre, nos
está reventando propiamente, hay un montón de viejito que se suicidaron de la desesperación

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y él tan pancho, dice que total quedan muchos habitante en la Argentina; si habría Dios de
alguna manera lo paraba: le mandaba a los militare, queseyó – que a la final estábamo mejor
con ello –, o alguna peste pa que se muera ‘e golpe, hay tanto que se quedan seco de un
infarto y éste tiene una salú ‘e fierro, juega al fulbo, al teni, maneja lancha ‘e carrera…y más
viejo que yo es el tipo, ahora se cortó las patilla y le hicieron algo pa taparle la pelada, un
tejido ‘e pelo oí decir, qué payaso, como si no habría problema en el país pa ocuparse de esas
pavada. Qué gilune los hombre que son pelado y tienen complejo como el petiso Merelli de
enfrente lo Mariquita, ella me contó que toda las noche se embadurna la cabeza con una
pomada y se pone un gorro pa no ensuciar la almuada, ¿tendrá la ilusión que le va a crecer el
pelo de nuevo?, está loco, a mí me lo dijo el dotor de entrada cuando fui a verlo porque de
joven ya se me empezaron a volar las chapa: que tenía que resinarme porque más tarde o más
temprano lo iba a perder al pelo, se ponga lo que se ponga dijo, eso es de familia y la prueba
que mi hermano también es pelado, igual al viejo salimo. Yo me resiné enseguida, pa qué iba
a gastar plata en remedio al pedo, pero mi hermano el Cholo no, se ponía de todo: que Pantén,
que Mongoaurelio, cosa nueva que salía él se la encajaba en el mate y a la final se quedó
pelado igual. Pa que vean que las cosa que manda Jehová hay que acetarla como vienen, está
en la Biblia.

…………………………………

- Yo ya no soporto más esto, Luis Fernando. Con la operación de Lupita estamos


p’adelante y p’atrás como Cantinflas, chico. Ahora resulta que la médula de Carlos
ya no sirve, se ha puesto mala, y todo por culpa de Magdalena y de tu chayota, esas
intrigantes que van a ir a parar a la última paila del infierno por malucas.
- Pues mira, no comprendo cómo Dulce María pudo hacerme eso, vale. Es Magdalena
la que imaginó todo y la convenció, ella es muy blanda.
- No me vengas con ese cantico, hombre. Todavía la defiendes.
- Pero no, Antonieta, si ya me salí de Dulce María. Cónchale, después de lo que pasó le
he cantado sus verdades, no quiero saber más nada de esa mujer, ella me engañó,
chica.
- ¿Y qué vamos a hacer ahora, Luis Fernando?¿dónde vamos a conseguir una médula
pa Lupita? ¡Mi hija se me muere, chico!
- Cálmate, mi amor, no llores así. Recuerda lo que nos dijo Enrique: nosotros podemos
salvarla…

117
- ¡Ay no! Apártate, Luis Fernando, ¿qué es lo que tú estás haciendo, chico?
- Abrazándote, Antonieta. Dime que no te gusta, dímelo…
- No…tú y yo estamos divorciados, es una locura.
- Ninguna locura, mi vida. Es nuestro deber, debemos tener otro muchachito para
salvar a Lupita.
- Luis Fenando…
- Antonieta, tú eres MI mujer, ¡la única!
- Pero yo no puedo tener otro hijo tuyo, ese muchachito crecería sin su padre, vale.
- Nos casaremos nuevamente, mi dulzura. Y seremos felices todos juntos como antes, ya
lo verás.
- Luis Ferna…

(Cortina musical)…………..El amooorr no se puede deteneeerr…………..

No es que crea todo lo que dicen los testigo, pero algunos de ello se pasaron año estudiando
la Biblia, así que los tipo deben saber, te demuestran que las profecía bíblica la mayoría se
cumplieron y ahora pronto se viene el fin del mundo, hay señale por todos lado. Me acuerdo
la discusión que se armó una noche en lo Mariquita con las cuestione ‘e la tranfusión de la
sangre y la evolución del Darwin ese, todo lo que estaban ahí creían en eso – y despué se
piensan que son inteligente – y todavía me querían convencer a mí, cualquier día, cómo se ve
que no conocen la Biblia; aunque la Mariquita sí la leyó, pa ella es un libro ‘e literatura igual
que el Don Quijote y nada más, dice cada cosa esa mujer, no respeta nada…a mí ni loco me
van a enchufar sangre de otro, prefiero morirme, la prueba que por algo lo prohibe la Biblia:
ahora vinieron todo esos mambo ‘el Sida, seguro que es un castigo ‘e Jehová, a la larga
siempre termina mal la cosa. Y que el hombre sale del mono es invento de un chiflado y más
chiflado todavía los que se lo creen, manga ‘e ridículo, ¿por qué entonce los mono no se
siguen haciendo hombre?, a nosotro nos hizo Jehová que fue el Creador de todo y bien
diferente del mono quiso que seamo; por ahi los primero no se llamaron Adán y Eva y los
hombre esistían de ante, pero fue más o meno como dice la Biblia que empezó la humanidá.
De toda las religiones que conozco – los católico, los evangelista, los mormone – a la final los
testigo son los que más me convencieron, fue la Nelly que me llevó a las reunione, ahí hablan
los anciano, te esplican la Biblia…y pensar que lo está haciendo el Yónatan, qué inteligente
salió ese pibe. Ello no tienen iglesia, se reúnen en los Salone del Reino, no te piden plata

118
como los otro, lo único si querés les comprás los libro religioso que son barato; yo dejé de ir
porque no me acetaban si no me casaba con la Nelly y además ella les había contado a los
anciano que yo andaba con otras mujere – mentira, en esa época sólo las miraba y mirar no
creo que sea pecado, si no estaríamos condenado todo los hombre, che –, la cosa que me
jodían a cada rato con los consejo, que tenía que cambiar pa ser dino de ello. Yo traté ‘e
cambiar, pero tanto no pude…y a la final la Nelly me largó, sus última palabra fueron pa
desear que me coman los piojo y ver cómo me quemo en el infierno, flor de despedida.
Bueno, los piojo todavía no me morfaron y de lo otro, vamo a ver…¿habrá infierno de vera?,
lo ‘e los diablo parece más bien p’asustar a los chico, pa mí que despué de muerto no hay más
nada, chau picho. Y es mejor, la ley pareja aunque sea una vez: que los gusano le toquen a
todo igual.

Otra regla ‘e los testigo que a mí no me va es la ‘e los símbolo patrio, que no hay que
saludarlo; al contrario, a la bandera argentina se la debe querer y respetar, yo soy bien
nacionalista, que no me vengan con esas remera escrita en inglés ¡qué asco! y esa música que
escuchan atualmente los jóvene, toda de afuera, que ya no saben lo que es un tango o una
chacarera y hasta se ríen de vos si les decís que te gusta la música argentina: sos un carcamán,
un antiguo, la adoran a la degenerada ‘e la Madonna que lo único que sabe hacer es mostrar el
culo y las teta como si tendría gran cosa, parece que esa loca sacó un libro lleno ‘e foto
chancha – “Seso” se llama, si puedo me lo compro –, así cualquiera se hace famoso, che. Yo,
si sería presidente, prohibiría la entrada al país de esas porquería porque las pueden agarrar
los chico y eso les hace daño, los degenera, igual que toda esas música ‘e rock, todo nacional
tendría que ser, por decreto. Y que no me vengan con esas mujere estranjera blanquita y rubia,
no dicen nada; si me dan a elegir prefiero a las morocha bien criolla. Si lo nuestro es mejor,
no tenemo nada que envidiarle a los de afuera, por eso estuve un tiempo con los Tacuara, pa
defender las cosa nuestra, hay que hacer patria…fue fenómeno el operativo ‘e las bomba en
el teatro aquel cuando iban a dar esa otra porquería ‘e “Jesucristo superestar”, parece mentira
que hasta con Cristo se la agarran, yo no soy religioso pero un poco ‘e respeto, che, con
algunas cosa no se juega…no, si ya es como decía Gardel: que la chiva hasta a Cristo se la
han afeitao ¡qué barbaridá!; a mí me habría gustado ir a poner las bomba pero no me dejaron,
sólo participé en los preparativo.

También me quería ir a las Malvina, ahí fue la Nelly que me paró en seco (¿Por qué mejor
no defendés a tu familia en vez de pensar en esas isla de mierda? Pa eso están los milico si
quieren jugar a la guerra. Nosotro te precisamo más acá), las mujere no entienden de esas

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cosa, lo único que piensan es en la casa, en los hijo y en coger, si la Nelly llegaba a saber que
yo andaba con los Tacuara, me mata; así que no me fui porque me amenazó que si me iba, a la
vuelta no los encontraba más ni a ella ni al Yónatan. Y a la final fue al pedo esa guerra, si los
gobierno que vinieron despué empezaron a regalarle la tierra nuestra a trochimoche a los
chileno, unos vivo que están siempre junando del lado ‘e nosotro a ver si nos pueden afanar
algún cacho, no los trago a los chileno, unos borracho y unos chorro son. Ante ‘e la Nelly
anduve con una chilena, como dos año estuvimo junto, vivíamo en la Capital en una piecita de
esos conventillo ‘e San Telmo, la Mirta…cómo chupaba esa mina, capaz de bajarse una
damajuana ella solita, yo también tomaba lindo en aquellos tiempo, empecé p’acompañarla…
cuando estaba en pedo le gustaba hacerme una cosa que ninguna otra me había hecho ni me
hizo despué: me la chupaba con un buche ‘e vino en la boca, era una especialidá chilena, la
mamada al tintillo le decía ella (Venga, Alfi, que su amorcito le va a hacer una mamada al
tintillo), todavía me acuerdo, qué loca, le gustaba la joda, quería que la lleve a las cantina ‘e la
Boca, al Piccolo navío, al Espadavecchia, toda tenían nombres italiano, seguro, si la Boca está
llena ‘e tano…a la final se piantó con otro tipo, un conocido de nosotro era, bien puta resultó,
no la ví nunca más a la Mirta. Yo si sería presidente, a los chileno los saco a todo cagando ‘e
la Argentina, les prohibo la entrada al país, si total nosotro los podemo, somo muchos más,
ello son cuatro gato loco y encima medio picado que andan siempre…

………………………………………..

- ¿Vas a trabajar mucho tiempo aún, mi amor?


- Un buen rato, Jimena. Mañana a primera hora tengo cita con un cliente y debo llevar
sin falta estos papeles al estudio. Vé a acostarte tú, no me esperes, vale.
- ¡Uf, qué seriote! Ya usted sabe, señor abogado, que a mí no me agrada que se traiga
trabajo del estudio pa la casa.
- Quita, chica, no seas pesada. Ya te he dicho que debo terminar.
- Ay, mi cielo,¿no te provoca jugar con tu mujercita que se ha comprado especialmente
para su maridito un deshabillé negro, todo transparente, superchévere…? Mírame
pues…
- No seas insistente, Jimena, ahorita no puedo.
- ¡Cónchale! Tú estás muy raro, Rodrigo, no eres el mismo de antes.¿Qué es lo que tú
me escondes, chico?¿hay otra mujer?
- ¿Pero qué dices…? ¡Tú estás loca!

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- No me evadas, no me saques el cuerpo,¡tú no me estás viendo directo a los ojos!
- Es que me siento confundido, chica. Justamente quería hablarte, Jimena: yo
necesitaría estar solo por un tiempo, para aclararme, ¿sabes?
- Tú lo que tienes es un asuntico escondido, a mí no me la pegas, vale.¿Es esa
reportera de la televisión que encontré hace poco en tu estudio?¿esa desvergonzada,
esa mujer liberada que anda diciendo a quien quiera oírla que fue violada por tres
hombres? ¡Dímelo pues, dímelo! Es ella ¿eh? Ya no me ‘amas…
- Agarra pausa, chica, los celos te hacen desvariar. Si te pido que nos separemos por
un tiempo es porque estoy confundido, más nada, para volver a estar claro. No hay
ninguna mujer, te lo juro, Jimena.
- No te creo, tú no quieres confesármelo pero yo lo voy a averiguar, ya lo verás.
- Pero…¿a dónde vas, chica, a estas horas de la noche? Te prohibo sacar el carro en
ese estado de nervios, ¿me oyes? ¡Jimena…!

(Cortina musical)….Llevo como una cruz clavada….en el corazóóón …..

La cuestión que a mí toda me dejan, ¿por qué será si en la cama las hago felice?, le suelo
comentar a Mariquita que algo malo debo tener y ella siempre me dice que soy muy buena
persona pero demasiado cabeza dura y bastante acomplejado (Vos pensás que sabés hacer
todo mejor que los demás, no hay obligación de saberlo todo. Cuando uno no sabe, pregunta,
averigua para aprender. Si no, es un necio. Yo también, cuando hago una traducción, si hay
palabras que no conozco, las busco en el diccionario). El otro día le gané una a ella que se
cree una autoridá en esas cuestione de estudio y muchas vece me corrige lo que digo, se ve
que es de vicio nomás; fue con lo ‘el pasmo, que eso cualquiera lo sabe que no se debe tomar
agua helada despué que uno jugó al fulbo o estuvo laburando al rayo ‘el sol porque te puede
agarrar un pasmo, te quedás pasmado y alguno hasta se han muerto, ella se rió como si yo
sería un bruto (Ay Alfonso, eso no existe ni en la realidad ni en el idioma), la estoy oyendo,
según ella pasmado quiere decir que uno está sorprendido, que se quedó con la boca abierta ‘e
la sorpresa. Y empezamo a discutir, que sí que no, porque yo no le aflojo ni tranco ‘e pollo,
aunque de esas cosa literaria no sé mucho, tampoco soy un burro; a la final me llamó cabezón
y lo buscó en el dicionario pa convencerme, y ahí me reí yo, cómo me carcajeé, cómo la gocé:
en el dicionario estaba clarito clarito que el pasmo es una enfermedá que viene de enfriarse ‘e
golpe, justo lo que yo decía, tuvo que reconocer que yo tenía razón, medio que no lo podía

121
creer. ¡Te jodí, señora Sabelotodo, maestra Ciruela! Y… los hombre somo superiore que las
mujere, no hay nada que hacerle…por más que se vengan ahora con lo ‘el feminismo, que son
toda unos marimacho y unas degenerada que se acuestan entre ella, una imundicia igual que
en Sodoma y Gomorra y va a acabar así: Jehová los va a esterminar pronto a los puto y a las
tortillera como aquella vez de la Biblia.Yo si soy presidente, los hago echar a patada del país
o si no, mejor los hago fusilar pa que no jodan más, pa que no den escándalo, Jesucristo dijo
que no se debe escandalizar a los niño, no hay que darle malas enseñanza y ésto te agarran un
pibe y te lo degeneran, te lo hacen como ello, le dan droga y listo; habría que ponerles una
piedra al cogote y tirarlos al río a todo junto. A los drogadito también, que no sirven pa una
mierda, no les tengo lástima. Sin ir más lejo esos sobrino mío, los hijo ‘e la prima Elena, que
le salieron torcido, dos por tre los tienen que internar pa la recuperación, ma qué recuperación
ni ocho cuarto, éso no se recuperan más, ya de chiquiline le afanaban a los padre pa
comprarse la papa, de más grande eran capace ‘e cualquier cosa, hasta preso estuvieron, más
disgusto…por suerte uno se les murió hace poco – el Flipi que le decían, por Felipe, era el
menor –, se le fue la mano y se inyetó de más. Así acaban y cuanto ante mejor, yo si soy el
padre se la daba yo mismo a la sobredosi, los hijo no tienen derecho a amargarle la vida a los
padre, despué que uno les dio la esistencia.

Igual que el Ernestín, lo que sufrirán los pobre viejo, ¡qué vergüenza tener un hijo así, mi
Dios!, yo me muero, o lo mato…meno mal que el Yónatan me salió bien hombrecito. Un día
le voy a dar una trompada al Ernestín, le rompo bien la jeta si no para de tirarse lance, la otra
vez me pidió que lo lleve a pasiar al campito de acá nomás de noche, a mirar las estrella
(Porque vos debés ser muy romántico, Alfonso, te gusta mirar las estrellas ¿no?), ma andá a
cagar, si me gusta no será con vos en todo caso, trolo ‘e mierda. Dime con quién andas y te
diré quién eres, todo los refrane son verdadero, es la ciencia popular, y si la Mariquita anda
con esos bicho por algo será, cuando el río suena…pa mí que es torti, con eso que no le
interesan más los hombre: más claro echale agua…pero ¿con quién andará?, en los año que la
conozco no le pude descubrir ningún fato, debe ser alguna de esas amiga que se va a visitar a
Buenos Aire y se queda a dormir, ahí debe pasar de todo, seguro. Se me representa la vez que
vi a dos tortillera en ación, era un pibe todavía y recién me avivaba que entre las mina podía
haber algo sesual; fue en la Barrera, ya no esiste más ese cabaré ‘e la estación de La Plata, qué
recuerdo fenómeno que tengo de aquella época: iba casi toda las noche y me gastaba en copa
y mujere lo que ganaba laburando en el frigorífico ‘e Berisso, la vieja pelaba la bronca me
acuerdo, todavía la oigo protestar (Vago, putañero, te vas a agarrar una pudrición con esas

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puta), y a la final me agarré nomás una enfermedá, estuve mese con la pija chorriando
porquería, las inyecione que me habrán puesto, tenía el culo lleno de aujero y puta que eran
dolorosa…pa colmo no se lo podía esconder a mamá que me lavaba los calzoncillo y me
remachaba el clavo hasta el cansancio (Viste, viste, yo te lo dije. Seguí así que vas a terminar
loco ‘e la cabeza y te van a salir los hijo mobólico). Y despué dicen que esas mujere están
controlada por médico, queseyó, alguno piensan que es más seguro ir con las puta que con las
otra.

La noche ‘e las torti nos habíamo quedado unos cuanto que a la final, de tanto ir al cabaré
nos hicimos amigote ‘el dueño; eran como las cuatro ‘e la matina, ya del domingo, y el
Panchito había cerrado pero nosotro – la barra – seguíamo meta güisqui con unas mina, que a
esa hora el Panchito ya las dejaba tomar, cuando va y se acerca él y les dice que nos muestren
lo que saben hacer, ella protestaron que estaban cansada ‘e tanto bailar haciendo estrití y
entonce él insistió (No, zorrita, me refiero a lo que hacen cuando están solita y en la cama.
¿No tienen gana de hacerlo ahora pa nosotros?), y va y le empieza a sobar las teta a una con
una mano y a la otra el culo con la otra, era un turro el Panchito, las manejaba como quería a
las mina ‘el boliche, se hacía respetar el hombre. A las dos – ni me acuerdo los nombre – les
entraron a brillar los ojito y ahi nomá se zamparon flor de beso ‘e lengua, una la agarró de la
mano a la otra y se fueron besuquiándose pal escenario que era una tarima; yo me quedé
helado, no me gustaban esas degeneracione y ya me estaba levantando pa irme al diablo, pero
el Panchito me apoyó la mano en el hombro y me hizo sentar de nuevo (Vichá, pibe,
aprovechá que es grati. No seas gil, te va a gustar. En la vida hay que ver de todo, che ), no
me las tomé pa no quedar propiamente como un forro, dirían ahora – los venezolano ‘e la
novela dicen gafo, cómo cambian algunas palabra con los tiempo y los paíse, hasta pa eso hay
moda, me cacho –, y si es por aprender, ¡uy, mi Dios!, aprendí un kilo esa noche…una de las
tipa la empezó a lamber toda a la otra que estaba parada y le sacó despacito el corpiño y la
bombacha ‘e la bikini ¡con los diente!, despué se le arrodilló adelante, le abrió las gamba y le
entró a chupar la concha – que esas mina que hacen estrití la tienen pelada, a mí me gusta
más con los pendejo bien tupido y negro –, las cosa que decía la otra, hay que ver parece
mentira, las misma que gritan cuando te las estás cogiendo (Metémela bien hasta el fondo…
Ay, cómo me hacés gozar…¡Dale, mierda, que estoy por acabar!), la cuestión que nosotro,
los de la barra, en vez de darnos asco la teníamo más dura que pan de hace diez día, a mí me
dolían las pelota de caliente que estaba – igual que ahora sólo de acordarme –, a la final me
fui en seco junto con la tipa que se la estaban chupando…despué la parada la levantó a la otra,

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le sacó también la ropa y se entraron a frotar las teta unas con otra agarrándose ‘el culo,
terminaron en el suelo y entonce el Panchito les alcanzó una cosa: era un cinturón que la más
grandota – una bien morocha, de eso me acuerdo, la otra era petisa y rubia osigenada – se lo
abrochó de espalda a nosotro mientra la ‘el piso se metía los dedo en la concha y despué se los
chupaba con unas gana…cuando se dio vuelta la ‘el cinto, ¡mamita, qué impresionante!, tenía
entre las pierna una poronga postiza ‘e treinta centímetro por lo meno, agarrada con correa y
bien parada (¿Te gusta, chiquita? Si sos buenita te la doy, es toda pa vos), la que estaba tirada
se puso ‘e rodilla y empezó a mamarle el coso ese ‘e goma o nosequé y también le metió tres
dedo en el culo, que de cuando en cuando se los sacaba y los chupaba mirándola fijo a la
negra que se pasaba la punta ‘e la lengua por los labio, a la final se tiró de nuevo al suelo bien
abierta ‘e gamba – yo nunca le había mirado tan bien adentro ‘e la concha a las mujere, ésta
apuntaba pal lado ‘e nosotro y justo le daba la luz de un refletor, medio violeta se veía,
brillosa de esa baba que les viene cuando están caliente y al borde ‘el aujero tienen como unos
labio más chico y todo arrugado –, entonce la grandota se la encajó de un golpe, no sé cómo la
petisa podía aguantar semejante chipote…mirá que hay mujere depravada, pior que los
hombre, estas dos loca chillaban del gusto. Pa coronar nos subimo todo al esenario y nos
cogimo a las torti; en eso siento una mano que me acaricia el traste, me doy vuelta y era el
Panchito, me enojé (Soltá, viejo, que no me gusta la carne ‘e chancho) y se quedó en el
molde, despué en el entrevero me pareció ver que se lo estaba serruchando uno ‘e la barra,
uno que le decían Tony y se las daba ‘e galán, tenía la voz igualita a Oscar Casco; yo le di con
tutti a la osigenada (Y…puta degenerada, no me digás que no te gusta más ésta de carne y
güeso…¿no es mejor un MACHO bien de vera?) y meta cachetada, de rabia que tenía aunque
la estaba gozando como nunca, creo que fue la mejor fifada ‘e mi vida, medio raro porque la
mina no se movía, no hacía nada pa esitarme, parecía una de esas muñeca inflable que se
venden ahora pa los pajero, únicamente me pidió bajito que acabe de una vez porque estaba
reventada y no daba más del sueño.

……………………………………….

- Antonieta, ahí está Magdalena Alfano que quiere verte.


- ¡¡¡Magdalena!!! Dile que no estoy, que he salido, Cartagena. ¡Qué audacia la de esa
mala pécora, venir a mi propia casa!
- Pero ella insiste, ha dicho que no se moverá hasta hablar contigo.

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- Pues me va a oír la bruja esa, vale……………..¿Qué es lo que tú haces aquí,
Magdalena?¿Cómo te atreves, después de lo que hicieron, tú y Dulce María?
- No te alteres, Antonieta, escúchame con calma que es por el bien de tu hija. Vengo a
proponerte un trato.
- No quiero tratos con ustedes, vale. Las dos se pudrirán en la cárcel por delincuentes.
- Deja las amenazas para otro momento y piensa en Lupita, chica. Será breve,
Antonieta: te ofrezco mi médula para el trasplante a cambio de la fortuna de Carlos.
- ¿Qué es lo que tú estás diciendo?¿te has vuelto loca…?
- Estoy más cuerda que nunca, chica. Aquí tengo el resultado de los análisis, puedes
verlo. Mi médula es compatible y sé que no han conseguido otro donante. Pero te la
daré solamente contra entrega de un documento donde me cedes todos los bienes de
mi cuñado, ¿okay?
- Eres repugnante, Magdalena.
- No me afectan tus insultos. Yo tengo las mejores cartas en este juego, así que decídete
pronto que la vida de tu Lupita corre peligro, chica, y no tengo todo el día para
esperarte,¿oyes?
- Ganaste.¿Qué no haría yo por salvar a mi muchachita? Yo tengo sentimientos, vale,
no soy un buitre como tú y Dulce María, que sólo se interesan por los reales, más
nada.
- Basta de filosofía barata,¿okay? vamos ya al estudio de Rodrigo Encalada, el
apoderado de Carlos, a concretar el negocio.

(Cortina musical)…………El amooorr no se puede deteneeerr………….

Pensar que a mí las mujere me gustan tanto y si sería por la primera vuelta debería tenerles
asco, qué feo que fue, esa hija ‘e puta abusó de mí, se aprovechó de un pibe, está mal, yo tenía
trece año, no pensaba más que en hacerme gomera y si el alemán me iba a prestar la escopeta
pa salir a cazar. Eso sí, me había desarrollado bárbaramente, medía como un metro setenta –
en mi familia somo todo alto –, fuerte y con bueno músculo pa los trabajo ‘el campo. Aquel
día se había ido el alemán con la señora y el cuñado a La Plata, iban a hacer alguno trámite y
la alemana aprovechaba pa comprarse pilcha y zapato, en la chacra se quedó sola doña
Frauérica, la hermana del patrón – miren el nombre que le fueron a poner, más difícil, esos
alemane tenían todo nombre raro: el dueño era don Fran, el marido de la Frauérica don Luvi y

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la patrona doña Fraugreche –, yo me acerqué a las casa ante de irme, p’avisarle (Doña
Frauérica, acá le traigo el tarro ‘e leche ‘el tambo y venía a decirle que ya me voy), la puerta
‘e la cocina estaba abierta y ella apareció con un batón de tualla y en chancleta, en la cabeza
tenía también una tualla, se ve que salía del baño, me acuerdo como si fuera ayer que bajé los
ojo porque se le veía la raya entre las teta y medio las pierna cuando caminaba, yo era muy
respetuoso con los mayore, así me había acostumbrado mi mamá (Vos tenés que ser
obediente, Fito, así ello te toman cariño. Nunca contestés mal ni pongás mala cara, todo “sí,
don Fran”, “muy bien, don Fran). La gringa se me acercó, olía a jabón Lus de tocador como
se bañaban las artista ‘el cine, agarró la leche, puso cara de asco y me dijo que estaba sucio,
que apestaba a posta – ello hablaban bastante mal, no le salía bien el castellano porque
entrecasa chamuyaban siempre en alemán, en vez de Fito pronunciaban Vito, en vez de bosta,
posta – y entonce, algo increíble, va y me invita a usar el baño de ello (¿Por qué no
aprofechás que está la pañadera todavía llena de agua calentita y perfumada? Total no hay
nadie. Date un puen paño por una fez, en tu casa fos no tenés agua corriente. Andá, andá) , a
mí me daba nosequé pero tampoco quería desairarla, la alemana me dio un empujoncito y
rumbió pal dormitorio. Me quedé solo en ese baño todo azulejado hasta el techo, todo celeste
era, no me voy a olvidar más, y el agua ‘e la bañadera largaba humito y ahí estaba la pastilla
‘e jabón Lus, el de las estrella, que te dejaba la piel – el cuti decían en la radio – bien lisito
como de seda, me saqué ligero la bombacha ‘e campo, la camisa sudada, la musculosa y el
calzoncillo y me metí adentro de esa agua hermosa, cuándo me iba dar yo un baño calentito
en mi casa, ni en sueño… de apurado me olvidé la boina, me metí con boina y todo. En eso
siento que se abre la puerta y entra la alemana (¿Estás pien? ¿No te valta nada? Pero no te
tapés así, Vito, no tengas fergüenza que yo puedo ser tu madre), empezó a reírse como una
loca cuando vio que tenía la boina puesta, hasta se le vieron alguno diente de oro de tanto que
abría la boca, me la sacó y me despeinó igual que mi vieja, entonce mi pelo estaba lleno de
rulo castaño clarito (Dejame que te enjapone la espalda, chiquito), yo me sentía remolesto,
todo colorado me puse (No, gracia, doña Frauérica, no se moleste. Yo soy grande, puedo
solo), me había metido la mano entre las pierna pa taparme, pensaba que la alemana quería
agarrarme de hijo, como ella no tenía ninguno... despué de la espalda siguió enjabonándome
el pecho, hasta ahí igual que a un nenito, pero la turra entró a bajar, me apartó la mano y
empezó a enjabonarme el pito (Dejá, pafote,¿no te gusta que te pañen así? Fas a quedar pien
limpito. Pero...¡cómo creciste, Vito! Fos ya podés andar con mujeres, ¿no andufiste con
ninguna todafía?/ No, doña Frauérica, mi mamá dice que todavía soy muy pichón pa esas
cosa), y mientras le contestaba me quería morir de la vergüenza, me veía la pija que se me

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estaba poniendo dura como me pasaba a vece sin saber por qué, pero ahora parecía enorme y
tan parada que sacaba la cabeza afuera ‘el agua, entonce casi me desmayo de la impresión: la
alemana mandó el batón al diablo, le vi las teta como ubre ‘e vaca y entre las pierna le
colgaban unos labio todo lleno ‘e pelo blanco – yo no sabía que los pendejo también se ponen
canoso – y se arrodilló al lado ‘e la bañadera, las teta se le metieron en el agua y me rozaban
las gamba mía, me agarró fuerte la pija y empezó a hablar con una voz ronca que no le
conocía (¡Qué pueno que estás, chiquito!), a mí me vino un sudor frío ‘el susto y ahí me
enteré que cuando uno está julepiado la de abajo no quiere lola, porque la mía quedó hecha un
trapito; la Frauérica se rió un poco, pero con dulzura (No tengas miedo, Vito. Fas a fer que lo
que harremos te fa a gustar mucho), enseguida me pescó la pija ‘e nuevo, se la zampó adentro
‘e la boca y la empezó a chupar igual que un chupetín, ¡qué cagazo que tenía yo!, un pavote,
claro, era la primera vez y no estaba preparado pa eso, me parecía que la gringa se iba a
morfar mi pito, se lo iba tragar y me quedaría capado pa toda la vida lo mismo que esos
hombre que contaba el tío Higinio – que habían quedado inservible por acostarse con la
Capadora, la viuda que vivía ante en el pueblo y tenía fama de capar en seco a los tipo de un
tirón en los cojone –, le suplicaba que me dejara ir y hacía fuerza pa salirme ‘e la bañadera,
pero ella me había puesto la otra mano en el pecho – que ni pelo tenía yo todavía – y no me
dejaba, ademá poco a poco se me iba el susto, me venía una cosa más bien linda, como unos
nervio pero que me gustaban bastante… cerré los ojo y cuando quise acordarme la alemana se
había subido arriba mío y mi pija se la metió adentro de esos labio que le colgaban entre las
gamba, yo sabía que era la concha ‘e las mujere, tan ganso no era y a cada rato veía a los
animale apariándose, pero todavía no se la había visto a ninguna en vivo y en direto, ni a mis
hermana…estaba bien calentito ahí adentro, era agradable…ella entró a gritar (Mofete un
poco, Vito, ¡famos, nene!), me agarró ‘e las nalga y me la levantaba como pa incrustarme
adentro de ella, a esa altura se había salido el tapón de la bañadera, estábamo en seco pero
refalábamo pa todo lado… de repente me vino una cosa, me quedé clavado adentro ‘e la
alemana y me parecía que me iba morir, como que se me iba toda la sangre pal cuerpo de ella,
me acuerdo que pensé que me moría y que no me importaba porque era fenómeno, no me
daba cuenta que era la leche que estaba largando, la primera acabada ‘e mi vida… la Frauérica
seguía gritando (¡Ay nene, cómo te la siento! ¿Te gusta? ¿Te gusta?), se movía a lo loco,
parecía que me estaba galopiando, yo me preguntaba si por ahi no le habían agarrado
convulsione igual que al pibe al lado ‘e mi casa que dos por tre se caía al suelo y daba vuelta
los ojo propiamente que si se le habría metido el diablo en el cuerpo, el aparato ya me dolía
un poco, hasta que pegó un chillido horrible y se quedó un ratito tranquila con los ojo cerrado.

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A la final se levantó, mi pija hizo floc cuando se salió de adentro de ella y todavía la tenía
parada, se dio vuelta pa ponerse el batón afuera ‘e la bañadera y le vi el culo blanco leche,
gordo y lleno ‘e pocito lo mismo que si habría tenido la viruela negra (Pueno, Vito, ahora
festite rápido y andate. Ni una palafra de lo que pasó acá, ¿entendés? Mirá que yo puedo ser
muy mala cuando quierro), y desapareció. Por mí, ni me lo tenía que decir, si me daba un
calor...si mi vieja se llegaba enterar, me mataba a palo, y el alemán no te digo nada, meno mal
que nunca nadie se avivó ‘el asunto. Desde ese día traté de no ir a las casa, la leche la dejaba
en el patio, golpiaba y me iba corriendo. A la Frauérica la vi de lejo algunas vece, al poco
tiempo se fueron con el marido a Europa y no volvieron más por suerte, se quedaron en
Alemania, que ello siempre decían que todo lo de allá es mejor. A mí, como quien dice, se me
volvió la sangre al cuerpo, pero la cuestión que desde entonce la que te dije se me paraba a
cada rato, cuando veía una mujer que estaba masomeno buena – que ante ni me fijaba – paf, al
palo y un dolor en los huevo... sobre todo me gustaban las más grande que yo; no me olvido la
vez que me pasó con doña Fraugreche que se había puesto unos pantaloncito corto – chore le
decían – y una blusa escotada porque hacía un calor bárbaro, yo le estaba ayudando en la
quinta y cuando la alemana se agachaba, se le bajaba el escote y yo me hacía la fiesta, al ratito
tenía un bulto que se veía de una legua, así que le di un pretesto y me fui pal lado ‘el tambo.
Al principio me la apretaba bien fuerte pa que se baje, era fulero porque dolía, despué me di
cuenta que era preferible acariciarla despacito así largaba la leche enseguida y volvía a estar
como ante…las primera vuelta medio me daba miedo esa baba que me salía de adentro,
¿estaría enfermo?, no me animaba a decirle nada a mamá, al viejo meno, si no estaba nunca…
hasta que un primo mío más grande me empezó a contar de las tipa ‘el pueblo con las que
andaba y todo lo que hacían con lujo ‘e detalle, pensando que yo era un nabo que todavía no
le había visto la cara a Dios, como quien dice…ahí recién me desayuné que esa baba es la
leche ‘e los hombre adonde están los espermatozoide que las dejan preñada a las mujere, el
Sebastián me contó que hay alguna que te chupan la pija y cuando les acabás adentro ‘e la
boca, se tragan la lechita (Vos siempre tenés que pedirle que te la mamen, vas a ver qué
fenómeno. Y también es lindo chupársela a ella, la mineta se llama eso, la concha ‘e la mujer
tiene bastante olor, como a pescado ¿sabés?, pero a mí me gusta y las mina se vuelven loca).

Lo que es si el alemán me llegaba a ver cuando me esité con la señora…con ése no se


jugaba, era bravo el hombre, reto eso sí, pero esigente al mango. Yo en la chacra tenía que
hacer de todo, según como venía la mano: ordeñar, alambrar, juntar los animale…él me
enseñó y si hoy me doy maña pa cualquier cosa se lo debo al alemán – ¿será porque laburé

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tanto ‘e chico que ahora el trabajo me gusta igual que al perro la cebolla? –, me levantaba a
las cinco ‘e la mañana, invierno y verano, y ahí no había domingo ni feriado, cuanto más me
dejaba ir al mediodía. Lo que me quedó es el amor por el campo, por esa vida más sana, meno
esigida que en las ciudade, hay meno competencia, meno envidia me parece; se labura fuerte,
sí, pero es otra cosa…A la final le tomé afeto al alemán, lo veía medio como un padre, me
pasaba el día en la chacra, me daban de comer y todo, lo respetaba mucho a don Fran y
todavía lo recuerdo con cariño, aunque no me aflojaba ni tranco ‘e pollo…grandote y rubio
era, bien alemanote, le mandaban pinturita ‘e las buena de Alemania – las Faber – pa los hijo
y un día me regaló una caja ‘e veinticuatro a mí, qué hermosa que eran, había como cuatro de
cada color del más claro al más oscuro, nunca me voy a olvidar de esas pinturita…aunque no
fuera a dibujar me gustaba abrir la caja y quedarme mirándola un ratito lo mismo que un
tesoro…el hijo de él se ponía rabioso porque a mí me salían mejore dibujo. ¿Qué habrá sido
del alemán…? más de cuarenta año pasaron…capaz que se murió igual que mamá,
pobrecita…yo fui el que más sufrió con la muerte ‘e la vieja, tenía cerca ‘e noventa año, pero
igualmente yo no estaba preparado pa perderla, lloré tanto, no me podía consolar, másimo que
lloro con facilidá así que ahí con más razón…qué cosa, la madre es la madre, no hay nada
que hacerle, uno no quiere que se muera nunca…a la final, los último día, la pobre nos
hablaba ‘e cosa que le habían pasado ‘e chica como si las estaría viviendo propiamente, un
suponer que iba a tapar a los pollito recién nacido pa que no tuvieran frío cuando la clueca se
levantaba a comer, o nombraba a gente que no conocíamo como si serían conocido nuestro de
mucho tiempo, parece que nos confundía con otro, nosotro le decíamo todo que sí pa dejarla
contenta, pobre vieja; por ahi era media rara: de chico no tenía miedo que nos vayamo a
laburar ante ‘el amanecer – de noche en invierno – o que volvamo tarde, a cualquier hora – y
había vece que mi hermano ni volvía a dormir –, pero siempre nos recomendaba que no nos
acerquemo a los croto, a los linyera, que había que tener cuidado porque eran mala fariña.
Había mucho en Bransen, venían en los trene ‘e carga y a los poco día se tomaban el piro; uno
solía verlos, sentado a la sombra ‘e un árbol, matiando con dos lata: una ‘e durazno pa
calentar el agua arriba el fueguito y una más chica ‘e conserva pal mate; o cuando iban a pedir
de comer a la chacra, yo no les tenía miedo, a vece me acercaba y me ponía a matiar con ello,
contaban cosa de otros lugare adonde habían estado y a mí se me representaba una vida llena
de aventura, como en esos libro ‘e la biblioteca escolar que la maestra nos leía los día ‘e
lluvia, por eso no quería faltar nunca a la escuela, me acuerdo uno de lindo…creo que se
llamaba El libro de la selva. Cómo me habría gustado irme de croto…ello no laburaban,
hacían lo que querían y encima conocían otras parte ‘e la Argentina, y de hambre no se

129
morían los tipo. ¿Qué los llevará a hacerse croto…? todavía ahora pienso que esa vida es
mejor que la de nosotro: sin preocupacione, sin responsabilidá, nadie te esige nada; pero
nunca me animé, pensaba en la vieja que se pondría tan triste, quién le ayudaría al alemán y
todo eso…capaz que todavía algún día termino ‘e linyera, quién sabe…¿sería ése el peligro al
que mamá le tenía tanto miedo, esa atración que tienen pa que uno los siga?

……………………………….

- ¿Puedo hablarte, Puchi?


- Ya te dije mil veces que no me agrada que me llames Puchi, Dulce María. Ahorita
estaba saliendo.¿Qué es lo que tú quieres, chica?¿qué nuevas maramusias están
combinando tú y Magdalena? Sabes muy bien que no quiero más nada contigo, vale.
- Pero, Luis Fernando, yo venía a darte una noticia importante…
- ¿Sí? Dejemos la conversadera para otro día que llevo mucha prisa.
- Cónchale, cómo eres conmigo, Puchi…
- ¡No me digas Puchi!
- Bueno, Luis Fernando… pero óyeme por favor.
- ¿Qué es lo que tú me tienes que decir todavía, Dulce María?¿más mentiras?
- No, mi amor, ya te expliqué que yo no sabía nada de la médula del tío Carlos, fue
mamá la que imaginó todo, yo quería devolverla, te lo juro.
- No te creo un carrizo, chica, tú eres más falsa que dólar de 500.
- Dejemos eso ahorita, Puchi. Tengo una noticia muy chévere, algo que te va a
contentar mucho, vale.
- Apártate, Dulce María…estamos en el apartamento de mi papá, no lo olvides. Y
últimadamente, nada de lo que puedas decirme me interesa ya. Vete por favor.
- ¿No te interesa saber que voy a tener un Puchito?
- ¿¿¿Qué???
- Sí, Luis Fernando, estoy embarazada.
- Pero…¿tú estás segura, chica?
- Segurísima, acaba de decírmelo Alejandro, mi médico.
- No puede ser…¡cónchale!
- ¿Qué es lo que a ti te pasa, vale?¿no te hace feliz como a mí, mi amor?
- Claro, claro, Dulce María.

130
- Dime que ahora te casarás conmigo, Luis Fernando, ahora que voy a tener un hijo
tuyo, un Puchito de los dos, un muchachito que cuidaremos juntos. ¡Dímelo, dímelo
pues!
- Seguro, es mi deber, chica. Yo soy un hombre de honor, nadie podrá decir nunca que
Luis Fernando Arizmendi dejó un hijo abandonado, pero que quede bien claro, vale:
lo haré solamente por ese niño,¿entiendes?

(Cortina musical)…………El amooorr no se puede deteneeerr…………..

Flor de porquería la Frauérica, ojalá que se pudra en el infierno si esiste, me hizo venir las
gana ‘e las mujere ante ‘el tiempo, no tenía coraje de acercarme a ella, chico y tímido que era,
si todavía iba a la primaria, estaba en quinto. Mis compañero eran casi todo más chico, pasa
que yo había repetido dos grado, bastante burro fui meno pal dibujo, ya tenía una sombra
arriba ‘el labio y los otro me cargaban (A Zachetti le salió el bigote, pronto lo llaman pa la
colimba), me daba una vergüenza…más que ninguno me jorobaba la renguita Salisky me
acuerdo, linda la mocosa y vivaracha, de simpática…la peinaban con unas trenza en corona y
pa los día de fiesta, cuando había ato escolar, la madre le soltaba el pelo que le caía hasta la
cintura, rubio y todo ondulado…yo me quedaba embobado mirándola, ni me acordaba que era
renga y la dejaba hacerme cualquier cosa: me tomaba el pelo, me pellizcaba, me escribía
bigotudo en el pupitre, me escondía la goma y un día hasta me rompió un dibujo, esa vuelta se
me saltaron las lágrima ‘e la pena que me dio, entonce la maestra la mandó a sentarse
conmigo para que aprenda a ser mejor compañera. Y fue santo remedio, quién lo iba a pensar:
empezó a ayudarme con los debere, me esplicaba lo que yo no entendía ‘e matemática que
casi nunca me salían los problema, ella era muy inteligente, tenía todo Muy bien 10 y
Eselente en el cuaderno. Qué macana que no me puedo acordar el nombre ‘e esa nena, pensar
que estuve tan enamorado y sólo me quedó el apellido, me parece que tenía un sobrenombre,
Peti o Miti, algo así…cómo me latía el corazón de fuerte cuando ella me tocaba la mano o si
pensaba en ella…pero jamás tuve ereción, qué curioso, con Salisky no, era diferente: un amor
romántico, me habría gustado acariciarle el pelo en vez de tirarle ‘e las trenza, o darle un beso
en el cachete, o cargarla en los brazo, cosas así…ahora estará casada, con hijo…¿se acordará
alguna vez de mí?¿se habrá dado cuenta de cuánto la quería yo?

Pero el deseo sesual ya lo tenía clavado como un aguijón, había vece que me venía una
desesperación…todo el tiempo con la pija parada, un día hasta llegué a agarrar a una gallina

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de loco que estaba – me da calor acordarme –, una colorada que andaba por el campo atrá ‘e
mi casa, era ‘e nosotro; yo estaba buscando los nido pa juntar los güevo y hacía rato que la
sentía dura, entonce sin pensarlo la chapé a la colorada que picotiaba por ahi tranquila, me
senté contra un árbol, me desabroché la bombacha y se la metí hasta las bola, ¡qué alivio, mi
Dios!, el culo ‘e la gallina era más bien chico – no como la concha ‘e la alemana –, igual que
tenerla adentro de un guante ‘e seda bien tibio y bien apretadito, y cuando la movía a la
colorada me hacía llorar pero de gusto…y lo mejor, que no tenía miedo porque yo era el
dueño ‘e la gallina y podía hacerle lo que quería (Tomá, tomá, hija ‘e puta, te voy a
reventar…¿Querías coger, putita? Tomá…gozala…sentímela bien…¿ves qué buena que la
tengo?). Despué que acabé, cuando aflojé las mano y la colorada se cayó al suelo y se quedó
quieta, recién me di cuenta que en la esitación le había retorcido el cogote a la pobre, seguro
pa que no cacaree, por ahi se venía mi vieja al escucharla porque estábamo bastante cerca ‘e
las casa. La fui a tirar más lejo entre los yuyo, adonde mamá no la podía encontrar.

Pasaron año ante de meterme de vera con una mujer y de nuevo me fue mal, ¡pucha que
tengo mala pata con el seso femenino!, parece que estaría enyetado y sin embargo tan feo no
soy, sacando la napia y la pelada, y en esa época todavía tenía pelo. También, justo me voy a
meter con la Delia, la hija ‘el dotor Reboredo, uno de los más rico ‘el pueblo, con un chalé
igual o mejor que el de los vasco, un auto último modelo, campo, y andaba en la política, el
candidato ‘e los conservadore era, un capo el hombre. Pero fue la Delia la que me enganchó a
mí, yo no me habría animado nunca si ella no me daba calce. Les llevaba la leche por la
puerta de atrá y algunas vece me la recibía ella, cuando la sirvienta estaba ocupada; nos
conocíamo de chico y yo la encontraba más bien antipática, nariz p’arriba como toda las del
Clú Social, aunque era bonita la piba – eso no se le podía quitar –, medio se parecía a la
Aurora ‘e la novela venezolana, la menor de las tres hermana, ésa que la violan tres pendejo,
¿y qué quería? si andaba sola en un auto a la madrugada, ésa buscaba guerra, que no me
digan…así, con el pelo bien negro y enrulado, bocona, unas gamba larga, así era la Delia,
pero a mí ni fu ni fa. Y va ella y empieza a hacerse la simpática, a pararme un rato charlando
de las cosa ‘el pueblo (¿Así que vos siempre andás a caballo a la tardecita, Fito? A mí me
encanta salir a galopear a esa hora y volver con las primeras estrellas, ¿a vos no? Un día
podríamos ir los dos). Al atardecer yo le juntaba las oveja al alemán pa meterla en el corral,
pero si le pedía prestada la yegua un rato más con algún pretesto, seguro que me la iba a dar,
era un buen tipo. Y empezamo a andar junto, a afilar como se decía entonce… nadie tenía que
enterarse, los padre de ella meno porque eran muy estrito con la moral de la hija, nos

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encontrábamo a escondida lejo ‘el pueblo, en un camino ‘e tierra que nunca pasaba nadie a
esa hora…galope va, galope viene, charlita de aquí, charlita de allá, a la final terminamo
cogiendo en el montecito arriba ‘e un colchón de hoja ‘e pino, todavía oigo el crujido cuando
nos movíamo. Hasta ahí yo la había respetado, no me le animaba, era muy tímido con las
mujere, muy paisano, másime que ella estudiaba ‘e maestra con las monja, hablaba bien y se
vestía de lo mejor con esos pantalone del Clú Hípico y una bota ‘e montar que debían costar
una millonada, hasta unos guante ‘e cuero se ponía (Para no arruinarme las manos, ¿sabés,
Fito?), sólo le faltaba la galerita pa estar igual que en esos cuadro inglese que van a cazar
zorro con un montón de perro. ¿Qué me iba a largar lance yo con mi humilde bombacha
bataraza, mis alpargata – aunque me había comprado un par nuevo pa salir con ella –, mi
camisa Ombú y mi pañuelito al cuello…? Pero la Delia esa vuelta me agarró una mano – nos
habíamo sentado en un tronco caído a conversar un cacho – y me dijo mirándome fijo a los
ojo que tenía mano muy fuerte y despué me tocó el músculo ‘el brazo y me desafió a
levantarla (¡Mirá qué músculos! ¿A ver si me podés levantar? A que no, te juego cualquier
cosa./ Te levanto como una pluma, ¿qué apostamo?/ Un beso, ¿qué te parece?¿te gustaría?),
primero nos reímo los dos, despué nos miramo: ella se puso colorada y a mí me entró a latir el
corazón igual que un tambor que lo tendría en las oreja, sentía que la cara me quemaba
(¿Cómo no me va a gustar un beso tuyo, Delia? Si sos la chica más linda ‘el pueblo?/ Salí, no
digas macanas…); entonce, cuando ella se dio vuelta p’agarrar una ramita seca, yo junté
coraje y le dije que pa mí era la más hermosa porque estaba enamorado de ella, ahi nomás la
levanté en mis brazo y le pedí el beso prometido…el corazón de ella latía igual de fuerte que
el mío, cerró los ojo y me acercó la boca…yo primero le rocé los labio con los mío haciendo
ese ruidito ‘e los beso en el cachete, despué empezamo a frotarno más fuerte una boca con la
otra, la Delia abrió la de ella y me salió natural de meterle la lengua adentro como me había
hecho la Frauérica y que no me gustaba gran cosa, pero con la Delia sí que me gustó, al
principio sólo le metí la punta y le tocaba la de ella y los diente moviéndola despacito, despué
ella abría más y más grande y yo le mandaba la lengua más y más hasta el fondo, la de ella se
entró también en mi boca, era igual que una lucha ‘e espada y nos chupábamo la saliva uno ‘el
otro, nos había agarrado como una locura a los do. Sin darme cuenta la había bajado al suelo y
la había recostado contra un pino, le sentía los pecho duro, dos limoncito, le entré a acariciar
uno y la otra mano se la metí entre las pierna, tenía el pantalón todo húmedo ahí y de caliente
estaba, un fuego, entonce le apoyé mi bulto que parecía querer reventarme la bombacha de tan
duro, la Delia suspiraba y se refregaba contra mí, no parábamo de besarno. No sé cómo de
repente estábamo tirado en el suelo y yo le había bajado el pantalón y le desabotoné toda la

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camisa, el corpiño se lo había levantado sin desabrocharlo p’hacer más rápido y le estaba
chupando las tetita, primero una y despué la otra, mientra me abría la bragueta, más difícil, en
el apuro no encontraba los botone, pa qué tanto y tan chico, carajo…la Delia me acariciaba el
pecho abajo ‘e la camisa y decía ¡Ay Fito, cómo te quiero! Haceme despacio, que no me
duela por favor…ahí me avivé que era virgo y me dio un poco ‘e pavura, ¿cómo habría que
hacer?, pero ella misma me agarró la pija y me la guió hasta la entrada ‘e la cuevita de ella,
bien negra y chiquita, se veía puro pelo – ni parecida a la de la alemana –, no pude pensar en
más nada y se la metí toda de un saque, la Delia se arquió y pegó un grito, sentí que le corría
una cosa caliente entre las pierna…pero yo no podía parar, la había agarrado ‘e las cadera, se
la sacaba y se la ponía como un pistón, la punta ‘e la verga la tenía colorada ‘e la sangre…por
suerte pa la pobre Delia acabé enseguida, ella no pudo del dolor esa primera vez , me quedé
medio asustado (¿Y ahora qué vas a hacer?/ No es nada, no te preocupes, ya no me duele), le
di el pañuelo que la vieja me ponía siempre en un bolsillo y ella se lo puso ahí bien doblado,
despué la bombacha blanca llena ‘e puntilla que hacía juego con el corpiño, nunca me voy a
olvidar. Las vece que nos habremo revolcado en el monte…me gustaría volver a ver ese lugar,
justo ése donde hacíamo el amor…

Hasta que todo se fue a los caño, nos cayó un rayo en la cabeza, porque la Delia quedó
preñada – claro, si no nos cuidábamo, qué sabíamo de eso, era la fija que iba a pasar –,
estábamo como chancho cuando escucha el trueno, muy asustado, no sabíamo pa donde
patiar, sin poder contarle a alguno con más esperiencia; a la final yo se lo iba a decir a mi
primo el Sebastián pa pedirle un consejo y en eso la Delia deja de salir con el caballo y no la
veo más. Seguía yendo solo al montecito y me revolcaba llorando entre las hoja ‘e pino, en la
casa ‘el dotor la leche me la recibía siempre la sirvienta, no me animaba a preguntarle por
Delia, habría resultado sospechoso; días y día así, sufriendo a lo bestia, había momento que
me parecía que todo fue un sueño y otro que se me representaban los detalle bien reale de
nuestro amor, otra que sueño, porque ella era fogosa, se me prendía como garrapata apenita la
bajaba ‘el caballo y ahi nos trenzábamo, junto fuimo aprendiendo las cosa ‘el seso con
dulzura, con cariño, estábamo muy enamorado, cuando no nos veíamo un día – que ella iba a
La Plata con la familia o que llovía – nos venía una desesperación, al otro día nos comíamo a
beso. Linda época fue, la mejor de mi vida, yo andaba como en el aire, en las casa me
cargaban (¿Qué te pasa a vos que tenés esa cara ‘e gato que se comió la crema?/ Si llega a
pasar el pavero, a éste se lo lleva seguro). Y cuando le estaba tomando el gusto a la felicidá,
va y se pudre todo… tenía la impresión que la cabeza me iba a esplotar de tantas cosa que

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pensaba, dale y dale sin parar: la Delia ya se olvidó de vos, si sos un pobre tipo, un paisanito
rotoso pa ella…la Delia nunca me quiso, se burlaba de mí…¿y si me metía los cuerno y el
hijo es de otro…? cualquiera se la pudo haber voltiado lo mismo que yo, con más razón un
pituco como ella…y le pasaba lista a los tirifilo ‘el Social y el Hípico, a los hijo ‘e los amigo
‘el dotor: ¿será éste?¿será aquél?...¡qué gana de prenderle fuego al clú una noche ‘e baile así
se achicharraban todo junto! A la semana más o meno encontré una carta escondida entre la
pinocha, era de ella: Amor mío del alma: Mis padres se enteraron porque tuve una
descompostura, papá me revisó y se dio cuenta enseguida. Están todos furiosos conmigo.
Papá y mis hermanos juran que van a matar al que lo hizo. Por eso yo no digo tu nombre por
nada del mundo, para salvarte, adorado de mi corazón. Te quiero, te quiero con locura y
hasta la muerte. Rompé esta carta, por las dudas que otro la encuentre, no la firmo. Testuale
palabra, como si la estaría leyendo en este mismo momento. Pensar que la Delia sufría y yo
no podía hacer nada, y encima la había juzgado mal. ¿Y si corría a lo el dotor, le confesaba
todo y le decía que quería casarme con ella, que si él me acetaba, yo…?

Pero no tuve tiempo porque me vinieron a buscar pa meterme preso, la vieja no lo podía
creer (Averiguacione, doña./ Pero si el Fito es muy bueno, no mata ni una mosca…
preguntenlén al alemán, don Fran les va a decir) y ahi se quedó llorando, yo pensé resinado
que la Delia habría hablado y como el dotor era amigote ‘el comisario…estaban los do en la
Diretiva ‘el Rotary Clú adonde llegan sólo los más capo ‘el pueblo. En la comisería me
repetían lo mismo horas y hora pegándome flor de bife de cuando en cuando, cosa ‘e no
perder la mano (Hablá, pendejo, va a ser mejor pa vos. Mirá que la policía tiene muchas
manera de hacer cantar a los mudo. Vos te la violaste a la hija ‘el dotor y le llenaste la
canasta,¿no, guacho? Pero miren la facha ‘el galán, animarse con la hija ‘e Reboredo…¿no
te miraste en el espejo, piojo resucitao? Cantá pronto, no me hagás perder el tiempo al
pedo, que hay gente que te ha visto correrla con el caballo pal lau ‘el montecito. Tenemo
testigo aunque ella no quiera acusarte), generalmente era el sucomisario pero a vece lo
relevaba el oficial Leiva, uno que solía jugar a las carta con mi viejo en el boliche. Yo, una
tumba: despué que me enteré que la Delia no había hablado, no podía ser meno, tenía que
portarme como un macho…aunque lo que decían de la violación me daba miedo, por esos
fato te meten preso, unos cuantos año a la sombra te pasás y pensaba adentro mío por qué la
Delia mejor no habla y les dice que no la violé, que ella también quiso porque estamo
enamorado, mientra el sucomisario me cachetiaba ‘e lo lindo en el calabozo. A la final no
aguanté más y me puse a gritar medio lloriquiando que no la había violado, hay que ver que

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yo tenía nada más que diecisiete año…más tarde supe que la policía no tiene derecho de
arrestar a un menor tanto tiempo – más de una semana me tuvieron en el calabozo – pero
como uno era tan bruto y ello los dueño ‘el pueblo, andá a quejarte a Magoya. La vieja me
traía la comida todo los día y no paraba de llorar, partía el alma (¿Qué hiciste, Fito? Pediles
perdón, deciles que estás arrepentido, que no lo vas a hacer más, así te largan).

El comisario terminó cansándose ‘e la situación: que tenía las pelotas llenas, dijo, y que me
iba a hacer cantar por más machito que me crea; y ahi nomá vino uno que me encajó una
inyeción en el brazo y me dormí. Parece que dormido hablé hasta por los codo, la droga ‘e la
verdá se llama lo que me dieron, es la misma anestesia que te enchufan cuando te operan, al
tiempo me operaron de la úlcera y también hablé mucho dormido – me lo contaron las
enfermera –, putiaba a lo loco, me dio una vergüenza…la cuestión que al otro día se apareció
el padre ‘e la Delia: el dotor era un hombre grandote, gordo, que andaba siempre con un saco
‘e médico – de éso de género ‘e guardapolvo –, te miraba fijo con los ojo negro abajo de unas
ceja bien tupida que te venía miedo, un bicho que no era de arriar con la rienda al decir de
Martín Fierro. Yo nunca había hablado con él, me insultó de entrada y me arrimó un
castañazo que me mandó a la lona y de postre una patada en los huevo que me dejó chillando
como chancho atado con alambre (Hijo de puta, piojoso, le arruinaste la vida a mi hija, te
tendría que matar con mis propias manos,/ ¿Y qué hacemo con éste ahora, che?/ Que le den
una buena biaba para que le sirva de lección, así se le pasan las ganas de andar jodiendo
con las chicas decentes. Pero mañana me lo largás, que todavía podemos tener problemas
por esta basura.¿Oíste, rotoso? Te vamos a perdonar la vida – mis hijos querían achurarte
como a un perro o caparte por lo menos –, pero eso sí, si llegás a decir una palabra de lo que
pasó entre mi hija y vos aunque sea a tu madre, te reventamos. Grabátelo bien en la cabeza:
en boca cerrada no entran moscas. A Delia no la vas a ver nunca más porque nos vamos del
pueblo, así que olvidala, como si nunca hubiera existido). Pero yo sé que tengo una hija, es
linda y rubia, se llama Ana María.

Cuando habían pasado muchos año, ya ni vivíamo en Bransen y el comisario ese se había
muerto de un cáncer – bien hecho por hijo ‘e puta –, se me ocurrió volver al pueblo y
averiguar, me enteré que los Reboredo estaban en Concordia; como me había picado fuerte el
bicho ‘e la curiosidá – o de la nostalgia, queseyó –, me tomé un tren y aterricé en Entre Río
decidido a saber si la Delia había tenido un hijo mío o no. Por la guía ‘el teléfono vi enseguida
adonde vivía el único médico ‘e Concordia apellidado Reboredo, era un chalé grande parecido
al de Bransen, justo enfrente una plaza, al pelo pa sentarme en un banco y vichar la casa

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haciendo que leía el diario; al rato largo la vi salir con unos libro, una piba como ‘e quince
año, bien bonita, no tuve duda que era mi hija, lo sentí por el aire ‘e familia que había sacado
‘e nosotro, de los Zachetti; la seguí de lejo, entró en un colegio ‘e monja. Al otro día la seguí
a la sirvienta que iba a hacer los mandado – una negrita simpaticona y bolillera –, empecé a
hacerle el verso y enseguidita largó el rollo: la muchacha se llamaba Ana María y era la hija
menor del dotor Reboredo, la habían tenido ‘e grande, los otros hijo mayore estaban todo
casado y vivían en Buenos Aire, era una paponia trabajar en esa casa porque ademá tenían
cocinera y ella sólo limpiaba y hacía algunos mandado, le daban franco todo el domingo…
Ana María, mi hija…pensar que nunca sabrá que yo soy el padre verdadero, qué injusticia, los
rico siempre la ganan. A vece sueño que se me aparece en casa y me pide la bendición como
en la novela venezolana (Dios la bendiga, m’hijita), ante en el campo se pedía la bendición a
los padre, aunque yo más bien tendría que decir Jehová, todos dicen Dios en cualquier
religión pero nadie sabe quién es ese Dios y sin embargo en la Biblia está escrito que su
nombre es Jehová.

La cuestión que cuando me largaron de la comisería estaba amargado, pobre y flaco como
perro ‘e botón, moretone no tenía en el cuerpo porque me la habían dado con una tualla
mojada, pero apenita podía caminar de los dolore en todas parte y principalmente en los
huevo que me los reventaron a patada, los cana la gozaban a cada patada que me encajaban
ahí (Tomá, tomá, guacho ‘e mierda, ésta va de yapa pa que no te olvidés de nosotro tan fácil,
vas a coger de nuevo si sos brujo), pensaba que me iba a quedar inservible pal resto ‘e mi
vida, meno mal que soy fuerte, aguanto cualquier cosa, igual casi lloro de alegría el día que se
me paró la primera vez despué de eso.

Mujere tuve y tengo las que se me antoja, pero estos último tiempo la encamada no me
basta, me parece que siempre hace falta tener como una ilusión, queseyó, como lo de Salisky
en la primaria…ahora se me dio por la piba ‘e Merelli, los de enfrente lo Mariquita…cuando
estoy en la casa de ella la veo entrar o salir o hay vece que se queda un rato en la vereda, es
tan menudita, tan flaquita, de doce año parece, me hace acordar a Salisky, lo único que no es
renga y el pelo lo tiene castaño. Pienso y pienso en ella cuando estoy solo en mi casa, no me
la puedo sacar de la cabeza, me imagino que la agarro en los brazo igual que una nenita y le
doy muchos beso, yo necesito dar cariño, siento que guardo demasiado adentro mío y no se lo
puedo dar a nadie, si se lo podría brindar a la Paty qué lindo sería…Patricia Merelli se
llama…la tendría como una muñequita, todo los gusto le daría. Y es una piba bien seria, no
anda jodiendo con los pendejo ‘e la edá de ella, estudia y estudia sin parar, creo que sigue

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p’abogada…la puta, qué degenerado que somo los hombre, ¿será posible que no pueda pensar
en una mujer sin esitarme…? una conchita bien chiquita debe tener la Paty, no sé por qué se
me representa el culo de la gallina…cómo me gustaría chupársela, nada más que eso, meterle
la lengua bien adentro, seguro que todavía no la desvirgaron, todo el cuerpito te lamería, hasta
el culito y mejor si lo tenés sucio igual que la colorada…nena, nenita linda, dejame que te
enseñe, yo te voy a enseñar todo, abrí las piernita, así, no tengás miedo que no te va a doler, te
lo juro que te la meto despacio, mirá, nada más que la puntita, así… ¿te gusta, mi Paty…?
Paty-Paty-Paty-Paaa-a-a-a-ty…

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PRESTO AGITATO

- Me vengaré, Lucas, me vengaré de todos. No disfrutarán mucho tiempo de las


riquezas que me robaron.

- Cónchale, yo no entiendo, don Carlos, ¿por qué les hizo creer que había muerto en el
extranjero?

- Estrategia, hombre, estrategia. He perdido una batalla, pero todavía puedo ganar la
guerra.

- Usted es muy inteligente, patrón, pero ¿qué va a hacer ahora? Doña Magdalena se
apoderó de su casa y de su fortuna.

- Sí, estoy en la calle. Sin embargo, Lucas, un gran general siempre encuentra
recursos. Hay que planear la próxima batalla y, si la estrategia es buena, la victoria
será nuestra. Tú déjame a mí.

- ¿Dónde viviremos, don Carlos?

- No olvides que Antonieta es todavía mi mujer: como se sentirá culpable de mi ruina,


no se negará a alojarnos en su casa. A ella también la destruiré. Podía esperar
cualquier cosa de esa intrigante de Magdalena, pero que Antonieta me haya
traicionado…y ese canalla de Rodrigo Encalada, mi apoderado…todos lo pagarán
bien caro.

- Doña Antonieta lo hizo por su hija…

- ¿Y yo, Lucas?¿y yo? Debía pensar en mí que soy su marido y le di todo, hasta mi
médula para Lupita. Mal me ha pagado, así son las mujeres, mi fiel Lucas.

- Pero si ella no sabía, vale…

- No la defiendas, limítate a cumplir mis órdenes y chitón. Antonieta, aquí pongo tu


fotografía junto con las de mis enemigos, uno a uno caerán bajo mis golpes. Date,
Lucas, tráeme la silla de ruedas.

- ¿La silla, don Carlos? Si usted ya puede caminar, lo han curado allá en la clínica
americana.

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- Nadie debe saberlo por el momento,¿entiendes? Es parte de mi estrategia: guerra
avisada no mata soldado. Primero nos instalaremos en la casa de Antonieta, luego tú
irás a comprarme ropa árabe a la tienda de disfraces. Y también un bigote y una
barba postizos.

- Okay, patrón. Disculpe el atrevimiento, pero no me calo la curiosidad, ¿puedo saber


cuál es su plan?

- Te lo diré, Lucas, de todos modos debes estar enterado a fin de secundarme con
eficacia. Le haré creer a mi cuñada que soy un jeque árabe, un magnate petrolero
seducido por sus encantos. Ya sabes que a ella sólo le importa la plata y el pez muere
por la boca, chico. Le propondré casamiento y poco después de la boda ¡zas!, ella
tendrá un accidente providencial y mi fortuna volverá a mis manos.

- ¡Cónchale, usted es genial, don Carlos! No me provocaría ser su enemigo, vale.

- Todo es cuestión de estrategia, mi buen Lucas. Yo sigo los pasos del gran Napoleón,
que ha sido mi modelo desde que era muchachito.

- Claro, por eso me vence siempre cuando jugamos a la batalla naval, patrón.

(Cortina musical)….Llevo como una cruz clavada….en el corazóóón….

“Familia proprio iure dicta (llamada de derecho propio) es el conjunto de personas


libres que se encuentran bajo el poder de un pater familias (1)Etimológicamente pater
familias tiene el mismo origen que el vocablo griego s, de donde procede nuestra
palabra déspota”… Un poco de cianuro en el jugo de naranja y chau…el mayor problema es
hacer desaparecer los cadáveres, sin corpus delicti no hay crimen…si estudiara medicina
sabría cómo descuartizarlos prolijamente en la bañera y tal vez pudiese ir metiendo luego los
pedazos en los piletones de formol sin que nadie se diera cuenta, por lo menos serían útiles a
la ciencia…claro que los vecinos preguntarían, al tiempo se extrañarían de no verlos, yo
podría decirles que se fueron a visitar a los tíos de Rosario…no, es un argumento poco
convincente, si no dan un paso sin arrastrarme con ellos, además no volverían nunca…cómo
los detesto, por qué no me dejarán en paz, hay tantos que se mueren jóvenes, hasta preferiría
haberme criado en un Instituto de Menores…ya estoy pensando pavadas, ahí no me
comprarían los jeens importados y las zapatillas Nike, justo yo que si la ropa no es de

140
ClanIssime no la quiero, ni loca me pongo ropa de piruja, de negrita. Que gasten mis viejos,
amarretes de mierda, para eso tienen la plata y soy la única hija…aunque papá está siempre
llorando miseria, ahora se le dio por el tema de que nos amenaza la pobreza y no hay que
despilfarrar; lo que pasa es que siempre fue un avaro, de ésos que no comen huevos por no
tirar la cáscara, se iba al trabajo en micro para ahorrar: había calculado que viajar en el auto le
salía más caro, ¡qué asco todos esos cálculos de moneditas! Por eso, cada vez que puedo los
obligo a gastar, con el viejo tengo que discutir un toco para que largue la guita, menos mal
que mamá en esas cosas me ayuda, gracias a ella tuve una hermosa fiesta de quince, me
dieron el gusto en todo. Y cuando nos fuimos a Bariloche con mis compañeras de Quinto
tampoco me privé, mamá se lo pasa amarrocando en las cosas de la casa y en la ropa de ella,
pero para mí quiere lo mejor. Me canso de decirle que tome una mujer por horas para el
trabajo más pesado (Mirá Mariquita, a ella nunca la ves barriendo la vereda ni lavando los
vidrios. Y vos siempre fregando, fregando, parecés una sirvienta./ Sí, así está de impecable la
casa de Mariquita, llena de pisadas de perro…ayer le vi una telaraña en el living y las
persianas suelen tener kilos de tierra), yo quiero hacerle entender que sólo se vive una vez,
pero no hay caso; cuando no tengo que estudiar le ayudo para darle gusto y también para no
aburrirme…ay, qué eterno fue el último verano, sin vacaciones, sin pileta, papá hecho un
zombie con la depresión y la boba de mamá que ni manejar sabe, y aunque supiera no lo
dejaría solo ni un minuto, se sentiría culpable la idiota, no sé cómo puede ser tan dependiente,
me canso de repetirle que no tiene vida propia pero ya no cambia, es demasiado tarde. Ella se
cree que debe ser mi modelo, no se da cuenta de que es al contrario, en todo caso un modelo
de lo que yo no quiero ser, necesito recibirme rápido y empezar a trabajar, así me
independizo. Y nada de casarme, con el ejemplo de los viejos me basta: no hay un día que no
los haya visto pelearse, ¿alguna vez los vi darse un beso en serio o sorprendí un gesto de
cariño?, si ocurrió, no me acuerdo…mucho regalo para el Día del Padre, para el Día de la
Madre, pero a mí no me engañan, estoy segura de que ya no se quieren; él la tiene de sierva –
ni un mate se ceba el machista inmundo – y encima la trata como a un estropajo, hasta le grita
tarada, boluda, mongui, cuando tarda en hacer lo que el señor quiere, el dictador, el amo…yo
le contestaría de la misma manera o le tiraría algo por la cabeza, mamá nada, no reacciona, se
queda de piedra, a mí me saca de quicio. Según el derecho romano el matrimonio es una
situación fundada sobre una permanente affectio maritalis y al cesar ésta cesa aquél, jajá,
entonces acá hace rato que hubo divorcio. ¿Se habrán querido éstos antes de casarse por lo
menos? Escuchándola a mamá parece que sí; él nunca se refiere a eso, como si hablar de amor
fuera rebajarse para un hombre, pero bien que mira la novela de las cuatro con nosotras, dice

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que no le queda otra, ¿por qué no se va a hacer algo al galpón?, después se burla, nos gasta, se
hace el vivo: que son puras ridiculeces, los actores una manga de tarados, que parece una joda
como hablan, etc. (¿Y para qué la mirás, papá, si tanto te disgusta?/ De puro aburrido, nena,
no tengo nada mejor que hacer. Y…los remedios me dejan estúpido, ésa es mi disculpa. Pero
ustedes remedios no toman), mi opinión es que los medicamentos antidepre liberan su
estupidez natural, pero no se la chanto de lástima. Un día, de chica, le pregunté si había estado
muy enamorado de mamá antes de que se casaran y me contestó con una ironía mordaz y de
mal gusto, de las que suele usar para referirse a ella (Si hubiese sabido el clavo que me
llevaba…), todavía me acuerdo.

La que me parece superpiola es Mariquita: prefiere vivir sola, independiente, tiene sus
asuntos pero nada de vivir en pareja, igual que Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir, una
noche que nos invitó a comer habló de ellos, unos escritores franceses que se querían y vivían
separados, cada cual por su lado, me quedó grabado, es lo mejor. Yo la admiro a Mariquita,
desde chica, cuando la veía trabajando en el jardín de adelante me cruzaba a charlar con ella,
¡qué lindas mallas tenía y qué piernas hermosas! y los ojos tan celestes…aunque el calor y el
trabajo la hicieran transpirar, su olor era siempre agradable, a mí me daba como un mareo de
placer al respirarlo, me hubiera gustado tanto que fuese mi mamá, que me apretase en sus
brazos fuerte fuerte y darle un montón de besos por toda la cara y en el pecho, en esa suave
canaleta que se le forma entre los senos cuando está arrodillada recortando el pasto de los
bordes…siempre quise ser como ella…además se pone ropa moderna y eso que le lleva unos
años a mamá, sin embargo le queda bien. Yo la hincho a mi vieja para que se compre ropa, la
que tiene es del tiempo del jopo, ella cree que lo bueno es para toda la vida, qué antigua, pero
tendría que comprarse más bien ropa clásica, de señora, porque quedaría ridícula con ciertas
cosas, no tiene el tipo de Mariquita.

……………………………………….

- Bendición, papá. Aquí te traigo un juguito, tómatelo para que se te quite el ratón y te
suba el potasio, vale.

- ¡Ay Fucho, qué jaquecón! Dios te bendiga, hijo. Chico, me da pena que me hayas
visto ayer en ese estado, un hombre de mi edad embriagándose por cuitas de amor…

- Nada, viejo, ninguna pena. Yo te comprendo, así son ellas, se acercan a un hombre y
lo hacen leña. Pero te confieso que fue impresionante entrar en aquel bar y verte tan

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achispado cantando la de Agustín Lara “De mi mano se cae la copa y por ella me
pongo a llorar…”. Yo no sabía que andabas enredado con esa chica Dayana.

- Me volví loco, Fucho, tanta juventud, tanta hermosura ofreciéndoseme en bandeja…


no pude resistir la tentación, ¿entiendes?

- Sí, la he visto en la tienda de Luis Fernando, me pareció muy atacona.

- Me engatusó, chico, a mí que ya no soy ningún pavito. Estaba tan enloquecido que me
olvidé de todo, hasta de Cartagena, ella no me lo perdonará nunca.

- Y mientras tanto la tal Dayana hacía sus maramusias.

- ¿Quién iba a creer que le robaba a Luis Fernando, que alteraba las facturas? Y yo,
que estoy encargado de llevar la contabilidad de la tienda, sin darme cuenta de nada
como un balurdo.¡Cónchale, chico, me daría con un bate!

- Agarra pausa, papá, que te va a subir la bilirrubina. Esto te sucede por no hacerles
caso a tus propios refranes, ya tú sabes, lo que siempre nos decías: el que se arrima a
la candela…

- No te lo tomes a guachafitas, Fucho, que es asunto serio. Para colmo de males


Dayana desapareció con una buena cantidad de reales de la caja fuerte y fui yo quien
le dio la combinación para abrirla, en un momento de estupidez, no sé…¿Qué le voy a
decir a Luis Fernando, chico?¿que su propio padre fue cómplice en el atraco?

- Él comprenderá, viejo, los dos te queremos y sabemos que eres muy bello, papá. Son
divagaciones de la carretera.

- Luis Fernando ya tiene sus problemas, mañana es su boda con Dulce María. Jairo y
Lupita están desconsolados, no quieren asistir a la boda de su padre. Si no fuera por
el hijo que espera Dulce María…

- Claro, Luis Fernando la sigue queriendo a Antonieta, igual que yo a Aurora. Pero
Toña está casada con ese Carlos Alfano que volvió milagrosamente de la tumba y
Aurora enredada con ese Rodrigo Encalada, cuya mujer legítima se encuentra
internada en una clínica de reposo con una gran irritación cerebral, de resultas de
aquel accidente que tuvo con su carro. Mala gente el tal Rodrigo, me gustaría
revolverle el apellido.

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- Deja las bravuconadas, chico. Tú mismo estás viviendo con Federica ahorita, no
tienes derecho a meterte en la vida de Aurora. Parece que el destino nos persigue
como en mis novelas de la radio, se ensaña con nosotros. Y si tu hermano supiera que
también Antonieta está esperando un hijo suyo…

- Me estás bacilando…

- No, desgraciadamente es la verdad. Antonieta cedió a un momento de debilidad, Luis


Fernando la convenció con el argumento de salvarle la vida a Lupita. Pero ella no
quiere que tu hermano lo sepa, vale, es un secreto. Yo me enteré por Cartagena.

- ¿Le pedirás que te perdone, viejo?

- Cartagena está muy dolida, ofendida, ella es una mujer muy recta, Fucho. En una
ocasión que fue a la tienda nos vio a Dayana y a mí en una actitud…tú sabes.

- Ay, mi viejo había resultado un verdadero galán, tú eres candela, mi pana.

- Calla, chico, que no estoy para bromas.

(Cortina musical)….Llevo como una cruz clavada….en el corazóóón….

Qué lentas pasaban las horas en el verano, no sabía qué hacer para entretenerme, mamá
me aconsejaba leer algo, pero la lectura por sí misma no me atrae, bastante leo durante el año
cuando tengo que estudiar; después tuvo la idea de que estudiara francés con Mariquita (Así
ocupás unas horas, entre la clase y los deberes…de paso aprendés algo que te puede servir el
día de mañana ¿quién sabe? y nos sale gratis. Porque me imagino que no nos va a cobrar,
con los favores que nos debe). A mí los idiomas me revientan, no tengo mucha facilidad, pero
la idea me sedujo por Mariquita: arreglamos una cosa informal una vez por semana, sin
rompederos de cabeza por ninguna de las dos partes; el francés me importaba un pito, era más
bien un sacrificio que sólo hacía llevadero esa hora entera a su lado, respirando su perfume,
nuestros cabellos se rozaban cuando me indicaba algo en el libro o en el cuaderno, unas ganas
de agarrarle la mano…en algunos momentos me costaba una enormidad concentrarme en los
ejercicios, le miraba la boca y no oía las explicaciones, después me las tenía que repetir y yo
quedaba como una burra, ella se impacientaba. Me dolía que para Mariquita fuese sólo una
cuestión de compromiso, simple devolución de favores, cuando para mí significaba tanto, ella
nunca lo sabrá, jamás sospechará lo que siento,¡qué destino cruel!, y si lo supieran los

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viejos…ellos suponen que no tengo novio de buena chica que soy, como toda la vida me
machacaron que mejor antes termine mis estudios, como siempre fui la hijita obediente que
hace lo que los papis quieren…(Paty, si te ensuciás la ropa te mato… Paty, no saques las
muñecas a la vereda que se arruinan… Te anoté en piano para que tengas una educación
completa el día de mañana, aprovechá vos que yo no pude – con lo que me hubiese gustado –
pero en casa eran pobres y no me podían mandar). Mis hermosas muñecas se quedaban
muertas de risa en los estantes de mi pieza, eran como veinte sentaditas una al lado de la otra
y parecían burlarse de mí, yo me rebelaba a veces, quería jugar con ellas fuera de la casa,
mostrarlas, pero mamá decía que se romperían enseguida, que eran delicadas y muy caras,
mejor conservarlas como recuerdo. Resultado: duraron y no quiero ni verlas, las odio, están
guardadas en un canasto. La pobre Paty se aburría parada en la vereda con sus vestiditos
primorosos, impecables y bien planchados, cuando le hubiese gustado hacer tortas de barro,
revolcarse en el pasto y saltar en los charcos como los otros chicos. Resultado: esta manía de
la pulcritud, no soporto la mínima mancha en mi ropa.

Años y años yendo a piano, martillando esas teclas para darles el gusto, aguantando a las
profesoras, unas jovatas de mal carácter, había una que me decía cosas hirientes: que no iba a
aprender nunca, que era un animal y sordo por añadidura, que le destrozaba los oídos, que la
música no era sólo cuestión de aporrear un instrumento, había que sentirla, etc.; yo me
enojaba pero finalmente tenía razón la vieja, para mí era algo mecánico, como un ejercicio de
matemáticas y nada más, por suerte al empezar la facultad pude dejar con el pretexto de la
falta de tiempo. Resultado: ahí está el piano que me compraron, muerto de risa igual que las
muñecas, un lindo mueble que le da un toque de distinción al living…pero la nena sabe tocar
el piano, qué antiguos, a quién le importa eso ahora, en la época de ellos daría status,
actualmente nadie le da bola, los viejos se quedaron en el tiempo; ahora es el auto, la moto, el
yacuzzi, el sauna…papá tiene un buen auto ¿y para qué le sirve?, todo el tiempo en el garage,
si no es la depresión, es el precio de la nafta… no saben vivir.

Que pase rápido el tiempo así me recibo de abogada, pongo mi estudio, empiezo a ganar
plata y hago lo que quiero. “Condición del esclavo: En principio el esclavo no tiene capacidad
de derecho, es decir, no puede celebrar por sí actos jurídicos. Técnicamente es cosa (res) y en
tal calidad queda sujeto a la propiedad del amo”…A mí me interesa la plata sobre todo porque
da independencia, nada que ver con Vivi que es una romántica y anda diciendo siempre esas
boludeces de que la guita no da la felicidad, que el amor es lo más importante y otras por el
estilo, a ella sólo le interesa encontrar a un hombre bueno, con pinta y buena situación

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económica y que la quiera, si llega a aparecer uno así o parecido estoy segura de que larga la
carrera para dedicarse al hogar y a los hijos; si el italiano con el que se puso de novia y
después se le fue a Italia se lo hubiese pedido, ella se casaba y se iba a vivir allá, Vivi estaba
remetida, me hablaba todo el tiempo de él, ya me tenía podrida, pero las cosas se enfriaron: él
le escribió que era mejor dejarlo así, que eran demasiado jóvenes y vivían demasiado lejos
uno del otro, bastante sensato el chico aunque no tendría que haberla ilusionado de entrada,
ahí estuvo mal. Vivi lloró tanto, se desahogaba conmigo cuando nos encontrábamos a estudiar
en mi pieza o en el quincho, pobre Vivi, es reboluda, a veces me pregunto cómo puede darse
la amistad entre personas tan diferentes. Aparte de Vivi pocas amigas tuve en la escuela, mis
compañeras me acusaban de antipática, egoísta y mandona…no me gustaba prestar mis cosas
– es cierto – porque seguro me las rompían o me las gastaban, que se compraran, si en ese
colegio nadie era pobre; tampoco dejaba que se copiaran de mí, qué piolas, con estudiar como
yo…y cuando venía alguna a jugar a casa, casi siempre terminábamos peleadas y la nena no
quería venir más, todavía que jugaban con mis juguetes y mi mamá les daba la leche,
pretendían hacer su voluntad las muy vivas, ah no (En MI casa se hace lo que YO quiero y en
los juegos mando YO, nenita), y justamente por eso prefería no ir a lo de mis compañeras. De
más grande me di cuenta de que no tenía mucho en común con las otras, ellas se tomaban el
estudio en joda, pensaban únicamente en bailar y salir con los chicos, al rato de conocerse ya
los dejan que las toqueteen por todas partes y que les den tremendos chupones, así es como
Carolina quedó embarazada de Julián y tuvieron que casarse de apuro antes de que ella
terminara el secundario, yo me muero de vergüenza si me pasa eso porque aunque te cases,
todo el mundo se entera de que anduviste acostándote con tu novio, qué calor.

…………………………………………………

- No soporto más esta situación, Adela. Tú ya no me ‘amas, vale. Si me quisieras, no


me obligarías todas las noches a estas payasadas.

- Pero Enrique, tú ya sabes lo que nos dijo Billy sobre las fantasías en el amor.

- Me importan un carrizo las teorías de Billy, chica. Estoy harto, me voy, quiero el
divorcio.

- Mi amor, haz un esfuercico para comprenderme…

- ¡Cónchale, Adela! ¿Qué debo comprender?¿que a ti te gustaría hacer el amor con


media humanidad menos conmigo, TU marido. Vendedores ambulantes, bomberos,

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fontaneros, policías, Tarzán, Rambo, todos te hacen feliz en la cama menos yo. No,
chica, es demasiado, ya no puedo seguirte el tren.

- Ten un poco de paciencia conmigo, vale, sólo un poquito más…

- ¿Y hasta cuándo van a durar estos jueguitos, Adela?¿De qué debo disfrazarme esta
noche para complacerte?

- Bueno, chico, con Billy estuvimos pensando en un padrecito cura muy chévere, dentro
de un confesionario.

- Tú y ese maldito Billy están dementes. Chau Adela, me vuelvo con María Rosa, la
madre de mi hijo. Es una mujer muy simple, muy humilde, pero en su cama me quiere
a mí, más nada, a Enrique Ibáñez. Si lo deseas, puedes verme en el hospital.

- Mi vida, no te vayas, dame tiempo. Te juro que cambiaré, ¡te lo juro!

(Cortina musical)…………El amooorr no se puede deteneeerr…………

Fede fue el primero que me besó – inolvidable como todas las primeras experiencias –,
yo ya tenía dieciséis, mis compañeras me cargaban porque nunca había salido con un chico,
así que cuando me sacó a bailar en esa fiesta del cole y me empezó a decir cosas, pavadas
(Parecés una muñequita con esos rulos y esos ojazos, hace mucho que te tengo registrada…
¡Qué bien bailás!...¿Te copa el rock? A mí me deliran los Cadillac…¿A dónde vas a bailar?),
le dí bola aunque muy convencida no estaba, era un petiso con granitos en la cara pero
resimpático, al final me invitó a salir y le dije que sí más que nada por curiosidad y para tener
algo que contar después, para que me dejaran de jorobar las chicas de mi división. Fuimos a
esa confitería de 8 y 47, Vía Láctea, que siempre está llena de jóvenes y de motos
estacionadas afuera, cómo me gustaría que me compraran una chiquita, hace rato que vengo
hinchando con eso…sí, cualquier día me la van a comprar, se mueren de miedo de que me
pase algo, el viejo se niega a enseñarme a manejar, por un lado mejor porque si le llego a
hacer un rayón al auto, seguro que me mata, es más fanático…lo lava todos los sábados, lo
lustra con una franela especial, yo siempre le digo que quiere al auto más que a nosotras; claro
que ahora – desde que cayó en la depresión – no tiene ánimo ni para ocuparse del coche, la
manda a mamá. Para ir a esa cita con Fede me acuerdo que le metí un cuento a ella: que iba a
a buscar unos apuntes a lo de una compañera sin teléfono – si no, llama al rato para ver si

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llegué, es más vigilanta la vieja, me marca de cerca – y que volvía antes de la noche.
Charlamos y nos tomamos unas cocas, Fede me preguntó por qué no podíamos ir a bailar un
sábado, le expliqué que mis viejos eran muy hinchas, que si no iba con una barra de chicas y
la familia de una de ellas no se comprometía a traernos de vuelta sanas y salvas, ni soñando
me dejaban (Menos todavía con un chico, te imaginás./ Che, pero son del siglo pasado,¿cómo
te los bancás? / Y bueno, yo no quiero tener líos en casa, además todavía soy muy chica para
andar sola de noche, tan tarde); así que nos veíamos temprano, a eso de las cinco – cuando
yo encontraba un pretexto para salir –, en la plaza San Martín o en Vía Láctea, o paseábamos
por la calle 8 de 46 a 51, los besos eran en la plaza que suele estar llena de parejitas de
enamorados haciéndose arrumacos en los bancos, algunas pibas de guardapolvo que me
hacían pensar si se habrían escapado de la escuela para encontrarse con los novios, eso estaba
mal…el beso no me pareció una cosa tan extraordinaria: lo de chuparse la saliva del otro es
un poco asqueroso, no sabés si se cepilló los dientes, si tiene caries o si está enfermo de
algo…y la primera vez que vi esa protuberancia en el pantalón de Fede, la verdad que me
impresioné, sabía desde la primaria por conversaciones de las chicas que a los varones se les
para cuando tienen ganas, pero nunca lo había comprobado en vivo y en directo, y no me
gustó nada que le pasara eso conmigo. Igual aquel noviazgo no duró mucho: un día que
íbamos por la calle 7 a la parada del micro, ya para regresar a casa, nos cruzamos de sopetón
con papá nada menos que había salido del ministerio por alguna diligencia – después contó
que iba a la farmacia a comprarse Migral, le había dado uno de sus dolores de cabeza – y para
colmo Fede me llevaba del hombro, el viejo se quedó paralizado y blanco como una estatua y
luego se puso colorado como un tomate, me preguntó con una voz chillona qué estaba
haciendo y yo no supe qué decirle, no podía ni hablar del susto, buscaba desesperadamente en
mi cerebro algo para salir del paso, hasta que logré tartamudear que me había encontrado por
casualidad con un compañero del colegio y él me acompañaba a la parada…ahí nomás en la
calle – nunca se lo perdonaré – me cruzó la cara de una cachetada, “constituye iniuria: toda
acción física (golpes de puño, fracturas), verbal (insultos) o escrita (libelo agraviante) que
afecta a una persona libre”, aunque habría que ver si yo entro dentro de esta categoría…la
gente se daba vuelta,¡qué vergüenza! (Andá enseguida para casa, después hablamos), me fui
corriendo a la parada y desde allí podía ver que le hablaba amenazadoramente a Fede y que él
hacía muchos ademanes como justificándose. Al otro día en el cole me contó que papá le iba a
romper los huesos si seguía molestándome (Dejala tranquila a mi hija, pendejo de mierda.
Nosotros no queremos que ande callejeando y dando espectáculos con cualquiera./ ¡Qué
bruto es tu viejo, Paty, es el hombre de las cavernas, un energúmeno!), fue incinerante para

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mí porque toda la escuela se enteró, me dolió más eso que separarme de Fede, después de
todo no era el hombre de mis sueños. Pero papá, qué hijo de puta, un verdadero tirano, ¿qué
se cree…?, si yo no estaba haciendo nada malo…Ahí empezaron nuestras discusiones, basta
que él diga a para que yo diga b y viceversa, más de una cachetada me ligué pero ya no me le
callo; ahora dejó de agredirme, está hecho un opa, igual su sola presencia, sentado horas y
horas al lado de la ventana, me enerva, me revienta. Mamá siempre con la misma cantilena
pidiéndome paciencia (Lo que pasa es que ustedes dos tienen el mismo carácter fuerte…
Tenele más bien lástima al pobre, está enfermo), yo no le tengo lástima, más dignas de
lástima somos nosotras que nos está cagando la vida…cuando el chubasco de lo de Fede me
retó por no haberme confiado a ella y yo le pregunté si, de habérselo dicho, me hubiera dejado
salir con el chico, se quedó en el molde porque las dos sabíamos muy bien que hubiera hecho
rebotar la pelota mandándome a pedirle permiso a papá, es lo que hace cada vez que no quiere
quedar mal conmigo diciéndome no, total el otro seguro me lo va a negar: (que sos chica…
que ni siquiera conocés bien las calles de La Plata… quién sabe adonde te lleva… a ese pibe
no lo conocemos… ¿y si es un degenerado, un drogadicto?...no, Paty, vos sos muy ingenua,
mejor esperá un poco a tener algo más de juicio), si fuera por ellos esperaría hasta los treinta
por lo menos. Tienen suerte – ¿o no? –, no les doy muchos dolores de cabeza en ese sentido,
como otras hijas…si supieran por qué…

Al año me metí con otro chico, no era compañero de escuela pero también lo conocí en un
baile que organizamos las de Quinto. Germán era un amigo del hermano de Vivi, después de
bailar un rato nos sentamos con la barra…

………………………………..

- Luis Fernando, podrías haber tenido la delicadeza de llevar a tu catira a parir a otro
hospital.¿O es que tú te crees, chico, que a una mujer puede agradarle salir para la
sala de partos y encontrarse de manos a boca con la otra que va a tener un hijo del
mismo hombre? A mí me dio un calorón…¡qué situación ridícula! ¿Qué dirá el
personal del hospital?¿Es que tú no tienes vergüenza? No en balde te llaman el loco
Arizmendi...

- Para la reclamadera, Antonieta, ni siquiera en estos momentos vas a dejar de


regañarme, vale. Yo no sabía que Dulce María se atendía también con Alejandro y
claro, él es médico de este hospital. Traté de que no te enterases, pero a las dos se les

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ocurrió la idea de parir al mismo tiempo, eso no es mi culpa.¡Qué diíta, Dios mío,
qué diíta! Corriendo de una habitación a la otra…¡cónchale, chica, estoy agotado!

- Todo es tu culpa, vale. Tú no tienes cura, Luis Fernando, no tienes remedio…Pero


¿qué sucede?¿por qué no me traen a mi hijo? Vé a ver, por favor. Yo quiero tener a
mi Ignacio en mis brazos, quiero cubrirlo de besos, es tan bello mi muchachito…

- Voy, Antonieta, voy.

…………….........Tooodo el mundo necesita amor…………………………

- ¿Qué sucede, Alejandro?¿dónde está mi niño?¿por qué traes esa cara, Luis
Fernando?

- Antonieta, debes ser fuerte. Tu hijo ha fallecido, hicimos lo posible por salvarlo pero
todo fue inútil. Créeme que lo siento.

- ¡No, no es posible! Si yo lo vi, estaba sano, su cuerpito perfectamente formado…es un


error, una confusión…no puede ser el mío el que murió, debe ser el otro, el de Dulce
María.

- Cálmate, mi amor. Yo acabo de ver a nuestro pobre hijo, tenía su brazalete de


identificación, era nuestro Ignacio sin lugar a dudas. ¿¿¿Por qué??? Dios mío, ¿por
qué tanta crueldad? No es justo…

- El nacimiento fue normal, Antonieta, pero después hubo complicaciones


respiratorias.

- ¡No lo creo! Mi muchachito no se murió, estoy segura, fue el de Dulce María. Ellas
me robaron a mi hijo, Magdalena y tu chayota, ellas tienen a mi Nacho. ¡Que me lo
devuelvan!¡Yo quiero a mi niño, Luis Fernando!

- Está desvariando, Alejandro, es el dolor de una madre que ha perdido a su hijo. No


puedo soportarlo, chico, me destroza el corazón.

- Le voy a administrar un sedante. Sal un momentico, Luis Fernando. Dulce María te


reclama, vé a ver a tu otro hijo.

- Ese niño es mío,¡tráemelo, Luis Fernando! Si no lo haces, no quiero verte más nunca,
¿me oyes? Mi hijo no ha muerto, mi hijo no ha muerto…

(Cortina musical)….Llevo como una cruz clavada….en el corazóóón….

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Estaba buenísimo: no muy alto, justo para mí que soy chiquita, de entrada me gustó más
que Fede que era un chiquilín, éste tenía dieciocho y ya iba a la universidad, seguía Ingeniería
como el padre. Empezamos a salir con la barrita de Vivi, los viejos tuvieron que aflojar
porque los conocen a los padres de Vivi y ellos nos iban a buscar cuando el programa era de
boliche bailable, además les daba no se qué mostrarse tan cavernícolas, tan anticuados delante
de los otros que son más modernos, pero siempre con mil recomendaciones los plomazos,
parecía que nos íbamos de safari a la jungla. En una de esas salidas Germán se me declaró, yo
no sabía qué hacer, me acordaba del episodio con Fede, así que se lo conté a mamá que
reaccionó bastante bien: iba a tratar de convencerlo a papá (Ahora ya sos más grande, Paty, y
al pibe lo conocemos, parece bueno. Los padres también son buena gente, ella es
vicedirectora de una escuela, a veces la veo en la feria. Pero desde ya te digo que preferimos
que el chico venga a verte acá, a casa, y no que anden por la calle dando que hablar.
Imaginate qué papelón, cómo quedás vos si después las cosas no duran, si se enojan. La
gente va a decir que andás con uno y con otro, eso te da mala fama); el viejo aceptó a
regañadientes y hasta trataba de ponerle buena cara a Germán cuando venía. Por supuesto que
nos teníamos que quedar en el living, bien a la vista de ellos, no fuera que nos diésemos un
beso…escuchábamos música, a los dos nos gustaban los Redonditos, Raúl Porchetto y Soda
Stéreo, los viejos se quejaban del volumen pero se las tenían que bancar; otras veces
jugábamos a las cartas, a la escoba o al truco; nos dejaban unos minutos solos al despedirnos
y ahí aprovechábamos para besarnos y darnos cita a la salida del cole, Germán se quejaba de
lo vigilantes que eran los viejos (Son unos pesados…Tendríamos que ponerles algo en el
mate para que se durmieran un rato…Paciencia, con tal de verte cualquier cosa. Ya los
vamos a domar…). Una tarde, después de muchos prolegómenos, me dejaron ir al cine con él,
daban una de Rambo en el Ocho; no hacía ni diez minutos que había empezado la película
cuando Germán entró a besarme, al rato protesté que no me dejaba ver, entonces paró un
poco, pero de pronto me metió la mano por el escote – hacía un calor bárbaro y yo llevaba una
remerita con breteles y una minifalda –, los dedos adentro del corpiño, y me las acariciaba
suavemente, primero una y después la otra, sobre todo los pezones…antes me había
acariciado los pechos pero por arriba de la ropa, era diferente…no sé si me gustaba o no, me
puse como nerviosa, sentía un calor abajo, una cosa rara en el vientre…y de repente me
sacudió una especie de corriente eléctrica divina, durante unos segundos se me borró la
película, se me borró todo: fue mi primer orgasmo. Inolvidable. Enseguida me sentí incómoda
y acomplejada, tenía la bombacha empapada, no sabía si era transpiración, sangre o qué, por
ahí me había venido la menstruación de golpe aunque no estaba en fecha. Para colmo Germán

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me puso la otra mano entre las piernas – con la mini era facilísimo – y trataba de meterla
dentro de la bombacha, casi me muero del asco…y encima la vergüenza, estaba toda
mojada…ahí nomás me paré y le dije bajito, para que no me oyera la gente, que me iba y que
era un asqueroso; me siguió hasta el hall del cine preguntándome qué me pasaba (¿Te volviste
loca, Paty?), yo no podía ni hablarle, la rabia me ahogaba, me fui casi corriendo a la parada
del micro y él al lado tratando de agarrarme del brazo, cada vez que me lo agarraba yo se lo
sacaba de un tirón (Si es por las caricias, Paty, si no te gustó, te juro que no te lo hago más.
Me pareció que te gustaba…mirá que sos rara vos, todos los novios se acarician así,¿qué te
creés?), así todo el tiempo en el micro hasta llegar a casa, ya en la puerta pude decirle lo que
había estado pensando mientras él me hablaba y romper el noviazgo (No quiero seguir con
vos, Germán, así que no me busques más ni vengas más a casa./ Patricia, no sé qué bicho te
picó, pero estás exagerando, te vas a arrepentir. Si me querés…/ Justamente, me di cuenta de
que no te quiero de veras, entonces es mejor separarnos). Por supuesto, fue algunas veces a
esperarme a la salida del cole tratando de que nos arregláramos, todo inútil, no quise saber
nada, le había tomado asco. A mamá le conté la verdad y me aplaudió, según ella una chica
seria debe proceder así hasta la noche de bodas; a papá, cuando empezó a preguntar por
Germán, le hablé vagamente de una pelea de novios – si le decía lo que había pasado seguro
que lo revienta a trompadas –, ¿Ah sí, che?Qué lástima…fue el único comentario que hizo,
pero en el fondo bailaría en una pata.

La verdadera razón de todo esto la fui comprendiendo de a poco, el día que me apareció
claramente y no pude seguir engañándome al respecto fue terrible, porque me sentí
absolutamente sola con mi problema, a nadie podía confiarle una cosa semejante: yo era
diferente, no era como las otras chicas y no se trataba de ser más seria o más responsable o
más estudiosa, A MÍ NUNCA ME HABÍAN GUSTADO LOS CHICOS. Como compañeros
sí, pero nada más, jamás había sentido con ellos lo que me hace sentir Mariquita con un roce
de su mano o una simple mirada, nunca había contemplado la boca de un hombre con la
adoración y la sed que me inspira la boca de Mariquita. Y la rabia que le tomé a Germán ¿no
era sobre todo porque me había hecho conocer algo que me hubiera gustado experimentar por
primera vez a través de ella?, como si él me hubiese robado algo, como si me hubiese
despojado de un bien. Me convencí sin lugar a dudas de que lo que había tomado por
admiración iba mucho más allá al despertarme una mañana y recordar el sueño delicioso que
acababa de tener: los viejos se habían ido a Rosario, yo no quería acompañarlos porque tenía
que estudiar para un examen y me dejaron con la condición de que durmiera en lo de

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Mariquita; ella me preparó la cama en el cuarto de huéspedes y cuando ya me estaba
durmiendo vino a ver si me encontraba bien, estiró la frazada para taparme mejor y entonces
yo le agarré la mano y se la besé, ella empezó a acariciarme, primero la cara, después su mano
se metió bajo la frazada y me apretó suavemente un pecho, ¡Qué chiquitos! dijo y me destapó,
yo sentía como unas cosquillas divinas por todo el cuerpo, despacito me desabotonó el
piyama, se inclinó sobre mí y me besó los pezones, entreabriendo los labios los aspiró y los
lamió dulcemente, primero uno y después el otro…no me atrevía a respirar, me parecía estar
flotando en las nubes, qué maravillosa sensación, no quería que parara nunca…pero su lengua
pequeña, cálida y vibrante fue bajando, bajando, y se metió en mi ombligo, creí que iba a
explotar de felicidad, luego me bajó el pantalón y me cubrió el vientre de besos repitiendo
¡Qué belleza! Mi hermosa nena…con las dos manos me sostenía las nalgas levantándome la
pelvis, en ese momento se me ocurrió pensar que tenía demasiado vello en el pubis, qué
horrible ser tan peluda, no le va a gustar, rogaba para mis adentros con los ojos cerrados que
no me mirara ahí y de pronto siento que me está besando justo ahí y en lugar de apretar las
piernas, las abro más y más, su lengua penetra en mí y viborea adentro y es de nuevo esa
corriente eléctrica, ese sacudón, igual que con Germán aquella vez pero mucho más dulce,
más largo y más profundo. Al despertarme me toqué la cachita – como le dice mamá –, la
tenía toda húmeda y algo hinchada, después me olí los dedos, me pareció delicioso, también
me los chupé…éste es mi olor, éste es mi gusto, ¿cómo es que no los conocí hasta ahora? ¿y
la de ella…?, me sentí liviana y feliz como nunca. Sí, sí, te amo, Mariquita, te quiero, ¡te
adoro! Sos mi primer y único amor, una verdad simple y terrible porque este amor no tiene
futuro. Cuando a veces vemos salir tipos de tu casa a la mañana y mamá hace comentarios
irónicos (Parece que anoche la vecina tuvo compañía), a mí se me revuelve el estómago de
asco o de celos, no sé, ¿cómo podés dejar que te toquen esas manos grandotas y toscas?,
muchos hasta las tienen peludas…yo te tocaría igual que a una hostia consagrada, con el
mismo fervor, con la misma veneración…¿cómo soportás que te metan esa cosa inmunda, ese
miembro que debe hacer doler?, dicen que la primera vez te lastima, te desgarra el himen,
Vivi me contó que Carolina sufrió muchísimo, le salió una cantidad de sangre y no sabían
qué hacer, ella y el novio se asustaron, después Julián tuvo que lavar las sábanas porque fue
en la casa de él, cuando los viejos se habían ido de veraneo y él se quedó preparando un
examen…con lo difícil que es sacar las manchas de sangre…

………………………………

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- Tú ya sabes, Macaco, que yo pago muy bien a la gente que está a mi servicio. Pero
eso sí, no me gusta la flojera,¿entiendes?

- Okay, doña. A esa enfermera, la Yelitza, la estoy guisando y pronto la vo’a liquidar.
Pero antes va a saber lo que es un hombre bien macho, vale.

- ¿Qué modales son ésos, Macaco? No seas patán. Yo te pago para que la mates,
limítate a cumplir mis órdenes pues. Esa negraza tiene que morir porque tuvo la
audacia de enfrentárseme. A Magdalena Estrada no la extorsiona nadie, ¿lo oyes,
Macaco?

- Sí, mi doñita.

- Ella había recibido un realero por ayudarme a cambiar los bebés en el hospital, pero
luego se puso insaciable y me amenazó con revelarle la verdad a Antonieta. Fue un
error fatal de su parte, Macaco, quiero verme libre de ella lo antes posible. En cuanto
al otro, a mi cuñado reencarnado en árabe…

- Ese pollo también va a caer pronto en mi cocina, doña Magdalena.

- Calla, hombre, deja ya esas repugnantes metáforas culinarias. Aquí no estás en los
bajos fondos para expresarte así, cuida tu lenguaje cuando estás con una dame, vale.
Ten, en este canasto se encuentra el instrumento de mi venganza. Pero ve con cuidao,
chico…Carlos Alfano, eres un asqueroso reptil y tendrás una muerte adecuada…
Óyeme bien, Macaco: tú fuerzas la puerta del carro de ese árabe de pacotilla – eso no
le será nada difícil a un malandro como tú –, abres el canasto y dejas que la serpiente
salga, pero fíjate bien que quede en el carro, chico, esto es de una importancia
transcendental; luego cierras la puerta y te vas, más nada. ¿Entendiste?

- Perfectamente, patrona. Los dos guisados…digo “trabajitos”, se harán como usted


manda. Le juro por mi santa madre que no tendrá quejas del Macaco.

- Okay, chico, así lo espero. Y más te vale no ser bocón, que el prefecto de policía me
tiene el ojo echado desde aquel asunto de la médula de Lupita.

(Cortina musical)…………El amooorr no se puede deteneeerr…………

¿Habrá muchas como yo?, la gente les dice degeneradas, marimachos, tortilleras…pero
yo no soy ni degenerada ni marimacho, ¿por qué tengo que sentir esto por Mariquita? Si Dios

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hizo todo y sabe por qué, entonces también nos hizo con algún propósito a los que somos
diferentes y nosotros no tenemos la culpa de ser así; sin embargo para la religión es un pecado
y uno se siente culpable,¿quién lo entiende? En todo caso nadie lo sabrá nunca nunca, este
secreto morirá conmigo, cuando me reciba y empiece a trabajar me voy a vivir a otro lado,
poco a poco la olvidaré, ¡no, no! no te quiero olvidar, Mariquita…no pienso casarme,
cualquier día uno de esos brutos me va a hacer lo que se le antoja, me gustaría que fuese ella
la que me enseñara el amor y todos los secretos del sexo, Dios mío,¿nunca seré feliz?¿qué va
a ser de mi vida? y no poder confiarme a nadie, ni a mamá, ni a Vivi, ni al cura…capaz que
después cambio y me enamoro de un hombre, sería una solución…hace mucho que no voy a
la iglesia, me hago el propósito de asistir a misa el próximo domingo, rezaré para que Dios
me ayude con esto: ¡Dios querido, vos que sos tan bueno me tenés que ayudar!

¿Por qué se habla tanto de la homosexualidad masculina y tan poco de las mujeres?
Tortilleras les dicen, qué feo, a mí nunca me van a llamar así, lo juro. Lo que pasa es que hay
trolos por todas partes y lesbianas se ven pocas, hasta en la novela Esteban – el hermano del
marido de Adela – tiene esa inclinación, descubre que le gusta Eliazar, un negro grandote que
canta boleros en un boliche nocturno…y en El oro y el barro a Solá le gustan las mujeres y
los hombres también, curte de todo, más raro todavía; según los viejos es un depravado pero
no se pierden un capítulo. Lo de los hombres ya es tan común que la gente lo está aceptando,
en cambio con las mujeres es distinto, no quiero ni pensar en la que se armaría si mis padres
supieran la verdad, si lo ven en la tele por ahí lo comprenden y dicen ¡pobre chica!, pero a mí
me matarían, no sé, pienso que me echarían de casa y no querrían saber más nada de mí…y al
fin y al cabo la culpa es de ellos que me trajeron al mundo, para qué mierda me habrán traído,
para sufrir…como si ellos fueran perfectos, sí, justo, qué joda. Papá un amarrete, un tirano, un
modelo de machismo dice Mariquita, todo bien compartimentado: esto es de mujeres, esto de
varones, los nenes y las nenas; cuando se me acaba la paciencia le pregunto si se cree un jeque
árabe, él me mira con esa sonrisa tonta que tiene estampada casi siempre ahora, el año pasado
me hubiese contestado con un buen bife, y no sé qué prefiero: si la violencia de antes o esta
impermeabilidad infrahumana. También, mamá le fomenta el machismo, ella es un modelo de
esclava, protesta pero le hace todo, en el fondo le gusta; cuando estuvo internado con la cura
de sueño, al principio se sintió aliviada y después empezó a extrañarlo. Yo no, lo disfruté
remucho, lástima que la internación sólo duró un mes, ¡qué tranquilas estábamos la vieja y
yo! ¡qué hermoso sentarnos a ver la novela de las cuatro las dos solitas!, sin discusiones, sin
caras de culo, podíamos hacer los comentarios que queríamos sin que él viniera a meter la

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cuchara con sus ironías, cómo me hubiese gustado seguir así para siempre…pero ella no,
todos los días al caer la tarde sacaba el maldito tema: que cómo estará, que si lo atenderán
bien, que las enfermeras son unas hijas de puta, si no les das propina podés llamarlas dos
horas seguidas y no aparecen (Cuando estuve internada para tenerte a vos, que me hicieron
cesárea, había una guacha, una negrita muy pizpireta que seguro se acostaba con todos los
médicos, bueno, a ésa podías gastarte el dedo tocando el timbre para que viniera), me tenía
repodrida, ¿Y para qué quería tenerlo de vuelta? ¿no se acordaba que ya no se podía aguantar
en casa con esa especie de muerto en vida en que se había transformado papá?, iba a rondar de
nuevo por ahí como una sombra, tirando mala onda, y ella amargándose y tomándose sus
copofones a escondidas para no pensar, que después tiene los ojos colorados y olor a whisky,
un asco. Cuando se va hacer los mandados yo le tiro casi todo lo que hay en la botella y le
agrego agua, como vi que hacía el hijo de un borracho en una película…me da un calor, a
veces se le va la mano en lo de Mariquita, se pone a decir boludeces y hay otra gente invitada,
yo me las tomo, me voy a dormir para no ser testigo de ese triste espectáculo; al otro día la
reto pero me retruca lo más campante que son ideas mías, que ella estaba perfecta, que en
ningún momento perdió la lucidez. En la novela que mirábamos el año pasado había una
mujer así, peor, se emborrachaba hasta caerse al suelo y estaba convencida de que no era
alcohólica…claro que tampoco me gustaría que mamá fuese a Alcohólicos Anónimos, si se
llega a enterar alguien es un bajón, ella tiene que controlarse.

Así que si los viejos me reprochan como soy, yo podría reprocharles más de una. Papá está
comiendo como un cerdo, engordó tanto que ya no le entra la ropa, menos mal que casi no va
a ninguna parte, de verlo nomás me vino como un asco por la comida…mejor, porque estoy
haciendo una dieta, ya rebajé cinco kilos y medio, me peso todos los días y voy anotando en
una libreta – al ser bajita unos gramos de más ya me hacen parecer regordeta, tengo que
cuidarme mucho –, yo quiero ser como Mariquita cuando vino a vivir acá, ahora está un poco
más gorda pero no le queda mal…lo que más extraño es el chocolate, qué rico, antes me
comía una tableta de las grandes por día, bah, la comida dietética no tiene mal sabor
finalmente y el menú de churrasco, ensalada y fruta es lo más sano que hay. Según mamá –
que está hecha una vaca y le falta voluntad para seguir una dieta – no me queda bien esta
flacura (Tus brazos ya son unos palitos, Paty, parecés de doce, ningún chico se va a fijar en
vos. Pará un poco, te vas a enfermar), habla de envidia; además ahora le entró la
preocupación de que me miren los hombres,¿quién la entiende?, hasta hace poco era toda una
historia que saliera con un chico, debe tener miedo de que me quede solterona, si supiera

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cuánta razón tiene…Bueno, le doy un poco más al Derecho Romano antes de la novela. “Ager
publicus: es el suelo sobre el que el populus, en su significado de Estado, ha adquirido por el
hecho de la conquista un derecho de dominio eminente que, si bien puede dar lugar a la
concesión a particulares de variados derechos, excluye la posibilidad de un derecho pleno,
absoluto, inmune como era el dominium ex iure quiritium…”, no entendí un pito, ¿cómo haré
para memorizar esta sarta de palabrejas en latín, que ni sé cómo se pronuncia?

………………………………..

- Cónchale, todo el mundo me cree loca, pero yo sé que mi hijo está vivo, chamitas. A
mí me lo robaron Dulce María y Magdalena y no vo’a descansar hasta que me
devuelvan a mi muchachito, a mi triponcito bello…

- Sosiégate, chica. Nosotras estamos contigo como siempre, las hermanitas Mangano
todas para una…

- …y una para todas. Sí, Ñeta, pero tienes que dejar que tus heridas cicatricen, no te
obsesiones, vale. Aprovecha el gran chance que te da ese director de cine que
conociste por casualidad en la calle, él quiere hacer de ti una estrella.

- Claro, chica, ponte pilas que el mundo sigue dando vueltas.

- No sé, Adela…a mí nada me provoca ahorita, sólo puedo pensar en mi Ignacio. Tú


hallaste la felicidad, pero yo tengo la vida rota, vale.

- ¡Ay sí, estoy muy enamorada de Arcángel! Cuando menos lo esperaba y que también
a mí se me había volteado la vida, después que Enrique se marchó.

- Mira, hermana, y tal parece que tus fantasías se realizaron: el pintor que contrataste
para renovar tu apartamento.

- No me baciles, Aurora, que esto es muy serio para mí.

- Por cierto, ¿qué pasó con tus traumas sexuales?¿siguen consultando al sexólogo con
Arcángel?

- No, Toña, eso se terminó. Él es tan rudo, hasta brutal a veces, me hace sentir tan
mujer…es candela pura, chica.

- ¡Chévere! Y tú, Aurora, tu relación con Rodrigo también se encarriló y al parecer


suenan cmpanas de boda.

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- Así es, soy muy feliz, Antonieta. Finalmente, ahora que su mujer murió en el incendio
de la clínica de reposo, Rodrigo me propuso matrimonio. Será dentro de una semana,
chamas, y espero que estén presentes.

- Pues cómo no, yo esa boda no me la pierdo, dame razón.¿Y los niños de Rodrigo,
chica?¿siempre con sus malcriadeces?

- Ellos todavía me rechazan, hace poco que perdieron a su madre. Pero Rodrigo piensa
que con el tiempo llegarán a quererme, vale

- Bueno, Antonieta, ahorita sólo falta que tú te hagas famosa.

- A mí sólo me importa recuperar a mi Nacho, más nada. Elio es el único que me cree,
ha contratado un detective para ayudarme, es tan chévere conmigo… y tan culto, tan
refinado, siempre está recitando poesías en francés de un tal Bordelé.

- ¡Cónchale, qué romántico!

- Pero tú nos escondes algo, Ñeta, tú tienes un secretico y no nos lo quieres decir.

- ¿Qué es lo que tú estás diciendo, Aurora? Ningún secretico, chica.

- Y entonces ¿por qué Luis Fernando está tan fúrico con tu director de cine?

- Son celos, más nada, ya ustedes saben cómo es Luis Fernando, un desaforado, vale.

- Pues anda diciendo que tú te vas a casar por tercera vez con ese patiquín
afrancesado, con ese francesuá – así lo llama – después de la muerte misteriosa de tu
segundo esposo.

- La verdad es que Elio me lo ha pedido, manitas, pero yo no sé qué hacer, estoy muy
confundida.

- ¡Cónchale, chica, debes aceptar! Elio Bossi tiene fama y fortuna,¿qué más quieres?

- Es que no es tan simple, Adela, todavía no sé si lo ‘amo…

- Luis Fernando dice que tú quieres emular a la Mimí Moño, esa actriz que se casó ya
cuatro veces.

- No me hablen más de Luis Fernando, por favor. Él no hace nada por devolverme a mi
hijo, vale.¡No quiero volver a verlo en toda mi vida!

(Cortina musical)………….El amooorr no se puede deteneeerr…………

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Estos son los mejores momentos del día, cuando me encierro en el baño, lleno la bañera
de agua bien caliente y espuma, me sumerjo y trato de olvidarme de todo, de todo menos de
ella, son nuestros momentos, nadie me los puede arrebatar…el viejo chilla porque me paso
una hora metida en el baño, que se joda, además hay otro al lado del escritorio, con usar ése…
cierro los ojos, paseo la punta de los dedos por todo mi cuerpo imaginando que son sus manos
las que…enseguida se me erizan los pezones, que los tengo chiquitos y oscuros como dos
moras – los de mamá son el triple de grandes, dice que por darme la teta –, qué poco conocía
mi cuerpo hasta ahora, aunque me pasara el verano en bikini casi no me miraba y menos
todavía lo que había bajo la malla, me parecía algo pecaminoso demorarme en esas partes, no
sabía lo deliciosas que pueden ser. Lo de Germán no fue un aprendizaje, sino más bien algo
violento, mecánico, ajeno a mi voluntad, yo no había tenido ganas verdaderamente. La cosa
debería ser muy dulce, como en mi sueño, hay que ir despacito…así…recorriendo cada curva,
una por una…así…hasta llegar a esa maraña, a ese sedoso matorral, suave, tan suave follaje…
donde se esconde la fuente encantada, esa fuente dormida que vos vas a despertar así, así,
así… donde vas a calmar tu sed, ¡aaay Ma…ri…quita!

FINALE A GRANDE ORCHESTRA

Sólo tú formas parte de mi pura soledad.

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Te transformas en todo: eres ese murmullo

o ese perfume en el aire

Entre mis brazos: abismo que se abreva de pérdidas.

Ellos no te retuvieron y por eso ciertamente

Te poseo para siempre.

(Canción alemana citada en Los cuadernos de Malte


Laurids Brigge de Rainer María Rilke)

Desde mi atalaya, invisible, virtualmente inexistente, orquestando, batuteando, tratando de


acordar el desacuerdo, de concertar tanto desconcierto, en base a sus arreglos o desarreglos, a
fin de obtener algo armónico de toda esa quilombera inarmonía. Dirigiendo o digiriendo
sombras.

Aquí arcos pentadígitos hacen vibrar gozosamente los penes tensos como cuerdas de
violines. Allá titilan las teclas de los clítoris rítmicamente percutidos por serpenteantes
músculos húmedos.

Que se abran las trompetas vaginales emitiendo su hambriento aullido. Que lancen los
broncíneos anos su plañidero llamado de pífanos, de flautas y de obóes.

Ahora las campanas de los senos repicando dulcemente y las nalgas entrechocándose con
violencia cual estruendosos platillos.

Pijas de ensueño, aristócratas o plebeyas, de esmoquin u overol, de galera o boina vasca.


Conchas de fantasía, artistas, intelectuales o burguesas, cubiertas de lentejuelas, portadoras de
libracos o escobillones. Culos complacientes que se la comen doblada a cualquier hora del día
o de la noche. Latiendo, vibrando al unísono, turgentes de sangre y de deseo en la más
palpable de las sinfonías imaginarias.

El rojo sangriento de la realidad mezclándose con el blanco espermático del sueño en un


chorro solidario.

En busca de efímeros paraísos prometidos. Ése es tu Graal, tu vellocino de oro.


Conquístalo, mortal.

160
O

ÍNDICE

Moderato (sempre uguale)………………………………………………………. Pág. 3

161
Largo e mesto…………………………………………………………………………14

Andante con moto (ma senza brio)……………………………………………………31

Allegro crudele…………………………………………………………………… . . 52

Andantino lirico………………………………………………………………………. 69

Adagio con molta virilità…………………………………………………………… .106

Presto agitato……………………………………………………………………… ..139

Finale a grande orchestra………………………………………………………… ….160

162

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