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Responsabilidad de los docentes en el aula

Es  importante abordar el tema de la responsabilidad del docente en


función de las actuales circunstancias que viven la sociedad y la
escuela como integrante de la misma, lo que ha hecho reflexionar al
docente sobre su rol, ante los cambios de conducta de alumnos y
padres que se han producido en los últimos años, creándose con ello
una nueva preocupación al personal docente, que reitera
constantemente la consulta sobre su forma de actuar en la escuela
moderna.
 
Pensando en las grandes transformaciones socioeconómicas, las nuevas
conformaciones familiares, la violencia intra o extra familiar y sus
incidencias en la labor docente, nos lleva a reflexionar sobre
situaciones de riesgo tanto para el educador como para el educando.
 
Esas reflexiones nos transportan a las palabras de Platón al expresar:
“Cuando los padres se habitúan a dejar hacer a los niños, cuando los
maestros tiemblan frente a sus alumnos y prefieren halagarlos,
cuando los jóvenes desprecian la ley porque no reconocen nada más
allá de ellos mismos, entonces es el comienzo de la tiranía”. Estas
expresiones se reflejan en la actualidad en los ámbitos de los
establecimientos escolares, lo que ofrecen cada día una imagen más
agresiva y violenta.
 
Todos los día recibimos noticias sobre alumnos que llevan armas a la
escuela, estudiantes que golpean, hieren o matan a sus compañeros,
docentes autoritarios, padres que toman escuelas y amenazan a sus
docentes, o festejos estudiantiles que destruyen instalaciones
escolares etc. etc; son fiel reflejo de la propia sociedad en el ámbito
educacional, responsabilizando al docente en la mayoría de las
ocasiones por los hechos producidos.
También existen otros hechos de carácter físico, como la
conservación de los establecimientos escolares (Ej. Pozos,
mampostería floja, etc.), conductas de los alumnos (Ej. escalamientos
o empujones, etc.) enfermedades de los educandos (Ej. convulsiones,
epilepsia, etc.), que podrían afectar al docente, generando acciones en
su contra solicitando el correspondiente resarcimiento.

Para resolver estas cuestiones, trataremos de acercarles a los


docentes algunas indicaciones y conocimientos básicos necesarios para
una mayor claridad en su comportamiento diario en el ámbito escolar.
 
Diremos primero que en la tarea de la enseñanza, el docente puede
cometer perjuicios a los alumnos que están bajo su autoridad, estos
perjuicios no sólo pueden ser físicos sino también psíquicos o morales,
dañando estos últimos la salud mental del educando. El docente causa
daño directamente al educando, lesionando al alumno o bien causándole
un perjuicio psíquico por expresiones dirigidas a él, a sus padres o a
otro docente.

Educar no sólo implica impartir conocimientos abstractos sino también


fomentar la solidaridad, el respeto, la no discriminación, la caridad y
el bienestar entre los que concurren a la escuela, se debe inculcar la
perseverancia, la disciplina dentro y fuera del colegio, el deber de
cada habitante y los derechos de los hombres en sociedad. La
docencia es un arte, y quien ejerce tal profesión debe hacer de ella
una actitud de vida, pues educando se forja a los hombres que
constituirán el futuro.
 
Se debe tener en cuenta que cualquier corrección de comportamiento
disciplinario que pueda traer aparejado un daño psíquico, para quien es
corregido en su  conducta frente a otros docentes a terceros o a los
mismos alumnos debe realizarse en privado y a solas con el alumno;
teniendo en cuenta que cualquier represión a los educandos frente a
terceros que sobrepase el límite de los prudente provoca un daño
moral y plausible de resarcimiento.
           
Para que surja dicha obligación por parte del docente de
resarcimiento, la victima debe probar el hecho ilícito, el daño efectivo
causado en la psiquis, la culpa de quien provocó el perjuicio y por
último el vínculo de causalidad existente entre el hecho atribuido y el
daño producido. Probado estos extremos se condenará al docente al
resarcimiento por daño moral de conformidad a las ofensas inferidas.

Hay que tener en cuenta que la responsabilidad civil de los


establecimientos educativos ha sido reformada por la ley 24.830. La
modificación introducida establece un cambio radical del sistema de
responsabilidad que nos ocupa, consistente en la liberación de los
directores de colegio y de los maestros artesanos, del peso de la
presunción de culpa establecida por el antiguo artículo 1117 del Código
Civil, la objetivación del factor de atribución y la modificación de la
legitimación pasiva. Son también aplicables los Arts. 1109, 1111, 1115,
1116, 1118, 1122, 1123, y concordantes del citado código.
 
A partir de la modificación legislativa ya no se presume la culpa de los
directores de las escuelas, y se atribuye la responsabilidad al titular
del establecimiento educativo al que concurra el alumno. Será
entonces la persona física o jurídica, tanto privada como pública que
detente el carácter de propietario de la Institución a la que asista el
alumno dañador o damnificado, quien resulta ser el legitimado para
iniciar la acción resarcitoria.
 
Sin perjuicio de lo antes expuesto, no se encuentran exceptuados los
directivos o docentes quienes pueden ser responsabilizados en forma
directa si se demuestra su dolo o culpa, y en tal caso, deberán reparar
el daño causado de acuerdo a los principios generales de la
responsabilidad civil subjetiva (Art. 1109 Cod. Civil). en este supuesto
la responsabilidad es concurrente con el Estado en caso de ser
establecimiento público o el propietario en caso de ser escuela
privada.
 
Las hipótesis contempladas en la norma son:
 
1.  Daños causados por los alumnos a terceros: En este supuesto
responde siempre el titular del establecimiento, sea que se hubiere
dañado a terceros extraños o alguien vinculado con la actividad
educativa (alumnos, docentes y/o persona que por alguna causa
estuviere en la escuela, o transeúnte, etc.).
 
2 .Daños sufridos por los alumnos : Siempre responde el titular por el
daño que sufra el menor, sea causado por un dependiente, un tercero
ajeno, un alumno, o por el hecho de las cosas, siempre que ocurra el
evento dañoso durante actividades realizadas bajo el control de la
autoridad educativa, por incumplimiento de la obligación de seguridad.
 
Los requisitos para hacer procedente la acción de resarcimiento son
los siguientes:
 
 1-.Edad del menor: estarían comprendidos en la norma los daños
causados o sufridos por cualquier menor, aún los menores de 10 años y
hasta 18 años, donde se adquiere la mayoría de edad.
 
2-.Actividad escolar: el daño, que puede ser físico o moral, debe
producirse mientras el menor se encuentre "bajo el control de la
autoridad educativa". A tal efecto tal hipótesis comprende toda
actividad estrictamente curriculares, la que se extiende a todas las
que se vinculen a ella por el hecho de encontrarse organizadas y
controladas por la autoridad educativa (o a través de sus
dependientes, directores, docentes en general, preceptores, etc.), no
se limitan a actividades desarrolladas en las aulas, se incluyen por
ende, las deportivas, viajes de estudio o recreación, etc. Con lo cual
los directivos y docentes de las escuelas tienen que cumplir con su
obligación de vigilancia respecto del alumnado en un límite temporal
muy amplio.
 
3-.Nivel de enseñanza: se limita la reparación al titular de escuelas
que impartan educación especial, de los ciclos de inicial, de educación
Inicial y Primaria, educación Secundaria, quedando expresamente
exceptuado la enseñanza Terciaria y Universitaria.
 
Para eximirse de la obligación de resarcimiento el demandado, deberá
probar el caso fortuito, conforme Art. 514 del Código Civil. a fin de no
tener responsabilidad sobre el hecho ocurrido.
 
Por último el titular del servicio educativo tiene la obligación de
contratar un seguro de responsabilidad civil, a fin de garantizar a la
víctima del daño una adecuada reparación, de conformidad al nuevo
texto del Art. 1117 del Código Civil.
 
Cabe resaltar que con la nueva reforma del artículo 1117 del Código
Civil el personal Directivo de las escuelas han sido justamente
beneficiado dado que ya no pesa sobre estos la responsabilidad
refleja que establecía la anterior redacción del artículo citado y que
agravaba en forma injustificada la situación del Director de la
escuela. Por lo tanto en la realidad y partir de esta reforma las
demandas por daños y perjuicios por responsabilidad civil en principio
y en líneas generales serán dirigidas contra el propietario del servicio
educativo, sea estatal o privado.
 
De esta manera se ha recepcionado el reclamo de la comunidad
docente en cuanto a su protección en situaciones de responsabilidad
civil y por otro lado se ha adecuado el derecho a los hechos que
suceden en la realidad cotidiana de las escuelas. Sin embargo y por vía
de excepción el personal docente puede ver comprometida su
responsabilidad civil cuando en el cumplimiento de sus funciones
inherentes al cargo que desempeña hubiere actuado con dolo o culpa y
tal conducta hubiere provocado un hecho dañoso a un alumno o
tercero. En tal hipótesis quien demande (–padres del alumno, tutor,
tercero, etc-). deberán demostrar tales extremos y podrán dirigir la
acción de acuerdo a su elección contra el docente en forma directa y
separada o demandar en forma conjunta tanto al Estado o propietario
y al docente responsable.
 
Por eso es importante que los docentes extremen sus cuidados y
deber de diligencia en el cumplimiento de sus funciones inherentes al
cargo que desempeña con el objeto de brindar una vigilancia activa y
permanente de los educandos que estén a su cargo. De tal manera se
garantizara en forma idónea el cumplimiento de la obligación accesoria
de seguridad que comprende tanto la integridad física como
psicológica del alumno y se disminuirá la posibilidad de una acción
indemnizatoria contra el docente.
 
Hay unanimidad en la doctrina en cuanto a que el deber de seguridad
se encuentra inserto en todo contrato de enseñanza, ya sea en forma
expresa o tácita.
 
Por lo tanto el propietario del establecimiento educacional, sea
privado o público, tiene deberes de asistencia, estos, relacionados a la
protección de los alumnos que concurren a él, en razón de tutelar la
indemnidad física y psíquica del educando.
 
Es decir que junto con la obligación de aportar el servicio educativo, el
responsable del establecimiento también se está comprometiendo a
mantener la incolumidad física del alumno.
 
El titular responsable del establecimiento se encontraría entonces con
la obligación en forma tácita a devolver al educando cuanto finalice la
actividad escolar, en las mismas condiciones físicas en que lo recibió,
caso contrario si el menor es víctima de un hecho dañoso durante el
desarrollo de la actividad escolar y estando bajo el control de la
autoridad educativa, tendrá razón de ser la obligación por parte de
éste de resarcir el perjuicio sufrido por el educando en función del
incumplimiento del deber de seguridad.
 
Entendiéndose que dentro de este deber de seguridad, al cual nos
estamos refiriendo, abarcaría el daño que ha sufrido el educando
respecto a su integridad psicofísica por el accionar del responsable
del establecimiento (daño sufrido por un alumno ocasionado por el uso
de una cosa riesgosa) o bien por el accionar de terceros que no son
dependientes y que el propietario ha introducido para llevar a cabo la
prosecución del contrato educativo; este deber estaría enmarcado en
la normativa del artículo 1113 del Código Civil.
 
 Lo cierto es que, dentro de los establecimientos escolares y también
fuera de ellos se generan hechos que obligan al docente a extremar el
cuidado de seguridad de sus alumnos y de su seguridad. La violencia
familiar, en la mayoría de los casos silenciada, está surgiendo a través
de comportamientos, cada vez más grave en niños y adolescentes que
concurren a las aulas, su correlato en relación alumno-docente adopta
ribetes específicos en cada institución, por lo que en la actualidad,
tanto docentes como autoridades, se encuentran en un marco de
vulnerabilidad en su labor escolar diaria.
Es por ello que el trabajo actual del docente, debe realizarse más allá
de su rol tradicional, ya que no solamente debe encargarse de los
elementos de formación básica del niño o adolescente, sino que
también tiene que velar por la superación social y moral de los
educandos al no ser cubierta dicha función por el núcleo familiar.
 
El drama de la violencia familiar y social y sus repercusiones dentro el
ámbito de la escuela, es hoy el problema principal que afronta el
educador, por la importancia que representa, por ser cotidiana, y una
forma destructiva de solucionar diferencias dentro del género
humano.
 
Las temáticas más comunes que se presentan son, la violencia
doméstica, el abuso infantil, el maltrato (como abuso físico o sexual)
la violencia social, etc.
 
La violencia está en la actualidad inserta en la actividad áulica y,
siendo esta tan compleja repercute en conductas negligentes o
acciones culposas que devienen en responsabilidades  tanto de los
docentes, directivos, o de padres, considerados estos últimos también
partes de la comunidad educativa.
 
La escuelas deben dar cabida a problemáticas que cada vez se hacen
más recurrentes tales como, las dificultades de aprendizaje, violencia,
deserción escolar, maternidad precoz, desorientación vocacional,
conductas adictivas, formación de valores etc.; pero en la búsqueda de
soluciones a esta problemática, no debe perderse de vista el objetivo
principal de la educación que es el de formar personas.
 
El personal docente –la mayoría de las veces- advierte tardíamente
comportamientos agresivos provenientes del interior del propio
establecimiento y del exterior del mismo,  producido por factores
económicos y sociales, como por ejemplo: hurtos y robos de objetos;
ataques sexuales; lesiones con consecuencias leves, graves y
gravísimas, ocasionadas por la utilización de armas como navajas,
cuchillos y armas de fuego; homicidios y suicidio. Ante estos hechos el
docente es superado por la gravedad y trascendencia de los mismos.
 
A continuación se señalan pautas orientativas y medidas a tomar por el
personal directivo de los servicios educativos a los fines de prevenir
potenciales hechos que originen una responsabilidad civil del titular
del establecimiento a saber:

1. Realizar un control periódico de las instalaciones y bienes muebles que pudieren


generar algún riesgo al alumnado por su mal estado de conservación.(Ej enchufes, cables que a
la vista denotan su deterioro dado que de estas cosas inanimadas puede surgir un daño a un
alumno). Solicitar en forma urgente por escrito la reparación de las deficiencias técnicas ante
los organismos pertinentes. A modo de ejemplo existen fallos judiciales por los que se condeno
a pagar una indemnización al Estado Provincial por ceder los soportes de un pizarrón y provocar
lesiones graves a un alumno.
2. Tomar medidas de seguridad y control en cuanto a las puertas de acceso del edificio
escolar durante el horario de entrada y salida de los alumnos. En los demás horarios deberá
permanecer cerrada con algún dispositivo de seguridad y bajo el control de persona designada
por la autoridad.
3. Durante los recreos se deberá designar personal docente o de receptoría distribuidos
en puntos estratégicos según el lugar utilizado a fin de controlar en forma adecuada el
comportamiento de los alumnos y evitar agresiones físicas o tumultos. Existen fallos en los que
se eximió de responsabilidad al Estado en casos de agresiones físicas y lesiones graves entre
alumnos (perdida de un ojo) cuando fue imposible impedir el hecho por su imprevisibilidad y se
pudo probar además que existió por parte del personal docente una vigilancia activa por estar a
escasos metros del lugar de los hechos.
4. En horario de clases el profesor jamás deberá abandonar y dejar solos a los alumnos
salvo que estén bajo la custodia de algún preceptor. Cabe citar una sentencia en la que se
condenó al Estado y al Director del colegio a pagar una indemnización a un alumno que fue
golpeado con un paraguas en su rostro por otro alumno en el lapso que la profesora se había
ausentado del aula por haber sido llamada al despacho del director del colegio.
5. No deberá darse órdenes o encargues a los alumnos fuera de las dependencias de la
escuela con riesgo evidente para ellos o terceros, y aun más grave, en horas de clase para
realizar tareas sin vigilancia. (Así obra con imprudencia el profesor de educación física que
permite que sus alumnos se trepen al techo de la casa contigua al colegio para alcanzar las
pelotas que caían en él).
6. No realizar actividades de educación física por motivos climáticos en lugares cerrados
que no cumplan con las condiciones de comodidad y seguridad adecuadas como ser por ejemplo
proximidad de puertas y ventanas de vidrio que impliquen un riesgo respecto de la actividad
física a desarrollar por los alumnos.
7. La circunstancia de que el menor tuviera problemas de conducta, fuera inquieto o
travieso, obliga a obrar con mayor atención hasta tanto se haga uso o no de la facultad de
expulsión del alumno del establecimiento por lo cual en tales circunstancias debe acentuarse el
deber de vigilancia por parte de las autoridades de la escuela dado que el comportamiento
anterior no sirve como atenuante o eximente de responsabilidad.
8. Extremar las medidas de control y vigilancia de los alumnos durante las clases
prácticas de taller no permitiendo el uso o manipulación de herramientas sin el debido control y
presencia efectiva de uno o varios profesores que supervisen la clase.
9. En los edificios escolares que cuenten con más de un piso deberá controlarse en el
sector de escaleras durante el ascenso y descenso de los alumnos con el objeto de evitar
accidentes. Existe una demanda en que el alumno cayó al vacío desde una escalera –
aparentemente montado a caballo sobra la baranda- estrellándose contra una estufa que se
hallaba en planta baja condenándose a pagar una indemnización al Estado Provincial.
10. En cuanto a la elección de alumnos para su inscripción cabe citar otra jurisprudencia en
que se encontró responsable al colegio y director a pagar una indemnización por ejercer en
forma irregular el derecho de aceptar o rechazar la solicitud de ingreso de una alumna. Así se
indica que deviene arbitrario al exceder los límites de la buena fe, constituyendo un ejercicio
abusivo de sus derechos que la ley no ampara el impedir su inscripción sin fundamento
razonable.
11. En el caso de viajes con fines educativos o excursiones o paseos recreativos la
autoridad escolar debe aumentar los cuidados durante este tipo de eventos asignando una
cantidad de docentes en proporción a la cantidad de alumnos y cumplir con lo indicado en la
Comunicación sobre lecciones en paseos.
 
Dicha enunciación es de carácter enunciativo dado que los hechos que
pueden derivar en responsabilidad civil en las escuelas son
innumerables sin embargo a los fines de ejemplificar y concientizar de
la importancia de este tema nos parece sumamente válida tal
enunciación, máxime si se tiene en cuenta el desconocimiento y el
temor existente sobre esta temática en el personal docente.
 
Por último es aconsejable que toda información de anormalidades
(brindadas por docentes, asistentes sociales, alumnos, etc.) es
necesaria y será valedera no solo por la potencialidad de un proceso
judicial, sino para salvaguardar a los alumnos y al personal del
establecimiento como a los terceros que concurran al mismo, de todo
tipo de perjuicio. La prevención de accidentes durante la actividad
docente debe prevalecer sobre todo otro recaudo.
 
Para finalizar realizaremos algunos aportes para orientar a los
docentes en los cursos de acción ante accidentes de alumnos y
docentes:
 
I) ACCIDENTES DE ALUMNOS     
 
a) Llamar a los responsables de los alumnos.
b) Ponerse en contacto con el Médico de los Hospitales.
c) Levantar un Acta que se elevará a la superioridad describiendo el
hecho.
d) Los responsables de los alumnos tomarán conocimiento y firmarán
el Acta.
e) En caso de requerirse internación se hará la denuncia policial.
 
Producido el accidente es importante que prime el criterio objetivo
del hecho sobre la intención subjetiva. No desestimar los accidentes.
 
Convengamos que "dentro del establecimiento" refiere a todas las
actividades programadas por la institución escolar que no
necesariamente se desarrollan en el edificio escolar. Ejemplos:
Experiencia Directa. Plan Natación. Clases de Educación Física en
campos deportivos.
 
Si la escuela tuviere algún otro tipo de cobertura de emergencia
médica suscripta por las Asociaciones Cooperadoras, podrá requerirse
como acción complementaria (no lo reemplaza).Si el servicio de
emergencia determina el traslado del alumno a un Hospital, un docente
conjuntamente con el familiar y/o responsable acompañarán al
accidentado. En todos los casos no puede omitirse la consulta con el
Hospital, aunque el alumno tenga Obra Social.
 
Ante la Dirección de la Escuela se registrarán los hechos accidentales
en el libro de actas respectivo, que es considerado documento público:
Cuando los hechos se produzcan fuera del establecimiento escolar, si
se labrara un "Acta volante" la misma será transcripta luego en el
libro correspondiente. Proponemos para la redacción de las actas
describir en forma separada las acciones de forma tal que queden
claras cada una de ellas: Esencial: a) - señalar siempre circunstancias
de tiempo, modo y lugar; b)- Relato objetivo de los hechos sucedidos;
c)- Redacción en términos concisos, claros e inequívocos; d)- De
detectarse lesión visible, señalar únicamente las características
observables de la misma (su localización) (no diagnosticar); e)- Debe
constar la presencia de testigos si los hay; f)- Hora en que ocurrió el
accidente; g)- Nombre del profesional interviniente - Número de
matrícula profesional; h)- Hospital al que fuera derivado; i)- Firma del
personal de conducción y de los responsables del menor .En caso de
requerirse internación, se formulará la denuncia policial.
 
Labrada el Acta, tomarán conocimiento y la firmarán los padres y/ó
responsables del alumno, el director, el docente a cargo del alumno y
otros actores intervinientes hábiles y mayores de edad. De producirse
la negativa de firmar por alguno de los mencionados, la autoridad
escolar convocará a dos testigos dejando constancia al pie del Acta de
tal circunstancia.
 
Cuando el servicio médico interviniente determina la internación del
alumno accidentado la autoridad escolar deberá, radicar la denuncia
policial en la comisaría correspondiente a su jurisdicción.
 
De considerarlo necesario por la gravedad del caso y/ó antecedentes
se anticipará la información a la superioridad en forma telefónica.
 
Con los actuados se formará un legajo que contenga:
1-Acta labrada.
2-Comprobante de atención de primeros auxilios con diagnóstico
médico.
3-Comprobante de denuncia policial - si correspondiera.
4-Certificado de "Alta Médica" (Se incorporará en la oportunidad en
que se otorgue).
5-Nota de elevación con opinión fundada de la autoridad escolar donde
constará situación de escolaridad del niño después del accidente.
6-Posterior actualización de información.
 
Otras acciones: Se advierte sobre la necesidad de que ante un
accidente, docentes de la Institución escolar acompañen al alumno y
familiar durante el tiempo de recuperación, orientándolos y
conteniéndolos ante las distintas situaciones que pudieren
presentarse.
 
II) ACCIDENTE DEL DOCENTE (accidente de trabajo)

Se considera tal a todo accidente ocurrido en el horario escolar


(dentro y fuera del establecimiento) y en el trayecto de ida y vuelta
del trabajo
 
En ese supuesto el docente debe actuar de la siguiente forma:
1 - Confeccionar el acta en la Escuela
2 - Efectuar la denuncia policial por Accidente de Trabajo dentro de
las 24 hs. de ocurrido, si es posible con 2 testigos.
 
            Tener en cuenta que:
- La atención médica debe realizarse en Hospital Público y pedir que
quede registrado en el Libro de Accidentes de Trabajo.
- El formulario correspondiente (confeccionado y distribuido por el
Departamento de Accidentes de Trabajo dependiente de la
Secretaría de Estado de Seguridad Social del Ministerio de Bienestar
Social) lo debe completar la Escuela.
3 - Ir al Servicio de Reconocimientos Médicos con el memo
correspondiente donde se consigne Accidente de Trabajo, copia del
Acta de la escuela y denuncia policial.
4- El docente no se puede reintegrar al trabajo sin contar con el alta
médica del servicio de Reconocimiento Médico.

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