Está en la página 1de 2

Julieta Mi Tío Cena familiar santiaguina

Los papás de la Julieta vienen hoy día a Mi tío camina como si el pasado le doliera, Y la cámara lenta se encendió igual que el
verla. Ella se alisó el pelo y se pintó los literalmente: un día le duelen los gritos de mi otro día. Vi venir hacia mí el brillo de la
labios. Ahora no para de mirarse al espejo y abuela en una pierna. Los martes le duele la copa, cómo el burdeo del vino teñía el
de poner caras. Se da un par de vueltas en dictadura en las manos, dice que es porque piso, los pedazos de vidrio recién
la celda y vuelve a sentarse. Desde que supo le pusieron corriente. Los viernes le duelen esquivados por toda la cocina, mi madre
los ojos, por el perro que se murió el año paralizada con sus ojos de lechuza, el olor
que venían que anda nerviosa. Yo sé que
pasado. Los sábados le duele el corazón, por del microondas calentando las lentejas y
son evangélicos, pero no es pa’ tanto. Le
todas las veces que mi abuelo le pegó el sonido de la cancioncita de las noticias.
pregunto si acaso estaba ansiosa por verlos. curado. A veces pienso que, si el alma fuera Menos mal me puse el pijama y no se
«No, mi amor», me responde, «estoy un órgano, también le dolería. Los domingos, ensució el uniforme, pensé. Papá, mejora
pensando en cómo les explico esto en que eso sí, amanece sano: dice que nada malo le tu puntería.
se convirtió su Julito». ha pasado un domingo. Paula Oyarce, 22 años, Puente Alto.
Tania Lagos, 26 años, Santiago Rayen Bravo Vergara, 25 años, Curicó.
Julieta Mi Tío Cena familiar santiaguina
Los papás de la Julieta vienen hoy día a Mi tío camina como si el pasado le doliera, Y la cámara lenta se encendió igual que el
verla. Ella se alisó el pelo y se pintó los literalmente: un día le duelen los gritos de mi otro día. Vi venir hacia mí el brillo de la
labios. Ahora no para de mirarse al espejo y abuela en una pierna. Los martes le duele la copa, cómo el burdeo del vino teñía el
de poner caras. Se da un par de vueltas en dictadura en las manos, dice que es porque piso, los pedazos de vidrio recién
la celda y vuelve a sentarse. Desde que supo le pusieron corriente. Los viernes le duelen esquivados por toda la cocina, mi madre
los ojos, por el perro que se murió el año paralizada con sus ojos de lechuza, el olor
que venían que anda nerviosa. Yo sé que
pasado. Los sábados le duele el corazón, por del microondas calentando las lentejas y
son evangélicos, pero no es pa’ tanto. Le
todas las veces que mi abuelo le pegó el sonido de la cancioncita de las noticias.
pregunto si acaso estaba ansiosa por verlos. curado. A veces pienso que, si el alma fuera Menos mal me puse el pijama y no se
«No, mi amor», me responde, «estoy un órgano, también le dolería. Los domingos, ensució el uniforme, pensé. Papá, mejora
pensando en cómo les explico esto en que eso sí, amanece sano: dice que nada malo le tu puntería.
se convirtió su Julito». ha pasado un domingo. Paula Oyarce, 22 años, Puente Alto.
Tania Lagos, 26 años, Santiago Rayen Bravo Vergara, 25 años, Curicó.

Julieta Mi Tío Cena familiar santiaguina


Los papás de la Julieta vienen hoy día a Mi tío camina como si el pasado le doliera, Y la cámara lenta se encendió igual que el
verla. Ella se alisó el pelo y se pintó los literalmente: un día le duelen los gritos de mi otro día. Vi venir hacia mí el brillo de la
labios. Ahora no para de mirarse al espejo y abuela en una pierna. Los martes le duele la copa, cómo el burdeo del vino teñía el
de poner caras. Se da un par de vueltas en dictadura en las manos, dice que es porque piso, los pedazos de vidrio recién
la celda y vuelve a sentarse. Desde que supo le pusieron corriente. Los viernes le duelen esquivados por toda la cocina, mi madre
los ojos, por el perro que se murió el año paralizada con sus ojos de lechuza, el olor
que venían que anda nerviosa. Yo sé que
pasado. Los sábados le duele el corazón, por del microondas calentando las lentejas y
son evangélicos, pero no es pa’ tanto. Le
todas las veces que mi abuelo le pegó el sonido de la cancioncita de las noticias.
pregunto si acaso estaba ansiosa por verlos. curado. A veces pienso que, si el alma fuera Menos mal me puse el pijama y no se
«No, mi amor», me responde, «estoy un órgano, también le dolería. Los domingos, ensució el uniforme, pensé. Papá, mejora
pensando en cómo les explico esto en que eso sí, amanece sano: dice que nada malo le tu puntería.
se convirtió su Julito». ha pasado un domingo. Paula Oyarce, 22 años, Puente Alto.
Tania Lagos, 26 años, Santiago Rayen Bravo Vergara, 25 años, Curicó.
Julieta Mi Tío Cena familiar santiaguina
Los papás de la Julieta vienen hoy día a verla. Mi tío camina como si el pasado le doliera, Y la cámara lenta se encendió igual que
Ella se alisó el pelo y se pintó los labios. Ahora literalmente: un día le duelen los gritos de mi el otro día. Vi venir hacia mí el brillo de
no para de mirarse al espejo y de poner caras. abuela en una pierna. Los martes le duele la la copa, cómo el burdeo del vino teñía
Se da un par de vueltas en la celda y vuelve a dictadura en las manos, dice que es porque el piso, los pedazos de vidrio recién
sentarse. Desde que supo que venían que anda le pusieron corriente. Los viernes le duelen esquivados por toda la cocina, mi
los ojos, por el perro que se murió el año madre paralizada con sus ojos de
nerviosa. Yo sé que son evangélicos, pero no es
pasado. Los sábados le duele el corazón, por lechuza, el olor del microondas
pa’ tanto. Le pregunto si acaso estaba ansiosa
todas las veces que mi abuelo le pegó calentando las lentejas y el sonido de la
por verlos. «No, mi amor», me responde, curado. A veces pienso que, si el alma fuera cancioncita de las noticias. Menos mal
«estoy pensando en cómo les explico esto en un órgano, también le dolería. Los domingos, me puse el pijama y no se ensució el
que se convirtió su Julito». eso sí, amanece sano: dice que nada malo le uniforme, pensé. Papá, mejora tu
Tania Lagos, 26 años, Santiago ha pasado un domingo. puntería.
Rayen Bravo Vergara, 25 años, Curicó. Paula Oyarce, 22 años, Puente Alto.

También podría gustarte