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Sor Juana Inés de la Cruz

(1651/11/12 - 1695/04/17)
Sor Juana Inés de la Cruz
Escritora mexicana
–Sin claridad no hay voz de sabiduría–

Una de las máximas exponentes del siglo de oro español.


Obras: Primero Sueño, Neptuno alegórico, Los empeños de una casa...
Géneros: Poesía, drama, comedía...
Padres: Pedro Manuel de Asbaje e Isabel Ramírez
Nombre: Juana Inés María del Carmen Martínez de Zaragoza Gaxiola de Asbaje y
Ramírez de Santillana Odonoju.
Poema de sor Juana Inés de la Cruz

"No estudio por saber más, sino por ignorar menos"


Juana Inés de la Cruz
Juana Inés de la Cruz probablemente nació el 12 de noviembre de 1651, en la aldea
Nepantla, aunque se encontró una fe de bautismo en la parroquia de Chimulhuacán,
donde también se dice que nació el 2 de diciembre de 1648.

Familia
Fue hija del español Pedro Manuel de Asuaje y de la criolla Isabel Ramírez. Tuvo dos
hermanas: María y Josefa.

Aprendió a leer con tres años, a los cinco años ya sabía escribir y contar.

Se crio entre las haciendas de Nepantla y Panoaya junto a su abuelo materno. Allí
aprendió náhuatl con los indios.
Dama de honor de Leonor Carreto
Tras la muerte de su abuelo, su madre la envió a casa de su hermana María Ramírez, en
la capital, donde además de aprender labores femeninas, estudió latín. Después
ingresaría a la Corte Virreinal como dama de honor de Leonor Carreto, esposa del virrey
Antonio Sebastián de Toledo.

Convento de San Jerónimo


Ingresó en un convento de carmelitas descalzas del cual salió por enfermedad.
Finalmente profesó en 1669 en el convento de San Jerónimo de la ciudad de México,
donde permaneció hasta su muerte ocurrida durante una epidemia de peste. En el
convento tuvo oficios como contadora y archivista dedicándose al estudio y a la escritura.
Redactó un testamento en el que renunció a todos sus bienes.

Escritora
Su época más fecunda comenzó en 1680 con la concepción del Neptuno Alegórico, arco
triunfal en honor de los virreyes de la Laguna.

Por entonces despidió a su confesor, según se deduce de la descubierta Carta al Padre


Núñez, escrita en torno a de 1682, y que demuestra una faceta polémica y argumentativa
de la monja.

Obras
En los villancicos, quizá uno de los aspectos menos estudiados de su obra, despliega su
mayor riqueza literaria. Autora de todo tipo de obras, cortesanas y religiosas, comedias de
enredo, Los empeños de una casa, La segunda Celestina; la comedia mitológica Amor es
más laberinto, escrita con Juan de Guevara; autos sacramentales: El Divino Narciso, El
cetro de José, San Hermenegildo, en las loas que preceden a los dos primeros autos
mencionados se reitera la relación de los sacrificios humanos aztecas con la Eucaristía.

En 1688 falleció su madre.

Primero Sueño es un extraordinario poema en forma de silva de 975 versos. En 1690, el


obispo Fernández de Santa Cruz publicó la Carta Atenagórica, precedida por la Carta de
Sor Filotea, y en la que conmina a sor Juana a dejar sus escritos profanos y abrazar los
religiosos.

Es célebre la obra, Respuesta a sor Filotea (1691), contestación a la Carta del obispo de
Santa Cruz, una auto hagiografía y a la vez una brillante defensa del derecho a
expresarse libremente. Una polémica sobre los últimos años de su vida dividió a los
sorjuanistas: unos postulaban la tesis de su conversión, otros atribuían su silencio final a
una persecución.

En 1693, sor Juana renuncia a las letras y dona su biblioteca y aparatos científicos.

Votos
El 8 de febrero de 1694 ratificó sus votos religiosos; el 18 protesta (Promesa) defender la
Inmaculada Concepción. El 5 de marzo firma la Protesta de la fe con su sangre.

Muerte
Sor Juana Inés de la Cruz falleció de tifus en Ciudad de México el 17 de abril de 1695.

Fue sepultada en el coro bajo de la iglesia del templo de San Jerónimo, donde
actualmente se asienta la Universidad Claustro de Sor Juana, en esta capital.

Sabías que...
Lectora
Al morir su abuelo en 1656, heredó su biblioteca con autores clásicos griegos, latinos y
españoles, siendo desde niña una gran lectora.

Ver cronología de Sor Juana Inés de la Cruz

Fragmento de Primero Sueño


Piramidal, funesta, de la tierra
nacida sombra, al cielo encaminaba
de vanos obeliscos punta altiva,
escalar pretendiendo las estrellas (...)
El viento sosegado, el can dormido;
éste yace, aquél quedo
los átomos no mueve,
con el susurro hacer temiendo leve,
aunque poco, sacrílego ruido,
violador del silencio sosegado. (...)
y los dormidos, siempre mudos, peces,
en los lechos lamosos
de sus obscuros senos cavernosos,
mudos eran dos veces; (...)
En cuya elevación casi inmensa,
gozosa más suspensa,
suspensa pero ufana, (...)
la vista perspicaz, libre de anteojos
de sus intelectuales bellos ojos (...)
y a la tiniebla misma, que antes era
tenebroso a la vista impedimento,
de los agravios de la luz apela,
y una vez y otra con la mano cela
de los débiles ojos deslumbrados
a las cosas visibles sus colores
los rayos vacilantes (...)
Llegó, en efecto, el sol cerrando el giro (...)
de orden distributivo, repartiendo
iba, y restituyendo
entera a los sentidos exteriores
su operación, quedando a luz más cierta
el mundo iluminado, y yo despierta

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