Está en la página 1de 3

Lo que nos enseñó el cantoral Cantemos al Dios de la Vida

Por Jorge Vélez


Magister en Investigación Musical

Ideas Generales de la Conferencia

Hay que empezar diciendo que el cantoral Cantemos al Dios de la Vida ha sido el profesor de música
para la misa, en Colombia, de todas las generaciones de músicos, cantores, misioneros, religiosos y
sacerdotes desde su primera edición en la década de los 80. Por esta razón hablaré con sumo respeto de
esta publicación pero sin esconder los pormenores de la misma.

Este libro es publicado por la congregación de los hermanos de la consolata acá en Colombia y nace
por la ausencia de un libro de referencia que permita a los colaboradores entusiastas de la música,
acompañar misas, retiros y en general encuentros piadosos. Su objetivo principal era llegar a todas las
personas en misión que necesitaban un material portable donde estuvieran los cantos más necesarios,
llegando hasta incluir una sección con cantos “populares” (mas bien profanos) que se pudieran
necesitar en situaciones como cumpleaños, serenatas y despedidas. Un material sin partitura para el
músico de vocación sin la rigurosa formación conventual o de conservatorio.

En sus primeras ediciones habían más cantos de la teología de la liberación de los que pueden llegar a
recordar y se encontraban varios en cada sección del cantoral, hasta se sugerían también cantos
profanos para la misa y lo cierto es que en la actual edición hay todavía varios de esos cantos gospel de
artistas como Leo Dan, Piero o Rafael sugeridos para los servicios litúrgicos. También permanecen
como sugerencia otros cantos cuyo origen y versión original se ha vuelto difusa para la mayoría pero
que redundan en cantos que no fueron compuestos para la misa.

Actualmente este cantoral goza de un estatus de incontrovertible y no es de extrañar cuando no hay una
institución eclesial colombiana que se encargue de ponerle el ojo a cuanto cantoral se publica. Ese
silencio de la Iglesia de Colombia en esta materia es casi como un permiso para hacer lo que se crea
conveniente. Desafortunadamente es una situación generalizada en casi toda suramérica.

Ahora bien, lo que se destaca de este cantoral es que los acordes en la mayoría de cantos están bien
ubicados sobre la letra, lo que facilita a los principiantes entender dónde se pone el acorde, por otro
lado, la armonización sugerida, también se puede decir que es un acierto. Otro detalle que se puede
destacar como positivo es que indiquen el compositor del canto aunque en lo que respecta a los cantos
profanos que Gabaraín y tanto otros les pusieron letra religiosa no hay tal aclaración.

Sin embargo no todo es bueno en este cantoral y lo que más me preocupa de este son las secciones,
pues con esas secciones se da la lección de cuáles son las partes de la misa y qué cantar según la
ocasión ambas cosas le enseñan al usuario del cantoral que: En la misa se cantan himnos o cantos
alusivos, lo que es un error de proporciones gigantescas porque se parece a decir que voy a una fiesta
del día de la madre entonces canto algo del dia de madres. Esto aplicado a la misa es como decir que
hay una sección que parece que se dice Gloria, entonces canto algo como Gloria de Umberto Tozzi (un
canto profano), y esa es la enseñanza que más a calado de este cantoral; que en la misa se puede cantar
algo que tenga que ver con: el momento, el día o el parecer del cantante, sin revisar la procedencia, la
pertinencia o santidad del canto mismo.
En este sentido las secciones del cantoral son:

Canto de entrada
Momento penitencial
Gloria
Cantos entre las lecturas
Aclamación al evangelio
Profesión de Fe
Procesión de Ofrendas
Santo
Padre Nuestro
Momento de Paz
Comunión
Cantos de Despedida

Esas son las secciones del cantoral que se relacionan directamente con las partes de la misa. Sin
embargo, en todas esas secciones hay cantos inadecuados y algunas de esas secciones no son partes de
la misa que tengan canto. Al respecto de ello se sugiere la sección del momento penitencial y para esta
parte de la misa no hay cantos de perdón, porque cuando el acto penitencial se hace bajo la formula tres
(tropos) se enaltece y aclama la misericordia del Señor que nada tiene que ver con pedir perdón y
cuando el acto penitencia se reemplaza con la aspersión se hacen cantos bautismales pero no en el
sentido del sacramento sino en el sentido de la purificación.

También tenemos el error de la sección nombrada como Cantos entre lecturas este es un error porque
no hay tal parte en la misa y quizá se refiera a los salmos, pero los cantos que se presentan en esa
sección no todos son salmos. Esta sección nos enseñó otro error frecuente de encontrar entre los
cantores y es creer que en tiempo de Cuaresma se puede cantar cualquiera de las sugerencias de esta
sección especialmente el canto “Tu palabra me da vida”, cuando en realidad el leccionario nos indica
las Aclamaciones correctas para el tiempo de Cuaresma y ninguna de ellas se encuentra en esta sección
o en la nombrada como Aclamación al evangelio.

Luego tenemos la sección de Momento de Paz, al interior tenemos dos subdivisiones, en una
encontramos cantos para Cordero de Dios y en otra solo cantos alusivos a la paz, es por esto que se cree
que luego de la oración por la paz se canta algo de paz pero esto es un error más para sumar a la lista ya
que durante el rito de paz no se canta (ni siquiera cuando el sacerdote lo sugiere a causa de que él dará
la paz a la asamblea) y una vez el sacerdote inicia la fracción del pan se canta Cordero de Dios.

Sobre la sección Cantos de Despedida, lo cierto es que luego de la bendición final se podría cantar
cualquier canto sea de despedida o mariano o de envío, pero eso es una explicación para otro momento.

Al respecto de las demás secciones de la misa, en este cantoral hay una enorme selección de cantos
inapropiados que van en contra de la Instrucción General del Misal Romano y del Sacrosanctum
Concillium pero que se han calado como una verdad incontrovertible entre cantores experimentados,
novatos, religiosos y sacerdotes del país. Para mencionar un solo ejemplo que pueda dar una idea clara
de lo que pretendo decir está el conocido “Gloria, Gloria Aleluya” que se canta en reemplazo del himno
del Gloria, este canto en realidad se llama Battle Hymn Of The Republic que es un canto patriota de
origen norteamericano cuya parte de la letra dice:
Lo he visto en los fuegos de vigilancia de cien campamentos circulares
Le han edificado un altar en las lluvias y los rocíos de la tarde;
Puedo leer Su justa sentencia a la luz de las lámparas tenues y resplandecientes;
Su día está marchando.
¡Gloria! ¡Gloria! ¡Aleluya! ¡Gloria! ¡Gloria! ¡Aleluya!
¡Gloria! ¡Gloria! ¡Aleluya! Su día está marchando.
Como se puede apreciar el canto no fue creado por un compositor católico o con fines para la liturgia,
pero a pesar de su procedencia hoy es fácil encontrar una fuerte resistencia a retirarlo del repertorio.

Con este ejemplo se pueden explicar dos cosas importantes, la primera que el cantoral sugiere cantos
cuya melodía es pagana y mantiene viva una etapa de la composición de música católica en lengua
española en la que a causa de la paupérrima creatividad de los músicos católicos se recurrió a canciones
populares de melodía fácil y de origen americano o francés a las que solo se le cambio la letra pese a la
indicación de la Iglesia de cantar unicamente música compuesta para la liturgia. Por otro lado, este
ejemplo (de muchos que se encuentran) explica lo que menciono con la frase de cantos alusivos, pues
la música litúrgica no es la construcción de un listado de cantos alusivos a cada parte de la misa, no se
trata de cantar algo que diga santo o perdón o que diga que creo en Dios, tampoco que señale la
experiencia de pasar a comulgar, el canto litúrgico es algo más simple y más especifico que elegir
cantos alusivos. Sin embargo, en todas las secciones de este cantoral se encuentran sobre todo cantos
alusivos y no cantos litúrgicos.

Es importante comprender que la buena intención de quienes hicieron la compilación de este cantoral y
del otro popular que se llama “para ti es mi música Señor” fue desde la idea de cantos alusivos y esa
idea es la que les llevo a sugerir cantos que nada tienen que ver con las partes de la misa, especialmente
con las del Ordinario de la Misa, respecto de los Cantos para le Propio de la misa, se puede decir que
además de los errores que se sugieren se excluyen muchísimas opciones.

En conclusión el cantoral Cantemos al Dios de la Vida nos enseñó un montón de repertorio que
convierten a la misa en un evento social lleno de cantos alusivos y nos excluyó de la participación
activa bajo la cual fue diseñada la liturgia del Concilio Vaticano II.

Durante la conferencia se harán las respectivas referencia bibliográficas

También podría gustarte