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13 DE AGOSTO 2023
Introducción:
Una de las reformas má s trascendentales de los ú ltimos añ os es quizá la del sistema de justicia
penal mexicano. Dentro de los grandes cambios que ha sufrido, uno de los má s importantes es el
del ejercicio de la acció n penal. El 18 de junio de 2008 fueron reformados y adicionados diversos
preceptos constitucionales, entre ellos, el artículo 21 que ahora faculta al particular para hacer
uso del derecho del ejercicio de la acció n penal ante los tribunales del Estado mexicano, que hasta
antes de la reforma era facultad exclusiva del Ministerio Pú blico.
Varios han sido quienes han aplaudido esta nueva facultad que se le ha conferido a la víctima del
delito; jueces y magistrados, agentes del Ministerio Pú blico y postulantes. Pero, ¿es en verdad una
decisió n acertada del Congreso Federal el otorgar tal responsabilidad a los particulares?, ¿será
factible, eficaz y funcional la aplicació n de una figura jurídica de esta magnitud en un sociedad
mexicana falta de moral y de valores, en una sociedad que no tiene interés por practicar una
cultura de la legalidad?, ¿esta reforma es un “avance” o un “retroceso” de conformidad con la
historia universal del derecho?
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Para la procedencia del amparo indirecto por la causal prevista en la fracció n IV del artículo 114
de la Ley de Amparo, el acto reclamable debe haberse generado dentro de un proceso que, para
efectos de nuestro estudio, debe ser el proceso penal de corte acusatorio y oral, de acuerdo con el
primer pá rrafo del artículo 20 constitucional.
De tal comunicació n, el juez de control identificará a las personas y a los hechos que dotará de
contenido al auto de vinculació n a proceso y, por ende, al objeto del proceso penal. Entonces,
identificamos un nexo normativo entre la formulació n de la imputació n con el auto de vinculació n
a proceso, se puede afirmar que la primera es el ejercicio de la acción penal en el modelo
acusatorio mexicano que dota de sentido al auto que da inicio al proceso penal, esto es, la
vinculació n a proceso.
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A) La oralidad es el medio por excelencia para poner en marcha los principios rectores del
sistema acusatorio. Así, el proceso penal estará presidido por la idea de debate, de
controversia, de contradicció n, de lucha de contrarios y será la síntesis dialéctica de la
actividad de las partes encaminada a velar por los intereses que representan. El proceso
será un diá logo abierto entre los diversos actores que confrontará n por el predominio de
lo que consideran es la verdad procesal. Gracias a la reforma, la trascendencia de la labor
de los jueces tendrá una preeminencia sin precedentes en México. El cambio de paradigma,
cada vez má s cercano en el horizonte, de un sistema inquisitivo a otro acusatorio, es
revolucionario y equivalente al que se dio en la ciencia, al transitar de las férreas y
monoló gicas leyes de la física clá sica a los principios, má s dialó gicos, interactivos y
tolerantes de la física cuá ntica.
Conforme quedó plasmado en pá rrafos precedentes y segú n lo explicó el legislador, la
oralidad no constituye propiamente un principio que rige el proceso penal, sino se le define
como un instrumento o medio (la expresió n hablada) que permite o facilita la
materializació n y eficacia a los verdaderos principios así reconocidos en el propio texto
constitucional, como lo son los antes preindicados de publicidad, contradicció n,
concentració n, continuidad e inmediació n.
B) La inmediación, es un tema de conexió n, de cercanía, de autenticidad en cuanto a que
el juez perciba directamente la prueba y no a través de intermediarios o delegados. Se
dice que este criterio de la inmediatez, aunado al hecho de la prevalencia de la
averiguació n previa y a lo que se conoce como el principio de permanencia de prueba,
que es aquél conforme al cual las pruebas inicialmente recabadas perduran con valor
obligatorio durante todo el proceso (lo que ocurre en el sistema tradicional), dan matiz
inquisitivo y crítico al sistema tradicional mexicano.
En términos generales, el principio de inmediació n es entendido como la actividad propia
del juzgador de presenciar de manera directa y personalísima la recepció n o desahogo de
pruebas y de los alegatos de las partes. Así el principio de inmediació n obliga al juez a
presenciar todo acto procesal, toda audiencia que le permita percibir, recibir y efectuar la
valoració n de todo aquello que incida en el proceso. Pero dicho principio no rige só lo
respecto de los actos procesales vinculados necesariamente a la producció n o desahogo de
la prueba o recepció n de alegatos, pues si como lo postula el artículo 20 constitucional
dicho principio es propio del proceso, entonces debe regir para todo vínculo bilateral en
que participe el juez y así deberá regir respecto de todos los intervinientes en el drama
penal, es entre todos los intervinientes del proceso que debe darse la inmediació n porque:
a) en relació n con el juez, le permite realizar una efectiva valoració n de la prueba y demá s
actos de las partes (por ejemplo, alegatos); b) en relació n con las partes, les otorga un
efectivo ejercicio de la contradicció n; c) en relació n con el acusado, le concede un efectivo
ejercicio de su derecho de defensa, y por ú ltimo, c) en relació n con todos los
intervinientes del proceso (inclusive en relació n con el resto de la sociedad) permite que
la publicidad se
dé de la mejor forma, es decir, recibiendo de manera directa –sin inmediació n– la
Presunción de inocencia
La presunció n de inocencia debe entenderse como regla de tratamiento y de norma probatoria.
Por lo anterior, resulta incuestionable que ese principio se encuentre expresamente reconocido en
la Constitució n, para que también se responda a los instrumentos internacionales sobre derechos
humanos que expresamente lo consagran como garantía. Los documentos obligatorios jurídicos
son: las Declaraciones Universal (artículo 11, pá rrafo 2) y Americana (artículo XXVI) de Derechos
Humanos, del 10 de diciembre y 2 de mayo de 1948, respectivamente; el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos de 19 de diciembre de 1966 (artículo 14.2); la Convenció n Americana
sobre Derechos Humanos de 22 de noviembre de 1969 (artículo 8.2), así como por las Reglas
Mínimas para el Tratamiento de Reclusos (artículo 84, pá rrafo 2), adoptadas por el Primer
Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevenció n del Delito y Tratamiento del Delincuente,
celebrado en Ginebra en 1955.
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El procedimiento penal
Se reavivó la vieja discusió n entre proceso y procedimiento penal. Entendimos que el
procedimiento es la forma de proceder desde la investigació n o averiguació n del delito hasta la
ejecució n de la sentencia, mientras que el proceso penal implica la funció n jurisdiccional desde el
ejercicio de la acció n penal hasta el dictado de la sentencia definitiva.
Ya desde el antiguo sistema se suscitaba la discusió n en torno a que si el proceso daba inicio con
la consignació n o a partir del dictado del auto de formal prisió n. En nuestra consideració n, el
proceso, en este nuevo sistema, inicia con el ejercicio de la acció n penal que realiza el Ministerio
Pú blico ante el ó rgano jurisdiccional, con independencia de si se trata de un ejercicio con o sin
persona o personas detenidas. Lo importante es que el ejercicio de esa acció n penal da lugar a la
actividad jurisdiccional, de tal suerte que el juez tiene que ordenar, segú n sea el caso, la actividad
procedimental a que haya lugar, es decir, pronunciarse sobre la procedencia de la orden de
aprehensió n o comparecencia o citar para la audiencia inicial. En este nuevo esquema se incluye
también la etapa de la investigació n formalizada, que tendrá lugar después del auto de
vinculació n a proceso, en la que tanto el Ministerio Pú blico como la defensa tendrá n oportunidad
para allegarse de elementos probatorios que podrá n presentar en juicio a fin de acreditar sus
respectivas pretensiones. La crítica en este sentido radica en que có mo puede seguirse
investigando si ya hasta se le dictó auto de vinculació n a proceso a una persona, y que para ese
supuesto el Ministerio Pú blico ya debió haber aportado datos de prueba suficientes para ello; la
respuesta a esta cuestió n radica precisamente en que en este nuevo paradigma procesal, el
Ministerio Pú blico como ó rgano persecutor, tanto para solicitar una orden de aprehensió n o
comparecencia como para pedir que se le dicte un auto de vinculació n a proceso a determinada
persona, solamente tiene que aportar datos de prueba, pues éstas, las pruebas, solamente pueden
ser desahogadas en juicio, por lo tanto, la investigació n formalizada tiene por objeto precisamente
robustecer el contenido probatorio a fin de que el Ministerio Pú blico esté en aptitud de sustentar
su acusació n o que la defensa desvirtú e la misma ante el juez de la causa durante el juicio. En el
proyecto de Có digo Federal de Procedimientos Penales –en lo sucesivo proyecto de CFPP– se hizo
la distinció n entre procedimiento y proceso penal. El primero es el género y el segundo la especie,
de manera que las etapas del procedimiento para los efectos del proyecto de CFPP son las
siguientes:
I. Investigació n inicial.
II. Proceso, que comprende las siguientes fases:
a. Control previo.
b. Investigació n formalizada.
c. Intermedia o de preparació n del juicio oral. d. Juicio oral.
III. La segunda instancia.
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Denuncia
El proyecto de CFPP establece que la investigació n de los hechos que revistan las características de
un delito competencia de la Federació n podrá iniciarse por denuncia o por querella o su
equivalente.
Se entiende por denuncia la expresió n de la voluntad llevada a cabo por cualquier persona, de
comunicar al Ministerio Pú blico el conocimiento que tiene sobre la comisió n de un hecho que
revista caracteres de delito.
Querella
Lo que antes conocíamos como cuerpo del delito, ahora lo debemos llamar hecho delictivo, pero
no soslayemos que el artículo 20 fracció n V lo llama tipo penal (demostrar culpabilidad).
Elementos objetivos
Los elementos objetivos son aquellos que pueden ser advertidos con la sola aplicació n de los
sentidos
Los “elementos objetivos o externos que constituyen la materialidad del hecho” en ella se puede
resaltar que el nú cleo lo representa el hecho, el cual está conformado por una serie de elementos o
componentes que son corpó reos, es decir, que se pueden percibir por los sentidos ya que existen
en la realidad del mundo del ser.
Elementos subjetivos
Los elementos subjetivos específicos, así como la probable responsabilidad del inculpado; ademá s,
deben señ alarse todas las modificativas del delito o sus calificativas que pesen sobre el inculpado
en la comisió n de una conducta delictiva.
Los elementos subjetivos son aquellos que no se pueden apreciar con los sentidos por
encontrarse en el interior de la persona humana, en su pensamiento y en su sentimiento y, por
ello, su comprobació n resulta complicada. Así, las calificativas o circunstancias modificativas de la
responsabilidad criminal o modalidades de la conducta, son factores que también atenú an o
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Elementos normativos
Los elementos normativos requieren de un determinado juicio de valor.
Los elementos normativos son aquellos que requieren valoració n por parte del intérprete o del
juez que ha de aplicar la ley. Esta valoració n puede proceder de diversas esferas y tener por base
tanto a lo radicado en el mundo físico como perteneciente al mundo psíquico.
Los elementos normativos o necesitados de complementació n. Son todos aquellos en los cuales el
tribunal de justicia no se satisface con una simple constatació n de la descripció n efectuada en la
ley, sino que se ve obligado a realizar otra para concretar má s de cerca la situació n del hecho. Aquí
cabe distinguir: elementos meramente cognitivos, en los que los tribunales valoran de acuerdo con
datos empíricos, y elementos del tipo valorativo o necesitado de valoració n, en que el tribunal
adopta una actitud valorativa emocional.
Ejemplo: “cosas muebles ajenas”, en donde la ajenidad se ha de establecer teniendo en cuenta las
normas del derecho civil.217 Es decir, este tipo de elementos se refieren a hechos o
circunstancias que só lo pueden pensarse e imaginarse bajo el presupuesto ló gico de una norma,
por lo que incluyen los conceptos jurídicos propios, los conceptos referidos a valor y los
conceptos referidos al sentido.
La confesió n del imputado no tiene valor La confesió n ante agentes investigadores tiene
probatorio a menos que la rinda frente al valor probatorio y se utiliza de manera
juez generalizada.
Se racionaliza el uso de la prisió n Los escritos aplican de manera automá tica
preventiva, aplicá ndose la prisió n preventiva.
excepcionalmente,
Los procesos incluyen el uso de salidas Los escritos sacrifican la conciliació n entre las
alternas a juicio, con el fin de mejorar y partes y no prevén salidas alternas, lo que
agilizar el sistema de justicia. impide brindar una justicia eficiente.
El juez de Control o garantías se encarga de
las etapas previas al juicio, en tanto que el
Juez o Jueces “Oral” presiden la audiencia Un mismo juez lleva todo el proceso por lo cual
del juicio sin tener conocimiento previo del es muy factible que prejuzgue.
asunto, para evitar el prejuzgamiento.
continuidad.
Los juicios orales dan orden y unidad, y Los escritos son muy lentos e informales. El
son expeditos en su desahogo, en un promedio de duració n de un juicio oscila entre 1 y
tiempo relativamente breve. 3 añ os.
Conclusión
El Derecho Penal se ubica dentro del Derecho Pú blico
toda vez que el Estado interviene activamente en la
solució n de conflictos buscando preservar el orden y la
paz pú blicos.
El Derecho Penal es el conjunto de normas jurídicas por
medio de las cuales el Estado define las conductas u
omisiones que constituyen delitos, así como las penas
y/o medidas de seguridad para sancionar a quienes
incurren en la comisió n de esos delitos.
Trataremos de forma general al Derecho Penal
Sustantivo que es el conjunto de normas que
definen los delitos, las penas y su aplicació n.
Referencias
https://mexico.justia.com/derecho-penal/nuevo-sistema-de-justicia-
penal/preguntas-y-respuestas-sobre-nuevo-sistema-de-justicia-
penal/
https://es.wikipedia.org/wiki/Sistema_acusatorio_adversarial_en_M
%C3%A9xico
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