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El problema del mal según Agustín de Hipona

Empezamos con la idea o por qué Agustín saca este tema, resulta que a mediados del
siglo III nace una doctrina universal, llamada maniqueísmo, guiada o iniciada por el “sabio
“maní, él decía que era el ultimo profeta de Dios y que Su religión O teorías religiosas eran
las únicas válidas. Entre sus doctrinas decían que existían 2 Dioses uno del bien y uno del
mal .
El del mal se llamaba Ahriman, el dios del mal o de las tinieblas, y el del bien era
llamado Ormuz el dios del bien o de la luz estos Dos Vivian en una lucha Constante y
eterna que no tendría fin ya que así se veía un equilibrio perfecto en la existencia .

Agustín ataca al maniqueísmo de una manera certera formando una teoría basada en un
principio metafísico, la incorruptibilidad divina, en la cual explica que Dios al ser divino no
puede ser corrompible, y de esta misma manera tampoco puede recibir daño alguno.

Entrando más en situación, el maniqueísmo al decir que el mal existía desde el mismo
inicio, trasgrede la imagen omnipotente de Dios, pero el problema que dejaba era, si todo lo
que existe es creado a voluntad de Dios el mal también es creado por el, por ende, Dios ya
no sería bueno y dejaríamos atrás el mensaje cristiano de un Dios amoroso y bueno.

Entonces argumenta diciendo, que el mal como tal no es ontológico ósea que el mal no
existe, y si el mal no existe todo por ende es bueno, sin embargo, cataloga al mal como
deontológico al decir que el mal es la falta del bien, y si Dios es el Bien, el mal es la falta
de Dios, entonces el verdadero mal quedaría en la mal moral en la decisión del hombre en
dejar las cosas más buenas por las poco buenas. Ósea en la decisión moral del hombre en
preferir lo efímero que se da acá en la tierra, y no a Dios y sus promesas a futuro como
eternidad.

Esta manera los humanos o ángeles creados por Dios, al compartir o participar de esa
imagen y semejanza de Dios también reciben bondad y ser. Lo que significa que también
pueden decidir, pero al corromperse pierden su bondad y su ser.

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Para Agustín el mal moral era igual al mal físico, A comparación que entra un nuevo
elemento el cual es la voluntad, para Agustín el pecado o el mal moral dependían de la
voluntad, en pocas palabras el hombre comete pecado cuando puede tomar una decisión
totalmente libre y aun así decide perder su bondad, ya sea por bien propio o por otras cosas.

Para san Agustín el mal moral viene como consecuencia del pecado original, esa mancha
de malas decisiones del humano, son la que lo llevan a tomar decisiones, como apartarse de
Dios de manera voluntaria, de esta viene la caída del humano como ser bondadoso. Ahora
la voluntad en si misma no es mala al contrario llega hacer un bien, pero esto ya depende de
la decisión humana.

Ósea que san Agustín expone una doctrina acerca de la obligación o responsabilidad
moral .

Ya que cada quien toma sus decisiones existe el bien y el mal, pero tu debes responder
de acuerdo a tú voluntad, pero tu voluntad debe estar arraigada a una buena moral. Y esa
buena moral solo se consigue en ese encuentro cercano con Dios.

No existe una buena o mala decisión ya que todo lo creado es hecho por Dios y todo lo
hecho es bueno, pero si el mal moral que habita en el hombre hace que anteponga lo
efímero a lo mejor, lo mejor sería un poco más demorado.

Entonces expone que al subvertir el orden de las cosas es el verdadero mal.

El mal no sería tanto el apetito de naturalezas malas —porque todo lo que es, es bueno
—, sino el abandono de las mejores: iniquitas est desertio meliorum [La naturaleza del
bien: XXXIV].

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A mi parecer Agustín tiene un punto de vista arraigado al voluntarismo que años atrás
perdería fuerza ya que a mi parecer, el intelectualismo y la decisión del hombre en libre
albedrio si puede ser buena o mala, si esxisten cosas buenas y cosas malas o sino entonces
¿el diablo seria bueno?.

Creo que más allá de todo ,Agustín quiere dar a conocer el verdadero pecado que aparto
al hombre Dios, si tenemos cuenta todo lo anterior dicho el mal para Agustín se basa en
malas decisión de prioridad, y recalca y pone el peso en los hombros del hombre en el
sentido de las buenas decisiones, y aunque la voluntad sea ese punto de diferencia entre el
mal físico y el mal moral, la sigue dejando como algo bueno en sentido auto determinante.

La reflexión a la que Agustín llama es, buscar lo largo y duradero que aunque muchas
veces se demore más esto nos conducirá a una buena relación con Dios, pero si seguimos
en el camino de preferir lo efímero, estaremos perdidos en la búsqueda Dios y jamás lo
hallaremos y aparte de todo Seguiríamos perdiendo nuestra esencia humana.

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Citas
Ferrer Santos, Urbano — Román Ortíz, Ángel Damián, San Agustín de Hipona, en
Fernández Labastida, Francisco – Mercado, Juan Andrés (editores), Philosophica:
Enciclopedia filosófica on line, URL:
http://www.philosophica.info/archivo/2010/voces/agustin/Agustin.html

Obras de San Agustín, Obispo de Hipona


Agustín, San, Obispo de Hipona (1998), La ciudad de Dios, México, México, Porrúa.
[
Agustín, San, Obispo de Hipona (1982), La naturaleza del bien, en Obras completas de
san Agustín, vol. III, Madrid, España, BAC.
Agustín, San, Obispo de Hipona (1982a), El libre albedrío, en Obras completas de san
Agustín, vol. III, Madrid, España, BAC.
Agustín, San, Obispo de Hipona (1982b), Contra los académicos, en Obras completas de
san Agustín, vol. III, Madrid, España, BAC.
Agustín, San, Obispo de Hipona (1979a), Del orden, en Obras completas de san Agustín,
vol. I, Madrid, España, BAC.
Agustín, San, Obispo de Hipona (1964), Confesiones de san Agustín, Madrid, España,
Apostolado de la Prensa.

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