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NOMBRE: SANDY LORENA, VERAMENDI MEJÍA

DOCENTE: NATHALIE, MANRIQUE QUISPE

CURSO: TERAPIA EN PATOLOGÍA REUMATOLÓGICA


BURSITIS
La bursitis es una lesión producida por la inflamación de las bursas, unas estructuras en
forma de saco rellenas de líquido situadas entre los tejidos blandos (músculos,
tendones, piel) y las prominencias óseas subyacentes. Su función es la de amortiguar y
disminuir la fricción del hueso con los tejidos blandos durante el movimiento de las
articulaciones.

Se pueden localizar en zonas donde puede existir fricción entre las partes blandas y el
hueso, es decir, hombro, codo, rodilla y cadera, principalmente, aunque también puede
darse en otras localizaciones como el talón o la base del dedo gordo del pie.

CAUSAS DE LA BURSITIS
Puede deberse a dos grandes grupos de entidades:

Bursitis de causa mecánica o traumática: Debida a lesiones, contusiones o como


consecuencia de un movimiento repetitivo o una presión prolongada y excesiva de la
articulación.

Bursitis de causa inflamatoria sistémica o metabólica: como la artritis reumatoide, por


gota, heridas o infecciones. Además, puede estar asociada a la enfermedad tiroidea o a
la diabetes.

Se habla de una bursitis aguda cuando los síntomas aparecen en un corto espacio de


tiempo, generalmente con inflamación asociada (enrojecimiento y calor de la zona).

En ausencia de
trauma o daño
repetido sobre la
bursa es
importante
descartar una
posible infección,
enfermedad
inflamatoria o
metabólica.

La bursitis crónica es el resultado de haber sufrido repetidas bursitis agudas, o bien se


produce cuando la curación de una bursitis es incompleta, perpetuándose la
hinchazón. En la bursitis crónica los síntomas pueden estar presentes durante varias
semanas y suelen ser recurrentes.
DIAGNÓSTICO DE LA BURSITIS

Para diagnosticar la bursitis el médico


analizará el historial médico completo del
paciente y realizará una exploración de la
articulación dañada.

En las regiones más superficiales, como el


codo o la rótula, los signos inflamatorios son
muy llamativos y el diagnóstico puede
hacerse por exploración directa.

En las regiones profundas como la cadera o


la región del psoas pueden ser necesarios
métodos de imagen para diagnosticarla,
como una ecografía o una resonancia
magnética. Las radiografías pueden ayudar a descartar la existencia de daño óseo
asociado o cuerpos extraños que hayan penetrado en la región en caso de
traumatismos.
Siempre se debe aspirar y analizar el contenido líquido de la bursa para precisar mejor
el diagnóstico de la bursitis.
TIPOS DE BURSITIS Y PREVENCIÓN
La clave para prevenir la bursitis es corregir el gesto técnico o postural que la provoca.
Por otro lado, también es
conveniente utilizar protectores
de las articulaciones durante la
práctica de actividad física. Sin
embargo, los síntomas y
tratamiento de la bursitis van a
depender de la articulación
afectada. Así, podemos encontrar
los siguientes tipos y sus
prevenciones:

 Bursitis del tendón de Aquiles anterior: Suele llamarse enfermedad de Albert,


en este caso la inflamación se localiza en la bursa situada en la parte posterior
del tobillo, delante de la unión del tendón al talón.

Si quieres prevenir este tipo de bursitis no utilices zapatos muy rígidos o con
contrafuertes elevados, lo mejor es que incluyas un contrafuerte blando en el
reborde posterior del zapato.
 Bursitis del tendón de Aquiles posterior: la inflamación se sitúa en la bursa
posterior del tendón de Aquiles a nivel del calcáneo. Es muy frecuente en
mujeres jóvenes, por presión del tejido blando del talón contra la parte
posterior del calzado (contrafuerte del zapato) al caminar.

Puede prevenirse cortando una hendidura en forma de “V” en la parte


posterior del zapato o introduciendo una plantilla en la región del talón que lo
eleve.

 Bursitis de la cadera o trocantérea: se produce por causa mecánica (rozamiento


del tensor fascia lata sobre el trocánter o golpe repetitivo en la zona) o
reumática metabólica. Prevenla utilizando zapatillas cómodas, planas y bien
ajustadas al pie, que permitan una buena alineación de piernas y cadera; si
corres hazlo por superficies regulares y planas; evita estar de pie mucho tiempo
seguido, y al sentarte hazlo sobre superficies blandas o acolchadas.

Este tipo de bursitis puede prevenirse en deportistas como porteros de fútbol


con el uso de acolchamientos laterales. Las debidas a causas reumáticas
metabólicas no pueden prevenirse.

 Bursitis del codo: en este tipo de bursitis la inflamación se produce en la bursa


situada entre la piel y los huesos del codo, justo por debajo de la punta. Puede
ser debida a un traumatismo directo, una presión constante sobre el codo por
apoyo continuo sobre una superficie rígida o por un uso excesivo, como es el
caso de los tenistas o golfistas, o bien por causa metabólica, como la gota.

Para prevenirla es importante evitar los movimientos inconscientes en los que


se produce rozamiento en los codos, como estudiar con los codos apoyados, o
incorporarse en la cama apoyando los codos contra el colchón.

 Bursitis medial de la rodilla: la inflamación se localiza en la bursa situada entre


la espinilla y los tres tendones de los músculos de la parte interior de la rodilla,
bien por sobrepeso, artritis, uso excesivo de la rodilla o mal movimiento.

Puede evitarse el roce colocando una almohadilla entre los muslos en la cama.

 Bursitis prepatelar de rodilla: se produce una hinchazón dolorosa de la cara


anterior de la rodilla, sobre la rótula. Es típica de profesiones o actividades en
que se pasa mucho tiempo de rodillas, como mineros, enmoquetadores o
religiosos.

Puede prevenirse colocando un almohadillado protector al realizar estas


actividades.
TRATAMIENTO

El tratamiento de la bursitis la tendrá que indicar el médico tras el diagnóstico y va a


depender directamente del estado general en el que se encuentre el paciente, así
como su edad, su estado de salud, su historial médico, su tolerancia a medicamentos y
terapias y las condiciones en las que se esté desarrollando este trastorno en las
articulaciones.

En el caso de las bursitis provocadas por un traumatismo o causas reumáticas o


metabólicas el tratamiento más usado es el reposo junto con la aplicación de hielo en
una bolsa o paquete durante unos 20 minutos y con una frecuencia de unas tres o
cuatro veces al día. Esta bajada de temperatura de la zona puede reducir la
inflamación y con ella el dolor en condiciones agudas y suelen ser más efectivas en el
caso de que se realicen dentro de las primeras 48 horas después del comienzo de la
hinchazón.

Una vez pasen las 48 horas de dolor


crónico puedes comenzar a aplicar calor.
Para ello puedes usar una manta
eléctrica, una bolsa de agua o incluso una
toalla calentada, recuerda que no debe
alcanzar tampoco grandes temperaturas
pues puede producirte quemaduras en la
piel. Aplica calor durante unos 20 minutos
en la zona dañada unas tres o cuatro
veces al día. Una advertencia que hay que
tener en cuenta es que si usas cremas
analgésicas no debes colocar calor, ya que
podría causarte quemaduras cutáneas. Tratamiento según etapas:

Etapa aguda

 Compresas frías
 Ultrasonido pulsátil
 Tens
 Magnetoterapia
 Láser
 Ejercicios pasivos

Etapa cónica

 Contraste
 Ultrasonido continuo
 Tens
 Magnetoterapia
 Láser
 Masoterapia
 Ejercicios aeróbicos
 Estiramientos

OPCIONES FARMACOLÓGICAS Y QUIRÚRGICAS PARA LA


BURSITIS
La compresión y elevación de la articulación dañada junto con los antiinflamatorios no
esteroideos también pueden ayudar a reducir el dolor. Los fisioterapeutas pueden ser
buenos aliados en el tratamiento de la bursitis aplicando ultrasonidos que genera calor
profundo en la articulación, lo que mejora su estado, para dar un masaje muscular que
reduzca el dolor miofascial e incluso para planificar unos ejercicios dentro o fuera del
agua para fortalecer y ganas movimiento en el área afectada.

Los corticosteroides reducen la inflamación de la bursa y suelen ser inyectados


directamente en la bolsa, en la articulación o en el tendón con el fin de reducir el
dolor. Pero no siempre se opta por este tratamiento, solo en los casos en los que los
fármacos antiinflamatorios no alivian las molestias después de cuatro semanas.

Cuando la bursitis ha sido causada por una infección bacteriana el tratamiento que


indicará el médico pertinente incluirá algún tipo de antibióticos.

La bolsa sinovial que está inflamada y causa la bursitis puede drenarse


quirúrgicamente por parte de un sanitario e incluso llevar a cabo un tratamiento
quirúrgico con extracción de la bursa infectada.

Se aconseja evitar sobreesfuerzos y aquellas actividades en las que se requiera un uso


excesivo de la articulación afectada e iniciar un tratamiento más focalizado de
fisioterapia en el caso de que la bursitis se cronifique.
BIBLIOGRAFÍA
https://www.webconsultas.com/ejercicio-y-deporte/medicina-deportiva/
bursitis-11348
https://www.webconsultas.com/ejercicio-y-deporte/medicina-deportiva/
causas-de-la-bursitis
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diagnostico-de-la-bursitis
https://www.webconsultas.com/ejercicio-y-deporte/medicina-deportiva/
tipos-de-bursitis-y-prevencion-11351
https://www.webconsultas.com/ejercicio-y-deporte/medicina-deportiva/
tratamiento-de-la-bursitis-11353

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