Traducido del inglés al español - www.onlinedoctranslator.

com

BOLETÍN DE PRÁCTICA ACOG

Directrices de gestión clínica para obstetras y ginecólogos
norteOCRE OSCURO217 (Reemplaza el Boletín de Práctica Número 188, enero de 2018)
Descargado de http://journals.lww.com/greenjournal por BhDMf5ePHKav1zEoum1tQfN4a+kJLhEZgbsIHo4XMi0hCywCX1AWnYQp/IlQrHD3i3D0OdRyi7TvSFl4Cf3VC4/OAVpDDa8K2+Ya6H515kE= el 25/11/2 021

Comité de boletines de práctica: obstetricia.Este Boletín de Práctica fue desarrollado por el Comité de Boletines de Práctica de
Obstetricia del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos en colaboración con Robert Ehsanipoor, MD y Christian M. Pettker,
MD.

Rotura de membranas antes del parto

El parto prematuro ocurre en aproximadamente el 10% de todos los nacimientos en los Estados Unidos y contribuye de manera importante a la
morbilidad y mortalidad perinatal (1–3). La rotura de membranas antes del parto (PROM, por sus siglas en inglés) que ocurre antes de término
complica aproximadamente entre el 2 y el 3 % de todos los embarazos en los Estados Unidos, lo que representa una proporción significativa de
los nacimientos prematuros, mientras que la RPM a término ocurre en aproximadamente el 8 % de los embarazos (4 a 6). El enfoque óptimo
para la evaluación y el tratamiento de mujeres con PROM a término y prematuros sigue siendo un desafío. Las decisiones de manejo dependen
de la edad gestacional y de la evaluación de los riesgos relativos del parto versus los riesgos (p. ej., infección, desprendimiento de placenta y
accidente del cordón umbilical) del manejo expectante cuando se permite que el embarazo progrese a una edad gestacional más avanzada. El
propósito de este documento es revisar la comprensión actual de esta afección y proporcionar pautas de manejo que hayan sido validadas por
investigaciones basadas en resultados realizadas adecuadamente, cuando estén disponibles. También se presentan directrices adicionales
basadas en el consenso y la opinión de expertos. Este Boletín de práctica se actualiza para incluir información sobre el diagnóstico de PROM, el
manejo expectante de PROM a término y el momento del parto para pacientes con PROM prematuro entre las 34 0/7 semanas de gestación y
las 36 6/7 semanas de gestación.

Fondo tracciones, la PROM prematura puede ser el resultado de una amplia

La definición deruptura de membranas antes del partoEs la rotura de
membranas antes del inicio del parto. La ruptura de membranas
antes del parto que ocurre antes de las 37 semanas de gestación se
conoce como “rotura prematura de membranas antes del parto”. El
tratamiento de la PROM prematura y a término está influenciado por
la edad gestacional y la presencia de factores de complicación como
infección clínica, desprendimiento de placenta, trabajo de parto o
pruebas fetales anormales. Una evaluación precisa de la edad
gestacional y el conocimiento de los riesgos maternos, fetales y
neonatales son esenciales para una evaluación, asesoramiento y
atención adecuados de los pacientes con PROM.
Etiología de la rotura de
membranas preparto
La rotura de la membrana puede ocurrir por diversas razones.
Aunque la rotura de membranas a término puede deberse a un
debilitamiento fisiológico normal de las membranas combinado
con fuerzas de corte creadas por la contracción uterina.
gama de mecanismos patológicos que actúan individualmente o en
conjunto (7, 8). Se ha demostrado que la infección intraamniótica se asocia
comúnmente con RPM pretérmino, especialmente en edades
gestacionales más tempranas (9, 10).
Un antecedente de PROM prematuro es un factor de riesgo
importante de PROM prematuro o de parto prematuro en un
embarazo posterior (11-13). Los factores de riesgo adicionales
asociados con la RPM pretérmino son similares a los asociados
con el parto prematuro espontáneo e incluyen longitud cervical
corta, sangrado en el segundo y tercer trimestre, índice de masa
corporal bajo, nivel socioeconómico bajo, tabaquismo y uso de
drogas ilícitas (14– 17). Aunque cada uno de estos factores de
riesgo está asociado con la PROM prematura, la afección a
menudo ocurre en ausencia de factores de riesgo reconocidos o
de una causa obvia.
Término Rotura de Membranas Preparto
A término, la PROM complica aproximadamente el 8% de los
embarazos y generalmente va seguida de la pronta

e80VOL. 135, núm. 3 DE MARZO DE 2020 OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA

© 2020 por el Colegio Americano de Obstetras y

Ginecólogos. Publicado por Wolters Kluwer Health, Inc.
Queda prohibida la reproducción no autorizada de este artículo.
inicio del parto y parto espontáneos (6). En un gran ensayo
aleatorio, la mitad de las mujeres con RPM a término que fueron
tratadas expectantemente tuvieron un intervalo desde la rotura
de membranas hasta el parto de 33 horas, y el 95% dio a luz
dentro de las 94 a 107 horas posteriores a la rotura de
membranas con el uso de oxitocina o prostaglandinas cuando ,
durante el manejo expectante, se indicó la inducción o se
alcanzó un punto final de 4 días de manejo expectante (18). La
consecuencia materna más importante de la PROM a término es
la infección intrauterina, cuyo riesgo aumenta con la duración de
la rotura de membranas.
Rotura prematura de membranas
antes del parto
Independientemente del manejo obstétrico o la presentación clínica, el
nacimiento dentro de la semana posterior a la ruptura de membranas
ocurre en al menos la mitad de las pacientes con RPM prematuro (8). La
latencia después de la rotura de membranas se correlaciona inversamente
con la edad gestacional en el momento de la rotura de membranas (19). El
cese de la fuga de líquido amniótico con la restauración del volumen
normal de líquido amniótico puede ocurrir con poca frecuencia en el
contexto de RPM prematura espontánea, pero puede asociarse con
resultados favorables (20-22).
Entre las mujeres con PROM pretérmino, la infección
intraamniótica clínicamente evidente ocurre en 15 a 35% de los casos
y la infección posparto ocurre en aproximadamente 15 a 25% de los
casos. La incidencia de infección es mayor en edades gestacionales
más tempranas (9, 23-25). El desprendimiento de placenta complica
entre el 2% y el 5% de los embarazos con RPM pretérmino (26, 27).
Los riesgos más importantes para el feto después de una RPM
prematura son las complicaciones de la prematuridad. Se ha
informado que la dificultad respiratoria es la complicación más
común del parto prematuro (28, 29). La septicemia, la hemorragia
intraventricular y la enterocolitis necrotizante también se relacionan
con la prematuridad, pero son menos comunes en el corto plazo. La
PROM prematura se ha asociado con un mayor riesgo de deterioro
del desarrollo neurológico (30-32), y la edad gestacional temprana en
el momento de la rotura de membranas también se ha asociado con
un mayor riesgo de daño neonatal a la sustancia blanca (33). Sin
embargo, no hay datos que sugieran que el parto inmediato después
de la presentación con PROM evite estos riesgos. Un gran estudio de
cohorte sugiere que la duración prolongada de la latencia, cuando se
ajusta a la edad gestacional, no empeora el pronóstico neonatal con
respecto a la supervivencia, la supervivencia sin morbilidad y la
sepsis de aparición temprana (34).
Rotura periviable de membranas
antes del parto
La ruptura de las membranas antes de la viabilidad ocurre en menos
del 1% de los embarazos. La probabilidad de nacimiento neonatal.
VOL. 135, núm. 3 DE MARZO DE 2020
© 2020 por el Colegio Americano de Obstetras y
Ginecólogos. Publicado por Wolters Kluwer Health, Inc.
Queda prohibida la reproducción no autorizada de este artículo.
la muerte y la morbilidad asociadas con la PROM disminuyen con una
latencia más prolongada y una edad gestacional avanzada (35, 36).
En una revisión de RPM periviables que ocurrieron entre las 14 y 24
semanas de gestación, las muertes perinatales se dividieron más o
menos equitativamente entre mortinatos y muertes neonatales. Las
tasas de supervivencia neonatal en pacientes tratadas
expectantemente para PROM periviable fueron mucho más altas
después de la rotura de membranas después de las 22 semanas de
gestación en comparación con la rotura de membranas antes de las
22 semanas de gestación (57,7% frente a 14,4%, respectivamente)
(37). Un segundo estudio retrospectivo de pacientes entre 20 y 24
semanas de gestación con PROM periviable que eligieron manejo
expectante mostró resultados similares, con una supervivencia
neonatal del 22% de los recién nacidos de pacientes con rotura de
membranas antes de las 22 semanas de gestación y del 58% para
aquellas con rotura de membranas a las 22 y 23 semanas de
gestación (36). La mayoría de los estudios sobre PROM en el segundo
trimestre y periviables son retrospectivos e incluyen sólo casos
manejados expectantemente. Por lo tanto, es probable que
sobreestimen las tasas de supervivencia debido a un sesgo de
selección. Los datos de supervivencia pueden variar según la
institución.
Las complicaciones maternas importantes que se producen
después de una RPM periviable incluyen infección intraamniótica,
endometritis, desprendimiento de placenta y retención de placenta
(37). Un centro encontró que el 14% de las mujeres con PROM
periviable experimentaron una morbilidad materna significativa,
incluyendo sepsis, transfusión, hemorragia, infección, lesión renal
aguda y reingreso (38). Aunque ocurre con poca frecuencia, la
infección materna potencialmente mortal puede complicar el manejo
expectante de la PROM periviable. Se informa sepsis materna en
aproximadamente 1 a 5% de los casos (36 a 38), y en este entorno se
han notificado muertes maternas aisladas debido a infección.
Los períodos de latencia parecen prolongarse con la RPM prematura
en el segundo trimestre en comparación con la RPM durante edades
gestacionales posteriores. Sin embargo, entre el 40% y el 50% de las
pacientes con PROM periviable darán a luz dentro de la primera semana y
aproximadamente entre el 70% y el 80% darán a luz dentro de las 2 a 5
semanas posteriores a la ruptura de la membrana (36, 37, 39, 40).
La tasa de hipoplasia pulmonar después de RPM pretérmino
antes de las 24 semanas de gestación varía ampliamente entre los
informes y puede estar sujeta a informes variables, pero está en el
rango de 2 a 20%. (35, 41–43). La hipoplasia pulmonar se asocia con
un alto riesgo de mortalidad (37), pero rara vez es letal cuando se
produce la rotura de membranas entre las 23 y 24 semanas de
gestación o después (44), presumiblemente porque ya se ha
producido un crecimiento alveolar adecuado para sustentar el
desarrollo posnatal. La edad gestacional temprana en el momento de
la rotura de membranas y el bajo volumen de líquido amniótico
residual son los principales determinantes de la incidencia de
hipoplasia pulmonar (46, 47). Un estudio de cohorte retrospectivo
demostró que el oligohidramnios persistente en
Boletín de prácticaRotura de membranas antes del partoe81
Los casos de PROM periviable pueden correlacionarse con tasas de
supervivencia más bajas y resultados adversos del desarrollo
neurológico (48). El oligohidramnios prolongado también puede
provocar deformaciones fetales, incluida una faz tipo Potter (p. ej.,
orejas de implantación baja y pliegues epicánticos) y contracturas de
las extremidades u otras anomalías de la posición. La frecuencia
informada de deformaciones esqueléticas varía ampliamente (1,5 a
38%), pero muchas de ellas se resuelven con el crecimiento posnatal
y la fisioterapia (37, 49).
Consideraciones clínicas
y recomendaciones
<¿Cómo es la rotura de membranas preparto?
diagnosticado?
La mayoría de los casos de PROM se pueden diagnosticar basándose
en la historia y el examen físico del paciente. El examen debe
realizarse de manera que minimice el riesgo de introducir infección.
Debido a que los exámenes cervicales digitales aumentan el riesgo
de infección y agregan poca información a los resultados disponibles
con el examen con espéculo, generalmente deben evitarse a menos
que la paciente parezca estar en trabajo de parto activo o el parto
parezca inminente (50, 51). El examen con espéculo estéril brinda la
oportunidad de inspeccionar en busca de cervicitis y prolapso del
cordón umbilical o de partes fetales, evaluar la dilatación y
borramiento del cuello uterino y obtener cultivos según corresponda.
El diagnóstico de rotura de membranas generalmente se
confirma mediante una evaluación clínica convencional, que
incluye la visualización del líquido amniótico que pasa del canal
cervical y se acumula en la vagina, una simple prueba de pH del
líquido vaginal o la arborización (helecho) del líquido vaginal
seco, que se identifica mediante evaluación microscópica. El pH
normal de las secreciones vaginales es generalmente de 3,8 a
4,5, mientras que el líquido amniótico suele tener un pH de 7,1 a
7,3. Pueden producirse resultados falsos positivos en presencia
de sangre o semen, antisépticos alcalinos, ciertos lubricantes,
tricomonas o vaginosis bacteriana. Alternativamente, pueden
producirse resultados falsos negativos de la prueba con rotura
prolongada de la membrana y mínimo líquido residual.
En casos dudosos, pruebas adicionales pueden ayudar en el
diagnóstico. El examen ecográfico del volumen de líquido amniótico
puede ser un complemento útil, pero no es diagnóstico. La
fibronectina fetal es una prueba sensible pero inespecífica para
detectar rotura de membranas; un resultado negativo sugiere
membranas intactas, pero un resultado positivo no es diagnóstico de
PROM (52). Actualmente se encuentran en el mercado varias pruebas
disponibles comercialmente para detectar proteínas amnióticas, con
una alta sensibilidad reportada para PROM (53, 54). Sin embargo, se
han informado tasas de resultados falsos positivos del 19 al 30% en
pacientes con memoria clínicamente intacta.
e82Boletín de prácticaRotura de membranas antes del parto
© 2020 por el Colegio Americano de Obstetras y
Ginecólogos. Publicado por Wolters Kluwer Health, Inc.
Queda prohibida la reproducción no autorizada de este artículo.
branas y síntomas del parto (55, 56). Estas pruebas son atractivas a la luz
de los requisitos de los organismos reguladores relacionados con las
Enmiendas de Mejora de los Laboratorios Clínicos de los estándares de
calidad de 1988 sobre los métodos de evaluación clínica en el lugar de
atención, como la nitrazina y las pruebas de helecho. Los estudios que
evalúan estas pruebas de proteínas son problemáticos porque la mayoría
de ellos utilizan evaluaciones clínicas convencionales (pooling, ferning, pH)
como controles o estándares de oro para el diagnóstico de rotura de
membranas, poniendo en duda su utilidad en casos equívocos (53, 54,
57). , 58). Además, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.
UU. publicó una carta dirigida a los proveedores de atención médica en
respuesta a los eventos adversos relacionados con su uso, incluidas 13
muertes fetales y múltiples informes de complicaciones de salud en
mujeres embarazadas. La carta de la Administración de Alimentos y
Medicamentos de EE. UU. recordó a los proveedores de atención médica
que estas pruebas no deben usarse sin otras evaluaciones clínicas debido
a preocupaciones sobre "el mal uso, la dependencia excesiva y la
interpretación inexacta de los resultados de las pruebas de laboratorio de
ruptura de membranas, pruebas utilizadas para detectar la ruptura de
membranas en mujeres embarazadas. Estos pueden provocar eventos
adversos graves, incluida la muerte fetal, infecciones y otras
complicaciones de salud en mujeres embarazadas”. (59) Como máximo,
estos kits de prueba deben considerarse de forma selectiva en relación
con los métodos estándar de diagnóstico.
Si el diagnóstico sigue sin estar claro después de una
evaluación completa, y si los beneficios del procedimiento
superan los riesgos, se puede diagnosticar la rotura de
membranas con la instilación transabdominal guiada por
ecografía de tinte índigo carmín, seguida del paso de líquido
teñido de azul hacia la vagina, que se documenta mediante
un tampón o una toalla sanitaria manchada que se retira 20
a 30 minutos después. Es importante tener en cuenta que la
orina materna también se volverá azul o azul verdosa y no
debe confundirse con líquido amniótico. La reciente escasez
de tinte índigo carmín ha complicado la disponibilidad de
este procedimiento y se han sugerido alternativas, como la
fluoresceína (60).
<¿Qué implica el manejo inicial una vez?
¿Se ha confirmado la rotura de membranas antes
del parto?
En todos los pacientes con PROM se debe determinar la
edad gestacional, la presentación fetal y el bienestar fetal
(61). El examen debe evaluar si hay evidencia de
infección intrauterina y desprendimiento de placenta. Si
los resultados aún no están disponibles y si no existe una
indicación para el tratamiento, se debe obtener un
cultivo para estreptococos del grupo B (EGB) cuando se
considere el manejo expectante.
En pacientes con PROM prematuro, un período inicial de monitorización
electrónica de la frecuencia cardíaca fetal y de la actividad uterina.
OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA
la monitorización ofrece la oportunidad de identificar trazados
anormales de la frecuencia cardíaca fetal y evaluar las
contracciones (62). El tratamiento después de la confirmación
del diagnóstico de PROM depende principalmente de la edad
gestacional y se analiza con más detalle en los párrafos
siguientes. Las pruebas fetales anormales o la evidencia de
infección intraamniótica son indicaciones de parto. El sangrado
vaginal debe generar preocupación por el desprendimiento de
placenta, lo que debe llevar a considerar el parto, con la decisión
basada en el estado fetal, la cantidad de sangrado y la edad
gestacional. En general, el examen digital debe utilizarse con
moderación y prudencia.
<¿Cuál es el método óptimo de gestión inicial?
¿Cuál es el tratamiento para una paciente con rotura de
membranas preparto a término?
Se debe confirmar la edad gestacional y la posición fetal, y se debe utilizar
la monitorización de la frecuencia cardíaca fetal para evaluar el estado
fetal. La profilaxis contra los estreptococos del grupo B debe administrarse
basándose en resultados de cultivos previos o en factores de riesgo
intraparto si no se han realizado cultivos previamente (63).
Un metanálisis de 23 ensayos controlados aleatorios (8.615
mujeres) encontró que la inducción del trabajo de parto reducía el
tiempo desde la ruptura de la membrana hasta el nacimiento y las
tasas de corioamnionitis o endometritis, o ambas, y también reducía
el ingreso a la unidad de cuidados intensivos neonatales sin
aumentar las tasas de parto por cesárea o parto vaginal operatorio
(6). El mayor de estos ensayos también encontró que las mujeres
veían la inducción del parto de manera más positiva que el manejo
expectante (18). Se ha demostrado que la inducción del parto con
prostaglandinas vaginales es igualmente efectiva para la inducción
del parto en comparación con la oxitocina, pero se asoció con tasas
más altas de corioamnionitis (18). La infección también es una
preocupación con los métodos mecánicos de maduración cervical,
como el catéter con balón de Foley, pero no hay datos suficientes
para basar una recomendación firme para los métodos mecánicos de
maduración cervical en el contexto de PROM. Un ensayo que
comparó el balón de catéter de Foley con oxitocina con oxitocina sola
en mujeres con PROM demostró un mayor riesgo con el balón de
Foley (8% en comparación con 0%,PAG,.01), aunque esto no se
observó en otro ensayo similar (64, 65). Un metaanálisis de cuatro
ensayos sugiere que el uso de antibióticos profilácticos puede reducir
la morbilidad por infección, pero la inducción rápida del parto no fue
la atención estándar en ninguno de los estudios. Por lo tanto, no hay
evidencia suficiente para justificar el uso rutinario de antibióticos
profilácticos con PROM a término en ausencia de una indicación para
la profilaxis del SGB (66, 67).
Los datos del metanálisis indican que las pacientes con PROM a
término se benefician de la inducción del parto en comparación con
el manejo expectante. La inducción puede ayudar a reducir
VOL. 135, núm. 3 DE MARZO DE 2020
© 2020 por el Colegio Americano de Obstetras y
Ginecólogos. Publicado por Wolters Kluwer Health, Inc.
Queda prohibida la reproducción no autorizada de este artículo.
infección en la mujer y el recién nacido sin aumentar el riesgo de
parto por cesárea (6). Para las mujeres con PROM a las 37 0/7
semanas de gestación o más, si el trabajo de parto espontáneo no
ocurre cerca del momento de la presentación en aquellas que no
tienen contraindicaciones para el trabajo de parto, se debe
recomendar la inducción del trabajo de parto, aunque se debe elegir
un manejo expectante para un Se puede ofrecer apropiadamente un
corto período de tiempo. En los casos en los que se elige un manejo
expectante, dado que casi el 80% y el 95% de las pacientes inician el
trabajo de parto espontáneamente dentro de las 12 y 24 horas
respectivamente, un período de 12 a 24 horas de manejo expectante
es razonable siempre que se cumplan las condiciones clínicas y
fetales. las condiciones son tranquilizadoras y el paciente recibe
asesoramiento adecuado sobre los riesgos de una PROM prolongada
y las limitaciones de los datos disponibles. Para las mujeres con EGB
positivo, la administración de antibióticos para la profilaxis del EGB
no debe retrasarse mientras se espera el parto, y se recomienda la
inducción inmediata en lugar de un manejo expectante (63). Durante
la inducción del parto con oxitocina, se debe permitir un período
suficiente de contracciones adecuadas (al menos 12 a 18 horas) para
que progrese la fase latente del parto antes de diagnosticar una
inducción fallida y pasar al parto por cesárea (68-72).
<¿Cuándo se recomienda la entrega para el pre-
¿Feto a término en presencia de rotura de membranas
antes del parto?
Los resultados anormales de las pruebas fetales, la infección
clínica intraamniótica y el desprendimiento significativo de
placenta son indicaciones claras para el parto. De lo contrario, la
edad gestacional es un factor principal al considerar el parto
versus el manejo expectante (Cuadro 1).
Sin embargo, la edad gestacional óptima para el parto no
está clara y es controvertida. Un metanálisis de 12 ensayos
controlados aleatorios, que incluyeron a 3617 mujeres, concluyó
que había evidencia para guiar la práctica clínica hacia el manejo
expectante con respecto a los riesgos y beneficios del manejo
expectante versus el parto en el contexto de RPM prematuro
(73). Aunque no hubo diferencias en la sepsis neonatal entre las
mujeres que dieron a luz inmediatamente en comparación con
las que recibieron tratamiento expectante, el parto inmediato
tuvo mayores riesgos de dificultad respiratoria neonatal,
necesidad de ventilación, mortalidad neonatal, ingreso a la
unidad de cuidados intensivos neonatales y probabilidad de
parto por cesárea. En pacientes sin contraindicaciones para
continuar el embarazo, como resultados anormales en las
pruebas fetales o infección intrauterina, el manejo expectante
probablemente proporcione beneficios a la mujer y al recién
nacido. Las pacientes con RPM pretérmino antes de las 34 0/7
semanas de gestación deben recibir un tratamiento expectante
si no existen contraindicaciones maternas o fetales (73, 74).
Boletín de prácticaRotura de membranas antes del partoe83
 Cuadro 1. Manejo de la rotura de membranas previa al parto por categorías de edad gestacional en
Pacientes con pruebas prenatales normales
Término (37 0/7 semanas de gestación o más)

C Profilaxis del GBS según lo indicado. Tratar la

C infección intraamniótica si está presente.
C Proceder al parto (inducción o cesárea según corresponda/indicado)

Prematuro tardío (34 0/7–36 6/7 semanas de gestación)

C Manejo expectante o proceder hacia el parto (ver texto) (inducción o cesárea según corresponda/indicado) Un solo ciclo de
C corticosteroides, si no se han administrado esteroides previamente, si se procede con la inducción o el parto en no menos de
24 horas y no más de 7 días, y no hay evidencia de corioamnionitis*
C Detección de GBS y profilaxis según lo indicado
C Tratar la infección intraamniótica si está presente (y proceder hacia el parto)

Pretérmino (24 0/7–33 6/7 semanas de gestación)

C La conducta expectante
C Se recomiendan antibióticos para prolongar la latencia si no hay contraindicaciones. Ciclo único de
C corticosteroides; evidencia insuficiente a favor o en contra del tratamiento de rescate Tratar la
C infección intraamniótica si está presente (y proceder al parto)
C Se debe obtener un hisopo vaginal-rectal para cultivo de GBS en el momento de la presentación inicial y administrar profilaxis de GBS
según lo indicado.
C Sulfato de magnesio para neuroprotección antes del parto anticipado en embarazos de 32 0/7 semanas de gestación, si no
existen contraindicaciones.†

Periviable (menos de 23 a 24 semanas de gestación)z,§

C Asesoramiento al paciente; considerar consulta de neonatología y medicina materno-

C fetal Manejo expectante o inducción del parto
C Se pueden considerar antibióticos a partir de las 20 0/7 semanas de gestación. No
C se recomienda la profilaxis del EGB antes de la viabilidad.ǁ
C No se recomiendan los corticosteroides antes de la viabilidad.ǁ
C No se recomienda la tocólisis antes de la viabilidad.ǁ
C No se recomienda el sulfato de magnesio para neuroprotección antes de la viabilidad.†,ǁ
Abreviatura: GBS, estreptococos del grupo B.
* No retrase la entrega de esteroides; No se deben administrar esteroides en caso de cesárea inminente.
†Sulfato de magnesio para la neuroprotección según uno de los estudios más amplios.
zLacombinación de peso al nacer, edad gestacional y sexo proporciona la mejor estimación de las posibilidades de supervivencia y debe
considerarse en casos individuales.
§Nacimiento periviable. Consenso sobre atención obstétrica n.º 6. Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos. 2017;130:187–99.
ǁPuede considerarse para mujeres embarazadas a partir de las 23 0/7 semanas de gestación.

A las 34 0/7 semanas de gestación y antes de las 37 0/7
semanas de gestación, tradicionalmente se ha recomendado
el parto para todas las mujeres con rotura de membranas.
Sin embargo, un gran ensayo aleatorio reciente de 1.839
mujeres que evaluó el parto inmediato (poco después del
diagnóstico y preferiblemente dentro de las 24 horas) versus
el manejo expectante en pacientes con PROM entre 34 0/7
semanas de gestación y 36 6/7 semanas de gestación
sugiere beneficios para manejo expectante (75). El manejo
expectante se realizó de acuerdo con la práctica local en los
centros participantes, y el 73% de los pacientes fueron
manejados en un entorno hospitalario. No hubo diferencias
significativas en el resultado primario:
sepsis neonatal, o en el resultado secundario de morbilidad
neonatal compuesta. Los bebés en el grupo de parto
inmediato tuvieron tasas más altas de dificultad respiratoria
(riesgo relativo [RR], 1,6; IC 95 %, 1,1–2,3) y ventilación
mecánica (RR, 1,4; IC 95 %, 1,0–1,8) y pasaron más días en
cuidados intensivos (4 días versus 2 días). Sin embargo, los
resultados adversos maternos, como hemorragia e
infección, fueron aproximadamente dos veces mayores con
un manejo expectante, aunque la tasa de parto por cesárea
fue menor (RR, 1,4; IC 95 %, 1,2–1,7). Según los autores, los
hallazgos sugieren que si se elige un tratamiento
expectante, éste debería incluir una monitorización
cuidadosa de los síntomas y signos de

e84Boletín de prácticaRotura de membranas antes del parto OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA

© 2020 por el Colegio Americano de Obstetras y

Ginecólogos. Publicado por Wolters Kluwer Health, Inc.
Queda prohibida la reproducción no autorizada de este artículo.
Infección materna, corioamnionitis y hemorragia anteparto.
Este seguimiento se puede realizar mejor en un entorno
hospitalario. Un metanálisis de datos de participantes
individuales de tres ensayos mostró resultados similares, sin
diferencias en el resultado neonatal adverso compuesto o la
sepsis neonatal al comparar el manejo expectante con el
parto inmediato. Además, el parto inmediato dio lugar a
tasas más altas de síndrome de dificultad respiratoria,
ingreso en cuidados intensivos y parto por cesárea (76). El
manejo expectante o el parto inmediato en pacientes con
PROM entre las 34 0/7 semanas de gestación y las 36 6/7
semanas de gestación es una opción razonable, aunque se
debe considerar cuidadosamente el equilibrio entre
beneficio y riesgo, tanto desde la perspectiva materna como
neonatal. y los pacientes deben recibir asesoramiento claro.
La atención debe individualizarse mediante la toma de
decisiones compartida y el manejo expectante no debe
extenderse más allá de las 37 0/7 semanas de gestación. Los
antibióticos de latencia no son apropiados en este contexto.
<¿Qué enfoques generales se utilizan en casos de
¿Se maneja con expectación la rotura prematura de membranas
antes del trabajo de parto?
El tratamiento expectante de la PROM prematura generalmente
consiste en el ingreso hospitalario con evaluación periódica para
detectar infección, desprendimiento de placenta, compresión del
cordón umbilical, bienestar fetal y parto. No existe consenso
sobre la frecuencia óptima de evaluación, pero una estrategia
aceptable incluiría la monitorización ecográfica periódica del
crecimiento fetal y la monitorización periódica de la frecuencia
cardíaca fetal. Un aumento de la temperatura puede indicar una
infección intrauterina. El diagnóstico oportuno de infección
intraamniótica en el embarazo prematuro requiere un alto
índice de sospecha porque los signos y síntomas tempranos
pueden ser sutiles. En ausencia de fiebre, otros criterios clínicos,
como sensibilidad abdominal o fúndica y taquicardia materna o
fetal, tienen sensibilidad y especificidad variables para
diagnosticar infección. No se ha demostrado que la
monitorización seriada de los recuentos de leucocitos y otros
marcadores de inflamación sea útil y no es específica cuando no
hay evidencia clínica de infección, especialmente si se han
administrado corticosteroides prenatales (77). A continuación se
analizan en detalle las consideraciones de tratamiento
específicas con respecto a tocolíticos, corticosteroides,
antibióticos, sulfato de magnesio y momento del parto.
Para los casos de manejo expectante de PROM periviable,
es razonable evaluar y monitorear a dichos pacientes durante un
período corto en busca de signos de anomalías como se indicó
anteriormente. Después de un período de evaluación en el
hospital, el manejo ambulatorio puede ser
VOL. 135, núm. 3 DE MARZO DE 2020
© 2020 por el Colegio Americano de Obstetras y
Ginecólogos. Publicado por Wolters Kluwer Health, Inc.
Queda prohibida la reproducción no autorizada de este artículo.
posible, ya que hay menos preocupación por la intervención
oportuna en el caso de un feto periviable. El manejo
expectante de la PROM periviable tiene riesgos maternos
importantes que es importante monitorear cuidadosamente
al elegir el manejo ambulatorio. Dicho manejo expectante
ambulatorio debe incluir evaluaciones frecuentes de la
temperatura, asesoramiento claro sobre cómo monitorear
los signos y síntomas de anomalías (p. ej., dolor abdominal,
sangrado vaginal, flujo anormal) y evaluaciones frecuentes
por parte de un proveedor de atención médica. La
hospitalización a menudo ocurre alrededor del momento de
viabilidad cuando se desea una intervención por
indicaciones fetales.
El uso de caproato de 17-hidroxiprogesterona para
extender la latencia en casos de PROM prematuro se evaluó
en dos ensayos aleatorios. Un ensayo en el que participaron
1.523 pacientes se interrumpió cuando un análisis
provisional planificado sugirió que era inútil continuar (78).
No hubo diferencias significativas en el intervalo hasta el
parto ni en el resultado perinatal adverso compuesto, lo que
indica que el caproato de 17-hidroxiprogesterona no debe
usarse en pacientes con PROM prematuro específicamente
con el propósito de extender la latencia. El segundo ensayo
se detuvo prematuramente debido a la mala inscripción
después de 21 pacientes. Este ensayo tampoco encontró
ningún beneficio del caproato de 17-hidroxiprogesterona
(79). No hay datos sobre la utilidad o seguridad del uso de
progesterona vaginal en casos de PROM pretérmino. Dada
esta falta de datos y el riesgo teórico de introducción de
infección con la administración de un fármaco vaginal diario
en presencia de rotura de membranas, no se recomienda el
uso de progesterona vaginal en casos de RPM pretérmino.
<¿Se deben considerar los agentes tocolíticos para pacientes?
¿Pacientes con rotura prematura de membranas antes
del parto?
El uso de agentes tocolíticos en el contexto de RPM prematuros
es controvertido y los patrones de práctica entre los especialistas
varían ampliamente (80). No hay datos suficientes para apoyar o
refutar el uso de la terapia tocolítica en el contexto de RPM
prematuro. Un metanálisis de ocho ensayos que evalúan la
eficacia de los agentes tocolíticos en la RPM prematura es de uso
limitado porque las mujeres sólo fueron tratadas en dos de los
ensayos (81, 82) con antibióticos de latencia y corticosteroides,
los cuales se han convertido en parte del tratamiento estándar.
(83). El uso de terapia tocolítica se asoció con un período de
latencia más largo y un menor riesgo de parto dentro de las 48
horas, pero también se asoció con un mayor riesgo de
corioamnionitis en embarazos antes de las 34 0/7 semanas de
gestación. En resumen, los agentes tocolíticos pueden estar
asociados con
Boletín de prácticaRotura de membranas antes del partoe85
una prolongación del embarazo y un mayor riesgo de
corioamnionitis sin beneficio materno o neonatal comprobado,
aunque su uso no ha sido evaluado adecuadamente con
antibióticos y corticosteroides de latencia. En el contexto de
rotura de membranas con trabajo de parto activo, aunque no se
ha demostrado que la terapia tocolítica prolongue la latencia o
mejore los resultados neonatales, los datos son limitados. Los
agentes tocolíticos se pueden considerar en la PROM prematura
para obtener beneficios de esteroides para el recién nacido,
especialmente en edades gestacionales más tempranas, o para
el transporte materno, pero deben usarse con precaución y
evitarse si hay evidencia de infección o desprendimiento. La
terapia tocolítica no se recomienda en el contexto de RPM
pretérmino entre las 34 0/7 semanas de gestación y las 36 6/7
semanas de gestación.
<¿Deben administrarse corticosteroides prenatales?
¿Se refiere a pacientes con rotura prematura de
membranas antes del parto?
El uso de corticosteroides prenatales después de la RPM
prematura se ha evaluado en varios ensayos clínicos y se ha
demostrado que reduce la mortalidad neonatal, el síndrome de
dificultad respiratoria, la hemorragia intraventricular y la
enterocolitis necrotizante (84–86). Los datos actuales sugieren
que los corticosteroides prenatales no se asocian con mayores
riesgos de infección materna o neonatal independientemente de
la edad gestacional. Se recomienda un ciclo único de
corticosteroides para mujeres embarazadas entre 24 0/7
semanas de gestación y 33 6/7 semanas de gestación y puede
considerarse para mujeres embarazadas que corren riesgo de
parto prematuro dentro de los 7 días, incluidas aquellas con
rotura de membranas. , ya a las 23 0/7 semanas de gestación
(87–89). Un metaanálisis Cochrane refuerza el efecto beneficioso
de esta terapia independientemente del estado de la membrana
y concluye que un ciclo único de corticosteroides prenatales
debe considerarse de rutina para todos los partos prematuros
(84).
Datos recientes indican que la administración de
betametasona en el período prematuro tardío entre las semanas
34 0/7 de gestación y las semanas 36 6/7 de gestación reduce la
morbilidad respiratoria en los recién nacidos (90). Aunque no se
realizó un análisis de subgrupos, aproximadamente el 22 % de
los pacientes del estudio tuvieron PROM prematuro. Se
recomienda un ciclo único de corticosteroides para mujeres
embarazadas entre 34 0/7 semanas de gestación y 36 6/7
semanas de gestación con riesgo de parto prematuro dentro de
los 7 días y que no hayan recibido un ciclo previo de
corticosteroides prenatales si se procede con inducción o
entrega en no menos de 24 horas y no más de 7 días (89). La
administración tardía prematura de corticosteroides prenatales
no está indicada en mujeres con diagnóstico de corioamnionitis
clínica. Además, la entrega no debe retrasarse y
e86Boletín de prácticaRotura de membranas antes del parto
© 2020 por el Colegio Americano de Obstetras y
Ginecólogos. Publicado por Wolters Kluwer Health, Inc.
Queda prohibida la reproducción no autorizada de este artículo.
Los corticosteroides prenatales no deben usarse en el período
prematuro tardío (89).
No hay datos que respalden el uso de corticosteroides
antes de la viabilidad y actualmente no se recomienda la
administración de corticosteroides en este contexto. La
administración semanal de corticosteroides se ha asociado
con una reducción del peso al nacer y de la circunferencia de
la cabeza y no se recomienda (91–93). Es controvertido si se
debe administrar un ciclo de rescate de corticosteroides con
PROM en cualquier edad gestacional y no hay evidencia
suficiente para hacer una recomendación a favor o en
contra. Un estudio de cohorte retrospectivo y un análisis
secundario de un estudio de cohorte prospectivo sugieren
que los corticosteroides no aumentan el riesgo de
corioamnionitis (94, 95). Si se utilizan como tratamiento de
rescate, los corticosteroides podrían administrarse tan
pronto como 7 días después de la dosis anterior, si el
escenario clínico lo indica. Se puede considerar un ciclo
único repetido de corticosteroides prenatales en mujeres
con PROM prematuro que tienen menos de 34 0/7 semanas
de gestación, tienen riesgo de parto prematuro dentro de
los 7 días y cuyo ciclo previo de corticosteroides prenatales
se administró durante más de 14 días. previamente. Sin
embargo, no se debe retrasar el parto para lograr un curso
de rescate.
<¿Debería administrarse sulfato de magnesio para la neuroprotección fetal?
¿Se debe administrar protección a pacientes con rotura
prematura de membranas antes del parto?
Ensayos controlados aleatorios han demostrado que la
administración materna de sulfato de magnesio utilizado para la
neuroprotección fetal cuando el parto se anticipa antes de las 32
0/7 semanas de gestación reduce el riesgo de parálisis cerebral
en los lactantes supervivientes (RR, 0,71; IC 95 %, 0,55–0,91) ( 96).
En el mayor de estos ensayos, el 85 % de las mujeres inscritas
tuvieron RPM prematura entre las semanas 24 y 32 de gestación
(97). La administración de sulfato de magnesio para esta
indicación no parece afectar el intervalo de latencia (98). El
régimen de tratamiento óptimo para la neuroprotección fetal
aún no está claro y se utilizaron diferentes regímenes en
diferentes ensayos. Con respecto al uso de sulfato de magnesio
para la neuroprotección fetal, los hospitales deben desarrollar
pautas uniformes y específicas para sus departamentos con
respecto a los criterios de inclusión, regímenes de tratamiento,
terapia tocolítica concurrente y monitoreo de acuerdo con uno
de los ensayos más grandes (97, 99, 100). . Independientemente
del régimen de tratamiento utilizado, las mujeres con RPM
prematuro antes de las 32 0/7 semanas de gestación que se cree
que tienen riesgo de parto inminente deben considerarse
candidatas para el tratamiento neuroprotector fetal con sulfato
de magnesio (101).
OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA
<¿Se deben administrar antibióticos a los pacientes?
¿Con rotura prematura de membranas antes del parto?
La administración de antibióticos de amplio espectro prolonga el
embarazo, reduce las infecciones maternas y neonatales y
reduce la morbilidad dependiente de la edad gestacional (23,
102, 103). El régimen antibiótico óptimo no está claro porque
múltiples regímenes han demostrado beneficios. Según la
información disponible, para reducir las infecciones maternas y
neonatales y la morbilidad dependiente de la edad gestacional,
se recomienda un tratamiento de 7 días de antibióticos de
latencia con una combinación de ampicilina y eritromicina
intravenosas seguidos de amoxicilina y eritromicina por vía oral
durante el manejo expectante de las mujeres. con PROM
prematuro que tienen menos de 34 0/7 semanas de gestación
(23, 102). El régimen utilizado en elEunice Kennedy ShriverEl
ensayo de la Red de Unidades de Medicina Materno-Fetal del
Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano
consistió en ampicilina intravenosa (2 g cada 6 horas) y
eritromicina (250 mg cada 6 horas) durante 48 horas, seguida de
amoxicilina oral (250 mg cada 8 horas) y eritromicina. base (333
mg cada 8 horas) (103). Algunos centros han reemplazado el uso
de eritromicina por azitromicina (como una dosis oral única de 1
g de azitromicina) en situaciones en las que la eritromicina no
está disponible o no se tolera, y esta sustitución es una
alternativa adecuada (104, 105). Un estudio de cohorte
retrospectivo no encontró diferencias en la latencia ni en los
resultados secundarios como la supervivencia neonatal, la sepsis
o la dificultad respiratoria entre los dos medicamentos (106).
Otro estudio de cohorte retrospectivo que también comparó
eritromicina y azitromicina tampoco encontró diferencias en la
latencia (107). Además, el uso de azitromicina puede tener
beneficios económicos. (108) El uso de amoxicilina-ácido
clavulánico se ha asociado con mayores tasas de enterocolitis
necrotizante y no se recomienda (23, 102). Aunque no existen
regímenes alternativos bien estudiados para mujeres alérgicas a
b-antibióticos lactámicos, puede ser razonable considerar otro
agente eficaz contra el SGB para reemplazar elb-agente
lactámico. La elección del agente estará influenciada por la
gravedad de la reacción alérgica informada y los resultados de
susceptibilidad a los antibióticos del cultivo de GBS, si están
disponibles (63). Los pacientes con PROM prematuro deben ser
examinados para detectar GBS. Las mujeres con PROM
prematuro y un feto viable que son candidatas para la profilaxis
de GBS intraparto deben recibir profilaxis de GBS intraparto para
prevenir la transmisión vertical independientemente de los
tratamientos antibióticos anteriores (63, 109). Los enfoques para
la profilaxis del SGB deben enfatizar los principios apropiados de
administración de antibióticos.
VOL. 135, núm. 3 DE MARZO DE 2020
© 2020 por el Colegio Americano de Obstetras y
Ginecólogos. Publicado por Wolters Kluwer Health, Inc.
Queda prohibida la reproducción no autorizada de este artículo.
<¿Debería haber una rotura prematura de miembros antes del parto?
¿Las branas se pueden manejar con cuidados en el hogar?
Dos pequeños ensayos controlados aleatorios que compararon la
hospitalización con la atención domiciliaria de mujeres con PROM
prematuro no tuvieron poder suficiente para demostrar una diferencia
significativa en el resultado porque sólo entre el 11 y el 18% de las mujeres
eran elegibles para recibir atención domiciliaria antes del parto (110, 111).
Debido a que la latencia suele ser breve, la infección puede presentarse
repentinamente y el feto tiene mayor riesgo de compresión del cordón
umbilical, se recomienda la hospitalización con vigilancia de la mujer y su
feto una vez que se ha alcanzado la viabilidad. El tratamiento ambulatorio
de la RPM prematura con un feto viable no se ha estudiado lo suficiente
para establecer la seguridad y, por lo tanto, no se recomienda. La PROM
periviable puede considerarse para atención domiciliaria después de un
período de evaluación en el hospital, como se analizó anteriormente.
<¿Cómo debe una paciente con preparto pretérmino?
¿Se trata la rotura de membranas y el cerclaje
cervical?
No existen estudios prospectivos completos que puedan guiar la
atención de las mujeres con PROM prematuro que tienen un
cerclaje cervical. Un ensayo aleatorizado que finalizó
anticipadamente debido a la preocupación por la falta de poder
durante el análisis intermedio no logró determinar las
diferencias en los resultados entre la extracción y la retención
del cerclaje cervical en la RPM prematura (112). Los resultados
de estudios retrospectivos no han sido consistentes, pero en
general han encontrado que la retención del cerclaje durante
más de 24 horas después de la RPM pretérmino se asocia con la
prolongación del embarazo (113). Debido a la naturaleza no
aleatoria de los informes, no está claro cómo factores, como el
parto o la infección, contribuyeron a las decisiones de retirar el
cerclaje, lo que puede haber arrojado resultados sesgados. En
algunos estudios, pero no en todos, la retención de cerclaje con
PROM prematuro se ha asociado con mayores tasas de
mortalidad neonatal por sepsis, sepsis neonatal, síndrome de
dificultad respiratoria y corioamnionitis materna (113, 114). No
se puede hacer una recomendación firme sobre si se debe
retirar un cerclaje después de una RPM pretérmino, y es
razonable retirarlo o conservarlo. De todos modos, si se
mantiene un cerclaje en la RPM pretérmino, no se recomienda la
profilaxis antibiótica prolongada más allá de siete días.
<¿Cuál es el manejo óptimo de un paciente?
¿Con rotura prematura de membranas antes del parto e
infección por el virus del herpes simple o el virus de la
inmunodeficiencia humana?
La infección neonatal por el virus del herpes simple (VHS) suele
deberse a la transmisión materno-fetal durante el parto.
Boletín de prácticaRotura de membranas antes del partoe87
Se informa que el riesgo de transmisión vertical durante el parto
en pacientes con diseminación subclínica en el momento del
parto como resultado de haber adquirido el VHS genital en el
tercer trimestre es de entre el 30% y el 50%, en comparación con
sólo el 3% en los casos de infección materna sintomática.
reactivación del HSV en el momento del parto (115). La literatura
sobre el manejo expectante de la RPM prematura con infección
materna activa por HSV se limita a series de casos pequeñas y a
informes de casos (116, 117). Todas las pacientes fueron
tratadas con aciclovir y se realizó cesárea si había lesiones
presentes en el momento del parto. No se reportaron casos de
transmisión vertical.
No existe consenso sobre la edad gestacional en la que
el riesgo de prematuridad en mujeres con PROM pretérmino
supera el riesgo potencial de infección neonatal por HSV. En
el contexto de PROM con infección activa recurrente, se
recomienda un manejo expectante antes de las 34 0/7
semanas de gestación. Se debe iniciar el tratamiento
antiviral cuando se opte por un manejo expectante y se
deben administrar corticosteroides, antibióticos y sulfato de
magnesio para la neuroprotección según esté clínicamente
indicado. La decisión de utilizar corticosteroides debe
basarse en el equilibrio entre el riesgo de inmadurez
pulmonar y el riesgo de herpes neonatal. Si hay enfermedad
activa o síntomas prodrómicos al inicio del trabajo de parto
o cuando está indicado el parto, se recomienda el parto por
cesárea.
El tratamiento óptimo de la PROM prematura en el
contexto de una infección primaria por HSV es menos claro
debido al mayor riesgo de transmisión vertical. Se recomienda la
terapia antiviral y, si hay lesiones presentes en el momento del
parto, se recomienda el parto por cesárea. En general, no se
recomienda el parto por cesárea en mujeres con antecedentes
de infección por VHS pero sin lesiones genitales activas ni
síntomas prodrómicos durante el parto (118). Sin embargo, para
las mujeres con un primer episodio primario o no primario de
infección genital por HSV durante el tercer trimestre del
embarazo, se puede ofrecer el parto por cesárea debido a la
posibilidad de una eliminación viral prolongada (119, 120).
El tratamiento óptimo del paciente con virus de
inmunodeficiencia humana (VIH) y RPM prematuro también
es incierto porque no hay datos adecuados de pacientes con
rotura prolongada de membranas. Las primeras
observaciones mostraron que la duración del intervalo entre
la ruptura de membranas y el parto se correlacionaba con el
riesgo de transmisión al recién nacido (121), pero los datos
actuales sugieren que la duración del intervalo entre la
ruptura de membranas y el parto no se correlaciona con el
riesgo de transmisión vertical en pacientes. que reciben
terapia antirretroviral de gran actividad, tienen una carga
viral baja y reciben zidovudina antes y durante el parto (122,
123). Además, una serie de 10 pacientes con PROM
prematuro que fueron tratados
e88Boletín de prácticaRotura de membranas antes del parto
© 2020 por el Colegio Americano de Obstetras y
Ginecólogos. Publicado por Wolters Kluwer Health, Inc.
Queda prohibida la reproducción no autorizada de este artículo.
expectantes mientras recibían terapia antirretroviral no tuvieron
casos de transmisión del VIH al recién nacido a pesar de cargas
virales de hasta 23.000 copias por ml. Los períodos latentes
oscilaron entre 4 horas y 4 días en esta serie, y todas tuvieron un
parto por cesárea (124).
El tratamiento de los pacientes con infección por VIH
que tienen PROM prematuro debe individualizarse
teniendo en cuenta factores que incluyen la edad
gestacional, el régimen antirretroviral actual y la carga
viral. En los casos de edad gestacional muy temprana en
los que la paciente está siendo tratada con
medicamentos antirretrovirales y la carga viral es baja, es
probable que sea apropiado un período de manejo
expectante. En todos los casos, la paciente debe ser
tratada en consulta con un médico con experiencia en el
tratamiento del VIH durante el embarazo. Además, se
deben seguir las pautas de tratamiento estándar antes y
durante el parto, y las opciones de manejo deben
discutirse plenamente con la paciente (125).
<¿En qué se diferencia la atención de los pacientes con prelaminación?
¿Rotura de membranas que se produce antes de la
viabilidad neonatal?
Las mujeres que presentan PROM antes de la viabilidad
neonatal deben recibir asesoramiento sobre los riesgos y
beneficios del manejo expectante versus el parto inmediato.
El asesoramiento debe incluir una evaluación realista de los
resultados neonatales (87). Se debe ofrecer parto inmediato
(interrupción del embarazo mediante inducción del parto o
dilatación y evacuación) y manejo expectante. Los médicos
deben proporcionar a los pacientes la información más
actualizada y precisa posible (87).
Si el paciente opta por un manejo expectante y está
clínicamente estable sin evidencia de infección después de la
evaluación, se puede considerar el manejo y la vigilancia
ambulatorios. Las precauciones deben revisarse con la
paciente, y ésta debe acudir al hospital si presenta síntomas
de infección, parto o desprendimiento de placenta. Los
pacientes deben controlar la temperatura corporal. Por lo
general, las mujeres con PROM periviable que han sido
atendidas de forma ambulatoria ingresan en el hospital una
vez que el embarazo ha alcanzado la viabilidad y la paciente
aceptaría intervenciones para el parto en nombre del feto.
La administración de corticosteroides prenatales y
antibióticos de latencia para la maduración fetal al alcanzar la
viabilidad es apropiada dado que sigue siendo probable un
parto prematuro. Se han estudiado múltiples métodos
ultrasonográficos (como mediciones y proporciones torácicas,
velocidades de flujo en los vasos pulmonares y estimaciones
tridimensionales del volumen pulmonar) para evaluar el
desarrollo pulmonar en el período anteparto, pero todos son
OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA
de precisión limitada y no pueden considerarse
suficientemente fiables para el tratamiento clínico (47).
Debido a que la mayoría de los estudios de profilaxis
antibiótica con PROM prematuros incluyeron pacientes solo
después de las 24 semanas 0/7 de gestación, no hay datos
adecuados para evaluar los riesgos y beneficios de dicho
tratamiento en edades gestacionales más tempranas
(periviables). Sin embargo, es razonable considerar un ciclo
de antibióticos de amplio espectro para prolongar el
embarazo en pacientes con RPM periviable que eligen un
manejo expectante (87). No hay evidencia que respalde el
uso de agentes tocolíticos en el contexto de PROM periviable
y, en este contexto, no se recomienda.
<¿Cuál es el resultado esperado de la ruptura preparto?
¿Naturaleza de las membranas después de la amniocentesis en el
segundo trimestre?
En estudios de mujeres sometidas a amniocentesis en el segundo
trimestre para diagnóstico prenatal de trastornos genéticos, el riesgo
de PROM es inferior al 1% (126-128). A diferencia de las pacientes con
PROM espontánea en el segundo trimestre, se espera una
reacumulación de volumen de líquido amniótico normal y resultados
favorables. En una serie de 11 pacientes con PROM periviable
después de una amniocentesis genética, hubo una pérdida de
embarazo periviable, se produjo una reacumulación de líquido
amniótico normal dentro de 1 mes en el 72% de los pacientes y la
tasa de supervivencia perinatal fue del 91% (126).
Después del asesoramiento adecuado, los pacientes con
PROM periviable después de una amniocentesis genética suelen
ser tratados de manera expectante como pacientes
ambulatorios. Se deben tomar precauciones con respecto a los
síntomas de corioamnionitis y aborto espontáneo. Se
recomiendan visitas de seguimiento periódicas con exámenes
ecográficos para evaluar el volumen de líquido amniótico.
<¿Cómo debe un paciente con antecedentes de prematuro
¿Se manejará el preparto de membranas en futuros
embarazos?
Los pacientes con PROM prematuro previo tienen un mayor riesgo
de PROM recurrente y parto prematuro, y se debe realizar una
historia médica y obstétrica detallada cuando las pacientes tienen
antecedentes que sugieran estas complicaciones. Sin embargo, hay
pocos estudios que examinen las intervenciones para prevenir la
PROM recurrente. Se debe advertir a las mujeres que han tenido
partos prematuros previos que los intervalos cortos entre
embarazos, en particular los de menos de seis meses, pueden afectar
de manera diferencial y negativa los resultados de embarazos
posteriores (129).
Se incluyeron pacientes con antecedentes de PROM prematuro en
estudios sobre suplementación de progesterona para reducir la
recurrencia de partos prematuros, pero la mayoría de los estudios no
informaron la proporción específica de mujeres con PROM en el estudio.
VOL. 135, núm. 3 DE MARZO DE 2020
© 2020 por el Colegio Americano de Obstetras y
Ginecólogos. Publicado por Wolters Kluwer Health, Inc.
Queda prohibida la reproducción no autorizada de este artículo.
grupo de estudio o analizar por separado los resultados en esos pacientes
(130, 131). Sin embargo, dado el beneficio potencial de la terapia con
progesterona, a las mujeres con una sola gestación y un parto prematuro
espontáneo previo (debido a trabajo de parto con membranas intactas o
PROM prematuro) se les debe ofrecer suplementos de progesterona
según esté clínicamente indicado para reducir el riesgo de parto
prematuro espontáneo recurrente. .
Aunque la medición ecográfica vaginal del cuello uterino es un
medio seguro y confiable para evaluar el riesgo de parto prematuro
relacionado con la longitud del cuello uterino, no se han realizado
ensayos bien diseñados de vigilancia cervical en mujeres con
antecedentes de PROM prematuro. De manera similar a los estudios
de progesterona, los ensayos que evaluaron la evaluación cervical, la
progesterona vaginal y el cerclaje incluyeron mujeres con RPM
prematura previa, pero no se informaron sus datos específicos (132,
133). Por lo tanto, al igual que ocurre con las mujeres con partos
prematuros espontáneos, se puede considerar la detección de la
longitud cervical transvaginal. La colocación de cerclaje se asocia con
disminuciones significativas en los resultados de los partos
prematuros, ofrece beneficios perinatales y puede considerarse en
mujeres con la siguiente combinación de antecedentes y hallazgos
ecográficos: un embarazo único actual, un parto prematuro
espontáneo previo con menos de 34 semanas de gestación y
longitud cervical corta (menos de 25 mm) antes de las 24 semanas de
gestación (134). No hay datos en los que basar una recomendación
sobre la edad gestacional óptima para iniciar la vigilancia o la
frecuencia del seguimiento.
Resumen de
Recomendaciones
y conclusiones
Las siguientes recomendaciones se basan en evidencia
científica buena y consistente (Nivel A):
<Pacientes con PROM pretérmino antes de las 34 0/7 semanas de
La gestación debe controlarse de forma expectante si no
existen contraindicaciones maternas o fetales.
<Se recomienda un solo ciclo de corticosteroides para
mujeres embarazadas entre 24 0/7 semanas de gestación y 33
6/7 semanas de gestación y puede considerarse para mujeres
embarazadas que corren riesgo de parto prematuro dentro de
los 7 días, incluidas aquellas con rotura de membranas, tan
pronto como 23 0/7 semanas de gestación.
<Se recomienda un solo ciclo de corticosteroides para
mujeres embarazadas entre 34 0/7 semanas de gestación y
36 6/7 semanas de gestación con riesgo de parto prematuro
dentro de los 7 días y que no hayan recibido un ciclo previo
de corticosteroides prenatales si se procede a la inducción o
al parto en no menos de 24 horas y no más de 7 días.
<Mujeres con PROM pretérmino antes de las 32 0/7 semanas de
gestación que se cree que corren riesgo de sufrir un embarazo inminente.
Boletín de prácticaRotura de membranas antes del partoe89
 El parto debe considerarse candidato para tratamiento
neuroprotector fetal con sulfato de magnesio.
<Reducir las infecciones maternas y neonatales y
morbilidad dependiente de la edad gestacional, se
recomienda un tratamiento de 7 días con antibióticos de
latencia con una combinación de ampicilina intravenosa
y eritromicina seguida de amoxicilina y eritromicina por
vía oral durante el manejo expectante de mujeres con
PROM prematuro que tienen menos de 34 0/7 semanas
de gestación. Algunos centros han sustituido el uso de
eritromicina por azitromicina en situaciones en las que la
eritromicina no está disponible o no se tolera, y esta
sustitución es una alternativa adecuada.
<Mujeres con PROM pretérmino y un feto viable que
son candidatas para la profilaxis de GBS intraparto deben
recibir profilaxis de GBS intraparto para prevenir la
transmisión vertical independientemente de los
tratamientos antibióticos anteriores.
Las siguientes recomendaciones y conclusiones se
basan en evidencia científica limitada e inconsistente
(Nivel B):
<Para mujeres con PROM a las 37 0/7 semanas de gestación
o más, si el parto espontáneo no ocurre cerca del
momento de la presentación en aquellas que no tienen
contraindicaciones para el parto, se debe recomendar la
inducción del parto, aunque se puede ofrecer
adecuadamente la opción de manejo expectante
durante un período corto de tiempo.
<Ya sea manejo expectante o parto inmediato en
Las pacientes con PROM entre las 34 0/7 semanas de gestación y
las 36 6/7 semanas de gestación es una opción razonable,
aunque se debe considerar cuidadosamente el equilibrio entre
beneficio y riesgo, tanto desde la perspectiva materna como
neonatal, y se debe asesorar claramente a las pacientes. . La
atención debe individualizarse mediante la toma de decisiones
compartida y el manejo expectante no debe extenderse más allá
de las 37 0/7 semanas de gestación. Los antibióticos de latencia
no son apropiados en este contexto.
<En el caso de rotura de membranas con actividad activa
trabajo de parto, aunque no se ha demostrado que la terapia
tocolítica prolongue la latencia o mejore los resultados neonatales,
los datos son limitados. Los agentes tocolíticos se pueden considerar
en la PROM prematura para obtener beneficios de esteroides para el
recién nacido, especialmente en edades gestacionales más
tempranas, o para el transporte materno, pero deben usarse con
precaución y evitarse si hay evidencia de infección o desprendimiento.
La terapia tocolítica no se recomienda en el contexto de RPM
pretérmino entre las 34 0/7 semanas de gestación y las 36 6/7
semanas de gestación.
e90Boletín de prácticaRotura de membranas antes del parto
© 2020 por el Colegio Americano de Obstetras y
Ginecólogos. Publicado por Wolters Kluwer Health, Inc.
Queda prohibida la reproducción no autorizada de este artículo.
<Dado el beneficio potencial de la terapia con progesterona,
A las mujeres con una sola gestación y un parto prematuro
espontáneo previo (debido a un trabajo de parto con membranas
intactas o a una RPM pretérmino) se les debe ofrecer suplementos de
progesterona según esté clínicamente indicado para reducir el riesgo
de parto prematuro espontáneo recurrente.
Las siguientes conclusiones se basan principalmente en el
consenso y la opinión de expertos (Nivel C):
<El diagnóstico de rotura de membranas suele consistir en
confirmado por una evaluación clínica convencional, que
incluye la visualización del líquido amniótico que pasa desde
el canal cervical y se acumula en la vagina, una simple
prueba de pH del fluido vaginal o la arborización
(fermentación) del fluido vaginal seco, que se identifica
mediante evaluación microscópica.
<El manejo ambulatorio de la PROM prematura con
un feto viable no se ha estudiado lo suficiente para establecer la
seguridad y, por lo tanto, no se recomienda. La PROM periviable
puede considerarse para atención domiciliaria después de un
período de evaluación en el hospital.
Referencias
1. Martín JA, Hamilton BE, Osterman MJ. Nacimientos en los
Estados Unidos, 2017. NCHS Data Brief No. 318. Hyattsville
(MD): Centro Nacional de Estadísticas de Salud; 2018A.
Disponible en: https://www.cdc.gov/nchs/data/databriefs/
db318.pdf. Consultado el 16 de abril de 2019. (Nivel III)
2. Martin JA, Hamilton BE, Osterman MJ, Driscoll AK, Drake P.
Nacimientos: datos finales para 2017. Natl Vital Stat Rep
2018B;67(8):1–49. (Nivel II-3)
3. Matthews TJ, MacDorman MF, Thoma ME. Las estadísticas de mortalidad infantil del
período 2013 vincularon el conjunto de datos sobre nacimientos y muertes infantiles.
Representante Nacional de Estadísticas Vitales 2015;64:1–30. (Nivel II-3)
4. MercerBM. Rotura prematura de membranas:
enfoques actuales para la evaluación y el
tratamiento. Obstet Gynecol Clin North Am
2005;32:411–28. (Nivel III)
5. Martin JA, Hamilton BE, Sutton PD, Ventura SJ, Menacker F,
Munson ML. Nacimientos: datos finales de 2003. Natl Vital
Stat Rep 2005;54(2):1–116. (Nivel II-3)
6. Middleton P, Shepherd E, Flenady V, McBain RD, Crowther CA.
Parto prematuro planificado versus manejo expectante
(espera) para la rotura de membranas antes del parto a
término (37 semanas o más). Base de datos Cochrane de
revisión sistemática 2017, número 1. Art. No.: CD005302.
(Revisión sistemática y metanálisis)
7. Moore RM, Mansour JM, Redline RW, Mercer BM, Moore JJ. La
fisiología de la rotura de la membrana fetal: conocimientos
adquiridos a partir de la determinación de las propiedades
físicas. Placenta 2006;27:1037–51. (Nivel III)
8. MercerBM. Rotura prematura de membranas prematura.
Obstet Gynecol 2003;101:178–93. (Nivel III)
OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA
 9. Garité TJ, Freeman RK. Corioamnionitis en la gestación
pretérmino. Obstet Gynecol 1982;59:539–45. (Nivel II-3)
10. Seo K, McGregor JA, francés JI. El nacimiento prematuro se
asocia con un mayor riesgo de infección materna y
neonatal. Obstet Gynecol 1992;79:75–80. (Nivel II-2)
11. Mercer BM, Goldenberg RL, Moawad AH, Meis PJ, Iams JD, Das AF, et
al. El estudio de predicción de prematuros: efecto de la edad
gestacional y la causa del parto prematuro en el resultado
obstétrico posterior. Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo
Humano Red de Unidades de Medicina Materno Fetal. Am J Obstet
Gynecol 1999;181:1216–21. (Nivel II-2)
12. Asrat T, Lewis DF, Garite TJ, Major CA, Nageotte MP,
Towers CV, et al. Tasa de recurrencia de rotura
prematura de membranas en embarazos consecutivos.
Am J Obstet Gynecol 1991;165:1111–5. (Nivel II-2)
13. Lee T, Carpenter MW, Heber WW, Silver HM. Rotura
prematura de membranas: riesgos de complicaciones
recurrentes en el próximo embarazo entre una
muestra poblacional de mujeres grávidas. Am J Obstet
Gynecol 2003;188:209–13. (Nivel II-2)
14. Mercer BM, Goldenberg RL, Meis PJ, Moawad AH, Shellhaas
C, Das A, et al. El estudio de predicción prematura:
predicción de la rotura prematura de membranas a través
de hallazgos clínicos y pruebas auxiliares. Red de Unidades
de Medicina Materno Fetal del Instituto Nacional de Salud
Infantil y Desarrollo Humano. Soy
J Obstet Gynecol 2000;183:738–45. (Nivel II-2)
15. Harger JH, Hsing AW, Tuomala RE, Gibbs RS, Mead PB,
Eschenbach DA, et al. Factores de riesgo de rotura prematura
de membranas fetales: un estudio multicéntrico de casos y
controles. Am J Obstet Gynecol 1990;163:130–7. (Nivel II-2)
16. Berkowitz GS, Blackmore-Prince C, Lapinski RH, Savitz DA.
Factores de riesgo para los subtipos de parto prematuro.
Epidemiología 1998;9:279–85. (Nivel II-3)
17. Ferguson SE, Smith GN, Salenieks ME, Windrim R, Walker
MC. Rotura prematura de membranas prematura. Factores
nutricionales y socioeconómicos. Obstet Gynecol
2002;100:1250–6. (Nivel II-2)
18. Hannah ME, Ohlsson A, Farine D, Hewson SA, Hodnett ED, Myhr
TL, et al. Inducción del parto en comparación con manejo
expectante para la ruptura de membranas antes del parto a
término. Grupo de Estudio TERMPROM. N Engl J Med
1996;334:1005–10. (Nivel I)
19. Melamed N, Hadar E, Ben-Haroush A, Kaplan B, Yogev
Y. Factores que afectan la duración del período de latencia
en la rotura prematura de membranas. J Matern Fetal
Neonatal Med 2009;22:1051–6. (Nivel II-3)
20. Johnson JW, Egerman RS, Moorhead J. Casos con
membranas rotas que “se vuelven a sellar”. Am J Obstet
Gynecol 1990;163:2. (Nivel II-2)
21. Vermillion ST, Kooba AM, Soper DE. Valores del índice
de líquido amniótico tras rotura prematura de
membranas y posterior infección perinatal. Am J Obstet
Gynecol 2000;183:271–6. (Nivel II-2)
22. Hadi HA, Hodson CA, Strickland D. Rotura prematura de
membranas entre las semanas 20 y 25 de gestación: papel del
volumen de líquido amniótico en el resultado perinatal. Am J
Obstet Gynecol 1994;170:1139–44. (Nivel II-2)
VOL. 135, núm. 3 DE MARZO DE 2020
© 2020 por el Colegio Americano de Obstetras y
Ginecólogos. Publicado por Wolters Kluwer Health, Inc.
Queda prohibida la reproducción no autorizada de este artículo.
23. Kenyon S, Boulvain M, Neilson JP. Antibióticos para la rotura
prematura de membranas. Base de datos Cochrane de
revisiones sistemáticas 2013, número 12. Art. No.:
CD001058. (Revisión sistemática y metanálisis)
24. Beydoun SN, Yasin SY. Rotura prematura de membranas
antes de las 28 semanas: manejo conservador. Soy
J Obstet Gynecol 1986;155:471–9. (Nivel III)
25. Ramsey PS, Lieman JM, Brumfield CG, Carlo W. La
corioamnionitis aumenta la morbilidad neonatal en embarazos
complicados por rotura prematura de membranas.
Am J Obstet Gynecol 2005;192:1162–6. (Nivel II-3)
26. Mayor CA, de Veciana M, Lewis DF, Morgan MA. Rotura
prematura de membranas y desprendimiento de
placenta: ¿existe asociación entre estas complicaciones
del embarazo? Am J Obstet Gynecol 1995;172:672–6.
(Nivel II-3)
27. Ananth CV, Oyelese Y, Srinivas N, Yeo L, Vintzileos AM.
Rotura prematura de membranas, infección intrauterina y
oligohidramnios: factores de riesgo para el
desprendimiento de placenta. Obstet Gynecol
2004;104:71–7. (Nivel II-3)
28. Limones JA, Bauer CR, Oh W, Korones SB, Papile LA, Stoll BJ,
et al. Resultados de muy bajo peso al nacer de la Red de
Investigación Neonatal del Instituto Nacional de Salud
Infantil y Desarrollo Humano, enero de 1995 a diciembre
de 1996. Red de Investigación Neonatal del NICHD.
Pediatría 2001;107:E1. (Nivel II-3)
29. Stoll BJ, Hansen NI, Bell EF, Shankaran S, Laptook AR, Walsh MC
y col. Resultados neonatales de bebés extremadamente
prematuros de la Red de Investigación Neonatal del NICHD.
Red de Investigación Neonatal del Instituto Nacional de Salud
Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver. Pediatría
2010;126:443–56. (Nivel II-3)
30. Spinillo A, Capuzzo E, Stronati M, Ometto A, Orcesi S, Fazzi
E. Efecto de la rotura prematura de membranas en el
resultado del desarrollo neurológico: seguimiento a los
dos años de edad. Br J Obstet Gynaecol 1995;102:882– 7.
(Nivel II-2)
31. Yoon BH, Romero R, Park JS, Kim CJ, Kim SH, Choi JH, et
al. Exposición fetal a una inflamación intraamniótica y
desarrollo de parálisis cerebral a la edad de tres años.
Am J Obstet Gynecol 2000;182:675–81. (Nivel II-2)
32. Drassinower D, Friedman AM, Obican SG, Levin H, Gyamfi-
Bannerman C. Latencia prolongada de la rotura prematura de
membranas antes del trabajo de parto y resultados del
desarrollo neurológico: un análisis secundario. BJOG
2016;123:1629–35. (Nivel II-2)
33. Locatelli A, Ghidini A, Paterlini G, Patane L, Doria V, Zorloni
C, et al. Edad gestacional en la rotura prematura de
membranas: un factor de riesgo de daño neonatal a la
sustancia blanca. Am J Obstet Gynecol 2005;193:947–51.
(Nivel II-3)
34. Lorthe E, Ancel PY, Torchin H, Kaminski M, Langer B, Subtil D, et
al. Impacto de la duración de la latencia en el pronóstico de los
recién nacidos prematuros después de una rotura prematura
de membranas entre las semanas 24 y 32 de gestación: un
estudio de cohorte poblacional nacional. J Pediatr 2017;182:47–
52.e2. (Nivel II-2)
Boletín de prácticaRotura de membranas antes del partoe91
 35. Manuck TA, Eller AG, Esplin MS, Stoddard GJ, Varner MW,
Silver RM. Resultados de la rotura prematura de
membranas manejada expectantemente que ocurre antes
de las 24 semanas de gestación. Obstet Gynecol
2009;114:29–37. (Nivel II-3)
36. Kibel M, Asztalos E, Barrett J, Dunn MS, Tward C, Pittini
A, et al. Resultados de embarazos complicados por
rotura prematura de membranas entre las semanas 20
y 24 de gestación. Obstet Gynecol 2016;128:313–20.
(Nivel II-2)
37. Aguas TP, Mercer BM. El tratamiento de la rotura
prematura de membranas cerca del límite de viabilidad
fetal. Am J Obstet Gynecol 2009;201:230–40. (Nivel
III)
38. Dotters-Katz SK, Panzer A, Grace MR, Smid MC, Keku JA,
Vladutiu CJ, et al. Morbilidad materna tras rotura de
membranas previa al parto. Obstet Gynecol 2017;
129:101–6. (Nivel II-2)
39. Schucker JL, Mercer BM. Rotura prematura de membranas en el
segundo trimestre. Semin Perinatol 1996;20:389–400. (Nivel III)
40. Muris C, Girard B, Creveuil C, Durin L, Herlicoviez M, Dreyfus
M. Manejo de la rotura prematura de membranas antes de
las 25 semanas. Eur J Obstet Gynecol Reprod Biol
2007;131:163–8. (Nivel III)
41. Kieffer A, Pinto Cardoso G, Thill C, Verspyck E, Marret
S. Resultado a los dos años de lactantes muy prematuros
nacidos tras rotura de membranas antes de la viabilidad. Red
perinatal de Alta Normandía. PLoS One 2016;11:e0166130.
(Nivel II-2)
42. Sim WH, Araujo Junior E, Da Silva Costa F, Sheehan PM.
Resultados maternos y neonatales después del manejo
expectante de la rotura prematura de membranas antes del
parto antes de la viabilidad. J Perinat Med 2017;45:29–44.
(Revisión sistemática)
43. Kiver V, Boos V, Thomas A, Henrich W, Weichert A.
Resultados perinatales después de una rotura prematura
de membranas antes de las 24 semanas de gestación. J
Perinat Med 2018;46:555–65. (Nivel II-3)
44. Farooqi A, Holmgren PA, Engberg S, Serenius F. Supervivencia y
resultado a 2 años con tratamiento expectante de la rotura de
membranas en el segundo trimestre. Obstet Gynecol
1998;92:895–901. (Nivel II-3)
45. Winn HN, Chen M, Amon E, Leet TL, Shumway JB, Mostello
D. Hipoplasia pulmonar neonatal y mortalidad perinatal en
pacientes con rotura de membranas amnióticas en el
segundo trimestre: un análisis crítico. Am J Obstet Gynecol
2000;182:1638–44. (Nivel II-2)
46. van Teeffelen AS, van der Ham DP, Oei SG, Porath MM,
Willekes C, Mol BW. La precisión de los parámetros clínicos
en la predicción de la hipoplasia pulmonar perinatal
secundaria a la rotura de membranas fetales antes del
parto en el segundo trimestre: un metanálisis. Eur J Obstet
Gynecol Reprod Biol 2010;148:3–12. (Revisión sistemática y
metanálisis)
47. van Teeffelen AS, Van Der Heijden J, Oei SG, Porath MM, Willekes
C, Opmeer B, et al. Precisión de los parámetros de imagen en
la predicción de hipoplasia pulmonar letal secundaria a rotura
del feto antes del parto en el segundo trimestre
e92Boletín de prácticaRotura de membranas antes del parto
© 2020 por el Colegio Americano de Obstetras y
Ginecólogos. Publicado por Wolters Kluwer Health, Inc.
Queda prohibida la reproducción no autorizada de este artículo.
Membranas: una revisión sistemática y un metanálisis.
Ultrasonido Obstet Gynecol 2012;39:495–9. (Revisión
sistemática y metanálisis)
48. Lee JY, Ahn TG, Jun JK. Resultados posnatales a corto y
largo plazo del manejo expectante después de una
rotura prematura de membranas prematura con y sin
oligohidramnios persistente. Obstet Gynecol 2015;
126:947–53. (Nivel II-2)
49. Blott M, Greenough A. Resultado neonatal después de la
rotura prolongada de membranas a partir del segundo
trimestre. Arch Dis Child 1988;63:1146–50. PMID: 3196069.
(Nivel III)
50. Alexander JM, Mercer BM, Miodovnik M, Thurnau GR,
Goldenberg RL, Das AF, et al. El impacto del examen
cervical digital en la rotura prematura de membranas
manejada expectantemente. Am J Obstet Gynecol
2000;183: 1003–7. (Nivel II-2)
51. Munson LA, Graham A, Koos BJ, Valenzuela GJ. ¿Existe la
necesidad de realizar un examen digital en pacientes con
rotura espontánea de membranas? Am J Obstet Gynecol
1985;153:562–3. (Nivel III)
52. Eriksen NL, Parisi VM, Daoust S, Flamm B, Garite TJ, Cox
SM. Fibronectina fetal: un método para detectar la
presencia de líquido amniótico. Obstet Gynecol
1992;80: 451–4. (Nivel II-2)
53. Lee SE, Park JS, Norwitz ER, Kim KW, Park HS, Jun JK.
Medición de alfa-microglobulina-1 placentaria en secreción
cervicovaginal para diagnosticar rotura de membranas.
Obstet Gynecol 2007;109:634–40. (Nivel II-3)
54. Primos LM, Smok DP, Lovett SM, Poeltler DM.
Inmunoensayo rápido de alfa microglobulina-1 placentaria
Amni-Sure versus métodos de diagnóstico estándar para la
detección de rotura de membranas. Am J Perinatol
2005;22:317–20. Nivel II-3)
55. Lee SM, Lee J, Seong HS, Lee SE, Park JS, Romero R, et al. La
importancia clínica de una prueba de Amnisure positiva en mujeres
con trabajo de parto a término con membranas intactas.
J Matern Fetal Neonatal Med 2009;22:305–10. (Nivel
II-3)
56. Lee SM, Romero R, Park JW, Kim SM, Park CW, Korzeniewski
SJ, et al. La importancia clínica de una prueba de Amnisure
positiva en mujeres con trabajo de parto prematuro y
membranas intactas. J Matern Fetal Neonatal Med 2012;25:
1690–8. (Nivel II-2)
57. Igbinosa I, Moore FA 3.º, Johnson C, Bloque JE. Comparación
de inmunoensayos rápidos para rotura de membranas
fetales. BMC Embarazo Parto 2017;17:128. (Nivel II-2)
58. Thomasino T, Levi C, Draper M, Neubert AG. Diagnóstico de
rotura de membranas mediante detección combinada de
proteínas inmunológicas monoclonales/policlonales. J Reprod
Med 2013;58:187–94. (Nivel II-2)
59. Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. Riesgos
asociados con el uso de pruebas de rotura de membranas: carta a
los proveedores de atención médica. Silver Spring, MD: FDA; 2018.
Disponible en: https://www.fda.gov/medical-devices/letters-
healthcare-providers/risks-associated-use-rupture-membranestests-
letter-health-care-providers. Consultado el 18 de octubre de 2019.
(Nivel III)
OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA
 60. Irlanda KE, Rodríguez EI, Acosta OM, Ramsey PS. Alternativas de
tintes intraamnióticos para el diagnóstico de rotura prematura
de membranas antes del parto. Obstet Gynecol 2017;
129:1040–5. (Nivel III)
61. Vigilancia fetal anteparto. Boletín de práctica n.º 145.
Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos. Obstet
Gynecol 2014;124:182–92. (Nivel III)
62. Smith CV, Greenspoon J, Phelan JP, Platt LD. Utilidad
clínica de la prueba sin estrés en el tratamiento
conservador de mujeres con rotura prematura
espontánea de membranas pretérmino. J. Reprod Med
1987; 32:1–4. (Nivel II-3)
63. Prevención de la enfermedad estreptocócica del grupo B de
aparición temprana en recién nacidos. Opinión del Comité
ACOG No. 797. Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos.
Obstet Gynecol 2020;135:eXX–XX. (Nivel III)
64. Mackeen AD, Durie DE, Lin M, Huls CK, Qureshey E, Paglia MJ, et
al. Foley más oxitocina en comparación con oxitocina para la
inducción después de la rotura de membranas: un ensayo
controlado aleatorio. Obstet Gynecol 2018;131:4–11. (Nivel I)
65. Amorosa JM, Stone J, Factor SH, Booker W, Newland M, Bianco A.
Un ensayo aleatorio de Foley Bulb para la inducción del parto
en la rotura prematura de membranas en nulíparas (FLIP). Am J
Obstet Gynecol 2017;217:360.e1–7. (Nivel I)
66. Wojcieszek AM, Stock OM, Flenady V. Antibióticos para la rotura de
membranas antes del parto en el término o cerca del mismo. Base
de datos Cochrane de revisiones sistemáticas 2014, número 10. Art.
No.: CD001807. (Revisión sistemática y metanálisis)
67. Ovalle A, Martínez MA, Kakarieka E, Gómez R, Rubio
R, Valderrama O, et al. La administración de antibióticos en
pacientes con rotura prematura de membranas reduce la
tasa de corioamnionitis histológica: un estudio
prospectivo, aleatorizado y controlado. J Matern Fetal
Neonatal Med 2002;12:35–41. (Nivel I)
68. Prevención segura del parto por cesárea primaria. Consenso
sobre atención obstétrica n.° 1. Colegio Estadounidense de
Obstetras y Ginecólogos. Obstet Gynecol 2014;123:693– 711.
(Nivel III)
69. Rouse DJ, Weiner SJ, Bloom SL, Varner MW, Spong CY,
Ramin SM, et al. Inducción fallida del parto: hacia un
diagnóstico objetivo. Red de Unidades de Medicina
Materno-Fetal (MFMU) del Instituto Nacional de Salud
Infantil y Desarrollo Humano (NICHD) Eunice Kennedy
Shriver. Obstet Gynecol 2011;117:267–72. (Nivel III)
70. Rouse DJ, Owen J, Hauth JC. Criterios para la inducción fallida del
parto: evaluación prospectiva de un protocolo estandarizado.
Obstet Gynecol 2000;96:671–7. (Nivel II-3)
71. Simon CE, Grobman WA. ¿Cuándo ha fallado una inducción?
Obstet Gynecol 2005;105:705–9. (Nivel II-2)
72. Grobman WA, Bailit J, Lai Y, Reddy UM, Wapner RJ, Varner
MW, et al. Definición de inducción fallida del parto. Red de
Unidades de Medicina Materno-Fetal del Instituto Nacional
de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy
Shriver. Am J Obstet Gynecol 2018;218:122.e1–8. (Nivel II-3)
73. Bond DM, Middleton P, Levett KM, van der Ham DP, Crowther
CA, Buchanan SL, et al. Parto prematuro planificado versus
manejo expectante para mujeres con parto prematuro
VOL. 135, núm. 3 DE MARZO DE 2020
© 2020 por el Colegio Americano de Obstetras y
Ginecólogos. Publicado por Wolters Kluwer Health, Inc.
Queda prohibida la reproducción no autorizada de este artículo.
rotura de membranas antes del parto antes de las 37 semanas
de gestación para mejorar el resultado del embarazo. Base de
datos Cochrane de revisiones sistemáticas 2017, número 3. Art.
No.: CD004735. (Revisión sistemática y metanálisis)
74. Mercer BM, Crocker LG, Boe NM, Sibai BM. Inducción versus
manejo expectante en la rotura prematura de membranas con
líquido amniótico maduro entre las 32 y 36 semanas: un
ensayo aleatorizado. Am J Obstet Gynecol 1993;169:775– 82.
(Nivel I)
75. Morris JM, Roberts CL, Bowen JR, Patterson JA, Bond DM,
Algert CS, et al. Parto inmediato comparado con manejo
expectante después de la rotura prematura de membranas
antes del parto cerca del término (ensayo PPROMT): un
ensayo controlado aleatorio. Colaboración PPROMT.
Lanceta 2016;387:444–52. (Nivel I)
76. Quist-Nelson J, de Ruigh AA, Seidler AL, van der Ham
DP, Willekes C, Berghella V, et al. Parto inmediato en
comparación con manejo expectante en la rotura de
membranas prematura y tardía: un metanálisis de datos
de participantes individuales. Colaboración en el
metanálisis de rotura prematura de membranas
(PPROMM). Obstet Gynecol 2018;131:269–79. (Metanálisis)
77. Tita AT, Andrews WW. Diagnóstico y tratamiento de la
corioamnionitis clínica. Clin Perinatol 2010;37:339–54.
(Nivel III)
78. Combs CA, Garite TJ, Maurel K, Abril D, Das A, Clewell
W, et al. Caproato de 17-hidroxiprogesterona para la rotura
prematura de membranas: un ensayo multicéntrico,
aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo. Red de
investigación colaborativa de Obstetrix. Am J Obstet Gynecol
2015;213: 364.e1–12. (Nivel I)
79. Langen ES, Sit A, Sherwin K, Lyell DJ, Blumenfeld YJ, El-Sayed
YY. Un ensayo doble ciego, aleatorizado y controlado con
placebo de caproato de 17 alfa-hidroxiprogesterona en el
tratamiento de la rotura prematura de membranas [la fe
de erratas publicada aparece en Am J Perinatol
2018;35:e1]. Am J Perinatol 2018;35:779–84. (Nivel I)
80. Fox NS, Gelber SE, Kalish RB, Chasen ST. Patrones de práctica y
creencias contemporáneas con respecto a la tocólisis entre los
especialistas en medicina materno-fetal de EE. UU. Obstet
Gynecol 2008;112:42–7. (Nivel III)
81. Dunlop PD, Crowley PA, Lamont RF, Hawkins DF.
Membranas rotas prematuramente, sin contracciones. J
Obstet Gynaecol 1987;7:92–6. (Nivel II-1)
82. Ehsanipoor RM, Shrivastava VK, Lee RM, Chan K, Galyean AM,
Garite TJ, et al. Un ensayo aleatorizado, doble enmascarado, de
tocólisis profiláctica con indometacina versus placebo en
mujeres con rotura prematura de membranas.
Am J Perinatol 2011A;28:473–8. (Nivel I)
83. Mackeen AD, Seibel‐Seamon J, Muhammad J, Baxter JK,
Berghella V. Tocolíticos para la ruptura prematura de
membranas. Base de datos Cochrane de revisiones
sistemáticas 2014, número 2. Art. No.: CD007062. (Revisión
sistemática y metanálisis)
84. Roberts D, Brown J, Medley N, Dalziel SR. Corticosteroides
prenatales para acelerar la maduración pulmonar fetal en
mujeres con riesgo de parto prematuro. Base de datos
Cochrane de revisiones sistemáticas 2017, número 3. Art. No.:
CD004454. (Revisión sistemática y metanálisis)
Boletín de prácticaRotura de membranas antes del partoe93
 85. Vidaeff AC, Ramin SM. Corticosteroides prenatales después
de la rotura prematura de membranas. Clin Obstet
Gynecol 2011;54:337–43. Nivel III)
86. Harding JE, Pang J, Knight DB, Liggins GC. ¿Los
corticosteroides prenatales ayudan en el contexto de
rotura prematura de membranas? Am J Obstet Gynecol
2001;184:131–9. (Nivel II-2)
87. Nacimiento periviable. Consenso sobre atención obstétrica n.º 6.
Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos. Obstet Gynecol
2017;130:e187–99. (Nivel III)
88. Costantine MM, Weiner SJ. Efectos de la exposición prenatal al
sulfato de magnesio sobre la neuroprotección y la mortalidad
en recién nacidos prematuros: un metanálisis. Red de
Unidades de Medicina Materno-Fetal del Instituto Nacional de
Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver.
Obstet Gynecol 2009;114:354–64. (Metanálisis)
89. Terapia prenatal con corticosteroides para la maduración
fetal. Opinión del Comité No. 713. Colegio Americano de
Obstetras y Ginecólogos [la fe de erratas publicada
aparece en Obstet Gynecol 2017;130:1159]. Obstet Gynecol
2017; 130:e102–9. (Nivel III)
90. Gyamfi-Bannerman C, Thom EA, Blackwell SC, Tita AT, Reddy
UM, Saade GR, et al. Betametasona prenatal para mujeres
con riesgo de parto prematuro tardío. Red de Unidades de
Medicina Materno-Fetal del NICHD. N Engl J Med
2016;374:1311–20. (Nivel I)
91. Wapner RJ, Sorokin Y, Thom EA, Johnson F, Dudley DJ, Spong
CY, et al. Ciclos únicos versus semanales de
corticosteroides prenatales: evaluación de seguridad y
eficacia. Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo
Humano Red de Unidades de Medicina Materno Fetal. Am J
Obstet Gynecol 2006;195:633–42. (Nivel I)
92. Bloom SL, Sheffield JS, McIntire DD, Leveno KJ.
Dexametasona prenatal y disminución del peso al nacer.
Obstet Gynecol 2001;97:485–90. (Nivel II-3)
93. Thorp JA, Jones PG, Knox E, Clark RH. ¿La terapia prenatal con
corticosteroides afecta el peso al nacer y la circunferencia de la
cabeza? Obstet Gynecol 2002;99:101–8. (Nivel II-3)
94. Brookfield KF, El-Sayed YY, Chao L, Berger V, Naqvi
M, Butwick AJ. Corticosteroides prenatales para la rotura
prematura de membranas: ¿curso único o repetido? Am J
Perinatol 2015;32:537–44. (Nivel II-2)
95. Gyamfi-Bannerman C, Son M. Rotura prematura de
membranas y tasa de sepsis neonatal después de dos
ciclos de corticosteroides prenatales. Obstet Gynecol 2014;
124:999–1003. (Nivel II-2)
96. Doyle LW, Crowther CA, Middleton P, Marret S, Rouse
D. Sulfato de magnesio para mujeres con riesgo de parto
prematuro para la neuroprotección del feto. Base de datos
Cochrane de Sistemática 83. Revisiones 2009, Número 1. Art.
No.: CD004661. (Revisión sistemática y metanálisis)
97. Rouse DJ, Hirtz DG, Thom E, Varner MW, Spong CY, Mercer BM,
et al. Un ensayo controlado y aleatorizado sobre sulfato de
magnesio para la prevención de la parálisis cerebral. Eunice
Kennedy Shriver Red de Unidades de Medicina Materno-Fetal
del NICHD. N Engl J Med 2008;359:895–905. (Nivel I)
98. Horton AL, Lai Y, Rouse DJ, Spong CY, Leveno KJ, Varner MW, et
al. Efecto de la administración de sulfato de magnesio.
e94Boletín de prácticaRotura de membranas antes del parto
© 2020 por el Colegio Americano de Obstetras y
Ginecólogos. Publicado por Wolters Kluwer Health, Inc.
Queda prohibida la reproducción no autorizada de este artículo.
tración para la neuroprotección sobre la latencia en mujeres
con rotura prematura de membranas prematura. Red de
Unidades de Medicina Materno-Fetal del Instituto Nacional de
Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver.
Am J Perinatol 2015;32:387–92. (Nivel I)
99. Marret S, Marpeau L, Zupan-Simunek V, Eurin D, Leveque C,
Hellot MF, et al. Sulfato de magnesio administrado antes del
nacimiento muy prematuro para proteger el cerebro infantil: el
ensayo PREMAG controlado aleatorio*. Grupo de ensayo
PREMAG. BJOG 2007;114:310–8. (Nivel I)
100. Crowther CA, Hiller JE, Doyle LW, Haslam RR. Efecto del sulfato
de magnesio administrado para la neuroprotección antes del
parto prematuro: un ensayo controlado aleatorio. Grupo
colaborativo de ensayo colaborativo de Australasia sobre
sulfato de magnesio (ACTOMg SO4). JAMA 2003;290:2669–76.
(Nivel I)
101. Uso del sulfato de magnesio en obstetricia. Opinión del
Comité No. 652. Colegio Americano de Obstetras y
Ginecólogos. Obstet Gynecol 2016;127:e52–3. (Nivel III)
102. Kenyon SL, Taylor DJ, Tarnow-Mordi W. Antibióticos de amplio
espectro para la rotura prematura de membranas fetales antes
del parto: el ensayo aleatorizado ORACLE I. ORACLE
Collaborative Group [la fe de erratas publicada aparece en
Lancet 2001; 358:156]. Lanceta 2001;357:979–88. (Nivel I)
103. Mercer BM, Miodovnik M, Thurnau GR, Goldenberg RL, Das
AF, Ramsey RD, et al. Terapia con antibióticos para la
reducción de la morbilidad infantil después de la rotura
prematura de membranas. Un ensayo controlado
aleatorio. Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo
Humano Red de Unidades de Medicina Materno Fetal.
JAMA 1997; 278:989–95. (Nivel I)
104. Sociedad Estadounidense de Farmacéuticos del Sistema de
Salud. Inyección de lactobionato de eritromicina. En: Escasez
actual de medicamentos. Bethesda (MD): ASHP; 2019.
Disponible en: https://www.ashp.org/Drug-Shortages/Current-
Shortages/Drug-Shortage-Detail.aspx?id5247. Consultado el 10
de julio de 2019. (Nivel III)
105. Navathe R, Schoen CN, Heidari P, Bachilova S, Ward A,
Tepper J, et al. Azitromicina versus eritromicina para el
tratamiento de la rotura prematura de membranas.
Am J Obstet Gynecol 2019;221:144.e1–8. (Nivel II-2)
106. Pierson RC, Gordon SS, Haas DM. Una comparación
retrospectiva de regímenes antibióticos para la rotura
prematura de membranas. Obstet Gynecol 2014;124:515–
9. (Nivel II-2)
107. Finneran MM, Appiagyei A, Templin M, Mertz H.
Comparación de azitromicina versus eritromicina para la
prolongación de la latencia en embarazos complicados por
rotura prematura de membranas. Am J Perinatol 2017;34:
1102–7. (Nivel II-2)
108. Finneran MM, Smith DD, Buhimschi CS. Análisis de costos
de azitromicina versus eritromicina en embarazos
complicados por rotura prematura de membranas. Soy
J Perinatol 2019;36:105–10. (Análisis de Costo-Efectividad)
109. Uso de antibióticos profilácticos en el parto y el parto.
Boletín de práctica ACOG No. 199. Colegio Americano
de Obstetras y Ginecólogos. Obstet Gynecol 2018;
132:e103–19. (Nivel III)
OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA
110. Abou El Senoun G, Dowswell T, Mousa HA. Atención domiciliaria
versus hospitalaria planificada para la rotura prematura de
membranas antes del parto (PPROM) antes de las 37 semanas
de gestación. Base de datos Cochrane de revisiones
sistemáticas 2014, número 4. Art. No.: CD008053. (Revisión
sistemática y metanálisis)
111. Carlan SJ, O'Brien WF, Parsons MT, Lense JJ. Rotura
prematura de membranas: un estudio aleatorizado de
manejo domiciliario versus hospitalario. Obstet Gynecol
1993; 81:61–4. (Nivel I)
112. Galyean A, Garite TJ, Maurel K, Abril D, Adair CD,
Browne P, et al. Extracción versus retención de cerclaje
en la rotura prematura de membranas: un ensayo
controlado aleatorio. Red de Investigación Colaborativa
Obstetrix Perinatal. Am J Obstet Gynecol 2014;211:399.
e1–7. (Nivel I)
113. Giraldo-Isaza MA, Berghella V. Cerclaje cervical y PROM
pretérmino. Clin Obstet Gynecol 2011;54:313–20. (Nivel
III)
114. Laskin M, Yinon Y, Whittle WL. Rotura prematura de
membranas en presencia de cerclaje: ¿aumenta el
riesgo de infección intrauterina y resultados
neonatales adversos? J Matern Fetal Neonatal Med
2012;25:424–8. (Nivel II-2)
115. Brown ZA, Gardella C, Wald A, Morrow RA, Corey L. Herpes
genital que complica el embarazo [las erratas publicadas
aparecen en Obstet Gynecol 2007;109:207; Obstet Gynecol
2006;107:428]. Obstet Gynecol 2005;106:845–56. (Nivel III)
116. Ehsanipoor RM, Mayor CA. Infecciones por herpes
simple y VIH y PROM prematuro. Clin Obstet Gynecol
2011B;54:330–6. (Nivel III)
117. Mayor CA, Towers CV, Lewis DF, Garite TJ. Manejo
expectante de la rotura prematura de membranas
complicada por herpes genital recurrente activo. Am J
Obstet Gynecol 2003;188:1551–4; discusión 1554–5.
(Nivel II-3)
118. Roberts SW, Cox SM, Dax J, Wendel GD Jr, Leveno KJ. Herpes
genital durante el embarazo: sin lesiones, sin cesárea.
Obstet Gynecol 1995;85:261–4. (Nivel II-2)
119. Brown ZA, Vontver LA, Benedetti J, Critchlow CW, Sells CJ, Berry
S, et al. Efectos en los lactantes de un primer episodio de
herpes genital durante el embarazo. N Engl J Med 1987;
317:1246–51. (Nivel II-2)
120. Brown ZA, Wald A, Morrow RA, Selke S, Zeh J, Corey
L. Efecto del estado serológico y el parto por cesárea sobre
las tasas de transmisión del virus del herpes simple de
madre a hijo. JAMA 2003;289:203–9. (Nivel II-2)
121. Landesman SH, Kalish LA, Burns DN, Minkoff H, Fox HE,
Zorrilla C, et al. Factores obstétricos y transmisión del
virus de inmunodeficiencia humana tipo 1 de madre a
hijo. El estudio de transmisión en mujeres y bebés. N
Engl J Med 1996;334:1617–23. (Nivel II-2)
122. Cotter AM, Brookfield KF, Duthely LM, González Quintero
VH, Potter JE, O'Sullivan MJ. Duración de la rotura de
membranas y riesgo de transmisión perinatal del VIH-1 en
la era de la terapia antirretroviral combinada. Am J Obstet
Gynecol 2012;207:482.e1–5. (Nivel II-2)
VOL. 135, núm. 3 DE MARZO DE 2020
© 2020 por el Colegio Americano de Obstetras y
Ginecólogos. Publicado por Wolters Kluwer Health, Inc.
Queda prohibida la reproducción no autorizada de este artículo.
123. Manejo del parto y parto de mujeres con infección por el
virus de la inmunodeficiencia humana. Opinión del Comité
ACOG No. 751. Colegio Americano de Obstetras y
Ginecólogos. Obstet Gynecol 2018;132:e131–7. (Nivel III)
124. Álvarez JR, Bardeguez A, Iffy L, Apuzzio JJ. Rotura prematura
de membranas en embarazos complicados por infección
por el virus de la inmunodeficiencia humana: la
experiencia de cinco años de un solo centro. J Matern Fetal
Neonatal Med 2007;20:853–7. (Nivel II-3)
125. Panel sobre Tratamiento de Mujeres Embarazadas con Infección
por VIH y Prevención de la Transmisión Perinatal.
Recomendaciones para el uso de medicamentos
antirretrovirales en mujeres embarazadas con infección por
VIH e intervenciones para reducir la transmisión perinatal del
VIH en los Estados Unidos. Rockville (MD): Departamento de
Salud y Servicios Humanos; 2018. Disponible en: https://
aidsinfo.nih.gov/contentfiles/lvguidelines/perinatalgl.pdf.
Consultado el 16 de abril de 2019. (Nivel III)
126. Borgida AF, Mills AA, Feldman DM, Rodis JF, Egan JF. Resultado
de embarazos complicados por rotura de membranas después
de una amniocentesis genética. Am J Obstet Gynecol
2000;183:937–9. (Nivel II-3)
127. Oro RB, Goyert GL, Schwartz DB, Evans MI, Seabolt LA.
Manejo conservador de la fuga de líquido
postamniocentesis en el segundo trimestre. Obstet
Gynecol 1989;74: 745–7. (Nivel III)
128. Pruebas de diagnóstico prenatal de trastornos genéticos. Boletín
de práctica n.º 162. Colegio Americano de Obstetras y
Ginecólogos. Obstet Gynecol 2016;127:e108–22. (Nivel III)
129. Atención intergestacional. Consenso sobre atención obstétrica
n.º 8. Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos.
Obstet Gynecol 2019;133:e51–72. (Nivel III)
130. Meis PJ, Klebanoff M, Thom E, Dombrowski MP, Sibai
B, Moawad AH, et al. Prevención del parto prematuro
recurrente mediante caproato de 17 alfa-hidroxiprogesterona.
Red de Unidades de Medicina Materno-Fetal del Instituto
Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano [la fe de
erratas publicada aparece en N Engl J Med 2003;349:1299]. N
Engl J Med 2003;348:2379–85. (Nivel I)
131. Tita AT, Rouse DJ. Progesterona para la prevención del parto
prematuro: una intervención en evolución. Am J Obstet
Gynecol 2009;200:219–24. (Nivel III)
132. Hassan SS, Romero R, Vidyadhari D, Fusey S, Baxter JK,
Khandelwal M, et al. La progesterona vaginal reduce la
tasa de parto prematuro en mujeres con un cuello uterino
corto por ecografía: un ensayo multicéntrico, aleatorizado,
doble ciego y controlado con placebo. Ensayo
EMBARAZADA. Ultrasonido Obstet Gynecol 2011;38:18–31.
(Nivel I)
133. Owen J, Hankins G, Iams JD, Berghella V, Sheffield JS, Perez-
Delboy A, et al. Ensayo aleatorio multicéntrico sobre cerclaje
para la prevención del parto prematuro en mujeres de alto
riesgo con longitud cervical acortada en el segundo trimestre.
Am J Obstet Gynecol 2009;201:375.e1–8. (Nivel I)
134. Berghella V, Rafael TJ, Szychowski JM, Rust OA, Owen
J. Cerclaje para cuello uterino corto en ecografía en
mujeres con gestaciones únicas y parto prematuro
previo: un metanálisis. Obstet Gynecol 2011;117:663–
71. (Revisión sistemática y metanálisis)
Boletín de prácticaRotura de membranas antes del partoe95

Se utilizaron la base de datos MEDLINE, la Biblioteca Cochrane
y los propios recursos y documentos internos del Colegio
Americano de Obstetras y Ginecólogos para realizar una
búsqueda bibliográfica para localizar artículos relevantes
publicados entre enero de 2000 y marzo de 2019. La
búsqueda se limitó a artículos publicados en Idioma en Inglés.
Se dio prioridad a los artículos que informaban resultados de
investigaciones originales, aunque también se consultaron
artículos de revisión y comentarios. Los resúmenes de
investigaciones presentados en simposios y conferencias
científicas no se consideraron adecuados para su inclusión en
este documento. Se revisaron las pautas publicadas por
organizaciones o instituciones como los Institutos Nacionales
de Salud y el Colegio Estadounidense de Obstetras y
Ginecólogos, y se localizaron estudios adicionales mediante la
revisión de bibliografías de artículos identificados. Cuando no
se disponía de investigaciones confiables, se utilizaron
opiniones de expertos de obstetras y ginecólogos.
Publicado en línea el 20 de febrero de 2020.
Copyright 2020 del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos.
Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación
puede reproducirse, almacenarse en un sistema de recuperación,
publicarse en Internet ni transmitirse, de ninguna forma ni por
ningún medio, electrónico, mecánico, fotocopiado, grabación o de
otro tipo, sin el permiso previo por escrito del editor.
Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos 409
12th Street SW, Washington, DC 20024-2188
Rotura de membranas preparto. Boletín de práctica ACOG
No. 217. Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos.
Obstet Gynecol 2020;135:e80–97.

Se revisó y evaluó la calidad de los estudios de acuerdo

con el método descrito por el Grupo de Trabajo de
Servicios Preventivos de EE. UU.:

I Evidencia obtenida de al menos un ensayo controlado

aleatorio diseñado adecuadamente.
II-1 Evidencia obtenida de ensayos controlados bien
diseñados sin aleatorización.
II-2 Evidencia obtenida de estudios analíticos de cohortes o de
casos y controles bien diseñados, preferiblemente de más
de un centro o grupo de investigación.
II-3 Evidencia obtenida de múltiples series temporales con o sin
intervención. Los resultados espectaculares en
experimentos no controlados también podrían
considerarse como este tipo de evidencia.
III Opiniones de autoridades respetadas, basadas en
experiencia clínica, estudios descriptivos o informes de
comités de expertos.

Con base en el nivel más alto de evidencia encontrada en los

datos, se brindan recomendaciones y se clasifican según las
siguientes categorías:
Nivel A: las recomendaciones se basan en evidencia
científica buena y consistente.
Nivel B: las recomendaciones se basan en evidencia
científica limitada o inconsistente.
Nivel C: las recomendaciones se basan principalmente en el
consenso y la opinión de expertos.

e96Boletín de prácticaRotura de membranas antes del parto OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA

© 2020 por el Colegio Americano de Obstetras y

Ginecólogos. Publicado por Wolters Kluwer Health, Inc.
Queda prohibida la reproducción no autorizada de este artículo.
Esta información está diseñada como un recurso educativo para ayudar a los médicos a brindar atención obstétrica y ginecológica, y el uso de
esta información es voluntario. Esta información no debe considerarse como que incluye todos los tratamientos o métodos de atención
adecuados ni como una declaración del estándar de atención. No pretende sustituir el criterio profesional independiente del médico tratante.
Se pueden justificar variaciones en la práctica cuando, a juicio razonable del médico tratante, dicho curso de acción esté indicado por la
condición del paciente, las limitaciones de los recursos disponibles o los avances en el conocimiento o la tecnología. El Colegio Americano de
Obstetras y Ginecólogos revisa sus publicaciones periódicamente; sin embargo, es posible que sus publicaciones no reflejen la evidencia más
reciente. Cualquier actualización de este documento se puede encontrar en acog.org o llamando al Centro de recursos de ACOG.

Si bien ACOG hace todo lo posible por presentar información precisa y confiable, esta publicación se proporciona "tal cual" sin ninguna garantía
de precisión, confiabilidad o de otro tipo, ya sea expresa o implícita. ACOG no garantiza ni respalda los productos o servicios de ninguna
empresa, organización o persona. Ni ACOG ni sus funcionarios, directores, miembros, empleados o agentes serán responsables de ninguna
pérdida, daño o reclamo con respecto a cualquier responsabilidad, incluidos daños directos, especiales, indirectos o consecuentes, incurridos
en relación con esta publicación o confianza. sobre la información presentada.

Todos los miembros y autores del comité ACOG han presentado una declaración de divulgación de conflicto de intereses relacionada con este producto
publicado. Cualquier conflicto potencial se ha considerado y gestionado de acuerdo con la Política de divulgación de conflictos de intereses de ACOG. Las
políticas de ACOG se pueden encontrar en acog.org. Para los productos desarrollados conjuntamente con otras organizaciones, las divulgaciones de
conflictos de intereses por parte de representantes de las otras organizaciones son abordadas por esas organizaciones. El Colegio Americano de Obstetras
y Ginecólogos no ha solicitado ni aceptado ninguna participación comercial en el desarrollo del contenido de este producto publicado.

VOL. 135, núm. 3 DE MARZO DE 2020 Boletín de prácticaRotura de membranas antes del partoe97

© 2020 por el Colegio Americano de Obstetras y

Ginecólogos. Publicado por Wolters Kluwer Health, Inc.
Queda prohibida la reproducción no autorizada de este artículo.