12 de Noviembre de 2010

Daniel Valdivia Olmos

“La política de la Nueva España, siglos XVI y XVII”

REPORTE DE LECTURA.

Desde que se dio por terminado el proceso de conquista de la Nueva España, se inicio un periodo
de colonización que daría como resultado una forma de gobierno que aunque se basara en viejos
sistemas políticos españoles, las características únicas del terreno y la población (anexo a los
estatutos sociales de los dominadores españoles) acabarían por definir lo que sería una etapa de
decantación cultural y social que bien se extendió desde la caída de los Mexicas como civilización
hasta principios del siglo XIX.

Los primeros ensayos de gobierno se dieron cuando después de la derrota total de los Mexicas
en 1521, cuando después de que Cuauhtémoc depusiera las armas, los antiguos pobladores de la
ciudad de Tenochtitlán (los que quedaron) fueron reubicados en los alrededores del lago, cuando
Cortés se proclamo Capitán General de la Nueva España, siendo este título confirmado para el de
octubre de 1522, pero este no duraría mucho tiempo, pues Cortés al no tener noticias de la
rebelión de Olid en Honduras, se dirigió a reducirlo, mientras se encontrara fuera, Cortés designo a
Alonso Zuazo, Alonso de la Estrada y a Rodrigo de Albornoz como oficiales reales para mantener el
gobierno en su ausencia.

Justo a la partida de cortes empezaron las intrigas entre estos designando Gonzalo Salazar sus
propios apoderados, generando tensión entre estos y los que eran fieles a Cortés estando casi al
punto de una guerra civil, su gobierno se extendió hasta Enero de 1526 cuando los cortesanos
recuperaron el control, después del regreso de Cortés este fue sustituido por Marcos de Aguilar,
pero debido a su mal estado de salud designo a Alonso de Estrada en tanto este estuviera en
funciones.

La primera audiencia, que fue impuesta por el monarca español en un intento de terminar con
las disputas política de la Nueva España, designo un gobierno similar al que se llevaba a cabo en la
isla La Española, designo a Nuño de Guzmán para presidirla junto con cuatro oidores de los cuales
al llegar a América solo quedaron dos con vida, estos eran Juan Ortiz de Matienzo y Diego
Delgadillo, este grupo abuso de su puesto de una manera desproporcionada, permitieron la
impune esclavización de los aborígenes, dieron caza a Cortés aprovechando que su juicio por
Residencia estaba estancado entre otras muchas a tropelías, fue hasta que el obispo de México,
Fray Juan de Zumárraga pudo comunicar al rey sus quejas que este decidió su relevo y
enjuiciamiento.

Siendo esta la base para la segunda audiencia, la cual sería con la denominación de virreinato,
pues así el rey al tener a un representante de su confianza, aceleraría la expedición de justicia en
sus dominios trasatlánticos, siendo electo para este cargo Antonio de Mendoza, quien no ocupo su
cargo sino hasta 1535, en ese lapso fueron designados nuevos funcionarios de la nueva audiencia.