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ISSN 2468-977

I i S

bymploke
^ lre v is ta filosófica
Revista n° 2, enero 2016

Heráclito y Parménides
Dos caras de la misma moneda
Dr. Néstor Luis Cordero

Consideraciones
sobre el problema
de la identidad y
sim plicidad personal
en Hume
Lic. H oracio G ianneschi

Notas para un ensayo


sobre el suicidio
G abriel A. Saia

Entrevista
Luis Angel Castello

Resucitar Cártago
Una lectura benjaminiana de Fausto
y Enrique de Ofterdingen
Nicolás Ricci
Symploké r e v is ta f ilo s ó fic a

Integrantes de la Revista

Calomino, Hernán E. :: Director


Gutiérrez, Alejandro M. :: Director

Consejo evaluador:
La Revista
Bieda, Esteban :: Dr. en Filosofía
(UBA)

Cladakis, Maximiliano :: Dr. en Filosofía


(UNSAM)

Fernández, Jorge :: Doctor en Filosofía


(USAL)

Gardella Hueso, Mariana :: Lic. en Filosofía


(UBA)

Gianneschi, Horacio :: Lic. en Filosofía


(USAL)

Menniti, Martín :: Lic. en Filosofía Symploké nació como una tenido hasta ahora e invitamos a todos
(UNSAM) necesidad de trasponer la experiencia aquellos que quieran colaborar con la
universitaria y traducirla en este co­ misma a ponerse en contacto con no­
Pico Estrada, Paula :: Profesora Filosofía
(UNSAM)
lectivo de desarrollo que nos interpe­ sotros.
la a realizar una puesta en común de
Tursi, Antonio :: Dr. en Filosofía aquello que producimos. ¡Muchas Gracias!
(UBA) En esta línea, nosotros apos­
tamos a esta empresa que se propone
Coloboradores:
como un espacio de aprendizaje, de
Marasso, Fernando :: Desgrabaciones una puesta en común de las activida­
des académicas y de producción de
Valls, Analía E. :: Correctora Alejandro M. Gutiérrez
conocimiento. Hernán E. Calomino
En la segunda entrega de esta Directores de la Revista
revista, realizada con mucho esfuerzo
Revista Symploké y dedicación, no podemos dejar pasar
la oportunidad de agradecer nueva­
ISSN: 2468-9777
mente a aquellos que colaboran día a
hola@revistasymploke.com
www.revistasymploke.com día para hacerla posible, desde los di­
Pacheco 2558 rectores de la Carrera de Filosofía de
CP 1431 la Universidad Nacional de San Mar­
Ciudad Autónoma de Buenos Aires tín, los docentes e investigadores que
Argentina
nos han ayudado hasta los estudiantes
que han colaborado y han abrazado
calurosamente este nuevo emprendi-
miento. Agradecerles a todos ellos por
el apoyo no está de más.
Por último, agradecer a los
que por vez primera podemos llamar
lectores, aquellos que hacen que la
revista se realice en su propia natura­
leza, a todos los que han colaborado
descargando el primer lanzamiento y
a todos los que nos siguen en las redes
sociales.
Esperamos que esta revista
siga con el recibimiento que hemos
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Symploké r e v is ta f ilo s ó fic a enero 2016

Heráclito y
Parménides
Dos caras de la
misma moneda
Néstor Luis Cordero*

Si decidí consagrar esta grandes filósofos no sólo no están coinciden con los textos. Todo ello
conferencia a Heráclito y a Par­ opuestos, sino que representan las conduce al dogmatismo.
ménides no fue para exponer sus dos caras de la misma moneda. Me explico. Los textos de
respectivas filosofías -lo cual, por Evidentemente, no tengo la ver­ los filósofos de la antigüedad son
otra parte, sería imposible de tratar dad revelada; mi punto de vista es difíciles de leer, no sólo por la len­
dentro de los límites de una breve la consecuencia de una larga fre­ gua, sino porque fueron pensados
exposición oral-, sino para ofre­ cuentación de estos personajes. Es según categorías de pensamiento
cer, modestamente, un ejercicio de verdad que a veces la experiencia que no son las nuestras. Por eso
metodología. Como es sabido, en es mala consejera. Oscar Wilde es­ siempre habrá algo que no com­
toda búsqueda, en toda investiga­ cribió que llamamos experiencia al prenderemos. De ahí la tentación
ción, no se puede avanzar a ciegas: conjunto de los errores que hemos de apoyarnos en gente que sabe
hay que seguir un método, es decir, cometido. Yo no sé si cometí erro­ más que nosotros, en autoridades,
etimológicamente, un “camino” res en mis investigaciones, pero expertos, etc. No caben dudas de
(mét-odo viene del griego méth- llegué a ciertas conclusiones y me que los grandes historiadores del
hodos,”en el camino”). Y bien, ya permitiré exponerlas en esta confe­ pasado, los grandes intérpretes o
desde la antigüedad grandes filó­ rencia. filósofos, de Zeller y Überbeg a
sofos, como Platón, e incluso, ya, Y bien, la conclusión prin­ Mondolfo, de Hegel y Heidegger
historiadores de la filosofía, adop­ cipal a la que llegué es tan obvia que a Foucault, son gente más que in­
taron varios tipos de metodología, hasta me da vergüenza exponerla. teligente. Todos ellos interpretaron
una de las cuales llevó a oponer en Esta conclusión es la siguiente: a los filósofos del pasado, los sis­
forma contradictoria las filosofías para captar el pensamiento de los tematizaron, evidentemente, con
de Heráclito y la de Parménides. filósofos del pasado debemos ser argumentos, no en forma capricho­
Cuando mencioné mi in­ esclavos del texto, breve o enor­ sa. Y esos esquemas nos parecen
tención de ofrecer un ejercicio de me, que ha llegado hasta nosotros. hoy tan sólidos que solemos acep­
metodología fue para mostrar - y Por consiguiente, el mayor peligro tarlos. Caemos así en lo que hace
si es posible, demostrar- que si se a evitar es el criterio de autoridad unos minutos llamé “criterio de
utiliza otro método, quizá se pue­ de los comentadores, incluso an­ autoridad”. Y elegí a Heráclito y
da llegar a concluir que los dos tiguos, si sus interpretaciones no Parménides como tema porque su

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Symploké r e v is ta filo só fic a Heráclito y Parm énides..

oposición, como adelanté, provie­ como se nos dice siempre, pero, puse ser pragmático y partí de la
ne ya de una autoridad incontesta­ para demostrarlo, debo comenzar premisa siguiente: dejé de lado las
ble, Platón. por el comienzo, es decir, debo definiciones y sostuve que la filo­
El mejor antídoto contra el presentar someramente a ambos sofía era, en su comienzo, aquello
criterio de autoridad es la esclavi­ personajes, y digo “someramente” que hacían ciertos sabios que la
tud textual. Las ideas están expre­ porque seguramente Uds. los co­ gente comenzó, poco a poco, a lla­
sadas en textos. Debemos someter­ nocen ya, tan bien, o tal mal, como mar filósofos. Ellos estaban inven­
nos, como esclavos, a la dictadura yo. tando algo y sabían lo que hacían.
de los textos, y hacer como Ulises: Heráclito y Parménides Si lo que ellos inventaron devino
taparnos los oídos para no escu­ pertenecen al primer grupo de sa­ después otra cosa, ése es otro pro­
char el canto de las sirenas de las bios que poco a poco se fueron blema, y hoy no nos interesa. Y
autoridades del pasado. Ojo: puede llamando “filósofos”. Estos sabios, como Heráclito y Parménides es­
ocurrir que el análisis minucioso son astrónomos, matemáticos, mé­ tán separados apenas por un siglo
del texto nos lleve a coincidir con dicos, músicos, y, en un momento de estos, digamos, “inventores”,
lo que alguna de esas autoridades dado, deciden encarar la realidad, la moneda a la cual ambos perte­
dijo, pero hemos llegado libremen­ todas las cosas, desde una pers­ necen se ubica dentro de este am­
te a la misma conclusión. No ol­ pectiva diferente: los astrónomos biente, de este panorama, de esta
videmos que Platón escribió en el dejan de lado los astros, los médi­ atmósfera.
Sofista que la filosofía es la ciencia cos la salud, los músicos, la armo­ Ahora sí nos podemos pre­
de los hombres libres. En filosofía nía, e inventaron “algo” que poco guntar: ¿qué es lo que hacía esta
no hay textos revelados ni inter­ después se llamó “filosofía”. Esta gente? Intentaban encontrar una
pretaciones sagradas. nueva perspectiva se puso en prác­ explicación global de la realidad,
De acá en adelante, inten­ tica primero en Jonia, hoy la costa de todo, del todo, para poder pro­
taré aplicar esta metodología, la occidental de Turquía, a fines del poner normas de vida en función
esclavitud textual, y la puesta en­ siglo VII, surgió en el interior del de las respuestas que encontraban.
tre paréntesis de “lo que se dice”, pueblo griego, de gente que pen­ Ya el texto mínimo conservado de
y veremos qué podemos “leer” en saba en griego, hablaba en griego, Anaximandro, apenas cuatro lí­
Heráclito y Parménides. que y, cuando escribió, escribió en neas, propone una explicación de
Comienzo con una referen­ griego. Esto lo sabemos todos. la coexistencia de “los entes” (en
cia al título de la charla, las dos ca­ Ahora bien, ¿de qué se el texto, tois ousi), sin restricción:
ras de una misma moneda. Todas ocupaban estos primeros sabios, su frase vale para el cosmos, los
las monedas tienen dos caras. Si que devinieron filósofos? ¿Qué dioses, el hombre, la vida en so­
no fuera así, habría que cambiar tipo de saber amaban, ya que la pa­ ciedad, etc. A diferencia de la pers­
nuestra percepción del universo. labra “filósofo” quiere decir “amor pectiva mítica, que había buscado
Lo mismo ocurre con cada página o gusto por el saber”? Si se los lla­ más o menos lo mismo, como es­
de un libro, que tiene anverso y re­ mó “filósofos” es porque “filosofa­ tos sabios están acostumbrados a
verso. Borges escribió en E l libro ron”. Entramos acá en un terreno argumentar, a dar razones de sus
de arena que quien encuentre en resbaladizo, ya que hoy, veintisiete experiencias, cada uno en su do­
un libro una página con un anver­ siglos después de estos aconteci­ minio, podemos afirmar que estos
so, sin reverso, habrá encontrado mientos, tenemos una idea más primeros filósofos aplicaron una
el libro infinito. En nuestro caso, si 0 menos clara de lo que significa cierta racionalidad en sus búsque­
yo me permito afirmar que Herá­ “filosofar” -soy optimista-, pero das respectivas. Estas explicacio­
clito y Parménides son las dos ca­ eso que hoy llamamos filosofía es nes debían surgir de aplicar a la
ras de la misma moneda es porque el resultado de una larga marcha, realidad el pensamiento, la razón,
ambos comparten lo esencial, la y no tenemos derecho a aplicar a ya que no había por entonces ni
moneda, si bien la imagen de cada esta gente, que estaba inventando respuestas ya dadas en religiones
cara, o, como se dice, de la cara y la filosofía, esto que hoy llamamos reveladas ni en textos sagrados. Se
de la ceca, son diferentes. filosofía. debía partir de cero.
Tengo un poco menos de Y bien, en un libro que es­ Y comienzo a acercarme
una hora para demostrar que esta cribí hace unos años1, yo me pro- a nuestra pareja. Recién dije que
diferencia no es una oposición, 1 L a invención de la filosofía, ed. Biblos, 2a ed. 2012.

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Symploké r e v is ta f ilo s ó fic a enero 2016

estos pensadores se ocupaban de según una fórmula que llegó a ser hay una multiplicidad de cosas,
LA realidad, es decir, de todo: el clásica, del ser de los entes. Cuan­ de sucesos, pero nada es caótico:
cosmos, del hombre, de los dioses, do un filósofo escribe un tratado después del día viene la noche,
de la vida...Después, poco a poco, sobre el ser, lo llama Sobre la Phy­ después del verano, el invierno,
ciencias particulares se fueron sis, traducido en general por Sobre después de la vida, la muerte. Y
desprendiendo de este conjunto, y la Naturaleza. Heráclito descubrió la ley que de­
cuando dije que no tenemos dere­ Ahora bien: cada filósofo tecta que en vez de haber caos, hay
cho a aplicar nuestra visión actual dio una respuesta particular, perso­ cosmos. Evidentemente, no es la
de la filosofía a estos personajes nal, a la pregunta ¿que es la reali­ ley la que produce el equilibrio;
es porque evidentemente la filoso­ dad? La mayor parte propuso eso ella sólo lo detecta.
fía de Hegel, por ejemplo, y, más que hoy llamamos un “elemento”, Parménides tampoco se in­
aun, las de Foucault o de Derrida como el agua o el aire, porque la teresó por un elemento o principio
no pueden entrar dentro de este pa­ physis, desde el momento en que de la realidad. De una manera muy
norama. Pero sí las de Heráclito y es algo que está siendo, es diná­ banal, afirmó que si hay cosas,
Parménides, nuestros autores. mica, “viviente”, y tanto el agua realidad, todo, en vez de nada, es
Recién hablé de LA reali­ como el aire son esenciales para porque hay ser. Si no hubiera ser,
dad, pero Uds. saben que la pala­ la vida. Otros propusieron varios no habría nada, o habría nada. Es
bra realidad no existe en griego; elementos a la vez, que se combi­ casi una observación lingüística.
viene del latín, “res”, “cosa”, y la nan se descomponen, y, al final de Para aludir a las cosas en general
palabra que deriva, con el sufijo este primer período, al cual, como la lengua griega utiliza la palabra
“-dad” significa aquello que hace Uds. saben se le aplica el cliché de “entes”, y “ente” es el participio
ser a una cosa lo que ella es: las “filosofía presocrática”, llegan los presente del verbo “ser”; ergo,
cosas iguales lo son porque poseen atomistas, que explican la realidad, sin el verbo, no hay participio, sin
igual-dad; alguien es capaz por­ como hoy, por una conjunción de “ser”, no hay “entes”. Punto. Hasta
que posee capaci-dad. Habría que átomos y de vacío. acá, nada opone a Heráclito y Par-
inventar en castellano la palabra En medio de este panora­ ménides. Hubiesen podido tomar
“cosidad”, que existe en alemán, ma, que, aunque parezca mentira, un café o un ouzo juntos, y hasta
es “D m glichkeif abarca más de noventa filósofos, podemos imaginar que hubiesen
Y cuyas obras, lamentablemente, se
bien, los primeros filóso­ podido dialogar de este modo:
fos que se ocupaban de la realidad perdieron y sólo quedan referen­ H: -“¿Sabés, amigo Parménides,
y de lo que hace que las cosas po­ cias, y, en el mejor de los casos, que acabo de descubrir una ley
sean realidad, utilizaban la palabra algunas líneas, en medio de esta que explica por qué la multiplicad,
physis, traducida en general por multitud, que va desde fines del eso que llamamos realidad, no es
“naturaleza” (que es una traduc­ siglo VII hasta mediados del V, caótica? Ocurre que las tensiones
ción aceptable a partir de cierto apenas un siglo y medio, aparecen opuestas que caracterizan a cada
momento, no en la etapa que esta­ Heráclito y Parménides. Hoy ve­ cosa están armonizadas”
mos viendo). Physis es una palabra mos que, dentro de este conjunto, P:-“Excelente explicación, amigo
con sentido dinámico, activo, que fueron un poco marginales, porque Heráclito, pero yo agregaría que
significa mas o menos “lo que está dijeron algo novedoso. si hay multiplicidad, unidad, en
creciendo”, “lo que está siendo”, En efecto, Heráclito no se resumen, cosas que se armonizan,
“lo que se está produciendo”. Y preocupó del elemento o los ele­ es porque hay ser. El hecho de ser
por eso cuando uno de los prime­ mentos constituyentes de la reali­ las hace ser, y yo me ocupo de eso”
ros filósofos dice que se ocupa de dad, sino de la ley o el principio H:-“Tenés razón, Parménides, no
la physis se está ocupando a la vez que permite encarar la totalidad se me había ocurrido...Eso es tan
de la realidad, de la totalidad de las de las cosas como un cosmos, es obvio...
cosas, y en ese caso physis tiene decir, como un conjunto ordenado, P: -“Sí, es obvio, pero alguien te­
valor independiente, “la” physis, y y no como algo caótico. La signi­ nía que decirlo”.
también de lo que hace ser a una ficación originaria de cosmos es Nada opone a ambos inter­
cosa, y, en ese caso, se habla de la “orden”; un cosmético es algo que locutores; sus ideas son totalmente
“physis de”. Hoy diríamos que se pone un poco de orden en el ros- complementarias. Pero si, obceca­
ocupaban del ser de las cosas, o, tro...Es decir: todos sabemos que dos por la interpretación que se po­

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Symploké r e v is ta f ilo s ó fic a Heráclito y Parm énides..

pularizó desde hace siglos, hubié­ sofía. Ellos comentaron a filósofos do se trata de individualizarlos, se
semos aprovechado la oportunidad anteriores, hasta podemos decir refieren a Crátilo, para quien, aho­
para interrogarlos, con cierta des­ que dialogaron con ellos, pero sin ra sí, “todo fluye”. “Todo fluye” es
cortesía, podríamos haber afirma­ las exigencias metodológicas que una frase de Cratilo, filósofo que
do: se requieren de un historiador, en­ hasta negaba la posibilidad de po­
“No sé cómo pueden estar de tre otras cosas, porque los griegos ner nombre a las cosas ya que es­
acuerdo cuando Ud., Heráclito, de la antigüedad clásica no tenían tán siempre cambiando. Heráclito
dice que todo fluye y nada perma­ sentido de la historia. Me explico. no es culpable de la deriva de este
nece, y Ud., Parménides, que solo Los varios volúmenes de Heródo- hijo ilegítimo.
existe el Ser Uno e in m ó v il.” to y de Tucídides cuentan historias Y otro tanto pasa con Par-
No caben dudas de que am­ para extraer una moral del pasado ménides, más original aún que
bos filósofos nos hubiesen fulmi­ que sirva para el presente. Y las Heráclito. Un filósofo de Samos,
nado con la mirada y, al unísono, historias que cuentan pasaron hace Meliso, adoptó y adaptó su filo­
habrían dicho: “¿De dónde sacaron poco, a lo sumo unos cincuenta sofía. La adaptó a su modernidad
barbaridades? Pónganse a leer lo años antes; hay todavía testigos. para refutar a los atomistas, que es­
poco de nuestros textos que llegó Respecto del pasado remoto, no taban de moda. Pero los atomistas
hasta Uds. Y no digan ridiculeces”. tenían la más mínima idea y, para se interesaban en los componentes
La única manera de hacer­ conocerlo, recurren a las Musas, del mundo físico, problema que
nos perdonar nuestra ignorancia que son hijas de Memoria, Mne- no había interesado a Parménides,
consiste, primero, en buscar el mosyne. pero sí a Meliso. La historia de la
origen de la interpretación que los Hoy, desde hace un siglo o tergiversación de Parménides es
opuso y, en segundo lugar, devenir un poco más, conocemos la histo­ trágica. Para los atomistas, los áto­
esclavos de los textos, y ver qué di­ ria griega mejor que los griegos de mos son seres, entes -¿quién puede
jeron realmente. la antigüedad. Ellos, por ejemplo, negarlo?- y en consecuencia ellos
La oposición radical entre creían ser autóctonos, nacidos ahí, llaman “no-ser” al vacío en el cual
Heráclito y Parménides no se in­ en las regiones donde vivían. Hoy se encuentran; claro: lo llaman
ventó recientemente, viene desde sabemos que el pueblo griego llegó “no-ser” porque el vacío es lo con­
la antigüedad. Otras oposiciones, sucesivamente por oleadas inmi­ trario de los átomos...Pero Meliso,
por ejemplo, la que hay entre Pla­ gratorias provenientes de Asia cen­ para refutarlos, dice que, como el
tón y Aristóteles, son más moder­ tral, y que por eso la lengua grie­ no-ser no existe, el vacío no existe
nas, y ello se debe a que las his­ ga deriva del indoeuropeo. Ellos y que entonces el ser ocupa todo
torias de la filosofía, en todos los ignoraban todo esto. Y otro tanto el espacio y, por consiguiente, es
idiomas, heredan esquemas de los ocurre con el conocimiento de los uno. Es el famoso ser-uno, contra
grandes historiadores alemanes del primeros filósofos. Platón y Aris­ el cual argumentan Platón y Aris­
siglo XVIII, que, a su vez, heredan tóteles poseen algunos textos de tóteles. Pero Parménides es ino­
el esquema dialéctico de Hegel: ellos (no olviden que la mayoría se cente. Él no tiene nada que ver con
Platón es la tesis y Aristóteles su perdió), pero no los interpretaron las derivas interpretativas de Meli-
antítesis. Pero, para los antiguos históricamente, sino en función de so...Parménides se interesó en “el
no había oposición: Platón y Aris­ los problemas de su tiempo, y tal hecho de ser”, no en una cosa que
tóteles habían dicho lo mismo. Los como los recibieron por parte de se llamaría “El Ser”.
comentadores mayores de Aristó­ los herederos tardíos de los viejos Pero volvamos al origen de
teles del fin de la antigüedad son filósofos. la oposición. Ni Platón ni Aristóte­
filósofos neoplatónicos. Éste es precisamente el les son historiadores de la filosofía,
Pero, como dije, en el caso caso de Heráclito y de Parménides. ya lo dijimos; ellos dialogan con
de Heráclito y Parménides, la opo­ Ambos tuvieron seguidores inme­ ideas que Heráclito y Parménides
sición viene desde la antigüedad. diatos, pero, dada la originalidad propusieron y que fueron luego
Y fueron justamente Platón y Aris­ de sus filosofías, estos herederos adaptadas o reformadas por filóso­
tóteles quienes, a pesar suyo, ori­ seguramente no comprendieron a fos de su tiempo. O sea que cuando
ginaron dicha oposición. Digo “a sus maestros y los simplificaron. Platón y Aristóteles se ocupan de
pesar suyo” porque ni el uno ni el Platón y Aristóteles se refieren en filósofos del pasado no pretenden
otro fueron historiadores de la filo­ general a “los heraclíteos”, y cuan­ ser precisos, y en su tiempo to­

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Symploké r e v is ta f ilo s ó fic a enero 2016

dos lo saben. En algunos diálogos de esto en Parménides, que utiliza cia, porque no estamos implicados
de Platón, Platón hace dialogar a el verbo “ser” con valor existen- en polémicas ni en refutaciones. Y,
personajes reales, pero que nunca cial, copulativo y modal. además, poseemos los textos, lo
pudieron conocerse, porque vivie­ Retomo el hilo de mi dis­ que queda, pero textos auténticos,
ron en épocas distintas, y nadie lo curso. Dije hace unos minutos que y en ese caso hay que hacer hablar
criticó porque era un diálogo de nosotros conocemos mejor el pasa­ al texto, del cual somos esclavos, y
ideas, como en la ópera Evita se do griego que los griegos mismos. eso es lo que pretendo hacer en la
hace dialogar a Eva Perón con el En cada dominio, hay especialistas, segunda parte de esta charla, que
Ché: nunca se conocieron, y nadie expertos, que trabajan desde hace comienza a continuación.
se queja. más de un siglo sobre determina­ Primero una observación
Pero ya en la antigüedad, dos temas, y llegan a conclusiones general. Ya hice mención de la
siglos después, comienza a haber científicas, pero éstas tardan en lle­ “esclavitud textual” que propon­
un respeto casi sagrado por todo gar a los manuales, a las historias go adoptar, pero tanto el libro de
cuanto escribieron Platón y Aristó­ de la filosofía o de las ciencias, y, Heráclito como el Poema de Par­
teles, y los historiadores ya de la especialmente a Wikipedia, fuente ménides se perdieron. Desde hace
antigüedad, Diógenes Laercio, en­ hoy se saber universal. Algún día varios siglos, estos textos están
tre otros, toman al pie de la letra se pondrá al día. Los matemáticos perdidos. No me refiero al ejemplar
toda referencia a autores antiguos saben hoy que el teorema de Tales que escribieron con sus propias
que encuentran en sus obras, y, no es de Tales, ni el de Pitágoras manos, sino a las múltiples copias
como se dice en Francia, “la boule de Pitágoras; los historiadores de que del original se hicieron ya en
de neige se met en marche”. Y lle­ la medicina saben que los tratados la antigüedad, equivalente a nues­
ga hasta los historiadores alemanes hipocráticos no son de Hipócrates; tras ediciones. Los libros, enton­
del siglo XVIII, y hasta nosotros. los estudiosos de la literatura grie­ ces, están hoy perdidos, pero antes
He aquí, en dos palabras, el origen ga saben que la Ilíada y la Odisea de que se perdieran, estaban en las
de la oposición. Platón, en el So­ no son de Homero. Y nosotros, que buenas bibliotecas, en institucio­
fista, quiso presentarse como una intentamos hacer en serio historia nes, o en manos de intelectuales. Y
síntesis de los filósofos anteriores de la filosofía, sabemos que ni He- ocurre que estos intelectuales de la
y los agrupó en dos bandos: los ráclito es el filósofo del devenir ni antigüedad, no sólo filósofos, sino
defensores del mundo sensible, los Parménides el filósofo del ser-uno también historiadores, médicos, y
herederos de Heráclito, para quie­ e inmóvil. hasta autores trágicos en más de
nes todo es relativo, y los defenso­ Y bien, ha llegado eluna
mo­ocasión citaron pasajes de di­
res del ser inmutable, herederos de mento de pasar de la caracteriza­ chos libros, a veces muy breves, a
Parménides, que niegan el cambio. ción negativa de ambos filósofos veces bastante extensos, como ha­
Y él, Platón, reúne ambos extre­ (pues sabemos qué es lo que no di­ cemos aun hoy cuando escribimos
mos: sus Ideas o Formas no cam­ jeron) al lado positivo, es decir qué una monografía. Y bien: varias de
bian, pero garantizan la existencia es lo que realmente dijeron, y que, estas obras, que contienen citas
de lo sensible, que cambia. La so­ si seguimos la metodología que me de libros hoy perdidos, no se per­
lución es genial, pero Heráclito y permito sugerir, surge directamen­ dieron. Afortunadamente llegaron
Parménides no tiene nada que ver te de los textos. Otra digresión se hasta hoy transportando en su inte­
con esta sistematización, como ve­ impone: ¿nosotros, que estamos rior pasajes literales de textos hoy
remos dentro de unos minutos. separados por veintiséis siglos de perdidos. O sea que, incluso en
Y estos filósofos, podemos tener la forma fragmentaria, hoy poseemos
otro tanto hizo Aristó­
teles. Él siempre coloca sus inno­ pretensión de comprenderlos me­ textos originales, y hay que hacer­
vaciones como una superación del jor que Aristóteles y Platón, que los hablar y no escuchar la voz in­
pasado, y como su novedad más estaban separados de ellos apenas teresada de los comentadores de la
“novedosa” -lo cual es cierto- es por un siglo? Creo que sí. Ya di­ antigüedad.
la multiplicidad de sentidos de la jimos que Platón y Aristóteles no Veamos muy brevemente
palabra “ser”, él dijo oponerse a los exponen, sino que los comen­ el caso de Heráclito. Quedan un
alguien que había dicho que “ser” tan en función de sus propios in­ poco más de ciento veinte citas
tenía un solo sentido, Parménides. tereses, en el calor de la discusión. textuales del original perdido, que
Una vez más, no encontramos nada Nosotros podemos tomar distan­ ocupan una unas diez páginas de

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Symploké r e v is ta f ilo s ó fic a Heráclito y Parm énides..

un libro actual, y si leemos pala­ hace uno formar parte de algo que quienes quieren oponerlo a toda
bra por palabra estos textos, vemos es “uno” (el día y la noche, por costa a Héráclito lo rejuvenecen,
que Heráclito no se consideraba a ejemplo, son “una” jornada). Otro para hacerlo posterior y así demos­
sí mismo un filósofo sino un sabio. texto auténtico dice que “no escu­ trar que Parménides pudo criticar a
Quizá con una falta total de modes­ chándome a mi, sino al logos, es Heráclito. Nada que ver. Ninguno
tia dice que un filósofo “ama” la sabio decir que todo es uno”. Y esa de los dos conoció la obra del otro
sabiduría; el sabio, en cambio, ya ley, que proclama la unidad de la ya que, aunque eran contemporá­
la posee. Es su caso. Su sabiduría multiplicidad, es el ser de la rea­ neos, vivían en los dos extremos
consiste en haber encontrado una lidad, la que la hace ser, su “co- del mundo griego: Heráclito en
ley, una especie de fórmula que sidad”, su physis. Claro que esta Éfeso y Parménides en Elea...
explica por qué el universo es, pre­ unidad de la multiplicidad no es Como en el caso de Herá-
cisamente, un orden. Y la fórmula evidente: ahí donde miramos ve­ clito, también el Poema de Parmé-
que él encuentra es válida luego mos multiplicidad; pero hay que nides se perdió, pero varios auto­
para todo: no sólo para el cosmos, buscar la physis porque, como dice res citaron pasajes antes de que se
sino también para la sociedad, que otro texto, a la physis le gusta ocul­ perdiera y hoy se conservan dieci­
es un conjunto organizado, y para tarse. nueve citas literales, mucho menos
el hombre, que es un todo armoni­ Resumiendo, la filosofía que de Heráclito, ya que entran en
zado. de Heráclito es dinámica, no flu­ tres páginas de un libro, apenas
Según Heráclito, en cada yente. La realidad se agita pero 150 versos. Dijimos que tampoco
cosa hay una suerte de potencia, para conservar su unidad. La rea­ a Parménides le interesó la consti­
de poder, hoy diríamos de ener­ lidad es como un arco antes de ser tución física de la realidad. Como
gía. Y, en los procesos cósmicos, usado: parece un objeto muerto, hicimos con Heráclito, haremos
esa energía tiende a imponerse. El pero oculta una lucha de tensiones también un resumen brutal de la
sol, que calienta e ilumina, tendría opuestas; la cuerda obliga a la vara filosofía de Parménides. Los filó­
naturalmente tendencia a abusar de madera a estar torcida, y ésta sofos anteriores, como vimos, se
de su potencia y a quedarse vein­ obliga a la cuerda a estar tensa. Si habían preguntado sobre los prin­
ticuatro horas ahí arriba. Pero no fuera por ellas, cuerda y madera cipios, las causas e incluso los ele­
es posible, porque la noche tie­ hubieran preferido estar en liber­ mentos o componentes de la reali­
ne también derecho a existir. Un tad, pero el fabricante del arco las dad, la cual fue siempre encarada
texto auténtico de Heráclito dice puso en conflicto y gracias a esa como la totalidad de “las cosas”
que hasta el sol debe respetar sus lucha hay un arco. (literalmente, “los entes”). Este
medidas, en caso contrario, será Evidentemente este tipo de tipo de búsqueda suponía que exis­
castigado. Y así ocurre con todo. filosofía no interesó ni a Platón ni a tía una realidad, y que el filósofo
Cada poder debe equilibrarse con Aristóteles, que vienen después de debía explicarla. Parménides, en
un poder contrario, el sol con la ese verdadero terremoto que fue la cambio, parte de una etapa previa.
noche, el invierno con el vera­ sofística, y por eso solo vieron de­ Según él, antes de responder a la
no, en la sociedad, el que manda talles, especialmente, en el caso de cuestión del origen o la causa de la
con los gobernados. Hay orden en Aristóteles, la negación del prin­ realidad, hay que admitir, y, ¿por
el universo porque las tensiones cipio de identidad, negada por un qué no?, demostrar, que “hay co­
opuestas están equilibradas, armo­ texto que dice que el camino hacia sas”, que “hay una realidad”.
nizadas, porque no hay lugar para arriba y hacia abajo es el mismo, y A partir de esta observa­
la desmesura. Evidentemente la otros que no tuve tiempo de citar. ción, obvia, pero que los filósofos
armonía final que se logra es el re­ Que Heráclito no respete la lógica anteriores no habían considerado
sultado de una lucha, ya que cada de Aristóteles es normal, ya que fi­ pertinente aclarar, la filosofía de
elemento ha debido ceder algo, y losofó un siglo y medio antes que Parménides se pone en marcha,
por eso Heráclito dice que la gue­ él. pues admitir que “hay cosas” (o
rra es padre de todas las cosas. Sin Veamos ahora el caso de sea, “entes”) es el punto de partida
ese conflicto que se termina con el Parménides. Fue prácticamente de una búsqueda que va a caracte­
equilibrio, no habría nada. contemporáneo de Heráclito, o rizar desde entonces a la filosofía:
La armonía, el equilibrio, sea, nació a fines del siglo VI y fi­ la elucidación del ser de las co­
entonces, unifica los opuestos, los losofó a comienzos del V, si bien sas, que es un hecho, o un estado

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Symploké r e v is ta f ilo s ó fic a enero 2016

(¿hace falta aclarar que “ser” es quien es capaz de captar la nece­ puede ser de otro modo ya que
un verbo?). Nada dijo Parménides sidad del hecho de ser, necesidad está presente en todo lo que es. La
de una especie de súper-objeto, un que Parménides deduce de la frase pretendida “unidad” del ser no sig­
“Ser” en sí uno e inmóvil. “no es posible no ser”, comprende nifica que exista una sola cosa, ni
Parménides expone su pen­ que toda relativización del hecho que sólo Lo Uno exista, aberración
samiento a través de una historia, de ser es imposible. Se es o no se que suele leerse en ciertos lugares.
la historia de un joven que quiere es; no se puede ser más o menos, Así como un físico no dudaría en
educarse y que primero busca y no se puede relativizar el hecho de afirmar que el agua es una, o que
luego encuentra una profesora de ser. Pero ocurre que en otras expli­ la energía es una, ya que con el
filosofía, representada alegórica­ caciones de la realidad, propuestas singular está refiriéndose al ser
mente por una diosa anónima, que, por colegas filósofos, se asimilaba del agua, que no cambia (H2O),
al ver el entusiasmo del estudiante, el hecho de ser a ciertos principios, o al ser de la energía (MC2), Par-
le ofrece un verdadero curso de fi­ y estos principios cambiaban, se ménides dice que el hecho de ser
losofía. Le dice que, en primer lu­ transformaban, incluso a veces se es único. ¿Cómo podría haber dos
gar, él deberá estar al tanto de la generaban o perecían. Todo eso o más hechos de ser? ¿En qué se
verdad, que ella le va a explicar, supone que el hecho de ser puede diferenciarían? ya que, si hay dife­
pero también de las opiniones de cohabitar con el no-ser, y por eso rencias, uno no es el otro, y el no-
los mortales, de lo que se dice, que, ese camino es erróneo. ser se mezclaría con el ser.
obviamente, no es verdadero, pero Una vez admitido que hay Todas estas propiedades
que debe ser conocido para poder ser, que es imposible no-ser, y que conciernen al hecho o al estado
evitarlo. el camino erróneo debe ser aban­ de ser, que, lógicamente, no se
Estas dos posibilidades, la donado, Parménides consagra un encuentra ni en el espacio ni en el
positiva y la negativa, están pre­ tercio de los 150 versos que llega­ tiempo. El “ahora” del verso 5 del
sentadas como dos caminos posi­ ron hasta nosotros, a describir las fragmento 8 es un presente eterno.
bles apriori, uno de los cuales será cualidades o propiedades del he­ La aplicación a “las cosas” de lo
conservado, y el otro será suprimi­ cho de ser. No está de más repetir que Parménides dice sobre el hecho
do, ya que se mostrará como un que, no se trata de El Ser, de un ob­ de ser origina una interpretación
círculo vicioso. El camino positivo jeto, sino de un estado o actividad, caricatural de su filosofía, según
parte de una premisa que es el nú­ del hecho de ser, del existir, si se la cual se le hace decir al filósofo
cleo de la filosofía de Parménides: quiere. que el movimiento no existe, que
hay ser y no es posible no ser. O, Las primeras propiedades el ser es Uno y otras barbaridades.
como aprendimos en el jardín de que se deducen del carácter nece­ ¿Cómo se va a mover una noción?
infantes, “el ser es y el no ser no sario del hecho de ser, son las si­ Parménides es inocente de los de­
es” . Este es el camino de la verdad. guientes: está obligado a ser inen- lirios de sus lectores, incluso si se
A partir de él, tomado como premi­ gendrado e incorruptible, pues ¿a trata de eminentes filósofos del pa­
sa, el pensamiento puede avanzar. partir de qué se habría generado, sado.
Si no se lo admite, o peor, si se lo o qué quedaría después, si fuera Como le ocurrió a Herácli-
niega, el pensamiento deambula­ corruptible? Nada. Pero la nada to, este tipo de filosofía desorientó
rá errabundo, los ojos no verán, no existe, porque es impensable. a sus contemporáneos. Platón, en
los oídos no escucharan. ¿De qué Por consiguiente, el hecho de ser el diálogo Teeteto, no dudó en es­
premisa parte entonces este cami­ “existe ahora” (fr. 8.5), ya que cribir lo siguiente: “Me parece que
no erróneo? De la premisa inversa: “hay” cosas. [Parménides] alcanzó una profun­
no hay ser, y es necesario que no Otras propiedades son las didad de una calidad desconocida,
haya. Este camino no lleva a nin­ siguientes: el hecho de ser es ho­ pero temo que no comprendamos
guna parte. mogéneo e inalterable, único y sus palabras y, más aún, que no
Ahora bien: ustedes me di­ completo: nada le falta. No hay seamos capaces de captar el pensa­
rán que no hacía falta escribir un “varios” hechos de ser; hay va­ miento que ellas expresan. (183e-
poema para decir esto, ya que nadie rios “entes”, que existen porque 184a)”. Claro está, ello no le impi­
va a afirmar que no hay ser y que poseen ser, nada más. Parménides dió criticarlo e intentar refutarlo, lo
es necesario que no haya. Eviden­ dice, efectivamente, que lo que cual es normal.
te. Pero si el poema de Parménides está siendo es “completamente Y en el caso de Aristóteles,
es didáctico es porque muestra que homogéneo, uno, continuo”, y no cuando habla de Parménides, pare-

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Symploké r e v is ta f ilo s ó fic a Heráclito y Parm énides..

ce que hablara de un desconocido.


Da una imagen de un Parménides
cosmológico que no concuerda
para nada con los fragmentos lite­
rales de su Poema. Dice, por ejem­
plo, que en su cosmología el ser
es la luz y el no-ser la oscuridad,
cuando en realidad ya al decir que
el no-ser no existe, Parménides re­
futó a priori toda posibilidad de
postularlo como principio. Vaya
uno a saber...
Como conclusión de esta
extensa charla podemos deducir
que las dos caras de la moneda,
Parménides y Heráclito, son a lo
sumo distintas, pero sin duda com­
plementarias, y jamás opuestas.
Siempre se quiso hacer de Herá-
clito y Parménides algo así como
los Ríver y Boca la antigüedad. No
sé si a Heráclito y a Parménides
les interesaba el fútbol pero estoy
seguro que hoy serían o los dos de
Ríver o los dos de Boca.

* Dr. en Filosofía por la Universidad de


Buenos Aires y por la Universidad de
París IV-Sorbona.

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