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Abstract
Introducción
*
Traducido por Daniel Becerra Restrepo. Publicado originalmente como: “Power,
technology and the phenomenology of conventions: on being allergic to onions”. En
John Law (ed) (1991) A sociology of monsters: essays on power, technology, and
domination. London: Routledge, pp. 26-56.
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la fuente de las cataratas en sus ojos…
Murió siendo una mujer famosa negando
sus heridas
negando
Que sus heridas tuvieran la misma fuente que su poder
(Rich, 'Poder', 1978)
1Los monstruos son la personificación de aquello que es exilado del yo. Algunos
escritores feministas han argüido que los monstruos a menudo representan el
salvajismo que queda exilado de las mujeres bajo el dominio patriarcal, quizás el
yo lesbiano, y aparentemente que los pares dicotómicos como la Bella y la Bestia,
Godzilla y Fay Wray son en realidad intuiciones de un yo femenino saludable.
4
Nuestra multiplicidad no ha sido la personalidad múltiple
del ejecutivo, sino la del menor abusado, la del híbrido.
Nosotros hemos realizado el trabajo invisible de crear una
unidad de acción de cara a una multiplicidad de yos, además
de, y al mismo tiempo, que el trabajo invisible de prestarle
unidad al rostro del torturador o del ejecutivo. Usualmente
hemos sido delegados a, los disciplinados.2 Nuestros yos son
de esta manera yos monstruosos, impuros y ciborgs en dos
sentidos: primero por aunar yos divididos y segundo por ser
aquello que queda sin representar en los encuentros con la
tecnología. Esta experiencia es sobre la multivocidad y la
heterogeneidad, pero no solo acerca de eso. Somos de una
vez heterogéneos, divididos, múltiples – y al vivir en
mundos múltiples sin delegar, experimentamos un yo
unificado por medio de la acción, del trabajo, y por los
retazos de una biografía colectiva (ver Fujimura 1991a y
Strauss 1969 para algunas discusiones sobre este último
punto).
Obtenemos acceso a estos yos de diferentes maneras:
1. rechazando aquellas imágenes del ejecutivo en la red que
omiten el trabajo que es delegado. Es decir que en el caso de
Pasteur o de cualquier ejecutivo, gran parte del trabajo que es
atribuido a la figura central, borrando el trabajo de secretarios,
esposas, asistentes de laboratorio, y toda clase de asociados.
Cuando se recupera este trabajo invisible (Star 1991; Shapin
1989; Daniels 1988), se descubre una red muy diferente;
3 Junto con los teóricos anti-racistas, los escritores del tercer mundo sobre el
descentramiento, los deconstructivistas, los teóricos literarios, los activistas y
teóricos feministas, y los antropólogos críticos, entre otros.
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Dado que la mayoría de nosotros no estamos interesados en
meramente añadir una variable a un análisis ya existente, la
mayoría de sociólogos de la ciencia sostendrían que sí hay algo
único acerca de la ciencia y la tecnología (pero ver Woolgar 1991
para encontrar una crítica de esta noción en el reciente ‘giro hacia
la tecnología’ de los estudios de la ciencia). Entre estos están
incluidas las ideas de que:
Soy alérgica a las cebollas crudas o que solo han sido parcialmente
cocinadas. Cuando como siquiera una pequeña cantidad sufro de
dolor de estómago y nausea por horas. En el gran esquema de las
cosas, esta es una discapacidad muy pequeña. Sin embargo, y
precisamente porque es tan menor y al mismo tiempo tan ubicua en
mi vida, es un buen vehículo para entender algunos de los pequeños
costos distribuidos y gastos generales asociados a las maneras en que
los individuos, las organizaciones y las tecnologías interactúan.
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El caso de McDonald’s
Una tarde hace algunos años iba muy tarde para una reunión.
Observando que había un puesto de hamburguesas de McDonald’s
cerca del sitio de la reunión, entré a las carreras y pedí una
hamburguesa, solo recordando al último momento agregar, ‘sin
cebolla’. (No había comido en McDonald’s después de desarrollar la
alergia a la cebolla.) Cuarenta y cinco minutos más tarde salí con mí
pedido, mientras que a mí alrededor a otras personas les estaban
sirviendo a toda velocidad. Desesperadamente tarde y echando humo
no pensé acerca de la situación, solo me sentí molesta. Algunos meses
más tarde, estaba también con un grupo, y decidimos detenernos y
pedir hamburguesas en otro McDonald’s. Ya me había olvidado de
mi última experiencia allí. Todos ordenaron diferentes
combinaciones de cosas, y cuando llegó mi turno, repetí como de
costumbre ‘una hamburguesa sin cebolla’. Una vez más, media hora
después, todos mis compañeros ya habían terminado de almorzar, y
la mía solo me la entregaba hasta ahora un empleado disculpándose.
Esta vez la situación se me esclareció.
‘Oh.’ me dije a mí misma, ‘ya lo entiendo. Simplemente son
incapaces de lidiar con algo fuera de lo común.’ Y por supuesto, ese
era el caso. La siguiente vez que fui a un restaurante de comida
rápida, pedí al mismo tiempo que todos los demás, omití el anexo
sobre las cebollas, cogí un cuchillo plástico adicional del mostrador,
y le raspé las cebollas. Esto hizo el proceso mucho más expedito.
El costo de la vigilancia
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participantes’.
Pero los signos que portan los rótulos son engañosos. Hacen
parecer como si la cuestión de la tecnología fuera una cuestión de
expandir la búsqueda exhaustiva de ‘necesidades especiales’ hasta
que todas hayan sido personalizadas; la quimera de la flexibilidad
infinita, sobre todo en la tecnologías del saber, es poderosa.
Hay dos maneras en que esta ilusión puede ser peligrosa. La
primera se produce en el caso de cosas como las cebollas: siempre
hay desadaptados entre los sistemas tecnológicos estandarizados o
convencionales y las necesidades de los individuos (Starr 1990
discute esto al respecto del alto desarrollo tecnológico). En el caso de
McDonald’s, una franquicia altamente estandarizada, solo se
producen cambios cuando aparecen nichos del mercado o grupos de
consumidores suficientemente grandes como para afectar las vastas
economías de escala practicadas por la compañía. Así, cuando las
personas que están a dieta y los californianos llegan a tener una
participación en el mercado suficiente como para hacer una
diferencia, aparecen bares de ensaladas en McDonald’s; platos sin
cebollas resultan mucho menos factibles. Incluso en lugares que
carecen de tecnologías de producción altamente estandarizadas (en
la mayoría de restaurantes, por ejemplo), puede darse un fenómeno
similar en el caso de actividades altamente convencionalizadas – así
pues, los chefs y los meseros le agregan cebollas automáticamente a
los platos, dado que la mayoría de personas se las comen. Es más
fácil negociar individualmente con productores no-estandarizados,
pero no es algo garantizado. La atracción de la flexibilidad se torna
peligrosa cuando se realizan afirmaciones de universalidad respecto
de cualquier fenómeno. McDonald’s parece ser un restaurante de
cadena ordinario, universal, y ubicuo. A menos de que usted sea:
vegetariano, esté en una dieta libre de sal, coma kosher, coma
comidas orgánicas, tenga diverticulosis (para quienes las semillas de
ajonjolí en las tapas de las hamburguesas pueden ser peligrosas para
su digestión), confinado al hogar, demasiado pobre para comer – o
alérgico a las cebollas.
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su canción publicitaria.
El poder del análisis feminista es consiste en su capacidad de
moverse de la experiencia de ser un no-usuario, un desadaptado o
un rechazado, al análisis de hecho de McDonald’s (y, por
extensión, de otras tecnologías) – e implícitamente al hecho de
que ‘podría haber sido de otra manera’ 4 – no hay nada necesario o
inevitable acerca de la presencia de tales franquicias. Podemos
traerle el ojo de un extraño a tales experiencias. De manera
similar, el poder de la teoría actor red es su capacidad de moverse
de la experiencia de construir el imperio de McDonald’s (y, por
extensión, de otras tecnologías) y de la gran cantidad de
enrolamiento, traducción, e intéressement involucrados – al hecho
de que ‘podría haber sido de otra manera’ – no hay nada necesario
o inevitable acerca de tal ciencia o tecnología, todas las
construcciones son históricamente contingentes, sin importar qué
tan estabilizadas.
Una forma poderosa de unir estos dos enfoques es conectando el
punto de partida del ‘no-usuario’ con el modelo de la traducción,
volviendo al punto de vista de aquello que no puede ser traducido: lo
monstruoso, el Otro, lo salvaje. Volviendo otra vez a la observación
de John Law sobre la forma en que McDonald’s enrola a sus clientes:
Crea clases de consumidores, teoriza que tienen ciertos intereses, los
cuales cultiva o modifica ligeramente con el fin de enlistar miembros de
ese grupo por unos minutos cada día o cada semana. Hace esto, grupo por
grupo, e interés por interés, de formas muy particulares…Se induce a la
acción no por el poder abstracto de las palabras e imágenes en las
propagandas, sino por la manera en que estas palabras e imágenes son
puestas en práctica por la corporación, y son interpretadas a la luz de los
(presuntos) intereses de los oyentes. Las propagandas y el enrolamiento
funcionan si la teoría de los intereses (prácticos) de quien las realiza es
practicable. (1984: 189)
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La irreversibilidad es claramente importante para un análisis del
poder y de la robusteza de las redes en los estudios de la ciencia. Un
hecho nace en un laboratorio, es despojado de su contingencia y del
proceso de su producción para aparecer en su facticidad como la
Verdad. Algunas Verdades y tecnologías, unidas en redes de
traducción, se convierten en características muy estables de nuestro
entorno, dando forma a las acciones e inhibiendo ciertos tipos de
cambio. Económicamente, aquellos que inviertan con los ganadores
en este proceso de estabilización pueden llegar a cosechar grandes
ganancias como instauradores de estándares. Luego, otros adoptan
las tecnologías estandarizadas con el fin de aprovecharse de las
estructuras que ya han sido establecidas, y beneficiarse de estas
externalidades de las redes. Tal y como los habitantes de una ciudad
se benefician de las continuas externalidades positivas de los teatros,
los sistemas de transporte, y la densidad de tiendas, los habitantes de
las redes se benefician de las externalidades de la estructura, la
densidad de las poblaciones de comunicación, y el mantenimiento ya
establecido. Cualquier red en crecimiento evidencia esto, como la
comunidad de usuarios del correo electrónico en la academia. Uno
puede ahora conectarse y comunicarse de forma (más o menos)
confinable con sus amigos, beneficiándose de una externalidad de red
que no existía hace tan solo algunos años.
Entender cómo, y cuándo, y si uno puede beneficiarse de las
externalidades de red es un arte esencialmente sociológico: ¿cómo
puede el individuo unirse al conglomerado, y para el beneficio de
quién?
Una vez que una disposición se hace estándar en una comunidad,
crear estándares alternativos puede ser costoso o imposible, a
menos de que se desarrolle una comunidad alternativa por alguna
razón. Algunas veces el gasto es posible y justificado, y puede llevar
al desarrollo de otra comunidad, como en el análisis de Becker de
los artistas disidentes (1982).
Becker plantea la pregunta de la conexión entre el trabajo, las
comunidades y las convenciones en la generación de una
estética y unas corrientes de pensamiento. Comienza con una
serie de preguntas pragmáticas simples: ¿por qué duran dos
horas los conciertos? ¿Por qué son las pinturas del tamaño que
(usualmente) son? Al examinar los mundos que se intersectan
en la creación de una obra de arte, y valorando cada uno en su
análisis, él consigue restaurar algunos de los aspectos que
normalmente permanecen escondidos de las externalidades de
red. Hay contingencias involucradas en la prescripción de
horarios laborales por parte de las uniones de músicos, pero
también las hay en el caso de quienes parquean los carros del
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público que asiste a una sinfonía, y en el caso de quienes
limpian los edificios por la noche, y estas contingencias, tanto
como las consideraciones de tradiciones más públicamente
reconocidas, son igualmente importantes en la creación de las
tradiciones estéticas.
Así que la mayoría de compositores escriben para conciertos de
aproximadamente dos horas, la mayoría de obras de teatro son de
una longitud similar; la mayoría de esculturas caben en los museos
y en la parte de atrás de los camiones, y así sucesivamente. Los
artistas disidentes juegan con las convenciones, oponiéndose por lo
menos a una de ellas. Ocasionalmente, un artista ingenuo – con
poco conocimiento de las convenciones – puede ser adoptado por
el mundo del arte – y por esa razón es de especial interés sociológico
para iluminar aquello que usualmente se da por sentado.
El fenómeno que Becker señala en el arte es igualmente verdadero en
la ciencia y la tecnología, si no más aún, pues hay tan pocas instancias
de científicos solitarios o ingenuos (los inventores son un posible
contraejemplo). The phenomenon Becker is pointing to in art is
equally true in science and technology, if not more so, because there
are so few instances of solitary or naive scientists (inventors are
possibly a counterexample). Los científicos y los tecnólogos se
mueven en comunidades de práctica (Wenger 1990; Lave y Wenger,
próximamente) o mundos sociales (Clarke 1990b) que tienen
convenciones de uso acerca de materiales, bienes, estándares, medidas,
y demás. Es caro trabajar dentro de un mundo y ejercer fuera de este
conjunto de estándares; en muchas disciplinas (como la física de altas
energías, la investigación en electrónica avanzada, y la medicina
nuclear), es casi imposible.
Aun así, esta serie de convenciones no son siempre estables. Al
comienzo de un régimen tecnológico; cuando dos o más mundos
entran en contacto; cuando un régimen está desintegrándose – todos
estos son períodos de cambio y transformación en los mundos de la
ciencia. Además, los grupos de convenciones nunca son estables
para quienes no son miembros. Puede que McDonald’s le ofrezca
igualdad y estabilidad a mucha gente – en las palabras de John Law,
puede ordenar cinco minutos de su mundo todos los días – pero para
mí al igual que para otros excluidos de su mundo, definitivamente
no es ordenado. Más bien, es una fuente de problemas y de caos.
¿La política por otros medios o por los mismos medios antiguos?
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comenzar con la pregunta, ¿cui bono?5, en vez de comenzar con
una celebración del hecho de la mezcla humano/no humano.
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Es a través del uso de paquetes estandarizados que los
científicos constriñen las prácticas de trabajo y definen,
describen, y contienen las representaciones de la naturaleza y
la realidad. La misma herramienta que constriñe las
representaciones de la naturaleza puede ser simultáneamente
una construcción dinámica con polifacética en otras
investigaciones y mundos clínicos/aplicados. Los paquetes
estandarizados son empleados como una interfaz dinámica
para traducir los intereses entre mundos sociales. (Fujimura
1991b: 33 de MS)
Aquí, sobre los bordes del género a finales del siglo veinte…
descubrimos que las epistemologías de la práctica médica blanca,
la furia de las teorías feministas radicales y el caos de la
experiencia de género vivida se encuentran en el campo de batalla
de la inscripción cultural que es el cuerpo transexual: una máquina
de significado para la producción de un tipo ideal… Dada esta
circunstancia, un contra-discurso es crítico, pero es difícil generar
un discurso cuando uno está programado para desaparecer. El
propósito más elevado del transexual es eliminarse a sí mismo,
desvanecerse en medio de la población ‘normal’ lo antes posible.
Lo que se pierde es la habilidad de representar la experiencia
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personal auténticamente. (Stone 1989: 9 de MS)
He aquí una red socio-técnica, un ejercicio del poder – y un tipo
particular de pérdida. ¿Qué se habría requerido para preservar la ‘alta
tensión’ de la no membresía de Jan, la impureza de no ser ni
masculino ni femenino? Esta zona de alta tensión es un tipo de punto
cero entre dicotomías (ver Latour 1987; en Irreducciones, en
Pickering 1991) o entre grandes abismos: masculino/femenino,
sociedad/tecnología, o lo uno o lo otro.
El extraordinario libro de Elaine Scarry El cuerpo doliente: la
creación y la destrucción del mundo (1985) es sobre la tortura y la
guerra. Su contención es que durante la tortura (y de maneras
similares durante la Guerra) el mundo es creado y destruido. El
torturador reduce el mundo del torturado, al usar la incertidumbre del
dolor experimentado y enfocarla en objetos materiales y en el
intercambio verbal entre ellos. Las viejas identidades son borradas,
tornadas inmateriales6. Nunca sabemos con certeza acerca del dolor
que otra persona experimenta, arguye Scarry, y esta incertidumbre
tiene ciertos atributos políticos que son explorados durante la tortura
y la guerra en la medida en que lo privado se vuelve público y
unívoco. Los signos visibles de la violencia son transportados al
público, y a través de una serie de testimonios, modificaciones, y
traducciones se convierten en creencias.
Hay llamativas similitudes entre la creación del mundo que Scarry
describe y la creación del mundo de Pasteur descrita por Latour, o
los exitosos procesos de traducción que analiza Callon, aunque no
parece haber violencia en estos últimos. Un conjunto de
incertidumbres son traducidas en certezas: viejas identidades
desechadas, y el foco del mundo reducido a un conjunto de hechos.
La unidad y la cerrazón del mundo del torturador/torturado son
vistas como aberrantes y fuera del mundo normal por la mayoría
de la gente – muy por fuera de lo normal. Pero Scarry sostiene
que precisamente este distanciamiento es uno de los factores que
hacen posible la tortura, porque vuelve invisible para nosotros los
ingredientes ordinarios de crear un mundo fuera del extremo de
la tortura. Simone de Beauvoir (1948) y Hannah Arendt (1977)
han desarrollado argumentos similares respecto de la anestesia de
cara a la violencia y la banalidad del mal. Siempre tenemos
elementos de incertidumbre respecto del mundo personal de otra
persona, sobre todo cuando hablamos del dolor y el sufrimiento;
6 Esto tiene sonoras resonancias con la creación del mundo en la ‘institución total’
descrita por Goffman en su clásico libro Asilos. Fagerhaugh y Strauss (1979)
también describen una reducción similar de la identidad y del mundo en su
Políticas del manejo del dolor.
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a menudo cambiamos un mundo por otro, o estrechamos nuestra
experiencia sin traición o cambio permanente alguno – por
ejemplo, en la silla del dentista, cuando solo podemos pensar
sobre el dolor inminente.
Si dejamos de mirar hacia los extremos: la tortura, o el enorme
éxito de Pasteur, y la dirigimos hacia algo casi ridículo como una
alergia a las cebollas, queda claro que otros eventos igual de
cotidianos hacen parte de un patrón. Las redes estabilizadas
parecen insistir en aniquilar nuestra experiencia personal, y hay
sufrimiento. Una fuente del sufrimiento es la negación de la co-
causalidad de los yos y los estándares múltiples, cuando se afirma
que la red estabilizada es la única realidad que hay. Las
incertidumbres de nuestros yos y de nuestras biografías caen
presas del ejercicio unívoco del poder, de la creación del mundo.
Mis pequeños dolores con las cebollas hacen parte de un continuo
que incluye el sufrimiento total, mucho más serio, de una persona
en silla de ruedas excluida de la actividad, o de aquellos cuyos
cuerpos son ‘no estándar’ de otras formas. Y el trabajo que hago:
de vigilancia, de raspar las cebollas, aunque todavía no de
organizar a quienes no comen cebollas, es un trabajo previo a darle
voz a la experiencia de los encuentros. ¿Cuánto más difícil en el
caso de aquellos encuentros que conllevan una carga moral más
pesada?
Las redes que abarcan tanto estándares como yos múltiples son
difíciles de ver o entender excepto en términos de su desviación u
‘otro’ mientras que sean vistas en términos del modo ejecutivo de las
relaciones de poder. En ese caso tendremos puertas que dejan entrar
a unas personas y no a otras, y nuestro análisis del ‘y no a otras’ no
puede ser muy importante, ciertamente no central. Es difícil ver a la
tortura provocada por la tecnología como creadora de mundo, sobre
todo porque está distribuida a lo largo del tiempo y el espacio, porque
su alcance es muy pequeño (cinco minutos cada día), o simplemente
porque no está a la vista. Más bien, se dice que son las funciones
ejecutivas, las de haber enrolado a otras personas, las responsables de
erigir el mundo.
La visión del ciborg que es miembro de múltiples mundos, es una
forma diferente de ver la relación entre los estándares y los yos
múltiples. Y esto involucra trenzar una concepción de la membresía
múltiple, de una visión ciborg de la naturaleza, con una democracia
epistemológica radical entre humanos y no humanos. En las palabras
de Donna Haraway:
- la membresía múltiple
- mantener la zona de ‘alta tensión’ y reconocer el costo de
mantenerla
- el costo de la membresía en múltiples áreas
- la plurivocidad y la traducción?
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estamos empezando a recuperar elementos de ese conocimiento: la
inmunología, la sabiduría de las hierbas, la acupuntura, la relación
entre la ecología y la salud. Esto no tuvo nada que ver con Pasteur
vs Pochet, sino con los efectos ecológicos del pasteurismo y su
enrolamiento.
Una de las sugerencias de Haraway es que la destrucción del
mundo de los no enrolados rara vez es total. Mientras que la
tortura, o la institución total, es un extreme de un continuo, las
respuestas al enrolamiento son mucho más variadas a lo largo de
un continuo mucho más rico. Las respuestas básicas, más allá de
la adhesión, tienen que ver con la multiplicidad de yos, la adhesión
parcial, los compromisos parciales. El valiente y conmovedor
estudio de Ruth Linden sobre los sobrevivientes del holocausto
nazi, entretejido con su propia biografía como judía americana, da
fe de esta rica complejidad (1989). El estudio de Adele Clarke
sobre las diferentes comunidades de la práctica que se unieron para
crear la ciencia reproductiva moderna muestra de qué manera las
membresías múltiples, los compromisos parciales, y los encuentros
a través de diferentes preocupaciones constituyen de hecho la
ciencia (1990a, 1991).
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poder de la multiplicidad colectiva. Comenzamos con la experiencia
de ser simultáneamente iniciados y ajenos (Hubbard y Randall 1990).
Al final, la simultaneidad ha emergido como el aspecto más poderoso
del feminismo, no su ajenidad. Las parte de libertades civiles e
igualdad de derechos del feminismo no habría extendido la teoría
política fundamentalmente; pero su doble visión, y su combinación
de intimidad, ubicuidad y colectividad sí lograron extenderla (Smith
1987). No es tanto que las mujeres hayamos sido dejadas por fuera,
sino que hemos estado afuera y adentro al mismo tiempo.
La sociología y la antropología tienen largas tradiciones de
estudiar a las personas marginales – aquellas que pertenecen y no
pertenecen, ya sea por ser un extraño (esto está muy marcado en el
trabajo de Simmel y Schutz) o por ser simultáneamente miembro de
más de una comunidad. La persona que es medio negra y medio
blanca, andrógina, de padres desconocidos o clarividente (que tiene
acceso a otro mundo desconocido) – son siempre o veneradas o
detestadas en muchas culturas. El concepto de lo extraño, o de la
extrañeza frente a nuestra propia cultura, como una ventana para
entender la cultura, es fundamental para muchas ramas de la
antropología y la etnometodología y sus fructíferas investigaciones
sobre lo que es dado por sentado (ver, por ejemplo, Garfinkel 1967 y
sus muchas referencias a Schutz).
Figura 1 Dimensiones d e l p o d e r
--------------------------
-
-
2. Continuo de Poder: dimensión, Identidad desde el punto de vista de quienes enrolan
---------------------------
No marcado marcado No marcado
3. Continuo del poder: dimensión, Identidad desde el punto de vista del ciborg
(Distancia del punto cero)
pu
re
za
I
I
<E------ El punto cero ----- autoridad monolítica
Personalidad
Múltiple
Múltiple
marginalidad
ciborgs
Agradecimientos
Bibliografía
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