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TEATRO DE SOMBRAS

(Adaptación)

Guion teatral

PERSONAJES
Presentador 1
Presentador 2
Narrador(1)
Narrador(2)
Coro
Ofelia
Pícarasombra
Miedo
Noche enfermiza
Nunca Jamás
Ingravidez
Guadaña Sola
Madre de Ofelia:
Padre de Ofelia:
Mujer 1:
Hombre1:
Sombras 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10

PRESENTACIÓN

Presentador 1: Buenos días, gentiles damas y caballeros.


Presentador 2: hoy, queremos amorosamente presentar para
ustedes…
Presentador 1: una obra inspirada en el cuento del alemán
Michael Ende…
Presentador 2: llamada “El teatro de sombras de Ofelia” escrito
en 1988…
Presentador 1: que nos cuenta sobre una apuntadora…
Presentador 2: la apuntadora en el teatro era aquella persona
cuya función en el teatro era quedarse detrás de la escena para
recordar a los actores los textos que eventualmente olvidaban.
Presentadores (coro): que la disfruten.

(Hacen una venia y salen)

PREGÓN

Sombra1: ¡Últimas funciones!


Sombra2: ¡No se lo pierda!
Sombra 3 ¡Vengan a ver la última función!
Sombra1: ¡Ésta noche!
Sombra 2 :¡Vengan a ver! ¡Ésta es la última función de…
Coro: Teatro de sombras de Ofelia!

PRIMER ACTO

(Suena Ánima Duo de arpa y flauta traversa, entran las


narradoras y comienzan a contar la historia)

Narrador (1): En una vieja y diminuta ciudad vivía una


diminuta ancianita que se llamaba Ofelia.

(Entran caminando papá y mamá con la bebé en brazos)

Madre de Ofelia: Algún día nuestra niña será una famosa actriz.
Padre de Ofelia: Es muy hermosa, mira como sonríe.
Madre de Ofelia: No será fácil ponerle un nombre.
Padre de Ofelia: ¿Qué tal… Sofía?
Madre de Ofelia: No, debe ser uno más sonoro, que suene como
una melodía.
Padre de Ofelia: ¿Lucía?
Madre de Ofelia: No, algo más poético, como de cuento de
hadas.
Padre de Ofelia: ¿Flor?
Madre de Ofelia: No, que suene como(suspira) en una obra de
teatro.
Padre de Ofelia: Ofelia.
Madre de Ofelia: Sí, como en aquella obra que amamos tanto,
como en “Hamlet” de Shakespeare.
Padre de Ofelia: Entonces se llamará Ofelia.

(Besan a Ofelia y se van sonrientes)

COROS

Sombra 4: “¿Qué es más noble para el alma sufrir los golpes y


las flechas de la injusta fortuna o tomar las armas contra un mar
de adversidades y oponiéndose a ella, encontrar el fin? W.
Shakespeare.
Sombra 5: «Hay que comer para vivir y no vivir para comer».
Moliere
Sombra 6: "Hay cosas encerradas dentro de los muros que, si
salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo" F. G.
Lorca.
Coro: “Cada palabra es como una innecesaria mancha en el
silencio y en la nada… En la nada, en la nada…”. Beckett.

Narrador (2): No podía convertirse en una famosa actriz. Tenía


una voz demasiado fina. Sin embargo, quería servir al arte de
alguna manera, aunque fuera en forma muy diversa. Ofelia
heredó de sus padres la admiración por la hermosa lengua de los
poetas, pero nada más.
(Las sombras se voltean y se sientan de espaldas como a la
espera de lo que va a suceder)

(CIERRA TELÓN)

Narrador(1): En la vieja y diminuta ciudad había un bello


teatro. Delante, en el borde del escenario, estaba el puesto del
apuntador. Allí se sentaba la señorita Ofelia, y dictaba a los
actores las palabras de sus respectivos papeles, para que no
enmudecieran. Su tono de voz era ideal para aquello, porque el
público no podía oírla.

Narrador(2): Ofelia ejerció aquella profesión durante toda la


vida y estaba contenta. Así, se fue aprendiendo de memoria las
más grandes comedias y tragedias del mundo, y ya no necesitaba
mirar en los libros.

(Suena “Carito”, de león Gieco, se abre telón, aparece la utilería


del teatro, sale la señorita Ofelia y camina por el escenario,
mientras se proyectan imágenes en el fondo que son
interrumpidas por la sombra de Ofelia, ella juega con los
vestidos, se pone las máscaras muy contenta, se apaga la luz, se
da cuenta que tras ella hay algo extraño, suelta las cosas y se va
de espaldas a tratar de entender qué es lo que hay allí. Entran
unas sombras que se llevan uno a uno los objetos y por último la
silla en la que está sentada.

Coro: La señorita Ofelia envejeció y los tiempos cambiaron.


Cada vez iba menos gente al teatro, porque había cine, televisión
y otras muchas distracciones. La mayoría de las personas tenían
coche y si querían ir alguna vez al teatro, preferían viajar hasta la
ciudad más próxima. Allí podían ver actores mucho más
conocidos y lo que aún era mejor dejarse admirar por los demás.

(Suenan puertas que se cierran)

Narrador(1): El teatro cerró sus puertas y los actores se


marcharon (murmullo) y la vieja señorita Ofelia permaneció
completamente sola en el teatro.

(Camina trastornada y triste por el escenario ahora vacío, (entra


telón blanco y luz) de pronto, ve una sombra que se desliza entre
bastidores. a veces se hace grande; a veces pequeña. con su gesto
busca el origen, pero no hay nadie.)

Ofelia: ¡Hola! (dice con voz su fina). ¿Hay alguien ahí?


Sombra:(se asusta y se encoge sobre sí misma. Con su danzar,
se deforma y progresivamente se hace más grande.) Disculpe, No
sabía que aún había alguien. No quería asustarla. Me he
refugiado aquí porque no sé adónde ir. Por favor, no me eche a la
calle.
Ofelia: ¿Eres una sombra?
Sombra:(asiente con un movimiento de su cabeza)
Ofelia: ¡Pero todas las sombras pertenecen a alguien!
Sombra: No, no todas. En el mundo hay algunas sombras
sobrantes, que no pertenecen a nadie y a quien nadie quiere. Yo
soy una de ellas. Me llamo Picarasombra.
Ofelia: Ya ¿Y no es triste estar sin nadie a quien acompañar?
Sombra: Muy triste (gime débilmente). ¿Pero qué puedo hacer?
Ofelia: ¿Quieres venir conmigo? Yo tampoco pertenezco a
nadie.
Sombra: Encantada, sería maravilloso, pero entonces tendría
que sujetarme a usted, y usted ya tiene una sombra propia.
Ofelia: Os llevareis bien las dos. (Le sonríe, entra su sombra al
telón y saca de allí a la sombra)

(Suena Bucca de Corvux Corax, danza de sombras)

Narrador (2): Desde entonces, Ofelia tuvo dos sombras. Muy


poca gente lo notaba. Pero los que lo hacían se asombraban y lo
encontraban un poco extraño. Ofelia no quería ser pasto de los
cuchicheos de la gente, así que pedía a cualquiera de las dos
sombras que, de día, se hiciera pequeña y se metiera en su bolso.
Las sombras caben en cualquier sitio.

SEGUNDO ACTO

(Suenan cantos gregorianos)

Ofelia: (Sentada en un banco de la iglesia, de rodillas con una


mantilla, habla con Dios). Oh señor, dame la fuerza para
levantarme y continuar mi vida, pues ya no sé qué hacer, mi voz
se apaga, no hay quién la escuche, ya nadie me necesita …

(Una sombra suplicante aparece sobre una pared blanca y


extiende su mano implorante).

Ofelia: ¿Quién eres? ¿Eres también una sombra que no


pertenece a nadie?
Miedo: Sí, pero se ha corrido la voz de que hay alguien que nos
acoge ¿Eres tú?
Ofelia: Sí, pero ya tengo dos sombras.
Miedo: Entonces, una más no te importará. ¿No podrías
recogerme? Me siento tan triste y sola sin tener a nadie.
Ofelia: ¿Cómo te llamas? -preguntó la anciana con amabilidad.
Miedo: Me llamo Miedo a la Oscuridad.
Ofelia: Bueno, ven.

(Ofelia y la sombra bailan un vals, salen de escena y cuatro


sombras tras de ellos)

DANZA DE CUATRO SOMBRAS


(Suena música vertiginosa. Las sombras en el escenario juegan
con una pelota imaginaria, hasta que una de ellas la bota y
comienzan a pelear, sale la señorita Ofelia y al no saber qué
hacer para evitar que peleen)

Ofelia: ¡Basta!, ¡No se peleen más!

(Congelan)

Narrador (1): La señorita Ofelia no quería peleas, salvo las que


tenían lugar en el escenario, en la hermosa lengua de los poetas.
Pero aquello era distinto. Un día se le ocurrió una idea.

(Las sombras paran de pelear y la miran impacientes desde todos


los rincones de la pequeña habitación)

Narrador (2): Entonces les recitó las hermosas palabras de los


poetas. Se las sabía de memoria. Repitió algunas escenas muy
despacio e invitó a las sombras a que la imitaran. Las sombras se
esforzaron y fueron muy dóciles, ella les enseñó a actuar.

(Sale del escenario y entra con una maleta llena de vestuarios y


utilería, (suena Tu Vuò Fa' L'Americano de Renato Carosone)
comienza a transformar a las sombras con vestuarios, los viste y
desviste, les enseña a actuar, los pone en diferentes poses y hace
gestos como de estar dirigiendo una obra de teatro, sale de
escena con sus sombras corriendo tras ella.)

CIERRA TELÓN

Narrador (1): Así, aprendieron de boca de la vieja y diminuta


señorita Ofelia las más grandes comedias y tragedias del mundo.
Desde entonces la vida de las sombras fue muy distinta. Podían
representarlo todo, podían adoptar la apariencia de un enano o de
un gigante, de un hombre o de una mesa. Y, a menudo, pasaban
noches enteras representando ante la señorita Ofelia las más
maravillosas obras de teatro. Y ella les apuntaba las palabras
para que no enmudecieran. Durante el día vivían todas, salvo la
suya, lógicamente, en el bolso de la señorita Ofelia. Las sombras
pueden volverse increíblemente pequeñas si quieren.

(Suena murmullo de gente. Ofelia aparece por un costado bajo


el escenario asegurándose de cerrar bien su bolso y da un paseo
por entre el público, escucha lo que dicen de ella una pareja que
va caminando)

Mujer 1: Esa anciana es una mujer extravagante.


Hombre1: Habrá que llevarla a un asilo, en donde la cuiden.
Mujer 1: Quizá esté loca. Quién sabe lo que puede llegar a hacer
algún día.
Hombre1: Dicen que enloqueció desde que cerraron el teatro.
Mujer 1: Es mejor no acercarse, su locura puede ser contagiosa.
(Se alejan de ella rápidamente, y entran por lados opuestos del
escenario)

TERCER ACTO

(Suena sonata “El trino del diablo”. En escena, tres vestidos que
cuelgan de ganchos, unos zapatos viejos y su almohada. Ofelia
se sienta en el borde de su cama, tocan a su puerta, abre la
ventana y conversa con su arrendatario)

Arrendatario: (bajo el proscenio) Buenas noches señorita


Ofelia, lamento informarle…Lo siento mucho, pero por
disposición del dueño, ahora tendrá que pagar el doble de
alquiler que hasta ahora ha pagado.
Ofelia: Pero no puedo hacerlo, apenas si tengo para comer y
vestirme.
Arrendatario: Entonces, será mejor que se mude. Lo siento.

(Suena la canción “Penelope” de Diego Torres, Ofelia en exceso


triste, empaca lo poco que tiene en una maleta, toma su bolso, se
asegura de que allí estén sus sombras, sale de casa, camina entre
el público, suena el tren de vapor, y, sale de escena.)

Narrador (2): Cuando ya había viajado bastante, se bajó y


siguió a pie. En una mano llevaba la maleta; en la otra, su bolso
con todas las sombras dentro.

(Suena el mar. Se sienta y se queda dormida en el mar soltando


su bolso tras bambalinas)

Narrador (1): (), Ofelia llegó hasta el mar. No podía seguir


andando. Por eso se sentó para descansar un poco, y se durmió.
Las sombras salieron del bolso, la rodearon y se preguntaban qué
había ocurrido.

(Suena Alfama. Salen las sombras y hacen un círculo en cuclillas


en torno a ella, luego se levantan y ella aún duerme, caminan en
todos los sentidos y ella no se da cuenta de nada, de golpe se
levanta y todas corren haciendo una medialuna.)

Sombra1: nosotras somos las causantes de que estés en esta


situación.
Sombra 2: nos has ayudado y ahora tenemos que ayudarte
nosotras.
Sombra 3: todas hemos aprendido algo de ti, nos enseñaste a
actuar.

Sombras: ¡Tenemos un plan!, (LE SUSURRAN EN EL OÍDO).


Ofelia: ¡Gracias! ¡Es muy amable de vuestra parte!
(Las sombras se empiezan a vestir, hacen una ovación para
presentar una obra de teatro. Suenan aplausos. En las cuatro
esquinas del escenario cuatro personas de diferentes
nacionalidades les aplauden, una sombra que pasa con un
sombrero entre ellos recogiendo monedas.)

Narradora 1: Así fue la señorita Ofelia cumplió su sueño de


crear su teatro ambulante, iba de pueblo en pueblo y de lugar en
lugar, y sus sombras se transformaron en reyes y bufones, en
nobles doncellas y fogosos corceles, en magos y flores. La gente
pasaba por allí y observaba, y tenía que reír y llorar.

Narradores(as): Pronto, la señorita Ofelia se hizo famosa y,


cuando llegaba a cualquier parte, ya la esperaban; porque no
habían visto nunca nada igual. El público aplaudía y pagaba
algo; unos más, otros menos.

(Salen los cuatro espectadores, Ofelia se monta a su auto con


algunas sombras detrás y conduce, se mueven de un lado a otro
en las curvas hasta que algo le hace frenar en seco porque ve
algo, se baja junto con sus sombras y ve una inmensa sombra)

Ofelia:¿Eres tú también una de esas de las que nadie quiere? -le


preguntó.
Muerte: Sí, creo que se podría decir así.
Ofelia:¿Quieres venir conmigo?
Muerte:¿Me acogerías también a mí? (se acerca un poco más)
Ofelia: Tengo ya más de la cuenta, pero en algún sitio tienes que
quedarte.
Muerte:¿No quieres saber antes mi nombre?
Ofelia:¿Cómo te llamas?
Muerte: Me llaman Muerte.

(SILENCIO Suena A andorinha da primavera y cierra telón)

FIN

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