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La actual pandemia de Covid-19, producida por una cepa mutante de coronavirus el SARS-CoV-

2, ha generado en todo el mundo, en el siglo 21, una severa crisis económica, social y de salud,
nunca antes vista.  Se inició en China a fines de diciembre 2019, en la provincia de Hubei
(cuidad Wuhan) donde se reportó un grupo de 27 casos de neumonía de etiología
desconocida, con siete pacientes graves. El primer caso fue descrito el 8 de diciembre 2019
(1), el 7 de enero 2020 el Ministerio de sanidad de China identifica un nuevo coronavirus
(nCoV) como posible etiología (1), para el 24 enero en China se habían reportado 835 casos
(534 de Hubei) y con el correr de las semanas se extendió a otras partes de China (2). El 13 de
enero se reportó el primer caso en Tailandia (3), el 19 de enero en Corea del Sur (4), y luego en
numerosos países de mundo, debido a lo cual la Organización Mundial de la Salud (OMS),
declara desde marzo 2020 como una nueva pandemia mundial (5). En China todavía no se
conoce el origen del virus, aunque se atribuye al pangolín, mamífero usado como alimento (6).

Este nuevo virus tiene predilección por el árbol respiratorio, una vez que penetra genera una
respuesta inmune anormal de tipo inflamatorio con incremento de citoquinas, lo que agrava al
paciente y causa daño multiorgánico.

Hasta el 14 de abril del 2020, fueron confirmados en el mundo más de 1 792 000 casos
positivos, más de 110 000 personas fallecieron, y más de 412 000 pacientes se han recuperado
de la enfermedad, según los datos de la Universidad Johns Hopkins (10). El 11 de abril, Estados
Unidos se convirtió en el país más afectado por el coronavirus, fueron registrados 530 200
casos confirmados y 20 614 muertes (11). En total, son cinco los países con más de 100 000
casos positivos. A EE.UU., le sigue España (163 027 casos), Italia (152 271 casos), Francia (130
730 casos) y Alemania (125452 casos) (12). China cuenta con el total 83 134 casos. En cuanto a
los fallecidos, detrás de EE.UU. se encuentran Italia (19 468 decesos), España (16 972 decesos),
Francia (13 832 decesos), Reino Unido (9 875 decesos) y China con 3 343 decesos (13). La
naturaleza del virus y la enfermedad El nuevo coronavirus repite casi el 80% de la secuencia
genética de su predecesor SARS-CoV, y al igual que otros coronavirus muta de patogenia.
Figura 1. Estructura del coronavirus. En la parte central del virus se muestra el genoma ARN
ligado a la nucleoproteína (N); en la zona periférica encontramos los trímeros de la
glicoproteína S, así como los dímeros de HE, acompañados de las proteínas de membrana (M)
y las proteínas de envoltura (E). En América Latina, la nación más afectada es Brasil  con  20
984  casos  positivos  y  1 141  muertes  (14);  en  Perú  se tienen  10  303  casos  y  230 
muertos (15)

Normalmente el COVID-19 se presenta de forma leve o moderada y en una minoría, la forma


grave (fiebre alta, >30 respiraciones/minuto, SpO2 300), la mortalidad en UCI en Wuhan fue de
61 por ciento (20). Entre los síntomas observados en los pacientes peruanos destacan: la tos
seca, dolor de garganta, cansancio y fiebre. Entre las características de 138 pacientes
hospitalizados según la serie de Wang, la media de edad  fue de 56 años, 75 varones, 46,4%
tenían alguna comorbilidad: 31,2% hipertensión arterial, 14,5% enfermedad cardiovascular,
10% diabetes mellitus, 7% neoplasia, 3% enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), en
este estudio se contagiaron 40 miembros de los equipos de salud, siendo los síntomas más
frecuentes: fiebre, tos, fatiga, astenia, anorexia, mialgias, disnea, el 1-10% tuvo diarrea y
náuseas (21). De las complicaciones en 99 pacientes hospitalizados de la serie de Chen N. (22),
en China, 23 pasaron a UCI; 17 con SDRA, tres fallas renales, ocho daños pulmonares agudos,
cuatro choques sépticos, uno neumonía pos-ventilación; 11 de ellos fallecieron, 1% tuvo
infección bacteriana secundaria.
De todas ellas en el Perú se ha recomendado el uso de algunas medicinas de manera individual
y con el consentimiento informado únicamente para pacientes con enfermedad leve con
ambulatorios con factores de riesgo (diabetes mellitus, hipertensión, etc.) y en hospitalizados
(35)

http://www.scielo.org.pe/pdf/rmh/v31n2/1729-214X-rmh-31-02-125.pdf

El año pasado, por esta época, conceptos como “confinamientos”,


“uso obligatorio de mascarillas” y “distanciamiento social” eran
desconocidos para la mayoría de nosotros. Hoy forman parte de
nuestro vocabulario habitual mientras la pandemia de COVID-19 sigue
afectando todos los aspectos de nuestras vidas. En los 12 cuadros y
gráficos que siguen, intentaremos cuantificar las investigaciones de
nuestros colegas en el contexto de una crisis sin precedentes y brindar
un panorama de dichas investigaciones. 

Los nuevos pobres


Durante los últimos 12 meses, la pandemia ha perjudicado en mayor
medida a los pobres y vulnerables, y podría empujar a la pobreza a
millones de personas más. Este año, tras décadas de avances
constantes en la reducción del número de personas que viven con
menos de USD 1,90 al día, la COVID-19 marcará el primer revés en la
lucha contra la pobreza extrema en una generación.

Deterioro acelerado de la economía


Dichas restricciones —dispuestas para controlar la propagación del
virus y aliviar así la presión sobre los sistemas de salud vulnerables
y sobrecargados— han tenido un enorme impacto en el
crecimiento económico. Como se señaló claramente en la edición
de junio del informe Perspectivas económicas mundiales: “La
COVID-19 ha desatado una crisis mundial sin precedentes, una
crisis sanitaria mundial que, además de generar un enorme costo
humano, está llevando a la recesión mundial más profunda desde
la Segunda Guerra Mundial”. Allí se prevé que este año la economía
mundial y los ingresos per cápita se contraerán y empujarán a
millones de personas a la pobreza extrema.

El impacto en las empresas y los empleos


La desaceleración económica provocada por la pandemia ha tenido
un profundo impacto en las empresas y los empleos.   En todo el
mundo, las empresas —sobre todo las microempresas y las
pequeñas y medianas empresas de los países en desarrollo— se
encuentran sometidas a una intensa presión, dado que más de la
mitad de ellas están en mora o probablemente lo estarán dentro
de poco tiempo. Para entender la presión que la COVID-19 está
ejerciendo sobre las empresas y los ajustes que estas se ven
obligadas a realizar, el Banco Mundial y sus asociados han estado
realizando encuestas de pulso empresarial relativas a la COVID-
19 en asociación con los Gobiernos de los países clientes.
Dichas encuestas son, en cierta medida, portadoras de buenas
noticias. Las respuestas recopiladas entre mayo y agosto
mostraron que muchas de las empresas estaban reteniendo al
personal, con la esperanza de mantenerlo hasta que salieran de la
recesión. Más de un tercio de las empresas han aumentado el uso
de la tecnología digital para adaptarse a la crisis.   Sin embargo, los
mismos datos advertían que durante la crisis las ventas de las
empresas se han reducido a la mitad, lo que las ha obligado a
reducir salarios y horas de trabajo, y que la mayoría de ellas —
especialmente las microempresas y las medianas empresas de los
países de ingreso bajo— se esfuerzan por acceder al apoyo del
Estado.
Millones más sin comida
Por otra parte, los niños —varones y mujeres— también son
vulnerables al aumento mundial de la inseguridad alimentaria, que
afecta a las personas tanto de entornos rurales como urbanos.  En
nuestros Indicadores del Desarrollo Mundial se muestra que, incluso
antes de que surgiera la COVID-19, el número de personas que
padecían desnutrición —un indicador que refleja la cantidad de
personas que no ingieren las calorías suficientes— estaba
aumentando, tras haber disminuido durante décadas.

La oportunidad de fortalecer la sostenibilidad


En el caso de la fragilidad, el conflicto y la violencia, la inseguridad
alimentaria, y varios otros desafíos, el cambio climático actúa como
un “multiplicador de amenazas”.  Incluso en momentos en que el
mundo se enfoca en la pandemia, las crisis climáticas, los desastres
naturales y la pérdida de los ecosistemas no se han detenido. Pero
la manera en que respondemos a la COVID-19 puede ayudar a
fortalecer nuestra capacidad para afrontar los riesgos y las
conmociones en el futuro. Mientras los Gobiernos adoptan
medidas urgentes y sientan las bases para la recuperación
financiera, económica y social, tienen ante sí una oportunidad
única de crear economías que sean más sostenibles, inclusivas y
resilientes.
A fin de respaldar una recuperación resiliente, el GBM seguirá
realizando importantes inversiones que ayuden a los países a
integrar la acción climática en sus programas de de
El impacto de la COVID-19 ha dado lugar a numerosas
comparaciones: con la crisis financiera mundial de 2007-08, con la
Segunda Guerra Mundial e incluso con crisis que solo conocemos a
través de los libros de historia. Si bien dichas comparaciones
pueden parecer dramáticas, la pandemia ha tenido un efecto de
gran alcance en casi todos los aspectos del desarrollo, como pocas
crisis anteriores. 
La verdadera magnitud de la pandemia solo se conocerá en los
próximos años, a medida que recopilemos y analicemos los datos,
adaptemos y desarrollemos nuestro financiamiento para atender
las necesidades de los clientes, y sigamos trabajando para poner
fin a la pobreza extrema y promover la prosperidad compartida.
Para cumplir esta misión con eficacia, seguiremos siendo un
asociado a largo plazo de nuestros países clientes, brindando los
datos, la asistencia técnica y el financiamiento que se necesitará
para guiar a la comunidad internacional mientras sale de esta crisis
de alcance verdaderamente mundial.
https://blogs.worldbank.org/es/voices/resumen-anual-2020-el-impacto-de-la-covid-19-
coronavirus-en-12-graficos

 El cielo ha recuperado el color azul en Wuhan, la región china donde se


detectó por primera vez el coronavirus en diciembre; en Venecia, los canales
se han vuelto tan transparentes que en el fondo pueden verse bancos
de peces; mientras que en San Francisco el tráfico casi ha desaparecido.
 Desde lo más alto, el satélite Sentinel-5 de la Agencia Espacial Europea
detectó una sorprendente reducción del dióxido de carbono en el aire de China
e Italia.
 Sao Paulo, la ciudad más poblada de Brasil, manifiesta un desplome similar de
las emisiones de dióxido de carbono, debido al paro de fábricas y reducción de
la movilidad.
 En Lima, se respira el aire más limpio de los últimos tres años. Los niveles de
contaminación han bajado repentinamente en más del 50%, a comparación de
los niveles que se registraban en las mismas fechas en el 2018. Ahora, las
aves litorales de las playas dibujan su paisaje natural y se observan delfines en
la costa verde.
Este cuadro alentador tiene que llevarnos a una profunda reflexión sobre
nuestro papel en el medioambiente. Hace poco, los expertos han advertido que
el descenso en niveles de contaminación será temporal y, a largo plazo, el
impacto medioambiental dependerá de nuestras acciones a partir de ahora.
¿Qué podemos hacer? Es el momento para convertirnos en agentes de
cambio. Puedes iniciar tomando en cuentas las siguientes acciones:
 Cambia en lo posible tus vehículos convencionales a eléctricos y solo úsalos
cuando sea necesario. Las bicicletas son una gran alternativa para distancias
cortas.Fomenta el uso colectivo de bicicletas para trasladarte en distancias
cortas, esto puede contribuir a reducir las emisiones y no tendríamos tanto
ruido.
 La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(FAO) estima que el 30% de los alimentos a nivel mundial se desperdicia, lo
que contribuye a un incremento del 8% sobre el total de las emisiones de
efecto invernadero. Por esto, solo compra lo necesario para alimentarte, evita
el desperdicio. (2)
 Sigue optando por reunirte mediante video conferencia y viaja solo si lo
necesitas, así se irán reduciendo los gases de efecto invernadero.
 Aprende a segregar, reciclar, reutilizar los residuos sólidos.
 No utilices los ascensores si vas a pisos cercanos, utiliza las escaleras.
 Apaga las luces y tus equipos de cómputo si ya no los utilizas.
 Ahorra en tu consumo de agua al realizar tus actividades cotidianas.
La tierra ha descansado de nosotros gracias a la cuarentena. Los ríos y mares
están más limpios, los animales recorren con libertad espacios de sus habitad
de origen. Tomemos conciencia de nuestras acciones y continuemos
manifestando una actitud solidaria y empática, si aún no lo has puesto en
práctica, ¡es hora! Reconstruir nuestro planeta y mejorar nuestros estilos de
vida para convivir en equilibrio con los ecosistemas está en nuestras manos.
Fuentes:
 (1)
 https://www.ambientum.com/ambientum/cambio-climatico/coronavirus-
arma-de-doble-filo-ante-la-crisis-climatica.asp
 (2)
 http://www.fao.org/home/es/
Escrito por: Área de Medio Ambiente UC
https://estudiantes.ucontinental.edu.pe/noticias/covid-19-el-impacto-en-el-medioambiente-
durante-la-crisis/#:~:text=Los%20niveles%20de%20contaminaci%C3%B3n%20han,delfines
%20en%20la%20costa%20verde.

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