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NATURALEZA
Había una vez en el Humedal de Ventanilla, en el cual se hallaba una gran variedad de flora y
fauna brillante e incomparable área verde ante los ojos de los demás, Ya estaba cerca el día de
la vida silvestre por lo que los animales estaban que cantaban y bailaban de la felicidad, pues
seria su primera vez en celebrarlo juntos y para la ocasión planeaban una gran fiesta con la
ayuda de todos.
Cernícalo: ¡yo podría traer las ramas! Pues se me facilitan llevarlas -dijo con estusiasmo-
Chorlo: yo ayudare en organizar y decorar la fiesta con la ayuda de todos los demás
Cigüeñuela: ¡Que fue eso! -se despertó la cigüeñuela con un gran susto-
Pato: no lo sé, vayamos a ver que habrá pasado -respondió muy intrigado-
Los dos fueron al lugar proveniente del ruido extraño escondiéndose entre los arbustos por la
gran sorpresa con la que se habían topado.
A la mañana siguiente todos los animales se encontraron tristes y deprimidos al ver su hábitat
destruido por completo a tal punto de querer cancelar la fiesta que había sido muy esperada
por todos. La señora naturaleza que era justa y al enterarse de lo que estaba pasando sintió
una gran pena por los pobres animales
Por lo que no se quedó con los brazos cruzados y quiso hacer algo al respecto castigando así a
los adolescentes con mala suerte y desgracias para toda su vida a menos que reflexionen y
aprendan la importancia de la naturaleza, sin embargo, esto no cambiaría la tristeza de los
animales así que reconstruyo su hábitat devolviendo su brillo de siempre.
Junquero: ¡hoy es el día de la vida silvestre! ¡eso significa que podremos seguir con la fiesta
que tanto anhelábamos!
Cernícalo: ¡empecemos la fiesta! Hay que ir por la señora naturaleza pues sin ella no
podríamos festejar este día especial