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Tomando en cuenta la población argentina del último censo del 2010, cuyos números por
supuesto se encuentran desactualizados, podríamos estar hablando de entre 200.000 y
600.000 personas".
Se calcula que las tres cuartas partes de las personas con esquizofrenia desarrolla la
enfermedad entre los 16 y los 25 años de edad, y que, de acuerdo a estadísticas
internacionales, cada tres mujeres hay cuatro hombres con el trastorno.
¿Qué es la Esquizofrenia?
La esquizofrenia es una enfermedad del cerebro que afecta a una gran cantidad de personas y
puede ser crónica e incapacitante. Se calcula que el 1% de la población la padece a lo largo de
un año, por lo tanto más de 400.000 argentinos podrían estar afectados por ésta enfermedad.
Se manifiesta por síntomas en distintas esferas de la personalidad, pero los más llamativos son
aquellos relacionados con las percepciones irreales, que llamamos alucinaciones (ver o
escuchar algo que no existe) o las ideas anormales que se denominan delirantes (sentirse
perseguido y observado sin que ello sea cierto). Además la enfermedad afecta las emociones,
produciendo aplanamiento afectivo y la voluntad lo que genera dificultades para mantenerse
activos.
La esquizofrenia puede comenzar a cualquier edad, pero lo más típico es que lo haga entre la
pubertad y los 30 años de edad. Como podemos ver, afecta a gente joven. Lo primero que
notan los familiares son cambios de conducta difíciles de diferenciar para ellos de un estado
depresivo o de los cambios conductuales típicos de los adolescentes. Las personas se ponen
más retraídas, irritables y no rara vez muestran interés por temas extraños. No es raro que se
encierren en su cuarto y no salgan por horas o, incluso días, con la consiguiente preocupación
familiar.
Nerviosismo
Cambios en el patrón de sueño
Pensamientos o experiencias inusuales o extraños
Trastornos en el Pensamiento
Problemas para concentrarse
Conducta extraña o llamativa
Retracción Social
Persistencia de ideas delirantes: la persona tiene la creencia errónea de
que algo es verdad, a pesar de las pruebas contrarias;
Persistencia de alucinaciones: la persona oye, huele, ve, toca o siente
cosas que no están presentes;
Vivencia de influencias, control o pasividad: la vivencia de que los
sentimientos, impulsos, acciones o pensamientos propios no son
generados por uno mismo, sino que son otros quienes los colocan en la
mente de uno;
Razonamiento y comportamiento desorganizado, que a menudo se
manifiesta en forma de discurso confuso o que no viene al caso;
“Síntomas negativos”, tales como una importante limitación del habla,
vivencia y expresión restringidas de las emociones, incapacidad para
experimentar interés o placer, y retraimiento social; y/o
Agitación extrema, ralentización de los movimientos, o adopción de
posturas extrañas.
Altera la forma en la que las personas perciben la realidad y modifica sus comportamientos. Es
común que quienes la padecen, queden excluidos socialmente por el fuerte estigma hacia
ellos.
Altera la forma en la que las personas perciben la realidad y modifica sus comportamientos. Es
común que quienes la padecen, queden excluidos socialmente por el fuerte estigma hacia
ellos.
Redacción LAVOZ
La esquizofrenia es un trastorno mental grave que afecta a una 1 de cada 300 personas a nivel
mundial, con un total de 24 millones de personas. En los adultos, la tasa es de 1 de cada 222.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo más frecuente es que aparezca al final de
la adolescencia o entre los 20 y los 30 años de edad, y suele manifestarse antes en los hombres
que en las mujeres.
Persistencia de alucinaciones: la persona oye, huele, ve, toca o siente cosas que no
están presentes;
El trastorno se asocia con frecuencia con una fuerte ansiedad y un importante deterioro de las
esferas personales, familiares, sociales, educativas y ocupacionales.
El estigma contra las personas con esta afección es intenso y generalizado, es causa de
exclusión social y afecta a sus relaciones con los demás, en particular sus familiares y amigos.
Ello contribuye a la discriminación, que a su vez puede limitar el acceso a la atención médica
general, la educación, la vivienda y el empleo”.
Los pacientes diagnosticados con esquizofrenia tienen entre cuatro y seis veces más
probabilidades de cometer un delito violento que la población general. (Revista Internacional
de Neurociencias Clínicas y Salud Mental, 2015)
El 6% de los actos de homicidio son cometidos por pacientes con esquizofrenia en los países
occidentales. (Revista Internacional de Neurociencias Clínicas y Salud Mental, 2015)
Un estudio en Suecia encontró que el 13,2% de los pacientes con esquizofrenia tenían al
menos un delito violento. (Revista de la Asociación Médica Estadounidense, 2009)
La tasa de delitos violentos entre los pacientes con esquizofrenia y enfermedades relacionadas
fue casi cinco veces mayor que entre sus hermanos y casi siete veces mayor que la de los
individuos emparejados en la población general de Suecia. (Psiquiatría Lancet, 2014)