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Una cartografia

de la connexió
humana
DOMESTIC DATA STREAMERS

Frente a ti, cinco criaturas digitales trabajan


sin fin para tratar de dar sentido a un territorio
en línea caótico e ininteligible. Rastrean
espacios de producción de datos y los mapean
físicamente trazando marcas minúsculas en
una hoja de papel. A cada segundo aparecen
nuevos rastros cuando personas de todo el
mundo chatean, dan like, comparten, hacen
match o se conectan. Señales de nuestro
impacto digital y una prueba siempre mutante
de que, detrás de todos y cada uno de los datos
de internet, estamos nosotros.

Verbatim connexum
Criatura versátil que, inspirada en las antenas
de telecomunicación, mapea la media de
4.410.000.000 mensajes que se envían cada
hora a través de WhatsApp y subraya el papel
del lenguaje en la conexión global. (Statista, 2020).

No es de sorprender que los mensajes de texto


sean el servicio de datos más utilizado del mundo
teniendo en cuenta su comodidad e inmediatez:
satisfacen las más hondas necesidades sociológicas
y psicológicas de los individuos al permitirles
mantener conexiones sociales sin limitaciones
espaciales ni temporales, lograr una gratificación
instantánea y controlar sus interacciones sociales.

Validatus sociae
Criatura reluciente e iridiscente que
continuamente mapea la media de
4.200.000.000 likes que se hacen cada hora
en Instagram, lo que refleja nuestro deseo
innato de aceptación y validación social.
(Social Pilot, 2023).

El universo en línea constituye una plataforma


única para que los individuos se expresen, lo que
les aporta una mayor sensación de validación y
aceptación social. Eso significa que, para bien o
para mal, internet nos proporciona una cantidad
casi infinita de oportunidades para conectar con
individuos de mentalidad similar, sin miedo a las
consecuencias sociales que puede comportar la
interacción cara a cara.

Syncreatia cognitium
Criatura con mentalidad de colmena que
marca la media de 101.500 ediciones que se
realizan cada hora en Wikipedia y subraya la
importancia de compartir conocimientos y
crear en colaboración. (Wikipedia, 2022).

Uno de los atractivos de Wikipedia es el carácter


único y colaborativo de su producción de contenido,
basada en la inteligencia colectiva de su red. Sus
procesos participativos para crear conocimiento
reemplazan los procesos enciclopédicos
tradicionales, fundamentados en el conocimiento de
expertos y en prácticas selectoras.

Amoris cybersis
Criatura atractiva y delicada que representa la
media de 167.000 matches que se hacen en
Tinder cada hora, por lo que refleja la búsqueda
contemporánea del amor y del vínculo en un
mundo impulsado por la tecnología. (Colao, 2023).

Las aplicaciones de citas en línea se han ganado la


fama de ser sitios donde buscar rollos de una noche.
Pero, según se ha investigado1 dichas aplicaciones se
utilizan más para encontrar el amor que para tener sexo
casual: proporcionan contacto emocional e intimidad,
así como la oportunidad de relacionarse con individuos
ajenos al propio círculo social más inmediato sin perder
la sensación de control durante el proceso.

1 Sumter, S.R.; Vandenbosch, Laura; Ligtenberg, Loes. “Love me Tinder: Untangling Emerging Adults’ Motivations for
Using the Dating Application Tinder”, en: Telematics and Informatics, vol. 34, núm. 1, febrero de 2017.

Gamoptera ludens
Criatura dinámica y pixelada que visibiliza a la
media de 25.000.000 jugadores activos cada
hora en la plataforma de juegos Steam, y por lo
tanto muestra la importancia del juego para la
interacción y el crecimiento social. (SteamDB, 2022).

Aunque el impacto de los videojuegos plantea


muchas cuestiones, es evidente que crean
comunidades y que están uniendo a las personas
de modos que antes eran inimaginables. Como
plataformas para construir relaciones, fomentan
unas conexiones humanas que van más allá de
la pantalla y que penetran en el propio tejido de
nuestra vida social.

Cuando navegamos en línea,


seguimos siendo humanos. Es más,
le pedimos a nuestro espacio digital
que nos ayude a satisfacer nuestras
necesidades más básicas.

A medida que dedicamos más tiempo a estar


en línea, hemos llegado a esperar de nuestras
comunidades digitales la misma experiencia de
confort y afinidad que nos aporta la vida fuera
de internet. Y aunque eso comporta nuevos
problemas de seguridad y puede derivar en
sentimientos de soledad y baja autoestima,
según se ha estudiado,2 una de nuestras
mayores motivaciones para usar internet es
hallar espacios para las conexiones sociales.
Podríamos quedarnos ahí: cuando
estamos en línea, nuestras intenciones son
mayoritariamente positivas. La conexión nos
estimula más que ninguna otra cosa, y eso es
innegable. Pero los rastros que las criaturas
trazan en el papel pueden decir mucho más si
los miramos de cerca.

¿A quién corresponden las


marcas que se trazan y qué
necesidades satisfacen?

El universo en línea suele concebirse como


una plaza pública, libre y abierta a todo el
mundo. Aun así, hoy en día hay un 35,6%3 de
la población mundial que no está conectada.
Además, las acciones de quienes navegan
en línea tienen lugar en servidores privados
que capitalizan, explotan y determinan el
comportamiento humano.

¿Cuáles son las consecuencias


materiales de esas nuevas
cartografías?
Internet nos prometió conectarnos
globalmente y cambiarnos la vida de un modo
que jamás habíamos imaginado. Una idea
que llegó de la mano de otra promesa, la de la
desmaterialización: parece que internet exista
sin un impacto en el mundo exterior. Pero
eso es muy discutible. La huella de carbono
de nuestros dispositivos, de internet y de los
sistemas que los sostienen supone cerca del
3,7 % de las emisiones de efecto invernadero
en todo el planeta, una cifra similar a la que
produce la industria aérea mundial.4
El impacto no termina ahí. La cartografía
que a cada segundo se genera ante ti provoca
además un cambio en la topografía de la Tierra.
Implica extracción de materiales (litio, cobalto
y tántalo, entre muchos otros), lo que a su vez
implica malas condiciones laborales y formas
contemporáneas de esclavitud.5

Conviene recordar que los datos no


son otra cosa que la suma de todas
las acciones humanas registradas. Así
pues, son los ladrillos con los que se
construirá la historia futura, no meras
marcas abstractas en un pedazo de
papel. La huella digital que dejemos
es precisamente lo que responda a la
pregunta:

¿Qué van a entender sobre


nuestra época aquellos que
lleguen detrás de nosotros?

2 Auxier, Brooke; Anderson, Monica. Social Media Use in 2021. Washington: Pew Research Center, abril de 2021.
Turkle, Sherry. Alone Together: Why We Expect More from Technology and Less from Each Other. Nova York: Basic
Books, 2012.
3 Statista, 2023.
4 Griffiths, Sarah. Why Your Internet Habits Are Not as Clean as You Think. BBC, 2020.
5 Crawford, Kate. Atlas of AI: Power, Politics, and the Planetary Costs of Artificial Intelligence. Yale University Press, 2021.

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