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Batalla del monte Dos Hermanas

La batalla de Dos Hermanas fue un enfrentamiento de la Guerra de las Malvinas durante el avance británico hacia la capital,  Puerto Argentino, que
se llevó a cabo el 11 y 12 de junio de 1982 en el monte Dos Hermanas.

Composición de fuerzas[editar]

La fuerza británica, al mando del teniente coronel Andrew Whitehead y compuesta por 600 soldados, consistió en el 45.º Batallón Commando —45
CDO— de la Marina Real británica, apoyados por la Tropa Milán del 40º Batallón Commando además del apoyo de seis cañones de 105  mm del 29º
Regimiento de Comandos. El 2.º Batallón del Regimiento de Paracaidistas —2 PARA—, formó parte de la reserva. El apoyo de fuego naval fue
proporcionada por dos cañones de 114 mm del crucero ligero HMS Glamorgan (D19). El 45 CDO tenía experiencia reciente de combate, contra la
guerrilla urbana católica irlandesa.

El Regimiento de Infantería 4 —RI 4— del teniente coronel Diego Alejandro Soria compuesto por 678 hombres ocupó los montes Kent, Challenger y
Wall al oeste del río murrell los montes Low y Twelve 'O' Clock al norte de Puerto Argentino. La Compañía C del capitán Edgardo Humberto
Marpegan, luego ocupó nuevas posiciones en Dos Hermanas —donde los defensores llegarían estar bajo el mando del mayor Ricardo Mario
Cordón, segundo jefe del RI 4— con el 1.º Pelotón —subteniente Miguel Mosquera Gutiérrez— y 2.º Pelotón —subteniente Jorge Pérez Grandi—
apostado alrededor de la cumbre del Dos Hermanas Norte; y el 3.º Pelotón —subteniente Marcelo Llambías Pravaz— ocupando el Dos Hermanas
Sur y el 1.º Pelotón de la Compañía A —subteniente Juan Nazer— y el Pelotón Apoyo —teniente Luis Carlos Martella— ubicado en la silla entre las
dos alturas.

Las bien entrenadas tropas de la Compañía B 'Piribebuy' del mayor Óscar Ramón Jaimet —entrenador de comandos— del  Regimiento de Infantería
Mecanizado 6 «General Viamonte» —RI Mec 6— formarían parte de la reserva local, ocupando posiciones antitanques en el valle rocoso entre los
montes Dos Hermanas y Longdon, y proveyendo apoyo de fuego de morteros durante la batalla. La proximidad a las posiciones de la unidad y su
elevación permitían observación directa sobre las línea y todo el valle. El 28 de mayo llegó al puesto de mando de la Compañía B, la orden de
preparar ocupar el Monte Simón con la idea de operar ofensivamente contra San Carlos, la que fue cancelado.

Durante el 30 de mayo mientras el Regimiento 4 se atrinchraba en nuevas posiciones al este del río murrell, un Harrier (XZ 963) pilotado por el
Mayor Jerry Pook es derribado 5 por el fuego reunido del sargento Mario Antonio Cisnero 6 de la Compañía de Comandos 602, el sargento Luis
Alberto Kovalski7 del Escuadrón Alacrán y el soldado conscripto Nicomedes Daniel Castillo 8 del 3.º Pelotón de Fusileros del subteniente Marcelo
Llambías Pravaz del Regimiento 4, con los tres hombres mencionados armados con ametralladoras de 7,62 mm.

Preludio[editar]

El 4 de junio las tres compañías del 45 Commando llegaron a Bluff Cove Peak, en las faldas del Monte Kent, y lograron ocupar la altura sin
oposición, siendo recibidos por las exhaustas patrullas del Servicio Aéreo Especial (Special Air Service, SAS) y Cuadro de Guerra de Montaña Y Ártico
(Mountain & Arctic Warfare Cadre, M&AWC), quienes habían sufrido diez heridos o lesionados en duros combates con patrullas de comandos
argentinos en la zona del monte Simon y monte Kent. 9

Una espesa niebla se concentró a menudo sobre la zona del río Murrell, lo que ayudó a la Tropa de Exploración del Batallón Commando 45 alcanzar
y a veces penetrar la posición del 3.º Pelotón bajo el mando del subteniente Marcelo Llambías-Pravaz. El infante de marina real Andrew Tubb
estuvo presente en estas patrullas:
Estábamos en realidad dentro de la posición argentina, así que terminamos bombardeándonos nosotros mismos. Hicimos un montón de patrullas
hasta el Dos Hermanas... esa vez [6 de junio] retrocedimos combatiendo durante unos 400 metros para escapar [el sargento del 3.º Pelotón, Ramón
Valdez, había lanzado una contraemboscada con una docena de conscriptos. 10], a través de las líneas argentinas disparando cohetes de 66 [mm]
para abrirnos camino y reagruparnos. Usamos la artillería de nuevo para cubrirnos con humo. Nos tomó más de una hora para escapar y parecía
que fuera unos pocos minutos. Matamos a diecisiete de ellos [Dos conscriptos del Ejército, José Luciano Romero y Andrés Rodríguez, y tres
zapadores de la Infantería de Marina fueron realmente muertos.], 10 y todo lo que tuvimos era un tipo con una herida superficial.
Robin Neillands By Sea & Land: The Story of the Royal Marine Commandos, p. 402, Cassell Military Paperbacks, 2000

Por su acción de patrulla, el teniente Chris Fox recibió la Cruz Militar. En términos generales, los argentinos estaban bien atrincherados, a unos
6000 metros al otro lado del terreno de nadie. Los conscriptos y comandos argentinos minaron y patrullaron fuertemente las posiciones argentinas.

Durante este periodo, el capitán Carlos Alfredo López Patterson llegó para hacerse a cargo de los defensores en Dos Hermanas. Con el fin de
fortalecer la moral y mantener a los defensores informados, el capitán López Patterson visitó regularmente a los pelotones a gran riesgo para sí
mismo debido al fuego de la artillería británica:

En esas recorridas, una cosa que siempre me emocionaba era que, mientras saludaba al Subteniente Llambias Pravaz, los soldados de esa sección
aplaudían y vitoreaban. Debió ser porque notaban que les reconocía el valor que estaban adquiriendo en ese lugar. Porque estaban muy solos,
esperando al enemigo, sólo ellos y sus almas. O, tal vez, porque al ver al jefe que va a decirles dos palabras —gesto fraternal de una persona joven
hacia otras personas jóvenes— sentían revivir sus ganas de pelear. Un día, se me acercó un chico y me dijo «Ya que nos ha tocado bailar en ésta,
vamos a hacerlo bien. Vamos a apoyar al Subteniente que está enfermo y sigue igual con nosotros. Tenemos que ayudar al que se le congelen los
pies, o al que se asuste. Porque de aquí salimos todos o no sale ninguno». ¿Qué podía contestarle? 11
El Pelotón 4 del teniente Ian Bickerdike de la Compañía B del 3 PARA, reforzó la patrulla del cabo Peter Higgs (Compañía D) cerca del Puente de
Murrell durante la noche del 3 de junio, pero fueron prontos descubiertos al amanecer por López Patterson y sus oficiales en Dos Hermanas Norte,
quienes dispersaron a los paras con fuego de ametralladoras del subteniente Mosquera Gutiérrez y fuego de morteros Thompson-Brandt de 81 mm
del teniente Martella.

Según Colin Charlton de la Compañía D, los paracaidistas británicos tuvieron la suerte de escapar vivos en el bombardeo argentino:

Vimos los proyectiles caer pero la turba absorbió el impacto. Si hubiera sido concreto, habría habido muchos escombros. 12

Aquel mismo día, los hombres del Subteniente Llambias Pravaz abrieron fuego prematuramente contra una formación de helicópteros Sea King
cerca del río Murrell, alertando a los pilotos quiénes pensaban erróneamente que se acercaban a posiciones de artillería británica en Monte Kent.

En la noche del 6 al 7 de junio, la patrulla bajo el mando del cabo Oscar Nicolás Albornoz Guevara de la sección del subteniente Mosquera
Gutiérrez, recibió instrucciones de explorar la zona del Monte Estancia, pero varias horas después de cruzar el río Murrell, se vieron obligados a
retroceder al caer bajo fuego de morteros 13 al ser descubiertos por los hombres del pelotón de morteros del 3 PARA en alto estado de alerta
después de perder Murrell Bridge en una contraemboscada de la Compañía de Comandos 601.

El 8 de junio un misil Blowpipe, lanzado por el Cabo Hugo MacDougall del grupo antiaéreo de la Compañía B 'Piribebuy' del Regimiento 6, alcanzó el
Harrier del piloto vicecomodoro Peter Squire que había partido del portaviones Hermes para bombardear la zona Monte Longdon-Dos Hermanas.
Squire logró eyectarse y su cazabombardero hizo un aterrizaje forzoso en San Carlos y dañado sin reparación posible y canibalizado
posteriormente.1415

Ese mismo día, los defensores del Regimiento 4 detectaron un puesto de observación del SAS de 4 hombres operando al otro lado del río Murrell y
fuego defensivo de artillería dispersó esta fuerza que se retiró a las posiciones de retaguardia del Monte Kent portando a un herido del SAS. 16

Alrededor de las 02:00 horas del 10 de junio, un pelotón reforzado del Batallón Commando 45 intentó penetrar y causar fuertes bajas en las
posiciones defendidas por el 3.º Pelotón, pero se toparon con 50 comandos del Ejército Argentino y la Gendarmería Nacional reforzados por una
fracción adelantada bajo el mando del cabo Walter Ariel Pintos del pelotón de Llambías Pravaz. En el combate nocturno mueren los
sargentos Mario Antonio Cisneros y Ramón Gumersindo Acosta y dos comandos más argentinos —gendarme Pablo Parrada y teniente primero
Jorge Vizoso Posse— fueron heridos. El historiador militar británico Bruce Quarrie revelaria más tarde que hubieron dos Marines Reales muertos
prácticamente al inicio del combate:

Se realizó una constante serie de patrullas en la noche para explorar y hostigar al enemigo. Típico fue la patrulla enviada en las primeras horas de la
mañana del 10 de junio. El teniente David Stewart de la Compañía Rayo X, 45 Commando, había informado a sus hombres durante la tarde del día
anterior, y antes de la medianoche estaban listos. Fuertemente armados con dos ametralladoras por sección más lanzadores de cohetes de 66  mm
y morteros de 2 pulgadas [81 mm], la Tropa se alejó sigilosamente en la noche iluminada por la luna hacia una loma a unos 4  km, donde se había
observado el movimiento argentino. Manteniéndose bien esparcidos debido a la buena visibilidad, se movieron por el terreno rocoso
aprovechando los numerosos cráteres de artillería como cubierta, y para las 04:00 [1 de la mañana hora local] estaban listos para cruzar el tramo
final del campo abierto frente a las posiciones enemigas. Usando un arroyo poco profundo como cubierta, se movieron hacia arriba la pendiente y
se despliegan en su posición entre las rocas en frente de las trincheras argentinas. Con la ayuda de un visor nocturno de intensificador de luz,
pudieron ver a centinelas moverse alrededor. De repente, una ametralladora argentina abrió fuego y los Marines lanzaron un par de destellos de su
mortero, retornando el fuego con sus propias ametralladoras y fusiles En cuestión de segundos tres soldados argentinos y dos Marines habían
muerto. Otras figuras podrían verse corriendo en la colina a la izquierda, y cuatro soldados argentinos más cayeron ante la precisión de fuego de los
Marines. En ese momento, las tropas argentinas más arriba en la ladera estaban bien despiertos, y una lluvia de fuego obligó a los Marines
agacharse en la cubierta de las rocas. La situación se estaba volviendo decididamente insalubre y el teniente Stewart decidió retirarse, con el
objetivo de matar y hostigar al enemigo realmente logrado. Sin embargo, una ametralladora a la derecha de los Marines estaba haciendo fuego
sobre su ruta de huida, y Stewart envió a su sargento veterano, Jolly, con un par de hombres para eliminarlo. Después de un difícil acceso con poca
cobertura, hubo una corta ráfaga de fuego y la ametralladora argentina quedó silenciada. Retrocediendo por secciones, la Tropa se retiró al arroyo,
y para ese entonces el fuego argentino estaba cayendo corto y no hubo más bajas.
Bruce Quarrie The Worlds Elite Forces, pp.53-54, Octopus Books Limited, 1985

Según el capitán Hugo Ranieri de la 3.ª Sección de Asalto de la Compañía de Comandos 602:

Nos topamos allí con un enemigo realmente muy capaz, con muy buenos elementos de apoyo, armamento y visores. Lo cierto que es que ellos
sorprendieron a un ala de nuestra emboscada. Entramos en un combate muy violento, con mucho fuego por parte del enemigo. Muchas bengalas
que obligaban a agachar la cabeza un poco, hasta que pasaran. Debíamos también detectar de dónde venían los fogonazos. Esos primeros
momentos son para organizarse un poco y ver de dónde viene la cosa. Había muchos gritos por parte del enemigo, dado que daban las órdenes en
voz alta. Nosotros ya teníamos a todo esto dos muertos y dos heridos. El enemigo realmente estaba haciendo las cosas muy bien. El combate fue
muy duro. El sargento Mario Cisneros cayó muerto y a su lado el teniente primero Jorge Vizoso fue herido en sus posiciones, más abajo hacia la
izquierda. Lo que sucedió con Vizoso es muy notable. Una granada o un mortero descartable de esos que tenían los ingleses hirió al teniente
primero que quedó tendido boca abajo. Tenía varias esquirlas en el cráneo y quedó atontado por la explosión. Se arrimó el enemigo e intentó
rematarlo con un tiro de FAL: esto le produjo una herida en el medio de la espalda en oblicuo ascendente hacia la izquierda… Los ingleses lo dieron
vuelta de una patada y él se hizo el muerto. En ese momento, estos ingleses se replegaron debido al fuego. El teniente primero, que –ahora boca
arriba- los había visto, intentó manotear la MAG que tenía el sargento Mario Cisneros muerto a su lado. La ametralladora estaba partida por la
mitad pero encontró su FAL y le vació un cargador a la columna enemiga que se movilizaba, matando a tres ingleses. Lo orientamos a gritos y subió
a mi posición. A todo esto, yo estaba haciendo fuego de apoyo con un fusil calibre 300 Magnum con mira telescópica junto a un comando de
gendarmería de los que operaron con nosotros. Estábamos en la posición más elevada con respecto al resto y se dominaba muy bien el combate,
pero también recibíamos mucho fuego del enemigo. Atrás de una roca lo revisé y ya relaté sus heridas así como lo milagroso de la bala como
detenida por el Rosario. Estaba semishoqueado pero entero y con mucha agresividad. Diría que estaba con bronca. Me pidió la habilitación para
seguir el combate y luego tomó su fusil, cambió el cargador y siguió haciendo fuego. Continuó el combate dándonos con todo por ambas partes.
Duró esto entre veinte y treinta minutos o sea que fue un combate bastante largo. Hasta que culminó con la retirada del enemigo. En concreto,
diría que les ganamos. Como nosotros teníamos coordinado el fuego de artillería, el mayor Aldo Rico ordenó la apertura del fuego y éste comenzó a
caer sobre el enemigo en retirada. Nosotros indicamos que alargaran el tiro a medida que se iban, o sea los íbamos corriendo a cañonazos. Aprecio
que esa noche tienen que haber muerto muchos ingleses porque el fuego de nuestra artillería era tremendo. 17

De acuerdo a la versión oficial del Ministro de Defensa Británico, el sargento Robert Leeming, los cabos Andrew Uren y Peter Fitton y el marine real
Keith Phillips perdieron la vida en la noche del 9 al 10 de junio y tres marines reales fueron seriamente heridos al ser alcanzados por las armas
automáticas y esquirlas.1819 El corresponsal de guerra británico Robert Fox pudo entrevistar a otro dos más de los británicos evacuados del
combate, uno que sufrió pérdida auditiva debido a las numerosas detonaciones de armas antitanques, con estallido de tímpanos (aplastamiento de
los órganos internos de los oídos) y otro que se torció la pierna cruzando el río Murrell durante el escape de los hombres de Stewart. 20

Al día siguiente, los hombres del subteniente Llambías Pravaz recuperaron las mochilas y las armas que los marines reales se vieron obligados
abandonar21 y estas fueron presentadas como trofeos de guerra a los periodistas argentinos en la capital malvinense, quienes filmaron y
fotografiaron el equipo británico. 22

El Cuadro de Guerra para la Montaña y el Ártico también realizó patrullajes contra Dos Hermanas, salvando muchas vidas británicas cuando la
patrulla del teniente Joseph Wassell y el sargento Fraser Haddow descubrieron con sus prismáticos desde su puesto de observación en Goat Ridge
(Cordón de La Cabra) el 9 de junio, las poderosas trampas explosivas en la forma de barriles de minas enterradas por la Compañía B del mayor
Jaimet, con la intención de detonarlos por control remoto entre medio los atacantes británicos. 23

La batalla[editar]

La Compañía X del capitán Ian Gardiner encabezó el ataque a Dos Hermanas, acompañado por el capellán entrenado como comando de la unidad,
Wynne Jones. La Tropa 1 del Teniente James Kelly y Sargento George McMillan toma la parte más baja del Dos Hermanas Sur ('Long Toenail' o "Uña
Larga de los Pies"), sin que tuvieron lugar combates. Sin embargo, a las 11:00 p. m. (hora local), 24 la Tropa 3 del Teniente David Stewart y Sargento
Peter Jolly se encuentra bajo fuerte fuego y aunque son apoyados por el Pelotón Antitanques del Capitán Steve Hughes (con cuarenta misiles
MILAN2526) y el Pelotón de Ametralladoras del Sargento Mayor Charles Bell (especialmente formado y equipado con siete ametralladoras BREN
ligeras, cohetes antitanque M72 LAW y visores nocturnos), los hombres de Stewart no pueden continuar con el avance hacia 'Long Toenail'.
Rechazados en sus intentos en desalojar el 3.° Pelotón de Fusileros, la Tropa 2 del Teniente Chris Caroe y Sargento George Matthews se hacen
cargo del avance y atacan con bayonetas a los defensores argentinos, pero el ataque es dispersado por el fuego de la artillería argentina dirigida
por el Subteniente Eduardo Gavier Tagle. 27Llambías operó eficazmente una ametralladora MAG y un lanzacohetes Instalaza-M65, hiriendo a tres
comandos británicos.2829 Durante casi cuatro horas, los marines reales de la Compañía X quedan inmovilizados en las laderas de 'Long Toenail'. 30Con
los otros buques de guerra de apoyo británicos partiendo hacia el Estrecho de San Carlos para evitar quedar expuestos con la luz del día, el crucero
británico HMS 'Glamorgan' se queda atrás disparando 145 proyectiles de grueso calibre contra los defensores argentinos en Dos Hermanas. Para la
sorpresa del Teniente Caroe, el 3.° Pelotón de Fusileros continua resistiendo y los hombres de Llambías no serán desalojados hasta cerca de las
03:00 a. m. (hora local). El Capitán Gardiner expresaría más tarde su admiración por la feroz resistencia ofrecida por el 3.° Pelotón de Llambías
Pravaz en Dos Hermanas Sur:

Un cuadro duro de unos veinte hombres habían quedado atrás y habían luchado, y fueron hombres valientes. Los que se quedaron y lucharon
tenían algo. Yo por mi parte no desearía enfrentar a mis infantes de marina en combate. 31

Con la pérdida del Dos Hermanas Sur, el Subteniente Llambías Pravaz y el Cabo Pintos conducen a los remanentes del 3.° Pelotón a nuevas
posiciones en Tumbledown y Sapper Hill (Colina Zapador), a donde se encuentran con parte de los pelotones de Silva y Nazer. 32 Llambías Pravaz
más tarde se prepararía para el combate urbano en la capital malvinense buscando unirse a los comandos de los mayores Mario Castagneto y Aldo
Rico que habían planeado la defensa de la Casa de Gobierno y los edificios importantes (Operación Alcázar), pero que fue cancelado a último
momento para evitar bajas civiles.33

A eso de las 00:30 (hora local), 34 las Compañías Yankee y Zulú atacan Dos Hermanas Norte ('Summer Days' o "Días de Verano") y después de una
dura lucha de horas de duración contra dos pelotones de fusileros y a pesar del fuerte fuego de las ametralladoras en 'Summer Days' y los morteros
pesados del mayor Jaimet, logran capturar Dos Hermanas Norte con la ayuda de 1.500 proyectiles de 105mm de la artillería británica 35 que satura a
las posiciones argentinas. Los subtenientes Mosquera Gutiérrez y Nazer son heridos defendiendo Dos Hermanas Norte y el Teniente Martella
pierde la vida protegiendo la retirada de sus hombres. El subteniente Pérez Grandi es gravemente herido conduciendo a sus hombres a nuevas
posiciones al ser alcanzado por fuego de la artillería británica. Pérez Grandi es colocado debajo de un camión como cobertura y más tarde esa
mañana el cabo Nicolás Urrieta junto con dos conscriptos vuelven en busca de su comandante y lo llevan al hospital de Stanley. El cabo Virgilio
Rafael Barrientos se hace cargo de los remanentes del pelotón de Nazer y los conduce a nuevas posiciones en Sapper Hill. Mientras tanto, los
fuegos de apoyo de mortero del cabo Juan Antonio Barroso tendían un fuego infranqueable hacia el valle del Dos Hermanas Norte, lo que hizo
posible la evacuación y luego el repliegue de los combatientes argentinos.

A las 03:0036 los Marines Reales entran en el puesto de comando argentino en Dos Hermanas Norte, capturando al Mayor Ricardo Mario Cordón. A
pesar de los informes bastante negativos en los principales diarios y canales de televisión argentina a lo largo de los años 1980 y 1990, se estableció
más tarde que los argentinos habían en realidad luchado bien en Dos Hermanas. El Teniente Chris Caroe sostendría que los conscriptos
fueron «una fuerza que tomar en serio porque fueron conducidos por oficiales y suboficiales bien capacitados» .37 Antes de lanzarse al asalto, Caroe
había pedido fuego de apoyo naval, que se inició casi simultáneamente con el choque, aislando el Dos Hermanas Sur de forma de impedir refuerzos
desde el Dos Hermanas Norte.

En el documental argentino Malvinas: La guerra íntima de Ricardo Kon, el soldado conscripto Rubén Rada (presidente del Centro de Ex
Combatientes de Rosario) de la sección del teniente Luis Martella dice, «El capitán nos reunió a todos y dijo: hay que replegar. Me va juzgar el
Ejército pero no Dios. No muere un pendejo más. Corran manga de hijos de puta, corran que yo los voy a cubrir.  » Recién a las 04.40 horas los
comandantes de las compañías británicas informaron estar en posesión de Dos Hermanas Sur y Norte. 38 Con la artillería británica habiendo
quedado sin munición apoyando primero el ataque de la Compañía Zulú contra Dos Hermanas Norte y luego el ataque de la Compañía Yankee
contra el Mayor Jaimet, los infantes de marina británicos no pueden como estaba previsto, continuar avanzando y capturar Monte Tumbledown. 39

El teniente Clive Dytor gana la Cruz Militar en la batalla al recuperar la iniciativa británica perdido debido al fuerte fuego argentino, cuando reúne a
su Tropa 8 (sección/pelotón) y los conduce adelante a punta de bayoneta para tomar Dos Hermanas Norte, cosa que motiva al resto de la
Compañía Zulú en hacer lo mismo después de un largo estancamiento de dos horas. El teniente Martella, después de que sus hombres hubieran
consumido prácticamente toda su munición en apoyo a los defensores de Monte Harriet, pierde su vida en esta acción conocida como 'Dytor's
charge', y el Subteniente Nazer cae herido (por segunda vez esa noche) a su lado y es tomado prisionero. 40 Los infantes de marina británicos
también pierden a dos comandantes de pelotón, heridos en los bombardeos de los morteros de 120mm del mayor Jaimet, con el infante de marina
Chris Cooke más tarde recordando, «"Los tres oficiales en mi compañía se comprometieron en tomar una copa juntos en el otro extremo de la isla,
pero solo uno lo hizo, los otros dos quedaron con heridas de esquirla.» 41

El subteniente Aldo Eugenio Franco y su pelotón de fusileros (junto con una fracción de paracaidistas recientemente llegados de Comodoro
Rivadavia en otra parte de Dos Hermanas), después de cancelado el contraataque del Escuadrón de doce vehículos Panhard AML 90 42 planeado en
apoyo al Mayor Jaimet (porque los hombres del Capitán López Patterson ya no poseían las cumbres), cubren la retirada argentina obligando a la
Compañía Yankee frenar su avance y tomar cubierta entre las rocas. El conscripto paracaidista Ramón Bustos del Regimiento Aerotransportado 17
dice «Yo fui incorporado en Catamarca, de allí fuimos llevados solo diez soldados hasta Comodoro Rivadavia y luego a Puerto Argentino. En
Malvinas estuve en el cerro Dos Hermanas y mi rol de combate era apuntador de MAG ... En mi último combate estaba a 150 metros de los soldados
ingleses, peleamos toda la noche, nosotros aguantábamos en la pendiente ascendente de un cerro frente del pueblo, aguantamos hasta las siete de
la mañana después de combatir toda la noche, nos quedamos sin municiones y tuvimos que replegarnos al pueblo.»43 Cerca del amanecer, el cabo
Juan Antonio Barroso abandono con sus últimos soldados (Angel Fernandez, Hugo Batista, Javier Romero y Carlos Gabiado 44) la posición Dos
Hermanas. Dejaban a sus espaldas los morteros Thompson-Brandt de 120mm y cerca de ellos los 3 comandos británicos muertos por el fuego
efectivo de artillería y morteros argentinos. El fuego de artillería argentina en Dos Hermanas fue dirigido, hasta el momento del repliegue, por el
Subteniente Eduardo Tagle.

Mientras los defensores argentinos se preparaban para abandonar por completo el cerro Dos Hermanas, el soldado conscripto  Oscar Poltronieri se
ofrece como voluntario para cubrir la retirada de Franco y sus hombres y detiene el avance del pelotón del teniente Andy Shaw de la
Compañía Yankee― a pesar de un impacto bastante preciso de un misil antitanque Carl Gustav ordenado por el mayor Davis 45― primero con el
disparo preciso de su ametralladora y luego con un fusil abandonado. 46 Antes de abandonar la posición, Poltronieri que todavía operaba una
ametralladora es nuevamente casi alcanzado, esta vez por un misil antitanque LAW disparado a corta distancia por el cabo Graham Bell del pelotón
del teniente Shaw. 47 En 1983 Poltronieri es condecorado con la Medalla Cruz Al Heroico Valor en Combate, la decoración militar más alta en
Argentina.

Durante la retirada de la Compañía 'Piribebuy' a nuevas posiciones en Tumbledown, el jefe de la Sección de Apoyo (subteniente Guillermo Enrique
Corbella) notó que 5 de sus hombres presentaban signos de hipotermia severa por lo cual llamó por radio solicitando ayuda y el sargento ayudante
José Ramón Pizarro junto con el soldado Fernando Antonio Papasodaro del Comando de Brigada de Infantería 10 fueron enviados adelante en un
jeep para evacuarlos y después de un viaje difícil bajo un fuerte bombardeo naval, pudieron rescatarlos con el sargento ayudante
recordando, "Estaban los soldados todos apretados juntos uno con otros para darse calor y estaban los soldados cuidándolos ahí para ayudarlos
cargar para cuando llegaramos nosotros. Llegamos nosotros, los cargamos en el jeep y pegamos la media vuelta, en ese momento ya no tiraba la
fragata."48

El 19 de marzo de 2021, en la ciudad de La Plata en Avenida 32 y 7, a los pies del monumento al soldado Juan B. Cabral se celebró un emotivo acto
por el cumpleaños del soldado José Luciano Romero, muerto en este combate. Correntino de nacimiento, Romero combatió a las órdenes de
Llambias Pravaz y pasó a la inmortalidad como un héroe, enfrentando una patrulla que logró infiltrarse en la ubicación de los argentinos, con tres
proyectiles en el pecho.

Después de la batalla[editar]
A la mañana siguiente el coronel Andrew Whitehead miró con asombro a las posiciones de fortaleza que los defensores habían abandonado.  " Con
cincuenta Reales, " , dijo, "Yo podría haber muerto de viejo manteniendo este lugar. " ( Max Hastings, Going To The Wars , p. 363, Macmillan 2000 )
Los historiadores británicos Christian Jennings y Adrian Weale en su libro Green-Eyed Boys: 3 Para and The Battle for Mount
Longdon (HarperCollins, 1996) más tarde criticarían de igual manera a la compañía de infantes de marina (reforzada por la Compañía de la FIDF del
Mayor Phil Summers) de los mayores Mike Norman y Gary Noote por no ofrecer una resistencia más larga el 2 de abril durante  Operación Rosario.
Según los corresponsales de guerra británicos Patrick Bishop y John Witherow quienes entrevistaron a los marines reales que tomaron Dos
Hermanas, "la altura era demasiada larga para que los argentinos la defendieran seriamente sin comprometer unos cuantos batallones".49

Aunque la unidad británica parecía haber obtenido una victoria fácil, los que realmente se enfrentaron con los pelotones argentinos claramente no
están de acuerdo con la opinión de Whitehead que no pudo continuar su avance hacia Monte Tumbledown esa noche como estaba planeado. La
determinada resistencia de los hombres del subteniente Franco significó que el crucero ligero británico HMS 'Glamorgan' tuvo que permanecer por
más tiempo de lo previsto apoyando a los infantes de marina británicos de la Compañía Yankee atacando la Compañía B Piribebuy del mayor Oscar
Ramón Jaimet y el crucero fue consecuentemente alcanzado por un misil Exocet de la defensa costera al tratar de cortar el camino al Estrecho de
San Carlos5051 sufrienedo 13 marineros muertos 52 y 30 heridos.3

El Capitán de Navío Peter Galloway del HMS 'Glamorgan' recordaría las comunicaciones de esa noche con el oficial naval que acompañaba a la
Compañía 'Yankee' del Batallón de Comandos 45 en el combate casi cuerpo a cuerpo con los hombres del subteniente Aldo Eugenio Franco:

Estábamos apoyando a los comandos de los Marines Reales que estaban inmovilizados por una unidad de ametralladoras (subteniente Aldo Franco
y sus hombres) y pidieron fuego, lo que significa que querían que elimináramos la ametralladora y lanzamos las primeras cinco rondas por el aire ...
podías escuchar su voz resonando en la sala de operaciones y una pequeña palabrota salió, 'Lo dieron' como si no esperara que lo hiciéramos ...
Podías escucharlo corriendo con los Marines Reales y cuando se tiró cuerpo a tierra dijo 'Dios mío, hay otro más,' y pidió fuego nuevamente y es un
proceso de cálculo muy complicado, pero creemos que también lo dimos a esa ametralladora con las segundas rondas. Fue así de rápido y cuando
llegaron a la tercera ametralladora (una vez más operada por Oscar Poltronieri) dijo que los muchachos querian intentarlo ellos mismos con sus
cohetes antitanque.53

El Sargento Mayor George Meachin de la Compañía Yankee, más tarde elogiaría la aptitud de combate y el espíritu de lucha de los defensores
argentinos en Dos Hermanas Norte:

Llegamos a estar bajo un montón de fuego efectivo de ametralladora Browning M2 ... Al mismo tiempo, los morteros estaban cayendo todo
nuestro alrededor, pero la amenaza principal era de esos ametralladoristas que podían vernos a la intemperie debido a la luz de la luna. Había tres
ametralladoras y trajimos abajo salvas constantes y eficaces de nuestro propio fuego de artillería sobre ellos directamente, 15 tiros a la vez. Habría
una pausa, y ellos nos contestaban otra vez. Así que teníamos que hacerlo por segunda vez, en todas sus posiciones. Habría una pausa, y luego
'boom, boom, boom,' ellos volverían a contestarnos otra vez. Los conscriptos no hacen esto, los bebés no hacen esto, los hombres que están mal
conducidos y de baja moral no hacen esto. Eran buenos y firmes soldados. Así los veo. 54

Treinta años más tarde, el ex infante de marina Keith Brown (ahora un político británico) que participó en la batalla, confirmaría que Dos Hermanas
Norte fue un duro combate:

Mi impresión de un ataque nocturno era que no era nada como yo esperaba que fuera ... un asunto bastante ordenado , con gente corriendo y
poniendo fuera de combate nidos de ametralladora. Fue enormemente confuso ... un montón de explosiones y destellos y ruidos muy fuertes.
Usted tenía la artillería naval y morteros y disparos de armas ligeras y pesadas. Fue aterradora, para ser honesto. No sé cómo se sintieron mis
colegas. Estábamos prácticamente inmovilizados y llegamos a estar bajo el fuego directo de los argentinos. Hasta ese momento todo tenía que ver
con la artillería y proyectiles de mortero, pero esto fue fuego directo y estaban utilizando lo que nos parecía ser trazadores. 55

Ocho 56 infantes de marina británicos fueron muertos, y 17 56 más fueron heridos (incluyendo un oficial agregado de la artillería naval) en los
combates en las laderas del Dos Hermanas. Unos diez comandos británicos de la SAS/M&AWC fueron heridos en los choques anteriores con las
patrullas de comandos argentinos protegiendo el repliegue del Regimiento 4 desde Monte Challenger a Dos Hermanas y Harriet. 9 Los británicos
también sufrieron 13 muertos (seis de ellos del Escuadrón Aéreo Naval 737) cuando el crucero HMS Glamorgan, habiendo terminado de apoyar el
ataque a Dos Hermanas Norte, trato de cortar el camino al Estrecho de San Carlos y fue alcanzado por misil Exocet de la defensa costera como
resultado.5057 Veinte soldados argentinos murieron defendiendo Dos Hermanas, incluidos los caídos en las acciones de patrullas y debido al fuego
de ablandamiento británico en la semana y media previa. Cincuenta argentinos fueron capturados en Dos Hermanas.

El jefe del Servicio Aéreo Especial Británico, el teniente coronel Mike Rose, admitiría después que las fuerzas terrestres británicas estaban a solo
unos días de retirarse de las Malvinas debido al desgaste producido por los soldados y pilotos argentinos:

La Royal Navy, que hizo un trabajo brillante al reunir la fuerza de tarea y traernos a todos aquí, solo podía quedarse en el mar y sostener la fuerza
terrestre hasta mediados de junio y si hubiese habido un retraso en el desarrollo de los planes para tomar Puerto Stanley un poco después de
mediados de junio, los británicos habrían tenido que retirarse porque la flota que los sostenía hubiese tenido que irse y, por supuesto, la guerra
terminó el 14 de junio, por lo que estábamos realmente al final del juego cuando finalmente terminó la guerra y así que, como habría dicho el
Duque de Wellington, fue una cosa bastante reñida debido a eso. 58

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LA GRAN BATALLA COMIENZA
COMBATE DE MONTE DOS HERMANAS

L A NO CHE DEL 11 DE JUNI O, PRE CE DI DO S PO R UN INTENSO FUEGO DE ARTI LL ERÍ A TERRES TR E Y NAVAL , L OS BR ITÁNI COS
ATACARO N LAS PO SI CIO NES DE LA COM PAÑÍ A C DEL REGIMI ENTO 4 EN EL MO NTE DO S HERM ANAS, A CARGO DEL 2DO JEFE
DE R EGIM IE NTO .
La acción británica contó con una enorme superioridad en cantidad de personal y material empleado, aún así se combatió toda la noche
rechazando una y otra vez las embestidas británicas. Después de varias horas de lucha, con escasez de municiones y sin posibilidades de recibir
refuerzos, las fracciones propias cesaron los combates y el monte cayó en poder de los ingleses. La compañía B del Regimiento 6, que se
encontraba ocupando el sector entre Dos hermanas y Monte Longdon, se repliega combatiendo hacia Monte Tumbledown.

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Relato de una batalla |Malvinas: Bajo el fuego cruzado en el Monte dos Hermanas

A 40 años de la Guerra de Malvinas, GENTE revive la historia de dos jóvenes oficiales durante uno de los combates más cruentos. De la
cálida Corrientes a las trincheras de la fría turba de las islas del Atlántico Sur.  

El repliegue de las dos compañías del regimiento de Infantería 4 se dio de manera desordenada. El fuego de la artillería británica sobre el
Monte Dos Hermanas se había acentuado y era cuestión de minutos para que las tropas invasoras rodeen la posición de los infantes
argentinos que habían llegado a esa altura del relieve malvinense el primer día de junio.
La única manera de salir con vida era aprovechar la arteria que aún continuaba abierta, cuesta abajo, por un terreno abierto y con pocos
obstáculos. El subteniente Juan Nazer se encontraba entre aquellos hombres.
El joven oficial de 23 años tenía a su cargo una sección de tiradores reforzados, integrada por cuarenta soldados con fusiles y un mortero
que era utilizado por cuatro hombres, dos para sostener la placa base, uno para calibrar y otro para colocar la munición en la boca del
tubo. Cuando se ordenó el repliegue el sol ya se había escondido, era 11 de junio, hacía frío.
Pero la orden para abandonar el lugar no llegó a la línea de trincheras en la que se encontraba la Sección Apoyo de la Compañía C, a
cargo del teniente Luis Carlos Martella, un infante de 24 años de rostro angular, cejas arqueadas, y buen porte que había egresado del
Colegio Militar hacía poco más de tres años y medio.
Aunque la posición se encontraba casi servida, los argentinos no estaban dispuestos a entregarla sin que los ingleses paguen un alto costo
y solicitaron apoyo de la artillería y de la aviación para bombardear la zona. Antes de que todo se transforme en un infierno,  Nazer
ordenó a sus hombres evacuar y fue por Martella para comunicar la novedad. No lo iba a dejar sólo.
“Mientras bajábamos con Martella y su sección comenzamos a enfrentarnos con las fracciones inglesas y encima comenzó a tirar la
artillería nuestra porque ya se había dado la orden de repliegue sobre esa posición. O sea, empezamos a recibir fuego argentino y fuego
ingles”, recuerda Nazer a 40 años del inicio de la guerra por la reconquista de las Islas Malvinas.  
Nazer corría delante marcando la vía de escape, Martella y sus hombres lo seguían con la misma ligereza.  El silbido de las balas, que se
sentían cada vez más cerca, había dejado de oírse a causa de los estruendos de la propia artillería y el impacto de los morteros .
En medio de la corrida y las explosiones, el subteniente Nazer se tira cuerpo a tierra frente a una piedra para protegerse de las
municiones calibre 7,62 milímetros de los fusiles FAL y de las ametralladoras Sterling, las encargadas de darle fondo sonoro a la guerra
que estalló el 2 de abril de 1982.
La cubierta que tomó el joven oficial no era lo suficientemente grande y Martella se arrojó sobre él . “Se tuvo que tirar arriba mío para
protegerse. Para salir de ahí y seguir avanzado, él tenía que salir primero”, cuenta Nazer antes de subrayar sobre  “el destino y la
circunstancia del momento”, que en las guerras no son más que fracciones de segundos.
Los dos pertenecían al arma de Infantería y durante tres años compartieron el patio de las aulas de estudio y el casino de cadetes del
Colegio Militar. El destino los volvió a cruzar en el mismo regimiento, en la ciudad correntina de Monte Caseros, de allí a Malvinas y luego
sobre los mismos metros cuadrados, pegados a una piedra, uno arriba del otro.
Martella se levanta, Nazer acompaña la acción, y chocan de frente con una fracción de combatientes ingleses que abren fuego a
discreción. Una ráfaga de balas impacta sobre el pecho del primero, el segundo en ponerse de pie siente que su cuello ardía y siguió
combatiendo junto a los otros soldados.
Alguien lanza granadas y frena por unos instantes el avance de los ingleses de borceguíes térmicos. En ese preciso momento, el
subteniente atiende a su superior que se encontraba ensangrentado sobre la tierra.  “Estoy mal, sigan ustedes”, dice Martella antes de
morir.
Un proyectil rozó la espalda de Nazer y se le incrustaron algunas esquirlas. Horas después cae sobre una granada, que de milagro no le
destruyó la pierna derecha. Fue el 12 de junio, a la madrugada, el asedio al Monte Dos Hermanas ya llevaba casi diez horas.
“Me quede sin poder caminar, tome fuerzas para tocarme la pierna para ver si la tenía, porque no la sentía. Me desperté cerca del
mediodía escuchando voces inglesas y ahí fue cuando me tomaron prisionero”, cuenta el veterano que sobrevivió a una de las batallas
más cruentas de Malvinas. “Tuve la suerte de caer sobre la granada, eso me salvó la vida, fue el destino” .
Un conflicto de 189 años
Desde 1520, las Malvinas formaron parte del área bajo jurisdicción de España, y tras la declaración en 1816 de la independencia
argentina, la bandera argentina se izó por primera vez en el archipiélago en 1820.
El 3 de enero de 1833 el Reino Unido ocupó las islas y desalojó a sus habitantes y a las autoridades argentinas, que desde entonces han
reclamado por su soberanía. En 1965 las Naciones Unidas decidió que ambos países debían sentarse en una mesa de negociación para
buscar una solución pacífica.
Luego de 16 años de discusiones, los dos países se enfrentaron en una guerra que se inició el 2 de abril de 1982, con el desembarco de
tropas argentinas en el archipiélago, y terminó el 14 de junio de ese año con su rendición ante las fuerzas británicas. En el conflicto bélico
murieron 255 británicos, 3 isleños y 649 argentinos.
Juan Nazer fue trasladado en helicóptero a un buque hospital inglés y luego trasladado al buque argentino Bahía Paraíso y el 21 de junio
llegó a Buenos Aires, pero recién fue dado de alta en septiembre. En 1992 se retiró del Ejército, tiene tres hijos y es empresario.  
Pasaron cuarenta años, pero Luis Carlos Martella sigue con sus veinticuatro en la misma isla del Atlántico Sur . Fue ascendido post
mortem al grado de teniente primero. En la plaza de armas del Regimiento de Infantería Mecanizado 4 de Monte Caseros hay un busto en
su honor y un monolito en la Escuela de Infantería. Sus hijos Santiago y María Constanza no lo volvieron a ver.
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MALVINAS: RELATOS DE SOLDADOS(1) EL COMBATE EN LOS MONTES HARRIET Y DOS HERMANAS Por el Capitán de Infantería D JORGE RUBEN
FARINELLA (2) 07 de Junio, por la noche, se detectó un intento de desembarco al Sur de la posición; a la mañana siguiente, pudo comprobarse que
cinco o más embarcaciones de distinto porte se desplazaban en dirección a FITZ ROY. Nuestra Fuerza Aérea las atacó con éxito; no obstante los
severos daños causados, esa noche el enemigo cubrió la operación de desembarco y a las 2200 horas se lanzó contra el frente de la Compañía "B"
(Monte HARRIET). El Las fracciones más adelantadas alertaron sobre la aproximación del enemigo. El centro de gravedad del ataque estaba dirigido
sobre el flanco derecho de la subunidad, en el sector ocupado por la sección del Subteniente GIMENEZ CORBALAN. Este ordenó iluminar el campo y
desató sus fuegos sobre el enemigo; la Compañía utilizó sus morteros de 81 mm continuando con la iluminación del terreno y batiendo de
inmediato la zona. El combate se generalizó, y desde las alturas del Puesto de Comando se abrió fuego con las ametralladoras 12,7 mm. La sección
del Subteniente LLAMBIAS cruzaba sus fuegos desde el Cerro DOS HERMANAS Sur. El combate se desarrolló a las más cortas distancias y se obligó
al enemigo a replegarse, llevándose sus muertos y heridos, y abandonando numeroso material y armamento. El saldo de esa incursión nocturna
inglesa dejó varios muertos y heridos en nuestra propia tropa. Los únicos medios de evacuación que actuaron en primera línea eran los
implementados por la Unidad; esa noche se evacuaron a PUERTO ARGENTINO más de 20 heridos. Ya se comía exclusivamente con raciones de
combate, dado los inconvenientes que existían, tanto para llegar con las cocinas como para subir con la comida a los cerros, donde se encontraban
las posiciones. Durante los días 09 y 10 de Junio, los británicos aumentaron la intensidad de sus fuegos. Algunos hombres murieron en sus
posiciones ante impactos directos de la artillería. El día 11, aproximadamente a las 2300 horas, el Jefe de Sección recibió de su servicio de
seguridad, la novedad de que el enemigo avanzaba por retaguardia y se encontraba a tiro de pistola. Se observaba que este enemigo era muy
superior en efectivos. La sección estaba anulada para el cumplimiento de su misión y el combate se generalizó. En la reconstrucción de esta
circunstancia el Jefe de Sección narra que inició el fuego contra los ingleses que se encontraban a muy pocos metros de su Puesto de Comando;
nervioso y algo confundido vació el primer cargador y, producido el tercer disparo del segundo, se le trabó el arma. La explosión de un cohete a la
altura de su cabeza lo arrojó herido y aturdido, contra unos cajones; había perdido su pistola y se encontraba enceguecido por la misma explosión.
Cuando pudo reanimarse y recobrar la visión, logró arrojar sus granadas sobre los ingleses que se encontraban a su alcance, poniéndolos fuera de
Combate. Un par de británicos que avanzaban abriéndole fuego con sus fusiles, lograron darle con dos proyectiles en una de sus piernas.
Combatiendo, algunos hombres se replegaban hacia el Puesto de Comando del Regimiento, mientras que otros estaban heridos o eran tomados
prisioneros. Suerte similar corría el tren de combate que se encontraba a 50 metros de la Sección de Morteros Pesados. En el Puesto Comando del
Regimiento, el enemigo había avanzado por la ladera Sur del Monte; su artillería naval alumbraba todo el campo de combate y la de campaña inició
su fuego con precisión. Toda la posición se encontraba en una tenaz resistencia, la cual, por momentos, parecía que frenaba al enemigo; éste se
notaba que era muy numeroso y que continuaba su avance con un abundante empleo de cohetes y ametralladoras. La presión del ataque era muy
fuerte y obligó a replegarse a una nueva posición; los británicos estaban a menos de 50 metros y el ataque desde la retaguardia progresaba. El
Teniente Primero ECHEVERRIA, al mando de un Grupo, frenaba el avance por una de las avenidas de aproximación ubicadas en las laderas, pero fue
desbordado y rodeado hasta caer gravemente herido por cinco impactos de fusil en el cuerpo; en tanto, el Suboficial y el soldado que estaban
próximos no obedecieron la orden de abandonarlo y lo protegieron hasta que cayeron prisioneros. El enemigo intimó rendición por tercera vez; en
el Puesto de Comando se quemaban las claves y se rompían los equipos de comunicaciones. Ya no era posible retroceder más; la posición había
quedado encerrada en una herradura. El Jefe de Regimiento trasladó su Puesto de Comando al del Jefe de la Compañía "B". En la zona, continuó la
lucha con toda violencia; la defensa había sido completamente desarticulada y se resistía por pequeños grupos. La resistencia comenzó a disminuir
a medida que estos grupos se iban quedando sin munición. Por último, luego de más de ocho horas de combate cercano, el más antiguo en el lugar
rindió lo que quedaba del Puesto de Comando. La Compañía "B", aferrada por el fuego y con el enemigo por el frente, rodeada por sus flancos y
retaguardia y con menos de un 50 por ciento de sus efectivos, debió rendirse; no obstante, la sección del Subteniente GIMENEZ CORBALAN logró
romper el cerco, y a través del campo minado que la posición tenía a su retaguardia, se dirigió en dirección a PUERTO ARGENTINO. Su Jefe de
Sección, que estaba a la cabeza, quedó fuera de combate al pisar y detonar una mina. Monte HARRIET había caído, definitivamente, en manos del
enemigo. Su defensa estuvo a cargo de, aproximadamente, 390 hombres y fue atacada por un enemigo que poseía una superioridad de cuatro a
uno. Viene al caso recordar una de las apreciaciones del enemigo hechas a posteriori del conflicto: "...Sin embargo, el avance por las laderas del
Monte HARRIET fue un asunto lento y cruento. Durante un par de horas parecía que todo iba a salir mal. Azorados en las laderas por los intensos
fuegos de ametralladoras y tiradores emboscados, avanzaban lentamente y a duras penas. Vi caer á varios hombres heridos de bala y a otros les
alcanzó la metralla de la continua cortina de fuego que disparaban a distancia. Los hombres que teníamos enfrente no iban a ceder si no era tras
una lucha encarnizada" (3). MONTE DOS HERMANAS La Compañía "C" (movilizada) ocupaba DOS HERMANAS Norte y DOS HERMANAS Sur. De estos
dos montes gemelos, casi al final de la pendiente descendente, tenían sus posiciones la Primera y Segunda Sección al mando de los Subtenientes
MOSQUERA y PEREZ GRANDI, respectivamente. En la cima se encontraba la Sección Apoyo, a órdenes del Teniente MARTELLA —sin los cañones,
debido a que no se los había podido subir—, y un refuerzo a órdenes del Subteniente NAZER. En el Monte del Sur se encontraba la Tercera Sección
a órdenes del Subteniente LLAMBIAS PRAVAS. Este Monte es el situado más hacia el Oeste, es decir, el que estaba más próximo al enemigo,
teniendo a sus espaldas y a la derecha el Monte DOS HERMANAS y a su izquierda el Monte HARRIET. Esto obligaba a la Sección del Subteniente
LLAMBIAS PRAVAS a tener que darse la seguridad en los 360°, sin poder hacerlo, debido a lo escarpado y extenso del terreno. Esa noche, el ataque
comenzó contra las posiciones del Subteniente PEREZ GRANDI, que eran las más adelantadas hacia el Norte. En poco tiempo, el combate se tornó
arrollador y la situación de la Sección se vio seriamente comprometida. Con abrumadora superioridad numérica, el enemigo pasó al asalto de la
posición; la Sección comenzó a combatir retardantemente, contando con el apoyo de fuego de la Primera y Tercera Sección. El Subteniente PEREZ
GRANDI cayó gravemente herido y, posteriormente, el Subteniente MOSQUERA; el Capitán LOPEZ PATTERSON se hizo cargo de las Secciones y
continuó el combate. La situación se tornó confusa debido a las pocas posibilidades de mantener el control en un terreno tan escarpado y de
impartir órdenes que llegaran en oportunidad. El Subteniente PEREZ GRANDI quedó abandonado en el campo de combate y sobrepasado por las
primeras fracciones británicas. El Cabo URBINA, junto con dos soldados, regresaron en busca del Jefe de Sección, y cargándolo al hombro, lograron
salvarle la vida. El enemigo continuó su avance sobre el sector Norte; ante la proximidad del mismo, los morteros ya no podían tirar, y se combatió
entre las piedras a las más cortas distancias. Parte de la Sección Apoyo fue desbordada y debió replegarse con el enemigo combatiendo desde los
360°. El Tte MARTELLA y el Subteniente NAZER se desplazaban agazapados, cuando percibieron, por su cortante silbido, que un proyectil venía en
su dirección. Ambos se echaron cuerpo a tierra y el proyectil explotó a un par de metros. Intentando un nuevo cambio de posición, al querer
incorporarse, el Tte MARTELLA recibió una descarga de ametralladora en pleno pecho, perdiendo la vida. El Subteniente NAZER continuó con los
pocos soldados sobrepasados que quedaban y fue puesto fuera de combate por un proyectil de lanzacohete, quedando gravemente herido. El
Subteniente SILVA se encontraba con un grupo en GOAT RIDGE, con la misión de evitar infiltraciones por esa avenida de aproximación. La Sección
del Subteniente LLAMBIAS y el Grupo del Subteniente SILVA, al no recibir la orden de repliegue, habían quedado aisladas. La Sección trataba de
frenar con sus fuegos al enemigo; el combate duró toda la noche, y se rechazaron algunos ataques británicos. Estas fueron las últimas fracciones en
replegarse. El Jefe de Sección se quedó con siete soldados, todos ellos totalmente rodeados por el enemigo y aferrados en la posición. El único
camino de repliegue posible era una senda que más tarde emplearían los soldados. Uno de los soldados cargó la ametralladora, otro el
lanzacohete, otro las granadas en el fusil y otro llenaba las bandas de la ametralladora, mientras el oficial disparaba las armas; el resto combatía
con sus fusiles. La posición era muy buena pero se encontraba unos 300 metros adelantada y en medio del enemigo. Cuando se estaba por quedar
sin munición, el Subteniente LLAMBIAS ordenó el repliegue de sus soldados por la senda, y luego de rechazar dos o tres ataques más y habiendo
agotado su munición, inició el repliegue, creyendo ser el último hombre. Más tarde, se comprobó que algunos pocos soldados aislados habían
continuado combatiendo desde otras posiciones, destacándose entre éstos, el soldado PEREZ, que tomado prisionero por dos paracaidistas
ingleses quedó custodiado por uno de ellos. El soldado tenía entre sus ropas la pistola del Subteniente SILVA, y dándose vuelta mató al inglés, tomó
su fusil y boina y se replegó. En pleno repliegue bajo el fuego, el Subteniente LLAMBIAS se encontró con el Grupo del Subteniente SILVA. Mientras
planeaban sus próximos movimientos, quedaron rodeados y sin caminos de repliegue; eran, aproximadamente, las 7 horas del día 12, y una densa
niebla comenzó a descender. A su amparo, lograron replegarse, cruzando por el campo minado que los separaba del Monte TUMBLEDOWN. En ese
lugar su pusieron a órdenes del Jefe del Batallón de Infantería de Marina 5. El Subteniente LLAMBIAS con un pelotón fue destinado al Monte
WILLIAMS, y el Subteniente SILVA permaneció, con parte de su Sección en Monte TUMBLEDOWN. La Guardia Galesa atacó ese Monte, y si bien fue
inicialmente rechazada, llegó el momento en que los británicos controlaron la cresta. El Subteniente SILVA, en la pendiente descendente, había
quedado entre dos fuegos; desde el pie del monte —su frente— y desde la cresta —su retaguardia—. El apuntador de un FAP que se encontraba
próximo al Subteniente SILVA cayó mal herido y su Jefe salió de la posición para socorrerlo; su soldado había muerto y mientras regresaba con el
FAP a su posición, un soldado inglés lo puso fuera de combate con un tiro por la espalda; nuevamente el enemigo pasó al asalto, aniquilando
prácticamente, la posición ocupada no sólo por los hombres del RI 4, sino también la del BIM 5.

En la noche del 11 de junio se iniciaron los combates de la Batalla por Puerto Argentino
Las tropas argentinas combatieron valerosamente en Monte Longdon, Dos Hermanas y Harriet.

Publicado el jueves 11 de junio de 2020

Una vez que las tropas británicas hicieron pie en las Islas Malvinas, se sabía que la contienda se decidiría en el combate terrestre. Los tres
componentes de las Fuerzas Armadas (terrestre, aéreo y naval) tuvieron una importancia preponderante, variando con el correr de los días, pero al
encontrarse los dos bandos sobre el terreno, el desenlace era inminente.
Después del desembarco en San Carlos en los últimos días de mayo, los británicos comenzaron su avance. Primero sobre las posiciones argentinas
en Darwin, con la finalidad de eliminar una amenaza sobre el flanco de su avance hacia puerto argentino y también buscando una victoria que
tuviera un efecto psicológico sobre ambos bandos. Habían sido sorprendidos por las primeras acciones argentinas, por la destreza de nuestros
pilotos de la Fuerza Aérea y por la ferocidad de los infantes sobre el terreno. Necesitaban desactivar la amenaza de la Fuerza de tareas “Mercedes”
y a su vez infundir confianza a sus tropas y desaliento a los argentinos.

Riscos del monte Longdon


El combate de Darwin y Pradera del Ganso fue un anticipo de lo que vendría para ambos contendientes, la valentía y la ferocidad como principales
atributos en las dos partes. Una vez caídas las posiciones argentinas, los británicos pudieron comenzar su avance hacia la capital isleña. Para ellos
tampoco fue fácil, extensas jornadas de marcha y eventos como Top Malo House, Fitz Roy, Bahía Agradable y otras acciones de los aviones
argentinos, mostraban la decisión argentina e inflingían serios daños a su organización.

soldados argentinos en Monte Longdon en un momento de descanso


El acceso a Puerto Argentino era dominado por dos línes de alturas sucesivas. Las tropas que mantenían la defensa en las alturas que dominaban
los accesos a Puerto Argentino se encontraban en sus posiciones desde hacía más de un mes. No sólo el fuego de artillería y de los aviones
enemigos ejercería su presión sobre la primera línea, el clima frío, el terreno húmedo, la incertidumbre, el lógico cansancio. A su vez el inicio de las
acciones indefectiblemente afecta la logística, que es lo que permite mantener en un nivel adecuado el bienestar de las tropas.

Soldados argentinos en la zona de Dos Hermanas


El 8 de junio comenzó el avance decidido sobre las posiciones argentinas, exponiendo a nuestras tropas a lo que puede interpretarse como una
operación de sitio, donde se avanza desde varias direcciones y donde el defensor no tiene una clara posibilidad de repliegue para reorganizarse ni
puede ser apoyado por otra fuerza de considerable magnitud. Las posiciones argentinas en Harriet eran hostigadas y en reiteradas oportunidades
rechazaron avances británicos.
El día 10 de junio se ejecutaron fuegos de artillería y aviación sobre posiciones de artillería inglesas. El combate terrestre era inminente. En la
mañana del 11 de junio la situación general en las islas era la que explica el siguiente mapa.

Durante las últimas horas del 11 de junio comenzarían las acciones de lo que luego la historia militar llamaría la Batalla de Puerto Argentino. Las
tropas británicas avanzaban contra las posiciones argentinas del Regimiento de Infantería 4, en los montes Harriet y Dos Hermanas, del Regimiento
de Infantería 6, en Dos Hermanas, y del Regimiento de Infantería 7 en Monte Longdon. Estos combates, con innumerables muestras de valor y
patriotismo, se extenderían toda la noche hasta el día siguiente dejando decenas de muertos y heridos en ambos bandos. La simultaneidad de los
ataques impediría el apoyo entre las unidades aledañas.

Vista de los peñascos del monte Harriet


En esa cruenta noche del 11 al 12 de junio había comenzado a decidirse la campaña en los combates terrestres; el sostenido avance inglés se
encontró con la valentía de nuestros hombres, la puntería de las ametralladoras y la eficacia de los cañones argentinos.

En la media mañana del 12 de junio la primera línea argentina se extendía sobre la línea del Monte Tumbledown hacia el norte hasta Wireless
Ridge, con el Batallón de Infantería de Marina 5, de la Armada Argentina, una compañía del Regimiento de Infantería 6 (la “B”, que se había
replegado de Dos Hermanas), una compañía del Regimiento de Infantería 3, el Escuadrón de Caballería 10, una sección remanente del Regimiento
4 de Infantería, y dos compañías disminuidas del Regimiento de Infantería 7.

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Dos hermanas, una batalla decisiva

Se dio el 11 y 12 de junio de 1982 cuando 300 soldados argentinos se enfrentaron con 600 ingleses y terminó con victoria británica.

La batalla de Dos Hermanas fue un enfrentamiento durante la Guerra de las Malvinas en la que los británicos buscaban avanzar hacia la capital,
Puerto Argentino. La lucha ocurrió entre el 11 y 12 de junio, días en los que se enfrentaron unos 600 británicos contra 300 argentinos, y finalizó con
la victoria inglesa.

El ataque inglés comenzó el 11 a la noche, cuando tropas británicas desembarcaron en el monte Dos Hermanas. Paralelamente, las compañías
inglesas atacaron el Dos Hermanas Norte, donde detuvieron al mayor Ricardo Mario Cordón. De esta manera, el costado sur quedó prácticamente
aislado y las fuerzas inglesas no tardaron en invadirlo, dando por finalizada así la batalla de Dos Hermanas.

En el documental argentino "Malvinas: La guerra íntima", el soldado Rubén Rada se refiere a esta batalla: "El capitán nos reunió a todos y dijo: Hay
que replegar. Me va a juzgar el Ejército, pero no Dios. No muere un pendejo más. Corran, manga de hijos de puta, corran, que yo los voy a cubrir".

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