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Alumna: elizabeth colli magaña

Matricula:141590

Salón: lp55

Tema: investigación celular

Miss: carolina Alicia Gómez macfarland


Introducción: ¿Qué es la psicopatología?

La psicopatología es un área de la salud dedicada a estudiar los trastornos o síntomas

psicológicos con origen biológico, bien sea por alteraciones anatómicas o bioquímicas.

También se usa el término psicopatología para referirse a un síntoma de origen psicológico.

Asimismo, la psicopatología estudia cambios en el comportamiento del individuo que pudieran

señalar estados mentales que no son considerados saludables.

El término psicopatología viene del griego psyché (razón o alma), pathos (padecimiento), logos

(razonamiento). La psicopatología, como área de estudio, requiere de la intervención de

diversos especialistas. Los psiquiatras, por ejemplo, se encargan de identificar aquellos

cambios que podrían ser considerados un síntoma o un trastorno. Por otro lado, los

especialistas en neurociencias estudian los procesos químicos que originan los trastornos

psicológicos o mentales. Estas contribuciones pueden derivar en la creación de nuevos o

mejores medicamentos, o en una nueva perspectiva sobre el funcionamiento del cerebro. Los

psicólogos, por su parte, se encargan de dar respuesta a los procesos mentales que subyacen

en un trastorno, y de qué manera pueden ser abordados según diversas corrientes, como la

psicoterapia, el psicoanálisis o la terapia conductista. Para la psicología, los trastornos

psicopatológicos no solo pueden implicar fallas funcionales o químicas, sino que también le

adiciona procesos de aprendizaje y conducta social que pueden generar o influir en la

generación de patrones de conducta considerados no sanos. En este sentido, la psicología se

encarga de descubrir y estudiar las motivaciones de dichas conductas y aplicar, según

diferentes perspectivas, un tratamiento cuyo objetivo sea la modificación de la conducta

considerada no saludable, o fuera de los parámetros normales.

Cuerpo: ¿Cuáles son las principales psicopatologías que tienen relación con mal

funciones celulares y neuronales?


La psicopatología clínica debe ser una disciplina práctica y aplicada apoyada en los

conocimientos de la psicopatología general-para poner sus teorías e investigaciones al

servicio del paciente. Los profesionales cercanos a esta disciplina serán variados. Así, el

psicólogo clínico, el psiquiatra, el personal de enfermería, los trabajadores sociales, el

médico generalista, los terapeutas ocupacionales o los criminólogos deberán tener una

perspectiva amplia acerca de los trastornos psicológicos, con el objetivo de poder realizar

su labor de la forma más adecuada. el concepto de psicopatología, su ámbito y los límites

con otras disciplinas, los criterios que delimitan la anormalidad en psicopatología y las

causas o etiología de los trastornos psicológicos. Por último, se cierra el capítulo

dedicando un apartado a la consideración de una parte de la psicopatología clínica o aplicada:

el análisis de los fenómenos psicopatológicos clínicos. Se parte del hecho de que el psico

patólogo, en estrecha relación con el psicólogo clínico y el psiquiatra, debe conocer las

alteraciones psicopatológicas en su presentación en la realidad clínica. Desde este punto de

vista, la formación adecuada no es sólo una formación teórica básica, ni debe limitarse a

conocer las distintas alteraciones psicológicas, sino que es conveniente que domine asimismo

el conocimiento práctico y las diversas formas de presentación de las alteraciones en la

exploración clínica.

1. Criterio biológico.

Se centra en la idea de que las manifestaciones psicopatológicas se deberían a

disfunciones de estructuras o procesos biológicos. Asumir este supuesto significa aceptar

que los trastornos psicopatológicos tienen una etiología orgánica. Los criterios biológicos

han proporcionado avances importantes en la definición de los trastornos mentales desde


distintas disciplinas, como la genética, la fisiología o la neurología. Sin embargo, al utilizar

sólo este criterio para definirlos existe el riesgo de dejar de lado otros factores

(psicológicos y sociales) que pueden tener un valor descriptivo y explicativo importante en

la definición de la psicopatología.

2. Criterio clínico.

Se trata del reconocimiento- por parte del evaluador, de unas alteraciones

objetivas, como serían los síntomas o signos cuya presencia supone una disfunción. En

ocasiones estos síntomas serán subjetivos, como por ejemplo que el paciente diga siento

angustia, estoy triste, etc. En otras ocasiones serán observables por el evaluador, como

una alteración psicomotora o del lenguaje.

3. Criterio estadístico.

Parte del supuesto de que las características de las personas tienen una

distribución normal en la población general. Por tanto, las experiencias anómalas serían

todo aquello que se desvía de la norma, que, en estadística, se identifica con la media

aritmética. Así, se considera psicopatológico lo infrecuente, lo que se encuentra fuera de

los límites de la distribución normal. El criterio estadístico se rige también por el supuesto

de la continuidad, según el cual los elementos que se encuentran en las psicopatologías

aparecen también en la normalidad, pero con una intensidad distinta, por exceso o por

defecto (Belloch et al., 2008). Por tanto, las diferencias entre lo normal y lo patológico

serían cuantitativas.
4. Criterio social.

Consideraría psicopatológico aquello que se desvía de las normas sociales

establecidas, lo que se aparta de las normas dominantes en una determinada sociedad o

en un momento histórico. Por ejemplo, algunas conductas sexuales se han considerado

dentro o fuera de lo psicopatológico en distintas culturas, dependiendo del momento

histórico y de la ética dominante. De esta forma, varían las consideraciones de una cultura

a otra y de una época a otra.

5. Criterio de sufrimiento.

Referido a la presencia o ausencia de dolor, en este caso dolor psíquico. Este

criterio implica que la anormalidad psicológica debe concretarse en una vivencia subjetiva

dolorosa. Así, algunos ejemplos serían la persona con una depresión profunda que sufre

anímicamente, la expresión de angustia dolorosa en una crisis de ansiedad o el miedo

producido por unas alucinaciones.

6. Interferencia en el funcionamiento.

Se refiere a que el problema esté causando algún deterioro que interfiera en el

desarrollo de la vida cotidiana de la persona que lo sufre. La interferencia se refleja en una

o varias áreas importantes de la vida, como el trabajo, las actividades sociales o de ocio, la

vida familiar o de pareja, entre otras. Este criterio es uno de los más utilizados en la

práctica clínica para considerar si una persona presenta un trastorno mental (Wakefield,

2009). Una vez comentados algunos de los criterios que se utilizan para definir un
trastorno mental, conviene recalcar que esta disciplina se ocupa de problemas muy

dispares, por lo que es fácil entender que no existirá ningún criterio común a todo el

objeto de estudio de la psicopatología. En este sentido, a continuación, se comentan los

principios generales que se recomiendan para la calificación del comportamiento anómalo

(Vázquez, 1990). Los trastornos de personalidad son extraordinariamente comórbidos con

cualquier

trastorno mental de los incluidos en el eje 1 y es muy probable que ello sea el resultado de

que los TP actúan como potente factor de vulnerabilidad a padecer un trastorno mental

del eje 1. Desde esta perspectiva, los TP no serían sólo trastornos mentales, sino que

habría que considerarlos como agentes causales primarios de cualquier forma de

psicopatología. Tampoco podría descartarse la idea inversa, y es que los TP sean secuelas

residuales o formas subclínicas de un trastorno mental del eje 1 no diagnosticado o

tratado. Ambas opciones plantean la idea de una posible continuidad y nosología común o

articulación entre ambos ejes, clínico y de personalidad.

Resulta ineludible reconocer que, en la práctica, existe un notable solapamiento

entre los distintos TP. Algunos síntomas aparecen en varios trastornos, por ejemplo, el

aislamiento social, y en parte, los rasgos nucleares de personalidad son comunes también

a muchos trastornos, como por ejemplo el neuroticismo.

El estudio de Torgersen (2001) indica que este grupo de entidades todavía no está

bien definido, y por lo tanto las dificultades para investigar su etiología, especificidad
diagnóstica, y pautas para su evaluación y tratamiento están todavía lejos de ser las

adecuadas, habiendo mucho por hacer.

Los trastornos neurológicos más comunes

1. Accidentes cerebrovasculares

Si bien no se trata de un único trastorno ya que engloba un conjunto de posibles problemas, los

accidentes cardiovasculares son en la actualidad una de las tres principales causas de muerte

del mundo. Estos accidentes pueden tener una muy diversa causa, curso y efectos según la

zona afectada. Básicamente se pueden clasificar en hemorragia cerebral, es decir la ruptura de

un vaso sanguíneo en el cerebro que produce una inundación en el encéfalo que mata a las

neuronas circundantes por compresión, y la isquemia o ictus que son producidos ante el cese

de suministro sanguíneo a una parte del cerebro, debido generalmente a un trombo o acceso

que impide el riego en la zona.

En cualquiera de los casos, se provoca una muerte neuronal que producirá graves efectos en

las funciones y dominios de la persona, pudiendo llevar a la muerte, a una demencia vascular,

a trastornos adquiridos debido a lesión cerebral o incluso a una pérdida temporal de alguna

función con completa recuperación en el caso de un accidente cerebrovascular transitorio.

2. Enfermedad de Alzheimer

La demencia más conocida es también uno de los trastornos neurológicos más frecuentes en la

población. Este trastorno, el Alzheimer, es una demencia de inicio insidioso y progresivo que se

inicia con pérdidas de memoria reciente y anomia (dificultad para encontrar el nombre de las

cosas). Este trastorno va evolucionando a lo largo de tres fases, produciéndose un deterioro

progresivo en todas las funciones intelectuales y la autonomía.


Así, según el trastorno va avanzando van apareciendo en la segunda fase dificultades en el

habla, las praxias o movimientos secuenciados y en el reconocimiento de personas y objetos

(siendo este conjunto de síntomas el llamado síndrome afaso-apraxo-agnósico) y con el tiempo

en la tercera fase dichas condiciones se agravan, culminando con el encamamiento y el

mutismo del paciente. Si bien aún no se conoce una causa específica, a nivel neurológico se ha

observado la presencia de ovillos neurofibrilares y placas de beta amiloide, especialmente en

los lóbulos temporal y parietal.

3. Enfermedad de Parkinson

Esta enfermedad es también uno de los trastornos neurológicos más frecuentes. A nivel

neurológico se ha observado la existencia de una degeneración del sistema nigroestriado, lo

que comporta un déficit de los neurotransmisores dopamina y GABA en este sistema. El

síntoma más conocido y característico de este trastorno son los temblores parkinsonianos o de

reposo, los cuales se manifiestan con sacudidas espasmódicas de los miembros distales

(especialmente las manos) que se producen en estado de reposo. Además de estos otros

síntomas destacados de esta enfermedad son la presencia de una elevada desmotivación,

alteraciones de la marcha, falta de parpadeo y expresión facial y movimiento pobre.

Con los años es posible que se desarrolle una demencia de tipo subcortical, si bien no se da en

todos los casos. En caso de darse, destacan el enlentecimiento mental y físico, el fallo en la

recuperación de la memoria y la presencia de dificultades en tareas ejecutivas y

visuoespaciales.

4. Cefalea tensional

Se entiende por cefalea uno de los trastornos más comunes del sistema nervioso en todo el

mundo, el dolor de cabeza. Dentro del grupo de las cefaleas, entre el que encontramos

subtipos como la cefalea tensional y la cefalea en racimo, destacan especialmente la migraña y


la cefalea tensional En lo que se refiere a la cefalea tensional, generalmente se relaciona su

aparición con estrés o problemas musculares. Hay dos subtipos básicos de cefalea, la

episódica y la crónica. La primera aparece en ataques de una duración corta, siendo el tipo de

cefalea más frecuente. La segunda provoca una discapacitación mucho mayor al persistir

durante un periodo de tiempo mucho mayor. El dolor es leve o moderado.

5. Migraña

La migraña, en su mayoría con base genética, se provoca ante la liberación de sustancias

inflamatorias alrededor de nervios y vasos sanguíneos de la cabeza. Suele tratarse de una

condición recurrente a lo largo de la vida. Destacan el dolor de cabeza moderado o severo, la

náusea e intolerancia a luz y sonido, agravándose el dolor con la actividad.

5. Epilepsia

Trastorno cerebral que se produce cuando las células cerebrales envían señales erróneas.

Dentro de este trastorno existen las crisis de gran mal y las de pequeño mal. Las primeras son

las más conocidas, caracterizadas por la presencia de pérdida de conciencia seguida de

convulsiones, incontinencia, mordedura de lengua y alucinaciones. En las segundas no se

presentan convulsiones, caracterizándose por una ausencia mental. Normalmente, las crisis

comiciales vienen precedidas de un aura, unas sensaciones iniciales que el afectado puede

detectar tales como un hormigueo previo, alucinaciones o obnubilación (confusión). La etiología

de este trastorno puede ser muy diverso, pudiendo deberse entre otras cosas la presencia de

tumores cerebrales, traumatismos craneoencefálicos, desarrollo atípico del sistema nervioso u

otras alteraciones y enfermedades.

6. Esclerosis múltiple

Trastorno progresivo crónico del sistema nervioso central que se produce por la producción

insuficiente de mielina en las neuronas de la sustancia de la sustancia blanca. Se produce una


desmielinización progresiva de las neuronas. Aunque hay varios cursos posibles para esta

enfermedad, en general la esclerosis múltiple cursa de manera fluctuante, es decir en forma de

brotes que van desapareciendo y mejorando, con un empeoramiento progresivo.

no tiene cura, se están intentando elaborar algunos fármacos prometedores.

7. Tumores cerebrales

Si bien la sintomatología específica de cada momento dependerá de las zonas afectadas

siendo síntomas frecuentes alteraciones visuales y sensitivas, debilidad motora, dolor y fatiga,

espasticidad o tensión muscular percibida y hemiparesia, entre otros. Si bien hasta el momento

Los tumores cerebrales también se incluyen entre los trastornos neurológicos más frecuentes.

Se producen por el crecimiento descontrolado y anómalo de algún tipo de material cerebral,

pudiendo aparecer en neuronas, glía o meninges. Si bien existe una amplia clasificación de

tumores cerebrales según el tipo de célula que lo produzca y su comportamiento, todos ellos

revisten una alta peligrosidad para la vida del paciente, incluso los tumores de comportamiento

benigno. Esto es debido a que el progresivo crecimiento de materia provoca una gran presión

del resto del encéfalo contra el cráneo, desplazando estructuras, deformándolas y

aplastándolas. Los síntomas específicos dependen, al igual que en el caso de los accidentes

cerebrovasculares, de la localización del tumor y las zonas a las que afecte directa o

indirectamente.

8. Distrofia muscular de Duchenne

Se trata de la distrofia muscular más frecuente en seres humanos, especialmente en varones.

Este trastorno neuromuscular, normalmente de inicio infantil, tiene como principal síntoma una

debilidad muscular generalizada que se desarrolla de manera progresiva y crónica. Con el

tiempo produce dificultades para caminar e incluso para respirar, siendo frecuente el

fallecimiento en la adultez joven por problemas como insuficiencia cardíaca.


9. Meningitis

Infección bacteriana o viral que afecta a las meninges o membranas que protegen el sistema

nervioso, produciendo la inflamación de éstas y afectando al sistema nervioso en conjunto. Es

frecuente la aparición de síntomas febriles, náuseas, fotofobia, dolores de cabeza intensos,

alteraciones de consciencia o del estado mental. Si bien se precisa de una intervención

inmediata, se trata de una condición médica que es posible revertir, si bien sus consecuencias

pueden permanecer crónicas.

10. Esclerosis lateral amiotrófica (ELA)

Esta enfermedad, popularizada en los últimos tiempos por la conocida campaña del Ice Becket

Challenge, es un trastorno neurológico progresivo que ataca a las células motoras,

degenerándolas hasta la muerte celular. En esta enfermedad las neuronas dejan de enviar

mensajes a los músculos voluntarios, los cuales terminan por atrofiarse, impidiendo el

movimiento y el habla. Con el tiempo, esto afecta a los músculos torácicos y al diafragma,

precisándose de respiración artificial y siendo la parada respiratoria una causa probable de

deceso. Los daños afectan únicamente a las neuronas motoras, con lo que las capacidades

cognitivas se mantienen conservadas.

11. Trastorno por Déficit de Atención por Hiperactividad (TDAH)

El TDAH es un trastorno diagnosticado en la infancia con mucha frecuencia y que, sin

embargo, resulta muy controvertido. La razón de esto es que los criterios diagnósticos para

identificarlo son muy ambiguos, y se estima que muchas veces es detectado en niños y niñas

que realmente no lo presentan; es decir, aparecen falsos positivos y se sobremedica.De hecho,

pocas cosas se saben sobre este desorden neurológico, más allá de que hace que el cerebro

funcione de un modo anormal a juzgar por lo que se ha visto por métodos de neuroimagen y
que esto encaja con las descripciones de jóvenes que experimentan serios problemas de

concentración incluso teniendo en cuenta su edad.

12. Trastornos del Espectro Autista (TEA)

Este concepto agrupa un conjunto de sintomatologías relacionadas con los problemas a la hora

de comprender aspectos no literales del lenguaje, socializar y mostrar conducta prosocial.

Además, en más de la mitad de los casos estos problemas aparecen junto a la discapacidad

intelectual. Artículo relacionado: "Trastornos del Espectro Autista: 10 síntomas y diagnóstico"

13. Dislexia

La dislexia es uno de los trastornos del aprendizaje más comunes, y consiste en un

funcionamiento anómalo del cerebro que vuelve muy complicada la tarea de leer, es decir,

extraer significados y vocalizaciones de una serie de símbolos.

14. Síndrome de Tourette

Las personas con esta afectación son incapaces de controlar una serie de movimientos

repetitivos similares a tics muy elaborados. Esto afecta tanto a su vida social como a su calidad

de vida en general, ya que es un elemento intrusivo que genera estrés e impide concentrarse.

15. Discalculia

De un modo similar a lo que ocurre con la dislexia, este trastorno neurológico no es en sí una

amenaza para la salud, sino una alteración de la capacidad de aprender. En este caso, lo que

cuesta es realizar operaciones matemáticas y manipular números en general.

Conclusión en donde indiques el por qué es importante que el

psicólogo tenga un conocimiento general acerca del funcionamiento

celular
Intentamos entender cuál es la relación entre la actividad eléctrica del cerebro o la conducta y

la cognición, tanto en la forma normal de procesar la información como en la alterada, como

ocurre en multitud de patologías. Por ejemplo, en la depresión, donde se procesa la parte

negativa de la información; en la esquizofrenia, en la que el enfermo tiene una sensación irreal

del mundo o en otros trastornos que tienen que ver más con la conducta, como el del déficit de

atención, con o sin hiperactividad, que da lugar a multitud de problemas escolares, de atención

del niño…Sin embargo, el problema estriba en que el electroencefalograma es una señal muy

débil y para conseguir información útil del mismo es complicado, por lo tanto, lo que se ha

venido desarrollando en este campo científico en los últimos 50 años es una enorme cantidad

de técnicas matemáticas, implementadas en computadores, para extraer datos de la conducta

y el pensamiento, aunque son muy complicadas. Es el caso, por ejemplo, del autismo, que no

se desarrolla hasta los tres años. “Si en estos niños viéramos ciertas alteraciones en su

actividad electroencefalográfica al año de vida, podríamos comprobar si están relacionadas con

el autismo, de tal manera que adelantáramos el tiempo de diagnóstico y empezar a trabajar

sobre esta enfermedad”, ha concretado.

Otro caso podía ser el de la esquizofrenia, que es una patología que aparece en la

adolescencia o la adultez joven, aunque se va gestando desde el feto o las primeras edades de

la infancia, de tal manera que se podrían hacer estudios para determinar el alcance de esta

enfermedad.

Bibliografía:
https://lic.ieu.edu.mx/pluginfile.php/192317/mod_resource/content/3/N_ApuntesS2.pdf
https://www.redalyc.org/pdf/806/80609709.pdf
https://www.paho.org/hq/dmdocuments/2008/Trastornos_Neurologicos.pdf

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