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Obligaciones provenientes de los hechos lícitos sin convenio

La gestión de negocios

"El fenómeno jurídico que se produce cuando una persona sin mandato y sin estar obligado a ello,
se encarga de un asunto de otra". La finalidad de la gestión de negocios es dar protección o tutela
jurídica a aquel que sin estar obligado asume el encargo de velar por los intereses de otra persona
que no está en condiciones de atender sus asuntos, por cualquier circunstancia (ausencia,
enfermedad, etc.)

Así el Código Civil, en su Artículo.1605, dice: "El que sin convenio se encarga voluntariamente de
los negocios de otro, está obligado a dirigirlos y manejarlos útilmente y en provecho del dueño".

La gestión de negocios comprende la elevación de tal gestión de un modo espontáneo y lícito,


quedando fuera de su concepto aquellas gestiones asumidas en virtud de un mandato legal (como
la tutela y la curatela) y aquellos que constituyen un hecho ilícito.

La gestión de negocios es un hecho voluntario lícito.

El enriquecimiento sin causa

; El enriquecimiento indebido supone el incremento de un patrimonio a costa de otro. “Se produce


la situación de enriquecimiento sin causa cuando una persona recibe a costa de otra, un beneficio
pecuniariamente apreciable sin causa jurídica que lo motive".

En el enriquecimiento sin causa hay un desplazamiento de valores de un patrimonio a otro, que


significa el enriquecimiento de uno y el empobrecimiento de otro, sin causa que lo justifique.

enriquecimiento sin causa, involucra los; siguientes requisitos ™

1. “Un enriquecimiento o atribución patrimonial. Es decir, que el enriquecido se haya


acrecentado a consecuencia de un beneficio. Este incremento del patrimonio puede tener
lugar en forma positiva, a través de la transmisión real de un bien o mediante la prestación
de o en forma negativa, por haber evitado la disminución de ese patrimonio, pagando, por
ejemplo, una deuda. ™
2. Empobrecimiento en otro patrimonio que a su vez determina el enriquecimiento del otro.
Tal empobrecimiento, a su vez puede consistir en una disminución afectiva del patrimonio
o en no haberse producido un aumento en el mismo que era procedente. Se tiene como
condición indispensable el que haya empobrecimiento. ™
3. Que el enriquecimiento producido sea injustificado, es decir, que carezca de causa, Es
cuestión discutidísima, dice Puig Peña, parece que ha adquirido fuerte dominio, la tesis
que transporta a esta materia, el concepto que rige las atribuciones patrimoniales
realizadas por contrato".

¾ La declaración unilateral de la voluntad

Modernamente se admite la declaración unilateral de la voluntad como fuente de las obligaciones


en aquellos casos en que así lo exige el tráfico jurídico, siendo las más frecuentes: La oferta al
público, la promesa de recompensa y los títulos al portador, que son las que admite nuestro
Código Civil.
Obligaciones que proceden de los hechos y actos ilícitos

La doctrina moderna rechaza la distinción entre delito y cuasidelito, por cuanto que las
consecuencias de ambos, en el orden civil, son las mismas, es decir, la obligación de su autor de
reparar el daño causado, y prefiere hablar del acto ilícito como fuente de las obligaciones.

Al acto ilícito civil o delito civil se le denomina culpa extracontractual o culpa aquiliana. La
denominación de extracontractual se le da por contraposición a la culpa contractual, en la cual sí
existe vínculo obligatorio entre ambas partes, en tanto que en la extracontractual no existe ningún
vínculo, es decir, en el acto ilícito no hay ninguna relación jurídica que una a las personas.

La noción de delito en el derecho moderno es una categoría abstracta, que comprende todo acto
injusto y lesivo, siempre que sea imputable y se haya verificado con el propósito de hacer daño.
Así, nuestro Código Civil establece en su Artículo 1465, que todo daño debe indemnizarse, sea
cansado intencionalmente, o por descuido o imprudencia, salvo que se demuestre que ha sido por
culpa o negligencia inexcusable de la víctima.

Actualmente no se toma en cuenta dentro del acto ilícito la noción de delito y cuasidelito, que se
distinguen tradicionalmente porque en el primero existe la intención de causar el daño y en el
segundo no existe tal intención de dañar, pero sí hay negligencia por no haber previsto las
consecuencias del hecho.

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