Está en la página 1de 5

Geosfera

l
El término geosfera tiene diversas definiciones según distintos autores o
escuelas.
La geosfera puede tomarse como el nombre colectivo de la litosfera, la hidrosfera,
la criosfera y la atmósfera.1 Los diferentes colectivos de la geosfera pueden
intercambiar diferentes flujos de masa y/o energía (la cantidad de cambio
medible). El intercambio de estos flujos afecta el equilibrio de las diferentes
esferas de la geosfera. Un ejemplo es cómo el suelo actúa como parte de la
biosfera,2 mientras que también actúa como fuente de intercambio de flujo.
En la física aristotélica, el término se aplicó a cuatro lugares naturales esféricos,
anidados concéntricamente alrededor del centro de la Tierra, como se describe en
las conferencias Physica y Meteorologica. Se creía que explicaban los
movimientos de los cuatro elementos terrestres: tierra, agua, aire y fuego. A partir
del siglo XVIII, el ligero aplanamiento del globo en los polos y la
naturaleza ígnea de ciertas rocas hicieron decir a Buffon que la Tierra estaba en
fusión en su interior.
En los textos modernos y en la ciencia del sistema terrestre la geosfera se refiere
a las partes sólidas de la Tierra; se usa junto con la atmósfera, la hidrosfera y
la biosfera para describir los sistemas de la Tierra (a veces se enumera la
interacción de estos sistemas con la magnetosfera). En ese contexto, a veces se
usa el término litosfera en lugar de geosfera o Tierra sólida. La litosfera, sin
embargo, solo se refiere a las capas superiores de la Tierra sólida (rocas
corticales oceánicas y continentales y el manto superior). 3
Desde que comenzó la exploración espacial, se ha observado que la extensión de
la ionosfera o plasmasfera es muy variable, y a menudo mucho más grande de lo
que se apreciaba anteriormente, a veces se extiende hasta los límites de
la magnetosfera o geomagnetosfera de la Tierra.4 Este límite externo altamente
variable de la materia geogénica se ha denominado «geopausa»,5 para sugerir la
escasez relativa de dicha materia más allá, donde domina el viento solar.
En las ciencias de la Tierra, la hidrosfera o hidrósfera1 (del prefijo hidro-, este del prefijo
griego ὑδρο- [hydro], ‘agua’, y del griego σφαῖρα [sfaira], ‘esfera’)23 es el sistema material
constituido por el agua que se encuentra sobre la superficie de la tierra sólida y también parte
de la que se encuentra bajo la superficie, en la corteza terrestre.
La hidrosfera incluye océanos, mares, ríos, lagos, agua subterránea, el hielo y la nieve.
La Tierra es el único planeta del sistema solar en el que está presente de manera permanente
el agua líquida, que cubre aproximadamente tres cuartas partes de la superficie terrestre, 4 con
una profundidad promedio de 3,5 km, lo que representa el 97 % del total de agua del planeta.
Se ha estimado que hay 1 386 millones de kilómetros cúbicos de agua en la Tierra. 567 El agua
dulce representa 3 % del total y de esta cantidad aproximadamente 98,2 % está congelada, de
ahí que solo se tenga acceso al 0,08 % de toda el agua del planeta. El agua migra de unos
depósitos a otros por una combinación de procesos de cambio de estado y de transporte que
en conjunto configuran el ciclo hidrológico o ciclo del agua. La presencia de agua en la
superficie terrestre es el resultado de la desgasificación del manto, que está compuesto por
rocas que contienen en solución sólida cierta cantidad de sustancias volátiles, de las que el
agua es la más importante. El agua del manto se escapa a través de procesos volcánicos e
hidrotermales. El manto recupera gracias a la subducción una parte del agua que pierde a
través del vulcanismo.
En los niveles superiores de la atmósfera la radiación solar provoca la fotólisis del agua,
rompiendo sus moléculas y dando lugar a la producción de hidrógeno (H) que termina, dado
su bajo peso atómico, por perderse en el espacio. A la larga el enfriamiento del planeta
debería dar lugar al final del vulcanismo y la tectónica de placas conduciendo, al asociarse con
el fenómeno anterior, a la progresiva desaparición de la hidrosfera.

La atmósfera (alt. poco común, atmosfera12) es la capa de gas de un cuerpo celeste. Los


gases son atraídos por la gravedad del cuerpo, y se mantienen en él si la gravedad es
suficiente y no es barrida completamente por el viento solar.

Las partes del planeta Tierra son:

El núcleo interno de la Tierra es la capa geológica más interna del planeta. Es principalmente


una esfera sólida con un radio de aproximadamente 1220 kilómetros (758,1 mi), que es
aproximadamente el 20% del radio de la Tierra o el 70% del radio de la Luna.12
No hay muestras del núcleo de la Tierra disponibles para la medición directa, como lo hay
para el manto terrestre. La información sobre el núcleo de la Tierra proviene principalmente
del análisis de las ondas sísmicas y del campo magnético de la Tierra.3 Se cree que el núcleo
interno está compuesto de una aleación de hierro-níquel con algunos otros elementos. La
temperatura en la superficie del núcleo interno se estima en aproximadamente 5700 K (5430
°C o 9806 °F), que es aproximadamente la temperatura en la superficie del Sol.4
El núcleo externo de la Tierra es una capa plasmática mayormente compuesta
por hierro y níquel, situada entre el manto y el núcleo interno. Su límite superior es
la discontinuidad de Gutenberg, situada a unos 2885 km de profundidad, mientras que su
límite inferior es la discontinuidad de Lehmann, situada a unos 5155 km. Tiene un grosor de
unos 2270 km.1 Su temperatura varía desde los 4400 °C en su región superior hasta los
6100 °C en su zona inferior. Es parte del núcleo terrestre.

El manto es una capa intermedia de los planetas terrestres o de algunos otros cuerpos


planetarios rocosos, como la que se encuentra entre el núcleo, la capa más interna, y
la corteza, la más externa. Está compuesto principalmente por silicatos. Para que se forme un
manto, el cuerpo planetario debe ser suficientemente grande para haber pasado por el
proceso de diferenciación planetaria en términos de densidad. Los planetas terrestres
(la Tierra, Venus, Marte y Mercurio), la Luna terrestre, dos de los satélites de
Júpiter (Ío y Europa) y el asteroide Vesta tienen cada uno un manto rocoso.

La corteza terrestre es la zona más externa de la estructura concéntrica de la geosfera, la


parte sólida de la Tierra.1 Es comparativamente delgada, con un espesor que varía de 5 km,
en el fondo oceánico, hasta 70 km en las zonas montañosas activas de los continentes. 2
Se ha planteado que la primera corteza en la Tierra se formó hace 4400-4550 millones de
años. Los volúmenes de la corteza terrestre no han sido constantes sino que se cree que han
aumentado a través del tiempo. Se sabe que hace 2500 millones de años ya existía
una masa formidable de corteza; antes de esto se supone que hubo mucho reciclaje de
corteza hacia el manto. El crecimiento, es decir, el aumento en volumen de la corteza, se cree
que ha ocurrido episódicamente con dos eventos mayores: uno hace 2500-2700 millones de
años y otro hace 1700-1900 millones de años.
La mayoría de los planetas tienen cortezas bastante uniformes, la Tierra, sin embargo, tiene
dos tipos distintos: corteza continental y corteza oceánica. Estos dos tipos tienen diferentes
composiciones químicas y propiedades físicas, y se formaron por diferentes procesos
geológicos.

Ahora las capas que forman la Tierra son:


 

También podría gustarte