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INTRODUCCIÓN A LA BIOLOGÍA UNNOBA

UNIDAD 4
ORGANIZACIÓN CELULAR
CONVERSIÓN ENERGÉTICA
GLUCÓLISIS – MITOCONDRIAS - RESPIRACIÓN

I. Reacciones biológicas y transformaciones energéticas. Obtención de la energía


celular.

II. GLUCÓLISIS
Importancia de los intermedios fosforilados. Balance energético.
Destino del piruvato en anaerobiosis. Fermentaciones.
Rutas alimentadoras de la glucólisis. Regulación del catabolismo glucídico.

III. MITOCONDRIAS.
Estructura. Ultraestructura. Genoma mitocondrial.

IV. RESPIRACIÓN CELULAR


Formación de acetil Coenzima A. Ciclo del ácido cítrico o ciclo de Krebs. Regulación.
Fosforilación oxidativa y cadena respiratoria.
Balance energético de la respiración.

V. CATABOLISMO DE OTROS NUTRIENTES


Catabolismo de triglicéridos. Oxidación de ácidos grasos.
Catabolismo de proteínas. Oxidación de aminoácidos. Excreción de nitrógeno.

FOTOSÍNTESIS - CLOROPLASTOS

VI. Organismos fotosintetizadores. Evolución de los procesos fotosintéticos.

VII. PLÁSTIDOS. CLOROPLASTOS.


Funciones. Genoma de los cloroplastos.

VIII. FOTOSÍNTESIS.
Etapas. Comparación con la respiración.
Pigmentos. Espectro.
Fase luminosa. La clorofila canaliza la energía absorbida a centros de reacción.
Fotofosforilación no cíclica y cíclica.
Fase oscura o reacciones de fijación del carbono.

IX. VARIANTES DE LA FOTOSÍNTESIS. PLANTAS C4.

Material elaborado por Prof. Estela Pedrazzini y Graciela Zanassi, según la siguiente
Bibliografía:
• Alberts, B., A. Johnson, J. Lewis, M. Raff, K. Roberts & P. Walter, Biología Molecular de
la Célula, 4ª Edición (traducido de la 4ª edición inglesa, 2002), Ediciones Omega S.A.,
Barcelona, 2004.
• Becker, W; L Kleinsmith y J Hardin: El Mundo de la Célula, 6ª edición (traducido de la 6ª
edición inglesa, 2006), Pearson Educación, Madrid, 2007.
• Nelson, D.L., M.M. Cox, Principios de Bioquímica de Lehninger; 4a Edición (traducido de la
2ª edición inglesa, 2004). Ediciones Omega, Barcelona, 2005.
• Raven, P.H., Johnson, G.B.: Biology, 6th Ed., Mc Graw Hill Science Engineering, St Louis,
2001.
• Lodish, H., A. Berk, S.L. Zipursky, P. Matsudaira, D. Baltimore, J. Darnell: Biología Celular
y Molecular, 4ª edición (traducido de la 4ª edición inglesa, 2000), Editorial Médica
Panamericana, España, 2002.
UNNOBA – INTRODUCCIÓN A LA BIOLOGÍA
Conversión energética
UNIDAD 4: ORGANIZACIÓN CELULAR

CONVERSIÓN ENERGÉTICA. MITOCONDRIAS Y CLOROPLASTOS

Reacciones biológicas y transformaciones energéticas


Los organismos vivientes mantienen, a cualquier nivel, un elevado grado de orden. A medida que
crecen, las células y los organismos lo hacen de acuerdo a un plan estructural, basado en el minucioso orden
en que las moléculas son ensambladas, a partir de átomos tomados del estado relativamente desorganizado en
el que se encuentran en el ambiente. Aún las células que no crecen necesitan reponer las estructuras que se
recambian y reparar las estructuras dañadas. Esto es termodinámicamente posible porque las células toman
combustible del ambiente, lo oxidan y liberan calor al mismo aumentado la entropía del sistema.
Pero la célula no lograría ningún beneficio si las reacciones que producen calor no estuviesen
acopladas con los procesos que generan orden molecular en el interior de la célula. La creación de orden
celular proviene del aporte de energía; para las plantas y organismos fotosintetizadores esa energía proviene
inicialmente de la luz solar a través del proceso de fotosíntesis, en tanto que para los animales y otros
quimiótrofos proviene de la que se encuentra almacenada en las uniones covalentes de las moléculas
orgánicas del alimento que ingieren.
Los átomos de C y de H que forman parte de las moléculas de alimentos pueden ser utilizadas como
fuentes energéticas porque no se encuentran en su estado más estable. La célula puede obtener energía a
partir de la glucosa o de otros nutrientes porque en presencia del O2, abundante en la atmósfera, en gran parte
de los seres vivos, los convierte en CO2 y H2O, las formas en las que el C y el H presentan mayor estabilidad,
es decir menor energía libre.
C6H12O6 + 6 O2 → 6 CO2 + 6 H2O ∆G°' = – 2.840 kJ/mol
Sin embargo, la célula no oxida las moléculas en un sólo paso, sino que las va oxidando en una serie
de reacciones, catalizadas por enzimas específicas y acopladas a la formación de ATP.

La oxidación no significa sólo la adición de átomos de O sino que implica la pérdida de electrones;
también puede tomarse en los procesos biológicos como una deshidrogenación, es decir la pérdida de electrón
más un protón, ya que en los sistemas biológicos los electrones no viajan solos de un átomo a otro sino en
compañía de un protón. El hidrógeno, junto con su energía, se transfiere a una molécula aceptora de H, que
suele ser una coenzima.
Un transportador de electrones muy habitual en las células es el dinucleótido de adenina y
nicotinamida. Esta coenzima empaqueta temporalmente grandes cantidades de energía libre. El NAD+, la forma
oxidada, es capaz de aceptar dos electrones y un protón (en total un ion hidruro: H−) dando el NADH, la forma
reducida. En éste el ion hidruro queda asociado a través de una unión rica en energía, es decir queda activado,
por lo que el NADH es una fuente de electrones fácilmente transferibles, de ahí que sea un importante
transportador de poder reductor en las células. En una oxidación biológica, por ej. de un alcohol se pierden dos
átomos de H, uno se añade como hidruro al NAD+, produciendo NADH mientras el otro se libera a la solución
como protón.
Otro transportador habitual de poder reductor en las células es el NADPH (se diferencia del NADH sólo
en un fosfato adicional en la posición 2’ de la ribosa unida a adenina), es utilizado selectivamente por enzimas
implicadas en la biosíntesis.
Otro importante aceptor de H es el dinucleótido de flavina y adenina (FAD) que acepta un par de
átomos de H y sus electrones, conviertiéndose en FADH2..

El metabolismo tiene lugar en una serie de rutas. Aunque el metabolismo abarca cientos de reacciones
diferentes catalizadas por enzimas, las rutas metabólicas centrales son pocas y notablemente similares en
todas las formas vivas. El catabolismo es la fase de degradación. En un primer paso los nutrientes orgánicos
se convierten en productos más pequeños y sencillos mediante reacciones extracelulares. Luego estas
moléculas pequeñas son degradadas, oxidadas, dentro de la célula. El mecanismo utilizado por la célula para
degradar nutrientes depende del tipo de ambiente en que dicha célula vive. Las células que habitan en un
ambiente rico en oxígeno utilizan el eficiente mecanismo aerobio, que requiere de oxígeno molecular. En
cambio, las células que habitan en el suelo o en aguas contaminadas, donde el oxígeno es escaso, se adaptan
a utilizar el mecanismo anaerobio, que aunque es menos eficiente, no requiere de oxígeno. Durante la
respiración celular, aerobia, los nutrientes se catabolizan hasta convertirse en CO2 y H2O, y en la
fermentación, anaerobia, se degradan a ácido láctico, etanol u otros productos. Los compuestos nitrogenados
degradan su N a NH3, urea o ácido úrico. Las rutas catabólicas liberan energía, parte de la cual se conserva en
forma de ATP y en transportadores electrónicos reducidos, NADH y FADH2.
En el anabolismo tiene lugar las biosíntesis, donde precursores pequeños y sencillos son
transformados en moléculas complejas. Estas reacciones requieren el aporte de energía en forma de ATP y el
poder reductor del NADH o del NADPH. Así, las macromoléculas se ensamblan a partir de pequeñas moléculas
precursoras que han sido activadas por la hidrólisis de un nucleósido trifosfato y mediante reacciones repetidas
de condensación.
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Conversión energética

Obtención de la energía celular


El catabolismo puede ser considerado como un proceso de tres etapas sucesivas:
1. Digestión, que en los animales ocurre principalmente en el intestino. Los nutrientes orgánicos,
polisacáridos, grasas y proteínas, son degradados a sus unidades fundamentales, esto es, a aminoácidos,
monosacáridos, ácidos grasos y glicerol, mediante reacciones extracelulares y gracias a la acción de las
enzimas secretadas en el tracto gastrointestinal.
2. Las pequeñas moléculas resultantes de la fase 1 penetran en el citoplasma, donde pueden ser oxidadas.
Aquí el rol fundamental lo juegan los glúcidos, en especial la glucosa (6C), convirtiéndose en piruvato (3C)
mediante el proceso denominado glucólisis, que rinde dos moléculas de ATP y dos de NADH. Éstas son las
únicas reacciones que pueden proporcionar energía en ausencia de O2.
En presencia de O2, las moléculas de piruvato penetran en las mitocondrias donde se transforman en los
grupos acetilo (2C) que se unen covalentemente a la coenzima A formando acetilCoA, liberándose CO2 y
produciendo 2 NADH adicionales; es la fase de decarboxilación oxidativa del piruvato o formación de la
acetil coenzima A. También se producen grandes cantidades de acetilCoA mediante la oxidación de los
ácidos grasos.
3. En esta etapa, que requiere O2, el grupo acetilo del acetilCoA es completamente degradado en pasos
sucesivos a CO2 y H2O en la mitocondria. En la matriz mitocondrial ocurre el ciclo de decarboxilación de
Krebs o ciclo del ácido cítrico, liberándose CO2. En el ciclo de Krebs hay una producción neta de 2 ATP y
generación de 6 NADH y 2 FADH2. Los electrones de los átomos de H son finalmente transportados hasta el
O2 para dar H2O a través de una cadena de transporte electrónico o cadena respiratoria ubicada en la
membrana mitocondrial interna. Acoplada a la misma ocurre la fosforilación oxidativa o fosforilación
quimiosmótica que conduce a la formación de ATP. Al tiempo que los electrones pasan de un aceptor a
otro, se bombean protones de la matriz mitocondrial, a través de la membrana mitocondrial interna, al
espacio intermembranoso. El gradiente protónico generado representa un potencial de energía. Los
protones regresan a la matriz mitocondrial sólo a través de canales de la membrana interna que se
encuentran dentro de la enzima ATP sintasa. Cuando los protones se mueven a través de estos canales, a
favor de un gradiente de energía; la energía liberada se utiliza para operar la síntesis de la mayor parte del
ATP celular. Por tanto, este gradiente protónico a través de la membrana mitocondrial interna acopla la
fosforilación del ADP a ATP con la oxidación.

O2

De este modo, cerca de la mitad de la energía contenida en los alimentos es transformada en energía
química en forma de ATP y el resto es liberado en forma de calor, que se disipa hacia el ambiente extracelular
generando un incremento de entropía en el universo, tal como lo establece la segunda ley de la termodinámica.

GLUCÓLISIS
La glucólisis es la secuencia de reacciones que convierten una molécula de glucosa (6C) en 2
moléculas de piruvato (compuesto de 3C más oxidado) produciendo ATP. Cada reacción es regulada por una
enzima específica y en el proceso total hay una ganancia neta de 2 moléculas de ATP. Las reacciones de la
glucólisis se llevan a cabo en el citosol. Los ingredientes necesarios, como ADP, NAD+ y fosfato, se
encuentran libremente en el citosol y se utilizan conforme se hace necesario. La glucólisis no requiere O2 y
puede realizarse en condiciones aerobias o anaerobias. Probablemente apareció muy temprano en la historia
de la vida, antes de que las actividades de los organismos fotosintéticos introdujeran O2 en la atmósfera.
La glucólisis se realiza en 9 pasos catalizados enzimáticamente que generan intermediarios que
contienen fosfato y se puede dividir en tres fases principales.
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Conversión energética
La primera corresponde a los primeros 4 pasos: la glucosa es fosforilada en el C-6 (1) por acción de la
hexoquinasa, luego es convertida en su isómero, la fructosa 6-fosfato (2), la cual vuelve a ser fosforilada
convirtiéndose en fructosa 1,6-difosfato (3). El ATP es el dador de fosfato en ambas fosforilaciones. La fructosa
1,6-difosfato se desdobla en dos triosas fosfatos, la dihidroxiacetona fosfato y el gliceraldehído 3-fosfato (4). La
dihidroxiacetona fosfato es transformada totalmente en gliceraldehído 3-fosfato. En resumen, en esta etapa se
invierten 2 moléculas de ATP por cada molécula de glucosa que comienza a ser degradada y se obtienen 2
moléculas de 3 átomos de C conteniendo grupos fosfato, el gliceraldehído 3-fosfato.
La segunda fase comienza con la oxidación del aldehído a ácido y su fosforilación para dar dos
moléculas de 1,3-bisfosfoglicerato (5). En esta reacción se produce primero la oxidación que requiere 2
moléculas de NAD+, generándose 2 moléculas de NADH y un enlace de alta energía entre el grupo carbonilo y
la enzima específica; esa energía se transfiere a un grupo fosfato, que no es aportado por el ATP sino que es
tomado como fosfato inorgánico, quedando un enlace azúcar-fosfato de alta energía. Es un claro ejemplo de
acople de un proceso energéticamente favorable, el de oxidación de un aldehído, con uno energéticamente
desfavorable de formación de un enlace fosfato de alta energía. Luego, la reacción (6) implica la cesión del
grupo fosfato reactivo recién formado al ADP para formar ATP, por lo que las 2 moléculas de 1,3-
bisfosfoglicerato se transforman en dos de 3-fosfoglicerato y se originan 2 ATP.
La formación de ATP por transferencia del grupo fosfato a partir de un sustrato con alto
contenido energético, como el 1,3-bisfosfoglicerato se conoce como fosforilación a nivel de sustrato, para
diferenciarla de la fosforilación oxidativa, que tiene lugar en la cadena respiratoria y que está ligada a la
respiración aerobia.
A continuación en la tercera fase, los grupos fosfatos que fueron añadidos en la primera fase son
transferidos de nuevo al ADP formando ATP, recuperándose la inversión original de 2 moléculas de ATP. Así, el
3-fosfoglicerato es isomerizado a 2-fosfoglicerato (7) como paso previo a su conversión en fosfoenolpiruvato,
con pérdida simultánea de 2 moléculas de agua (8). La última reacción (9), catalizada por la piruvato quinasa,
incluye otra fosforilación a nivel de sustrato, las 2 moléculas de fosfoenolpiruvato se convierten en piruvato y 2
ATP.
Las enzimas de la glucólisis están solubles en el citosol, pero existen pruebas de que están formando
complejos multienzimáticos que actuarían canalizando el producto de una enzima a la siguiente. Algunas de las
enzimas están unidas a filamentos de actina o microtúbulos, que favorecerían el acercamiento de las enzimas
que catalizan pasos sucesivos y las mantienen en una región específica del citosol. La primera enzima, la
hexoquinasa, está fijada a la cara externa de la mitocondria, de modo que el ATP pase directamente a ella, sin
que tenga posibilidades de diluirse en el citosol.

Importancia de los intermedios fosforilados


Cada uno de los intermediarios entre la glucosa y el piruvato está fosforilado. ¿Cuál es el sentido de
estos grupos fosfato?
1. Al pH celular los grupos fosfato poseen carga negativa. Dado que la membrana plasmática es impermeable
a las moléculas cargadas, los intermediarios fosforilados no pueden difundir al exterior. Después de la
fosforilación inicial, la célula no necesita gastar más energía para retener los intermedios fosforilados, a
pesar de la gran diferencia de concentración intra y extracelular de los mismos.
2. Los grupos fosfato son esenciales en la conservación de la energía metabólica. La energía liberada en la
rotura del ATP se conserva en la formación de ésteres fosfato como la glucosa 6-fosfato. Por otra parte, las
uniones fosfato de alta energía formadas (1,3-bisfosfoglicerato y fosfoenolpiruvato) donan grupos fosfato al
ADP para formar ATP y conservar parte de la energía química de la oxidación.
3. La fijación de los grupos fosfato a los sitios activos de las enzimas contribuye a disminuir la energía de
activación de las reacciones y aumentar su especificidad. Los grupos fosfato del ADP, ATP y los
intermediarios glucolíticos forman complejos con el Mg++, el que es requerido por casi todas las enzimas de
la vía glicolítica.

Balance energético de la glucólisis


C6H12O6 + 2 NAD+ + 2 ADP + 2 Pi → 2 CH3COCOO−+ 2 NADH + 2 H+ + 2 ATP + 2 H2O
La reacción global puede dividirse en dos etapas de diferentes requerimientos energéticos:
a) la conversión de glucosa en piruvato, que es exergónica,
Glucosa + 2 NAD+ → 2 piruvato + 2 NADH + 2 H+ (∆G1°' = –146 kJ/mol)
y b) la formación de ATP, que es endergónica:
2 ADP + 2 Pi → + 2 ATP + 2 H2O (∆G2°' = 2 x 30,5 = 61 kJ/mol)
La variación de energía libre estándar global es la suma de ambas:
∆GGl°' = ∆G1°' (–146 kJ/mol) + ∆G2°' (+61 kJ mol) = – 85 kJ/mol
Por lo tanto, la glucólisis es esencialmente irreversible debido a este gran descenso de energía libre.
La glucólisis libera sólo una pequeña parte de la energía contenida en la molécula de glucosa, ya que la
conversión total a CO2 y H2O tiene un ∆G°' = – 2840 kJ/mol, en tanto que el pasaje a piruvato tiene un ∆GGl°' =
–146 kJ/mol, lo que representa tan sólo el 5,2% de la energía que se puede liberar en la oxidación completa.
Esto significa que las 2 moléculas de piruvato aún contienen la mayor parte de la energía biológicamente
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obtenible de la molécula de glucosa; energía que puede extraerse, en condiciones aeróbicas, mediante
reacciones oxidativas en el ciclo de Krebs en la mitocondria.

Destino del piruvato en anaerobiosis. Fermentaciones


En el caso de los organismos anaeróbicos, como ciertas bacterias y las plantas sumergidas, y para
algunos tejidos de animales que pueden verse sometidos a condiciones anaeróbicas, como el músculo
esquelético, la glucólisis por sí sola se puede convertir en la principal fuente de ATP de la célula; pero el NADH
generado no puede ser reoxidado por el O2 y, por lo tanto, tiene que regenerarse el NAD+ por otra reacción
para que pueda continuar la glucólisis. Las reacciones anaeróbicas y productoras de energía de este tipo, se
denominan fermentaciones. En ellas, las moléculas de piruvato no son degradadas en la mitocondria sino que
permanecen en el citosol y, según el caso pueden transformarse en lactato, fermentación láctica, o en etanol y
CO2, fermentación alcohólica. Al final del proceso, las moléculas orgánicas producidas son, en general,
secretadas al medio como productos metabólicos residuales.
En la fermentación láctica, el piruvato es reducido a lactato y en el proceso el NADH vuelve a
transformarse en NAD+, necesario para seguir procesando más moléculas de glucosa. El pasaje de piruvato a
lactato (∆G°' = −25,1 kJ/mol) es catalizado por la lactato deshidrogenasa que forma el isómero L.
O O- O O-
C C
NA DH + H + NAD +

C O HO C H
CH3 lactato deshidrogenasa
CH 3

Piruvato Lactato
Aunque hay dos pasos de oxidación-reducción en la conversión de glucosa en lactato, no hay cambio
neto en el estado de oxidación del carbono: la glucosa y el ácido láctico mantienen la misma relación C : H. En
el proceso se producen, no obstante, 2 moléculas de ATP.
Muchos microorganismos fermentan la glucosa y otras hexosas a lactato, como los lactobacilos que
fermentan la lactosa de la leche; la acidificación desnaturaliza la caseína y otras proteínas produciendo la
precipitación del cuajo. Son utilizados en el proceso de obtención de quesos y yogures, y también en la
obtención de col agria ("chucrut").
Durante una actividad física extenuante, como correr, la cantidad de O2 que llega a las células
musculares puede ser insuficiente para mantener la acelerada tasa de oxidación de combustibles. No todos los
átomos de hidrógeno aceptados por las moléculas de NAD+ pueden procesarse a través de la cadena de
transporte de electrones, porque el O2 es insuficiente. En estas condiciones, las células musculares sustituyen
la respiración aerobia por la fermentación láctica. Cuando el lactato se acumula contribuye a producir la fatiga
muscular. El lactato formado por los músculos puede reciclarse, se transporta por la sangre hasta el hígado
donde se reconvierte en glucosa y en glucógeno.

Las levaduras y otros microorganismos llevan a cabo la fermentación alcohólica. Cuando son
privadas de oxígeno, las levaduras separan CO2 del piruvato mediante la piruvato descarboxilasa y forman
acetaldehído. Luego, éste se reduce a etanol con la transferencia del hidrógeno del NADH por acción de la
alcohol deshidrogenasa.
O O-
C CO 2 OH
O H NA DH + H + NAD +

C O C CH 2
piruvato descarboxilasa alcohol deshidrogenasa
CH 3 CH 3 CH 3

Piruvato Acetaldehído Etanol

Estas reacciones anaerobias son la base de la producción de la cerveza, el vino y otras bebidas
alcohólicas. Las células de levadura también se utilizan en la industria del pan; producen CO2 que provoca que
la masa se levante. Algunos microorganismos producen otros procesos de fermentación que rinden diversos
productos, como metanol y otros alcoholes, ácido acético, butírico, succínico, fórmico, etc. que pueden
aprovecharse comercialmente.

El metabolismo anaerobio es muy ineficiente porque el combustible, por ej. glucosa, sólo se oxida
parcialmente. El alcohol contiene una gran cantidad de energía que las levaduras son incapaces de extraer
usando métodos anaerobios; así, puede incluso utilizarse como combustible para automóviles. El lactato retiene
aún más energía que el alcohol. En ambos casos el rendimiento es sólo de 2 ATP. En contraste, durante la
respiración aerobia se pueden producir hasta 32 ATP.
La ineficiencia del metabolismo anaerobio requiere de un gran suministro de combustible. Por tanto, las
células degradan rápidamente muchas moléculas de combustible y con ello compensan la pequeña cantidad de
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energía que obtienen de cada una de ellas. Para realizar la misma cantidad de trabajo que una célula aerobia,
una célula anaerobia necesita veinte veces la cantidad de glucosa que utiliza la aerobia, lo que resulta
beneficioso desde el punto de vista biotecnológico, porque la cantidad de producto (ácido láctico o etanol,
según el caso) es mucho mayor.

Rutas alimentadoras de la glucólisis


Las unidades de glucosa provenientes del glucógeno o del almidón entran en la ruta glucolítica a través
de un proceso de 2 pasos. En el primero ocurre la rotura de las uniones α1→4 introduciendo moléculas de
fosfato y generando glucosa-1-fosfato; es catalizado por la glucógeno (o almidón) fosforilasa. Se conserva parte
de la energía del enlace glucosídico en la formación del éster fosfato.
(glucosa)n + Pi → (glucosa)n-1 + glucosa-1-fosfato
glucógeno
La fosfoglucomutasa convierte luego la glucosa-1-fosfato en glucosa-6-fosfato, el primer intermediario
de la glucólisis.
La glucógeno fosforilasa (o la almidón fosforilasa de los vegetales) actúa repetitivamente desde los
extremos no reductores de las ramas del glucógeno (o de la amilopectina) y va generando moléculas de
glucosa-1-fosfato hasta que llega a cuatro residuos de glucosa antes del punto de ramificación α(1→6). En
este momento actúa una "enzima desramificante", que cataliza dos reacciones sucesivas: a) separa un
oligosacárido (trisacárido) y lo une por enlace α1→4 a un extremo no reductor cercano y b) hidroliza el enlace
α(1→6).
Otros monosacáridos pueden entrar a la vía glucolítica previa fosforilación por acción de quinasas
específicas, con gasto de ATP. Los disacáridos son hidrolizados a monosacáridos antes de ser fosforilados. En
los vertebrados, las enzimas hidrolíticas están generalmente asociadas a la superficie del epitelio intestinal.

Regulación del catabolismo glucídico


El catabolismo glucídico proporciona ATP y precursores de diversos procesos biosintéticos. Es de suma
importancia para una célula en estado estacionario mantener una concentración de ATP suficientemente
alta, independientemente del tipo de combustible utilizado para producirlo y de la velocidad a la que se
consume. Un organismo que ha de enfrentar un cambio de circunstancias, como una actividad muscular
incrementada, una disminución de oxígeno o una variación en la ingesta de nutrientes, ha de responder a estas
perturbaciones volviendo al estado estacionario mediante modificaciones compensatorias en la actividad de las
enzimas pertinentes. Ello se consigue mediante la regulación de las enzimas clave de las rutas catabólicas; sea
por regulación alostérica o por modificación covalente, como la fosforilación de las enzimas, proceso
desencadenado a menudo por señales hormonales.
En los procesos de múltiples etapas como la glucólisis, algunas reacciones están prácticamente
en el equilibrio en el estado estacionario; se dice que están limitadas por el sustrato, pues su velocidad
depende de su concentración. En toda ruta metabólica hay al menos una reacción muy lenta, debido a la
actividad relativamente baja de la enzima que la cataliza; la actividad no está limitada por la cantidad de
sustrato disponible, sino por la baja actividad de la enzima, se dice que la reacción está limitada por la enzima
y, debido a que su velocidad limita la velocidad de la secuencia completa de reacciones, a este paso se lo
denomina paso limitante de la velocidad de la vía. En general, estos pasos limitados por la enzima están
representados por reacciones muy exergónicas, que son irreversibles en las condiciones celulares y es
frecuente que constituyan los puntos de regulación de esa ruta.
Reacción limitada por sustrato Reacción limitada por enzima

A BBB C DDD E
BBB DDD
En la ruta glucolítica de los tejidos muscular y hepático hay cuatro pasos regulados que son reacciones
exergónicas limitadas por enzimas, son los catalizados por: la glucógeno fosforilasa, la hexoquinasa (paso 1), la
fosfofructoquinasa-1 (3) y la piruvato quinasa (9).
La glucógeno fosforilasa del músculo y la del hígado, están reguladas por fosforilación y
desfosforilación, como hemos visto al estudiar modificación covalente de la actividad enzimática. También
están reguladas alostéricamente. En la contracción muscular se consume ATP y se produce AMP, que actúa
como efector alostérico positivo de la actividad de la fosforilasa b; mientras que en el hígado la glucosa actúa
como inhibidor alostérico de la fosforilasa a.
Ambas glucógeno fosforilasas están sujetas a la acción de hormonas. Ante una situación imprevista
que requiere una gran actividad muscular, las glándulas suprarrenales liberan adrenalina, que pasa a la sangre
y constituye la orden para que el músculo ponga en marcha los procesos que conducen a la producción de
ATP, y que se inician con la degradación de glucógeno. El hígado actúa regulando los cambios en la
concentración de glucosa sanguínea, siendo el glucagón secretado por el páncreas el que estimula la
degradación de glucógeno cuando la concentración de glucosa en sangre es baja.

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MITOCONDRIAS
Las células eucarióticas tienen ocupado una gran parte de su volumen citoplasmático por mitocondrias.
Estas estructuras son el sitio en donde ocurren la mayor parte de las reacciones químicas que convierten la
energía química de los nutrientes en ATP en condiciones aeróbicas, en el proceso de la respiración celular. El
piruvato proveniente de la glucólisis es importado dentro de la mitocondria y oxidado por el O2 a CO2 y H2O;
obteniéndose un gran rendimiento de ATP frente a las 2 moléculas de ATP que rinde la glucólisis.
En una célula muy activa se pueden encontrar numerosas mitocondrias,
pero su número varía con los diferentes tipos de células; en una de hígado se
pueden encontrar entre 1000 y 2000 mitocondrias. Son cilindros alargados y
rígidos, con un tamaño variable entre 2 a 8 µm de longitud y 0,5 a 1 µm de
diámetro; pero pueden cambiar de tamaño y forma en muy breve lapso, aún
fusionándose una con otra y luego separándose.
Cuando se desplazan por el citoplasma, aparecen a menudo asociadas
con los microtúbulos, lo que determina su distribución en los diferentes tipos
celulares. Así, en algunas células forman largos filamentos o cadenas móviles;
mientras que en otras ocupan posiciones fijas proporcionando ATP directamente
en lugares de alto consumo, como ocurre en las células del músculo cardíaco
donde se empaquetan entre las
miofibrillas adyacentes, o en el flagelo
de los espermatozoides donde se
enroscan alrededor del axonema.

En las mitocondrias existen dos subcompartimientos, la matriz y el espacio intermembrana, que


quedan definidos por las dos membranas, la membrana interna, con crestas o pliegues encierra el espacio de
la matriz y la membrana externa se halla en contacto con el citosol.
La membrana externa de la mitocondria es lisa, y en
cierta forma es como un tamiz permeable a todas las moléculas
de menos de 5000 daltons, incluidas pequeñas proteínas.
Contiene múltiples copias de un tipo de proteína denominada
porina, que se caracteriza por adoptar una forma de “barril β”,
motivo predominante de hoja plegada β en el que las láminas
antiparalelas hidrofóbicas se disponen dejando un espacio
central, en el que las cadenas polares quedan hacia el centro
del barril a modo de poros acuosos. La membrana externa
contiene también enzimas involucradas en la modificación de los
lípidos importados a las mitocondrias y otras que convierten los
sustratos lipídicos (ácidos grasos de los triglicéridos) en formas
que son luego metabolizadas en la matriz.
En contraste, la membrana interna está plegada en
crestas que sirven para incrementar el área de superficie; el
número de crestas es tres veces mayor en una célula de músculo cardíaco que en una de hígado debido a una
mayor demanda de ATP. Es una membrana "apretada", que regula estrictamente los tipos de moléculas que
pueden pasar a través de ella; es especialmente impermeable a los iones, hecho al que contribuye la elevada
proporción del fosfolípido cardiolipina que contiene cuatro ácidos grasos. La membrana interna contiene series
complejas de enzimas y otras proteínas que intervienen en tres tipos de funciones: 1) las que llevan a cabo las
reacciones de la cadena respiratoria, 2) el complejo llamado ATP sintasa que genera ATP hacia la matriz en la
fosforilación oxidativa y 3) proteínas específicas de transporte que regulan el pasaje de metabolitos hacia dentro
y fuera de la matriz.
La matriz mitocondrial contiene una mezcla concentrada de cientos de enzimas, esencialmente las
que se utilizan para la oxidación del piruvato y los ácidos grasos hasta acetilCoA y las del ciclo del ácido cítrico.
En la matriz también hay varias copias del ADN que constituyen el genoma mitocondrial, ribosomas
característicos, ARNt y varias enzimas requeridas para la expresión de los genes mitocondriales.
El espacio intermembrana contiene varias enzimas que usan el ATP que viene de la matriz para
fosforilar otros nucleótidos.

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UNNOBA – INTRODUCCIÓN A LA BIOLOGÍA
Conversión energética
RESPIRACIÓN CELULAR

Formación de acetil Coenzima A


El piruvato, producto final de la glucólisis, contiene la mayor parte de la energía total de la molécula
original de glucosa. Cuando no hay oxígeno disponible, la célula utiliza la vía de la fermentación en el
citoplasma. En presencia de oxígeno, las moléculas de piruvato se desplazan hacia el interior de la matriz
mitocondrial, en donde se llevan a cabo las siguientes reacciones de la respiración celular.
Una vez que la molécula de piruvato entra en la matriz, se encuentra con un gran complejo
multienzimático, el complejo de la piruvato deshidrogenasa. Éste se encuentra no sólo en el interior de las
mitocondrias de las células eucariotas, sino también en el citosol de las procariotas aerobias. En esta
complicada reacción, el piruvato es sometido a un proceso de descarboxilación oxidativa y se convierte en acetil
coenzima A, acetil CoA, un compuesto que puede entrar en el ciclo del ácido cítrico.
Este complejo contiene múltiples copias de 3 enzimas, 5 coenzimas o grupos prostéticos y 2 proteínas
reguladoras y suele tener un diámetro ligeramente mayor al de un ribosoma (45 nm). Las enzimas son:
piruvato descarboxilasa (A), lipoamida reductasa transacetilasa (B) y dihidrolipoil deshidrogenasa (C).
La segunda constituye el núcleo del complejo, al que se le unen las otras dos. Los cofactores son: el pirofosfato
de tiamina (TPP) que se une a A, el FAD y el NAD+ que se unen a C, la coenzima A y el lipoato que se unen a
B. Los 4 primeros contienen vitaminas esenciales en la nutrición (tiamina o vitamina B1, riboflavina, niacina y
pantotenato). Las proteínas reguladoras son una quinasa y una fosfatasa que regulan la actividad de la piruvato
deshidrogenasa, inhibiéndola cuando el nivel de ATP es alto.

O O-
C Co A SH N A D + NA DH O S CoA
TPP, lipoato, FAD C
C O CO 2
complejo piruvato deshidrogenasa +
CH 3 CH 3
∆G°' = –33.4 kJ/mol
Los lípidos y los aminoácidos también pueden degradarse a acetil CoA, para entrar en este punto de la
respiración celular.

Ciclo del ácido cítrico o ciclo de Krebs o de los ácidos tricarboxílicos


Mientras la glucólisis es una secuencia lineal de reacciones, en la matriz mitocondrial ocurre una
secuencia cíclica, el ciclo del ácido cítrico, por lo que los reactivos no se "gastan". La función primaria de este
ciclo consiste en oxidar los grupos acetilo que entran en forma de moléculas de acetil CoA. En cada vuelta
entran 2C de la molécula de acetil CoA y salen 2 moléculas de 1C como CO2. En la mayoría de las células, el
ciclo de Krebs es el responsable de la oxidación total de cerca de 2/3 partes de los compuestos de C; es la ruta
final de la oxidación del piruvato, ácidos grasos y cadenas carbonadas de los aminoácidos. En los procariotes
aerobios las enzimas específicas del ciclo se localizan en el citosol, en tanto que en los eucariotas están dentro
de la matriz mitocondrial.
Cuatro de los pasos del proceso implican oxidaciones en las que la energía se conserva en forma de
moléculas transportadoras de hidrógeno, NADH y FADH2, y en un paso se genera un enlace fosfato de alta
energía, por fosforilación a nivel de sustrato. Los productos finales por vuelta del ciclo son: 2 moléculas de
CO2, que es eliminado por difusión como producto de deshecho, electrones ricos en energía, los cuales pasan
vía 3 NADH y 1 FADH2 a la cadena respiratoria para finalmente combinarse con el O2 formando H2O y una
molécula de ATP producida en forma directa.
El ciclo consta de 8 pasos; empieza cuando el acetil CoA reacciona con el oxalacetato (4C), formando
una molécula de un ácido tricarboxílico, el citrato (6C), liberando la CoA. La reacción es muy exergónica como
consecuencia de la hidrólisis del tioéster. Luego el citrato sufre una deshidratación y una hidratación para dar
isocitrato, el que se descarboxila y oxida, en una reacción muy exergónica dando α-cetoglutarato (5C), CO2 y
un par de átomos de hidrógeno que van al NAD+ dando NADH y H+.
El paso siguiente es otra descarboxilación oxidativa muy exergónica, en la que actúa un complejo
enzimático α-cetoglutarato deshidrogenasa, que es bastante similar a la piruvato deshidrogenasa; utiliza CoA y
produce succinil CoA (4C), CO2 y un par de hidrógenos que van al NAD+ dando NADH y H+. En el paso
siguiente la energía que se libera en la hidrólisis del enlace tioéster liberando la CoA, y formándose succinato,
se usa para promover la síntesis de un enlace fosfato de alta energía bajo la forma de GTP; es una fosforilación
a nivel de sustrato. El GTP se transforma en ATP mediante una reacción de intercambio, GTP + ADP →
GDP + ATP, con gasto energético cero.
Luego el succinato es oxidado a fumarato, mediante la succinato deshidrogenasa que se halla unida
fuertemente a la membrana mitocondrial interna y que tiene FAD que forma FADH2 con el par de hidrógenos
extraídos. El fumarato se hidrata luego para dar L-malato que se oxida finalmente a oxalacetato que puede
recomenzar el ciclo, consumiendo un NAD+ dando NADH y H+.

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UNNOBA – INTRODUCCIÓN A LA BIOLOGÍA
Conversión energética
Hay que observar que los átomos de C que entran al ciclo se incorporan en el citrato, pero no son los
que se oxidan a CO2; los que se oxidan entraron en vueltas anteriores. Los átomos de O necesarios para
producir CO2 no son suministrados por el oxígeno molecular, sino por el agua. En cada vuelta del ciclo se
rompen 3 moléculas de H2O, cuyos H entran a formar parte de los sustratos y finalmente serán transferidos a
moléculas transportadoras como el NADH.

Cabe preguntarse si se justifica un ciclo de 8 reacciones para procesar una molécula de 2C, lo que
parece contradictorio con el principio de máxima economía de las células vivas. Ocurre que el papel del ciclo
no se reduce a la oxidación del acetato, sino que constituye el núcleo del metabolismo intermedio, al que
confluyen productos finales de 4 y 5C que provienen de otras fuentes y que sirven como combustibles, por ej.,
el oxalacetato y el α-cetoglutarato provienen del aspartato y glutamato de las proteínas de la dieta. Por otra
parte, algunos intermedios pueden ser retirados del ciclo para actuar como precursores de vías biosintéticas.
Por lo tanto, en organismos aerobios, el ciclo es una vía anfibólica, es decir, se usa tanto en procesos
anabólicos como catabólicos. Funciona no solamente en el catabolismo oxidativo de glúcidos, ácidos grasos y
aminoácidos, sino que también genera precursores de aminoácidos o de nucleótidos.
Con la evolución de las cianobacterias que producían oxígeno a partir del agua la atmósfera de la tierra
se transformó en aerobia y apareció una presión selectiva para que los organismos desarrollaran un
metabolismo aeróbico más eficiente que la fermentación anaeróbica. El ciclo de Krebs no representa
necesariamente la vía más corta desde el acetato hasta el CO2, sino aquella que ha conferido mayores ventajas
selectivas durante la evolución a los organismos que la poseían.

Regulación del ciclo del ácido cítrico


Dado que el piruvato no es la única fuente de acetil CoA se requieren otros puntos de regulación,
además de la piruvato deshidrogenasa. Esta enzima está regulada tanto alostérica como covalentemente;
resulta fuertemente inhibida por el ATP, la acetil CoA, el NADH y los ácidos grasos, en tanto que el NAD+, la
CoA y el AMP son activadores alostéricos.
Otras tres enzimas del ciclo son sometidas a regulación; son las de los tres pasos exergónicos: los
catalizados por la citratosintasa (1), la isocitrato deshidrogenasa (3) y la α-cetoglutarato deshidrogenasa
(4). Cada uno puede actuar como paso limitante de la velocidad. En condiciones normales, la velocidad de la
glucólisis y la del ciclo del ácido cítrico se hallan integradas para conseguir que sólo se metabolice hasta
piruvato la cantidad de glucosa necesaria para suministrar combustible al ciclo de ácido cítrico.

Fosforilación oxidativa y cadena respiratoria


La fosforilación oxidativa es la culminación del catabolismo en los organismos aeróbicos y el proceso
en el que se libera la mayor parte de la energía metabólica. Todos los pasos enzimáticos de la degradación
oxidativa de glúcidos, grasas y aminoácidos en las células aeróbicas convergen en esta etapa final de la
respiración celular, en la que los electrones fluyen desde las moléculas de NADH y FADH2 al O2 produciendo
energía para la generación de ATP a partir del ADP y el Pi y el resto se libera en forma de calor.
Aunque el proceso general de la oxidación del NADH y del FADH2 implica una transferencia de
hidrógeno hasta el O2, cada átomo de H se transfiere como un electrón y un protón. Entonces, el electrón puede
ser transferido por separado a una molécula que acepta únicamente electrones, mientras el protón permanece
en la solución acuosa. En el transcurso de la fosforilación oxidativa los electrones del NADH y del FADH2
descienden a lo largo de una cadena de moléculas transportadoras, la cadena de transporte electrónico o
cadena respiratoria.

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UNNOBA – INTRODUCCIÓN A LA BIOLOGÍA
Conversión energética
En una célula eucariota, esta serie de transferencias electrónicas ocurre en la membrana mitocondrial
interna, en la que se hallan todas las moléculas transportadoras de la cadena respiratoria. En procariotas ocurre
en la membrana plasmática. En cada paso de la transferencia, los electrones caen a un nivel energético más
bajo, hasta que al final son transferidos a las moléculas de O2. Cada molécula de O2 toma 4 electrones de la
cadena de transporte y 4 protones de la solución acuosa formando 2 moléculas de H2O.
Los electrones que entran en la cadena respiratoria provienen de la acción de deshidrogenasas que
captan electrones de las reacciones oxidativas del complejo de la piruvato deshidrogenasa, del ciclo del ácido
cítrico, de la ruta de la β-oxidación de los ácidos grasos y de los pasos oxidativos del catabolismo de los
aminoácidos.
La mayoría de las deshidrogenasas son específicas para el NAD+, transportador hidrosoluble que se
encuentra en la matriz mitocondrial. El transporte de electrones comienza en el momento en que el ion hidruro
se libera del NADH, regenerando NAD+, y se convierte en un H+ y 2 electrones. Los 2 electrones son
transferidos al primero de una serie de más de 15 transportadores diferentes de electrones que se hallan
formando la cadena respiratoria.
Los electrones empiezan con una energía muy alta, que van perdiendo a medida que pasan a lo largo
de la cadena. La mayoría de las veces los electrones pasan de un átomo metálico unido a una proteína a otro
también asociado a una proteína. Cada transportador tiene mayor afinidad por los electrones que el anterior, de
forma que los electrones pasan secuencialmente hasta que son transferidos al O2, el que tiene una afinidad por
los electrones mayor que la de cualquier otro transportador.
La cadena respiratoria mitocondrial contiene 3 complejos enzimáticos principales; cada uno de ellos
presenta proteínas transmembrana que sostienen firmemente el complejo en la membrana mitocondrial interna.
Cada uno de estos complejos actúa como una bomba de H+ impulsada por un transporte de electrones. Otros
transportadores son móviles, como la ubiquinona y el citocromo c.
Los citocromos son una familia de proteínas coloreadas que contienen hierro, asociado a una
estructura cíclica llamada porfirina constituyendo un grupo hemo, similar al de la hemoglobina. El átomo de
hierro pasa del estado férrico al ferroso cada vez que acepta un electrón. Existen tres clases de citocromos: a, b
y c.

La vía del flujo de electrones y sus transportadores agrupados son:


• Complejo I. NADH deshidrogenasa. Es el mayor de los complejos, con más de 25 cadenas polipeptídicas.
El sitio de fijación del NADH mira hacia la matriz para poder interaccionar con el NADH producido por
cualquiera de las diversas deshidrogenasas de la matriz. El complejo transfiere los electrones desde el
NADH a su grupo prostético, el FMN y al menos 5 centros de hierro-azufre. Funciona como una bomba de
protones.
• Ubiquinona o coenzima Q. Es una molécula pequeña hidrofóbica disuelta en la bicapa lipídica; puede
aceptar dos electrones transformándose en el ubiquinol (UQH2) y por cada electrón acepta temporalmente
un H+ del medio. El ubiquinol difunde en la membrana desde el complejo I al complejo II, en donde se oxida
a UQ.
• Complejo III. Complejo citocromo b-c1. Contiene dos citocromos b y citocromo c1, una proteína
ferrosulfurada y al menos otras seis subunidades proteicas. Se presenta como dímero. El complejo acepta
electrones de la ubiquinona y los transfiere al citocromo c. Funciona como una bomba de protones.
• Citocromo c. Es una proteína soluble que se asocia por interacciones electrostáticas con la cara exterior de
la membrana interna.
• Complejo IV. Complejo de la citocromo oxidasa. El complejo contiene citocromo a y a3. Se aísla como un
dímero. Cada monómero contiene dos citocromos y también dos iones Cu++ que son de importancia crucial
para transferir los electrones al O2. El complejo también funciona como una bomba de protones. La toxicidad
de venenos como el cianuro y la azida se basa en su capacidad de unirse fuertemente a este complejo,
bloqueando así el transporte electrónico.

• El complejo II, de la succinato deshidrogenasa, corresponde a la única enzima del ciclo de Krebs que se
encuentra unida a la membrana mitocondrial interna. Contiene cuatro subunidades proteicas y cinco grupos
prostéticos. Tiene grupos hemo y proteínas ferrosulfuradas. Recibe los electrones provenientes del FADH2 y
los dirige directamente a la ubiquinona.

Nuestros conocimientos actuales sobre la síntesis del ATP en la mitocondria se basan en una hipótesis
formulada por Peter Mitchell en 1961 y que le valiera el premio Nobel en 1978. Mitchell propuso la hipótesis de
que el transporte de electrones y la síntesis de ATP se acoplan mediante un gradiente de protones a través de
la membrana mitocondrial. Esta hipótesis se ha convertido en la teoría del acoplamiento quimiosmótico,
porque hay una conexión entre procesos químicos y de transporte.
Cuando los electrones de alta energía de los H del NADH y del FADH2 son transferidos a lo largo de la
cadena respiratoria de la membrana mitocondrial interna, la energía que se libera cada vez que pasan de una
molécula transportadora a la siguiente es utilizada para bombear H+ a través de la membrana interna, desde la
matriz hasta el espacio intermembranoso.
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UNNOBA – INTRODUCCIÓN A LA BIOLOGÍA
Conversión energética
Esto genera un gradiente electroquímico de protones a través de la membrana interna, al que
contribuyen: 1) la diferencia de pH, con un valor de pH mayor en la matriz que en el espacio intermembrana,
donde es igual al citosol y cercano a 7 y 2) la diferencia del potencial de membrana con un voltaje negativo en
el interior de la matriz y positivo en el exterior.
Ese gradiente impulsa a los H+ a volver hacia la matriz; pero ese retorno se realiza a través de una
enzima mayoritaria de la membrana interna, la ATP sintasa. Como
si se tratara de una turbina, la ATP sintasa transforma una forma de
energía en otra, sintetizando ATP a partir de ADP y Pi en la matriz, a
través de una reacción que está acoplada al flujo de H+ hacia la
matriz.
La síntesis de ATP es responsabilidad de un complejo
transmembrana de gran tamaño, la ATP sintasa, que tiene una
forma globosa que protruye sobre la cara interna de la membrana
interna. Consta de dos porciones, llamados factores Fo y F1. La
porción Fo es una proteína integral constituida por hasta 14
polipéptidos que forman un rotor en anillo. La porción F1 está
compuesta por 6 subunidades que contienen varios sitios para la
fijación de ATP y ADP y un sitio catalítico para la síntesis de ATP; es
un complejo de proteína
periférica de membrana que se
mantiene unida por un brazo
alargado con una porción fija en contacto con la Fo. Entre ambas se forma
un canal transmembrana a través del cual pasan los protones a favor de
gradiente.
Cuando funcionan juntas, la F1 sintetiza ATP: al pasar los H+ hacen
que el rotor dé vueltas y éste hace girar un tallo central de la cabeza de F1;
como resultado la energía del flujo de H+ a favor de gradiente
electroquímico se convierte en energía mecánica del frotamiento de dos
juegos de proteínas, que se convierte en energía química de enlace en el
ATP. La ATP sintasa es capaz de sintetizar más de 100 moléculas de ATP
por segundo. Cuando la F1 se separa del transportador de H+, la F1 actúa
en sentido inverso, catalizando la hidrólisis de ATP.
Las pruebas experimentales que se han realizado permiten suponer que se bombean unos 10 H+ al
exterior por cada par de electrones que son transferidos desde el NADH hasta el O2, y 6 H+ cuando son
transferidos desde el FADH2; mientras que se sintetiza un ATP cuando 4 H+ retornan a la matriz. Así, en el
estado estacionario hay una diferencia de una unidad de pH entre la matriz y el espacio intermembrana.

La síntesis de ATP no es, sin embargo, el único proceso que está impulsado por el gradiente
electroquímico de protones. También se impulsa el transporte activo a través de la membrana interna de
muchos metabolitos cargados necesarios en la matriz; así mediante transportadores de membrana pasan por
cotransporte con los H+, entre otros, iones fosfato y piruvato.
El transporte de ADP hacia la matriz está mediado por un sistema antiporte, por el que por cada ADP
que entra, sale un ATP a favor de su gradiente electroquímico, ya que la salida de una carga negativa es
favorable. Este intercambio ATP-ADP entre la mitocondria y el citosol mantiene una concentración celular alta
de ATP que puede ser utilizado para impulsar muchas de las reacciones celulares que requieren energía.

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UNNOBA – INTRODUCCIÓN A LA BIOLOGÍA
Conversión energética
Balance energético de la respiración
Determinaciones recientes han revelado que con el NADH como dador electrónico se producen 2,5
ATP por par de electrones transferidos al O2 y que con el FADH2 se originan 1,5 ATP en las mismas
condiciones.
Si hacemos el balance energético, por cada 2 moléculas de piruvato que provienen de la glucólisis y
entran en la matriz mitocondrial se generan:
Por oxidación del piruvato 2 NADH 5 ATP
Por oxidación de acetil CoA 6 NADH 15 ATP
2 FADH2 3 ATP
Fosforilación a nivel de sustrato 2 ATP

Esto da un rendimiento de 25 ATP, pero si recordamos que en la glucólisis se generan 2 ATP y 2 NADH
en el citosol, se obtiene un rendimiento total por molécula de glucosa de 30 ó 32 moléculas de ATP.
Esta diferencia se debe a que la membrana mitocondrial interna no es permeable al NADH, que es una
molécula grande. El NADH producido en el citoplasma no cuenta con una proteína acarreadora para su
transporte a través de la membrana y no puede entrar en la mitocondria, y así transferir sus electrones al
sistema de transporte electrónico. Entonces, se han desarrollado sistemas especiales de lanzadera para
transferir los electrones del NADH citosólico hacia el interior de la mitocondria mediante una ruta indirecta.
En los animales, la lanzadera más activa, que funciona en el hígado y el corazón, es el sistema de
lanzadera malato-aspartato; transfiere los electrones del NADH al malato que puede entrar en la matriz y
transferirlos a un NAD+ que está en la matriz. Luego estos electrones pasan a lo largo del sistema de transporte
electrónico y finalmente se producen 2,5 moléculas de ATP.
En las células del músculo esquelético, cerebro y algunos otros órganos, opera un sistema distinto que
es el sistema de lanzadera del glicerol-3-fosfato. Difiere del anterior en que cede los electrones al FAD y
finalmente a la ubiquinona, con lo que sólo proporcionará energía para la síntesis de 1,5 ATP por cada par de
electrones.
Las mitocondrias de plantas superiores tienen una NADH deshidrogenasa orientada hacia el exterior
que puede transferir electrones directamente desde el NADH citosólico a la cadena respiratoria.

CATABOLISMO DE OTROS NUTRIENTES


Muchos organismos dependen además de la glucosa, de otros nutrientes como fuente de energía. Los
ácidos grasos y los aminoácidos se utilizan también como combustible. Estos nutrientes se transforman en
alguno de los intermediarios que intervienen en la glucólisis o en el ciclo del ácido cítrico.

Catabolismo de triglicéridos
Para asegurar un aporte continuo de combustible para el metabolismo oxidativo, las células animales
almacenan ácidos grasos en forma de triglicéridos y glucosa en forma de glucógeno. Los animales obtienen
más energía mediante la oxidación de ácidos grasos que de la oxidación de la glucosa, ya que la primera libera
una cantidad de energía más de 6 veces superior a la que libera una masa igual de glucógeno en forma
hidratada.
Dada su insolubilidad en agua, los triglicéridos ingeridos deben ser emulsionados por las sales biliares
formando micelas antes de su digestión por lipasas hidrosolubles del intestino. Los que son absorbidos por el
intestino, o movilizados desde los tejidos donde son almacenados, deben ser transportados en la sangre por
proteínas.
Los productos de la acción de las lipasas difunden a las células del epitelio intestinal donde se
convierten de nuevo en triglicéridos que junto a colesterol y proteínas específicas forman los quilomicrones
que se desplazan por el sistema linfático y la sangre hacia los tejidos.
En los capilares una lipoproteína lipasa hidroliza los triglicéridos a ácidos grasos y glicerol que entonces
son asimilados por las células para obtener energía, como ocurre principalmente en el músculo, o se depositan
en gotas de grasa en el citosol de los adipocitos. El glicerol es fosforilado y luego oxidado a gliceraldehído 3-
fosfato y entonces sigue la ruta de la glucólisis, pero el 95% de la energía de las grasas reside en los ácidos
grasos. Cuando otras células la necesitan tras un período de ayuno, la grasa de los adipocitos pasa al torrente
sanguíneo. Incluso el ayuno nocturno moviliza grasas, de forma que por la mañana, la mayor parte del acetil
CoA que entra en el ciclo de Krebs proviene de los ácidos grasos y no de la glucosa. En cambio, luego de una
comida la mayor parte del acetil CoA que entra al ciclo procede de la glucosa derivada de los alimentos, y toda
la glucosa que se halla en exceso es utilizada para restablecer las reservas de glucógeno o para sintetizar
grasas.
Las hormonas adrenalina y glucagón, secretadas en respuesta a bajos niveles de glucosa en sangre,
activan una adenilatociclasa de la membrana plasmática de los adipocitos, incrementando la concentración
intracelular de cAMP, que activa una quinasa cAMP dependiente, encargada de fosforilar y activar a la
triacilglicerol lipasa que cataliza la hidrólisis de las uniones éster entre el glicerol y los ácidos grasos. Los ácidos

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UNNOBA – INTRODUCCIÓN A LA BIOLOGÍA
Conversión energética
grasos liberados difunden a la sangre, donde la albúmina los transporta hasta los tejidos que los requieren para
obtener energía.
Las enzimas responsables de la oxidación de los ácidos grasos se ubican en la matriz mitocondrial,
pero los ácidos grasos que penetran al citosol procedentes de la sangre no pueden pasar a través de las
membranas mitocondriales sino que deben ser activados mediante su unión a la CoA, reacción catalizada por la
acilCoA sintasa de la membrana mitocondrial externa, en una reacción en dos pasos fuertemente exergónica.
ácido graso + CoA + ATP → acil graso CoA + AMP + 2 Pi
De todos modos los acil graso CoA formados no pueden atravesar la membrana interna mitocondrial y
necesitan de un transportador específico, la carnitina, para penetrar en la matriz mitocondrial mediante difusión
facilitada.

β-oxidación de ácidos grasos


En la matriz mitocondrial, cada molécula de acil graso CoA es degradada completamente gracias a una
serie de reacciones que en cada vuelta elimina los 2 carbonos del extremo carboxilo del acil graso CoA, dando
lugar a una molécula de acetil CoA. Este proceso, que ocurre en la matriz mitocondrial, se llama β-oxidación.
Las moléculas de acetil CoA entran luego en el ciclo del ácido cítrico y se convierten en CO2
La larga cadena de ácidos grasos se divide en acetil CoA, mediante una secuencia de 4 reacciones.
Primero ocurre una deshidrogenación entre el segundo y tercer C de la cadena. El grupo sometido a la
deshidrogenación es un grupo −CH2−CH2−; el aceptor primario de electrones es el FAD. Al producto, con un
doble enlace entre los carbonos 2 y 3, se le adiciona una molécula de agua. La molécula resultante posee un
grupo H−C−OH en el carbono β (C3), el cual puede deshidrogenarse con un NAD+ como aceptor.
El producto de la deshidrogenación, con un grupo C=O en el Cβ y una CoA unida al primer grupo
carbonilo, reacciona con otra molécula de CoA. Ésta ataca al grupo C=O y se une a él, separando los C1 y C2
con la molécula de CoA original, fijada como acetil CoA y dejando por otro lado, una cadena con 2 carbonos
menos. Este producto posee una CoA unida al grupo carbonilo, y puede repetir la serie de reacciones.

Por ej., siete series de reacciones separan la cadena de 16 carbonos del palmitato en ocho fragmentos
de 2 carbonos, cada uno unido a una molécula de CoA; es decir, da 8 moléculas de acetil CoA. Cada ciclo de
β-oxidación produce una molécula de NADH y una de FADH2. Cuando sus electrones pasan a través del
sistema de transporte de electrones, el NADH produce 2,5 moléculas de ATP y el FADH2 produce 1,5, dando un
total de 4 moléculas de ATP. Los siete ciclos de la β-oxidación que dividen al palmitato producen un total de 7 x
4 = 28 moléculas de ATP. Al ser metabolizados en el ciclo del ácido cítrico cada uno de los grupos de acetil
CoA producen 12 moléculas de ATP; 10 x 8 = 80 ATP. Así pues, la producción de ATP en la oxidación completa
del palmitato es de 80 + 28 = 108 ATP. Puesto que 2 ATP se consumen en el proceso de activación del ácido
graso, el resultado neto es de 106 ATP.
En las células animales, la matriz mitocondrial es el lugar principal de la β -oxidación de ácidos
grasos, pero recordemos que ese proceso también se produce en los peroxisomas; los 4 pasos transcurren
de igual manera, salvo que en el primer paso los electrones del FADH2 pasan directamente al O2, produciendo
H2O2. Un nivel elevado de grasa en la dieta produce un aumento en la síntesis de enzimas de la β-oxidación en
los peroxisomas del hígado, que como no poseen las enzimas del ciclo de Krebs no pueden oxidar el acetil CoA
a CO2 y el acetato se exporta al citosol. En los peroxisomas la energía liberada en la oxidación de ácidos
grasos se disipa en forma de calor.
Las mitocondrias vegetales no contienen las enzimas de la β -oxidación, que se lleva a cabo en
los peroxisomas y glioxisomas; en éstos últimos tiene lugar el ciclo del glioxilato que convierte el acetil CoA
producido en precursores de 4 carbonos para la síntesis de glúcidos.

Catabolismo de las proteínas


Los aminoácidos provenientes de las proteínas de la dieta o de la degradación de proteínas
intracelulares constituyen la última clase de biomoléculas que se oxiden para generar energía metabólica. Los
animales carnívoros pueden obtener hasta el 90% de sus necesidades energéticas a partir de la oxidación de
los aminoácidos ingeridos y los herbívoros sólo obtienen de ellos una pequeña parte de sus necesidades
energéticas.
La mayoría de los microorganismos pueden incorporar aminoácidos si éstos se encuentran en el
entorno y si lo requieren pueden utilizarlos como fuente de combustible. Finalmente, las plantas difícilmente
oxidan aminoácidos, pues la costosa incorporación de nitrógeno a través de la absorción de nitratos por las
raíces y la disponibilidad de almidón y otros carbohidratos mediante la fotosíntesis no permiten semejante
despilfarro. Las semillas de algunas plantas almacenan proteínas de reserva para las necesidades del embrión
luego de la germinación.
En los animales, la degradación de aminoácidos puede ocurrir en tres situaciones: a) que durante el
recambio proteico normal algunos de los aminoácidos no se necesiten para la síntesis de nuevas proteínas; b)
que la dieta sea muy rica en proteínas por lo que se puede catabolizar el excedente ya que los aminoácidos no
se pueden almacenar y c) que el organismo se encuentre en estado de inanición, recurriendo entonces a todas
sus reservas.
13
UNNOBA – INTRODUCCIÓN A LA BIOLOGÍA
Conversión energética
De todos modos, las rutas metabólicas de la degradación de aminoácidos son esencialmente similares
en la mayoría de los organismos y convergen en las rutas catabólicas centrales del metabolismo carbonado. En
las proteínas se encuentran 20 aminoácidos, por lo que hay 20 rutas catabólicas distintas para la degradación
de los aminoácidos. En el hombre estas rutas normalmente sólo aportan del 10% al 15% de la producción
energética corporal, por lo que las rutas degradativas individuales de los aminoácidos son mucho menos
activas que la glucólisis y la oxidación de los ácidos grasos.

Degradación de las proteínas de la dieta.


En el hombre la degradación de las proteínas ingeridas tiene lugar en el tracto gastrointestinal. Su
entrada al estómago estimula la producción de gastrina, una hormona que a su vez genera la liberación de
HCl, que baja el pH (1,5 a 2,5), matando las bacterias y células foráneas y desnaturalizando las proteínas
globulares. Simultáneamente la acidez estimula la acción de la pepsina, que convierte al pepsinógeno
secretado en más pepsina que hidroliza determinados enlaces peptídicos; cortando así las cadenas peptídicas
en péptidos más cortos.
Cuando los péptidos pasan al intestino delgado, el bajo pH hace que la hormona secretina pase a la
sangre y se segrega HCO3− al intestino para aumentar el pH entre 7 y 8. Luego, la entrada en el duodeno libera
la hormona colecistoquinina, responsable de la secreción de las enzimas pancreáticas tripsina,
quimotripsina y carboxipeptidasa, que también se sintetizan como zimógenos. La pancreatitis aguda es el
resultado de la conversión de los zimógenos en enzimas activas dentro del propio páncreas, destruyendo las
células del mismo.
La tripsina y la quimotripsina hidrolizan enlaces específicos de determinados aminoácidos dando
péptidos pequeños cuya degradación se completa con la acción de la carboxipeptidasa y de una
aminopeptidasa. La acción secuencial de estas enzimas proteolíticas da una mezcla de aminoácidos libres que
son transportados al interior de las células del epitelio intestinal y de allí por la circulación sanguínea son
transportados al hígado.
En el hombre la mayoría de las proteínas globulares de la dieta son completamente hidrolizadas, pero
algunas proteínas fibrosas, como la queratina, sólo lo son parcialmente. Muchas proteínas de origen vegetal,
como las de granos vegetales, están rodeadas de una cascarilla de celulosa y por lo tanto no se digieren
completamente.

Oxidación de aminoácidos
El factor distintivo que caracteriza a la degradación de los aminoácidos del resto de los procesos
catabólicos es la existencia de un grupo amino, por lo que la etapa de separación de este grupo es el comienzo
de todas las rutas catabólicas de los aminoácidos. En general, los grupos amino se utilizan en forma muy
conservadora en los sistemas biológicos, debido a que sólo unos pocos microorganismos, algunas bacterias y
cianobacterias, pueden convertir el N2 atmosférico en nitrógeno utilizable.
La mayoría de los aminoácidos se metabolizan en el hígado. Los esqueletos hidrocarbonados
generalmente van a parar al ciclo del ácido cítrico y de allí se oxidan para producir energía química, o se
canalizan a rutas de biosíntesis, por ej. de glucosa, en el proceso de gluconeogénesis. Parte del amoníaco
generado se recicla y utiliza en procesos biosintéticos, mientras que el exceso se excreta de diferente forma
según los organismos.

La reacción de separación del grupo α-amino es catalizada en el hígado por transaminasas específicas
que transfieren el grupo amino al α-cetoglutarato, que queda convertido en glutamato, a la vez que el
aminoácido se transforma en el correspondiente cetoácido, que puede ir al ciclo de Krebs. A continuación el
glutamato se transporta desde el citosol a la mitocondria. Allí se transforma nuevamente en α-cetoglutarato por
desaminación oxidativa, liberándose amoníaco como NH4+. El amoníaco formado en otros tejidos se transporta
a las mitocondrias del hígado como glutamina o como grupo amino de la alanina.
En el músculo los grupos amino generalmente se transfieren al piruvato formando alanina. La alanina
es una molécula importante en el transporte de grupos amino desde el músculo al hígado a través de la sangre.
Allí la alanina forma piruvato, punto de partida de la gluconeogénesis para retornar glucosa al músculo y libera
NH4+.
Después de la eliminación de los grupos amino por transaminación al α-cetoglutarato, los esqueletos
carbonados se oxidan a compuestos que pueden entrar en el ciclo de Krebs para ser oxidados a CO2 y H2O.
Las 20 rutas catabólicas de los aminoácidos convergen en 5 puntos de entrada al ciclo: acetil coenzima A, α-
cetoglutarato, succinil CoA, fumarato y oxalacetato. Algunos aminoácidos se degradan por más de una vía
y puede ser que partes diferentes de su esqueleto tengan destinos distintos.

Excreción de nitrógeno
El amoníaco es muy tóxico para las células. El hombre y la mayoría de los animales terrestres excretan
el nitrógeno amínico a través del ciclo de la urea en el hígado, por lo que se los denomina ureotélicos. La
formación de urea comienza en el interior de las mitocondrias de los hepatocitos y culmina en el citosol, con un
alto costo de ATP; luego la urea pasa, a través de la sangre, a los riñones y es excretada a través de la orina.
14
UNNOBA – INTRODUCCIÓN A LA BIOLOGÍA
Conversión energética
Las aves y los reptiles, que eliminan nitrógeno en forma de ácido úrico, son uricotélicos y otros
animales acuáticos, peces y renacuajos, lo hacen directamente en forma de amoníaco, son amoniotélicos.
Las plantas reciclan prácticamente todos los grupos amino y la excreción de nitrógeno es muy rara y no
sigue una ruta general.
El hábitat es un factor decisivo en el mecanismo de eliminación de nitrógeno y determina la ruta de la
excreción del mismo. Las bacterias y los protozoos directamente liberan NH3 al medio acuoso que las rodea,
donde se diluye. Los peces óseos lo eliminan a través de las branquias gracias al gran volumen de agua que
pasa a través de esas estructuras respiratorias.
Los organismos amoniotélicos no podrían vivir en un ambiente en el que el agua estuviese limitada,
hecho que se visualiza a través de la metamorfosis de los batracios, que en la fase de renacuajo tienen
branquias y son amoniotélicos y en la fase adulta se transforman en ureotélicos.
En aves o reptiles la disponibilidad de agua constituye un problema, ya que la excreción de urea a la
orina requiere la eliminación simultánea de una gran cantidad de agua, cuyo peso impediría el largo vuelo de
las aves migratorias, mientras que los reptiles que viven en ambientes áridos tienen que conservar el agua. En
su lugar estos animales eliminan ácido úrico, una purina, junto con las heces, como masa semisólida. En
muchas costas donde las aves marinas abundan hay depósitos de guano, constituido esencialmente por ácido
úrico, que se utiliza como abono, de modo que el N sea utilizado nuevamente por las plantas y los
microorganismos del suelo.

FOTOSÍNTESIS - CLOROPLASTOS
La energía solar entra en el mundo vivo, la biosfera, gracias al proceso de la fotosíntesis que realizan
los organismos productores, plantas, algas o bacterias. En la fotosíntesis, la energía electromagnética se
transforma en energía de enlace químico. Al mismo tiempo, una parte de la energía de la luz solar se
transforma en energía calorífica, y la liberación de este calor al entorno incrementa el desorden del universo y,
por consiguiente, impulsa el proceso fotosintético.
La mayor parte de los productores son fotoautótrofos, organismos que utilizan la luz como fuente
de energía para la fabricación de compuestos orgánicos a partir de CO2 y H2O. Cada año esos organismos
producen más de 200 mil millones de toneladas de nutrientes, una cantidad equivalente a 1017 kJ de energía
libre a partir de la luz solar. La energía química almacenada en estos nutrientes sirve de combustible para las
reacciones metabólicas que mantienen la vida en la Tierra.

Evolución de los procesos fotosintéticos


La luz consiste en unidades de energía, los fotones, cuyo contenido energético es inversamente
proporcional a la longitud de onda de la luz. La energía de la luz es capturada por moléculas que la absorben,
los pigmentos. La interacción de un fotón con determinada cantidad de energía con la molécula de un pigmento,
como la clorofila, excita un electrón que pasa a un estado de mayor energía. Cuando el electrón cae de nuevo a
un nivel de menor energía, la energía que se desprende puede impulsar reacciones químicas, facilitadas y
dirigidas por moléculas proteicas.
Probablemente una de las primeras reacciones impulsadas por la luz solar fue la generación de poder
reductor. Los átomos de carbono y de nitrógeno del CO2 y del N2 atmosféricos se hallan en estado oxidado e
inerte. Una manera de conseguir que sean más reactivos para que participen en las reacciones de biosíntesis
es reducirlos, esto es proporcionarles electrones. Esto se consigue en varias etapas. En la primera, se liberan
electrones de dadores débiles de electrones y se transfieren por medio de la clorofila a un dador fuerte de
electrones, a través de una reacción en la que interviene la luz. En el proceso de reducción el dador fuerte de
electrones se utiliza para reducir el CO2 o el N2.

Se cree que los organismos de la Tierra primitiva tenían acceso a una variedad de compuestos
producidos por procesos geoquímicos, de hecho una de las primeras fuentes de electrones en las reacciones
fotosintéticas fue el H2S, siendo el producto residual primario el azufre elemental. Más tarde se llevó a cabo el
proceso mucho más difícil, pero más rentable, de obtener electrones del H2O y entonces el O2 fue liberado en
grandes cantidades como producto residual y desde entonces la mayoría de las moléculas orgánicas requeridas
por los seres vivos son producidas por organismos fotosintéticos, incluyendo muchos tipos de bacterias.
Actualmente las cianobacterias son una vía principal a través de la cual el C y el N son transformados
en moléculas orgánicas, penetrando así en la biosfera. Constituyen los organismos más autosuficientes de los
que viven en la actualidad. Al ser capaces de “fijar” el CO2 y el N2 en moléculas orgánicas están capacitadas,
en primera instancia, para vivir únicamente del agua, del aire y de la luz solar. Es probable que los mecanismos
mediante los cuales lo consiguen hayan permanecido esencialmente constantes durante miles de millones de
años. La evolución de las cianobacterias a partir de bacterias fotosintéticas más primitivas hizo posible el
desarrollo de las formas aeróbicas de vida; se crearon las condiciones adecuadas para la evolución de otros
tipos de organismos más complejos.

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UNNOBA – INTRODUCCIÓN A LA BIOLOGÍA
Conversión energética
Los cloroplastos de las algas verdes y las plantas, que se desarrollaron más tarde, realizan la
fotosíntesis de una manera muy parecida a como lo hacen las cianobacterias, captando la luz solar en la
clorofila que está en fotosistemas de una de sus membranas.
Los cloroplastos guardan una estrecha semejanza con las cianobacterias, siendo similares en tamaño y
en la manera en que están apiladas sus membranas portadoras de clorofila. Esto ha sugerido claramente que
los cloroplastos comparten un ancestro común con las cianobacterias, y que evolucionaron a partir de
procariotas que pasaron a vivir dentro de células eucariotas.

Plástidos
Estas estructuras producen y almacenan productos nutritivos en las algas y todas las células vivas de
los vegetales. Todos los plástidos derivan de proplástidos, que son pequeños orgánulos presentes en las
células inmaduras de los tejidos meristemáticos, que son tejidos con activa división. Se desarrollan en función
de los requerimientos de cada célula y el tipo viene determinado en gran parte por el genoma nuclear.
Los etioplastos son plástidos de hojas crecidas en ausencia de luz que contienen un precursor de la
clorofila; cuando se exponen a la luz se desarrollan en cloroplastos. Los leucoplastos son plástidos que
aparecen en la epidermis y en muchos tejidos que no se vuelven verdes ni fotosintéticos. Los amiloplastos son
leucoplastos que acumulan almidón en los tejidos de reserva. Los cromoplastos contienen pigmentos.
Los cloroplastos contienen clorofila, un pigmento de color verde del cual hay varios tipos que difieren
ligeramente entre sí, que atrapa energía luminosa para la fotosíntesis. En las plantas terrestres las clorofilas
más comunes son las clorofilas a y b, pero en las algas hay otros tipos. También contienen una variedad de
pigmentos amarillos y naranjas, los carotenoides que absorben radiaciones luminosas en zonas del espectro
visible donde no absorben las clorofilas y por ello se denominan pigmentos fotosintéticos accesorios.

Etapas de transformación de un etioplasto (a) cuando se expone a la luz. En el centro de la fotografía se observa una estructura
(cuerpo prolamelar) que será el origen de los tilacoides. Luego de tan sólo un minuto de exposición a la luz el cuerpo prolamelar se
organiza en laminillas (b). Al cabo de otro minuto de exposición (c) comienzan a distribuirse las laminillas. Luego de 24 horas de
exposición a la luz (d) se observan los primeros grana (asociación de membranas tilacoidales). En (e) puede verse un granum
totalmente desarrollado.

Un alga unicelular puede contener sólo un gran cloroplasto, en tanto que la célula de una hoja puede
tener de 20 a 100. Se encuentran localizados principalmente en las células del mesófilo, tejido que se ubica en
el interior de la hoja.
Los cloroplastos son organoides complejos, en forma típica de disco, formados por dos membranas,
una externa altamente permeable y una interna mucho menos permeable, en la que están incluidas proteínas
transportadoras; entre ambas queda un estrecho espacio intermembrana. Pero la membrana interna de los
cloroplastos no está plegada en crestas ni contiene transportadores de electrones como la de las mitocondrias.
El espacio delimitado por la membrana interna,
el estroma, que es análogo a la matriz
mitocondrial, contiene enzimas encargadas de
producir las reacciones de la fotosíntesis que
no requieren luz o fotoindependientes, las
reacciones que convierten el CO2 en glucosa,
así como ribosomas, ARN y ADN. También
puede haber gránulos de almidón primario y
gotas de lípidos, que se acumulan en el
estroma como resultado de la biosíntesis que
allí ocurre.
Los genomas de cloroplastos de plantas no relacionadas y aún de algas verdes son casi idénticos. Sus
genes están involucrados en cuatro tipos de procesos: transcripción, traducción, fotosíntesis y biosíntesis de
aminoácidos, ácidos grasos y pigmentos. Todas las proteínas conocidas codificadas en el ADN de los
cloroplastos son partes de grandes complejos proteicos que también contienen una o más subunidades
codificadas en el núcleo y que se ubican en la membrana tilacoidal.
En los cloroplastos existe un tercer sistema de membranas que forman un conjunto de sacos discoides,
aplanados e interconectados entre sí, llamados tilacoides; se genera así un tercer compartimiento, llamado
espacio tilacoidal. En algunas zonas estos sacos se organizan en columnas llamadas grana. Cada granum se
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UNNOBA – INTRODUCCIÓN A LA BIOLOGÍA
Conversión energética
parece a una pila de monedas, en donde cada moneda corresponde a un tilacoide. Algunas membranas
tilacoides se extienden de un granum a otro. La membrana tilacoidal contiene todos los sistemas generadores
de energía de los cloroplastos; allí se encuentran la clorofila y otros pigmentos fotosintéticos, los
transportadores de electrones y las enzimas necesarias para las reacciones de la fotosíntesis que requieren
luz o fotodependientes, incluso una ATP sintasa que interviene en la síntesis de ATP.
Es importante señalar que los cloroplastos no son solamente sitio de síntesis y almacenamiento, las
plantas los usan para la compartimentación celular del metabolismo intermedio. El ATP y el poder reductor que
producen son utilizados, además de para la fase oscura de la fotosíntesis, en la síntesis de purinas y
pirimidinas, de muchos aminoácidos y toda la síntesis de ácidos grasos que se lleva a cabo en ellos, mientras
que en las células animales la producción de todos esos compuestos tiene lugar en el citosol.
Los procariotes fotosintéticos carecen de cloroplastos pero poseen pliegues similares a tilacoides, que
se presentan como extensiones de la membrana celular y se ubican en la periferia de la célula.

Etapas de la fotosíntesis
El resultado neto de la fotosíntesis se puede resumir en una ecuación global de oxidación-reducción en
la que el H2O cede electrones para la reducción del CO2 a glúcidos (CH2O).
luz
H2O + CO2 → (CH2O) + O2

En términos generales se pueden distinguir dos etapas distintas: fase luminosa y fase oscura.
Sol

H2O O2
reacciones activadas
por la luz

ATP NADPH

reacciones de la
fase oscura
CO2 AZÚCAR

En la primera etapa, la de las reacciones activadas por la luz o fase luminosa que sólo tiene lugar
cuando se iluminan las plantas, la radiación visible captada por la clorofila y otros pigmentos impulsa la
transferencia de electrones desde el H2O hasta el NADPH, y al mismo tiempo proporciona la energía necesaria
para la síntesis de ATP. En la segunda etapa, la fase oscura o de las reacciones de fijación de carbono que
tiene lugar tanto en la luz como en la oscuridad, se utilizan el ATP y el NADPH para impulsar una serie de
reacciones que llevan a reducir el CO2 del aire para formar glucosa y otros productos orgánicos.

¿De qué manera transducen las moléculas de pigmentos de las membranas tilacoides la energía
luminosa en energía química? La clave la dio un descubrimiento realizado en 1937 por Robert Hill, que
demostró que cuando se exponen a la luz extractos de hoja que contienen cloroplastos en presencia de un
aceptor de hidrógeno (A) no biológico se desprende O2, al tiempo que tiene lugar la reducción simultánea del
aceptor de hidrógeno, según una ecuación actualmente conocida como reacción de Hill.
luz
2 H2O + 2 A → 2 AH2 + O2
El aceptor de hidrógeno utilizado por Hill fue el colorante
diclorofenolindofenol, que en su forma oxidada es azul y en su forma reducida
es incolora. Cuando se ilumina el recipiente con la mezcla de reacción, el
colorante se decolora y se forman burbujas de O2. En la oscuridad no hay
reacción. Hill también demostró que la presencia de CO2 no es necesaria para
que la reacción tenga lugar y que si está presente no es afectado en la
reacción, concluyendo que la producción de oxígeno puede disociarse de la
reducción del CO2. Algunos años más tarde se encontró que el aceptor
universal en las plantas es el NADP+.

luz
2 H2O + 2 NADP+ → 2 NADPH + 2 H+ + O2

Comparación con la respiración


Los procesos en ambos organoides, la fotofosforilación en cloroplastos y la fosforilación oxidativa en
mitocondrias, son similares en tres aspectos: 1) hay un flujo de electrones a través de transportadores ligados a
membrana, como citocromos, quinonas y proteínas ferrosulforadas; 2) la energía libre liberada en ese
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UNNOBA – INTRODUCCIÓN A LA BIOLOGÍA
Conversión energética
transporte electrónico se acopla al bombeo de protones a través de una membrana impermeable generando un
gradiente electroquímico de protones y 3) ese potencial es la fuerza motriz para la síntesis de ATP a partir de
ADP y Pi por una ATP sintasa de la membrana.
Si se compara a los cloroplastos con las mitocondrias, ambos organoides transductores de energía, se
puede coincidir en que son similares en sus componentes principales; sin embargo, la membrana tilacoidal de
los cloroplastos contiene algunos componentes cruciales no encontrados en la membrana mitocondrial interna.
Entre esos componentes están los fotosistemas, en los que la energía es capturada y preparada para la
transferencia de electrones, de manera análoga a como hacen las fotocélulas en los paneles solares,
absorbiendo la energía luminosa y utilizándola para impulsar corriente eléctrica.
La fuerza motriz del electrón generada por los fotosistemas del cloroplasto impulsa el transporte de
electrones en dirección opuesta a la que ocurre en las mitocondrias, donde los electrones pasan del NADH al
O2 con formación de agua y liberación de energía libre. En la fotosíntesis los electrones son recogidos desde la
molécula de H2O produciendo O2 y son donados al NADP+ para dar NADPH, que luego reducirá al CO2 para
sintetizar carbohidratos. De esta forma, el cloroplasto genera O2 y carbohidratos, mientras que la
mitocondria los consume.
Otra diferencia central entre la fotofosforilación y la fosforilación oxidativa es que este proceso empieza
con un buen dador electrónico, el NADH, que tiene un potencial de reducción estándar de -0,32 V; mientras que
en la fotofosforilación el agua es un dador electrónico pobre, su potencial de reducción es 0,82 V, y entonces el
flujo electrónico “cuesta arriba” requiere el aporte de energía en forma de luz para crear un buen dador
electrónico.

Pigmentos fotosintéticos
Los más importantes son las clorofilas, pigmentos verdes con estructuras policíclicas que se parecen a
la protoporfirina de la hemoglobina, excepto que la posición central está ocupada por el Mg2+ en lugar del Fe2+.
La molécula está compuesta de cuatro anillos pirrólicos sustituidos y un quinto anillo no pirrólico. Además
contiene una larga cadena hidrofóbica de un alcohol, el fitol, esterificando a un ácido sustituyente de uno de los
pirroles. Los 4 átomos de N orientados hacia el interior de la molécula están coordinados con el Mg2+. El
sistema de anillos heterocíclicos tiene una estructura extendida con alternancia de enlaces sencillos y dobles,
enlaces conjugados, que constituyen el grupo cromóforo responsable de la absorción de luz.
Los cloroplastos de las plantas superiores contienen siempre dos tipos de clorofila. Una es
invariablemente la clorofila a, mientras que la segunda es en muchas especies la clorofila b, que sólo difiere
de la clorofila a en que tiene un grupo aldehído en lugar de un grupo metilo en el anillo II. La mayoría de las
plantas superiores contiene aproximadamente el doble de clorofila a que de clorofila b.
Además de las clorofilas, las membranas tilacoides contienen pigmentos accesorios. Los carotenoides
incluyen a los carotenos, no oxigenados, y a las xantofilas, de colores rojo al amarillo. Las ficobilinas son
pigmentos tetrapirrólicos pero no cíclicos presentes en algas rojas y en cianobacterias e incluyen a la
ficocianina (azul) y a la ficoeritrina (roja). Los pigmentos fotosintéticos accesorios de las plantas terrestres son
muy obvios en algunas, como la haya cobriza, y visibles en la mayor parte de los árboles cuyas hojas cambian
de color durante el otoño. Hacia el final de la estación de crecimiento, la clorofila se metaboliza y el Mg2+ se
almacena en los tejidos más permanentes de los árboles. Para entonces, las hojas de los árboles sólo quedan
con pigmentos accesorios.

La absorción de luz excita las moléculas


La luz es una pequeña parte de un gran espectro de radiación, el espectro electromagnético. Todas las
radiaciones de dicho espectro viajan a través de ondas. En un extremo del espectro se encuentran los rayos
gamma, cuya longitud de onda es muy corta (menor de un nanómetro). La longitud de onda es la distancia que
existe entre la cresta de una onda y la de la siguiente. En otro extremo del espectro se encuentran las ondas de
radiación de baja frecuencia, cuya longitud de onda es tan grande que puede medirse en kilómetros.
La luz visible es radiación electromagnética de longitud de onda entre 400 y 700 nm. Dentro del
espectro de la luz visible, el color violeta corresponde a la longitud de onda más corta, con fotones más
energéticos, y el rojo a la longitud de onda más larga, menos energética. La luz ultravioleta tiene una longitud
de onda aún más pequeña y el infrarrojo una longitud de onda incluso mayor.

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UNNOBA – INTRODUCCIÓN A LA BIOLOGÍA
Conversión energética

La capacidad de una molécula para absorber luz depende del ordenamiento de sus electrones
alrededor de los núcleos atómicos en su estructura. Cuando un fotón es absorbido ha de contener una cantidad
de energía, un cuanto, que iguale exactamente la energía de la transición electrónica. Una molécula que ha
absorbido un fotón se encuentra en estado excitado que, en general, es inestable. Los electrones elevados a
orbitales de energía superior usualmente vuelven rápidamente a su estado basal, dejando ir el cuanto de
energía en forma de luz de menor energía, fluorescencia, y calor o utilizándolo para realizar trabajo químico.

Espectro de acción de la fotosíntesis


El espectrofotómetro es un instrumento para medir
la cantidad de luz que puede absorber una sustancia, por
lo que da idea de la capacidad de los distintos pigmentos
para absorber diferentes longitudes de ondas luminosas.
El espectro de absorción de la clorofila a muestra dos
picos estrechos de máxima absorbancia en la zona del
azul violeta, aproximadamente 450 nm y en el rojo en los
680 nm; entre ambos picos casi no absorbe radiación por
lo que se percibe al ojo como verde. Aunque la clorofila b
también es verde, su espectro de absorción es ligeramente
diferente, lo que permite que ambos tipos complementen
sus gamas de absorción de la luz en la región visible.
Sin embargo, un espectro de absorción no indica
cuáles son las longitudes de onda más efectivas para la Espectro de absorción
fotosíntesis. La efectividad relativa de las diferentes longitudes de
onda en la fotosíntesis está dada por el espectro de acción de la fotosíntesis, que fue determinado en un
experimento biológico clásico.
En 1833 el biólogo alemán T.W. Engelmann, aprovechó la forma del cloroplasto de la Spirogyra, un
alga que se encuentra en forma de filamentos delgados en estanques de agua fresca. Cada una de las células
de Spirogyra contiene un cloroplasto verde esmeralda en forma de espiral. Engelmann supuso que si se
expusieran a un espectro producido por un prisma, la fotosíntesis se llevaría a cabo con mayor rapidez en
aquellos puntos en los que el cloroplasto fuera iluminado por los colores que la clorofila absorbe más
rápidamente. Sabía que durante la fotosíntesis se producía O2, y
que algunas bacterias tenían especial atracción por áreas de alta
concentración de O2. Por tanto, determinó el espectro de acción
observando hacia cuáles células de Spirogyra nadaban estas
bacterias y encontró que se dirigían a las localizadas en las
regiones azul y roja del espectro. El hecho de que las bacterias
no se dirigiesen hacia esas zonas en ausencia de la Spirogyra,
mostró que dichas bacterias no eran atraídas simplemente por
zonas en las que se absorbe la luz roja o azul, sino por la
presencia del O2 liberado durante la fotosíntesis.
El espectro de acción de la fotosíntesis muestra que la
luz azul y la roja son especialmente efectivas en este proceso,
sin embargo difiere un poco del espectro de absorción de la
clorofila pura, en particular en las plantas de colores fuertes. Esto
se explica en dos partes: primero, los cloroplastos contienen
pigmentos accesorios, como carotenoides y ficobilinas en
cantidades tan grandes que ocultan el color de las clorofilas y
absorben la luz verde que la clorofila refleja; segundo, y más
Espectro de acción específicamente, estos pigmentos accesorios transfieren su
energía de excitación de la luz verde a las moléculas de clorofila.
Al capturar luz en una región del espectro no utilizada por otras plantas, las algas rojas que presentan
ficobilinas pueden utilizar con mayor eficacia la luz verde del espectro. Esto constituye un importante
mecanismo de adaptación, ya que permite que vivan en hábitats acuáticos profundos, en donde la luz roja tan
efectiva para la fotosíntesis ha sido absorbida durante el paso de la luz a través del agua o por otros
organismos que viven por encima de ellas.

Fase luminosa
El proceso de conversión energética comienza cuando una molécula de clorofila es excitada por un
fotón, y un electrón se desplaza de un orbital molecular a otro de mayor energía. Esta molécula excitada es
inestable y tiende a volver a su estado original por una de tres vías:

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UNNOBA – INTRODUCCIÓN A LA BIOLOGÍA
Conversión energética
1. mediante la conversión de la energía extra en calor y/o luz de una longitud de onda más larga,
fluorescencia, tal como ocurre cuando la energía lumínica es absorbida por una molécula aislada de clorofila
en solución;
2. mediante la transferencia de energía, pero no del electrón, directamente a una molécula de clorofila vecina,
por un proceso denominado transferencia de energía por resonancia;
3. mediante la transferencia del electrón de alta energía a otra molécula cercana, un aceptor de electrones,
y retornando a su estado original tomando un electrón de baja energía de alguna otra molécula, un dador de
electrones.
Los dos últimos mecanismos desempeñan un papel esencial en la fotosíntesis.

La clorofila canaliza la energía absorbida a centros de reacción


Los pigmentos que absorben luz están ordenados en las membranas tilacoidales en conjuntos
complejos multiproteicos, los fotosistemas, que catalizan la transformación de la energía lumínica capturada
en energía útil. En los cloroplastos de espinaca cada fotosistema contiene unas 200 moléculas de clorofilas y
unas 50 de carotenoides. Todas las moléculas de pigmentos pueden absorber fotones pero sólo unas pocas
pueden transducir la energía lumínica a energía química.
Un fotosistema consiste en 2 componentes estrechamente unidos:
• un centro de reacción fotoquímico, que consta de un complejo proteico, que contiene quinonas, y varias
moléculas de clorofila que pueden actuar como transductores de energía,
• un complejo antena, formado por moléculas de pigmento que actúan como moléculas recolectoras de
luz o antenas cuya función es absorber energía lumínica y canalizarla a velocidad muy elevada al centro
de reacción en donde tienen lugar las reacciones fotoquímicas.

Los complejos antena son importantes para el aprovechamiento de la luz. Son agrupaciones de cientos
de moléculas de clorofila a o b ligadas a proteínas integrales de membrana (proteínas CAB) que las fijan
fuertemente sobre la membrana tilacoidal y que las orientan con respecto al plano de la membrana. Según la
planta, en cada complejo existen pigmentos carotenoides accesorios que ayudan a captar luz de otras
longitudes de onda.
Cuando una molécula de clorofila absorbe un fotón se excita y transfiere la energía por resonancia a
una molécula de clorofila vecina y retorna a su estado basal. El proceso se repite varias veces hasta que la
energía llega a un par especial de moléculas de clorofila en el centro de reacción fotoquímico. Por lo tanto, cada
complejo antena actúa a modo de embudo que recoge la energía luminosa y la dirige hacia un único centro de
reacción específico que la puede utilizar con eficiencia.
El centro de reacción fotoquímico es un complejo de pigmentos y proteínas transmembrana. Se cree
que se originó hace más de 3000 millones de años en una bacteria fotosintética primitiva. En el par especial de
moléculas de clorofila del centro de reacción se promueve el pasaje de un electrón a un orbital de energía
superior, de donde inmediatamente es cedido a un aceptor electrónico vecino que forma parte de la cadena de
transportadores de electrones que se hallan situados en el mismo complejo proteico, hasta llegar luego a dar
finalmente NADPH que es un dador fuerte de electrones en su forma reducida. La excitación por la luz produce
una separación de cargas e inicia una cadena de reacciones rédox.
Al mismo tiempo un dador débil de electrones cede uno de ellos para restablecer el “hueco electrónico”
que quedó en la clorofila; en los cloroplastos de las plantas superiores ese dador débil es el H2O, por lo cual en
la fotosíntesis de las plantas se libera O2 como producto secundario. Procesos que generan ATP y NADPH se
encuentran acoplados al flujo de electrones dependiente de la luz a lo largo de esta cadena.
Las membranas tilacoidales tienen dos tipos de fotosistemas, cada uno de ellos con su centro de
reacción y su conjunto de moléculas antena. Los dos fotosistemas tienen funciones distintas y
complementarias. El fotosistema I tiene un centro de reacción denominado P700 y una elevada proporción de
clorofila a en relación con la clorofila b. El fotosistema II, con su centro de reacción P680, contiene cantidades
aproximadamente iguales de ambas clorofilas y puede tener también un tercer tipo, clorofila c. Todas las
plantas superiores, algas y cianobacterias tienen ambos fotosistemas, pero las bacterias fotosintéticas que no
desprenden O2, sólo tienen el fotosistema I.

Fotofosforilación no cíclica
En las plantas y en las cianobacterias la fotosíntesis produce directamente tanto ATP como NADPH
mediante un proceso en dos pasos llamado fotofosforilación no cíclica. Dado que se utilizan dos fotosistemas
en serie, se considera que un electrón puede ser transferido por toda la vía desde el H2O hasta el NADPH y
parte de la energía liberada es desviada para la síntesis de ATP.
El proceso se inicia en el fotosistema II cuando la energía de excitación llega al centro de reacción
P680 que es activado a P680*. En un tiempo de picosegundos transfiere su electrón a una molécula de
feofitina (Ph) que es un tipo de clorofila sin Mg2+; ella lo cede a una plastoquinona, QA, y luego a otra, QB,
que están unidas a proteínas y que son capaces de tomar protones del medio. Cuando QB ha adquirido 4
electrones, toma 4 protones del medio y pasa a dos moléculas de su forma quinol (QBH2) totalmente reducida.

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UNNOBA – INTRODUCCIÓN A LA BIOLOGÍA
Conversión energética
Mientras tanto, el P680* ha de adquirir electrones para volver a su estado basal. Esos electrones
podrían provenir de un gran número de compuestos orgánicos o inorgánicos, pero el gran salto evolutivo lo
dieron los antecesores de las cianobacterias, que adaptaron el fotosistema II para aprovechar los electrones del
agua, el producto más abundante que existía. Para ello crearon un complejo partidor de agua, un complejo
enzimático que contiene cuatro iones Mn, que posibilita que los electrones sean eliminados de a uno, pasando
a un residuo de Tyr de la proteína del fotosistema II para finalmente rellenar los agujeros generados por la luz
en las moléculas de clorofila del centro de reacción.
Esta fotolisis del agua ocurre en el espacio tilacoidal. Pasan 4 electrones a 4 moléculas de P680 por
la absorción secuencial de 4 fotones, cada uno de los cuales produce la pérdida de un electrón del centro de
Mn, que entonces queda en condiciones de tomar 4 electrones del H2O, generando 4 protones y una molécula
de O2. Así pues, el fotosistema II cataliza la reacción:
2 H2O + 4 fotones → 4 H+ + 4e− + O2
Los electrones almacenados en QBH2 se transportan al P700 del fotosistema I a través de un conjunto
de proteínas de membrana conocidas como complejo del citocromo bf y de la plastocianina. El complejo del
citocromo bf contiene un citocromo b con dos grupos hemo, una proteína ferro-sulfurada y un citocromo f (del
latín frons, hoja). El complejo es muy similar al complejo II de la cadena respiratoria: recibe electrones de una
quinona y se los cede a una proteína soluble (la plastocianina, en el cloroplasto, en lugar del citocromo c de las
mitocondrias).
Al igual que en la mitocondria, también se bombean protones, pero desde el estroma hacia el interior
del espacio tilacoidal y el gradiente electroquímico resultante impulsa la síntesis de ATP por una ATP sintasa. El
aceptor final de electrones de esta cadena de transporte electrónico es el segundo fotosistema, el fotosistema I,
que acepta el electrón en el agujero que deja la luz en su centro de reacción.
Los procesos fotoquímicos que ocurren en el fotosistema I son similares a los que se han indicado para
el fotosistema II. La captura de un fotón por una de las moléculas antena y su traslado hasta el P700 origina
una molécula excitada, P700*, que transfiere su electrón a una serie de aceptores: A0 (forma especial de
clorofila similar a la feofitina del fotosistema II), A1 o filoquinona, una proteína hierro-sulfurada (Fe-S), la
ferredoxina (Fd), otra proteína ferro-sulfurada débilmente asociada a la membrana y finalmente la ferredoxina-
NADP+ oxidorreductasa, que transfiere los electrones al NADP+ y capturando un H+ del medio del estroma
forma NADPH. Como consecuencia de la cesión de un electrón, la molécula de P700 ha quedado con déficit
electrónico; la plastocianina una proteína soluble que contiene cobre y que pertenece al fotosistema II le cede
sus electrones.

En resumen, por medio de 2 pasos de activación electrónica, catalizados cada uno por un fotosistema,
un electrón es transferido desde el H2O que es un dador muy débil, hasta el NADPH que es un dador de
electrones muy fuerte. Un solo cuanto de luz visible no dispone de suficiente energía para activar un electrón
desde la base del fotosistema II hasta el extremo superior del fotosistema I, que sería la variación de energía
necesaria para transferir un electrón desde el H2O hasta el NADP+.
La ecuación global por la cual los electrones fluyen del H2O hasta el NADP+ es
2 H2O + 2 NADP+ + 8 fotones → O2 + 2 NADPH + 2 H+
El uso de 2 fotosistemas separados supone que queda suficiente cantidad de energía para que la
cadena de transporte electrónico que une los dos fotosistemas bombee H+ a través de la membrana tilacoidal,
lo que permite producir ATP a partir de ADP y Pi.
La dirección del bombeo de H+ es desde el estroma al compartimiento del lumen tilacoidal porque las
moléculas transportadoras que pasan los electrones desde el fotosistema II al I están asimétricamente
distribuidas en la membrana.
La enzima responsable de la síntesis de ATP en los cloroplastos es un complejo muy similar al de las
mitocondrias. CF0 es una proteína transmembrana que permite el pasaje de H+ homóloga a la F0 mitocondrial,
en tanto que la CF1 es un complejo de proteína periférica también homóloga a la F1 de las mitocondrias.
La microscopía electrónica demuestra que la CF1 se proyecta hacia el estroma, con lo que tanto la
orientación de la ATP sintasa como el sentido de paso de los protones son opuestos a los de las
mitocondrias. En consecuencia el ATP producido queda en el estroma, al igual que el NADPH, y serán
utilizados en la fase oscura de la fotosíntesis.

Comparando el flujo de protones y la orientación de la ATP sintasa en mitocondrias y cloroplastos, se


ve que tanto en la matriz mitocondrial como en el estroma, hacia donde se encuentra el sitio catalítico de la ATP
sintasa, el pH es 8.
Dado que el volumen del espacio tilacoidal es pequeño, la entrada de un número reducido de protones
tiene un efecto pronunciado sobre el pH, que alcanza allí a aproximadamente 5, lo que crea una diferencia con
el estroma de 3 unidades de pH, o sea que la concentración de protones interna es 1000 veces superior a la del
estroma, generando una importante fuerza motriz para la síntesis de ATP. Esa fuerza protón-motriz a través de
la membrana tilacoidal se debe casi totalmente a esa diferencia de pH, ya que la alta permeabilidad de esta
membrana al Mg2+ y a los Cl− permite que el flujo de estos iones disipe la mayoría del potencial de membrana.

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UNNOBA – INTRODUCCIÓN A LA BIOLOGÍA
Conversión energética
Las bacterias también contienen ATP sintasas muy similares en estructura y función a las de
cloroplastos y mitocondrias. El bombeo de H+ ocurre desde el citosol hacia el espacio entre la membrana
plasmática y la cubierta y el retorno a través de la ATP sintasa hacia el citosol genera allí ATP a partir de ADP y
Pi.

Fotofosforilación cíclica
En la fotofosforilación no cíclica, los electrones altamente energéticos que dejan el fotosistema II son
utilizados para generar ATP y son transferidos al fotosistema I para la producción de NADPH. Esto produce un
poco más de una molécula de ATP por cada par de electrones que pasan del H2O al NADP+. Pero para la
fijación del C se necesitan 1,5 moléculas de ATP por NADPH; entonces, para producir más ATP en algunas
especies, los cloroplastos pueden utilizar el fotosistema I de un modo cíclico, de forma que se produzca ATP en
lugar de NADPH.
En este proceso de fotofosforilación cíclica, los electrones cedidos por el P700 vuelven a él, pero
siguiendo un cortocircuito a través del sistema de citocromos. El pasaje de los electrones del P700 llega hasta
la ferredoxina, que en lugar de cederlos al NADP+ los remite al complejo del citocromo bf y de allí a la
plastocianina, de donde vuelven al P700. El único resultado neto, al igual que la conversión de una parte de la
energía lumínica en calor, es que se bombean protones a través de la membrana tilacoidal mediante el
complejo bf aumentando el gradiente electroquímico de protones que impulsa la ATP sintasa. En el proceso se
produce ATP pero no se forma NADPH y como no interviene tampoco el fotosistema II no se libera O2.
De esta manera, las actividades relativas de los flujos cíclicos y no cíclicos de electrones pueden
determinar cuánta energía lumínica se transforma en poder reductor y cuánta en enlaces fosfato de alta
energía.

Fase independiente de la luz o reacciones de fijación del carbono


Las plantas contienen en sus cloroplastos una maquinaria enzimática única para catalizar la conversión
del CO2 en compuestos orgánicos sencillos reducidos, proceso que se denomina fijación del CO2 o fijación
del carbono. El ATP y el NADPH producidos en las reacciones fotosintéticas fotodependientes se utilizan como
fuente de energía y de poder reductor, respectivamente. Las reacciones que dan lugar a la fijación y reducción
del CO2 forman parte de una ruta cíclica en la que se regeneran constantemente intermediarios clave. La ruta
se denomina ciclo de Calvin y se desarrolla en el estroma.
La reacción en que el CO2 y el H2O se combinan formando carbohidratos es energéticamente muy
desfavorable, en consecuencia esta síntesis debe estar acoplada a otras reacciones muy favorables que la
impulsen.

La fijación del CO2 tiene lugar en tres fases:


Fase 1. Fijación del CO2 en una unión orgánica y conversión en 3-fosfoglicerato. Se logra a través de la
condensación con una pentosa, la ribulosa 1,5-bisfosfato, formando 2 moléculas de 3-fosfoglicerato por
cada CO2 incorporado. La enzima que cataliza la incorporación del CO2 es la ribulosa-1,5-bisfosfato
carboxilasa (rubisco). Está constituida por 8 subunidades grandes y 8 subunidades pequeñas, con un PM
de unos 500 kDa. Está localizada en el estroma del cloroplasto, donde constituye alrededor del 50% de la
proteína total del cloroplasto, ya que tiene que haber muchas copias de ella pues es una enzima muy lenta
(transforma 3 moléculas de sustrato por segundo, a diferencia de una enzima típica que cataliza 1000
moléculas por segundo). Es la proteína más abundante de la biosfera y la enzima clave para la producción
de biomasa a partir de CO2. La enzima cataliza la incorporación del CO2 al compuesto rico en energía
ribulosa-1,5-bisfosfato y la rotura del intermedio inestable de 6 carbonos que se forma, genera 2 moléculas
de 3-fosfoglicerato. Tres moléculas de CO2 se condensan con otras 3 de ribulosa-1,5-bisfosfato para dar
lugar a 6 moléculas de 3-fosfoglicerato.
CH 2 O P

CH 2 O P CH 2 O P H C OH
O
O C O + C O C C OH CO O -
-O
H C OH C O +
+ H20 CO O -
H C OH H C OH
H C OH
CH 2 O P CH 2 O P
CH 2 O P
ribulosa 1,5 bisfosfato producto intermediario 3-fosfoglicerato

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UNNOBA – INTRODUCCIÓN A LA BIOLOGÍA
Conversión energética
Fase 2. Reducción del 3-fosfoglicerato a gliceraldehído 3-fosfato. Ocurre en dos pasos que básicamente
son el proceso inverso de la glucólisis. La diferencia estriba en que el cofactor necesario para la reducción
es el NADPH y no el NADH. El estroma del cloroplasto contiene el complemento total de enzimas
glucolíticos; estas enzimas del estroma son isoenzimas de las que se encuentran en el citosol. En el primer
paso el 3-fosfoglicerato es convertido a 1,3-bisfosfoglicerato por la quinasa correspondiente a expensas
del ATP; en el segundo la deshidrogenasa que requiere NADPH reduce al 1,3-bisfosfoglicerato a
gliceraldehído 3-fosfato con producción de fosfato inorgánico. De las 6 moléculas de 3-fosfoglicerato se
producen 6 moléculas de gliceraldehído 3-fosfato, con un gasto de 6 ATP y 6 NADPH y con la liberación
de 6 fosfatos.
Fase 3. Regeneración de la ribulosa-1,5-bisfosfato a partir de triosas fosfato. Dado que la primera reacción
del ciclo consiste en la fijación del CO2 a una pentosa difosfatada, se debe regenerar ésta constantemente
para que el flujo de CO2 a glúcidos sea continuo. Para ello se forman intermedios de 3, 4, 5, 6 y 7 carbonos
en un proceso que convierte triosas en pentosas. Cinco de las seis moléculas de gliceraldehído-3-fosfato
se utilizan para la regeneración de las 3 moléculas de ribulosa-1,5-bisfosfato. Después de una serie de
reacciones, en uno de cuyos pasos se pierden 2 Pi, se obtienen 3 moléculas de ribulosa 5-fosfato que a
expensas de 3 moléculas de ATP y por la acción de una quinasa regenerará las 3 moléculas iniciales de
ribulosa-1,5-bisfosfato.

El resultado neto del ciclo de Calvin es una molécula de gliceraldehído 3-fosfato por la fijación de 3
moléculas de CO2, con un gasto neto de 9 ATP y 6 moléculas de NADPH.
La fuente de ATP y NADPH son las reacciones luminosas ocurridas en el tilacoide. El balance de
fosfatos indica que se gastan 9 ATP y que se liberan otros tantos ADP, pero sólo se producen 8 fosfatos, ya
que el noveno queda incorporado en el gliceraldehído-3-fosfato. Ocho de los ADP se combinan luego en la
fotofosforilación con los 8 Pi para regenerar ATP, pero para convertir el noveno ADP en ATP hace falta importar
un Pi del citosol.
La membrana interna del cloroplasto es impermeable al pasaje de
intermedios fosforilados; sin embargo hay un transportador específico a nivel de
membrana, que cataliza el intercambio uno a uno de Pi por triosa-fosfato, la
dihidroxiacetona fosfato, en un ejemplo de cotransporte antiparalelo. Así, se
transporta Pi hacia el interior del cloroplasto, donde es utilizado en la fotofosforilación
y se transportan triosas fosfato hacia el citosol. El ATP y el NADPH no pasan la
membrana del cloroplasto; el sistema de cotransporte paralelo tiene el efecto
indirecto de trasladar ATP y equivalentes de reducción.

Como el producto que se forma en la etapa de fijación del CO2 del aire, el 3-
fosfoglicerato, tiene 3 carbonos al proceso fotosintético en estas plantas se
denomina fotosíntesis C3.

Destinos del gliceraldehído 3-fosfato


El gliceraldehído 3-fosfato producido en el estroma de los cloroplastos puede convertirse allí por una
isomerasa en dihidroxiacetona fosfato que en gran parte puede ser exportada al citosol por el transportador y
entonces puede:
a) convertirse en combustible a través de la vía glucolítica y el ciclo de los ácidos tricarboxílicos con
producción de energía, principalmente al transformarse de nuevo en gliceraldehído 3-fosfato, éste se
transforma rápidamente en 3-fosfoglicerato, generando un ATP y un NADH, por lo que se proporciona
carbono orgánico, ATP y poder reductor al resto de la célula.
b) transformarse en fructosa 6-fosfato y glucosa 1-fosfato mediante pasos inversos de la glucólisis, para dar
finalmente sacarosa, forma a través de la cual circulan los glúcidos en los tejidos de conducción de las
plantas; desde las hojas es así exportada a otros tejidos como fuente de moléculas orgánicas y de
energía para el crecimiento. En el proceso de conversión a sacarosa se liberan Pi, que son los que
vuelven por cotransporte antiparalelo al estroma, a medida que salen triosas fosfato.
La mayor parte del gliceraldehído 3-fosfato que permanece en el estroma puede convertirse mediante
reacciones inversas a las de la glucólisis en glucosa 1-fosfato y dar lugar a la síntesis de almidón por las
fosforilasas. La producción de almidón está regulada de tal manera que se produce y almacena en granos,
como polisacárido osmóticamente inerte, en el estroma del cloroplasto durante períodos de exceso de actividad
fotosintética. Durante la noche, el almidón es hidrolizado para proveer de energía a las necesidades
metabólicas de la planta.
En la oscuridad cesa la producción de ATP y NADPH por la fotofosforilación, por lo que también cesa la
incorporación del CO2 en triosa-fosfato. De allí el error de denominar “reacciones oscuras” a las reacciones de
fijación del CO2 que de hecho, no transcurren a velocidades significativas en la oscuridad en los organismos
fotosintéticos. Varias de las enzimas del cloroplasto que son necesarias para la fijación del carbono se inactivan
en la oscuridad y se reactivan por los procesos de transporte electrónico estimulados por la luz.

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UNNOBA – INTRODUCCIÓN A LA BIOLOGÍA
Conversión energética
Otras funciones de los cloroplastos
La importancia metabólica de los cloroplastos para las algas y las plantas se extiende más allá de su rol
en la síntesis de glúcidos. La síntesis de todos los ácidos grasos de la célula y varios aminoácidos es catalizada
por enzimas del estroma. De la misma forma, el poder reductor generado en la fase luminosa impulsa la
reducción de los nitritos a amoníaco, que provee nitrógeno para la planta a fin de sintetizar aminoácidos,
nucleótidos, clorofila y otros compuestos nitrogenados.

Fotorrespiración
La rubisco no es específica para el CO2, ya que el O2 compite con éste por el sitio activo de la enzima.
Aparentemente la evolución de la rubisco produjo un sitio activo incapaz de discriminar bien entre ambos
sustratos, quizás debido a que gran parte de la evolución tuvo lugar antes de que el O2 fuese un componente
importante de la atmósfera. El problema es que la condensación de la ribulosa-1,5-bisfosfato con el oxígeno no
permite la fijación de carbono, sino que se forma un intermediario inestable oxigenado que se descompone en
una molécula de 3-fosfoglicerato y otra de fosfoglicolato (de dos carbonos).
A través de un proceso en el que intervienen tres organelas (el cloroplasto, el peroxisoma y la
mitocondria), dos moléculas de glicolato (4 carbonos) son reconvertidas en 3-fosfoglicerato y CO2. En el
proceso total se consume O2 en los tres compartimientos celulares y se produce CO2, como en la respiración
(de ahí el nombre de fotorrespiración), pero el proceso es energéticamente desfavorable. El CO2 se libera sin la
producción de ATP o NADPH, por lo cual deshace el trabajo de la fotosíntesis. En las plantas C3, de un cuarto a
la mitad del C fijado se pierde en este proceso, principalmente en los climas cálidos.

Variantes de la fotosíntesis. Plantas C4


En el transcurso de la evolución se desarrollaron variantes en la
asimilación fotosintética del CO2. Una es la fotosíntesis C4 que tiene por función
retener CO2, evitando el derroche de la fotorrespiración.
Algunas plantas, llamadas plantas C4, son capaces de fijar CO2 muy
eficientemente mediante la formación intermedia de un compuesto de 4 carbonos,
el oxalacetato antes de utilizar el ciclo de Calvin. El mecanismo consiste en la
carboxilación de fosfoenolpiruvato (PEP) de 3 carbonos catalizada por la
fosfoenolpiruvato carboxilasa, para dar ácido oxalacético de 4 carbonos que se
reduce a ácido málico. Este luego en una segunda parte del proceso es
descarboxilado, proveyendo CO2 que es fijado por la rubisco en el ciclo de Calvin
para producir carbohidratos.
Las plantas C4 son abundantes en las regiones cálidas de los trópicos o
cultivadas en climas templados pero nativas de los trópicos, como maíz, sorgo, gramilla y caña de azúcar.
Las hojas de las plantas C4 difieren anatómicamente de las C3 en que alrededor del haz conductor las
células de la vaina del haz forman una especie de corona y
en ellas hay cloroplastos grandes diferentes a los del
mesófilo. Tales células son impermeables al CO2. El ciclo de
Calvin se realiza en las células de la vaina y las reacciones
de la vía C4 se llevan a cabo en las células del mesófilo,
dando un claro significado funcional a la diferencia
anatómica.

Las dos partes del proceso variante de la


fotosíntesis ocurren simultáneamente bajo condiciones de
luz, pero en distintos compartimientos. En el citoplasma de
las células del mesófilo el CO2 incorporado del aire se fija
primero sobre el PEP ya que en estas células hay PEP
carboxilasa que está ausente en la vaina del haz. Se
produce oxalacetato que se reduce a malato en presencia
de NADPH producido en la fotosíntesis.
El malato que entra inmediatamente en las células
de la vaina sufre una descarboxilación oxidativa
produciendo CO2, piruvato y NADPH + H+. El CO2 es fijado
en el ciclo de Calvin ya que sus enzimas sólo existen en los
cloroplastos de estas células. El piruvato regresa a las
células del mesófilo donde es transformado nuevamente en
PEP con gasto de 2 ATP.

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UNNOBA – INTRODUCCIÓN A LA BIOLOGÍA
Conversión energética
El CO2 entra en la hoja a través de los estomas, los cuales se abren y cierran en respuesta a factores
como el contenido de agua y la intensidad de la luz. Cuando los estomas se cierran, el abastecimiento de CO2
disminuye y en las plantas C3 la fotosíntesis disminuye de modo considerable. Las reacciones de la vía C4
incrementan la fijación de CO2, de manera que aún en circunstancias adversas, la fotosíntesis, y por ende el
crecimiento de la planta, se lleva a cabo con gran eficiencia.

El proceso de la fotosíntesis C4 asegura una gran concentración de CO2 en las células de la vaina del
haz, unas 15 a 20 veces mayor que la del aire. Esto asegura que la rubisco utilice preferentemente CO2 y no O2
por lo que se inhibe la fotorrespiración. Por otra parte, la planta puede captar más CO2 pues la fosfoenolpiruvato
carboxilasa tiene mayor afinidad por el CO2 que la rubisco.
El costo energético de la fotosíntesis C4 es mayor que el de la C3; mientras en las plantas C3 se utilizan
18 ATP para generar una molécula de glucosa, en las C4 se necesitan 30 ATP. Sin embargo, las plantas C4
tienen ventaja selectiva en sus nichos ecológicos donde el gran abastecimiento lumínico y por lo tanto la
producción fotosintética de ATP no ofrecen problema. Sí es problemático el abastecimiento de agua, pero
gracias a su particular modo de fotosíntesis las plantas C4 se pueden permitir cerrar sus estomas casi por
completo durante largos plazos y así disminuir la transpiración.
Las plantas C4 tienen alta velocidad fotosintética, alta velocidad de crecimiento, baja o nula velocidad
de fotorrespiración y baja velocidad de pérdida de agua. El rendimiento de los cultivos de plantas C4 es dos o
tres veces más alto que el de plantas C3.

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