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979

IMAGEN DE MUJERES
Imágenes de la placenta:
aspecto normal con revisión de
los hallazgos patológicos 1

Shaimaa Fadl, MD
MariamMoshiri, MD
Corinne L. Fligner, MD
Douglas S. Katz, MD
Manjiri Dighe, MD
Abreviaturas: DWI = imágenes ponderadas por
difusión, IUGR = restricción del crecimiento
intrauterino, MAP = placenta mórbidamente adherente,
PTN = neoplasia trofoblástica persistente
RadioGraphics 2017; 37: 979–998
Publicado en línea 10.1148 / rg.2017160155
Códigos de contenido:
1 De los Departamentos de Radiología (SF,
MM, MD) y Patología (CLF), Centro Médico de la
Universidad de Washington, 1959 NE Pacific St, Seattle,
WA 98195; y el Departamento de Radiología, Winthrop
Radiology Associates, Mineola, NY (DSK). Presentado
como una exhibición educativa en la Reunión Anual de
RSNA 2015. Recibido el 13 de junio de 2016; revisión
solicitada el 24 de agosto y recibida el 7 de octubre;
aceptado el 24 de octubre. Para esta actividad de SA-
CME basada en revistas, el autor MD ha proporcionado
divulgaciones (ver el final del artículo); todos los demás
autores, el editor y los revisores han declarado no tener
relaciones relevantes. Dirigir correspondencia a MD
(correo electrónico: dighe@uw.edu ).
© RSNA, 2017
OBJETIVOS DE APRENDIZAJE DE SA-CME
Después de completar este SA-CME basado en revistas
actividad, los participantes podrán:
■ Reconozca la apariencia normal de la
placenta con varias modalidades de
imagen.
■ Identificar variaciones y anomalías comunes
que se observan en la placenta.
■ Discuta el valor agregado de las imágenes
transversales en la evaluación de
traumatismos, placentación invasiva y
enfermedades trofoblásticas gestacionales.
La placenta juega un papel crucial durante todo el embarazo y
su importancia puede pasarse por alto durante la evaluación de
imágenes prenatales de rutina. Es importante una evaluación
sistemática detallada de la placenta mediante ecografía (EE.
UU.), El examen de imágenes estándar durante el embarazo. Es
necesario estar familiarizado con la apariencia de imagen
normal y anormal de la placenta junto con el enfoque
multimodal y metódico para la evaluación de las anomalías
relacionadas, de modo que los radiólogos puedan alertar a los
médicos sobre las decisiones de manejo oportunas y
oportunas, lo que potencialmente reducirá la morbilidad y la
mortalidad materna y fetal. Este artículo revisa la formación
temprana de la placenta y la apariencia imaginaria esperada de
la placenta durante el embarazo, así como las variaciones en su
morfología. También analiza diversas enfermedades
placentarias y sus posibles consecuencias clínicas. Las
afecciones patológicas placentarias incluyen anomalías del
tamaño de la placenta, inserción del cordón, ubicación de la
placenta y del cordón, y adherencia placentaria. También se
comentan otras afecciones, como hemorragia en la placenta y
alrededor de ella, así como tumores trofoblásticos y no
trofoblásticos de la placenta. La ecografía con imágenes
Doppler es la modalidad de imagen inicial de elección para la
evaluación placentaria. La resonancia magnética (RM) se
reserva para casos ambiguos o cuando se necesita información
adicional. La tomografía computarizada (TC) tiene un papel
limitado en la evaluación de anomalías placentarias debido a la
exposición a la radiación ionizante y la evaluación relativamente
limitada de la placenta; sin embargo, la TC puede proporcionar
información importante en circunstancias específicas,
El material complementario en línea está disponible para este artículo.
© RSNA, 2017 • radiographics.rsna.org

Consulte www.rsna.org/education/search/RG.

Introducción
La placenta juega un papel crucial durante todo el embarazo y su
importancia puede pasarse por alto durante la evaluación de imágenes
prenatales de rutina. Es importante la evaluación detallada y sistemática de
la placenta mediante ecografía (EE. UU.), El examen de imágenes estándar
durante el embarazo.
En este artículo, describimos el desarrollo temprano de la placenta y
su aspecto anatómico normal y las imágenes correspondientes. También
discutimos diferentes condiciones patológicas placentarias que incluyen
morfología anormal, tamaño y ubicación y adherencia placentaria
anormal, junto con tumores placentarios trofoblásticos y no
trofoblásticos. Además, describimos los rasgos característicos
980 mayo-junio de 2017
PUNTOS DIDÁCTICOS
■ El término placenta baja se utiliza cuando el borde placentario se
encuentra en el segmento uterino inferior a 2 cm o menos del
orificio cervical interno; el término placenta previa se utiliza cuando
el borde placentario cubre el orificio cervical interno. Uso de los
términos parcial, marginal, y completo ya no se considera
aceptable. La medición precisa de la distancia entre el borde
inferior de la placenta y el orificio interno se puede lograr
mediante ecografía transvaginal. Recientemente se propuso una
nueva clasificación basada en la ecografía transvaginal según la
distancia del borde placentario desde el orificio cervical interno.
■ En la ecografía en escala de grises, los vasa previa aparecen como estructuras
ecolúcidas lineales que cruzan el cuello uterino. La ecografía Doppler color es la
modalidad de imagen de elección y muestra las estructuras vasculares que
recubren el orificio cervical interno con una posición fija durante el
reposicionamiento materno. Las formas de onda espectrales obtenidas con
Doppler US demuestran un flujo de tipo fetal (con frecuencia cardíaca fetal)
dentro de estos vasos.
■ Varios hallazgos de la TC deberían suscitar preocupación por
desprendimiento de placenta; uno en particular es un área de espesor
total de realce disminuido que forma un ángulo agudo con el miometrio.
Ocasionalmente puede observarse hiperattenuación del líquido
amniótico por hemorragia placentaria hacia la cavidad amniótica.
■ La ecografía Doppler en color y en escala de grises se considera la principal
herramienta de diagnóstico, con una sensibilidad y especificidad generales de
82,4% –100% y 71% –100%, respectivamente. Las características
ecográficas de MAP incluyen un espacio claro retroplacentario irregular o
ausente en la ecografía en escala de grises y múltiples lagunas
placentarias irregulares (apariencia de queso suizo), con flujo turbulento
de alta velocidad en la profundidad de la placenta separada de la
superficie fetal de la placenta.
■ La ecografía con Doppler color y las formas de onda del Doppler
espectral pueden ayudar a diferenciar el corioangioma de otras masas o
procesos placentarios, como hemorragia placentaria, hematoma,
teratoma e infarto. El corioangioma tiene abundante vascularización
interna con flujo arterial de baja resistencia y en algunos casos puede
mostrar flujo venoso turbulento o un solo vaso de alimentación.
de anomalías placentarias con varias modalidades de
imagen, en particular ecografía y resonancia magnética
(RM). Revisamos brevemente el papel de la tomografía
computarizada (TC) en la evaluación de la placenta en
pacientes traumatizadas y para la estadificación de tumores
placentarios. Finalmente, explicamos varias técnicas más
nuevas para la obtención de imágenes de la placenta, que
pueden proporcionar información adicional sobre la
fisiopatología placentaria en pacientes seleccionadas.
Formación temprana de placenta
Inicialmente, el blastocisto se adhiere al endometrio y la
capa exterior del trofoectodermo se diferencia en
sincitiotrofoblastos y citotrofoblastos (1,2). Los
sincitiotrofoblastos erosionan las glándulas
endometriales y los vasos sanguíneos, estableciendo
redes lacunares, que son los primordios de los espacios
intervellosos de la placenta, mientras que los
citotrofoblastos forman una columna de células madre
para el desarrollo de las vellosidades (Figura 1) (1).
A medida que crece el saco coriónico, las vellosidades asociadas
con la decidua basal aumentan rápidamente en número.
radiographics.rsna.org
ber, desarrollando un área con matorrales llamada
corion velloso (chorion frondosum), que luego
evoluciona y forma la placenta (2). El flujo sanguíneo
intervelloso se establece solo después de la semana 12
de gestación (3), y un flujo lento de baja impedancia Se
establece la circulación uteroplacentaria.
Imágenes de placenta normal
con diferentes modalidades
Ecografía
La ecografía es la principal modalidad de imagen de elección
para la evaluación placentaria en casi todas las situaciones
clínicas.La placenta es visible a las 10 semanas de gestación
en la ecografía transabdominal, donde se ve como un
reborde ecogénico engrosado de tejido que rodea el saco
gestacional (4) (Figura 2). ). La imagen Doppler color se
puede utilizar para detectar el flujo sanguíneo intervelloso a
las 12-14 semanas de gestación (Fig. 3). Entre las 12 y las 16
semanas de gestación, el corion y el amnios se fusionan.
A las 15 semanas de gestación, la placenta está
bien formada y se visualiza la zona hipoecoica
retroplacentaria (subplacentaria) (Fig. 4); esto
también se conoce como el espacio libre
retroplacentario. Es el área hipoecoica ubicada
detrás de la placenta, que está compuesta por
decidua, miometrio y vasos uterinos y tiene un
grosor de 1-2 cm. El lado fetal de la placenta se
llama placa coriónica y el lado materno se llama
placa basal. (4).
La placenta normal es discoide con ecogenicidad
uniforme y márgenes redondeados. Por lo general, se
encuentra a lo largo de las paredes uterinas anterior o
posterior, extendiéndose hacia las paredes laterales.La
porción media de la placenta mide típicamente de 2 a 4
cm. Puede mostrar algunas lucencias ecográficas focales
con flujo lento, que se denominan lagos venosos. El cordón
umbilical se inserta típicamente en el centro, pero también
se producen inserciones marginales y velamentosas (dentro
de las membranas corioamnióticas) (5).
El aumento de la ecogenicidad placentaria
puede asociarse con hemorragia placentaria o
hipoxia (6,7), mientras que la ecogenicidad
reducida y una apariencia gelatinosa pueden
asociarse con la preeclampsia (8). al (9) ha
disminuido en los últimos años debido a su
débil correlación con el resultado perinatal
adverso; sin embargo, las calcificaciones
prematuras pueden reflejar una insuficiencia
vascular placentaria y pueden estar asociadas
con un mayor riesgo de resultados adversos
(10).
Imágenes de RM
La resonancia magnética tiene la ventaja de una alta resolución de
contraste de tejidos blandos; Sin embargo, tiene una resolución
espacial más baja en comparación con EE. UU. y, por lo tanto, es
RG • Volumen 37 Número 3 Fadl et al 981

Figura 1. Desarrollo placentario temprano. ( a) Aproximadamente el día 7 después de la fertilización, el blastocisto se adhiere al
epitelio endometrial en el polo embrionario del blastocisto y las células sincitiotrofoblasto comienzan a penetrar e invadir el tejido
conjuntivo endometrial. ( B) Aproximadamente el día 9 después de la fertilización, el blastocisto se implanta en el endometrio. Nótese
la formación de extensos sincitiotrofoblastos en el polo embrionario, el inicio de la invasión de
glándulas endometriales y la formación de lagunas.

Figura 3. Placenta normal a las 12 semanas de gestación. La imagen

Doppler color transversal muestra flujo intervelloso (flecha). M =
Figura 2. Placenta normal a las 10 semanas de gestación.
miometrio P = placenta.
Imagen ecográfica transversal en escala de grises que
muestra el corion laeve (flecha derecha) y el corion frondoso
(flechas izquierda) de la placenta.

generosa alta intensidad de la señal T2 y

generalmente reservado como técnica complementaria
para hallazgos dudosos en US y / o si se requiere
información adicional.Las secuencias más frecuentemente
utilizadas para la evaluación placentaria son eco de espín
rápido / eco de espín turbo de disparo único (ssFSE / ssTSE),
adquisición de medio Fourier de disparo único turbo
spinecho (HASTE) Precesión libre en estado estable
balanceado y ponderada en T2 (FISP verdadero [imágenes
rápidas con precesión en estado estable] o FIESTA [imágenes
rápidas que emplean adquisición en estado estable])
(11) .Estas secuencias generalmente tienen la ventaja de una
temporización corta , con menos artefactos respiratorios
maternos y artefactos de movimiento fetal (11). Una
secuencia ponderada en T1 saturada de grasa es útil para la
detección de hemoderivados (11).
En la resonancia magnética, la placenta normal
entre las 19 y 23 semanas de gestación tiene una
relativamente baja intensidad de la señal T1
(Fig. 5). Entre las 24 y 31 semanas de
gestación, la placenta se vuelve ligeramente
lobulada y los tabiques múltiples entre los
lóbulos comienzan a ser conspicuos, lo que
aumenta la heterogeneidad con el aumento de
la edad gestacional (11). capa intermedia y
capas más delgadas de baja intensidad de
señal a cada lado (11). A veces, el miometrio
aparece como una sola capa delgada de
intensidad de señal uniforme en los sitios de
compresión, como adyacentes a la columna y
la aorta (11).
La delimitación entre la placenta y la pared uterina es
posible en las imágenes ponderadas en T2 (12), donde la
placenta aparece hiperintensa en relación con el miometrio.
Esta delimitación tiene un papel importante en los casos de
placenta mórbidamente adherente.
982 mayo-junio de 2017 radiographics.rsna.org

Figura 4. Placenta normal a las 18 semanas

de gestación. Imagen de EE. UU. Longitudinal
en escala de grises que muestra una placenta
homogénea ( PAG) con inserción central del
cordón placentario ( CI)
y el complejo retroplacentario
hipoecoico (flechas) detrás de la
placenta.

Figura 5. Placenta normal a las 19

semanas de gestación. Imagen de RM
axial ponderada en T2 que muestra
una placenta hiperintensa homogénea
(PAG). El miometrio es ligeramente
hipointenso (flechas) en relación con el
placenta.

(MAPA) (13). La resonancia magnética tiene la ventaja de

demostrar la arquitectura zonal del útero en imágenes
ponderadas en T2, que pueden ser útiles para
demostrar la profundidad de la invasión miometrial en
pacientes con neoplasia trofoblástica persistente (NPT)
(14).

Tomografía computarizada
La TC no se utiliza habitualmente para la evaluación de la
placenta debido a su resolución de contraste tisular
relativamente baja y la exposición asociada a la radiación
ionizante. Sin embargo, puede usarse en circunstancias
seleccionadas, particularmente en traumatismos y en la
evaluación de enfermedad metastásica conocida o
sospechada relacionada con la PTN (15,16). En la TC, una
placenta normal tiene un aspecto relativamente
homogéneo que no se distingue claramente del miometrio
en el primer trimestre, pero a medida que avanza la
maduración, la placenta se vuelve más heterogénea (16).
Variaciones en la morfología placentaria
Succenturar la placenta
Una placenta con un lóbulo accesorio se llama placenta
succenturiada. En EE. UU., El lóbulo accesorio suele ser más
pequeño que la placenta principal; sin embargo,
ocasionalmente el lóbulo accesorio tiene el mismo tamaño que
el lóbulo principal, que se denomina placenta bilobulada
(5). En la ecografía, no hay tejido placentario que une
los dos componentes placentarios; están conectados
por vasos sanguíneos intramembranosos, y el cordón
umbilical se origina en la placenta principal (Figura 6,
Película 1).
La placenta succenturiada tiene un mayor riesgo de
vasa previa y ruptura de los vasos que conectan.
ing los lóbulos durante el trabajo de parto, lo que puede
conducir a la muerte fetal. Además, existe un mayor riesgo
de placenta retenida, lo que puede provocar una hemorragia
posparto (5).
Cuando hay una placenta succenturizada o un lóbulo
accesorio en la parte inferior del útero, se debe realizar una
evaluación cuidadosa con ecografía en busca de vasa previa
e inserción del cordón umbilical. Las posibles imitaciones de
la placenta succenturiada en la ecografía incluyen
contracciones uterinas y una placenta envuelta alrededor de
la pared uterina lateral con componentes anterior y
posterior (4). El conocimiento de estos imitadores y la
evaluación con ecografía repetida si es necesario pueden
ayudar a diferenciar un lóbulo placentario accesorio de tales
entidades.
Placenta circunvalada
En una placenta circunvalada, las membranas
coriónicas no se insertan en el borde de la placenta
sino a cierta distancia hacia adentro de los
márgenes, lo que da como resultado un borde
placentario enrollado y engrosado y una depresión
central. circunferencia) o parcial.Cuando el anillo
placentario es plano o carece de la depresión
central, se denomina placenta circunmarginada
(17). Se informa que la placenta circunvalada tiene
un mayor riesgo de desprendimiento placentario
crónico, parto prematuro,
RG • Volumen 37 Número 3 Fadl et al 983

Figura 6. Succenturar el lóbulo placentario. ( a) Imagen Doppler color longitudinal de una placenta a las 24 semanas de gestación que muestra
dos lóbulos placentarios separados, con la inserción del cordón placentario ( CI) en el margen del lóbulo principal ( PAG), cerca de las
membranas que conectan los lóbulos. Los vasos sanguíneos (flecha) se ven viajando desde el lóbulo principal y cruzando posteriormente hacia
el lóbulo succenturiate ( S). ( B) La fotografía retroiluminada de una muestra macroscópica de otro paciente muestra dos lóbulos placentarios
separados interconectados por una membrana, con los vasos sanguíneos atravesando las membranas (flecha). Tenga en cuenta el origen del
cordón desde el lóbulo placentario principal (punta de flecha).

Figura 7. Placenta circunvalada. ( a) Imagen ecográfica longitudinal en escala de grises a las 21 semanas de gestación que muestra el
borde elevado de la placenta ( PAG) como una banda lineal de tejido o estructura en forma de estante (flecha) que puede imitar una
sinequia uterina. ( B) La fotografía de una muestra macroscópica de otro paciente muestra el pliegue hacia atrás en las membranas en
su inserción (flechas negras) cerca de los márgenes de la superficie fetal placentaria.

pequeño para la edad gestacional (PEG), enfermedad
pulmonar crónica (en el niño) e ingresos en cuidados
intensivos neonatales (18).
En la ecografía, el borde elevado de la placenta se representa
como una banda lineal o una estructura en forma de estante
isoecoica con respecto al tejido placentario. Sobresale hacia la
cavidad amniótica con su base en el borde placentario y no está
adherida a ninguna parte fetal (Figura 7, Película 2). En los
Estados Unidos tridimensionales, se ha descrito como análogo a
un neumático montado en una rueda (es decir, el "signo de
neumático") (19).
Las posibles imitaciones de un estante placentario en la
ecografía incluyen sinequias uterinas, bandas amnióticas,
útero tabicado y un hematoma subcoriónico antiguo
(20). Las sinequias uterinas pueden originarse en cualquier punto
de la cavidad uterina y pueden tener flujo sanguíneo. Las bandas
amnióticas son estructuras avasculares delgadas
con origen en cualquier punto de la superficie amniótica; ya
sea que estén relacionados o no con la superficie de la
placenta, pueden estar adheridos a partes fetales y pueden
causar anomalías fetales como la amputación de una
extremidad. El útero septado suele reconocerse por su
posición del fondo. El hematoma subcoriónico antiguo
carece del margen libre del estante (20,21).
Placenta Membranacea o Diffusa
En la placenta membranacea o diffusa, la placenta es
una estructura membranosa delgada que ocupa
circunferencialmente toda la periferia del corion. Puede
explicarse por la ausencia de atrofia de las vellosidades
coriónicas sobre las membranas amnióticas, una entidad
poco frecuente. Los casos notificados se asociaron con
un mayor riesgo de placenta previa, así como con
hemorragia antes y después del parto (22).
984 mayo-junio de 2017 radiographics.rsna.org

Figura 8. Espesor placentario. ( a) Espesor placentario normal. La imagen ecográfica longitudinal de una placenta normal a las 18
semanas de gestación muestra los calibradores de medición colocados correctamente en los márgenes anterior y posterior de la
placenta ( PAG), perpendicular al eje largo de la placenta cerca del origen del cordón umbilical ( C). ( B) Placenta fina. Imagen ecográfica
longitudinal de otra paciente a las 30 semanas de gestación con polihidramnios que muestra una placenta delgada ( PAG)
con una medida de grosor de 1,5 cm (normal a esta edad gestacional = aproximadamente 3 cm).

Espesor placentario Ubicación placentaria

El grosor de la placenta aumenta linealmente con la
edad gestacional durante un embarazo normal
(23,24), y el grosor en milímetros suele
correlacionarse con la edad gestacional en semanas.
El grosor medio de una placenta normal varía de 2 a
4 cm. Se deben realizar mediciones precisas en la
porción media de la placenta cerca de la inserción
del cordón umbilical en casos de inserción del
cordón central o casi central, y deben medirse
perpendicularmente a la pared uterina desde las
venas subplacentarias hasta el líquido amniótico,
excluyendo el miometrio ( Figura 8a).
Debe tenerse en cuenta la posición de la placenta al
determinar el grosor de la placenta. Las placentas
anteriores son aproximadamente 0,7 cm más
delgadas que las placentas posteriores o del fondo.
Una placenta anterior de más de 3,3 cm y una placenta
posterior de más de 4 cm deben considerarse
engrosadas (23).
Se ha descrito un engrosamiento de la placenta en
asociación con infecciones TORCH ( t oxoplasmosis, o
otras infecciones, r ubella, C itomegalovirus,
h erpes simplex), diabetes gestacional e hidropesía fetal
(23). Se puede observar una placenta engrosada con
quistes en el embarazo molar parcial, triploidía y, muy
raramente, en la displasia mesenquimatosa placentaria
(PMD), que es una anomalía vascular placentaria poco
común descrita en asociación con el síndrome de
BeckwithWiedemann (17).
El desprendimiento de placenta se puede interpretar
falsamente como una placenta gruesa cuando un hematoma
retroplacentario es isoecoico a la placenta en la ecografía (14).
Ocasionalmente, las contracciones uterinas o los fibromas
pueden simular una placenta gruesa. Una placenta delgada
puede estar relacionada con preeclampsia y restricción del
crecimiento intrauterino (RCIU) (3) (Fig 8b).
La ubicación de la placenta se determina de acuerdo con la
posición principal del cuerpo placentario desde el ecuador
uterino. Puede ser anterior o posterior, fúndico, izquierdo
o derecho.
El término placenta baja se utiliza cuando el borde
placentario se encuentra en el segmento uterino inferior
a 2 cm o menos del orificio cervical interno; el término
placenta previa se utiliza cuando el borde placentario
cubre el orificio cervical interno (Fig. 9). Uso de los
términos parcial, marginal, y completo ya no se
considera aceptable (25). La medición precisa de la
distancia entre el borde inferior de la placenta y el
orificio interno se puede lograr mediante ecografía
transvaginal. Recientemente se propuso una nueva
clasificación basada en la ecografía transvaginal según la
distancia del borde placentario desde el orificio cervical
interno (Tabla 1) (25).
La ecografía transvaginal es superior a la ecografía
transabdominal para la detección de placenta baja (26,27).
Los beneficios de un diagnóstico preciso con ecografía
transvaginal también incluyen la detección de MAP y vasa
previa, que están fuertemente asociados con la placenta
previa. La placenta migra aproximadamente 1 mm por
semana (25,28); por lo tanto, la probabilidad de un
diagnóstico de placenta previa disminuye con la edad
gestacional, y es más probable que una previa parcial se
resuelva que una previa completa (29).
Un estudio retrospectivo de Dashe et al (29) encontró que
entre los casos de placenta previa observados a las 15-19
semanas, 20-23 semanas, 24-27 semanas, 28-31 semanas y 32-35
semanas, la previa persistió hasta el parto en 12%, 34%, 49%,
62% y 73%, respectivamente, lo que sugiere que la previa
diagnosticada en una edad gestacional más temprana tiene una
menor incidencia de persistencia que la diagnosticada en una
edad gestacional más avanzada. Por lo tanto, cuando la placenta
previa se detecta al principio del embarazo,
RG • Volumen 37 Número 3 Fadl et al 985

Figura 9. Placenta previa. ( a) Placenta previa completa. Imagen ecográfica longitudinal en escala de grises a las 28 semanas de gestación que
muestra la placenta ( PAG) cubriendo completamente el sistema operativo interno ( X). ( B) Placenta previa parcial. Imagen ecográfica longitudinal
en escala de grises de otra paciente a las 16 semanas de gestación que muestra una placenta baja ( PAG) que se extiende a, pero no cubre, el
sistema operativo interno ( X).

Tabla 1: Clasificación de la placenta previa según la distancia del borde

placentario desde el orificio cervical interno

Distancia del borde placentario

desde el SO Indicación de parto por cesárea (CD)
> 20 mm No indicado
11-20 mm Menor probabilidad de sangrado y menor necesidad
de EC
≤ 10 mm Mayor probabilidad de sangrado y mayor necesidad
para CD
Superposición de os por cualquier CD indicado

distancia Fuente. — Referencia 25.

Se recomienda una ecografía baja en el tercer trimestre Inserción de cordón velamentoso

para reevaluar la posición de la placenta.
Inserción del cordón placentario
El cordón umbilical generalmente se inserta en la
porción central de la placenta, pero a veces se inserta
en una ubicación excéntrica, lejos del borde
placentario.
Inserción de cordón marginal
La inserción del cordón marginal se define como la inserción
del cordón placentario dentro de los 2 cm del borde
placentario (Fig. 10). La prevalencia de la inserción del
cordón marginal es del 7% al 9% en embarazos únicos y del
24% al 33% en gemelos (30). Un estudio de Liu et al (31)
evaluó el efecto de la inserción marginal del cordón sobre el
peso al nacer y la duración del embarazo en embarazos
únicos y concluyó que no está asociado con un mayor riesgo
de deterioro del crecimiento o parto prematuro. Sin
embargo, la inserción del cordón marginal a menos de 0,5
cm del borde placentario puede progresar a una inserción
velamentosa del cordón más adelante en el embarazo
(30,32).
Un cordón velamentoso se inserta y atraviesa las
membranas (entre el amnios y el corion) antes de
ingresar al tejido placentario (Figura 11, Película 3) .La
prevalencia de la inserción velamentosa del cordón es
del 1% en los embarazos únicos y de aproximadamente
el 15% en las gestaciones gemelares monocoriales. (32)
La inserción velamentosa del cordón se ha asociado con
bajo peso al nacer y un patrón anormal de frecuencia
cardíaca fetal intraparto. Además, si estos vasos se
superponen al cuello uterino (vasa previa), pueden
romperse y causar exanguinación fetal.
Vasa Previa
La vasa previa se diagnostica cuando los vasos umbilicales
atraviesan las membranas fetales sin el soporte del tejido
placentario o la gelatina de Wharton y están cerca del
orificio cervical interno y debajo de la parte de presentación
del feto. Su prevalencia es baja, aproximadamente 0.04%,
pero conlleva un riesgo significativo de muerte fetal cuando
las membranas se rompen.
(33). El diagnóstico precoz de vasa previa, antes de la rotura
de las membranas, aumenta la supervivencia fetal de
986 mayo-junio 2017 radiographics.rsna.org

Figura 10. Inserción de cordón marginal. ( a) Imagen Doppler color longitudinal a las 20 semanas de gestación que muestra la inserción del
cordón placentario ( CI) cerca del margen de la placenta ( PAG) dentro de los 2 cm del borde placentario (flecha). ( B) La fotografía de anatomía
patológica macroscópica de una placenta de otra paciente muestra la inserción marginal del cordón (flecha). Observe los vasos ramificados
sobre la superficie fetal de la placenta.

Figura 11. Inserción del cordón velamentoso. ( a) La imagen de Doppler color longitudinal muestra un origen de
cordón velamentoso. En lugar del cordón umbilical ( UC) al insertarse en la masa placentaria principal, el flujo de color
confirma la inserción sutil en el amnios / corion antes de la inserción en el margen de la placenta (flecha).
(B) Fotografía retroiluminada de una placenta extraída de otro paciente que muestra los vasos del cordón (flechas)
viajando entre las membranas.

44% a 97%. La clave para prevenir un resultado
fetal adverso es realizar una cesárea antes de la
rotura de las membranas fetales (34).
En la ecografía en escala de grises, los vasa previa aparecen
como estructuras ecolúcidas lineales que cruzan el cuello
uterino. La ecografía Doppler color es la modalidad de imagen
de elección y muestra las estructuras vasculares que recubren el
orificio cervical interno con una posición fija durante el
reposicionamiento materno (Fig. 12). Las formas de onda
espectrales obtenidas con Doppler US demuestran un flujo de
tipo fetal (con frecuencia cardíaca fetal) dentro de estos vasos
(35).
Las imitaciones de vasa previa incluyen la presentación
fúngica, en la que un bucle o bucles de un cordón umbilical que
se inserta normalmente preceden a la parte fetal de
presentación y se superponen al orificio cervical interno. El
reposicionamiento de la madre durante el examen ecográfico o
las exploraciones seriadas puede ayudar a diferenciar estas
entidades. Esta maniobra mostrará el movimiento de los lazos
del cordón en una presentación funica. Otro posible imitador de
la ecografía es el seno previo marginal, que se describe
como un lago venoso discontinuo en el margen de la
placenta (35). La separación de membranas y el líquido en
las membranas debajo de la parte de presentación son
otros posibles imitadores.
Quistes placentarios
Los quistes verdaderos, también llamados quistes de placa
coriónica, son estructuras anecoicas de paredes delgadas
con una prevalencia estimada del 2% al 7% (5). Dichos
quistes generalmente se ven a lo largo de la superficie fetal
de la placenta, típicamente cerca de la inserción del cordón,
y no muestran vascularidad interna en la imagen Doppler
(Fig 13). Suelen ser benignos y pequeños y con frecuencia
pasan desapercibidos; muy raramente, si miden más de 4,5
cm, se ha informado que están asociados con RCIU (17).
Los lagos placentarios o espacios intervellosos
suelen ser hipoecoicos con ecos arremolinados y
muestran un flujo laminar de baja velocidad en el
modo B o las imágenes Doppler. Por lo general, se
observan a finales del segundo o tercer trimestre.
RG • Volumen 37 Número 3 Fadl et al 987

Figura 12. Vasa previa. ( a) Imagen de ecografía transvaginal longitudinal a las 33 semanas de gestación que muestra vasos sanguíneos fetales
(flecha) superpuestos al orificio cervical interno (punta de flecha). Línea blanca curva = canal cervical. ( B) La imagen de Doppler espectral
muestra flujo arterial con frecuencia cardíaca fetal en estos vasos, lo que confirma vasa previa.

Figura 13. Quiste de la placa coriónica. La

imagen Doppler color longitudinal a las 23
semanas de gestación muestra una
estructura avascular anecoica bien
definida (flecha) a lo largo de la superficie
fetal de la placenta ( PAG), que representa
un quiste de placa coriónica.

Dado que la ecografía no es sensible para la detección de

no asociado con complicaciones uteroplacentarias o
resultados adversos del embarazo (36).
Desprendimiento de la placenta
y hematomas asociados
El desprendimiento de placenta se define como la separación
prematura de la placenta del lugar de implantación. El
desprendimiento de placenta complica aproximadamente el 1%
de los embarazos y ocurre con mayor frecuencia entre las 24 y
26 semanas de gestación (37). Los factores de riesgo de
desprendimiento incluyen hipertensión crónica, trauma y edad
materna avanzada (37).
La ecografía es insensible para la detección de desprendimiento de
placenta, con una sensibilidad informada tan baja como del 25%
(38) Esto se debe a que los hematomas agudos y subagudos
suelen ser isoecoicos al tejido placentario. La ecografía puede
ayudar a determinar la extensión del desprendimiento al
representar los hematomas, que se forman como una secuela
del desprendimiento. Un hallazgo positivo de un hematoma en la
ecografía se asocia con un peor resultado neonatal, ya que la
visualización de un coágulo de sangre probablemente indica una
hemorragia de gran volumen que tendría más probabilidades de
manifestar signos y síntomas. También tardan más en
reabsorberse o drenar debido a su tamaño ( 38).
desprendimiento, se debe considerar y tratar un
desprendimiento de placenta si se sospecha clínicamente,
independientemente de los hallazgos de la ecografía (38). Un
estudio prospectivo de Masselli et al (39) de 19 pacientes
encontró que la RM es útil y precisa para la detección del
desprendimiento placentario. Los autores compararon la RM y la
ecografía para la detección del desprendimiento y
correlacionaron sus resultados con el examen patológico de las
placentas. concluyeron que la resonancia magnética puede
representar con precisión el desprendimiento de placenta, con
una excelente concordancia entre observadores. Sin embargo,
dado que el tratamiento del desprendimiento se basa en los
hallazgos clínicos, no en los hallazgos de las imágenes, la
resonancia magnética no se realiza de manera rutinaria y se
puede considerar después de los resultados negativos de la
ecografía si el diagnóstico de desprendimiento podría cambiar el
manejo.
En el contexto de un traumatismo en la paciente
embarazada, la lesión más común después de la lesión de un
órgano sólido es el desprendimiento de placenta. Es
fundamental que el radiólogo conozca el aspecto normal de
la placenta y reconozca el desprendimiento de placenta al
evaluar el útero grávido en una mujer embarazada en la TC
después de un traumatismo (40). En la TC, la placenta parece
homogénea en el primer y segundo trimestre temprano,
volviéndose cada vez más heterogénea en el segundo y
tercer trimestres. Los cotiledones placentarios comienzan a
formarse en el segundo trimestre y pueden verse como
focos de atenuación baja redondeada rodeados de placenta
realzada (16,41). Saphier y Kopelman (42) describieron una
clasificación descriptiva estructurada de normal y anormal
988 mayo-junio de 2017 radiographics.rsna.org

Tabla 2: Escala de desprendimiento de placenta traumática (TAPS) para describir la apariencia de la placenta después de
un traumatismo

Calificación Descripción

0 Placenta normal con realce homogéneo

1 Placenta heterogénea con áreas geográficas de baja atenuación debido a variantes normales
2 Áreas no geográficas contiguas o de espesor total de baja atenuación con ángulos agudos
con miometrio
2a > 50% realce placentario 25%
2b -50% realce placentario
3 Grandes defectos de perfusión con <25% de realce placentario residual global

Fuente. — Referencia 42.

Figura 14. Desprendimiento de placenta en una

mujer de 30 años con sangrado vaginal profuso y
un diagnóstico clínico de desprendimiento de
placenta después de una colisión de vehículo
motorizado a las 28 semanas de gestación. La
imagen axial de TC con contraste muestra una
placenta con realce heterogéneo con áreas
desvascularizadas (flechas), que representan áreas
de infarto. Otra pequeña área no geográfica de
baja atenuación forma un ángulo agudo con el
miometrio. Más del 50% de la placenta muestra
realce; por lo tanto, este es el grado 2a en el
Escala de Trauma Abruptio Placenta (TAPS).

aparición de la placenta en la TC, a la que

denominan Escala de Abruptio Placenta Traumático
(TAPS) y que tiene cinco grados (Tabla 2).
En un estudio retrospectivo, Wei et al (16) encontraron que
la interpretación de un revisor de TC experimentado para el
desprendimiento de placenta después de un trauma tenía una
sensibilidad del 100% y una especificidad de
79,5% -82%, mientras que la interpretación por radiólogos
menos experimentados tuvo una sensibilidad del 42,9% y
una especificidad del 89,7% (16). Otros estudios que
examinaron el rendimiento de la TC en el diagnóstico de
desprendimiento de placenta también se han visto limitados
por un pequeño número de pacientes; sin embargo, estos
informaron sensibilidades del 86% al 100% y especificidades
del 80% al 98% cuando se realizó un análisis retrospectivo
detallado y dirigido (16,43). Varios hallazgos de la TC
deberían suscitar preocupación por desprendimiento de
placenta; uno en particular es un área de grosor completo
de realce disminuido que forma un ángulo agudo con el
miometrio (44) (Fig 14). Ocasionalmente puede observarse
hiperattenuación del líquido amniótico por hemorragia
placentaria hacia la cavidad amniótica (16).
Los errores en el diagnóstico de desprendimiento de placenta
por CT pueden observarse durante el final del tercer trimestre,
cuando las hendiduras coriónicas prominentes pueden parecerse
a cambios isquémicos. Las contracciones del miometrio pueden
aparecer como áreas de baja atenuación y parecerse a un infarto;
sin embargo, las contracciones del miometrio tienen ángulos
obtusos con el miometrio adyacente (16).
Los hematomas placentarios se clasifican en
periplacentales, incluidos los hematomas subcoriónicos
(preplacentarios) (figura 15) y los hematomas
retroplacentarios (figura 16, película 4), y placentarios,
donde el hematoma se centra dentro de la placenta
misma (figura 17). Los hematomas subcoriónicos son el
tipo más común y suelen deberse a la rotura de las
venas uteroplacentarias cercanas al margen placentario,
con extensión entre las membranas corioamnióticas y la
placenta propiamente dicha. Se cree que el hematoma
retroplacentario se debe a la rotura de pequeñas
arterias deciduales y se extiende entre la placenta y la
pared uterina.
Los hematomas periplacentarios y placentarios tienen diversas
apariciones en la ecografía según el estadio del sangrado; tienden a
ser isoecoicos de forma aguda, tienen ecogenicidad mixta de forma
subaguda, luego son hipoanecoicos cuando son crónicos, de
apariencia similar al líquido amniótico (5). Se debe sospechar un
hematoma retroplacentario en la ecografía si la zona hipoecoica
retroplacentaria está engrosada a más de 2 cm (32). En la resonancia
magnética, estos hematomas siguen la misma intensidad de señal de
la sangre que en otras partes del cuerpo. Las imitaciones en las
imágenes incluyen contracciones uterinas, que
RG • Volumen 37 Número 3 Fadl y col. 989

Figura 15. Hemorragia subcoriónica

(preplacentaria). Imagen ecográfica oblicua en
escala de grises a las 32 semanas de gestación
que muestra una gran hemorragia en media
luna heterogénea (flechas) entre la superficie
de la placenta ( PAG) y las membranas, muy
compatibles con hemorragia subaguda.

Figura 16. Desprendimiento retroplacentario

crónico. ( a) Imagen ecográfica longitudinal en
escala de grises a las 19 semanas de gestación
que muestra una acumulación de líquido
retroplacentario hipoecoico a anecoico (flecha)
debido a un hematoma crónico. P =
placenta. ( B) La fotografía de la muestra
macroscópica de otro paciente muestra un
gran hematoma retroplacentario (flecha)
que marca el disco placentario
suprayacente (punta de flecha).

miomectomía, edad materna avanzada y

suelen ser fibromas uterinos y transitorios, que
demuestran vascularidad interna en la imagen
Doppler color, mientras que los hematomas no (32).
Placenta mórbidamente adherente
La MAP es una invasión placentaria anormal en la pared
uterina, que conduce al fracaso de la separación placentaria
en el momento del parto. La causa de este proceso se
atribuye a una invasión trofoblástica excesiva y una
decidualización defectuosa (45,46).
Los factores de riesgo más comunes de MAP
son la cesárea previa y la placenta previa. Otros
factores de riesgo incluyen cirugía uterina previa
y técnicas de reproducción asistida (47). La
incidencia creciente de PAM se atribuye a la tasa
creciente de parto por cesárea. El riesgo de PAM
aumenta con cada parto por cesárea (Tabla 3)
(48). Otros factores de riesgo incluyen
síndrome de Asherman.
La PAM se clasifica según la profundidad de la
invasión placentaria en la pared uterina (es decir,
placenta accreta, increta y percreta), con grados
crecientes de invasión dentro y fuera de la pared
uterina. En la placenta accreta, la placenta está en
contacto directo con el miometrio; en placenta
increta, la placenta invade el miometrio; y en la
placenta percreta, la invasión placentaria se extiende
más allá de la serosa uterina y hacia las estructuras
circundantes (45).
La ecografía en escala de grises y Doppler color se considera
la principal herramienta de diagnóstico, con una sensibilidad y
especificidad generales del 82,4% al 100% y del 71% al 100%,
respectivamente (11). Las características ecográficas de MAP
incluyen un espacio claro retroplacentario irregular o ausente en
la ecografía en escala de grises y múltiples lagunas placentarias
irregulares (apariencia de queso suizo), con flujo turbulento de
alta velocidad en la profundidad de la placenta separada de la
superficie fetal de la placenta (Fig 18 , Película 5) (5,49,50).
Una interfase serosa-vejiga uterina anormal se
informa como el signo de EE. UU. Con el valor
predictivo positivo más alto para PAM (51,52). La
interfase normal serosa-vejiga es una línea suave
ecogénica sin irregularidades de las señales
vasculares. Las anomalías de esa interfaz incluyen
interrupción de la línea serosa, engrosamiento de la
línea y vasculatura caótica o varicosidades.
La resonancia magnética es un examen de imagen
complementario cuando los hallazgos de la ecografía son ambiguos
o la placenta se localiza posteriormente (13). En general
990 mayo-junio de 2017
Figura 17. Hematoma intraplacentario. Imagen
ecográfica longitudinal en escala de grises a las 27
semanas de gestación que muestra una placenta
heterogénea gruesa (flechas), que se debe a una
combinación de tejido placentario y
gran hematoma agudo isoecoico.
la sensibilidad y la especificidad de la resonancia magnética
para esta afección son del 75% al 100% y del 65% al 100%,
respectivamente (13).
Los hallazgos de la RM en las imágenes de MAP incluyen
bandas intraplacentarias oscuras en las imágenes ponderadas
en T2, vascularización intraplacentaria desorganizada,
abultamiento uterino anormal, placenta heterogénea,
adelgazamiento o pérdida de la zona oscura retroplacentaria en
las imágenes ponderadas en T2, adelgazamiento del miometrio
o alteración focal del miometrio, invasión de órganos adyacentes
(en particular la vejiga) y la formación de una tienda de campaña
en la vejiga (Fig. 19). El uso de más de un criterio aumenta la
confiabilidad del diagnóstico. Una revisión sistemática de
Rahaim y Whitby
(13) revelaron que la combinación de bandas oscuras en las
imágenes ponderadas en T2, un abultamiento uterino anormal y
una placenta extremadamente heterogénea se asociaba
consistentemente con la PAM y se observaba con mucha menos
frecuencia en pacientes normales.
Morita et al (53) sugieren que las imágenes ponderadas
por difusión (DWI) se utilicen como una herramienta
adicional para la evaluación de la invasión placentaria. DWI
en un B valor de 1000 seg / mm 2 puede ser útil para
distinguir el borde entre el miometrio y la placenta, ya que la
placenta muestra una intensidad de señal muy alta en
comparación con el miometrio adyacente; por tanto, se
puede detectar potencialmente el adelgazamiento focal del
miometrio causado por placenta increta o percreta.
El tratamiento de la PAM requiere un enfoque de
equipo multidisciplinario. El tratamiento ideal es una
histerectomía por cesárea planificada y evitar el parto
placentario; sin embargo, cuando se desea preservar la
fertilidad, se pueden considerar otras opciones
conservadoras alternativas, incluida la cesárea
combinada con la oclusión temporal del balón aórtico,
seguida de la embolización de la arteria uterina (54,55).
Enfermedad trofoblástica gestacional
Enfermedad trofoblástica gestacional (GTD),
también denominada embarazo molar, incluye un
amplio espectro de proliferación trofoblástica
anormal. Abarca mola hidatiforme completa y
parcial y neoplasia trofoblástica persistente.
radiographics.rsna.org
Tabla 3: Riesgo de PAM en pacientes con
cesárea previa y placenta previa
Cesárea previa Riesgo de MAP en
Entregas Pacientes con placenta previa
Uno 11%
Dos 40%
Tres 61%
Fuente. — Referencia 48.
(PTN), que incluye mola hidatiforme invasiva,
coriocarcinoma placentario y tumor
trofoblástico del sitio placentario.
La GTD es una enfermedad relativamente poco
común, aunque las tasas de incidencia informadas varían
de un estudio a otro. Es más común en poblaciones
asiáticas, cuya razón no se comprende completamente
pero que puede tener una base genética (56). La
secreción marcadamente aumentada de gonadotropina
coriónica humana (hCG) es el sello distintivo de esta
afección. Los ovarios agrandados con múltiples quistes
de teca luteína se ven con lunares hidatiformes y
coinciden con los niveles elevados de hCG (15).
La mola hidatiforme completa es el tipo más común
de GTD. Tiene un cariotipo diploide 46, XX
(generalmente) o 46, XY. Todos los cromosomas son de
origen paterno (57), lo que probablemente se deba a la
fertilización de un óvulo vacío por dos espermatozoides
haploides. Se caracteriza por hiperplasia trofoblástica
difusa e hinchazón hidrópica de las vellosidades
coriónicas, sin tejido embrionario o fetal identificado.
En EE. UU., La cavidad endometrial se expande por
tejido hiperecoico o isoecoico con múltiples quistes de
tamaño variable, dando la apariencia clásica de
“tormenta de nieve” o “racimos de uvas” (Fig.
20) (15). Durante el primer trimestre, los quistes pueden ser
demasiado pequeños para identificarlos en la ecografía y la
masa ecogénica puede parecer homogéneamente sólida. No se
observa un flujo sanguíneo definido dentro del tejido molar en la
imagen Doppler color. En EE. UU. No se identifican fetos, partes
fetales, cordón umbilical o membranas amnióticas (58).
RG • Volumen 37 Número 3 Fadl y col. 991

Figura 18. Características estadounidenses de MAP. ( a) Adelgazamiento del miometrio. La imagen Doppler color longitudinal a las 28 semanas de gestación
muestra pérdida del espacio retroplacentario hipoecoico normal y reducción del grosor del miometrio (flechas) subyacente a la placenta ( PAG).
(B) Lagunas placentarias. Imagen ecográfica longitudinal en escala de grises de otra paciente a las 29 semanas de gestación que muestra múltiples áreas
hipoecoicas (puntas de flecha) que representan lagunas placentarias. Estos tenían un flujo sanguíneo lento (no se muestra). ( C) Aumento de la vascularización. La
imagen longitudinal Doppler color de placenta increta en otra paciente a las 23 semanas de gestación muestra un aumento de la vascularización intraplacentaria
y retroplacentaria (flechas). ( d, e) Pérdida de la interfase serosa entre vejiga y útero. Escala de grises sagital EE. UU. ( D) y Doppler color ( mi) Las imágenes de
otra paciente a las 28 semanas de gestación muestran abultamiento (flechas en D) de la placenta PAG) y vejiga, con aumento caótico vascular-
a lo largo de la interfaz (puntas de flecha en mi).

La mola hidatidiforme parcial es el segundo tipo más
común de GTD. Tiene el cariotipo triploide 69, XXY o 69, XYY.
Por lo general, se desarrolla después de la fertilización de un
óvulo normal por dos espermatozoides haploides. Se
caracteriza por hiperplasia trofoblástica focal e inflamación
hidrópica focal de las vellosidades coriónicas con tejido fetal
identificado (57).
La ecografía muestra cambios quísticos focales de la
placenta y puede verse un saco gestacional (Fig.
Cuando se identifica tejido fetal, generalmente es
anormal, con solo partes fetales en lugar de un feto
normal o con restricción severa del crecimiento o
anomalías congénitas cariotípicas triploides (57). Un
imitador de la mola parcial es la degeneración hidrópica
de la placenta; el nivel sérico de hCG puede ayudar a
distinguir entre los dos, ya que es más bajo y disminuye
progresivamente en la degeneración placentaria
hidrópica (58). Otro posible mimetismo es el embarazo
gemelar con un feto de apariencia normal y un embarazo
molar completo concurrente (Figura 22).
La PTN incluye mola invasiva (más común), coriocarcinoma y,
en raras ocasiones, tumor trofoblástico del sitio placentario. Las
características que sugieren esta condición incluyen un nivel de
meseta de hCG durante cuatro valores consecutivos durante 3
semanas o un aumento secuencial de los niveles de hCG durante
2 semanas, persistencia de un nivel elevado de hCG 6 meses
después de la evacuación molar, diagnóstico histopatológico de
coriocarcinoma o metástasis (59) . La incidencia notificada de
PTN es de 18 a 29% después de una mola completa y de 0 a 11%
después de una mola parcial.
(57). Las características ecográficas de la PTN incluyen focos
quísticos o nódulos en el miometrio (Fig 23). La hipervascularidad
y el flujo arterial de alta velocidad y baja impedancia pueden
verse en la imagen Doppler color (58).
La resonancia magnética tiene un papel limitado en la GTD;
Hasta donde sabemos, no tiene un papel establecido en el
diagnóstico inicial de la mola hidatiforme, pero puede ser útil en
la PTN, donde se utiliza para evaluar la invasión del miometrio y
la estadificación local. En la resonancia magnética, aparece una
mola hidatiforme completa como una
992 mayo-junio de 2017 radiographics.rsna.org

Figura 19. Características de imágenes de RM de MAP. ( a) Placenta increta. Imagen coronal ponderada en T2 a las 23 semanas de
gestación que muestra placenta previa con un abultamiento focal (flechas) en la cara inferior del útero, con discontinuidad del
miometrio sin interrupción vejiga-serosa. ( antes de Cristo) Placenta percreta. Sagital ( B) y axial ( C) Las imágenes ponderadas en T2
de otra paciente a las 26 semanas de gestación muestran un abultamiento placentario focal (flechas blancas en C) en la cara
anterolateral derecha del útero, con discontinuidad (flechas negras) del miometrio (puntas de flecha en B).

masa intracavitaria isointensa en las imágenes
ponderadas en T1, es hiperintensa en las imágenes
ponderadas en T2, tiene una apariencia enrejada
debido a cambios quísticos y puede contener áreas
de hemorragia (56). Demuestra un realce ávido de
gadolinio y numerosas regiones quísticas. En la NPT,
en particular la mola invasiva y el coriocarcinoma, el
tumor suele tener una intensidad de señal
heterogénea en las imágenes potenciadas en T2 y un
límite indistinto entre el endometrio y el miometrio,
con alteración focal o difusa de la arquitectura zonal
(14) (Fig 24).
Además, Himoto et al (60) informaron que la
resonancia magnética permite diferenciar entre mola
hidatiforme completa con feto gemelar vivo
coexistente (CHTF) y displasia mesenquimatosa
placentaria (PMD), según la ubicación de la masa
multiquística. En CHTF, la masa multiquística de la
mola completa se representa fuera del saco fetal,
que contiene una placenta normal; sin embargo, en
PMD la masa multiquística se representa en la
placenta en el saco fetal. El curso clínico y el resultado
del embarazo de estas dos enfermedades son
diferentes, por lo que la diferenciación prenatal precisa
es importante (60).
La TC también tiene un papel limitado en el diagnóstico de
embarazo molar. Su función principal es la estadificación en
pacientes con coriocarcinoma para identificar metástasis a
distancia.
Tumores placentarios no trofoblásticos
El corioangioma es el tumor placentario no trofoblástico
más común y se identifica en el 1% de las placentas en
el análisis histopatológico (61,62). Otros tumores no
trofoblásticos, incluidos el teratoma y las metástasis,
son extremadamente raros, con sólo unos pocos
informes de casos en la literatura.
El corioangioma es un tumor vascular benigno inervado
por la circulación fetal. La mayoría de los corioangiomas
son pequeños; sin embargo, una minoría de
corioangiomas tiene un crecimiento impredecible y puede
aumentar rápidamente de tamaño. Grandes corioangiomas
RG • Volumen 37 Número 3 Fadl y col. 993

Figura 20. Embarazo molar completo.

(a) Imagen ecográfica longitudinal en escala de
grises que muestra la expansión de la cavidad
endometrial por una masa multiquística (flechas)
(apariencia de tormenta de nieve). No se pueden
identificar partes fetales. ( B) Imagen de RM
potenciada en T1 con gadolinio coronal que
muestra la expansión de la cavidad endometrial
(flechas) con realce en forma de celosía del
contenido. ( C) La fotografía de la muestra
macroscópica muestra múltiples quistes pequeños
(puntas de flecha) dentro de la masa, que
representan un embarazo molar completo.

Figura 21. Embarazo molar parcial a las 12 semanas de gestación. ( a) La imagen Doppler color longitudinal muestra una placenta agrandada (
PAG) que contiene varios quistes (flechas). ( B) Imagen de ecografía transvaginal transversal que muestra un embrión vivo, que representa
un embarazo molar parcial.

mayores de 4 cm son poco comunes, con una prevalencia
variable de uno en 9000 a uno en 16000 (61,62). En la
ecografía en escala de grises, el corioangioma se ve como
un tumor bien delimitado con una ecogenicidad mixta
diferente del tejido placentario adyacente (Figura 25). El
corioangioma surge comúnmente de la superficie fetal de la
placenta cerca de la
inserción del cordón. En la ecografía se pueden observar pequeñas
calcificaciones que sugieren un pronóstico favorable (63-66).
La ecografía con Doppler color y las formas de onda
del Doppler espectral pueden ayudar a diferenciar el
corioangioma de otras masas o procesos placentarios,
como hemorragia placentaria, hematoma, teratoma e
infarto. El corioangioma tiene abundante
994 mayo-junio de 2017 radiographics.rsna.org

Figura 22. Embarazo gemelar con un feto normal

y un lunar completo, comprobado en el examen
patológico, a las 12 semanas de gestación en una
paciente con antecedentes de fertilización in vitro.
Imagen de EE. UU. Longitudinal en escala de grises
que muestra un feto normal ( F) y placenta normal
PAG) en un saco gestacional y una placenta
anormalmente gruesa
(TP) con múltiples quistes (flechas) en el
otro saco gestacional; este último
representa un embarazo molar completo.
No se ven partes fetales normales en este
saco gestacional.

Figura 23. Embarazo molar invasivo. ( a) Imagen de ecografía transversal que muestra una masa multiquística ecogénica que
llena la cavidad endometrial. La cara posterior del miometrio no se vio bien en la ecografía (flechas), por lo que se realizó una
resonancia magnética. ( B) Imagen axial potenciada en T1 con contraste que muestra invasión del miometrio (flechas), lo que
confirma el diagnóstico de embarazo molar invasivo.

vascularidad con flujo arterial de baja resistencia y en
algunos casos puede mostrar flujo venoso turbulento o un
solo vaso de alimentación (64).
Los corioangiomas grandes se asocian con una
alta morbilidad y mortalidad fetal de hasta 30% -40%
(sesenta y cinco). Las complicaciones fetales incluyen
polihidramnios, anemia fetal e hidropesía fetal. Se debe realizar
una monitorización de seguimiento en serie con ecocardiografía
fetal y ecografía durante todo el embarazo para evaluar el
momento del parto o la necesidad de una amniocentesis de
reducción terapéutica o una transfusión de sangre intrauterina si
se desarrolla polihidramnios o anemia fetal (65). Se ha descrito la
terapia con láser intersticial guiada por ecografía para tratar
pacientes con corioangiomas gigantes que han causado
compromiso fetal debido a insuficiencia cardíaca de alto gasto. El
objetivo principal de la terapia con láser es desvascularizar el
tumor (65).
El teratoma placentario es un tumor poco común compuesto
por las tres capas de células germinales. Se ha descrito como
benigno y esencialmente nunca se asocia con anomalías
congénitas en el feto. Las características estadounidenses de este
tumor incluyen una masa de tejido blando placentario de
ecogenicidad variada debido a calcificaciones,
grasa y líquido, pero sin un polo fetal o una
inserción del cordón umbilical (67).
Se ha informado que el melanoma materno es el
tumor más común que metastatiza a la placenta. El
cáncer de pulmón, la leucemia, el linfoma, el cáncer de
mama y el sarcoma son otras neoplasias malignas de
las que rara vez se ha informado que metastatizan a la
placenta (68).
Técnicas recientes
y actualizaciones en imágenes de placenta
Recientemente se han utilizado varias técnicas de imagen
relativamente nuevas para evaluar la placenta. Éstas incluyen
técnicas de ecografía como la elastografía y técnicas de
imágenes por resonancia magnética que incluyen el
etiquetado de espín arterial (ASL), las imágenes ponderadas
por difusión (DWI) y las imágenes dependientes del nivel de
oxígeno en sangre (BOLD).
La elastografía evalúa la rigidez dentro de los tejidos y se ha
utilizado en la evaluación de múltiples órganos con imágenes
de resonancia magnética y ecografía. Los estudios sobre la
placenta humana sugieren que las placentas IUGR pueden
tener diferentes propiedades mecánicas.
RG • Volumen 37 Número 3 Fadl y col. 995

Figura 24. Embarazo molar invasivo a las 10 semanas de gestación. ( a) Imagen sagital potenciada en T2 que muestra
una gran masa sólida y quística mixta (flecha larga) que se extiende desde el endometrio hasta el miometrio. Tenga
en cuenta los múltiples quistes de teca luteína en los ovarios (flechas cortas). ( B) Imagen axial (a través del útero)
potenciada en T1 con contraste con supresión de grasa que muestra una masa con realce heterogéneo (flechas)
que se extiende desde el endometrio hasta el miometrio.

Figura 25. Corioangioma a las 32 semanas

de gestación. ( a) La imagen Doppler color
longitudinal muestra una masa hipoecoica
bien circunscrita (flechas negras) que surge
de la superficie fetal de la placenta ( PAG)
adyacente a la inserción del cordón ( CI).
Demuestra vascularidad interna y un gran
vaso de alimentación (flecha blanca). ( B)
Corte una sección de la placenta extraída
de otro paciente con corioangioma. Nótese
la masa rojiza (flecha) en la placenta ( PAG).

Wu et al (69) encontraron que la velocidad de la Las imágenes de RM de ASL monitorean el suministro

onda de corte de la placenta normal es
0,983 m / seg ± 0,260, con poca variación entre
el segundo y tercer trimestre.
Sugitani et al (70) analizaron placentas ex vivo para
determinar la velocidad de propagación de la onda de corte,
utilizando una técnica de imagen de impulso de fuerza de
radiación acústica (ARFI) y encontraron una diferencia
significativa en la velocidad de la onda de corte entre las
placentas de restricción del crecimiento fetal (FGR) y las
placentas normales. —Más alto en el grupo FGR — pero sin
diferencias significativas entre el grupo normal y el grupo de
hipertensión inducida por el embarazo. Utilizando la elastografía
de deformación, Cimsit et al (71) encontraron que la proporción
de deformaciones era mayor en pacientes con preeclampsia de
inicio temprano que en aquellas con embarazos normales.
de agua de sangre arterial marcada a los tejidos de interés.
Gowland et al (72) utilizaron esta técnica en el estudio de
placentas humanas y encontraron valores de perfusión
placentaria normal de 176 mL / 100 mg / min ± 96. Francis
et al (73) encontraron más áreas de baja perfusión
relacionadas con una disminución en perfusión placentaria
en embarazos con RCIU.
La resonancia magnética BOLD proporciona
información sobre la oxigenación de los tejidos y se
basa en las propiedades magnéticas de la hemoglobina.
Sørensen et al (74) encontraron que en las imágenes
BOLD, la placenta normóxica parecía heterogénea, con
áreas más oscuras ubicadas en el lado fetal y áreas más
brillantes en el lado materno. Durante la hiperoxia, la
placenta se volvió más brillante, la estructura
placentaria se volvió más homogénea,
996 mayo-junio de 2017 radiographics.rsna.org

Figura 26. Embarazo gemelar dicoriónico diamniótico con un feto con RCIU a las 18 semanas de gestación. Imagen
ponderada por difusión axial ( b = 800 segundos / mm 2) ( a) y mapa ADC ( B) muestran una intensidad de señal más
baja anormal en la placenta del gemelo B ( PB) ( feto IUGR más pequeño) que en la placenta del gemelo A ( PA) ( feto
normal). La placenta del gemelo B también tenía un valor de ADC más bajo que la placenta del gemelo A (no se
muestra). Nótese la diferencia en la intensidad de la señal de la placenta en comparación con el miometrio (flecha), lo
que permite delinear la interfaz placentaria-miometrial.

Tabla 4: Características que deben evaluarse en EE. UU. Para la evaluación placentaria

Criterios Placenta normal Variaciones / Anormalidades

Morfología Normalmente discoide con márgenes redondeados Placenta circunvalada

succenturiada o bilobulada
Placenta membranacea
Espesor placentario Por lo general, de 2 a 4 cm, que se correlaciona con Placenta gruesa o delgada
la edad gestacional

Ecogenicidad de EE. UU. Homogéneo Se pueden ver lagos venosos en la placenta normal
Calcificaciones
Las lagunas placentarias se pueden ver en
Localización Variable MAP Placenta baja o placenta previa
Origen del cordón Central Inserción marginal o velamentosa del
Placentario anormal Zona hipoecoica retroplacentaria cordón Placenta accreta, increta o percreta
adherencia (subplacentaria)
Serosa uterina ecogénica suave
interfaz de la vejiga
Hematoma Ausente Desprendimiento de placenta y hematomas
Masas Ausente asociados Tumores trofoblásticos y no trofoblásticos

y la señal NEGRA de la placenta total
aumentado ∆ NEGRITA nene, 15,2% ± 3,2 [media ±
desviación estándar], P <. 0001) .También
encontró que durante la hiperoxia materna, hubo un
aumento de la oxigenación en varios órganos fetales
humanos, pero la oxigenación del cerebro fetal
permaneció constante; por lo tanto, podría considerarse
un mecanismo de conservación del cerebro "inverso" en
fetos sanos sometidos a hiperoxia (75).
DWI se ha implementado en placentas humanas, similar
a su uso rutinario en muchas otras estructuras del cuerpo
humano. Los valores placentarios del coeficiente de difusión
aparente (ADC) se han calculado tanto para embarazos
normales como para cumplimientos de embarazos.
cated por RCIU y preeclampsia, con un valor promedio de
ADC de 1,77 × 10 - 3 mm 2 · Seg - 1 ± 0,19 (76); sin embargo,
existe una variación considerable en estos valores con la
edad gestacional. En las placentas con RCIU, el ADC parece
disminuido significativamente en comparación con los
embarazos normales (77,78) (Fig. 26).
Evaluación práctica
de la placenta en las imágenes
La evaluación placentaria se integra como parte de la
evaluación ecográfica prenatal de rutina, en la que la
evaluación sistemática de la placenta es importante
(17) La Tabla 4 es una lista de las características de la placenta
que deben evaluarse en EE. UU.
RG • Volumen 37 Número 3
La resonancia magnética suele reservarse como una
herramienta complementaria y de resolución de problemas
en la evaluación placentaria. Demuestra una buena
delimitación de la interfaz placentaria-miometrial en
imágenes ponderadas en T2 y DWI, que es valiosa para el
diagnóstico de MAP (12,13,53); sin embargo, el diagnóstico
por resonancia magnética de la invasión placentaria sigue
siendo un desafío, y la resonancia magnética debe
reservarse para el entorno donde existe una alta sospecha
clínica con hallazgos ecográficos negativos o equívocos (12).
Además, la resonancia magnética demuestra bien la
anatomía zonal del útero, lo que es útil en los casos de PTN
(14).
La TC se reserva para circunstancias seleccionadas, en
particular traumatismos, donde los beneficios clínicos de la
detección de lesiones maternas y fetales superan el riesgo
de exposición a la radiación fetal (16). La TC también se
utiliza para la evaluación de metástasis en el contexto de
PTN (15).
Conclusión
La placenta tiene un papel crucial durante todo el desarrollo
fetal. El feto depende completamente de la placenta para
sobrevivir; por lo tanto, las condiciones patológicas
asociadas con la placenta afectan directamente la
morbilidad y mortalidad fetal. Se debe realizar una
evaluación sistemática de la placenta durante la ecografía
prenatal de rutina para excluir condiciones patológicas. La
RM se reserva para casos equívocos, principalmente para
anomalías en la adherencia placentaria, mientras que la TC
tiene un papel limitado en la evaluación placentaria. La
familiaridad de los radiólogos con estas diversas afecciones
patológicas placentarias es vital para alertar a los médicos
remitentes sobre la necesidad de un tratamiento materno y
fetal oportuno y adecuado.
Divulgaciones de conflictos de intereses. Maryland Actividades
relacionadas con el presente artículo: no reveló relaciones relevantes.
Actividades no relacionadas con el presente artículo: subvenciones de
GE Healthcare y Philips Medical Imaging. Otras actividades: no reveló
relaciones relevantes.
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