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"UN AMOR ENTRE PASOS Y CORAZONES:

AMOR EN LA DANZA NORTEÑA"


Había una vez dos bailarines llamados Lola y Pedro, quienes vivían en
un pequeño pueblo del norte del país. Ambos tenían una pasión en
común: la danza. Desde muy pequeños, habían aprendido a bailar
diferentes estilos, pero había uno en particular que los hacía sentir vivos
y felices: la marinera norteña.

Lola era una niña alegre y risueña. Sus cabellos dorados caían en
cascada por su espalda y sus ojos azules brillaban como el mar en un
día soleado. Pedro, por su parte, era un niño amable y valiente. Tenía el
cabello oscuro y rizado, y sus ojos negros reflejaban la pasión que sentía
por el baile.

Cada tarde, Lola y Pedro se encontraban en el centro del pueblo para


practicar la marinera norteña junto a su maestra, la señora Rosa. La
marinera era un baile lleno de energía y gracia, que representaba el amor
y el orgullo por la tierra norteña. Los pasos eran rápidos y precisos, y el
ritmo de la música era contagioso.

Con el paso del tiempo, Lola y Pedro fueron mejorando ensu técnica y su
amor por la marinera crecía cada día más. Pero había algo más que
florecía en sus corazones: el amor que sentían el uno por el otro. Sin
embargo, ninguno de los dos se atrevía a confesar sus sentimientos,
pues temían que eso pudiera arruinar su amistad y su pasión por la
danza.

Un día, se celebraría un importante concurso de marinera en el pueblo.


Lola y Pedro estaban emocionados y dedicaron horas y horas de práctica
para asegurarse de que su presentación fuera perfecta. Se esforzaron
tanto que incluso ensayaban juntos en secreto, cuando nadie los veía.

El día del concurso llegó y Lola y Pedro se prepararon para dar lo mejor
de sí en el escenario. El público estaba expectante y los nervios se
palpaban en el aire. Al sonar la música, Lola y Pedro comenzaron a
danzar con gracia y pasión. Sus movimientos eran perfectamente
sincronizados y su energía contagiaba a todos los presentes.
A medida que avanzaba la presentación, Lola y Pedro no podían evitar
mirarse a los ojos. Encada giro, en cada paso, sentían cómo sus
corazones se aceleraban. Y fue en ese momento, en medio de la
marinera, que ambos entendieron que no podían ocultar más sus
sentimientos.

Al finalizar su presentación, el público estalló en aplausos y ovaciones.


Lola y Pedro se tomaron de la mano y, con una sonrisa en los labios,
confesaron su amor. El pueblo entero celebró su amor y su talento, y los
dos bailarines se convirtieron en la pareja más admirada de la región.

Desde aquel día, Lola y Pedro continuaron bailando juntos y amando la


marinera norteña. Su historia de amor y de pasión por la danza se
convirtió en un ejemplo para todos los niños del pueblo, quienes soñaban
con ser como ellos.

Y así, Lola y Pedro demostraron que el amor y la pasión pueden ir de la


mano, y que cuando se ama algo con todo el corazón, los sueños se
hacen realidad. Juntos, bailaron al ritmo de la marinera para siempre,
dejando un legado de amor y alegría en cada paso que daban.

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