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Deiticos
Los deícticos son las unidades lingüísticas cuyo funcionamiento semántico referencial implica tomar en consideraciones
algunas de los elementos constitutivos de la situación de comunicación:
-El papel que desempeñan las actantes del enunciado en el proceso de enunciación
Deixis proviene de una palabra griega que significa “mostrar” o “indicar”, y se utiliza en lingüística para referirse a la
función de los pronombres personales y demostrativos, de los tiempos y de un abanico de rasgos gramaticales y léxicos
que vinculan los enunciados con las coordenadas espacio-temporales del acto de enunciación.
Personas
Los pronombres personales, en sus casos nominativos (“yo”), objetivo (“me”) y terminal (“mi”), y los posesivos (“mi”,
“mio”) don los deícticos de personas mas evidentes y mejor conocidos. Cumple una función deíctica: señalar a las
personas protagonistas de la enunciación.
En nuestra lengua son tres las personas y dos los números: la primera y la segunda del singular son consideradas
necesarias y suficientes. Es por esto que ciertos autores las denominan “deícticos puros”.
“Yo”: el pronombre de primera persona singular designa al individuo que enuncia la instancia del discurso que
contiene el pronombre “yo”. El “yo” refiere al locutor.
“tu/vos”: el pronombre de segunda persona singular designa al alocutario, al individuo al que se dirige el
discurso que contiene el pronombre “tu”. Es necesariamente designado por el “yo”.
“El/ella”: los pronombres de tercera persona son enteramente diferentes del “yo” y del “tu” por su función y por
su naturaleza. No sirven, según Benveniste, sino en calidad de sustitutos abreviativos. Designa a alguien o algo
pero no a una “persona” especifica. Por este motivo es que Benveniste se refiere a la tercera persona como la
“no-persona”
En los pronombres personales el transito del singular al plural no implica una simple pluralización. Como en el singular,
el problema central es aquí el de la primera persona. El simple hecho de que palabras diferentes sean muy
generalmente empleadas para “yo” y “nosotros” basta para exceptuar a los pronombres de los procedimientos
ordinarios de pluralización.
“Nosotros/as”: esta suma que implica la pluralización de la primera persona forma una totalidad nueva y de un
tipo particularísimo: siempre es “yo” quien predomina puesto que no hay “nosotros” sino a partir del “yo”.
Apelativos
Termino léxico empleado en el discurso para mencionar a una persona. Existen apelativos usuales; son los pronombres
personales, nombres propios, algunos sustantivos comunes, los títulos, algunos términos de relación, de parentescos,
términos que designan a un ser humano. Para designar a un ser humano, constituyen igualmente apelativos usuales;
también algunos adjetivos son empleados con la misma función. Los apelativos se usan para designar la persona que
habla: el locutor; aquella quien se habla: el alocutario; y aquella de la cual se habla: el delocutor. Se los llama
respectivamente locutivos, alocutivos y delocutivos.
Todo apelativo, locutivo y elocutivo:
Llamaremos subjetivemas a aquellas unidades léxicas (sustantivos, adjetivos, verbos y adverbios, fundamentalmente)
que en un discurso particular manifiestan subjetivemas, es decir, informan acerca de una evaluación (valorativa o
afectiva) del enunciador.
Las posibilidades de manifestar subjetividad no son las mimas para todas las unidades léxicas. Ciertas unidades
funcionan en el discurso mas habitualmente como subjetivemas.
Catherine Kerbrat- Orecchioni postula la existencia de varias categorías de subjetivemas. Se pueden distinguir:
Aquellos subjetivemas que, al tiempo que refieren a un objeto, una propiedad o una acción, manifiestan o
connotan una reacción emocional del locutor con respecto a lo que enuncia
Los subjetivemas portadores de una rasgo evaluativo sobre el eje bueno/malo, que manifiestan o connotan en
juicio de valor, positivo o negativo, respecto de lo que se enuncia.
El grado de subjetividad varía de un enunciado a otro en la medida en que las unidades pertinentes desde este
punto de vista pueden estar presentes en mayor número o con mayor densidad.
Los subjetivemas corresponden al paradigma o mas, precisamente, al campo semántico. Por campo semántico
entendemos un grupo de palabras que recubren un dominio conceptual. El criterio de agrupamiento es, pues, el de una
afinidad conceptual.
El hecho de que la delimitación de las unidades que conforman un campo este dada por la afinidad de significado no
impide que una misma unidad léxica puede formar parte de mas de un campo semántico.
La Modalidades
La modalidad puede entenderse de modo general, como la actitud que el enunciador asume respecto del contenido de
su enunciado. Esta actitud puede adoptar la forma de un juicio intelectual de un juicio volitivo o de un juicio afectivo.
La teoría de la enunciación recupera la noción gramatical tradicional de modalidad, entendiéndola como otro de los
índices pertinentes para detectar la presencia del sujeto en un enunciado. En el caso de la modalidad, las marcas pueden
ser morfológicas, léxicas y prosódicas.
Algunos teóricos de la enunciación proponen una distinción entre modalidad de enunciación y modalidad de enunciado.
Modalidad de Enunciación
Desde la perspectiva del acto de enunciación, la presencia del elocutario también puede determinar la actitud que el
enunciador asume respecto de su enunciado. Solo la presencia de la teoría del alocutario permite estableces diferencias
entre los enunciados. De hecho, es la relación discursiva entre el enunciador y el enunciatario la que determina la
ocurrencia de las formas declarativa, interrogativa e imperativa en cada caso.
La modalidad de enunciación interrogativa se expresa mediante la entonación, que en escritura se representan por los
signos de interrogación.
La modalidad imperativa puede formularse a través de: el modo verbal imperativo, el infinitivo, el futuro.
Un enunciado imperativo exige una respuesta, lingüística o fáctica y supone una relación jerárquica entre enunciador y
enunciatario.
La modalidad declarativa aparece, por contraste con las otras dos, como una forma aparentemente neutra. Puesto que
no implica discursivamente ninguna relación entre enunciador y enunciatario, un enunciado declarativo aparece como la
mera transmisión de información.
Modalidad de Enunciado
No se apoyan en la relación entre enunciado y alocutario, sino que caracterizan la manera en que el enunciador sitúa su
enunciado en relación con:
a) Su grado de correspondencia con la realidad. Se denomina modalidad lógica o intelectual a este tipo de
modalidad de enunciado, que se caracteriza, entonces, por manifestar aserción o suspensión de la misma.
b) Su modo de juzgar el dictum en términos de valores afectivos p axiológicos. Llamamos apreciativa a este tipo
de modalidad.
Benveniste
De la subjetividad en el lenguaje
Si el lenguaje fuera solo un instrumento de comunicación no podríamos explicarlo y reduciríamos su capacidad a una
condición.
Benveniste considera inapropiado analizar el lenguaje como un instrumento de comunicación, ya que si se lo tomara de
esta manera se estaría oponiendo el hombre a la naturaleza.
El lenguaje está en la naturaleza del hombre, que no la ha fabricado. Es un hombre hablante lo que encontramos en el
mundo, un hombre hablando a otro y el lenguaje enseña la definición misma del hombre.
Benveniste va a plantear considerar al lenguaje como instancia de subjetividad. Es en y por el lenguaje como el hombre
se constituye como sujeto, ya que funda el concepto de "ego". Para Benveniste no somos sujetos que hablamos, sino
que somos sujetos porque hablamos.
El lenguaje está organizado de tal forma que permite a cada locutor apropiarse de la lengua entera designándose como
YO.
YO remite a otra persona, TU, que es exterior a mí. Su polaridad es condición fundamental en el lenguaje, ya que estos
son complementarios, son reversibles y se presentan en una realidad dialéctica.
Estas formas lingüísticas que indican "persona" (pronombres personales), son el primer punto de apoyo para hacer salir
a la luz la subjetividad. Son formas vacías que se llenan de contenido en el momento que son utilizados, es decir, YO se
refiere al acto de discurso individual en el que es pronunciado y cuyo locutor designa. Es en la instancia de discurso en el
que YO designa al locutor y donde este se enuncia como sujeto.
A partir de esto se puede afirmar que el fundamento de la subjetividad (e intersubjetividad) está en el ejercicio de la
lengua.
Los pronombres personales dependen a su vez de otra clase de pronombres, que comparten el mismo estatuto. Son los
indicadores de la deixis, demostrativos, adverbios, adjetivos, que organizan las relaciones espaciales y temporales en
torno al "sujeto" tomando como referencia: "esto, aquí, ahora". Se definen solamente por relación a la instancia de
discurso en que son producidos, es decir bajo la dependencia del yo que en aquella se enuncia.
La lengua distingue siempre tiempo, pero su referencia es el presente, y este no tiene más que referencia temporal un
dato lingüístico: tiempo en el que se está, tiempo en el que se habla.
El segundo punto de apoyo son ciertos verbos en primera persona, que no describen sino que establecen la acción en el
momentos que los digo.
Verbos de palabra: jurar, prometer, garantizar, certificar, etc. Son acciones en el momento que las digo y
comprometen a futuro. En primera persona comprometen, en cambio en tercera describen.
Verbos de operación: creer, suponer, presumir, concluir, etc. Son acciones que reflejan operaciones lógicas o mentales.
Las condiciones de empleo de la forma no son idénticas a las condiciones de empleo de la lengua, sino que son dos
mundos diferentes. L a primera son las reglas fijas del código que establecen el correcto uso del sistema, mientras que la
segunda es el uso de ese sistema.
La enunciación es la puesta en funcionamiento por un acto individual de su utilización. La enunciación es el acto mismo
de producir un enunciado cuando el locutor moviliza la lengua por su cuenta, en cambio enunciado es el resultado del
proceso de la enunciación.
Realización vocal de la lengua: los sentidos emitidos y percibidos, proceden siempre de actos individuales, que el
lingüista sorprende en lo posible en una producción nativa, en el seno del habla.
Mecanismo de la producción: la enunciación supone la conversión individual de la lengua en discurso. Cada sujeto utiliza
la misma lengua en forma individual, particular y distinta.
Marco formal de su realización: el Locutor se apropia del aparato formal de la lengua, la toma como instrumento y
enuncia su posición mediante indicios específicos y procedimientos accesorios.
Antes de la enunciación, la lengua no es más que la posibilidad de lengua. Después de la enunciación, le lengua se
efectúa en una instancia de discurso, que emana de un locutor, forma sonora que espera un auditor y que suscita otra
enunciación a cambio.
En cuento se declara locutor y asume la lengua, implanta al otro delante de él, y genera el aparato formal de la
enunciación: conjunto de signos formalizados (dentro del sistema) que permiten el uso de ese sistema. Estos signos son
conocidos como deícticos, son semiplenos, ya que son puro significante, y en el momento de enunciación se llenan de
significado con quien los pronuncia.
En primer lugar los índices de persona, el termino yo denota al individuo responsable de la enunciación, el término tú, al
individuo que está presente en ella como alocutario.
En segundo lugar los índices de ostensión (éste, aquí, etc.) términos que implican un gesto que designa al objeto al
mismo que se pronuncia la instancia del término.
El locutor cuenta con un aparato de funciones para influir sobre el comportamiento del alocutario:
Interrogación es una enunciación construida para suscitar una respuesta, un proceso lingüístico que es al mismo tiempo
un comportamiento de doble entrada.
Aserción, tiende a comunicar una certeza, expresada mediante palabras como: “si, no”.
La enunciación plantea dos figuras igualmente necesarias, con una estructura del dialogo. (Ejemplos: el monologo es un
dialogo interiorizado entre un yo locutor y un yo que escucha).
Negroni
La enunciación en la lengua
Orígenes de la enunciación: cabe destacar que el interés hacia el fenómeno enunciativo surge en primer lugar desde la
observación de que existen ciertos signos lingüísticos que no responden en realidad a la descripción que de este se
tiene. Este es el caso de Jespersen o de Jakobson cuando se refieren a dichos signos como conmutadores. Este término
se emplea para designar la clase de palabras del código que conectan el mensaje con la situación, conexión que les
permite su definición. Asi Jakobson dice: “Todo código lingüístico contiene una clases especial de unidades gramaticales
que se pueden llamar conmutadores”.
De la deixis de la enunciación: Benveniste define la enunciación como un mecanismo total y constante que afecta a la
totalidad de la lengua y cuya dificultad se centra en la propia aprehensión de ese fenómeno. Ya que se confunde con la
lengua misma y que se encuentra ya en el implícito. “La enunciación según Benveniste es la puesta en funcionamiento
de la lengua mediante el acto individual de utilización”.
Se analiza de acerca el planteamiento propuesto por Benveniste, se observa que la enunciación ya no es considerada
como algo ajeno a la lengua, sino como fenómeno integrado en ella, inscrita en ella, implícita o explícitamente. Podemos
decir que detrás de cada enunciado, hay una enunciación, se vea exteriorizada o no. La enunciación se hace palpable a
través de partículas lingüísticas que Benveniste llama deícticos, cuyo eje se construye y oscila fundamentalmente sobre
la persona, el tiempo y el espacio, en resumen a partir de lego, hic y nunc.
La deixis en Benveniste: los deícticos forman parte de los signos que remiten a la enunciación. Los deícticos resultan
reflexivos con respecto a la enunciación, ya que no remiten a la realidad, ni a posiciones objetivas de la persona en el
espacio y en el tiempo, sino a la enunciación que las contiene. El eje principal de los deícticos resulta ser la deixis de
persona, sustentados en el “yo” y “tu”. Los actantes capitales del proceso de comunicación son el locutor y su alocutor.
En este marco, las condiciones espacio-temporales son una condición intrínseca e y por la que se instauran como tales
nociones, con tales funciones y por ello que les acompañan en toda realización enunciativa. Y así el locutor se proyecta a
través de la persona, el tiempo y el espacio.
Historia y discurso: Una de las posibilidades que ofrece el análisis de la deixis es la propuesta de una tipología de
discursos a partir de la distinción ente los distintos planos de la enunciación. Asi, Benveniste establecerá una diferencia
entre lo que llama historia y lo que designa como discurso. La historia es considerada como una secuencia textual
objetiva, de hecho le presupone la objetividad como propiedad intrínseca: el autor narra los hechos sin pronunciarse
sobre ellos, de ahí que el “yo”, “aquí” y “ahora” correspondientes a la subjetividad del locutor no ente explicitados, no
emerjan en el texto. No olvidemos que para Benveniste la presencia de la subjetividad en un discurso acontece
mediante el empleo de deícticos.
El discurso, por el contrario, se caracteriza, según Benveniste, por la existencia de marcas deícticas reflejo de la
intersubjetividad de persona, espacio y tiempo que se realiza mediante el empleo del “yo/tu”, “aquí” y “ahora”. En este
caso, la propiedad intrínseca del discurso es la subjetividad, que se le presupone: el locutor se muestra es el discurso y
su contenido cobra sentido y referencia desde la enunciación del locutor, desde la relación interlocutiva, el momento y
el lugar en los que ubica el proferimiento de su discurso.
Cierto es que la diferencia entre historia y discurso ha sido posteriormente cuestionada desde la nueva investigaciones
sobre la enunciación por entender que la objetividad de un texto es relativa. En efecto, un texto es susceptible de
manifestar la subjetividad también por medio de recursos lingüísticos de opinión, de calificación, de gradualidad, de
gestión del discurso, de implícitos, de modalidad, etc.
COMIC.
1) Si tenemos que hablar sobre el nacimiento del comic como hoy lo conocemos, podemos decir que fue entre los
años 1895 y 1896, tanto en el continente europeo como en EEUU y en conjunto también con la industria del
cine, donde el 28/12/1895, los hermanos Lumiere proyectaron públicamente por primera vez una película; y las
comunicaciones por radiofrecuencia.
Pero tanto el cómic, como el cine y las comunicaciones, no surgieron de un momento para el otro, sino como fruto
de la maduracion de una larga serie de experiencias tecnicas y culturales previas. En primer lugar, hay que tener en
cuenta la proliferacion de las imágenes en el mundo occidental debido al perfeccionamiento de las tecnologias de
reproduccion iconica, las desacralizo, las arrebato del aristocratismo exclusivista de la pintura en ejemplar unico y
las introdujo en el campo de la cultura de masas.
El cine y los comics, introdujeron en la cultura occidental el espacio plastico narrativo, basado en la iconizacion de
la temporalidad, la radiofonia alumbrara un nuevo espacio tiempo acustico, potenciado ademas por las tecnicas de
grabacion y de conservacion de sonido a traves del tiempo.
2) El comic puede considerarse un medio semíticamente mixto ya que se compone de dos partes
fundamentales: el Lenguaje Verbal y el Lenguaje Icónico, que en su conjunto hacen que podamos considerar al
comic como un Lenguaje. Podemos afirmar que el comic está basado en la segmentación funcional del soporte
plano de papel, para representar icónica y consecutivamente en cada fragmento de papel unos fragmentos
también consecutivos de espacios escénicos que se suponen tridimensionales en periodos de tiempo dados
(espacio-tiempos de fabulación), convertidos en unidades narrativas que tienen las particularidades amiméticas
de estar constituidas por dibujos inmóviles y bidimensionales y por textos escritos. Cada una de estas unidades
narrativas, que constituye un pictograma espacialmente homogéneo, se denomina viñeta (unidad básica del
comic).
Otro elemento fundamental en la construcción de la temporalidad en el interior de la viñeta procede de las
locuciones de los personajes inscritas en globos, ya que la emisión de tales textos suponen duración, por lo
menos igual a la del tiempo que los personajes inmóviles emplearían en emitir tales locuciones.
3) Si los comics supusieron el nacimiento del espacio plástico narrativo en la cultura de masas, está justificado
afirmar que con su formalización en el ecosistema comunicativo de masas, la cultura icónica adquirió un nuevo
nivel de complejidad. Los comics constituyen, al igual que el cine sonoro, un fenómeno semiótico muy complejo,
en el que intervienen códigos diversos de lenguajes o paralenguajes diferentes.
También existen ciertas convenciones semióticas muy especificas calificadas como Ideografos sublinguiticos, y
que comprenden a los símbolos icónicos o escripto-iconicos empleados en función metafórica o metonímica.
Estas convenciones pueden configurar verdaderos ideogramas cuya matriz analógica se halla en el lenguaje
verbal, que participan a la vez de lo motivado y de lo arbitrario. A lo motivado pertenece su traducción icónica
de figuras simbólicas (analógicas) del lenguaje verbal (arbitrario) como por ejemplo expresar una idea con el
dibujo de una bombilla luminosa o los ronquidos como el ritmo de un serrucho.
4) Tal y como dice la cita, el cómic y el cine sonoro “podrían entrar en la categoría de lenguaje heteróclito,
“clasificarse como una cadena de signos complejos, o como un sistema heterogéneo, o como modelo formal
heterogéneo” porque esa complejidad, esa heterogeneidad, deriva de la unión de dos formas expresivas: el arte del
relato, por un lado, y la figura icónica, por otro. A esto agrega Gauthier, que los cómics, entonces, están gobernados
simultáneamente por códigos iconográficos y por códigos narrativos.
La viñeta, por su parte, puede definirse como la representación pictográfica del mínimo espacio y/o tiempo
significativo, que constituye la unidad de montaje de un cómic. Esa unida, es la viñeta, porque representa un espacio
único en un momento determinado de inmovilización, donde los personajes ocupan una posición determinada en su
ilustración y no puede representarse más que una vez por escena/viñeta. Esto únicamente no determina la
temporalidad del cómic, sino que la narración (arte del relato) segrega el dato del paso del tiempo. La lectura en la
viñeta es de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo, por lo que la ubicación de cada texto determinará el
momento en el que lo reproducirá el lector.
5) En lo que compete al cine y el cómic, encontramos más diferencias que similitudes. En común podemos decir que
los cómics y el cine han heredado de la novela y del teatro la ruptura entre el tiempo ficticio en lo narrado, y el
tiempo real que el lector/espectador percibe. La primer diferencia y aspecto principal entre ambas cosas es que las
viñetas componen el cómic y los fotogramas al cine. La viñeta incluye más información narrativa que la imagen
congelada del fotograma, pero carece del desplazamiento de la imagen icónica. En el cómic hay una mayor
fragmentación de un montaje narrativo, porque a veces el espacio de la viñeta no es el suficiente para su desarrollo,
cosa que no ocurre en el cine. Entonces tenemos por un lado al Cómic como imagen inmóvil, y al Cine como imagen
contínua y móvil.
El cine también presenta una ventaja con respecto al cómic y es la de poseer sonido: esto no se daba en el cine
mudo, pero cuando apareció el audio en las películas, marcó una diferencia abismal con la historieta de cómic, que
mediante las onomatopeyas solo podía “reproducirlo”. Contra esta desventaja, el cómic ofrecía ventajas materiales
hacia el cine: su precio, ya que era más barato su acceso que la entrada del cine y el lector podía acceder al
contenido cuando quisiese. También al ser más icónico y menos textual, requería un menor gasto psíquico en su
lectura, característica que lo situaba en la cultura de masas de la novela ilustrada y el cine.
6) La fotonovela es el relato del argumento de un film a traves de un saleccion de fotos fijas del mismo, ordenadas y
dispuestas para una lectura secuencial y a las que se les habian superpuesto textos explicativos o de dialogos para
facilitar la recontruccion del relato.
A la vista de su origen historico, no ha de extrañar que a la fotonovela se la haya catalogado como el “cine de los
pobres”. Es una union de tecnicas y elementos fundamentales de los comics y de otros de procedencia
cinematografica.
Su relacion con los comics la podemos observar en las imágenes fijas que se posicionan en un orden determinado y
cuentan una historia. Se diferencia del mismo por el grado de libertad imaginativa(en el comic maxima y en la
fotonovela minima) , el grado de la distorcion de las fisionomias(maximas para el dibujo caricaturesco), y la
impertinencia de ciertas convenciones simbolicas usuales en los comics( un corazon sobre la cabeza de un
enamorado).