Está en la página 1de 7

Tarea #1

Evaluación del estado nutricio en el

Para evaluar el estado nutricional son utilizadas variables ajustadas a las condiciones específicas del crítico, pacientes encamados,
en condiciones de extrema gravedad, con largas estadías, edematosos, mal nutridos al recibirse en las unidades de terapia,
hipercatabólicos, sépticos y ventilados en un gran porcentaje, que a veces son difíciles de cuantificar y en ocasiones us interpretación
es ambigua (Pérez, 2013).

Indicadores antropométricos
Son difíciles de evaluar en el paciente grave ya que la mayoría están encamados, imposibilitados de levantarse para ser pesados y
tallados, edematosos, con régimen de ventilación artificial o de diálisis, por lo que es complicada la medición de estos indicadores,
así como la medición de las circunferencias y de los compartimentos muscular y graso. Los cambios corporales y la evolución del
estado de hidratación en estos pacientes invalidan a este grupo de variables como parámetros de seguimiento nutricional y de
pronóstico en los pacientes críticos (Montejo, Culebras, García y Mateos, 2006) (Pérez, 2013) (Tapia et al., 2016).

o Peso: Una pérdida involuntaria de peso superior a 10% en los últimos seis meses o el rápido desarrollo de esta, son
signos clásicos de malnutrición, cuyo valor no ha sido analizado en los pacientes críticos (Montejo, Culebras, García y
Mateos, 2006) (Pérez, 2013) (Tapia et al., 2016).
o índice de masa corporal (IMC): Un IMC comprendido entre 18,5 y 24,9 kg/m2, índices inferiores a 20 kg/m2 son
indicativos de malnutrición y se asocian con un aumento significativo en la mortalidad en diferentes tipos de pacientes
en caso de no ser posible pesar, tallar o conocer la pérdida de peso, se recurrirá a otras determinaciones de segmentos
corporales: circunferencia muscular del brazo (CMB), índice talón-rodilla (ITR), longitud del cúbito. En caso de que todo
ello sea imposible, el IMC puede estimarse a través del aspecto del enfermo: normal, sobrepeso, caquexia (Montejo,
Culebras, García y Mateos, 2006) (Pérez, 2013) (Tapia et al., 2016).
o Valoración subjetiva global: Está basada en la aplicación de dos grupos de datos: la historia clínica y la historia dietética,
por un lado, y la exploración física (prestando especial atención al estado de la masa muscular y la masa grasa del
individuo), por otro. Mediante la consideración de ambos factores el explorador puede clasificar, de manera subjetiva, el
estado nutricional del paciente como bien nutrido, moderadamente desnutrido o en situación de desnutrición grave
(Montejo, Culebras, García y Mateos, 2006) (Pérez, 2013) (Tapia et al., 2016).

Se recomienda la medición de las circunferencias del brazo, la pierna y la medición, en aquellos lugares que cuenten con el
equipamiento con la medición de los pliegues mediante el lipocalibrador, sobre todo en las primeras 48 h de ingresado. Otras
variables antropométricas utilizadas son el pliegue de tríceps y área muscular de brazo (Montejo, Culebras, García y Mateos, 2006)
(Pérez, 2013) (Tapia et al., 2016).

Indicadores Bioquímicos

Existe un grupo de indicadores que se modifican por causas diferentes a la malnutrición y pueden tener un valor relativo, sin
embargo, se continúan utilizando como parte de la valoración nutricional, por ser técnicas sencillas, poco costosas y de aplicación
universal, que han demostrado su eficacia (Montejo, Culebras, García y Mateos, 2006) (Pérez, 2013) (Tapia et al., 2016).

o Índice creatinina/talla: Un índice creatinina/altura entre 60% y 80% del valor de referencia supondría una depleción
proteica moderada, en tanto que cifras inferiores a 60% deberían ser calificadas como depleción proteica grave. En el
paciente crítico el índice creatinina/talla puede detectar la malnutrición al ingreso, pero carece de valor pronóstico o de
seguimiento de forma aislada (Montejo, Culebras, García y Mateos, 2006) (Pérez, 2013) (Tapia et al., 2016).
o 3-Metil-histidina: Sus valores aumentan en situaciones de hipercatabolismo y disminuyen en ancianos y en pacientes
desnutridos. En el paciente crítico es un parámetro de seguimiento nutricional, renutrición y catabolismo muscular
(Montejo, Culebras, García y Mateos, 2006) (Pérez, 2013) (Tapia et al., 2016).
o Excreción de nitrógeno: En el paciente crítico es un índice de la intensidad de la respuesta metabólica al estrés,
considerándose estrés leve si la eliminación nitrogenada es de 5-10 gr/día, estrés moderado en caso de valores de 10-
15 gr/día y estrés grave si la pérdida nitrogenada diaria es superior a 15 gr (Montejo, Culebras, García y Mateos, 2006)
(Pérez, 2013) (Tapia et al., 2016).
o Balance nitrogenado: En el paciente crítico no es válido como parámetro de desnutrición y seguimiento nutricional, pero
sí como índice de pronóstico nutricional. En la fase de recuperación es cuando podrá apreciarse balance nitrogenado
positivo si el soporte nutricional es adecuado a la situación del paciente (Montejo, Culebras, García y Mateos, 2006)
(Pérez, 2013) (Tapia et al., 2016).
o Colesterol: Un nivel bajo de colesterol sérico ha sido observado en pacientes desnutridos, con insuficiencia renal, hepática
y síndrome del malabsorción. La presencia de hipocolesterolemia puede ser indicativa de malnutrición en los pacientes
críticos y se relaciona con un incremento en la mortalidad (Montejo, Culebras, García y Mateos, 2006) (Pérez, 2013)
(Tapia et al., 2016).

Algunas variables bioquímicas indicativas del estado de las proteínas viscerales son la albúmina, prealbúmina, proteína ligada al
retinol, transferrina, déficit crónico de hierro y somatomedina (Montejo, Culebras, García y Mateos, 2006) (Pérez, 2013) (Tapia et
al., 2016).
Indicadores Clínicos

Una buena historia clínica y una exploración física detallada constituyen un indicador adecuado del estado nutricional que debería
incluir el peso del paciente, sin embargo, salvo excepciones, es difícil de medir en el paciente crítico, la existencia de un ayuno
prolongado, o causas que impidan una dieta normal (Montejo, Culebras, García y Mateos, 2006) (Pérez, 2013) (Tapia et al., 2016).

Pueden observarse palidez cutáneo mucosa, lengua depapilada, alteraciones de piel y faneras, taquicardia secundaria a anemia
nutricional, edemas por hipoalbuminemia, déficit vitamínicos u otros signos de desnutrición (Montejo, Culebras, García y Mateos,
2006) (Pérez, 2013) (Tapia et al., 2016).

Indicadores Dietéticos

o Historia dietética: Suele ser difícil evaluar la historia alimentaria ya que la mayorías de veces el paciente y los familiares
son incapaces de contestar a las preguntas debido al estado de gravedad, además de que no se recogen estos elementos
de manera habitual, pero hay un grupo de enfermos en los cuales la dieta desempeña una función preponderante como
factor desencadenante de la enfermedad, es el caso del diabético descompensado, el insuficiente hepático, renal o cardíaco,
donde tanto el paciente como el familiar encuentran una relación causal entre la descompensación de la enfermedad y la
trasgresión alimentaria. Esta historia es engorrosa en el crítico y preferimos obviarla habitualmente en el trabajo diario
(Montejo, Culebras, García y Mateos, 2006) (Pérez, 2013) (Tapia et al., 2016).

Puntos importantes

o En el enfermo crítico es posible encontrar distintos grados de malnutrición prexistentes, los cuales pueden tener un profundo
impacto en la evolución de este (Pérez, 2013).
o Las proteínas séricas albúmina, transferrina y prealbúmina, están a menudo alteradas por los amplios aportes de líquidos
utilizados en fases de resucitación y se comportan, en muchos casos, como reactantes negativos de la fase aguda,
reaccionando en forma inversa a estos, mostrándose quizás, más como indicadores de la severidad de la enfermedad, que
como parámetros de síntesis proteica a nivel hepático (Pérez, 2013)
o El balance nitrogenado es en el enfermo crítico, probablemente, el parámetro más simple que se asocia con el resultado y
el primer objetivo a alcanzar en el soporte nutricional es conseguir un balance positivo o al menos lo menos negativo
posible, en situaciones de hipercatabolia severa (Pérez, 2013)

Referencias bibliográficas:
• Montejo J., Culebras J., García A.n y Mateos. (2006). Recomendaciones para la valoración nutricional del paciente crítico.
Rev med Chile. 134(8), 1049-1056. Recuperado de: https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-
98872006000800016
• Pérez David. (2013). Medicina intensiva. Nutrición del paciente crítico. La Habana: Editorial Ciencias Médicas. Pp: 18-
23.
• Tapia J., Montalvo E., Sánchez I. Martínez L. Carrasco J. (2016). Evaluación nutricional en el paciente grave. Rev Cirugía
y Cirujanos. 84(1), 55-62.

También podría gustarte