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Lavadora Aurika.
En el mismo texto se hace un recuento de distintos tipos de electrodomésticos “made in
URSS” que han acompañado a varias generaciones. Aunque el aparato pase por algunas
averías, contiene partes medulares que se niegan a morir, partes motrices que entonces
conllevan a una permutabilidad de los objetos bajo la lógica del reciclaje. Las partes
perdurables se reinsertan en otras manufacturas para permitirles proseguir con sus ciclos
funcionales, y en este proceso se asiste a una de las dinámicas más fascinantes del
ingenio material cubano, en la búsqueda por superar la crisis material. En
el objetario de Cuba Material se distinguen distintos tipos de conversiones objetuales,
las más evidentes: aquellas en las que el mismo objeto se utiliza para desempeñar
labores “impertinentes” respecto a su diseño, otras en las que las partes inmortales de
los artefactos o su misma materia prima (los metales, los motores) se re-utilizan para
concebir otra “fisonomía”, y aquellas en las que los restos o fragmentaciones de un
objeto operan como objetos prácticos en sí mismos.
En esta misma entrada del objetario se describe la permutabilidad y la
multifuncionalidad de la lavadora: “Después de tantos años, este equipo no deja de
asombrar, pues algunas solo lavan, no secan porque el motor fue utilizado para
confeccionar un potente ventilador capaz de lanzar una chorro de aire a más de 10
metros de distancia. O quizás lo encuentre en una turbina para impulsar el agua, en una
podadora de césped como la que usan en los jardines del Monumento a la Acción del
Tren Blindado en Santa clara, o en el más increíble de los aparatos manufacturados por
la ingeniosidad cubana. Sin embargo, nadie en otro país que no sea Cuba, puede
imaginar que lo inviten a una fiesta y a la hora de brindar la cerveza y asar el pernil de
cerdo, convoquen a ubicarse alrededor de una lavadora rusa marca Aurika. Como por
arte de magia, levantan la tapa y extraen una botella de bebida congelada, y también una
masa de carne congelada, pues han convertido la lavadora en una nevera.”
Cuba es un verdadero tráfico de materias primas que devienen en otras, los objetos
cumplen la ilusión de lo informeo la entelequia del demiurgo al estar en el límite de
defigurarse; o más bien, es que por esta mirada, ahí los objetos cotidianos poseen
siempre el secreto interno de su trastocamiento, sus conversiones vibrantes detrás de su
primera apariencia. Tal vez los verdaderos demiurgos de la materia, son aquellos
quienes han experimentado la extrema carencia de recursos sin por eso resignarse a
desistir. Para mí los cubanos tienen algo de la esencia del demiurgo.
[1]
“Lo soviético como objeto estético en la cultura cubana: la vía de la
desovietización”, Sovietcuba [En línea] 8 de febrero del 2015 [Consultado el 25 de
febrero del 2015] Disponible en: https://sovietcuba.com/2015/02/08/lo-sovietico-como-
objeto-estetico-en-la-cultura-cubana-la-via-de-desovietizacion/
[2]
Me ha dado por denominar de este modo a una práctica performativa, que trabaja con
el material verídico contenido en la objetualidad de una comunidad
particular. Cfr. Shaday Larios, “Objeto y Catástrofe. Planteamientos y preguntas para un
teatro de objetos documental” en Double. Mgazin für puppen-Figuren- und
Objekttheater, Agosto 1 2016, No. 33, Berlín; y también de otro artículo de mi autoría
“El objeto post-catástrofe y la catastrofización de la materia. Preguntas y evidencias
para un teatro de objetos documental”, Titeresante [En línea]10 de mayo del 2014,
disponible en: http://www.titeresante.es/2014/05/10/el-objeto-post-catastrofe-y-la-
catastrofizacion-de-la-materia-preguntas-y-evidencias-para-un-teatro-de-objetos-
documental-por-shaday-larios/
[3]
Ignoro si este término como tal, ya ha sido conceptualizado por alguien más.
[4]
Y digo “inventan” en tiempo presente, porque cada vez encuentro más y más
ejemplos de objetarios que trataré en entregas posteriores de este espacio.
[5]
María Antonia me contó en una entrevista que le hice que: “Como parte de la expo
tuvimos varias actividades públicas, entre ellas un panel con profesionales que habían
crecido en regímenes socialistas. Estuvieron presentes la escritora de origen soviético
Anya von Bremzen, la socióloga de origen Húngaro Virag Molnar, la socióloga de
origen polaco Elzbieta Matynia, el escritor de origen cubano José Manuel Prieto, la
profesora cubano-americana Ana M. Dopico, y el historiador cubano Abel Sierra
Madero, moderados por la profesora Jacqueline Loss, quien se especializa en las huellas
soviéticas en la Cuba post-soviética y es autora del libro Dreaming in Russian: The
Cuban Soviet Imaginary (University of Texas Press, 2013). Otro evento asociado con la
exposición fue la proyección de documentales sobre la infancia socialista en Cuba.”
Algunos comentarios suyos dentro mi texto, pertenecen a esta misma entrevista que le
realicé vía electrónica el 7 de junio del 2016. Otros comentarios suyos son extraídos
directamente de diversas entradas del archivo de Cuba Material, las cuales indicaré en
notas al pie cuando sea pertinente.
[6]
Anota María Antonia: “Me inclino a pensar que, además del simbolismo político que
estas formas socialistas poseyeron, dado por su vinculación con los dirigentes del estado
y del partido y los nuevos profesionales, cuyo ascenso social dejaban ver, contaron con
el involuntario apoyo de una arraigada predisposición cultural por lo moderno que en
algo debe haber contribuido a legitimar el sistema político ideológico que las
distribuía.”
[7]
http://cubamaterial.com/blog/los-bienes-de-consumo-socialistas-y-el-discurso-de-
genero/
[8]
http://cubamaterial.com/?s=toallero+expandible
[9]
http://cubamaterial.com/blog/cubaahora-la-lavadora-rusa/
[10]
http://cubamaterial.com/blog/relojes-despertadores/