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Por
Luis Pedro Mérida Ramos
Es por este motivo que es importante hablar de ello y entrar a analizarlo desde
diferentes perspectivas porque de lo contrario no se comprende el pensamiento y la forma de
actuar de aquellos que conformaban la élite que propiciaron la ruptura con la metrópoli
española.
Para analizar las causas internas que propiciaron la independencia primero tenemos
que hacer notar que ya para los años anteriores a la independencia había un descontento de los
criollos ante el poder peninsular que ejercían éstos en las colonias, porque los criollos veían
con malos ojos que los puestos políticos importantes en donde se tomaban decisiones que
afectaban a todos siempre tenían que ser ejercidos por un peninsular, es decir, un recién
llegado de España; esto les molestaba a los criollos ya que ellos creían que tenían más derecho
a ejercer esos puestos importantes porque lo consideraban un derecho de conquista, es decir,
como eran descendientes directos de conquistadores tenían una línea directa con aquellos que
habían servido bien a la corona, por su parte, los peninsulares alegaban tener una mejor pureza
de sangre porque no habían pasado mucho tiempo en las indias, lo que les daba más derecho a
representar a la corona. Es por este motivo que los criollos llamaban de forma despectiva a los
peninsulares “advenedizos” (Móbil y Meléndez, 1995, p. 461). Es decir, aprovechados, recién
llegados. En resumen, un motivo importante para declarar la Independencia es ese choque de
poder entre la élite criolla y los peninsulares.
“La clase criolla seguía siendo pues, aún en los años previos a la independencia, una
clase pequeña numéricamente, aunque económica y políticamente poderosa. Como
toda clase dominante era celosa de sus privilegios y además inflexible con aquellos
criollos que por una y otra circunstancia se empobrecían, perdían sus haberes o los
favores de sus protectores. Estos “blancos” o españoles venidos a menos eran
irremisiblemente expulsados de los círculos de los criollos, y de esta manera, si bien
algunos advenedizos lograban entrar a formar parte del grupo, otros salían por
empobrecimiento de tiempo en tiempo” (p. 462).
Aunado a lo anterior, está el parasitismo peninsular y también criollo, pero los criollos
eran quienes alzaban la voz contra ese supuesto aprovechamiento del trabajo que se tenían en
contra de ellos, ya que supuestamente mantenían económicamente por medio de una serie de
impuestos a la clase dirigente de los peninsulares. Esto no es del todo cierto, ya que era el
expolio al trabajo de los indígenas lo que les permitía tanto a criollos como peninsulares vivir
bien. Este es otro hecho que empeoraba más las relaciones entre las dos élites.
Como se hace notar, los criollos sentían que sus intereses económicos eran
perjudicados y no se sentían protegidos o al menos apoyados por la corona española.
Dentro de las causas externas que influyeron de una manera directa en el desarrollo
posterior de la independencia podemos mencionar a: La Revolución Francesa, la
Independencia de Estados Unidos, el Liberalismo Inglés, el movimiento llamado de La
Ilustración, y por último Las Cortes de Cádiz, especialmente la constitución surgida de las
reuniones llevadas a cabo en aquella región de España, aunque esto también podría entrar
dentro de una causa interna porque hubo participación directa de las élites centroamericanas.
La crisis española hay que resaltarla aquí como causa externa directa por el
debilitamiento de la monarquía española, primero por la Contra reforma que llevó a cabo la
Iglesia Católica contra el alzamiento de Martín Lutero, esto tuvo implicaciones para España ya
que no solamente la debilitó sino que la introdujo en una serie de conflictos ideológicos y
políticos para defender y preservar el poder de la Iglesia Católica; segundo, a causa de la
invasión Napoleónica que no solamente dejó desgastadas las arcas reales sino que creó una
especie de vacío de poder y una ruptura entre las colonias y la metrópoli, ya que “La invasión
napoleónica agudizó los problemas políticos de la metrópoli y sus colonias” (Dardón, 2004, p.
29). Ante este resquebrajamiento del poder monárquico en las colonias y este vacío de poder
hizo que la corona española disminuyera su presencia en las colonias lo que fue aprovechado
por los criollos para llevar su influencia a los ayuntamientos. Lo anterior Torres-Rivas le
llama: “El resquebrajamiento del poder monárquico en el Reino de Guatemala” (2017, p. 86).
Estos dos acontecimientos que prácticamente abarcan tres siglos hicieron que poco a
poco España perdiera influencia internacional y que su poder se viera debilitado, lo que
ocasionó que ya no tuviera ningún empuje militar y económico.
Dentro de esta crisis también vale la pena mencionar a las Reformas Borbónicas
impulsadas por Carlos III, que fue un intento español por poner cierto orden en sus colonias y
recuperar el campo perdido. Estas reformas fueron una serie de medidas de carácter político y
económico que tuvieron como consecuencia que el poder de los criollo disminuyera; se
instaló el Régimen de Intendencias que tenía como fin centralizar el poder español a través del
envío a América de funcionarios de la alta nobleza peninsular (Dardón, 2004, p. 13), esto hizo
que los Criollos fueran desplazados de los cargo públicos importantes de poder y autoridad; y
también se hicieron cargas impositivas, es decir, una serie de impuestos que gravaban el
comercio, por ejemplo, el impuesto de la alcabala que afectaba a los productos de importación
y exportación; esto tuvo como consecuencia la creación de monopolios de los principales
productos y de materias primas necesarias en aquella época.
Globalmente se puede decir que los franceses por medio de su revolución aceleraron
de algún modo el cambio en el desarrollo económico, ya que hicieron tambalear la estructura
del feudalismo, que prácticamente toda Europa occidental estaba bajo este modo de
producción, haciendo notar lo inviable que resultaba este modo de producción, por tanto, los
franceses ya no estaban en disposición de seguir viviendo bajo un señor feudal. Así, este
acontecimiento sirvió de ejemplo a las demás sociedades que empezaron a ver con buenos ojos
los cambios que se venían dando en Francia.
Otro aspecto internacional que es visto como una causa externa está la independencia
de estados Unidos. El nacimiento de los Estados Unidos tuvo un parangón con la Revolución
Francesa en cuanto a que la toma del poder la hace una clase diferente y desplaza al poder
monárquico, esto es importante porque la independencia de Estados Unidos al romper el
cordón umbilical con Inglaterra empieza a organizarse con un sistema distinto al de la
metrópoli y es el de la República con una constitución moderna basada en las libertades
individuales que apoyaba y desarrollaba el comercio interior y exterior; sin duda esta nueva
nación resultó atrayente como modelo a seguir por las aún colonias y los precursores
independentistas. Es decir, hasta ese momento la única república que había en el mundo era
Estados Unidos, es por eso, que la constitución federal de este país sirvió como ejemplo para
la región americana.
“Los Estados Unidos, como nueva nación, libre, basada en una constitución moderna,
fue un atractivo y un modelo para esos precursores, algunos de los cuales viajaron a dicho país
y recibieron gran influencia y ayuda. Proclamas y documentos de la revolución
norteamericana circularon en América española” (p. 514).
Un punto que hay que resaltar es que una de las causas de la independencia de Estados
Unidos se debía al pago de impuestos, que eran elevados, se los quedaba la corona inglesa y
las colonias no tenían representación ante la monarquía. Cuando se da la independencia,
obviamente Estados Unidos ya no pagó ningún impuesto a la corona inglesa. Este motivo fue
muy atrayente para las élites de las colonias españolas ya que también les resultaba molesto
pagar impuestos a la corona española.
Las Cortes de Cádiz que deberían ser integradas por diputados de las provincias de la
Península Ibérica y de las colonias españolas, fueron promulgadas en 1812 en la región de
Cádiz, España; dieron un importante impulso al pensamiento emancipador ya que por medio
de cambios y reformas la constitución surgida de las cortes permitió por medio de ideas
liberales que se desprendiera una serie de leyes que sirvieron de embrión para el
constitucionalismo español y rompieron con toda la amalgama que componía el absolutismo
monárquico de la época. Así lo resalta Dardón “La Constitución de Cádiz fue para España y
sus dominios, el primer texto escrito de leyes, hecho por representantes peninsulares y de las
colonias, que limitaban el poder de la monarquía” (2004, p. 22)
Esta constitución le otorgó más poder a los criollos ya que permitió la restauración de
la Sociedad Económica (Cardenal, 2018, p. 197). La importancia de esta sociedad radica en
que fue fundada principalmente por peninsulares pero que también tenía participación de los
criollos quienes trajeron las ideas de la Ilustración, y que buscaban debatir sobre las medidas
para reformar la sociedad y mejorar la economía. En estas discusiones de esta sociedad
abonaron el camino para la posterior independencia de lo que más tarde sería Guatemala.
Pues bien, esta constitución de Cádiz creó diputaciones provinciales en Ciudad Real,
Guatemala y León; esto permitió que los criollos aumentaran su poder e influencia en las
decisiones políticas y a que disminuyera el poder de la audiencia (Cardenal, 2018, p. 197). Por
supuesto todo lo anterior fue bien aprovechado por los criollos.
También en esta constitución se solicitaba las reformas a leyes e instituciones políticas
para que se adecuaran a las necesidades de los nuevos tiempos partiendo de la filosofía de la
Ilustración (Cabezas, 2010, p. 42).
Así, Cabezas manifiesta que con la puesta en marcha de la constitución emanada de las
Cortes de Cádiz se pone punto final al periodo de los monarcas absolutos y se abre la puerta
para el periodo de las monarquías absolutas, en este sentido, Cabezas reconoce los logros de la
constitución: abolición de la inquisición, tributos y gremios; igualdad jurídica; libre comercio;
libertad de imprenta; inviolabilidad de domicilio y diputados Provinciales con voz y voto en la
Metrópoli (2010, p. 44).
“Los acontecimientos de la Nueva España fueron los que aceleraron el proceso hacia la
emancipación. En marzo de 1821 se conoció en Guatemala el Plan de Iguala, firmado
por el coronel realista Agustín de Iturbide y el jefe rebelde Vicente Guerrero, que
declaraba la independencia de aquel virreinato y establecía el imperio mexicano… El
Plan de Iguala hizo posible, para algunos, pensar en una emancipación uniéndose a
México. Para ellos era atractiva la idea de un sistema monárquico constitucional, con
un Borbón ciñendo la corona” (p. 111).
La anterior cita deja de manifiesto que lo que las élites políticas y económicas de la
región centroamericana buscaban era desligarse de los compromisos con España en beneficio
de ellos, especialmente en al ámbito comercial y económico y no tanto ser independientes, de
lo contrario, no se explica porque les resultaba atractivo separarse de una monarquía como la
española y adherirse a otra con características similares como era la mexicana. Esto es lo que
Cardenal (2018) llama “La idea de patria criolla constituía, en primer lugar, una defensa del
patrimonio heredado de la conquista” (p. 186).
Es decir, lo que buscaban era mantener intacto el modelo económico en donde los
criollos puedan incrementar los beneficios, una especie de gatopardismo, cambiar algunas
cosas a modo de maquillaje para que todo siga igual. Es por eso de vital importancia conocer y
analizar aquellos movimientos y revueltas que años antes a la independencia se estaban
suscitando ya como muestra de un importante malestar contra del sistema imperante, esto sin
dudas encendió las alarmas de las élites para darse cuenta de que era necesario actuar antes
que el mismo pueblo lo hiciera. Se pasará ahora a ver por qué.
Desde hacía algún tiempo que el presidente José de Bustamante y Guerra junto con la
Inquisición venían fustigando y persiguiendo a todos aquellos que demostraran directa o
indirectamente una simpatía por la gesta independentista que se estaba llevando a cabo en
México (Cabezas, 2010, p. 49). Según lo anterior, ya había personas que se mostraban a favor
de la Independencia y no es de extrañar que quisieran emular lo que consideraban correcto,
pero, la autoridad peninsular se encargaría de colocar las cosas en su sitio.
En ese entonces El Salvador era la provincia más pequeña del reino, pero a su vez,
desde el punto de vista económico era la que más tributos generaba para la Capitanía General
y principalmente también era en dónde se producía en mayor cantidad el añil que era el
principal producto de exportación, es por esto por lo que los primeros pasos que tenían un
síntoma liberador fueron en esta provincia. Por lo anterior que esta insurrección tiene un
profundo sentido económico, ya que esta región de San Salvador había tenido un gran
desarrollo en su producción comercial añilera y por consecuencias de varias crisis acaecidas
en este sector económico estaban exigiendo más libertad de comercio mercantil (Móbil y
Meléndez, 1995, p. 527). Es por esto que se sentían incómodos a las prohibiciones que la
corona les ponía para comerciar con otros sectores y también por el contrabando que venía de
Guatemala y que a este problema las autoridades españolas no hacían nada por frenarlo. Este
levantamiento ocurrió de la siguiente manera:
Dos curas de nombres Matías Delgado y Nicolás Aguilar apoyados por varios criollos
dieron a luz a una conspiración de carácter insurreccional con la intención de derrocar al
intendente de esta provincia Antonio Gutiérrez Ulloa, además tenían como objetivo apoderarse
de armamento especialmente de fusiles y dinero de las cajas reales y así de esta manera
proclamar la independencia (Móbil y Meléndez 1995, p. 526).
Luján (2012) ve en todo esto “estallidos populares… que fueron insurrecciones que
carecieron de mayor planificación y que en buena parte sólo buscaban la sustitución de los
intendentes españoles” (p. 106). Lo que se puede traducir a que, si bien las masas populares
con sus revueltas en San Salvador no buscaban la independencia directamente, si eran
síntomas de un descontento contra las autoridades españoles, luego, quienes se aprovecharon
de la inestabilidad para más tarde proclamar la independencia fueron los criollos.
Siguiendo con el relato, a partir del descontento popular se decidió, a cabildo abierto,
elegir nuevas autoridades, y pues el nuevo gobierno estuvo conformado en su mayoría por las
familias propietarias de plantaciones de añil. Este levantamiento tiene sus orígenes en las
aspiraciones de los criollos ya que éstos habían logrado un gran desarrollo producto a la
creciente producción de añil y buscaban mantener estos privilegios.
“Es interesante notar que los incidentes de San Salvador de noviembre y diciembre de
1811, afectaron las poblaciones en dónde se encontraban las haciendas añileras más
importantes cuyos propietarios criollos posteriormente figuraron entre las principales
figuras de la independencia de 1821” (p. 527).
Según Móbil y Meléndez (1995) el levantamiento de León fue dirigido por el fraile
guatemalteco Felipe Michelena, quién propició la agitación popular. Anteriormente se habían
suscitado varias revueltas callejeras con pintas en los muros y vandalismos incluidos, y ante
esto, las autoridades respondieron convocando a un cabildo abierto, pero los rebeldes entraron
con violencia en la casa del Obispo Jerez que era en donde se estaban llevando las reuniones, y
las exigencias de los rebeldes era que querían tener representación en las reuniones que se
estaban llevando y ya no ser gobernados por europeos, rebaja de impuestos y eliminación de
los monopolios (p. 529).
“El obispo de León organizó una junta de gobierno y consiguió que los rebeldes
depusieran su actitud y reconocieran su autoridad” (Cardenal, 2018, p.212). De esta manera y
de forma momentánea se logró apaciguar a quienes estaban llevando a cabo la insurrección.
Un análisis sobre las peticiones que hicieron los rebeldes en este levantamiento que
hacen Móbil y Meléndez (1995) aclara un poco esa pugna de poder que había entre las elites.
Como primera exigencia estaba el cambio de autoridades, algo que evidentemente afectaba a
los mismos españoles ya que eran solamente ellos quienes ejercían autoridad; segundo aspecto
era que se solicitaba una rebaja de impuestos, en este punto se ve la mano de grandes
comerciantes, que eran principalmente criollos, por el interés económico en mejorar sus
ingresos; en tercer lugar se exigía la eliminación de monopolios, teniendo en cuenta que eran
los terratenientes y comerciantes guatemaltecos quienes tenían concentrado para sí los
mercados de consumo, esto denota una ruptura entre la elite comercial de la región (pp.
530-531).
Móbil y Meléndez (1995) apuntan que este levantamiento buscaba de manera directa
declarar la independencia, y no solo deponer a Bustamante a quien se le consideraba un tirano,
pues las medidas que tomaron para esto eran por medio de las armas apoderarse de dinero de
las cajas reales y armamento existente en la plaza y liberar a los presos que cumplían condena
por el levantamiento anterior ocurrido en Granada (p. 543).
Así se afirma que “El deterioro del ambiente político pro-monárquico se hizo visible en
la llamada ´Conspiración de Belén´” (Torres-Rivas et al., 2017, p. 87).
2.4 El movimiento de San Salvador, 1814.
Debido a que las Cortes de Cádiz estipulaban elecciones para designar a alcaldes
municipales, el intendente Peynado se negó a respetar los resultados y agravando la situación
encarceló a lo electos, esto provocó el descontento popular y en el año de 1814 se
desencadenó un movimiento masivo en San Salvador y tuvo como protagonista al alcalde
segundo de esta provincia de apellido Castillo quién con ánimos de sublevar a las masas
convocó a varios insurgentes afines con sus propósitos, estos insurgentes estaban armados y
protestaban contra el intendente Peynado por sus decisiones (Móbil y Meléndez, 1995, p.
528).
Por el temor a que la situación llegara a las armas y que esto desencadenara en una
guerra civil, varios criollos moderados y respetables al mando de Manuel José Arce integraron
una comisión para darle una solución a la controversia. Así, estos criollos junto con las
autoridades españolas lograron aplacar los candentes ánimos. Poco tiempo después Peynado
fustigó a los rebeldes y a los criollos persiguiéndolos y dándoles cárcel (Móbil y Meléndez
1995). Lo cual Luján (2012) ve el castigo como riguroso (p. 107).
Esto indudablemente dejó un sabor de boca amargo entre las masas que ya de por si
estaban con descontento con las autoridades peninsulares, viendo que no se respetaba la
Constitución de Cádiz, y que su situación poco podía cambiar con el autoritarismo con que los
intendentes, en este caso Peynado actuaban.
Como vemos, para Vásquez, las diferentes provincias del Reino de Guatemala
declararon por separado su rompimiento con la metrópoli y que algunas de ellas empezaran
por iniciativa propia el camino a la anexión hacia México, fue de alguna manera determinante
para que las autoridades guatemaltecas siguieran el ejemplo, puesto que Vásquez declara que:
“Desde que fue proclamado el Plan de Iguala, en febrero de 1821, el desarrollo de los
acontecimientos en México ejerció una influencia decisiva sobre las provincias guatemaltecas”
(2009, p. 39), eso y el miedo de la élite criolla a que si no declarasen ellos la independencia se
corría el riesgo de que el propio pueblo lo hiciera.
“… los de la ciudad de San Salvador celebraron la noticia con júbilo; no así los de
Comayagua (Honduras), León (Nicaragua), y Cartago (Costa Rica) que se declararon
independientes de España y Guatemala, y se adhirieron al Plan de Iguala; mientras que
los vecinos de Tegucigalpa (Honduras) Granada (Nicaragua) y Heredia (Costa Rica) se
inclinaron por lo que la Junta de Notables había proclamado en Nueva Guatemala de la
Asunción” (Cabezas, 2010, 99).
Debido a que la región siempre había visto a España, es decir, Centroamérica estaba en
función de España, en consecuencia, las élites siempre vieron hacia afuera y no a sus vecinos,
lo que ocasionó una fragmentación entre las elites del reino y cada una antepuso sus intereses
económicos y políticos y no regionales, es por eso que, algunos apoyaron la decisión de la
independencia, otros prefirieron adherirse al Imperio Mexicano y otros a seguir su propia
independencia. “En consecuencia, más que un espíritu independentista, lo que había era un
ánimo separatista” (Cardenal, 2018, p. 225).
Así, se ve que desde muy temprano se trata de darle relevancia a modo de celebración;
luego en 1823, de acuerdo con la recopilación de leyes guatemaltecas que ha realizado Pineda
Mont (1869) menciona que el veintitrés de agosto del año antes mencionado, se decreta el
establecimiento de la fecha 15 de septiembre de 1821 como fiesta; en el primer artículo de
dicho decreto se manda que el día de la independencia sea feriado, en el artículo segundo se
solicita que se adornen las casas y calles, así mismo, habrá una orquesta en el portal de la
municipalidad; en el artículo tercero se menciona que “como de costumbre habrá repique de
campanas”; el artículo quinto establece que se dará una misa de acción de gracias realizará por
el padre arzobispo y se cantará un Te Deum (pp. 34-36). Y así continúa Pineda Mont con la
recopilación de varias leyes que norman la celebración de la Independencia, pero quizá la de
1823 sea de las primeras en promulgarse.
Lo anterior demuestra que por ley se establece cómo y cuándo celebrar las fiestas
cívicas, y no es de extrañar que dichas celebraciones que en un inicio fueron por mandato
legal hayan quedado en el imaginario popular la costumbre de celebrar el quince de
septiembre y que hoy lo veamos tan natural y de alguna manera espontáneo.
De acuerdo con González (2011) fue durante el gobierno Ubiquista, es decir, cuando el
dictador Jorge Ubico gobernaba la nación fue que se militarizan los centros educativos Así, se
da la implantación de la educación militarizada en los centros de segunda enseñanza y semi
militarización en las escuelas primarias, esto junto con la educación física se apreciaban en la
celebración de la Independencia Patria, con desfiles enormes que concentraban a gran cantidad
de niños (pp. 287-288).
Dardón indica “Las fiestas cívicas estaban llenas de simbolismos: medallas alusivas,
emblemas, desfiles que mostraban el orden social y político establecido, discursos, etc,”
(2004, p. 27).
Sin duda, este acontecimiento, para bien o para mal, depende a qué estrato social se
pertenezca, tuvo repercusiones en la sociedad guatemalteca y que aun después de dos siglos
seguimos viviendo las consecuencias de dicho evento.
Se hace notar entonces que, la independencia tiene una serie de contradicciones, por
ejemplo, como lo afirma Dardón y como ya se dijo en este trabajo, la independencia se
construye a partir de la influencia del pensamiento ilustrado que tenía entre sus características
con las ideas de libertad e igualdad, pero, la élite criolla construye el proyecto de nación a
partir de la independencia sobre una base conservadora y excluyente (2004, p. 5) Ahora somos
testigos que con el tiempo, esas contradicciones se han acentuado llegando hasta nuestros días
y es tarea nuestra hacer que las cosas cambien, es por eso que estas reflexiones de estos temas
son tan necesarios.
Referencias bibliográficas.