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Derrumbando la premisa según la cual solo ganan las campañas con sobrado efectivo,
desde nuestra convicción hemos insistido en la necesidad de fomentar la política
deliberativa y la promoción del voto de opinión. Es decir, que los actores en contienda
inviertan asertivamente en sus campañas, modelando su mayor potencial creativo,
comunicacional e intelectual, basados en ideas y acciones que aporten valor al
desarrollo sostenible de los territorios, al cierre de brechas sociales y a la gestión
integral de proyectos con visión de largo plazo.
Además de los matices regionales y las tendencias ideológicas que distinguen a las
colectividades políticas, varios factores se entrelazan en el ideal de alcanzar campañas
que aporten valor. En especial para los interesados, van a continuación 10
COLUMNA PERIODÍSTICA – GRADO 7 A - B
herramientas que se deben tener en cuenta para ejecutar campañas con potencial de
éxito:
1. Mensaje claro y convincente: los candidatos exitosos suelen tener un mensaje claro
y fácil de entender. Uno que, con los pies en la tierra, resuene e invite a soñar a los
votantes, evitando lugares comunes y la tradicional politiquería. El centrado en los
problemas y las preocupaciones de la población, con soluciones realizables a la mano.
5. Datos y más datos (big data): el concepto de big data en política consiste en captar
los enormes volúmenes de información que producen los votantes –desde en medios
on line– con el fin de procesarlos y analizarlos para conocerlos mejor (intención de
voto, preocupaciones, gustos, intereses, etc.). El buen uso de esta herramienta permite
predecir su comportamiento y segmentar audiencias para entregar contenido
programático casi personalizado.
10. Máximo esfuerzo en terreno: volver a lo tradicional y contar una fuerte presencia en
la calle, en la organización de eventos, en el contacto directo con los votantes y el
trabajo en comunidades puede influir significativamente en el resultado de una
elección. De los líderes políticos estimamos un esfuerzo propositivo e innovador.
También que faciliten el debate, sin odio, ni retrovisores, ni mucho menos arremetiendo
contra las instituciones públicas y privadas. De cumplirse lo anterior y, aunque parezca
difícil escalar la cuesta, los ciudadanos también podrán elegir a sus líderes en libertad,
convencidos de su decisión y sin constreñimiento alguno. ¡Algún día!