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Los selknam vivieron en la Patagonia hace alrededor de 10 mil años. Se señala que
el origen de los selknam fue en Chile, en el sector norte de Tierra del Fuego y,
desde ahí, se desplazaron por toda la isla, lo que actualmente es el territorio
chileno-argentino.
Los selknam fueron parientes cercanos de los tehuelches, de hecho, los selknam
fueron considerados los primeros tehuelches de la Patagonia meridional. Esto
explica por qué los selknam y los tehuelches comparten características físicas y
costumbres similares. Por otro lado, los haush también estaban emparentados con
los primeros selknam.
Los selknam compartían con los tehuelches y haush las “lenguas chon”. Estas son
todas las lenguas que se hablaron en Tierra del Fuego y en la Patagonia durante
esa época.
Vestimenta
los selknam se cubrían con una capa de piel de animal (de guanaco, cururo o zorro)
llamado chonhkoli y las mujeres llevaban, además de esta capa, otra prenda para
cubrirse los genitales. Los selknam también usaban un tipo de zapato fabricado con
las extremidades del guanaco.
Para los selknam, la pintura corporal también era muy importante. En la cara la
utilizaban para protegerse del clima y mostrar su estado de ánimo, mientras que en
el cuerpo era para destacar sus características físicas, camuflarse de los animales
durante la caza, destacar situaciones sociales como el embarazo de una mujer o
distinguir al chamán del grupo, como también para ceremonias y rituales con fines
espirituales. Los colores que utilizaban para pintarse el cuerpo eran el rojo, el blanco
y el negro. Además, utilizaban sus dedos para realizar los diseños del cuerpo .
Rituales
Los selknam realizaban la ceremonia del Hain. Esta buscaba iniciar a los jóvenes en
la adultez.
Sus campamentos eran temporales, permaneciendo en ellos desde unos pocos días
hasta algunas semanas. Había dos tipos de vivienda. Kauwi era la menos usada,
era cónica. La construían en zonas boscosas donde había suficiente madera.
La vivienda más común era el paraviento o tienda. Era más o menos cónica, hecha
de palos y ramas, tapada con cueros de guanaco o lobo marino. Era provisoria, ya
que era fácil de acarrear y de rápida instalación. Quien la transportaba era la mujer.