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Descubrimiento de América
Los viajes de Cristóbal Colón -de 1492 a 1504- cambiaron los conceptos geográficos de la época. Los
europeos se sorprendieron ante al hallazgo de tierras y gente de cuya existencia no tenían conocimiento.
Colón tocó tierra americana por primera vez en 1492 (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
Empero, para los habitantes del Nuevo Mundo, o de esa “otra cuarta parte del mundo”, como dijo
Américo Vespucio, la sorpresa debió haber sido mayor. Los aborígenes de Guatemala no se encontraron
cara a cara con los barbudos invasores, sino hasta tres décadas después del primer viaje de Colón a Las
Antillas. Sin embargo, ya tenían noticias de ellos, las cuales les llegaron por medio de la embajada
mexicana, enviada por el rey Moctezuma, y que, según el Memorial de Sololá, llegó a Iximché en 1 Toh,
del 16 año de su revolución -6 de julio de 1510- (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
Cinco años después, en 1519, indica el mismo libro, “apareció la peste… Fue verdaderamente terrible el
número de muertos que hubo”. Es posible que haya sido una peste producida por gérmenes
desconocidos por los indios, que algún soldado español pudo haber llevado a Yucatán o Centroamérica,
pues aventureros españoles habían entrado en contacto con los indios de esas regiones desde los
primeros años del siglo XVI (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
El proceso de conquista
Hernán Cortés, el conquistador de México, en carta enviada a Carlos V, en 1524, informaba que había
recibido la visita de más de 100 indios de las ciudades de Utatlán -Quiché- y Guatemala -cakchiquel-,
ofreciéndose como vasallos y súbditos del rey de España. Y que había enviado al capitán Pedro de
Alvarado a someter aquellas tierras (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
Alvarado salió de la ciudad de México el 6 de diciembre de 1523, con un ejército de unos 420 soldados,
de caballería e infantería, provistos de mosquetes y pequeños cañones -falconetes-. Venían también 300
indios tlaxcaltecas, como cargadores y auxiliares. El número de hombres era pequeño, pero los caballos,
las armas de fuego, las ballestas, las espadas y lanzas de acero aumentaban su poder ofensivo
(Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
Al llegar a Soconusco, Alvarado envió indios mensajeros a los quichés y cakchiqueles, a quienes pedía
que se sometieran al Rey de España, pero no obtuvo respuesta. Cruzó el río Suchiate y se internó en las
tierras gobernadas por los quichés y tuvo los primeros contactos con éstos.
En Zapotitlán se libró la primera escaramuza. Alvarado traía indios mexicanos que conocían el territorio.
Guiado por ellos inició la difícil subida de la montaña, sin encontrar resistencia militar sino hasta en los
Llanos de El Pinal, donde se enfrentó con un fuerte ejército quiché. Aquí, dice Alvarado en carta enviada
a Cortés, murió en combate “uno de los cuatro señores de esta ciudad de Utatlán que venía por capitán
general de toda la tierra”. No lo mató él, pero debe ser éste el jefe indio que la leyenda convirtió en
Tecún Umán (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
Alvarado tomó Quetzaltenango y, tras algunos días de descanso, se enfrentó con otro ejército numeroso,
el cual también venció en los Llanos de Urbina. Siguió hasta la capital de los quichés, que sus huestes
llamaban Utatlán, y después de aprisionar a los Señores Oxib Queh y Beleheb Tzí, los hizo matar, y luego
quemó la ciudad (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
Días después salió para Iximché, la capital de los cakchiqueles, cuyos reyes lo recibieron como aliado.
Tras un breve descanso siguió hacia el Lago de Atitlán, donde sometió a los tzutujiles. Después se dirigió
a Izquintlán, ciudad que destruyó. En el mes de julio volvió a Iximché, tras culminar la expedición que se
extendió hasta Cuscatlán -en El Salvador-, cuya conquista no pudo completar (Diccionario Histórico
Biográfico, 2004).
Pedro de Alvarado decidió fundar una ciudad de españoles, como hacían todos los capitanes al tomar
tierras de indios en nombre del Rey de España. No se construyeron edificios ni se distribuyeron solares.
Sólo se nombró un Ayuntamiento: alcaldes, regidores, alguacil, pregonero. Estos, a quienes se tomó
juramento en nombre de Dios y del Rey, celebraron su primer cabildo. La ciudad se llamó Santiago -del
señor Santiago, dice Alvarado en una carta a Cortés-. El asiento fue en Iximché, la capital de los
cakchiqueles. Los vecinos eran todos los soldados del ejército del conquistador. Esto ocurrió el 27 de
julio de 1524 (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
Con el correr de los años la ciudad tomó el nombre de Guatemala, y se asentó en otros lugares y con
nuevos vecinos.
Alvarado no fue el único conquistador de Guatemala, ni su campaña la única que se llevó a cabo para
someter a los indios. Pasaron varios años y fue necesario el concurso de otros capitanes y soldados para
consumar la conquista. Por otro lado, se produjo una heroica rebelión de los cakchiqueles, la que
terminó con el ahorcamiento de sus reyes, entre ellos, al que se llamó Zinacán, el jefe cakchiquel que
nunca se rindió
LA CONQUISTA DE GUATEMALA
COLONIZACION EN
GUATEMALA
La Época Colonial es un término que se refiere a la colonización del territorio guatemalteco y de sus
habitantes -indígenas- por representantes de los Reyes de España, como parte de su proceso de
colonización en América. La colonización va desde la Conquista de Guatemala en 1524 hasta la
Independencia de Guatemala en 1821.
La conquista de Guatemala significó el desaparecimiento parcial o total de muchos pueblos indígenas, su
forma de vida, su religión; causando un gran cambio en esas sociedades. La necesidad (por parte de los
conquistadores españoles) de obtener la mayor cantidad de ganancias de la conquista causó que se
utilizara cualquier medio para realizar ese fin.
El control sobre la comercialización del añil fortaleció tanto a comerciantes como a la ciudad misma, que
se convirtió en plaza comercial del Reino. Allí confluían los granos y productos cultivados en el Altiplano
indígena con el ganado y otros artículos provenientes de las lejanas regiones de Nicaragua y Costa Rica.
Los comerciantes guatemaltecos otorgaban créditos para impulsar los cultivos y eran también sus
principales compradores. Al mismo tiempo, ellos realizaban los intercambios comerciales con la
metrópoli de manera regular. Esta variedad de funciones los convirtió en agentes indispensables a
niveles económicos muy poderosos en el terreno político.
En la primer fase de la conquista se trató de conquistar a los quichés, llegando a cumplir ese objetivo,
iniciando así una nueva fase en la cual ahora se trata de someter a otros pueblos de Guatemala: los
cakchiqueles y los Tzutuhiles.
Los Reyes quichés, temiendo la conquista de su pueblo, idearon un plan para encerrar a Alvarado y su
tropa en la ciudad para luego incendiarla, pero ese plan no fue llevado a cabo ya que Pedro de Alvarado
se enteró del mismo y mandó a quemar a los dos Reyes cakchiqueles.
Luego de esto, los indígenas huyen, escondiéndose en barrancos aledaños y el ejército español inicio así
sus “correrías” (quemar y destruir todo lo que se encuentra en el camino) para obligar a que los
indígenas salieran y comenzaran a tributar.
Para someter a los indígenas se les presentaban dos alternativas:
Someterse voluntariamente
Consecuencias:
Tributo en hombres.
Tributo en oro.
Tributo en alimentos.
Consecuencias:
Esclavitud forzada.
Tributo en oro
Adecuación: cada texto ha sido escrito para ser utilizado en un momento y con un fin
determinado.
Coherencia: las ideas de un escrito están enlazadas de manera lógica y ordenadas mediante los
nexos y los signos de puntuación para permitir la comprensión.
A continuación se expone sucintamente cada uno de estos grupos de conocimientos que domina un
hablante o un escritor. Además se explica qué es cada grupo y qué tipo de reglas incluye,
ejemplificándose los puntos más importantes con un texto comentado.
Adecuación
Cualquier lengua presenta variaciones: todos los miembros de la comunidad lingüística no hablan ni
escriben de la misma forma, tampoco utilizan la lengua del mismo modo en las diferentes situaciones
comunicativas. Primeramente, cada persona puede escoger entre usar su variedad dialectal o el
estándar. En segundo lugar, cada situación requiere el uso de un registro particular que está
determinado por el tema del que hablamos o escribimos (general o específico), por el canal de
comunicación (oral o escrito), por el propósito perseguido (por ejemplo, informar u convencer) y por la
relación entre los interlocutores (formal o informal). Por ejemplo, si hablamos con un amigo de temas
generales, posiblemente le diremos que nos duele la garganta; mientras que, si vamos al médico, nos
diagnosticará una faringitis o laringitis. No utilizaremos las mismas frases o palabras si escribimos una
carta a alguien o si le telefoneamos para decirle lo mismo. Si queremos informar a alguien seremos
objetivos e imparciales; sin embargo, si lo que pretendemos es convencerle, seremos subjetivos y
parciales. Estas elecciones tienen también implicaciones importantes: puede que algunas personas
desconozcan qué es una faringitis o laringitis y los desconocidos podrían molestarse y pensar que somos
unos maleducados si utilizamos expresiones vulgares.
Por ejemplo se pueden producir problemas si, en una conversación, los dos participantes tienen un
competencia lingüística diferente (uno usa un nivel culto y otro un nivel vulgar). O si tienen un
conocimiento del mundo diferente (un niño y una persona muy mayor). Para lograr esa adecuación entre
los participantes en la conversación se usará “usted” o “tú”, se usarán recursos humorísticos,
tecnicismos…
Coherencia
Hay informaciones relevantes, que son apropiadas para el texto, y otras irrelevantes, que son superfluas
e innecesarias. Cuando hablamos y escribimos debemos saber discriminar estos dos tipos de
informaciones. Por ejemplo, en un curriculum vitae elaborado para solicitar un trabajo de traductor, hay
que incluir informaciones sobre el conocimiento de idiomas, sobre la experiencia laboral adquirida en
este campo y otros afines, las obras traducidas, etc., pero no hace falta mencionar otras actividades
laborales (camarero, vendedor de enciclopedias, ele.). Cuando hablamos coloquialmente y no se
ordenan las informaciones de manera lógica y comprensible, se nos sugiere que hay que estructurar de
una manera determinada las informaciones relevantes.
Por ejemplo, en el caso del curriculum vitae se suelen dar primero los datos personales (nombres,
direcciones, edad, etc.), después los títulos y los estudios (carreras, cursillos, etcétera), las experiencias
laborales, las publicaciones, etc., y no sería coherente saltarse este orden, mezclando trabajos con
estudios o publicaciones con títulos.
Cohesión
Las diferentes frases que componen un texto se conectan entre sí formando una densa red de
relaciones. Los mecanismos que se utilizan para conectarlas se denominan formas de cohesión y pueden
ser de distintos tipos: repeticiones o anáforas (la aparición recurrente de un mismo elemento en el texto,
a través de la sinonimia, la pronominalización o la elipsis), relaciones semánticas entre palabras
(antonimia, hiponimia), enlaces o conectores (entonación y puntuación, conjunciones) etc.
Así pues, la cohesión es la propiedad del texto que conecta las diferentes frases entre sí mediante las
formas de cohesión. Estos mecanismos tienen la función de asegurar la interpretación de cada frase en
relación con las demás y, en definitiva, asegurar la comprensión del significado global del texto. Sin
formas de cohesión, el texto sería una lista inconexa de frases y la comunicación tendría grandes
posibilidades de fracasar, puesto que el receptor debería conectar las frases por sí solo, sin ninguna
indicación del emisor y con un elevado margen de error.