Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El desarrollismo tenía una visión pesimista respecto de los precios de las commodities. Por
ende, mantenerse como un país agroexportador conduciría al estancamiento. La clave era el
desarrollo industrial y, sobre todo, la “expansión vertical”. Este término refiere al acople de las
actividades de producción de insumos y bienes de capital a las ramas más expandidas. Los
sectores estratégicos eran el del gas y el petróleo, la siderurgia, la química y la energía eléctrica
Para desarrollar los rubros previamente mencionados, de forma rápida y simultánea, era
necesario un “esfuerzo crítico mínimo” de inversión, el big push. La atracción a las inversiones
foráneas era la piedra angular del programa desarrollista. Para que llegasen dichas inversiones,
debían darse las condiciones internas pertinentes. De esta forma, es sancionada la Ley 14.780
de inversiones extranjeras
En 1958 el bajo nivel de reservas en el Banco Central era preocupante. La situación pedía una
dosis de ortodoxia. Sin embargo, dado que Frondizi debía cumplir los compromisos contraídos
con Perón, hubo un aumento de los salarios, financiado con emisión monetaria. Esto produjo
una estampida inflacionaria. Hacia fines de ese mismo año, la inflación ya había erosionado el
aumento de salarios de mediados de año, creándose un clima de inestabilidad poco propicio a
la atracción de capitales foráneos.
Etapas identificables:
a. La política expansiva
Se puso en marcha una política firme de contención monetaria, aumentando los encaje y
estableciendo un máximo de 2% de tasa de expansión monetaria no respaldada.
Para reducir el déficit fiscal, se proyectó una reducción del empleo estatal, suspensión de
algunas obras públicas y limitación de aumentos salariales de empleados estatales. Además, se
aumentaron algunos impuestos y se incrementaron tarifas públicas.
Alvaro Alsogaray fue designado al frente del los ministerios de Economía y Trabajo.
Se produjo un flujo de capitales extranjeros. El gobierno hizo todo lo posible para alentar este
aluvión. Hubo una serie de reducciones impositivas que alcanzaron tanto a empresas
nacionales como extranjeras. Dentro del esquema de recargos a la importación, fue
acentuándose la preferencia por las máquinas y equipos. Fue criado un Comité Ejecutivo para
la Racionalización, encargado e reducir el empleo público redundante.
Alemann se mostró tan cauto como su antecesor, y consiguió una masa crítica de
financiamiento. Pero la herencia recibida no fue tan brillante, el índice de precios mayoristas
empezó a amenazar con una tendencia ascendente, y el déficit comercial venía creciendo con
la reactivación.
En 1961 se produce un resurgir inflacionario por la presión gremial (“empuje de costos”). Con
el incremento de las huelgas por el conflicto ferroviario, el gobierno decidió ceder y recurrir al
Banco Central para solventarlo. Esto produjo la renuncia de Alemann.
La caída de las reservas fue incontenible. Las expectativas habían cambiado de signo. Los
capitales estaban mostrando su contracara, el déficit externo era creciente. Se intentaron
tomar unas medidas, pero no bastó y Frondizi fue derrocado.