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TESIS
Preventividad:
La pedagogía de Dios en el Nuevo Testamento
PRESENTA
Laura Vanessa Vanegas Corredor
PRESENTADO A
Sor Estella García y Comunidad del noviciado
Manizales-Colombia
2019
2
CONTENIDO
Presentación…………………………………………………………………........................................1
Contenido……………………………………………………………………………………………………...2
Objetivo…………………………………………………………………………………………………………3
Introducción………………………………………………………………............................................4
El seguimiento de Jesús,
Constitutivo de la espiritualidad salesiana…………………………………………………5
1.1 Jesucristo fuente de nuestra espiritualidad
II
IV
Conclusión…………………………………………………………………………………………………..32
Bibliografía…………………………………………………………………………………………………33
3
Objetivo
La acció n catequística, pastoral y educativa de los cristianos a lo largo de los siglos
nos ha llevado al acercamiento profundo de las Sagradas Escrituras, descubriendo
así la pedagogía liberadora del Padre Creador, del Hijo Redentor y del Espíritu
Santificador.
INTRODUCCIÓN
Este trabajo está motivado por la necesidad urgente de acercarme a las Sagradas
Escrituras, concretamente al Nuevo Testamento. He querido hacerlo dá ndole un
enfoque nuevo, diná mico y carismá tico.
Si bien he decidido seguir a Jesucristo tras las huellas de San Juan Bosco y en la
profundizació n y asimilació n de los contenidos propios del carisma surge
indudablemente como espiritualidad y metodología pedagó gica el Sistema
Preventivo inspirado en la caridad de Dios, que acompañ a y precede a toda
criatura con su amor providente, entregando hasta la propia vida por su salvació n.
Don Bosco nos ha dejado un gran patrimonio espiritual y educativo, pues má s que
tesis, discursos y teorías estructuradas es una pedagogía eminentemente narrativa,
lo vemos diá fanamente en sus hechos de vida, en sus experiencias cotidianas, el
arte con el que educó en positivo y en la valentía paternal con la que amó sin
medida, es esto lo que me llena de convicciones y me impulsa a darle profundidad
a mi fe en Jesucristo, el Maestro de maestros.
Don Bosco crea y da vida a su sistema bebiendo día a día del amor providente del
Padre, leyendo en clave de fe las experiencias que Dios le hacía vivir, mirando
detalladamente la misió n por la cual Jesú s había sido enviado a vivir en nuestra
finitud. Don Bosco mira su realidad con los ojos de Dios Padre.
Para este trabajo de profundizació n utilizamos los elementos propios del sistema
preventivo, los pilares que lo sostienen: razó n, religió n y amor, en clave
interpretativa, haciendo una re-lectura con enfoque carismá tico, volviendo a la
base teoló gica de este patrimonio espiritual y pedagó gico-educativo que nos ha
dejado nuestro Padre Don Bosco. Para mí ha sido apasionante descubrir en
flagrancia al inspirador de tal sistema, pues fue É l quien amó , previó y dio la vida
PRIMERO.
1
Educar con el corazón de Don Bosco. Por Mario L. Peresson Tonelli SDB, Librería Salesiana. Pág. 57
2
Constituciones y reglamentos de las Hijas de María Auxiliadora. pág. 45. Art. 8
6
“Siempre me hizo pensar la conducta del Señor para con San Pablo,
cuando aún este estaba respirando iras y amenazas contra los cristianos. Y
paréceme ver en ella nuestra norma a seguir cuando nos encontremos con
corazones reacios a nuestra voluntad. No lo derriba, del caballo súbitamente
Jesús sino después de largo caminar, después de haberle brindado ocasión de
reflexionar acerca de la misión encomendada y lejos de cuantos hubieran
podido azuzarle a perseverar en su resolución persecutoria contra los
cristianos. (…) Sobre este divino modelo quisiera yo calcar a mis
salesianos, para que con inspirada paciencia e ingeniosa caridad,
esperaran, en nombre de Dios, el momento oportuno para corregir a sus
alumnos”.4
Don Bosco describe en muchos de sus escritos que el verdadero modelo del
cristiano y por consiguiente de todo miembro de la familia Salesiana es Jesucristo,
digno de toda imitació n, y má s que eso de la profunda asimilació n de su vida y de
su mensaje liberador. Debemos encarnar totalmente su persona humana y divina
para poder decir con San Pablo: “Ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mi”
(Gálatas 2:20):
“El modelo que todo cristiano debe copiar es Jesucristo. Ninguno puede
preciarse de pertenecer a Jesucristo si no se esfuerza por imitarlo. Por eso en
la vida y en las acciones de un cristiano se debe reconocer la vida y las
acciones del mismo Jesús. El cristiano debe rezar como oró Jesucristo en la
montaña, con recogimiento, con humildad, con confianza. El cristiano debe ser
asequible, como lo era Jesucristo, a los pobres, a los ignorantes, a los niños (…)
Se hace todo para todos para ganarlos a todos a Jesucristo. El cristiano debe
tratar a su prójimo como trataba Jesús a sus seguidores: su manera de tratar
debe ser edificante, caritativa, plena de decoro, de dulzura, de simplicidad. El
cristiano debe ser humilde, como lo fue Jesucristo (…). El verdadero cristiano
se considera como el menor de todos y como el servidor de todos. El cristiano
debe obedecer como obedeció Jesucristo (…). El verdadero cristiano obedece a
sus padres, a sus patronos, a sus superiores (…). El verdadero cristiano en el
3
Constituciones y reglamentos de los salesianos de Don Bosco. Madrid: Editorial CCS, 1985, P.260.
4
Bosco, Juan. Carta circular sobre los castigos. 29 de enero de 1883. Fiesta de San Francisco de Sales.
En: Obras fundamentales. Madrid: BAC,1978,pp.601-602.
7
comer y en el beber debe ser como Jesucristo, en las bodas de Caná de Galilea y
en Betania (…). El buen cristiano debe además ser con sus amigos, como lo era
Jesucristo con S. Juan y S. Lázaro. (…). El verdadero cristiano debe sufrir con
resignación las privaciones y la pobreza como sufrió Jesucristo (…). Sabe
tolerar las contracciones y las calumnias (…). Sabe tolerar las afrentas y los
ultrajes como hizo Jesucristo (…). De manera que el verdadero cristiano debe
estar pronto a tolerar las penas del espíritu (…). El buen cristiano debe estar
dispuesto a acoger con paciencia las persecuciones, la enfermedad y la
muerte, como lo hizo Jesucristo (…). De manera que el verdadero cristiano
debe decir con el apóstol S. Pablo: “No soy yo quien vivo, sino que es Jesucristo
quien vive en mi”. Quien seguirá a Jesucristo según el modelo aquí descrito,
debe estar seguro de ser un día glorificado con Jesucristo en el cielo, y reinar
con Él eternamente”. 5
Diá fanamente se concluye que para Don Bosco la santidad tiene su fundamento en
la plena configuració n con Cristo. Lo es también para la Madre Mazzarello,
cofundadora de nuestro Instituto quien con su tenor de vida tan sobrio y sencillo
supo proponer a sus hijas como forma de vida, el actuar apostó lico de Jesucristo,
vivir su pasió n y muerte con las fatigas de cada día y su resurrecció n en la alegría
plena de la Eucaristía, pero sobre todo propuso vivir integralmente en su amor
esponsal:
Empiezo por sor Filomena. ¿Estás alegre? Procura estarlo siempre. Vive
estrechamente unida a Jesús, trabaja por agradarle a Él sólo, esfuérzate
por hacerte cada día más santa y estarás siempre alegre. ¡Viva Jesús! No te
olvides de rezar por mí.6
Sor Juana estudias mucho ¿no es verdad? Creo que estudiarás también la
manera de hacerte santa. Recuerda que para ser santa y sabia hay que hablar
poco y reflexionar mucho. Hablar poco con las criaturas, poquísimo de las
criaturas y nada de nosotras mismas. Hay que conservar el recogimiento
del corazón si queremos oír la voz de Jesús. Así es que procura vivir
recogida y humilde y te harás una gran santa. No me olvides en tus
oraciones.7
La mística con la que la Madre Mazzarello impregnó a sus hijas habla sobre todo
del seguimiento de Cristo crucificado, este sería el grito que resume toda su vida,
aquí está el secreto de su riqueza y profundidad interior. Ella no consintió
sentimentalismos baratos o simples zalamerías, su vida estuvo radicada
5
BOSCO, Giovanni. Le chiave del paradiso in mano al cattolico che practica i doveri di buon cristiano.
Torino: 1856, pp. 20-23. OE VIII, pp. 20-23
6
CAVAGLIÀ, P. - COSTA, A. - POSADA, M.E. La sabiduría de la vida. Cartas de Madre Mazzarello. Madrid:
1994, pp. 200 # 8
7
CAVAGLIÀ, P. - COSTA, A. - POSADA, M.E. La sabiduría de la vida. Cartas de Madre Mazzarello. Madrid:
1994, carta 22 # 15
8
Má s adelante nos dirá que es Jesú s el verdadero centro de nuestras vidas, pues
acogemos el proyecto de santidad propuesto en las bienaventuranzas evangélicas:
8
CAVAGLIÀ, P. - COSTA, A. - POSADA, M.E. La sabiduría de la vida. Cartas de Madre Mazzarello. Madrid:
1994, carta 64 # 5
9
RENGOAT, Ivonne. Circular 965 Anunciar, testimoniar, servir el Evangelio.
10
RENGOAT, Ivonne. Circular 965 Anunciar, testimoniar, servir el Evangelio.
9
En el Artículo 11 “Con el vínculo de los votos las Hijas de María Auxiliadora hacen
suyo el género de vida casta, pobre y obediente que el Hijo de Dios ha elegido para
sí”
“La séquela Christi como consecuencia de la llamada personal y comunitaria que nos
hace Cristo Jesús para que colaboremos con Él en la construcción del Reino, es la raíz
y el fundamento de nuestra espiritualidad; a partir de ella tenemos una peculiar
experiencia de Dios y sentimos la presencia y la acción del Espíritu Santo, principio
vital de nuestra espiritualidad” 11
Es necesario dejarnos envolver por el carisma para poder leer el Evangelio con los
ojos de Don Bosco y de la Madre Mazzarello, recibir en el corazón oratoriano el
impulso del Espíritu de los orígenes y plantearnos así una Cristología Salesiana,
constitutivo de nuestra espiritualidad como ya lo hemos demostrado
anteriormente.
Se desarrolla este tema usando la pará bola del sembrador recogida en los
evangelios sinó pticos (Marcos 4, 3b-8; Mateo 13, 3b-8; Lucas 8, 5-8a); ella nos
ayudará a conocer los distintos terrenos donde la semilla de la Palabra de Dios a lo
largo de la historia de salvació n ha caído, sin perder de vista que parte de la
simiente va a dar al camino, otra cae en terreno pedregoso, otra parte cae en tierra
profunda pero no bien preparada, a pesar de tanto fracaso, la mayor parte cae en
tierra buena. La plantita crece, se reproduce y da frutos del treinta, el setenta y
hasta el ciento por uno:
“Otra vez Jesús se puso a enseñar a orillas del lago. Se le reunió tanta gente
junto a él que tuvo que subir a una barca y sentarse en ella a alguna distancia,
12
San Juan Crisóstomo.
11
mientras toda la gente estaba en la orilla. Jesús les enseñó muchas cosas por
medio de ejemplos o parábolas. Les enseñaba en esta forma: «Escuchen esto:
El sembrador salió a sembrar. Al ir sembrando, una parte de la semilla cayó a
lo largo del camino, vinieron los pájaros y se la comieron. Otra parte cayó
entre piedras, donde había poca tierra, y las semillas brotaron en seguida por
no estar muy honda la tierra. Pero cuando salió el sol, las quemó y, como no
tenían raíces, se secaron. Otras semillas cayeron entre espinos: los espinos
crecieron y las sofocaron, de manera que no dieron fruto. Otras semillas
cayeron en tierra buena: brotaron, crecieron y produjeron unas treinta, otras
sesenta y otras cien. Y Jesús agregó: El que tenga oídos para oír, que escuche.
(…) Jesús les dijo: « ¿No entienden esta parábola? Entonces, ¿cómo
comprenderán las demás? Lo que el sembrador siembra es la Palabra de Dios.
Los que están a lo largo del camino cuando se siembra, son aquellos que
escuchan la Palabra, pero en cuanto la reciben, viene Satanás y se lleva la
palabra sembrada en ellos. Otros reciben la palabra como un terreno lleno de
piedras. Apenas reciben la palabra, la aceptan con alegría; pero no se arraiga
en ellos y no duran más que una temporada; en cuanto sobrevenga alguna
prueba o persecución por causa de la Palabra, al momento caen. Otros la
reciben como entre espinos; éstos han escuchado la Palabra, pero luego
sobrevienen las preocupaciones de esta vida, las promesas engañosas de la
riqueza y las demás pasiones, y juntas ahogan la Palabra, que no da fruto.
Para otros se ha sembrado en tierra buena. Estos han escuchado la palabra, le
han dado acogida y dan fruto: unos el treinta por uno, otros el sesenta y otros
el ciento.» (Marcos 4 1-,9.13-20)
1. Una parte de esta semilla cayó por el camino, donde pronto fue picada por
las aves:
Segú n los primeros capítulos del Génesis, desde los orígenes de la humanidad Dios
ha querido manifestarse como Padre creador del universo. En el segundo relato
de la creació n (Gn 2, 4b-3, 24) este Padre amoroso demuestra gran interés por la
formació n del hombre, tanto que aparece modelando su cuerpo con sus manos y
como un gran escultor diseñ a su obra má s sublime, luego “sopla sobre él aliento de
vida y resulta el hombre un ser viviente” (Gen 2 ,7b), formado a imagen y semejanza
de su creador (Gen 1,26a). Dios piensa también en las necesidades del hombre, así
que diseñ a un hermoso jardín, con á rboles frondosos, agradables a la vista y al
gusto; y como si fuera poco en su infinita sabiduría discierne que “No es bueno que
el hombre este solo”, decide entonces hacerle una ayuda adecuada y crea animales
de toda clase y especie, luego hace caer al hombre en un sueñ o profundo y de su
costilla diseñ a la má s perfecta compañ ía: Dios forma a la mujer.
12
Dios da al hombre un mandato, prohíbe comer del á rbol del bien y del mal, si este
es incumplido traerá sobre sí la pena de muerte; el hombre y la mujer seducidos
por la serpiente que “era la más astuta de los animales” rompen aquella orden
divina, son expulsados del jardín y se condenan a “volver a la tierra de donde
habían sido tomados”
Dios amigo, perfecto diseñ ador del amor, autor de una ecología integral, Padre
condescendiente con su creatura deja caer con esperanzada ilusió n su semilla-
creadora en un terreno en que la simiente no podrá dar fruto debido a que su
Palabra ha sido escuchada, recibida pero no aprehendida en el corazó n por eso en
cuanto es recibida, “viene satanás y se la lleva” tal como sucedió con Adan y Eva
representantes de toda la humanidad.
El trabajo del sembrador ha sido un aparente fracaso hasta ahora, ¿qué sucederá
en los demá s terrenos donde la semilla ha sido esparcida?
Dios Padre es un sembrador que sabe que parte de la siembra se echará a perder,
pero eso no lo desalienta, tiene claro que lo importante es la cosecha final. Su
Palabra de amor no siempre será bien acogida, no faltará n obstá culos ni
resistencias, tendrá que tener mucha paciencia con su creació n un tanto
desfigurada por el pecado mas sabe que la fuerza de su amor en la cumbre del
camino dará fruto abundante.
13
La pedagogía de Dios. Por Eli Chaves dos Santos, CM.
13
Mas Dios se descubre de nuevo, actú a como Padre y Madre, desde su profundo “ser
comunitario” con un amor creativo y esperanzador, suave y fuerte a la vez, se
encuentra sediento de la confianza profunda, de la perseverante fidelidad, de la
cotidiana adhesió n del ser humano a su perfecto plan de salvació n. “Ese Dios
aparece como fértil en promesas: Él abrió desde antiguo un gran itinerario de
esperanza y libertad, de tierra y plenitud para los humanos” 14, así que establece una
promesa con Abrahá n, promesa que se expresa en el mismo camino de la vida
humana:
Dios se manifiesta así vinculado íntimamente a su Pueblo, camina con él, lo guía, y
lo protege, irrumpe en su nomadismo y en su descendencia con gran
omnipotencia haciéndose el Dios de la tierra y el Dios de la familia:
“- Yo soy el Señor que te saco de Ur de los caldeos para darte esta tierra en
posesión.
Abrán le preguntó:
-Señor, Señor, ¿Cómo sabré que voy a poseerla?
El Señor le respondió:
-Tráeme una ternera (Para el sacrificio)…
Aquél día hizo el Señor una alianza con Abrán es estos términos:
- A tu descendencia le daré esta tierra….” (Gen 15, 7 ss)
14
PICASSA, Xabier. Para descubrir el camino del Padre, nueve itinerarios para el encuentro con Dios.
Navarra 1999.Editorial Verbo Divino. pág.27.
14
El ser humano sigue caminando hacia la verdad que lo sobrepasa, el pueblo sabe
que su esperanza está radicada en la promesa Dios.
En (Éxodo 24) Dios le dice a Moisés que suban con él al monte los sacerdotes y los
ancianos, luego le informa al pueblo “todo lo que le había dicho el Señor y todas sus
leyes” (vs.3a). Nuevamente ellos aceptan los términos del pacto: "Haremos todas
las palabras que el Señor ha dicho" (vs.3b). Moisés escribe todas las palabras que
ha recibido en un libro, construye un altar, sacrifica varios bueyes y sella el pacto
con sangre, “Tomó en sus manos el código de la alianza y lo leyó en presencia del
pueblo, el cual dijo: Cumpliremos y obedeceremos todo lo que ha dicho el Señor.
Entonces Moisés tomó la sangre y roció al pueblo diciendo: Esta es la sangre de la
alianza que el Señor ha hecho con ustedes, según las disposiciones dadas” (Éxodo
24,7-8)
Luego Moisés, Aaró n, Nadab y Abiú y los setenta ancianos subieron a medio
camino del monte, tuvieron una fiesta y contemplaron al Dios de Israel. Mas, Dios
llama a Moisés y le pide que suba aú n má s arriba para recibir "las tablas de piedra"
escritas por É l. Entonces, Moisés subió dentro de la nube y permaneció allí
cuarenta días. Cuando terminó de hablar, Dios le da a Moisés las dos tablas del
testimonio escritas por el mismo dedo de Dios para que se las lleve al Pueblo.
Pero, durante los cuarenta días, este Pueblo que ya había acogido la Palabra de
Dios y se sentía pleno con ella, empieza a actuar como un terreno lleno de piedras
y con poca hondura para echar raíces pues bien pronto se olvida de la alianza que
Dios había querido trazar con ellos. Mientras Moisés los acompañ aba
contemplaron la mano poderosa de Dios y fenó menos nunca antes vistos, que
encendían su fe y despejaban sus temores, aceptando con alegría y jubilo la
alianza de amor propuesta por Dios pero en el momento de la prueba y de la
incertidumbre el terreno se muestra reseco y poco profundo y como la semilla de
la Palabra de Dios no se había arraigado en ellos, la crisis de la fe empieza a
traspasar sus corazones y la simiente empieza a desvanecerse:
“Cuando el pueblo vio que Moisés tardaba en bajar del monte, se reunió el
pueblo en torno a Aarón y le dijeron: «Anda, haznos un dios que vaya delante
de nosotros, ya que no sabemos qué ha sido de Moisés, el hombre que nos sacó
de la tierra de Egipto.» Aarón les respondió: «Quitad los pendientes de oro de
las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y vuestras hijas, y
traédmelos.» Y todo el pueblo se quitó los pendientes de oro que llevaba en las
orejas, y los entregó a Aarón.
Los tomó él de sus manos, hizo un molde y fundió un becerro. Entonces ellos
exclamaron: «Este es tu Dios, Israel, el que te ha sacado de la tierra de
Egipto.» Viendo esto Aarón, erigió un altar ante el becerro y anunció:
«Mañana habrá fiesta en honor de Yahveh.» Al día siguiente se levantaron de
madrugada y ofrecieron holocaustos y presentaron sacrificios de comunión.
Luego se sentó el pueblo a comer y beber, y después se levantaron para
solazarse” (Exodo32,1-7)
16
Y he aquí que el sembrador descubre como aquél terreno no estaba listo para
acoger su semilla de salvació n, sin embargo enamorado de la siembra se muestra
paciente y perseverante pues sabe que al final el terreno dará sus frutos. La
pedagogía de Dios se basa en la preventividad y en la progresividad, comprende
que es un camino que exige una confianza total y por eso continú a educando
integralmente a su pueblo con la vida, desde la vida y para la vida, poniendo de
relieve la metodología del amor y la libertad.
Dios sigue regando su semilla de amor y salvació n por medio de hombres que
consagrá ndose enteramente a É l proclaman con valentía sus designios salvíficos.
Dios anima al pueblo, pues no desea su perdició n, así que llama, envía y habla a
través de los profetas. Como colaboradores de Dios educador, y verdaderos
proclamadores de la verdad deben armonizar su vida con la fe inquebrantable a
Yahvé y el cumplimiento radical de lo que anuncian y denuncian.
Y a pesar del cuidado amoroso de Yahvé y los insumos providentes con que nutría
su terreno, Israel seguía siendo infiel:
Mas la contaminació n y el pecado no son solo los mensajes de este profeta. Oseas
contempla el perdó n de Dios e invita al Pueblo a una conversió n del corazó n:
Ezequiel mediante el símbolo de la prostitució n, nos hará ver diá fanamente que el
pecado principal de Israel es la idolatría y que este pueblo elegido se manifiesta
ante Dios como un terreno en el que su Palabra es escuchada pero son má s fuertes
las inseguridades y preocupaciones de la vida, las promesas engañ osas de las
riquezas y de las pasiones efímeras y momentá neas que la misma ternura y
compasió n de Dios:
De entre todas las naciones, Dios se escoge un pueblo para su propiedad, hace
alianza con él, deseando que manifieste su gloria. Pero Israel no corresponde a su
amor divino:
Israel ha sido elegido como el Pueblo cumbre, dueñ o de las promesas, pero a causa
de su infidelidad será dispersado. Ezequiel consuela a su pueblo diciendo que Dios
algú n día lo congregará , pues tiene misericordia del pequeño “resto” que ha
permanecido fiel a su alianza.
Dios es fuente de vida, Agua viva que se desborda en amor, en justicia, en libertad y
en igualdad para todos, torrente que descuaja por completo los deseos de
monopolizació n y dominio. Dios no se olvida de aquellos que a pesar de la
esclavitud, el maltrato y la injusticia, han confiado con parresía, en su amor de
Padre-Madre. Dios entrega a su pueblo la plenitud de las promesas y en É l un
camino a seguir y una verdad de redenció n que al ser abrazada ofrecerá vida
abundante para los pequeñ os y perdidos de la tierra:
15
Fray Nelson
20
comprende y está atenta para prevenir cualquier paso que pueda ser dado en
falso.
Hace dos mil añ os atrá s, Jesú s Maestro, Rostro perenne del Padre, arrastrado por el
Espíritu Santo, comunicaba con alegría la experiencia del profundo amor que
moraba en su corazó n: «El Reino de Dios está en medio de ustedes.» (Lc 17,21b)
Jesú s deseaba llegar hasta la gente má s pobre y sencilla, hasta los enfermos y
desvalidos, los atormentados por espíritus inmundos, las mujeres y los niñ os, las
prostitutas y leprosos; quería llegar hasta aquellos que para el pueblo eran los má s
despreciables pues anhelaba proclamarles con gozo una respuesta esperanzadora
ante la injusticia que los oprimía. Con este Maestro diná mico y comprensivo, Israel
empezaba a experimentar la cercanía de Dios, Jesú s era para ellos “como una fuente
de agua viva en la que podían lavar sus cansancios, limpiar sus suciedades y saciar su
sed más profunda. Era una Luz que guiaba sus pasos por caminos de esperanza y
plenitud. Era Sal que le daba sabor a la vida. Era Pan que alimentaba y daba fuerzas,
Vino que alegraba los corazones” 16. Jesú s Maestro, pregona con su vida que la
plenitud y la felicidad no se encuentran en el poder o en las riquezas sino en la
construcció n de un Reino de fraternidad, de justicia y de verdadera paz.
“Y sucedió que cuando Jesús acabó estos discursos (El sermón de la montaña),
la gente quedó asombrada de su doctrina; porque les enseñaba como quien
tiene autoridad; y no como los escribas” (Mt 7, 29)
Las enseñ anzas del Maestro denotan que Jesú s era un apasionado por la vida y que
esta era para É l una gran pedagoga: “El trabajo y la vida, el contacto con todo tipo
de gente, le enseñaron a descubrir y valorar la profunda sabiduría de los simples y
sencillos, y a despreciar y rechazar todos esos estudios y títulos que se utilizan para
oprimir y creerse superior a los demás”. 18 Jesú s conoce a su gente; comparte con
ella; sufre sus fatigas y sus realidades resecas de dignidad, conoce la vida del
campo, la siembra y la cosecha, sabe del cuidado de la tierra, no le son indiferentes
las faenas de los pescadores junto al lago, lee muy bien el tiempo; goza con el cielo
y sus estaciones, los tiempos y modos de podar las vides, disfruta el oficio de los
pastores y contempla con agrado sus rebañ os, conoce muy bien el oficio de las
madres en casa, dejando listo el pan por las mañ anas, sin olvidar el arte de la
levadura que eleva la masa; la alegría que sienten al encontrar mientras barren
aquella monedita perdida entre tantas distracciones; conoció muy bien los rituales
y celebraciones, los problemas familiares con la repartició n de las herencias, las
leyes y formas de gobierno, y sobre todo “la condición de marginación y exclusión
social a que eran condenados los enfermos (ciegos, mudos, epilépticos, endemoniados,
leprosos, etc.) y las condiciones de explotación e injusticia a que eran sometidos los
pobres, campesinos y asalariados por parte de los ricos y poderosos; conoció la
explotación sufrida por las viudas hasta quitarles lo poco que tenían para vivir y todo
cubierto con un ropaje religioso (Marcos 12, 38; 13,4); sabía de la situación de
opresión a que era sometida la mujer en una sociedad patriarcal. Pero de manera
especial conocía muy bien las estructuras económicas, sociales, ideológicas y de
poder ejercido por los grupos dominantes económica, política e ideológicamente, en
torno al Templo; los grupos sociales que conformaban la sociedad judía en su época y
los mecanismos de dominación y explotación, a través de la ley, el culto, los
impuestos, los diezmos, etc. Tuvo conciencia de la ocupación romana y de las formas
de ejercer su presencia y dominio sobre el pueblo judío. 19
Jesú s enseñ a a sus interlocutores que la vida es má s de lo que se ve, utiliza las
pará bolas de la siembra y el hallazgo del reino para revelar de forma sencilla que
la salvació n ya está llegando: el sembrador (Mt 13, 4-9); el trigo y la cizaña ( Mt 13,
24-30); la semilla y el grano de mostaza (Mc 4, 26-32), para hablar de la infinita
misericordia de su Padre presenta a los pecadores la pará bola de la oveja perdida
(Lc 15, 1-7); el padre misericordioso (Lc 15, 11-32); al manifestarnos que en la
verdadera justicia prima el perdó n y la paz: el buen samaritano ( Lc 10, 30-35); el
fariseo y el publicano (Lc 18, 9-14); al dejarnos en claro cuá les son las actitudes con
las que herimos en nuestra vida la instauració n del reino: los niños en la plaza (Mt
11, 16-19); Los dos hijos (Mt 21, 28-32); Los pérfidos viñadores (Mc 12, 1-8); El gran
banquete (Mt 22, 2-14); y al manifestarnos cuá les será n los frutos cosechados por
aquellos que han sido fieles en lo poco y en lo pequeñ o: El rico y Lázaro (Lc 16, 19-
31); los talentos (Mt 25, 14-30); la red (Mt 13, 47-51) . Jesú s trata de responder a
18
Antonio Pérez Esclarín
19
Mario Peresson, op.cit. pág. 573-574
23
todas las inquietudes y resistencias de sus amigos por medio de las parábolas más
bellas y conmovedoras que salieron nunca de sus labios. Sin duda las trabajó
largamente en su corazón. Todas ellas invitaban a intuir la increíble misericordia de
Dios.20
“Se llevaban mis monedas rodando por el mundo, mis historias pequeñas con
la estampa de un sembrador con pájaros, o de una vieja barriendo, o de un rey
que casaba a su hijo, muy dorado y en colores…. Yo les daba mis cuentos, mi
palabra que podía ser llave de la vida al de ojo puro y corazón derecho; pero
también ser trampa de oro, dura piedra que masticar, para el henchido de su
propio saber, que la pondría al trasluz, sopesándola, dudando si tirarla” 21
Don Bosco al igual que Jesú s desea introducir en la vida de toda persona la
compasió n, pero no una compasió n que hace sentir lastima al mirar desde fuera,
sino, una compasió n visceral, que remueve desde dentro e impulsa a mirar con
ojos de misericordia a todos a los que la sociedad considera despreciables, pues
estos a quienes llamamos “perdidos” le pertenecen íntimamente a Dios; É l los
23
Mario Peresson. Educar con el corazón de Don Bosco.
25
busca como una madre busca al hijo de sus entrañ as y, cuando los encuentra su
gozo es inefable.
“¿Quién de ustedes que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las
noventa y nueve en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la
encuentra?
Les digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por noventa y nueve
justos que no tengan necesidad de conversión” (Lc 15,4-7; Mt 18,12-14).
Jesú s tiene corazó n de Pastor, y en él, el rostro de cada uno de los que el Padre le
ha confiado, parece una locura dejar en el desierto a las noventa y nueve e ir solo
tras una o ¿es que acaso esta un vale má s que las otras? quien tiene corazó n de
Pastor no se entretiene en razonamientos equívocos, sale en bú squeda apasionada
de la perdida porque siente que le PERTENECE. “Para entrar en el reino de Dios es
importante que todos sientan como suya la preocupación de Dios por los perdidos y
su alegría al recuperarlos”25
A partir de este texto Bíblico podemos descubrir los rasgos fundamentales del
Buen Pastor que es Jesú s, lo que está en lo má s profundo de su corazó n, lo que le
lleva a tener entrañ as de misericordia, buscando incansablemente a la ovejita
perdida, vendá ndole sus heridas, recostá ndola sobre sus hombros y devolviéndola
nuevamente al rebañ o. Por eso la caridad pastoral es el corazó n del Sistema
preventivo y el conglomerado de la espiritualidad salesiana, porque solo
compartiendo los mismos sentimientos del Pastor podremos vivir la compasió n y
la misericordia como principio y fundamento de nuestra misió n y espiritualidad
educativa.
Para Don Bosco la persona está dotada de razó n, es decir, es un ser reflexivo, capaz
de pensar, de tomar decisiones, de conocer y analizar la realidad, optando siempre
con plena libertad por un bien mejor y adecuado que le hace responsable de sus
actos. Es creada a imagen y semejanza de Dios, capaz de sentir, de esforzarse, de
descender a las profundidades del ser y de encontrarse en dialogo abierto consigo
mismo.
Con este pilar Don Bosco pretende tocar el espacio profundo y humano del ser, tal
como lo hizo Jesú s el Maestro liberador de la humanidad. Si consideramos su
manera de hablar y de proceder, descubriremos siempre una espiritualidad que
desciende hasta lo íntimo del ser y desvela las verdaderas intenciones del corazó n,
por eso Jesú s siente predilecció n por los pecadores, porque los encuentra abiertos
a la acció n amorosa del Padre.
Con las bienaventuranzas (Lc 6, 20ss; Mt 5, 3-12) Jesú s toca lo íntimo de la persona,
lo que ella es en sus motivaciones, valores, ideales y opció n fundamental y la
introduce en una profunda interiorizació n de su velada biografía interior.
A pesar de la situació n de marginació n que viven los despreciados del pueblo, Jesú s
ilumina sus amenazas con la luz que viene del Padre “Las bienaventuranzas son una
paradoja: se invierten los criterios del mundo apenas se ven las cosas en la
perspectiva correcta, esto es, desde la escala de valores de Dios, que es distinta de la
del mundo. Precisamente los que según los criterios del mundo son considerados
pobres y perdidos son los realmente felices, los bendecidos, y pueden alegrarse y
regocijarse, no obstante todos sus sufrimientos” 26
Dios. Felices los que trabajan por la paz, porque serán reconocidos como hijos
de Dios. Felices los que son perseguidos por causa del bien, porque de ellos es
el Reino de los Cielos. Felices ustedes, cuando por causa mía los insulten, los
persigan y les levanten toda clase de calumnias. Alégrense y muéstrense
contentos, porque será grande la recompensa que recibirán en el cielo. Pues
bien saben que así persiguieron a los profetas que vivieron antes de
ustedes" (Mt5,1-12)
Jesú s educa a sus discípulos desde la libertad. Percibe en sus corazones una
creciente aspiració n de personalizació n, socializació n, dignidad y liberació n; muy
tergiversada en el entorno judío; pero que se vuelve bú squeda real de presencia y
acció n en el conocimiento y hacer de su propia historia. Las bienaventuranzas
como prá ctica de libertad impulsan a la progresiva toma de conciencia y
superació n de todas las formas de alienació n y exclusió n con las que se degrada al
hombre. La educació n liberadora de Jesú s transforma las cadenas en lazos de
atracció n hacia la plenitud, con É l la alegría permea la tribulació n y por lo tanto
empieza a cambiar la manera de mirar la realidad, ahora se contempla con los ojos
de la fe, bien nos dirá San Pablo: “Somos los impostores que dicen la verdad, los
desconocidos conocidos de sobra, los moribundos que están vivos, los sentenciados
nunca ajusticiados, los afligidos siempre alegres, los pobres que enriquecen a muchos,
los necesitados que todo lo poseen” (2 Co , 8-10)
Bien podemos afirmar que Jesú s educó desde el pilar de la Razó n cada vez que hizo
sentir a sus hermanos má s humanos, “Jesús, le dijo: Mujer, ¿dónde están ellos?
¿Ninguno te ha condenado? Y ella respondió: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo:
Yo tampoco te condeno. Vete; desde ahora no peques más” (Jn 8, 10-11), cada vez
que se encarnó en sus situaciones de angustia y sufrimiento “Al ver a la gente,
sintió compasión de ellos, porque estaban cansados y abatidos, como ovejas que no
tienen pastor” (Mt 9,36), cada vez que tendió la mano al pecador y le devolvió su
dignidad de hijo de Dios “Jesús le dijo: "¿Quieres curarte?" Le respondió el enfermo:
"Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua. Cuando
logro llegar, ya otro ha bajado antes que yo". Jesús le dijo: "Levántate, toma tu
camilla y anda". (Jn 5, 1-16). Jesú s actú a como un amigo cercano, que acoge, que
perdona, que ofrece su amistad y encamina hacia el encuentro profundo con el
Padre.
Don Bosco en su opú sculo afirma: “La práctica de este sistema está apoyada en las
palabras de San Pablo: La caridad es benigna y paciente… Todo lo sufre, todo lo
espera y lo soporta todo (1Cor 13, 4.7). Por consiguiente, solamente el cristiano
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puede practicar con éxito el Sistema Preventivo. Razón y religión son los medios de
que ha de valerse continuamente el educador, enseñándolos y practicándolos “ 27
Jesú s quiere hacerle entender al pueblo quien es É l, quiere gritar a los cuatro
vientos que es la presencia humana de Dios, por eso este Maestro que seduce con
sus palabras, se identifica con las realidades sencillas de la vida, mostrando las
semejanzas que existen entre ellas y su persona. Estas comparaciones comienzan
afirmando “Yo soy” la cual evoca la revelació n del nombre de Yahvé a Moisés (Ex
3,14; Jn 8, 24.28).
Todas estas analogías revelan lo que es Cristo como Palabra encarnada del Padre,
ellas nos ayudan a aprehender quien es É l realmente, rostro perenne de Dios,
anunciador del Reino, del cual É l mismo es la presencia visible:
“Le dice Felipe: “Señor, muéstranos al Padre y nos basta”. Le dice Jesús:
“¿Tanto tiempo estoy con ustedes y no me conoces, Felipe? El que me ha visto
a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’? ¿No crees que
yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que yo les digo, no se
las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las
27
San Juan Bosco.
28
Mario Peresson.
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“Llevo tanto tiempo con vosotros” quiere decir: “me habéis visto actuar, hablar,
curar, predicar, sanar, ¡y habríais tenido que comprender ya que soy signo, presencia
de la misericordia del Padre, que soy transparencia del Padre!”. 29
Es Jesú s ese educador que “ama porque ha nacido de Dios y conoce a Dios” (1Jn 4,7-
8) y es este amor el que lo inspira a entregar segundo a segundo su vida por los
que el Padre le ha confiado «Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has
dado, para que sean uno, como nosotros» (Jn 17, 11-19). Don Bosco, fiel imitador de
29
MARTINI, Carlo María, op. cit., pág.151.
30
Peresson, Mario. Educar con el corazón de Don Bosco.
30
Jesucristo, descubre en su actuar que para É l lo decisivo es el Amor, Jesú s vive con
intensidad la amorevolezza, la ternura, la amabilidad, la bondad, pues es É l la
encarnació n de estos valores fundamentales para el ser humano.
«El primer mandato es: “Escucha, Israel: el Señor, nuestro Dios, es el único
Señor, amarás al Señor, tu Dios, con todo su corazón, con toda tu alma, con
toda tu mente y con todas tus fuerzas y amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
No hay otro mandamiento mayor que estos» (Mc 12, 29-31).
Para Jesú s, el amor que manifiesta la humanidad es una respuesta al amor inefable
de Dios, pues es É l quien nos ha amado primero ofreciéndonoslo como un
verdadero don. Al dar una respuesta en fidelidad a su mandamiento de amor, el
hombre lleva a cabo el plan de Dios para su vida “He venido para que tenga vida y la
tengan en abundancia (Jn 10,10), y logra encontrar la felicidad y la alegría, en el
amor recíproco que ofrece a Dios amando a sus hermanos. Jesú s quiere que los
hijos e hijas de Dios, amen a su Padre con todo el corazó n, con toda el alma y con
todas sus fuerzas, que el amor sea sincero y sin fingimiento, no por obligació n o
por miedo, sino con docilidad, disponibilidad y apertura. Estos mismos valores son
los que llevan, por tanto, a amar a Dios deseando ardientemente lo que É l quiere y
amando incondicionalmente a los que É l ama. Es ahí en el amor a los hermanos
donde se descubre la verdad del amor a Dios.
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PAGOLA, José Antonio. Jesús aproximaciones históricas.
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Conclusión
Una pregunta surgió como inspiració n para lo descrito anteriormente ¿Ha creado
Dios al hombre para la felicidad? y hoy indiscutiblemente puedo dar una respuesta
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Bibliografía
Peresson Tonelli, Mario Leonardo (2010): Educar con el corazón de Don Bosco.
Bogota, Kimpres Ltda.
Peresson Tonelli, Mario Leonardo (2006): Seguir a Jesucristo tras las huellas de
Don Bosco. Bogota, Kimpres Ltda.
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