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La Escuela Veterinaria de León Desde 1852 A 1943
La Escuela Veterinaria de León Desde 1852 A 1943
La Escuela Veterinaria de
León desde 1852 a 1943
Índice:
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Origen Página 3
Traslados Página 4
Conclusión Página 14
Bibliografía Página 14
Origen
En 1852, la población de León era de unos 8.000 habitantes, siendo la mayoría de ellos
campesinos provenientes de los pueblos, donde habían dejado atrás sus tierras y con la
esperanza de encontrar trabajo en la ciudad. Por aquel momento, se empiezan a derribar
gran parte del amurallamiento de la ciudad (el Arco de Santa Ana y el de San
Francisco). Pero no todo eran aspectos negativos, de hecho, León era de las provincias
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con mayor cantidad de escuelas. El 1 de abril de ese mismo año, llega al ayuntamiento
un oficio del Gobernador donde se informa de una Real Orden del 16 marzo, en la
cual, se crea una escuela de Veterinaria en León y el ayuntamiento debería buscar un
lugar donde construirse. Esto se realiza en contexto de que en España existían otras dos
Escuelas Veterinarias (Córdoba y Zaragoza) y que debido a la larga distancia que las
separa, se decide crear una en León. El pueblo leones quería una Universidad y, sin
embargo, solo obtuvieron una escuela subalterna. El 8 de julio, el ayuntamiento emite
un comunicado en el que declara que la sede de la escuela será en San Marcos y, en el
caso de que no se pudiera, en San Isidro. Finalmente se decidió San Marcos, y el día 16
de octubre, comenzó el plazo de matrícula para aquellos que estuvieran interesados
(debían presentar la fe del bautismo acreditando haber cumplido al menos 17 años,
certificados de instrucción primaria, de vida moral y salud).
El 18 de octubre se emite un comunicado en el que se expresa “que han ocurrido
dificultades para el establecimiento de la Escuela Veterinaria en el edificio de San
Marcos y que se establezca el exconvento de los Descalzos para el establecimiento de
dicha Escuela”. Habiéndose reunido previamente con el Gobernador, este dictamino que
la sede en el exconvento iba a ser exclusivamente por un año. Esto y que en diciembre
de ese año se suspendieran las obras que se estaban realizando en San Marcos en la zona
donde iba a plantear la Escuela, pone en duda donde se llevaron a cabo las primeras
clases.
Sin embargo, Policarpo Mingote (escritor) afirma que las clases de Veterinaria
comenzaron el 2 de noviembre en San Marcos y que el número de matriculados fueron
un total de veinte alumnos. Al ser una escuela subalterna, la duración del curso era de
tres años, pudiendo los alumnos pasar a la escuela superior (situada en Madrid) tras la
finalización del anterior.
En el primer curso de 1852-1853, el primer director de la Escuela fue Antonio Jiménez
Camarero, y el primer secretario fue Juan Alonso de la Rosa. El plan de estudios que
seguiría sería el de 1847 (publicado en el R.D. de 19 de agosto)
Traslados
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Escuela Veterinaria en San Marcos
La escuela se instala allí debido a que, tras la desamortización de Mendizábal en
1836, el convento queda en manos de los eclesiásticos (habiendo pertenecido con
anterioridad a la Orden de Santiago). La Santa Sede y el Gobierno firmaron un
Concordato en el que permitían la instalación de la escuela, aunque al final, el convento
pasará a manos del Estado.
Existía también en San Marcos el Instituto de Segunda
Enseñanza, el cual no tenía buenas relaciones con la Escuela
Veterinaria. Debido a problemas en las habitaciones donde
dormir, que los alumnos de Veterinaria sacarán obras de la
biblioteca del Instituto y que tampoco consistieran los del
Instituto la entrada de los alumnos de Veterinaria por la entrada
principal, se emite una Real Orden en que se regulariza estos
procesos y se crea una entrada noble para los estudiantes de
Veterinaria. Sin embargo, lejos de mejorar la situación, los
profesores y estudiantes del Instituto, para entrar en San
Marcos, debían dar un rodeo de gran tamaño, y hartos, Modesto Lafuente (2)
propusieron al Gobierno en 1854 el traslado de la Escuela hacía el Convento de los
Descalzos. Pero había problemas más importantes, como la falta de dinero para acabar
las construcciones de la Escuela y que en 1858 se rumoreaba el traslado de la Escuela a
Valladolid. El ayuntamiento había tenido noticias de que se estaban haciendo gestiones
para trasladar a Valladolid la Escuela, sin embargo, las autoridades municipales hacen
saber al gobernador de León el interés que tenía el pueblo leones en la continuidad de la
Modesto Lafuente (1)
Escuela en la ciudad. Es por eso por lo que una carta enviada por Modesto Lafuente
(historiador, 1806-1866) asegura que el Consejo de Instrucción Pública va a mantener la
Escuela en la ciudad.
Otro problema asolaba a la Escuela en 1859 cuando recibieron una carta del ministro de
Fomento alegando que la Escuela debería dejar las habitaciones que no necesitara a los
P.P. Jesuitas y también que la Escuela debía trasladarse a otro edificio con la finalidad
de entregar completamente el edificio. El traslado de los Jesuitas no había sido
previamente hablado con la Escuela, sino solo entre el gobernador civil y el ministro.
Así, la Escuela tendría el primero de los
muchos desahucios en su historia.
Permanecerían en el convento hasta 6 de mayo
de 1859, cuando, tras un acuerdo tomado el 23 de
febrero, serían trasladados al antiguo Convento de
los Descalzos, en la plazuela de Liceo.
Durante un largo paréntesis, el convento de San
Marcos alojó el Museo Arqueológico, la cárcel San Marcos, primera sede (3)
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para presos enfermos entre otros. Debido a la situación del edificio, se ordena el derribo
total del edificio. Sin embargo, gracias a los militares de la Caballería, los cuales
aportaron grandes fondos para mantener en pie el convento, San Marcos no fue
derruida.
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objetos, en los que cabe destacar una colección de osteología, una serie de ovología y
reproducciones en cartón-piedra de hombre, caballo y pavo. La biblioteca contaba con
el doble de ejemplares y un majestuoso herbario con plantas medicinales y forrajeras.
En 1871, la escuela deja de ser subalterna y pasa a ser una escuela principal, como el
resto de las escuelas Veterinarias. Aunque se había mejorado el convento, no se
encontraba en condiciones satisfactorias: constantemente se tenían que hacer
reparaciones del tejado (cabe destacar la de 1920, la cual fue realizada por el padre de
Félix Gordón Ordás, importante veterinario), los pilones de los huesos no fueron
solicitados hasta 1916 por el catedrático de Anatomía.
Aparte, no disponían de agua corriente, por lo que tenían que traer agua de la ciudad
desde unas aguadoras que se reunían entorno a una fuente. Se sabe que en 1925 se
escribe un proyecto para la instalación de agua corriente, y, al año siguiente, como no se
había llevado a cabo aún, el claustro acuerda que si no se lleva a cabo se procederá a
realizarlo como sea.
Había carencias de instalaciones experimentales en el campo. La Escuela poseía un
prado de propiedad municipal, pero el ayuntamiento lo reclamó y finalmente el claustro
acordó devolverlo a la Escuela en 1912 (parece obvio cuando se descubrió que Pedro
González (profesor de la Escuela), empezó a plantar plantas forrajeras en tiestos en la
muralla, para instruir a los alumnos). Sería al final de la monarquía de Alfonso XIII
cuando la sede de la Escuela volvería cambiar.
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Sería el 5 de abril de 1932 cuando se autoriza el traslado de la Escuela. Se habían
prometido unos fondos provenientes del Ministerio de Fomento, los cuales nunca
llegaron a aparecer. Llegaron en diciembre fondos para el traslado, pero sin justificarse.
De hecho, la instalación es precaria. Hay peticiones para acondicionar los laboratorios y
el arquitecto que llevo a cabo las obras de conservación pide que se siga la petición
oficial.
Por si fueran pocos los problemas, el alcalde pretendía imponer unas escuelas primarias
en San Marcos. Se creó una comisión, nombrada por el claustro de la Escuela, la cual
estudió el inmueble, así como preparó los planos, valoró la situación real y propuso
obras y distribución de espacios. Aún siguió habiendo insinuaciones de descontento
hacía Gordón por las pegas que estaba poniendo el Ministerio que llevaba el edificio
(Ministerio de Agricultura).
Durante unas obras de acondicionamiento, se tuvo que derribar un tabique que impedía
el uso de escaleras a alumnos y profesores, siendo habido construido por funcionarios
de la Dirección General de Ganadería. Estos se negaban a quitarlos si antes una
autorización de sus superiores. Sin embargo, profesores y alumnos decidieron derribarlo
sin la autorización de la Dirección.
Tras la caída del tabique, existe en noviembre de 1933 una reunión entre ambas partes
en la que se acuerda acabar con las diferencias y dificultades que existían. Se
acondicionan varias aulas con capacidad de 85 alumnos, estando los asientos
dispuestos en hemiciclo, y las obras realizadas en el 1º y 2º piso se proponen que se
inauguren exclusivamente para que las autoridades visualicen lo realizado, y que así
donen ayudas.
Volvió a complicarse la situación cuando en 1933 entra en el gobierno los radicales de
CEDA. Un diputado, sabiendo que la Cría Caballar ha pasado a manos civiles
veterinarias, decide molestar a los militares de Caballería, haciendo que se promulgue
un Decreto, que devolvería a los militares a San Marcos. Allí continúan las obras y aún
no se dispone de clínicas (iban a estar en la planta baja) que no habían sido entregadas a
la Escuela, apareciendo protestas contra el representante de los alumnos.
La Revolución de Octubre (1934) complico aún más las cosas al exigir movimientos
militares en la cuenca minera leonesa. En San Marcos llegan a alojarse el Regimiento de
Infantería. Ante esta situación, ocurre el cierre de las clases, pero el catedrático de
Histología y Anatomía patológica, Tomás Rodríguez (7), opina que, aunque existan
dificultades, las clases deben continuar, retomándose. La ocupación de los militares
causa el trastorno en la Escuela, debido a que los militares decidieron alumbrar el
convento con velas. Acabada la guerra, el claustro nombra una comisión encargada de
negociar la salida de los militares.
En noviembre de 1935, el jefe de la Comisión Interministerial de Cría Caballar reclama
espacios en la Escuela para la instalación de dormitorios, cocinas y demás servicios que
se requieren para la instalación de las tropas. De esto se supone que la Escuela ocupo
espacios de la Cría Caballar para sus propios usos, pero en ningún momento se delimitó
el convento para cada uno de los servicios allí instalados, de modo que no se sabía que
decidir (aunque todos los organismos estaban de acuerdo), porque el director de la
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Escuela no sabía si considerarlos o como dueños o como usurpadores. Había que contar
también que había aún 100 guardias civiles ocupando dormitorios desde la Revolución
de Octubre. El claustro responde que nada se puede hacer sin las ordenes de los
superiores, pero que les dejarán todas aquellas habitaciones que la Escuela no usa. Se
añade otra amenaza, y es que, en un relevo de poder, la Comisión de Monumentos
había obtenido la Subsecretaría de Instrucción Pública, lo que provocaba la pérdida de
varios locales de la Escuela, en los que tenía instalada la secretaría, la dirección, la
cátedra de zootecnia, sin previas negociaciones.
Se llega entonces al inicio de la Guerra Civil, donde San Marcos se convierte se
convierte en prisión y cuartel de milicias, suspendiendo todas las actividades
académicas. Los bienes de la Escuela fueron almacenados de mala forma, excepto
aquellos que se pudieran usar de modo bélico, que pasaron a hospitales y, sobre todo, a
los servicios veterinarios militares de Valladolid. Muchos objetos de gran interés
histórico se perdieron para siempre. Los docentes de la Escuela fueron suspendidos de
empleo y sueldo, y quedaron inhabilitados para cargos públicos de responsabilidad. El
director de la Escuela de Comercio se hace cargo de la dirección de la Escuela hasta
1938 que fue sustituido por Pedro González.
Pero, ante esta situación de parón, los claustros se siguieron reuniendo y prestaron
algunas colaboraciones a las nuevas autoridades. Al ver peligrar el alojamiento de la
Escuela en San Marcos, se empieza a hacer planes para el futuro. Se envió a la
Comisión de Cultura y Enseñanza del nuevo Estado la propuesta del cambio de sede,
y este les contesto, que dada la situación que atravesaba el país, no se les daría apoyo
económico. De hecho, el propio claustro debía de preocuparse de los medios necesarios
para la conservación el material, y en casos precisos, podría pedir auxilio a las
autoridades provinciales.
El 4 de mayo de 1938, el gobernador militar de la plaza presiona a la Escuela el
desalojo de San Marcos (si se llevase a cabo, el centro quedaría desahuciado). El
director de la Escuela visita al gobernador civil, al presidente de la diputación y al
alcalde de León, con la esperanza de buscar locales donde alojar la Escuela, con
respuesta negativo de los tres. En este panorama, la Escuela de Comercio accedió a
cobijar la secretaria y los archivos de la Escuela, así como locales con algunas
actividades de divulgación con el que los profesores no movilizados se entretuvieron.
Sería a finales de 1938, cuando, ya siendo claro el resultado de la guerra, una comisión
de profesores suplica a la Junta Técnica del Estado que se termine y se dedique a la
Escuela Veterinaria el edificio que se estaba construyéndose para grupo escolar,
localizado entre el Paseo del Túnel y Papalaguinda (teniendo antes el apoyo de las
cámaras de Comercio e Industria y Agrícola, así como de la Junta de Ganaderos). Todas
las fuerzas leonesas aprueban la iniciativa y se presenta el proyecto, junto con los
planos, a los poderes supremos del Estado, exponiendo la necesidad de locales para la
instalación digna de la Escuela, proponiendo dos soluciones:
- Provisional: que se concluya la planta baja del grupo escolar, que se podría hacer
en unos 4-5 meses, estando la diputación dispuesta a adelantar el dinero siempre
y cuando el Estado garantizase su devolución.
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- Definitiva: se presentaban dos posibilidades: construir un nuevo edificio,
diseñado exclusivamente para la Escuela en terrenos de la Estación Pecuaria
Regional (está propuesta contó con la oposición de numerosos profesores
debido a la lejanía del establecimiento (10 minutos andando desde Santo
Domingo)). La otra posibilidad era terminar por completo el grupo escolar,
destinándolo a Escuela Superior de Veterinaria, la cual contó con el apoyo de la
mayoría del claustro.
Volvía aparecer una nueva amenaza, cuando el jefe provincial de milicias y jefe del
campo de concentración de prisioneros (ambos en San Marcos), demanda el desalojo de
los locales ocupados por la Escuela. Se acude al rector y jefe del Servicio Nacional de
Enseñanza Profesional y Técnica, a las autoridades locales, incluso al obispo para que
se conceda un local, o se autorice a arrendarlo, para almacenar los objetos de la Escuela,
e instalar algunas cátedras y museos para cuando se reanudaran las clases. Solo la
Escuela de Comercio admitió algunas máquinas agrícolas. La disponibilidad de locales
eran pocos. Se pensaba en el barracón entorno al Molino-Sidrón, pero se estimó que era
muy pequeño y que exigiría muchas obras y que el dueño no estaba dispuesto a
alquilarlo. Cerca del Colegio Leonés había otro local, que fue también desechado por
insuficiente. Tomás Rodríguez (3) propone la posibilidad de solicitar otra vez el
edificio de los Descalzos, ocupado por un parque de artillería.
El 31 de mayo de 1939 se vuelve a reunir oficialmente el claustro, por primera vez
después de la guerra. Se vuelve a considerar el tema del edificio, para el que no hay más
soluciones inmediatas que o continuar en San Marcos o volver al convento de los
Descalzos.
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Mientras se gestionan los fondos y se redactan los proyectos, es preciso programar el
inicio del curso, para el que no se disponen locales. La Real Sociedad de Amigos del
País decide la colaborar con ellos, los cuales
disponían de un vetusto caserón en la calle de
Regueral. Este local era insuficiente, por lo que se
estudia la posibilidad de dar clases también en la
Escuela de Comercio, con la oposición del
profesor de alemán de la Escuela y también
catedrático de idiomas en la Escuela de Comercio.
Finalmente, por gestiones de Smolinski, el
ayuntamiento y la diputación aportado ambas una cantidad Escuela de Comercio
de dinero (8) para
suficiente
construir el pabellón en el convento. Dirección y claustro acuerdan que las obras serán
encargas a los servicios administrativos y técnicos de las corporaciones. Sería
finalmente en Amigos del País, donde se realizaron los primeros exámenes patrióticos, y
donde también comenzó el curso. Eran tan malas las condiciones, que se derribó un
tabique por la acción del alumnado.
El 6 de enero de 1940, las autoridades militares entregan el edificio de la Plaza de
Veterinaria, y ayuntamiento y diputación confirman el propósito de invertir dinero en
la construcción del pabellón.
Cuando van a hacerse cargo de las obras, la Comisión de Monumentos comunica que
no autoriza la erección de tres plantas junto a la muralla, por ser monumento nacional.
Por lo tanto, había que reformar el proyecto y suprimir la planta tercera, así como
prolongar el edificio más longitudinalmente.
Además del pabellón, era también necesario llevar a cabo una vivienda para el portero y
otra para el palafrenero, preparar el museo de anatomía de 130 alumnos, realizar el
laboratorio de Química… Y a todo esto, tenía que unirse también el saneamiento, la
calefacción y el mobiliario. En el pabellón, se permitió disponer de una cátedra, los
laboratorios de Farmacología y un local de consulta médica en la planta baja. En la
planta superior se alojó la biblioteca, otra cátedra y los laboratorios de Bacteriología y
de Inspección de carnes.
Las clases dieron comienzo sin calefacción y sin agua en las dependencias de
Bacteriología y Disección, las cuales se dotaron en 1941. Para ampliar las aulas y
servicios, se hizo un piso partiendo la iglesia en dos, con lo que la parte superior se
convirtió en aula y la inferior pasó a ser paraninfo, aunque se usará más como teatrillo
del pueblo. Estas obras fueron dirigidas por Juan Tobado.
Como mejora destinada a permitir el paseo de los estudiantes, se hizo una marquesina
adosada al pabellón de la muralla y la zona occidental de la iglesia, donde el parte alta y
externa, se instaló un mosaico que reproducía la imagen de la Virgen del Camino.
Sin embargo, con todas las mejoras, el edificio no servía y el número de alumnos que
afluía a la Escuela lo hacía pequeño. En 1941, marchó el alcalde de León a Madrid, para
gestionar la adjudicación del grupo escolar de Papalaguinda para futura sede de la
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Escuela. Además, le entrego el director la vieja “Memoria” de 1937, pensando que las
obras acabarían en dos o tres años, cuando finalmente tardaron seis años.
En septiembre de 1941, visita el centro el subsecretario de Educación Nacional, a quien
le enseñaron las instalaciones y servicios, así como el proyecto de monumento a los
caídos en la guerra (reproduciendo el mismo monumento que habían realizado en una
plaza de Valencia de Don Juan). El subsecretario les dice que se hagan la idea de
permanecer allí durante un largo tiempo.
Aún, en diciembre de 1941, sigue faltando la calefacción en varias zonas. El director,
Detalle de el monumento
decide seguir invitando al lugar al gobernador, alcalde, presidente de la diputación…
de los caídos (9)
Cansados de promesas incumplidas y de antesalas, los que pertenecían al claustro se dan
cuenta de que se encuentran en un país que todavía no sabía que era diferente, y deciden
finalmente instalar la calefacción y destinarlo para ello los primeros fondos disponibles.
De Escuela a Facultad
La Facultad de Veterinaria había sido creada por un Decreto de 1835, en el que la
Escuela de Veterinaria de Madrid se incluía, aunque se rompían relaciones con la
Albeitería, al expedir este título la nueva Facultad. Cuando se creó la Facultad de
Veterinaria por este Real Decreto, aparecieron también la de Jurisprudencia, Teología,
Medicina y Farmacia. Sin embargo, en un Real Decreto de 1845, Veterinaria había
desaparecido en las facultades veterinarias.
En 1917, Gordón Ordás reclama la conversión en Facultades de la Medicina Zoológica.
Con el plan de estudios de 1931, se produjeron movimientos reivindicativos en favor
de la conversión de Escuelas a Facultades. En el claustro de la Escuela leonesa,
celebrado en 1934, se trata de que los directores de las Escuelas de Madrid, Córdoba y
Zaragoza se habían reunido para reclamar la aplicación del Decreto de 1932, donde se
había dictado los títulos de licenciado y doctor en las Escuelas Veterinarias. Esto
implicaba convertir en Facultades las antiguas Escuelas, pero con
la llegada de la guerra civil, este tema se quedó a la espera. Tras la
Ley de Ordenación de la Universidad española de 1943, la cual
transformó em Facultades las Escuelas Superiores de Veterinaria,
apareció el Decreto de 1944, ordenando lo que sería la Facultad.
Por fin había concluido el largo camino desde 1835.
El contento de la Escuela de León aparece recogido de varios
modos. Se acordó poner en una placa conmemorativa las palabras
Ibáñezen
que había pronunciado el ministro Ibáñez Martín en las Cortes, figurando Martín
el (10)
paraninfo de la Facultad de León. Por otra parte, el ayuntamiento de León acordó
regalar la placa en el que se sustituía “Escuela Superior” por “Facultad”.
El Decreto ordenador de la Facultad de Veterinaria alude a la creación de las primeras
de las Escuelas. Invoca la tradición ganadera de España y estiman que han sido
constantes en la superación y el perfeccionamiento de las Escuelas e indica que se
pretende elevar la carrera de Veterinaria a nivel universitario. Se sitúa a la Veterinaria
en plano fraternal con las Facultades de Medicina y Ciencias.
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Como patrono se eligió a San Francisco de Asís. El color de la Facultad, tanto como
para la bandera como el traje académico, sería de color verde. El emblema sería el
centauro Quirón, con un cordero en un brazo y una antorcha en el otro, entre un ramo
de roble y otro de palma, cruzados en la parte inferior.
Conclusión
Desde la creación de la Escuela Veterinaria de León hasta nuestros días, esta ha tenido
que lidiar frente a numerosas adversidades, estando en varias ocasiones a punto de
desaparecer. Sin embargo, el pueblo leones y los docentes no dejaron de persistir y
finalmente se logró alzar la Escuela en una Facultad y tener un lugar donde llevar a cabo
las clases.
Bibliografía
Libros:
Cordero del Campillo, Miguel (1983) La universidad de León: De la Escuela de
Veterinaria a la Universidad. León: Editorial Everest S.A.
Paniagua Pérez, Jesús (ed.) (2004) Hacia la Universidad de León: estudios de
historia de la educación en León. León: Universidad de León
Cordero del Campillo, Miguel y Cubillo de la Puente, Roberto (2008) La
veterinaria en León. Estampas de su Historia. León: Colegio de Veterinarios de
León
Cubillo de la Puente, Roberto (2002) La ciudad de León a mediados del siglo
XIX. Creación de la escuela de Veterinaria, 1852. Madrid: R. Cubillo
Fernández Álvarez, José Gabriel y Martínez Rodríguez, José Manuel (2002)
Historia de la Veterinaria. II Congreso Iberoamericano. León, 22-23 de
noviembre de 2002
Fotografías:
1. Sedes de la Escuela y Facultad de Veterinaria entre 1855 y 2002. Disponible en:
Paniagua Pérez, Jesús (ed.) (2004) Hacia la Universidad de León: estudios de
historia de la educación en León.
2. Modesto Lafuente. Disponible en:
https://www.buscabiografias.com/img/people/Modesto_Lafuente.jpg
3. San Marcos, primera sede. Disponible en: Cordero del Campillo, Miguel (1983) La
universidad de León: De la Escuela de Veterinaria a la Universidad
4. Exconvento de los Descalzos, sede de la Escuela Veterinaria. Disponible en: Cordero
del Campillo, Miguel y Cubillo de la Puente, Roberto (2008) La veterinaria en
León. Estampas de su Historia
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5. Museo Anatómico en Convento de los Descalzos. Disponible en: Cordero del
Campillo, Miguel (1983) La universidad de León: De la Escuela de Veterinaria
a la Universidad
6. Félix Gordón Ordás. Disponible en:
https://lacritica.eu/fotos/5/Kelix_Gordon_Ordas.jpg
7. Bibliografía de Tomás Rodríguez. Disponible en:
https://ddd.uab.cat/pub/llibres/1973-2011/72336/semvet_a1978v2_rodriguez.pdf
8. Escuela de Comercio. Disponible en:
https://ileon.eldiario.es/resources/files/2015/11/26/1448530889079escuelacomer
cio5dn.jpg
9. Detalle de el monumento de los caídos. Disponible en: Cordero del Campillo, Miguel
(1983) La universidad de León: De la Escuela de Veterinaria a la Universidad
10. Ibáñez Martín. Disponible en:
https://www.religionenlibertad.com/images/carpeta_gestor/archivos/
2020/01/02/jim.jpg
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