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I. Generalidades
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116 Estudio psicopatológico de las conductas
1. Prelenguaje
Partiendo de los gritos del recién nacido, cuya finalidad al principio no es
otra que la de expresar un malestar fisiológico, se constituyen lentamente las
formas de comunicación entre el niño y su medio. Los primeros sonidos o gri
tos, en función de las respuestas de la madre, expresan muy pronto toda una
gama dé sensaciones (cólera, impaciencia, dolor, satisfacción, incluso placer).
En otras palabras, para algunos autores (Vigotsky, Bruner) existe una estrecha
relación entre ciertos aspectos de la motricidad de la emisión artrofonemática
y las preformas del lenguaje, de ahí el concepto de «actos de lenguaje».
A partir del primer mes y a medida que el bebé adquiere una mejor coordi
nación respiratoria, aparece el balbuceo o laleo» El parloteo del recién nacido
está constituido inicialmente por una serie de sonidos no especificados en res
puesta a unos estímulos también inespecíñcos. El parloteo se enriquece rápida
mente en el plano cualitativo, dado que el niño parece ser capaz de producir, de
forma puramente aleatoria, todos los sonidos imaginables. El papel de esta ac
tividad es esencial para la formación de las coordinaciones neuromotoras arti
culatorias.
i A partir de los 6-8 meses, aparece el período de la «ecolalia», suerte de
«diálogo» que se instaura entre el niño y su madre o su padre. El bebé respon
de a la palabra del adulto mediante una especie de melopea relativamente ho
mogénea y continua. Poco a poco, la riqueza de las emisiones sonoras iniciales
se reduce para dar paso únicamente a algunas emisiones vocálicas y consonán-
ticas fundamentales. Paralelamente, el adulto adapta su conversación a la ca
pacidad receptiva del niño: construye frases simples, agudiza el tono de voz en
orden a que el oído del niño discrimine mejor, etc.
A veces, el balbuceo se extingue lentamente dando lugar a un período de si
lencio; en otras ocasiones, por el contrario, al balbuceo sucede directamente el
pequeño lenguaje.
2. Pequeño lenguaje
Las primeras palabras aparecen a menudo en situación de ecolalia, ai tiem
po que las primeras secuencias dotadas de sentido se diferencian por ciertos
rasgos oposicionales, con un pobre rendimiento dado su número limitado, pero
de fácil aprovechamiento: «papá», «mamá», «toma», etc.
A los 12 meses, un niño puede haber adquirido de 5 a 10 palabras; a los 2
años el vocabulario puede alcanzar hasta 200 palabras, con grandes diferencias
en la edad y en la rapidez de adquisición. No obstante, el orden en las adquisi-
Psicopatología del lenguaje 117
3. Lenguaje
Es el período más largo y el más complejo de la adquisición del lenguaje,
caracterizado por el enriquecimiento a la vez cuantitativo (entre los 3 1/2 y los
5 áTíos~elnifio puede dominar hasta 1.500 palabras, siñ captar totalmente su
significado) y cualitativo. «£/ acceso al lenguaje propiamente dicho se caracteriza
por el abandono progresivo de las estructuras elementales del lenguaje infantil y
del vocabulario que le es propio, sustituyéndolos por construcciones cada vez más
parecidas al lenguaje del adulto» (C. P. Bouton). Al mismo tiempo, el lenguaje
¿ A. ^crocopar s*\ autonzactón es ur deirto.
1. Una actividad verbal «libre», en la que el niño sigue utilizando una «gra
mática» autónoma, establecida a partir del pequeño lenguaje.
| Esto muestra bien a las claras la constante interacción entre las adquUtcio-
o nes verbales del niño y los estímulos procedentes del ambiente. \
118 Estudio psicopatológico de las conductas
Entre los 4-5 años, la organización sintáctica del lenguaje es cada vez más
compleja, de manera que el niño puede prescindir ya de todo soporte concreto
para comunicarse. Utiliza, incluso, subordinaciones (porque, puesto que), con
dicionales, alternancias, etc. Pasa así del lenguaje implícito (cuando la com
prensión del mensaje verbal precisa informaciones extralingüísticas suplemen
tarias) al lenguaje explícito que se basta a sí mismo.
B. EL LENGUAJE EN LA INTERACCIÓN
A. TRASTORNOS DE LA ARTICULACIÓN
B. RETRASO DE LA PALABRA
O MASSCN
A. DESCRIPCIÓN CLÍNICA
D. ENFOQUE TERAPÉUTICO
IV. D1SLEXIA-DISORTOGRAFÍA
1. Descripción
a) Dislexia
b) Disortograffa
2. Factores asociados
Junto a la dislexia se dan ciertas asociaciones cuya frecuencia me-
rece ser señalada, sin que por ello puedan considerarse el único origen
a) Retraso en el lenguaje
b) Trastornos de la tateralización
S A Fotocop«ar san a utorización es jo delito.
3. Factores etiológicos
Además de las asociaciones descritas, se invocan numerosos facto
res como origen de este trastorno, que se sitúa en la encrucijada de la
maduración social e individual del niño. El córtex cerebral, el patri
monio genético, el equilibrio afectivo y los errores pedagógicos han
sido considerados, ora unos, ora otros, como responsables.
a) Factores genéticos
b) Sufrimiento cerebral
c) Trastornos perceptivos
d) Equilibrio psicoafectivo
ducta patológica.
e) Medio sociocuitural
M A S S O N . S.A. Forocopar sin ajtorzaoón
f) Inteligencia
g) Pedagogía
4. Tratamiento
El lugar ocupado por la dislexia en el conjunto de las deficiencia#
del niño y el carácter primario o reactivo de estas últimas deberán ser
tenidos en cuenta antes de iniciar una terapia. Si la dislexia está ins
crita en el marco de un trastorno profundo de la personalidad, con
oposición más o menos vigorosa a todo tipo de adquisición nueva,
sobre todo escolar, es fácilmente previsible que la reeducación se es
trelle contra el síntoma, siendo entonces deseable un enfoque terapéu?
tico globalizado.
No obstante, la reeducación resulta con frecuencia indispensable, i
Lo esencial es que el niño la acepte y se halle motivado para ello, tarea
esta que incumbre al psicólogo, al reeducador, e incluso a los padres.
En cuanto al método utilizado, depende más del reeducador que del
niño. Distinguiremos los métodos basados en la lectura (Borel-Mai-
sonny) con una base fonética en los que unos gestos simbólicos inten
tan suscitar la asociación signo escrito-sonido, y los métodos basados
en la escritura (Chassagny), que utilizan series (palabras encadenadas
por su forma o por su significado) y en los que el niño se autocorrige
(p. ej., «hombre»: se invita al niño a escribir «m im bre», «lum bre»,
«timbre», «hambre» y, por fin, «hombre»).
En la mayoría de los casos, la reeducación consigue entre 6 y ^
24 meses de disminución e incluso la desaparición de las dificulta
des. Hay, no obstante, un porcentaje de niños (del 10 al 15 % ) que
apenas logra ningún progreso. En este caso debe plantearse la nece
Psicopatología del lenguaje 131
V. Patologías especiales
A- TARTAMUDEZ /
de manos, etc.).
Aparece habitualmente entre los 3 y los 5 años. Se denomina, con
poca fortuna, «tartamudeo fisiológico» a la fase de repetición de síla
bas sin tensión espaStíióHica o tónica que sobreviene hacia los 3-4 años
y que no tiene ninguna relación con el tartamudeo auténtico. Más
tarde, en la infancia o en la adolescencia, puede aparecer la tartamu
dez, a veces repentinamente, después de un impacto afectivo o emo*’
cional.
Las diversas exploraciones neurofisiológicas no han permitido des
cubrir ninguna anomalía funcional, hecho que confirma la variabili
dad del tartamudeo de un día a otro en función del interlocutor, el es- \
tado afectivo del locutor mismo y el contenido de su discurso. El
tartamudeo se acentúa cuando la relación es susceptible de desenca
denar una emoción (padres, escuela, desconocido, etc.) y se amortigua
o desaparece cuando las emociones son fácilmente controlables (texto
132 Estudio psicopatológico de las conductas
1. Factores asociados
La tug&neia ha sido invocada con frecuencia. Hay antecedentes en
un 30 % de los casos, más o menos.
2. Psicopatología de la tartamudez *
Las perturbaciones psicoafectivas del niño tartamudo son tales
que nadie osaría ignorarlas. Puesto que el síntoma incide esencialmerC
te en la comunicación interindividual, los diversos trabajos referidos a
las dificultades psicoafectivas del tartamudo oscilan constantemente
entre dos polos: una personalidad patológica, un entorno patológico, j
3. Evolución y tratamiento
Si bien en ciertos casos el tartamudeo se atenúa o bien desaparece
espontáneamente con la edad, su posible persistencia y las dificulta
des de relación que implica justifican el abordaje terapéutico.
Todos los autores están de acuerdo en que cuanto más precoz es el
tratamiento del tartamudeo, más rápido resulta y mejores resultados
Fotocopiar sin autorización es un detfto
B. MUTISMO
En el plano psicopatológico
Si el mutismo emocional expresa con frecuencia un mecanismo de t
conversión histérica, sobre todo en la adolescencia, la comprensión }
dinámica del mutismo electivo global resulta, por el contrario, mucho
más difícil de abordar. El lazo de unión entre madre-hijo es siempre
muy fuerte, y a causa de ello el niño puede dirigir la carga libidinal i1
sobre el lenguaje considerándolo una amenaza potencial para dicha
unión. Parece ser que, a pesar de una aparente adaptación superficial,
dicho mutismo enmascara a menudo profundos trastornos de la per- ’
sonalidad de tipo psicótico o prepsicótico. Con frecuencia existe en
estas familias un «secreto familiar», algo no dicho. El mutismo parece
precintar a algunos miembros de la familia (especialmente a la madre
y su hijo) y prohibir la divulgación de este secreto fuera del ámbito fa
miliar. Por lo general dicho secreto se articula alrededor de un drama
familiar: nacimiento ilegítimo, locura, muerte (Myquel).
Tratamiento
El tratamiento del mutismo emocional es parecido al enfoque te
rapéutico de las neurosis traumáticas (terapia de sostén, en la que se
utilizan las explicaciones y la sugestión). En el caso del mutismo elec
tivo, el tratamiento psicoterapéutico puede resultar difícil, especial
mente a causa de la contratransferencia que el síntoma suscita en el
terapeuta. El psicodrama e incluso la separación familiar pueden ayu-l
dar a la modificación del síntoma.
Psicopatología del lenguaje 135
C. LENGUAJE Y PSICOSIS
BIBLIOGRAFÍA