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Tratado

Jurisprudencial
y Doctrinario
Derecho de daños
u

Andrés Mariño López

Tomo I
Tratado
Jurisprudencial
y Doctrinario
Derecho de daños
u

Andrés Mariño López

Con la colaboración de:


Hugo Díaz • José L. Nicola
Mariana Saracho • Mercedes Vilaró
Manuela Prandi • Victoria Suárez

Prólogo
Arturo Caumont
© Andrés Mariño López, 2018

© De esta edición: La Ley Uruguay, 2018


Ituzaingó 1377, PB, CP 11000, Montevideo, Uruguay
Tel.: (+598) 2914 5080

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I.S.B.N. 978-9974-731-87-5 (Tomo I)


I.S.B.N. 978-9974-731-86-8 (Obra completa)

Uruguay
CAPÍTULO CUARTO
RELACIÓN DE CAUSALIDAD

SUMARIO

Opinión del Director. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 355 Análisis Doctrinario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 392


Biblioteca. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 390 Análisis Jurisprudencial. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 421

OPINIÓN DEL DIRECTOR

I. La relación de causalidad. Concepto.


La relación de causalidad es un elemento del sistema de Derecho de daños, tanto en su
función preventiva como en su función reparatoria. La causalidad consiste en la relación cau-
sa-efecto entre un hecho o una conducta y el daño padecido, o que pueda ser padecido, por un
sujeto. El hecho o la conducta son dañosos en cuanto causan un daño (función reparatoria);
el hecho o la conducta son potencialmente dañosos en tanto existe la posibilidad de que, si
sucede, cause daños (función preventiva).

La causalidad, también denominada nexo causal, se presenta en la función preventiva y


en la función reparatoria del Derecho de daños. La relación causal es necesaria para asignar
la responsabilidad civil a un sujeto, ámbito del Derecho de daños en el cual opera la función
reparatoria. A su vez, para inhibir una conducta o hecho con la finalidad de prevenir un daño,
es necesario acreditar que dicha conducta o hecho, de producirse, causará un perjuicio.

La vinculación causal en el Derecho de daños es material y objetiva. Ello diferencia a la


relación de causalidad con la relación de atribución. La relación de causalidad es la vincula-
ción entre el hecho dañoso y el daño, mientras que, la relación de atribución es la vinculación
entre el hecho dañoso que ha causado el daño y el sujeto responsable. La atribución del hecho
dañoso que ha causado un daño a un sujeto se realiza sobre la base de factores de atribución,
los cuales pueden ser subjetivos u objetivos.

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 355


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

1. La relación de causalidad como elemento del Derecho de daños.


La relación de causalidad es un elemento del Derecho de daños que opera tanto en su
función reparatoria, como en su función preventiva. En el ámbito de la responsabilidad civil
donde actúa la función reparatoria, la constatación de la relación de causalidad entre el daño
y el evento dañoso es necesaria para la asignación de responsabilidad. Por su parte, para la
prevención del daño, es necesario acreditar que el evento que se pretende inhibir, causaría, o
probablemente causaría, un daño determinado.

1.1. La causalidad en la función reparatoria del Derecho de daños.


Una vez acaecido un daño, para determinar la responsabilidad civil de un sujeto, es nece-
sario transitar un conjunto de etapas. Éstas se configuran por la verificación de cada uno de los
elementos de la responsabilidad civil.

En el proceso de asignación de responsabilidad civil a un sujeto, la primera etapa a verifi-


carse es la constatación del elemento “daño”.

En una segunda fase, el perjuicio debe estar vinculado en relación causa-efecto con un hecho
o conducta que lo ha producido. Se verifica la relación de causalidad o nexo causal.

A su vez, en una tercera etapa, el evento dañoso que ha causado el daño debe ser atribuido,
por medio de un factor de atribución subjetivo u objetivo, al sujeto a quien se le asigna la res-
ponsabilidad. Se configura la relación de atribución.

Como se ha indicado antes, en dicho proceso de asignación de responsabilidad civil se


presentan elementos estructurales (daño, hecho dañoso, sujeto responsable) y elementos fun-
cionales (relación de causalidad y relación de atribución).

La relación de causalidad es, en definitiva, uno de los elementos funcionales del proceso
de asignación de responsabilidad civil, el cual, se configura como una relación de causa-efecto
entre el daño y el evento dañoso. Éste debe producir el perjuicio. Es una vinculación de ante-
cedente y consecuente (1).

1.2. La causalidad en la función preventiva del Derecho de daños.


Un aspecto muy importante, al cual no se le da la relevancia que corresponde, es la operativa
de la relación de causalidad en la prevención del daño. En efecto, la conexión causal es siempre
referida a la responsabilidad civil, es decir, a la función reparatoria del derecho de daños. Sin
embargo, es necesario considerar que la relación de causalidad también es considerada a la
hora de prevenir el daño.

La inhibición de una determinada conducta o hecho parte de la base que dicha circunstancia
puede causar un daño. Para obtener una medida preventiva que active la tutela inhibitoria

 (1) MARIÑO LÓPEZ, A., Los fundamentos de la responsabilidad contractual, Carlos Álvarez Editor,
Montevideo, 2005, pp. 86 y ss.

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CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

del daño es necesario constatar que existe una relación causal entre ese posible perjuicio y la
conducta que se pretende prohibir.

Una variación en la consideración de la relación causal en la función preventiva del derecho


de daños está configurada por el principio precautorio. Según éste, no es necesaria la certeza
científica absoluta para inhibir una conducta o un hecho que pueden producir un daño. La
inhibición de conductas que probablemente causen un perjuicio, aun cuando no exista certeza
científica que ello ocurra, es, en definitiva, una forma de configurar la causalidad. Para impedir
un hecho o conducta dañosas, no se exige la certeza científica que causen un daño, pues, para
el principio de precaución, basta que una parte plausible de la comunidad de la ciencia sos-
tenga que dicho hecho o conducta puede producir un daño. Como se ha indicado, el principio
de precaución nace y se consolida en el ámbito de los daños al medio ambiente y se propaga
hacia otros ámbitos del sistema jurídico, como en el derecho de la salud humana y el derecho
del consumo (2).

2. La relación de causalidad: conexión material objetiva entre el daño


y el hecho que lo produce.
La relación de causalidad es una conexión material física objetiva, en la cual, en principio,
no intervienen factores subjetivos. Por dicho motivo, a la relación de causalidad se la denomina
también imputación objetiva, para diferenciarla de la relación de atribución, a la cual se la de-
nomina imputación subjetiva. Para Gamarra, “el nexo causal tiene carácter material (objetivo,
externo) y su individualización es básica o imprescindible para que pueda pronunciarse el juicio
de responsabilidad, porque permite atribuir determinado efecto (el evento dañoso), a un sujeto
que debe responder por él; se trata de la imputación material (…)” (3).

A dicho concepto de causa en la responsabilidad civil, hace referencia nuestro sistema


jurídico en diversas disposiciones normativas. Así, el artículo 1319 del Código Civil expresa
que, para que se configure la responsabilidad civil de un sujeto, debe existir un hecho ilícito
de éste que “causa a otro un daño”. El artículo 1322 del mismo cuerpo normativo refiere al caso
fortuito “al que no se ha dado causa”. El artículo 1324 inciso 1 del referido Código menciona el
daño que se “causa por hecho propio” y el que es “causado por el hecho de las personas” que
de uno dependen “o por las cosas de que uno se sirve o están a su cuidado”. Según el artículo
1328 del Código citado, “el dueño de un animal es responsable del daño que éste cause (…)”.
Los artículos 1329, daño por animal feroz, y 1330, daño por cosa que cae de un edificio, del
mismo cuerpo normativo, comienzan expresando “El daño causado por (…)”. En todos los
textos legales mencionados, se encuentra señalada la relación de causalidad en la asignación
de responsabilidad civil.

 (2) MARIÑO LÓPEZ, A., “La función de prevención del Derecho de daños y el impacto de principio
precautorio”, Revista Crítica de Derecho Privado No. 14- 2017, pp. 867.
 (3) GAMARRA, J., Tratado de Derecho Civil Uruguayo, T. XIX, FCU, Montevideo, 1988, p. 310. En el
mismo sentido, entre otros: PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, Temis, Bogotá, 1979,
pp. 401 y ss.; BUERES, A. J., Responsabilidad civil de los médicos, T. 1, Hammurabi, Buenos Aires, p. 297;
VÁZQUEZ FERREYRA, R. A., Responsabilidad por daños, Depalma, Buenos Aires, 1993, p. 220; LÓPEZ
HERRERA, E., Teoría General de la Responsabilidad Civil, Lexis Nexis, Buenos Aires, 2006, p. 199.

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 357


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

3. La causalidad jurídica. Causa, condición, ocasión.


La causalidad jurídica debe diferenciarse de otros conceptos de causalidad como el filosó-
fico o el científico natural.

Para la causalidad natural, todo fenómeno (es decir, cualquier supuesto de hecho) es pro-
ducto de la suma total de condiciones positivas y negativas que concurren a su realización. Desde
dicha perspectiva, causa es el total de las contingencias de la naturaleza que, siendo realizadas,
hacen que siga necesariamente el consiguiente (4).

La causa jurídica en el ámbito del derecho de daños tiene bases diferentes. El daño, como
toda entidad fenoménica, es el resultado de un conjunto complejo de circunstancias. Como
señala Alterini: “El efecto no siempre aparece unívocamente atribuible a su causa: concurren, en
una u otra medida, de una u otra manera, otras circunstancias que se encadenan en la relación
que deriva en el efecto” (5). El sistema jurídico establece determinados criterios para determinar
qué circunstancias de hecho deben considerarse en conexión causal con el daño acaecido.

3.1. Causa, condición, ocasión.


En la causalidad jurídica, se distinguen la causa, la condición y la ocasión. Explica Alterini:
“La causa produce el efecto; la condición –que no lo produce por sí- de alguna manera lo permite
o descarta un obstáculo; la ocasión se limita a favorecer la operatividad de la causa (…). Cuando
se quita el apoyo a un cuerpo, éste cae: resulta evidente que, de no haberse quitado tal apoyo, la
caída no se habría producido; pero, en esencia, este hecho no ha sido más que condición para
el efecto ‘caída’, cuya causa es la ley física de la gravedad. Causa, condición y ocasión, de alguna
manera intervienen en la producción del efecto; pero en él suelen coexistir otras circunstancias,
que por no ser de manera alguna relevantes para que aquél se traduzca, quedan marginadas en
la órbita de circunstancias indiferentes” (6).

Como señala Gamarra, la condición es un antecedente que no produce el daño, aun cuando
materialmente pudiera favorecer el acaecimiento del hecho dañoso (7). No obstante, pueden
presentarse diversas “condiciones” que pudieran ser causas del daño sucedido. Como se verá
infra, dicha situación amerita diferentes posiciones respecto de si se debe asignar la responsa-
bilidad civil a todas las “condiciones” que serían, entonces, todas “causas” del daño (teorías de
la equivalencia de las condiciones) o si se debe escoger como causa o causas del daño a una o
más de las “condiciones” causales (teorías individualizadoras de la causalidad) (8).

 (4) YZQUIERDO TOLSADA, M., Sistema de responsabilidad contractual y extracontractual, Dyckin-


son, Madrid, 2001, p. 188; LÓPEZ HERRERA, E., op. cit., p. 198. Ambos citan al filósofo inglés Stuart Mill;
el primero incluye la cita a la obra de éste Sistema de lógica inductiva y deductiva, traducción de Ovejero
y Maury, Daniel Jorro Editor, Madrid,1917.
 (5) ALTERINI, A. A., Responsabilidad Civil, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1999, p. 139.
 (6) ALTERINI, A. A., Responsabilidad civil, cit., pp. 139-140.
 (7) GAMARRA, J., Tratado de Derecho Civil Uruguayo, T. XIX, cit., p. 310.
 (8) SOBA BRACESCO, I., Relación de causalidad y prueba pericial. Probabilidad, certeza y conocimien-
to científico en la formación del convencimiento jurisdiccional, La Ley Uruguay, Montevideo, 2016, p. 53.

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CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

Las condiciones son eventos que intervienen en la producción del daño. De acuerdo con
las teorías individualizadoras, de todas las condiciones que han intervenido en el acaecimiento
del daño, solo una o algunas son causa o causas del daño. A partir de la individualización de
una o más condiciones como causa o causas, las restantes condiciones pasan a ser consideradas
como antecedentes que no provocan el daño. La ocasión es el conjunto de circunstancias en
cuyo contexto se da el evento dañoso. La causa es, propiamente, el evento que produce el daño.

3.2. Causa y concausa.


La concausa es una expresión polisémica. De acuerdo con uno de sus significados, es aquella
causa distinta y coexistente que desvía el curso de los acontecimientos (9). El efecto no proviene
de la causa puesta por el sujeto que ocasiona el hecho dañoso, sino de otra circunstancia inde-
pendiente. Un ejemplo de concausa es la muerte del herido por una enfermedad preexistente
al evento dañoso (10). La concausa en dicho ámbito actúa como eximente de responsabilidad.

A su vez, un significado diferente de concausa en responsabilidad civil se da en el ámbito


de la pluralidad de causas. Desde dicha perspectiva, la concausa es una causa que participa
con otras concausas en la relación de causalidad. Son varias causas (hechos o conductas) que
producen el daño; todas ellas son concausas del daño acaecido.

En uno u otro significado de la expresión concausa, ésta puede actuar en el proceso causal
en forma parcial y concurrir con una o más causas. En efecto, en el primer significado indicado,
la concausa puede exonerar parcialmente de responsabilidad civil en tanto desvíe en forma
parcial el curso causal, o, en el segundo significado expuesto, la concausa puede concurrir
con otras concausas en la producción del daño y la responsabilidad civil asignada en forma
proporcional, in sólidum o concurrente, o solidaria.

II. La pluralidad de condiciones y la individualización de la causa


del daño. Teorías sobre la concurrencia de causas en la relación
de causalidad.
Una vez verificado un daño, es necesario desandar los acontecimientos para analizar los
antecedentes de hecho y determinar cuál de todas las condiciones previas es causa jurídica
del perjuicio.

Un daño puede ser causado por un hecho dañoso y no existir dificultades para dicha deter-
minación. No obstante, en la producción del daño pueden haber participado diversos hechos
y plantearse problemas para determinar la relación de causalidad.

Sucede que a la producción de un daño pueden concurrir varias posibles circunstancias


causales de éste, a las cuales se denomina condiciones. Para la asignación de responsabilidad
civil, es necesario determinar cual de todas ellas es causa jurídica del daño acaecido.

 (9) LÓPEZ HERRERA, E., Teoría General de la Responsabilidad Civil, cit., p. 200.
 (10) ALTERINI, A. A., Responsabilidad civil, cit., p. 140.

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ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

Con relación a la pluralidad de causas, Peirano Facio expresa: “(…) No se suelen plantear
problemas para establecer la ligazón entre el hecho ilícito y el daño; un auto va por la calle con
exceso de velocidad y atropella a una persona, que muere: no existen dificultades en este caso
para afirmar que el daño (muerte de peatón) se encuentra claramente ligado al acto ilícito (atro-
pellamiento por exceso de velocidad) de modo tal que, sin éste, aquél no hubiera sucedido. (…)
Pero no siempre los problemas se presentan con esta simplicidad. Supongamos, en el ejemplo
propuesto, que el peatón sufre la fractura de una pierna y que al ser transportado por la am-
bulancia es víctima de un nuevo choque a consecuencia del cual fallece; en este caso, ¿puede
afirmarse que el primer hecho ilícito fue causa de la muerte del peatón no obstante que de no
haber mediado aquél, ésta no se hubiera producido?; y todavía, si el accidentado es llevado
sin inconvenientes al instituto traumatológico, y produciéndose en éste un incendio, muere
quemado por no haber podido huir a consecuencia de las fracturas que sufrió en el primitivo
atropellamiento, ¿será posible afirmar que el autor que causó el atropellamiento ilícito es, tam-
bién, indirectamente responsable por la muerte a causa del incendio, bajo el razonamiento de
que no habiendo mediado aquella fractura el accidentado habría podido librarse de éste?” (11).

Para la solución del problema que plantea la relación de causalidad en el aspecto referido,
se han construido diferentes teorías, las cuales pueden agruparse en dos sistemas teóricos.

Un primer grupo de teorías no distinguen una o más causas entre las diversas condiciones
causales (12). Todas ellas tienen como fundamento en común considerar que todas las condi-
ciones concurrentes a la producción del daño son causas de éste por igual, sin que haya que
distinguir entre ellas (equivalencia de las condiciones o conditio sine qua non).

En un segundo sistema teórico, se agrupan las teorías individualizadoras, las cuales se cons-
truyen sobre la base de considerar que debe necesariamente procederse a una distinción entre
las diferentes condiciones y seleccionar la causa o las causas que hayan causado jurídicamente
el daño. La selección entre las diversas condiciones causales, permite determinar la conexión
causal entre el hecho dañoso y el daño; de dicho fundamento parten un conjunto de posturas
que se diferencian por el criterio adoptado para la referida selección (13).

1. Teorías que no distinguen entre las causas concurrentes: teorías de


la equivalencia de las condiciones.
La teoría de la equivalencia de las condiciones sostiene que toda condición o circunstancia
antecedente de la producción del daño tiene participación causal en éste. Dicha posición con-
sidera que todas las fuerzas determinantes de una consecuencia jurídica son necesarias por
igual para que ésta se produzca.

Sobre dichas bases, la referida doctrina ha tenido diferentes formulaciones de acuerdo


con diversas construcciones teóricas a su respecto. Así, la teoría de la equivalencia de las
condiciones se desarrolló por medio de dos construcciones, una positiva y otra negativa. Para

 (11) PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, cit., p. 404.


 (12) ALTERINI, A. A., Responsabilidad Civil, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1999, p. 143 ss.
 (13) MAZEAUD, H. y L., Traité theorique et practique de la responsabilité civile délictuel et contractuelle,
T. 2, Sirey, París, 1938, p. 395; ALTERINI, A. A., Responsabilidad Civil, cit., pp. 147 y ss.

360 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

la postura positiva, el daño es producido por el conjunto de condiciones y por cada una de
éstas en particular (Von Buri). Para la posición negativa, si el daño no se produce excluyendo
la condición, ésta forma parte del nexo causal (Von List). Como se verá infra, otros desarrollos
flexibilizaron la teoría de la equivalencia de las condiciones; en efecto, dichas posturas excluyen
algunas condiciones, aún cuando, las que no son excluidas, responden por partes iguales. Entre
ellas, se destacan la teoría de las condiciones relevantes e irrelevante (Traeger) y la teoría de las
condiciones positivas, negativas e indiferentes (Thyren) (14).

1.1. Teoría positiva de equivalencia de las condiciones.


Esta posición, originada en el desarrollo teórico de Von Buri, sostiene que todas las condi-
ciones preexistentes tienen la misma relevancia. El daño es producido en su totalidad, tanto por
el conjunto de condiciones, como por cada condición individualmente considerada.

El perjuicio es causado por cada condición, pues cada una de ellas es la causa que las
demás causen el resultado dañoso. Por ello, cada condición produce positivamente toda la
consecuencia (15).

1.2. Teoría negativa de equivalencia de las condiciones.


La posición negativa de la teoría de la equivalencia de las condiciones, desarrollada por Von
List, sostiene que la relación entre una condición y el daño existe si éste no se habría producido
sin dicha condición. Si excluida una condición, el efecto daño no se produce, entonces, dicha
condición participa de la relación de causalidad (16).

Las condiciones que integran el vínculo causal son causa del daño generado: todas son
causa del daño y todos lo causan por igual. Es causa toda condición, sin la cual el daño no se
habría producido (conditio sine qua non) (17).

1.3. Teoría de las condiciones relevantes e irrelevantes.


Esta posición, desarrollada por Traeger, se construye sobre la base de subrayar la diferencia
entre causalidad jurídica y causalidad material. Dado que los criterios para determinar la cone-
xión causal entre un hecho y el daño acaecido son impuestos por el sistema jurídico, algunas
condiciones no son relevantes jurídicamente, aún cuando sí lo serían desde una perspectiva
material de la causalidad.

 (14) Según el desarrollo de PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, cit., pp. 410-415.
 (15) PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, cit., p. 411.
 (16) En la versión más conocida de esta teoría, es decir, la formulación de Von List de la posición creada
por Von Buri. Cfme. PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, cit., pp. 410-412. Según señala
dicho autor en el lugar citado, Von Buri adoptó una postura “positiva”: es causa del daño el conjunto de
concausas y cada concausa en particular (causa causae est causa causati). Von List sostuvo una postura
“negativa”: si la condición no puede ser eliminada sin que el daño se frustre, es causa por igual junto a las
restantes condiciones que participan de la relación causal.
 (17) GAMARRA, J., Tratado de Derecho Civil Uruguayo, T. XIX, cit., p. 314.

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 361


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

Peirano Facio señala que, de acuerdo con esta postura, ubicada dentro de la teoría de la
equivalencia de las condiciones, una condición puede integrar el iter causal, pero no ser causa
“jurídica” relevante. Así, según dicho autor, Traeger “decía que, si en el incendio de una casa
alguien arrimaba un montón de paja, esta condición no era jurídicamente relevante” (18).

1.4. Teoría de las condiciones positivas, negativas e indiferentes.


Otro desarrollo de la teoría de equivalencia de las condiciones es la sostenida por Thyren.
Según dicho autor, deben distinguirse las condiciones positivas, negativas e indiferentes.

La condición positiva es la que determina la ocurrencia del daño. La condición negativa,


por su parte, sería aquella que incide en la causalidad material del daño, pero que, en cuanto
impacta negativamente en el resultado de las condiciones positivas actuando de por sí, no debe
considerarse condición determinante del daño. La condición indiferente es similar a la condición
irrelevante referida por Traeger y mencionada en el literal anterior.

Expresa Peirano Facio, haciendo referencia a esta posición: “De ese modo, si una persona
quiere apuñalar a otra por la espalda y con la intervención de un tercero que desvía el golpe
solo logra rasguñarle un brazo, es evidente que la intervención del tercero aún cuando fue una
condición que contribuyó al rasguño, debe considerarse como una condición negativa” (19).

1.5. Equivalencia de las condiciones y responsabilidad in sólidum.


La equivalencia de las condiciones distribuye la responsabilidad por partes iguales; las
teorías individualizadoras distribuyen la responsabilidad en forma proporcional a la incidencia
de cada causa en la producción del daño.

La construcción teórica de la equivalencia de las condiciones elude el problema de la


determinación de la proporcionalidad en la legitimación pasiva. En efecto, dado que todas las
condiciones (en definitiva, las causas) participan por igual en la producción del daño, cada
responsable de cada causa, responde por la reparación integral a la víctima (20).

En cambio, las teorías individualizadoras, ante la causalidad múltiple, deben ingresar en el


complejo problema de la proporción en la causalidad. El porcentaje de proporcionalidad que
fije el juez, determina el grado de responsabilidad de cada responsable de cada causa.

La equivalencia de las condiciones, en dicho ámbito, favorece a la víctima, pues si el con-


junto de condiciones y cada una de ellas son las causantes del daño, entonces aquella puede ir

 (18) PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, cit., p. 412.


 (19) PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, cit., pp. 412-413. También en ALTERINI,
A. A., Responsabilidad civil, cit., pp. 145-146.
 (20) Al referirme a “responsable de cada causa”, eludo hacerlo a “autor de la causa” o “agente causante”,
pues existen situaciones en que el sujeto es responsable, pero no es el autor de la conducta causante del
daño. Por ejemplo, la responsabilidad por hecho ajeno. El sujeto responsable no es quien ha producido el
daño; no obstante, el sistema jurídico, en función del factor de atribución garantía, le impone responder
a la víctima. Como consecuencia, “responsable de la causa” es el sujeto a quien el sistema jurídico le ha
impuesto responder por una causa, no producida por él.

362 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

por toda la indemnización contra cada uno de los responsables por ellas. La responsabilidad
es in sólidum.

No obstante, el beneficio es parcial, puesto que, si la condición es un caso fortuito que tiene
escasa incidencia en la producción del daño padecido, la responsabilidad es por partes iguales
y la víctima se ve perjudicada. Por ejemplo, si en el daño interviene una condición no fortuita
y una condición fortuita (rectius: una condición y un caso fortuito), la responsabilidad será por
partes iguales. Si el caso fortuito tuvo una incidencia menor a la condición, la responsabilidad
es por partes iguales. La víctima recibe la mitad de la indemnización de quien ha causado en
mayor parte el daño.

1.6. Críticas a la teoría de la equivalencia de las condiciones.


La teoría de la equivalencia de las condiciones, considerando el conjunto de posiciones
que en ella se agrupan, ha recibido diversas críticas.

Una primera crítica consiste en sostener que la teoría de equivalencia de las condiciones
extiende en forma desmesurada el ámbito de la responsabilidad civil. Según Gamarra, de
acuerdo con dicha postura “habría que remontarse hasta el traspié de Eva o el descubrimiento
de América, como conditio sine quanon de nuestros actuales infortunios” (21). La Suprema Corte
de Justicia, en su sentencia No. 91/2003, de 19 de marzo de 2003, con cita de su sentencia No.
440/2000, de 13 de octubre de 2000, ha rechazado la aplicación de la teoría de la equivalencia de
las condiciones. Para la Corporación, en el fallo citado, “(…) podría decirse que toda condición
o todo factor que ha intervenido en la producción del evento, es su causa. Con lo cual, entonces,
la serie causal sería ilimitada, no habría criterio para excluir alguna de ellas por más alejada
que esté en el tiempo (…)”. Asimismo, más adelante en la sentencia en cita, la Suprema Corte
de Justicia señala: “Entre todos los acontecimientos que concurren a la realización de un daño,
que son condiciones de él, todos no son su causa desde el punto de vista de la responsabilidad.
No todos le obligan a su autor a su reparación. Solo pueden ser considerados como causas de
un perjuicio los acontecimientos que deberían producirlo normalmente (…)” (22).

Una segunda crítica que se le formula a la teoría de la equivalencia de las condiciones es la


inconsistencia que presenta en el ámbito de la concurrencia de condición y caso fortuito, pues,
a pesar que éste pudiera darse en proporciones diferentes, la división entre ambos debe ser por
partes iguales. En efecto, cuando interviene un caso fortuito, incluido el hecho de la víctima, de
acuerdo con la teoría en estudio, el juez debe repartir la responsabilidad por partes iguales, aún
cuando la concurrencia causal sea en diferente grado. Según Peirano, ello conduce a la “total
falta de elasticidad” para la decisión judicial, ya que, si el juez adopta la equivalencia de las
condiciones para resolver el caso a dirimir, “no posee latitud alguna para buscar una solución
adecuada a las resultancias del caso” (23).

 (21) GAMARRA, J., Tratado de Derecho Civil Uruguayo, T. XIX, cit., p. 314. Véase la crítica en la misma
línea expuesta por PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, cit., p. 413.
 (22) Suprema Corte de Justicia, sentencia No. 91/2003, de 19 de marzo de 2003, La Justicia Uruguaya
Online, cita online UY/JUR/691/2003.
 (23) PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, cit., p. 414.

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 363


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

Una tercera crítica afirma que, aun cuando las condiciones sean igualmente necesarias
para la producción del daño, de ello no se infiere que todas concurran en igual proporción a
producirlo (24).

1.7. La equivalencia de las condiciones en el sistema jurídico uruguayo.


La doctrina mayoritaria uruguaya se encuentra conteste en afirmar que nuestro sistema
jurídico ha rechazado la teoría de la equivalencia de las condiciones en la relación de causalidad.

Tanto Peirano Facio como Gamarra han sostenido que el artículo 1331 inciso 2 del Código
Civil establece la inadmisibilidad de la equivalencia de las condiciones. Dicha disposición
prevé que en caso de cuasidelito cometido por dos o más persona, “sus autores responderán
proporcionalmente”.

Si cada causa responde proporcionalmente, no responde por partes iguales, como lo sostiene
la teoría de la equivalencia de las condiciones. Los autores del daño serán responsables por la
parte que les corresponde en la incidencia causal del perjuicio (25).

Peirano Facio infiere de dicha disposición otra consecuencia. Sostiene la distribución


proporcional entre los causantes del daño, no sólo significa el rechazo de la equivalencia de
las condiciones, sino también la admisión de la teoría de la causa eficiente. Dicha postura no
se comparte y no ha sido seguida ni en doctrina ni en jurisprudencia. A dicho tema se hará
referencia más adelante.

El artículo 1331 inciso 2 del Código Civil rechaza la equivalencia de las condiciones y admite
la individualización de una o más causas del daño. Luego, como se verá infra, entre las teorías
que seleccionan una o más causas del daño, admite aquellas que aceptan la concurrencia de
varias causas y descarta las que se inclinan, como se verá infra, por sostener que debe indivi-
dualizarse una de ellas.

2. Teorías que seleccionan una o más causas del daño (teorías indivi-
dualizadoras).
Las teorías individualizadoras consideran, a diferencia de la teoría de la equivalencia de las
condiciones en sus distintas versiones, que la relación de causalidad se debe imputar a los he-
chos que específicamente ocasionaron el daño (no todas las condiciones son causa), de acuerdo
con la participación que hayan tenido en la producción de éste (no todas las causas por igual).

La teoría de la equivalencia de las condiciones sostiene, en su posición básica, que todos


los eventos que participaron en la generación del daño son causa de éste y responden en forma
igualitaria. Sin embargo, como se ha indicado, los últimos desarrollos de dicha teoría (teorías
de las condiciones relevantes e irrelevantes, teorías de las condiciones positivas, negativas e

 (24) GAMARRA, J., Tratado de Derecho Civil Uruguayo, T. XIX, cit., pp. 316-317.
 (25) GAMARRA, J., Tratado de Derecho Civil Uruguayo, T. XIX, cit., p. 318; PEIRANO FACIO, J., Res-
ponsabilidad extracontractual, cit., pp. 426-427.

364 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

indiferentes) realizan una distinción y descartan algunas condiciones por no configurar causa
del daño.

La distinción entre las condiciones para determinar la condición o las condiciones que se
configuren como causa o causas del daño se hace sobre la base de criterios o pautas que cons-
tituyen las bases teóricas de las diferentes doctrinas.

Las posiciones doctrinarias se agrupan de acuerdo con la postura teórica sostenida respecto
de los criterios o pautas a adoptar para la individualización de la causa, la exclusión de otras
condiciones y la existencia de concausas.

Dentro de dichas teorías individualizadoras se estudian en el presente trabajo las teorías


de la causa próxima, la causa eficiente, la causa adecuada, la causa verosímil y la imputación
objetiva.

2.1. Teoría de la causa próxima.


La teoría de la causa próxima sostiene que es causa del daño la condición más próxima
temporalmente al resultado. Las restantes condiciones, si las hubiere, no son causa del daño.

La posición se basa en el aforismo “in jure non remota sed proxima causa spectatur”, atri-
buido a Bacon, para quien el efecto se atribuye al último suceso con el cual se conectó (26).
La determinación de la causa de las causas y las influencias de unas sobre otras sería infinita,
por lo cual, se debe individualizar la causa más próxima al efecto, “sin elevarse a un grado más
remoto” (27). La causa es la inmediata en el tiempo a la producción del daño (proximate cause);
no es necesario remontarse a grados más distantes (too remote) (28).

Como señala Soba Bracesco, “se propugna un criterio mucho menos amplio en la identifi-
cación del factor causal que el sostenido a través de la equivalencia de las condiciones (…) Se
visualiza como un criterio que intenta matizar o superar las dificultades prácticas de la equiva-
lencia de las condiciones, pues –como se dijo- sería tarea infinitiva detenerse en las causas de
las causas, en una concatenación interminable” (29).

Esta posición, acogida por Dumoulin y desarrollada por Pothier, dejó su rastro en las dispo-
siciones normativas de la Codificación, particularmente en el Código Civil de Uruguay. Así se la
observa en el artículo 1323 del Código Civil uruguayo, según el cual, en sede de responsabilidad
extracontractual, deben repararse los daños que sean consecuencia directa e inmediata del
evento dañoso y en el artículo 1346 inciso 2 parte final del mismo cuerpo normativo, en sede de

 (26) DÍEZ PICAZO, L., Derecho de daños, Civitas, Madrid, 1999, p. 337; ALTERINI, A. A., Responsabi-
lidad civil, cit., p. 147; PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, cit., pp. 415-416.
 (27) Cfme. PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, cit., p. 416, quien cita a Bacon sobre
la base de una cita de A. Orgaz, “La relación de causalidad entre el acto ilícito y el daño”, periódico La Ley,
Buenos Aires, 5 de agosto de 1949, p. 3.
 (28) YZQUIERDO TOLSADA, M., Sistema de responsabilidad contractual y extracontractual, Dyckin-
son, Madrid, 2001, pp. 190-191.
 (29) SOBA BRACESCO, I., op. cit., pp. 56-57.

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 365


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

responsabilidad contractual, el cual limita la indemnización de los perjuicios producidos por el


incumplimiento a aquellos que fueren consecuencia inmediata y directa del hecho dañoso (30).

Sin embargo, dichas disposiciones no refieren a la relación de causalidad entre evento dañoso
y daño, sino a la extensión del daño que es consecuencia del evento dañoso. Se establecen los
límites del daño resarcible, pero no se indica qué causa es la que produjo éste (31).

No ha sido en los sistemas jurídicos de la Codificación donde la teoría de la causa próxima


ha tenido su mayor difusión, sino en el derecho angloamericano.

La teoría de la causa próxima rechaza la equivalencia de las condiciones: no todas las


condiciones son iguales ni actúan de la misma manera. Juan se traslada hacia el aeropuerto
para tomar un vuelo y en el trayecto es colisionado por Pedro. Juan debe aplazar el viaje hasta
el vuelo siguiente. El avión cae y Juan muere. Para la teoría de la causa próxima, la causa de la
muerte es el accidente aéreo y no la conducta negligente de Pedro en el accidente terrestre.

La teoría ha sido objeto de diversas críticas.

La principal de ellas se basa en que no siempre la condición o antecedente temporal más


próximo en la cadena causal es la determinante del efecto. Como expresa Gamarra, “omite
demostrar lo único que realmente interesa: que ese antecedente más cercano es la causa”.

También se ha señalado que la teoría se vuelve inconsistente en los casos de pluralidad de


causas (32). Juan se encuentra enfermo y, por indicación médica, es trasladado desde su hogar
a un hospital público en ambulancia de una empresa privada de servicios de emergencia. La
ambulancia pasa un semáforo en rojo a alta velocidad y es embestida por un ómnibus. Juan
sufre politraumatismos graves e intervenido quirúrgicamente en un hospital estatal, contrae
una infección intrahospitalaria y muere.

Si se aplica la teoría de la causa próxima, la causa del daño es la infección intrahospitalaria


y debe responder por todo el Estado, dado que es un hospital público (33). Sin embargo, en la
relación causal incide claramente la conducta del empleado de la empresa privada de servicios
de emergencia quien es el responsable de las graves lesiones de Juan que motivaron su inter-
vención quirúrgica.

Amezaga recoge un ejemplo de Thyren para demostrar la inconsistencia de la teoría de


la causa próxima: “Juan hace un foso a la una de la mañana en un sitio determinado, y Pedro
aconseja a Pablo a la una y media de la mañana que de un paseo por ese lugar. Pablo ha roto el
equilibrio, induciendo a Pedro a dar el paseo y siendo causa de que este último caiga en el pozo,

 (30) Cfme. GAMARRA, J., Tratado de Derecho Civil Uruguayo, T. XIX, cit., pp. 327-328; PEIRANO FA-
CIO, J., Responsabilidad extracontractual, cit., p. 417, nota al pie 2, con citas de ORGAZ, A., “La relación de
causalidad entre el acto ilícito y el daño”, cit., p. 3 y DESCHIZEAUX, J., De l’influence du fait de la victime
sur la responsabilité civile délictuelle, Grenoble, 1934, p. 34.
 (31) GAMARRA, J., Tratado de Derecho Civil Uruguayo, T. XIX, pp. 326-328.
 (32) GAMARRA, J., Tratado de Derecho Civil Uruguayo, T. XIX, pp. 315-316; LÓPEZ HERRERA, E.,
Teoría General de la Responsabilidad Civil, cit., p. 202.
 (33) Sobre la base de la existencia de una obligación de seguridad objetiva a cargo de los proveedores
de servicios médicos respecto de los pacientes consumidores de éstos. La prestación de servicios médicos
es una relación de consumo.

366 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

debe responder. Al contrario, Pablo aconseja a las once de la noche a Pedro que haga el paseo
por determinado lugar; a las once y media Juan hace un pozo. Es Juan quien rompe el equilibrio
preexistente y es él quien debe responder. ¿Qué diferencia hay en uno y otro caso? Plantear la
cuestión equivale a proclamar la insuficiencia del criterio propuesto (…)” (34).

Alterini aporta otros casos, en los cuales, la teoría de la causa próxima pierde firmeza: “El
caso en que se coloca una barrera cruzando una ruta, con la que tropieza un jinete que galopa
con su caballo: se niega al jinete derecho a reclamar daños por cuanto puso la causa próxima
de ellos, ya que habría podido sortear la barrera de haber galopado más lentamente. O el de la
enfermera que deja por un instante la jeringa hipodérmica cargada, cuyo contenido es cambiado
por otro venenoso y aplica la inyección al paciente: la acción de ella –aplicar la inyección- es
también la causa próxima del daño” (35).

En el derecho angloamericano, la teoría de la causalidad próxima ha tenido un desarrollo


teórico que la ha flexibilizado y acercado, como se verá, a la teoría de la causalidad adecuada.

En efecto, la rigidez de la causa próxima fue morigerada en el derecho inglés a partir del
caso Rigby vs. Hewitt (36), de 1850, en el cual se exigió la existencia de una relación directa
entre el hecho y el daño, sobre la base de la determinación de quien tuvo the last claer chance
de prevenirlo y la previsibilidad del daño en la conducta del ofensor (foreseeable consequences
of defendant's conduct) (37).

En el derecho norteamericano, por su parte, la causa próxima es aquella que produce el


daño, sin la cual éste no hubiera ocurrido, en un encadenamiento continuo, sin intervención
de una concausa. Dentro de la teoría de la causa próxima, a partir del caso “Palsgraf vs. Long
Island Railroad” (248 N. Y. 339), se considera que la causa del daño debe ser previsible para el
autor del hecho dañoso. En dicho asunto, un guardia de la empresa demandada ayudó en forma
negligente a un pasajero a subir a un tren en movimiento, produciendo la caída de un pequeño
paquete que llevaba en sus manos, el cual contenía explosivos que al caer explotan y lesionan
al actor que se encuentra a diez metros de distancia aproximadamente. La Corte estimó que el
guarda no podía prever que por el empujón dado al pasajero podría lesionarse a una persona
que se encontraba en la estación a la distancia indicada. El multicitado fallo exige que el dam-
nificado se encuentre en el previsible ámbito del riesgo de daño (38).

 (34) AMÉZAGA, J. J., Obras esenciales. De las nulidades en general. Culpa contractual. Culpa aquiliana,
La Ley Uruguay, Montevideo, 2011, p. 630. El texto transcripto es tomado también por PEIRANO FACIO,
J., Responsabilidad extracontractual, cit., p. 416.
 (35) ALTERINI, A. A., Responsabilidad civil, cit., pp. 147-148. El caso del jinete es citado también por
PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, cit., p. 416, nota al pie 4.
 (36) [1850] 5 Ex. 243, 155 Eng. Rep. 104 (Ex.)
 (37) KELLEY, Patrick J., “Proximate Cause in Negligence Law: History, Theory, and the Present Dark-
ness”, Washington Univerity Law Review, Vol 69, junio 1991, pp. 75-78; ALTERINI, A. A., Responsabilidad
civil, cit., p. 148; DÍEZ PICAZO, L., Derecho de daños, cit., p. 337.
 (38) Sobre el caso Palsgraf, véase ALTERINI, A. A., Responsabilidad civil, cit., p. 148, en especial nota al
pie 229; YZQUIERDO TOLSADA, M., Sistema de responsabilidad contractual y extracontractual, cit., p. 191,
en especial nota al pie 6; GAMARRA, J., Tratado de Derecho Civil Uruguayo, T. XIX, p. 314, en nota al pie 3.

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 367


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

Los tribunales mantienen la denominación proximate causa, pero su desarrollo actual tiene
diferencias conceptuales importantes con la postura sostenida en su origen con esa misma
denominación (39).

En el derecho uruguayo, la doctrina de la causa próxima aparece en algunos fallos jurispru-


denciales que lo aplican en forma conjunta con la teoría de la causalidad adecuada, la cual, como
se verá, aplica la causa más probable y ésta es considerada la causa previsible para el ofensor.

El TAC 2º Turno, en su sentencia No. 59/2003 de 9 de abril de 2003, aplica el criterio de la


causalidad adecuada y de la causa próxima en forma complementaria. Afirma el mencionado
tribunal en la sentencia indicada: “La causalidad adecuada (postulada esencialmente por Von
Kries) enseña que no es adecuada la que no entraña normalmente las consecuencias obser-
vadas; reclama una reconstrucción post factum de los antecedentes del daño y la búsqueda de
la “razonabilidad” para la determinación de la causa. Además, es esencial el criterio de la proxi-
midad de la causa: el daño debe ser imputado a quien tiene la última chance de evitarlo” (40).

El referido Tribunal de Apelaciones reitera dicho texto en la sentencia No. 14/2012, de 15 de


febrero de 2012 (41), y en la sentencia No. 59/2012, de 11 de abril de 2012, afirma que “se debe
responder por la causa inmediata y directa y en el caso ésta no es otra que la irrupción e interpo-
sición súbita del actor que pretendió rebasar a todos los partícipes en ese giro a la derecha” (42).

2.2. Teoría de la causa eficiente.


La teoría de la causa eficiente considera que existe una causa determinante del daño en
forma más eficaz. El criterio de selección entre las diferentes condiciones para la determinación
de cual o cuales de ellas se configuran en causas está basado en la mayor incidencia (rectius:
eficiencia) en la producción del daño.

La “causa eficiente” se desmarca de la “equivalencia de las condiciones”: no todas las


condiciones son causas por igual, sino que algunas son más eficientes para la generación del
perjuicio. La individualización de la causa se hace en función de la eficiencia.

Esto lleva al problema de qué debe entenderse por “eficiencia” de las condiciones y, en
definitiva, cómo se selecciona la causa entre las condiciones. De acuerdo con la construcción
del concepto de eficiencia que se realice, se desarrollan diferentes líneas doctrinarias.

 (39) ALTERINI, A. A., Responsabilidad civil, cit., p. 148, nota al pie 229. Véase también MOORE, M.
S., Causalidad y responsabilidad, Marcial Pons, Madrid, 2011, pp. 223 y ss.
 (40) TAC 2º. Turno, sentencia No. 66/2003, de 9/04/2003 (Sassón, Chediak, Sosa –r-), La Justicia
Uruguaya T. 128, caso 14712, cita online UY/JUR/103/2003.
 (41) TAC 2º. Turno, sentencia No. 14/2012, de fecha 15/02/2012, (Sosa, Pérez Brignani, França –r-),
La Justicia Uruguaya Online, cita online UY/JUR/1368/2012.
 (42) TAC 2º. Turno, sentencia No. 59/2012, de fecha 11/04/2012, (Sosa –r-, Pérez Brignani, França),
La Justicia Uruguaya Online, cita online UY/JUR/983/2012.

368 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

A) Teorías sobre la eficiencia de la causa.


Un primer criterio para determinar la eficiencia de una causa fue provisto por Birkmejer y
un segundo criterio fue desarrollado por Kholer (43). Sin embargo, su formulación en sentido
estricto es realizada por los autores belgas Pirson y de Villé (44). En la doctrina uruguaya, Pei-
rano Facio siguió este último criterio y sostuvo, como se verá supra, que fue el adoptado por el
artículo 1331 del Código Civil uruguayo.

Según Birkmejer, todas las condiciones inciden en la consecuencia, pero entre ellas debe
seleccionarse como causa a la más activa, mientras que el resto continua siendo una condición
pura y simple. El ejemplo es el siguiente: en la producción de un incendio, Juan proporciona
los fósforos a Pedro, quien incendia el objeto quemado, Juan y Pedro son condiciones sine qua
non del efecto incendio, pero la causa eficiente, es decir, la más activa no es la conducta de Juan,
sino la de Pedro (45).

Las críticas que atacan los cimientos de la mencionada postura son, principalmente, dos. La
primera afirma que la teoría de la condición más activa no explica qué criterio se debe adoptar
para determinar la actividad de la condición. Se selecciona una condición por ser la más activa,
pero no se señala qué criterio se adopta para determinar la actividad (46). La segunda crítica
considera que, en el supuesto de condiciones concurrentes a la producción del daño, la teoría de
referencia no fundamenta por qué debe seleccionarse, de todas las condiciones que concurren
a producir el resultado, una de ellas por tener más actividad causal que las demás.

Un segundo criterio para determinar la eficiencia es desarrollado por Kholer, sobre la base
de la construcción de Birkmejer. Al igual que éste formula la distinción entre causas y condi-
ciones de acuerdo con la eficiencia del antecedente para producir la consecuencia. Sin embargo,
difiere en el criterio para determinar la eficiencia de la causa. Kholer sostiene que dicho criterio

 (43) Se opta por incluir las posiciones de Birkmajer y de Kholer dentro de la teoría de la causa eficiente
como lo hacen ORGAZ, A., “La relación de causalidad entre el acto ilícito y el daño”, cit., p. 3 (citado por
PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, cit., pp. 422-423, nota al pie 1, y LÓPEZ HERRERA,
E., Teoría General de la Responsabilidad Civil, cit., p. 202). En una posición diferente, se encuentran quie-
nes sostienen que deben diferenciarse estas posiciones de los autores mencionados, por una parte, de la
teoría de la causa eficiente en sentido estricto sostenida por los belgas Pirson y de Villé, por otra. Para esta
última postura, Birkmajer y Kholer admiten que el resultado se produce por incidencia de la totalidad de
las condiciones, entre las cuales una se selecciona por su actividad. En cambio, Pirson y de Villé sostienen
que la causalidad puede darse por causas concurrentes, pero que la causa es siempre la que por su propia
acción produce un efecto determinado. Cfme. PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, cit.,
pp. 422-426; ALTERINI, A. A., Responsabilidad civil, cit., pp. 148-150. Sin embargo, todas las posiciones
indicadas coinciden en las bases de su construcción teórica, pues se individualiza una causa dentro del
conjunto de condiciones y se selecciona una por su mayor eficiencia en la producción del daño. Luego,
cada una de las posturas señaladas adopta un criterio diferente para definir la eficiencia.
 (44) PIRSON et DE VILLÉ, Traité de la responsabilité civille extra-contractuelle, T. II, Bruselas, 1935,
p. 37 y ss., citados por PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, cit., pp. 425-426; ALTERINI,
A. A., Responsabilidad civil, cit., pp. 139-140, 150.
 (45) PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, cit., p. 423.
 (46) Alterini da el siguiente ejemplo: “el domador encierra a un sujeto en la jaula del león; este animal
mata al sujeto del caso, pero aun siéndole atribuible la condición más activa, no puede negarse que el
domador haya puesto una condición anterior a ese resultado. Tocar el órgano –ha dicho Frank- es siempre
más que tirar del fuelle”. ALTERINI, A. A., Responsabilidad civil, cit., p. 149.

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 369


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

no debe ser cuantitativo de acuerdo con la magnitud de la actividad, como en la posición de


Birkmejer, sino cualitativo, en tanto “es la calidad intrínseca de la condición, comparada con la
calidad del efecto, las que nos permite separarla de las demás condiciones y hacer de ella una
causa en sentido propio” (47). El ejemplo propuesto por esta posición es el siguiente: un fruto
se produce por la siembra de la semilla y la acción de un conjunto de condiciones necesarias
(humedad, calor, elementos minerales, etc.). Sin embargo, la causa eficiente del nacimiento del
fruto es la siembra de la semilla, pues dicha condición tiene en sí la fuerza determinante de la
calidad de la consecuencia (48).

La posición que define la eficiencia por la calidad de la condición y de su efecto recibe


las mismas críticas que la postura que considera la eficiencia de la causa por su actividad. No
explica el fundamento de determinar una condición como causa por su eficiencia, ni por qué
ésta se determina por la calidad de la condición. Tampoco establece un criterio para establecer
cuál es la calidad que se debe considerar en la determinación indicada.

Una tercera posición de la causa eficiente es la denominada teoría de la causa eficiente en


sentido estricto desarrollada por Pirson y de Villé. Para éstos, el estudio de la causalidad parte
del propio concepto de causa. Allí surge una diferencia profunda con las posiciones de la causa
eficiente de los autores antes indicados. Para éstos, las condiciones son todas causas del daño,
pero se selecciona la más eficiente según la cantidad de actividad o la calidad de la condición.
La teoría de la causa se sustenta sobre el pensamiento de Stuart Mill: es causa todos los antece-
dentes que concurren a producir un evento. En cambio, Pirson y de Villé sostienen qué causa
debe considerarse en el concepto aristotélico de causa eficiente: la que por su propia acción es
productora del efecto dado (49). En consecuencia, los autores indicados hacen una distinción
propia entre causa, condición y ocasión. Esta clasificación ha sido un aporte a la teoría de la
relación de causalidad (50).

B) Críticas a la teoría de la causa eficiente.


La teoría de la causalidad eficiente en sentido estricto presenta importantes objeciones
insoslayables. En efecto, sostener que la causa es el antecedente que produce el efecto es tauto-
lógico por cuanto el antecedente que ocasiona el efecto es la causa. La doctrina en mención no
resuelve qué es causa. Considerada en forma abstracta solo dice que la causa es la causa. Este
aspecto crítico es destacado por Gamarra: “Hablar de causa eficiente, y afirmar que la causa
es la causa eficiente, es una mera tautología. Dado que la causa es, por definición, lo que se
produce el efecto, no puede haber ninguna causa que no sea eficiente; si no lo es, no es causa.
Pero no sólo tautológica, sino también inservible (…)” (51).

 (47) PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, cit., p. 424.


 (48) PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, cit., pp. 424-425.
 (49) PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, cit., p. 425; ALTERINI, A. A., Responsa-
bilidad civil, cit., p. 150.
 (50) Se ha hecho referencia supra a esta distinción conceptual al estudiar la causalidad jurídica. Véase,
ALTERINI, A. A., Responsabilidad civil, cit., pp. 139-140.
 (51) GAMARRA, J., Tratado de Derecho Civil Uruguayo, T. XIX, cit., p. 318.

370 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

La teoría de la causa eficiente en sentido estricto no adopta ningún criterio específico en


particular para la determinación de qué antecedente es causa y cuál no. Por dicho motivo, Alte-
rini señala: “La expresión causa eficiente –entendida como la productora del efecto- puede ser
usada, en sentido genérico, para denotar el antecedente al que se refiere cierta consecuencia,
sin tomar partido por teoría alguna” (52).

C) La teoría de la causa eficiente en el derecho uruguayo.


Peirano Facio sostuvo que el derecho uruguayo adoptó la teoría de la causa eficiente. Según
dicho autor, la disposición del artículo 1331 del Código Civil, de acuerdo con la cual, si hay con-
currencia o pluralidad de autores (agentes causales), éstos responderán proporcionalmente en
caso de cuasidelito (inciso 2) y solidariamente si hay delito civil (inciso 1). Expresa el mencionado
autor: “Esta norma (el artículo 1331 inciso 2 del Código Civil) analizada en sí misma basta para
fundar la recepción de la teoría de la causa eficiente en nuestro derecho, pues ¿qué quiso signi-
ficar la ley al decir que en caso de cuasidelito los autores responden proporcionalmente?” (53).

Como ya se ha indicado, una primera respuesta es que se ha descartado la teoría de la


equivalencia de las condiciones, pues no responden todos los autores por partes iguales. Una
segunda respuesta dada por dicho autor: el vocablo proporcionalmente significa responder en
correspondencia, relación o medida (proporción) a algo. El autor uruguayo citado expresa: “Los
coautores del cuasidelito responderán proporcionalmente a su intervención en la producción
del evento dañoso. Siendo así, nuestra ley civil consagra la tesis de la causalidad eficiente, ya
que como destaca Ordaz, sostener que el daño debe ser reparado por varias partes coautoras del
mismo en la proporción en que cada uno ha contribuido a la producción de él, importa aplicar
el criterio de las condiciones más o menos eficientes, y, por ende, de la causa eficiente” (54).

Más allá de las críticas a la teoría de la causa eficiente que se indicaron supra, se plantean
un conjunto de objeciones a la postura de Peirano respecto a que el sistema jurídico uruguayo
haya adoptado a la causa eficiente en el artículo 1331 inciso 2 del Código Civil.

En efecto, la previsión contenida en el referido inciso 2 del artículo 1331 establece que, en
el supuesto de pluralidad de causas en el cuasidelito, cada una de ellas responde proporcio-
nalmente, según la medida de incidencia causal que han tenido en la producción del daño.

Se infiere de dicha norma que se rechaza la teoría de equivalencia de las condiciones, pues
si responden en forma proporcional, no responden cada uno por partes iguales. Asume a la
teoría individualizadora: no todas las condiciones son causas; es necesario determinar cuál de
ellas ha tenido el efecto causal y cual no.

Sin embargo, el artículo 1331 inciso 2 no asume ninguna posición teórica respecto a la
causalidad. Como expresa Gamarra: “hay una solución legal negativa; es inaceptable la teoría
de la equivalencia. Pero la ley no va más allá y no toma partido por ninguna teoría o doctrina.

 (52) ALTERINI, A. A., Responsabilidad civil, cit., p. 150.


 (53) PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, cit., p. 426.
 (54) PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, cit., p. 427.

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 371


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

Y ello es muy evidente porque también la teoría de la causalidad adecuada admite el reparto
proporcional” (55).

En definitiva, el texto del artículo 1331 inciso 2 del Código Civil excluye la equivalencia
de las condiciones y opta por las teorías individualizadoras. A su vez, dentro de éstas, rechaza
las que seleccionan una causa única –como la teoría de la causa próxima- y consagra aquellas
que admiten el reparto proporcional de la relación causal. No obstante, no impone utilizar
ninguna de las teorías individualizadores que postulan la concurrencia causal en proporción
a su incidencia en el efecto.

En el derecho uruguayo, si bien los tribunales se han adherido a la teoría de la causalidad


adecuada en algunos fallos se hace referencia a la teoría de la causa eficiente.

La Suprema Corte de Juticia ha expresado, en su sentencia N° 41/2016, de fecha 3 de marzo


de 2016, “La conducta de uno -acción u omisión-, debe ser la causa eficiente o productora del
evento dañoso que sufre el otro. El daño debe ser consecuencia directa del hecho del ofen-
sor” (56).

La Corporación, en su sentencia N° 85/2016, de fecha 6 de abril de 2016, reitera su referencia


a la causa eficiente: “En definitiva, la parte actora no se desembarazó satisfactoriamente de su
carga de probar que la conducta del codemandado Bessil haya sido la causa eficiente del re-
sultado dañoso, por lo que, como corolario lógico y jurídico (art. 139.1 del C.G.P.), no resta más
que el rechazo de la demanda y del recurso de casación interpuesto” (57).

El TAC 3º Turno, en su sentencia No. 66/2015, de 30 de abril de 2015, expresa: “La Sala
especialmente integrada no encuentra de recibo los agravios formulados respecto a la res-
ponsabilidad. Las alegaciones de la apelante que apuntan al mantenimiento del camión y su
habilitación para circular, no enervan la imputación de responsabilidad, en tanto resultan en
la especie ajenas a la causa eficiente que provocara el accidente. La causa eficiente del siniestro
-según dictamen del Gabinete de Accidentología de Policía Técnica- fue el desprendimiento de
dos ruedas del tercer eje flotante de la zorra del camión, propiedad de la empresa demandada,
impactando una de ellas en el automóvil que conducía el Sr. Kemayd, provocando la pérdida

 (55) GAMARRA, J., Tratado de Derecho Civil Uruguayo, T. XIX, cit., p. 318. Sin embargo, no se comparte
la postura de Gamarra para quien el artículo 1331 inciso 2 cierra el paso a la reparación integral del daño
por cada uno de los autores. El texto en mención rechaza la equivalencia de las condiciones y admite la
distribución proporcional entre los autores causantes del daño, pero no expresa que la víctima no pueda
ir contra cada uno de ellos por el todo. Dado que todas las causas inciden en el resultado daño, el perjudi-
cado puede accionar por el todo contra cada una y luego, en las relaciones internas entre los causantes del
daño, quien pagó la deuda dispone de acción de regreso contra los restantes causantes por subrogación
legal, sobre la base de lo dispuesto por el artículo 1472 No. 2 del Código Civil.
 (56) Suprema Corte de Justicia, sentencia N° 41/2016, de fecha 3/03/2016, (Martínez, Chediak, Hounie,
Larrieux –r-, Pérez Manrique), La Justicia Uruguaya Online, cita online UY/JUR/223/2016.
 (57) Suprema Corte de Justicia del Uruguay, Sentencia N° 85/2016, de fecha 06/04/2016, (Mar-
tínez, Hounie, Larrieux, Pérez Manrique, Chediak -r-), La Justicia Uruguaya Online, cita online UY/
JUR/436/2016.

372 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

de control y posterior impacto contra un camión que circulaba en sentido contrario, con el fatal
resultado de cuatro fallecimientos” (58).

El TAC 6º Turno, en su sentencia N° 9/2015, de 11 de febrero de 2015, considera la doctrina de


la causa eficiente para determinar la relación de causalidad en el asunto que resuelve. Se expresa
en el fallo citado: “En cuanto al segundo agravio, basado en la existencia de patologías previas
en la columna vertebral de la actora, las cuales se consideran causa eficiente de las lesiones
sufridas, tampoco resulta de recibo. Surge de la pericia producida en autos, practicada con el
debido control de las partes y sin que ninguna de ellas hubiera impugnado sus conclusiones,
que existe un nexo causal entre el evento traumático y las lesiones sufridas, aun cuando éste se
considere parcial, debido a la existencia de una concausa vinculable a la patología osteoarticular
que presentaba la Sra. Romero (pericia, fs. 258). Por lo tanto, si bien es cierto que la actora ya
sufría de patologías que incidieron en el resultado dañoso, no es menos cierto que como con-
secuencia directa del accidente sufrió nuevas lesiones vertebrales por las que fue internada
durante 20 días y por las que le fue indicado el uso de corsé durante 6 meses” (59).

El TAC 7º Turno también ha expresado que aplica la teoría de la causalidad eficiente. En su


sentencia No. 144/2012, de 27 de agosto de 2012, afirma: “Analizando las probanzas allegadas
a la causa en el marco premencionado, en particular el relevamiento de Policía Técnica en in-
forme a fs. 173/180, y especialmente pericia a fs. 175, se arriba a la conclusión de que la causa
eficiente del insuceso, con relevancia causal que exonera la responsabilidad del transportista,
finca en que los menores viajaban parados sobre el lugar de la puerta de emergencia (dejaron
en el lugar una botella de refresco e indicios de que estaban en ese sitio, fs. 178, 179), en un
irresponsable clima de juego, tal como declaran los mismos menores involucrados en el parte
a fs. 22 y 50, lo que resulta corroborado por los coordinadores del grupo, que dan cuenta de que
se paraban, agitaban una bandera de un club de fútbol, en una conducta netamente negligente
e irresponsable” (60).

2.3. Teoría de la causa adecuada.


La teoría de la causalidad adecuada se ubica dentro de las teorías individualizadoras de una
o más causas entre los hechos antecedentes del daño. Dichas teorías admiten la concurrencia
de diversas causas productoras del perjuicio.

Para esta posición, desarrollada en su origen por el fisiólogo alemán Von Kries a fines del
siglo diecinueve e introducida en Uruguay por Amézaga en su clásica obra Culpa aquiliana de
1914, se debe determinar como causa del efecto dañoso a la condición que más probablemente
lo haya ocasionado (61).

 (58) Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 3er. Turno, sentencia N° 66/2015, de fecha 30/04/2015,
(Cardinal, Alonso Flumini -r-, Opertti), La Justicia Uruguaya Online, cita online UY/JUR/2551/2015.
 (59) Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 6to. Turno, sentencia N° 9/2015, de fecha 11/02/2015,
(Martínez -r-, Klett, Hounie), La Justicia Uruguaya Online, cita online UY/JUR/2636/2015.
 (60) Tribunal de Apelaciones en lo Civil del 7mo. Turno, sentencia N° 144/2012, de fecha
27/08/2012, (López Ubeda –r-, Couto, Hounie, França), La Justicia Uruguaya Online, cita online UY/
JUR/1361/2012.
 (61) AMEZAGA, J. J., Obras esenciales. De las nulidades en general. Culpa contractual. Culpa aquilia-
na, cit., pp. 632 y ss. Según señala Barros Bourie,”su formulación original pertenece al fisiólogo Von Kries,

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 373


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

Según dicha línea de pensamiento, causas son los acontecimientos que producen regular-
mente la consecuencia. La regularidad está dada por la probabilidad (frecuencia estadística);
la causa es adecuada cuando se presenta como probable (62). En definitiva, del conjunto de
circunstancias antecedentes es causa o causas del daño aquel o aquellos hechos que, de acuerdo
con una razonable probabilidad, produzcan dicho resultado (63). La adecuación de la causa
está dada por su probabilidad de producir el efecto.

De acuerdo con la teoría de la causalidad adecuada, la causa probable es la previsible. En


efecto, en la teoría de la causalidad adecuada, la probabilidad se vincula con la previsibilidad.
Es causa probable, la que previsiblemente produzca el daño. Probabilidad y previsibilidad se
encuentran en conexión, pues es causa adecuada aquella que, sobre la base de un estudio de
probabilidad, es previsible que produzca el resultado (64). Como señala Gamarra, “la causa es
adecuada cuando se presenta como probable y, por tanto, adecuada, regular, razonablemente
previsible” (65).

Según se considere la previsibilidad, la teoría de la causa adecuada presenta dos posturas


diferentes.

De acuerdo con una posición subjetiva, la previsibilidad con la cual se determina la ade-
cuación de la causa es la del propio agente causal. Si éste conocía o debía conocer que era
previsible por su probabilidad regular que el hecho produjera el efecto, la causa es adecuada.

La posición objetiva, ampliamente dominante, no considera la previsibilidad en un sujeto


determinado, sino la que un sujeto normal debe prever, es decir, con el grado de previsión que
un hombre razonable hubiera tenido (66). Se abandona el estudio individual de la causa y se
la analiza en abstracto. En dicho ámbito, se indaga si alguna de las condiciones presenta la
probabilidad de producir el resultado acaecido. El cálculo de probabilidades debe realizarse in
abstracto, con prescindencia de lo efectivamente sucedido en el caso particular y con atención
a lo que ocurre regularmente de acuerdo con su probabilidad (67).

quien la desarrolló teniendo en vista los tipos penales calificados por el resultado. En el derecho civil fue
incorporada a comeinzos del siglo XX, bajo la influencia de Rümelin y Träger, pero su formulación más
influyente se debe a la obra de juventud de Larenz”, BARROS BOURIE, E., Tratado de responsabilidad
extracontractual, Editorial Jurídica, Santiago de Chile, 2012, p. 395, nota al pie 72.
 (62) GAMARRA, J., Tratado de Derecho Civil Uruguayo, T. XIX, cit., pp. 319-321; ALTERINI, A., Respon-
sabilidad civil, cit., pp. 150-153; PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, cit., pp. 418-422;
DÍEZ PICAZO, L., Derecho de daños, cit., pp. 338-340; CAUMONT, A., “Análisis jurídico de la historia clínica
y del peritaje sobre nexo causal”, Revista Crítica de Derecho Privado No. 2-2005, p. 221.
 (63) YZQUIERDO TOLSADA, M., Sistema de responsabilidad contractual y extracontractual, cit., p. 191;
GOLDEMBERG, I., La relación de causalidad, La Ley, Buenos Aires, 2000, p. 23, cit. por LÓPEZ HERRERA,
E., Teoría General de la Responsabilidad Civil, cit., p. 203.
 (64) VAZQUEZ FERREYRA, R., Responsabilidad por daños, cit., p. 224.
 (65) GAMARRA, J., Tratado de Derecho Civil Uruguayo, T. XIX, cit., p. 319.
 (66) PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, cit., pp. 419-420; ALTERINI, A. A., Res-
ponsabilidad civil, cit., pp. 152-153; YZQUIERDO TOLSADA, M., Sistema de responsabilidad contractual
y extracontractual, cit., pp. 191-192.
 (67) PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, cit., pp. 418-419; ALTERINI, A. A., Respon-
sabilidad civil, cit., pp. 151-152; YZQUIERDO TOLSADA, M., Sistema de responsabilidad contractual y extra-
contractual, cit., pp. 191-192; LÓPEZ HERRERA, E., Teoría General de la Responsabilidad Civil, cit., p. 204.

374 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

Las críticas principales hacia la teoría de la causalidad adecuada se sitúan en la utilización


de la previsibilidad para determinar la causa probable.

En primer lugar, la causa adecuada no proporciona un criterio firme, pues, más allá de
la probabilidad objetiva, la estimación de previsibilidad depende de la apreciación de quien
examine la causalidad (68). Respecto de dicha crítica, debe señalarse que, en realidad, siempre
queda un margen de discrecionalidad al juez, sea cual sea la teoría que adopte para determinar
la conexión causal.

En segundo término, se señala que la previsibilidad introduce a la conducta del sujeto y, en


particular, a la culpa en un ámbito del cual no le corresponde participar. En efecto, la previsibi-
lidad configura un requisito de la conformación de la culpa, “porque no se puede exigir cuidado
para prevenir lo imprevisible” (69). Si una causa es adecuada por ser probable y es probable por
ser previsible, significa que se introduce un elemento subjetivo, como lo es la previsibilidad,
para determinar la conexión causal en la responsabilidad civil que es una relación material de
causa-efecto.

La causa pertenece al ámbito de la relación de causalidad que vincula el daño acaecido con
el hecho que lo produjo. El hecho que ha ocasionado el daño (hecho dañoso) debe ser atribuido
por la relación de atribución al sujeto responsable; para esto, es necesario analizar si se cumple
el factor de atribución que el sistema jurídico ha determinado. Los factores de atribución pueden
ser subjetivos u objetivos. En los factores de atribución subjetivos (culpa, dolo), se considera
para la atribución la conducta del sujeto, es decir, si actuó con intención o no, y en este último
caso, si actuó con la diligencia debida. En los factores de atribución objetivos, basta que el
hecho haya causado el daño para que la responsabilidad se atribuya al sujeto determinado por
el sistema jurídico. La culpa, en consecuencia, pertenece al ámbito de la relación de atribución
y no al ámbito de la relación de causalidad.

Esta segunda crítica se ha morigerado con la antes mencionada posición objetiva de la cau-
salidad adecuada. La previsibilidad no es la del sujeto específico autor de la condición analizada,
sino la que surge de analizar en forma general y abstracta la probabilidad que dicho antecedente
produjera el daño ocasionado. Señala Alterini: “La relación causal presupone la previsibilidad
en abstracto, según la normalidad de las consecuencias en sí mismas de acuerdo con la expe-
riencia vital, mientras la culpabilidad pondera la previsibilidad en concreto, de acuerdo con la
situación propia del autor frente al acto” (70). Lo previsible en la teoría de la causa adecuada es
que el hecho sea probablemente productor de un daño.

En el derecho uruguayo, la jurisprudencia ha admitido la causalidad adecuada, más allá


que, como se ha indicado, en muchos fallos se aplique en forma conjunta o complementaria
con otros criterios, como el de la causa próxima o la causa eficiente.

 (68) PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, cit., p. 422.


 (69) BARROS BOURIE, E., Tratado de responsabilidad extracontractual, cit., p. 398. Gamarra expre-
sa: “No puede exigírsele al buen padre de familia que prevea la imprevisible”. GAMARRA, J., Tratado de
Derecho Civil Uruguayo, T. XIX, cit., p. 100.
 (70) ALTERINI, A. A., Responsabilidad civil, cit., p. 160. En igual sentido, BARROS BOURIE, E., Tratado
de responsabilidad extracontractual, cit., pp. 398-340.

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 375


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

La Suprema Corte de Justicia ha sostenido consolidadamente la teoría de la causalidad


adecuada. Así, por ejemplo, en su sentencia No. 91/2003, de 19 de marzo de 2003, ha expresado:
“(…) la condición que asume la calidad de causa, es aquélla que adquiere relevancia como para
vincular el accionar del agente con el daño, es la ‘adecuada’ para concretarlo. (…) Será causa
aquella condición que produce ‘adecuadamente’ un determinado efecto. Aquélla que un hombre
normal, razonable, el prototipo del ‘buen padre de familia’, ha considerado como consecuencia
natural de un cierto comportamiento..." (Cf. entre otras, sent. No. 323/97)” (71).

La sentencia citada sigue la línea trazada por el TAC 4º, en su sentencia No. 134/1998, de 4
de noviembre de 1998. En dicho fallo, se ha sostenido: “No hay civilmente responsable cuando el
daño sufrido por la víctima no está causalmente ligado al comportamiento del reclamado, para
el caso la administración, debiéndose deslindar en el plano jurídico los antecedentes o condi-
ciones del evento dañoso y la causa del mismo, configurándose ésta por los acontecimientos
que producen normalmente la consecuencia, según criterios de regularidad o probabilidad,
que en el fondo se confunden con la previsibilidad, posibilitándose la conclusión, de que la
causa es adecuada cuando se presenta como probable, y por tanto regular, razonablemente
previsible” (72).

2.4. Teoría de la causa verosímil.


Una postura específica sobre la relación de causalidad se ha alzado con la inclusión del
principio precautorio en los sistemas jurídicos. Según se ha señalado supra, de acuerdo con
la regla de la precaución, aun cuando no exista certeza científica que una conducta produce
daños graves e irreversibles, dicha conducta debe ser inhibida. Su formulación originaria pro-
viene del ámbito de los daños medioambientales: la inexistencia de certeza científica sobre
que una conducta produce daños graves e irreversibles al medio ambiente, no es razón para
no prohibirla.

La precaución, si bien actúa en el ámbito anterior a la producción del daño, contiene una
postura respecto a la relación de causalidad. En efecto, si es probable que una conducta o hecho
produzca un daño, entonces la posible víctima tiene derecho a solicitar su inhibición (tutela
inhibitoria). Es necesario probar la causalidad entre la conducta prohibida y el daño.

Para dicha determinación, se ha utilizado, en forma predominante, la teoría de la causalidad


adecuada, la cual exige una certeza científica basada en la probabilidad (frecuencia estadística).

Sin embargo, por la puerta de los daños al medio ambiente, se ha incorporado en los sis-
temas jurídicos, la posibilidad que la causalidad se considere desde otra perspectiva. El artículo
6 literal B de la Ley No. 17.283, de 28 de noviembre de 2000, de protección del medio ambiente,
prevé el principio precautorio para inhibir conductas que puedan producir daños al medio am-
biente, aun cuando no exista certeza científica absoluta de que ello suceda. Si bien debe existir
probabilidad que un hecho produzca un daño, basta que una parte de la comunidad científica

 (71) Suprema Corte de Justicia, sentencia N° 91/2003, de fecha 19/03/2003, (Parga, Cairoli, Guillot,
Van Rompaey –r-, Gutiérrez), La Justicia Uruguaya Online, cita online UY/JUR/691/2003.
 (72) Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 4to Turno, sentencia N° 134/1998, de fecha 4/11/1998,
(Larrieux, Tobía, Turell), La Justicia Uruguaya Online, t. 119, suma 119036, cita online UY/JUR/354/1998.

376 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

sostenga que produce daños al medio ambiente. Se disminuye la exigencia de probabilidad y,


en consecuencia, de la certeza científica.

La precaución se ha expandido hacia otros bienes colectivos conexos con el medio am-
biente, como, en especial, las relacionadas con la salud humana y, particularmente, el derecho
del consumo de alimentos y medicamentos (73). E, incluso, corresponde su aplicación a otros
bienes colectivos, como, por ejemplo, el patrimonio histórico y cultural, el interés de niños,
niñas y adolescentes, etc.

El principio de precaución en el ámbito de los bienes colectivos ha introducido un problema


importante en el derecho de daños. En efecto, se socava la consistencia y coherencia del sistema
jurídico, si para prevenir una clase de daños –como los medioambientales- se utiliza un criterio
y para otros de similar relevancia se debe utilizar éste.

Del principio precautorio, nace la causalidad verosímil. En el ámbito de los daños al medio
ambiente, si para prevenir la conducta, no es necesaria la certeza científica respecto que la
conducta cause el daño, tampoco lo debe requerir la reparación del daño ambiental, en la cual
se debe utilizar el mismo criterio (74). En efecto, para inhibir una conducta se debe probar la
causalidad entre ella y un daño. En la precaución al medio ambiente, basta que una parte de
la comunidad científica sostenga que la conducta produce daños al medio ambiente, para que
se deba prohibir. De la misma forma, producido el daño al medio ambiente, si una parte de la
comunidad científica sostiene que dicho daño es producido por una determinada conducta,
se debe imputar causalmente el daño al medio ambiente a esta última.

La causalidad verosímil (o posible, como la denomina Díaz Fernández) se construye sobre


la base de la causalidad adecuada, pero varía la perspectiva de las probabilidades exigidas para
determinar la imputación causal. La causa es verosímil porque una parte de la comunidad cien-
tífica sostiene que produce el efecto, si bien al respecto no existe certeza científica (la mayoría
de la comunidad científica sostiene que no existe certeza de la producción de la consecuencia).

Si bien la precaución avanza en los sistemas jurídicos en el ámbito de la función preventiva,


la causalidad verosímil se encuentra en los orígenes de su desarrollo para la función reparatoria.

La causa verosímil o posible es compatible con la doctrina de la causalidad adecuada. En


efecto, la causa adecuada es la causa probable y ésta es la previsible. Si una parte significativa
pero minoritaria de la comunidad científica sostiene que una conducta produce daños, aun

 (73) Véase SOZZO, G., “Riesgo de desarrollo y sistema de derecho de daños (hacia un derecho de daños
pluralista)”, Revista Crítica de Derecho Privado No. 4-2007, pp. 527 y ss., en especial, pp. 543-545, 560, 562-
564; MARIÑO LÓPEZ, A., “La transformación de la obligación de informar al consumidor. Incidencia del
paradigma de la precaución en el Derecho del consumo”, Revista Crítica de Derecho Privado No. 6-2009,
pp. 879 y ss.; MARIÑO LÓPEZ, A., “La función de la prevención del Derecho de daños y el impacto de la
precaución”, Revista Crítica de Derecho Privado No. 14-2017, pp. 867 y ss. y en LJU T. 155, pp. D-189 y ss.
 (74) MARIÑO LÓPEZ, A., “Bases del Derecho de daños al medio ambiente. Aportes para la construcción
de acuerdos regionales en América Latina”, ADCU T. XXXVII, pp. 655 y ss.; MIRANDE, S., “Análisis concep-
tual del derecho aplicado, El rechazo del cultivo de transgénicos en el marco del riesgo de desarrollo y la
perspectiva múltiple del nexo causal: la causalidad tóxica”, Revista Crítica de Derecho Privado No. 7-2010,
pp. 927 y ss; DÍAZ FERNÁNDEZ, H.,“El principio precautorio en el derecho de daños al medio ambiente”,
Revista Crítica de Derecho Privado No. 8-2011, pp. 298-303. Este último autor denomina a la causalidad
del paradigma precautorio como “causa posible” (sería la “causa verosímil”).

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 377


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

cuando no sea la postura mayoritaria en dicha comunidad, es previsible, y como consecuencia


probable, que dicha conducta produzca daños.

En la sentencia del TAC 4º Turno, No. 203/2008, de 17 de setiembre de 2008, se hace re-
ferencia a la causalidad verosímil. En dicho lugar, el referido tribunal analiza la teoría de la
causalidad verosímil y llega a la conclusión que el accionante no ha probado la amenaza de la
conducta a la salud humana o al medio ambiente, para lo cual no requirió la necesaria prueba
pericial. Afirma el fallo indicado: “El apelante sostiene -y en tal sentido se apoya en prestigiosa
doctrina- que cuando una actividad amenaza con dañar la salud humana o al medio ambiente
deben adoptarse las pertinentes medidas precautorias aun cuando no se hayan establecido de
modo científico relaciones de causa a efecto (Cafferatta, Néstor. "El principio de Prevención en el
Derecho Ambiental ..." en Revistas de Derecho Ambiental, Lexis Nexis, noviembre 2004, pág. 38
a 46, y 5, enero-marzo 2006, págs. 79, 85, 86 y 93). Obsérvese en este sentido que, justamente, el
presupuesto de dicha posición que la actividad amenace con dañar la salud humana o al medio
ambiente -no surge acreditado, con el grado de verosimilitud exigible: no se ha probado que las
radiaciones electromagnéticas existentes en, las inmediaciones de la subestación mencionada
sean una amenaza para la salud humana ni para el medio ambiente. Tampoco en relación a este
aspecto- cuya adecuada apreciación y valoración exige, sin duda, especial idoneidad científica
y técnica- se ha solicitado prueba pericial (…)” (75).

2.5. Teoría de la imputación objetiva.


La denominada teoría de la imputación objetiva tiene su origen en la doctrina del Derecho
Penal sobre la causalidad, en especial de los estudios de Roxin y Jacobs. La posición ha sido
aplicada al ámbito de la responsabilidad civil en la doctrina española, donde ha tenido un
predicamento que no ha presentado en la doctrina de otros países (76).

Para la teoría de la imputación objetiva, debe diferenciarse la causalidad material de la


causalidad jurídica. La causalidad material se basa en los hechos físicos que produjeron el
daño; la causalidad jurídica determina los hechos que se consideran jurídicamente causantes
del daño.

Según la teoría en estudio, desde el punto de vista material, es decir, de la causalidad física,
solo la teoría de la equivalencia de las condiciones es admisible para determinar la relación
causa-efecto entre una conducta y un daño. Todas las causas concurren físicamente a la pro-
ducción del daño, por lo tanto, todas deben ser consideradas causas materiales del perjuicio.
Sobre dichas bases físicas o materiales, la única certeza alcanzable para la determinación de
la causalidad es que, si se suprime la o las condiciones concurrentes en análisis, el daño no se
produce (condición sine qua non).

 (75) Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 4º Turno, sentencia N° 203/2008, de fecha 17/09/2008,


(Maggi –r-, Tobía, Turell), La Justicia Uruguaya Online, cita online UY/JUR/1134/2008.
 (76) PANTALEÓN PRIETO, F., “Causalidad e imputación objetiva: criterios de imputación”, Centenario
del Código Civil. Asociación de Profesores de Derecho Civil, T. II, Madrid, 1990, pp. 1561 y ss; DÍEZ PICA-
ZO, L., Fundamentos de Derecho Civil Patrimonial, T. V, Civitas, Cizur Menor (Navarra), 2011, pp. 366 y ss;
YZQUIERDO TOLSADA, M, Responsabilidad civil extracontractual, Dyckinson, Madrid, 2015, pp. 196 y ss.

378 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

La causalidad jurídica no busca establecer si un elemento de hecho es la causa de un efecto,


sino, si determinados hechos causales deben ser considerados jurídicamente relevantes y si son
imputables objetivamente a una persona. Para dicha determinación, se proponen criterios de
imputación objetiva, que, como dice Diez Picazo, “la mayor parte de las veces son criterios de
exclusión de imputación objetiva”, aun cuando algunos funcionan para establecer y no para
excluir condiciones (77).

A) Criterios de la imputación objetiva.


La doctrina de la imputación objetiva propone seleccionar una o más condiciones como
la causa o causas del daño acaecido sobre la base de un conjunto de criterios previstos para
determinados supuestos específicos. Los criterios propuestos para la determinación de la im-
putación objetiva son los siguientes:

a) Riesgo general de la vida.


De acuerdo con dicho criterio, deben excluirse de la imputación, si se presentan condiciones
que configuren un riesgo general para la vida de las personas. La propia existencia de éstas las
somete en las vicisitudes –riesgos- que implica la vida, que incluyen las acciones y omisiones de
cada uno en un determinado contexto; dentro de dicho riesgo se encuentran el “infortunio”, las
limitaciones del propio sujeto -por ejemplo, una predisposición patológica- o las de la ciencia,
las conductas de terceros, etc. (78).

Un ejemplo típico de este criterio es el que no se puede imputar objetivamente a quien


causó heridas leves en un accidente de tránsito a una persona por la muerte que ésta padeció
en un accidente que sufrió la ambulancia que lo trasladaba al hospital (79). Al sujeto que causó
las lesiones leves, no se le pueden imputar daños que corresponden al riesgo natural de vida
de la víctima, es decir, en el ejemplo propuesto, la conducta de terceros que producen otros
daños a esta última.

b) Prohibición de regreso.
El criterio denominado de “prohibición de regreso” impide retroceder en la cadena causal si
en ésta interviene la conducta dolosa o con culpa grave de un sujeto en la producción del daño.
En dicho supuesto, la conducta que inicia el proceso causal no tiene conexión directa con el
daño acaecido por la conducta intencional o gravemente culpable posterior de un tercero (80).
El criterio de la prohibición de regreso no rige si quien dio origen al proceso causal tenía el deber

 (77) DÍEZ PICAZO, L., Fundamentos de Derecho Civil Patrimonial, T. V, cit., pp. 371-372.
 (78) DE ÁNGEL YAGUES, R., Causalidad en la responsabilidad extracontractual: sobre el ámbito ju-
dicial, la {imputación objetiva} y otros extremos, Civitas Thomson Reuters, Cizur Menor (Navarra), 2014,
pp. 224-226.
 (79) DÍEZ PICAZO, L., Fundamentos de Derecho Civil Patrimonial, T. V, cit., p. 372; YZQUIERDO
TOLSADA, M, Responsabilidad civil extracontractual, cit., p. 198.
 (80) DE ÁNGEL YAGUES, R., Causalidad en la responsabilidad extracontractual: sobre el ámbito
judicial, la {imputación objetiva} y otros extremos, op. cit., p. 227.

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 379


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

de adoptar medidas de prevención de la intervención de un tercero que pudiera causar daños,


o ha favorecido significativamente la conducta del sujeto que produce el daño.

De acuerdo con el referido criterio, no se imputa objetivamente la condición previa a una


conducta dolosa. Por ejemplo, el cazador que deja la escopeta cargada en un bar en el cual se
encuentran discutiendo varias personas. La conducta dolosa de quien toma el arma y dispara
impide retroceder hasta quien puso en marcha el proceso causal (81).

c) Criterio de la provocación.
El criterio de la provocación permite excluir de la imputación causal a la conducta que,
realizada razonablemente con la finalidad de evitar un daño, causa a su vez un daño.

El criterio de la provocación excluye la imputación de los daños que ocasiona un policía


que, persiguiendo a un delincuente, produce daños en una propiedad, considerando la razo-
nabilidad de la acción, los riesgos reconocibles, etc.

El referido criterio puede funcionar también para imputar la causalidad a una condición y
no para excluirla como en el ejemplo anterior. Se trata del caso de una víctima que intentando
escapar de un hecho delictivo se causa daños a sí misma, supuesto en el cual se deben imputar
los daños a quien provocó el evento dañoso (82).

d) Fin de protección de la norma.


La imputación objetiva no se produce si el incumplimiento de una norma no tiene vincu-
lación con el daño padecido por la víctima. La norma que determina la responsabilidad civil
de un sujeto por un determinado hecho dañoso tiene por finalidad proteger a la víctima. Como
consecuencia, si la conducta del sujeto no incumple la norma protectoria de los daños ocu-
rridos, sino otra norma con diferente finalidad, entonces, no se puede realizar la imputación
objetiva (83). Como señala Salvador Coderch, según el criterio en cita, “la infracción de una
norma cuya finalidad no es proteger el bien jurídico lesionado no puede ser esgrimida para
imputar el resultado dañoso al agente” (84).

De acuerdo con la postura en cita, no toda conducta que infrinja una norma puede ser
calificada per se como causa de un daño. Así, según Pantaleón Prieto, las normas que imponen
el descanso dominical de los trabajadores, no tienen por finalidad que éstos no sufran daños
los días domingo. Como consecuencia, de acuerdo con el criterio de referencia, no se puede
imputar al empleador que hace trabajar a sus empleados un domingo por los daños padecidos
por éstos a causa de la explosión de una fábrica ubicada en un predio lindero (85).

 (81) DÍEZ PICAZO, L., Fundamentos de Derecho Civil Patrimonial, T. V, cit., p. 372; YZQUIERDO
TOLSADA, M, Responsabilidad civil extracontractual, cit., p.198.
 (82) DÍEZ PICAZO, L., Fundamentos de Derecho Civil Patrimonial, T. V, cit., pp. 372-373; YZQUIERDO
TOLSADA, M, Responsabilidad civil extracontractual, cit., pp. 198-199.
 (83) YZQUIERDO TOLSADA, M, Responsabilidad civil extracontractual, cit., p. 199.
 (84) SALVADOR CODERCH, P., “Causalidad y responsabilidad”, InDret 03/2002, p. 12.
 (85) PANTALEÓN PRIETO, F., “Causalidad e imputación objetiva: criterios de imputación”, cit., p. 1987.

380 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

Una aplicación de este criterio podría sostenerse en la sentencia del TAC 1º Turno, No.
183/2014, de 29 de octubre de 2014, la cual, considera que la infracción de las normas que
prohíbe conducir habiendo bebido alcohol, no significa que el haber consumido alcohol sea
la causa del daño. En la especie, el tribunal citado no le imputa parcialmente la causalidad a la
víctima por haber consumido alcohol, pero sí por ir conduciendo sin casco.

e) Incremento del riesgo.


El criterio del incremento del riesgo considera que no se puede imputar un daño a una
conducta si ésta no ha incrementado el riesgo de que el daño se produjera. Se trata de un cri-
terio para excluir una conducta de la relación causal y exonerar de responsabilidad a su agente.

Díez Picazo explica el criterio en cita: “No puede imputarse un daño a una conducta, si,
suprimida idealmente ésta, el daño se habría producido también con altísima probabilidad
rayana en la certeza, y si la conducta no ha incrementado el riesgo de que se produzca el evento
dañoso” (86).

Una aplicación del criterio de referencia parece encontrarse en la sentencia del TAC 5º
Turno, No. 24/2008, de 12 de marzo de 2008 (87), en la cual, se exonera de responsabilidad al
Ministerio del Interior por la muerte de una persona privada de libertad que, durante el horario
de visita, estando junto a familiares suyos, corre y se golpea en forma suicida contra un vidrio,
se corta la carótida y muere.

f) Criterio de la adecuación
La doctrina de la imputación objetiva de la causalidad sostiene que, fuera de los criterios
antes indicados y para los supuestos en que no se encuentra solución con ellos, se aplica el
criterio de la adecuación.

Para la referida postura, no se puede imputar objetivamente un daño a la conducta del


autor “cuando la producción de este evento (dañoso) hubiera sido descartada como extraordi-
nariamente improbable por un observador experimentado, que hubiera contado con especiales
conocimientos del autor y hubiese enjuiciado la cuestión ex ante, es decir, en un momento en
que el autor se dispuso a realizar la conducta que desembocó en el resultado dañoso de cuya
imputación se trata” (88).

Es decir, el criterio residual, que opera como regla de clausura, es la causalidad adecuada,
basada en la probabilidad dada por previsibilidad: la causa es la probable, que, a su vez, es la
previsible.

 (86) DÍEZ PICAZO, L., Fundamentos de Derecho Civil Patrimonial, T. V, cit., p. 374.
 (87) TAC 5º. Turno, sentencia No. 24/2008, de 12 de marzo de 2008, (Simón –r-, Fiorentino, Presa), La
Justicia Uruguaya Online, cita online UY/JUR/166/2008.
 (88) DÍEZ PICAZO, L., Fundamentos de Derecho Civil Patrimonial, T. V, cit., pp. 374-375.

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 381


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

B) Críticas a la doctrina de la imputación objetiva.


La doctrina de la imputación objetiva ha tenido especial relevancia en el sistema jurídico
español, en el cual, una parte de la doctrina civilista y la jurisprudencia del Tribunal Supremo
han aplicado criterios de la teoría de la imputación objetiva construido en el ámbito del Derecho
penal a casos de Derecho Civil. Sin embargo, la imputación objetiva no ha sido admitida en la
mayoría de los sistemas jurídicos de Derecho comparado.

Si bien es acertada la distinción que plantea la referida doctrina respecto a la distinción


de la causalidad material y la causalidad jurídica, en dicho aspecto coinciden las teorías que
postulan la selección de una o más condiciones como causa o causas del daño y se desmarcan
de la teoría de la equivalencia de las condiciones (89).

a) La imputación objetiva es una construcción teórica del Derecho penal, el cual


tiene una racionalidad diferente a la del Derecho de daños.
La teoría de la imputación objetiva tiene su origen en doctrina y jurisprudencia penal
para postular una perspectiva diferente a doctrinas subjetivas en el ámbito de la relación de
causalidad. La aplicación de la teoría de la imputación objetiva del Derecho penal al ámbito
del Derecho de daños presenta graves dificultades dadas las distintas racionalidades de ambos
derechos.

El Derecho penal y el Derecho de daños tienen racionalidades muy diferentes. Mientras el


Derecho penal establece garantías al indagado o imputado frente a la sanción estatal aplicada
por los tribunales jurisdiccionales sobre la base de la ley penal, el Derecho de daños dispone, en
primer lugar, medidas para prevenir la ocurrencia de daños a las personas o entidades colectivas
y, en segundo lugar, en caso de que los daños se produzcan, medidas para obtener la reparación
integral de los daños a la víctima o a los bienes de incidencia colectiva. Si bien actualmente se
buscan mecanismos de protección a las víctimas en el Derecho penal, el eje de su sistema de
normas consiste en la protección del indagado o imputado, en tanto, el pilar fundamental del
Derecho de daño es la protección de las víctimas frente al daño.

b) Los criterios propuestos por la imputación objetiva se basan en las pautas de


probabilidad y previsibilidad que fundamentan la causalidad adecuada.
Los diferentes criterios que propone la doctrina de la imputación objetiva, se rigen por las
pautas de previsibilidad y razonabilidad que corresponden a la causalidad adecuada. En efecto,
si se analizan cada uno de los criterios propuestos por la teoría en estudio, se observa que, en
todos ellos, más allá del supuesto particular que trata, se basan en la previsibilidad y razonabi-
lidad de la conducta desarrollada por los sujetos implicados en la relación causal.

El criterio residual o regla de clausura propuesto por la teoría de la imputación objetiva


es la causalidad adecuada, es decir, si el caso planteado no puede resolverse por los criterios

 (89) DE ÁNGEL YAGUES, R., Causalidad en la responsabilidad extracontractual: sobre el ámbito ju-
dicial, la {imputación objetiva} y otros extremos, Civitas Thomson Reuters, Cizur Menor (Navarra), 2014,
pp. 221-222.

382 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

propuestos por la referida doctrina de imputación objetiva, entonces se debe resolver por la
doctrina de la causalidad adecuada.

De acuerdo con esta última teoría citada, como se ha indicado supra, la causa es la más
probable, la cual, es, a su vez, la previsible. Los criterios de la doctrina de la imputación ob-
jetiva, se basan, en definitiva, en pautas de probabilidad y previsibilidad para seleccionar la
condición o condiciones causales respectiva. La teoría de la imputación objetiva presenta la
misma crítica que la teoría de la causalidad adecuada: la subjetividad sale por la puerta, pero
entra por la ventana (90).

Los criterios de riesgo general de vida y de prohibición de regreso son aplicaciones de la


causalidad adecuada, pues en ellos la determinación de la o las condiciones causales se realiza
sobre la base de criterios de probabilidad y previsibilidad propias de esta última doctrina.

Con respecto al criterio de riesgo general de vida, las soluciones que se proponen sobre su
base quedan comprendidas en las que ofrece la causalidad adecuada. En efecto, respecto del
ejemplo planteado al tratar dicho criterio, no es probable que, quien causa lesiones leves a una
persona en un accidente de tránsito, haya previsto que con su conducta le ocasionaría la muerte
a la víctima, quien, transportado por una ambulancia que colisiona con otro vehículo, muere
en este último accidente (91).

Con relación al criterio de la prohibición de regreso, éste también constituye la aplicación


de criterios de la previsibilidad y probabilidad propios de la causalidad adecuada. En efecto,
de acuerdo con esta última doctrina, si un individuo actúa con dolo o culpa grave en la pro-
ducción de un daño, prevé que con su conducta causará daños y dicha conducta configura la
causa probable del perjuicio (92). Por su parte, si quien dio origen al proceso causal favoreció
significativamente o incumplió deberes de prevención específicos, participa en la relación
causal, junto con quien generó directamente el daño.

El criterio de la provocación también queda subsumido en la doctrina de la causalidad


adecuada, puesto que, quien ha sido “provocado” a actuar en determinadas circunstancias para
repeler la acción del dañador y aprehender a éste, se encuentra sometido al test de la previsibi-
lidad de que su conducta produzca daños y si los prevé, debe adoptar las medidas para evitarlo,
dentro de los límites razonables del contexto fáctico en el cual se encuentra.

A su vez, el criterio del incremento del riesgo excluye de la relación de causalidad a un


evento que de por sí, razonablemente, no es previsible ni probable de que suceda. Desde dicha
perspectiva, el referido criterio queda subsumida en las pautas que construyen la teoría de la
causalidad adecuada.

 (90) DE ÁNGEL YAGUES, R., Causalidad en la responsabilidad extracontractual: sobre el ámbito


judicial, la {imputación objetiva} y otros extremos, op. cit., pp. 223 y ss.
 (91) DE ÁNGEL YAGUES, R., Causalidad en la responsabilidad extracontractual: sobre el ámbito
judicial, la {imputación objetiva} y otros extremos, op. cit., pp. 226-227.
 (92) DE ÁNGEL YAGUES, R., Causalidad en la responsabilidad extracontractual: sobre el ámbito
judicial, la {imputación objetiva} y otros extremos, pp. 227-234.

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 383


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

Lo mismo corresponde señalar respecto del criterio de la finalidad de protección de las


normas infringidas. Si la conducta contra jus del sujeto no es la que probablemente haya cau-
sado el daño, entonces no se produce el nexo causal entre dicha conducta y el daño ocurrido.

III. Causalidad plural o causación. Teorías sobre la pluralidad de


causas.
La relación de causalidad, la cual, como se ha señalado, vincula al daño padecido por la
víctima con el hecho que lo genera, presenta dos problemas principales.

El primer problema, analizado en el numeral anterior, se da cuando existen varios hechos,


denominados condiciones, que inciden causalmente en la producción del daño. Ante dicha
situación de pluralidad de condiciones, como se ha señalado supra, se presentan dos categorías
de teorías: por una parte, las teorías que consideran que no se puede descartar como causa
ninguna de las condiciones que han incidido en la producción del daño y, como consecuencia,
todas responden por igual frente a la víctima (teoría de la equivalencia de las condiciones y sus
diferentes variantes teóricas) y, por otra, las teorías que postulan la individualización como
causas del daño a una o algunas de las condiciones que tienen conexión causal con el perjuicio
acaecido, de acuerdo con los diferentes criterios que cada una de ellas postula (causa próxima,
causa eficiente, causa adecuada, imputación objetiva, causa verosímil) (93).

El segundo problema en el ámbito de la relación de causalidad, que es el objeto del presente


numeral, es el de la pluralidad de causas. Se plantea dentro las teorías individualizadoras en
aquellos supuestos en los cuales son varias las condiciones seleccionadas como causas, de
acuerdo con el criterio utilizado para la individualización según las diferentes teorías individua-
lizadoras (proximidad, eficiencia, probabilidad, criterios objetivos de imputación, posibilidad).
En el segundo problema, no se trata de la individualización de condiciones que inciden causal-
mente en el daño, como en el primer problema descripto y analizado en el numeral anterior,
sino que, una vez adoptada la postura de seleccionar una o varias condiciones como causas y,
habiendo seleccionado más de una condición como causa, es necesario analizar cómo opera
la causalidad plural verificada.

Si se seleccionan varias causas como productoras del daño y se configura un supuesto de


pluralidad de causas, es necesario determinar cómo se asigna la responsabilidad civil entre los
co-causantes o entre quienes respondan por ellos. En dicho escenario, se presentan diferentes
situaciones problemáticas, las cuales generan diversas construcciones de la relación de causa-
lidad, a saber: causalidad conjunta o común, causalidad acumulativa o concurrente, causalidad
disyuntiva o alternativa y causalidad colectiva (94).

 (93) Sobre el problema mencionado existe una amplia bibliografía. En la doctrina uruguaya puede
verse, AMÉZAGA, J. J., Obras esenciales. De las nulidades en general. Culpa Contractual. Culpa Aquiliana,
La Ley Uruguay, Montevideo, 2011, pp. 627 y ss., PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual,
Temis, Bogotá, 1979, p. 409 y ss., GAMARRA, J., Tratado de Derecho Civil Uruguayo, FCU, Montevideo,
1988, pp. 312 y ss.; SOBA BRACESCO, I., Relación de causalidad y prueba pericial. Probabilidad, certeza y
conocimiento científico en la formación del convencimiento jurisdiccional, La Ley Uruguay, Montevideo,
2016, pp. 47 y ss.
 (94) ALTERINI, A. A., Responsabilidad civil, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1999, pp. 164-166; LÓPEZ
HERRERA, E., Teoría General de la Responsabilidad Civil, Lexis Nexis, Buenos Aires, 2006, pp. 214-215.

384 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

1. Causalidad conjunta o común.


La causalidad conjunta o común se da cuando varias causas participan en la producción
de un daño, que, de manera individual, no causarían. El daño se verifica por la sumatoria de
las causas que lo producen, las cuales se encuentran identificadas y su participación causal
determinada. Como expresa Lorenzetti: “En este caso, varias personas cooperan a la producción
del mismo resultado dañoso; existe causación común, aunque individualizada. Por ejemplo,
cuando hay dos o más coautores de un hecho ilícito (…), tenemos una pluralidad de sujetos que
aportan una acción cuya contribución al resultado final es identificable” (95).

En la causalidad conjunta o común, las causas intervienen conjuntamente para la producción


del resultado dañoso. Por ejemplo, dos automóviles colisionan a un tercer vehículo automotor,
causándole daños. La causalidad conjunta o común supone la identificación de las causas y
de los respectivos agentes dañosos que concurren a producir el daño y que la proporción de
incidencia causal de cada uno se encuentra determinada.

En el supuesto de la causalidad conjunta o común, son identificadas las condiciones que


causan el daño y es determinable la proporción en que participan en la relación causal. Cada
agente causal responde en la proporción que ha incidido en la causación del daño, según lo
dispone el artículo 1331 inc. 2 del Código Civil.

Si las condiciones son determinadas, aun siendo determinable la proporción causal de cada
una, y uno o más de los agentes causales actúa con dolo, no rige la regla de la proporcionalidad
en la participación causal, sino que, de acuerdo con lo previsto por el artículo 1331 inc. 1 del
Código Civil, responden todos quienes participan de la producción del daño en forma solidaria.
A su vez, el artículo 1319 inc. 2 del Código Civil prevé que actúa con dolo quien actúa con inten-
ción de dañar. Así, por ejemplo, si dos personas golpean a otro con palos, produciendo lesiones
graves a la víctima, existe intención de dañar en sus conductas y los victimarios responden
solidariamente.

Un ejemplo de causalidad conjunta o común, con determinación de la concurrencia causal


y de la responsabilidad proporcional, se encuentra en el caso fallado por el TAC 5º Turno, en su
sentencia No. 22/2014, de 24 de febrero de 2014. En dicho asunto, en la Ruta 26 Km. 98.500, a
la altura del acceso al Pueblo El Eucalipto, en horas de la noche, se produjo un accidente en el
cual son atropelladas dos personas que se encontraban en la banquina por un automóvil que
invade dicha zona ante la maniobra de un camión que, circulando por la mano contraria, se cruza
intempestivamente de carril para detenerse a contramano con la finalidad de que descendieran
unos trabajadores. Para el tribunal mencionado, existieron dos causas del daño padecido por las
víctimas. Por una parte, la conducta del camionero que fue “claramente negligente, imperita y
violatoria de la reglamentación de la normativa sobre circulación vial” y, por otra, la conducta
del conductor del vehículo que circulaba “a una velocidad que excedía la permitida (45 km/
hora), máxime en horas de la noche”. La sentencia citada señala: “Ambas conductas se erigen
como causas del accidente con igual incidencia causal”. Se trata de un mismo hecho dañoso
que dos sujetos, en forma autónoma pero conjunta, contribuyen a causarlo. El fallo dispone
la responsabilidad proporcional de ambos sujetos y descarta la responsabilidad solidaria: “La
condena solidaria que pretenden los actores no se aplica en supuestos como el que se configura

 (95) LORENZETTI, R. L., “La responsabilidad civil”, Revista Crítica de Derecho Privado No. 1-2004, p. 95.

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 385


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

en autos en el que participan dos sujetos, quienes contribuyen causalmente a perpetrar el hecho
ilícito. En este caso, la conducta de uno sólo de ellos es inidónea e insuficiente para producir
el resultado lesivo, pero ambos actuando conjuntamente son los responsables del infortunio, y
lo son en la medida y proporción en que participaron para que el evento final ocurriera por lo
que es de aplicación, como correctamente se decidiera en el grado precedente, la norma que
edita el art. 1331 del C.C.” (96).

2. Causalidad acumulativa o concurrente.


En la causalidad acumulativa o concurrente, intervienen diversas causas que hubieran
producido el daño aun actuando en forma independiente. Cada hecho que causa el daño, lo
hubiera causado por sí mismo sin necesidad de la participación causal de la otra u otras causas.

Como ejemplo de causalidad acumulativa o concurrente, Alterini señala: “(…) si dos per-
sonas administran separadamente veneno a otro, se podría eliminar mentalmente cada uno
de los factores por sí solo sin que se eliminase el resultado, de manera que éste es igualmente
atribuible a todos” (97).

En la causalidad acumulativa o concurrente responden todos los agentes causales por la


totalidad del daño acaecido. A diferencia de la causalidad conjunta o común, en la cual no es
posible el daño por causa de uno solo de los agentes causales, en la causalidad acumulativa o
concurrente el daño es imputable objetivamente a cada uno, por lo cual, responde cada uno
por el total de la indemnización. Hay responsabilidad in sólidum.

Un ejemplo de causalidad acumulativa o concurrente se da en el caso fallado por el TAC


4º Turno, en su sentencia No. 133/2016, de 28 de setiembre de 2016. En la especie, un joven
de 13 años de edad sufre daños graves en la cabeza y la boca como consecuencia de la caída y
rotura de un arco de fútbol mientras practicaba para las divisiones formativas del Club Atlético
Peñarol en un predio de la Fuerza Aérea Uruguaya. Se demanda la indemnización de los daños
causados a la Fuerza Aérea Uruguaya y al Club Atlético Peñarol.

Para el Tribunal, ambos demandados son responsables por la totalidad del daño padecido
por la víctima y responden in sólidum. En efecto, según el fallo citado, los hechos ilícitos de cada
uno de los demandados, hubieran causado el daño por sí mismo y, por tanto, “debe concluirse
que ambos demandados deben contribuir in solidum a la reparación de los daños y perjuicios
causados” (98).

3. Causalidad disyuntiva o alternativa.


En la causalidad disyuntiva o alternativa, el daño es producido por una causa determinada,
pero no es posible individualizar al autor de ésta. Es el supuesto del daño que proviene de un

 (96) TAC 5º Turno, sentencia No. 22/2014, de 24/02/2014 (Fiorentino -r-, Gradín, Simón), en ADCU
XLV c. 640.
 (97) ALTERINI, A. A., Responsabilidad civil, cit., p. 165.
 (98) Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 4° Turno, Sentencia N° 133/2016, de fecha 28/09/2016,
(Maggi -r-, Pereyra, Turell), La Justicia Uruguaya Online, cita online UY/JUR/1701/2016.

386 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

hecho que se origina en un grupo de individuos, pero que no se identifica cuál de ellos lo ha
producido. Es la denominada causalidad anónima. Por ejemplo, de un grupo de cazadores,
armados con armas similares, sale un disparo que hiere a la víctima.

La causalidad alternativa o disyuntiva presupone la existencia de un grupo de personas y un


nexo causal entre éste y el daño. Debe existir un conjunto de personas definible sobre la base
de características comunes y una relación de causalidad entre uno o algunos de los miembros
del grupo con el daño acaecido. No se trata del daño causado por dos o más sujetos, como en
la causalidad conjunta o común, sino del daño producido por uno o algunos de los miembros
de un grupo, quien o quienes no han podido ser identificados (99).

En dichos supuestos, responden todos los miembros del grupo, a menos que se individualice
al autor del hecho dañoso. La causalidad no es del grupo, es individual, pero la responsabilidad
se atribuye al colectivo, si no se identifica al responsable.

Dicha solución es la dispuesta por el artículo 1330 del Código Civil para el supuesto de cosa
que se arroja o cae de edificio. Según dicha disposición normativa, “el daño causado por una
cosa que cae o se arroja de la parte superior de un edificio, es imputable a todos los que habitan
la misma parte del edificio y la indemnización se dividirá entre todos ellos (…)”, a menos que se
identifique “alguna persona exclusivamente”.

Sobre dicha base normativa, se ha sostenido la aplicación analógica de la referida disposición


para los casos similares de causalidad disyuntiva o alternativa y, como consecuencia, se postula
que todos los integrantes del grupo responden en la misma proporción (100).

Sin embargo, si bien la analogía corresponde para hacer responsable al colectivo, todos
los integrantes del grupo están obligados a indemnizar a la víctima y ésta puede reclamar in
sólidum la totalidad de la indemnización a cada uno de ellos; luego, en las relaciones internas,
cada miembro del colectivo responde por su proporción (101).

Dentro de la teoría de la causalidad disyuntiva o alternativa, otro desarrollo teórico para


la determinación de la proporción de causación del daño ha sido propuesto por la teoría de la
cuota o participación en el mercado (market share liability) (102). Dicha teoría surge de la juris-
prudencia norteamericana, a partir del caso Sindell. Se demandó a los fabricantes de la droga

 (99) PICASSO, S. – SAENZ, L. R. J., “Comentario al artículo 1761 del Código Civil y Comercial de la
Nación”, en LORENZETTI, R. L. (Director), Código Civil y Comercial de la Nación. Comentado”, Tomo VIII,
arts. 1614 a 1881, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2015, pp. 607-608.
 (100) DÍEZ PICAZO, L., Derecho de daños, Civitas, Madrid, 2000, pp. 163-168; GAMARRA, J., Tratado
de Derecho Civil Uruguayo, T. XIX, FCU, Montevideo, 1988, pp. 311-312.
 (101) Cfme. LORENZETTI, R. L., “La responsabilidad civil”, cit., pp. 91-96. En el derecho argentino,
el Código Civil y Comercial de la Nación, en su artículo 1761, prevé la “causalidad anónima” y establece
la responsabilidad solidaria de todos los integrantes del grupo. Dicha disposición normativa preceptúa:
“Autor anónimo. Si el daño proviene de un miembro no identificado de un grupo determinado responden
solidariamente todos sus integrantes, excepto aquel que demuestre que no ha contribuido a su produc-
ción”. Véase, PICASSO, S. – SAENZ, L. R. J., “Comentario al artículo 1761 del Código Civil y Comercial de
la Nación”, cit., pp. 608-609.
 (102) Cfme. BARROS BOURIE, E., Tratado de responsabilidad extracontractual, Editorial Jurídica,
Santiago de Chile, 2012, pp. 426-427; DÍAZ FERNÁNDEZ, H., “La causalidad plural en los daños ambien-
tales”, Revista Crítica de Derecho Privado No. 13 – Año 2016, p. 381.

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 387


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

DES, la cual, destinada a prevenir abortos espontáneos, produjo cáncer en los sistemas repro-
ductivos de las hijas de las mujeres a quienes se les suministró el medicamento. La enfermedad
se manifestó al llegar dichas hijas a su edad adulta. Las demandantes fueron, precisamente, las
hijas que padecieron dicha enfermedad por el suministro a sus madres de la droga mencionada.
El medicamento fue fabricado y comercializado por un número limitado de laboratorios. Las
damnificadas no pudieron probar con precisión cuál medicamento producido por cuál labo-
ratorio habían ingerido sus madres.

En el caso analizado, existe causalidad disyuntiva o alternativa, pues hay un grupo de


posibles causantes del daño, pero no se puede identificar quien específicamente lo causó. En
dicha línea, el tribunal competente consideró la existencia de una causalidad disyuntiva o al-
ternativa, en cuanto no era posible identificar con precisión al causante del daño y condenó a
todos los laboratorios implicados a indemnizar los daños en la proporción de su participación
en el mercado en la época del consumo del medicamento (103). Para el criterio mencionado,
mayor participación en el mercado, más daños se causaron.

4. Causalidad colectiva
En la causalidad colectiva, el daño es producido por un conjunto de causas provenientes de
diversos sujetos. La autoría es colectiva y también la causalidad. A diferencia de la causalidad
disyuntiva, el sujeto no se exonera de responsabilidad identificado a un responsable, pues él
también participa de la relación de causalidad. Sólo podría exonerarse probando que no integra
el colectivo desde el cual se origina la causalidad (104).

En la casualidad colectiva, existe identificación de las causas y los agentes causales, pero no
existe determinación de la proporción con la cual cada causa actúa. Se trata de una situación
especial de la causalidad conjunta o común, en la cual, el daño es causado por un conjunto de
causas cuyo grado de participación no es posible determinar específicamente (105). Así, por
ejemplo, la contaminación de un recurso hídrico por el vertido de residuos por un conjunto
especificado de empresas, pero cuyo grado de participación no es posible determinar. Lo mismo
sucede en la contaminación por agroquímicos, la cual se verifica por la sumatoria de diversas
conductas contaminantes sin que se pueda determinar en qué proporción participa cada una,
en lo que se ha denominado causalidad tóxica (106).

 (103) VÁZQUEZ FERREYRA, R., Responsabilidad por daños, Depalma, Buenos Aires, 1993, pp. 229-
230; LÓPEZ HERRERA, E., Teoría General de la Responsabilidad Civil, cit., pp. 214-215.
 (104) LORENZETTI, R. L., “La responsabilidad civil”, cit., pp. 95-96.
 (105) La diferencia es muy fina entre causalidad conjunta o común y causalidad colectiva, pues en
ambas el daño se produce por la sumatoria de conductas causales, pero en la primera (causalidad con-
junta o común) es posible determinar la proporción en que incide causalmente cada una en el daño, en
tanto en la segunda (causalidad colectiva) no es posible determinar el grado de participación causal de
cada una. Por dicho motivo, algunos autores ubican a la causalidad colectiva como causalidad conjunta
o “coadyuvante”. Véase, DÍAZ FERNÁNDEZ, H., “La causalidad plural en los daños ambientales”, Revista
Crítica de Derecho Privado No. 13 – Año 2016, p. 386.
 (106) AZAGRA, A., “Causalidad tóxica y responsabilidad por cuota de incremento de riesgo”, Indret.
Revista para el análisis del Derecho, www.indret.com, julio 2006; MIRANDE, S., “Análisis conceptual del
derecho aplicado. El rechazo del cultivo de transgénicos en el marco del riesgo de desarrollo y la perspectiva
múltiple del nexo causal: la causalidad tóxica”, Revista Crítica de Derecho Privado No. 7-2010, pp. 932-937.

388 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

En los supuestos de causalidad colectiva, todos los agentes causales son causantes del daño
y responden in sólidum frente a la víctima por el todo, sin perjuicio de las relaciones internas
que pudieran darse entre quienes han dado causa al perjuicio (107).

Una solución diferente a la responsabilidad in sólidum, proviene de aplicar la teoría de


la cuota parte del mercado (market share) a los daños colectivos. A dicha teoría se ha hecho
referencia supra en la causalidad disyuntiva o alternativa, en la cual, si el daño fue causado por
uno de los miembros de un grupo determinado, pero no se puede identificar quien lo causó
específicamente, aplicando la teoría de la cuota de participación en el mercado, responden
todos los miembros del grupo de acuerdo con la cuota del mercado, como en el ejemplo antes
mencionado de la sustancia DES.

En la causalidad colectiva, a diferencia de la causalidad disyuntiva o alternativa, el daño es


causado por la sumatoria de todas las causas y no por una de ellas en particular que no se ha
identificado, como en la causalidad disyuntiva o alternativa.

No obstante, las diferencias entre la causalidad disyuntiva o alternativa y la causalidad


colectiva, la teoría de la cuota de participación en el mercado, se ha aplicado a esta última. Así,
por ejemplo, la teoría mencionada fue aplicada por la jurisprudencia francesa por los daños
causados por la contaminación sonora producido por el aeropuerto de Orly a las comunidades
cercanas (108). En efecto, en un fallo de 1979, la Corte de Apelaciones de París, condenó a
las compañías aéreas que operaban en el referido aeropuerto a pagar a las comunidades de
habitantes vecinas los gastos de insonorización en proporción a la utilización del aeropuerto
por cada una de ellas (109). Aquí no hay causalidad alternativa o disyuntiva, sino causalidad
colectiva, pues el daño se produce por la sumatoria de los sonidos de los aviones y no por uno
o alguno de ellos que no ha sido identificado.

5. Diferencias entre causalidad conjunta o común, causalidad disyun-


tiva o alternativa, causalidad acumulativa y causalidad colectiva.
Cada categoría de la causalidad plural comprende un ámbito diferente al de las otras cate-
gorías. No obstante, las diferencias, en algunos supuestos, son difíciles de precisar.

La causalidad conjunta o común se verifica cuando el daño se produce por la sumatoria


de una pluralidad de causas identificadas, cuya incidencia causal proporcional se encuentra
determinada. En la causalidad conjunta o común, los co-causantes responden en forma pro-
porcional a su incidencia en la causación del daño.

La causalidad acumulativa o concurrente se presenta en los supuestos en que el daño es


causado por pluralidad de causas, cada una de las cuales hubiera causado el daño por sí misma.
Se diferencia de la causalidad conjunta o común en que en ésta el daño se da necesariamente

 (107) LORENZETTI, R.L. “Responsabilidad colectiva, grupos y bienes colectivos”, La Ley, Año LX No.
150, 1996, p. 2; DÍAZ FERNÁNDEZ, H., “La causalidad plural en los daños ambientales”, Revista Crítica de
Derecho Privado No. 13 – Año 2016, pp. 386-387.
 (108) LÓPEZ HERRERA, E., Teoría General de la Responsabilidad Civil, cit., p. 215.
 (109) DÍAZ FERNÁNDEZ, H., “La causalidad plural en los daños ambientales”, Revista Crítica de
Derecho Privado No. 13 – Año 2016, p. 388.

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 389


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

por la conjunción de causas, sin que una de ellas pudiera causar el daño en forma autónoma.
En la causalidad acumulativa o concurrente, los co-causantes responden in sólidum; cada uno
de ellos puede ser demandado por la totalidad del daño.

La causalidad alternativa o disyuntiva, también denominada causalidad anónima, se con-


figura cuando se sabe que la causa del daño proviene de la conducta de un grupo de sujetos,
pero no se puede identificar cuál de ellos lo ha causado. A diferencia de la causalidad conjunta
o común, el daño no se produce por una sumatoria de causas identificadas y con su proporción
de incidencia causal determinada, sino que, se da por una causa específica proveniente de un
grupo determinado, pero no se puede identificar qué miembro causó el daño. Por su parte, a
diferencia de la causalidad acumulativa, el daño no se produce por una pluralidad de causas
cada una de las cuales hubiera producido el daño por sí mismo, sino que, como se indicó, pro-
viene de una causa específica surgida de un grupo y cuyo autor no se ha podido determinar.
En la causalidad alternativa o disyuntiva, la responsabilidad de cada miembro del grupo es in
sólidum, pues cada uno de ellos responde por la totalidad del daño padecido por la víctima.
Otras soluciones que se han dado para esta categoría de causalidad son, en primer lugar, por
aplicación por analogía del artículo 1330 del Código Civil, la responsabilidad por partes iguales
y, en segundo lugar, en caso que los miembros del grupo sean empresas, según la cuota de
participación en el mercado de cada una.

La causalidad colectiva se produce en supuestos en los cuales el daño es causado por la


sumatoria de una pluralidad de causas identificadas, pero cuya proporción en la incidencia
causal no es posible determinar. Se asemeja a la causalidad conjunta o común en cuanto el
daño se produce por la unión de diversas causas, pero, a diferencia de ella, la proporción de
participación causal no está determinada ni es determinable. Se diferencia de la causalidad
acumulativa en que cada causa no produce de por sí sola el daño y de la causalidad alternativa
o disyuntiva en que el daño proviene de una pluralidad de causas cuyos autores se encuentran
identificados. En la causalidad colectiva, los co-causantes responden in sólidum frente a la o
las víctimas del daño causado colectivamente.

BIBLIOTECA

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390 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


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TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 391


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

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ANÁLISIS DOCTRINARIO

Relación de causalidad. Consideraciones generales.

“Para expresar una primera aproximación a lo qué es causalidad debemos decir que es una
noción que no es jurídica, sino propia de la filosofía y de las ciencias naturales. (…) es con el
concepto de causa del filósofo y economista inglés del siglo XIX John Stuart Mill, quien definió
a la causa como la suma total de condiciones positivas y negativas que tomadas en conjunto
concurren a producir un resultado, que se comienza a plantear el problema desde el punto de
vista jurídico. (…) El concepto jurídico que nos ocupa es entonces aquella relación de causa a
efecto que existe entre un determinado hecho, negativo o positivo, contractual o extracontrac-
tual, y un perjuicio. Esa relación de producción es la que permite afirmar, por un lado, que una
persona es autor de una conducta dañosa, y además de qué daños es causante.”

LÓPEZ HERRERA, E., Teoría General de la Responsabilidad Civil, Lexis Nexis, Buenos Aires,
2006, pp. 198-199.

“El concepto de causa y el de causalidad se utilizan en materia de responsabilidad civil,


para tratar, básicamente, de dar respuesta a dos tipos de problemas: el primero es encontrar
alguna razón por la cual el daño pueda ligarse con una determinada persona, de manera que
se pongan a cargo de ésta, haciéndola responsable, las consecuencias indemnizatorias (…); en
segundo lugar, se trata de relacionar, a la inversa de lo que hacíamos anteriormente, al daño
con la persona (…) se puede establecer que, como es normal en la vida social, todo hecho, y,
por consiguiente, también los hechos dañosos, son consecuencia de la concurrencia de una
extraordinaria pluralidad de circunstancias a las que a veces se denomina ‘concausas’ o ‘causas
adicionales’. (…) además de dar respuesta a un problema de imputación, el debate en torno a
la causalidad es un debate sobre los límites del deber de indemnizar. (…) la agudización del
problema es debida a la expansión del área dentro de la cual se propagan las consecuencias
dañosas de un acto ilícito o de un incidente inicial, expansión debida a los desarrollos técnicos
e industriales que permiten la acumulación cada vez mayor y más frecuente de energía des-

392 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

tructiva, unido a la continuidad física de los individuos, a la mayor amplitud de las actividades
económicas y a las estrechas relaciones existentes entre éstas. Se plantea así el problema de
fijar límites oportunos a la responsabilidad, el principal de los cuales es el de la selección de
las consecuencias dañosas, cuya finalidad consiste en afirmar la responsabilidad en alguno de
los casos y negarla en otros. (…) Cuando para debatir estos problemas se utiliza el concepto de
causa, no puede perderse de vista que en la idea de causa confluyen elementos de origen pro-
bablemente teológico y metafísico junto con otros de metodología de las ciencias. (…) Siendo
la existencia del mundo y de todos los elementos que lo integran (…) puramente contingente,
se llega a la conclusión de que todo ser en el tiempo es siempre un ser causado (…) toda causa
se halla dotada de una virtualidad interna, en cuanto contiene in potentia el efecto que está
llamada a actualizar (…) entre la causa y el efecto se da una relación de necesidad, impuesta
por la naturaleza misma de las cosas. (…) este orden de necesidad tiene como origen un acto
libre de su causa primera, y que, además, y como dato significativo para el Derecho puede ser
igualmente interferido por actos libres puestos por los sujetos humanos. (…) nos encontramos
ante un orden de necesidad y un orden de libertad que conviven, de manera que dentro de
cada uno de ellos puede señalarse con toda precisión, la relación de la causa con su efecto. (…)
Aunque la utilización del concepto de causa por los juristas haya tenido su origen en conside-
raciones de orden filosófico, al trasladarlo después a un lenguaje usual, parece muy probable
que la apreciación causal en materia jurídica se comenzara haciendo de una forma artesanal,
de acuerdo con las normas de experiencia de que disponían.”

DÍEZ PICAZO, L., Derecho de daños, Civitas, Madrid, 1999, pp. 331-333.

La causalidad y el modelo de responsabilidad civil como deuda.

“Para castigar hay que averiguar la causa del daño; por lo tanto la doctrina se preocupa
mayormente por aquellos aspectos vinculados con el origen “causal” del daño, y menos por
sus efectos. (…) La función de la causalidad se desenvuelve principalmente en el plano de la
autoría, ya que en la extensión del resarcimiento son el dolo y la culpa los que cumplen el rol
fundamental en la determinación del daño resarcible. (…) Se trata de averiguar la causa más
próxima, la eficiente, reconstruyendo desde el hecho hasta su causa. (…) Este proceso se rea-
liza en base a datos reales, tomados de la experiencia, y no en relación a modelos estadísticos
(…) el “pronóstico objetivo póstumo”, importa retrotraerse al momento en que obró el sujeto y
averiguar su poder de previsión causal.”

LORENZETTI, R. L., “La responsabilidad civil”, en Revista Crítica de Derecho Privado Nº 1- Año
2004, pp. 74-76.

La causalidad y el modelo de responsabilidad civil como crédito.

“La relación de causalidad presenta dos aspectos: 1. La causalidad a nivel de autoría, trata
de determinar el vínculo existente entre la actuación del sujeto y el resultado dañoso. 2. La cau-
salidad a nivel de extensión del daño resarcible, se ocupa de fijar el espectro de resarcibilidad:
se repara todo el daño causado o algunas consecuencias, en especial las inmediatas, mediatas
previsibles y las casuales. Las principales características del análisis jurídico sobre la causalidad
son las siguientes: 1. Es retrospectivo y prospectivo, ya que el Juez no solo reconstruye lo que
sucedió, sino que examina los efectos futuros que tendrá su decisión sobre la conducta del
agente involucrado y de otros sujetos similares. 2. Es abstracto, (…) se ocupa de la regularidad
(…). 3. (…) es siempre objetivo, en el sentido de que se toma en cuenta la conducta media de

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 393


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

las personas. (…) La causalidad a nivel de autoría estuvo impregnada de un “aura filosófica” que
lleva a la consabida cita de las distintas escuelas. (…) la cuestión es en definitiva, disponer de un
criterio para establecer quien es responsable y hasta qué punto lo es. (…) conviene cotejar los
datos con una hermenéutica de la intención del legislador en materia de asignación de riesgos
y cargas indemnizatorias. (…) La causa verdadera, en la realidad, involucra una multiplicidad
de factores, pero el Derecho solo toma algunos, estableciendo una selección. (…) se orienta la
tarea hacia la causa temporalmente más próxima, o a la más eficiente, o a la más adecuada. (…)
Esta idea “policíaca” de la causalidad a nivel de autoría se ha relativizado bastante en nuestros
tiempos. (…) La pregunta actual no es tanto si causó o no el daño en el plano de la averiguación
policial, sino si es justo o no que el autor responda por tales consecuencias. Con estos funda-
mentos, aparecen en el plano jurídico, una serie de sujetos (…) que son declarados autores en
virtud de una decisión legislativa, que no se asienta en un supuesto de hecho: la relación causa
efecto real. (…) Permanentemente “nacen” nuevas doctrinas causales (…) no se trata de nuevos
descubrimientos de hechos o de nexos causales, sino de intentos de justificar que alguien que
no causó el evento, sea responsabilizado.”

LORENZETTI, R. L., “La responsabilidad civil”, en Revista Crítica de Derecho Privado Nº 1-2004,
pp. 91-93.

Diferencia entre condición y causa.

“La condición es el antecedente de un resultado; cuando era indispensable para que éste
se produjera, se la llama ‘conditio sine qua non’.

El derecho no responsabiliza a quien coloca una simple condición del daño, aunque sea
necesaria, si no es, además, ‘adecuada’ o ‘idónea’ para ocasionarlo. Por tanto, si bien la causa es
siempre una condición del daño, no toda condición es causa, a pesar de que sea una condición
‘culpable’”.

ZAVALA DE GONZÁLEZ, Matilde, “Actualidad en la jurisprudencia sobre derecho de daños -


Relación de causalidad”, La Ley online: UY/DOC/638/2014.

Concepto de relación de causalidad.

“Este elemento de la responsabilidad civil, al cual hacen referencia numerosas disposiciones,


es mencionado por el art. 1319, al describir el supuesto de hecho generador de la obligación
resarcitoria, y en particular cuando allí hace referencia a la culpa como criterio de imputación.
Para que exista responsabilidad civil se requiere un “hecho ilícito del hombre que causa a otro
un daño”; además, siempre que el criterio de imputación sea la culpa, es menester que el daño
haya sucedido como consecuencia del comportamiento culposo del sujeto que lo causara. (…)
No habrá responsabilidad, entonces, sin un nexo de causalidad, esto es, un ligamen que vin-
cule el daño al comportamiento del demandado; la conducta (acción u omisión) del uno debe
ser la causa (eficiente o productora) del evento dañoso que sufre el otro; (…) Si la relación de
causalidad es un puente entre el evento dañoso y su autor, este ligamen tiene la particularidad
de que el primero es el efecto o consecuencia del hecho del segundo, y éste es causa de aquél.
(…) El nexo causal tiene carácter material (objetivo, externo) y su individualización es básica
o imprescindible para que pueda pronunciarse el juicio de responsabilidad, porque permite
atribuir determinado efecto (el evento dañoso), a un sujeto que debe responder por él; se trata
de la imputación material, la única imputación que se requiere cuando la responsabilidad tiene
naturaleza objetiva. (…) En esta materia de la prueba de la relación de causalidad no conviene

394 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

adoptar un criterio demasiado estricto, porque al damnificado “le es imposible aportar una
prueba matemática”, dado que no puede saberse con absoluta certeza que habría ocurrido si
el ofensor se hubiera comportado de otra manera, y por ello hay que atenerse a la experiencia
ordinaria, y a las secuencias de hechos que ocurren en ciertas ocasiones. (…) Como se trata de
un elemento esencial de la responsabilidad civil, la falta de prueba de su existencia impone
desestimar la pretensión indemnizatoria.”

GAMARRA, J., Tratado de Derecho Civil Uruguayo T. XIX, FCU, Montevideo, 1988, pp. 309-311.

“El sentido común se niega a admitir la existencia de un daño que deba ser soportado por
quien no ha contribuido a su realización: debe darse, necesariamente, cierta relación entre el
daño causado y la conducta del que está llamado a responder por el mismo (…)

A esta relación de causalidad se alude, precisamente, cuando se habla del nexo causal
como elemento de la responsabilidad extracontractual. El nexo causal señala la necesidad de
un ligamen de causa a efecto entre la acción humana y el daño producido”.

PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual; La Ley Uruguay, Montevideo, 2015, p.


539.

“(…) la relación de causalidad puede ser definida como el lazo que se establece entre dos
fenómenos cuando uno de ellos debe su existencia al otro.

Aplicada esta noción al mundo jurídico podemos afirmar que entre dos fenómenos existe
relación de causalidad, cuando uno de ellos existe o subsiste en razón de la existencia del otro.”

PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual; La Ley Uruguay, Montevideo, 2015, p.


546.

“(…) hay causa cuando una cosa ocurre después de otra, pero de modo tal que sin la primera,
la segunda no habría sucedido: en este sentido, causa de un resultado es aquello que removido
hace desaparecer dicho resultado.”

PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual; La Ley Uruguay, Montevideo, 2015, p.


544.

“Como presupuesto de responsabilidad, la relación causal es un vínculo externo que se


establece entre el daño (o el peligro de daño) y un hecho que lo ha generado; en su virtud, ese
perjuicio (o la amenaza de que ocurra) se imputa fácticamente al suceso que es su fuente, con
prescindencia de toda valoración sobre injusticia o reprochabilidad.

La causalidad es prioritaria respecto de la culpabilidad o de factores objetivos de atribución:


recién desde la causación de un daño, se averigua si concurre algún motivo para que alguien
deba responder.

Si a partir de un hecho era objetivamente previsible el resultado, se reputa al sujeto como


autor. Si además el resultado era subjetivamente previsible, se concluye en que el autor es
culpable.”

ZAVALA DE GONZÁLEZ, Matilde, “Actualidad en la jurisprudencia sobre derecho de daños -


Relación de causalidad”, La Ley online: UY/DOC/638/2014.

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 395


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

“Puede definirse la relación de causalidad plural como la conexión causal existente entre un
daño y una pluralidad de hechos que concurren de manera coadyuvante, acumulativa o disyun-
tiva a causar ese daño. Se verifica cuando el daño se conecta causalmente con una pluralidad
de condiciones que fáctica o jurídicamente son elegibles como causa del daño.

Estas condiciones pueden concurrir, básicamente, de manera coadyuvante, de manera


acumulativa o de manera disyuntiva.”

DÍAZ FERNÁNDEZ, H., “La causalidad plural en los daños ambientales”, Revista Crítica de
Derecho Privado N° 13-2016, pp. 381-396.

Causalidad por omisión.

“Los daños también pueden ser causados por omisión de actuar. (…) La cuestión no es
determinar si alguien es responsable porque ha hecho algo, sino porque no ha hecho nada,
porque ha permanecido quieto, inerte, inactivo, frente a la producción de un daño.(…) La omi-
sión es sumamente importante para la responsabilidad civil. Prueba de ello es que casi todas
las responsabilidades por el hecho de otro tienen como base la causalidad omisiva, por ejemplo
la responsabilidad del principal por el dependiente, la de los padres por el hecho de sus hijos
(…). Incluso la obligación de seguridad siempre tiene como base la omisión de toma de aque-
llas medidas que hubieran evitado el daño. En la responsabilidad profesional la causalidad por
omisión es también prácticamente la regla. El primer paso que se debe dar para analizar si el
daño causado originará un deber de responder es verificar la antijuridicidad de la conducta
omitida. Pero no debe ello llevar a confusión y mezclar el requisito de ilicitud con el de causa.
Que una persona haya incurrido en una omisión antijurídica no implica automáticamente
que se la tenga por causante del daño, aunque podemos decir que, a diferencia de la comisión
por acción, la omisión ilícita crea una fuerte presunción de causalidad. El paso siguiente será
verificar si esa omisión ilícita tiene eficacia causal con el resultado dañoso. En términos más
claros, la omisión, además de ser ilícita, debe tener aptitud causal suficiente. (…) Trazando un
paralelo con la antijuridicidad por omisión (…) podemos decir que la causalidad por omisión
tiene dos formas: la comisión por omisión y la omisión pura. Hay comisión por omisión cuando
el sujeto realiza una acción, desencadenando un proceso dañoso que podría evitar si actuara,
pero no lo hace. (…) La omisión pura es la que más problemas trae (…). El primer paso es en-
tonces encontrar un deber de actuación (…). En algunas circunstancias el deber es claro, como
cuando hay una obligación de sacrificarse (…). Pero (…) la omisión ilícita puede no tener nexo
adecuado de causalidad con el daño, (…) si, por ejemplo, la Municipalidad no hubiera ejercido
el poder de policía edilicio (…) pero la ruina se produce por un terremoto de fuerte intensidad
y no por la omisión de los inspectores que no controlaron la obra.”

LÓPEZ HERRERA, E., Teoría General de la Responsabilidad Civil, Lexis Nexis, Buenos Aires,
2006, pp. 215-216.

Relevancia de la relación de causalidad.

“La relación de causalidad en nuestro régimen tiene fundamental importancia en dos as-
pectos: a) Permite determinar quién es el autor material de un daño (…) b) Permite también,
una vez establecida la autoría de una conducta, determinar hasta dónde va a responder, qué

396 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

consecuencias de esa conducta le son imputables o, hablando un poco más claro, qué daños
deberá indemnizar. Es lo que también se denomina extensión del resarcimiento.”

LÓPEZ HERRERA, E., Teoría General de la Responsabilidad Civil, Lexis Nexis, Buenos Aires,
2006, p. 199.

TEORÍAS SOBRE LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD.


La equivalencia de las condiciones.

“(…) ningún evento es el efecto de una sola serie causal y de cada evento se derivan una
pluralidad de series causales. Por ello el problema de la causalidad es sustancialmente un pro-
blema de selección; entre una pluralidad de condiciones o factores de un resultado es menester
aislar uno o varios (en caso de concurso o pluralidad de causas) y descartar otros. (…) Para la
teoría de la equivalencia de las condiciones la respuesta es muy sencilla: es causa toda condi-
ción, antecedente o factor, sin el cual el daño no se habría producido (conditio sine quanon).
Una vez individualizadas las condiciones que son necesarias, concluye que todas son equiva-
lentes, porque si alguna de ellas es eliminada, el efecto no tiene lugar. (…) A este razonamiento
se le reprocha, en primer término, extender desmesurada e inadmisiblemente el ámbito de la
responsabilidad. (…) Pero donde la teoría de la equivalencia revela sus mayores fallas es en el
plano de la reparación del daño, porque conduce al resarcimiento integral (la reparación por
entero de todo el perjuicio sufrido) a cargo de cada uno de los participantes (…) Esta conclusión
favorece notablemente a la víctima, la cual dispone, entonces, de una pluralidad de sujetos
pasivos, pudiendo reclamar el todo a cualquiera de ellos; (…) Sin embargo, el razonamiento es
erróneo; dando por admitido que las condiciones son igualmente necesarias para la producción
del evento, de ello no se deduce que todas concurran en igual medida a producirlo. Además,
lleva a consecuencias aberrantes en caso de concurso entre causa humana y fortuita, porque
aunque el efecto sea causado por la condición humana en una mínima parte, la reparación es
integral. Por otra parte, en caso de culpa de la víctima la división de la responsabilidad tendría
que hacerse siempre por partes iguales. Y finalmente, el art. 1331, que consagra una responsabi-
lidad proporcional para el caso de cuasidelito, es incompatible con la teoría de la equivalencia.”

GAMARRA, J., Tratado de Derecho Civil Uruguayo T. XIX, FCU, Montevideo, 1988, pp. 313-314,
316-317.

“La equivalencia de las condiciones fue desarrollada en 1860 por el penalista alemán Maxi-
milian Von Buri, para quien si desde el punto de vista filosófico todas las fuerzas tienen alguna
eficacia para causar el nacimiento del fenómeno, lo mismo debería suceder en lo jurídico. Por
ello concluía que todas las condiciones son equivalentes, ya que si faltase una de ellas el hecho
no habría acontecido. Para Von Buri el resultado material del acto era indivisible, por lo que cada
condición era a la vez causa de todo el resultado. Esta teoría tiene como fundamental crítica que no
distingue entre causa y ocasión, por lo que la responsabilidad puede extenderse hasta el infinito,
transformándose en una carga impagable para el responsable. Además no permite invocar la
culpa de la víctima ni mucho menos la culpa concurrente. Tampoco el caso fortuito es eximente.
(…) La teoría de la equivalencia de las condiciones también es llamada por algunos teoría de la
condición sine qua non, para la cual la causa es aquella conducta que suprimida mentalmente,
lleva a que el resultado, en su configuración concreta, no se habría producido jamás. Tiene al
igual que la anterior la indudable ventaja de su fácil aplicación. (…) Se formulan tres objeciones a

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 397


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

esta teoría, que se suman a las ya formuladas a la teoría de la equivalencia de las condiciones, 1)
No resuelve el problema de la causalidad concurrente, la que se da cuando “dos cursos causales
de distinto origen (uno puesto en marcha por el posible responsable y otro, por las fuerzas de
la naturaleza, un tercero o el dañado) concurren simultáneamente a la producción del evento
dañoso; y cualquiera de los dos hubiese bastado para producirlo en la misma forma, tiempo y
lugar” (Pantaleón Prieto, Fernando, “Causalidad e imputación objetiva en la responsabilidad
extracontractual”, en Responsabilidad penal y responsabilidad civil de los profesionales, Romeo
Casabona, Universidad de La Laguna, Tenerife, 1993, p. 247). (…) 2) También falla en los casos
de causalidad hipotética, “en los que el curso causal productor del evento dañoso (causa real o
‘adelantada’) puesto en marcha por el posible responsable impida al otro curso causal (causa
hipotética o ‘de reserva’) llegar a producirlo en la misma forma, tiempo y lugar” (Pantaleón
Prieto, Fernando, “Causalidad e imputación…”, cit, p. 247). 3) Por otro lado esta teoría tiene como
inconveniente que sólo puede ser utilizada cuando ya los hechos han acontecido, es decir que
la mentada supresión intelectual de la condición solo es posible una vez que se conoce cómo ha
sucedido el hecho, al que se tiene por causa, pero no cómo sucede en la generalidad de los casos.”

LÓPEZ HERRERA, E., Teoría General de la Responsabilidad Civil, Lexis Nexis, Buenos Aires,
2006, pp. 200-202.

“Esta doctrina fue forjada, especialmente para el Derecho penal, por VON BURI en 1855
(…). Es científica, porque rompe con cualquier connotación teológica o metafísica y establece
un examen de los fenómenos en sí mismos considerados. Cuando un resultado aparece tras un
conjunto de condiciones, el método experimental exige suprimir mental o empíricamente cada
una de ellas. (…) causa es la condición sine qua non del daño, es decir aquél de los elementos o
de las condiciones, que, si hubiera faltado el resultado dañoso no se hubiera producido. (…) la
suma de todas las fuerzas que tienen alguna eficacia para el nacimiento del fenómeno, debe ser
considerada como causa del mismo (…). De lo anterior se sigue que todas las condiciones (…)
son equivalentes y todas tienen el mismo valor. (…) Causa es, de esta manera, toda condición sin
la cual el efecto no se habría producido. Y, tratándose de omisiones, la omisión es condición sqn
cuando producido el hecho positivo omitido, el daño no se habría producido. (…) La fórmula
de la condición sqn peca (…) además de por exceso, por defecto, ya que no comprende dentro
del nexo de causalidad, ciertos daños que sería injusto no poner a cargo del autor de un hecho,
como ocurre en la hipótesis de (…) causalidad acumulativa o alternativa en los daños causados
por miembros indeterminados de un grupo.”

DÍEZ PICAZO, L., Derecho de daños, Civitas, Madrid, 1999, pp. 334-335.

La causa inmediata o próxima.

“La teoría de la causa próxima es, por el contrario, una tentativa tendiente a circunscribir la
responsabilidad a aquellas causas íntimamente vinculadas con el resultado (las más cercanas en
el tiempo y espacio) (…). Pero la teoría (…) no solo debe rechazarse porque (…) coloca todo el
énfasis en el factor física o mecánicamente más cercano, sino porque también omite demostrar lo
único que realmente interesa: que ese antecedente más cercano es la causa (…) desemboca en una
causalidad ciega y arbitraria, totalmente inadecuada. Solo sirve (…) para no extender desmesura-
damente, en el tiempo y el espacio, la influencia causal de los factores. Además (si bien permite
descartar los antecedentes remotos) no aporta soluciones tranquilizantes al caso de la concausa.”

GAMARRA, J., Tratado de Derecho Civil Uruguayo T. XIX, FCU, Montevideo, 1988, pp. 314-315.

398 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

“La teoría de la causa próxima se atribuye a Francis Bacon (…). La causa sería la última o más
próxima al resultado, las demás son condiciones. Esta teoría, si bien no es desechable del todo,
tiene el inconveniente de que no siempre es fácil saber cuál ha sido el último acontecimiento
en la cadena causal. Además, no siempre el último antecedente es el determinante (…). Otras
críticas que se le pueden formular es que no sirve para los casos de concurrencia de causas, o
de daños que se manifiestan tardíamente.”

LÓPEZ HERRERA, E., Teoría General de la Responsabilidad Civil, Lexis Nexis, Buenos Aires,
2006, p. 202.

Causa próxima y causa remota. La interrupción de los cursos causales.

“(…) el camino recorrido por aquellos autores interesados en distinguir conceptualmente la


causa de las simples condiciones del evento dañoso, con la convicción de que entre una y otras
tenía que existir, en el proceso final que conduce al daño, una diferencia objetiva o de verdadera
sustancia. Siguiendo esta línea, se trajo a colación la diferencia escolástica entre causa directa
y causa remota (…) la doctrina clásica, que encuentra su origen en el Derecho romano, exige
que el hecho origen de la responsabilidad haya sido causa directa e inmediata del daño (…).
Cuando en el curso causal interviene un hecho extraño, es éste último y no el originario hecho
el causante del daño y no puede afirmarse, por tanto, que sea el primero el que lo ha producido.
(…) ni en el plano naturalista ni en el lógico puede encontrarse una diferencia sustancial entre
causa (próxima) y condición sqn. Además, cuando se habla de interrupción de los cursos causales
por la intervención de factores extraños, el debate se sitúa en un terreno de una extraordinaria
ambigüedad, pues haría falta explicar por qué un curso causal se ‘interrumpe’ y por qué la causa
adicional debe entenderse como ‘extraña’ al curso en que se introdujo. (…) debe añadirse que el
intento ofrecido parece inutilizable en aquellos casos en que, no obstante intervenir una nueva
causa (proximidad del daño) ha existido una violación de un deber de conducta que tiene por
objeto precisamente evitar la aparición de aquella causa.”

DÍEZ PICAZO, L., Derecho de daños, Civitas, Madrid, 1999, pp. 337-338.

La causa eficiente.

“(…) consiste en individualizar la condición más eficaz, y a esta únicamente atribuirle el


valor de causa, es claramente equivocada (…) una simplificación arbitraria, que contradice la
realidad. Tan equivocado es sostener que todas las condiciones son equivalentes como el afirmar
que una sola de ellas es la causa. No hay ninguna razón valedera que autorice a excluir algunos
factores causales solo porque hayan influido en menor grado en la producción del resultado. Si
todos lo han producido, todos son responsables del mismo, aunque no lo sean en igual medida.
(…) La dificultad de cuantificar la mayor o menor eficacia causal de una condición respecto de
otra u otras no es, en cambio, una razón valedera contra la teoría (…). Hablar de causa eficiente,
y afirmar que la causa es la causa eficiente, es una mera tautología. Dado que la causa es, por
definición, lo que produce el efecto, no puede haber ninguna causa que no sea eficiente; si no lo
es, no es causa. (…) ¿Es este el sistema del Código? Lo afirma Peirano Facio porque –nos dice- el
art. 1331 aplica el criterio de las condiciones más o menos eficientes (Peirano Facio, Respon-
sabilidad extracontractual, Montevideo 1954, pp. 426-427). Pero el Código únicamente sienta
esta regla: cuando son varios los autores de un cuasidelito “responderán proporcionalmente.”
¿Qué conclusiones pueden extraerse? A mi juicio de esto no se deduce otra cosa que el rechazo
de la teoría de la equivalencia. Y nada más. Si responden proporcionalmente, no responde por

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 399


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

el todo cada uno de ellos; por ende, las condiciones no son necesariamente equivalentes. Vale
decir que hay una solución legal negativa; es inaceptable la teoría de la equivalencia. Pero la
ley no va más allá y no toma partido por ninguna teoría o doctrina.”

GAMARRA, J., Tratado de Derecho Civil Uruguayo T. XIX, FCU, Montevideo, 1988, pp. 317-318.

“La teoría de la condición preponderante o de la causa eficiente, al igual que la de la causa


próxima, son teorías individualizadoras (…). La causa eficiente, a diferencia de la equivalencia
de condiciones, sostiene que no todas las causas son iguales, sino que algunas son más eficientes
que otras para producir un resultado. Para saber cuándo una causa es más eficiente que otra
se utilizaron dos criterios: a) Uno cuantitativo (Birkmeyer), que sostiene que es más eficiente
aquella que en mayor medida o con mayor fuerza ha contribuido al resultado. b) Otro cualitativo
(Max Ernst Mayer, J. Kohler), que afirma que lo decisivo es la mayor o menor eficacia interna en
el proceso causal, según el curso normal de los sucesos. La crítica que se formula a esta teoría es
que a veces es imposible separar, (…) o que es muy difícil determinar, cuál es la más eficiente,
cuando concurren varias causas.”

LÓPEZ HERRERA, E., Teoría General de la Responsabilidad Civil, Lexis Nexis, Buenos Aires,
2006, p. 202.

Pluralidad de causas y causa eficiente.

“(…) la situación a la que alude el término proporcionalmente del inciso 2° del art. 1331 del
Código Civil, es el daño causado: los coautores del cuasidelito responderán proporcionalmente
a su intervención en la producción del evento dañoso. Siendo así, nuestra ley civil consagra la
tesis de la causalidad eficiente, ya que como destaca ORGAZ, sostener que el daño debe ser re-
parado por varias partes coautoras del mismo en la proporción en que cada una ha contribuido
a la producción de él, importa aplicar el criterio de las condiciones más o menos eficientes, y
por ende, de la causa eficiente.

Esta interpretación del sistema del Código Civil referente a la causalidad material se
encuentra confirmada asimismo, por la jurisprudencia dominante en nuestro país, que aún
cuando no se pronuncia en favor de este criterio de un modo expreso, lo supone al recoger las
consecuencias que de él derivaran (…)

En la línea de la tesis de la casualidad eficiente, que según dejamos establecido es la sos-


tenida por nuestra ley, el daño debe entenderse producido por todos aquéllos que han puesto
una causa impulsiva a su producción, pero su intervención no debe tasarse por partes viriles
(como lo quiere la tesis de la equivalencia de las condiciones), sino de acuerdo a la importancia
de la intervención de cada coautor en la producción del evento dañoso causado.

Este principio es general en nuestro derecho civil en materia de responsabilidad extracon-


tractual, y se aplica tanto al caso de los delitos como al caso de los cuasidelitos. La norma que
edicta el inc. 1° del art. 1331 no hace obstáculo a la aplicación de tal criterio: en efecto, este inciso
expresa que dada la hipótesis de coautoría, y tratándose de un delito, la responsabilidad de los
ofensores es solidaria; pero debe tenerse en cuenta que de acuerdo a los principios de nuestro
derecho la solidaridad es una modalidad obligacional que sólo actúa frente a la contraparte de la
obligación, y no – como en la situación que estamos considerando – entre los deudores entre sí.
De modo que el inc. 1° del art. 1331 sólo brinda un criterio de reclamación del ofendido frente a

400 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

cada ofensor, y no discrimina la forma en que éstos deben tenerse por coautores del daño. Desde
tal punto de vista, la situación debe solucionarse de acuerdo al principio que el Código Civil
recoge respecto de la causalidad material, que no es sino el criterio de la causalidad eficiente.

De tal manera nos encontramos que la verdadera inteligencia de este art. 1331 lleva a in-
vertir el orden de sus preceptos: la norma general es, en efecto, que los coautores del hecho
ilícito responden proporcionalmente a su intervención en la producción del evento dañoso (inc.
2°), con la aclaración de que, tratándose de un delito y en lo que se refiere a la relación con el
ofendido, la responsabilidad de los ofensores es solidaria.”

PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, La Ley Uruguay, Montevideo, 2015, pp.
574 a 577.

Causalidad adecuada.

“(…) la teoría de la causalidad adecuada marca un apreciable progreso, porque no sólo se


deja de lado la parificación de las condiciones, sino que aporta un criterio nuevo, que permite
responder con mayor precisión a la pregunta que acaba de formularse: causas son los aconte-
cimientos que producen normalmente la consecuencia. Este es el criterio de la regularidad o
probabilidad, que en el fondo se confunde con la previsibilidad; la causa es adecuada cuando
se presenta como probable, y por tanto, adecuada, regular, razonablemente previsible. (…) De
esta manera se incluyen las consecuencias normales y excluyen las inverosímiles; no porque
el hecho generador no sea causal, sino porque la relación causal es inadecuada para fundar la
responsabilidad. A esta teoría se le han formulado varias críticas. Se dice, ante todo, que significa
un giro de palabras, que no agrega nada nuevo al concepto de condición necesaria. (…) Más
fuerte parece la objeción de que la causa inadecuada es también causa; lo que importa es que
el sujeto haya causado el daño, y también lo causa aunque el efecto no sea adecuado (regular
o previsible) respecto del acto o comportamiento. A lo cual puede replicarse que toda cues-
tión de causalidad se resuelve por una limitación, y que un criterio válido de selección puede
ser el propuesto. (…) El reproche cuantitativamente más importante que se esgrime contra la
causalidad adecuada (…) consiste en señalar la confusión del nexo de causalidad con la culpa,
porque el aspecto de la previsibilidad pertenece a la culpa y es ajeno a la relación de causalidad,
como lo demuestra, además, la circunstancia de que existen casos de responsabilidad objetiva.”

GAMARRA, J., Tratado de Derecho Civil Uruguayo, T. XIX, FCU, Montevideo, 1988, pp. 319-320.

“La teoría de la causalidad adecuada (Kries) ha sido aceptada por la mayor parte de los
comentaristas del Código alemán, y defendida con entusiasmo por numerosos autores ita-
lianos. Su mayor mérito y lo que ha favorecido su éxito, es su falta de precisión. Basta decir esto
para anticipar la crítica de la doctrina y para señalar su punto vulnerable. En la producción de
un fenómeno pueden intervenir muchas causas. La posibilidad de que dados determinados
antecedentes se produzca un cierto efecto puede ser calculada, aunque no siempre lo sea
exactamente. Basta para llegar a este resultado, poder establecer que tales condiciones pro-
ducen tal efecto en un gran número de casos, mientras que otras condiciones producen ese
efecto muy raramente, para que pueda afirmarse que las primeras crean una gran posibilidad
objetiva de que el acontecimiento se produzca. Si la condición era apta en la generalidad de
los casos para producir un resultado idéntico al ocurrido, esa condición es la causa adecuada
del acontecimiento y este es el efecto adecuado de aquélla. En el caso contrario, si la condición
no era de aquellas que generalmente producen tal efecto, estaremos en presencia de un caso

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 401


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

de casualidad, o si se quiere emplear la terminología de los defensores de esta doctrina, habrá


causalidad casual y efecto casual. El autor de un hecho ilícito, sólo puede ser responsabilizado
por las consecuencias adecuadas a su acción.

(…)

La teoría de la causalidad adecuada no es, en definitiva, otra cosa que la proclamación


de la utilidad que tienen las verdades aproximadas en la vida práctica. Pero sus sostenedores
son los primeros en recomendar la prudencia con que debe usarse de estas generalizaciones y
conclusiones no rigurosamente lógicas.”

AMÉZAGA, J. J., Obras esenciales. De las nulidades en general. Culpa contractual. Culpa aqui-
liana, La Ley Uruguay, Montevideo, 2011, pp. 632 a 637.

“Esta teoría fue desarrollada por el fisiólogo alemán Von Kries en 1888. Al igual que en
la causa eficiente, sostiene que no todas las condiciones son equivalentes ni conducen en la
práctica al mismo resultado. Para esta teoría lo que permite diferenciar una causa de otra es
lo que sucede en la generalidad de los casos. (…) Los autores dicen que para esta teoría no
hay causalidad del caso singular, porque lo que determina la idoneidad del antecedente para
producir el hecho es la regularidad apreciada conforme a las reglas de la vida misma. (…) Para
saber cuándo un hecho normal o regularmente acontece es preciso un juicio en abstracto, lo
que también se conoce como una prognosis, o prognosis póstuma. Este juicio se realiza “pres-
cindiendo de lo efectivamente sucedido y atendiendo a lo que usualmente ocurre y al grado
de previsión que cualquier hombre razonable podría haber tenido por razón de su profesión
o de cualquier otra circunstancia. …El juez debe establecer un pronóstico retrospectivo de
probabilidad…preguntándose si la acción que se juzga era por sí sola apta para provocar nor-
malmente esa consecuencia” (Yzquierdo Tolsada, Mariano, Responsabilidad civil contractual
y extracontractual, vol. I, Reus, Madrid, 1993, p. 237). El juicio en abstracto no debe juzgar lo
que este hombre previó, sino lo que era previsible de acuerdo a la normalidad de la vida y que
no se hizo. (…) La regularidad de que se habla debe existir en todo el iter causal, de lo contrario
hay fractura del nexo o cadena de causalidad. La normalidad se predica siempre de acuerdo a
varios acontecimientos que se relacionan, por lo que la falta de alguno de ellos perjudica a esa
generalidad. Es lo que Goldenberg llama proceso atípico o inadecuado. Por ejemplo, si normal-
mente conducir alcoholizado causa accidentes, ello no será así si el conductor ebrio cruza con
luz verde y es atropellado por un vehículo que circula a toda velocidad y cruza con semáforo en
rojo. Esta teoría, si bien es la más aceptada (…) no está exenta de críticas. (…) en algunos casos
puede conducir a injusticias cuando lo que normalmente acontece no sea el caso que se está
juzgando, o cuando se trate de daños sumamente extraños, difíciles de prever. Pero la crítica
más fuerte que se le puede hacer es que a veces es imposible disociar el juicio en abstracto de
la previsibilidad del juicio en concreto de culpabilidad. Por último, muchas veces la teoría se
presta a la arbitrariedad del juzgador (…) la subjetividad del juez –inintencionadamente las
más de las veces- puede colarse en el pretendido juicio objetivo y aséptico de probabilidad (…)
se corre el riesgo de que termine siendo regular y ordinario aquello que no lo es, sino lo que al
juez le pareció en ese momento.”

LÓPEZ HERRERA, E., Teoría General de la Responsabilidad Civil, Lexis Nexis, Buenos Aires,
2006, pp. 203-205.

402 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

“(…) la probabilidad entendida como frecuencia de la relación entre dos clases de eventos,
es un dato a tener en cuenta a la hora de establecer relaciones causales. (…) la fuerza de proba-
bilidad es un juicio objetivo, que tiene en cuenta las uniformidades naturales y sociales cientí-
ficamente establecidas en el momento en que el juicio se emite, de manera que éste se realiza
sobre la base de una descripción generalizadora que comprenda las circunstancias del caso.
El pensamiento fundamental de la teoría de la causalidad adecuada es, de este modo, que para
imponer a alguien la obligación de reparar el daño sufrido por otro, no basta que el hecho haya
sido, en el caso concreto, condición sqn del daño, sino que es necesario además que, en virtud
de los referidos juicios de probabilidad resulte una causa adecuada para ello. (…) Para establecer
científicamente un juicio de probabilidad, hay que elaborar una descripción del primero de los
eventos y poder así establecer su probable relación con el resultado dañoso. Es claro que esta
descripción puede ser más o menos completa y (…), que modificando la descripción se modifica
también la relación de frecuencia. Si en la descripción se acumulan elementos descriptivos,
la relación de frecuencia disminuye y si se acortan, aquella puede aumentar. (…) No es difícil
comprender las dificultades con que de este modo tropezó la teoría. Había que decidir si el
juicio de probabilidad ha de fundarse sobre todas las circunstancias del caso concreto, aunque
estas solo resultaran conocidas a posteriori y no hubieran sido conocidas ni cognoscibles por el
sujeto que actuó o si solo debe fundarse el juicio de probabilidad sobre las circunstancias del
caso concreto existentes en el momento de la acción y conocidas por el actor. (…) la solución
es diversa si el juicio de probabilidad se pone a cargo de la misma persona que había actuado y
si se pone a cargo de una tercera persona. Para tratar de resolver todas estas cuestiones Traeger
propuso que el juicio de probabilidad se fundase sobre hechos conocidos y cognoscibles ex ante
y, (…) que se tuviesen en cuenta no solo aquellos datos o elementos de hecho conocidos por el
sujeto responsable, sino también todas las circunstancias que resultaran cognoscibles para un
ideal observador experimentado. Sobre la base de todos esos elementos de hecho, el juicio de
probabilidad se formula objetivamente tomando en consideración las características uniformes
de tipo natural y social que son patrimonio de la cultura y de los conocimientos humanos en el
momento en que el (…) juicio de probabilidad se emite. (…) la propuesta de Traeger fue en su
momento la más seguida, ya que, por una parte, se presentaba como un punto de vista idóneo
para limitar equitativamente la responsabilidad y, por otra parte, aparecía como un criterio
objetivo que podía aplicarse a supuestos muy diferentes. (…) sin embargo, (…) se había obje-
tado que el juicio de probabilidad o el juicio de adecuación remitido a los conocimientos ex
ante del idea observador experimentado, más se parece al juego de un omnisciente, que cierra
uno de sus ojos para no llegar a prever todo lo que ocurrirá. (…) se ha señalado también que el
pretendido hallazgo de un criterio inevitablemente aplicable, con validez tanto para el derecho
penal como civil (…) contractual y extracontractual (…) termina siendo una cabal ficción. (…)
subsiste el arduo problema, (…) de los criterios con arreglo a los cuales se debe formar el juicio
de probabilidad del resultado, pues el juicio se modifica ostensiblemente, (…) según se sumen
o se resten características o elementos caracterizables al supuesto de hecho.”

DÍEZ PICAZO, L., Derecho de daños, Civitas, Madrid, 1999, pp. 338-340.

“Según la teoría de la causalidad adecuada, causa de un hecho es una condición que incre-
menta significativamente la probabilidad de que ese hecho suceda. Entre las condiciones sin
las cuales no se habría producido determinado efecto, se individualiza la causa con un criterio
de probabilidad. Una condición es causa cuando es una conditio sine qua non y además incre-
mente significativamente la probabilidad de producción del hecho. Para medir ese incremento

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 403


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

de probabilidad es necesario observar la frecuencia o regularidad con que determinados hechos


antecedentes son seguidos por determinados hechos consecuentes en distintos contextos.”

DÍAZ FERNÁNDEZ, H.; “La causalidad plural en los daños ambientales”, Revista Crítica de
Derecho Privado N° 13-2016, pp. 381-396.

La previsibilidad del curso causal.

“Para VON BURI, al lado de la causalidad natural y paralelo a él debe existir un nexo de vo-
luntad que viene dado no solo por la previsibilidad del resultado, sino también la previsibilidad
de todo el desarrollo causal que conduce al evento dañoso. (…) se trata (…) de un juicio que
actúa directamente en la formación del poder de una manera positiva o negativa. Este juicio
(…) no es el resultado de una valoración meramente subjetiva, sino de una valoración objetiva
que debe hacerse de acuerdo con el criterio general que cualquier hombre medio se hubiera
debido formar acerca de la posibilidad y la probabilidad del daño que habría de originarse.
(…) tiene el mérito de plantear el problema como una cuestión de delimitación del ámbito de
las consecuencias resarcibles excluyendo que el sujeto que pone en marcha un curso causal,
tenga que responder de todas las consecuencias por muy extraordinarias y alejadas que sean.
Sin embargo, el punto de vista adoptado no está exento de críticas. (…) no resulta satisfactorio
plantear el problema en términos psicológicos exclusivamente, olvidando considerar explíci-
tamente la objetiva idoneidad del acto para causar daño. El discurso sobre la previsibilidad (…)
pertenece al terreno de la culpa (…)”.

DÍEZ PICAZO, L., Derecho de daños, Civitas, Madrid, 1999, p. 336.

Causalidad y previsión: el art. 4º del Código Penal uruguayo.

“Cierto que culpa y relación causal son dos elementos diferentes; el nexo causal pertenece a
la imputación material u objetiva, a la cual puede o no acompañarse la imputación psicológica
(culpa). Hay relación causal cuando el comportamiento del demandado produjo el hecho da-
ñoso; la culpa, en cambio, requiere un análisis de ese comportamiento, valorado según el modelo
del buen padre de familia, y entonces habrá que decidir si esa acción u omisión que causó el
daño tuvo su origen en una conducta imprudente, negligente, etc. Puede un sujeto conducir a
velocidad excesiva, pero si el daño que sufren las personas que transporta es ocasionado por
la caída de un rayo, hay culpa y falta el nexo causal; y también puede haber relación de causa-
lidad sin culpa, en la obediencia debida o en el acto dañoso de un inimputable. Por otra parte,
en un sistema de responsabilidad objetiva basta la relación de imputabilidad material, con
prescindencia de la imputabilidad subjetiva. (…) la relación de causalidad no se puede apreciar
exclusivamente en base a su aspecto meramente material, sino que está permeada y confundida
con el elemento culpa, que atiende a la previsibilidad; no es raro que la relación de causalidad
adquiera relevancia jurídica solo si existe culpa. Y el propio Código lo subraya en el art. 1319:
“…por cuyo dolo, culpa o negligencia ha sucedido…”. Además el derecho positivo uruguayo tiene
una solución concreta para este problema, que no puede pasarse por alto; el art. 4 del Cód.
Penal explícitamente incluye la noción de previsión en el campo de la relación de causalidad,
exonerando de responsabilidad por la concausa que no se pudo prever, y la reduce cuando la
concausa pudo ser prevista y no lo fue. Esta norma, si bien forma parte del Cód. penal, también
tiene aplicación en nuestro tema, (…) la solución del problema causal no puede ser sino única
para todas las ramas del derecho. (…) Respecto de los diversos factores causales la norma opera
una selección en base al criterio de la regularidad o normalidad, que es la solución específica

404 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

para esta cuestión; se apartan unos factores (los atípicos o anormales) y se conservan otros (los
regulares u ordinarios), no porque haya que pensar que el ofensor previó los segundos y no los
primeros, sino porque, debiendo limitarse de alguna manera la incidencia de una serie infinita
de factores (principio de índole política), este mecanismo de selección puede patrocinarse sin
legítimas resistencias. (…) Las críticas esgrimidas contra la teoría de la causalidad adecuada
carecen de valor en derecho positivo uruguayo, ante la presencia del art. 4 del Cód. Penal. (…) la
selección operada en base a la normalidad o regularidad, es una manera de resolver el problema
impuesta por la necesidad de limitar la causalidad (…)”.

GAMARRA, J., Tratado de Derecho Civil Uruguayo, T. XIX, FCU, Montevideo, 1988, pp. 321-324.

Previsión del daño y causalidad: el art. 1323 del Código Civil.

“(…) para que haya culpa es menester que el sujeto esté en condiciones de prever determi-
nado acontecimiento. (…) este elemento (la previsión del daño) no atañe a las consecuencias
del evento dañoso, sino únicamente a éste, esto es, al acontecimiento naturalísitico (o primer
evento dañoso), pero no al daño-consecuencia (daño ulterior o daño en sentido técnico). (…) se
deslinda el evento o evento dañoso, que es el resultado del comportamiento del ofensor (efecto o
consecuencia), y únicamente respecto del cual es que se plantea el problema causal, y el daño,
que está fuera del hecho y consiste en sus consecuencias desfavorables. Cuando A. compor-
tándose negligentemente (hecho) causa una lesión a B, éste es el evento dañoso; el daño son
las consecuencias perjudiciales de ese acontecimiento: gastos de asistencia médica, pérdida de
ganancias por el tiempo de inhabilitación, etc. (…) la relación de causalidad pertenece a la zona
del comportamiento (del ofensor) y del evento dañoso causado al perjudicado por esa conducta
(hecho + evento). Lo cual en el plano del derecho positivo uruguayo está contemplado por el
art. 1319: Todo hecho ilícito del hombre que causa a otro un daño, impone a aquél por cuyo
dolo, culpa o negligencia ha sucedido (…) Mientras que, en cambio, el art. 1323 no atañe a la
disciplina de la relación de causalidad (…) la cual, por lo contrario, presupone ya establecida
de antemano. El art. 1323 contiene una regla tendiente a limitar (…) el contenido de la obli-
gación de reparar el daño; esto es, legisla respecto de las consecuencias resarcibles del evento
dañoso. (…) En materia de responsabilidad contractual el art. 1345 “describe” el daño a través
de sus dos modalidades (emergente y lucro cesante), y luego previene que aportará “modifi-
caciones” (restricciones o excepciones) a esta regla. Una de ellas es la norma sobre previsión
contenida en el art. 1346, que es ajena a la relación de causalidad, y (…) a la zona del contenido
del daño extracontractual; las consecuencias del hecho dañoso deben resarcirse siempre, haya
habido o no previsión a su respecto por parte del ofensor. (…) el art. 1323 incluye la segunda
excepción, referente también al área del daño reparable, por la cual únicamente se deben
resarcir los daños y perjuicios que sean consecuencia directa e inmediata del evento dañoso
(…); no son resarcibles las consecuencias mediatas o indirectas. (…) el propósito que inspiró
a Narvaja fue, sin duda, el de trasplantar al ámbito de la responsabilidad extracontractual una
de las “modificaciones” que sufrían los principios generales de la reparación del daño. (…). En
este aspecto el Código uruguayo se aparta de los demás; pero si se tiene en cuenta el criterio
que campea en la interpretación de esta regla (todo daño que sea necesaria consecuencia del
hecho dañoso debe repararse) su incorporación de la responsabilidad aquiliana prácticamente
carece de consecuencias.”

GAMARRA, J., Tratado de Derecho Civil Uruguayo, T. XIX, FCU, Montevideo, 1988, pp. 326-328.

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 405


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

Clases de consecuencias y previsibilidad.

“a) Inmediatas: son las que acostumbran a suceder de acuerdo al curso natural y ordinario
de las cosas (…). La previsibilidad en estos casos está fuera de duda, está implícita, se presume
porque cualquier persona sabría que de tal acto se sigue tal efecto. (…) b) Mediatas: son las que
resultan de la conexión del hecho con un acontecimiento distinto (…). c) Casuales: se caracte-
rizan por la imprevisibilidad, no tienen nexo de causalidad. Están muy lejanas del nexo causal,
por lo que son inimputables (…). d) Remotas: son aquellas que ‘no tienen con el hecho ilícito
nexo adecuado de causalidad’. No son jamás imputables al autor del hecho cuando no tienen
nexo de causalidad. (…) Creemos que las remotas no son ontológicamente otra categoría más,
sino que son las mismas consecuencias que se denominan “casuales”. (…) dentro de las con-
secuencias mediatas, existen dos tipos de consecuencias cuyo grado de relación causal es más
alejado o de segundo orden las que tienen con el hecho ilícito nexo adecuado de causalidad,
que vendrían a ser las causales, y las que no tienen ningún nexo de causalidad, que son las que
ahora se denominan remotas. (…) El caso fortuito es ejemplo de una consecuencia casual o
remota, que no será indemnizado si no tiene relación de causalidad con el hecho ilícito (…)”.

“La regla es que las consecuencias de los actos se aprecian en abstracto, esto es, no teniendo
en cuenta las particulares condiciones del agente, sino la de un sujeto medio. Por excepción
se aprecian en concreto. (…) esto es, analizando la actuación del victimario, únicamente las
consecuencias previstas (…)”.

LÓPEZ HERRERA, E., Teoría General de la Responsabilidad Civil, Lexis Nexis, Buenos Aires,
2006, pp. 206-209.

Teoría de la imputación objetiva.

“(…) existen críticas no tanto a la causalidad adecuada sino en última instancia a la exigencia
de causalidad como criterio de imputación de daños (…) Los estudios realizados por la (…)
psicología aplicada al derecho (…), nos demuestran que no siempre las limitaciones humanas,
las cognitivas por sobre todo, están ausentes de los juicios valorativos jurídicos. (…) Los expe-
rimentos han demostrado que en la decisión jurídica en que no debería haber prejuicios, sí
los hay, y muchos. Esto arroja mucha incertidumbre sobre los operadores jurídicos, lo que ha
llevado (…) a postular la sustitución del criterio de causalidad por el de imputación objetiva.
(…) Yzquierdo Tolsada dice que ‘si hay o no causalidad es algo constatable, con mayor o menor
dificultad (…). Nada tiene que decir aquí el legislador… Lo que sí resulta desde una perspectiva
una auténtica cuestión de derecho es la constituida por el paso siguiente. Una vez decidido que
existe relación causal, resta ver si, existiendo varios protagonistas en la secuencia, ha de ser uno
u otro el que responda. Y para ello podrán servir el criterio de la adecuación, el de la eficiencia,
el de la proximidad…Pero esto es ya un problema de imputación objetiva, no de causalidad.’ (…)
se plantea la necesidad de prescindir de la causalidad y adoptar, en cambio, la llamada teoría
de la imputación objetiva, nacida en Alemania para ser utilizada en el derecho penal, siendo su
exponente más notorio Günther Jakobs. La teoría (…), adaptada al derecho de la responsabilidad
civil, parte, como criterio para considerar a una persona como autor de un daño, de la teoría de
la equivalencia de condiciones, o de la causa próxima. (…) tienen la innegable ventaja de que
proporcionan más certeza sobre la autoría, aunque son criticadas porque conducen a injusticias
(…). Conscientes de ello, los autores proponen matizarlas con los siguientes criterios: a) Riesgo
general de la vida (…). No hay imputación cuando el daño se produce como consecuencia
de la realización de un riesgo asociado a la existencia natural del dañado. (…) b) Prohibición

406 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

de regreso (…) y posición de garante. No es responsable el sujeto que ha puesto en marcha el


proceso causal dañoso cuando interfiere la conducta culposa o dolosa de un tercero o de la
víctima, la que corta la cadena y prohíbe volver hasta el autor primitivo. (…) La excepción que
sufre esta regla se da cuando el sujeto es garante de un determinado deber. (…) c) Provocación
(…). Los daños se imputan al que ha creado culpablemente la situación de peligro, (…) siempre
y cuando exista razonabilidad en el actuar. (…) d) Incremento del riesgo (…). Sin ese riesgo que
toda sociedad acepta la vida en sociedad es imposible, por lo que cuando determinados daños
suceden por su asunción no hay responsabilidad, o bien cuando el incremento del riesgo que se
atribuye al causante es suprimido mentalmente y se prueba que el daño igualmente se hubiera
producido. (…) e) Principio de confianza. En la compleja sociedad moderna, todos tenemos un
rol que cumplir, por lo que todos suponemos y confiamos en que los demás cumplirán con su
papel correctamente. Tiene relación estricta con el riesgo permitido y la prohibición de regreso.
(…) f ) Causalidad adecuada. (…) no es el criterio rector para esta teoría, sino uno más. (…) un
hecho (…) no será imputado al agente si no es lo que normalmente acostumbra suceder. g)
Ámbito de protección de la norma (…): según este criterio, la infracción a una norma no hace
presuponer que el autor de la violación es autor del daño. (…) h) Consentimiento de la víctima
y asunción del propio riesgo. No es imputable al agente el resultado dañoso cuando el bien ju-
rídico lesionado es disponible y la víctima prestó su consentimiento al acto, ni tampoco cuando
siendo indisponible asumió un riesgo de daño.”

LÓPEZ HERRERA, E., Teoría General de la Responsabilidad Civil, Lexis Nexis, Buenos Aires,
2006, pp. 216-221.

La imputación objetiva y los criterios para su determinación.

“La teoría de la adecuación puso de relieve que el propósito que se persigue no es el de una
genuina teoría causal, sino una teoría de la imputación. (…) no se busca establecer si un ele-
mento de hecho es la causa de un resultado, sino que se intenta dar respuesta a la pregunta
sobre si determinados hechos causantes deben ser considerados jurídicamente como relevantes
y si permiten la imputación objetiva del hecho a una determinada persona. (…) El problema
consiste entonces en encontrar los fundamentos de la imputación y tipificar los supuestos que
permitan verificarla o excluirla a través de criterios que sean de carácter puramente normativo.
(…) Para JAKOBS las garantías normativas que el Derecho establece no tienen como contenido
el que todos intenten evitar todos los daños posibles, porque si así fuese, se produciría una
paralización inmediata de la vida social. Las mentadas garantías normativas adscriben a deter-
minadas personas, que en un contexto de interacción social ocupan determinadas posiciones,
unos ciertos cometidos, que pueden ser calificados como estándares o roles. (…) Así, los seres
humanos se encuentran en un mundo social en función de portadores de un rol o, (…) como
personas que han de administrar un determinado segmento del acontecer social conforme a
un determinado estándar. De este modo el objetivo es imputar las desviaciones respecto de las
expectativas que suscita el portador del rol. Como toda defraudación de estas expectativas, en
toda lesión o en todo daño, pueden participar, además de la víctima y el pretendido autor, ter-
ceras personas. La labor consiste en determinar a quién competía el acontecer relevante, es
decir, quién quebrantó su rol administrándolo de modo deficiente. (…) En el ámbito de la
omisión (…) Solo está obligado quien es titular de una posición de garantía. (…) Por esto, en el
ámbito de la omisión, los límites de los roles funcionan como límites de responsabilidad y quien
se mantiene dentro de los límites de su rol, no responde de un curso lesivo conducente a un
daño, aun en el caso de que hubiese podido perfectamente evitarlo. (…) En cambio, cuando del

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 407


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

campo de la omisión se pasa al de la comisión, se hace necesario describir los límites de los
roles, de modo parecido a lo que ocurre con las posiciones de garantía, de suerte que la impu-
tación de un curso lesivo, aun cuando haya sido causado de un modo perfectamente evitable,
solo se produce si dichos límites se han traspasado. Para proceder a esta delimitación, propone
JAKOBS cuatro figuras: 1ª. El riesgo permitido. Existen, en toda sociedad y en todo momento
de su historia, zonas de riesgo en ámbitos vitales y no forma parte del rol de cualquier ciudadano
eliminar cualquier riesgo de lesión de otro. 2ª. El principio de confianza. (…) no forma parte del
rol de cada uno controlar de manera permanente a los demás, porque en otro caso resultaría
por completo imposible la división del trabajo. (…) Es el hecho de que otro revise la conducta
de una persona responsable, lo que justifica la expectativa de que vaya a actuar conforme a su
responsabilidad y lo que, por regla general, exonera de responsabilidad a quien actúa en virtud
de una fundada confianza. (…) puede presentarse bajo dos modalidades. En primer lugar si
alguien genera una situación inocua, no es responsable si puede confiar que el que actúa a
continuación cumplirá sus deberes (…). En segundo lugar, la confianza se puede dirigir a que
una determinada situación preexistente haya sido preparada de un modo correcto por el tercero
a quien corresponda, de manera que quien hace uso de ella si cumple sus deberes o roles, no
le es imputable el daño que causa (p. ej., el cirujano puede confiar en que el material que utiliza
ha sido convenientemente esterilizado). 3ª. Prohibición de regreso. (…) fue un intento de reducir
las ampliaciones a que conducía la teoría de la equivalencia de las condiciones (…). Los límites
de la prohibición de regreso (…) pueden discutirse, pero el principio tiene que ser aceptado por
todos aquellos que pretendan seguir garantizando que la libertad de perseguir los propios
objetivos no puede quedar ahogada en la masa de los posibles contactos sociales. Una sociedad
que está necesitada de que se ofrezcan prestaciones estereotipadas y que requiere condiciones
estereotipadas de comportamientos sociales no puede renunciar a la prohibición de regreso.
4ª. Competencia de la víctima. La configuración de un contacto social puede hacer que el con-
trol de una situación no le competa solo al autor del daño, sino también a la víctima. A veces es
el mismo comportamiento de la víctima el que funda que sea a ella a quien haya de imputarse
una consecuencia lesiva. Para entender los (…) criterios de imputación objetiva, que la mayor
parte de las veces son criterios de exclusión de la imputación (…) Hay que partir de que en el
terreno de la causalidad la única dirección lógica y dogmática es la denominada equivalencia
de las condiciones, que hace preciso excluir la imputación objetiva a una causa anterior inme-
diata, cuando concurren circunstancias que así lo aconsejan. Los criterios propuestos para
establecer o excluir la imputación objetiva son los siguientes: 1.° Riesgo general de la vida. Si el
curso causal que conduce a un resultado lesivo, ha sido puesto en marcha por una autor mediato,
pero en él, posteriormente, han intervenido acciones de terceros que resultan modos de actua-
lización del riesgo habitualmente ligado a la existencia natural del dañado o a los que se des-
encadenan en la existencia humana en la forma de socialización y civilización correspondiente,
no se deben imputar los daños al autor mediato. (…) 2.° Prohibición de regreso. (…) no se puede
‘regresar’ desde el tercero que dolosa o culposamente intervino causando el daño, hasta el que
desencadenó el curso causal, por más que hubiera sido condición sqn del daño. (…) 3.° El criterio
de la provocación. (…) desarrollado para resolver los problemas de imputación objetiva en dos
grupos de casos (…). En el primero, una persona resulta lesionada (o lesiona a un tercero) en
un accidente sufrido en la persecución (…) de un dañante que huía del lugar de los hechos. Los
daños derivados de tales lesiones son objetivamente imputables a quien huía, siempre que
pueda estimarse que la persecución fue ‘provocada’ por él (…). Se da por supuesto que el acci-
dente sufrido por el perseguidor ha sido realización del riesgo aumentado típico de la persecu-
ción: si podría haberle sucedido igual aun no persiguiendo a nadie, la imputación objetiva

408 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

quedará excluida por aplicación del criterio del riesgo general de la vida. En el segundo (…) el
dañado asume el riesgo del que finalmente resulta víctima (o causa daño a un tercero) en su
intento de salvar su vida, integridad física o bienes, o la vida, integridad física o bienes ajenos,
de una situación de peligro cierto, creada culpablemente por el responsable. (…) habrá que
afirmar la imputación objetiva del daño, con independencia de que el intento de salvamento
tenga o no éxito, salvo que el mismo haya de considerarse altamente irrazonable, por existir
una enorme desproporción entre el riesgo asumido y el valor del bien en peligro, en relación
con la probabilidad de salvarlo. (…) Junto al creador culpable de la situación de peligro, quedará
obligado, en su caso, a indemnizar al dañado, el titular del bien amenazado. 4.° El fin de protec-
ción de la norma. No pueden ser objetivamente imputados a la conducta del autor aquellos
resultados dañosos que caigan fuera del ámbito o finalidad de protección de la norma sobre la
que pretenda fundamentarse la responsabilidad del demandado. (…) 5.° El criterio denominado
de incremento del riesgo o de la conducta alternativa correcta. No puede imputarse a una deter-
minada conducta un concreto evento dañoso, si, suprimida idealmente aquella conducta, el
evento dañoso en su configuración totalmente concreta se hubiera producido también con
seguridad o probabilidad rayana en la certeza, y si la conducta no ha incrementado el riesgo de
que se produzca el evento dañoso. La misma regla es aplicable, en los casos en que el evento
dañoso se impute a una omisión, si la acción debida no hubiera impedido el resultado dañoso
y tampoco hubiera incrementado el riesgo de que se produzca. 6.° Los supuestos de competencia
de la víctima. (…) si en la configuración de un contacto social, el control de la situación corres-
ponde a la víctima, es a ella a quien deben imputarse las consecuencias lesivas y no al compor-
tamiento del autor mediato. (…) Fuera de estos criterios, y para resolver los problemas que no
encuentren solución a través de ellos, F. PANTALEÓN propone utilizar todavía, como criterio
de imputación, el de la adecuación (…) no se puede imputar objetivamente un concreto resul-
tado dañoso a la conducta del autor cuando la producción de este evento hubiera sido descar-
tada como extraordinariamente improbable, por un observador experimentado, que hubiera
contado con los especiales conocimientos del autor y hubiese enjuiciado la cuestión ex ante
(…).”

DÍEZ PICAZO, L., Derecho de daños, Civitas, Madrid, 1999, pp. 340-349.

NUEVAS TEORÍAS DE LA CAUSALIDAD.


Causalidad multiplicadora, diluida, circular.

“(…) los efectos de la gestión de casos inmersos en un contexto de incerteza o controversia


científica se tornan inadecuadas las mentadas teorías, debido a que no hay datos e información
suficiente para establecer causalidades –ni siquiera en forma probabilística- entre fenómenos.

En este contexto de aparición de nuevos problemas, desconocidos, inciertos, pero acerca de


los cuales existen sospechas, y de la consecuente crisis de las estructuras del derecho de respon-
sabilidad civil, se plantea, como primera posibilidad y desde una perspectiva sub-paradigmática,
operar dentro mismo del derecho de daños, generando un ‘aggiornamiento’ o reforma de sus
estructuras teóricas y legales. Así, por ejemplo, se viene planteando que ante determinados
casos complejos, fundamentalmente vinculados con el medio ambiente, se hace necesario
reformular la tesis de adecuación causal. Desde esta perspectiva, se propone un replanteo de
la noción de causalidad presentándose tesituras tales como causalidad distendida, que revela
la prolongación del tiempo existente entre el hecho generador y el daño, lo que supone tener

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 409


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

en cuenta el factor tiempo y la noción de generaciones futuras, así como también una reflexión
sobre el concepto de prescripción; la causalidad multiplicadora a partir de la cual un pequeño
hecho generador puede desencadenar grandes efectos por reacción en cadena; la causalidad
diluida que da cuenta de la dificultad en la identificación del generador del daño; la causalidad
circular que pone el acento en la inseparabilidad e interdependencia de los factores de riesgo;
la causalidad probable que tiene en cuenta las incertezas científicas asumiendo un modelo de
ciencia diferente del paradigma iluminista; la causalidad insospechada desconocida en prin-
cipio y revelada luego, considerando el tópico del riesgo del desarrollo. Desde otra tradición
se apuntan otras ideas: la causalidad difusa que tiene que ver, por un lado, con un problema
espacial y, por otro, con un problema temporal que impide fijar con precisión la causa del
daño. En este último caso, puede ocurrir que los daños hayan sido originados en un conjunto
de acciones que ocurren en una dimensión espacial amplia que o bien no puede determinarse
o bien es global; o que el daño se origine en acciones que de distribuyen en un arco temporal
muy amplio, de varios años, décadas o incluso siglos.”

SOZZO, G. y BERROS, M. V.; “Una agenda para el principio precautorio”, Revista Crítica de
Derecho Privado N° 6-2009, pp. 763-793.

Concepto de “implicación” y su aplicación en el Derecho francés: una “causalidad velada”.

“No existe total acuerdo en doctrina acerca de cuáles son los presupuestos de la responsa-
bilidad civil. (…) No obstante ello, parece existir consenso doctrinal sobre al menos tres ele-
mentos de la responsabilidad civil: el daño, la relación de causalidad y el factor de atribución.
Para que pueda predicarse la calidad de responsable de una persona sería necesario, al menos,
que exista un perjuicio; que entre éste y la acción del sindicado como responsable, de una cosa
de la que éste es dueño o guardián, o de una persona por la que debe responder, haya un vínculo
de causalidad; y finalmente, que la reparación de ese daño le sea imputable sobre la base de
algún factor de atribución subjetivo u objetivo. Es dable preguntarse, sin embargo, si la relación
causal es realmente un elemento indispensable de la responsabilidad civil, o si, en ciertos casos,
puede prescindirse de ella a la hora de poner a cargo de una persona el deber de reparar. La
cuestión, que así formulada resulta a primera vista chocante, ha sido sin embargo objeto de un
interesante debate en la doctrina francesa, a raíz de la ley del 5 de julio de 1985 sobre la indem-
nización de las víctimas de accidentes de la circulación. Basándose en ciertas normas de la ley,
la mayoría de los autores galos, seguidos por la jurisprudencia de la Corte de Casación, consi-
deran que la misma instituye un sistema de indemnización –ya que no necesariamente de
responsabilidad- que sustituye la concepción clásica de la relación causal por la novedosa
noción de “implicación”, más abarcativa y de diferente naturaleza. (…) A) La concepción au-
tonomista. (…) de acuerdo al régimen de la ley de 1985, el conductor o guardián serían res-
ponsables aún en ausencia de un vínculo de causalidad entre el daño y el hecho del vehículo.
(…) la ley ha querido operar una ruptura con la concepción tradicional de la causalidad y por
consiguiente de la responsabilidad, de la cual aquélla constituye uno de los pilares esenciales.
Estaríamos pues en presencia de un “régimen de indemnización”, y no de responsabilidad: más
que de encontrar un responsable se trataría de seleccionar un “deudor de indemnización”, que
en último término no sería otro que la compañía de seguros del conductor o guardián del au-
tomóvil, en virtud del juego del sistema de seguro obligatorio. La causalidad vendría pues a ser
reemplazada (…) por el concepto de “implicación”, que serviría para determinar, a la vez, los
daños cubiertos por el seguro, y el asegurador que deberá hacerse cargo de la reparación. Se
trataría entonces de un sistema muy próximo al que rige la indemnización de los accidentes

410 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

de trabajo y enfermedades profesionales, más cercano a la seguridad social que a la responsa-


bilidad civil propiamente dicha. (…) la definición de la noción de imputación ha suscitado
dificultades (…), cierto sector doctrinal ha definido a la implicación como una “relación de
necesidad”, en el sentido de que la presencia del vehículo en el accidente debe haber sido ob-
jetivamente necesaria para la producción del daño. (…) pese a predicar la supuesta autonomía
de la ley y del sistema que ella consagra, así como la prescindencia de la causalidad a la hora
de imputar responsabilidad, una parte de la doctrina francesa continúa adoptando criterios
causalistas a efectos de caracterizar la implicación. (…) otros autores propugnan definiciones
más alejadas de la idea de causalidad (…), para quienes la implicación expresa la exigencia de
una simple “relación de eventualidad” entre el vehículo y el daño (…). Se trataría, pues, de una
causalidad meramente hipotética o eventual. (…) importa necesariamente reconocer que (…)
la atribución del deber de reparar el daño al conductor o guardián de un vehículo implicado
no reposa sobre la idea de causalidad, al menos según la ha entendido tradicionalmente la
doctrina. En efecto, suele afirmarse que la causalidad jurídica se asienta sobre la “causalidad
natural”, tal como es entendida por la ciencia. Partiendo de tal premisa, las teorías elaboradas
en el campo del derecho adoptan distintos enfoques que, o bien asimilan por completo la
causalidad natural a la jurídica (caso de la teoría de la equivalencia de las condiciones), o bien
recortan la causalidad natural para no revelar sino ciertas causas o ciertos efectos (como sucede
con la teoría de la causalidad adecuada, y en general con las denominadas concepciones “in-
dividualizadoras”: la causa eficiente, la causa próxima, la condición preponderante, etc.). Pero
en todos los casos, la causalidad natural es la base sobre la cual se despliegan las distintas
concepciones jurídicas. (…) la caracterización de la implicación como una causalidad hipoté-
tica, que se establece mediante la simple eventualidad de una relación causa-efecto (…) implica
una ruptura con la exigencia de causalidad como una condición de la reparación del daño
sufrido a raíz de un accidente de la circulación. Resta establecer si en tales circunstancias puede
verdaderamente seguirse hablando de responsabilidad civil –caso en el cual estaríamos verda-
deramente ante un supuesto de responsabilidad sin causalidad-, o bien si la prescindencia de
ese presupuesto tradicional del derecho de daños importa por ello mismo emplazar la cuestión
en un terreno distinto, extranjero a la responsabilidad civil y más emparentado con el derecho
del seguro o de la seguridad social. (…) la sola posibilidad de predicar una responsabilidad sin
causalidad necesaria emplaza al sistema legal fuera del campo de la responsabilidad civil stricto
sensu. Se trataría fundamentalmente de un “mecanismo de indemnización”, que involucra a
“deudores de reparación” antes que a verdaderos responsables. De todos modos, el estudio de
tal sistema debería tener lugar dentro del marco del derecho de daños, dada su calidad de
sustituto de la responsabilidad civil, con vocación a aplicarse concurrentemente con ella. (…)
Si la responsabilidad civil se define actualmente como la obligación de resarcir un daño injus-
tamente sufrido, poniendo el acento sobre la reparación de la víctima antes que sobre la sanción
del responsable, el sistema de la ley francesa (…) no parece escapar a tal caracterización. (…)
Daño, responsables, factor de atribución, están pues presentes. La única diferencia con la res-
ponsabilidad civil “ordinaria” radicaría en la prescindencia de la relación de causalidad como
elemento del ilícito, que vendría a ser reemplazada por la idea más abarcativa de “implicación”.
Pero tal circunstancia no basta a nuestro juicio para considerar que el sistema resulta extraño
al derecho de la responsabilidad civil, en atención a su función resarcitoria. (…) el concepto de
implicación, aún concebido según la postura “autonomista” como una causalidad eventual, no
resulta totalmente extraño a la idea de relación causal, dado que se apoya sobre ella, aunque
lo haga para predicar que basta una mera posibilidad de relación causal, sin que sea necesario
que dicha relación sea establecida de manera efectiva. Se trataría casi de una causalidad pre-

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 411


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

sunta de forma irrefragable, que sólo cede, en principio, ante la demostración de la culpa de la
víctima. (…) B) La concepción “clacisista”. (…) Desde esta perspectiva, la noción de implicación
no cumple otro rol que el de determinar el campo de aplicación de la ley. (…) los antecedentes
parlamentarios de la ley no contienen una sola mención a su supuesto carácter autónomo, sino
que inclinan más bien a pensar lo contrario; (…) decir que el casus no exime sólo significa, en
realidad, que puede existir responsabilidad aún sin causalidad desde el punto de vista de la
teoría de la causalidad adecuada. Dicha teoría, como es sabido, predica que sólo es causa de
un daño aquel hecho que suele producir tal resultado de acuerdo al curso natural y ordinario
de los acontecimientos. En otras palabras, el daño debe ser objetivamente previsible. De allí
que la existencia de un caso fortuito o de fuerza mayor –esto es, de un acontecimiento impre-
visible e irresistible- impida la existencia de causalidad desde el punto de vista de dicha teoría.
(…) la cuestión adquiere un matiz distinto si se la aprecia a la luz de la teoría de la equivalencia
de las condiciones. En esta tesitura, la causa de un daño es todo acontecimiento sin el cual
dicho nocimiento no se habría producido; poco importa el carácter previsible o imprevisible
del resultado. (…) el acaecimiento de un caso fortuito o de fuerza mayor no descarta la posibi-
lidad de que el hecho del sindicado como responsable pueda ser también la causa del daño,
siempre que se concluya que, de no haber tenido lugar ese hecho, el perjuicio no se habría
producido. Tal posición extiende evidentemente el marco causal con respecto a la teoría de la
causalidad adecuada, pero continúa apoyándose sobre la causalidad “natural” entendida desde
el punto de vista de las ciencias físicas. (…) la ley de 1985 descarta evidentemente la posibilidad
de aplicar, en el marco de ese régimen, la teoría de la causalidad adecuada, pero no impide en
cambio el mantenimiento de la exigencia de un vínculo causal entendido en el sentido más
laxo que le asigna la teoría de la conditio sine qua non. (…) más allá de lo que ocurre en materia
de accidentes de la circulación, pueden encontrarse varias situaciones en que la ley impide
invocar la fuerza mayor como eximente de responsabilidad. (…) La objeción señalada nos
parece determinante. (…) deja subsistente la posibilidad de predicar la existencia de una rela-
ción causal desde el punto de vista de la teoría de la equivalencia de las condiciones, por lo que
la afirmación según la cual la ley se aparta de los presupuestos exigidos comúnmente por el
derecho de la responsabilidad civil –y particularmente la relación de causalidad- carece de
fundamento teórico. (…) la jurisprudencia francesa se ha visto en la imposibilidad de prescindir
por completo de algunas de las normas y principios del derecho común. (…) pese al declarado
carácter autónomo de la ley de 1985, la idea de relación causal se filtra en sus aplicaciones
prácticas. (…) la adopción de la postura autonomista, y el consiguiente reemplazo de la causa-
lidad por la implicación, ha llevado a la doctrina y la jurisprudencia francesas a distinguir entre
la implicación del vehículo en el accidente, y la denominada “imputabilidad del daño al acci-
dente”. Así, mientras el primer concepto vincularía al vehículo con el accidente de la circulación
en sí mismo, el segundo establecería una relación entre este último y el perjuicio sufrido por
la víctima. Ahora bien, mientras –en teoría- la implicación excedería la concepción clásica de
la relación de causalidad, esta última sería mantenida a la hora de imputar el daño al accidente,
en el sentido de que éste debería ser la condición necesaria para la causación de aquél. (…)
aún admitida como principio teórico, la autonomía de la ley y del concepto de implicación no
permite descartar completamente toda referencia a la causalidad, que reaparece a la hora de
vincular el daño al accidente. Y lo que es mucho más trascendente, paralelamente a esa reapa-
rición confesa de la causalidad en el régimen de los accidentes de la circulación, tiene lugar en
los hechos una aplicación velada de criterios causalistas a la hora de caracterizar la noción
misma de implicación. (…) la causalidad juega un rol fundamental: es valiéndose de ella, y con
ayuda de la técnica, que el hombre actúa sobre el mundo para transformarlo y apropiárselo.

412 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

La idea de causalidad está por ende incorporada a la raíz misma de nuestra visión del mundo,
lo que explica que resulte prácticamente imposible prescindir de ella a la hora de pensar un
sector determinado de la actividad humana –en nuestro caso, el derecho de la responsabilidad
civil.- La causalidad es así supuesta como algo inherente al orden de las cosas, exterior a nues-
tros designios, y como tal, brinda un parámetro objetivo y razonable a la hora de vincular un
daño con un eventual responsable. (…) la imputación de la obligación de resarcir a una deter-
minada persona encuentra como límite el principio constitucional –base del modelo demo-
crático liberal- de respeto de la propiedad privada. (…) la sustracción de una porción del pa-
trimonio de una persona para afectarla a la reparación de un nocimiento ajeno debe estar
justificada (…). La calidad de causante de ese daño expresa ese vínculo de manera evidente, y
descarta el riesgo de soluciones arbitrarias que podrían vulnerar el citado principio constitu-
cional. Cuando se intenta en cambio reemplazar a la causalidad por criterios meramente jurí-
dicos, sin apoyo sobre lo que se percibe como un fenómeno consustancial al orden del mundo,
el riesgo de arbitrariedad se extiende considerablemente. (…) La mera posibilidad de relación
causal no tiene límites precisos, es un criterio vago y ubicuo (…). He ahí la causa de la derrota
en la práctica de la concepción autonomista, y de la necesidad de retornar a los criterios cau-
salistas (…) sólo la causalidad es vista como un fenómeno objetivo y exterior a la voluntad de
los sujetos; tal calidad –que no puede ser suplida por concepciones meramente jurídicas sin
apoyo en lo que se percibe como la realidad de las cosas- permite erigirla en una valla a la ar-
bitrariedad y en una razón válida para imputar a un sujeto la obligación de reparar un perjuicio.”

PICASSO, S., “Responsabilidad civil y relación de causalidad. A propósito de la ley francesa del 5
de julio de 1985 sobre la indemnización de las víctimas de accidentes de la circulación”, Revista
Crítica de Derecho Privado N° 1-2004, pp. 148-157, 159-161, 163-165.

La causalidad tóxica.

“Se trasluce la insuficiencia de la perspectiva clásica del derecho de daños a través de la


exigencia de una causalidad adecuada entre un daño científicamente cierto y un hecho dañante
difuso. (…) La gravedad e irreversibilidad de los eventuales o plausibles daños que puedan pro-
ducirse al medio ambiente justifican la adopción de medidas precautorias. Es decir, medidas
anticipativas del daño cuya admisibilidad no requiera una certeza técnica o científica absoluta.
(…) El daño que se pretenda evitar debe ser plausible. Debe tratarse de un riesgo cuya plausi-
bilidad se base en las conclusiones de por lo menos una parte significativa de la comunidad
científica. Lo que ya no se requiere es la certeza científica absoluta. En definitiva, ésta no existe.
(…) El derecho de la precaución, como desmembramiento extrasistemático del Derecho de
Daños (independiente así de la función preventiva) implica una reformulación conceptual de
los elementos integrantes de las funciones clásicas atinentes a la prevención y a la reparación
del daño. (…) la relación de causalidad debe ser visualizada desde una perspectiva múltiple en
la cual se atienda a las mencionadas características de los nuevos daños y riesgos en desarrollo
cuya eventual dañosidad se pretenda anticipar y/o reparar. (…) la clásica separación que el de-
recho ha pretendido instaurar entre la causalidad fáctica y la causalidad jurídica está entrando
en crisis. Los actuales cursos causales anómalos ponen en cuestionamiento las distintas teorías
que sobre el nexo causal se han elaborado jurídicamente en el marco de la responsabilidad
civil y del derecho de daños en general. (…) el eje sobre el cual gira la conceptualización de
la causalidad adecuada está compuesto básicamente por: la regularidad, la normalidad, la
previsibilidad y la probabilidad respecto de la producción de un daño. (…) De esta manera,
la búsqueda de la ‘adecuada’ causa de un daño se ha basado en juicios de probabilidad que

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 413


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

determinen que un daño haya sido previsible y/o probablemente provocado por uno o más
hechos dañantes. Asimismo, se han presentado distintas variantes de la teoría de la causalidad
adecuada en función de la subjetividad u objetividad del juicio de probabilidad. En la primera
de ellas, el juicio de probabilidad depende de que el sujeto dañante en particular conozca o
pueda conocer las consecuencias dañosas. Por el contrario, la causalidad adecuada objetiva
toma como referencia un parámetro o modelo abstracto de sujeto para dicha verificación pro-
babilística. Sin embargo, la sistemática de funcionamiento de la causalidad adecuada frente a
los nuevos daños y riesgos del desarrollo comienza a ser insuficiente. (…) frente a los nuevos
daños y riesgos en desarrollo la doctrina ha planteado nuevos criterios respecto de la relación
de causalidad. Por ejemplo, con relación al subsistema de daños al medio ambiente los nuevos
criterios se han basado en la ‘verosimilitud’ de la producción de un daño. Estas teorías basan
sus conclusiones causales en series estadísticas y en juicios de probabilidad ‘considerable’. (…)
estos nuevos criterios comienzan a tener en cuenta la mera posibilidad de la producción de
un daño. La falta de certeza científica tiene ahora mayor incidencia en la verificación del nexo
causal ante nuevos eventos dañosos. (…) Lo normal, regular, previsible y probable comienza
a ser sustituido por lo meramente plausible, eventual y potencial. La causalidad material o
fáctica adopta mayor trascendencia y comienza a desplazar a las ficciones jurídicas que han
fundamentado la elaboración de las históricas teorías causales. En este contexto consideramos
que emergen nuevos subtipos de relación de causalidad aplicables en forma respectiva a cada
uno de los nuevos supuestos de daños o riesgos en desarrollo. En esta perspectiva múltiple de
la relación de causalidad, la toxicidad constituye un particular enfoque causal denominado
causalidad tóxica. Como provisoria convención lingüística (…) tomamos por tóxico a ‘toda
sustancia (físico-química y/o biológica) ajena a un organismo vivo que produce alteración en
su fisiología’ (definición de la 23era. Edición del Diccionario de la Real Academia Española).
En esta hipótesis ubicamos preliminarmente a los siguientes supuestos: Efectos secundarios de
Medicamentos autorizados (Farmacovigilancia); los productos alimenticios peligrosos (Orga-
nismos Genéticamente Modificados – Transgénicos); los agroquímicos (Insumos industriales,
agropecuarios y veterinarios. (…) algunas consecuencias y características que constituyen la
base conceptual y normativa de este subtipo de enfoque causal aplicable a la reparación de
daños o a la adopción de medidas precautorias en supuestos de toxicidad: 1) Mayor relevancia
jurídica de los cursos causales anómalos y difusos en atención a la aparición de consecuencias
dañosas tóxicas cuya identificación causal resulta cada vez más difícil para el conocimiento
científico. (…) 2) Abandono de los resabios de la causalidad adecuada (…). La gravedad y la
irreversibilidad de los daños provocados en supuestos de toxicidad nos impiden aguardar a
que el conocimiento científico nos provea de series o conclusiones basadas en la probabilidad,
por más mínima que ésta sea. 3) Sustitución de dichos resabios por una mayor trascendencia
de la causalidad fáctica o material ante la anomalía causal de los eventos de los cuales derivan
los daños tóxicos. De esta manera, la mera presencia de una actividad en la que se manipulen
sustancias tóxicas que coincida temporal o espacialmente con la existencia de consecuencias
dañosas justifica su imputación objetiva. La pluralidad y la consecuente dificultad de precisar
cual de los sujetos haya contribuido en mayor o menor medida a la dañosidad tóxica no impide
la adopción de medidas precautorias que paralicen la realización de la actividad en cuestión
así como tampoco la imputación objetiva de la producción de un daño tóxico. 4) Aplicación
inobjetivada de los textos normativos que aluden a la relación de causalidad (…) las normas
jurídicas en torno a las cuales se constituye el eje sistemático e intersistemático de la precaución:
art. 6 de la ley de protección del medio ambiente (Nro. 17.283…) y art. 9 de la ley de defensa del
consumidor (Nro. 17.250…). En base a dicha interpretación intersistemática es posible la ela-

414 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

boración de subtipos de teorías causales que no deban basar sus conclusiones y consecuencias
en juicios de previsibilidad y/o probabilidad (…) la aplicación combinada de los mencionados
arts. (…) constituyen la base normativa que justifica la adopción de medidas precautorias ba-
sadas en criterios distintos a los que propone la causalidad adecuada. (…) La eventualidad de
la producción de un daño grave e irreversible para la salud humana y el medio ambiente en
general justifican la adopción de este tipo de medidas.”

MIRANDE, S.; “Análisis conceptual del derecho aplicado. El rechazo del cultivo de transgénicos
en el marco del estudio del riesgo de desarrollo y la perspectiva múltiple del nexo causal: la
causalidad tóxica”, Revista Crítica de Derecho Privado N° 7-2010, pp. 930-937.

Pluralidad de causas, concausas y responsabilidad civil.

“El problema de las concausas o de las causas adicionales aparece en dos tipos de hipótesis
que (…) conviene mantener distintas. En la primera, el daño es producido por la conjunción o
yuxtaposición de una serie de condiciones, de manera que solo la suma de todas ellas deter-
mina el resultado dañoso. (…) es indiferente que cada una (…) haya seguido con anterioridad
un curso independiente o que se haya puesto en juego mediante una acción de consuno. El
segundo tipo de supuestos, que se puede denominar cadena causal, aparece cuando cada una
(…) produce por sí misma un daño y este daño es el que a su vez es causa de un daño posterior
y así sucesivamente. (…) En uno y otro caso la pregunta es quién debe indemnizar, pero tam-
bién hasta dónde el autor de una de las sucesivas condiciones o daños tiene que indemnizar
los subsiguientes.”

DÍEZ PICAZO, L., Derecho de daños, Civitas, Madrid, 1999, pp. 331-332.

“El número, e incluso la naturaleza de las causas intervinientes, así como también la inten-
sidad de las mismas, puede variar: concurso entre el acto humano y el hecho de la naturaleza;
concurso entre varios ofensores; entre el acto del ofensor y el de un tercero o la culpa de la víctima.
La doctrina francesa, ampliamente dominante, acompañada por la posición tradicional de la
jurisprudencia, se pronuncia por la responsabilidad plena o integral (esto es, contra la división
de la obligación resarcitoria), lo cual significa que la víctima puede elegir a cualquiera de los
autores y reclamarle la reparación total del daño que ha sufrido, sin perjuicio de que luego, en las
relaciones internas, los deudores lleguen a un ajuste de cuentas que reparta proporcionalmente
el peso de la responsabilidad entre ellos (obligación llamada in solidum).

Va se suyo que, cuando el concurso tiene lugar entre el hecho humano y el de la naturaleza,
la responsabilidad sigue siendo total (…) Dos son las razones que inspiran este criterio; en primer
lugar se dice que es imposible determinar la parte en que cada causa incidió en la producción
del resultado; además puesto que sin el hecho del responsable el daño no se habría producido,
cada uno debe considerarse como habiendo causado el daño en su totalidad. Ninguna de las
razones convence; (…) establecer la medida de la participación de cada causa (…) siempre será
preferible a la falta de todo criterio, (…) no es posible prescindir de la división en la acción de
regreso, cuando se trata de las relaciones internas, de los deudores entre sí. Contraviene además
el principio general de la responsabilidad por el cual el ofensor debe reparar el daño que ha
causado, y no más allá. (…) admitiendo que todas las condiciones concurren necesariamente
a la producción del resultado (proposición correcta), de ello no se deduce que todas lo hacen
con la misma intensidad o eficacia.

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 415


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

La razón más plausible para esta obligación solidaria parece encontrarse, entonces, en el
propósito de mejorar la situación de la víctima. (…) la posición jurídica del damnificado resulta
extraordinariamente fortalecida cuando puede ir contra cualquiera de los deudores y reclamarle
el pago total. El punto, como se advierte, es de política. Nuestro derecho positivo únicamente
consagra la solidaridad en caso de delito, esto es, cuando media un comportamiento doloso de
los causantes del daño (art. 1331); en los demás casos la responsabilidad es proporcional (…)

La división de la responsabilidad es, por tanto, el principio general (…) el art. 1331 no es
interpretable según lo entiende Peirano Facio como consagrando la teoría de la causa eficiente,
y con el tácito rechazo de la causalidad adecuada, porque esta última no es incompatible con la
división de la responsabilidad. (…) tampoco le asiste razón al ilustrado profesor cuando afirma
que la causalidad adecuada significa elegir un factor y descartar los restantes, porque pueden
existir varias causas adecuadas de un mismo evento, y nada impide determinar la proporción
o diferente medida en que hayan operado en la producción del mismo.”

GAMARRA, J., Tratado de Derecho Civil Uruguayo, T. XIX, FCU, Montevideo, 1988, pp. 324-326.

Causalidad plural o cocausación.

“a) Causalidad conjunta o común. Tiene lugar cuando varias personas cooperan para llegar
a un resultado. (…) No debe, confundirse los casos de causalidad común con la responsabilidad
indistinta (…). La diferencia esencial es que los responsables indistintos no tienen solidaridad
sino que responden in solidum. b) Causalidad acumulativa o concurrente. En estos supuestos
no hay acuerdo previo ni complicidad, sino que las partes actúan de tal modo que el resultado
igualmente se habría producido aún en casos de actuación aislada. La responsabilidad es
solidaria. c) Causalidad alternativa o disyuntiva. Es la causalidad que tiene lugar cuando el
hecho puede ser atribuido a una u otra persona, porque cualquiera podría haber cometido el
hecho. A diferencia del anterior, no es la sumatoria lo que produce la responsabilidad. (…) Una
aplicación novedosa de la causalidad disyuntiva, aunque no se la mencione así, es la teoría de
la participación o cuota de mercado o market share, que nace con el caso “Sindell v. Abbott
Laboratories”, en el cual un grupo de mujeres demandó al fabricante de una droga llamada
DES, que la tomaban para prevenir abortos espontáneos y que producía varios tipos de cáncer
en los sistemas reproductivos de sus hijas cuando llegaban a la adultez. El medicamento (…)
fue fabricado por un número limitado de laboratorios, pero a la época de demandar las dam-
nificadas no recordaban cuál habían tomado sus madres, y si lo recordaban era dudoso que lo
pudieran probar. (…) El tribunal falló (…) apartándose de las reglas clásicas de causalidad, e
hizo pagar el daño a todos los fabricantes en la proporción de participación de mercado en la
época presunta de consumo del remedio.”

LÓPEZ HERRERA, E., Teoría General de la Responsabilidad Civil, Lexis Nexis, Buenos Aires,
2006, pp. 214-215.

“En este presupuesto de la responsabilidad (…) se trata de calificar la atribución de respon-


sabilidad en diferentes supuestos: 1. El acto humano individual, comprende todos los supuestos
en que las personas físicas incurren en responsabilidad. (…) puede comprender tanto los actos
voluntarios como los involuntarios. Hay acción siempre que se advierta un poder de control del
sujeto sobre lo actuado (…). Lo que importa es que sea atribuible, y no la voluntariedad. 2. El
acto humano grupal: (…) hay que distinguir varios casos diferentes: Actuación plural: en este
caso varias personas cooperan a la producción del mismo resultado dañoso; existe causación

416 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

común, aunque individualizada. (…) Intervención disyuntiva o alternativa: sucede cuando el


hecho parece atribuible a una u otra persona pero no se puede probar cual de ellos ha sido.
(…) Aquí la autoría es anónima, pero la imputación es grupal: el individuo se exime (…) pro-
bando quien es el autor del daño, es decir, eliminando el anonimato. Posible que lo cause un
individuo. El resultado dañoso es la suma de actuaciones que son necesariamente colectivas.
Aquí la autoría es grupal y la imputación también; el individuo solo se exime probando que no
integró el grupo, pero no demostrando quien fue el autor. 3. El acto de las personas jurídicas,
es un supuesto en el que el ordenamiento atribuye efectos a un centro imputativo (…). 4. El
hecho de las cosas, comprende todos los casos en que las cosas riesgosas causan daño, y el or-
denamiento atribuye responsabilidad a su dueño o guardián, como supuesto de legitimación
extraordinaria.”

LORENZETTI, R. L., “La responsabilidad civil”, Revista Crítica de Derecho Privado Nº 1-2004,
Carlos Álvarez Editor, Montevideo, 2004, pp. 95-96.

Causalidad común, concurrente, disyuntiva, grupal y colectiva.

“a) La denominada como ‘causalidad conjunta o común’, singularizada en la acción causal-


mente relevante de varias personas que concurren a la producción del resultado lesivo final y
que se identifica con las figuras penales de coautoría y de participación, ésta en sus diferentes
grados. (…) b) La sindicada como “causalidad acumulativa o concurrente”, que es la que también
implica el obrar individual de varios dañadores, pero con el matiz de que si hubieran actuado
asiladamente, el resultado lesivo hubiera sido el mismo (…) c) La designada como ‘causalidad
disyuntiva o alternativa’, en la cual hay concurrencia de acciones causalmente aptas para la
producción del daño, pero se registra la imposibilidad de que el mismo sea atribuido a más
de un autor (…) d) Hay además quienes (…) entienden que existe la denominada ‘causalidad
grupal’, en la cual el hecho es atribuible al grupo como tal, no siendo posible que lo cause un
individuo, ya que el resultado dañoso es la suma de las acciones individuales siendo la autoría
y la imputación colectivas. e) Finalmente, se alude a ‘causalidad colectiva’ – lo que Llambías
designaba como ‘daño anónimo’ – en aquellos supuestos en los cuales el daño es causado por
uno o más miembros – no identificados – dentro de un grupo identificado (...).

A título personal, ya hemos tenido oportunidad de manifestar nuestra opinión en el sentido


de que lo que aquí denominamos como causalidad (o ‘responsabilidad’, en su proyección de
consecuencias a nivel jurídico) colectiva, abarca sólo los supuestos mencionados en c, d, y e
(causalidad disyuntiva, grupal y colectiva), y no así los enunciados en a y b (causalidad conjunta
y acumulativa), con la salvedad, que también ya hemos hecho, de que en la denominada casua-
lidad grupal habría que demostrar que absolutamente todos participaron en el daño (prueba
harto dificultosa) para que la autoría y la imputación sean colectivas, y para que no sea elemento
causal relevante la identificación del dañador dentro del conjunto.(…)

SAUX, E. J., “Responsabilidad colectiva” en SAUX, E. J. y MÜLLER, E. C., Responsabilidad civil


contractual y extracontractual, Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, 2005, pp. 655 a 675.

Causalidad coadyuvante.

“(…) varias condiciones concurren de manera coadyuvante a causar un daño que de manera
individual no habrían podido causar. La causa del daño se encuentra integrada por la pluralidad
de condiciones concurrentes. El daño es el resultado del concurso de la pluralidad de condi-

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 417


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

ciones que integradas constituyen su causa. La relación de causalidad conecta el daño con un
conjunto de condiciones que solo integradamente constituyen su causa. Si no concurrieran
todas las condiciones, el daño no se produciría.”

DÍAZ FERNÁNDEZ, H.; “La causalidad plural en los daños ambientales”, Revista Crítica de
Derecho Privado N° 13-2016, pp. 381-396.

Causalidad acumulativa.

“(…) varias causas concurren acumulativamente a causar un daño que individualmente


habría podido causar cualquiera de ellas. La causa del daño se encuentra integrada por una
pluralidad de causas concurrentes. La relación de causalidad conecta el daño con un grupo
de causas que acumulativamente constituyen su causa, pero que individual o separadamente
podrían haberlo causado. Las causas concurrentes se acumulan, pero cualquiera de ellas podría
causar por sí misma el daño. Si no concurrieran todas las causas el daño igual se produciría, ya
que bastaría para ello que solo alguna se verifique.”

DÍAZ FERNÁNDEZ, H.; “La causalidad plural en los daños ambientales”, Revista Crítica de
Derecho Privado N° 13-2016, pp. 381-396.

Causalidad disyuntiva o alternativa (causalidad anónima).

“Concurren varias causas probables de un daño, pero este es causado por una sola de ellas
que es imposible de identificar. Estos supuestos se conocen como casos de daño anónimo. El
ámbito de la causalidad disyuntiva supone que el daño es causado por un integrante indeter-
minado de un grupo determinado. (…) este es un supuesto de pluralidad de posibles causas
pero de causalidad individual, entre una pluralidad de posibles causas es imposible identificar
cual es la causa singular.”

DÍAZ FERNÁNDEZ, H.; “La causalidad plural en los daños ambientales”, Revista Crítica de
Derecho Privado N° 13-2016, pp. 381-396.

Causalidad plural en daños ambientales.

“Son supuestos de causación plural de daños los supuestos de causalidad coadyuvante y de


causalidad acumulativa (…). En estos casos la relación de causalidad se verifica por la conexión
existente entre el daño ambiental y la actividad contaminante de un grupo de personas.

En estos supuestos no existirían mayores dificultades para aplicar la teoría de la causalidad


adecuada. Aplicando esta teoría, primero se conecta el daño con un grupo de causas hipoté-
ticas y se verifica si cada una de estas constituye una condición sin la cual el daño ambiental
no podría acaecer y que además incremente de manera significativa la probabilidad de que el
daño ambiental acaezca. (…)

Luego se observa si las condiciones individualmente consideradas son suficientes para


producir el daño ambiental. Si las condiciones en conjunto incrementan de manera significa-
tiva la probabilidad de acaecimiento del daño pero no lo suficiente para producirlo de manera
individual, se trata de causalidad coadyuvante, ya que en este caso se trata de condiciones que
concurren de manera coadyuvante para producir un daño que de manera individual no pueden
producir. Si, en cambio, las condiciones incrementan de manera significativa la probabilidad

418 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

de acaecimiento del daño lo suficiente para producirlo individualmente, se trata de causalidad


acumulativa, ya que en este caso se trata de causas que concurren acumulativamente a producir
un daño que de manera individual cualquiera puede producir.

El efecto daño es único y es producido por la actividad grupalmente considerada, por lo


que la causalidad conecta el daño con el grupo. La eximente que puede operar en este caso es
la no integración del grupo. Para eximirse de responsabilidad el individuo debería acreditar
que no integra el grupo.

El supuesto de causalidad disyuntiva es el caso de causalidad anónima.

(…) El ámbito de la causalidad anónima supone que el daño es causado por un integrante
indeterminado de un grupo determinado. La investigación causal permite concluir que el daño
fue causado por el integrante de un grupo determinado pero no permite individualizarlo.

La causalidad adecuada se aplica aquí en dos aspectos.

Un primer aspecto consiste en determinar la causalidad grupal, se conecta el daño con un


grupo de probables causantes.

(…) Determinado fácticamente el grupo de probables causantes, el problema de indetermi-


nación individual se resuelve jurídicamente por la norma atribuyendo responsabilidad a todos
los integrantes del grupo. Verificada la conexión causal entre el daño y el grupo determinado,
ante la imposibilidad de determinación causal fáctica individual, la norma atribuye responsa-
bilidad grupal.

Un segundo aspecto se da cuando se determina al individuo causante. Si se demuestra que


el daño fue causado por uno de los integrantes del grupo, la responsabilidad se atribuye indi-
vidualmente a ese integrante del grupo, ya que en este caso, en los hechos, se logra determinar
la causa individual”.

DÍAZ FERNÁNDEZ, H.; “La causalidad plural en los daños ambientales”, Revista Crítica de
Derecho Privado N° 13-2016, pp. 381-396.

Independencia entre relación de causalidad y culpa.

“(…) conviene recordar que este elemento nexo causal entre la culpa y el daño, es un ele-
mento completamente independiente de la culpa. Puede existir un acto imprudente o culpable,
sin consecuencias, sin perjuicios. En tal caso no hay acción de responsabilidad, porque falta
el segundo de los elementos que hemos estudiado: el perjuicio. Puede ocurrir que se ejecute
un acto no culpable ni negligente y que simultáneamente, sucesivamente con él, se produce
un perjuicio. Aun cuando el perjuicio sea consecuencia del acto ejecutado, no habrá lugar a la
acción de responsabilidad porque falta el elemento culpabilidad. Y, finalmente, puede ocurrir
que se ejecute un acto culpable y que a este suceda un perjuicio que no es efecto de dicho acto
sino de otras causas. Habrá perjuicio, culpa, pero no habrá acción de responsabilidad porque
falta el nexo causal entre una y otra.”

AMÉZAGA, J. J.; Obras esenciales. De las nulidades en general. Culpa contractual. Culpa aqui-
liana”, La Ley Uruguay, Montevideo, 2011, p. 629.

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 419


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

“(…) existe entre culpa y causalidad una diferencia esencial que se funda en un diferente
criterio de imputación. Tanto una como otra son distintas maneras de establecer un ligamen
entre dos fenómenos o seres independientes, pero la causalidad se refiere a la simple imputa-
ción física (que los prácticos de la Edad Media llamaban imputatio facti), en tanto que la culpa
se refiere a la imputabilidad moral o jurídica (en el lenguaje de la escuela imputatio juris); por
la primera indagamos cuándo un sujeto ha materialmente realizado un acto; con la segunda,
obtenemos el dato de si también debe ser considerado autor moral del mismo.”

PEIRANO FACIO, J., Responsabilidad extracontractual, La Ley Uruguay, Montevideo, 2015, p.


547.

Relación de causalidad en la responsabilidad ambiental.

“El modelo ambientalista concluye que en un contexto de desconfianza en las certezas


científicas, en definitiva en una nueva concepción de la ciencia, se presenta una inevitable crisis
de la regla de la causalidad adecuada, en tanto, tal relación imputación causal se funda en una
previsibilidad objetiva ciertamente delimitada por la ciencia.

Es cierto que no se encuentra en el derecho positivo nacional, una norma que establezca
una presunción de causalidad, con carácter general. (…)

Sin embargo, la dogmática jurídica inició un camino hacia la reformulación de aquel ele-
mento estructural, apareciendo en escena construcciones tales como: la causalidad probable y
la causalidad verosímil. Exigiéndose un complejo de estudios establecidos acerca del impacto
ambiental de determinadas actividades o comportamientos y del acaecimiento de eventuales
daños, adoptándose como criterio rector una ‘considerable probabilidad’ de producción.

Postulamos en su momento, siguiendo a Cabanillas Sánchez, la conveniencia de atenuar


el rigor de la carga de la prueba del nexo causal si se aprecia un cierto grado de verosimilitud
con las pruebas suministradas por las partes, con las máximas de experiencia y con el dictamen
de los peritos (…).”

AMORÍN, M. y PÍRIZ, J.; “Daño ambiental, concepto, nexo causal y tutela inhibitoria”, ADCU,
Tomo XL, FCU, Montevideo, 2010, pp. 1024 - 1027.

“En la nueva manera de abordaje del Nexo Causal como componente estructural del esta-
tuto de convocatoria de la responsabilidad civil por daños cuya complejidad asume condición
dinámica en virtud de la correlativa condición dinámica que por su parte poseen los fenómenos
de gestación de los perjuicios y a mérito de la variedad de dimensiones del Daño moderno en
sí propio.

La causalidad no es susceptible de entenderse a cabalidad si los complicados procesos por


los que se gestan los perjuicios en la actualidad se abordan técnicamente desde las matrices
clásicas de la comprensión. Hoy en día se requiere un replanteo de las estructuras teóricas que
constituyen el marco de referencia de conocimiento frente a fenómenos que desatan el Daño
de manera diferente a como éste se ha causado clásicamente en términos de instantaneidad
lineal o de inmediatez temporal o de alcance acotado a la mera interindividualidad o en re-
lación a intereses únicos o de irradiación reducida a víctimas individualizadas. La causalidad
contemporánea debe analizarse, en cambio, en términos jurídicos distintos porque existen

420 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

daños diferentes a los que ocurrían cuando las condiciones sociales y económicas poseían
condiciones no parangonables a la que la actualidad presenta.

La diversidad dañosa que en la actualidad se arraiga en la fase de gestación de los perjui-


cios abre la puerta crítica hacia la consideración de la Causa como fenómeno de formación
progresiva, duradera, continuada, predicable de proceso cuyo desarrollo obra el tiempo como
duración y no únicamente como distancia, circunstancia que torna cada segmento en que el
análisis pretenda llevarse a cabo tenga en sí mismo condición causal que lo torna insusceptible
de autonomía respecto de los demás segmentos que integran aquel proceso: en tal sentido no
es apropiado, como en las miradas clásicas sobre la causa, afirmar la mira solo en los compo-
nentes sígnicos discernibles intra muros del proceso sino, además en el proceso en sí mismo,
como entidad distinguible de sus elementos, vale decir, como discurso. Como discurso causal.
Y así, en ciertas hipótesis, las concurrencias en la producción de un fenómeno dañoso admiten
participación insusceptible de calcularse mediante el angosto cálculo de prorrateos y, menos
aún, de proporcionalidades arbitrarias alejadas de los requerimientos impuestos por el Derecho
como Ciencia nutrida en los manantiales del pensamiento abstracto y de su correlativo método
deductivo, contrarios al casuismo y a la inducción.”

CAUMONT, A., “Derecho de Daños y Derecho Ambiental. Método y sistematización teórica.


Los aportes ius ambientalistas en la categorización del daño y su incidencia en la teoría de la
responsabilidad civil”, Revista Crítica de Derecho Privado N°10 – 2013, pp. 541 a 557.

la determinación del nexo causal, es decir, la


calificación de si esa situación fáctica tiene con
el resultado dañoso la relación requerible para
ANÁLISIS JURISPRUDENCIAL ser considerada jurídicamente como causa del
daño, en cuestión.

FALLOS RECTORES Si bien el establecimiento de la situación


fáctica que se aduce como causa, origen o
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA elemento productor del daño invocado por los
accionantes, es una cuestión de hecho (ajena,
Nexo causal. Existencia. en principio, al ámbito casatorio), es en cambio
“En primer lugar, es de verse que, en la es- ‘quaestio iuris’ la determinación del llamado
pecie, la cuestión central que se debate refiere nexo causal o relación de causalidad.
a la existencia de nexo causal entre el hecho u
Y ello porque para determinar jurídica-
omisión que se le imputa a la Administración
mente la configuración del nexo causal no
demandada y el accidente de tránsito que pro-
basta establecer la efectiva ocurrencia de
vocó el fallecimiento de la Sra. Sacías.
determinados hechos, sino que éstos deben
Corresponde señalar que en la medida examinarse conforme con las pautas legales
que el cuestionamiento del recurrente in- correspondientes (daño que es consecuencia
volucra la base misma del sustento jurídico directa e inmediata del hecho u omisión
de la responsabilidad extracontractual en su imputable al demandado: arts. 1.319. 1.323 y
totalidad, resulta ciertamente ‘quaestio iuris’ 1.346 C.C.) y asimismo doctrinarias (teorías de

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 421


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

la equivalencia de las condiciones, de la cau- Larrieux, Pérez Manrique), La Justicia Uru-


salidad adecuada, de la causalidad eficiente, guaya Online, cita online UY/JUR/2574/2015.
etc.); para concluir si un hecho, acto, omisión
o un conjunto de combinaciones entre éstos, Nexo causal. Existencia.
puede ser tenido legalmente como causante
“Ahora bien, al margen de esta discusión,
del daño sufrido por los accionantes (cf. Sen-
lo que resulta ineludible acreditar, ya sea que se
tencia No. 162/2004).’
siga una u otra tesis, es la existencia de relación
‘IV) Tal como correctamente relevó el de causalidad o nexo causal, entre el hecho
Tribunal, el accidente se produjo como con- del cual deriva el perjuicio y el daño causado
secuencia de un embestimiento de atrás del (Cfme. PEIRANO FACIO, Jorge: ‘Responsabi-
vehículo automotor al birrodado, sin que lidad del Estado’, Anales del Foro, Año IX, Nos.
se hubiera probado lo manifestado por el 111-112 (1992/1993), págs. 71/73).
codemandado Idiarte en referencia a que en
el momento en que se disponía a rebasar la Como enseña GAMARRA, no hay respon-
bicicleta, ésta, sin anuncio alguno, realizó sabilidad sin nexo causal; este es un elemento
una maniobra de ‘zigzag’ hacia el centro de la ineludible. En palabras del autor, la relación de
calzada, interponiéndose en la marcha en ese causalidad importa un ligamen que vincula el
momento (fs. 733 vto. in fine y 734). daño al comportamiento del demandado; la
conducta (acción u omisión) del uno debe ser
Partiendo de este contexto fáctico, en la causa (eficiente o productora) del evento da-
conclusión irreprochable, la Sala entendió que ñoso que sufre el otro. El daño es consecuencia
no se acreditó la incidencia causal del estado o efecto del hecho del ofensor. En palabras
de la vía de tránsito respecto a la producción de nuestro autor: ‘...la relación de causalidad
del accidente. es un puente entre el evento dañoso y su
‘Este Alto Cuerpo entiende que, en el caso, autor, este ligamen tiene la particularidad de
para permitir una inferencia presuncional de que el primero es efecto o consecuencia del
que el estado de la vía de tránsito ofició de hecho del segundo, y este es causa de aquél’
‘causa’ en la producción del insuceso vial, se (GAMARRA, Jorge: ‘Tratado de Derecho Civil
requería, por lo menos, acreditar, el ‘zigzagueo’ Uruguayo’, T. XIX, FCU, Montevideo, 2004,
de la bicicleta que piloteaba la víctima, de págs. 309/310).
manera de permitir inducir de tal evento una
En el ocurrente, como se verá seguida-
eventual maniobra de esquive de ‘pozo’, ‘bache’,
mente, falta ese elemento clave para que surja
‘desnivel’ u ‘obstáculo’ de cualquier tipo.’
la responsabilidad de la entidad estatal code-
Pero, sucede que fueron los propios ac- mandada INAU: la relación de causalidad o
tores (con fundamento en el Informe de Cri- nexo causal. Ello determina, como se explicará
minalística que luce a fs. 590), quienes negaron en lo sucesivo, que a juicio de esta Corporación
que la víctima hubiera realizado un cambio de no pueda atribuírsele responsabilidad.
senda interponiéndose en la trayectoria de la
camioneta (fs. 634 vto.). Entonces, no cabe más (...)
que concluir que, en el caso, no fue acreditado
Así las cosas, parece que hay un claro
que el estado de la vía de tránsito tuviera in-
elemento que determina que no pueda esta-
cidencia causal alguna en el resultado final,
blecerse una relación jurídica de causalidad
pues ello, implícita pero inequívocamente, fue
entre el evento de la fuga y el del homicidio de
negado por los recurrentes.”
JJ. Este se constituye por la relación que la víc-
Suprema Corte de Justicia, N° 271/2015, de tima tuvo con su victimario, lo que determinó
26/10/2015, (Martínez -r-, Chediak, Hounie, la resolución criminal de GG de ultimarlo. La

422 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

relación delictiva, actuando conjuntamente, posterior atribución jurídica de responsabi-


y luego, el haberse quedado con la totalidad lidad. Criterios como el de la causa próxima,
de lo obtenido por parte del occiso, lo que la causa específica, la causa eficiente, la causa
determinó la reacción violenta del adolescente. adecuada entre otros, operan precisamente en
ese sentido (Cfme. FERRER BELTRÁN, Jordi:
Cabe insistir; no hay duda que la fuga ‘Motivación y racionalidad de la prueba’, Gri-
forma parte del contexto causal. Ahora bien, jley, Lima, 2016, págs. 284/285).
no es la causa del homicidio: no puede esta-
blecerse una relación de causalidad jurídica En nuestra mejor doctrina, no existe una
directa entre uno y otro evento. La fuga ofició solución uniforme ni una tesis que, siempre
como mero elemento habilitante de un obrar y en todos los casos, resulte de aplicación in-
que luego habría de ser decidido por el propio eluctable. Antes bien, la labor de determinar
MIRA. la relación de causalidad en la labor jurispru-
dencial tiene un innegable carácter heurístico.
Como enseña el civilista argentino Isidoro Corresponde, única-mente, descartar la tesis
GOLDENBERG, frente a la interpretación ge- de la equivalencia de las condiciones, porque
neralizadora, según la cual basta la existencia el art. 1331 del Código Civil lo impone.
de una vinculación causal entre un antece-
dente en la sucesión de hechos y el efecto En palabras de GAMARRA ‘...es inacep-
final para configurar la responsabilidad del table la teoría de la equivalencia. Pero la ley
sujeto, se formulan por parte de la dogmática no va más allá y no toma partido por ninguna
jurídica las ‘teoría individualizadoras’ (a modo teoría o doctrina...’ (Cfme. GAMARRA, Jorge:
de ejemplo y, sin agotar la lista: ‘teoría de la ‘Tratado de Derecho Civil Uruguayo’; T. XIX,
causa próxima’; ‘teoría de la causa adecuada’; FCU, Montevideo, 2000, pág. 318; sobre las
‘teoría de la causa eficiente y preponderante’ diferentes teorías sobre la relación de causa-
etc.). Según estas ‘teorías’, la causa ya no es la lidad véase un excelente racconto en SOBA
suma de todas las condiciones necesarias para BRACESCO, Ignacio M.: ‘La relación de cau-
el resultado o alguna de ellas, sino que debe in- salidad y la prueba pericial’, La Ley Uruguay,
dividualizarse cuál posee esa aptitud genética. Montevideo, 2016, págs. 47 a 116).

El problema consiste, precisamente, en Pues bien, en la emer-gencia -sin entrar


seleccionar cuál será la condición relevante a tomar partido directo por ninguna de las
que habrá de elevarse a la categoría de causa, distintas teorías individualizadoras- debe
a los fines de la atribución jurídica de las atenderse a la ‘causa próxima’, que supone
consecuencias que de ellas deriven (Cfme. privilegiar los eventos cercanos e inmediatos
GOLDENBERG, Isidoro H.: ‘La relación de y no debe atenderse a las causas más remotas.
causalidad en la responsabilidad civil’, La Ley,
Desde luego, debe estarse al caso concreto
Buenos Aires, 2000, pág. 19).
y, como bien observa GOLDENBERG, el con-
En el mismo sentido, el Profesor de Gi- cepto de inmediatez debe tener un sentido
rona Jordi FERRER BELTRÁN observa que lógico, no estrictamente cronológico. Actual-
necesitamos restringir el conjunto infinito de mente, dicha teoría ha sido reelaborada en el
circunstancias que contribuyen causalmente sentido de privilegiar la relación directa entre
para la producción de un determinado evento. la condición y el resultado dañoso o, en otros
términos, que no haya mediado ningún otro
La noción de causalidad jurídica opera suceso que fracture dicha vinculación, lo que
seleccionando -bajo criterios diversos y no la emparenta fuertemente con la teoría de la
siempre compatibles- un subconjunto de las ‘causalidad adecuada’ (Cfme. GOLDENBERG,
causas en sentido material a los efectos de la Isidoro H.: ‘La relación...’, cit., pág. 20).

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 423


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

En el caso a estudio, no puede perderse Sentencia S.C.J. No. 144/015, también dictada
de vista que el tiempo que transcurrió entre la por esta Corte).
fuga y el homicidio que dio razón a la demanda
civil, fue de más de tres meses y, durante ese En esa discordia señalé que si de acuerdo
con la teoría de la causalidad adecuada, la
lapso, existieron diversos eventos que fractu-
causa es adecuada cuando se presenta como
raron el nexo causal.
probable y, por tanto, regular y razonable-
Este tipo de eventos son disociantes, pues mente previsible (cf. Gamarra, Tratado de
interfieren en el curso originario del proceso Derecho Civil Uruguayo, T. 19, Vol. 1, edición
interrumpiéndolo. En tales hipótesis queda 1981, p. 319), la fuga del menor, por incumpli-
excluida la imputatio facti entre el resultado miento del deber de cuidado del INAU, es un
final y el suceso desencadenante de la trama hecho que no formó parte del curso regular
del acontecimiento (Cfme. GOLDENBERG, o normal de los acontecimientos y que, por
Isidoro H.: ‘La relación...’, pág. 26). ende, no puede considerarse para fundar la
responsabilidad del INAU por el hecho dañoso’.
Claramente esa ruptura del nexo causal es
Lo expuesto determina que no pueda
lo que se produjo en el caso en examen, con
atribuírsele al referido organismo -y menos ín-
diversos eventos en los que, la participación de
tegramente- la responsabilidad por la muerte
la víctima, tuvo particular relevancia. A saber:
del familiar de los reclamantes.”
(i) el concierto criminoso para cometer un
delito contra la propiedad; (ii) la traición de Suprema Corte de Justicia, sentencia Nº
la confianza depositada por su compañero de 2.034/17, de 20/12/2017 (Martínez -d-, Che-
fechorías -el a la postre homicida Daniel MIRA- diak -d-, Hounie, Minvielle -r-, Turell), La
son elementos que ciertamente desviaron la Justicia Uruguaya Online, cita online UY/
relación de causalidad entre la fuga del INAU JUR/1444/2017.
y el fallecimiento de JJ.
Responsabilidad in sólidum.
La causa de la muerte de JJ, antes que en
“Al respecto, se considera que la solución
la falta de servicio imputable al INAU, se ubica
adoptada por la Sala es correcta, ajustándose a
en la decisión de GG de asesinarlo a raíz de su
los estudios específicos sobre el punto.
incumplimiento con el acuerdo delictivo que
tenían pactado, y este hecho no puede serle En tal sentido, se ha señalado: ‘Para que
atribuido al INAU. exista solidaridad perfecta debe haber unidad
de causa fuente en las obligaciones y no la hay
La Corte en mayoría hace suya la línea si una es contractual y la otra delictual. El con-
argumental expuesta por el Sr. Ministro Dr. tratante deudor debe la totalidad del perjuicio
Felipe HOUNIE ante un caso análogo, en y el tercero cómplice también. Este no puede
la discordia estampada a la Sentencia Nº ser responsable solidario por la distinta causa
404/2017, en la que el referido integrante del fuente de su obligación, pero lo es por la tota-
Cuerpo consignó: lidad’ (PIÑON, Benjamín P. ‘Lesión al crédito’,
en obra colectiva ‘Derecho Privado. Libro
‘...lo que determina la tentativa de homi-
homenaje a Alberto J. Bueres’, Hammurabi, Bs.
cidio no es la fuga del adolescente, sino el
As., 2001, pág. 1.240).
designio criminal del agente del delito y, en
dicho designio, el INAU no tiene ninguna res- El Tribunal en el Considerando V, esta-
ponsabilidad (cf. Sentencia S.C.J. No. 323/997 bleció el alcance de la condena al expresar que
de la Corte y discordia extendida por mí en la lo que hubiera debido establecerse en primera

424 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

instancia, -y no se hizo- es que cada uno de los el servicio no ha funcionado, ha funcionado


demandados debía pagar, indistintamente, la mal o tardíamente, e indirectamente cuando
suma objeto de condena, en obvia referencia se configura falta personal de sus funcionarios,
a la existencia de obligaciones ‘in solidum’ o ya sea por la violación de una regla de de-
indistintas, en la medida en que la titularidad recho o por culpa, siendo menester constatar
pasiva de la obligación reparatoria es asumida la ocurrencia del daño reclamado y el nexo
‘in integrum’ por ambos deudores. causal existente entre éste y la supuesta falta
de servicio o su mal funcionamiento. El daño
En función de ello no le asiste razón al debe estar vinculado al comportamiento del
recurrente cuando afirma que el accionante obligado. La conducta de uno -acción u omi-
termina obteniendo una doble indemnización sión-, debe ser la causa eficiente o productora
de U$S5.500 (fs. 351), sino que lo que ocurre del evento dañoso que sufre el otro. El daño
en autos, a diferencia de lo que sucede con la debe ser consecuencia directa del hecho del
solidaridad, no hay una obligación sino dos ofensor (cf. Gamarra, Tratado de Derecho Civil
obligaciones que coinciden en su prestación Uruguayo, Tomo XIX, Vol. 1, págs. 309-310)
(no obstante originarse en fuentes diversas), (Sentencia No. 125/1995).
que, si es cumplida por uno, no puede recla-
marse al otro, pese a que cada uno debe el El Tribunal subsumió adecuadamente los
todo en virtud de una causa diversa (cf. VAN hechos de autos en la hipótesis del art. 1324
ROMPAEY, Leslie ¿Es admisible la condena in del Código Civil por tratarse de un supuesto
solidum en la responsabilidad extracontrac- de responsabilidad por hecho de las cosas. Y
tual?, Anuario de Derecho Civil Uruguayo, resulta indudable que la demandada es guar-
Tomo XXII, pág. 474). dián material de los espacios y construcciones
existentes en el Cementerio tanto las propias
Ello, porque como dice Benjamín P. Piñón, como las autorizadas por lo que en aplicación
el contratante deudor debe la totalidad del de la citada normativa su culpa se presume,
perjuicio y el tercero cómplice también. debiendo acreditar para descartarla que obró
De ahí que el acreedor lesionado que ob- en la emergencia con la diligencia de un buen
tuvo la reparación íntegra de su perjuicio de padre de familia, lo que no resultó acreditado
uno de los responsables no puede accionar en autos.
contra el otro, pues habrá desaparecido la Por el contrario, resultó plenamente acre-
causa de su crédito. Y el tercero cómplice que ditado que la presencia de moscas cadavéricas
indemnizó no puede repetir del contratante en el interior de las viviendas adyacentes a la
obligado, pues su obligación es personal calle Tomás Basañez (que se encuentran sepa-
(PIÑON, obra citada, pág. 1.242). radas por escasos metros del muro perimetral
Suprema Corte de Justicia, Sentencia N° del Cementerio del Buceo), tuvo recién su
140/2015, de 20/05/2015, (Chediak, Hounie, origen a partir de la construcción de los nichos
Larrieux, Ruibal, Pérez Manrique –r-), La colectivos ya referidos y posterior inhumación
Justicia Uruguaya Online, cita online UY/ de cadáveres.
JUR/2008/2015. En función de ello resulta acreditado el
Teoría de la causa eficiente. nexo causal entre el daño padecido y la actua-
ción de la Intendencia a la que es imputable la
“En cuanto a la responsabilidad del Estado falta de servicio en que incurriera, no pudiendo
con sustento en la aplicación del art. 24 de la dejar de observar su responsabilidad en tanto
Constitución, esta Corporación sostuvo que es, debe cumplir como lo exige la normativa es-
por regla general, subjetiva. Responde cuando pecífica con su función de policía higiénica y

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 425


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

sanitaria de la población, y específicamente probada una actuación culpable por parte


de los cementerios (Ley No. 9.515 art. 35 nales. del conductor de la camioneta, no se acreditó
24 y 27)”. la incidencia causal de tal conducta en la
muerte de Hernández. Ello, en la medida en
Suprema Corte de Justicia, Sentencia N° que surgió probado que, en forma previa al
41/2016, de 3/03/2016, (Martínez, Chediak, embestimiento del cuerpo de la víctima por
Hounie, Larrieux –r-, Pérez Manrique), La
la camioneta, otro vehículo no identificado ya
Justicia Uruguaya Online, cita online UY/
la había arrollado.’
JUR/223/2016.
‘En definitiva, la parte actora no se des-
Teoría de la causa adecuada.
embarazó satisfactoriamente de su carga de
“En efecto, según se consignó en ambas probar que la conducta del codemandado
decisiones de mérito, el siniestro carretero se Bessil haya sido la causa eficiente del resultado
produjo en dos fases, a saber: dañoso, por lo que, como corolario lógico y
jurídico (art. 139.1 del C.G.P.), no resta más
a) En un primer momento, el fallecido que el rechazo de la demanda y del recurso de
José Hernández —quien circulaba por la Ruta casación interpuesto.”
11 hacia el Este— embistió desde atrás a la
bicicleta conducida por el mencionado Hugo Suprema Corte de Justicia, Sentencia N°
Cabrera. A raíz de esta primera colisión y según 85/2016, de 06/04/2016, (Martínez, Hounie,
emerge de la versión que brindó Cabrera en Larrieux, Pérez Manrique, Chediak –r-), La
sede policial, Hernández terminó caído con su Justicia Uruguaya Online, cita online UY/
moto sobre la calzada, mientras que Cabrera JUR/436/2016.
quedó tendido sobre la banquina con su bici-
cleta. Respecto a este primer impacto, el único Teoría de la causa adecuada.
testigo presencial fue Cabrera.
“Esto es, la condición que asume la calidad
b) Posteriormente, la camioneta alquilada de causa, aquélla que adquiere relevancia
por la codemandada Teyma S.A. y conducida como para vincular el accionar del agente con
por su dependiente, el codemandado Juan el daño, es la ‘adecuada’ para concretarlo (...).
Bessil, embistió a José Hernández, que, como Será causa aquella condición que produce
se dijo, se hallaba tendido sobre la calzada.’ ‘adecuadamente’ un determinado efecto.
Aquélla que un hombre normal, razonable,
‘Por consiguiente y como concluyó con el prototipo del ‘buen padre de familia’, ha
total corrección el Tribunal, cabe entender, considerado como consecuencia natural de
en muy elevado grado de verosimilitud, que un cierto comportamiento...’ (Cf. entre otras,
Hernández ya había fallecido cuando fue em- sent. No. 323/97). Y bien, de conformidad con
bestido por la camioneta que conducía Bessil. el criterio precedente, entiende la Corte que
En su mérito, no existe nexo causal entre la la subsunción realizada por la Sala no resultó
conducta de éste y la muerte de la víctima. correcta desde que el hecho ilícito que prota-
gonizara la demandada al embestir a la actora,
Aunque podría llegar a considerarse negli-
gente, imperita e imprudente la actuación del no puede erigirse como ‘causa adecuada’ del
conductor de la camioneta en la emergencia, perjuicio consistente en la pérdida de ganancia
su actuar culpable no es causalmente relevante derivada la rescisión de los contratos referidos
respecto del resultado dañoso. en autos. La subsunción realizada por la Sala
sólo sería procedente en un sistema jurídico
‘De todas formas, la Suprema Corte de que consagrara la ‘teoría de la equivalencia de
Justicia insiste en que, a pesar de que resultó las condiciones’, sistema éste que no ha sopor-

426 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

tado el riguroso embate crítico de la más reci- De este modo, el accionar del Banco se
bida doctrina civilista. En efecto, enseña Ga- coloca entre la conducta de la Intendencia
marra que para la teoría de la equivalencia de y el daño que se generó a los actores para
las condiciones ‘(...) es causa toda condición, interrumpir el nexo entre una acción y la
antecedente o factor, sin el cual el daño no se subsecuente.
habría producido (...) Una vez individualizadas
las condiciones que son necesarias, concluye Al haberse determinado que si los actores
que todas son equivalentes, porque si alguna hubieran conocido las condiciones del bien
de ellas es eliminada, el efecto no tiene lugar no habrían contratado, el accionar de la Inten-
(...) A este razonamiento se le reprocha, en dencia, ya sea por otorgar la habilitación para
primer término, extender desmesurada e inad- la construcción como por las obras realizadas,
misiblemente el ámbito de la responsabilidad ninguna incidencia tiene en la ocurrencia de
(...) el razonamiento es erróneo; dando por los daños padecidos.”
admitido que las condiciones son igualmente
Suprema Corte de Justicia, N° sentencia
necesarias para la producción del evento, de
143/2018, de 05/03/2018, (Martínez, Chediak,
ello no se deduce que todas concurran en igual
Hounie -r-, Minvielle, Turell), La Justicia Uru-
medida a producirlo’ (...)’ (T.D.C.U. t. 19, págs.
guaya Online, cita online UY/JUR/28/2018.
315 y 318).”
Pluralidad de causas.
Suprema Corte de Justicia, sentencia N°
91/2003, de 19/03/2003, (Parga, Cairoli, “Por tanto, la grave imprudencia relevada
Guillot, Van Rompaey –r-, Gutiérrez), La del conductor del vehículo de la demandada,
Justicia Uruguaya Online, cita online UY/ tuvo indudable incidencia causal en el insu-
JUR/691/2003. ceso, impidiendo, ante la presencia súbita del
motociclista, una maniobra útil para evitar la
Teoría de la causa adecuada.
colisión. Y tal como lo señala Zavala de Gon-
“Asiste razón a la recurrente cuando ex- zález: ‘... quien coloca una causa adecuada del
presa que la atribución de incidencia causal daño, responde a pesar de que aquélla se haya
en los perjuicios padecidos al accionar del conectado con otros factores causales ajenos,
Gobierno Departamental no resulta conforme si éstos eran igualmente adecuados y no anor-
a la teoría de la causalidad adecuada. males y extraordinarios...’ (Resarcimiento de
daños, v. 4, ed. Hammurabi, p. 257) (cf. Sent.
La sentencia de segunda instancia hizo Nº 389/03).
lugar a la resolución del contrato por haber
tenido por acreditado el incumplimiento del En el mismo sentido, expresa Gamarra:
Banco Hipotecario del Uruguay de la obliga- ‘...hay dos causas que concurren a producir
ción de entregar el bien en condiciones para un daño único; el ofensor, en la proporción
su uso y de la obligación de actuar de buena del daño que fue consecuencia de su acto,
fe en el período precontractual. responde como todo ofensor, esto es, queda
obligado a repararlo; en cambio, en la parte
La Sala tuvo por probado dos hechos: que que no lo causó su responsabilidad no nace,
las inundaciones se debían al accionar de la In- puesto que no es el autor de ese daño...’- (autor
tendencia (considerando III, párrafo séptimo, cit., Tratado de Derecho Civil Uruguayo, t. XIX
fs. 1373-1373vto.) y que el Banco, sabiendo que año 1991 p. 335).
las unidades se inundaban, no informó a los
promitentes compradores de tal circunstancia En consecuencia, corresponde casar la
(considerando IV, primer párrafo, fs. 1375 in recurrida en cuanto entendió que la conducta
fine -1375vto. supra). de la víctima constituyó una eximente total de

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 427


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

responsabilidad, excluyente por completo del manipula la cosa, que por principio no sea el
nexo causal entre el accionar del conductor del propietario, no reviste calidad alguna que le
vehículo y el daño padecido por la víctima (…)” vuelva inidóneo para esa tarea, no existe razón
alguna que permita sostener que la guarda la
Suprema Corte de Justicia, sentencia N° tiene persona diversa.-
283/2004, de 22/09/2004, (Van Rompaey, Parga
-r-, Gutiérrez, Rodríguez Caorsi -d-, Troise -d-), De acuerdo con el criterio de imputación
La Justicia Uruguaya Online, cita online UY/ subjetiva que regula la responsabilidad por
JUR/939/2004. el hecho de las cosas (culpa), en la situación
descripta el actuar culposo sólo puede co-
rresponder al que controla y dirige la cosa y
JURISPRUDENCIA DE TRIBUNALES
es también respecto de su conducta que debe
DE APELACIONES EN LO CIVIL apreciarse el nexo causal.-
TRIBUNAL DE APELACIONES EN LO En el caso, está fuera de la controversia
CIVIL DE 1º TURNO que el conductor era el Sr. José María Lete
Olascoaga por lo que, como se ha sostenido
Falta de legitimación en la causa. Ausencia
en anteriores pronunciamientos (sentencias
de relación de causalidad con el accidente.
Nos.293/2004, 11/2005, 61/2005, 353/2005,
“Sin dejar de reconocer la opinabilidad 15/2007, entre otras), ya se adhiera a la po-
del punto en cuestión, la Sala entiende que, sición de Gamarra que presume guardián al
en este caso, hubo desplazamiento sin culpa propietario, no por el mero hecho de ser ti-
de la guarda y que, por eso, el propietario no tular del dominio sino porque por esa calidad
debe responder.- es quien tiene habitualmente sobre la cosa
el poder característico de la guarda (TDCU,
Esto es así porque nada se le puede repro- T.XXI, Vol.3º, Parte V, 3ª Ed. actualizada con
char a un hijo que presta su automóvil a su modificaciones, p.249-252), ya se entienda que
padre, habilitado para conducir y que no tenía debe presumirse guardián a quien conduce el
antecedentes –al menos acreditados- de ser un vehículo, en consonancia con el concepto de
conductor imprudente o imperito.- guardián entendido como aquél que dirige la
No se puede soslayar que en nuestro actual cosa y tiene su señorío o gobierno cuando se
sistema, fundado en la culpa, no se puede produce el daño, el apelante carece de legiti-
responsabilizar a quien actuó sin culpa y sin mación pasiva.
relación de causalidad con el accidente.-
En el enfoque de Gamarra, porque la pre-
En efecto, ni siquiera en la demanda se le sunción de guarda se ve destruída por el hecho
imputa culpa al Sr. Lete Sosa puesto que lo que no controvertido que el propietario no era el
se sostiene es que, en su calidad de propietario conductor del vehículo y, como ni siquiera se
se servía de la cosa y que por eso, siguiendo a articula actuación culpable en la transferencia
Szafir y a Venturini, debía responder (véase de la guarda, no es posible sostener que dicho
fs. 17 y vto).- desplazamiento no se produjo.

Ahora bien, si se entiende que es guardián En el otro enfoque, porque menos aún
aquél que tiene el poder efectivo de dirigir y puede comprometerse la responsabilidad
controlar la cosa pareciera que dicho poder del titular del dominio cuando se parte de la
–en lo que respecta al comportamiento- lo base que el guardián es el conductor y no se
tiene quien conduce el vehículo. En otras pa- acreditó circunstancia alguna que destruyera
labras, cuando el sujeto que maneja, dirige o esta conclusión.-

428 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

Tampoco corresponde atribuir respon- contraria, lo que se compadece con el croquis


sabilidad al propietario porque ‘se servía de efectuado por Policía Técnica (fs. 82 del agre-
la cosa’. gado IUE 273-128/2008).

Como ya se ha dicho en sentencia antes Siempre resulta útil recordar, como enseña
citada Nº 15/2007, el Tribunal no comparte la Gamarra, que el no preferente debe asegurarse
lectura que del art.1324 C.C. hacen las Dras. de las condiciones del tránsito para permitir
Szafir y Venturini porque no luce compatible el paso del prioritario, esto es, que ‘la norma
un régimen de responsabilidad dual en el debería ser: cruzar solamente en caso de tener
ámbito del hecho de las cosas con distintos absoluta seguridad de poder hacerlo sin el más
criterios de imputación según el sujeto se mínimo riesgo’ (TDCU, T. XXII, p. 26).
sirva de la cosa o la tenga a su cuidado, y ello
por cuanto dicha interpretación atenta contra En este enfoque, incumbía al no preferente
la congruencia del sistema con fundamento la destrucción de la presunción de culpa que
en la culpa y no resulta respaldada (en cuanto le gravaba, acreditando su ausencia de culpa
postula un criterio de imputación objetivo) con o la configuración (total o parcial) de causa
el correlato de la acción de regreso prevista por extraña.’
el art.1326 del mismo cuerpo normativo (véase Si bien, según el relevamiento efectuado
más ampliamente Gamarra, Jorge, op.cit., por la Policía Técnica, no se pudo estimar la
p.149-159). velocidad al no ubicarse huellas de frenada
De modo que se irá a la revocatoria de (fs. 76 vto del expediente penal agregado) y
la recurrida en este aspecto y, en su lugar, tampoco la pudo estimar el Gabinete de Ac-
se desestimará la demanda deducida contra cidentología de la DNPT (fs. 111-112 de dicho
el Sr. Lete Sosa por falta de legitimación pa- expediente) y, si bien, como se ha dicho en
siva.” múltiples pronunciamientos, la velocidad es
un fenómeno físico de difícil percepción sen-
Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 1º Turno, sorial, de lo que se deriva que no es suficiente
sentencia N° 183/2014, de 29/10/2014, (Salvo la prueba testimonial a fin de acreditarla, no
-r-, Castro, Vázquez), La Justicia Uruguaya se puede soslayar la conclusión a la que llegó
Online, cita online UY/JUR/2337/2014. el perito en accidentología vial (UTN) Diego
Puyol, que estableció que la moto circulaba a
Concurrencia causal. Ingesta de alcohol. 84 km/h (fs. 197).
“Han de examinarse ahora los agravios En este enfoque y sin ignorar que quien
que dirigen su embate crítico a la atribución dio causa al accidente fue el conductor del
de contribución causal que se hizo en la im- automóvil que se interpuso en la trayectoria del
pugnada. birrodado, se coincide con lo a quo en la confi-
III.1) Es de verse que el vehículo condu- guración de hipótesis de contribución causal.
cido por el codemandado Lete Olascoaga Luego, no corresponde otorgar incidencia
ostentaba la calidad de no preferente porque, a la imputada inobservancia de un cartel de
como lo admite al contestar, intentaba hacer Ceda el Paso y de un cruce peatonal señalizado
un giro en U, a cuyos efectos había ingresado con cebra puesto que, como surge de fs. 156 del
el automóvil a la explanada perteneciente a agregado, se encuentran antes del lugar en el
la Gomería Huentala (ubicada a la derecha) que se produjo la colisión.-
y desde ahí había intentado el cruce de la
Avda. Javier Barrios Amorin (Ruta Nacional Por otra parte, la falta de visión en el ojo
Nº 8) para girar a su izquierda y tomar la senda izquierdo no fue un hecho invocado al con-

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 429


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

testar, por lo que no corresponde introducirlo bajo la ingesta de alcohol implica desarrollar
al apelar (art. 257.2 CGP). conducta culposa, ello no implica necesaria-
mente que haya incidido en la producción del
Finalmente, en lo relativo a la incidencia evento porque, cabe recordar, se puede actuar
del nivel de alcohol en sangre, cabe reproducir con culpa y, no obstante, no haber dado causa
los argumentos esgrimidos por la Suprema al insuceso.
Corte de Justicia en sentencia Nº 14/2008,
publicada en LJU, T. 139, c. 15.788, en la que En el subjudice, la parte demandada se
se expuso que: limita a señalar el comportamiento antirre-
glamentario de la víctima pero no indica cómo
‘No le asiste razón tampoco en este punto repercutió en la colisión, teniendo presente
al recurrente, por cuanto como también des- que fue el automóvil el que se interpuso en la
tacó la Sala, el nivel de alcohol que registraba circulación de la moto, de forma que debiera
el demandado no resulta de una significación haber explicado y probado que, de no haber
tal que de ese hecho ‘per se’, pueda inferirse ingerido alcohol, el motonetista habría evitado
que dicha circunstancia tuvo algún valor como el accidente.
determinante del evento, teniendo en cuenta el
modo concreto en que éste se verificó. Por lo tanto, ninguna incidencia cabía
imputar a la conducta del occiso en la pro-
‘En lo relativo a la incidencia que corres- ducción del accidente, sin perjuicio de lo cual
ponde asignar a las conductas antirreglamen- y como solo apelaron los demandados, no
tarias de los involucrados en eventos como el corresponde modificar la conclusión a la que
de autos, tales como las secuelas de la ingesta se llegó en el fallo de primera instancia.
alcohólica referidas por el recurrente, ha ex-
presado la Suprema Corte de Justicia, citando III.2) Ahora, en relación a la ausencia de
la opinión del ilustre civilista Dr. Gamarra, en casco–tal como resulta del protocolo de au-
Sent. Nº 60/2003: ‘...No toda violación de la topsia glosado a fs. 37 del expediente penal-
ley o el reglamento significa que el autor de la causa de muerte fue ‘estallido de cráneo:
la misma es culpable, la primera precisión fractura frontal, peñasco derecho y occipital,
contusiones hemorrágicas temporales bila-
circunscribe el radio de la especie exclusiva-
terales con aire’ y todas las lesiones, que se
mente a las normas precaucionales, esto es
califican de graves, se produjeron en el cráneo,
aquellas destinadas a prevenir efectos jurídicos
a lo que cabe agregar que según informe de
perjudiciales para los terceros y que para evi-
fs. 24 de dicho expediente, el motonetista no
tarlos prescriben determinadas modalidades
portaba casco.
de conducta...’ (TDCU t. XIX, Ed. FCU 1991, p.
119). Y continúa el autor citado: ‘... La ley o el re- De ahí que sea innegable la relación causal
glamento suministran un elenco (que siempre entre la falta de casco y el fallecimiento del
será forzosamente incompleto) de las que joven.
podríamos llamar 'culpas particulares', tipifi-
cando aquellas conductas culposas que, como III.3) Por lo tanto, aun cuando se debió
lo indican las normas de la experiencia, son las distinguir la contribución a la producción del
que ocasionan daños con mayor frecuencia. Al accidente de la contribución a la producción
mismo tiempo se trata de evitar estos actos, re- del daño muerte, de todos modos y sin dejar
putados nocivos a priori, desalentando al autor de reconocer la dificultad que conlleva la
con la amenaza de una sanción administrativa’. atribución de porcentajes de concurrencia, el
Tribunal se inclina por confirmar la efectuada
Por lo tanto, aun cuando en términos en la recurrida, esto es, a razón del 70% para
generales se puede afirmar que el circular la demandada y del 30% para el motonetista.

430 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

IV) Despejado el tema de la atribución de producida no surge acreditado en autos que


concurrencia causal, es pertinente analizar los los daños se hubieren producido por el estado
agravios de la parte demandada que dirigen su en que encontraba el canalón, por la colisión
embate crítico a los daños objeto de condena.” o por ambas.

Tribunal de Apelaciones en lo Civil del 1º Por consiguiente ya se postule la teoría de


Turno, sentencia N° 183/2014, de 29/10/2014, la ‘causa eficiente’ (PEIRANO, Resp. extracont.
(Salvo -r-, Castro, Vázquez), La Justicia Uru- p. 425) o se sostenga que es más apropiada al
guaya Online, cita online UY/JUR/2337/2014. sistema nacional la teoría de la ‘causalidad
adecuada’ (GAMARRA, Trat..., t. XIX, p. 322) lo
concreto y real es que se exige que el accionar
TRIBUNAL DE APELACIONES EN LO
que se imputa o atribuye a alguien haya sido
CIVIL DE 2º TURNO productor de un efecto dado, lo que no ocurre
Nexo causal. Existencia. en la especie por carecerse de elementos téc-
nicos que colaboren a determinar la realidad
“Ahora bien como se expresara anterior- ocurrida.”
mente para que proceda la responsabilidad
pretendida debe existir un nexo causal entre Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 2º Turno,
el evento dañoso en virtud del cual se acciona sentencia Nº 65/2017 de 17/05/2017 (França,
y la acción u omisión de la demandada que en Sosa, Pérez Brignani-r-), La Justicia Uruguaya
definitiva determino su acaecimiento. Online, cita online UY/JUR/852/2017.

Y en la especie no surge acreditado el Relacion de causalidad. Concepto.


nexo causal imprescindible para que opere “3) El accidente de tránsito que culminara
la responsabilidad que se pretende, ya que el con el fallecimiento del hijo y hermano de los
accidente no se produjo como consecuencia accionantes ocurrió cuando el camión que
del canalón en mal estado, sino en virtud de lo embistió circulaba por la avenida Batlle y
la colisión que sufriera el reclamante con otro Ordoñez a velocidad que no se pudo deter-
birrodado. En efecto es claro que conforme minar contrariamente a lo afirmado por los
el relato de hechos de la demanda, el daño recurrentes (numeral 2º de fs. 17/18 y, 17 a 19
emergente por el deterioro de la moto no tiene de fs. 20). En efecto, no existe prueba alguna
nexo causal alguno con la responsabilidad que abone el exceso de velocidad imputado al
pretendida, ya que no se alega que la misma demandado, tal extremo no surge de la carpeta
se haya menoscabado por haber caído en el de Policía Técnica (fs. 100/124), ni los testigos
canalón. deponentes son medios hábiles para acreditar
Respecto a los daños físicos y morales -que lo pretendido. Es más la prueba reunida abona
dan nacimiento al resto de los daños consis- lo contrario, ya que en la medida no existen
tentes en gastos médicos, de locomoción, lucro huellas de frenada y el camión no se detuvo
cesante, etc. fractura expuesta de tibia y peroné tan lejos del lugar del impacto (vide foto 9 de
izquierdos, infección por contacto con aguas fs. 109, y croquis de fs. 121 donde se desprende
servidas y erosiones varias- no tienen nexo con que la distancia es un poco mayor a 30 me-
el actuar culpable de la Administración. tros). Todo ello lleva a inferir que la velocidad
desarrollada no era desmedida acorde a las cir-
En efecto, inmediatamente antes de la cunstancias del tránsito ya que se detuvo en un
caída del actor dentro del alcantarillado existió trayecto nada anormal a partir de enlentecer
una colisión entre dos motos -donde en una la marcha con la nula visibilidad que tenía en
de ellas viajaba la víctima-, y de la prueba esos momentos. Es más, coadyuvando con lo

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 431


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

precedente se puede relevar la declaración de un efecto dado o sin cuya participación ese
de Jonathan Rodríguez quién manifestó que resultado no hubiera sucedido (véase Suprema
el camión ‘venía normal’ (fs. 127 v.) y en tér- Corte en LJU 13861). Más particularmente,
minos similares también el testimonio de Winz ‘Cuando el daño es el resultado del concurso
(acompañante del chofer demandado fs. 130). de varios acontecimientos, la jurisprudencia
La única declaración discordante que refiere no toma en cuenta, como causas jurídicas, sino
a una velocidad ‘considerable’ es la prestada aquellos que, entre los mismos, han desempe-
por Edilberto Rodríguez (fs. 126 v.) que como ñado un papel preponderante en la realización
se dijera no resulta apta para demostrar el del perjuicio’ (MAZEAUD, H. y L.-MAZEAUD,
exceso de velocidad que debería haber sido J., Lecciones...Parte II vol. II p. 308). La causa-
acreditado por pericia. lidad adecuada (postulada esencialmente por
Von Kries) enseña que no es adecuada la que
Asimismo, se hace caudal en sede de agra- no entraña normalmente las consecuencias
vios a la supuesta distracción del conductor
observadas; reclama una reconstrucción post
del camión (numeral 2º de fs. 17/18, y 17 a 19
factum de los antecedentes del daño y la bús-
de fs. 20) sin embargo tampoco obra en autos
queda de la ‘razonabilidad’ para la determina-
prueba de ello y conviene recordar que éste se
ción de la causa. Además, es esencial el criterio
desplazaba por vía preferencial.
de la proximidad de la causa: el daño debe ser
Ahora bien, lo que no queda duda alguna imputado a quien tiene la última chance de
para la Sala, como bien lo señala el Dr. Tabaré evitarlo (la ‘dernière chance de l’éviter’, al decir
Sosa Aguirre en su voto, es de lo siguiente (…) de STARCK-ROLAND-BOYER, Obligations I, 5
la causa del accidente fue la irrupción de la éd. p.448).’
cabalgadura (equino en el que cabalgaba la
A partir de los conceptos precedentes y
víctima) en la calzada cuando por la misma se
fundamentalmente de tener por acreditado
desplazaban vehículos, entre ellos, el camión
que el factor desencadenante del accidente
que lo embistió.
fue la intempestiva irrupción en la calzada del
Se desconoce si el equino actuó desman- jinete con su cabalgadura es que corresponde
dado o si existió culpa del jinete, razón por la ratificar la desestimación de la demanda en
cual el análisis no puede limitarse a la culpa de todos sus términos. Máxime no cabe más que
la víctima como se hizo en la primera instancia. compartir el análisis de la prueba realizada por
la siempre correcta Magistrado A quo.
Lo relevante es aplicar correctamente
el concepto de relación de causalidad (no Entonces, o se da culpa de la víctima (del
es relevante el régimen reglamentario para jinete al conducir al equino) o el fortuito (1322
cabalgar en zona urbana o suburbana y sus del CC), hecho extraño tanto al demandado
prohibiciones de palmaria ilegalidad en un como a la víctima, irresistible e imprevisible
país como el nuestro). que ha ocasionado el daño y en la medida
que falte la prueba de culpa de la víctima la
‘Es insoslayable al respecto aplicar en solución desestimatoria no se verá alterada
forma correcta la relación de causalidad, ya que tendremos que tener por probada la
ya se postule la teoría de la ‘causa eficiente’ causa extraña.
(PEIRANO FACIO, Resp. extracont. p. 425)
o se sostenga que es más propia del sistema La presunción de culpabilidad y causa-
nacional, la teoría de la ‘causalidad adecuada’ lidad del artículo 1324 CC pueden ser des-
(GAMARRA, Trat... XIX p. 322), lo real y con- truidas por la existencia de causa extraña entre
creto es que se exige que el accionar que se im- otras circunstancias tal como se ha admitido
puta o atribuye a alguien haya sido el productor por la jurisprudencia (ADCU Tomo XXXVI TAC

432 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

4º caso 1014 pag. 469 ; ADCU Tomo XXXV TAC (Sosa, Pérez Brignani, França -r-), La Jus-
7º caso 799 pag. 403 y caso 896 pag. 446 ). En ticia Uruguaya Online, cita online UY/
el caso, surge acreditado que la víctima fatal JUR/1368/2012.
no contaba con preferencia de cruce ya que
pretendía cruzar ‘Propios’ alcanzando a llegar Causalidad jurídica.
al cantero central y lanzándose al cruce de la
“VI) Respecto a si la colocación del tacho
otra acera (conclusión 2º de fs. 102 en carpeta
determina la responsabilidad de la codeman-
de Policía Técnica) sin observar que venía el
dada Colier cabe señalar que la imputación del
camión conducido por el demandado. Pero
daño es una cuestión normativa en el sentido
para el caso de no tener probado tal extremo,
de que el juicio de responsabilidad arriba a la
la otra explicación posible al accidente se
imposición de un deber de resarcimiento al
puede extraer de las declaraciones del testigo
sujeto que, con su comportamiento ha provo-
Jonathan Rodríguez quién depuso a fs. 127 v.
cado el daño. Por lo tanto, hay que distinguir la
que la víctima ‘no miró para atrás que venían
reconstrucción ‘material de la concatenación
autos’, que el caballo no le respondió, que no
le hizo caso, largándose el equino para la calle de los eventos que han producido, el daño (la
de forma sorpresiva sin que al chofer del ca- llamada causalidad material y la reconstruc-
mión embestidor le diera el tiempo de frenar. ción jurídica de los hechos y de la imputación
Esto se compadece con lo que surge de fs 128 (la llamada causalidad jurídica). El nexo de
en cuanto se afirma que la víctima no pudo causalidad cumple diversas funciones, no
contener al caballo que ‘arrancó de golpe’. solo sirve para reconstruir los eventos y la
Todo ello es coincidente con la declaración del coligación entre daño y responsabilidad, sino
acompañante del chofer del camión (Winz, fs. también para seleccionar el área de los daños
130/131) cuando depone que ‘el caballo se le resarcibles’. (Cfm Alpa, Guido; Nuevo Tratado
fue del cantero para la calle delante del camión, de Responsabilidad Civil, jurista editores, 2006,
y no tuvo tiempo de nada’. Instantes luego dijo pág. 415, 416).
que vio ‘al caballo arriba del cantero y cuando
En tal sentido, tenemos que la ubicación
se le fue’ al jinete. Tal declaración es conteste
del tacho en el medio de la ruta así como su
con la brindada en el parte policial a fs. 10.
falta de señalización, implica el desconoci-
En definitiva, la abrupta e intempestiva miento de pautas mínimas de seguridad que
forma en que el caballo con su jinete ingresó a claramente contribuyeron a la producción del
la vía preferencial (sea por la causa que fuere) accidente. En efecto era perfectamente pre-
debe ser catalogada como imprevisible e irre- visible y no fortuito o imprevisible que dada
sistible y enmarcada en la configuración de la su ubicación, y falta de señalización, en las
una causa extraña interruptiva del nexo causal. circunstancias temporo espaciales en que se
Como bien señala el Dr John Pérez Brignani, desarrollaron los hechos , no fuera advertido
‘…ya sea que consideremos culpa de la víctima por los vehículos que se desplazaban en la
como la recurrida o hecho extraño e imprevi- ruta y se produjera una colisión como la que
sible como sostiene el Dr. Tabaré Sosa lo que en los hechos ocurrió.- La demandada no solo
surge palmariamente de la prueba producida no debió dejar el mismo en la ruta, ya que no
es la irresponsabilidad de la demandada por se demostró que tuviera una finalidad especi-
la producción del accidente ya que el jinete fica en dicho lugar, sino que en su caso debió
irrumpió intempestivamente y no pudo evitar señalizarlo adecuamente.
el accidente’.”
Tales omisiones fueron las que en defini-
Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 2º tiva determinaron la producción del accidente.
Turno, Sentencia N °14/2012, de 15/02/2012, No debemos perder de vista que en la hipótesis

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 433


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

de omisión debe examinarse, a la vista de ticia Uruguaya Online, cita online UY/
toda la cadena causal, si la conducta omitida, JUR/226/2016.
habría interrumpido la producción del evento
dañoso. Teoría de la causa inmediata o próxima.

Ello por cuanto, la relación de causalidad “Cuando la causalidad es omisiva, el juicio


por omisión es de tipo lógico y no naturalístico, hipotético consiste en preguntarse qué habría
y por tanto se debe imaginar: de acuerdo con sucedido si la acción hubiere tenido lugar,
siguiéndose la fórmula de la dogmática penal
un juicio hipotético cómo el cumplimiento
que estudia los delitos de omisión impropia
de la conducta debida logra el fracaso de la
donde conforme Mezger (Der. Penal -Parte
producción del evento Asimismo, es necesario
general- p. 241 y ss.), la solución del problema
examinar si dicho comportamiento constituyó
de una llamada causalidad en la omisión, se
un deber legal y si ese derecho violado tenía la
deduce de manera sencilla tan pronto conside-
intención de prevenir la ocurrencia de daño
remos que el fundamento es externo, siendo el
real provocado en concreto: Finalmente, a
eje de la teoría la acción esperada: la omisión
través de un juicio probabilístico, debemos
es causal cuando la acción esperada impide
determinar si la conducta que se omite, si se
el resultado o el resultado no se produce si
hubiere realizado, habría evitado el evento, y
realizamos la acción esperada o exigida.
por lo tanto si se detenía la prueba de la cadena
causal adecuada para la producción de los Entonces, de haberse opuesto a la prefe-
daños que en definitiva debe juzgarse es si un rencia alegada por el actor ejecutante, en tér-
determinado efecto puede ser causalmente minos de probabilidad -conforme se analizará
referido al comportamiento positivo (la ejecu- ulteriormente- sin duda hubiera obtenido el
ción de un acto) o negativo (la no realización cobro preferente que las normas aplicables le
de un acto de una persona). En ambos casos atribuían al BCU y que originariamente había
nos hallamos frente a una conducta causal solicitado en su primera comparecencia a ese
productora de un suceso reprobado por el or- proceso.
denamiento jurídico (Cfm Goldenberg Isidro;
La relación de causalidad en la responsabilidad Que el desconocimiento por parte del
civil; Astrea 1989; pág. 203). tribunal de los derechos del acreedor hipo-
tecario haya sido determinado por eventual
En la especie es claro que correspondía dolo del ejecutante o por error inexcusable de
a la codemandada colier, mantener la ruta la actuaria, no inficiona la causalidad directa
libre de obstáculos y en caso señalizar la rea- existente entre la omisión del profesional y el
lización de trabajos, extremos estos que en daño causado a la hoy accionante. Se estima
grado alguno realizó. Asimismo, a juicio de la que no hay pluralidad de causas ni daños en
Sala emerge de autos de que haber tomado las cascada.
previsiones correspondientes no se hubiera
Es insoslayable aplicar en forma correcta
producido el evento dañoso en virtud del cual
el ‘rapport de cause à effet’, ya se postule la
se acciona.
teoría de la ‘causa eficiente’ (Peirano Facio:
Por consiguiente corresponde condenar Resp. extracont., p. 425) o se sostenga que es
a la mencionada parte al resarcimiento de los más propia del sistema nacional, la teoría de
diversos daños y perjuicios reclamados.” la ‘causalidad adecuada’ (Gamarra: Trat..., XIX
p. 322), lo real y concreto es que se exige que
Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 2º el accionar que se imputa o atribuye a alguien
Turno, sentencia N° 37/2016, de 30/03/2016, haya sido el productor de un efecto dado o sin
(França, Sosa, Pérez Brignani –r-), La Jus- cuya participación ese resultado no hubiera

434 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

sucedido (véase Suprema Corte en LJU 13861). cuenta de las circunstancias especiales de este
Más particularmente ‘Cuando el daño es el caso, también debe tenerse en cuenta que está
resultado del concurso de varios aconteci- prohibido el doble adelantamiento.
mientos, la jurisprudencia no toma en cuenta,
como causas jurídicas, sino aquellos que, En suma, se asiste a pluralidad de causas
entre los mismos, han desempeñado un papel en la producción del accidente pero se estima
preponderante en la realización del perjuicio’ que la concurrencia causal de la víctima fue
(Mazeaud, H. y L. - Mazeaud, J.: Lecciones .., única causa del daño resultante aplicando
Parte II vol. II p. 308). La causalidad adecuada el criterio de distinguir pluralidad de causas
(postulada esencialmente por Von Kries) en- concomitantes y pluralidad de causas suce-
seña que no es adecuada la que no entraña sivas que postula MALINVAUD (Droit Des
normalmente las consecuencias observadas; Obligations, 10ª. ed. p. 486 y ss), esto es, se debe
reclama una reconstrucción post fáctum de los responder por la causa inmediata y directa y
antecedentes del daño y la búsqueda de la ‘ra- en el caso esta no es otra que la irrupción e
zonabilidad’ para la determinación de la causa. interposición súbita del actor que pretendió
Además, es esencial el criterio de la proximidad rebasar a todos los partícipes en ese giro a la
de la causa: el daño debe ser imputado a quien derecha.”
tiene la última chance de evitarlo. Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 2º Turno,
Todo ello permite concluir que el perjuicio sentencia N° 59/2012, de 11/04/2012, (Sosa -r-,
final es imputable al profesional.” Pérez Brignani, França), La Justicia Uruguaya
Online, cita online UY/JUR/983/2012.
Tribunal de Apelaciones en lo Civil del 2º
Turno, sentencia N° 66/2003, de 9/04/2003, Causalidad en daños por productos con de-
(Sassón, Chediak, Sosa –r-), La Justicia Uru- fectos de información. Causalidad por pre-
guaya, Tomo 128-2003, caso 14712, cita online sunción.
UY/JUR/103/2003. “(…) Se tiene pues por parte del pro-
Teoría de la causa inmediata o próxima. ductor, así como del vendedor del producto
la obligación de advertir de los peligros que
“Se advierte que no se configura giro en pueden entrañar su utilización y de sus po-
doble fila puesto que fueron los birrodados, sibles beneficios de tal forma que el consu-
en especial el del actor que se colocó junto midor pueda tomar la decisión de utilizarlo o
al ómnibus a su lado derecho provocándose no con pleno conocimiento de los beneficios
culposamente una artificial doble o triple fila o posibles efectos adversos que conlleva su
con la irrupción del actor. Siendo cierto que uso. Y en la especie a juicio de la Sala no se
las motos estaban junto al bus, es de toda ha advertido por parte de la demandada de
evidencia, lo que no es de dudar que el actor la posible relación entre el uso del producto y
pretendió adelantarse, lo que está prohibido el contraer aplasia medular. En efecto, si bien
por la derecha y asimismo se subraya la prohi- no se encuentra totalmente comprobado, no
bición en las intersecciones porque como dice es menos cierto que, según se desprende de la
GAMARRA (Trat...T. XX p. 98) no sólo porque deposición del testimonio del Dr. Muxi, existe
esta zona permite el tránsito peatonal, por lo un estudio de la FDA, que es una institución
cual los transeúntes pueden resultar víctimas, que rige medicamentos y alimentos en Amé-
sino porque el vehículo que es rebasado obs- rica del Norte, la cual habla en un trabajo de
truye la visual del que lo adelanta, ocasionando una posibilidad de un 0.05 del eventual rela-
colisiones con otros que están realizando la ción entre el Roaccutan y la aplasia medular
maniobra del cruce por la transversal; habida (fs. 657). Dichas conclusiones también son

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 435


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

avaladas por la documentación presentada salud “resulta importante para la apreciación


por la actora a fs. 32 de la cual surge que de del carácter defectuoso del producto tener
27.027 personas que tomaron la medicación en consideración la información relativa a
0.03 tuvieron trasplante de médula con menos los efectos indeseables establecidos en el
de un mes, un 33.3% de uno a seis meses, un prospecto. Un producto peligroso puede no
66.67 % de seis meses para adelante. Asimismo, ser defectuoso siempre que la información
surge del citado informe que el 100% todos relativa a los peligros de utilización y los efectos
hombres edad 2-9 87.50% entre 10 y 19, un indeseables estén correctamente informados.
12.5 de 20 para arriba. Es decir, que tanto el A la inversa el carácter defectuoso de un pro-
caso que nos ocupa como el de los Sres. Adda y ducido puede resultar de la insuficiencia de
Pereira se encuentran dentro de los parámetros las advertencias contenidas en la información
señalados por el Estudio señalado. inserta en los prospectos. La apreciación de la
seguridad legalmente esperada puede ser de-
Otro aspecto importante es que la deman- terminada por la información proporcionada
dada estaba en conocimiento de la denuncia por el fabricante. La información del fabricante
de 6 casos de insuficiencia de la médula, o sea, sobre los riesgos del producto es un elemento
asociados con Isotretinoina (fs 1154). Cabe primordial de apreciación del defecto” (Cfm.
destacar que, si bien en los estudios reseñados Larroumet, Christian, Droit Civil, Tomo V, Les
anteriormente no se llega a una conclusión de- obligations, La responsabilité civile extracon-
finitiva, no es menos cierto que en todos ellos tractuel, Edit. Económica, 2007, Pag. 653). Y
se detalla la asociación de la utilización del fár- en la especie no debemos perder de vista que
maco con el advenimiento de enfermedad en la información sobre el posible vínculo existía
la médula ósea y que ningún profesional puede y no era ignorada por parte del fabricante y
descartar en forma absoluta la posible pro- como tal tenía la obligación de informarla en
ducción. Por consiguiente, el fabricante tenía sus justos términos extremo este que en el caso
la obligación de informar posibles riesgos de no aconteció.
la medicación en sus justos términos, es decir,
que se habían dado una serie de casos que se IV) (…) Por tanto, la defensa de que el
habrían asociado a la enfermedad, aunque medicamento no produce aplasia medular
no comprobados, ya que no debemos perder y que la padecida por el actor fue de causa
de vista que la información no solo permite desconocida, no es suficiente para impedir el
tomar una decisión adecuada, sino también progreso de la demanda. La recurrente debió
prevenir daños. Y esta es también la función acreditar que la enfermedad que sufrió el actor
de la información en materia de derecho del se debió a un problema ajeno a la toma del
consumo, ya que las modernas manifesta- medicamento, extremo este que en el caso no
ciones del derecho del consumo tienden a aconteció. Como expresara la Sala en anterior
prevenir más que a reparar (Cfm. Szafir Dora, pronunciamiento, citando a Mosset Iturraspe
Consumidores, pag 386). No debemos perder (Resp. Civ. del Médico, p. 256), quien expresa
de vista que, en el caso de productos o servicios que frente a la flexibilidad y amplitud de la
peligrosos, como el que nos ocupa, “se parte de ‘causa jurídica’ sorprende la estrechez y limi-
la idea de que si el consumidor accede a estos tación conceptual de la denominada ‘causa
productos o servicios debe hacerlo estando de- médica’. Privan en ella los criterios de proxi-
bidamente informado, conociendo cuales son midad y de eficacia. Frente a una sucesión de
los riesgos que asume. Ello es muy importante hechos el científico de la medicina se afana
para prevenir daños” (Cfm. Ordoqui, Gustavo, en encontrar el decisivo, predominante, único
Derecho del Consumo, Ediciones del Foro, como factor etiológico. Si no puede hallarlo, lo
2000, pag, 13). En el caso de los productos de cual es bastante normal, prefiere evitar expe-

436 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

dirse sobre la causa, alegando que permanece procesos por reclamaciones por afectación a
oculta, desconocida, no manifestada de ma- la salud y tomar nota de sus resultancias, in-
nera suficiente (Cfm. Sentencia 296/2011 de teresarse, venir a las audiencias y conocer las
la Sala). En este orden, es dable señalar que es sentencias que se dicten.”
difícil en el caso de los productos de la salud
acreditar el rol causal de este producto. Por Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 2º Turno,
consiguiente, una atenuación del concepto sentencia Nº 95/2017, de 21/06/2017, (Sosa,
de causalidad se impone a propósitos de pro- França, Pérez Brignani -r-), La Justicia Uru-
ductos de medicamentos porque no es posible guaya Online, cita online UY/JUR/134/2017.
de establecer realmente un nexo de causalidad Pluralidad de causas.
directo y necesario. Por consiguiente, debe
contentarse con una presunción suficiente “Descartado el equivocado enfoque de la
basada en presunciones, graves, precisas y reclamante el Tribunal es de la opinión que en
concordantes (Cfm. Droit de la Responsabilite la especie no se configura responsabilidad por
et des contrats, Reimes d’indemnisation 2014- ausencia de un elemento esencial de la misma
2015, Edit Dalloz, 2014, pág. 1296-1297). Y en cual es la relación de causalidad entre el ilícito
la especie, de un análisis de las probanzas pro- culposo (infracción a norma legal o regla-
ducidas emergen una serie de presunciones, mentaria) y el daño, sin necesidad de ingresar
graves y concordantes que avalan la hipótesis siquiera al análisis de la eximente (ubicada
de la producción del daño como consecuencia en el plano de la relación de causalidad) del
de la utilización del medicamento a saber: 1) hecho de tercero.
De la Historia clínica surge que el paciente
solo recibió Roaccutan; 2) Existen en Uruguay Como ha señalado reiteramente esta Sala:
tres casos de aplasia frente al consumo del ‘Es insoslayable al respecto aplicar en forma
fármaco; 3) El caso se encuentra dentro de los correcta la relación de causalidad, ya se pos-
parámetros analizados en la información de fs. tule la teoría de la causa eficiente (PEIRANO
32; 4) La aplasia tiene un origen toxico (fs. 660); FACIO, Resp. extracont. p. 425) o se sostenga
5) Existe una relación temporal con la toma del que es más propia del sistema nacional, la
medicamento declaración de Muxi ( fs. 657); teoría de la causalidad adecuada (GAMARRA,
6) Ningún profesional ni siquiera la Dra. Cin- Trat... XIX p. 322), lo real y concreto es que se
cinelli dependiente de la demandada puede exige que el accionar que se imputa o atribuye
descartar en forma absoluta que pueda dar a alguien haya sido el productor de un efecto
aplasia medular (fs. 837); 7) La aplasia puede dado o sin cuya participación ese resultado
producirse como consecuencia de una falla de no hubiera sucedido (véase Suprema Corte
las tres series que pueden verse alteradas por en LJU 13861). Más particularmente ‘Cuando
el medicamento. el daño es el resultado del concurso de varios
acontecimientos, la jurisprudencia no toma
V) Respecto a la comunicación al MSP: en cuenta, como causas jurídicas, sino aque-
no es de recibo el agravio desde que al igual llos que, entre los mismos, han desempeñado
que la obligación de comunicar delitos, se un papel preponderante en la realización del
debe poner en conocimiento de la policía de perjuicio’ (MAZEAUD, H. y L.-MAZEAUD, J.,
la salud que incumbe al MSP lo concerniente Lecciones...Parte II vol. II p. 308). La causa-
a una posible existencia de principio activo lidad adecuada (postulada esencialmente por
en un medicamento autorizado, que sea Von Kries) enseña que no es adecuada la que
riesgoso para la salud. Cabe señalar, además, no entraña normalmente las consecuencias
que los procesos judiciales son públicos y los observadas; reclama una reconstrucción post
inspectores del MSP bien pueden conocer los factum de los antecedentes del daño y la bús-

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 437


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

queda de la ‘razonabilidad’ para la determina- de dudar que el actor pretendió adelantarse, lo


ción de la causa. Además, es esencial el criterio que está prohibido por la derecha y asimismo
de la proximidad de la causa: el daño debe ser se subraya la prohibición en las intersecciones
imputado a quien tiene la última chance de porque como dice GAMARRA (Trat...T. XX p.
evitarlo (la ‘dernière chance de l’éviter’, al decir 98) no sólo porque esta zona permite el tránsito
de STARCK-ROLAND-BOYER, Obligations I, 5 peatonal, por lo cual los transeúntes pueden
éd. p.448). (No. 231/04). resultar víctimas, sino porque el vehículo que
es rebasado obstruye la visual del que lo ade-
El nexo causal no es definido por el art. lanta, ocasionando colisiones con otros que
1323 del C. Civil (sólo excluye las causas su- están realizando la maniobra del cruce por
cesivas siguiendo las enseñanzas de Pothier), la transversal; habida cuenta de las circuns-
lo indispensable es la exigencia de una causa- tancias especiales de este caso, también debe
lidad directa. tenerse en cuenta que está prohibido el doble
Cabe postular entonces que siendo causas adelantamiento.
los acontecimientos que producen normal-
En suma, se asiste a pluralidad de causas
mente la consecuencia, no es razonable ni
en la producción del accidente pero se estima
por tanto causa próxima, con criterio de re-
que la concurrencia causal de la víctima fue
gularidad o probabilidad (GAMARRA, Trat…
única causa del daño resultante aplicando
XIX p. 319) que por el hecho de ingresar a un
el criterio de distinguir pluralidad de causas
local de cobranzas que no cuente las cautelas
concomitantes y pluralidad de causas suce-
de seguridad contra asaltos a mano armada, se
sivas que postula MALINVAUD (Droit Des
produzca –normal o generalmente- la muerte
Obligations, 10ª. ed. p. 486 y ss), esto es, se debe
por disparos de arma de fuego de quien ha
responder por la causa inmediata y directa y
ingresado a efectuar allí un pago’.
en el caso esta no es otra que la irrupción e
Aplicando el criterio de distinguir plura- interposición súbita del actor que pretendió
lidad de causas concomitantes y pluralidad rebasar a todos los partícipes en ese giro a la
de causas sucesivas que postula MALINVAUD derecha.”
(Droit Des Obligations, 10ª. ed. p. 486 y ss), esto
Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 2º Turno,
es, se debe responder por la causa inmediata
sentencia N° 59/2012, de 11/04/2012, (Sosa -r-,
y directa, en el caso no hay otra que la relativa
Pérez Brignani, França), La Justicia Uruguaya
al accionar de los delincuentes.”
Online, cita online UY/JUR/983/2012.
Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 2º Turno,
Causalidad y prevención del daño.
sentencia Nº 113/2017, de 02/08/2017 (França,
Sosa -r-, Pérez Brignani), La Justicia Uruguaya “Y como afirma el Dr. Andres Mariño: ‘En
Online, cita online UY/JUR/1201/2017. el Derecho del Consumo, el paradigma de la
Pluralidad de causas. precaución incide con particular fuerza. No
sólo en la específica inhibición de conductas
“Pero trasladando ello al caso de autos, se potencialmente dañosas (tutela inhibitoria) y
advierte que no se configura giro en doble fila en la imputación causal sin certeza científica
puesto que fueron los birrodados, en especial absoluta (causalidad verosímil), sino también,
el del actor que se colocó junto al ómnibus a en la obligación de informar al consumidor. Se
su lado derecho provocándose culposamente amplia el elenco de sujetos que están obligados
una artificial doble o triple fila con la irrupción a informar, así como el de los individuos que
del actor. Siendo cierto que las motos estaban deben ser informados. Se modifica su con-
junto al bus, es de toda evidencia, lo que no es tenido: la información debe comprender los

438 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

daños plausibles o potenciales para una parte de la responsabilidad, específicamente de la


significativa de la comunidad científica. Y en comisión de un hecho ilícito del demandado
concordancia con esta línea tuitiva, se exige causalmente hábil para provocar el resultado
que se informe el riesgo específico y las ac- dañoso.
ciones a seguir una vez acaecido el daño para
minimizar sus efectos.’ ( Cfm Mariño López, Y esa prueba ha de ser plena, sin dejar
Andrés. La transformación de la obligación dudas razonables. En el caso de autos, como
de informar al consumidor. Incidencia del se viera, tales dudas se plantean con base a dos
paradigma de la precaución en el derecho del hechos objetivos: que el vehículo del deman-
consumo, LJU online). dado no salió de su senda antes de la colisión,
más allá del viraje que dice haber efectuado,
En suma: Existe la obligación del prevenir y que el choque se produjo en la senda de su
el daño y en consonancia se debe informar circulación.
sobre los posibles riesgos para la salud y segu-
Tales hechos objetivos son el fundamento
ridad que implica la utilización del producto
de la afirmación del perito en tanto establece
que ofrece a la venta.
como única causa de la colisión la invasión
Se tiene por parte tanto del productor, de senda contraria por uno de los bi-rodados;
como del vendedor del producto la obligación hecho éste que determinó el efecto final de
de advertir de los peligros del bien vendido y choque de ambos. En ese marco resulta la
las precauciones que deben adoptarse para su intrascendencia de la velocidad desplegada
uso o manipulación.” por el accionado, y la verificación de dudas
razonables que impiden la atribución de culpa
Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 2º a éste, en la medida, se insiste, en que era carga
Turno, sentencia N° 96/2013, de 5/06/2013, de los actores demostrar tal extremo.
(Pérez Brignani -r-, França, Sosa), La Justicia
Uruguaya, T. 148-2013, caso 16579, cita online Por otra parte, tampoco se coincide con la
UY/JUR/500/2013. distinguida a-quo, en cuanto a la atribución de
una conducta ilícita –negligente- del deman-
dado, en atención a la previsión de que podía
TRIBUNAL DE APELACIONES EN LO suceder dicha invasión, con base en la habi-
CIVIL DE 3º TURNO. tualidad de uso de la ruta donde se produjo.

Nexo causal. Existencia. Si, como se viera, y se destacara incluso


en la atacada, la velocidad no fue causa del
“En el caso está fuera de toda duda la inva- siniestro, la maniobra de viraje del Sr. Fresnedo
sión de senda por parte de una de las víctimas, respondió a una circunstancia no provocada
que conducía con un nivel altísimo de alcohol por él, sino por una de las víctimas. Dadas las
en sangre (1,5), y no hay prueba científica condiciones espacio temporales y climáticas,
que establezca que de haber circulado el Sr. frente a la invasión de la senda por donde cir-
Fresnedo a una velocidad menor, se hubiere culaba por parte de otro vehículo, la maniobra
evitado el accidente. de evitación era una consecuencia normal.
Por ende, dadas las especiales caracterís- En suma, no solo deben descartarse los
ticas del hecho, en que por tratarse de coli- agravios de los adherentes en cuanto a la in-
sión entre vehículos en movimiento supone cidencia de la conducta del demandado en la
la neutralización de cualquier presunción causalidad del hecho, sino que corresponde
emergente del art.1324 C.Civil, correspondía acoger los agravios del apelante `principal, en
a los accionantes la prueba de los elementos el sentido de que no está probado que dicha

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 439


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

conducta tuviera relevancia para su produc- Entonces, si el conductor del camión bajó
ción. Razones estas que conducen a la revo- a realizar el control de rutina, kilómetros antes
catoria de la impugnada, con la consecuente del accidente, tal como lo declara el Sr.Tabarez
desestimatoria de las demandas de ambos e indica en Sede penal el testigo Pereira, evi-
acumulados.” dentemente no actuó en la ocasión con la
diligencia del buen padre de familia, dado que
Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 3º
no realizó el ajuste de tuercas en las ruedas que
Turno, sentencia N° 202/2014, de 20/10/2014,
(Cardinal –r-, Alonso Flumini, Opperti), La poco después se desprendieron.-
Justicia Uruguaya, T. 150/2014, suma 150076, Era carga de la parte demandada probar
cita online UY/JUR/790/2014. que, se obró en la circunstancia con la dili-
Teoría de la causa eficiente. gencia de un buen padre de familia para pre-
venir el daño (art.1324 del C.Civil), lo que no
“En primer término, la Sala especialmente se ha cumplido.”
integrada no encuentra de recibo los agravios
formulados respecto a la responsabilidad. Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 3º
Turno, sentencia N° 66/2015, de 30/04/2015,
Las alegaciones de la apelante que apuntan (Cardinal, Alonso Flumini –r-, Opertti), La
al mantenimiento del camión y su habilitación Justicia Uruguaya Online, cita online UY/
para circular, no enervan la imputación de res- JUR/2551/2015.
ponsabilidad, en tanto resultan en la especie
ajenas a la causa eficiente que provocara el
accidente. TRIBUNAL DE APELACIONES EN LO
CIVIL DE 4º TURNO
La causa eficiente del siniestro -según
dictamen del Gabinete de Accidentología de Responsabilidad in sólidum.
Policía Técnica- fue el desprendimiento de
dos ruedas del tercer eje flotante de la zorra “VIII) En lo sustancial, interpretada la
del camión, propiedad de la empresa deman- demanda de conformidad con los criterios ge-
dada, impactando una de ellas en el automóvil nerales de aplicación en la materia (Odriozola,
que conducía el Sr. Kemayd, provocando la Judicatura, Nº 10, Año I, pág. 244 y ss.) surge
pérdida de control y posterior impacto contra que se pretende indemnización por daños y
un camión que circulaba en sentido contrario, perjuicios ocasionados al menor Ignacio el
con el fatal resultado de cuatro fallecimientos. 26 de junio de 2010 en esa fecha de 13 años
de edad en el accidente ocurrido cuando se
Tal como lo expresó el Sr. Juez a-quo en
encontraba practicando fútbol para el Club
impecable análisis, no estamos ante una falla
Atlético Peñarol en la cancha de la Fuerza
de mantenimiento o contralor, ni cabe la ex-
cusa de que se cumplieron con las exigencias Aérea (MDN) cuando uno de los arcos de
inspectivas administrativas. El accidente se hierro se cayó encima del menor que estaba
produjo porque no se colocaron debidamente en su puesto de arquero ocasionándole graves
las tuercas de fijación de las ruedas. daños en la cabeza y en la boca.

Se constató la falta de espárrago (tornillo) IX) De acuerdo a lo que surge de autos


y deformación de otro, además de deforma- el Club Atlético Peñarol y la Brigada Aérea
ciones en los orificios correspondientes a los (MDN) otorgaron un Contrato –denominado
espárragos de las ruedas, lo que es indicativo de Prestación de Servicios (fs. 36), con fecha 10
que el camión circuló con las tuercas flojas, de junio del 2010)- que se encontraba vigente
hasta el desprendimiento de las dos ruedas. en el momento del accidente.

440 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

En virtud de dicho contrato el contratista, Nacional no refiere a si existen arcos fijos o


la Brigada Aérea, prestaba servicios de alquiler móviles (fs. cláusula sexta de fs. 36).
de dos canchas de fútbol tres veces a la semana
en los turnos matutino y vespertino así como Pero también surge que el accidente
la utilización de los ducheros para el aseo de ocurrió en un ARCO MOVIL según lo expresa
los jugadores a cambio del pago del arrenda- la actora en la demanda (núm. 4 fs. 139) y se
miento estipulado. extrae del parte policial (fs. 15 vta.).

Por otra parte existía entre los padres de El MDN afirmó en el escrito presentado en
Ignacio y el Club mencionado una relación oportunidad de la intimación practicada que
de instrucción deportiva en virtud de la cual el ‘no cuenta con arcos móviles’ (fs. 251).
menor practicaba en el Club Atlético Peñarol
Dicha afirmación resulta contradicha por
como aspirante (fs. 37) haciéndolo el día del
los testimonios de N. Goncálvez (fs. 288 vto.) y
accidente en la cancha arrendada.
R. Lima (fs. 292 vto.) atribuyendo la propiedad
Lo antedicho determina que existiendo de los arcos a la Fuerza Aérea no habiéndose
una obligación preexistente que vincula a los aportado prueba eficaz en contrario por parte
representantes legales del menor lesionado del MDN.
con el Club Atlético Peñarol resultan aplicables
a su respecto las disposiciones legales que ‘Esos arcos móviles son de la Fuerza Aérea,
regulan la responsabilidad contractual. estaban puestos ahí’. (fs. 289) ‘Ellos nos de-
signan el lugar y ya está armado cuando lo en-
En relación a los familiares accionantes la tregan a Peñarol, menos la utilería de Peñarol
pretensión reparatoria encuadra en el ámbito que tienen un utilero que lleva las pelotas, la
de la responsabilidad extracontractual, así ropa. La cancha y donde están los arcos nos en-
como, también en relación al MDN (Respon- tregan la Fuerza Aérea. Estos arcos móviles es
sabilidad del Estado). común que estuvieran son arcos que se ponen
para hacer un espacio reducido’. (fs. 289 vta.).
X) En este contexto debe verse, inicial-
mente, por su relevancia en el caso, que la Preguntado: ‘Es habitual o pasa que un
prueba es contradictoria respecto a si en la cuadro cuando alquila una cancha lleve arcos?
cancha donde se desarrolló el partido de fútbol A mí no me pasó. Supongo que será algo muy
existían arcos fijos o móviles y cuál de las partes trabajoso, no sé otros cuadros. En Peñarol
los proporcionaba. nunca pasó.’ (fs. 290).
Al contestar la demanda el MDN expresó Y Robert Lima Fonseca expresó: ‘Cuando
que de acuerdo al contrato suscripto entre las llegamos a las canchas, se hace el calenta-
partes el mismo debía tener las canchas dis- miento. Los arcos ya estaban ahí. En el caso
ponibles para su utilización ‘con sus ARCOS eran arcos móviles. Es común que se entrene
FIJOS y reglamentarios’ y así se le entregó a en arcos móviles. (fs. 292 vta., 293).
Peñarol para que hiciera la práctica (fs203 vto.)
y ‘Peñarol recibe la cancha con ambos arcos Preguntado si sabe si los arcos móviles
fijos, nada más ‘ (fs. 205 vto.), afirmando que la los puso Peñarol o se los dio quien les alquiló
FAU nada tiene que ver con los arcos móviles. las canchas contesta; ‘Ya estaban puestos, la
misma gente de la Fuerza Aérea’.
Lo antedicho debe interpretarse como una
admisión de que se entregó la cancha con arcos Preguntado si es común que un equipo
fijos, pese a que en el contrato entre el Club cuando alquila una cancha tenga que llevar
Atlético Peñarol y el Ministerio de Defensa los arcos contesta: ‘No. Los elementos que

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 441


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

llevamos nosotros son las pelotas, chalecos, El negocio es un acto humano de impor-
conos. Los arcos ya están en el alquiler’ (fs. tancia social, fruto de consciente iniciativa
293 vta.). y por tanto de libertad, es un acto a cuyas
consecuencias aún onerosas, debe el autor so-
Los declarantes son testigos necesarios meterse en el mundo social y, por tanto, fuente
por su conocimiento directo de los hechos de auto responsabilidad’ (Extracto de Teoría
al encontrarse en el lugar en el momento del General del negocio jurídico en IUDAU, Año
accidente y brindar una versión razonable VII, N°20, págs. 69-70); sentencias Nos. 38 y
de los hechos y conforme con la regla de la 165/09 y 201/11 de esta Sala’ Sent. N° 286/2011
experiencia. de 12 de octubre de 2011.
El traslado de los arcos en cada partido por La valoración unitaria y racional del mate-
parte de quien arrienda la cancha, es una cir- rial probatorio incorporado (arts. 140 y conc.
cunstancia que por su excepcionalidad debió C.G.P.) conduce a la conclusión de que el Club
resultar claramente acreditada por parte del Atlético Peñarol es responsable en relación a
MDN, lo que en definitiva no ocurrió. las consecuencias dañosas del accidente aun
cuando los arcos fueran proporcionados por
Y a lo expresado se agrega que, contraria- la Fuerza Aérea, en virtud de la relación con-
mente a lo que expresa el MDN, los términos tractual que lo vincula con el lesionado y de
del contrato no son claros. la obligación de seguridad respecto al menor
de edad (13 años) que no fue debidamente
En este sentido, resulta esclarecedor lo
observada.
expresado por el TAC de 6° Turno: ‘En sede
de negocios jurídicos se trata al decir de Betti En cumplimiento de la obligación de se-
de las cargas de sagacidad y claridad que per- guridad que nace del contrato, ‘el titular del
filan la necesidad de una cierta y determinada establecimiento ... deberá, en consecuencia,
forma de comportamiento a riesgo de soportar adoptar todos los medios y precauciones que
las consecuencias desfavorables de su actuar resulten necesarios para que el daño no se
negligente’. produzca’ (Reyna, pág. 25).

En las palabras del jurista: ‘Para evitar ‘La diligencia que debe desarrollar el
luego que la eficacia del negocio se entienda centro educativo en la ejecución de la obli-
más allá de los confines previstos incumbe gación de prevenir daños a los alumnos, está
a la parte un ejercicio vigilante y sagaz de la determinada por el art. 1344.
autonomía que el Derecho le reconoce, desde
luego en su favor, pero también a su propio El inciso segundo prevé que es la corres-
pondiente al buen padre de familia y el inciso
riesgo. Al describir la carga de la sagacidad
tercero gradúa esa diligencia de acuerdo a las
dice el autor de la cita que en el acto que da
circunstancias específicas del contrato de que
vida a un negocio jurídico le incumbe a la parte
se trate.
‘estar atenta a cuanto dice o hace, además de
conocer los términos y el significado de la Como consecuencia, el centro educativo
declaración que emite y representarse exacta- debe desarrollar una diligencia superior a la
mente la situación de hecho sobre suya base se media, correspondiente al profesional que
determina el negocio; le incumbe, sobre todo, toma a su cargo el control de niños y adoles-
una carga de claridad, en el sentido de fijar de centes en forma profesional con los riesgos que
manera inequívoca y fácilmente reconocible, ello conlleva’. (Mariño, A. ‘La responsabilidad
en cuanto le interesa, el valor vinculante del de los centros educativos...’, A.D.C.U., T. XXXV,
negocio que concluye. págs. 769 y ss.).

442 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

Y Gamarra, convocando la opinión de Presunción de causalidad.


Savatier, precisa que: ‘De acuerdo con este
criterio todas las guarderías infantiles (Jardín “6) La demandada no ha probado que la
de Infantes) sin distinción quedarían regidas presunción culpabilidad, causalidad deba ser
por una obligación de seguridad, conclusión destruida por el hecho de la víctima y con-
que debe compartirse (y extenderse a otras cretamente por un defecto de la instalación
situaciones análogas, como es el caso de los interna que provocó un cortacircuito como
clubes deportivos). fuente de ignición.

Aquí la ‘cosificación’ asume su mayor La existencia de reclamos anteriores por


intensidad, porque el niño está privado de cortes de energía eléctrica, de que dan cuenta
discernimiento y ésta circunstancia impone los testigos Vignolo, Fraga y Cambón no re-
al vigilante (que tiene todos los poderes del visten particularidades en relación a los que
caso) un deber de cuidado particularmente efectuaban otros vecinos que han prestado
calificado, obligación de seguridad resultado’ testimonio en autos.
(‘Tratado...’, T. XX, ed. 1988, págs. 92 – 93). Si hubiera existido algún defecto en la
instalación U.T.E. debió haberlo relevado en las
Enseña Gamarra que ‘la ausencia de culpa
visitas ordenando al usuario la regularización.
no es suficiente para absolver al deudor de una
obligación de resultado de responsabilidad. Desde que el contrato de suministro de
energía eléctrica fue suscrito en el año 2000
En materia de incumplimiento lo que
fs. 14 cabe presumir que la instalación de la
cuenta es el resultado y no la mera diligencia
vivienda se ajustaba a las disposiciones regla-
del obligado...; en este tipo de obligación úni-
mentarias de U.T.E. vigentes desde 1995.
camente hay cumplimiento cuando el resul-
tado es conseguido y por la razón antedicha es El hecho de que la única vivienda incen-
apreciado objetivamente, vale decir, se trata de diada fuera la de los actores no habilita pre-
constatar si tal o cual hecho preciso y determi- sumir que la causa del siniestro fue un defecto
nado aconteció o no, sin examinar la conducta de instalación eléctrica de la vivienda.
del deudor...’(Tratado, T. XX, 1993, p. 91).
También otros vecinos sufrieron las con-
Por último, corresponde establecer que la secuencias de la sobretensión generada. Asi a
caída del joven enredado en la red y el esfuerzo Ruben Olivera se le quemó una heladera (fs.
por zafarse no pueda dar origen, desde la pers- 344) y Luis Quintana comprobó que la llave
pectiva de lo que normalmente acaece, a que térmica subía y bajaba. Desenchufó todo pero
el arco se quiebre, caiga y lesione al arquero, era tarde Las cosas no funcionaban Perdió el
lo que conduce a concluir que no existió en disyuntor y una llave que controla la lata y baja
la especie el hecho de la víctima pretendido. tensión que quedó totalmente carbonizada
(fs. 347).
Siendo así y de acuerdo a lo examinado
precedentemente debe concluirse que ambos Y el perito establece que la sobretensión
demandados deben contribuir in solidum a la trabaja sobre cualquier material eléctrico y
reparación de los daños y perjuicios causados.” puede dañar la aislación por lo que puede
dañar a uno, dos o tres clientes. No tiene
Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 4° porque dañar a todos no es ciencia exacta (fs.
Turno, sentencia N° 133/2016, de 28/09/2016, 503).
(Maggi -r-, Pereyra Sander, Turell), La Jus-
ticia Uruguaya Online, cita online UY/ El estado de la llave IPC o llave limitadora
JUR/1701/2016. y el del contador que no fueron destruidos por

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 443


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

el fuego no significa que la vivienda no hubiera En la necesaria distinción entre el da-


estado sometida la sobretensión derivada de ño-evento, a cuyo respecto resulta relevante
la caída de los cables exteriores. el nexo causal, y el daño-consecuencia, al
que dicho elemento de la responsabilidad ex-
La pericia señala que las corrientes de de- tracontractual, y también la estatal por hecho
fecto a tierra por falla de aislamiento originado ilícito, es ajeno (Gamarra, Tratado... T. XIX p.
por una sobretensión temporaria entre fase y 327 y ss.), no puede dudarse de que para la
tierra pueden tener valores por debajo de los ley patria (arts. 1319, 1320, 1322, 1324, 1326,
niveles de disparo de los dispositivos de pro- 1328, 1329, 1330, 1331 y conc. C.C.), no hay
tección contra sobrecorrientes (interruptores civilmente responsable cuando el daño sufrido
termomagnéticos o fusibles debido a que son por la víctima no está causalmente ligado al
defectos de alta resistencia muy bajos. Ello comportamiento del reclamado, para el caso
explicaría que la llave limitadora no hubiera la administración, debiéndose deslindar en el
operado como mecanismo de protección cor- plano jurídico los antecedentes o condiciones
tando la luz y no se hubiera destruído. del evento dañoso y la causa del mismo,
configurándose ésta por los acontecimientos
Y por último cabe señalar que la pericia que producen normalmente la consecuencia,
descarta como probable fuente eléctrica de según criterios de regularidad o probabilidad,
ignición corrientes de cortacircuito producidas que en el fondo se confunden con la previsibi-
por mal funcionamiento del equipo eléctrico lidad, posibilitándose la conclusión, de que la
de la vivienda ya que la corriente no quedaría causa es adecuada cuando se presenta como
establecida en forma permanente sino que probable, y por tanto regular, razonablemente
sería interrumpida en un tiempo mucho previsible (Gamarra, op. cit., p. 319 y ss., 321 y
menor que el transcurrido entre que se repuso ss.; ADCU, T. XXV c. 984, T. XXVI c. 661, etc.).
el servicio en la vivienda 18 horas y la hora en
que se dio aviso a la Dirección Nacional de En tal sentido, y en la plataforma fáctica
Bomberos (fs. 20 y 35). relacionada, no puede abonarse la razonable
y meditada conclusión de que las salidas tran-
El alegado hecho de la víctima con in- sitorias autorizadas deban reputarse condición
cidencia causal en el resultado lesivo no se que produjo ‘adecuadamente’ un determinado
encuentra probado en autos. La demandada efecto, para el caso el trágico homicidio veri-
no dio cumplimiento a la carga que la gra- ficado, en tanto éste se considera razonable-
vaba.” mente previsible, resultando aquéllas, en de-
finitiva, condiciones del acontecido, en tanto
Tribunal de Apelaciones en lo Civil del 4º permitieron el sostenimiento de la relación
Turno, sentencia N° 53/2012, de 29/02/2012, entre víctima-victimario, cuando este último
(Maggi, Turell, Méndez -r-), La Justicia Uru- incumplió con las actividades laborales para
guaya Online, cita online UY/JUR/1079/2012. las que aquéllas fueron habilitadas y se reu-
nieron en la finca en que residía el nombrado,
Teoría de la causa adecuada. aun de admitirse las omisiones de contralor
referenciadas.
“Pero, y en lo fundamental, estima la Sala
que el otorgamiento de salidas transitorias, que A diferencia, el insuceso ventilado debe
no puede ser considerado como improcedente, de entenderse causalmente conectado a la
aun en las imperfecciones de mención, como patología de la vinculación sentimental, y pre-
señala con pulcritud el sentenciante a-quo, no cisamente a las condiciones de personalidad
admite ser reputado causalmente conectado al del prefallecido Ojeda e incluso a las propias de
evento dañoso generado. la damnificada, habida cuenta que a pesar de

444 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

los episodios antecedentes que determinaron minorado la velocidad y no intentar maniobra


el procesamiento del nombrado por reiterados de frenaje que contribuyó decisivamente al
malos tratos, persistió en el relacionamiento evento dañoso (fs. 2, 189, 267-270, 308-310,
con el mismo, exponiéndose innecesaria- 310-312, etc.).
mente a los riesgos y peligros posibles del
referido trato cotidiano, presumiblemente, en Porque como señala Gandolfo (fs. 296-297)
sus padecimientos sicológicos denunciados y se infiere del número de accidentes propor-
(fs. 11-15, etc.), que no desembocaran en cionales al flujo de vehículos que transitan por
declaratoria de incapacidad, pero que posibi- la zona (fs. 189) los riesgos de accidentalidad
litaran que aquélla desplegara una conducta (ocasión del evento) resultaban superables
no totalmente prudente en el sostenimiento por la adopción de precauciones por los con-
de la relación sentimental y de convivencia ductores.
de marras.” En suma, cuando la accionante no
Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 4º Turno, logró desembarazarse adecuadamente del
sentencia N° 134/1998, de 4/11/1998, (Larrieux, ‘onus-probandi’ de su cargo (arts. 137, 139 y
Tobía, Turell), La Justicia Uruguaya, T. 119-1999, conc. CGP) en punto a acreditar vicios cons-
suma 119037, cita online UY/JUR/356/1998. tructivos o incumplimientos de obligaciones
de mantenimiento y señalización, que pu-
Causalidad adecuada. Riesgo de accidenta- dieran entenderse causalmente conectadas
lidad. Prevención. con el insuceso, al que concurre reprobable
conducción del accidentado, procede amparar
“Con tales entendimientos, no puede en forma contextual los agravios de la exclusiva
sostenerse que la existencia de pavimento res- condenada y desestimar los propuestos en vía
baladizo se constituya en causa determinante adhesiva, por descartarse las responsabili-
del insuceso ventilado. dades imputables a los co-demandados, lo que
Particularmente, cuando no puede con- determina se torne innecesario examinar los
cluirse en que el vuelco haya resultado ines- introducidos sobre los rubros pretendidos (…)”.
perado o imprevisible por la sola circunstancia Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 4º turno,
de tramo de ruta resbaladizo. sentencia N° 136/2002, de 26/06/2002, (Turell,
Debe de verse, que en la zona había Tobía, Larrieux), La Justicia Uruguaya, T. 126,
funcionarios policiales desplegando tareas y suma 126036, cita online UY/JUR/230/2002.
que existía balizamiento, como lo admite la Teoría de la causa verosímil.
promotora, habiéndose ubicado una unidad
policial 500 mts. antes del lugar previendo las “Se sostiene que la instalación de U.T.E.
dificultades de circulación (fs. 23-32, 308-310, para el suministro del servicio público de
310-312). energía eléctrica en la subestación aérea Nº
3885 sería la causa de la afección a la salud
Lo que destaca, por razonabilidad, que la del Sr. Ignacio Soggetti Rumbo (fs. 111 y
conducción en la emergencia del chofer del 111vto.).
vehículo siniestrado deba de ser reprochada;
porque si conocía la zona, circulaba con un No se ha incorporado la Historia Clínica
rodado de cierta antigüedad (modelo 1969) del joven ni tampoco se ha solicitado prueba
sobre el que se desconoce en integralidad pericial al respecto, dichos elementos proba-
estado de mantenimiento (frenos, cubiertas, torios serían indispensables para valorar, la
etc.) cargado con 13.000 kilos de pintura, posible y específica relación de causalidad que
avistado de los obstáculos debería de haber se pretende entre las radiaciones electromag-

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 445


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

néticas de la subestación mencionada, cercana todos los elementos de la responsabilidad


al domicilio del joven, con sus problemas de movilizada.
salud.
En efecto, con respecto al factor de atri-
El apelante sostiene -y en tal sentido se bución, no se comparten las imputaciones de
apoya en prestigiosa doctrina- que cuando conducta activa u omisiva de carácter culposo
una actividad amenaza con dañar la salud aludidas en la demanda, que carga las tintas
humana o al medio ambiente deben adop- sobre el proceder estatal y desatiende el de
tarse las pertinentes medidas precautorias la propia víctima, así como la relevancia de
aun cuando no se hayan establecido de modo la conducta de ésta en la secuela fáctica que
científico relaciones de causa a efecto (Caffe- condujo a su deceso.
ratta, Néstor. ‘El principio de Prevención en el Surge del instructivo probatorio y de la
Derecho Ambiental’, en Revistas de Derecho propia demanda que el occiso tenía resistencia
Ambiental, Lexis Nexis, noviembre 2004, pág. a tomar la medicación. No cuestionándose por
38 a 46, y 5, enero-marzo 2006, págs. 79, 85, la parte actora que el mismo no era incapaz,
86 y 93). sino sosteniéndose expresamente lo contrario,
carece de razonabilidad pretender que en
Obsérvese en este sentido que, justamente,
todo momento el personal carcelario debiera
el presupuesto de dicha posición que la acti-
supervisar que tomara las dosis de medica-
vidad amenace con dañar la salud humana o
mentos y llevara registro detallado de ello. Lo
al medio ambiente -no surge acreditado, con
relevante en la prestación a cargo del Estado
el grado de verosimilitud exigible: no se ha era que pusiera a disposición del paciente la
probado que las radiaciones electromagnéticas medicación, y ello surge acreditado a través de
existentes en, las inmediaciones de la subes- varias declaraciones testimoniales, que relatan
tación mencionada sean una amenaza para las convocatorias por la guardia para recibir
la salud humana ni para el medio ambiente. medicamentos, junto a otros reclusos, y la
Tampoco en relación a este aspecto- cuya ade- frecuente no concurrencia de la víctima, cuyos
cuada apreciación y valoración exige, sin duda, familiares incluso refieren conducta similar.
especial idoneidad científica y técnica- se ha
solicitado prueba pericial (…)” El Estado no causó de modo ilícito sus
padecimientos psiquiátricos ni su reacia con-
Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 4º Turno, ducta al tratamiento, ni el estado psico-emo-
sentencia N° 203/2008, de 17/09/2008, (Maggi cional de recluso, donde incluso personas
–r-, Tobía, Turell), La Justicia Uruguaya Online, sin esos padecimientos adoptan tendencias
cita online UY/JUR/1134/2008. suicidas.

E independientemente del conocimiento


TRIBUNAL DE APELACIONES EN LO de esas tendencias y de hechos previos a la
CIVIL DE 5º TURNO reclusión, el informe pericial recabado en
sede penal resulta terminante en cuanto al
Nexo causal. No constatación. grado extremo de resolución que evidenció la
víctima, llevando la óptica a su propia esfera
“A criterio del Tribunal, coincidente con el
en punto al hecho ocurrido.
expuesto en la sentencia de primera instancia,
la plataforma fáctica introducida, admitida y Las mismas circunstancias de éste reflejan
probada en la causa, no determina necesaria- su inevitabilidad: se produce en ocasión de la
mente la responsabilidad de la parte deman- visita de familiares, con la proximidad de la
dada, porque no se advierten configurados madre y una hermana, de modo súbito, por

446 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

abrupta corrida hacia vidrios, rotura y autoin- En suma, estima el Tribunal que no se
flicción de la herida que resultara mortal, en ha acreditado comportamiento negligente u
lugar que por la natural seguridad carcelaria, omiso del Estado, no se ha comprobado falta
no podía ser inmediatamente alcanzado por de servicio, pero además, aún cuando se exa-
la guardia. minaran con rigor extremo las condiciones de
reclusión y de traslado, y pretendiera allí ubi-
Tampoco resultó acreditada tardanza en la carse factor de atribución de responsabilidad,
atención en el lugar, en el traslado o al arribar parece claro que el nexo directo de causalidad
al centro de atención, adonde llegó aún con con la muerte se verifica con respecto a la con-
vida, pero con una herida de tal índole que ducta de la propia víctima, que es calificada por
según el informe pericial de fs. 195/196 del los técnicos de irresistible, y que tuvo lugar en
acordonado, hubiera determinado la muerte condiciones concretas que asi lo evidenciaron.
de todos modos, pues se indica allí que con
compresión o sin ella, el tiempo de sobrevida La no constatación de nexo causal entre
era de escasos minutos y mayor el necesario el proceder activo u omisivo del Estado y la
para realizar el traslado desde la cárcel hasta muerte del Sr. Albístur, determina a su vez la
un centro adecuado para atender tan grave no configuración de responsabilidad, tal como
herida. se concluyera en el grado precedente; porque
aún si se considerase incumplida obligación de
La Junta concluye también que la esqui-
seguridad y se la estimase de resultado, de la
zofrenia padecida por el recluso determinaba
propia causa, declaraciones de familiares de la
que no existía posibilidad de disuadirlo de su
víctima y del agregado penal, surge fehaciente-
propósito de autoeliminación, y en base al
mente acreditada interrupción del nexo causal
examen de todas las circunstancias, entiende
provocada por el comportamiento irresistible
que no medió omisión de asistencia.
de la víctima en el momento de herirse con
Tal conclusión resulta compartible para la propósito suicida, en forma tal que tornó in-
Sala, careciéndose de elementos que permitan viables los intentos de curación correctamente
apartarse de la misma: al contrario, todos los emprendidos.”
obrantes en la causa confluyen en ese sentido,
Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 5º Turno,
particularmente los antecedentes de la víctima
sentencia N° 24/2008, de 12/03/2008, (Simón
aún en libertad, las circunstancias tempo-
–r-, Fiorentino, Presa), La Justicia Uruguaya
rales y topográficas en que se hirió, la causa
Online, cita online UY/JUR/2166/2008.
de muerte catalogada por los técnicos como
‘degüello suicida’. Concurrencia causal.
También se acreditó que en parte fueron “6º. La concurrencia causal determina
atendidos los reclamos del recluso para su la decisión de la responsabilidad en función
traslado a diferentes secciones, en dos oca- del grado de incidencia de la conducta de los
siones. Pero ha de comprenderse que existen copartícipes en la producción del hecho lesivo
límites para la atención pasible de brindar, (art. 1331 inc. 2º C. Civil).
y que una persona de las características del
occiso, padecería bajo cualquier forma de El resultado muerte es consecuencia del
reclusión, porque hasta en libertad había te- concurso de concausas insertas en la cadena
nido intentos de autoeliminación y planteos causal a cuyo respecto el hecho inicial asume
persecutorios, problemas de medicación y de clara preponderancia y mayor jerarquía. En
conducta, habiendo cometido un grave ilícito, efecto, si bien el ‘apretamiento’ y caída deter-
no hallándose cuestionada su imputabilidad y minó directamente un hematoma glúteo sub-
consecuente reclusión legítima. cutáneo, la posterior infección que sobrevino y

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 447


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

llevara a la muerte de la víctima no se presenta atenuación en función de que, conforme a un


como un fenómeno independiente del hecho criterio de razonabilidad, el sufrimiento de los
lesivo inicial; la puerta de entrada fue la lesión. parientes cercanos no puede calificarse como
Si se extendiera al ámbito civil la disposición similar al que padecerían ante la pérdida de
del art. 4º del C. Penal, a la mal praxis asisten- aquélla si fuera una persona con una expec-
cial ni siquiera podría asignársele el valor de tativa de sobrevida mucho mayor, porque es
concausa, al carecer de la necesaria nota de de concluir que la siquis está precondicionada
independencia respecto del hecho inicial. para soportar mejor dicho dolor cuando la
víctima ha superado la edad promedio de vida
Precisamente, la infección que desarro- ingresando en la ancianidad.
llara la víctima tras ser lesionada en el evento
dañoso en la fase inicial de la cadena causal, El principio es enunciado por Gamarra
podría ser tomada como ejemplo claro de de- (Tratado..., t. 25 p. 276, con cita de la sen-
pendencia o vinculación directa con el hecho tencia precedente), bajo la máxima de que
lesivo primario, sin cuyo acaecimiento previo en caso de avanzada edad de la víctima del
no podría haber sobrevenido. accidente mortal la reparación ha de sufrir un
abatimiento, y el ilustrado doctrinario agrega
Pero aun entendiendo que la premen- la opinión de Gagnier-Archambault, para
cionada disposición no extiende su ámbito quienes el deceso de un anciano es menos
de aplicación a la responsabilidad civil aqui- penoso que el de una persona que tenía mayor
liana, el grado de contribución causal de los expectativa de vida.
supuestos fácticos que en grado de concausa
incidieron en la producción del resultado 8º Esta Sala ha descartado reiteradamente
fatal (predisposición de la víctima, de edad que el número de los reclamantes no puede
avanzada 74 años, obesidad, diagnóstico incidir en la dimensión económica de la re-
tardío y atención médica negligente; infección paración, cuando se trata de un supuesto de
intrahospitalaria o en otros términos, sepsis de acumulación subjetiva inicial de pretensiones.
origen nosocomial, anotación en la historia clí- En rigor, el juez debe fijar el monto indemniza-
nica, fs. 10) no puede superar la magnitud del torio correspondiente a cada uno de los recla-
50%, considerando la intervención principal mantes, consultando a su respecto la gravedad
del acto ilícito culposo en el acaecimiento del o entidad del dolor o repercusión espiritual
evento dañoso. disvaliosa del infortunio, sin que influya en su
ánimo, en el sentido de morigerar el quantum
7º .Los actores (hijos y nietos de la víc- de las indem­nizaciones individuales, la plu-
tima) quienes se fundan en la responsabilidad ralidad de accionantes que ha de conducir al
por el hecho de las cosas (art. 1324 C. Civil) aumento del monto reparatorio global.
pretenden que les indemnice el daño moral
padecido por cada uno de ellos a causa de la 9º .Sentadas las premisas precedentes,
muerte de su madre y abuela en la suma de $ estímase razonable fijar el importe de la in-
300.000 a la fecha del accidente para cada uno demnización correspondiente a cada uno
de los reclamantes (aproximadamente U$S de los hijos naturales de la occisa en la suma
30.000), lo que resulta francamente excesivo. equivalente a U$S 15.000, y admitida la legiti-
mación causal activa de los nietos de la víctima,
La Sala ha sostenido (ADCU t. 29 c. 249), quienes con ella convivían en relación similar a
que la avanzada edad de la víctima puede la materno filial, al haber asumido la abuela el
estimarse como circunstancia personal de rol de madre de crianza, se ‘accertará’ el monto
incidencia directa sobre la entidad objetiva reparatorio correspondiente a cada uno de
del daño espiritual, operando una moderada éstos en el importe equivalente a U$S 10.000.

448 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

En ambos casos la demandada responderá IX Finalmente a los actores les agravia


por el 50% en mérito al grado de contribución que el BSE haya sido absuelto fundándose
causal de su conducta ilícito-culposa en la en lo dispuesto en la Ley No.18.412 que a su
producción del hecho lesivo. entender no habilita a los actores a demandar
al asegurador de forma directa.
10º .Respecto del daño moral premuerte
sufrido por la víctima, es de concluir la fun- Sin embargo los arts. 12, 13 y 24 de la citada
dabilidad de la pretensión reparatoria, por Ley, habilitan claramente a los actores a actuar
cuanto aquella sufrió una larga agonía desde como lo han hecho acudiendo a los tribunales
su internación el 14 de octubre de 1997 hasta competentes a reclamar se les abone los daños
su fallecimiento dos meses después, en cuyo y perjuicios sufridos a raíz del accidente del
decurso padeció dolores intensos y debió ser que son responsables los co demandados.
sometida a diversas intervenciones quirúrgicas
En efecto, de acuerdo a lo que dispone el
con resultado infructuoso.
art. 12 de la Ley No.18.412, presentaron su re-
La intensidad del padecimiento premortal clamo el 4/8/2011 (fs 7 y ss) ante el BSE quien
merita una indemnización cuyo monto se no contestó en 30 días habilitando la vía judicial
estima en el equivalente a U$S 10.000 y la titu- ante el causante directo del daño pero también
laridad activa de este crédito en la proporción contra el asegurador (art. 13 y 24 ejus dem)
correspondiente al porcentaje de contribución
En consecuencia, los actores tienen de-
causal asignado a la demandada, ha pasado
recho a que el BSE les abone la totalidad de las
iure hereditatis a los hijos naturales de la
sumas que les corresponde según el régimen
víctima que integran la parte actora plurisub-
del seguro obligatorio y la parte no cubierta
jetiva.”
deberán abonarla los co demandados en forma
Tribunal de Apelaciones de 5º Turno, sentencia indistinta e in solidum.
N° 151/2001, de 7/08/2001, (Van Rompaey
Si el seguro obligatorio cubriera el total
-r-, Presa, Rochón), La Justicia Uruguaya,
de la indemnización solamente el BSE deberá
T. 124/2001, suma 124073, cita online UY/ abonar las cantidades adeudadas, sin que, en
JUR/338/2001. el caso, el ente asegurador pueda repetir contra
Responsabilidad in sólidum. los demandados ex art 18 de la Ley No. 18.412,
pues no dedujo acción de repetición contra
“VIII En consecuencia se revocará la recu- ninguno de ellos.”
rrida rechazando la excepción de falta de legi-
timación pasiva de la co demandada Rodríguez Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 5º Turno,
quien deberá responder en forma indistinta sentencia N° 83/2015, de 6/03/2015, (Fioren-
e in solidum con el restante co demandado., tino -r-, Simón, Gradín), La Justicia Uruguaya
fundándose su responsabilidad en el art. 1324 Online, cita online UY/JUR/37/2015.
del C.C., responsabilidad por el hecho de las
cosas de las que uno se sirve o están a su cui- TRIBUNAL DE APELACIONES EN LO
dado y el autor material en el art. 1319 del C.C., CIVIL DE 6º TURNO
responsabilidad por hecho propio.
Nexo causal. No constatación.
Se trata de un único evento dañoso en el
que en ambos casos la responsabilidad por “De acuerdo con el precedente desarrollo
el insuceso es total pero respondiendo cada argumental, corresponde analizar si, en el
uno de ellos en base a fuentes de obligación caso, resulta probada la existencia de nexo
diferentes. causal.

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 449


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

A juicio de la Sala, la prueba incorporada a como para justificar un apartamiento de las


la causa no permite formar convicción acerca conclusiones de la Pericia Médica obrante en
de que la muerte de la víctima haya sido el expediente penal.
causada por la conducta desplegada por el
dependiente de la Asociación Española, pese Y ello porque, de acuerdo con tal dic-
a que exista confesión de su parte de haberle tamen, el paciente era portador de una gra-
inyectado aire al paciente. vísima lesión neurológica: infarto a nivel del
tronco encefálico, habiéndose consignado en
Aun cuando se tenga por cierta o probada la Historia Clínica el pésimo pronóstico vital
la conducta desplegada por el Sr. Acevedo, inmediato.
no se considera causalmente relevante en el
resultado muerte de la víctima. Consecuentemente, se concluye que la
muerte ocurrió como desenlace natural, espe-
A tales efectos, la prueba principal acerca rable e inevitable del compromiso neurológico
de la relación de causalidad surge de la pericia señalado, sin que la conducta confesada por
médica realizada en el ámbito penal, prueba
el Sr. Acevedo haya sido considerada como
cuyo traslado a esta causa fue solicitado por la
concausa incidente en el resultado muerte.
parte actora a fs. 50vto., en el numeral III del
capítulo de prueba de la demanda, petición a No existe prueba alguna que indique que
la que adhirió la parte demandada al contestar. la víctima hubiera padecido alguna de las con-
secuencias propias de la conducta confesada
Dicha pericia, realizada por una Junta Mé-
dica, no fue objeto de impugnación oportuna por el Sr. Acevedo. No surge, por ejemplo, que
de especie alguna por ninguna de las partes haya tenido episodios de paro cardíaco, ni ma-
en esta causa. niobras de reanimación previas a su muerte.

En el memorial de agravios se cuestiona Si bien las emergencias de la prueba peri-


que la pericia se haya basado en las emergen- cial resultan suficientes, a juicio de la Sala, para
cias de la Historia Clínica, porque se considera descartar la incidencia causal de la conducta
que resultaría absurdo que de ellas surjan del Sr. Acevedo, aun considerándola cierta, en
elementos exógenos que acrediten la causa el resultado muerte, a la misma conclusión
de la muerte, especialmente si tales elementos permite arribar la valoración de la prueba testi-
configuran un delito penal. monial de acuerdo con la sana crítica (art. 140
CGP), aportada por personas que pueden con-
Se considera, asimismo, en la apelación, siderarse testigos necesarios, habida cuenta
que el estado de salud en que pudiera encon- de la situación de internación hospitalaria en
trarse el paciente no resulta incompatible con la que se encontraba la víctima. En definitiva,
el hecho de que el Sr. Acevedo le diera muerte ya sea la pretensión basada en la existencia
de forma dolosa a la víctima. de responsabilidad contractual, como la que
De acuerdo con lo que dispone el art. 184 se deduce en el marco de la responsabilidad
CGP, los dictámenes de los peritos deben ser extracontractual, no pueden ser acogidas ante
apreciados por el Tribunal de acuerdo con el incumplimiento de la carga probatoria que
las reglas de la sana crítica (art. 140 CGP), recaía sobre la parte actora (art. 139 CGP)
debiéndose consignar en el fallo los motivos acerca de la existencia de nexo causal.”
que puedan tenerse para apartarse de tales
dictámenes cuando así se decida. Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 6º Turno,
sentencia N° 78/2015, de 01/09/2015, (Martí-
A juicio del Tribunal, no se incorporaron nez –r-, Klett , Alves De Simas), La Justicia Uru-
a la causa elementos de convicción suficiente guaya Online, cita online UY/JUR/2677/2015.

450 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

Ausencia de concurrencia causal. portarse en forma diligente. Por ello, puede


configurarse una concurrencia causal si se
“Como lo advirtió la Sra. Jueza a quo, la prueba la culpa del preferente, circunstancia
ingesta de alcohol constituye una contraven- invocada por la demandada al alegar el exceso
ción, pero por sí sola no constituye un extremo de velocidad.
del que se pueda derivar la participación en la
causación del accidente, el nexo de causalidad En opinión del Tribunal, tal afirmación no
adecuada entre la conducta del conductor –ac- fue respaldada por la prueba obrante infolios,
ciones u omisiones- y el hecho dañoso. correctamente analizada en el grado anterior.
Las afirmaciones de los actos procesales de-
La prueba de autos avala la tesis contraria. fensivos o de revisión –como los recursos en
La forma en que se produjo el accidente no examen- no pasan de ser meras afirmaciones,
deja lugar a la duda en cuanto a quien fue el carentes de virtualidad para modificar las
exclusivo responsable: en lo esencial, el taxi, sin conclusiones del fallo atacado. Los hechos
respetar la preferencia, se fue encima del auto
invocados para enervar o destruir la responsa-
particular, lo chocó, lo arrastró, lo hizo volcar y
bilidad de los condenados no han sido objeto
lo incrustó contra un árbol del ornato público.
de ninguna probanza por quien tenía la carga
En suma, si el no preferente hubiera cumplido
de hacerlo (arts. 130, 137 y 139 CGP).
con el mandato de respetar la preferencia del
otro vehículo, ceder el paso al preferente, dicha Porque la prueba testimonial es contun-
circunstancia habría evitado el insuceso. En- dente en sentido adverso a lo sostenido por
tonces, ninguna incidencia causal puede atri- los apelantes. En efecto, y como muy bien lo
buirse al hecho de haber excedido el límite de pone de manifiesto el libelo de contestación de
alcohol permitido (informe de la IMM, fs. 389). la apelación mediante concretas y adecuadas
transcripciones de frases de las respectivas
Con esta afirmación y los desarrollos que
declaraciones, los testigos son contestes en
siguen en el ámbito específico de las conside-
dos hechos: 1º) que Gabriel Carvalho con-
raciones jurídicas vinculadas a la valoración de
ducía a velocidad moderada, ‘tocó el freno
la prueba diligenciada, este Tribunal habrá de
y luego seguía, ‘como siempre, a velocidad
descartar también el agravio relativo al hecho
normal’, ‘no íbamos muy rápido’, ‘el auto era
de la víctima invocado por los apelantes, esto
conducido correctamente por Gabriel, íbamos
es, haber escogido viajar en un automóvil con
tranquilos, moderados en la velocidad, amino-
un conductor alcoholizado y sin cinturón de
raba la marcha en las esquinas’; y, 2º) que fue
seguridad, hecho este que no recibió el menor
respaldo probatorio y cuya eficacia puede el taxi el ‘que apareció y los golpeó’, ‘de pronto
dudarse, dado el violento impacto efectuado se nos vino encima, golpeó el auto’, ‘cuando
por el taxi contra el auto en el que se hallaba quise acordar estaba arriba nuestro’, con los
la actora (Resultando, 3, lit. b). resultados ya sabidos (Benítez, fs. 424-425,
Quartino, fs. 426-427, Sánchez, fs. 429).
Verificándose, pues, un supuesto de viola-
ción de la preferencia, rige la presunción de ho- En sentido concordante, el informe de la
minis de que el no preferente es el responsable, Dirección Nacional de la Policía Técnica es
por incumplimiento de normas reglamentarias esclarecedor en sus apreciaciones acerca de
relativas a la conducta que debe tener en el la velocidad del taxímetro no preferente, en
cruce respectivo. el impacto de lleno contra el auto particular,
su arrastre de esquina a esquina, haciéndolo
De todos modos, respecto al vehículo pre- volcar y aplastándolo contra un árbol del que
ferente también se ha sostenido que no goza quedaron huellas en el auto particular (carpeta
de una carta de impunidad y que debe com- obrante a fs. 467-480).

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 451


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

Precisamente, ha dicho la redactora, sobre ciación de las pruebas, ps. 163 y 462 y Taruffo,
la apreciación de la prueba: Así, ‘adquiere M., ‘Probabilidad y prueba judicial’, ponencia
vital importancia el proceso de valoración de presentada al XXVI Congreso Colombiano de
la prueba, entendido como el conjunto de ac- Derecho Procesal, Bogotá, Setiembre de 2005,
ciones tendientes a apreciar el material fáctico, ps. 1086-1091)’.
que constituirá la base del pronunciamiento
judicial. El proceso de valoración de la prueba En definitiva, se coincide con el fallo
constituye un método crítico que procura salir atacado en la responsabilidad exclusiva pro-
de la incertidumbre, reconociendo la verdad veniente de la conducta del dependiente de
de una proposición considerada en principio la demandada que fuera condenada, habida
dudosa, al eliminar el error y al excluir la duda. cuenta de que ninguno de los medios proba-
Podría decirse que al momento de juzgar es torios diligenciados permite confirmar una
necesario abandonar el plano de las posibi- versión diversa.
lidades de triunfo de la pretensión o defensa Luego, fue la conducta inadecuada del
para pasar al plano del mayor grado de certeza conductor condenado la causa única y directa
posible’. del infortunio, que dispara la responsabi-
lidad del patrón, porque, tratándose del no
‘Gorphe señala que ‘tras el examen crítico
preferente debió adoptar todas las medidas
de cada categoría de prueba, faltará enlazarlas,
necesarias para evitar el impacto, situación
para examinar sus relaciones y desprender, de
que se robustece dada su conducta displicente
la concordancia, la conclusión probatoria, que
asumida en este proceso.
consentirá la reconstrucción sintética de los
hechos con suficiente certeza o verosimilitud, Estas conclusiones permiten desechar el
al desechar las hipótesis desmentidas’. agravio de la coactora fincado en la ausencia
de consideración de la responsabilidad del
‘Más modernamente refiere Taruffo al cri-
conductor y de los propietarios del vehículo,
terio de la probabilidad lógica preponderante a
Sres. Gabriel Carvalho Pérez y Antonio Car-
efectos de que el juez formule la elección final
valho Calcagno y Marta Pérez Ponce de León,
en torno a los enunciados de hecho que coloca
respectivamente.
como fundamento de su decisión. Este criterio,
según el autor, combina dos reglas: la primera, En efecto, para que se active la responsa-
que indica que es racional escoger la hipótesis bilidad del guardián –en tanto propietario del
que es confirmada en un grado mayor que la vehículo- es menester que se hayan acreditado
hipótesis contraria; la segunda regla opera dos circunstancias, cuando menos: a) que la
cuando existen, respecto del mismo hecho, más guarda no se había transferido válidamente al
hipótesis diversas; en este caso debe procederse conductor que era quien ejercía los poderes
a la elección de la hipótesis sostenida por un de control y dominio de la cosa; y, b) que
grado de confirmación relativamente superior se demuestre que el conductor –aunque no
a aquel de cualquier otra hipótesis (en ambos guardián- incurrió en un supuesto de respon-
casos vale la regla del ‘más probable que no’)’. sabilidad extracontractual, es decir, por haber
realizado un hecho ilícito que causó un daño.
‘Se trata entonces de lograr una certeza
razonada, objetiva y objetivada en la funda- Pues bien, ya se estableció que la prueba
mentación de la sentencia’ (Klett, S., Hacia una obrante infolios demuestra la ausencia de con-
sentencia justa: valoración de la prueba y perfil currencia causal de la conducta del conductor
del juez, Judicatura, Nº 44, ps. 229 y sgtes., en Gabriel Carvalho en el accidente. Por ello,
particular, ps. 234-251; las citas de Gorphe, F. debe descartarse su propia responsabilidad
y de Taruffo son, respectivamente, De la apre- y la de sus padres, a quienes se les atribuye

452 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

un incorrecto o inválido desplazamiento de posibilidad de realizar servicios especiales,


la guarda, aunque, como se dijo, sin efectuar por monto a determinar en vía incidental,
ninguna explicitación, ni ningún intento pro- desestimándose el rubro por la pérdida de la
batorio enderezado a probar esta genérica posibilidad de realizar misiones de paz.
afirmación.
En tal sentido, la declaración del Sr. Elías
Y no corresponde abundar más sobre Goncalves a fs. 387 y ss. es por demás ilustra-
este punto, habida cuenta de la falta de toda tiva: ‘Nos pusimos de acuerdo que iba a decir
precisión sobre la existencia de una eventual que iba yo porque él era menor, yo sin saber
incorrecta transferencia de la guarda y porque el tema de la ley…no pensé que fuera a llegar
ha quedado plenamente demostrado que a Ga- a más’. Su declaración coincide con los testi-
briel Carvalho no se le puede imputar ninguna monios de los Sres. Sauer, Da Silva, Martín,
conducta que causalmente haya contribuido a Carrasco, García, quienes manifestaron que
la causación del accidente. al momento del accidente quien conducía el
De todos modos, corresponde destacar camión era Agustín Bombi.
el encomiable esfuerzo realizado por el dis- IV) Se desestimará asimismo el agravio
tinguido curial de los Sres. Carvalho y Pérez movilizado por Marfer Ltda., referente a que
Ponce de León que agotó todas las cuestiones medió una transferencia no autorizada de la
objeto de agravio, ejerciendo la defensa de
guarda, lo que exime de responsabilidad a la
estos demandados en forma cabal y completa,
empresa.
al haber desplegado su argumentación sobre
todos los puntos litigiosos, aunque estimara Tal argumento no fue sometido al conoci-
que no deberían sobrepasar ni siquiera el miento del magistrado del grado anterior, en
examen inicial.” violación a lo dispuesto por el artículo 257.2
del Código General del Proceso.
Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 6º Turno,
sentencia N° 62/2016, de 13/04/2016, (Klett –r-, No obstante ello y como muy bien se
Gómez Haedo, Alves De Simas), La Justicia Uru- analiza en la impugnada, de las probanzas
guaya Online, cita online UY/JUR/464/2016. allegadas a la causa surge que Agustín Bombi
Responsabilidad in sólidum. manejaba asiduamente el camión para el
reparto de la empresa, lo que era de pleno co-
“1º) La impugnada, a cuya relación de nocimiento de ésta. Tal conducta era avalada
hechos se remite por ajustarse a lo actuado en por el titular de Marfer Ltda., Sr. Ruben Bombi,
autos, amparó la excepción de falta de legiti- abuelo de Agustín.
mación pasiva interpuesta por el codeman-
dado Elías Goncalves e hizo lugar parcialmente V) Se impondrán las costas y costos del
a la demanda, condenando in solidum a Marfer grado a los impugnantes. La carencia de
Ltda. y Agustín Bombi al pago de la suma de argumentos que justificaran la movilización
$ 1.274.500, discriminados: $ 9.500 por daño del grado ha trasuntado un afán dilatorio y
emergente; $ 920.000 por daño moral de la malicioso que así lo amerita (artículos 688 del
actora y $ 345.000 por daño moral de los hijos, Código Civil, 56 y 261 del Código General del
reajustados desde la fecha del ilícito e intereses Proceso).”
legales desde la presentación de la demanda,
sin especial condenación. Tribunal Apelaciones Civil de 6º Turno, senten-
cia N° 62/2015, de 11/08/2015, (Alves De Simas
Se condenó asimismo a indemnizar el –r-, Klett, Martínez), La Justicia Uruguaya On-
lucro cesante derivado de la pérdida de la line, cita online UY/JUR/2443/2015.

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 453


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

Causa eficiente. Consecuentemente, la suma fijada por la


Sra. Juez ‘a quo’ para estimar el daño moral
“Aplicando el precedente desarrollo argu- tuvo en cuenta la consideración del perito en
mental al contrato de transporte, cabe concluir cuanto a la incidencia de las patologías previas
que si el pasajero no llega indemne a destino y y estableció la suma final en base a la inci-
si logra acreditarse que se accidentó y lesionó dencia del traumatismo sólo en 1/4 respecto
durante el transporte, nace la responsabilidad al resultado dañoso. Con relación al agravio
del transportista. basado en que los intereses de la suma que
fue objeto de condena por concepto de daño
Tales extremos fácticos relativos a la exis- moral deben correr desde la demanda, resulta
tencia del accidente y lesiones sufridas por la de recibo, a juicio del Tribunal.
actora no resultaron controvertidos en autos,
sino sólo respecto a la relación de causalidad. En efecto, existe jurisprudencia firme y
constante de la Sala en el sentido de que los in-
Por ende, el precedente desarrollo argu- tereses se deben desde la fecha de la demanda,
mental permite concluir sin obstáculos que tanto en sede de responsabilidad contractual
el agravio articulado en base a la falta de le- como extracontractual. La única norma que
gitimación pasiva de la parte demandada no regula el punto es la contenida en el art. 1348
resulta de recibo. inc. 3º CC, prevista para la materia contractual,
de la cual participa el supuesto ventilado en
En cuanto al segundo agravio, basado en la esta causa.”
existencia de patologías previas en la columna
vertebral de la actora, las cuales se consideran Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 6º Turno,
causa eficiente de las lesiones sufridas, tam- sentencia N° 9/2015, de 11/02/2015, (Martínez
poco resulta de recibo. -r-, Klett, Hounie), La Justicia Uruguaya Onli-
ne, cita online UY/JUR/2636/2015.
Surge de la pericia producida en autos,
practicada con el debido control de las partes
y sin que ninguna de ellas hubiera impugnado TRIBUNAL DE APELACIONES EN LO
sus conclusiones, que existe un nexo causal CIVIL DE 7º TURNO
entre el evento traumático y las lesiones su-
Concurrencia causal.
fridas, aun cuando éste se considere parcial,
debido a la existencia de una concausa vincu- “V) Sobre la responsabilidad en el evento
lable a la patología osteoarticular que presen- dañoso, que amerita estos obrados, cabe pre-
taba la Sra. Romero (pericia, fs. 258). cisar que en la hipótesis se trata de un siniestro
de tránsito ocurrido el 25 de marzo de 2011 en
Por lo tanto, si bien es cierto que la actora la confluencia de las calles Grecia y Japón, en
ya sufría de patologías que incidieron en el el Barrio Cerro de Montevideo, entre la moto
resultado dañoso, no es menos cierto que conducida por la accionante y el taxímetro
como consecuencia directa del accidente propiedad del demandado, conducido por el
sufrió nuevas lesiones vertebrales por las que Sr. Sergio Delgado.
fue internada durante 20 días y por las que le
fue indicado el uso de corsé durante 6 meses. Según el relato de la accionante contenido
en la demanda (fs. 73), al aproximarse por la
En concordancia con lo que viene de ana- calle Grecia en dirección Norte-Sur a la inter-
lizarse, el perito concluye (fs. 259) que el coe- sección con la calle Japón, se interpuso en su
ficiente de imputabilidad para el traumatismo recorrido el taxi que circulaba por Japón en
es de ¼ del IFP, (déficit fisiológico). sentido Este-Oeste. En dicho contexto la prefe-

454 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

rencia le asistía a la actora, existiendo carteles intentar frenar no logró detenerse, perdiendo
de ‘Ceda el Paso’ en contra de su adversario, su conductora el dominio del rodado, esti-
según resulta de fs. 101 vto., 104 y 573, lo que mando la velocidad a la que ésta circulaba en
verifican su versión. 53 km por hora (fs. 536), lo que superaba el
límite urbano en condiciones óptimas (45 km
La Sala se afilia a la teoría de la primacía por hora), recomendando además el perito
definida del derecho de prioridad, que surge que debe reducirse la velocidad a 35 km por
claramente de un régimen de tránsito con hora en el cruce, atendiendo a las condiciones
preferencias jurídicas (cf. LJU c. 13207). Ello no climáticas y características del lugar (fs. 537).
exime al no preferente de observar las normas
de tránsito y actuar con prudencia y diligencia De las consideraciones referidas se extrae
en uso de las vías de tránsito. que la moto se desplazaba a velocidad anti-
rreglamentaria y si bien tenía preferencia de
La doctrina y jurisprudencia ha enten- cruce, al llegar al lugar del hecho no cuidó
dido que en dichos casos se configura una de aminorar la velocidad, abusando de su
presunción simple contraria al interés del no derecho de prioridad. El taxi, con su parte
preferente, que éste debe relevar mediante la delantera invadiendo la senda contraria, era
prueba adecuada a tales efectos. Aún cuando posible de ser visto por quienes circulaban
esta hipótesis no sea aplicada por no estar por Grecia, pero la moto no supo esquivarlo.
expresamente dispuesta en la normativa apli-
cable, surgen de autos elementos suficientes Sobre la ubicación del taxímetro, cabe
para considerar que existió una violación del indicar que, de acuerdo a la normativa de
derecho de preferencia de que gozaba la ac- tránsito, el paso debe cederse antes de entrar
tora, lo que le hace incurrir en responsabilidad en la confluencia, no después. El choque
en el siniestro que nos ocupa. ocurre porque el taxi se introduce en la línea
de trayectoria de la moto. De no producirse
Si bien la A-quo interpreta el peritaje ingre- dicha intromisión, el siniestro no habría exis-
sado en primera instancia, como habilitante tido. ‘Ceder el Paso’ no es avanzar en el cruce
para tener por configurado el hecho de la y detenerse allí, sino que se debe ceder el paso
víctima que exonera totalmente de responsabi- antes de llegar a sobrepasar la intersección. Si
lidad a su contrario, el Tribunal habrá de apar- la esquina no permitía al no preferente, debió
tarse de la citada interpretación, considerando extremar aún más los cuidados.
que de la prueba referida surgen elementos
para establecer la concurrencia causal de En consecuencia, se estima la concu-
ambos conductores en la producción del daño, rrencia causal de ambos rodados en el 50 %
conforme a los elementos que se analizarán. para cada uno de ellos.”

El informe del Sr. Roberto D´Aiello que Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 7º Turno,
luce a fs. 531-540 y su declaración en audiencia sentencia N° 111/2015, de 22/07/2015 (Ca-
contenida a fs. 577-580, da cuenta de que los brera –r-, Couto, Ettlin), La Justicia Uruguaya
protagonistas del choque circulaban en la Online, cita UY/JUR/257/2015.
forma descripta en sus actos de proposición. Responsabilidad in sólidum.
Pero al llegar a la calle Grecia, el taxi detuvo o
aminoró su marcha (fs. 536), permaneciendo “II) El actor en su demanda (fs. 25-32)
con la parte delantera parcialmente en la zona reclama bajo la premisa (accidente de tránsito
de intersección, destacando que hay mala ocurrido el 19.9.2010) de que Carreras Nacio-
visibilidad desde la calle Japón respecto a los nales tiene preferencia sobre la calle Galvani,
vehículos que circulan por Grecia. La moto, al así como que existe un cartel de ‘PARE’ sobre

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 455


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

la segunda dando preferencia a la primera El examen de la conducta de MUÑOZ


desde 2004. en omisión a una norma reglamentaria y en
referencia al resultado dañoso provocado en
(…) el actor, lo hace pasible de toda la responsa-
bilidad a aquél (art. 1319 del Código General)
Surge la preferencia de Carreras Nacio-
con su transmisión vicaria al propietario del
nales sobre Luis Galvani por la Resolución No.
vehículo JESÚS RODRÍGUEZ.
782/04/4000 de la Intendencia Municipal de
Montevideo. Ello, con independencia o no de (…)
si existía un cartel de ‘PARE’ por Galvani (no
relevado en el informe policial; fs. 224-231; VII) La condena debe ser ‘in solidum’
v. también fs. 75-83), ya que es una cuestión atento al criterio de que por el art. 1319 del
irrelevante respecto a un chofer profesional Código Civil responde MUÑOZ por ser el con-
como era MUÑOZ (conductor de vehículo de ductor, y RODRÍGUEZ por ser el propietario
Taxi), del cual se presume conocía las vías de del vehículo de que servía para una actividad
preferencia. económica suya, sin considerarse que haya
transferido la guarda al primero a la sazón (art.
Queda claro sí que MUÑOZ desconoció 1324 del Código Civil.”
la preferencia que tenía la calle o el camino
Carreras Nacionales respecto a Luis Galvani. Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 7º Turno,
Lo que le obligaba, si iba por Galvani y ante la sentencia N° 61/2016, de 25/07/2016, (Cabrera,
intersección con Carreras Nacionales, a tomar Tommasino, Ettlin –r-), La Justicia Uruguaya
las medidas de precaución y atención antes de Online, cita online UY/JUR/1025/2016.
emprender el cruce viendo previamente que
Teoría de la causa adecuada.
no estuviera por llegar nadie de la vía prefe-
rente al mismo. Si esto se hubiera cuidado y “Por tanto la alzada quedó delimitada a los
si se hubiera otorgado la preeminencia en el agravios articulados por la parte demandada
pasaje al reclamante, el siniestro sencillamente esto es a la dilucidación sobre la legitimación
no habría acaecido. Al respecto son imponibles activa, responsabilidad en la causación del
los arts. 1.2, 1.4., 4.4, 13.1 y 15.1 del Reglamento accidente que motiva el reclamo, los costos
Nacional de Circulación Vial, Resolución No. de asistencia tanto en su configuración como
782/04/2004 de la Intendencia Municipal de en su monto y si resulta ajustado a la situación
Montevideo, arts. II.4, III.22 y III.23 del Regla- de obrados diferir la liquidación del monto de
mento Único de Tránsito y Seguridad Vial del condena a la vía incidental regulada por el art.
MER.CO.SUR (Resolución del Grupo Mercado 378 del Código General del Proceso como se
Común del Sur No. 08/92), art. 6º a 8º y art. 17 dispuso en la sentencia impugnada.
nums. 2. y 7. de la Ley No. 18.191, más arts. 7.1,
8.1 y 18.1 de la Convención Internacional sobre III) Definido lo anterior, cabe señalar
Circulación Vial (ratificada por el Decreto-Ley que en obrados se procesa una reclamación
No. 15.011). contra el demandado de parte de la Mutualista
(COSEM) a los efectos de que se le reintegren
No está demostrado en obrados (carga los gastos mutuales irrogados a la Institución
que correspondía a los codemandados si por la atención médica de su afiliado Sr. Os-
pretendían desembarazarse de reprochabi- valdo Miraballes a consecuencia de las lesiones
lidad -arts. 137 y 139 del Código General del padecidas en accidente de tránsito ocurrido el
Proceso-) que el actor hubiere circulado en 4/8/2012 en Fernández Crespo y Estrella del
forma no permitida por los reglamentos o a Norte 26/5/2011 cuya responsabilidad en la
alta velocidad. causación se le imputa exclusivamente.

456 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

IV) En tal marco, por razones lógico-jurí- asistencia; existe entre ellos una relación de
dicas corresponde ingresar en primer término causalidad adecuada, de modo de habilitar a
al examen de la excepción de falta de legitima- quien lo padece a accionar en forma directa,
ción activa interpuesta por el demandado. Tal sin necesidad de alegar representación o trans-
defensa habrá de desestimarse ratificando lo misión de derechos de la víctima, afiliada a la
resuelto en la atacada por adherir el Tribunal institución médica, como sostuvo el TAC 5º
a la misma posición de la A quo respecto de la Turno en sentencia publicada en A.D.C.U. T.
legitimación de las mutualistas para reclamar XX c. 620 y pags. 460 y ss. (en sentido similar,
el reintegro de gastos médicos extraordinarios, Tomo XXIV c. 1018; Tomo XXIII c. 1132; Tomo
según criterio sostenido en casos idénticos al XXV c. 797, entre otros).
aquí debatido en anterior integración (sent.
295/05, 339/05, 311/07, 278/08, 177/09, Se trata entonces del denominado ‘daño
92/2011, 153/11 entre otras) que se ratificará de rebote’ indemnizable mediante la aplica-
infolios siendo de destacar que en la actualidad ción de la sistemática general en materia de
es la postura mayoritaria en jurisprudencia responsabilidad por hecho ilícito, del principio
(ADCU Tomo XXXVI c. 786; Tomo XXXVIII c. de reparación integral, pues quien provoca un
801/802; Tomo XXXIX c. 690/691; Tomo XL c, daño debe repararlo (arts. 1319, 1342 y concor-
701 los más recientes). dantes del Código Civil).

Como se expresara en estos antecedentes, Y si bien puede afirmarse que, quien en


la Sala afilia a la opinión de las Dras. Szafir y primer lugar tiene derecho a ser reparado es
Venturini (A.D.C.U. Tomo XX, pags. 425 y ss.) la víctima por cuanto fue quien sufrió el daño,
en cuanto sitúan el daño para la mutualista en ello no obsta concluir que, si en casos como el
el notorio agravamiento en la prestación nece- aquí promovido, el perjuicio no recae direc-
sariamente asumida ante el hecho (ilícito civil) tamente sobre ella a consecuencia de existir
de un tercero, que genera al centro asistencial un contrato mutual, es la mutualista quien
un daño resarcible que le es propio. se ve enfrentada a gastos extraordinarios por
la atención del paciente a consecuencia de la
Es de ver que, como señalan las autoras, el actuación ilícito culposa de un tercero, en una
contrato de asistencia mutual es de naturaleza concatenación de responsabilidades que debe
conmutativa de modo que, cuando las partes finalizar en la conclusión que efectivamente
lo otorgan conocen la correlación de presta- existe un nexo causal entre el hecho dañoso y
ciones y su equivalencia inicial, estando en el perjuicio económico.
condiciones de examinar o calcular con alto
grado de certeza y exactitud el beneficio a Como se expresa en sent. 153/11, en tér-
obtener con su inherente contraprestación y minos que resultan trasladables al sublite, ‘...
‘cuando la relación se ve afectada en su aspecto puede admitirse que el art. 12 del Decreto
pasivo, agravándose la prestación asumida por 103/86 es norma de categoría inferior y no
el deudor como consecuencia de un hecho incide ni opera modificación respecto a lo que
ilícito de un tercero, se genera para el centro el mismo refiere como ‘normas generales de
asistencial un daño resarcible y propio’ (op. derecho civil’, el principio general de esa ma-
cit. pags. 428, 429). teria - de que la acción reparatoria se traslada
al patrimonio de quien la asume - conduce a
De tal modo que, discrepándose con lo concluir que el titular de la acción contra el
afirmado en sede de expresión de agravios, es responsable del daño, en hipótesis en que la
el proceder ilícito culposo del imputado como mutualista repara parcialmente el daño sufrido
responsable del accidente el causante de un por la víctima – aun cuando ello deriva de una
daño resarcible y propio de la institución de obligación contractual que la vincula con la

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 457


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

afiliada – será esa tercera por subrogación o atribuyéndole al peatón haber ingresado al
bien por derecho propio (GAMARRA, Tratado cruce a mitad de cuadra, por detrás de otro
de Derecho Civil Uruguayo Tomo XIX, ed. 1988, bus detenido en la parada existente donde
pags. 246 y ss.).’ estaban los menores, apareciendo el lesionado
en forma sorpresiva y desatenta, golpeando
‘De otra forma, el sistema conduciría a la contra el bus.
exoneración del causante del daño, ya que el
perjuicio lo enjugaría el organismo asistencial En tal marco, es de ver que, de las actua-
(op. cit.) y en puridad, este último reviste la ciones relevadas por la Policía Técnica (Carpeta
calidad de damnificado directo, por existir agregada en el acordonado IUE: 87/14/2007 fs.
un nexo de causalidad adecuada, en relación 54/67), el accidente ocurre en lugar con buena
de necesidad entre el comportamiento ilícito visibilidad (fotografías fs. 57, 58), no estando
y el menoscabo o detrimento patrimonial controvertido que los tres menores intentaban
sufrido al tener que enfrentar – estando con- cruzar Batlle Berres rumbo al refugio peatonal
tractualmente obligado a ello – las erogaciones ubicado por esta Avda. al norte.
provocadas por el tratamiento de las lesiones
padecidas por la víctima como consecuencia No existieron testigos presenciales que
del accidente de tránsito, que no se habrían no fueran los partícipes del hecho (guarda y
devengado de no haber sucedido ese hecho’. chofer del bus y Sabrina Arias (joven prima del
actor). Ésta, en sede penal, reconoce que iban
‘Proceder de otro modo y admitir que cruzando por la mitad de la calle (fs. 37 de los
en virtud de la existencia del contrato entre acordonados) donde no hay parada. Ven que
afiliado y mutualista el daño fue reparado por un vecino para el 494 (el bus de autos) y em-
este última, tercera respecto al accidente, im- piezan a cruzar. El (por Enzo) cruza primero y
plicaría contradecir aquel principio general y ahí lo agarra el ómnibus. Pensaban que el 494
exonerar al responsable, pues ‘el mecanismo iba parar pero siguió. Al declarar en estos autos,
del resarcimiento del daño está apuntando cae en claras contradicciones (93/94; 145/146).
hacia el sujeto designado por la ley, en calidad Por su parte, el conductor accionado afirma
de responsable, por ser el autor del perjuicio’.
haberse cruzado con un bus de CUTCSA que
No parece una solución lógica ni justa que el
va en sentido contrario y el niño se tira a cruzar
causante del insuceso se libere ‘si le tocó en
por detrás del mismo golpeándose contra el
suerte dañar a quien estaba asegurado; en
ómnibus.
cambio, será responsable cuando lesiona o da
muerte a quien no tenía seguro, ni derecho a Como bien se anota en la hostigada existe
pensión estatal, o a la prestación de servicios discordancia entre lo declarado por ambos
de una mutualista, etc.’ (op. cit. pag. 247).” respecto del bus de CUTCSA, en tanto Arias
sostuvo ya desde sede penal que ya se había
Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 7º
ido de la parada, Marichal insiste en que estaba
Turno, sentencia N° 139/2015, de 16/09/2015,
detenido y por ello no vio a los niños. A ello
(Couto –r-, Ettlin, Cabrera), La Justicia Uru-
haya que agregar que la testigo Tropiane – que
guaya, T. 152-2015, caso 17101, cita online UY/
JUR/433/2015. no ve el accidente por estar de espalda aunque
está con los menores – no vio al bus de CUTCSA
Presunción de causalidad. (fs. 65 y vto. de los acordonados), lo que ratifica
en autos a fs. 147.
“La presunción compleja (causalidad y
culpabilidad) que grava al conductor del vehí- A la luz de tales probanzas, no puede mas
culo embestidor, pretende ser desvirtuada en que coincidirse con la valoración efectuada
esta causa invocándose el hecho de la víctima, por la A-quo puesto que indubitablemente

458 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO


CAPÍTULO CUARTO • RELACIÓN DE CAUSALIDAD

debe tenerse por acreditado que Enzo en clara ticas acreditadas y razonables, lo que conduce
contravención con la normativa vigente cruza a ratificarlos en la alzada.”
a mitad de cuadra, en zona no habilitada para
hacerlo, no pudiendo soslayarse que el cruce Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 7º Turno,
de la calzada es objeto de una precisa y rigurosa sentencia N° 211/2012, de 5/10/2012, (López
reglamentación (arts. 51/60 de la Ordenanza Ubeda, Ettlin, Couto-r-), La Justicia Uruguaya
General de Tránsito). Online, cita online UY/JUR/945/2012.

Ahora bien, como expresa la A-quo, la Causa eficiente.


infracción del peatón en el caso en examen
“Es de verse, que la cuestión de mérito
no exime de total responsabilidad al chofer
debe elucidarse conforme las normas que
accionado al resultar que circulaba a mayor
regulan la responsabilidad del transpor-
velocidad de la permitida para el lugar y las
tista, ello, sin perjuicio de que los menores
circunstancias de la zona (art. 103 de la Orde-
viajaban hacia Bariloche, en excursión de
nanza General de Tránsito; art. 13.1 del Regla-
quinceañeros, mediante contrato suscrito
mento Nacional de Circulación Vial). Es así que
entre BUQUEBUS S.A. y la empresa de viajes
en la pericia practicada en el expediente penal
(fs. 80) se estima la velocidad en no inferior FOUR SEASONS SRL, quien arrendó a aquella
a los 67 km. sobre la base de que existe una sociedad sólo el bus con chofer, ocupándose
huella de frenada de 22.30 metros. A similar de la organización y compañía de los menores
velocidad concluye inicialmente el perito en en el viaje; y de la responsabilidad extracon-
accidentología Sr. Giménez a fs. 171, aunque tractual -arts. 1319, 1324 C. Civil-, a la luz de
luego la reduce considerando que la Policía la pretensión deducida por los padres de los
Técnica constató que los frenos se hallaban menores lesionados.
en condiciones regulares por lo que estima la Y asimismo, el art. 4.5 del Reglamento
velocidad aproximada en el orden de los 55 km.
de Servicios No Regulares de Transporte de
Ante estos pronunciamientos, debe eva- Personas por Carretera –Decreto del Poder
luarse si esta velocidad, aunque estuviera Ejecutivo No. 230/997-, que estipula específi-
próxima al límite del máximo permitido (60 camente que no se admitirán pasajeros de pie.
km) es la adecuada para el lugar, y la respuesta
3) Analizando las probanzas allegadas a
debe ser negativa como se concluye en la ape-
la causa en el marco premencionado, en par-
lada. Ello por cuanto se trata de una calzada an-
ticular el relevamiento de Policía Técnica en
gosta (Carpeta Técnica agregada al expediente
informe a fs. 173/180, y especialmente pericia
penal), específicamente 6 metros de acuerdo al
a fs. 175, se arriba a la conclusión de que la
croquis fs. 64; el Sr. Marichal se acercaba a una
causa eficiente del insuceso, con relevancia
parada, donde además reconoce que a la hora
causal que exonera la responsabilidad del
del accidente hay muchos escolares y liceales
transportista, finca en que los menores via-
(fs. 42/43 de los multicitados acordonados).
jaban parados sobre el lugar de la puerta de
Ello hizo que si bien la maniobra evasiva rea-
lizada hacia su derecha fue correcta, no resultó emergencia (dejaron en el lugar una botella
suficiente para evitar el desenlace. de refresco e indicios de que estaban en ese
sitio, fs. 178, 179), en un irresponsable clima de
Por consecuencia, la decisión en cuanto a juego, tal como declaran los mismos menores
disponer una concurrencia causal así como los involucrados en el parte a fs. 22 y 50, lo que
porcentajes atribuídos a cada partícipe (70% a resulta corroborado por los coordinadores
la víctima y 30% al conductor del bus) resultan del grupo, que dan cuenta de que se paraban,
razonables y acordes a las circunstancias fác- agitaban una bandera de un club de fútbol,

TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO • 459


ANDRÉS MARIÑO LÓPEZ

en una conducta netamente negligente e ‘... este equipo realizó en varias oportunidades
irresponsable. pruebas empíricas sobre el seguro de la puerta
no pudiendo con solo la fuerza desde el interior
Tal circunstancia, con clara relevancia al exterior lograr su apertura. La única forma
causal, no fue debidamente abordada, ni pudo de lograr su apertura al encontrarse correcta-
ser controlada por los coordinadores, muy mente cerrada, fue siempre haciendo girar la
jóvenes algunos y sin experiencia previa en la palanca de apertura’.
materia –testigo Faggiani, fs. 91-, cuestión que
debió ser relevada en forma oportuna por los 4) Por consecuencia, no se pueden deter-
padres de los menores. minar en forma fehaciente cuales fueron las
circunstancias en que los adolescentes cayeron
En efecto, es de verse que el informe pe- al exterior, pero resulta claro que no incidió
ricial practicado en el lugar, y en forma inme- la circunstancia de que el conductor del bus
diata al insuceso –fs. 175-, resulta concluyente circulara a 80 km/h por Ruta 1, al abordar la
en punto a determinar que el ómnibus VOLVO, Radial Juan Lacaze, habida cuenta que si los
del año 2006, se encontraba en buenas condi- menores hubieren viajado sentados, como
ciones, presentando la apertura y cierre de la reglamentariamente debían, ninguna conse-
puerta de emergencia en buen estado, y ‘que de cuencia hubiere derivado del aludido hecho.”
acuerdo al sistema de cierre y apertura, ambos
verificados por este equipo pericial, no permite Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 7º Turno,
la apertura accidental desde el exterior, al igual sentencia N° 144/2012, de 27/08/2012, (López
que desde el interior sin que este sistema sea Ubeda -r-, Couto, Hounie -d-, França, Sosa
manipulado previamente, desde el tablero -d-), La Justicia Uruguaya Online, cita online
delantero por el chofer o guarda’. Agregando UY/JUR/1361/2012.

460 • TRATADO JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIO

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