Guía Portavoz

deltabernáculo
Tim Dowley

T h is On©

1DGB-0PL-WDUG
PORTAVOZ
Título del original: The Kregel Pictorial
Guíele to the Tabernacle, copyright
© 2002 Angus Hudson Ltd/Tim Dowley
& Peter Wyart en representación de
Three’s Company, y publicado por
Kregel Publications, P.O. Box 2607,
Grand Rapids, Michigan 49501.
Edición en castellano: Guía Portavoz
del tabernáculo, derechos de autor
© 2004 Angus Hudson Ltd/Tim Dowley
& Peter Wyart en representación de
Three's Company, y publicado por
Editorial Portavoz, filial de Kregel
Publications, P.O. Box 2607, Grand
Rapids, Michigan 49501. Todos los
derechos reservados.
R e c o n o c im ie n t o s
Fotografías
Museo de la Biblia en Amsterdam:
pp. 15 (abajo a la izquierda),
28 (abajo)
Tim Dowley: pp. 5, 11, 18 (arriba),
18 (abajo), 32
Roger Eyre, con agradecimiento al
grupo Proyecto tabernáculo: p. 23
Hanan Isaachar: pp. 6,14,15 (arriba a
la derecha), 17 (abajo), 19
Oficina de turismo del gobierno de
Israel: pp. 24, 27 (arriba, Sa’ar
Ya’acov)
Gerth Medien, Asslar, Alemania: pp. 1,
4-5, 14 (insertado)
Zev Radovan: p. 16 (abajo), 17 (arriba),
21 (abajo), 22 (ambas)
Peter Wyart: p. 28 (arriba)

Ilustraciones
Alan Parry: pp. 3, 20-21, 30-31
Richard Scott: pp. 12, 25
Traducción: Luis Bernal Lumpuy
Diseño: Peter Wyart
Paginación: Gladys A. Grasso, Grasso
Design Studio, Miami

Coedicion mundial organizada y

producida por:
Lion Hudson pie
Mayfield House,
256 Banbury Road
Oxford, 0X2 7DH
Inglaterra
Tel.: +44 1865 302750
FAX: +44 1865 302757
e-mail: coed@lionhudson.com

EDITORIAL PORTAVOZ
P.O. Box 2607
Grand Rapids, Michigan 49501 USA

Visitenos en: www.portavoz.com

ISBN 0-8254-1174-2

1 2 3 4 5 edición / año 08 07 06 05 04

Impreso en Singapur

Este m aterial está d isp o nib le g ra tu ita m e n te , co n la única

finalidad de o frecer lectura ed ifica n te a t o d ^ s aquellos
h e r m a n a s gue n o tie n e n los recursos e c o n ó m ic o s para
ad q u irirlo . Si usted es algu ien fin a n cie ra m e n te privilegiado,
uti ice este m aterial para su evalu ació n , y, si es de su gusto,
bendiga al au to r, editores y librerías, co n la com pra del libro.

Knmikn^c PDF
V y
Contenido
El tabernáculo: la tienda de Dios 4
Tres tabernáculos 6
La historia del tabernáculo:
Los años del desierto 8

La historia del tabernáculo:

Entrada en la tierra prometida 10

La estructura del tabernáculo 12

Los utensilios del tabernáculo:
El lugar santísimo 15

Los utensilios del tabernáculo:

El lugar santo 17

El atrio exterior y sus utensilios 20

Construcción y traslado del tabernáculo 23
Los sacrificios del tabernáculo 24
Los levitas y sacerdotes 25
Fiestas solemnes 26
El simbolismo del tabernáculo 29
El templo de Salomón 30
¿Qué le ocurrió al arca? 32
índice temático 32
El tabernáculo: la tienda de Dios
Unos cincuenta capítulos de la
Biblia tienen que ver con el
tabernáculo, lo que indica su
importancia en el desarrollo de la
vida religiosa de Israel.
¿Por qué el tabernáculo?
El tabernáculo era un santuario
portátil —un lugar santo para
adorar a Dios— creado en el
desierto en respuesta a la
necesidad de movilidad.
Simbolizaba la presencia de Dios
con su pueblo, y era él lugar
desde donde se comunicaba su
voluntad.
En esa^poca ^ núetólfe de
Egipto a través del desierto
hacia la tierra prometida, y vivía
en tiendas, de modo que el
tabernáculo era también una
tienda. Se diseñó para poder
desarmarla fácilmente cuando
los israelitas movían su
campamento, y volverla a armar
en el próximo lugar donde
acamparan.
El tabernáculo y el templo
Los israelitas esperaban que una
vez que se lograra la paz y la
seguridad, se establecería un
santuario nacional permanente
(Dt. 12:10-11). Sin embargo, esto
no se cumplió hasta el tiempo
del rey Salomón, cuando se
edifico el primer templo (2 S.
7:10-13; 1 Reyes 5:1-5). Así que
el tabernáculo fue un precursor
del templo. El tabernáculo y el
templo estaban muy vinculados
entre sí desde la perspectiva
Sighted material
■ n
histórica y por su similitud en la
construcción y en la teología que
encierran.
Cómo sabemos acerca del
tabernáculo
La fuente de información más
completa y confiable acerca del
tabernáculo es la Biblia, en
especial el libro de Exodo. Exodo
25-28 describe la construcción y
los utensilios del tabernáculo,
mientras que Exodo 35-40
describe cómo se hizo. También
tenemos ayuda en las especifica­
ciones del templo de Salomón (1
Reyes 6; 2 Crónicas 3-4), y el
templo visto en una visión por el
profeta Ezequiel (Ezequiel
40-43), ya que ambos siguieron
esencialmente el plan del
tabernáculo.
Fuera de la Biblia, la principal
autoridad con respecto al
tabernáculo lo constituye el his­
toriador judío Josefo, quien
escribió durante la segunda
mitad del siglo I d.C. Josefo
repitió mucho de lo que dicen
las Escrituras al describir él los
lugares sagrados más antiguos
de los judíos (Antigüedades
3.6.28).

La impresión de un artista del tabernáculo en el desierto cerca del monte Sinaí. Nótese
que el campamento de Israel está dispuesto alrededor del tabernáculo.

Copyrighted material
Tres tabernáculos
El Antiguo Testamento
menciona tres tabernáculos:
1. El tabernáculo provisional o
Tabernáculo de Reunión
Se estableció después que los
israelitas pecaron al construir y
adorar un becerro de oro en el
monte Sinaí (Éx. 32:1-33:6). Es
probable que fuera la propia
tienda de Moisés. Se puso fuera
del campamento para sim­
bolizar que Dios se había
apartado del pueblo como casti­
Una réplica a tamaño natural
del tabernáculo se ha erigido
en el Neguev, Israel.
go por su pecado. Esta “tienda
para reunirse con Dios” no tenía
ritual ni sacerdocio alguno.
Josué era su único sirviente, y
el pueblo judío lo consultaba
como un oráculo (Éx. 33:7).
2. El tabernáculo del Sinaí
Se menciona por primera vez
este tabernáculo en Éxodo 25:8,
donde Dios le dice a Moisés: “Y
harán un santuario para mí, y
habitaré en medio de ellos". Se
erigió según las indicaciones
que Dios le dio a Moisés.
Analizamos esto en detalles
más adelante en este libro.
3. El tabernáculo de David
Fue David quien erigió este
tabernáculo en su nueva ciudad
capital, Jerusalén, para recibir
el arca del pacto (2 S. 6:12-17).
Al parecer, el antiguo
tabernáculo y su altar de
bronce permanecieron en
Gabaón hasta la época del rey
Salomón, y quedó el lugar
donde se ofrecían sacrificios
(1 Cr. 16:39; 2 Cr. 1:3).

Nom bres del tabernáculo todo el tabernáculo,

Templos portátiles
El tabernáculo y el templo
estaban compuestos de tres
zonas distintas: un área general
y dos áreas restringidas. Esta
era una disposición común en
los templos del antiguo Oriente
Medio; las excavaciones de
santuarios paganos en Palestina
y Siria del período preisraelita
han revelado muchos
santuarios divididos de igual
manera.
Las estructuras portátiles
prefabricadas se usaban mucho
durante el segundo milenio a.C.
Además de su uso como
santuarios religiosos portátiles,
servían como salones de
recepción portátiles para reyes
y otros grandes dignatarios. Los
gobernantes de Egipto y de
Canaán usaban tales
estructuras cuando viajaban a
diferentes partes de sus reinos.
Los pueblos nómadas y
seminómadas, como los
madianitas, también usaron
santuarios portátiles.
pero en Éxodo 26:1 se
refiere al lugar santo y
Al tabernáculo de Israel se le conoció por
al lugar santísimo. Una
varios térm inos hebreos diferentes. frase parecida, "el
tabernáculo [la
Santuario 21; 31:18). morada] del
(Éx. 25:8; 38:24; Lv. También se conocía el testimonio" (Éx.
12:4) tabernáculo como el 38:21), subraya la
Se empleó la palabra "tabernáculo de presencia de las tablas
española santuario Jehová" (1 Reyes 2:28- de la ley en el
para traducir dos 30), "la casa del tabernáculo.
palabras hebreas que tabernáculo" (1 Cr.
significan "lugar 9:23), y "el Casa
sagrado y Tabernáculo de (Éx. 23:19; 34:26)
consagrado", una de Reunión", La frase "la casa de
las palabras (qodesh) literalmente, la tienda Jehová" transmite la
viene de la palabra "donde me reúno con idea de una morada
hebrea para santo. ustedes" (véase, por fija. Por esta razón era
Estas dos palabras se ejemplo, Éx. 29:42, 44; más apropiada para el
aplicaban tanto a la 33:7; Nm. 17:4). Hay tabernáculo fijo que
estructura completa en la Biblia unas se levantó después
(Lv. 4:6; Nm. 3:38, ciento treinta que el pueblo judío se
4:12) como a su lugar variantes de esta estableciera en
más secreto, el lugar última frase, y Canaán, que para el
santísimo (Lv. 16:2). subrayan que el tabernáculo portátil
tabernáculo era el en su peregrinación
Tienda lugar donde Dios se por el desierto.
La palabra tienda reunía con Moisés y su
(hebreo, ohel) aparece pueblo para dar a Templo
diecinueve veces, conocer su voluntad. (1 S. 1:9; 3:3)
utilizada simplemente La palabra hebrea
como tienda. También Morada para "tem plo"
la palabra se (Éx. 25:9; 26:1) también significa
encuentra en La palabra hebrea "palacio" (La RVR-60
expresiones como "la miskan, que significa traduce "casa".); el
tienda del testimonio" "morada", es la templo era el palacio
(Nm. 9:15), nombre palabra traducida [la casa] de Dios
derivado de las dos "tabernáculo". Está (compárese con 1 Cr.
tablas de piedra relacionada con la 29:1, 19). Esta palabra
donde estaban los palabra judía (pero no se usó para los
Diez Mandamientos, o bíblica) Shekiná, que tabernáculos
"Testimonio", que se describe el lugar en posteriores en Silo
guardaba dentro del que habita la gloria (1 S. 1:9; 3:3) y en
arca del pacto en el divina. En Éxodo 25:9 Jerusalén (Sal. 5:7).
tabernáculo (Éx. 25:16, la palabra significa
 La historia del tabernáculo
Los años del desierto

Moisés recibió la ley en el monte
Sinaí, identificado en la actualidad
con Jebel Musa, en cuya base se
alza el Monasterio de Santa
Catalina. Cuando los judíos se
apartaron de Dios y comenzaron a
adorar al becerro de oro en el
desierto, Moisés, airado, hizo
pedazos las tablas de piedra en la
que estaban inscritos los Diez
Mandamientos. Después que el
pueblo se arrepintió, Moisés volvió
a subir al monte Sinaí para
interceder con Dios.
sagrada. Los que habitan en
tiendas en el Oriente Medio siguen
manteniendo esa norma. En un
campamento beduino la tienda del
jefe ocupa una posición central,
con las familias agrupadas
alrededor en las posiciones que se
les han asignado.
La impresión de un artista del tabernáculo,
mostrando las distintas cubiertas sobre la
estructura de madera. Abajo: La distribución de las
tribus alrededor del tabernáculo.
Fuera del cuadro interior, en un
cuadro más amplio, las tribus de
Judá, Zabulón e Isacar acampaban
al lado este, bajo la bandera de
Judá; Efraín, Manasés y Benjamín
al occidente, bajo la bandera de
Efraín; las tribus menos notables,
Dan, Aser y Neftalí al norte, bajo la

Construcción del tabernáculo

Dios renovó su pacto con Israel, le
dio una segunda copia de la ley y
lo invitó a ofrendar materiales con
los cuales construir el tabernáculo.
El pueblo respondió con
generosidad, y dio mucho más de
lo que se necesitaba (Éx. 36:5-6); la
obra continuó bajo la dirección de
Bezaleel y Aholiab (Éx. 35:30; 36:2).
Se terminó el tabernáculo el SUR-SEGUNDA DIVISIÓN-CAMPAMENTO DE RUBÉN
primer día del primer mes en el 151.450

calendario judío (Abib, marzo-

abril) en el segundo año después RUBÉN
46.500
de la salida de Egipto. Comenzó
SIMEÓN Y GAD
entonces el ciclo de sacrificios y 59.300 45,650
adoración que Dios había
establecido para el nuevo
santuario (Éx. 40:2).
COATITAS
2.750
El tabernáculo en el campamento
A diferencia del tabernáculo
provisional (véase p. 6), este OO <r>
O
<Coh 70
tabernáculo permanente se q3
<=>
>- < r lu ATRIO DEL b-' O
-O
encontraba en el mismísimo centro TABERNÁCULO
SS >
del campamento judío. Debe de 9o CO

haber sido muy impresionante, con

el monte Sinaí de fondo. Moisés y
Aarón acamparon al este del <
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tabernáculo, y las otras tres
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familias de sacerdotes en los otros co
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tres lados —la familia de Coat al

sur; la familia de Gersón al 00V£S 00$'I*
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occidente; la familia de Merari al 00Z79
norte— actuando como n vq
"guardaespaldas” del soberano de
Israel, Dios. Esto impedía cualquier
0097$I
intrusión no autorizada en el área NVQ ÌQ OlNBWVdWVD—NQISIAIQ V lW D D - B id O N

L— 8
 Hesbbn

Berseba

Neguev
Mar de
Ruta a través
Ruualaue-'3‘'e|osW
iS''OS de Edom y Moab
(Nm. 33)
Camino
del rey l|e-abafjm

Cades-barnea

Lago Amargo

© Ó n (Heliopolis)

Not (Mentis)

Milagros del maná

y las codornices
Desierto de Sin

Milagro del agua de la roca Repbidim

Batalla contra los amalecitas
es/erto
Ruta tradicional del éxodo
Sendero JebeI Músa
(Monte Smai)
Moisés recibe los
Diez Mandamientos

israelita organizó al pueblo para la

marcha, el tabernáculo, que
llevaban en los hombros los
levitas, permaneció en el centro,
con las tribus de los lados este y
sur marchando delante de él, y las
de los lados norte y oeste detrás
(Nm. 2).

En camino
Aunque la Biblia menciona la ruta
tomada por los israelitas en el
desierto, la mayoría de los lugares
mencionados en el itinerario en
Números 33 son hoy desconocidos.
Un grabado del siglo XIX del monte Sinai, o monte Horeb. Dos lugares pueden identificarse
con certeza: Hazerot y Cades. Por
bandera de Dan; Rubén, Simeón y del monte Sinai durante un año, lo general se ha identificado a
Gad al lado sur, bajo la bandera de hasta que se terminaron el Hazerot con Ein Hudra, un oasis al
Rubén. tabernáculo y sus utensilios. oeste del Mar Rojo. Cades-barnea,
Luego partieron nuevamente, por lo general, se identifica en la
El campamento al partir dirigiéndose a la tierra prometida actualidad con el valle de Ein el-
Los israelitas permanecieron al pie (Nm. 10:11). Cuando el ejército Qudeirat, un exuberante oasis

9—1

alrededor del mayor manantial
en la zona. Se ubica en la zona
norte de Sinai en la encrucijada
de dos rutas principales a
través del desierto, un lugar
inspeccionado por el
arqueólogo inglés Leonard
Woolley y T. E. Lawrence,
“Lawrence de Arabia”,
precisamente antes de la
Primera Guerra Mundial.
Rebelión en el campamento
Los israelitas llegaron a Cades
casi un año después de salir de
Sinai, y fue desde aquí que
Moisés envió a doce espías
para que reconocieran la tierra
prometida (Nm. 13). Cuando
todos los espías, salvo Josué y
Caleb, regresaron con informes
desalentadores, los israelitas
se atemorizaron en gran
manera. Su miedo se torno en
furia y hubo una sublevación
en masa. Moisés y Aaron se
salvaron gracias a la directa
intervención de Dios en el
tabernáculo (Nm. 14:1-10). Por
no haber confiado en Dios, Él
los condenó a permanecer en
el desierto hasta que todos los
adultos que habían salido de
Egipto hubieran muerto (Nm.
14:20-25).
Un nuevo comienzo
Pasaron treinta y ocho años
antes de que los israelitas, con
el tabernáculo entre ellos,
salieran nuevamente hacia la
tierra prometida. Luego de
salir de Cades-barnea,
bordeando el territorio de
Edom, y derrotando a los
amorreos y a Og Rey de
Basán, acamparon en los
campos de Moab (Nm. 33:48-
49) en el oasis que formaban
los manantiales en las
estribaciones de Moab. Desde
aquí, Moisés ascendió al
monte de Pisga (también
conocido como Nebo; Dt. 34:1)
para contemplar la tierra
prometida, a la que no se le
permitió entrar (Dt. 3:27).
L- 10
Entrada en la
Tierra Prometida
El cruce del río Jordán
Cuando murió Moisés, Josué tomó el
mando del pueblo. Luego de enviar a
dos espías al otro lado del Jordán, a la
antigua ciudad de Jericó, preparó a los
israelitas para entrar en la tierra
prometida de Canaán. El arca del pacto
(véase p. 15) iba al frente de la
columna de israelitas, y el pueblo
recibió órdenes de seguir al arca, que
llevaban, como era la costumbre, los
levitas, al cruzar el río Jordán (Jos. 3:3-
4), el cual se secó para que ellos
pasaran.
Gilgal, el lugar donde los israelitas
inicialmente acamparon al lado oeste
del Jordán, fue donde primero se
establecieron de forma permanente,
y durante los primeros tiempos de la
conquista de Canaán, el tabernáculo
estuvo allí (Jos. 4:19; 5:10; 9:6;
10:6, 43).
La toma de Jericó
El arca tuvo un papel destacado en la
destrucción de Jericó, la llevaron carga­
da alrededor de los muros de la ciudad
cada día, por siete días, antes del
"gran grito" el séptimo día, cuando
cayeron los muros de la ciudad.
Después los israelitas no pudieron
tomar la ciudad de Hai, debido al
r
Ajalôn
Bet-horón
la de abajo
Gezer
r®
^ •
Timna
® J Quiriat Jearim
r _ Jarmut
larmiit
¡? Libna
Laquis
V fH e b ro n
Eglón
Debir
n Canaán
30 millas
pecado de un hombre, Acán, Josué y
los ancianos de la nación se postraron
delante del arca y pidieron la ayuda de
Dios.
El santuario principal
Cuando los israelitas tomaron la alti­
planicie central de Palestina,
trasladaron allí el tabernáculo. Aunque
no está claro el lugar exacto, probable­
mente se situó cerca de Silo y de Bet­
el, en las montañas de Efraín (la mo­
derna Seilun; Jos. 18:1, 10; 22:9, 12);
Siquem, una ciudad situada entre el
monte Ebal y el monte Gerizim, donde
se renovó el pacto del desierto (Jos.
8:30-35; 24); en Mizpa (Jue. 20:1); y en
Bet-el (Jue. 20:18, 26).
Finalmente el arca regresó a Silo, tal
vez debido a su posición central y
porque pertenecía a la poderosa tribu
de Efraín.
El tabernáculo permaneció en Silo
durante todo el período de los jueces;
pero en tiempos de Eli se llevaron de
allí el arca del pacto (1 S. 4:4) y nunca
regresó. En la época del profeta
Samuel, el santuario en Silo, llamado
ahora la "casa de Jehová", aparece
como una estructura más permanente
con puertas (1 S. 1:7; 3:3, 15; véase
también la Misná). Probablemente este
edificio reemplazó al antiguo
tabernáculo, que, con el pasar de los
años y el desgaste y las roturas, se
había deteriorado. Es improbable, por
Adam
Bet-horón ^ Llanuras
la de arriba ¿? Gilgal /
Jericó
Geba ^
® je b u s (Jerusalén)
/
'Belén
La invasión
50 km israelita de
supuesto, que el tabernáculo de
Moisés subsistiera más allá del período
de los jueces.
La captura del arca
En la época de Samuel, los guerreros
filisteos conocidos como "pueblos del
m ar", que vivían a lo largo del litoral
mediterráneo, amenazaban la existen­
cia de los israelitas. Alrededor de 1050
a.C., luego de una gran derrota en
Afee, los líderes de Israel llevaron el
arca a la batalla para tratar de obligar
a Dios a luchar por su pueblo (1 S. 4:1-
11). Pero los filisteos otra vez salieron
victoriosos. Capturaron el arca y
destruyeron el santuario en Silo (como
han mostrado los arqueólogos).
Al regresar a Israel, el arca estuvo en Quiriat Jearim durante veinte años.
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;
k•
. -
Después de la batalla, los filisteos lle­
varon primeramente el arca a Asdod,
donde su presencia provocó el
desplome del dios filisteo Dagón y el
estallido de una plaga. La llevaron, por
lo tanto, a Gat y luego a Ecrón, pero la
plaga iba con ella. Al final, siete meses
después de su captura, el aterrorizado
pueblo de Ecrón, atacado por la plaga,
hizo regresar el arca a Bet-semes en
Israel (1 S. 6:12).
Desde Bet-semes, enviaron el arca a
Quiriat Jearim, encima del moderno
poblado de Abu Ghosh, a solo unos
doce kilómetros de Jerusalén, donde
estuvo por veinte años (1 S. 7:1-2).
Aquí Eleazar la cuidó en su propia
casa.
li -
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*,
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L
R
*
Í
Ka J
j
Dagón, el dios filisteo.
El tabernáculo del rey David
Cuando David llegó a ser rey sobre
todo Israel, hizo de Jerusalén su ciudad
capital. Aquí, en el monte de Sión,
junto a su palacio, estableció un nuevo
tabernáculo para el arca.
En su primer intento por llevar el
arca a su nuevo hogar, David no
cumplió con lo que ordenaba las
Escrituras con relación a que el arca la
debían llevar los sacerdotes sobre sus
hombros, y la hizo transportar en un
carro. Cuando los bueyes tropezaron,
Uzías aguantó el arca para que no ca­
yera y Dios lo mató por su irreverencia
(2 S. 6:1-7).
Asustado por este desastre, David
guardó ahora el arca por otros tres
meses en la casa de un extranjero,
Obed-Edom (2 S. 6:10-11).
Finalmente llevaron el arca a
Jerusalén sobre los hombros de los levi­
tas (1 Cr. 15-16), con David danzando
delante de ella.
Otros tabernáculos
Hay referencias a un tabernáculo en
Nob en el reinado del rey Saúl (1 S.
21:1-6) y en Gabaón (1 Cr. 16:39; 21:29).
Al leer la historia de David, sabemos
que el pan de la proposición (véase p.
17) se guardaba en Nob (1 S. 21:1-6), lo
que implica que al menos algunos de
los utensilios sagrados del tabernáculo
también estaban allí.
Sabemos que al final del reinado de
David el lugar alto en Gabaón poseía
reliquias del tabernáculo original, inclu­
so el altar del holocausto, que se seguía
usando (1 Cr. 16:39; 21:29; 2 Cr. 1:3-6).
11
La estructura del
tabernáculo
El tabernáculo era una tienda
que podía fácilmente desmante­
larse, trasladarse y armarse. Su
propósito era ser una morada
adecuada para Dios, y por lo
tanto estaba construida de
materiales de la más alta cali­
dad, usando las mejores habili­
dades humanas.
A fin de subrayar su importan­
cia, se dan los detalles del
tabernáculo tres veces en Exodo.
Sus especificaciones se registran
en Éxodo 26, su construcción se
describe en Éxodo 36:8-38 y su
levantamiento final en Exodo
40:16-19. El diseño del tabernácu­
lo fue dado por Dios. A fin de ase­
gurar que se siguiera esa norma,
a menudo a Moisés se le recorda­
ba: “Mira y hazlos conforme al
modelo que te ha sido mostrado
en el monte" (Éx. 25:40).
El tabernáculo mismo tenía 30
codos (45 pies / unos 13.5 metros)
de largo, 10 codos (15 pies / unos
4.5 metros) de ancho y 10 codos
de alto. Estaba dentro del patio
El tabernáculo
Recinto
rodeado de
cortinas
Arriba: La impresión de un
artista del tabernáculo.
cubierto de cortinas y estaba divi­
dido en dos habitaciones, llama­
dos el lugar santo y el lugar san­
tísimo.
La armazón
(Ex. 26:15-30)
La armazón del tabernáculo la
formaban varios soportes verti­
cales unidos por unas barras.
Los soportes verticales
Cada uno medía diez codos (15
pies / unos 4.5 metros) de largo y
1.5 codos (2.25 pies / unos 0.7
metros) de ancho y estaban
hechos de madera de acacia
cubierta de oro. Los eruditos pen­
saron antiguamente que eran
tablas enteras de madera de aca­
cia, pero en la actualidad la ma­
yoría acepta que cada soporte
constaba de dos piezas verticales
unidas entre sí por apoyos hori­
zontales, como una escalera.
Tales secciones serían consider­
ablemente más fuertes que las
tablas de madera, conservarían
mejor la forma y permitirían ver
La tienda de la presencia de Dios
Fuente de bronce o lavacro
las preciosas cortinas desde el
interior del santuario. Cada
columna de los soportes se apoya­
ba en basas de plata (Éx. 26:15-
25).
Los lados sur y norte del
tabernáculo constaban de veinte
de esos soportes, con seis más en
el lado oeste (la entrada estaba
por el este). En el lado oeste
había dos piezas adicionales en
las esquinas, que se unian a las
paredes mediante unos anillos
(Éx. 26:23-25).
Las barras
Una serie de cinco barras, tam­
bién hechas de madera de acacia
cubierta de oro, pasaban a través
de los anillos de oro que estaban
unidos a cada soporte vertical. Se
fortalecía así la estabilidad y se
corregía la alineación (vv. 26-29;
36:31-34) de los tres lados. La
barra central en los lados norte y
sur se extendía a todo lo largo; las
superiores e inferiores estaban
divididas y se aseguraban sus
extremos (como sugiere Josefo)
con tarugos. Probablemente esta­
ban hechas de diferentes longi­
tudes, para evitar que se partier­
an por el centro.
Las cuerdas
Es probable que toda la estruc­
tura se mantuviera en su lugar
con cuerdas, un extremo sujeto a
las perillas de las cortinas y el
El altar del holocausto,
o altar del sacrificio
Entrada al recinto
sagrado, al atrio
otro extremo a los clavos de
bronce que se enterraban.
Las cubiertas
(Éx. 26:1-14; 36:80-38)
Sobre esta armazón estaban cua­
tro capas separadas de cubiertas
que formaban el techo y la parte
de atrás del tabernáculo.
Las cortinas interiores
Las cortinas interiores estaban
hechas de lino, teñidas de azul,
púrpura y carmesí (véase p. 29), y
adornadas con querubines, “de
obra primorosa" (Éx. 36:8). Había
diez cortinas interiores, cada una
medía unos 42 pies (13 metros) de
largo y 6 pies (unos 1.8 metros) de
ancho. Las cortinas se unían en
dos grupos de a cinco, formando
dos cubiertas que se unían a su
vez con cincuenta corchetes de
oro. Con una cuerda azul se daban
cincuenta lazadas por estos
corchetes para formar una gran
cubierta de 28 x 40 codos (unos 42
pies/13 metros por 60 pies/18
metros).
Algunos eruditos sugieren que
las cortinas estaban suspendidas
por encima de un caballete, para
evitar que se aflojaran por el con­
siderable peso que tenían; pero no
se menciona ningún caballete o
columna de apoyo en la descrip­
ción bíblica. No sabemos en reali­
dad si el tabernáculo tenia un
techo liso (como los contemporá­
neos santuarios fenicios) o un
techo con pendiente con un caba­
llete. Es probable que las cortinas
estuvieran estiradas sobre una
estructura como un mantel, posi­
blemente con barras que se fija­
ban de un lado a otro de la parte
superior de la armazón del
tabernáculo, para darles altura y
fortaleza adicional. Los adornos
solo podían verse a través de las
aberturas en los marcos de
madera desde el interior de la
tienda.
La segunda capa de cortinas
Once cortinas, o lienzos encera­
dos, de pelo de cabra tejido, de
forma rustica y color carmelita
oscuro, formaban la próxima. Cada
cortina tenía aproximadamente 45
pies (unos 13.5 metros) de largo
por 6 pies (unos 1.8 metros) de
ancho. Estas estaban divididas en

13— 1
 La puerta exterior de la réplica del tabernáculo en el Neguev. Insertado: Modelo del tabernáculo que muestra la armazón interna de madera.
dos partes de cinco y seis cortinas
respectivamente que se unían; la
sexta cortina se doblaba sobre el
extremo este, es decir, el frente
del tabernáculo (26:9). Las corti­
nas de pelo de cabra se unían por
un método similar a las de lino,
con la excepción de que los
corchetes eran de bronce y no de
oro. Su propósito era el de proveer
una cubierta de protección. Los
beduinos aun hoy utilizan cubier­
tas de pelo de cabras para sus
tiendas. Las cortinas de pelo de
cabra eran más largas que el
tabernáculo, y lo que sobraba
cubría su parte frontal y su parte
trasera, proporcionando un
sobrante para proteger a la cortina
que estaba debajo (26:7-12).
Las dos capas exteriores
Dos capas más aseguraban la
impermeabilidad. Una era de
pieles de carneros teñidas de rojo
y la otra era de pieles de tejones
según la RVR-60 (v. 14). No se
dan las dimensiones de estas
cubiertas.
La puerta del tabernáculo
(Éx. 26:36-37; 36:37-38)
Una cortina, hecha del mismo
1— 14
material de la cortina interior,
estaba entre el lugar santo y el
atrio exterior, formando la pared
exterior del lado este del
tabernáculo. Colgaba de corchetes
de oro en cinco postes de madera
de acacia, cubiertos de oro y que
descansaban sobre basas de
bronce. No hay ninguna mención
de decoración con serafines en
esta sección, la cual solo tenía
dibujos sencillos.
Dentro del tabernáculo
Una cortina (el velo, la palabra
hebrea significa "separación”)
dividía el área en dos. Más cerca
de la puerta estaba el lugar santo
y, más allá de él, el lugar santísimo.
El velo
(Éx. 26:31-33; 36:35-36)
Este era una cortina pesada, de
lino tejido, hecha del mismo mate­
rial de las cortinas interiores.
Tenía dibujos de querubines,
probablemente dos querubines,
cuyas alas extendidas se tocaban
entre sí. Como las demás, estaba
suspendida de cuatro columnas
cubiertas de oro, con corchetes de
oro y basas de plata.
Los querubines en el velo y en
las cortinas eran guardianes sim­
bólicos del santuario.
El lugar santísimo
La habitación interior, el lugar
santísimo, era el lugar en la tierra
donde Dios se reunía con el hom­
bre. En esta habitación podía
entrar únicamente el sumo sacer­
dote y solo una vez al año, el día
de la expiación, cuando rociaba
sangre sobre la cubierta del arca
del pacto.
La posición del velo hacía de
este local un cubo perfecto de 15
pies (unos 4.5 metros). Las capas
de material que sobresalía, y el
interés en cubrir el lugar donde se
unían, nos hace llegar a la con­
clusión de que había total oscuri­
dad en la parte más íntima del
santuario. Dios estaba rodeado de
la oscuridad, aislado cuidadosa­
mente de cualquier intruso (Sal.
97:2).
El lugar santo
El lugar santo ocupaba un área de
30 pies (unos 9 metros) por 15
pies (unos 4.5 metros), exacta­
mente dos veces el área del lugar
santísimo. Solo los sacerdotes
podían entrar a esta área.
Los utensilios
del tabernáculo
El lugar santísimo
Había utensilios propios tanto en
el atrio exterior del tabernáculo
como dentro del lugar santo y del
lugar santísimo.
Los materiales
Se usaron tanto materiales pre­
ciosos como comunes para hacer
los utensilios (Éx. 25:1-7; 35:5-9).
Se usó mucho la madera de aca­
cia, poco común en Israel pero
muy abundante en Sinaí.
Tres metales se mencionan, se
usó oro puro para los utensilios
del santuario principal. Se usaron
aproximadamente una tonelada
de oro, tres de cobre y cuatro de
plata (Éx. 38:24-31). La cantidad
relativamente grande de plata
vino de ofrendas que el pueblo
dio libremente (Éx. 30:11-16), y
esto se unió a la plata y el oro que
ya habían obtenido de los egip­
cios (Éx. 12:35).
La tela de las cortinas del
tabernáculo era de lino fino torci­
do de alta calidad.
Modelo del arca del
pacto, que muestra a
los querubines
unidos a
su tapa.
El arca del pacto
(Éx. 25:10-22; 37:1-9)
El arca era el símbolo de la
relación de Dios con su pueblo,
una relación que se basaba en
una promesa, o contrato, a la que
llamaban el “pacto". Por lo tanto,
a menudo se le llamaba “el arca
del pacto de Jehová” (Jos. 3:3;
1 S. 4:3). También se le llamaba
"el arca del testimonio" (Éx.
25:22), a causa de los Diez
Mandamientos (el testimonio) que
estaban en ella (véase más ade­
lante “lo que había en el arca”).
El arca del pacto era el único
utensilio dentro del lugar santísi­
mo. Sin embargo, es significativo
que fue lo primero que se mandó
hacer cuando se comenzó la con­
strucción, el arca se hizo después
que estaba hecho el tabernáculo,
presumiblemente para que se
pudiera guardar inmediatamente
(Éx. 25:9; compárese con
36:8-37:28).
i
Dentro del arca estaban las dos tablas de
la ley, una vasija con maná y la vara de
Aarón.
El tamaño
El arca era una caja hecha de
madera de acacia, cubierta de oro
puro por dentro y por fuera. Tenía
2.5 codos (irnos 3.75 pies/1.1 me­
tros) de largo, y 1.5 codos (unos
2.25 pies/0.7 metros) de ancho y
alto (Éx. 25:10-11).
La tapa del arca
Un borde de oro, conocido en las
Escrituras como la “cornisa de
oro", evitaba que la tapa, o
cubierta se moviera. Esta tapa, a
veces llamada el "propiciatorio”
(Éx. 25:17), tenía el mismo tamaño
del arca, y estaba hecha total­
mente de oro. Unidos a esta tapa
estaban dos querubines con las
alas extendidas, hechos de oro
labrado a martillo. Es probable
que los querubines tuvieran
forma humana, aunque algunos
escritores piensan que tal vez se
parecieran a los querubines de
Ezequiel 1:5-14. Es posible que
tuvieran la altura de un ser
humano y siempre se dice que
estaban de pie (2 Cr. 3:13). Se
encontraban uno frente al otro,
mirando hacia la cubierta, con sus
alas extendidas hacia adelante
(Éx. 25:20; compárese con Dt.
32:11).
Los querubines mirando hacia
dentro y el propiciatorio formaban
un trono para el Dios invisible (Éx.
25:22), que había prometido: "Allí
. . . me declararé a ti” (Éx. 25:22).
Se le describe como “sentado
sobre los querubines” (Sal. 99:1), y
se describe por consiguiente el
arca como el estrado de los pies de
Dios (Sal. 132:7). Al igual que los
querubines en el huerto del Edén
(Gn. 3:24), es probable que los que
15 -

Una representación del arca del pacto esculpida en cantería. Capernaum.
estaban en el lugar santísimo re­
presentaban protectores. En el
mundo antiguo se situaban cria­
turas aladas simbólicas, tales como
los querubines, para guardar
tronos e importantes edificios.
El sumo sacerdote rociaba el
propiciatorio con sangre en un
momento culminante del día
anual de expiación (Lv. 16:14),
posiblemente colocaba su incen­
sario de oro sobre la tapa.
Traslado del arca
En la base del arca había cuatro
anillos de oro, uno en cada
esquina. El arca se trasladaba
mediante dos varas de madera de
acacia cubiertas de oro, cada vara
pasaba por dos de los anillos de
oro (Éx. 25:13-15). Estas varas
debían permanecer en los anillos
(Éx. 25:15) a no ser que fuera
necesario quitarlas temporal­
mente cuando se cubría el arca
(véase página 23). En el lugar
santísimo, las varas se sobre­
salían bajo el velo hacia el lugar
santo, asi les recordaban a los
sacerdotes la presencia del arca
invisible que estaba dentro. El
Talmud (la ley oral de los judíos,
recopilada y escrita en el siglo VI
d.C.) dice que estas varas tenían
10 codos (15 pies / unos 4.5
metros) de largo.
1— 16
Lo que había en el arca
A diferencia de las arcas contem­
poráneas en países vecinos, el
arca del pacto no tenía ninguna
representación de Dios. Al princi­
pio tenía solamente las dos tablas
de piedra en las que Dios había
escrito los Diez Mandamientos; o
más bien, las dos tablas
preparadas por Moisés de los
originales, que él habia hecho añi­
cos cuando se enteró de la idola­
tría de Israel con el becerro de oro
(Ex. 31:18-34:29; Dt. 9:10-10:4).
También dentro o cerca del arca
había una copia de la ley escrita
por Moisés (Dt. 31:9, 24-26), con­
Réplica del arca del pacto, que muestra las varas con las que se trasladaba.
Moneda de la rebelión judía, que muestra
el arca dentro del templo de Herodes.
siderada por algunos eruditos
como los cinco libros del
Pentateuco. También dentro del
arca había una vasija de oro con
maná, milagrosamente preserva­
do (Éx. 16:33-34) y la vara de
Aarón que reverdeció milagrosa­
mente, para probar que él era el
primer sumo sacerdote (He. 9:4;
compárese con Nm. 17:10). Sin
embargo, ya en la época de
Salomón el arca solo tenía las dos
tablas de piedra (1 Reyes 8:9).
La Shekiná
Entre los querubines estaba la
Shekiná (hebreo, “residencia”), la
nube en la que Dios aparecía
sobre la cubierta, o propiciatorio
(Éx. 25:22; compárese con Lv.
16:2). No era simplemente humo
de incienso (Lv. 16:13). Como
Dios estaba presente en esta
nube, ningún pecador podía pre­
sentarse delante del propiciato­
rio; aun el sumo sacerdote
estaría sujeto a muerte si com­
parecía ante ella sin la sangre
expiatoria del sacrificio.

Los utensilios del
Tabernáculo
El lugar santo
La sala exterior del tabernáculo,
el Lugar Santo, sólo podía ser
visitada por los sacerdotes.
Contenía tres piezas de
mobiliario: una lámpara de oro
macizo alimentada con aceite,
la única fuente de luz en esta
habitación altamente cubierta;
un altar, donde se quemaba
el incienso; y una pequeña
mesa, en la que se colocaban
panes frescos cada Shabat.
Replica de la mesa para el pan de la Proposición. Debajo: El pan de la Proposición.
La mesa para el pan
de la Proposición
(Ex. 25:23-30; 37:10-16)
La mesa del "pan de la
Proposición" (Éx. 25:30), estaba
hecha, como el Arca, de madera
de acacia recubierta de oro. Era
un poco más pequeña, de 2 codos
(unos 3 pies/0,9 metros) de largo,
1 codo (1,5 pies/alrededor de 0,5
metros) de ancho y 1,5 codos
(2,25 pies/alrededor de 0,7
metros) de alto. Estaba en el lado
norte, o derecho, del Lugar Santo,
frente al candelabro (Éx. 40:22).
La parte superior de la mesa se
apoyaba en una moldura de un
palmo de ancho (unas 3 pulgadas/
8 centímetros) de profundidad,
alrededor de la cual había una
cornisa de oro, para evitar que los
artículos se cayeran. Las patas de la
mesa estaban sujetas mediante
pequeñas piezas bajo la moldura.
Para mover la mesa, se introducían
varas transportadoras a través de
los anillos situados en cada esquina.
Implementos (Ex. 37:16}
Los diversos recipientes de oro
puro para la mesa comprendían
platos para el pan de la proposición;
cubiertos y tazones y con que se
había de libar.
El pan
Cada sábado se colocaban sobre la
mesa doce panes especialmente
preparados y rociados con incienso,
simbolizando la provisión de Dios
para las 12 tribus de Israel (Lev.
24:5-9). De acuerdo con la
tradición judía, y según las
dimensiones de la mesa, los panes
parecen haber sido colocados en
platos dispuestos en dos pilas de
seis cada una. El "pan de la
Proposición" puesto sobre la mesa
estaba hecho de fina harina de trigo
sin levadura, horneado, usando 0,2
efas (1 galón/4,5 litros) de harina
por cada pan. Los panes se
reemplazaban cada sábado con
panes frescos (1 Sam. 21:6), que
habían sido preparados durante la
noche por los levitas (1 Cron. 9:32).
Debían ser comidos únicamente por
los sacerdotes en el santuario.
El candelabro de oro de siete
brazos
(Éx. 25:31-39; 37:17-24; 40:24)
En el lado sur (izquierdo) del Lugar
Santo, frente a la mesa, estaba el
candelabro de oro de siete brazos
(Hebreo: "menorá"), el más
impresionante de los tres
elementos de esta habitación. Su
construcción se describe
detalladamente en la Biblia
(Éx. 25:31-40; 37:17-24), y su
17—1
 forma también se conoce por los
historiadores judíos y por un relieve
que está en el Arco de Tito en Roma.

El candelero
La tradición judía dice que el
candelero tenía unos 5 pies (1,5
metros) de altura y 3,5 pies (1,5
metros) de ancho. Al igual que los
querubines y el propiciatorio,
estaba hecho de oro puro; todo un
talento (alrededor de 75 libras/34
kilogramos) de oro se usó para
el candelero y sus recipientes, las
diversas partes del mismo fueron
labradas a martillo con láminas de
oro puro.
Seis ramas doradas, tres a cada
lado, se extendían y se elevaban tan
alto como el eje central, y
probablemente a igual distancia Arriba: Réplica de piedra de una lamparilla. Debajo: Réplica del candelero de siete brazos.
una de la otra. El eje del candelero
descansaba en un pedestal, y todo
el candelero estaba decorado con
flores de almendro.
Las lamparillas
La caña central y los seis brazos
terminaban en encajes donde se
colocaban las siete lamparillas
(recipientes para el aceite, cada
una con una mecha) diseñadas
como copas en forma de flor de
almendro, como un capullo a
punto de florecer. Se cree que
I
las lamparillas estaban en una
línea horizontal, y que la luz de
las lámparas iba de este a oeste,
proporcionando una óptima
iluminación al Lugar Santo.

El aceite
Sólo se usaba aceite de oliva de
la mejor calidad para las lamparillas,
lo cual permitía que la luz fuera lo
más brillante posible (Éx. 27:20).
Se utilizaba aceite de oliva puro o
"claro", preparado a partir de
aceitunas que habían sido
limpiadas de hojas, pequeñas ramas
y polvo antes de ser aplastadas y
molidas. El aceite blanco resultante
es de la mejor calidad.
(Ex. 30:7). Se creía tradicional­
mente que contenían un “log”,
que son unos 0.3 litros de aceite.
No está claro si el candelero
daba iluminación continua (Éx.
27:20; Lv. 24:2) o solo alumbraba
de noche (Lv. 24:3; 1 S. 3:3, en la
mayoría de las versiones). Es W v
probable que la cita en 1 Samuel í %
refleje el relajamiento que llr ^
prevaleció durante el período de 1 ><t-í) ^
los jueces. Sin una cuidadosa
atención, las luces pronto
bajarían, y el santuario se man­
charía con el hollín (Éx. 25:38).
Utensilios
Los utensilios del candelero
incluían despabiladeras y plati­
llos hechos de oro (Ex. 25:38),
como el candelero mismo. Las
despabiladeras se usaban para
cortar el pabilo para encender las
lámparas.
El altar del incienso
(Éx. 30:1-10)
Al altar del incienso puede
habérsele restado importancia, a
fin de dar más importancia al
altar del holocausto en el atrio
exterior, que se menciona a
menudo como “el altar” (Éx.
30:18-20). Con frecuencia se le
llamaba al altar del incienso “el
altar de oro" (Éx. 40:5) para dis­
tinguirlo del altar de bronce del
holocausto.
El altar del incienso ocupaba el
centro del lugar santo, de frente
al arca, pero fuera del velo, entre
la mesa del “pan de la proposi­
ción” y el candelero (Éx. 40:1-5).
Este altar era una simple caja
cuadrada de madera de acacia
Réplica del altar del incienso, con sus utensilios y un maniquí vestido como sumo
totalmente cubierta de oro, 1
sacerdote.
codo (18 pulgadas / unos 0.5 me­
tros) de largo, 1 codo (18 pul­
gadas / unos 0.5 metros) de Propósito las oraciones de los santos
ancho y 2 codos (3 pies / unos 0.9 Se usaba el altar del incienso (Sal. 141:2).
metros) de alto. Tenía cuernos al para quemar incienso todas las El tabernáculo se levantó en la
igual que los del altar del holo­ mañanas y todas las tardes. El esquina de la mitad occidental
causto y una cornisa de oro incienso, hecho según una receta (parte posterior) de un gran patio
alrededor de toda la parte supe­ especial (Éx. 30:34-36), solo podía o atrio, un recinto sagrado.
rior. Este altar no tenia parrilla, usarse en la adoración. El humo
porque el fuego no hacía contac­ de olor fragante del incienso que
to directo con él. Al igual que el se quemaba subía como olor
arca, era fácil de trasladar y tenía grato hacia Dios, simbolizando
para esto sus anillos y sus varas.

19
 El patio
El patio exterior (Éx. 27:9-18; 38:9-20)
El patio era un rectángulo de 100
codos (unos 150 pies/46 metros)

y su mobiliario
de largo en sus lados norte y sur y
50 codos (unos 75 pies/23 metros)
de ancho en sus lados este y oeste.

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La armazón de la cerca
Encerrando este espacio estaba
una cerca, con una armazón de
sesenta columnas de madera de
acacia, cinco codos (unos 7.5
pies/2.3 metros) de altura (Éx.
27:18). Las columnas eran proba­
blemente redondas y de unas
cinco pulgadas (doce centímetros)
de diámetro. Había veinte en
ambos lados y diez en los
extremos. Cada columna descan­
saba en una basa de bronce y se
mantenían derechas por medio de
cuerdas (Éx. 35:18) aseguradas
con estacas de bronce (Éx. 27:19)
clavadas en el suelo, tanto por
dentro como por fuera del atrio.
Había varas de plata “molduras"
que se apoyaban en ganchos
(“capiteles”) cerca de las cabezas
de las columnas que servían como
límite superior de la cerca y man­
tenían a las columnas correcta­
mente distanciadas. Estas varas
estaban hechas de madera de
acacia, cubierta con plata; los
ganchos y el revestimiento de los
capiteles también eran de plata
(38:17, 19). Había también gan­
chos en la base de las columnas,
donde se sujetaba el extremo
inferior de las cortinas.
Las cortinas
Las cortinas de lino fino torcido
(probablemente como el moderno
dril) y probablemente blancas o
de color natural, estaban cosidas
unas a las otras para formar una
pared continua alrededor del área
del tabernáculo. Cada cortina
tenía 22.5 pies (unos 6.9 metros)
de largo, y además tenía 7.5 pies
(unos 2.3 metros) de alto para que
nadie pudiera mirar por encima
de la cerca.
La entrada
(Éx. 27:16-18; 38:18)
En el extremo este del atrio del
tabernáculo se hallaba una entra­
da principal de unos 30 pies
(aproximadamente 9 metros) de
ancho y 5 codos (unos 7.5 pies/2.3
metros) de alto. La entrada estaba
protegida por una cortina borda­
da, tejida de “azul, púrpura,
carmesí y lino torcido” (Éx. 38:18),
es decir, el tejido estaba confor­
mado por hilos de lino deco­
lorados y la trama de hilos de lana
teñidos alternadamente de azul,
púrpura y carmesí. La cortina de
la entrada estaba probablemente
un poco alejada de la cerca, para
permitir la entrada por ambos
extremos. Esta era la única entra­
da al atrio del tabernáculo.
El altar del holocausto
(Éx. 27:1-8; 38:1-7)
Todo el que entraba al atrio del
tabernáculo se encontraba
inmediatamente el altar de bronce
del holocausto, donde se ofrecían
sacrificios a Dios. Según la ley
mosaica, este era el único lugar
donde podían hacerse sacrificios.
El altar estaba en el extremo este
del atrio, probablemente en el
medio entre la entrada y el
tabernáculo mismo (Éx. 40:29),
recordando al pueblo que no
podían acercarse a Dios sino
pasando por el lugar del sacrificio.
El altar era una caja hueca de
madera de acacia, 5 codos (unos
7.5 pies/2.3 metros) cuadrados por
3 codos (unos 4.5 pies/1.4 metros)
de alto; pequeño en comparación
con el gigantesco altar en el tem­
plo de Salomón (2 Cr. 4:1). Estaba
forrado con láminas de bronce por
dentro y por fuera para protegerlo
del calor, y era lo bastante ligero
como para ser trasladado con
La impresión de un artista del
sacrificio en el altar del holocausto.
 tonarlas fuera del altar. Después
ellos debían llevar las cenizas
fuera del campamento o la ciudad.
La fuente
(Éx. 30:17-20; 38:8)
Entre el altar y el tabernáculo (Éx.
30:18) estaba la fuente, donde los
sacerdotes ceremoniosamente se
lavaban después de ofrecer los
sacrificios y antes de entrar en el
tabernáculo mismo. Si un sacer­
dote no se lavaba en la fuente
antes de ministrar, podía ser cas­
tigado con la muerte. No se con­
servan especificaciones con
relación a la forma y el tamaño de
la fuente, pero probablemente era
redonda y bastante grande.
Réplica moderna de la fuente de bronce, o lavacro, donde se lavaban ceremonialmente
los sacerdotes. Una base de bronce soportaba
la fuente. Posiblemente esta base
unas varas cubiertas de bronce altar, calderos, tazones, garfios,
tenía incorporada una fuente más
que pasaban a través de anillos braseros o incensarios (Éx. 38:3;
de bronce fijos en cada esquina. Nm. 16:17)— eran de bronce baja en la que los sacerdotes
pudieran también lavarse los pies.
Alrededor del altar había una red (Éx. 27:3). Los braseros (Éx. 27:3,
En el oriente siempre se lavaban
o “enrejado” de bronce (Éx. 27:4), Biblia de las Américas; “incensa­
con agua corriente.
probablemente en la parte central rios”, Lv. 16:12) se usaban para
Probablemente la fuente tuviera
del altar, para crear una senda y llevar brasas de carbón del altar.
salidas desde las cuales fluiría el
permitir que la sangre del sacrifi­
El fuego agua hasta las manos y pies de
cio fluyera hasta la base del altar.
Los sacerdotes tenían la respons­ los sacerdotes. No se hace men­
En cada esquina superior del
abilidad de mantener el fuego del ción alguna de ninguna otra vasi­
altar sobresalía un “cuerno" trian­
altar, que nunca debía apagarse ja en la que se lavaran las partes
gular, que posiblemente simboli­
(Lv. 6:13). Ellos no debían permitir del animal ofrecido en sacrificio;
zaba los animales sacrificados.
que las cenizas se acumularan en probablemente la fuente servía
Estos cuernos podían usarse para
la base del altar, sino amon- también para este propósito.
amarrar a los animales antes del
sacrificio. Un israelita podía exigir
refugio al asirse a los cuernos del Palas de hierro de Dan que se usaban para quitar las cenizas del altar.
altar (véase, por ejemplo, 1 Reyes
1:50), tal vez porque estaba sim­
bólicamente ofreciéndose a sí
mismo en sacrificio a Dios, y de
este modo reclamaba su protec­
ción.
La parte inferior del altar
pudiera haber estado parcial­
mente llena de tierra, para
absorber la sangre de los ani­
males sacrificados (Éx. 20:24). A
los sacerdotes no se les permitía
subir por gradas al altar (Éx.
20:26); probablemente la tierra
alrededor del altar estaba levanta­
da para crear un acceso con pen­
diente.
Utensilios del altar
Todos los utensilios del altar
—los ceniceros, las palas para
quitar las cenizas y llenar la base
con tierra, los recipientes en que
se recogía la sangre para rociar el

L—22

La cerca exterior de la réplica del
“ tabernáculo en el desierto” que se
halla enTimna Park, Israel.
Construcción y traslado del tabernáculo
Las especificaciones que dio
Dios para el tabernáculo
requerían habilidades que
no poseían Moisés y Aarón.
Bezaleel y Aholiab estaban
al frente de la construcción
(Éx. 31:1-11), junto a
muchos otros expertos (v.
6), que presumiblemente
aprendieron su oficio en
Egipto.
Los israelitas,
avergonzados luego del
incidente del becerro de
oro (Éx. 32:1-33:6), dieron
con tanta generosidad para
la construcción del
tabernáculo, que hubo que
impedir que el pueblo
siguiera ofrendando (Éx.
35:20-24; 36:4-7). Además
de donaciones materiales,
muchos israelitas ofrecieron
sus habilidades (Éx. 35:25-
29). Para combatir el
compromiso en extremo
entusiasta, se estableció
una estricta observancia del
día de reposo (Éx. 31:12-17;
35:2-3).
Consagración
Cuando se terminaron de
hacer todos los utensilios y
se ubicaron en sus lugares
dentro del tabernáculo (Éx.
40:1-33), todo menos el
propiciatorio y los
querubines fue ungido con
aceite especial (Éx. 30:22-
33; 40:9-11) y santo. Moisés
obedeció a Dios en todos
los detalles del diseño del
tabernáculo (40:16, 19, 23,
25, 27, 29, 32); sin embargo,
el propio Moisés fue
excluido del lugar
santísimo.
Por último, la gloria del
Señor llenó el tabernáculo
(Éx. 40:34): Él estaba en
medio de su pueblo.
Después de esto, la nube
por el día y el fuego por la
noche reafirmaron a los
israelitas que Dios estaba
presente para guiarlos (Éx.
40:36-38). Se terminó el
tabernáculo exactamente
un año después que los
israelitas fueron liberados
de Egipto, y apenas nueve
meses después que se les
diera la ley en el monte
Sinaí (Éx. 40:2, 17).
Para el traslado
Se dieron cuidadosas
regulaciones para desarmar
el tabernáculo cuando
había que trasladarlo.
Había indicaciones
detalladas para el cuidado
de la tienda y de sus
utensilios (Nm. 4:4-33; 7:3-9;
10:17, 21).
Los hijos de Coat el levita,
conocidos como coatitas,
tenían la responsabilidad de
trasladar los objetos más
santos, usando las varas
para transportarlos (Nm.
4:4-20). Sin embargo, no se
les permitía tocar o ni
siquiera mirar ninguna de
las cosas sagradas bajo pena
de muerte (Nm. 4:20). Aarón
y sus hijos tenían la
responsabilidad de desarmar
y cubrir todos los muebles y
utensilios que se hallaban
dentro del tabernáculo.
El arca
(Nm. 4:5-6)
Los sacerdotes quitaban el
velo y con él envolvían el
arca, para evitar que el
pueblo la viera. Sobre esto
se colocaban una cubierta
de "piel de marsopa" (LBA;
"pieles de tejones"; RVR-60
"delfín"; NVI, pero
probablemente la piel de
cualquier otro animal, ya
que la marsopa era un
animal inmundo. La
mayoría de los escritores en
la actualidad creen que era
una cubierta de cuero con
un acabado especial) y
finalmente un "paño todo
de azul".
Utensilios en el lugar santo
(Nm. 4:7-16)
Aarón y sus hijos quitaban
entonces los platos de la
mesa del pan de la
proposición, extendían un
paño azul sobre ella,
volvían a poner los platos,
los cubrían con un paño
carmesí y luego con una
cubierta de "piel de
marsopa" (véase el párrafo
anterior). El candelero, sus
lámparas, sus
despabiladeras y sus
platillos estaban de igual
manera cubiertos de un
paño azul y "piel de
marsopa", al igual que el
altar del incienso y todos
los demás utensilios del
santuario. Luego los
colocaban en unas
parihuelas hechas de dos
varas con piezas cruzadas,
listos para que los coatitas
los trasladaran (Nm. 4:15).
El altar de bronce del
holocausto
Después que se limpiaba de
cenizas el gran altar, se
cubría con un paño de
púrpura, se ponían en él
todos los utensilios del altar
y se cubría con "piel de
marsopa". Este trabajo lo
realizaban también Aarón y
sus hijos (Nm. 4:3-14).
Cuando se terminaban
estos preparativos, los
coatitas llevaban en los
hombros el arca y los dos
altares y sus utensilios.
Las cortinas y la armazón
Los gersonitas tenían la
responsabilidad de
trasladar todas las cortinas
y sus cuerdas (Nm. 3:21-26;
4:21-28); y los meraritas de
trasladar las tablas, las
barras, las columnas y las
basas, también las estacas y
sus cuerdas. Ellos
desarmaban el tabernáculo
y lo volvían a armar luego
en el próximo lugar (Nm.
3:36-37; 4:29-33).
Aparte del arca y de los
altares, parece que el resto
del tabernáculo se
trasladaba en seis carros
cubiertos tirados por bueyes
(Nm. 7:3). Aun cuando se
trasladaban, el tabernáculo
permanecía en el centro,
con seis tribus precediéndolo
y las otras seis detrás de él
(Números 2).
 Los sacrificios
del tabernáculo
1. Los holocaustos
(Levítico 1; 6:8-13)
Este tipo de sacrificio se quemaba
por completo, excepto la piel,
pues los sacerdotes se quedaban
con ella. Nadie podía comer parte
alguna de él.
El que lo ofrecía traía un animal
macho sin defecto —becerro,
cordero, macho cabrío, palomino o
tórtola, en dependencia de la
situación económica del ado­
rador— a la puerta del tabernácu­
lo. Entonces ponía la mano sobre
la cabeza del animal para sim­
bolizar su entrega a Dios (Lv. 1:4).
Luego se mataba el animal, y el
sacerdote rociaba la sangre del
mismo sobre el altar.
Acto seguido, el sacerdote
dividía en piezas el animal,
ofrecía su cabeza y su grasa en el
altar, lavaba con agua las piernas
y las entrañas, y las ofrecía.
Cualquier cosa que quedara debía
arrojarse a las cenizas.
1— 24
Se presentaba diariamente el
holocausto: “Esta es la ofrenda
encendida que ofreceréis a
Jehová: dos corderos sin tacha de
un año, cada día, será el holocaus­
to continuo" (Nm. 28:3). Se sacrifi­
caban dos animales cada día, uno
por la mañana y otro por la tarde,
a fin de expiar por los pecados del
pueblo (Éx. 29:38-42).
2. Ofrenda vegetal
(Levítico 2; 6:14-23)
Además de animales, los israeli­
tas ofrecían cereales y vegetales.
Podía o no ofrecerse junto con los
holocaustos.
Levítico 2 menciona cuatro tipos
de ofrenda vegetal y ofrece
instrucciones para la preparación
de cada una: un adorador podía
ofrecer flor de harina cocida en el
horno, cocida en cazuela, frita en
la sartén, o tostada para hacer pan.
Todas las ofrendas vegetales se
hacían con aceite y sal; no podía
usarse miel ni levadura. El que las
ofrecía tenía que ofrecer también
incienso, y podía llevar granos
crudos, sal y aceite junto con la
ofrenda.
Los adoradores llevaban la
ofrenda vegetal ante uno o dos
sacerdotes, quienes la llevaban al
altar y echaban al fuego una parte
“memorial", junto con todo el
incienso. El sacerdote comía lo
que sobraba.
El objetivo de la ofrenda vegetal
parece ser semejante al del holo­
causto. La ofrenda de las primicias
parece haber tenido el propósito
de santificar toda la cosecha. La
ofrenda vegetal representaba el
resto de la cosecha, santificándola
toda ante Dios (Lv. 2:14).
3. Ofrendas de paz
(Levítico 3; 7:11-34)
Una comida ritual llamada ofrenda
de paz, se celebraba con la parti­
cipación de Dios, los sacerdotes y
otros adoradores. Se usaba gana­
do vacuno, ovejas o cabras,
macho o hembra.
El procedimiento era casi idénti­
co al del holocausto, hasta el
momento de quemar al fuego. En
este caso, la sangre del animal se
recogía y se rociaba alrededor del
altar. La grasa y las entrañas se
quemaban, luego el resto lo
comían los sacerdotes y los ado­
radores. Este sacrificio manifesta­
ba el deseo del adorador de dar
gracias o alabar a Dios.
Las ofrendas que no eran volun­
tarias incluían tortas sin levadura.
Las tortas, a excepción de la parte
"memorial", y lo que quedaba del
animal, tenían que comerse el
mismo día que se ofrecía el sacri­
ficio. Cuando las ofrendas eran
voluntarias, no eran tan estrictas
las regulaciones.
4. Ofrendas por el pecado
(Levítico 4; 6:24-30; 8:14-17; 16:3-
22 )
Los sacrificios por el pecado paga­
ban, o expiaban, las faltas involun­
tarias contra el Señor, de las per­
sonas que los ofrecían (Lv. 4:1-2).
Moisés dio instrucciones sobre los
diferentes sacrificios que debían
ofrecer las personas:
Se expiaban los pecados del
sumo sacerdote con la ofrenda de
 Los levitas y sacerdotes
Los levitas — miembros de la tribu
de Leví— desem peñaron una
im portante función en la
construcción, traslado del
tabernáculo, así como al volver a
arm arlo (Éx. 38:21; Nm. 1:47-51). Sin
em bargo, no les estaba perm itido
servir com o sacerdotes, una función
que estaba reservada para Aarón y
sus descendientes. Después de la
m uerte de Aarón, su hijo Eleazar
fue el sumo sacerdote (Nm. 20:28).
Los levitas (Nm. 1:48-53)
Como hemos visto, cada una de las
fam ilias levitas tenia responsabili­
dades especiales: los coatitas
llevaban los utensilios del
tabernáculo; los gersonitas se
ocupaban de las cubiertas, las
cortinas y sus cuerdas; los meraritas
trasladaban y arm aban la estructura
del tabernáculo.
Los levitas no tenían asignado un
territorio específico, pero se les dio
cuarenta y ocho ciudades
diseminadas por toda la tierra
prom etida (Jos. 13:14; 21). Se
sostenían de los diezmos de las
personas (Nm. 18:24). Es posible que
esta estricta división entre
sacerdotes y levitas se elim inara
posteriorm ente en la historia de
Israel.
La impresión de
un artista de
las vestiduras
del sumo
sacerdote.
El sumo sacerdote (Éxodo 28;
Levítico 8)
Aarón, el herm ano m ayor de
Moisés, se convirtió en el primer
sumo sacerdote, con sus hijos como
sacerdotes, para servir en el
tabernáculo. Su función más
solemne — función que solo podía
realizar el sumo sacerdote— era
entrar en el lugar santísimo el día
de la expiación para presentar la
sangre de un sacrificio por los
pecados del pueblo. El cargo de
Aarón fue confirm ado cuando su
vara reverdeció m ilagrosam ente
(Nm. 17).
El sumo sacerdote tenía un
pectoral especial, y tam bién llevaba
en una bolsa en su pecho Urím y
Tumim, a través de los cuales Dios
ofrecía especial dirección con
relación a su voluntad.
Los sacerdotes
Los sacerdotes servían entre los
veinticinco y cincuenta años de
edad. Tenían la responsabilidad de
enseñar la ley de Dios (Lv. 10:11);
ofrecer sacrificios (Lv. 1-4);
diagnosticar enferm edades impuras
(Lv. 13:13); exam inar sacrificios (Lv.
22); supervisar el tabernáculo (Nm.
3-4); servir de jueces e incluso ir a la
guerra.

un becerro. La sangre no se vertía
de inmediato sobre el altar, sino
que el sumo sacerdote la llevaba
al tabernáculo y mojaba su dedo y
rociaba siete veces hacia el velo.
También ponía sangre sobre los
cuernos del altar del incienso, y el
resto de la sangre la vertía en el
altar del holocausto. Luego se
quemaba la grasa; el resto se
quemaba fuera del campamento.
Los pecados de los líderes de la
comunidad se expiaban con la
ofrenda de un macho cabrio. El
sacerdote ponía de la sangre
sobre los cuernos del altar del
holocausto, luego el resto se vertía
alrededor del altar como en el
holocausto.
Los pecados de las personas
comunes y corrientes se expiaban
con animales hembras: cabras,
corderas, tórtolas o palominos. Si
la persona no tenía dinero para
ofrecer uno de estos animales, se
aceptaba una ofrenda de granos.
El procedimiento para la ofrenda
de granos era el mismo de la
ofrenda vegetal.
Una persona podía cometer
pecados involuntarios en muchos
aspectos. Algunos tenían implica­
ciones morales; otros, como los de
los leprosos (véase Lucas 17:12-
14), eran puramente ceremoniales.
Las ofrendas por la nación y por el
sumo sacerdote cubnan todas
estas de forma colectiva. El día de
la expiación (Yom Kippur), el sumo
sacerdote rociaba sangre sobre el
arca del pacto mismo. Este era el
principal ritual de expiación.
5. Ofrenda por la culpa
(Lv. 5:14-6:7; 7:1-6)
La ofrenda por la culpa era similar
al sacrificio por el pecado, y a
menudo se incluía con él. Sin
embargo, la ofrenda por la culpa
era una ofrenda de dinero, y se
hacía por pecados de ignorancia,
relacionados con fraude. Por ejem­
plo, si el que ofrecía había estafa­
do inconscientemente dinero o
propiedades a otro, su sacrificio
tenia que ser igual al valor de la
cantidad tomada, más un quinto.
Él ofrecía esta cantidad al sacer­
dote, luego restituía en la misma
cantidad al antiguo dueño. Por lo
tanto, pagaba dos veces la canti­
dad que había tomado más el
veinte por ciento (Lv. 6:5-6).

25
 Fiestas solemnes

Bajo el liderazgo de Moisés, el Ofrendas Comiendo pan sin levadura en la Pascua.

pueblo comenzó a observar el dia
de reposo (sábado) como un dia
para adorar a Dios. Cada año
había también un día oficial de
ayuno (el dia de la expiación) y
había tres grandes fiestas anuales:
la Pascua, la fiesta de las semanas
(Pentecostés) y la fiesta de los
tabernáculos (o enramadas). A
menudo a estas fiestas se les
llama “las fiestas de los peregri­
nos" porque todos los varones
adultos tenían que viajar hasta el
santuario para tomar parte en
ellos (Dt. 16:16) y porque eran
momentos de alegre celebración.
El día de reposo
Parece que antes de la época de
Moisés no se guardaba ningún
día especial de reposo.
Se sacrificaban dos corderos en el
día de reposo, además de los
holocaustos continuos (Nm. 28:9-
10). El día de reposo las doce tor­ Origen y propósito
tas del pan de la proposición se Reunían dos celebraciones que
presentaban en el tabernáculo originalmente estaban separadas:
(Lv. 24:5-8). la Pascua, la noche que se cele­
braba al recordar que no fueron
Pascua (Ex. 12; Lv. 23:5) y la
tocados por Jehová cuando daba
Fiesta de los panes sin levadura
muerte a todos los primogénitos
(Lv. 23:6-8)
en Egipto; y la fiesta de los panes
La pascua era la primera y más
sin levadura, que conmemoraba
importante de las fiestas anuales.
los primeros siete días del éxodo.
El calendario judío
Purim Pascua y Panes Las semanas
sin levadura (Pentecostés)

Origen y propósito
La primera mención del día de
reposo está en Éxodo 16:23, cuan­
do los hebreos acamparon en el
desierto de Sin antes que recibie­
ran los Diez Mandamientos. Allí
Dios les dijo que guardaran el día
de reposo cada siete días, para
que tanto personas como ani­
males descansaran, al igual que
Dios reposó luego de crear el
mundo, (Éx. 20:11; Gn. 2:2-3) y
para dar gracias a Dios por la li­
beración de la esclavitud en
Egipto (Dt. 5:12-15).
Importancia
Muchas de las leyes en los
primeros cinco libros de la Biblia
tienen que ver con guardar el dia
de reposo. Quebrantar el día de
reposo al hacer cualquier tipo de Trompetas
trabajo era como quebrantar el
pacto de Israel con Dios, y se casti­ Día de
gaba con la muerte (Nm. 15:32-36). expiación

Hanuka
Hanuka (tabernáculos)

i— 26
Una familia judía celebra la pascua en Jerusalén.
Las dos celebraciones estaban
muy estrechamente vinculadas.
Por ejemplo, había que sacar toda
levadura de las casas antes que
se matara el cordero pascual (Dt.
16:4), para que se comiera pan sin
levadura en la comida de la pas­
cua (Éx. 12:8). El pueblo de Israel
con el tiempo unificó estas dos
celebraciones.
Algunos de los ingredientes especiales de la comida de la pascua.
Esta gran fiesta comenzaba en
la tarde del catorce de Abib
(después llamado Nisán, nuestro
marzo-abril) y duraba siete días.
La primera tarde
La primera tarde se sacrificaba un
cordero o un cabrito antes de la
puesta del sol (Éx. 12:6; Dt. 16:6),
se asaba completo y se comía con
pan sin levadura y hierbas amar­
gas. Esta ceremonia era rica en
simbolismo: la sangre del animal
simbolizaba la purificación de los
pecados; las hierbas amargas, la
amargura de la esclavitud en
Egipto; el pan sin levadura, la
pureza.
El primero y el séptimo día de la
fiesta se guardaban como días de
reposo: no se trabajaba y las per­
sonas tenían santa convocación
(Lv. 23:7; Nm. 28:18, 25).
El segundo día de la fiesta, un
sacerdote mecía una gavilla de los
primeros granos maduros de
cebada para consagrar el resto de
la cosecha.
Ofrendas
Durante la fiesta los sacerdotes
sacrificaban diariamente dos
becerros, un carnero, y siete
corderos como holocausto, y un
macho cabrío como ofrenda por el
pecado, además de los sacrificios
habituales (Lv. 23:8; Nm. 28:19-23).
27

El día de la expiación, Yom Kippur, es la fiesta solemne más importante del calendario judío.
La fiesta de las semanas
(Pentecostés)
(Éx. 34:22; Lv. 23:15-21)
Se celebraba esta fiesta cincuenta
días después de la ofrenda de la
gavilla de cebada en la fiesta de
los panes sin levadura.
Propósito
La fiesta de las semanas señalaba
el final de la cosecha y el ofreci­
miento de los primeros frutos
(Éx. 23:16; Lv. 23:15-21; Nm.
28:26-31; Dt. 16:9-12) y también
conmemoraba el recibimiento de
la ley. Esta fiesta de un día se ce­
lebraba como día de reposo, con
una reunión en el tabernáculo
para dar gracias a Dios por la
cosecha. Los sacerdotes exhorta­
ban al pueblo a que recordaran a
los necesitados (Dt. 16:11-12),
como hacían en las fiestas de los
peregrinos.
Ofrendas
Se ofrecían dos panes sin levadu­
ra, junto con diez animales para
holocausto, un macho cabrío para
expiación y dos corderos de un
año para ofrenda de paz.
— 28
La fiesta de los tabernáculos
(enramadas)
(Lv. 23:33-43; Nm. 29:12-40; Dt.
16:13-15)
Origen y proposito
El proposito de esta fiesta era
recordar el tiempo que los israeli­
tas anduvieron por el desierto.
Debe su nombre al hecho de que
durante la fiesta los israelitas
vivían en tiendas, o refugios (Lv.
23:40-42), como habían hecho en
el desierto. La fiesta de los
tabernáculos comenzaba el deci­
moquinto día del séptimo mes
(tishri, septiembre-octubre) y
duraba siete días. Se celebraba al
final de la temporada de cosecha,
y un tercer nombre de la fiesta
El día de la expiación el sumo sacerdote
soltaba un macho cabrío al desierto.
era la "fiesta de la siega”
(Éx. 23:16; 34:22).
Ofrendas
Durante la semana el sacerdote
ofrecía un holocausto de setenta
becerros. Dos carneros y catorce
corderos eran el holocausto con­
tinuo, y un macho cabrío la ofren­
da diaria por el pecado (Nm.
29:12-34).
Cada siete años, cuando no
había cosecha por razón del año
sabático (cada siete años, cuando
la tierra no debía cultivarse), se
leía públicamente la ley de
Moisés durante la fiesta.
El día de la expiación (Yom
Kippur)
(Ex. 30:10; Lv. 16; 23:26-32; 25:9;
Nm. 29:7-11)
La ley exigía un solo día de
ayuno: el día de la expiación.
Propósito
Se celebraba el décimo día del
mes Tishri (septiembre-octubre),
antes de la fiesta de las enra­
madas, y su objetivo era la purifi­
cación de los pecados. Se celebra­
ba sin hacer trabajo alguno, con
ayuno y teniendo santa convo­
cación.
Ofrendas
El sumo sacerdote sustituía su
elaborada vestidura por un senci­
llo vestido de lino y ofrecía una
ofrenda por el pecado por toda la
nación. De día el sumo sacerdote
simbólicamente trasladaba los
pecados del pueblo a un macho
cabrio expiatorio ("Azazel”), que
luego se soltaba en el desierto.
El simbolismo del tabernáculo
El tabernáculo y sus
utensilios tienen gran
significado simbólico. El
tabernáculo mostraba que
Dios está dispuesto a
relacionarse con los seres
humanos en la tierra.
Tanto el tabernáculo com o. A
el tem plo prefiguran la
reunión de Dios con el
hom bre en Jesucristo.
Al santuario del
tabernáculo se le llamaba
el "Tabernáculo de
Reunión" entre Dios y su
pueblo. Por lo tanto, el
tabernáculo simbolizaba la
presencia de Dios con su
pueblo. La gloria de Dios
llenaba el tabernáculo, y
su presencia se mostraba al
pueblo en la columna de
nube y fuego sobre él (Éx.
40:34-38; Nm. 9:15-23).
Cada aspecto del
tabernáculo tenía su
significado simbólico. Por
esta razón a Moisés se le
dijo que se cerciorara de
construirlo "conform e al
m odelo que te ha sido
mostrado en el m on te"
(Éx. 25:40). El Nuevo
Testamento subraya que el
tabernáculo era "figura y
sombra de las cosas
celestiales" (He. 8:5).
Sim bolism o general
Se presenta el tabernáculo
como simbólico en el
Nuevo Testamento:
1. Un símbolo de la
iglesia, como "m orada de
Dios en el Espíritu" (Ef.
2:22; véase Éx. 25:8);
2. Un símbolo del
creyente que es "tem plo
del Espíritu Sa n to " (1 Co.
6:19; compárese con 2 Co.
6:16);
3. Un símbolo del cielo
que es la verdadera
m orada de Dios (He. 9:11,
23-24; Ap. 13:6).
Un símbolo de Cristo
Los utensilios del
tabernáculo simbolizan a
Cristo y su ministerio.
El altar de bronce
El altar de bronce (Éx.
27:1-8) simboliza la cruz de
Cristo, donde Jesús, como
un "com pleto sacrificio",
se ofreció a sí mismo sin
mancha a Dios.
El lavacro
El lavacro, donde los
sacerdotes se lavaban
antes de entrar al lugar
santo o acercarse al altar,
simboliza que Cristo ha
purificado al creyente de
la mancha del pecado
(Juan 13:2-10; Ef. 5:25-27).
El candelero de oro
El candelero simboliza a
Israel como pueblo llamado
a ser hijos de luz (Mt. 5:14)
y a Cristo como la luz del
mundo (Juan 9:5).
La mesa del pan de la
proposición
La mesa del pan de la
proposición simboliza a
Cristo como el pan de vida,
que sostiene a cada
creyente (Juan 6:33-58).
Las doce tortas del pan de
la proposición
representaban a las doce
tribus de Israel dedicadas
al servicio de Dios.
El altar del incienso
Como hemos visto, el altar
del incienso representa la
oración (Sal. 141:2; Ap.
5:8). También simboliza a
Cristo (Juan 17:1-26; He.
7:25), por m edio de quien
nuestras oraciones suben a
Dios (He. 13:15; Ap. 8:3-4).
El velo
La cortina que dividía las
dos habitaciones en el
tabernáculo (Éx. 26:31-35)
simboliza que antes de la
m uerte de Cristo no habia
acceso directo a Dios (Lv.
16:2; He. 9:8). Al rasgarse
el velo cuando Jesús murió
(M t. 27:51) hay una nueva
realidad: ahora los
creyentes pueden llegar al
tron o de la gracia y hallar
gracia y socorro (He. 4:16;
7:25).
El arca del pacto
El arca, y en particular el
propiciatorio, simbolizaba
la presencia de Dios entre
su pueblo. Para los
israelitas, se transform aba
de trono de juicio en
trono de la gracia por la
sangre de la expiación que
se rociaba sobre ella. El
arca bajo el propiciatorio
simbolizaba para los
israelitas el hecho de que
la ley estaba bajo la
protección de Dios (Éx.
20:21).
La puerta
Solo había una entrada al
atrio del tabernáculo, al
igual que hay un solo
camino por el cual
podemos ir a Dios. Jesús
'dijo: "Yo soy el camino . . .
nadie viene al Padre, sino
por m í" (Juan 14:6).
Los sacrificios
El escritor de la carta a
los hebreos revela el
simbolismo de los
sacrificios del tabernáculo
(He. 10:1-18). Se hacían
diariam ente para mostrar
que solo podían hacer
limpia a una persona
tem poral y
exteriorm ente. Pero
cuando Cristo se entregó
en la cruz, su sacrificio
fue perm anente y ofrece
limpieza interior:
"Po rq u e con una sola
ofrenda hizo perfectos
para siempre a los
santificados" (He. 10:14).
Los colores usados en el
tabernáculo
Oro, azul, púrpura y
carmesí. Estos tres últimos
se m encionan
veinticuatro veces en
Éxodo, siempre en ese
orden.
• Oro. Ningún otro metal
es como el oro. Tiene el
m ayor valor intrínseco y
es el más puro de todos
los metales.
• Azul, el color del cielo,
indica la deidad de Cristo,
o Púrpura, el color de los
reyes, proclama que Jesús
es el Rey de reyes.
• Carmesí, el color de la
sangre, prefigura el
sacrificio de Jesucristo en
la cruz por el pecado del
mundo.
29
El templo de Salomón fue dedicado alrededor de 950
a.C. (1 Reyes 6-7; 2 Crónicas 3-4).
Aunque era mucho más grande
que el tabernáculo, se construyó
El tabernáculo les sirvió a los lugar escogido por David para el con la misma distribución, y, al
israelitas como un lugar de ado­ templo, fue el lugar donde, siglos igual que el tabernáculo, tenía un
ración durante muchos años. Por antes, Abraham llevó a Isaac para lugar santo, el lugar santísimo y el
último, alrededor de 1000 a.C., sacrificarlo. El templo de Salomón arca del pacto.
el rey David propuso la construc­
ción de un templo permanente
(2 S. 7:2), pero el profeta Natán le
dijo a David que no lo hiciera
porque había derramado mucha
sangre. En cambio, Salomón el
hijo de David fue quien construyó
el primer templo en Jerusalén.
Se creía que el monte Moriah, el

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 ocuparon el área del
El templo de Herodes templo, y construyeron la
Cúpula de la Roca en el
El templo de Salomón terminación, en 70 d.C., fue El templo de Herodes fue el centro del monte del
permaneció durante más de destruido por las legiones último templo judío que Templo en 691-2. El monte
cuatrocientos años, hasta que romanas bajo el mando de estuvo en este sitio sagrado del Templo sigue hoy bajo
el ejército de Babilonia lo Tito, quien había sido en Jerusalén. el control de los
destruyó en 586 a.C. (2 Reyes llamado para sofocar la En 638, los musulmanes musulmanes, para quienes
24:10-13). Cuando el rey persa revuelta judía del 66-70 d.C. conquistaron Palestina y también es un sitio sagrado.
Ciro animó a los israelitas a
que volvieran a Jerusalén, Auténtico modelo a escala del templo de Herodes.
dirigidos por Esdras y
Nehemías, ellos
reconstruyeron la ciudad
y el templo. Este templo
— conocido como el templo
de Zorobabel— se usó como
centro de adoración de los
judíos durante centenares de
años.
En 19 a.C. Herodes el
Grande comenzó a
reconstruir el abandonado
templo y le hizo muchas
hermosas adiciones. Pero
este magnífico templo
permaneció menos de cien
años. Seis años después de su

31-
índice
temático
¿Qué le ocurrió al arca?
El tabernáculo que estaba
en el lugar alto de Gabaón
Abraham 30 se siguió usando hasta la
altar del incienso 19, 28 época del rey Salomón
altar del sacrificio 19, 21-22, (1 Reyes 3:4, 5; 1 Cr. 16:39),
28 pero los utensilios sagrados
atrio 20-22 que quedaron del
tabernáculo de Moisés
Babilonia 32 fueron llevados al templo
Bet-el 10 de Salomón en Jerusalén
(1 Reyes 8:4), que se hizo
campamento alrededor del con el propósito de que
tabernáculo 4, 8 fuera "una casa en la cual
Canaán ve la tierra reposara el arca del pacto
prometida de Jehová" (1 Cr. 28:2).
candelero 17-19 El templo de Salomón fue
Ciro 31 edificado en el monte
coatitas 23 Moriah, donde está
colores 28 actualmente la Cúpula de
cortinas 13-14, 21 la Roca en el monte del
Cúpula de la Roca 31 Templo, en la Ciudad
Antigua de Jerusalén. Se
David y su templo 7, 1JI puso el arca en la oscuridad
Día de expiación 14, 16, 26, en el lugar santísimo
28 dentro del santuario del
día de reposo 26
Diez Mandamientos 16 Algunos rabinos creen que el arca del pacto está escondida debajo de la Cúpula de la Roca.
templo y sus varas se
retiraron, porque
finalmente había llegado a
su lugar definitivo. El
templo incorporó todo lo
que permaneció de la
adoración en el
tabernáculo anterior, y la
historia del tabernáculo
terminó en este punto (1
Reyes 8:4). Esta es la última
alusión al tabernáculo en el
Antiguo Testamento.
Durante el reinado del rey
Manasés, se puso una
imagen fundida en el
templo, y posiblemente los
levitas se llevaron el arca y
la escondieron (2 Cr. 33:7;
35:3). Fue restaurada a su
lugar por el rey Josias, pero
no se escribió nada más
sobre ella. No está en la
relación del botín de los
babilonios en la caída de
Jerusalén (2 Reyes 25:13-
17); ni se le describe como
saqueada por los romanos
en el Arco de Tito después
de la destrucción de
Jerusalén en 70 d.C.
¿Dónde está el arca?
Una tradición hebrea dice
que, cuando los babilonios
tomaron la ciudad de
Jerusalén, Jeremías se llevó
del templo el arca del
pacto y la escondió en una
caverna (2 Mac. 2:1-8).
Algunos creen que sea en
Axum, Etiopia. Muchos
rabinos creen que el arca
está escondida debajo del
monte del Templo. Hay
una leyenda según la cual
el lugar secreto del arca
nunca se ha encontrado ni
se hallará jamás, hasta que
el Mesías establezca su
reino y restaure la gloria
de Israel.

el arca del pacto 15-16

capturada por los filisteos 11
llevada a Canaán 10
llevada por David a otro
lugar 7
qué le ocurrió 32
simbolismo 28
traslado 23

el lugar santo 14, 15-16

el templo de Zorobabel 31
Esdras 31
Éxodo 9
Ezequiel 5

fiestas 26-28
fuente 22, 28
Mizpa 10 propiciatorio 16 plan 13
Gabaón 7, 32 Moisés 6-8, 16, 23 querubines 14, 15—16 precursor del templo 4
Gersonitas 23 monte del Templo 31 Quiriat Jearim 11 simbolismo 28
Moriah, monte 30 traslado 23
Herodes el Grande y su musulmanes 31 sacerdotes 22, 25 ubicación en Palestina 10
templo 30 sacrificios 24-25, 28 Tabernáculos, fiesta de
holocaustos 24 Nehemías 31 Salomón y su templo 5, 29 los 28
santuario 7 templo
incienso 19 ofrenda por la culpa 25 Shekiná 10 significado de la
Jericó 10 ofrenda vegetal 24 Silo 10 palabra 7
Jerusalén 7 ofrendas de paz 24 Sinaí, monte 6, 8-9 tiendas 4, 6
Josefo 5 ofrendas por el pecado 24-25 Siquem 10 tierra prometida 10
Josias 32 sumo sacerdote 25
Josué 6, 10 pacto 15 utensilios 15-19, 23
pan de la proposición 17 tabernáculo
lavacro 22, Z8 Pascua 26-27 cómo sabemos de él 5 velo 1_4, 28
levitas 25 pecados 25 estructura permanente en
lugar santísimo 17-19, 23 Pentecostés 28 el campamento 8, 12-13 Yom Kippur 28
Manasés 32 monte Sinaí 6

32