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No siempre fue así, hubo unos meses en los que desapareció, su lugar estaba ocupado por

algo más fuerte, hasta que lo perdí.


Enamorarme fue una experiencia única, no tengo palabras para describir exactamente lo
que sentí, pero creo que si pudiera volar y surcar los cielos podría decir que es algo similar,
tu mente queda en blanco y de alguna manera sientes que tienes un sentido, tu corazón te
dice que tienes algo por hacer, algo que cuidar. Es bastante fuerte, capaz de imponerse ante
los demás sentimientos, capaz de alterar tu percepción de la realidad y la toma de
decisiones, para bien o para mal.
Nuestra amistad empezó mucho antes de todo esto, pero nunca se desarrolló del todo, al
punto que dejamos de hablar por un año entero sin motivo alguno. No fue sino a mitades de
2021 que volvimos a hablar producto de una salida en grupo, la primera y ultima en la que
estuvimos todos. Nunca pensé que terminaría así, no le hablé con esas intenciones, pues
nunca había tenido pareja y no esperaba tener pronto, supongo que ella tampoco lo
esperaba.
Recuerdo que empecé a visitarla una vez cada dos semanas, siempre ha sido una persona
atareada así que no tenía mucho tiempo libre, sin mencionar su extensa vida social, pero era
suficiente para mí, al fin y al cabo, sólo éramos amigos. En su casa solíamos hacer un poco
de todo: jugar, hablar, comer, incluso salir cada tanto, nunca faltaban opciones para
compartir pues ambos disfrutábamos hacerlo.
Su padre siempre ha sido muy estricto, la apoya con todo el corazón, pero siempre espera
resultados positivos, le permitía tener un circulo social extenso, pero cuando el tema sobre
las parejas salía a flote no era el más flexible, tal vez no consideraba a su hija capaz de
mantener una relación sin cometer errores por el camino, tal vez lo consideraba una
distracción, pues en aquel momento ella sólo tenía 16, o tal vez simplemente prefería
prevenir que lamentar, sea cual sea el caso, basándome en las conversaciones que tuvimos
en aquel entonces, una pareja no era buena idea.
Pero esa nunca fue mi meta, en ese momento me encontraba terminando el 4° medio de
manera virtual, por ende, pasaba mucho tiempo en casa y me sobraba mucho tiempo libre el
cual, sinceramente, no recuerdo en qué invertía. Las visitas pasaron de ser una cada dos a
una a la semana, recuerdo que era los jueves y ese día ella estaba totalmente libre, así que
solía pasar todo el día con ella. Los meses pasaron y poco a poco algo fue surgiendo, yo no
fui el primero en mostrar signos de atracción, al día de hoy me sigue costando verlo, pues
creo que confundo simpática con coqueteo, pero por si acaso siempre asumí que era
simpatía. Empezó con un mayor contacto físico, siempre que llegaba o me iba nos dábamos
un abrazo, normalmente su padre estaba cuando yo llegaba, trabajaba en la sala así que el
primer abrazo era normal, pero cuando me iba en la noche el abrazo era más fuerte, como si
intentáramos expresar todo el cariño que nos teníamos con un simple gesto.
Siento que ahora puedo ver algunas cosas más claramente, y eso me hace pensar que las
señales o actitudes de coqueteo empezaron mucho antes de que yo creía, pero en aquel
entonces no era capaz de verlo, en parte porque no estaba acostumbrado o no las conocía, y
en parte también porque me costaba pensar que yo le gustaba, porque nunca había tenido
una amistad como esa. Yo también expresaba mi cariño a mi manera, pero no fue sino un
tiempo después que me di cuenta del sentimiento.
Quedé en blanco, jamás había sentido algo así, era hermoso, tanto que casi podía verlo
cuando miraba el cielo, sentía cómo se esparcía por todo mi cuerpo, invadió todo mi ser y
me colocó una sonrisa en el rostro. Incluso ahora, tiempo después, no se cómo describirlo
exactamente, tampoco me detuve a pensar en ello, sólo quería disfrutarlo, fue entonces
cuando empecé a ver ciertas señales de su parte, ahora entendía mejor algunas cosas, pero
aún así no estaba seguro, tenía muchas dudas sobre lo que ella sentía, sentía que si le
hablaba del tema podía llegar a ser incomodo en el caso de que ella no sintiera lo mismo,
preferí callarme y dejar que las cosas fueran por sí mismas.
Hasta aquel día, el universo se alineó para crear la situación, pues estábamos en su casa,
ambos en la parte de debajo de la litera, su hermano arriba jugando, el volumen era el justo
para no escuchar los pequeños ruidos, su padre estaba en la sala, trabajando al lado de la
puerta, la cual estaba cerrada. De alguna manera terminé acostado en sus piernas, jamás me
he acostado en algo tan cómodo como aquello, no precisamente por sus piernas en sí, sino
porque eran de ella, me quedé viendo la parte de arriba de la litera, sentía que volaba, sentía
que sus piernas eran nubes y que no podía mejorar, hasta que empezó a acariciar mi
cabello, fue entonces que este nuevo sentimiento que se encontraba dentro de mí desde
hace unas semanas cobró fuerza, recorrió todo mi cuerpo y alteró mi percepción, sentía que
estábamos solos en el cuarto, olvidé completamente a su hermano y a su padre, no podía
evitar verla a los ojos, sus hermosos ojos cafés me hipnotizaban, estaba absorto en su
mirada. En medio de todo ese silencio, quería expresar lo que sentía, quería liberar todo ese
cariño, pero seguía teniendo dudas al respecto, mi mente decía que sí, mi cuerpo decía que
no, si quería hacerlo debía tomar una decisión que nunca había tomado, una que requería
valor y fuerza, requería no tener miedo al resultado, y por un instante muy breve, tuve lo
que se requería. Me levanté y le di un beso, el no sentir que me apartaba inmediatamente
fue reconfortante, y lo fue aún más cuando ella lo devolvió. Esa noche me fui a casa feliz,
no podía creer lo que acababa de hacer, y mucho menos que haya salido bien, fue una
noche que espero nunca olvidar.
Lo que ocurrió después no me interesa para esta nota, lo importante es que en aquel
momento el problema desapareció por completo, no había ni el más mínimo rastro de él, y
todo por amor que, si bien en aquel entonces, era egoísta, fue suficiente para despejar las
nubes negras y poder apreciar el hermoso cielo azul. Debo encontrar algo y amarlo con
todo corazón, no tiene que ser una persona y espero que no sea así, debe ser una tarea, algo
que sea capaz de hacer, algo que pueda señalar, no tiene que ser una carrera ni un trabajo,
basta con que disfrute hacerlo lo suficiente como para amarlo, ese es mi punto de partida,
mi rayo de Sol entre las nubes negras.
Si en algún momento te muestro esto, gracias por todo, nunca fue tu intención, pero me
hiciste sentir el que para mí es el sentimiento más bonito que he vivido, y ahora estoy
orgulloso de haberlo visto madurar, de convertirse en un amor egoísta a uno más puro, pues
ya no se alimenta del cariño reciproco, sino de saber que estás bien y que disfrutas cada día
como si fuera el último, de saber que sigues hacía adelante sin importar la adversidad, de
saber que no tienes este problema y, sobre todo, de poder ver todo esto en persona, no como
pareja, sino como aquello que siempre debí ser: un amigo.

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