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Esta obra gozó de difusión universal gracias a la versión que de ella hizo Pierre
Corneille en Le Cid en 1636. El dramaturgo francés sigue de cerca la trama de Las
mocedades, traduciendo versos enteros del autor español.3 La tragedia de Corneille
ha sido el punto de partida de posteriores recreaciones literarias, musicales y
fílmicas.
Índice
1 Sinopsis
2 Estructura
3 Fuentes
3.1 Épica y crónicas
3.2 Romances
3.3 Teatro
4 Análisis
4.1 El Cid como personaje teatral
5 Ediciones
5.1 Ediciones antiguas
5.2 Ediciones modernas
5.2.1 Ediciones en obras completas y compilaciones
5.2.2 Ediciones sueltas
5.2.3 Grabaciones
6 Representaciones
7 Notas
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Sinopsis
La primera hazaña del Cid obra de Juan Vicens Cots. En ella Rodrigo presenta a su
padre Diego Laínez la cabeza del Conde Lozano. El tono de la escena sería
inimaginable en el Siglo de Oro.
Rodrigo, admirado por la infanta Urraca y doña Jimena, es armado caballero con
todos los honores por el rey Fernando I de Castilla. Poco después, el ya anciano
padre de Rodrigo, Diego Laínez, sufre la afrenta deshonrosa de una bofetada por
parte del arrogante conde Lozano, padre de Jimena. Diego Laínez pide a su hijo que
limpie su honra matando al conde Lozano. El joven Rodrigo lo hace, con lo que
arruina la posible unión con Jimena, pese a que ambos se saben enamorados.
Rodrigo va a casa de Jimena y le ruega que le quite la vida vengando con ello a su
padre, pero la joven es incapaz de hacerlo. Sin embargo, la influencia de Jimena
ante el rey provoca que Rodrigo sea castigado y parte a buscar fortuna ganando
batallas ante cuatro reyes moros, que lo reconocen como «mio Cid», esto es «mi
señor». Uno de los reyes musulmanes es enviado como heraldo ante el rey de Castilla
y el propio Fernando I adopta para el Cid este apelativo.
Continúa Jimena pidiendo castigo para el Cid y sus quejas se expresan con los
versos del «romance de doña Lambra», plagado de imágenes líricas que comparan al
Cid con un gavilán y a ella con una paloma. Mientras tanto el Cid ha emprendido
peregrinación a Santiago, a quien ofreció sus victorias. En una escena en la que el
de Vivar aparece con un rosario en la mano es puesto a prueba por un leproso que al
cabo resulta ser san Lázaro. El santo le insufla su aliento divino y predice su
futuro como héroe invicto y ganador de batallas después de muerto. El mismo Lázaro
le ordena volver ante el rey por un asunto urgente, pues el rey de Aragón ha
enviado a su campeón para defender en combate singular la plaza de Calahorra. El
vencedor de la justa obtendrá, además, la mano y dote de Jimena. El Cid vence y se
consuma la unión con Jimena y el encumbramiento del héroe castellano.4
Estructura
Acto I Acto II Acto III
Rodrigo es armado caballero con todos los honores (v v. 1-129)5 Quejas de Jimena
pidiendo justicia al rey ( v v. 866-1037) Urraca renuncia al amor del Cid y se
queja de su hermano Sancho al rey (v v. 1821-1926)
Consejo real. Afrenta del conde Lozano a Diego Laínez (v v. 130-305) Rodrigo va a
casa de Jimena y le ofrece su cabeza (v v. 1038-1208) Carta del rey de Aragón por
la disputa de Calahorra (v v. 1917-1972)
Diego Laínez pide a Rodrigo que limpie su honra mancillada (v v. 306-517) Diego
Laínez reúne una mesnada y Rodrigo parte a ganar cinco batallas (v v. 1209-1284)
Tercera queja de Jimena que ordena pregonar que se casará con quien traiga la
cabeza del Cid (v v. 1973-2114)
Monólogo de Rodrigo (v v. 518-585) Galanteo de Rodrigo y Urraca en la casa de
campo (v v. 1285-1428) El Cid peregrino a Santiago. Encuentro con el leproso/san
Lázaro (v v. 2115-2358)
Rodrigo mata al conde Lozano (v v. 586-865) Victoria sobre cuatro reyes moros
(v v. 1429-1516) Consejo real sobre la disputa de la plaza de Calahorra (v v.
2359-2458)
Premonición de su propia muerte del infante Sancho (v v. 1517-1626) Desafío de
Martín González, embajador del rey de Aragón (v v. 2459-2718)
Embajada de los reyes moros vasallos del Cid al rey Fernando (v v. 1627-1712)
Reparto del reino entre los infantes (v v. 2719-2894)
Segunda queja de Jimena al rey y destierro del Cid (v v. 1713-1820) Desenlace.
Llega el Cid, vence a Martín González y se casa con Jimena. (v v. 2894-3004)
Fuentes
La base principal de la primera comedia de Las mocedades del Cid la constituye el
ciclo de romances que recreaba los episodios de la vida del Cid. Guillén de Castro
refunde al menos doce (otros muchos son tenidos en cuenta) y los integra en la obra
manteniendo muchos de sus versos, con lo que los romances insertos eran
perfectamente reconocibles por el espectador de la época.
En dos casos: la embajada de Martín González en nombre del rey de Aragón (vv. 2379
y ss.) y el encuentro entre Rodrigo y su padre (vv. 1254 y ss.), hay detalles
extraídos del cantar de las Mocedades de Rodrigo, sin que se hayan podido
documentar fuentes intermedias.6 No parece probable, empero, que Guillén de Castro
tuviera acceso al texto del viejo cantar, y pudo conocer estos episodios por haber
sido desgajados en romances hoy perdidos o refundiciones posteriores de la gesta
que no han llegado hasta nosotros.
Épica y crónicas
La génesis de las leyendas desarrolladas en torno a las mocedades o juventud del
Cid están atestiguadas al menos desde la segunda mitad del siglo XIII en alusiones
al héroe de crónicas medievales que tratan del reinado de Fernando I el Magno desde
época alfonsí.
Sin embargo los escritores del Siglo de Oro no conocieron las crónicas ni los
cantares de gesta, que no tuvieron difusión escrita hasta los comienzos de la
Filología en el siglo XIX. La recepción de las mocedades del joven Rodrigo se debe
a refundiciones de crónicas impresas en el siglo XVI y al romancero, tanto viejo
como nuevo.
Romances
Desde el siglo XIII, como se dijo, se atestigua la gestación de noticias, dichos y
leyendas en torno a la juventud de Rodrigo, material que luego se ha denominado
como «mocedades del Cid». Se trataba de colmar las lagunas existentes en la
formación y primeros pasos del héroe. Las noticias sobre esta etapa aparecen en la
Primera crónica general de Alfonso X y en la Crónica de veinte reyes, donde se dice
refiriéndose a Fernando I de Castilla:
Este fue el primero rey que don Fernando oviese nombre e fue llamado por
sobrenombre Magno [...] e aun llámanle en las cançiones par de emperador.
Este texto de la Crónica de veinte reyes atestigua cómo en el siglo XIV existe el
cantar de gesta perdido (*Gesta de las mocedades) y quizá los primeros romances que
se disgregaron de él y a uno y a otros se podría aludir con «en las cançiones».8
Los romances que utiliza Guillén de Castro, sin embargo, están tomados de distintas
recopilaciones de romances nuevos. Antes de 1551 Lorenzo de Sepúlveda publica en
Amberes sus Romances nuevos sacados de historias antiguas de la Crónica de España,
basada, como su título indica, en la Crónica de Ocampo.9 De esta obra parecen
proceder elementos de los romances «En Zamora estaba el rey», «Ya se parte don
Rodrigo» y «Sobre Calahorra esa villa», insertos por Guillén de Castro en los
episodios de la embajada de los reyes moros vasallos del Cid (acto II, vv. 1627-
1712), de la romería del Cid a Santiago y del consejo sobre el reto por Calahorra
(acto III, vv. 2115-2458) respectivamente. Remite a la recopilación de Juan de
Timoneda,10 por otro caso, el romance «Ese buen Diego Laínez», de donde obtiene el
motivo del mordisco del padre al Cid en el dedo para someterlo a una prueba de
valor (acto I, vv. 130-305). Por fin, del Romancero general (Madrid, 1600) o de sus
fuentes inmediatas deben provenir «Consolando al noble viejo» y «Sentado está el
señor rey», fundidos en los episodios del desafío de Rodrigo al conde Lozano (acto
I vv. 518-585) y de la segunda queja de Jimena ante el rey Fernando (acto II, vv.
1713-1820).
Pero la colección que más presente tiene Guillén de Castro es, asimismo, la que con
más coherencia romanceaba la biografía del Cid, la citada Historia y Romancero del
Cid, de Juan de Escobar que salió publicada en Lisboa en 1605 y en Alcalá de
Henares en 1612. El orden cronológico, estructural y causal que adopta esta obra es
el mismo (con leves variantes) que el que usa la comedia de Las mocedades del Cid.
Teatro
El dramaturgo Juan de la Cueva, en 1579, había representado en Sevilla su obra
teatral La muerte del rey don Sancho y reto de Zamora, sobre la etapa de Rodrigo
como alférez de Sancho II de Castilla que recrea la Comedia segunda de las
mocedades del Cid.
Entre 1575 y 1580 se escribió la Segunda parte de los hechos del Cid que sí aborda
la etapa de la primera comedia de Las mocedades de Guillén. Narra la guerra entre
Fernando I y el emperador de Alemania, las quejas de Jimena, el reparto del Reino y
la batalla de Golpejera, episodio este último con el que nuestro autor inicia la
Segunda comedia. Está dividida en cuatro jornadas y, por las alusiones del texto,
había una Primera parte... que dramatizaba la infancia de Rodrigo, la muerte del
conde y la victoria sobre cinco reyes moros.
En 1603 aparece publicada Las hazañas del Cid en un volumen atribuida a Lope de
Vega, pero en realidad de autor desconocido. Se centra en la toma de Valencia y la
muerte del héroe.
Análisis
De carácter histórico-legendario ha sido considerada tradicionalmente por la
crítica como la obra cumbre de Guillén de Castro. La intriga desciende de una
cadena que conecta la épica tardía de las Mocedades de Rodrigo y las crónicas
alfonsíes con el romancero y de ahí se refunde en la tradición dramática de
utilizar las leyendas históricas para crear un teatro nacional, labor que debemos
tanto a Lope de Vega como a Guillén de Castro. Las mocedades del Cid representa
ejemplarmente esta refundición de materiales legendarios, cronísticos y del
romancero en la dramaturgia del Siglo de Oro.2
La obra gozó de difusión universal gracias a la versión que de ella hizo Pierre
Corneille en Le Cid en 1636. Corneille reproduce la trama sin apenas cambios,
plagiando versos enteros del autor español.3 La tragedia francesa ha sido el punto
de partida de posteriores recreaciones literarias y fílmicas.
La segunda, más habitual entre la crítica hispánica reciente, está representada por
Ruiz Ramón,13 para quien el eje central es el realce del Cid como héroe ejemplar y
no el conflicto amor-honra entre este y Jimena.
En Las mocedades del Cid de Guillén de Castro el triángulo amoroso en el que Jimena
y Urraca compiten por el amor de Rodrigo (tema central en Corneille) queda muy
pronto difuminado ante la renuncia de Urraca a luchar por el amor del Cid. En
Guillén el tema central es la gestación del héroe castellano, que es exaltado desde
el principio por el rey y la corte y posteriormente supera todas las pruebas a las
que se ve abocado con honor y virtud. La entereza del héroe (y también de Jimena) y
la nobleza de sus valores y actos es lo que destaca por encima de todo, pues el Cid
es buen hijo, buen vasallo, excelente guerrero y perfecto cristiano.
Suspenso, de afligido,
estoy, Fortuna, ¿es cierto lo que veo?
¡Tan en mi daño ha sido
tu mudanza, que es tuya y no la creo!
¿Posible pudo ser que permitiese
tu inclemencia que fuese
mi padre el ofendido, ¡extraña pena!
y el ofensor... el padre de Jimena?
¿Qué haré, suerte atrevida,
si él es el alma que me dio la vida?
¿Qué haré (¡terrible calma!)
si ella es la vida que me tiene el alma?
Mezclar quisiera, en confianza tuya,
mi sangre con la suya,
¿y he de verter su sangre? ¡brava pena!
¿yo he de matar al padre de Jimena?
Las mocedades del Cid tiene una continuación titulada frecuentemente Las hazañas
del Cid a partir del título Segunda de las hazañas del Cid con que aparece en el
índice de su Primera parte de las comedias de don Guillem de Castro (Valencia,
Felipe Mey, 1618).15 Sin embargo Sturgis E. Leavitt16 opina que debido a que en
esta obra el protagonismo recae en Sancho II y Urraca, perdiendo protagonismo
Rodrigo, el título no sería adecuado. Esta segunda parte retoma tramas iniciadas en
la primera parte de Las mocedades del Cid, como la rivalidad entre los hermanos
Urraca y Sancho II y lo narrado en el ciclo legendario del cerco de Zamora, con la
muerte a traición de este rey a manos de Vellido Dolfos.
Pero no solo bastaba con adoptar los nuevos modelos políticos y cortesanos. Para
que el Cid aparezca como personaje de la comedia nueva que triunfa con Lope de Vega
debió adaptarse a la tipología del galán de comedia. Guillén lo hace partiendo del
conflicto galante establecido por los amores celosos de Urraca y Jimena hacia el
héroe, y muestra clara de este carácter es su escena de requiebros y galanura con
Urraca asomada al balcón de su casa de campo en los versos 1285 a 1428 del acto
segundo de la primera parte de la comedia.
Por último han de recordarse otros rasgos añadidos al personaje central del drama
guilleniano, como son su caracterización «a lo divino» como cristiano ejemplar en
la escena del gafo/san Lázaro (v v. 2115-2358), una faceta comprensible en la pía
mentalidad de la Contrarreforma, aunque ya desde sus más tempranas representaciones
los autores teatrales han tendido a suprimir este episodio como ajeno a la cabal
comprensión de la obra. No obstante, el estudio de Sebold (1968) promovía esta
secuencia y este rasgo como central en la caracterización psicológica del Cid de
Guillén de Castro.
Ediciones
Ediciones antiguas
Primera Parte de las comedias de don Guillén de Castro natural de la ciudad de
Valencia, Valencia, Felipe Mey, 1618.17
PRIMERA PARTE / DE LAS COMEDIAS / DE DON GVILLEM DE CASTRO / NATVRAL DE LA CIVDAD
DE VALENCIA. / Las Comedias que van en este libro son las siguientes. / 1. El
Perfecto Cauallero. / 2. El Conde Alarcos. / 3. La Humildad soberuia. / 4. Don
Quixote de la Mancha. / 5. Las Mocedades del Cid, primera. / 6. Segunda de las
hazañas del Cid. / 7. El Desengaño dichoso. / 8. El Conde Dirlos. / 9. Los Mal
Casados de Valencia. / 10. El Nacimiento de Montesinos. / 11. El Curioso
impertinente. / 12. La de Progne, y Filomena. / Año [escudo] 1618. / CON
LICENCIA, / En Valencia, en la Impresión de Felipe Mey, / junto a San Esteuan.
La fosa [sic] comedia de las mozedades del Zid. Ms. 17168 de la Biblioteca Nacional
de España.
Manuscrito de la primera parte de Las mocedades del Cid concebido para uso de
compañías teatrales de la época, probablemente del siglo XVII. Contiene indicación
del copista «Joanes A. Plaza me escripsit» y anotaciones, enmiendas, tachaduras,
versos alterados y escenas suprimidas debido a su uso para la escena.
Ediciones modernas
Ediciones en obras completas y compilaciones
Comedias de Don Guillén de Castro y Bellvís, 3 vols., ed. Cayetano Alberto de la
Barrera, Tomo I, Madrid, 1861. (Comprende las comedias: El nacimiento de
Montesinos, El conde Alarcos, El conde de Irlos, El amor constante, El perfecto
caballero, Las Maravillas de Babilonia, El nieto de su padre, El pretender con
pobreza, Engañarse engañando, La piedad en la justicia, El prodigio de los montes,
y Las Mocedades del Cid I y II.)
Obras de Don Guillén de Castro y Bellvís, ed. Eduardo Juliá Martínez, Madrid, Real
Academia Española-Imprenta de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1925-
1927, (Biblioteca Selecta de Clásicos españoles, primera serie). La edición compila
42 comedias, contando con las de probable atribución.
Obras completas. Vol. I, ed. Joan Oleza, Madrid, «Fundación J. A. Castro» - Akal,
1997.
Primera Parte de las comedias de Don Guillén de Castro, ed. Carmen Simón Palmer,
Madrid, Chadwyck-Healey, 1998 (CD-Rom Teatro Español del Siglo de Oro)].
Ediciones sueltas
Première partie de mocedades del Cid, de Guillén de Castro, ed. Ernest Mérimée, E.
Privat, Toulouse, 1890.
Las mocedades del Cid (dos comedias, Comedia primera y Comedia segunda), ed. Víctor
Said Armesto, Madrid, Espasa Calpe, (Clásicos Castellanos, 15), 1962. 1ª ed. en «La
lectura», 1913.
Las mocedades del Cid, ed. Eduardo Juliá Martínez, Zaragoza, Ebro, 1940 (Biblioteca
Clásica Ebro, 16). [reimp. 1942, 1960, 1965, 1970 y 1982].
Las mocedades del Cid, ed. de Luciano García Lorenzo, Madrid, Cátedra, 1978
(reimpreso varias veces).
Las mocedades del Cid. Comedia primera, ed., pról. y notas de Stefano Arata,
estudio preliminar de Aurora Egido, Barcelona, Crítica, 1996 (Biblioteca Clásica,
59). ISBN 84-7423-767-X
Grabaciones
[Las mocedades del Cid], adaptación, dirección y realización de Juan Guerrero
Zamora, Madrid, Dial Discos, D.L., 1981, (Colección Teatro Clásico Español).
[Grabación sonora, 2 casetes: estéreo. Es una coproducción de Radio Nacional de
España y el Ministerio de Cultura, Secretaría General. Técnica Sonido Dolby].
Representaciones
Entre las representaciones que se han montado de la obra, puede mencionarse la que
en el año 1968 se llevó a afecto en el Teatro Español de Madrid, en versión de José
García Nieto y José Hierro, dirigida por Miguel Narros e interpretada por Guillermo
Marín, Andrés Mejuto, Berta Riaza, Julieta Serrano, José Luis Pellicena, Agustín
González, Ana Belén, José María Guillén y Víctor Valverde.18
Notas
La fecha post quem más autorizada actualmente es 1605 por ser la de publicación
del Romancero e Historia del Cid de Juan de Escobar (Lisboa, 1605) que contiene
varios romances utilizados directamente por Guillén de Castro como fuente de su
obra. Véase:
S. Arata reconoce claramente el papel que desempeñó en los antecedentes de la pieza
La Historia y Romancero del Cid, de Juan de Escobar, Lisboa 1605, edición que sigue
desconociendo C. Faliu en 1989, a pesar de su publicación por Antonio Rodríguez-
Moñino, en 1973 (Madrid, Castalia). S. Arata atribuye como término post quem de la
redacción de la pieza de Guillén la fecha de publicación de aquella importante
recopilación de romances (que fue tema de estudio de nuestra tesis no publicada, El
«Romancero e Historia del Cid» de Juan de Escobar, 1605, Toulouse-LeMirail, 1977).
Françoise Cazal, op. cit., págs. 93-123.
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Esta página se editó por última vez el 2 abr 2022 a las 04:10.
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