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Tres indicadores del Malestar de la Moderndad de Charles Taylor -

9th September
Hortensia Cuéllar Pérez

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Charles Taylor (filósofo canadiense)

En 1991 el eminente filósofo canadiense Charles Taylor escribe un ensayo


titulado The malaise of modernity (1991). Para Tylor la idea de malestar
expresa «aquellos rasgos de nuestra cultura y nuestra sociedad
contemporánea que la gente experimenta como pérdida o declive, aún a
medida que se «desarrolla» nuestra civilización»
Tylor plantea tres formas de malestar» o de preocupación que trae consigo la
modernidad filosófica y que son: a) el individualismo, b) la primacía de la
razón instrumental y, c) el despotismo blando.

a) el individualismo:

El individualismo, como rasgo de la civilización moderna, representa el más


grande logro alcanzado en nuestros días porque ha permitido que «las
personas elijan por sí mismas su propia regla de vida» (p.38), o bien
a «decidir en conciencia qué convicciones desean adoptar» (idem.) o bien
a «determinar la configuración de sus vidas con una completa variedad de
formas sobre las que sus antepasados no tenían control» (idem.) etc. Además
de todo, «estos derechos están defendidos por nuestros sistemas legales»
(idem). Con ello quiere decir que muy pocos desearían renunciar a éstos
logros que -por otro lado- no es tampoco su pretensión.

Sin embargo, a esa concepción del individualismo le hace falta una teleología
que le permita mirar al hombre más allá de las estrellas o con Kant «ese cielo
estrellado donde además de todo me recuerda la ley natural». De otra forma,
invariablemente, domina la racionalidad instrumental que conduce «al
desencantamiento del mundo», a la desacralización y a la pérdida de todos
aquellos fines o ideales por los que vale la pena morir (cfr. p. 39).

Tal angostamiento de horizontes, donde la gran cadena del ser se ve


empequeñecida, conduce a los hombres y a las mujeres, a centrarse en su
vida individual. No les importa lo demás ni lo que suceda realmente en su
entorno, al grado de que teóricos como Derridá y M. Foucaullt, «dejan al
agente, aún con todas sus dudas en torno a la categoría del «yo», con una
sensación de poder y libertad sin límites que no impone norma alguna, pronta
a gozar del «libre juego» o a entregarse a la estética del yo» (p. 94). Por eso
a esta época se le ha llamado también «la era del vacío» (Gilles
Lipovetsky) o de «la cultura del narcisismo», en expresión de Christopher
Lasch. En la descripción de Daniel Bell, las contradicciones del capitalismo
conducen a un «profundo hedonismo», donde el estadio estético señalado por
Kierkegaard, encuentra su más cabal expresión.

Dice Tylor: «El individualismo se ha utilizado de hecho en dos sentidos harto


diferentes. En uno de ellos se trata de una idea moral, una faceta que ya he
comentado. En otro, se trata de un fenómeno amoral, algo parecido a lo que
entendemos por egoísmo. El auge del individualismo en este sentido supone
habitualmente un fenómeno de descomposición, en el que la pérdida de un
horizonte tradicional deja tras de sí la anomia, y en el que cada cual se las
arregla por sí mismo, como sucede, por ejemplo, en los barrios marginales,
azotados por la delincuencia (...). Por supuesto, resulta catastrófico confundir
estos dos tipos de individualismo, que tiene causas y consecuencias
totalmente diferentes. Razón por la cual Tocqueville distingue
cuidadosamente entre «individualismo» y «egoísmo» (pp. 56-57)».

Desde la perspectiva psicológica, tal vez sería pertinente hacer la distinción


entre egocentrismo y egoísmo. Lo primero se dice de los niños muy pequeños
y su deseo de conocer el mundo que les hace referir todo a sí mismos. Lo
segundo ya tiene una connotación moral, que implica ejercicio de la libertad y
el deseo de sometimiento de los demás hacia uno mismo.

2) racionalidad instrumental:

Para Charles Taylor una forma de caracterizar la racionalidad instrumental es


considerarla como esa «clase de racionalidad de la que nos servimos cuando
calculamos la aplicación más económica de los medios de un fin dado» (p.
40). Esto significa que la medida del éxito viene dada por el máximo de
eficiencia obtenida a través de la relación costo-rendimiento. A mayor
rendimiento y menor costo, mayor eficiencia, con lo cual una posición así
conduce irremediablemente a la primacía de los valores del mercado o
técnicos, sobre la trayectoria vital e historia de vida de las personas inmersas
en ese contexto. Esa ecuación -por lo mismo- puede aplicarse casi a cualquier
asunto, en particular, a los que tienen que ver con la planificación racional de
los recursos económicos o naturales y en diversas facetas de la vida del
hombre por ejemplo diferentes estudios poblacionales y el avance tecnológico
y su relevancia en diferentes campos de la cultura, entre ellos el de la
medicina, etc. A este respecto, el filósofo canadiense afirma: «Una vez que la
sociedad deja de tener una estructura sagrada, una vez que las convenciones
sociales y los modos de actuar dejan de estar asentados en el orden de las
cosas (...), están en cierto modo a disposición de cualquiera» (p. 40). De
forma similar, «una vez que las criaturas que nos rodean pierden el
significado que correspondía a su lugar en la cadena del ser, están abiertas a
que se les trate como materias primas o instrumentos de nuestros proyectos»
(idem.).

Diversos ejemplos pueden señalarse, uno de ellos el caso del liberalismo


económico, que en función de la organización económica global y de la
obtención de un mayor capital y la irrupción de los llamados capitales
especulativos en la economía de muchísimos países, pretenden justificar en
reuniones internacionales, la desigual distribución de la riqueza y la renta, así
como la dependencia de los países pobres de los económicamente fuertes.
Otro caso es el de la planificación social, en donde la valoración de riesgos en
el ámbito de la empresa o de la industria, la vida humana queda valorada en
dinero. En otro terreno -como el de la medicina-, la influencia de la
racionalidad instrumental se ve reflejada (afirma Taylor siguiendo de los
importantes estudios de Patricia Benner) en la minusvaloración social que han
sufrido profesiones como la enfermería y otros de asistencia hospitalaria, que
son quienes realmente atienden mayor tiempo al enfermo (cfr. pp. 41-42).

Para Taylor, sin embargo, el fatalismo al que puede conducir esta forma de
malestar exacerbando sus posibilidades, es un error y ésto debido a
que «nuestro grado de libertad no es igual a cero» (p. 43)porque «tiene
sentido reflexionar sobre cuales son nuestros fines» (ídem.) y si la razón
instrumental debería tener menos incidencia de la que tiene en nuestras
vidas.

3.- El despotismo blando

El último de los grandes problemas que permean la modernidad filosófica, es


el llamado «despotismo blando» en frase de Tocqueville y que consiste en
una forma suave, y solapada, de ejercer opresión sobre los ciudadanos, sin
que éstos -a su vez- tengan conciencia de ello. Se trata de una pérdida de
ilusión por participar activamente en las elecciones o cargos públicos, que
hace que deleguen toda su participación en el gobierno, mismo que se
convierte en el gestor y principal actor de la responsabilidad pública.
De allí su despotismo blando, que como se ve, es una forma específicamente
moderna de tener bajo control a los ciudadanos que no se interesan en la
actividad democrática, sino solamente en todos aquellos asuntos que tienen
que ver con la resolución de sus problemas inmediatos. La mayoría de las
veces los gobiernos actuales no quieren imponerse por el terror o de manera
violenta, sino de una manera tan suave, que no es notoria más que para los
críticos de ese estado de cosas (cfr. pp.44 a 47).

Nota: Las páginas citadas entre paréntesis corresponden al libro de Charles


Taylor. “La ética de la autenticidad”. Paidos/ I.C.E. de la Universidad
Autónoma de Barcelona, 1994, 146 p.

Fragmentos del articulo: LA ETICA DE LA AUTENCIDAD, de Hortensia Cuéllar Pérez..- Profesora. Investigadora de la Escuela Nacional para Maestras

de Jardines de Niños.

http://humanizar-nos.blogspot.com/2009/03/tres-indicadores-del-malestar-de-la.html [http://humanizar-
nos.blogspot.com/2009/03/tres-indicadores-del-malestar-de-la.html]

Publicado hace 9th September por Miradas Multiples


Etiquetas: CRISIS, FILOSOFÍA, IDEAS, MODERNIDAD

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