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SUKKER, INC. (2023)

Dodo Teatro

Marzo de 2023

Texto de Edward Jhoan Valencia Torres (inspirado en “Un enemigo del pueblo”, de
Henrik Ibsen)

PERSONAJES

SALOMÓN LUNA, ingeniero ambiental y supervisor de operaciones industriales de


Sukker, Inc.

CORAL MILLÁN, artista visual y esposa de Salomón.


VÍCTOR LUNA, alcalde y hermano de Salomón.

VALERY URBANO, periodista de Metrópoli TV.


MEÑACA 1 y 2, trabajadores de Metrópoli TV.

OLIVIA OTERO, científica y directora de la Central Subterránea. APOLINAR


GÓMEZ, maestro de escuela.

SR. KRISTOFFERSEN, dueño de Sukker, Inc.


ORÁCULO, personaje de las pesadillas de Salomón.
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ESCENA 1

Escenario indefinido. Atmósfera pesadillesca. SALOMÓN duerme en su cama. Se


proyecta en pantalla una pesadilla en donde entra el ORÁCULO.

Oscuro.

El ORÁCULO aparece en el escenario.

Oscuro.

SALOMÓN se sienta en un cubo al frente, lateral izquierdo.

SALOMÓN: ¡Van a matarnos! ¡¿Por qué robamos eso?!

ORÁCULO: Lo robé yo. Tú no te angusties.

Oscuro.

SALOMÓN: (De pie sobre un cubo, lateral derecho) Ni siquiera lo conozco. Van a
matarnos. ¡Devolvamos eso!

ORÁCULO: Mi profecía.

SALOMÓN: ¿A quién se la robó? ¿Qué hará con eso?

ORÁCULO: Ver el futuro.

SALOMÓN: ¿Para qué?

ORÁCULO: Para revelarlo.

SALOMÓN: ¿A quién?

ORÁCULO: A ti. (Mira al público) Y a ellos. Esta es la revelación de Sukker, Inc.,


que he traído para manifestarla a los habitantes de estos valles infinitos.
Bienaventurados los que presencian las visiones de esta profecía, y guardan lo que
ven, porque el tiempo está cerca. Oí detrás de mí una gran voz como de trompeta
que anunciaba la primera de tres profecías… Fuego, fuego, fuego…

SALOMÓN: (Como en trance, con una lámpara en las manos) El fuego fortifica los
cultivos.
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ORÁCULO: Y la voz tenía una lámpara en sus manos, con la cual podía incendiar
todos los reinos del mundo.

SALOMÓN: El fuego nos da el azúcar. (Grita con alegría, como si viera venir un
incendio en el horizonte y levanta la lámpara) ¡Fuego, fuego, fuego!

ORÁCULO: En la segunda profecía, miré, y he aquí un caballo metálico, y el que lo


montaba no tenía nariz, de modo que no tenía necesidad de respirar. Aguanten la
respiración por mil años, pues el aire está lleno de… Humo, humo, humo…

SALOMÓN: ¡Ay de los que moramos en la tierra! Necesitamos aire para respirar
y probar el dulce azúcar de las cosechas. ¡Pero sabemos soportar el humo que
nos ahoga! (Grita con alegría, como antes) ¡Humo, humo, humo! (Truenos y
relámpagos más fuertes que antes)

ORÁCULO: (Con un grito desafiante) ¡He visto el futuro y voy a revelarlo! En la


tercera y última profecía me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y
se me dijo: Levántate y mide el templo de Sukker, Inc. Y era hermoso, pero no había
agua y el mundo entero sufría… Sed, sed, sed…

SALOMÓN: (Mientras hablar, desciende de los cubos, los acomoda al centro y


regresa a lateral derecho) ¡Ay de los que moramos en la tierra! Necesitamos agua
para elevar nuestra imaginación. Este es nuestro gran sacrificio: entregar nuestras
aguas a los cultivos, a fin de que la cosecha prospere. ¡Penetren la tierra y extraigan
hasta la última gota! (Gritando alegremente) ¡Sed, sed, sed!

ORÁCULO: Ingeniero, ¿quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos? (Se
responde a sí mismo, sonriente) Ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de
la tierra, puede abrir el libro, ni aun mirarlo.

SALOMÓN: ¿Qué hay escrito ahí? (Las personas con cubos en la cabeza avanzan
al frente).

ORÁCULO: Usted trabaja en Sukker, Inc., ¿cierto?

SALOMÓN: Yo soy el supervisor. Debo supervisar que sus operaciones industriales


respeten la ley.

ORÁCULO: ¿Puede contarnos por qué esta empresa va a salvar la ciudad?

SALOMÓN: ¿Salvarla? ¿De qué?


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ORÁCULO: ¿Esta empresa acaso producirá nueva agua, nuevo aire y nueva vida?

SALOMÓN: Usa lo que ya hay en la naturaleza para producir trabajo y azúcar… Lo


importante es que todo está bajo regla.

ORÁCULO: ¿Tiene alguna sospecha, ingeniero?

SALOMÓN: ¡No!... Sospecho que Sukker, Inc. está… ocultándome algo.

ORÁCULO: ¿Qué cosa?

SALOMÓN: Que están secando las últimas reservas de agua de la ciudad.

ORÁCULO: ¿Costaba tanto decirlo?

SALOMÓN: Me voy.

ORÁCULO: Ya sabe que cualquier camino que tome lo llevará al futuro.


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ESCENA 2

Casa de Salomón Luna y Coral Millán. Salón del comedor con una gran ventana al
fondo, desde donde se ve la ciudad y, en último término, un gran edificio piramidal:
Sukker, Inc. Una ráfaga de burbujas (metáfora escénica para la ceniza de las
quemas azucareras) entra por el lateral izquierdo e inunda todo el espacio. CORAL
entra corriendo por el lateral derecho.

CORAL: (Gritando, afanada) ¡Salomón, los cuadros!

SALOMÓN: (Entra velozmente, ve el desastre de las burbujas y las espanta con un


manotazo. Ambos acomodan los cubos) ¡Los cuadros! ¡Déjalos, déjalos! Yo los
acomodo. No toques eso que puede hacerte daño.

CORAL: Estas burbujas ensucian todo. ¿Siempre han existido estas tormentas?

SALOMÓN: Para nada. Antes la ciudad no era así.

CORAL: Existen desde que Sukker, Inc. está aquí, supongo.

SALOMÓN: Así es. ¿Qué quieres que te prepare de desayuno?

CORAL: No, nada.

SALOMÓN: Puedo prepararte lo que quieras.

CORAL: No, tranquilo.

SALOMÓN: ¿Hoy vas a hacer ejercicio? ¿O prefieres descansar?

CORAL: Salomón, yo no estoy enferma.

SALOMÓN: Yo sé… solo quiero que estés bien… por aquello.

CORAL: Hasta donde sabemos, todavía no estoy embarazada.

SALOMÓN: Bueno, está bien.

CORAL: ¿Cómo dormiste?

SALOMÓN: Bien. Bueno, realmente casi no dormí.


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CORAL: ¿Por el calor?

SALOMÓN: Supongo.

CORAL: (Pausa) ¿Cuándo llega el Sr. Kristoffersen?

SALOMÓN: Todavía es incierto. Como viene en barco…

CORAL: Es un hombre algo… excéntrico. Viajar desde Noruega en barco con sus
máquinas…

SALOMÓN: Y lo peor de todo es que como nunca he hablado directamente con él, no
sé si cuando llegue mi trabajo será más sencillo o más complejo.

CORAL: Eso es lo que no te deja dormir.

SALOMÓN: En parte.

CORAL: Sigues con tus sospechas.

SALOMÓN: ¡Nooo! No son sospechas. Tengo curiosidad por entender cómo


Sukker, Inc. administra el agua para multiplicar sus cultivos día a día, semana a
semana.

CORAL: ¿Has vuelto a tener pesadillas?

SALOMÓN: No, no. Solo no logro conciliar el sueño por pensar en esto. (Pausa) ¿Tú
has vuelto a soñar?

CORAL: (Un cambio repentino opera en ella. Su optimismo, tan bien puesto, se
marchita de pronto) A veces.

SALOMÓN: Eso no me lo habías contado.

CORAL: Tengo sueños siempre iguales…

SALOMÓN: ¿Anoche soñaste?

CORAL: (Se queda inmóvil. Pausa) Todas las noches.

SALOMÓN: ¿Qué cosas sueñas?

CORAL: Cosas de madres.

SALOMÓN: (Pausa) Yo también pienso en eso. Pero tú piensas demasiado.

CORAL: En el fondo, no pienso en otra cosa.

SALOMÓN: Nunca me cuentas nada concreto.


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CORAL: (Ambos se sientan) Anoche soñé que yo era mi propio hijo. Estaba dentro
de una cuna y tenía mucha sed. Tampoco podía respirar bien por un humo que
invadía toda la habitación. Luego, aparecía un ser extraño… un monstruo rojo…
como… como… no sé qué era, pero me decía cosas que me hacían llorar. (Suena
el timbre. SALOMÓN se asusta y se queda paralizado).

CORAL: ¡Salomón! ¡Salomón! ¡Salomón!

SALOMÓN: Yo abro (sale. CORAL sale por el otro lado y vuelve a entrar con el cuadro en
la mano. SALOMÓN regresa). Más regalos.

CORAL: Bueno, poco a poco irán encontrando su lugar en la casa.

SALOMÓN: Esto es lo que me pone a pensar… ¿Por qué tantos agasajos? ¿Será que
el sr. Kristoffersen quiere ablandarme el ánimo? No me extrañaría; lo mismo que hace
mi hermano.

CORAL: O quiere agradarte.

SALOMÓN: (Irónico) ¿Cómo mi hermano?

CORAL: Tu hermano es una buena persona. Además, al sr. Kristoffersen aún no lo


conoces en persona.

SALOMÓN: No, pero esta casa es de él y prácticamente todo lo que hay aquí también.
Estos asientos, estas paredes… ¿y ese cuadro? (Se desplaza al lado del cuadro) Un
desierto con fuego y humor… Un monstruo deforme, vestido de rojo… ¡El oráculo! ¿Y
este cuadro, Coral?

CORAL: Es mi nueva pintura.

SALOMÓN: ¿Y de dónde sacas esas ideas?

CORAL: De mis sueños

SALOMÓN: Entonces soñamos lo mismo, porque no he dejado de tener pesadillas cada


noche que pasa. Anoche soñé con un oráculo que me mostraba el futuro de la ciudad…
Coral, esta mañana me desperté con un presentimiento.

CORAL: ¿Cuál?

SALOMÓN: Sukker, Inc. me está engañando.

CORAL: ¿Y es que sospechas algo grave?


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SALOMÓN: Creo que están extrayendo más agua de la permitida. Están secando las
reservas acuíferas subterráneas de la ciudad. Voy a ir a la Central Subterránea a exigir
un informe en persona.

CORAL: ¿Y es que todavía no has ido?

SALOMÓN: Solicité un permiso y no me lo dieron… Pero voy a ir hoy mismo, y con


Valery para que sientan la presión de los medios.

CORAL: Sí, ve. Yo también tengo algo que decirte. Voy a exponer estos cuadros en la
galería artística.

SALOMÓN: El mundo debe conocer nuestras pesadillas.


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ESCENA 3

Central Subterránea de Sukker, Inc. Dos columnas de cubos simulan un ascensor.

SALOMÓN: Valery, ¿esta herida se la hizo un rayo de sol?

VALERY: Sí, el primer rayo de sol de la mañana.

SALOMÓN: No me cabe en la cabeza esta agresividad de la naturaleza. ¿Qué


estamos haciendo mal? Estas cosas deberían ser noticia.

VALERY: No. Las noticias realmente importantes están aquí, en Sukker, Inc.

SALOMÓN: Llegamos.

Ambos mueven las columnas de cubos hacia los laterales. Al fondo se enciende una
pantalla enorme con botones y medidores. Detrás del vidrio de la pantalla, se ven unas
enormes tuberías blancas y orgánicas que extraen agua. Entra la DOCTORA OTERO
con una pantalla táctil y se ubica al frente. No nota la presencia de nadie y continúa
trabajando en las formas laberínticas de su pantalla.

DOCTORA OTERO: (Escuchando y mascullando las palabras, como si salieran de


su propia mente) Agua… Agua… Tramos cortos y verticales requieren más energía
en las bombas… Tramos laberínticos y diagonales requieren más infraestructura.
Esto es evidente, pero, ¿cómo concilio ambos extremos para evitar más
emergencias con el agua… agua…? (vuelve a sumirse en el silencio. No es
consciente de que no está sola).

SALOMÓN: (Se le acerca cautelosamente) ¿Usted es la doctora Olivia Otero? (Se


incorporan y dan una vuelta mirándose fijamente).
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DOCTORA OTERO: ¿Ustedes quiénes son? ¿Cómo entraron aquí?

SALOMÓN: Mucho gusto, mi nombre es Salomón Luna, supervisor general de


Sukker, Inc. Ella es…

VALERY: Valery Urbano, periodista de Metrópoli TV (ambos arrinconan con


preguntas a la DOCTORA OTERO, hasta que ella los interrumpe).

DOCTORA OTERO: ¡No, no, no! ¡Y las fotografías están prohibidas aquí!

SALOMÓN: Doctora, por favor, esto es un tema de vida o muerte... (VALERY lo


detiene. La DOCTORA OTERO regresa a su pantalla. SALOMÓN se le acerca, más
calmado).

SALOMÓN: Doctora, ¿cuál es la función de estos laberintos?

DOCTORA OTERO: Los laberintos son la representación matemática de las


tuberías que llevan agua desde las reservas hasta los cultivos de caña de azúcar.

SALOMÓN: Valery, este es el mapa de agua de la ciudad.

DOCTORA OTERO: No, no solamente es eso. Extraer agua del subsuelo es como
jugar laberintos en la vida real.

SALOMÓN: Lo dice como si fuera un juego, doctora.

VALERY: Eso quiere decir que a usted le pagan por estar aquí abajo jugando todo el
día.

DOCTORA OTERO: No, no me malinterpreten…

VALERY: ¿Hace cuánto tiempo trabaja para Sukker, Inc.? (La DOCTORA OTERO se
incorpora y se sienta en el centro. SALOMÓN y VALERY quedan a lado y lado).
¿Permanece mucho tiempo aquí abajo?

DOCTORA OTERO: 24-7.

SALOMÓN: ¿Cómo duerme con tanto ruido?

DOCTORA OTERO: Pastillas; a veces parezco en modo automático.

VALERY: ¿Usted ve noticias, doctora?

DOCTORA OTERO: No tengo tiempo para ver noticias.

SALOMÓN: ¿Tampoco escuchas escucha las conversaciones de los trabajadores?


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DOCTORA OTERO: Supervisor, recuerde que aquí no hay trabajadores. Todo está
automatizado.

VALERY: ¿Cuándo fue la última vez que subió a la superficie?

DOCTORA OTERO: Hace cuatro meses.

SALOMÓN: ¿Mantiene comunicación con el sr. Kristoffersen?

DOCTORA OTERO: Sí. Ayer hablamos y su barco viene en camino.

VALERY: ¿El sr. Kristoffersen está al tanto de toda esta multiplicación de las bombas
de agua?

DOCTORA OTERO: Sí, para eso me contrató.

SALOMÓN: ¿También está al tanto del crecimiento desproporcionado del monocultivo?

DOCTORA OTERO: ¿Usted no se comunica con él, supervisor?

VALERY: ¿Usted sabe lo que está pasando en la superficie, doctora? (La DOCTORA
OTERO titubea)

SALOMÓN: Humo.

VALERY: Fuego.

SALOMÓN: Sequía.

VALERY: Contaminación.

SALOMÓN: Tormentas de burbujas.

VALERY: Crisis climática.

SALOMÓN: Destrucción de los ecosistemas.

VALERY: Muerte. (La DOCTORA OTERO va adelante).

SALOMÓN: Doctora, ¿usted se considera una mujer de ciencia?

VALERY: ¿O una mujer de empresa?

DOCTORA OTERO: De ciencia, hasta el final de mis días.

SALOMÓN: ¿Estaría dispuesta a revaluar su trabajo si este está afectando, de


manera científicamente comprobable, la vida de la ciudad?

DOCTORA OTERO: Sí, porque sencillamente no es así.


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SALOMÓN: Doctora, le solicito una revisión inmediata de las reservas acuíferas.

DOCTORA OTERO: Para eso necesita un permiso.

SALOMÓN: Yo solicité un permisor especial para venir y nunca me contestaron.

DOCTORA OTERO: No puedo ayudarlo. (SALOMÓN se altera mientras repite “agua,


agua, agua”).

VALERY: Doctora (le muestra la herida en el brazo). Una herida ocasionada por el
primer rayo sol de la mañana. Quemadura grado 3.

DOCTORA OTERO: Ingeniero: puede hacer la revisión. (Pasan adelante, alista el


holograma y lo enciende).

SALOMÓN: ¿Son datos actualizados?

DOCTORA OTERO: Todo lo que va a ver es información en tiempo real.

SALOMÓN: ¿Y esto es…?

DOCTORA OTERO: Es la ubicación de las reservas de las que dispone Sukker, Inc.

SALOMÓN: Veamos el primer pozo, doctora.

DOCTORA OTERO: Pozo UWR12.

SALOMÓN: Vamos al siguiente, por favor.

DOCTORA OTERO: Pozo ZB7.

SALOMÓN: Doctora, ¿puedo ver al acuífero mayor?

DOCTORA OTERO: Pozo BG99.

SALOMÓN: Estas reservas son una maravilla. Lástima que todo esté hecho un
desastre. ¡No son delirios míos! Las reservas se están secando. Doctora, ¿usted revisa
regularmente los acuíferos con este método?

DOCTORA OTERO: No, yo solo me encargo de revisar las cifras.

VALERY: (Hablándole a su grabadora) La doctora Otero afirma que solo se encarga de


revisar las cifras.

DOCTORA OTERO: Señorita, ¿usted piensa publicar esto?

VALERY: Por supuesto, mañana verá su linda carita en la primera emisión de Metrópoli
TV…
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SALOMÓN: No, no, no será necesario. Primero hay que darle un tratamiento interno.

VALERY: Algo me tiene que dejar publicar, ingeniero.

SALOMÓN: Todo a su debido tiempo. Doctora, ¿qué hará mañana a mediodía?

DOCTORA OTERO: Jugar a los laberintos.

SALOMÓN: La invito a una celebración que estoy organizando con mi esposa. Allí
anunciaré mi descubrimiento. Valery, usted también está invitada.

VALERY: Siempre y cuando me prometa la exclusiva, ingeniero.

SALOMÓN: Esto es lo mejor que nos ha pasado, señoras, porque aún estamos a
tiempo de corregir. El alcalde estará feliz de enderezar los caminos. Mañana vamos a
arreglar este problema de raíz.
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ESCENA 4

CORAL, VALERY, VÍCTOR, el PROFESOR APOLINAR, la DOCTORA OTERO y


SALOMÓN entran hablando a la sala. La sala está compuesta por diez cubos blancos.
Hay ruido blanco de fondo, que pretende ser la música del futuro. La charla se torna
discusión mientras paulatinamente sube de volumen. La música se detiene y todos, de
manera mecánica, se sientan, cada uno en un cubo. VÍCTOR, VALERY y la DOCTORA
OTERO permanecerán estáticos hasta su “entrada”.

TODOS: (cantando) ¡Cumpleaños feliz!

VÍCTOR: Gracias.

CORAL: Profesor, yo no entiendo ese juego de cucharas y cuchillos del que me


habla.

PROFESOR APOLINAR: No se frustre. Yo le explico mejor en mi casa. Es mucho mejor


en persona. Es un nuevo implemento para mi nueva escuela.

SALOMÓN: Profe, ya tendremos que ir a ver cuál es su nueva educación, pero,


mientras tanto, no nos vaya a hacer trampa con el juego.

VÍCTOR: Le llaman superioridad moral. Mi hermano siempre la ha tenido. Ahora


dice que el profe hace trampas. ¡Hola, familia!

SALOMÓN: ¡Víctor! (se levanta y le da un abrazo)

VÍCTOR: ¡Salomón!
SALOMÓN: ¿Con quién viniste?
VÍCTOR: Con Valery.

SALOMÓN: ¡Valery! (le toma la mano y le da dos besos en ella) ¿Con quién viniste?

VÁLERY: Con Víctor. (SALOMÓN se sienta).

CORAL: Tengo algo que decirles.


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VÍCTOR: Estaban conversando sobre un juego…

PROFESOR APOLINAR: Sí. Les explicaba sobre un nuevo juego para mi nueva
escuela. Deberían ir a mi casa. Le podría explicar a usted también.

VÍCTOR: ¡El mismo profesor de cuando éramos niños! Profe, usted ganaría más si
aceptara la oferta de la empresa.

PROFESOR APOLINAR: ¿Más qué?

VÍCTOR: Más dinero.

PROFESOR APOLINAR: No, no me interesa. Gracias.

VÍCTOR: ¿Recuerdas, Salomón, que de niños jugábamos al Monopoly?

SALOMÓN: Sí, con papá.

PROFESOR APOLINAR: Ese no es un buen juego, Víctor.

VÍCTOR: ¿Por qué lo dice?

PROFESOR APOLINAR: Es muy fácil: desde la tercera ronda uno ya sabe quién va
a ganar.

VÍCTOR: Claro: los que compran las mejores propiedades.

PROFESOR APOLINAR: ¿Es por eso que, casualmente, Sukker Inc. ha comprado todas
las propiedades a las afueras de la ciudad?

VÍCTOR: Eso es en nombre de la ciudad y del progreso.

SALOMÓN: Víctor siempre tan gracioso. (Todos ríen).

CORAL: ¿Quieren uvas?

TODOS: Sí.

CORAL: Tengo algo que decirles.

SALOMÓN: Víctor, ¿cómo estás?

VÍCTOR: Marchando hacia el progreso, querido hermano.

SALOMÓN: Siempre con esas formalidades.

VÍCTOR: Sukker Inc. está sembrando más cultivos y estamos pensando en la agenda
de la ciudad del futuro.
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VALERY: Alcalde, tiene que dejar descansar la mente.

VÍCTOR: Me obsesiono con el progreso, Valery.

PROFESOR APOLINAR: Pues lo único que veo es que hay más gente trabajando,
Víctor.

VALERY: Entonces tiene que dejar descansar el cuerpo.

VÍCTOR: Me obsesiono con el trabajo, Valery. Tengo sueños también. ¿Tú qué
sueñas, hermano?

SALOMÓN: Yo no sueño. ¿Cierto, Coral? (la mira, esperando una respuesta que
jamás llega) ¿Ves? Yo no sueño.

PROFESOR APOLINAR: ¿Por qué no jugamos mientras llega la persona que falta?

SALOMÓN: Acaba de llegar.

Empezando por VÍCTOR, todos le darán la mano a la persona a su izquierda, diciendo


“Doctora Otero”, hasta llegar a la DOCTORA OTERO.

DOCTORA OTERO: ¡¿Ustedes ya se dieron cuenta de lo que está pasando allá


afuera?!

Todos se asoman por la puerta de la izquierda. SALOMÓN también, pero de pie en


el cubo de Coral. Vuelven y se sientan al unísono en sus respectivos cubos.

TODOS: (en coro) No.

DOCTORA OTERO: Cada vez hay más burbujas.

TODOS: (en coro) ¡Ahhh!

VÍCTOR: Burbujas de progreso.

DOCTORA OTERO: La cantidad de burbujas han aumentado un 65%. Sukker Inc.


es responsable del 80% de las burbujas. Hay trece millones de burbujas por gramo
cuadrado.
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SALOMÓN: Tengo un anuncio que hacer. Víctor, Sukker Inc. está secando las
reservas acuíferas del subsuelo de la ciudad.

VÁLERY: Gracias por el título.

VÍCTOR: Salomón, tú trabajas para Sukker Inc. Tú trabajas para el señor


Kristoffersen.

SALOMÓN: Y lo hago con mucha felicidad, Víctor. Porque vamos a arreglar este
problema de raíz. Doctora, muestre las pruebas. (La DOCTORA OTERO
permanece estática). ¿Sí ves?

VÍCTOR: Las veo. Doctora, ¿está usted autorizada para mostrar esas pruebas?

DOCTORA OTERO: Me autorizó el supervisor Luna, alcalde Luna.

VÍCTOR: Pero una prueba científica sin contexto es una prueba vacía.
CORAL: Brindemos. Voy por el vino. Tengo algo que decirles.

SALOMÓN: Víctor, ¿solamente te importa que haya gente trabajando? Hay que ponerle
un stop a Sukker Inc. o si no vamos a sufrir una sequía mortal.

PROFESOR APOLINAR: (alteradísimo) Salomón, ¡¿eso es verdad?! ¡¿Nos vamos


a morir?! ¡¿Nos vamos a quedar sin agua?!

VÍCTOR: No le crea.

PROFESOR APOLINAR: (volviendo a su estado estático) Ah, ¿no?

VÍCTOR: Salomón, una persona que se expresa así, es y será un enemigo del
pueblo.

VALERY, CORAL, el PROFESOR APOLINAR y la DOCTORA OTERO adoptan un

gesto estático de asombro aterrado. SALOMÓN muestra una sonrisa inerte hacia Víctor.

CORAL: Salomón, estoy embarazada.

SALOMÓN, conservando su sonrisa inerte, la dirige hacia el público.


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ESCENA 5

SALOMÓN queda congelado en un gesto de terror. En la oscuridad, se proyecta otra


visión de sus pesadillas. Varios ojos se proyectan en los cubos. Voces apocalípticas,
voces terroríficas, voces familiares. Al final, sale corriendo.
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ESCENA 6

Set de televisión extraordinariamente iluminado, con una mesa para la presentadora


y unos asientos para los invitados. Ajetreo. Los hermanos MEÑACA son los técnicos
y camarógrafos encargados.

VALERY: (Casi como un regaño para el personal técnico que no vemos) Yo sé, ¡pero
no me trajeron la botella!

MEÑACA: Vamos en 10.

VALERY: (Gira hacia la cámara. Hace rápidos ejercicios de calentamiento con sus
labios y su lengua; tiene algo reseca la garganta y se le nota en un gesto con la mano.
Vuelve a mirar al lateral derecho, enojada, pero es un enojo que no afecta en absoluto
su capacidad de entrar en el mood de la periodista más simpática de la ciudad) ¡El
agua tiene sí o sí que estar en la mesa! (Entra SALOMÓN por el lateral izquierdo y se
ubica junto al camarógrafo. Ella lo ve y lo señala mientras sonríe).

MEÑACA: 3, 2, 1…

VALERY: En Metrópoli TV lo mantenemos informado, porque si no hay noticias, es


una mala noticia. ¡Vamos con el boletín noticioso de la ciudad!

Darío Bustamante, gerente de calidad de Sukker, Inc., fue despedido de la compañía


tras la publicación de un video en el que se le ve sosteniendo relaciones sexuales con
varias mujeres en las inmediaciones de un cañaduzal. El bochornoso accidente, según
Bustamante, no es lo que parece; pero el video ya circula en redes sociales y la
compañía anunció el despido públicamente.

En otras noticias de la ciudad, Sukker, Inc. inaugurará un parque temático en honor al


azúcar. Allí, encontrarán atracciones para los más pequeños como laberintos de caña
y “trenes cañeros chocones”. Para los adultos, está la montaña rusa gigante que
permite divisar el nuevo y liso paisaje verde de la región, así como cabañas en mediode
un cañaduzal con un lago artificial en el centro. Gerente Bustamante, ¡debió esperarse
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un poquito si quería divertirse en medio de un cañaduzal!

Por otro lado, y en unos momentos, tendremos a dos invitados que nos contarán
acerca de un descubrimiento que hicieron en la ciudad y que involucra, cómo no, a
Sukker, Inc. Ya regresamos.

MEÑACA: ¡Fuera del aire!

VALERY: (Sin enojo, pero con un tono de superioridad) El agua, el agua, el agua…

(Aplaude como en un restaurante).

SALOMÓN: (Entrando con la doctora Olivia Otero) ¡Valery! Valery, espero que tengamos
suficiente tiempo para planear la entrevista….

MEÑACA: Vamos en 10, 9…


VALERY: ¡Entran y siguen el hilo!
MEÑACA: 3, 2, 1…

VALERY: Dos investigadores vinculados a Sukker, Inc. hicieron un descubrimiento en


el subsuelo, y los tenemos con nosotros: el ingeniero ambiental y supervisor general
de Sukker, Inc., Salomón Luna, y la doctora y directora de la Central Subterránea,
Olivia Otero.

Para comenzar, hay una duda que no me deja dormir: doctora Otero, ¿cómo es vivir
a mil metros bajo tierra?

DOCTORA OTERO: (Sonríe con vergüenza) Bueno… no hay tiempo ver las noticias.

VALERY: ¿Y hay tiempo para el amor en el fondo del planeta?

DOCTORA OTERO: La mayor parte del tiempo permanezco sola… así que no.
Sukker, Inc. es una compañía demandante.

SALOMÓN: Y demandable, diría yo. Si me permite…

VALERY: (Interrumpiéndolo) Ya que nos hemos puesto de humor, entremos en


materia. Doctora, ¿cómo es dirigir la Central Subterránea de la empresa más
importante del momento?

DOCTORA OTERO: Es difícil coordinar extracciones de agua para crear sistemas de


riego que podrían estar arrebatándole agua vital a la ciudad. Lo digo por las dinámicas
de la sequía… pero Salomón puede explicarlo mejor.
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VALERY: Más despacio, más despacio, doctora (la doctora OTERO y SALOMÓN ríen
nerviosamente).

SALOMÓN: Me gustaría explicar algo.

VALERY: Doctora…

SALOMÓN: Mire. Descubrimos que Sukker, Inc. está violando los límites legales de
extracción de agua. Están acabando el agua que abastece a la ciudad.

DOCTORA OTERO: (Asintiendo) Las pruebas son irrefutables.

SALOMÓN: Todo para incrementar el tamaño de los cultivos de caña de azúcar.

VALERY: Eso es muy, muy emocionante. El crecimiento de los cultivos está


convirtiéndose en una oportunidad de trabajo sin igual. Doctora, ¿es alguna política
interna?

SALOMÓN: Es ilegal, ¿no estoy siendo claro?

VALERY: Esa es una palabra fuerte, ingeniero.

SALOMÓN: Es nuestra agua.

VALERY: Todos sabemos que no podemos vivir sin agua, pero, ¿podemos vivir sin
trabajo, sin techo, sin el dinero que usamos para comprar los alimentos y… el agua?

DOCTORA OTERO: Podríamos quedarnos sin agua en los próximos meses.

VALERY: (Mirando graciosamente al lateral derecho) Bueno, de hecho, hoy me


dejaron sin mi botella de agua. Pero ese no es el punto. ¿Qué podemos hacer desde
casa para ayudar a resolver el problema, doctora?

DOCTORA OTERO: No… no sé…

VALERY: No dejar la llave abierta mientras nos cepillamos, tardarnos menos en la


ducha… y esas cosas.

SALOMÓN: Realmente la solución es detener la extracción de agua para permitirles


a los acuíferos recuperarse.

VALERY: ¿Es decir que en una semana podríamos estar olvidándonos de esto?

SALOMÓN: No, serían unos seis meses aprox.


VALERY: ¿Qué otras opciones hay, doctora?
DOCTORA OTERO: Probablemente ninguna otra.
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VALERY: ¿Algún mensaje de alivio?

DOCTORA OTERO: La ciencia… la ciencia hace lo que puede.

VALERY: Ingeniero Luna, doctora Otero, ha sido un gusto conversar con ustedes. Y
mientras ellos dos siguen investigando cómo hacer de este un mundo mejor, recuerde
lavar los platos con menos agua y beber dos litros de agua al día. Ya regresamos.

MEÑACA: ¡Fuera del aire!

SALOMÓN: Ahora viene una segunda parte de la entrevista, ¿cierto, Valery?

DOCTORA OTERO: No escucharon el mensaje, ¿cierto?

VALERY: Usted me ha ocultado información.

SALOMÓN: ¡¿Qué?!

VALERY: Acaba de mentir al aire. Dijo seis meses, pero los arreglos podrían tardarse
tres años.

SALOMÓN: En seis meses podrían estarse retomando las actividades


paulatinamente, una vez instaladas las máquinas que trae el Sr. Kirstoffersen… Pero,

¿quién se lo dijo? (Mira a su alrededor)

DOCTORA OTERO: Me sentí estúpida.

VALERY: Su investigación no tiene credibilidad, ingeniero.


DOCTORA OTERO: Cómo pude dar un mensaje de alivio…
MEÑACA: ¡Ya volvió el agua! (Sale)

VALERY: ¡Qué bien! ¿Un vaso para Salomón?

SALOMÓN: ¿Quién le está dando esa información, Valery? Y de manera


malintencionada.

VALERY: Eso le pido a usted: hábleme con la verdad.

SALOMÓN: Eso hago y seguiré haciendo.

VALERY: Usted se empeña en pelear con molinos de viento. La verdad es la verdad.


Usted ocultó una parte y le mintió a la cámara.

SALOMÓN: (Encontrando el sombrero de su hermano) ¡El hombre más poderoso de


la ciudad! Ahora entiendo… (Lo imita) “¡Salomón miente y delira! Confíen en mí: el
trabajo nos hará libres. ¿No te cansas de repetir esa mentira de que Sukker, Inc. no
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ha sido, ni es, ni será el origen de ningún mal para nuestra ciudad?

VÍCTOR: (Saliendo de su escondrijo) ¡Salomón, mi sombrero!

SALOMÓN: (Continúa su imitación) No me hables así. Te ordeno hacer un saludo al


logo de Sukker, Inc.

VALERY: ¡Ingeniero!

SALOMÓN: (Aún imitándolo) Tú eres el jefe de la ciudad, pero yo soy el jefe de la


verdad. Metrópoli TV no caerá en ningún soborno tuyo.

VALERY: No es ningún soborno. Usted me ocultó cosas.

SALOMÓN: (Deja de imitar) ¿Sabes algo? No volveré la próxima semana, sino


mañana mismo. Y aquí, enfrente de todos, mostraré el daño que Sukker, Inc. está
haciéndole a nuestra agua.

VÍCTOR: ¿Con el permiso de quién? (SALOMÓN mira a VALERY).

VALERY: No podemos permitir que se repita lo de hoy. La solución de un problema


no puede ser otro problema mayor.

SALOMÓN: ¿De qué hablas?

VALERY: La ciudad no tiene por qué prestarle dinero a la empresa para que arregle
sus daños.

SALOMÓN: El agua está por encima de cualquier interés público.

VALERY: Nada está por encima del interés público.

SALOMÓN: ¡¿Qué estoy diciendo?! ¡El agua debe ser el mayor interés público!

VÍCTOR: Si yo necesitara hacer una aclaración pública, ¿usted me cedería un


espacio?

VALERY: Hoy mismo, si es necesario.

SALOMÓN: (Dejando el sombrero sobre la mesa) Conque estas tenemos…

VÍCTOR: (Poniéndose el sombrero) Qué poco ha durado tu autoridad.

SALOMÓN: Voy a convocar una reunión pública. Anunciaré la noticia de mi propia


boca. Si es necesario, recorreré cada calle de esta ciudad.

VÍCTOR: Ninguna plaza, ninguna junta de acción comunal ni ninguna escuela están
autorizadas para aglomeraciones durante esta semana. Ni siquiera podrás hablar en
24

el teatro, ya me encargaré de eso.

SALOMÓN: Todavía hay gente que cree en las nuevas ideas. Gente que sabe
escuchar o gente que cree que es posible enseñar a escuchar. En ese lugar estaré.

MEÑACA: (Entra con dos vasos de agua) Aquí está su agua, señor.

SALOMÓN: Gracias, no quiero. (Sale).

VÍCTOR: (Sarcástico) ¿Vas a despreciar el agua? (La recibe él).

VALERY: (Le recibe a MEÑACA su vaso) Alcalde, ¿ahora ve cómo es posible informar
sin informar?

VÍCTOR: Nadie entendió su mensaje. Parece un pobre loco que nadie oye.

VALERY: Al periodismo y al poder lo unen las noticias impublicables (brindan con sus
vasos).

VÍCTOR: Qué agua más fresca.


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ESCENA 7

DOCTORA OTERO: ¿Ya vamos a dar entrada?

APOLINAR: Sí. (Pausa) Tengo nervios.

DOCTORA OTERO: ¿Por qué?

APOLINAR: Nunca había recibido tanta gente en mi casa.

DOCTORA OTERO: Un profesor no debería tener nervios.

APOLINAR: Pues yo tengo nervios.

DOCTORA OTERO: Véalo como si esta fuera la primera clase de su nueva escuela. Y
no es una clase limitada a un grupo de niños y niñas, sino a toda la ciudad.

APOLINAR: Ni siquiera soy yo el que va a hablar…

DOCTORA OTERO: Su primera clase será dirigida por Salomón Luna, el hombre del
momento. Le confieso algo, Apolinar. El día en que lo conocí, pensé quesu idea de la
nueva escuela y los juegos era ridícula. Ayer, en Metrópoli TV, sentí el impulso de huir,
de volver bajo tierra. Aquí arriba nadie escucha a nadie. ¿Y sabe en quién pensé? En
usted. Es el único que propone algo medianamente sensato para arreglar este desorden.

APOLINAR: Eso quiere decir que…

DOCTORA OTERO: Sí, yo creo en su nueva escuela. Y no puede haber mejor


manera de inaugurarla que esta.

APOLINAR: Hoy vamos a oír de verdad a Salomón. Aún no lo hemos escuchado.

DOCTORA OTERO: Abra las puertas, profe.

APOLINAR: Doc, ¿se tomaría un café conmigo el viernes?

DOCTORA OTERO: Aquí estaré.

Entran todos en silencio y se quedan viendo y caminando en círculo alrededor de la


línea de cubos, mientras suena una música de fondo, la tensión invade la escena.
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SALOMÓN: (Desplazándose hacia el frente) Buenas noches. Les damos la


bienvenida a la casa del profesor Apolinar Gómez, un lugar para las nuevas ideas.
En unos minutos podrán usar la aplicación para participar.

VALERY: Alcalde: ¡¿usted aquí?!

VICTOR: ¡Yo aquí!

SALOMÓN: No tuve más opción. Intenté dialogar con mi her… con el alcalde, pero
no fue posible. Intenté comunicar la noticia por Metrópoli TV, pero el mensaje se
deformó… nadie nos escuchó.

MEÑACA: Valery: ¡¿usted aquí?!

VALERY: ¡Yo aquí!

SALOMÓN: Ahora les hablaré directamente, y lo único que espero es que me escuchen.

MEÑACA: ¡Primero elijan un moderador!

VÍCTOR: Me parece lo más sensato.

SALOMÓN: Víctor, la reunión la convoqué yo, el mensaje lo voy a comunicar yo y


yo pongo las reglas.

VALERY: Eso no es democrático, ingeniero.

MEÑACA: ¡Que se elija un moderador! (Todos empiezan a reclamar hasta llegar al


bullicio).

SALOMÓN: (Conteniéndose) De acuerdo, que se elija un moderador.

MEÑACA: ¿No le gustaría presidir a usted, señor alcalde? (Los demás miran al alcalde
asombradísimos).

VÍCTOR: No, estoy impedido por motivos bastante comprensibles. (Señalando a la


DOCTORA OTERO) Pero esta recta mujer puede encargarse de ello: la doctora Olivia
Otero.

APOLINAR: Víctor, esta es mi casa y exijo respeto.

VÍCTOR: ¿A quién estoy irrespetando, profesor?

APOLINAR: (Con disgusto) En su tiempo, saboteador de clases, y, ahora, saboteador


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de reuniones públicas.

SALOMÓN: Continuemos, por favor, profesor.

CORAL: No dejemos que avance este sabotaje Salomón.

DOCTORA OTERO: Tranquilos, acepto ser la moderadora.

VALERY: (Tomando notas) La directora de la Central Subterránea de Sukker, Inc.…


acepta ser la moderadora… (observa alrededor) entre abucheos y vivas de los
asistentes.

DOCTORA OTERO: Me permito decir que como científica, naturalmente, respeto las
razones y las evidencias. Eso es lo que, a fin de cuentas, me ha puesto hombro a hombro
con el ingeniero Salomón Luna en su lucha. Inicia la reunión. Tiene la palabra, Salomón
Luna.

MEÑACA: No, que pregunte primero quién quiere tener la palabra. (Bullicio general).

DOCTORA OTERO: Está bien, seamos más democráticos ¿Alguien quiere tomar la
palabra antes de Salomón?

VÍCTOR: Si me lo permite, yo quiero.

DOCTORA OTERO: Tiene la palabra, alcalde.

VÍCTOR: Hubiera preferido no tomar la palabra, dado el cercano parentesco que tengo
con el hombre que hoy convoca esta reunión. Pero por el bien de la ciudad, estimo
conveniente decir esto: creo que ninguna de las personas aquí presentes Quiere que se
hable mal de Sukker, Inc., una empresa que le ha traído tanto bienestar y progreso a la
ciudad.

MEÑACA: (Incitando al público) ¡Así es! ¡Nadie quiere eso! (Todos vuelven a hacer
bullicio general).

VÍCTOR: Así que propongo que se le prohíba al ingeniero Luna comunicar


públicamente mensajes sin ningún fundamento contra Sukker, Inc.

SALOMÓN: (Con gran sobresalto) ¡¿Prohibirme?!

VÍCTOR: Mañana saldrá una extensa entrevista por Metrópoli TV, en donde aclaro de
una vez por todas esta incómoda cuestión. Los ciudadanos podrán juzgar
imparcialmente. Con datos en mano, demuestro que las aseveraciones del ingeniero
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producen innecesariamente pánico.

SALOMÓN: Innecesariamente…

VÍCTOR: Hace afirmaciones sustentadas en datos falseados. Y, además, la


solución que propone es demasiado costosa y todos tendríamos que pagarla.
Sukker, Inc. y la ciudad merecen más respeto, ingeniero. (Todos vuelven a hacer
bullicio y se acercan).

APOLINAR: Orden en la sala, por favor, ahora sí que parece un salón de clases, o ponen
orden o los hago salir de acá (Se acomodan en fila india).

DOCTORA OTERO: Esto necesita someterse a votación…

VALERY: (Interrumpiendo) Yo quiero también decir algo antes que el ingeniero Luna
intervenga doctora.

DOCTORA OTERO: Adelante.

VALERY: En un principio, mostré mucho interés por la investigación del ingeniero


Luna sobre el agua. Lo acompañé en sus pesquisas. Pero, en mi búsqueda de
imparcialidad, pronto me di cuenta de que estaba prestando oídos solo a una cara
de la moneda. La solución que daba el ingeniero suponía, a todas luces, el fin de la
ciudad tal y como la conocemos.

SALOMÓN: ¡¿Pero de dónde saca eso?!

VALERY: Usted me ocultó información. La solución que usted propone no solo


destruye la mayor fuente de trabajo de la ciudad, sino que endeuda a la ciudadanía
para reparar un daño que, cifras más, cifras menos, no es tan grande como usted
lo pinta.

SALOMÓN: (Exaltado en demasía) ¿De manera que, a usted, alineada con lo que
dice el alcalde, le parece caro evitar el apocalipsis? (Risas grabadas).

VALERY: Su señora esposa ya compró la cuna. Han instalado un cuarto para el


bebé. ¿Pero qué le espera a un bebé en una ciudad sin trabajo ni progreso y, en el
peor de los casos, endeudada hasta los tuétanos?

CORAL: De mi familia me encargo yo.

DOCTORA OTERO: Definamos de una vez por todas la proposición del alcalde.
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SALOMÓN: No, no será necesario, doctora, ya que no hablaré de Sukker, Inc.


Hablaré de otra cosa. ¿Puedo hablar?

DOCTORA OTERO: Adelante, ingeniero. Tiene la palabra.

SALOMÓN: Hace unos días no hubiera permitido que me callaran. En absoluto.


Pero descubrí algo mucho más importante. Por eso, en comparación, me parece
una nimiedad haber demostrado que Sukker, Inc. está secando los acuíferos
subterráneos y que dejará la ciudad sin agua en cuestión de semanas.

MEÑACA: ¡Nada del agua ni de la empresa! ¡No queremos oír hablar de eso!

SALOMÓN: En el fondo, no importa si nos quedamos sin agua. Siempre habrá otra
ciudad a donde migrar. Yo amo mi ciudad, pero seamos sensatos: nadie extrañaría
este inodoro de palomas si una sequía nos borrara de la Tierra. ¿Quiénes éramos
hace diez mil años? ¿Éramos realmente nosotros? ¿Qué importancia tendremos en
un millón de años? ¿O en mil años? Honestamente, creo que ninguna. En el
futuro…

VALERY: ¡Al grano, ingeniero! ¿Qué fue lo que descubrió?

SALOMÓN: Descubrí que, a nosotros, mortales de carne y hueso, no nos concierne


el futuro del planeta.

VÍCTOR: Está delirando. Primero quiere “salvar” la ciudad y luego no le importa si


el planeta se hace añicos.

APOLINAR: Sea más claro, Salomón. No le entendemos.

SALOMÓN: Miren a dónde nos ha conducido la ceguera del alcalde por el futuro.
Estamos gobernados por un ejército de personas con delirio de grandeza, y aquí
tenemos al rey.

VÍCTOR: ¡Exijo respeto o disolvemos esta reunión!

SALOMÓN: Tranquilo señor alcalde, no es mi interés hablar mal de nuestros


gobernantes. Esta no es una cuestión contra ellos, insisto. Y este es mi mayor
descubrimiento…

MEÑACA: ¿Cuál? ¿Por qué no es claro de una vez por todas?

SALOMÓN: El mayor mal de nuestra sociedad es la muerte de la imaginación.


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VÍCTOR: Esto no me lo esperaba. Salió artista mi hermano.

VALERY: (Anotando) El ingeniero sale en defensa… del sector cultural y artístico.

VALERY: (Tachando y corrigiendo) El ingeniero se retracta de su afirmación…

SALOMÓN: ¡Pues no! La imaginación es una facultad de nuestra sociedad, y ciertos


personajes se han encargado de adormecerla, de jugar con ella a su antojo, de
manipularla a su favor, la imaginación es lo único sensato que nos ayuda a ver y
crear nuestro futuro.

ALCALDE: Yo ya no estoy entendiendo nada.

VALERY: Yo tampoco.

MEÑACA: ¡¿Cuánto tiempo lo van a dejar hablar?!

DOCTORA: Continúe, ingeniero.

SALOMÓN: ¿No entienden nada?

VALERY: ¿Qué tiene que ver la imaginación con el futuro del planeta? ¿Puede
explicarse?

SALOMÓN: ¡Todo!

ALCALDE: ¿En qué estamos, doctora? ¿Lo modera o lo moderamos?

DOCTORA OTERO: Sea más claro ingeniero.

SALOMÓN: Amo a mi ciudad tanto que prefiero que se arruine antes de que
prospere a costa de una empresa que deja sin agua a sus ciudadanos y hace sufrir
a sus animales y sus ecosistemas utilizando sus medios infernales. Su imaginación
sólo se limita al progreso material, al dinero, pero no se han podido imaginar que lo
único que nos espera es un futuro sin agua, devastado.
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MEÑACA: ¡Sus palabras son las de un verdadero enemigo del pueblo! (Vuelve el bullicio,
están muy enojados)

CORAL: Haga algo, doctora. Están muy enojados.

APOLINAR: ¡Orden, orden! Por el tono que han tomado las cosas, se da por
terminada la conferencia.

MEÑACA: ¡Aún no! Esta asamblea debería declarar que el ingeniero Luna no quiere
el progreso de nuestra ciudad el ingeniero Luna es un enemigo del pueblo. (Todo
gritan enemigo del pueblo, bullicio)

ALCALDE: Coral: ya hablé con la directora de la Exposición Artística en la que ibas


a participar; allí no se aceptan familiares de un enemigo delpueblo. Apolinar: la
edificación de su nueva escuela está ubicada en predios de interés público en tanto
sirven a la industria azucarera local; queda advertido.

SALOMÓN: ¡Miserableeee!

CORAL: No hay futuro en esta ciudad, Salomón. Tenemos que irnos.


MEÑACA: Definamos el nuevo título del ingeniero Luna. (USO DE APP).
PREGUNTA:

CORAL: Salgamos por detrás.

SALOMÓN: No, yo no tengo que esconderme de nadie.

MULTITUD: ¡Enemigo del pueblo, enemigo del pueblo, enemigo del pueblo!
32

ESCENA 8

SALOMÓN queda acostado en una línea de cubos sobre la que se proyecta un


fuego. Al fondo, el rostro del ORÁCULO se proyecta mientras su voz suena en off.

ORÁCULO: Esta es mi última verdad: vi un nuevo cielo y una nueva tierra, porque
el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el agua ya no existía más. Vi la nueva
ciudad, la que quiere fundar Sukker, Inc. y que tú estás impidiendo.

¿Sabes en qué te has convertido? En un enemigo del mundo. Alguien que detiene el
progreso de su ciudad para salvar el agua.

¿Conoces el destino de los enemigos del mundo? Existe una cárcel solitaria y remota,
debajo de la tierra. Allá adentro estará tu tumba. Y tu epitafio rezará: “Aquí yace el mayor
enemigo del mundo”.

Ceder o no ceder, esa es la cuestión.


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ESCENA 9

Central Subterránea de Sukker, Inc. SALOMÓN y CORAL entran afectados.

SALOMÓN: Los tres estamos bien y eso es lo que importa. Además, esa cuna no era
nuestra. Nos la envió el sr. Kristoffersen. Era de él.

CORAL: (Con los ojos desorbitados) ¡¿Cómo van a incendiar la cuna de mi niño,
Salomón?! ¡Incendiarla! (Pausa. Sufre hondamente).

SALOMÓN: Vamos a denunciarlos.

CORAL: Ojalá se hubiera quemado la casa entera.

SALOMÓN: No vamos a volver allí.

CORAL: Vámonos a otra ciudad hoy mismo.

SALOMÓN: No quiero darles la razón.

Entran APOLINAR y la DOCTORA OTERO.

APOLINAR: Expropiaron mi escuela. El alcalde emitió el decreto. Dice que es en


beneficio del interés público que representan esos terrenos para Sukker, Inc.

SALOMÓN: (Enfurecido) ¡Víctor, Víctor!

APOLINAR: Pero no importa. Mi nueva escuela no necesita de paredes para existir.

DOCTORA OTERO: Cuentas con mi apoyo. Ya conseguiremos algo juntos.

APOLINAR: Tú vives muy ocupada.

DOCTORA OTERO: Ya no será así. (A todos) Debo hacer una llamada. Permiso.

(Sale).

SALOMÓN: (Como iluminado) ¡Hay algo que yo puedo hacer por usted, profe!
Reclamar la herencia que me corresponde de la casa de mi padre. Ahí funcionará
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su escuela.

CORAL: Tu hermano no te va a dar nada. ¿Por qué sigues confiando en la gente?

APOLINAR: No se pierde nada con intentarlo. Su hijo siempre tendrá un lugar en


mi escuela.

Entra VÍCTOR. SALOMÓN lo ve con asombro.

SALOMÓN: Profesor, llévese a Coral, por favor. (APOLINAR y CORAL salen). ¿A qué
viniste, Víctor?

VÍCTOR: Envié un mensaje en el que le recomiendo a Sukker, Inc. no contar más con
tus servicios, en vista de tu actitud incorregible.

SALOMÓN: Víctor, necesito mi parte de la herencia.

VÍCTOR: Vendí la casa hace unos días. Y con el dinero de la venta compré acciones en
la empresa.

SALOMÓN: ¿Por qué hiciste eso? (Extrañado).

VÍCTOR: Si a Sukker, Inc. le va bien, a nosotros dos también.

SALOMÓN: Tu obsesión con esa empresa te está enloqueciendo (molesto).

VÍCTOR: Si quieres te vas de la ciudad, esperas un año, y luego regresas y…

SALOMÓN: No voy a retractarme, si eso es lo que esperas…

VÍCTOR: ¿Tan difícil es aceptar que estás equivocado?

SALOMÓN: No, no y no, ¡Víctor!

VÍCTOR: Cada uno escoge su destino (se va. SALOMÓN da unos pasos, lleno de
dudas, hacia adelante. Entra la DOCTORA OTERO).

DOCTORA OTERO: ¡Ingeniero! Es el sr. Kristoffersen.

SALOMÓN: ¿Ya está en el país? ¿Está enterado de lo que está pasando?

DOCTORA OTERO: Está en videollamada.

Se proyecta la videollamada en donde interviene el SR. KRISTOFFERSEN y le


propone a SALOMÓN liderar Sukker, Inc.
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FINAL 1: SALOMÓN, INGENUAMENTE, ACEPTA LIDERAR A SUKKER, INC.

(Cuando dice SÍ)

CORAL: Salomón, el futuro de nuestro hijo pende de un hilo.

APOLINAR: ¿Será verdad tanta maravilla?

SALOMÓN: Doctora, no esperaba nada de esto.

DOCTORA OTERO: Ahora es cierto: si a la empresa le va bien, a la ciudad le irá


mejor. Pero está en sus manos.

CORAL: Acepta.

SALOMÓN: (Abrumado) ¿No estaría dándoles la razón?

CORAL: ¿Y no pretendías quedarte para hacerte oír? La gente solo escucha al que
manda. Acepta.

APOLINAR: Acepte y líbrenos de ese señor, Salomón.

DOCTORA OTERO: Acepte y márquenos el rumbo, ingeniero.

SALOMÓN: (A CORAL) Los tres vamos a estar bien. Le voy a decir que sí. Lo primero
que haremos será anunciarle al alcalde que la compra de sus terrenos se cancela. Y,
¡doctora Otero!, ¡yo rechazo su renuncia! La necesitamos para corregir esta sequía y
volver a usar el agua de los ríos. Ya no vamos más con las reservas subterráneas.

DOCTORA OTERO: Será un honor jugar a los laberintos con el río, ingeniero.

SALOMÓN: Financiaremos un salón artístico para exponer tus cuadros allí, Coral.

CORAL: El mundo debe conocer nuestras pesadillas.

SALOMÓN: Lo primero que haré yo personalmente será apagar la última bomba de


agua. Clausuraremos la Central Subterránea.

APOLINAR: Vamos a anunciarle los cambios al alcalde. No podemos perder tiempo.


(CORAL, APOLINAR y la DOCTORA OTERO caminar hacia la salida).

SALOMÓN: ¿Quieren saber mi último descubrimiento? El hombre más poderoso del


mundo es el que sabe cuándo hay que ceder.

SE MUESTRA NOTICIERO CON FUTURO DISTÓPICO (TODO SALIÓ MAL).


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FINAL 2: SALOMÓN, INTELIGENTEMENTE, RECHAZA LIDERAR A SUKKER, INC.

(Cuando dice NO)

CORAL: Salomón, el futuro de nuestro hijo pende de un hilo.

APOLINAR: ¿Será verdad tanta maravilla?

SALOMÓN: Doctora, no esperaba nada de esto.

DOCTORA OTERO: Ahora es cierto: si a la empresa le va bien, a la ciudad le irá


mejor. Pero está en sus manos.

CORAL: Acepta.

SALOMÓN: (Con determinación) No, estaría dándoles la razón.

CORAL: ¿Y no pretendías quedarte para hacerte oír? La gente solo escucha al que
manda. Acepta.

APOLINAR: Acepte y líbrenos de ese señor, Salomón.

DOCTORA OTERO: Acepte y márquenos el rumbo, ingeniero.

SALOMÓN: No. Hay que aprender a ver claro como el agua y este no es el camino.
Definitivamente no. (Se siente) Y si es necesario, nos vamos, Coral. O, profe, ¿no
le enoja perder sus terrenos por una expropiación vengativa? Y a usted, doctora,
¿no le preocupa quedarse sin trabajo? No veo ningún panorama para nosotros.
Coral tiene razón. Tenemos que irnos. Aquí no hay futuro para nadie.

DOCTORA OTERO: Algo buscaré… quiero seguir investigando sobre el agua. Me


gustaría que trabajáramos juntos, pero si se van…

CORAL: No es necesario irnos. Podemos quedarnos con dignidad.

APOLINAR: (CORAL, APOLINAR y la DOCTORA OTERO caminar hacia la salida).

SALOMÓN: ¿Quieren saber mi último descubrimiento? El hombre más poderoso del


mundo es el que sabe cuándo hay que ceder y cuándo no.

SE MUESTRA NOTICIERO CON FUTURO UTÓPICO (TODO SALIÓ BIEN).


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ANEXOS DE LOS TEXTOS DE LOS NOTICIEROS:

FINAL 1: Suena el réquiem de Mozart y VALERY informa las noticias.

VALERY: Un incendio destruyó anoche el Centro de Investigación del Agua, entidad


a cargo de la doctora Olivia Otero. Aunque aún no se han esclarecido los hechos,
Sukker, Inc. ya hizo una oferta para comprar los terrenos y construir un monumento
al azúcar. Por otro lado, Apolinar Gómez, esposo de la doctora, fue reingresado al
Hospital Psiquiátrico luego de que hace unas semanas escapara para irrumpir en
una escuela con un extraño juego de mesa.

En otras noticias, el alcalde Kristoffersen anunció la venta de la última reserva


acuífera a Sukker, Inc., empresa hasta hace poco liderada por Salomón Luna. El
nuevo gerente, el excalde Víctor Luna, le ha dado un nuevo impulso y, aunque
problema del agua sigue sin resolverse, Sukker, Inc. continúa en ascenso. Debido
a la sequía, cada vez hay menos gente en la ciudad.

Muestra de ello es Salomón Luna, quien ha anunciado su retiro de la vida pública.


Las tormentas de burbujas enfermaron a su hijo y las pinturas de Coral Millán, su
esposa, no han sido recibidas en ningún museo o galería artística, debido a su
“catastrofismo visual”. Los tres han decidido exiliarse y buscar ayuda médica para
su hijo en el extranjero.

Hasta aquí el boletín de la noche en Metrópoli TV. El futuro es dulce.


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FINAL 2: Suena alguna pieza de Bela Bartok y VALERY informa las noticias.

VALERY: El Premio Nobel de Física fue entregado esta mañana a la doctora Olivia
Otero y al ingeniero Salomón Luna por haber descubierto y descrito, abro comillas,
“el intrincado mecanismo de fuerzas geofísicas que produce la muerte y el
nacimiento de un río, y cómo manipularlo al servicio de la vida humana y robótica
del planeta”. La noticia se da a un mes del cierre de operaciones de Sukker, Inc.,
empresa que venía en descenso desde hace varios años. El sr. Kristoffersen vendió
sus terrenos a propietarios de la agroindustria frutal, sector cada vez más cotizado
en el mercado internacional, y se embarcó con sus máquinas de regreso a Noruega.

En otras noticias, el exalcalde Víctor Luna se enfrenta a un juicio por detrimento del
patrimonio hídrico de la ciudad, que ahora es reconocida mundialmente como un
referente por su relación arquitectónica, política y cultural con el agua. En esta
coyuntura, el profesor Apolinar Gómez construyó su cuarta escuela como un
espacio semiacuático para los niños y las niñas, al lado del Centro de Investigación
del Agua liderado por su esposa, la doctora Olivia Otero. Su nueva educación a
partir de los juegos y el agua es ahora estudiada por importantes universidades.

Por otro lado, mañana se cumple un año de la última tormenta de burbujas, lo que
ha permitido el restablecimiento de los vuelos internacionales. El próximo mes,
Coral Millán viajará con su hijo para exponer en el Museo de Arte Moderno de
Barcelona su obra artística, inspirada en sus sueños más oscuros. Su esposo, el
ahora premio Nobel Salomón Luna, se perfila como el próximo alcalde de la ciudad.

Hasta aquí el boletín de la noche en Metrópoli TV. El futuro es verde.

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