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Dodo Teatro
Marzo de 2023
Texto de Edward Jhoan Valencia Torres (inspirado en “Un enemigo del pueblo”, de
Henrik Ibsen)
PERSONAJES
ESCENA 1
Oscuro.
Oscuro.
Oscuro.
SALOMÓN: (De pie sobre un cubo, lateral derecho) Ni siquiera lo conozco. Van a
matarnos. ¡Devolvamos eso!
ORÁCULO: Mi profecía.
SALOMÓN: ¿A quién?
SALOMÓN: (Como en trance, con una lámpara en las manos) El fuego fortifica los
cultivos.
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ORÁCULO: Y la voz tenía una lámpara en sus manos, con la cual podía incendiar
todos los reinos del mundo.
SALOMÓN: El fuego nos da el azúcar. (Grita con alegría, como si viera venir un
incendio en el horizonte y levanta la lámpara) ¡Fuego, fuego, fuego!
SALOMÓN: ¡Ay de los que moramos en la tierra! Necesitamos aire para respirar
y probar el dulce azúcar de las cosechas. ¡Pero sabemos soportar el humo que
nos ahoga! (Grita con alegría, como antes) ¡Humo, humo, humo! (Truenos y
relámpagos más fuertes que antes)
ORÁCULO: Ingeniero, ¿quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos? (Se
responde a sí mismo, sonriente) Ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de
la tierra, puede abrir el libro, ni aun mirarlo.
SALOMÓN: ¿Qué hay escrito ahí? (Las personas con cubos en la cabeza avanzan
al frente).
ORÁCULO: ¿Esta empresa acaso producirá nueva agua, nuevo aire y nueva vida?
SALOMÓN: Me voy.
ESCENA 2
Casa de Salomón Luna y Coral Millán. Salón del comedor con una gran ventana al
fondo, desde donde se ve la ciudad y, en último término, un gran edificio piramidal:
Sukker, Inc. Una ráfaga de burbujas (metáfora escénica para la ceniza de las
quemas azucareras) entra por el lateral izquierdo e inunda todo el espacio. CORAL
entra corriendo por el lateral derecho.
CORAL: Estas burbujas ensucian todo. ¿Siempre han existido estas tormentas?
SALOMÓN: Supongo.
CORAL: Es un hombre algo… excéntrico. Viajar desde Noruega en barco con sus
máquinas…
SALOMÓN: Y lo peor de todo es que como nunca he hablado directamente con él, no
sé si cuando llegue mi trabajo será más sencillo o más complejo.
SALOMÓN: En parte.
SALOMÓN: No, no. Solo no logro conciliar el sueño por pensar en esto. (Pausa) ¿Tú
has vuelto a soñar?
CORAL: (Un cambio repentino opera en ella. Su optimismo, tan bien puesto, se
marchita de pronto) A veces.
CORAL: (Ambos se sientan) Anoche soñé que yo era mi propio hijo. Estaba dentro
de una cuna y tenía mucha sed. Tampoco podía respirar bien por un humo que
invadía toda la habitación. Luego, aparecía un ser extraño… un monstruo rojo…
como… como… no sé qué era, pero me decía cosas que me hacían llorar. (Suena
el timbre. SALOMÓN se asusta y se queda paralizado).
SALOMÓN: Yo abro (sale. CORAL sale por el otro lado y vuelve a entrar con el cuadro en
la mano. SALOMÓN regresa). Más regalos.
SALOMÓN: Esto es lo que me pone a pensar… ¿Por qué tantos agasajos? ¿Será que
el sr. Kristoffersen quiere ablandarme el ánimo? No me extrañaría; lo mismo que hace
mi hermano.
SALOMÓN: No, pero esta casa es de él y prácticamente todo lo que hay aquí también.
Estos asientos, estas paredes… ¿y ese cuadro? (Se desplaza al lado del cuadro) Un
desierto con fuego y humor… Un monstruo deforme, vestido de rojo… ¡El oráculo! ¿Y
este cuadro, Coral?
CORAL: ¿Cuál?
SALOMÓN: Creo que están extrayendo más agua de la permitida. Están secando las
reservas acuíferas subterráneas de la ciudad. Voy a ir a la Central Subterránea a exigir
un informe en persona.
CORAL: Sí, ve. Yo también tengo algo que decirte. Voy a exponer estos cuadros en la
galería artística.
ESCENA 3
VALERY: No. Las noticias realmente importantes están aquí, en Sukker, Inc.
SALOMÓN: Llegamos.
Ambos mueven las columnas de cubos hacia los laterales. Al fondo se enciende una
pantalla enorme con botones y medidores. Detrás del vidrio de la pantalla, se ven unas
enormes tuberías blancas y orgánicas que extraen agua. Entra la DOCTORA OTERO
con una pantalla táctil y se ubica al frente. No nota la presencia de nadie y continúa
trabajando en las formas laberínticas de su pantalla.
DOCTORA OTERO: ¡No, no, no! ¡Y las fotografías están prohibidas aquí!
DOCTORA OTERO: No, no solamente es eso. Extraer agua del subsuelo es como
jugar laberintos en la vida real.
VALERY: Eso quiere decir que a usted le pagan por estar aquí abajo jugando todo el
día.
VALERY: ¿Hace cuánto tiempo trabaja para Sukker, Inc.? (La DOCTORA OTERO se
incorpora y se sienta en el centro. SALOMÓN y VALERY quedan a lado y lado).
¿Permanece mucho tiempo aquí abajo?
DOCTORA OTERO: Supervisor, recuerde que aquí no hay trabajadores. Todo está
automatizado.
VALERY: ¿El sr. Kristoffersen está al tanto de toda esta multiplicación de las bombas
de agua?
VALERY: ¿Usted sabe lo que está pasando en la superficie, doctora? (La DOCTORA
OTERO titubea)
SALOMÓN: Humo.
VALERY: Fuego.
SALOMÓN: Sequía.
VALERY: Contaminación.
VALERY: Doctora (le muestra la herida en el brazo). Una herida ocasionada por el
primer rayo sol de la mañana. Quemadura grado 3.
DOCTORA OTERO: Es la ubicación de las reservas de las que dispone Sukker, Inc.
SALOMÓN: Estas reservas son una maravilla. Lástima que todo esté hecho un
desastre. ¡No son delirios míos! Las reservas se están secando. Doctora, ¿usted revisa
regularmente los acuíferos con este método?
VALERY: Por supuesto, mañana verá su linda carita en la primera emisión de Metrópoli
TV…
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SALOMÓN: No, no, no será necesario. Primero hay que darle un tratamiento interno.
SALOMÓN: La invito a una celebración que estoy organizando con mi esposa. Allí
anunciaré mi descubrimiento. Valery, usted también está invitada.
SALOMÓN: Esto es lo mejor que nos ha pasado, señoras, porque aún estamos a
tiempo de corregir. El alcalde estará feliz de enderezar los caminos. Mañana vamos a
arreglar este problema de raíz.
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ESCENA 4
VÍCTOR: Gracias.
VÍCTOR: ¡Salomón!
SALOMÓN: ¿Con quién viniste?
VÍCTOR: Con Valery.
SALOMÓN: ¡Valery! (le toma la mano y le da dos besos en ella) ¿Con quién viniste?
PROFESOR APOLINAR: Sí. Les explicaba sobre un nuevo juego para mi nueva
escuela. Deberían ir a mi casa. Le podría explicar a usted también.
VÍCTOR: ¡El mismo profesor de cuando éramos niños! Profe, usted ganaría más si
aceptara la oferta de la empresa.
PROFESOR APOLINAR: Es muy fácil: desde la tercera ronda uno ya sabe quién va
a ganar.
PROFESOR APOLINAR: ¿Es por eso que, casualmente, Sukker Inc. ha comprado todas
las propiedades a las afueras de la ciudad?
TODOS: Sí.
VÍCTOR: Sukker Inc. está sembrando más cultivos y estamos pensando en la agenda
de la ciudad del futuro.
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PROFESOR APOLINAR: Pues lo único que veo es que hay más gente trabajando,
Víctor.
VÍCTOR: Me obsesiono con el trabajo, Valery. Tengo sueños también. ¿Tú qué
sueñas, hermano?
SALOMÓN: Yo no sueño. ¿Cierto, Coral? (la mira, esperando una respuesta que
jamás llega) ¿Ves? Yo no sueño.
PROFESOR APOLINAR: ¿Por qué no jugamos mientras llega la persona que falta?
SALOMÓN: Tengo un anuncio que hacer. Víctor, Sukker Inc. está secando las
reservas acuíferas del subsuelo de la ciudad.
SALOMÓN: Y lo hago con mucha felicidad, Víctor. Porque vamos a arreglar este
problema de raíz. Doctora, muestre las pruebas. (La DOCTORA OTERO
permanece estática). ¿Sí ves?
VÍCTOR: Las veo. Doctora, ¿está usted autorizada para mostrar esas pruebas?
VÍCTOR: Pero una prueba científica sin contexto es una prueba vacía.
CORAL: Brindemos. Voy por el vino. Tengo algo que decirles.
SALOMÓN: Víctor, ¿solamente te importa que haya gente trabajando? Hay que ponerle
un stop a Sukker Inc. o si no vamos a sufrir una sequía mortal.
VÍCTOR: No le crea.
VÍCTOR: Salomón, una persona que se expresa así, es y será un enemigo del
pueblo.
gesto estático de asombro aterrado. SALOMÓN muestra una sonrisa inerte hacia Víctor.
ESCENA 5
ESCENA 6
VALERY: (Casi como un regaño para el personal técnico que no vemos) Yo sé, ¡pero
no me trajeron la botella!
VALERY: (Gira hacia la cámara. Hace rápidos ejercicios de calentamiento con sus
labios y su lengua; tiene algo reseca la garganta y se le nota en un gesto con la mano.
Vuelve a mirar al lateral derecho, enojada, pero es un enojo que no afecta en absoluto
su capacidad de entrar en el mood de la periodista más simpática de la ciudad) ¡El
agua tiene sí o sí que estar en la mesa! (Entra SALOMÓN por el lateral izquierdo y se
ubica junto al camarógrafo. Ella lo ve y lo señala mientras sonríe).
MEÑACA: 3, 2, 1…
Por otro lado, y en unos momentos, tendremos a dos invitados que nos contarán
acerca de un descubrimiento que hicieron en la ciudad y que involucra, cómo no, a
Sukker, Inc. Ya regresamos.
VALERY: (Sin enojo, pero con un tono de superioridad) El agua, el agua, el agua…
SALOMÓN: (Entrando con la doctora Olivia Otero) ¡Valery! Valery, espero que tengamos
suficiente tiempo para planear la entrevista….
Para comenzar, hay una duda que no me deja dormir: doctora Otero, ¿cómo es vivir
a mil metros bajo tierra?
DOCTORA OTERO: (Sonríe con vergüenza) Bueno… no hay tiempo ver las noticias.
DOCTORA OTERO: La mayor parte del tiempo permanezco sola… así que no.
Sukker, Inc. es una compañía demandante.
VALERY: Más despacio, más despacio, doctora (la doctora OTERO y SALOMÓN ríen
nerviosamente).
VALERY: Doctora…
SALOMÓN: Mire. Descubrimos que Sukker, Inc. está violando los límites legales de
extracción de agua. Están acabando el agua que abastece a la ciudad.
VALERY: Todos sabemos que no podemos vivir sin agua, pero, ¿podemos vivir sin
trabajo, sin techo, sin el dinero que usamos para comprar los alimentos y… el agua?
VALERY: ¿Es decir que en una semana podríamos estar olvidándonos de esto?
VALERY: Ingeniero Luna, doctora Otero, ha sido un gusto conversar con ustedes. Y
mientras ellos dos siguen investigando cómo hacer de este un mundo mejor, recuerde
lavar los platos con menos agua y beber dos litros de agua al día. Ya regresamos.
SALOMÓN: ¡¿Qué?!
VALERY: Acaba de mentir al aire. Dijo seis meses, pero los arreglos podrían tardarse
tres años.
VALERY: ¡Ingeniero!
VALERY: La ciudad no tiene por qué prestarle dinero a la empresa para que arregle
sus daños.
SALOMÓN: ¡¿Qué estoy diciendo?! ¡El agua debe ser el mayor interés público!
VÍCTOR: Ninguna plaza, ninguna junta de acción comunal ni ninguna escuela están
autorizadas para aglomeraciones durante esta semana. Ni siquiera podrás hablar en
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SALOMÓN: Todavía hay gente que cree en las nuevas ideas. Gente que sabe
escuchar o gente que cree que es posible enseñar a escuchar. En ese lugar estaré.
MEÑACA: (Entra con dos vasos de agua) Aquí está su agua, señor.
VALERY: (Le recibe a MEÑACA su vaso) Alcalde, ¿ahora ve cómo es posible informar
sin informar?
VÍCTOR: Nadie entendió su mensaje. Parece un pobre loco que nadie oye.
VALERY: Al periodismo y al poder lo unen las noticias impublicables (brindan con sus
vasos).
ESCENA 7
DOCTORA OTERO: Véalo como si esta fuera la primera clase de su nueva escuela. Y
no es una clase limitada a un grupo de niños y niñas, sino a toda la ciudad.
DOCTORA OTERO: Su primera clase será dirigida por Salomón Luna, el hombre del
momento. Le confieso algo, Apolinar. El día en que lo conocí, pensé quesu idea de la
nueva escuela y los juegos era ridícula. Ayer, en Metrópoli TV, sentí el impulso de huir,
de volver bajo tierra. Aquí arriba nadie escucha a nadie. ¿Y sabe en quién pensé? En
usted. Es el único que propone algo medianamente sensato para arreglar este desorden.
SALOMÓN: No tuve más opción. Intenté dialogar con mi her… con el alcalde, pero
no fue posible. Intenté comunicar la noticia por Metrópoli TV, pero el mensaje se
deformó… nadie nos escuchó.
SALOMÓN: Ahora les hablaré directamente, y lo único que espero es que me escuchen.
MEÑACA: ¿No le gustaría presidir a usted, señor alcalde? (Los demás miran al alcalde
asombradísimos).
de reuniones públicas.
DOCTORA OTERO: Me permito decir que como científica, naturalmente, respeto las
razones y las evidencias. Eso es lo que, a fin de cuentas, me ha puesto hombro a hombro
con el ingeniero Salomón Luna en su lucha. Inicia la reunión. Tiene la palabra, Salomón
Luna.
MEÑACA: No, que pregunte primero quién quiere tener la palabra. (Bullicio general).
DOCTORA OTERO: Está bien, seamos más democráticos ¿Alguien quiere tomar la
palabra antes de Salomón?
VÍCTOR: Hubiera preferido no tomar la palabra, dado el cercano parentesco que tengo
con el hombre que hoy convoca esta reunión. Pero por el bien de la ciudad, estimo
conveniente decir esto: creo que ninguna de las personas aquí presentes Quiere que se
hable mal de Sukker, Inc., una empresa que le ha traído tanto bienestar y progreso a la
ciudad.
MEÑACA: (Incitando al público) ¡Así es! ¡Nadie quiere eso! (Todos vuelven a hacer
bullicio general).
VÍCTOR: Mañana saldrá una extensa entrevista por Metrópoli TV, en donde aclaro de
una vez por todas esta incómoda cuestión. Los ciudadanos podrán juzgar
imparcialmente. Con datos en mano, demuestro que las aseveraciones del ingeniero
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SALOMÓN: Innecesariamente…
APOLINAR: Orden en la sala, por favor, ahora sí que parece un salón de clases, o ponen
orden o los hago salir de acá (Se acomodan en fila india).
VALERY: (Interrumpiendo) Yo quiero también decir algo antes que el ingeniero Luna
intervenga doctora.
SALOMÓN: (Exaltado en demasía) ¿De manera que, a usted, alineada con lo que
dice el alcalde, le parece caro evitar el apocalipsis? (Risas grabadas).
DOCTORA OTERO: Definamos de una vez por todas la proposición del alcalde.
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MEÑACA: ¡Nada del agua ni de la empresa! ¡No queremos oír hablar de eso!
SALOMÓN: En el fondo, no importa si nos quedamos sin agua. Siempre habrá otra
ciudad a donde migrar. Yo amo mi ciudad, pero seamos sensatos: nadie extrañaría
este inodoro de palomas si una sequía nos borrara de la Tierra. ¿Quiénes éramos
hace diez mil años? ¿Éramos realmente nosotros? ¿Qué importancia tendremos en
un millón de años? ¿O en mil años? Honestamente, creo que ninguna. En el
futuro…
SALOMÓN: Miren a dónde nos ha conducido la ceguera del alcalde por el futuro.
Estamos gobernados por un ejército de personas con delirio de grandeza, y aquí
tenemos al rey.
VALERY: Yo tampoco.
VALERY: ¿Qué tiene que ver la imaginación con el futuro del planeta? ¿Puede
explicarse?
SALOMÓN: ¡Todo!
SALOMÓN: Amo a mi ciudad tanto que prefiero que se arruine antes de que
prospere a costa de una empresa que deja sin agua a sus ciudadanos y hace sufrir
a sus animales y sus ecosistemas utilizando sus medios infernales. Su imaginación
sólo se limita al progreso material, al dinero, pero no se han podido imaginar que lo
único que nos espera es un futuro sin agua, devastado.
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MEÑACA: ¡Sus palabras son las de un verdadero enemigo del pueblo! (Vuelve el bullicio,
están muy enojados)
APOLINAR: ¡Orden, orden! Por el tono que han tomado las cosas, se da por
terminada la conferencia.
MEÑACA: ¡Aún no! Esta asamblea debería declarar que el ingeniero Luna no quiere
el progreso de nuestra ciudad el ingeniero Luna es un enemigo del pueblo. (Todo
gritan enemigo del pueblo, bullicio)
SALOMÓN: ¡Miserableeee!
MULTITUD: ¡Enemigo del pueblo, enemigo del pueblo, enemigo del pueblo!
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ESCENA 8
ORÁCULO: Esta es mi última verdad: vi un nuevo cielo y una nueva tierra, porque
el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el agua ya no existía más. Vi la nueva
ciudad, la que quiere fundar Sukker, Inc. y que tú estás impidiendo.
¿Sabes en qué te has convertido? En un enemigo del mundo. Alguien que detiene el
progreso de su ciudad para salvar el agua.
¿Conoces el destino de los enemigos del mundo? Existe una cárcel solitaria y remota,
debajo de la tierra. Allá adentro estará tu tumba. Y tu epitafio rezará: “Aquí yace el mayor
enemigo del mundo”.
ESCENA 9
SALOMÓN: Los tres estamos bien y eso es lo que importa. Además, esa cuna no era
nuestra. Nos la envió el sr. Kristoffersen. Era de él.
CORAL: (Con los ojos desorbitados) ¡¿Cómo van a incendiar la cuna de mi niño,
Salomón?! ¡Incendiarla! (Pausa. Sufre hondamente).
DOCTORA OTERO: Ya no será así. (A todos) Debo hacer una llamada. Permiso.
(Sale).
SALOMÓN: (Como iluminado) ¡Hay algo que yo puedo hacer por usted, profe!
Reclamar la herencia que me corresponde de la casa de mi padre. Ahí funcionará
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su escuela.
SALOMÓN: Profesor, llévese a Coral, por favor. (APOLINAR y CORAL salen). ¿A qué
viniste, Víctor?
VÍCTOR: Envié un mensaje en el que le recomiendo a Sukker, Inc. no contar más con
tus servicios, en vista de tu actitud incorregible.
VÍCTOR: Vendí la casa hace unos días. Y con el dinero de la venta compré acciones en
la empresa.
VÍCTOR: Cada uno escoge su destino (se va. SALOMÓN da unos pasos, lleno de
dudas, hacia adelante. Entra la DOCTORA OTERO).
CORAL: Acepta.
CORAL: ¿Y no pretendías quedarte para hacerte oír? La gente solo escucha al que
manda. Acepta.
SALOMÓN: (A CORAL) Los tres vamos a estar bien. Le voy a decir que sí. Lo primero
que haremos será anunciarle al alcalde que la compra de sus terrenos se cancela. Y,
¡doctora Otero!, ¡yo rechazo su renuncia! La necesitamos para corregir esta sequía y
volver a usar el agua de los ríos. Ya no vamos más con las reservas subterráneas.
DOCTORA OTERO: Será un honor jugar a los laberintos con el río, ingeniero.
SALOMÓN: Financiaremos un salón artístico para exponer tus cuadros allí, Coral.
CORAL: Acepta.
CORAL: ¿Y no pretendías quedarte para hacerte oír? La gente solo escucha al que
manda. Acepta.
SALOMÓN: No. Hay que aprender a ver claro como el agua y este no es el camino.
Definitivamente no. (Se siente) Y si es necesario, nos vamos, Coral. O, profe, ¿no
le enoja perder sus terrenos por una expropiación vengativa? Y a usted, doctora,
¿no le preocupa quedarse sin trabajo? No veo ningún panorama para nosotros.
Coral tiene razón. Tenemos que irnos. Aquí no hay futuro para nadie.
FINAL 2: Suena alguna pieza de Bela Bartok y VALERY informa las noticias.
VALERY: El Premio Nobel de Física fue entregado esta mañana a la doctora Olivia
Otero y al ingeniero Salomón Luna por haber descubierto y descrito, abro comillas,
“el intrincado mecanismo de fuerzas geofísicas que produce la muerte y el
nacimiento de un río, y cómo manipularlo al servicio de la vida humana y robótica
del planeta”. La noticia se da a un mes del cierre de operaciones de Sukker, Inc.,
empresa que venía en descenso desde hace varios años. El sr. Kristoffersen vendió
sus terrenos a propietarios de la agroindustria frutal, sector cada vez más cotizado
en el mercado internacional, y se embarcó con sus máquinas de regreso a Noruega.
En otras noticias, el exalcalde Víctor Luna se enfrenta a un juicio por detrimento del
patrimonio hídrico de la ciudad, que ahora es reconocida mundialmente como un
referente por su relación arquitectónica, política y cultural con el agua. En esta
coyuntura, el profesor Apolinar Gómez construyó su cuarta escuela como un
espacio semiacuático para los niños y las niñas, al lado del Centro de Investigación
del Agua liderado por su esposa, la doctora Olivia Otero. Su nueva educación a
partir de los juegos y el agua es ahora estudiada por importantes universidades.
Por otro lado, mañana se cumple un año de la última tormenta de burbujas, lo que
ha permitido el restablecimiento de los vuelos internacionales. El próximo mes,
Coral Millán viajará con su hijo para exponer en el Museo de Arte Moderno de
Barcelona su obra artística, inspirada en sus sueños más oscuros. Su esposo, el
ahora premio Nobel Salomón Luna, se perfila como el próximo alcalde de la ciudad.