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La alta frecuencia de uso de muchas de estas construcciones intensificadoras favorece los procesos de
lexicalización. De hecho, muchas de estas fórmulas elativas se han convertido en unidades fraseológicas15,
locuciones adnominales (24), locuciones adverbiales (25):
(24) hubo la mar de cosas interesantes; había gente a punta pala;
2.2. Las funciones semántico-pragmáticas
Determinada la nómina de recursos intensificadores21, la segunda pregunta que se plantea y quizá todavía no
contestada por los estudiosos es ¿qué se in tensifica? cuestión que hace referencia, como ya se ha señalado,
a los valores pragmáticos de los intensificadores, concretamente en nuestro caso, en la conversación coloquial.
Es cierto, como afirmaban, primero, Beinhauer y, más tarde, otros autores, que muchos de estos
intensificadores lo son de la cantidad y de la cualidad.Aquel, al referirse a las “expresiones enfáticas de
cantidad”, señalaba que “El lenguaje afectivo, con su afán de realzar la expresión, ha creado numerosas
designaciones para exagerar cantidades e hiperbolizar la idea de intensidad”. Y distingue dos grupos: “uno
positivo, para expresar grandes cantidades o altos grados de intensidad; y otro negativo, para designar
pequeñas y mínimas, que muchas veces no pasan de ser circunloquios de la idea de nada” (234-235).
Y lo mismo podría afirmarse en relación con otros recursos que intensifican la cualidad. En efecto, en
ocasiones se intensifica la cantidad como en (39) y otras veces la cualidad negativa o positiva como en (40):
(39) a. Estaba de gente que no cabía un alma. Corre que se las pela. Llevo un disgusto que para qué.
2.2.1. La modificación semántica de lo dicho. Intensificadores de la cantidad y de la cualidad. Su valor
pragmático
Como modificadores semánticos, según se ha señalado, intensifican la cualidad o la cantidad del enunciado o
de parte del mismo, si bien, como valoraciones del Yo, intervienen en los procesos argumentativos del diálogo;
es decir, a los fines semánticos, se añaden, si cabe con mayor fuerza, los valores pragmáticos.
2.2.2. La modificación o realce pragmático del decir. Intensificadores de actitud
Frente a la intensificación que afecta semántica y pragmáticamente a la proposición, se encuentra la
estrictamente llamada modificación pragmática o de actitud. Se trata de procedimientos que imprimen mayor
fuerza al acto ilocutivo, ya sea a veces por la presencia de determinados verbos performativos o de partículas
que hacen las veces de estos, ya sea mediante la modificación externa de los mismos.
3. La función dialógica del intensificador. La intensificación del acuerdo o del desacuerdo
Tal y como se manifiesta en varios de los ejemplos anteriores, el refuerzo de actitud y la implicación del tú
presentan un valor conversacional al que ya nos hemos referido en varias partes de este estudio: la
intensificación dialógica del acuerdo o del desacuerdo.
Al leer (75) se observa una acumulación de intensificadores de actitud como refuerzo argumentativo de lo
dicho (“no está bien lo que hacéis”). Desde el punto de vista dialógico, el interlocutor A suaviza el desacuerdo
respecto a la opinión intensificada de M1, y este, en su acto concesivo M2, preludia el desacuerdo enfatizado
que sigue a continuación (pero es que es demasiao/ demasiao demasiao/ ¡caramba!…):
(75) (Refiriéndose al ritmo de vida de los hijos)
M1: es que es demasiao
A: pero es quee- ees otros tiempos
M2: ya/ bueno bieen/ otros tiempos/ pero es que es demasiado/ demasiao demasiado/ ¡caramba! oye (( ))
¡hombre! noo noo noo/ no está bien lo que hacéis/ ¿eh?
4. Intensificadores y estructura global de la conversación
Me gustaría terminar esta exposición mostrando cómo funcionan los intensificadores de forma global en la
conversación coloquial. En (90) aparecen señaladas (ahora en negritas, dado que la cursiva se utiliza en
nuestras transcripciones como marca de estilo directo) las construcciones que intervienen en el proceso de
realce argumentativo, que se extiende a lo largo de los varios turnos de C, y al que colaboran también las
intervenciones de P. Buena parte de estos intensificadores podrían incluirse entre los que hemos denominado
modificadores semánticos cuantitativos, si bien todos ellos actúan globalmente en el proceso negociador con
una misma finalidad.
(90) [C y P son mujeres mayores de 55 años. Relación familiar]
5. Conclusión
La conversación coloquial usa y abusa de los recursos comunes de intensificación, además de los que pueden
considerarse propios, dada su escasa recurrencia en otros registros. Es cierto, no obstante, que la mayor
frecuencia y, sobre todo, algunos modos de expresión se vinculan a variables sociológicas como la edad y el
estrato sociocultural −hecho que merece un estudio aparte− y, sobre todo, a los rasgos situacionales en que se
usa tal registro, a saber, la relación de igualdad entre los participantes y la relación vivencial de proximidad.