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Primero hay que definir a que nos referimos cuando hablamos de responsabilidad civil de
establecimientos educativos, se trata de instituciones de nivel inicial, primario y secundario
puesto que los alumnos que concurren son menores de edad, que pertenezcan al ámbito
privado o que posean subvención estatal, para los establecimientos educativos del Estado el
régimen es distinto ya que se vincula mayormente con el derecho administrativo, y para las
universidades o niveles terciarios el régimen también es diferente puesto que son personas
adultas mayores de edad.
Cabe destacar que la responsabilidad civil tiene como objeto la supervisión de los menores que
se encuentran o deberían encontrarse en cuidado del personal de la institución. Vale aclarar
que se trata las situaciones en las que el menor se encuentra dentro del establecimiento por
más que no haya un adulto en ese momento supervisando, o que realiza una actividad fuera
del establecimiento promocionada por este o bien si el menor se escapó del establecimiento
antes del horario de salida habitual. No será responsable el propietario si el alumno fue
retirado de forma anticipada por un adulto responsable, padre, madre o tutor o bien alguien
que estos designen; o bien cuando el alumno no ingrese a la institución y decida “ratearse”.
Por lo tanto, al tratarse de un factor de atribución objetivo, que para algunos autores incluso lo
consideran agravado, los establecimientos educativos deben contar con un seguro de
responsabilidad civil para cubrir de forma inmediata cualquier imprevisto que ocurra.