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Seminario de Teorías de la Comunicación Audiovisual y de Historia y Representación Social de la Imagen.

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE QUILMES


MAESTRÍA Y ESPECIALIZACIÓN EN COMUNICACIÓN DIGITAL
AUDIOVISUAL – 2023

Asignatura: Teorías de la Comunicación Audiovisual / Historia y Representación Social


de la Imagen.
Docente: Alfredo Alfonso
Clase Nº 1

Precisiones conceptuales

Para entender el concepto de representación debemos situarnos a fines del siglo


XIX, en el momento que la idea de mimesis, entendida como adecuación a la
percepción entendida como natural del ojo –y sus correlatos: la perspectiva, el realismo,
la autenticidad –, se vio trastocada por las tendencias referenciales que expresaban
desde el Impresionismo a la Secesión – y luego por las Vanguardias estéticas de
principios del siglo XX, que se plantearon prioritariamente como movimientos contra la
representación.

Si pensamos en el movimiento dadaísta, el cubismo, el futurismo, el


expresionismo o el surrealismo, lo que estaba en juego era justamente la ruptura con lo
establecido como norma, como canon, se produce una intervención sobre la mirada
hegemónica y su sentido perceptivo. Se establece una ruptura con la idea del arte como
“reflejo” de la vida (esencialmente, la vida burguesa), y se exploran las formas, el color,
las texturas, los temas, autonomizados en su propias lógicas, en la potencialidad
expresiva de nuevos lenguajes capaces de dar cuenta de aquello que corroía el sistema-
la automatización, la guerra, la especulación, la hipocresía - y que llevaba al arte, en un
movimiento inverso, a querer “cambiar la vida”.

Las vanguardias modificaron la lectura de imágenes, situando los modos de ver


en un no lugar entre lo abstracto y lo irrepresentable y el pensamiento contemporáneo
simbólico/semiótico - y más allá de los diversos “retornos” del objeto y de la figuración
– enfatiza tanto la crítica al iconismo como simple “semejanza” como la primacía de las
formas de representación por sobre las cualidades “intrínsecas” del objeto representado
(Arfuch).1

Desde una perspectiva crítica, Baudrillard a fines de la década de 1970,


anunciaría la victoria completa de la imagen, el desfallecimiento de la “realidad” que
ella vendría a representar y, entonces, la liberación definitiva del mecanismo de la
representación sin original, ni referencia, ni nada, el puro simulacro. Por el contrario
para Derrida, hay sólo representación (o escritura), pero sin original, sólo modos de
significación que circulan en intertextualidad sin significado “propio” ni contexto ideal.
En cierta sintonía la cuestión se replantea asimismo desde los estudios culturales: “las
cosas no significan, somos nosotros los que construimos significados usando sistemas
representacionales, esto es, conceptos y signos” (Hall).

1
Arfuch, Leonor, “Representación”, en Términos críticos de sociología de la cultura, Carlos
Altamirano (director), Paidós, Buenos Aires, 2002, pp 206-209.
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Por su parte, el término “representación social” se encuentra delimitado


conceptualmente a partir del referente como podrían ser las informaciones o las
opiniones, o las imágenes. Las denominadas “representaciones sociales” son
interpretaciones que en el marco de la vida cotidiana establecen significados. Las
representaciones sociales se reconocen de manera convencional y vincula significados a
imágenes.

La relación de los intelectuales con los grupos dominantes es compleja,


especialmente en aquellas sociedades en las que la dominación burguesa, por la
debilidad de sus fuerzas, debió recurrir a un personal gubernamental provisto por las
viejas clases, o cuando, por esa misma debilidad, “el portador de las nuevas ideas no es
el grupo económico sino la capa intelectual”. En ese caso, agrega en el mismo párrafo,
“la concepción del estado (…) cambia de aspecto: es concebido como una cosa en si,
como un absoluto racional. El problema puede ser planteado de este modo: siendo el
estado la forma concreta de un mundo productivo y siendo los intelectuales el elemento
social del cual se extrae el personal gubernamental, es propio del intelectual no anclado
fuertemente en un grupo productivo el presentar al estado como un absoluto: así, es
concebida como absoluta y preeminente la función misma de los intelectuales y su
existencia y dignidad histórica es relacionada abstractamente. Así ocurre que muchos
intelectuales piensan que ellos son el estado: creencias que, dada la masa imponente de
la categoría, tiene notables consecuencias y lleva a complicaciones desagradables para
el grupo fundamental económico que realmente es el estado. Cada proceso histórico de
conformación de las relaciones entre intelectuales y clases dominantes es particular, y
de esa particularidad derivan las características de la dominación política. A partir del
caso francés, único en el que ve “un tipo de desarrollo armónico de todas las energías
nacionales y especialmente de las categorías intelectuales” Gramsci analiza una serie de
casos (Italia, Alemania, Inglaterra, Estados Unidos, China, Japón, América Latina),
“con la advertencia de que estas observaciones deberán ser controladas y
profundizadas”, que expresan diferentes modos de desarrollo de la relación
intelectuales- clases dominantes, especialmente (pero no sólo) como procesos de
construcción de burocracias estatales modernas. (Portantiero)2

Intelectual mediático o como lo caracteriza Pierre Bourdieu en Sobre la


Televisión “fast thinker”, “uno de los mayores problemas que plantea la televisión es el
de las relaciones entre el pensamiento y la velocidad…. Hay que preguntarse, en efecto,
como son capaces de responder a estas condiciones absolutamente particulares, cómo
consiguen pensar en unas condiciones en las que nadie es capaz de hacerlo. La
respuesta, me parece, es que piensan mediante “ideas preconcebidas” de que habla
Flaubert son ideas que todo el mundo ha recibido, porque flotan en el ambiente
“tópicos”.

Si la televisión privilegia a cierto número de fast thinkers que propone fast food
cultural, alimento cultural predigierido, prepensado, no es sólo porque (y eso también
forma parte de la sumisión a la urgencia) cada cadena tiene un papel de expertos,
siempre los mismos, evidentemente hay también serviciales bustos parlantes que
eximen de la necesidad de buscar a alguien que tenga verdaderamente algo que decir.”
(39-40)

2
Portantiero, Juan Carlos, “Estado y Crisis en Gramsci”, en Los usos de Gramsci, Grijalbo,
Buenos Aires, 1999, pp 49-68.
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Al respecto, desde una reflexión pensada en la lectura, Ricardo Piglia refiere a


que en la era digital es la velocidad la que predomina, pero la dinámica de lectura y su
reflexión siguen teniendo el mismo tempo que en sus orígenes.

Modelos de intervenciones críticas

La entrevista que le realiza el colectivo de trabajo “La Grieta” en 1995 a David


Viñas nos sirve a los fines de comprender que las lecturas críticas, es decir las distintas
doxas que se puedan elegir o desde las que se puedan abordar, y que van a definir la
operación de intervención. Desde su reflexión, Viñas propone cuatro modelos para
interpretar los niveles de adecuación o compromiso de intelectuales argentinos a lo
largo de la historia de nuestro país.

Este material nos sitúa en una dimensión epistemológica de la tarea intelectual,


no ya de este seminario sino del lugar donde nos colocamos para observar la realidad
social. En este texto que propone una lectura crítica desde Viñas, sobre la epistemología
del observador crítico, podemos detectar la contribución a los fines del seminario acerca
de dónde vamos a establecer nuestra estrategia de lectura de las representaciones
sociales de la imagen.

En este mapa, seleccionado, que presenta Viñas, siempre está presente una clave
del lugar epistemológico; el contexto social en que se inscriben las lecturas. Es así que
Lavardén, Lugones, Walsh o Grondona se interpretan desde el momento en que sus
intervenciones producen sentido.

Como intelectual, se entiende a la capacidad de inteligir por voluntad y


capacidad propia acerca de los datos de la realidad y en términos gramscianos a los que
refiere Viñas (sin nombrarlos) los modelos de intelectual responden a los distintos
compromisos en los que se inscribe su pensamiento.

Este ejercicio nos permitirá establecer a priori un mapa de intervenciones


actuales acerca de la realidad social o del fragmento de realidad social a que refieren los
intelectuales de nuestro país en la actualidad, muchos de ellos enmarcados en el modelo
de intelectual mediático al que refiere Viñas.

Por último, en la introducción al libro Teorías del cine, de Robert Stam,


encontramos las estrategias posibles a las que el autor confiesa haber recurrido como
posibilidad para pensar su producción. Este material nos sirve como aplicación práctica,
in situ, de la “mirada del observador que construye su objeto”.

Introducción al Seminario

En este primer encuentro trabajaremos desde la dimensión epistemológica de la


asignatura, es decir desde dónde vamos a “leer” las representaciones sociales de la
imagen. La vamos a abordar desde un texto sobre literatura que organiza la profesora
Susana Cella y para comprenderlo en términos de su importancia en la intervención
social, lo vamos a trabajar desde una entrevista que se realizó al escritor David Viñas en
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donde analiza los modelos de intelectual argentinos y en la Introducción del libro


Teorías del Cine del investigador estadounidense Robert Stam.

Cuando se aborda el enfoque metodológico lo que se intenta delimitar es la doxa


con la que observamos un objeto, el punto de vista del observador. En el caso de este
seminario nuestra doxa va a ser la mirada crítica. Esta mirada crítica construye
referencias sobre nuestro objeto, las representaciones sociales de las imágenes según los
momentos históricos, los contextos sociopolíticos y los procesos en las que se inscriben.

Este encuentro introductorio se debe comprender como un ejercicio teórico para


entender conceptualmente la aplicación del concepto de crítica, que tomamos de la
literatura, debido a que el material que presenta el texto se ajusta más a los intereses del
seminario que otros materiales específicos audiovisuales.

Las miradas críticas que abordan los autores (Ferro, sobre Walsh; o
Schwartzman, sobre Viñas) nos permitirá establecer, recuperar y diagnosticar un estado
de la crítica sobre los autores que ellos abordan desde los contextos determinados por su
enfoque teórico, ideológico y el contexto político de los ’90 que es la dimensión
temporal de publicación de los artículos.

Nuestro ejercicio consistirá fundamentalmente en detectar y considerar el modo


en que Ferro interviene sobre las relecturas de Walsh, cómo organiza su texto, a qué
otros autores cita, que destaca en estas citas y, en definitiva, cómo organiza su propia
intervención en términos estructurales.

El mismo ejercicio de deconstrucción textual lo realizaremos con el texto de


Julio Schwartzman. Una vez que se finalice con estas operaciones se podrán establecer
dimensiones comparativas que nos permitan aplicar nuestra doxa, la crítica sobre el
material analizado que, a su vez, produce sentido a partir del análisis de la obra de los
autores seleccionados.

La finalidad de este ejercicio consiste en comprender el modo que vamos a


desarrollar a lo largo del seminario nuestras intervenciones acerca de las
representaciones de las imágenes, lo que nos lleva a una primera conclusión: “toda
imagen que se produce es una imagen que representa a la realidad” (B. Nichols) por lo
tanto reúne una autoría que interviene en el contexto socio-histórico y político del que
da cuenta. Entendemos así que el Walsh que narra Ferro o el Viñas que narra
Shwartzman se pueden asimilar conceptualmente, de manera teórica y, forzando el
análisis, comprender la representación social (o la construcción de realidad) que
proponen, por ejemplo, cada mediodía o cada noche, los noticieros televisivos sobre los
sucesos cotidianos.

Como primer ejercicio crítico audiovisual, se propone una lectura sobre dos
fragmentos. El primero, referido al ciclo “El Visitante” conducido por Fabián Polosecki
y emitido por el entonces ATC en 1994 y el segundo, del ciclo “Ser Urbano”, conducido
por Gastón Pauls en 2004.

Luego de haber leído los textos sobre Walsh y Viñas, la entrevista a David
Viñas y la introducción de Stam, desarrollar un ensayo crítico de cuatro páginas
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sobre qué les representa los fragmentos audiovisuales de Polosecki y Pauls


vinculándolos con los textos escritos y la entrevista.

Para enviar este trabajo tienen el plazo de tres semanas, es decir, que el límite
final de envío (a mi cuenta de E-mail: aalfonso3@uvq.edu.ar) es antes de que habilite
la clase 4 el 20 de julio.

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