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Centro Regional de Profesores del Litoral

Idioma Español
Gramática Histórica I

Clase 3: Acento y sílaba

El acento puede considerarse como un rasgo suprasegmental. Nos interesa particularmente


considerar el acento en tanto su naturaleza y en cuanto a su posición. Como rasgo suprasegmental
es el primer fenómeno al que deberemos prestar atención al momento de estudiar una palabra desde
el punto de vista fonológico desde el latín al español, es decir, al momento de estudiar los cambios a
nivel fonológico que una palabra patrimonial haya sufrido, o los que no y por lo tanto podamos
catalogarla como palabra culta o semiculta.
Así pues, el acento en latín era de cantidad y no de intensidad como sucede en el español
moderno, es la pérdida de la cantidad vocálica lo que da lugar a que el acento de intensidad cobre
relevancia distintiva. En español, existen términos que se distinguen por su acento, por ejemplo los
pares té/te o perdida/pérdida e incluso oposiciones triples como término/termino/ terminó.
El acento, por lo general, se ha conservado en la misma posición que ocupaba en latín, por
lo que es relevante saber en qué sílaba recaía este en aquella lengua. Ahora bien, en latín, el acento
era más fijo que en español y seguía algunas reglas sencillas. En principio el acento en latín tiene
dos reglas fundamentales, la segunda de ella con algunos corolarios breves:

• en palabras bisílabas recae sobre la penúltima sílaba, por lo que estas son siempre graves
• en palabras de tres o más sílabas la longitud de la penúltima sílaba determina la posición:
◦ si la penúltima sílaba es larga recae sobre ella
◦ si la penúltima sílaba es breve recae sobre la antepenúltima

Para determinar cuándo una sílaba es larga o breve se puede recurrir a las siguientes observaciones:

• La penúltima sílaba es larga cuando:


◦ Regla 1: La penúltima vocal es larga (y por lo tanto la sílaba también lo es)
◦ Regla 2: La penúltima vocal es breve pero está seguida de dos o más consonantes (sin
importar que estas estén necesariamente en la misma sílaba).
• La penúltima sílaba es breve cuando:
◦ Regla 3: La penúltima vocal es breve y va seguida de un única consonante o de ninguna
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Así pues, cabe recalcar que como dice Penny “… la posición del acento latino venía determinada
por la estructura fonológica de la palabra, de forma que no se dan casos en los que el acento se
pueda situar libremente en una determinada sílaba para lograr, así, un cambio de significado”
(Penny: 57).
Los pocos casos en que una palabra latina ha mudado la posición del acento del latín al
español, si bien no abundan, pueden agruparse en dos categorías:

Categoría 1: Palabras cuya penúltima vocal breve va seguida de consonante + R.


En este caso, inicialmente se acentuaba la palabra en la antepenúltima sílaba /té – ne – brae/, sin
embargo, en el latín hablado estos grupos consonánticos se articulaban de la siguiente manera: /té –
neb – rae/, con lo que la penúltima vocal breve se integra ahora en una sílaba que puede ser larga y
por lo tanto llevar el acento como se explicó en la Regla 2 más arriba. Obsérvese que de esta
manera, en español sobrevive el acento en /ti njé βlas/, es decir, con el acento en la misma sílaba
que se encontraba en latín hablado más no en latín escrito.

Categoría 2: palabras cuya antepenúltima sílaba, cuando era tónica, se encontraba en hiato con la
penúltima.
En este caso las particularidades del hiato latino (que se verán en la próxima clase) llevan a que el
acento se mueva al elemento más abierto y asimila la otra vocal a una semiconsonante, así pues
tenemos el ejemplo de muliere > /muljere/.

Aplicación 3:

Estudie los temas trabajados en clase del libro de Company y responda las siguientes preguntas:

a) ¿Cuáles son los elementos que intervienen en la naturaleza del acento?


b) ¿Cuál es el núcleo de una sílaba? ¿Por qué importa su estudio?
c) ¿Cómo se puede ubicar el límite de una sílaba en latín?
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