Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El pectoral mayor es un músculo de gran tamaño y en forma de abanico que cubre la parte
superior del tórax (fig. 3-21 A). Está dotado de una porción clavicular y una esternocostal. La
porción esternocostal es mucho mayor, y su borde lateral aporta la masa muscular que forma la
mayor parte de la pared anterior de la axila. Su borde inferior constituye el pliegue anterior de la
axila (v. «Axila»). El pectoral mayor y la parte adyacente del deltoides forman el estrecho surco
deltopectoral, por el cual discurre la vena cefálica (v. fig. 3-15 B). No obstante, estos músculos
divergen ligeramente en dirección superior y acaban formando, junto con la clavícula, el
triángulo clavipectoral (deltopectoral) (v. figs. 3-2 y 3-15 B).
Cuando actúan conjuntamente, las dos porciones del pectoral mayor producen una potente
aducción y rotación medial del brazo, pero también pueden actuar de forma independiente, y
entonces la porción clavicular flexiona el húmero y la esternocostal lo extiende hacia atrás desde
la posición flexionada.
Para explorar la porción clavicular del pectoral mayor, el brazo se debe abducir 90° y el sujeto
debe mover el brazo anterior-mente contra resistencia. Esta maniobra permite observar y palpar
la porción clavicular, siempre y cuando sus movimientos sean normales.
Para explorar la porción esternocostal del pectoral mayor, el brazo se debe abducir 60° y a
continuación debe aducirse contra resistencia. Esta maniobra permite observar y palpar la
porción esternocostal, siempre y cuando sus movimientos sean normales.
El pectoral menor se sitúa en la pared anterior de la axila, donde está recubierto en su práctica
totalidad por el pectoral mayor, que es mucho más grande (figs. 3-21 B y 3-22). El músculo
pectoral menor tiene forma triangular: su base (inserción proximal) está formada por unas bandas
carnosas que se insertan en los extremos anteriores de las costillas 3. a a 5. a cerca de sus
cartílagos costales; su vértice (inserción distal) se encuentra en el proceso coracoides de la
escápula. Es frecuente observar variaciones en las inserciones costales de este músculo.
El pectoral menor estabiliza la escápula y actúa cuando se extiende el miembro superior hacia
adelante para tocar un objeto que se encuentra fuera del alcance de la mano. También ayuda
a elevar las costillas en la inspiración profunda cuando la cintura escapular está fijada o elevada.
El pectoral menor es un útil punto de referencia anatómico y quirúrgico para la localización de
estructuras axilares (p. ej., la arteria axilar), ya que, junto con el proceso coracoides, este músculo
forma un «puente» bajo el cual pasan diversos vasos y nervios hacia el brazo.
La robusta parte inferior del serrato anterior rota la escápula y eleva su cavidad glenoidea para
que el brazo pueda elevarse por encima del hombro. También ancla la escápula y la mantiene
estrechamente unida a la pared torácica, lo cual permite que otros músculos la utilicen como
hueso fijo para mover el húmero. El serrato anterior mantiene la escápula contra la pared
torácica cuando se realizan flexiones de brazos en el suelo o se empuja contra una resistencia
(p. ej., para mover un coche).
Para explorar el serrato anterior (o la función del nervio torácico largo que lo inerva) el sujeto
debe extender el miembro y empujar con la mano contra una pared. Esta maniobra permite
observar y palpar varias de las digitaciones que lo forman, siempre y cuando sus movimientos
sean normales.
Músculos axioapendiculares posteriores y escapulohumerales
Los músculos axioapendiculares posteriores (grupos super-ficial e intermedio de músculos
extrínsecos del dorso) unen el esqueleto apendicular superior al esqueleto axial (del tronco).
Los músculos posteriores del hombro se dividen en tres grupos (tabla 3-4):
Los músculos axioapendiculares superficiales son el trapecio y el dorsal ancho. Estos músculos se
ilustran en la figura 3-23, y sus inserciones, inervación y principales acciones se describen en la
tabla 3-4.
Trapecio: El trapecio proporciona una unión directa de la cintura escapular con el tronco. Este
extenso músculo triangular cubre la cara posterior del cuello y la mitad superior del tronco (fig. 3-
24). Se denomina así porque los músculos de los dos lados forman un trapecio (figura geométrica
irregular de cuatro lados). El trapecio une la cintura escapular al cráneo y a la columna vertebral,
y participa en la suspensión del miembro superior. Las fibras del trapecio se dividen en tres
porciones que ejercen acciones diferentes en la unión fisiológica escapulotorácica (entre la
escápula y la pared torácica) (fig. 3-25; tabla 3-5):
Las fibras descendentes (superiores) elevan la escápula (p. ej., cuando se enderezan los
hombros).
Las fibras medias retraen la escápula (es decir, la traccionan posteriormente).
Las fibras ascendentes (inferiores) descienden la escápula y el hombro.
Las fibras descendentes y ascendentes del trapecio intervienen conjuntamente en la rotación
de la escápula sobre la pared torácica, porque actúan en direcciones opuestas. El trapecio
también traba el hombro, para lo cual tracciona de la escápula posterior y superiormente y la
fija en posición sobre la pared torácica con una contracción tónica; en consecuencia, la
debilidad de este músculo provoca la caída del hombro.
Para explorar el trapecio (o la función del nervio accesorio [NC XI] que lo inerva) el sujeto debe
encoger los hombros contra resistencia (intentar elevar los hombros mientras el examinador los
presiona hacia abajo). Esta maniobra permite observar y palpar el borde superior del músculo,
siempre y cuando sus movimientos sean normales.
Dorsal ancho: El nombre de dorsal ancho es muy adecuado, ya que cubre una amplia porción
del dorso (figs. 3-23 y 3-26; tabla 3-4). Este gran músculo con forma de abanico se extiende desde
el tronco hasta el húmero y actúa directamente sobre la articulación del hombro e
indirectamente sobre la cintura escapular (unión escapulotorácica). El dorsal ancho extiende,
retrae y rota el húmero medialmente (p. ej., cuando se recogen los brazos por detrás de la
espalda o se rasca la región escapular opuesta).
En combinación con el pectoral mayor, el dorsal ancho es un potente aductor del húmero y
desempeña un papel básico en la rotación hacia abajo de la escápula asociada a este
movimiento (fig. 3-25, tabla 3-5). También actúa en la recuperación de la posición del miembro
superior cuando este se encuentra en abducción por encima del hombro, y por ello es
importante para trepar. Junto con el pectoral mayor, el dorsal ancho eleva el tronco hacia el
brazo, que es lo que sucede cuando se realizan flexiones de brazos (al elevarse hasta que el
mentón toca una barra situada por encima de la cabeza) o se trepa a un árbol, por ejemplo.
Estos movimientos también tienen lugar cuando se corta madera con un hacha, se rema en una
canoa o se nada (en particular a estilo crol).
Para explorar el dorsal ancho (o la función del nervio toracodorsal que lo inerva) el sujeto debe
tener el brazo en abducción a 90° y luego aducirlo contra resistencia (ejercida por el
examinador). Esta maniobra permite observar y palpar fácilmente el borde anterior del músculo
en el pliegue axilar posterior (v. «Axila»), siempre y cuando sus movimientos sean normales.
MÚSCULOS AXIOAPENDICULARES POSTERIORES PROFUNDOS (EXTRÍNSECOS DEL HOMBRO)
Elevador de la escápula: El tercio superior del elevador de la escápula, un músculo con forma de
cincha, se sitúa en profundidad al esternocleidomastoideo, y el inferior en profundidad al
trapecio. Las fibras de este músculo se originan en los procesos transversos de las vértebras
cervicales superiores y se dirigen inferiormente hasta el borde superomedial de la escápula (figs.
3-23 y 3-27; tabla 3-4). Fiel a su nombre, este músculo, si actúa en conjunción con la porción
descendente del trapecio, eleva la escápula o la fija (opone resistencia a las fuerzas que la
descenderían, como sucede, por ejemplo, cuando se transporta un peso) (fig. 3-25, tabla 3-5).
Junto a los romboides y el pectoral menor, rota la escápula y hace descender la cavidad
glenoidea (la inclina inferiormente). Si los dos elevadores de la escápula se contraen
bilateralmente junto con el trapecio, hacen que se extienda el cuello; su acción unilateral puede
contribuir a la flexión lateral del cuello (hacia el lado del músculo activo).
Romboides: Los dos romboides (mayor y menor), que no siempre están claramente separados
uno de otro, tienen forma romboidea (de paralelogramo equilátero oblicuo) (figs. 3-23 y 3-28;
tabla 3-4). Se sitúan en profundidad al trapecio y forman bandas paralelas amplias que discurren
inferolateralmente desde las vértebras hasta el borde medial de la escápula. El delgado y
aplanado romboides mayor es aproximadamente dos veces más ancho que el grueso
romboides menor, situado superior a él.
Los romboides retraen y rotan la escápula, con lo que desciende la cavidad glenoidea (tabla 3-
5). También ayudan al serrato anterior a mantener la escápula contra la pared torácica y la fijan
durante los movimientos del miembro superior. Los romboides actúan cuando se hacen bajar
con fuerza los miembros superiores partiendo de una posición elevada (p. ej., cuando se clava
una estaca con un mazo).
Para explorar los romboides (o la función del nervio dorsal de la escápula que los inerva) el sujeto
debe situar sus manos en la parte posterior de las caderas y desplazar los codos posteriormente
contra resistencia (ejercida por el examinador). Esta maniobra permite palpar los romboides a lo
largo de los bordes mediales de las escápulas, siempre y cuando sus movimientos sean normales;
al encontrarse en profundidad con respecto a los trapecios, son difíciles de visualizar.
MÚSCULOS ESCAPULOHUMERALES (INTRÍNSECOS DEL HOMBRO)
Deltoides: El deltoides es un potente y grueso músculo de textura tosca que recubre el hombro y
forma su contorno redondeado (figs. 3-23 y 3-30; tabla 3-6). Como su nombre indica, tiene forma
de la letra griega delta (Δ) invertida. Se divide en dos porciones unipenniformes (anterior o
clavicular y posterior o espinal) y una multipenniforme (media o acromial, v. fig. 1-18), que
pueden actuar separadamente o como un todo. Cuando las tres porciones del deltoides se
contraen simultáneamente, el brazo se abduce. Las porciones clavicular y espinal actúan como
tensores que sostienen el brazo cuando se encuentra en abducción.
Para iniciar el movimiento durante los primeros 15° de la abducción, el deltoides recibe la ayuda
del supraespinoso (fig. 3-29 B). Cuando el brazo se encuentra en aducción completa, la línea de
tracción del deltoides coincide con el eje del húmero, de modo que este tira directamente del
hueso hacia arriba y no puede iniciar ni generar abducción. No obstante, el deltoides es capaz
de actuar como un músculo coaptador porque opone resistencia al desplazamiento inferior de
la cabeza del húmero en la cavidad glenoidea (p. ej., cuando se levanta o se lleva una maleta).
Para iniciar la abducción desde una posición de aducción completa se necesita la acción del
supraespinoso o bien que el sujeto se incline hacia un lado para que el movimiento se inicie
debido a la fuerza de la gravedad. El deltoides se vuelve completamente eficaz como abductor
tras los primeros 15° de movimiento.
Las porciones clavicular y espinal del deltoides actúan en el balanceo que realizan los miembros
superiores cuando se camina. La porción clavicular colabora con el pectoral mayor en la flexión
del brazo, y la espinal con el dorsal ancho en su extensión. El deltoides también ayuda a
estabilizar la articulación del hombro y a mantener la cabeza del húmero en la cavidad
glenoidea durante los movimientos del miembro superior.
Para explorar el deltoides (o la función del nervio axilar que lo inerva), el sujeto debe abducir el
brazo contra resistencia desde una posición de aproximadamente 15° (fig. 3-31). Esta maniobra
permite observar y palpar fácilmente el deltoides, siempre y cuando sus movimientos sean
normales. Si la persona está en decúbito supino se evita la influencia de la gravedad.
Redondo mayor: El redondo mayor es un grueso músculo redondeado que discurre lateralmente
al tercio inferolateral de la escápula (figs. 3-23, 3-29 A y B, y 3- 32; tabla 3-6). Su borde inferior
forma el borde inferior de la parte lateral de la pared posterior de la axila. El redondo mayor
aduce y rota medialmente el brazo. También puede participar en su extensión a partir de la
posición flexionada, y es un importante estabilizador de la cabeza humeral en la cavidad
glenoidea (la fija en su receptáculo).
Para explorar el redondo mayor (o la función del nervio subescapular inferior que lo inerva), el
sujeto debe poner el brazo en abducción y aducirlo contra resistencia. Esta maniobra permite
observar y palpar fácilmente el músculo en el pliegue posterior de la axila, siempre y cuando sus
movimientos sean normales (fig. 3-34).
MÚSCULOS DEL MANGUITO DE LOS ROTADORES
Cuatro de los músculos escapulohumerales (músculos intrínsecos del hombro) —el supraespinoso,
el infraespinoso, el redondo menor y el subescapular— reciben el nombre de músculos del
manguito de los rotadores porque forman un manguito musculotendinoso rotador alrededor de
la articulación del hombro (figs. 3-29 B y D, y 3-33). Con la excepción del supraespinoso, todos
ellos son rotadores del húmero; el supraespinoso, además de formar parte del manguito de los
rotadores, inicia y ayuda al deltoides en los primeros 15° de la abducción del brazo.
Los tendones de estos cuatro músculos se fusionan con la membrana fibrosa de la cápsula de la
articulación del hombro (fig. 3-29 D) y la refuerzan formando el manguito rotador que la protege
y le da estabilidad. La contracción tónica de estos músculos sujeta firmemente la relativamente
grande cabeza del húmero en la pequeña y poco profunda cavidad glenoidea de la escápula
durante los movimientos del brazo. Los músculos del manguito de los rotadores y sus inserciones
se ilustran en la figura 3-29, y sus inserciones, inervación y principales acciones se resumen en la
tabla 3-3.
Infraespinoso: El infraespinoso ocupa los tres cuartos mediales de la fosa infraespinosa (v. fig. 3-5
A) y está parcialmente cubierto por el deltoides y el trapecio. Aparte de estabilizar la articulación
del hombro, es un potente rotador lateral del húmero.
Para explorar el infraespinoso, el sujeto debe flexionar el codo y aducir el brazo, para luego rotarlo
lateralmente contra resistencia. Esta maniobra permite palpar el músculo inferior a la espina de
la escápula, siempre y cuando sus movimientos sean normales. Para explorar la función del nervio
supraescapular, que inerva al supraespinoso y al infraespinoso, deben examinarse ambos
músculos tal como se ha descrito.
Redondo menor: El redondo menor es un músculo estrecho y alargado al que oculta por
completo el deltoides y que no siempre se distingue claramente del infraespinoso. Colabora con
el infraespinoso en la rotación lateral del brazo y participa en su aducción. La mejor manera de
distinguir el redondo menor y el infraespinoso es por su inervación: la del primero procede del
nervio axilar y la del segundo del nervio supraescapular (v. tabla 3-6).
Subescapular: El subescapular es un músculo grueso y triangular que se sitúa sobre la cara costal
de la escápula y forma parte de la pared posterior de la axila (figs. 3-29 C y D, y 3-33 A). En su
trayecto hacia el húmero cruza la cara anterior de la articulación del hombro. El subescapular
es el principal rotador medial del brazo y también participa en su aducción. Junto con los otros
músculos del manguito de los rotadores mantiene la cabeza del húmero en la cavidad glenoidea
durante todos los movimientos de la articulación del hombro (es decir, estabiliza esta articulación
durante los movimientos del codo, el carpo y la mano).
Anatomía de superficie de las regiones pectoral, escapular y deltoidea
La clavícula es el límite que separa la raíz del cuello del tórax. También indica la «división» entre
los «territorios del drenaje linfático» cervical profundo y axilar (como una cordillera que divide dos
vertientes fluviales): la linfa de las estructuras superiores a las clavículas drena a través de los
nódulos cervicales profundos, y la de las inferiores a las clavículas, hasta la altura del ombligo,
drena a través de los nódulos linfáticos axilares.
La fosa infraclavicular es el área deprimida situada justo inferior a la parte lateral de la clavícula
(fig. 3-34). Esta depresión se superpone al triángulo clavipectoral (deltopectoral), limitado por la
clavícula superiormente, el pectoral mayor medialmente y el deltoides lateralmente, que puede
ser visible en la fosa en los individuos delgados. La vena cefálica, tras ascender por el miembro
superior, entra en el triángulo clavipectoral y perfora la fascia clavipectoral para acabar en la
vena axilar. El proceso coracoides de la escápula no es subcutáneo, sino que está cubierto por
el borde anterior del deltoides; no obstante, se puede notar su punta en la palpación profunda
de la cara lateral del triángulo clavipectoral. El proceso coracoides se utiliza como punto de
referencia óseo cuando se lleva a cabo un bloqueo del plexo braquial, y su posición es
importante en el diagnóstico de las luxaciones del hombro.
Si el sujeto sostiene un peso, se puede palpar el inclinado borde anterior del trapecio y el lugar
en que sus fibras superiores se insertan en el tercio lateral de la clavícula. Cuando el brazo se
abduce y luego se aduce contra resistencia, puede visualizarse y palpar la porción esternocostal
del pectoral mayor. Si se pinza con los dedos el pliegue anterior de la axila, que delimita la axila
anteriormente, puede llegarse a tocar el borde inferior de la porción esternocostal del pectoral
mayor. Inferiormente al pliegue anterior de la axila son visibles varias digitaciones del serrato
anterior. El pliegue posterior de la axila está compuesto por piel y tejido muscular (dorsal ancho
y redondo mayor), y delimita la axila posteriormente.
Se puede seguir con los dedos el borde lateral del acromion en dirección posterior hasta que
termina en el ángulo acromial (fig. 3-35 A). Clínicamente, la longitud del brazo se mide desde el
ángulo acromial hasta el cóndilo lateral del húmero. La espina de la escápula es subcutánea en
todo su recorrido y es fácil de palpar en su curso en dirección medial y ligeramente inferior
partiendo del acromion (fig. 3-35 B). Cuando el brazo está en aducción, la raíz de la espina de la
escápula (extremo medial) se localiza frente a la punta del proceso espinoso de T3. Inferiormente
a la raíz de la espina puede palparse el borde medial de la escápula, que cruza las costillas 3. a
a 7. a (fig. 3-35 C); en algunas personas, especialmente si son delgadas, puede ser visible. El
ángulo inferior de la escápula es fácil de palpar y normalmente se puede ver. Si se agarra el
ángulo inferior de la escápula con los dedos, se puede mover esta arriba y abajo. Cuando el
brazo se encuentra en aducción, el ángulo inferior de la escápula se opone a la punta del
proceso espinoso de T7 y descansa sobre la 7. a costilla o el 7. o espacio intercostal.
Cuando el brazo se encuentra en aducción, el tubérculo mayor del húmero es el punto óseo más
lateral del hombro y se puede tocar a la palpación profunda a través del deltoides, inferior al
borde lateral del acromion. Cuando se abduce el brazo, el tubérculo mayor desaparece debajo
del acromion y ya no puede palparse. El deltoides, al cubrir la parte proximal del húmero, forma
el contorno muscular redondeado del hombro. Los bordes y las partes del deltoides normalmente
son visibles cuando el brazo se abduce contra resistencia (fig. 3-36). En las luxaciones del hombro
es típica la pérdida del aspecto redondeado de la musculatura y la aparición de una depresión
superficial distal al acromion debido al desplazamiento de la cabeza del húmero. El redondo
mayor es prominente cuando el sujeto aduce y rota medialmente el brazo contra resistencia
partiendo de una posición previa en abducción (como sucede cuando un gimnasta estabiliza o
fija la articulación del hombro al hacer «el Cristo» en las anillas).
Los músculos del brazo y sus inserciones se ilustran en la figura 3-49, y sus inserciones, inervación y
acciones se describen en la tabla 3-9.
BÍCEPS BRAQUIAL
El bíceps braquial, tal como su nombre indica, está dotado normalmente de dos cabezas en su
inserción proximal. Ambas cabezas se originan proximalmente en procesos de la escápula
mediante inserciones tendinosas, y sus vientres carnosos se unen poco después de alcanzar la
mitad del brazo (fig. 3-49 B).
En un 10 % de los casos existe una tercera cabeza del bíceps braquial. Cuando está presente,
esta tercera cabeza se extiende desde la parte superomedial del braquial (con la cual está
fusionada), normalmente por detrás de la arteria braquial. En cualquier caso, se forma
distalmente un único tendón del bíceps braquial que se une sobre todo al radio.
Distalmente, la principal inserción del bíceps braquial es en la tuberosidad del radio, mediante el
tendón del bíceps braquial. No obstante, una banda membranosa triangular denominada
aponeurosis bicipital discurre a través de la fosa del codo desde el tendón del bíceps braquial y
se fusiona con la fascia (profunda) del antebrazo que recubre los músculos flexores en la cara
medial del antebrazo. Se inserta indirectamente mediante la fascia en el borde subcutáneo de
la ulna. La parte proximal de la aponeurosis bicipital puede notarse fácilmente cuando pasa en
dirección oblicua por encima de la arteria braquial y el nervio mediano (figs. 3-47 y 3-52 A). La
aponeurosis bicipital ofrece protección a esas y otras estructuras en la fosa del codo. También
ayuda a moderar la tensión del tendón del bíceps sobre la tuberosidad del radio durante la
pronación y la supinación del antebrazo.
Para explorar el bíceps braquial, el sujeto debe flexionar el codo contra resistencia cuando el
antebrazo se encuentra en supinación. Con esta maniobra el músculo forma un prominente
abombamiento fácil de palpar en la cara anterior del brazo, siempre y cuando sus movimientos
sean normales.
BRAQUIAL
Para explorar el braquial, debe flexionarse contra resistencia el antebrazo cuando este se
encuentra en semipronación. Esta maniobra permite observar y palpar el músculo contraído,
siempre y cuando sus movimientos sean normales.
CORACOBRAQUIAL
TRÍCEPS BRAQUIAL
Como su cabeza larga cruza la articulación del hombro, el tríceps braquial ayuda a estabilizarla
en aducción (actúa como músculo coaptador, ya que opone resistencia al desplazamiento
inferior de la cabeza del húmero). La cabeza larga también participa en la extensión y la
aducción del brazo, pero de hecho es la menos activa de las tres.
La cabeza medial es el «mulo de carga» de la extensión del antebrazo: es activa en todas las
velocidades, con o sin resistencia.
La cabeza lateral es más potente, pero actúa principalmente contra resistencia (Hamill y Knutzen,
2014). La pronación y la supinación del antebrazo no afectan a la actividad del tríceps braquial.
Justo proximalmente a la inserción distal del tríceps braquial se encuentra la bolsa subtendinosa
del músculo tríceps braquial, entre el tendón del tríceps braquial y el olécranon, como estructura
atenuadora de la fricción.
Para explorar el tríceps braquial (o determinar la altura de una lesión del nervio radial) el sujeto
debe abducir el brazo a 90° y luego extender contra resistencia (ejercida por el examinador) el
antebrazo que previamente estaba en flexión. Con esta maniobra se puede visualizar y palpar
el tríceps braquial, siempre y cuando sus movimientos sean normales. Su fuerza debe ser
comparable a la del músculo contralateral, aunque se deben tener en cuenta las diferencias
impuestas por la dominancia manual (diestra o zurda).
ANCÓNEO
La cabeza de la ulna se encuentra en el extremo distal del antebrazo, y la del radio en el extremo
proximal. Los movimientos del antebrazo, que tienen lugar en las articulaciones del codo y
radioulnares, tienen las funciones de ayudar al hombro en la aplicación de fuerza y de controlar
la situación de la mano en el espacio.
Para que la funcionalidad del antebrazo distal, el carpo y la mano sea máxima, su masa debe
ser mínima, y por ello actúan por «control remoto» gracias a la acción de músculos extrínsecos
cuyas partes contráctiles carnosas y abultadas se encuentran localizadas proximalmente en el
antebrazo, a distancia del lugar donde se producen los movimientos. Sus largos y delgados
tendones se extienden distalmente hasta el sitio operativo, como largas cuerdas que alcanzan
poleas distantes. Por otro lado, como las estructuras sobre las que actúan estos músculos y
tendones (carpo y dedos) tienen una gran amplitud de movimiento, es necesario un amplio
rango de contracción, de modo que sus vientres contrác-tiles y sus tendones deben ser largos.
En general, los flexores se sitúan en la cara anterior y los extensores en la posterior. No obstante,
las caras anterior y posterior del húmero distal están ocupadas por los principales flexores y
extensores del codo (fig. 3-57 A), y por ello en el húmero distal se han generado unas extensiones
mediales y laterales (epicóndilos y crestas supracondíleas) que aportan los sitios de inserción
necesarios para los flexores y extensores del carpo y de los dedos.
El epicóndilo medial y su cresta supracondílea proporcionan puntos de inserción para los flexores
del antebrazo, y las estructuras laterales ofrecen sitios de inserción para los extensores del
antebrazo. Así, en lugar de ser estrictamente anteriores y posteriores, las partes proximales del
compartimento «anterior» (flexor-pronador) del antebrazo se sitúan anteromedialmente, y las del
«posterior» (extensor-supinador) lo hacen posterolateralmente (figs. 3-56 D, 3-57 B y 3-61 C).
Después de girar gradualmente en espiral a lo largo del ante-brazo, los compartimentos pasan a
ocupar sus auténticas posiciones anterior y posterior cuando alcanzan la parte distal del
antebrazo y el carpo. Estos compartimentos fasciales, que contienen los músculos en grupos
funcionales, están delimitados por el borde subcutáneo de la ulna posteriormente (en el ante-
brazo proximal) y luego medialmente (en el antebrazo distal), y por la arteria radial anteriormente
y luego lateralmente. Estas estructuras son palpables (la arteria por sus pulsaciones) a lo largo de
todo el antebrazo. Ninguno de estos límites está cruzado por nervios motores, de modo que
también constituyen puntos de abordaje quirúrgico.
En la parte proximal del antebrazo, los músculos forman masas carnosas que se extienden
inferiormente desde los epicóndilos medial y lateral del húmero (figs. 3-56 C y 3-57 A). Los
tendones de estos músculos pasan a través de la parte distal del antebrazo y continúan hacia el
carpo, la mano y los dedos (figs. 3-56 C y E, y 3-57 C). Los músculos flexores del compartimento
anterior tienen aproximadamente el doble de masa y de fuerza que los extensores del
compartimento posterior.
MÚSCULOS FLEXORES-PRONADORES
Los tendones de la mayoría de los músculos flexores se localizan en la cara anterior del carpo y
se mantienen en posición gracias al ligamento carpiano palmar y el retináculo de los músculos
flexores (retináculo flexor, ligamento transverso del carpo), dos engrosamientos de la fascia del
antebrazo (figs. 3-56 Cy 3-58).
Los músculos flexores se disponen en tres capas o grupos (fig. 3-59; tabla 3-10):
1. Un grupo o capa superficial de cuatro músculos (pronador redondo, flexor radial del
carpo, palmar largo y flexor ulnar del carpo). Todos estos músculos se insertan
proximalmente en el epicóndilo medial del húmero mediante un tendón común de los
flexores (inserción común de los flexores).
2. Una capa intermedia, formada únicamente por un músculo (flexor superficial de los
dedos).
3. Un grupo o capa profunda de tres músculos (flexor profundo de los dedos, flexor largo del
pulgar y pronador cuadrado).
Los cinco músculos de las capas superficial e intermedia cruzan la articulación del codo; los tres
músculos profundos, no. Con la excepción del pronador cuadrado, cuanto más distal se
encuentra la inserción distal de un músculo, más distal y profunda es su inserción proximal.
Todos los músculos del compartimento anterior (flexor- pronador) del antebrazo están inervados
por los nervios media-no y/o ulnar (en la mayoría de los casos por el mediano; sólo en uno y
medio la inervación corre a cargo del ulnar).
Los flexores largos de los dedos (flexor superficial de los dedos y flexor profundo de los dedos)
también flexionan las articulaciones metacarpofalángicas y del carpo. El flexor profundo de los
dedos flexiona los dedos con un movimiento lento; su acción queda reforzada por el flexor
superficial de los dedos cuando se necesita velocidad y flexión contra resistencia. Cuando el
carpo se encuentra flexionado a la vez que las articulaciones metacarpofalángicas e
interfalángicas, la distancia entre las inserciones de los músculos flexores largos de los dedos es
más corta, y como consecuencia la acción resultante de su contracción es más débil. La
extensión del carpo aumenta su distancia operativa y hace que la contracción sea más eficaz
a la hora de conseguir una prensión potente (v. fig. 3-73 A).
Los tendones de los flexores largos de los dedos pasan a través de la porción distal del antebrazo,
el carpo y la palma, y continúan hacia los cuatro dedos mediales. El flexor superficial de los dedos
flexiona las falanges medias, y el flexor profundo de los dedos flexiona las falanges medias y
distales.
Los músculos del compartimento anterior del antebrazo se ilustran en la figura 3- 59, y sus
inserciones, inervación y principales acciones se describen, clasificados por capas, en la tabla 3-
10. A continuación se exponen detalles adicionales, en primer lugar de los músculos de las capas
superficial e intermedia.
Pronador redondo: El pronador redondo, un músculo fusiforme, es el más lateral de los flexores
superficiales del ante-brazo. Su borde lateral forma el límite medial de la fosa del codo.
Para explorar el pronador redondo, el sujeto debe tener flexionado el antebrazo por el codo y,
partiendo de la posición en supinación, pronarlo contra resistencia (ejercida por el examinador).
Con esta maniobra el músculo es prominente y puede palparse en la cara medial de la fosa del
codo, siempre y cuando sus movimientos sean normales.
Flexor radial del carpo: El flexor radial del carpo es un músculo fusiforme largo que se localiza
medialmente respecto al pronador redondo. En la mitad del antebrazo, su vientre carnoso se
transforma en un tendón largo y aplanado que cuando se acerca al carpo adopta la apariencia
de una cuerda. Este múscu lo produce flexión (cuando actúa junto con el flexor ulnar del carpo)
y abducción del carpo (cuando actúa junto con los extensores radiales del carpo largo y corto).
Cuando actúa en solitario, induce una combinación de flexión y abducción simultáneas en el
carpo, de modo que la mano se mueve anterolateralmente.
Para alcanzar su inserción distal, el tendón del flexor radial del carpo pasa a través de un
conducto localizado en la parte lateral del retináculo de los músculos flexores y de un surco
vertical situado en el trapecio, donde se encuentra rodeado por su propia vaina sinovial
tendinosa del flexor radial del carpo (v. fig. 3-57 C). El tendón del flexor radial del carpo es una
buena guía para localizar la arteria radial, que está justo en su cara lateral (v. fig. 3-56 C).
Para explorar el flexor radial del carpo debe pedirse al sujeto que flexione el carpo contra
resistencia. Con esta maniobra se puede visualizar y palpar fácilmente su tendón, siempre y
cuando sus movimientos sean normales.
Palmar largo: El palmar largo, un músculo pequeño y fusiforme, está ausente en uno o en ambos
lados (normalmente el izquierdo) en un 14 % de las personas, pero sus acciones no se pierden.
Está formado por un corto vientre y un tendón largo semejante a un cordón que discurre
superficialmente al retináculo de los músculos flexores y se inserta en este y en el vértice de la
aponeurosis palmar (v. figs. 3-56 C y 3-58). El tendón del palmar largo es una útil guía para localizar
el nervio mediano en el carpo, ya que el primero se sitúa en profundidad y algo medialmente
respecto al segundo antes de que este nervio pase profundo al retináculo de los músculos
flexores.
Para explorar el palmar largo, el sujeto debe flexionar el carpo y presionar firmemente las yemas
del pulgar y el meñique entre sí. Con esta maniobra se puede visualizar y palpar fácilmente su
tendón, siempre que esté presente y sus movimientos sean normales.
Flexor ulnar del carpo: El flexor ulnar del carpo es el más medial de los músculos flexores
superficiales. Cuando actúa solo, flexiona y aduce la mano simultáneamente en la articulación
del carpo. Si actúa junto con el flexor radial del carpo flexiona el carpo, y si lo hace con el
extensor ulnar del carpo lo aduce. Cuando el nervio ulnar entra en el antebrazo pasa entre las
cabezas humeral y ulnar de su inserción proximal (v. fig. 3-56 C). Este músculo es excepcional
entre los que componen el compartimento anterior, pues está completamente inervado por el
nervio ulnar. El tendón del flexor ulnar del carpo sirve como guía para el nervio y la arteria ulnares,
que se encuentran en su cara lateral a nivel del carpo (v. fig. 3-56 Cy E).
Para explorar el flexor ulnar del carpo, el sujeto debe poner la cara posterior del antebrazo y la
mano sobre una mesa y luego flexionar el carpo contra resistencia mientras el examinador palpa
el músculo y su tendón.
Flexor superficial de los dedos: El flexor superficial de los dedos se clasifica en ocasiones en el
grupo de los músculos superficiales del antebrazo, que se originan en la inserción común de los
flexores y, en consecuencia, cruzan el codo (v. tabla 3- 10). Cuando se utiliza este criterio, es el
mayor músculo superficial del antebrazo. No obstante, en realidad forma una capa intermedia
entre los grupos superficial y profundo de músculos del ante-brazo (v. figs. 3-56 C y 3-57 B).
Cuando el nervio mediano y la arteria ulnar entran en el antebrazo, pasan entre sus cabezas
humeroulnar y radial (fig. 3-59 A y C). Cerca del carpo, el flexor superficial de los dedos da origen
a cuatro tendones, que pasan en profundidad al retináculo de los músculos flexores, a través del
túnel carpiano y hacia los dedos. Los cuatro tendones están rodeados (junto con los cuatro
tendones del flexor profundo de los dedos) por una vaina sinovial tendinosa común de los
músculos flexores (fig. 3-57 C). El flexor superficial de los dedos flexiona las falanges medias de los
cuatro dedos mediales en las articulaciones interfalángicas proximales. Si actúa de forma
sostenida, también flexiona las falanges proximales en las articulaciones metacarpofalángicas y
la articulación del carpo. Es capaz de flexionar cada dedo sobre el que actúa de forma
independiente.
Para explorar el flexor superficial de los dedos, el sujeto debe flexionar contra resistencia un dedo
en la articulación interfalángica proximal mientras mantiene los otros tres dedos en extensión
para inactivar el flexor profundo de los dedos.
El plano fascial situado entre las capas intermedia y profunda de músculos configura el principal
plano vasculonervioso del compartimento anterior (flexorpronador); los principales paquetes
vasculonerviosos exclusivos de este compartimento discurren con él. Los siguientes tres músculos
constituyen la capa profunda de músculos flexores del antebrazo.
Flexor profundo de los dedos: El flexor profundo de los dedos es el único músculo que puede
flexionar las articulaciones interfalángicas distales de los dedos (v. fig. 3-59A y E). Este grueso
músculo «forra» la cara anterior de la ulna. Flexiona las falanges distales de los cuatro dedos
mediales una vez que el flexor superficial de los dedos ha flexionado sus falanges medias (es
decir, repliega los dedos y ayuda en la flexión de la mano para cerrar el puño). Cada uno de sus
tendones es capaz de flexionar dos articulaciones interfalángicas, la articulación
metacarpofalángica y la articulación del carpo. Este músculo se divide en cuatro porciones,
cada una de las cuales termina en un tendón que pasa posterior a los tendones del flexor
superficial de los dedos y el retináculo de los músculos flexores, en el interior de la vaina común
de los músculos flexores (v. fig. 3-57 C). La porción del músculo que va al dedo índice suele
separarse del resto relativamente pronto en la parte distal del antebrazo, y es capaz de
contraerse de forma independiente. Cada tendón entra en la vaina fibrosa de su dedo por
detrás de los tendones del flexor superficial de los dedos. A diferencia de este último, el flexor
profundo de los dedos sólo puede flexionar el dedo índice de forma independiente, por lo que
los dedos pueden flexionarse independientemente en las articulaciones interfalángicas
proximales, pero no en las distales.
Para explorar el flexor profundo de los dedos, el sujeto debe mantener extendida la articulación
interfalángica proximal mientras intenta flexionar la distal. Con esta prueba puede determinarse
la integridad del nervio mediano en el antebrazo proximal si se usa en el dedo índice, y la del
nervio ulnar si se utiliza el meñique.
Flexor largo del pulgar: El flexor largo del pulgar pasa por la cara lateral del flexor profundo de
los dedos, donde reviste la cara anterior del radio distalmente a la inserción del supinador (v. figs.
3-56 C y E, y 3-59 A y D; tabla 3-10). El aplanado tendón del flexor largo del pulgar discurre en
profundidad al retináculo de los músculos flexores, revestido por su propia vaina sinovial
tendinosa del flexor largo del pulgar, en la cara lateral de la vaina común de los músculos flexores
(v. fig. 3-57 C). El flexor largo del pulgar principalmente flexiona la falange distal del pulgar en la
articulación interfalángica, y de forma secundaria su falange proximal y el 1. er metacarpiano
en las articulaciones metacarpofalángica y carpometacarpiana, respectivamente. Es el único
músculo que flexiona la articulación interfalángica del pulgar. También puede colaborar en la
flexión de la articulación del carpo.
Para explorar el flexor largo del pulgar se debe sujetar la fa-lange proximal del pulgar y flexionar
la distal contra resistencia.
Pronador cuadrado: El pronador cuadrado, tal como su nombre indica, es cuadrangular y prona
el antebrazo (v. fig. 3-59 E). No se puede palpar ni observar, excepto en las disecciones, ya que
es el músculo más profundo de la cara anterior del antebrazo. A veces se considera que
constituye una cuarta capa muscular. El pronador cuadrado reviste el cuarto distal del radio y la
ulna, y la membrana interósea situada entre ellos (v. fig. 3-59A y E; tabla 3-10). Es el único músculo
que se inserta sólo en la ulna en un extremo y sólo en el radio en el otro.
Es el principal impulsor de la pronación. Este músculo inicia la pronación y recibe la ayuda del
pronador redondo cuando se necesita más velocidad y potencia. También ayuda a la
membrana interósea a mantener el radio y la ulna juntos, en particular cuando se transmiten
fuerzas de choque hacia arriba desde el carpo (p. ej., cuando se cae sobre la mano).
MÚSCULOS EXTENSORES
Los músculos del compartimento posterior del antebrazo se ilustran en la figura 3-60, y sus
inserciones, inervación y principales acciones se describen, clasificados por capas, en la tabla 3-
11. A continuación se exponen detalles adicionales.
Los tendones de los extensores se mantienen en posición en la región del carpo mediante el
retináculo de los músculos extensores (retináculo extensor), que evita que los tendones se
deformen como si fueran cuerdas de arco al extender la mano en la articulación radiocarpiana.
En su trayecto por el dorso del carpo, estos tendones están recubiertos por vainas sinoviales
tendinosas que atenúan la fricción cuando estos atraviesan los túneles osteofibrosos formados
por la inserción del retináculo de los músculos extensores en las porciones distales del radio y la
ulna (fig. 3-61). Los músculos extensores del antebrazo se organizan anatómicamente en una
capa superficial y una profunda (v. fig. 3-57 B).
Cuatro de los extensores superficiales (extensor radial corto del carpo, extensor de los dedos,
extensor del dedo meñique y extensor ulnar del carpo) se insertan proximalmente en el
epicóndilo lateral mediante un tendón común de los extensores (figs. 3-60 A y 3-61 A y B; tabla 3-
11). Los otros dos músculos del grupo superficial (braquiorradial y extensor radial largo del carpo)
se insertan proximalmente en la cresta supracondílea lateral del húmero y el tabique
intermuscular lateral adyacente (fig. 3-60 A y B). Los cuatro tendones aplanados del extensor de
los dedos pasan en profundidad respecto al retináculo de los músculos extensores para dirigirse
hacia los cuatro dedos media-les (v. fig. 3-62). A los tendones del extensor de los dedos
correspondientes a los dedos índice y meñique se unen por sus caras mediales y cerca de los
nudillos los tendones respectivos del extensor del índice y el extensor del dedo meñique.
Para explorar el braquiorradial, el sujeto debe flexionar el codo contra resistencia con el
antebrazo en semipronación. Con esta maniobra se puede ver y palpar el músculo, siempre y
cuando sus movimientos sean normales.
Extensor radial largo del carpo: El extensor radial largo del carpo es un músculo fusiforme que se
solapa parcialmente con el braquiorradial (de hecho, con frecuencia se encuentran fusionados)
(fig. 3-61). En su trayecto en dirección distal, posterior al braquiorradial, su tendón se cruza con el
abductor corto del pulgar y el extensor corto del pulgar. El extensor radial largo del carpo es
indispensable para cerrar con fuerza el puño.
Para explorar el extensor radial largo del carpo, el sujeto debe extender y abducir el carpo con
el antebrazo en pronación. Con esta maniobra se puede palpar el músculo en situación
inferoposterior en la cara lateral del codo, siempre y cuando sus movimientos sean normales. Su
tendón se puede palpar proximal al carpo.
Extensor radial corto del carpo: El extensor radial corto del carpo, tal como su nombre indica, es
más corto que su homólogo largo porque se origina distalmente en el miembro, aunque se inserta
cerca de donde lo hace este último en la mano (pero en la base del 3. er metacarpiano y no en
la del 2. o ). En su trayecto en dirección distal, está cubierto por el extensor radial largo del carpo.
Los extensores radiales corto y largo del carpo pasan juntos por debajo del retináculo de los
músculos extensores, en el interior de la vaina tendinosa de los extensores radiales del carpo (fig.
3-62). Los dos músculos participan juntos en diversos movimientos, normalmente de modo
sinérgico con otros. Por sí mismos, abducen la mano mientras la extienden. Cuando actúan junto
con el extensor ulnar del carpo, extienden la mano (en esta acción está más implicado el corto);
cuando actúan junto con el flexor radial del carpo, inducen un movimiento de abducción pura.
Su acción sinérgica con el extensor ulnar del carpo es importante para estabilizar la muñeca
durante la flexión tensa de los cuatro dedos mediales (cuando se cierra con fuerza el puño); en
este caso, el largo es más activo.
Extensor de los dedos: El extensor de los dedos, que es el principal extensor de los cuatro dedos
mediales, ocupa gran parte de la superficie posterior del antebrazo (figs. 3-60 y 3-61 A).
Proximalmente, sus cuatro tendones se unen con el tendón del extensor del dedo índice para
pasar en profundidad respecto al retináculo de los músculos extensores, a través de la vaina
tendinosa de los músculos extensor de los dedos y extensor del índice (vaina sinovial común de
los músculos extensores) (fig. 3-62 A y B). En el dorso de la mano, los tendones se expanden a
medida que se dirigen hacia los dedos. Los tendones adyacentes se unen proximalmente a los
nudillos (articulaciones metacarpofalángicas) mediante tres conexiones intertendinosas oblicuas
que restringen la extensión independiente de los cuatro dedos mediales (especialmente del
dedo anular). En consecuencia, normalmente ninguno de estos dedos puede encontrarse
completamente flexionado si los otros están extendidos totalmente. En general, el cuarto tendón
se fusiona inicialmente con el tendón del dedo anular y llega al meñique mediante una conexión
intertendinosa.
En los extremos distales de los metacarpianos y a lo largo de las falanges de los cuatro dedos
mediales, los cuatro tendones del extensor de los dedos se aplanan para formar expansiones
extensoras (fig. 3-63). Cada expansión extensora (expansión dorsal o dosel) es una aponeurosis
tendinosa triangular que se enrolla en torno al dorso y los lados de la cabeza de un metacar-
piano y a la falange proximal. El «dosel», semejante a una visera, de la expansión extensora que
se extiende por la cabeza del metacarpiano manteniendo el tendón extensor en el medio del
dedo, se ancla a cada lado en el ligamento palmar (una porción engrosada de la membrana
fibrosa de la cápsula articular de las articulaciones metacarpofalángicas) (fig. 3-63 A y C).
Al formar la expansión extensora, cada tendón del extensor de los dedos se divide en una
bandeleta media que se dirige hacia la base de la falange media, y dos bandeletas laterales
que se dirigen hacia la base de la falange distal (fig. 3-63 D y E). Los tendones de los músculos
interóseos y lumbricales de la mano se unen a las bandeletas laterales de las expansiones
extensoras (fig. 3-63).
El ligamento retinacular es una delicada banda fibrosa que discurre oblicuamente desde la
falange proximal y la vaina fibrosa del dedo, a lo largo de la falange media y las dos
articulaciones interfalángicas (fig. 3-63 C), para unirse a la expansión extensora de la falange
distal. Durante la flexión de la articulación interfalángica distal, el ligamento retinacular se tensa
y tracciona la articulación interfalángica proximal, que se flexiona. De manera similar, en la
extensión de la articulación proximal, el ligamento retinacular tira de la articulación distal hasta
obtener una extensión casi completa.
El extensor de los dedos actúa principalmente en la extensión de las falanges proximales, y
secundariamente, por medio de sus engrosamientos colaterales, extiende también las falanges
media y distal. Tras ejercer su tracción sobre los dedos, o en presencia de resistencia a la extensión
de estos, ayuda en la extensión de la articulación del carpo.
Para explorar el extensor de los dedos, el sujeto debe pronar el antebrazo y extender los dedos,
y luego intentar mantener los dedos extendidos en las articulaciones metacarpofalángicas
mientras el examinador ejerce presión sobre las falanges proximales para intentar flexionarlas.
Con esta maniobra es posible palpar el extensor de los dedos en el antebrazo, y ver y palpar sus
tendones en el dorso de la mano, siempre y cuando sus movimientos sean normales.
Extensor del dedo meñique: El extensor del dedo meñique, una cinta muscular fusiforme, es una
porción parcialmente separada del extensor de los dedos (figs. 3-60 B, 3-61 A y B, y 3-62). Su
tendón discurre a través de un compartimento separado del retináculo de los músculos
extensores, posterior a la articulación radioulnar distal y en el interior de la vaina tendinosa del
extensor del dedo meñique. A continuación, el tendón se divide en dos cintas, de las cuales la
lateral se une al tendón del extensor de los dedos; finalmente, los tres tendones se insertan en la
expansión digital dorsal del dedo meñique. Tras ejercer su tracción principalmente sobre el 5. o
dedo, participa en la extensión de la mano.
Para explorar el extensor del dedo meñique, el sujeto debe extender el dedo meñique contra
resistencia mientras mantiene los dedos segundos a cuarto flexionados en las articulaciones
metacarpofalángicas.
Extensor ulnar del carpo: El extensor ulnar del carpo es un largo músculo fusiforme que se localiza
en el borde medial del antebrazo y está dotado de dos cabezas: una humeral, que se origina en
el tendón común de los extensores, y una ulnar que se origina en una aponeurosis común que se
inserta en el borde posterior de la ulna y donde también se insertan el flexor ulnar del carpo, el
flexor profundo de los dedos y la fascia profunda del antebrazo. Distalmente, su tendón discurre
por un surco situado entre la cabeza de la ulna y su proceso estiloides, a través de un
compartimento separado del retináculo de los músculos extensores y por dentro de la vaina
tendinosa del extensor ulnar del carpo. Cuando actúa junto con los extensores radiales del carpo
largo y corto extiende la mano, y cuando lo hace con el flexor ulnar del carpo aduce la mano.
Al igual que el extensor radial largo del carpo, es indispensable para cerrar con fuerza el puño.
Para explorar el extensor ulnar del carpo, el sujeto debe pronar el antebrazo y extender los dedos,
y luego aducir el carpo extendido contra resistencia. Con esta maniobra se puede ver y palpar
el músculo en la parte proximal del antebrazo, y se puede notar su tendón proximalmente a la
cabeza de la ulna, siempre y cuando sus movimientos sean normales.
Supinador: El supinador se encuentra en profundidad en la fosa del codo y, junto con el braquial,
forma su suelo (figs. 3-60 A y C, 3-61 B y 3-64). Este músculo, similar a una lámina, sigue un trayecto
espiral en dirección medial y distal desde su origen osteofibroso continuo, y envuelve el cuello y
la parte proximal del cuerpo del radio. El ramo profundo del nervio radial pasa entre sus fibras y
las separa en una parte superficial y una profunda, cuando se dirige desde la fosa del codo hasta
la parte posterior del brazo. Cuando sale del músculo y se une a la arteria interósea posterior
puede denominarse nervio interóseo posterior.
Los extensores profundos del antebrazo actúan sobre el pulgar (abductor largo del pulgar,
extensor largo del pulgar y extensor corto del pulgar) y sobre el dedo índice (extensor del índice)
(v. figs. 3-60 a 3-62; tabla 3-11). Los tres músculos que actúan sobre el pulgar son profundos
respecto a los extensores superficiales y emergen de un surco situado en la parte lateral del
antebrazo que divide a los extensores. Debido a esta característica, en ocasiones se denominan
músculos emergentes del pulgar (v. fig. 3-61 A).
Abductor largo del pulgar: El abductor largo del pulgar tiene un vientre largo y fusiforme justo en
situación distal al supinador (v. fig. 3-60) y en contacto estrecho con el extensor corto del pulgar.
En general, su tendón y en ocasiones su vientre se divide en dos partes, una de las cuales puede
insertarse en el trapecio en lugar de en su localización habitual en la base del 1. er metacarpiano.
El abductor largo del pulgar actúa con el abductor corto del pulgar en la abducción del pulgar,
y con los músculos extensores del pulgar en la extensión de dicho dedo. Aunque se encuentra
situado en profundidad, el abductor largo del pulgar sale del carpo como uno de los músculos
emergentes. Su tendón pasa junto con el tendón del extensor corto del pulgar, en profundidad
respecto al retináculo de los músculos extensores y dentro de la vaina tendinosa del abductor
largo del pulgar y el extensor corto del pulgar.
Para explorar el abductor largo del pulgar, el sujeto debe abducir el pulgar contra resistencia en
la articulación metacarpofalángica. Con esta maniobra se puede ver y palpar su tendón en la
cara lateral de la tabaquera anatómica, y en la cara lateral del adyacente tendón del extensor
corto del pulgar, siempre y cuando sus movimientos sean normales.
Extensor corto del pulgar: El vientre del extensor corto del pulgar es fusiforme y se sitúa distalmente
en relación con el abductor largo del pulgar, que lo recubre parcialmente. Su tendón es paralelo
e inmediatamente medial al del abductor largo del pulgar, pero llega más lejos, ya que alcanza
la base de la falange proximal (v. fig. 3-62). Cuando continúa su acción tras haber flexionado la
falange proximal del pulgar, o cuando actúa estando dicha articulación fijada por sus
antagonistas, ayuda a extender el 1. er metacarpiano y a extender y abducir la mano. Cuando
el pulgar se encuentra en extensión completa, se puede observar una depresión denominada
tabaquera anatómica en la cara radial del cuerpo (fig. 3-65).
Para explorar el extensor corto del pulgar, el sujeto debe extender el pulgar contra resistencia en
la articulación metacarpofalángica. Con esta maniobra se puede ver y palpar su tendón en la
cara lateral de la tabaquera anatómica y en la cara medial del adyacente tendón del abductor
largo del pulgar, siempre y cuando sus movimientos sean normales (v. figs. 3-61 y 3-62).
Extensor largo del pulgar: El extensor largo del pulgar es más grande y tiene un tendón más largo
que el extensor corto del pulgar. Su tendón pasa por debajo del retináculo de los músculos
extensores en su propio túnel (v. fig. 3-60), dentro de la vaina tendinosa del extensor largo del
pulgar, medialmente al tubérculo dorsal del radio. Utiliza al tubérculo como tróclea (polea) para
cambiar su dirección de tracción cuando se dirige a la base de la falange distal del pulgar. La
separación que se crea entre los largos tendones extensores del pulgar es la tabaquera
anatómica (fig. 3-65). Además de sus principales acciones (tabla 3-11), el extensor largo del
pulgar también aduce el pulgar cuando está extendido, y lo rota lateralmente.
Para explorar el extensor largo del pulgar, el sujeto debe extender el pulgar contra resistencia en
la articulación interfalángica. Con esta maniobra se puede ver y palpar su tendón en el lado
medial de la tabaquera anatómica, siempre y cuando sus movimientos sean normales.
Los tendones del abductor largo del pulgar y el extensor corto del pulgar limitan la tabaquera
anatómica anteriormente, y el tendón del extensor largo del pulgar lo hace posteriormente (figs.
3-61, 3-62 y 3-65). La tabaquera anatómica es visible cuando el pulgar se encuentra en extensión
completa; en esta posición se retraen los tendones hacia arriba y se forma una cavidad triangular
entre ellos. Obsérvese que:
Extensor del índice: El extensor del índice tiene un vientre estrecho y alargado que se sitúa
medialmente y a lo largo del extensor largo del pulgar (v. figs. 3-61 B y 3-62). Este músculo confiere
independencia al índice, ya que puede actuar por separado o junto con el extensor de los dedos
para extender el índice en la articulación interfalángica proximal, tal como sucede cuando se
señala. También participa en la extensión de la mano.
Anatomía de superficie del antebrazo
En el codo son fácilmente palpables tres puntos de referencia óseos: los epicóndilos medial y
lateral del húmero, y el olécranon de la ulna (fig. 3-71). En el hueco localizado
posterolateralmente cuando el antebrazo se encuentra en extensión, se puede palpar la cabeza
del radio distalmente al epicóndilo lateral. Si se supina y prona el antebrazo se puede notar el
movimiento de la cabeza del radio. El borde posterior de la ulna es subcutáneo y se puede palpar
distalmente al olécranon en toda la longitud del hueso. Este punto de referencia configura el
límite posteromedial que separa los compartimentos flexor-pronador (anterior) y extensor-
supinador (posterior) del antebrazo.
La fosa del codo (el área triangular deprimida de la cara anterior del codo) está limitada
medialmente por la prominencia formada por el grupo de músculos flexorespronadores, que se
insertan en el epicóndilo medial. Para determinar la posición de estos músculos en uno mismo,
debe situarse el pulgar posteriormente al epicóndilo medial y luego situar los dedos en el
antebrazo, tal como se muestra en la figura 3-72 A. El punto negro en el dorso de la mano indica
la posición del epicóndilo medial.
La fosa del codo está limitada lateralmente por la prominencia del grupo de músculos
extensores-supinadores, que se insertan en el epicóndilo lateral (fig. 3-72 B). Las pulsaciones de la
arteria radial se pueden palpar en toda la longitud del antebrazo, ya que aquí sigue un trayecto
superficial desde la fosa del codo hasta el carpo (anteriormente al proceso estiloides del radio),
constituyendo el límite anterolateral que separa los compartimentos flexor-pronador y extensor-
supinador del antebrazo.
La cabeza de la ulna es fácil de ver y palpar en su extremo distal. Adopta la forma de una
prominencia redondeada en el carpo cuando la mano se encuentra en pronación. El proceso
estiloides de la ulna se puede palpar justo en situación distal en relación con la cabeza de la
ulna. El proceso estiloides del radio, de mayor tamaño, se puede palpar fácilmente en la cara
lateral del carpo cuando la mano se encuentra en supinación, en particular si los tendones que
lo recubren están relajados. Este último proceso es aproximadamente 1 cm más distal que el de
la ulna. La relación entre ambos procesos estiloides es importante en el diagnóstico de ciertas
lesiones de la región del carpo (p. ej., una fractura del extremo distal del radio). Proximalmente
al proceso estiloides se pueden palpar unos pocos centímetros de las superficies del radio. La
superficie lateral de la mitad distal del radio es fácil de palpar.
MANO
La mano es la parte manipuladora del miembro superior distal al antebrazo. El carpo se localiza
en la articulación entre el antebrazo y la mano. Una vez que se ha colocado en la altura y la
localización deseadas en relación con el cuerpo mediante movimientos del hombro y del codo,
y se ha establecido la dirección de su acción mediante la pronación y la supinación del
antebrazo, su posición operativa y su postura (inclinación) se ajustan mediante movimientos de
la articulación radiocarpiana.
El esqueleto de la mano (v. fig. 3-9) consta de los huesos del carpo en la región del carpo
(muñeca), los huesos metacarpianos en la mano propiamente dicha, y las falanges en los dedos
incluido el pulgar. Los dedos se numeran del 1. o al 5. o empezando por el pulgar: el 1. o es el
pulgar, el 2. o el índice, el 3. o el medio, el 4. o el anular y el 5. o el meñique. La cara palmar de
la mano presenta una concavidad central que, junto con el surco proximal a esta (por encima
de los huesos del carpo), separa dos eminencias: la eminencia tenar, lateral, de mayor tamaño
y más prominente, en la base del pulgar, y la eminencia hipotenar, medial, más pequeña y
proximal a la base del 5. o dedo (fig. 3-72 A).
La prensión con fuerza (agarre palmar) implica movimientos potentes de los dedos contra la
palma: los dedos rodean un objeto con la contrapresión del pulgar (p. ej., cuando se agarra un
cilindro) (fig. 3-73 A). En la prensión con fuerza participan los músculos flexores largos de los dedos
(actúan en las articulaciones interfalángicas), los músculos intrínsecos de la palma (actúan en las
articulaciones metacarpofalángicas) y los extensores del carpo (actúan en las articulaciones
radiocarpiana y mediocarpiana). El «amartillado» del carpo por parte de los extensores aumenta
la distancia sobre la que actúan los flexores de los dedos, y obtiene el mismo resultado que si se
ejerciera una contracción muscular más completa. En cambio, a medida que aumenta la flexión
en el carpo, la prensión se vuelve más débil e insegura.
La prensión en gancho es la postura de la mano que se utiliza cuando se lleva un maletín (fig. 3-
73 B). Esta prensión consume menos energía e implica principalmente a los flexores largos de los
dedos, que se flexionan en un grado variable, según el tamaño del objeto que se tenga que
agarrar.
La pinza es la compresión de algo entre el pulgar y el índice (p. ej., al agarrar una taza o sujetar
una moneda por su borde) (fig. 3-73 E), o entre el pulgar y los dos dedos adyacentes (p. ej., al
chasquear los dedos).
La posición de descanso es la que adopta una mano inactiva (p. ej., cuando el antebrazo y la
mano descansan sobre una mesa) (fig. 3-73 F). Esta posición es la que se utiliza con frecuencia
cuando es necesario inmovilizar el carpo y la mano mediante un yeso para estabilizar una
fractura.
Fascia y compartimentos de la palma
La fascia de la palma se continúa con la fascia del antebrazo y la del dorso de la mano
(fig. 3-58). La fascia palmar es delgada por encima de las eminencias tenar e hipotenar,
donde forma las fascias tenar e hipotenar, respectivamente (figs. 3-74 A y 3-75 A). Sin
embargo, es gruesa en la parte central, donde forma la aponeurosis fibrosa palmar, y
en los dedos, donde forma las vainas de los dedos. La aponeurosis palmar es una
porción triangular fuerte y bien definida de la fascia profunda de la palma, que cubre
los tejidos blandos y descansa sobre los tendones de los flexores largos. El extremo
proximal o vértice de la apo-neurosis palmar se continúa con el retináculo de los
músculos flexores y el tendón del palmar largo.
Entre los tendones de los flexores y la fascia que recubre los músculos palmares
profundos se encuentran dos espacios potenciales: el espacio tenar y el espacio
mediopalmar (fig. 3-75). Estos espacios están limitados por tabiques fibrosos que
discurren desde los bordes de la aponeurosis palmar hasta los metacarpianos. Entre
ambos espacios se encuentra el tabique fibroso lateral, especialmente fuerte, que se
une al 3. er metacarpiano. Aunque la mayoría de los compartimentos fasciales terminan
en las articulaciones, el espacio mediopalmar se continúa con el compartimento
anterior del antebrazo a través del túnel carpiano.
Músculos de la mano
Los músculos intrínsecos de la mano se localizan en cinco compartimentos (fig. 3-75 A):
Los músculos tenares en el compartimento tenar: abductor corto del pulgar, flexor corto
del pulgar y oponente del pulgar.
El aductor del pulgar en el compartimento aductor.
Los músculos hipotenares en el compartimento hipotenar: abductor del dedo meñique,
flexor corto del dedo meñique y oponente del dedo meñique.
Los músculos cortos de la mano (los lumbricales) en el compartimento central, junto con
los tendones de los flexores largos. Los interóseos en compartimentos interóseos separados
entre los metacarpianos.
MÚSCULOS TENARES
Los músculos tenares forman la eminencia tenar en la superficie lateral de la palma (v. fig. 3-72
A) y están encargados principalmente de la oposición del pulgar. Es importante que los
movimientos del pulgar sean normales para mantener la precisión en las actividades de la mano.
El elevado grado de libertad de movimientos del pulgar se debe a la independencia del 1. er
metacarpiano, que está dotado de articulaciones móviles en ambos extremos. Para controlar
esta libertad de movimientos se requieren diversos músculos (fig. 3-76):
Extensión: extensor largo del pulgar, extensor corto del pulgar y abductor largo del pulgar.
Flexión: flexor largo del pulgar y flexor corto del pulgar.
Abducción: abductor largo del pulgar y abductor corto del pulgar.
Aducción: aductor del pulgar y primer interóseo dorsal.
Oposición: oponente del pulgar. Este movimiento tiene lugar en la articulación
carpometacarpiana y tiene como resultado que la palma adopte una forma de «copa».
La acción de juntar la punta del pulgar con el 5. o dedo (o cualquiera de los otros)
necesita bastante más movimiento del que puede inducir el oponente del pulgar por sí
mismo.
Los músculos tenares se ilustran en la figura 3-77; sus inserciones se muestran en la figura 3-78 A, y
sus inserciones, inervaciones y principales acciones se resumen en la tabla 3-14.
Abductor corto del pulgar: El abductor corto del pulgar forma la parte anterolateral de la
eminencia tenar (fig. 3-77). Además de abducir el pulgar, este músculo colabora con el
oponente del pulgar durante las primeras fases de la oposición al inducir un ligero movimiento
de rotación medial de su falange proximal.
Para explorar el abductor corto del pulgar se debe abducir el pulgar contra resistencia. Con esta
maniobra se puede ver y palpar el músculo, siempre y cuando sus movimientos sean normales.
Flexor corto del pulgar: El flexor corto del pulgar se localiza medialmente respecto al abductor
corto del pulgar. En su inserción distal, sus dos vientres, localizados en lados opuestos del tendón
del flexor largo del pulgar, comparten (entre ellos y a menudo con el abductor corto del pulgar)
un tendón común que contiene un hueso sesamoideo. En general, los dos vientres tienen
inervaciones distintas: la cabeza superficial, de mayor tamaño, está inervada por el ramo
recurrente del nervio mediano, y la profunda, más pequeña, suele estar inervada por el ramo
palmar profundo del nervio ulnar. El flexor corto del pulgar flexiona el pulgar en las articulaciones
carpometacarpiana y metacarpofalángica, y participa en la oposición del pulgar.
Para explorar el flexor corto del pulgar se debe flexionar el pulgar contra resistencia. Con esta
maniobra se puede ver y palpar el músculo, siempre y cuando sus movimientos sean normales;
sin embargo, se debe tener en cuenta que el flexor largo del pulgar también flexiona el pulgar.
El aductor del pulgar se localiza en el compartimento aductor de la mano (fig. 3-75 A). En su
origen, este músculo en forma de abanico tiene dos cabezas que quedan separadas por la
arteria radial cuando esta entra en la palma para formar el arco palmar profundo (figs. 3-77A y
3-79). Su tendón normalmente contiene un hueso sesamoideo. El aductor del pulgar aduce el
pulgar desplazándolo hacia la palma de la mano (fig. 3-76), con lo que aumenta la fuerza de
prensión (fig. 3-73 G y H)
MÚSCULOS HIPOTENARES
Los músculos hipotenares (abductor del dedo meñique, flexor corto del dedo meñique y
oponente del dedo meñique) forman la eminencia hipotenar en el lado medial de la palma y
mueven el dedo meñique (fig. 3-87). Estos músculos se encuentran en el compartimento
hipotenar junto con el 5. o metacarpiano (figs. 3-75A y 3-77). Sus inserciones se ilustran en la figura
3-78 A, y sus inserciones, inervaciones y principales acciones se resumen en la tabla 3-14.
Abductor del dedo meñique: El abductor del dedo meñique es el más superficial de los tres
músculos que forman la eminencia hipotenar. El abductor del dedo meñique abduce el 5. o
dedo y ayuda a flexionar su falange proximal.
Flexor corto del dedo meñique: El flexor corto del dedo meñique tiene un tamaño variable; se
sitúa lateralmente al abductor del dedo meñique. Este músculo flexiona la falange proximal del
5. o dedo en la articulación metacarpofalángica.
Oponente del dedo meñique: El oponente del dedo meñique es un músculo cuadrangular que
se sitúa en profundidad respecto a los músculos abductor y flexor del 5. o dedo. Dicho músculo
tira del 5. o metacarpiano hacia delante y lo rota lateralmente, con lo que aumenta la
profundidad de la cavidad de la palma y sitúa el 5. o dedo en oposición con el pulgar (v. fig. 3-
76). Al igual que el oponente del pulgar, el oponente del dedo meñique actúa exclusivamente
en la articulación carpometacarpiana.
Palmar corto: El palmar corto es un músculo pequeño y delgado que se sitúa en el tejido
subcutáneo de la eminencia hipotenar (figs. 3-74 A y 3-77 A), es decir, no se localiza en el
compartimento hipotenar. El palmar corto arruga la piel de la eminencia hipotenar y aumenta
la profundidad de la cavidad de la palma, con lo que participa en el agarre palmar. El palmar
corto recubre y protege el nervio y la arteria ulnares. Se inserta proximalmente en el borde medial
de la aponeurosis palmar y en la piel del borde medial de la mano.
Los músculos cortos de la mano son los lumbricales y los interóseos (fig. 3-78 C a E; tabla 3-14).
Lumbricales: Los cuatro delgados músculos lumbricales se denominan así por su parecido con un
gusano (del latín lumbricus, lombriz de tierra) (figs. 3-77 B y 3-78 C). Los lumbricales flexionan los
dedos en las articulaciones metacarpofalángicas y extienden las articulaciones interfalángicas.
Para explorar los músculos lumbricales se debe pedir al sujeto que, con la palma de la mano
orientada hacia arriba, flexione las articulaciones metacarpofalángicas mientras mantiene las
interfalángicas extendidas. A continuación, el examinador debe aplicar resistencia con un dedo
sobre la superficie palmar de la falange proximal de los dedos 2. o a 5. o individualmente.
También puede aplicar resistencia por separado sobre la superficie dorsal de las falanges media
y distal de los dedos 2. o a 5. o para explorar la extensión de las articulaciones interfalángicas (en
este caso, el sujeto también debe mantener las articulaciones metacarpofalángicas en flexión).
Interóseos: Los cuatro músculos interóseos dorsales se localizan entre los metacarpianos; los tres
músculos interóseos palmares están situados en las superficies palmares de los metacarpianos en
el compartimento interóseo de la mano. El 1. er músculo interóseo dorsal es fácil de palpar: si se
opone el pulgar con firmeza contra el índice se nota fácilmente. Algunos autores describen
cuatro interóseos palmares, ya que incluyen la cabeza profunda del flexor corto del pulgar por
su inervación similar y su localización en el pulgar. Los cuatro interóseos dorsales abducen los
dedos y los tres palmares los aducen.
Cuando actúan juntos, los interóseos dorsales y palmares y los lumbricales producen flexión de
las articulaciones meta-carpofalángicas y extensión de las interfalángicas (es el denominado
movimiento en Z). Esto se debe a su inserción en las bandeletas laterales de las expansiones
extensoras (fig. 3-63 A y B).
Para examinar el palmar interóseo se coloca una hoja de papel entre los dedos adyacentes. Se
pide al paciente que «mantenga los dedos juntos» para evitar que el examinador retire la piel
(fig. 3-80 A). Para explorar los interóseos dorsales, el examinador debe sujetar dos dedos
adyacentes extendidos y aducidos entre su pulgar y su dedo medio, y oponer resistencia mientras
el sujeto intenta abducir los dedos (se le debe pedir que separe los dedos) (fig. 3-80 B).