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ocupantes que desde 1820 dominaban el territorio de la actual República Oriental del
Uruguay. La expresión “Cruzada Libertadora” fue utilizado muchos años después, en
1863, a raíz del levantamiento del general Venancio Flores contra el presidente
constitucional Bernardo P. Berro, por lo que algunos investigadores no lo usan para
referirse a este suceso.
Como se mencionó, desde 1820 los portugueses primero y desde 1823 los brasileños
tuvieron el control del territorio oriental. El gobernador brasileño era Carlos Federico
Lecor. Los ocupantes practicaron una política económica que perjudicaba a la mayoría
de los orientales Por otra parte, muchos caudillos orientales, por distintos motivos,
colaboraban con los brasileños. En 1823 los orientales emprendieron un movimiento
revolucionario que, sin apoyo en la campaña, fue derrotado. Por esta razón, sus jefes
debieron emigrar hacia Buenos Aires. Desde allí comenzaron a organizar una
expedición que les permitiera volver al territorio oriental y liderar un nuevo
levantamiento.
A este respecto, el historiador Alfredo Castellanos cita las memorias de uno de los
participantes, Luis Ceferino de la Torre, quien sostiene: “Se hallaban emigrados en
Buenos Aires muchos patriotas orientales que habían tomado parte activa en los
sucesos del año 1823 en Montevideo con la esperanza de dar libertad a la Provincia
dominada por los portugueses desde 1817 que la invadieron”.
“La batalla de Ayacucho ganada por los patriotas en diciembre de 1824 —que decidió
los destinos de América Latina—, inflamó el patriotismo de estos emigrados que
reunidos en la casa de comercio que dirigía don Luis Ceferino de la Torre firmaron un
compromiso jurando sacrificar sus vidas en la libertad de su patria dominada por el
Imperio del Brasil.”
“Siete fueron los patriotas iniciadores y que contrajeron ese heroico compromiso: Juan
Antonio Lavalleja; su hermano Manuel, Manuel Oribe, Luis Ceferino de la Torre, Pablo
Zufriategui, Simón del Pino, y Manuel Meléndez, nombrando enseguida unánimemente
a Juan Antonio Lavalleja jefe del compromiso”.
Para darles sustento a los emigrados así como para organizar reuniones, se utilizaron
diferentes saladeros. Numerosos estancieros y comerciantes colaboraron, muchos con
la intención de asentarse en nuestras tierras. El gobierno de Buenos Aires oficialmente
adoptó una posición de neutralidad, aunque en la práctica toleró y cooperó con los
preparativos revolucionarios.
Luego de desembarcar, Lavalleja, con el resto del grupo, pronunció el célebre juramento
de liberar la patria o morir en el intento, enarbolando la bandera tricolor, con la leyenda
central de “Libertad o Muerte”.
Con este acontecimiento se dio inicio al levantamiento que finalmente concluiría con la
creación del Estado Oriental. Uno de los puntos más polémicos entre los historiadores
ha sido el número de orientales, ya que existen varias listas. Actualmente se sostiene
que el número de personas fue variando durante el transcurso de la expedición y que
formaron parte de esta paraguayos, argentinos, afrodescendientes y muchos otros.
Como cada 19 de abril, hacemos un acto en honor a quienes liberaron nuestra patria del
poder extranjero y nos permitieron a todos nosotros, comenzar a vivir en un territorio
libre e independiente.