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Hannah Arendt ‘’Destripando el mal’’ (14/10/1906 –

4/12/1975)

Integrantes: Vicente Leal, Javiera Zapata y Martín


Serrano.
Curso: III medio B.
Profesora: Constanza Cárcamo.
Índice
Portada………………………………….1
Índice……………………………………2
Introducción…………………………….3
Hipótesis………………………………..4
Hipótesis………………………………..5
Conclusiones…………………………..6
Conclusiones…………………………..7
Biografía………………………………..8
Bibliografía……………………………..9
Introducción

Hannah Arendt es una de las figuras más importantes del pensamiento


político del siglo XX. A la filósofa que no quería que la llamaran
filósofa, la filosofía la atrapó en la adolescencia. Hannah Arendt
reflexionó acerca del totalitarismo, el holocausto y las circunstancias
que pueden llevar a un ser humano normal a cometer atrocidades, y
dejó para la historia su teoría de la banalidad del mal. Ella lo sintió de
cerca: era judía, huyó de Alemania y de un campo de concentración en
Francia, y fue testigo del juicio contra uno de los responsables del
exterminio. La vida y sus paradojas hicieron que años atrás se
enamorara del que llego a ser el filósofo del nazismo.
Cuando el 11 de abril de 1961 comenzó el juicio en Jerusalén (Israel)
contra Adolf Eichmann, teniente coronel de la SS nazis y principal
responsable de las deportaciones masivas que acabaron con la vida
de mas de 6 millones de judíos y provocaron 15 millones de víctimas si
sumamos los que sobrevivieron, pero sufrieron el infierno de los
campos de exterminio, el interés y la expectación eran máximos. Por
todo. Por la magnitud del delito, por la inmensa crudeza y gravedad de
los crímenes, por el secuestro previo de Eichmann por parte de los
israelíes, el 11 de mayo de 1960, en Argentina, donde vivía bajo la
identidad falsa de Ricardo Klement. Yo soy Adolf Eichmann, les dijo a
sus captores. Lo retuvieron durante 9 días, lo drogaron y lo deportaron
saltándose las leyes. Tenía 2 opciones: morir o ser juzgado en
Jerusalén. Y tuvo las dos: primero el juicio, en el que fue sentenciado a
la horca, y así murió el 31 de mayo de 1962 en Tel Aviv.
Hipótesis: ¿No nos parece un pensamiento muy vivo,
cada vez que aparece un asesino, un maltratador, un
violador en las noticias y oímos a sus vecinos diciendo
eso de que era una persona normal?

-En aquella primavera de 1961 en Israel, con Eichmann sentado ante


el juez, estaba Hannah Arendt, siguiendo el proceso como
corresponsal de la revista estadounidense The New Yorker. Y allí
surgió su banalidad del mal. Imprescindible en la historia del
pensamiento, en su relato sobre el juicio y la personalidad del acusado
que luego acabaría adoptando forma de libro: ‘’Eichmann en
Jerusalén, al que puso el subtítulo de sobre la banalidad del mal’’.
-Pensemos pues, en esas personas ‘’normales’’ capaces de cometer
actos atroces. Y, ya puestos, pensemos más. Pensemos en las
personas que no se consideran culpables de forma individual de un
mal colectivo, aunque hayan participado o formado de alguna manera
en él, que piensan que sus actos son solo un insignificante grano de
arena, que únicamente obedecen y ejecutan planes trazados por ‘’los
de arriba’’. Pensemos en los que se ven a sí mismos como un mínimo
eslabón sin poder de decisión y, por tanto, sin responsabilidad en una
cadena mucho mayor en la que hay otros por encima que son los que
deben rendir cuentas y dar explicaciones. Y ahí, en esa obediencia sin
reflexionar sobre las consecuencias de los mandatos, en esa forma de
trivializar las actuaciones propias que, sumadas, llevan al mal final, en
ese pensar ‘’que más da lo que hago yo si no tiene importancia…’’, en
ese ‘’pero si yo solo soy una persona normal…’’ ¿hay culpa?
-Adolf Eichmann, el <<arquitecto del holocausto>>, el nazi que
favoreció, propició y permitió la muerte y el sufrimiento atroz de
millones de personas, no se sentía culpable ni responsable de
semejante horror. Él se veía a sí mismo inocente y así se declaró. Él
hacia su trabajo. Nada más. No pensaba, no planificaba, no construía.
‘’Mi cometido era solo de técnico de transportes’’, se defendía.
-Hannah Arendt sacudió al mundo reflexionando y haciéndole
reflexionar sobre el papel de la responsabilidad individual en los actos
de cada ciudadano, no existiendo una responsabilidad ‘’colectiva’’ o
una ‘’maldad intrínseca’’.
Fue como si en aquellos últimos (Eichmann) resumiera la lección que
su larga carrera de maldad nos ha enseñado, la lección de la terrible
banalidad del mal, ante la que sus palabras y el pensamiento se
sienten impotentes (Eichmann en Jerusalén).

Ni monstruo, ni loco, ni enfermo


Eichmann, relata Arendt, no respondía a los rasgos de un monstruo ni
de alguien mentalmente enfermo. Su motor no fueron la locura ni la
maldad, sino funcionar dentro de un sistema establecido basado en el
exterminio. Otros dicen qué y cómo y yo lo hago. Punto. Eichmann,
dice Arendt, hizo lo que hizo actuando como un burócrata, como un
simple ejecutor, como una marioneta banal, solo guiado por el deseo
de hacer lo que debía, lo que estaba estipulado. No tenía sentimiento
del bien o el mal en sus actos, señala Hannah. La filósofa dibujo un
minucioso retrato de Eichmann como un burgués solitario cuya vida
estaba desprovista del sentido de la trascendencia, y cuya tendencia a
refugiarse en las ideologías le llevó a preferir la ideología nacionalista
y aplicarla hasta el final. Lo que quedó en las mentes de personas
como Eichmann, dice Arendt, no era una ideología racional o
coherente, sino simplemente la noción de participar en algo histórico,
grandioso, único.
-Para Arendt, Eichmann no actuó movido por la locura ni la maldad, si
no que trabajó y funcionó dentro de un sistema establecido basado en
el exterminio.
Conclusiones

1. ¿Puede una persona supuestamente normal cometer


semejantes atrocidades?
Todas las personas sometidas a presión y convenientemente
adiestradas podríamos cometerlas, sería la respuesta de Arendt. En
su opinión, fueron los acontecimientos los que hicieron que
Eichmann desarrollara ese odio hacia los judíos. En determinadas
circunstancias, el mal es el resultado de los actos de personas
normales que se encuentran en situaciones anormales.

2.- Hannah Arendt es una de las pensadoras más influyentes en el


análisis del totalitarismo.
Su experiencia como judía le permitió reflexionar sobre los límites
de la comprensión frente a la condición humana ante escenarios de
guerra. Arendt analiza tanto el problema de los regímenes
totalitarios, como también el tema del mal, específicamente, el mal
radical y la banalidad del mal; concepto que será significativo para
acercarse a entender la dinámica del régimen nazi. Al respecto, el
significado de la banalidad del mal, se establece en la forma que el
hombre pierde toda facultad del pensar y reflexionar sobre los actos
a los que son enfrentados. En Arendt esta ausencia de
pensamiento es entendida como la forma en como los seres
humanos aceptan irreflexivamente cualquier criterio, por más
inhumano que este sea; a su vez, la filósofa judía pretende analizar
este fenómeno a través de la comprensión como ejercicio
fundamental del entendimiento.

3.- La gente pensaba que Hannah Arendt defendía a Adolf


Eichmann…..
Y como no…. Si estas palabras de Hannah valieron muchas críticas
para ella a quien se acusaba injustificadamente de defender a
Eichmann, considerado un criminal de guerra alemán. Él fue el
encargado de organizar la logística de los transportes del
holocausto, coordinando su deportación y la construcción de
cámaras de gas. Es caracterizado por ser un funcionario
responsable que cumplía con el deber que se le encomendaba.
Hannah Arendt nos hace ver que Eichmann no era una especie de
genio del mal, y que muchos de nosotros, en determinadas
circunstancias podríamos realizar actos tremendamente malvados o
inhumanos por cumplir con nuestro ‘’trabajo’’, a esto lo llamó la
banidad del mal. Por aquel pensamiento fue criticada fuertemente.

Biografía Hannah Arendt


(Hannover, 1906 – Hueva York, 1975) Filósofa alemana. De
ascendencia judía, Hanna Arendt estudió en las universidades de
Marburgo, Friburgo y Heidelberg, y en esta última obtuvo el
doctorado en filosofía bajo la dirección de Karl Jaspers. Con la
subida de Hitler al poder (1933), se exilió en París, de donde
también tuvo que huir en 1940, estableciéndose en Nueva York. En
1951 se nacionalizó estadounidense.
En los orígenes del totalitarismo (1951), su obra más reconocida,
sostiene que los totalitarismos se basan en la interpretación de la
ley como ‘’ley natural’’, visión con la que justifican la exterminación
de las clases y razas teóricamente ‘’condenadas’’ por la naturaleza
y la historia. Otras obras suyas son: La condición humana (1958)
Eichmann en Jerusalén (1968), Sobre la violencia (1970) y La crisis
de la república (1972). Conocida principalmente como ensayista
política, Hannah Arendt también fue una crítica literaria sutil y
atenta. Entre 1924 y 1929 cursó estudios de filosofía y teología.
Obligada a abandonar a la Alemania hitleriana en 1933, se trasladó
a Francia. Durante la segunda guerra mundial, tras la ocupación
alemana de Francia (1940), fue internada con otros emigrados;
consiguió huir y se instaló en Estados Unidos. Allí colaboró en
numerosas revistas y, tras haber sido invitada sucesivamente por
las universidades de Berkeley y Chicago, enseñó teoría política en
la School for Social Research de Nueva York.
Autora de numerosas obras, se dio a conocer en 1951 con un
trabajo titulado Los orígenes del totalitarismo, en el que, mediante
el análisis del imperialismo del siglo XX, intentaba reconstruir las
vicisitudes histórico-políticas que desembocaron en el
antisemitismo. De todos modos, este aspecto fundamental de su
obra siempre se halla inserto en el cuadro de una reflexión más
general sobre la noción de política en el mundo moderno, como
sucede en ‘’La condición humana (1958)’’, obra en el que la autora
se interroga sobre los núcleos esenciales de los conceptos políticos
clave, como la democracia, poder, violencia o dominio.

Bibliografía
https://ciencia.lasalle.edu.co/cgi/viewcontent.cgi?
article=1119&context=filosofia_letras
https://filco.es/hannah-arendt-destripar-mal/
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/arendt.htm
https://es.scribd.com/document/499356374/APROBADO-Filosofia-
1BGU-La-banalidad-del-mal

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