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La Blasfemia Contra el Espíritu Santo

“ Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la
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blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. 32A cualquiera que dijere alguna palabra
contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no
le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.” (Mateo 12:31,32)
(Domingo 12 de Febrero de 2017, Clase de Jóvenes; Iglesia Pentecostal)

Introducción:

Mucho se ha hablado acerca de “la blasfemia contra el Espíritu Santo” y varias


interpretaciones han surgido acerca de estas duras declaraciones del Maestro acerca del
tema; por razón de la confusión que existe sobre algo tan importante como “el pecado
imperdonable” creo necesario hablemos en esta mañana, Biblia en mano.

Desarrollo:

1. Significado de las dos palabras usadas en los versículos para hablar de la acción contra
el E.S.:
a. Blasfemia: (verso 31): Desprecio o denigración grave (específicamente contra
Dios.
b. Contra: (verso 32): Es una preposición, que en este contexto específico se ha de
traducir tal como está: contra, contrario; frecuentemente denota oposición.
Para entender lo que realmente es la blasfemia contra el Espíritu Santo debemos
ubicarnos en el contexto y entenderlo bien, sacando la realidad de lo que enseña y
logrando desechar cualquier falsa interpretación evitando, de esta manera, tener una
mala conciencia en nuestros corazones.
2. Lo primero que hay que preguntarse para entender el texto es: ¿cómo qué veían los
judíos a Jesús? ¿Como Dios hecho carne o meramente como un hombre semejante a
ellos en su naturaleza?
Para ellos Jesús era un hombre extraordinario, pero solo un hombre:
“Los alguaciles respondieron: ¡Jamás HOMBRE alguno ha hablado como este
hombre!” (Juan 7:46) + “Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué HOMBRE es
éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?” (Mateo 8:27). Cuando Jesús declaró de
sí mismo el ser igual a Dios, los judíos procuraban matarle porque le consideraban solo
un hombre y nada más: “Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no
sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre,
haciéndose igual a Dios.” (Juan 5:18); solo Pedro, únicamente por revelación del
Espíritu Santo, entendió y declaró que Jesús era el Hijo de Dios “13Viniendo Jesús a la
región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los
hombres que es el Hijo del Hombre? 14Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros,
Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.15El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís
que soy yo? 16Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios
viviente.17Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás,
porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.” (Mateo
16:13-17). Por esta razón dice Jesús que “A cualquiera que dijere alguna palabra contra

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el Hijo del Hombre, le será perdonado;” porque no era extraño que ellos le condenaran
y blasfemaran de Él por sus palabras, eran solo las palabras de un hombre para los
fariseos. Sin embargo no debían condenar las obras sobrenaturales que Él hacía, porque
estas provenían de Dios y ellos sabían que solo Dios las podía hacer, y que las hacía por
medio del Espíritu Santo.
3. Para los fariseos que se oponían a Jesús ¿de dónde únicamente podía provenir el poder
necesario para echar fuera demonios que tenía este “hombre”?
Ellos sabían por las Escrituras que tal poder solo podía provenir de Dios por medios de
su Espíritu, pues Dios era quien ungía con el Espíritu Santo en el Antiguo Testamento y
usando a los hombres hacía grandes milagros y prodigios:
a. Sobre los profetas: “Y Moisés le respondió: ¿Tienes tú celos por mí? Ojalá
todo el pueblo de Jehová fuese profeta, y que Jehová pusiera su espíritu sobre
ellos.” (Números 11:29);
b. Sobre los jueces: “Y el Espíritu de Jehová vino sobre él (el juez Otoniel), y
juzgó a Israel, y salió a batalla, y Jehová entregó en su mano a Cusan-risataim
rey de Siria, y prevaleció su mano contra Cusan-risataim.” (Jueces 3:10);
c. Sobre reyes de Israel: “Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en
medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino
sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá.” (1 Samuel 16:13) +
(1Samuel 15:14-23);
4. Este conocimiento de las Escrituras había moldeado la mente y la conciencia de los
fariseos y los judíos en general en cuanto a de dónde provenía el poder manifestado en
Jesús:
“6Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar
pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa.
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Entonces él se levantó y se fue a su casa. 8Y la gente, al verlo, se maravilló y glorificó
a DIOS, QUE HABÍA DADO TAL POTESTAD A LOS HOMBRES.” (Mateo 9:6-8) +
“1Había un hombre de los FARISEOS que se llamaba Nicodemo, un principal entre los
judíos. 2Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios
como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con
él.” (Juan 3:1,2) + “Jua 7:31 Y muchos de la multitud creyeron en él, y decían: El
Cristo, cuando venga, ¿hará más señales que las que éste hace?” (Juan 7:31) +
“Entonces algunos de los fariseos decían: Ese hombre no procede de Dios, porque no
guarda el día de reposo. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas
señales? Y había disensión entre ellos.” (Juan 9:16); El pecado imperdonable de
blasfemia de los fariseos es que fue un pecado consciente, ellos mintieron
deliberadamente acerca de la procedencia del milagro de Jesús y eso es imperdonable,
ellos sabían que era el Espíritu Santo quién hacía estas cosas y se lo atribuyeron a
Satanás conscientemente para desacreditar a Jesús, trayendo de esta manera
condenación irremediable para sí mismos.
5. ¿Por qué, a pesar de ver los milagros, rechazaban los fariseos a Jesús?
a. Porque ellos rechazaban sus palabras: “Sé que sois descendientes de Abraham;
pero procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros.” (Juan
8:37);

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b. Por envidia: “17Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os
suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo? 18Porque sabía que por envidia
le habían entregado.” (Mateo 27:17,18);
c. Porque creían que, al proclamar el pueblo que Jesús era Rey y seguirle, esto
provocaría una sublevación de los judíos y el país sería destruido por los
romanos: “tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle, y clamaban:
¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!”
(Juan 12:13) + “47Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el
concilio, y dijeron: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales.
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Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los romanos, y destruirán
nuestro lugar santo y nuestra nación. 49Entonces Caifás, uno de ellos, sumo
sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada; 50ni pensáis que nos
conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca.”
(Juan 11:47-50);
6. Algunos creyentes a veces temen haber ofendido a Dios pues piensan que han
blasfemado en alguna forma al Espíritu Santo; sobre este punto hay que tener dos
consideraciones que se entienden del pasaje:
a. Si alguien ha proferido palabras en contra del Espíritu Santo en total
desconocimiento de si existe o no el E.S., de si el E.S. está obrando o no, si esa
persona es alguien que no conoce a Dios, entonces no cae dentro del saco del
pecado cometido por los fariseos, pues el pecado de ellos fue totalmente
consciente;
b. Cuando un creyente no ha blasfemado (proferido alguna palabra en contra del
Espíritu de Dios), pero siente dolor al pensar que pudo haber pecado de esta
manera, entonces no lo ha hecho, pues el hecho de sentir temor de Dios es un
indicador de que tal pecado no se ha cometido; veamos que a los fariseos poco
les importó el haber hecho lo que hicieron, no había arrepentimiento en sus
corazones; cuando la persona blasfema del Espíritu Santo es porque ya ha
rechazado a Dios de tal manera que no hay remedio alguno de parte de Dios
para él, ni hay nada de Dios en él ya que el arrepentimiento es obra de Dios por
medio de su mismo Santo Espíritu;
7. Pasajes de los cuales se dice tuvieran que ver con la blasfemia contra el Espíritu Santo
pero que en realidad no están relacionados:
a. Hebreos 10:26-31 está hablando de las personas que pecan deliberadamente y
no se arrepienten de su pecado, “pisoteando” la sangre de Cristo y haciendo
afrenta (u ofendiendo) al Espíritu de Gracia por su persistencia en el pecado; en
este caso el E.S. es continuamente contristado a causa del pecado (Efesios
4:29,30). El pecado de blasfemia contra el Espíritu Santo se incluye aquí
también, pero no es el único;
b. Hebreos 6:`4-6 se refiere a personas de los cuales el Espíritu Santo se ha
apartado a causa del pecado deliberado (ver los pasajes anteriormente
comentados) en los cuales ya no hay posibilidad de arrepentimiento (dice el
texto “sean otra vez renovados para arrepentimiento” lo cual es obra del Espíritu
Santo) a causa de su vida llena de pecado deliberado a pesar de su conocimiento
de Dios.

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Conclusiones:

La blasfemia contra el E.S. es siempre un pecado deliberado y siempre mal intencionado, es


denigrar al Espíritu Santo o su obra atribuyéndole a Satanás la obra que solo Dios hace y
puede hacer; esto ha quedado ampliamente demostrado por el contexto del pasaje y el
contexto general de las Escrituras; la persona que ama a Dios sinceramente no caerá en este
pecado, pues Dios le guardará de tal caída, tanto más cuando sus conscuencias son
irreversibles y eternas.

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